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Sinodalidad:

un Camino de
Encuentro

Recursos para los Cenaculos Misioneros

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Pastoral de Misiones
Diócesis de Escuintla

1. LA SINODALIDAD, , UN CAMINO DE ENCUENTRO

PREPARACIÓN DEL ENCUENTRO


Preparamos el lugar de la reunión, con las sillas colocadas en rueda.
En una mesita, colocamos huellas de pies recortadas en cartulina y varios marcadores.
Dibujamos o hacemos con piedras un camino en el suelo. En ese camino hay flores,
espinas, piedras. En el centro está el libro de la Palabra de Dios abierto en el texto de
1Corintios 12.
Algo para compartir, fruta, tortilla. Pan y fresco. Una mesa para colocar los bienes que
vamos a compartir.

BIENVENIDA

El animador o animadora, o alguna persona de la comunidad que lo desee, da la


bienvenida a todos y todas deseándoles que se sientan a gusto, con deseos de
caminar juntos, juntas, a la luz de la Palabra de Dios Nos damos un abrazo de

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bienvenida, deseándonos buena participación y un corazón abierto a la Palabra
de Dios.

Comenzamos nuestro encuentro cantando

Punto de partida de la reflexión:


Animador/a: Vamos a escuchar el relato de lo que pasó en una casa que se
parece a muchas de América Latina y el Caribe, de las que encontramos en
aldeas y en barrios de las ciudades, en casa de Mariela y su marido, una mañana
que estaban escuchando el informativo en la televisión
Lector/a: En “Los Naranjos”, Mariela se levanta muy de mañana, su esposo
prende la televisión y escucha noticias del Papa Francisco.
• Sube el volumen, dijo Mariela a su esposo, que quiero oír eso que están
diciendo.
• Su esposo que observaba el movimiento matutino de la calle le dice:
• No creo que te interese lo que dicen, están contando algo de lo que hablo el
Papa Francisco, una palabra rara: Sinodalidad, .
• Precisamente, deja de hacer ruido Enrique, que quiero saber qué es eso de, si-
no-da-li-dad.
• Dice el locutor: “El Papa en un reciente documento ha declarado la importancia
de lo que la Iglesia llama Sinodalidad, :
• “El camino de la Sinodalidad, es el camino que Dios espera de la Iglesia en este
tercer milenio…” …”Sinodalidad, quiere decir caminar juntos, las hijas y los
hijos de Dios, como Pueblo de Dios”.
• En este momento un aumento del ruido en la calle impidió oír lo que siguió
diciendo el locutor, por lo que Mariela aprovechó a decir:
• ¿Escuchaste Enrique? Caminar juntos, como si toda la gente caminara de
acuerdo, buscando lo mismo, para todos. Al mismo paso... Eso me gustó. A ver
que ya pasó la música y van a seguir explicando:
• Locutor: “La Sinodalidad, nos invita a caminar juntos no sólo en la Iglesia
Católica sino también con otros cristianos y cristianas, aunque no sean
católicos. La Sinodalidad, es una invitación a recorrer el camino hacia la
comunión plena con los otros hermanos y hermanas que creen en Jesús”.
• El marido se entusiasmó. –Yo también entendí esa parte. Tengo amigos que no
son católicos, pero podemos caminar junto como hijos de Dios. Me gusta eso de
la Sinodalidad, .
• Sí, yo también entendí varias palabras: caminar juntos, compromiso de todos en
la Iglesia de este siglo. Entonces eso debe ser la Sinodalidad, . Caminar juntos.
Qué lindo debe ser caminar juntos como Iglesia, sin que nadie sea más que
nadie, así debe ser, como en la comunidad.
• Todo muy lindo Mariela, pero sin tomar un café, nada funciona… Sírveme un
café que me tengo que ir a trabajar.
• Mariela entra a la cocina y sigue hablando sola.
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• Caminar juntos, si-no-da-li-dad. Enrique debe aprender la Sinodalidad, en la
casa…cuando llega de trabajar se sienta con su radio y yo sigo hasta tarde con
las tareas de la casa. Debe ser más sinodal, eso me suena bien”

Dialoguemos sobre este hecho de vida.


• ¿Qué palabras resonaron en Mariela sobre la Sinodalidad, ?
• ¿Por qué dice el Papa que debe ser un compromiso de toda la Iglesia en este
siglo?
• ¿Qué fue lo que le gustó a Enrique? ¿Por qué?
• ¿A qué nos está invitando el Papa Francisco con esto de la Sinodalidad, ?
• ¿Por qué será que el Papa invita ahora a caminar juntos?
• ¿A quiénes corresponde vivir la Sinodalidad, y por qué?

COMPARTIMOS LA PALABRA EN COMUNIDAD:


Animador/a: Invitamos a alguno de los presentes a invocar al Espíritu Santo para
recibir la Palabra de Dios.
Lectura: 1 Cor. 12, 12-27.
• ¿Qué dice Pablo en este texto? ¿Cómo podemos ver la Sinodalidad, en este
cuerpo del que habla Pablo? Leamos de nuevo el versículo 13. ¿Según este
versículo, qué relación encontramos entre el bautismo y la Sinodalidad, ?

Para profundizar
Pablo no usa la palabra Sinodalidad, , pero en su mensaje sobre la Iglesia habla
que ella es el Cuerpo de Señor. En este cuerpo eclesial hay unidad y al mismo
tiempo diversidad y para explicarlo lo compara con el cuerpo humano. En este
cuerpo todos los miembros son importantes, son necesarios, ninguno sobra,
porque cada uno tiene una tarea para el bien de todo el cuerpo. Y agrega Pablo
algo muy importante: todos los miembros del cuerpo gozan de la misma dignidad
por el Bautismo. Esto significa que en la Iglesia todas las personas somos iguales
con la misma dignidad, puesto que todas recibimos la plenitud del Espíritu. Por
esta razón, agrega Pablo en Gálatas 3, 28, que “ya no importa el ser judío o
griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos
ustedes son uno.”

Podemos decir que Pablo es maestro de Sinodalidad, y no solamente indica que


hay que transitar el camino juntos, sino que nos da las herramientas de cómo
hacerlo. En las cartas de Pablo, la expresión “el uno al otro” aparece más de
cincuenta veces: rivalicen en la estima mutua, corríjanse los unos a los otros,
perdónense mutuamente, confiesen los pecados los unos a los otros,
preocúpense los unos de los otros, acójanse los unos a los otros, salúdense los
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unos a los otros con el beso de la paz, espérense los unos a los otros, ayúdense
mutuamente a llevar las cargas, estén al servicio los unos de los otros en el amor,
sean misericordiosos los unos con los otros, vivan en paz los unos con los otros,
etc. etc.

Caminar juntos, caminar sinodalmente no es caminar al lado o al frente, sino


caminar asumiendo el compromiso “del uno al otro”. Esa es la Iglesia de la que
habló el Concilio Vaticano II y los obispos latinoamericanos en Medellín, Puebla,
Santo Domingo y últimamente en la Conferencia de Aparecida. Es la Iglesia que
necesitamos y queremos hoy, porque una Iglesia que no es sinodal no es Iglesia
de Jesús.
Y es el bautismo, que debemos vivir durante toda nuestra vida, el sacramento
que nos da la capacidad y el ministerio de ser “sacerdotes, profetas y reyes”,
como Jesús. Pero no ejercemos estos ministerios individualmente, sino dentro de
un pueblo sacerdotal, profético y servicial, el pueblo de Dios.
Dialogo comunitario: (El secretario/a guarda las respuestas de este diálogo)

¿Qué exigencias nos plantea a las Comunidades de nuestra parroquia la propuesta


del Papa Francisco sobre la Sinodalidad, ?
¿Qué formas de Sinodalidad, ya estamos viviendo?
¿Cómo se toman las decisiones en nuestra comunidad?
¿Cómo podemos ser más sinodales en nuestra manera de actuar como
comunidad?
¿Qué dificultades tenemos para caminar junto con otros grupos o comunidades?

ORACIÓN
Nos colocamos en rueda en torno al camino que hemos dibujado en el suelo.
• ¿Qué vemos? ¿Qué representa este símbolo que hemos preparado?
• ¿Qué hay en este camino?
• ¿Qué está en el centro del camino? ¿Por qué?

Animador/a: Quienes desean pasan, toman una huella de pie y escriben su


nombre. La ponen en el camino, haciendo una oración al Señor, pidiéndole la
gracia de comprender este llamado a la Sinodalidad, que nos hace el Espíritu
Santo por medio del Papa Francisco y de responder como personas y como
comunidad.
A cada intención respondemos: Queremos caminar juntos, Señor.

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Rezamos en dos coros la Oración: Haciendo camino juntos
(Nos ofrecemos la mano unos a otros mientras recitamos juntos el estribillo)

Toma mi mano hermana, Toma mi mano luz que ilumina, Brújula que guía. Él es
hermano Porque el camino es duro, el Camino.
camino es largo. Si caminamos juntos Toma mi mano hermana, ...
será más fácil Levantarnos de nuevo si
tropezamos. Tú sentirás mi mano que te Coro 1: Señor, somos tu pueblo Y en tu
sostiene Yo sentiré tu mano si acaso nombre estamos, hoy reunidos. Juntos
caigo. como hermanos, en el camino, Que
abrió para nosotros nuestro Bautismo
Coro 1: No somos granos sueltos, somos Un corazón solo y un alma sola Y en
espigas. No somos uvas solas, somos medio nuestro, hermano, va Jesucristo.
racimo Dios nos llama a su viña, Él nos
invita A gozar de su vida, de su cariño. Toma mi mano hermana, …
Con nosotros camina, Jesús Amigo, Nos
comparte su pan, y nos da su fresco . Coro 2: A caminar juntos nos ha
invitado, Este hermano nuestro, el papa
Toma mi mano hermana, ... Francisco, Nos mantendremos juntos
como un racimo, que nadie ha de
Coro 2: Si caminamos juntos y perderse en este camino. Compartiendo
compartimos Dolores e ilusiones, la vida, luchas y penas nacerá la
sueños y penas, Crecerá la esperanza esperanza entre los espinos. Que con
entre los espinos, Que con nosotros nosotros viene, Jesús amigo.
viene, Jesús Amigo. El es verdad y vida,
Toma mi mano hermana, …

COMPARTIMOS LOS BIENES


Animador/a: Por el Bautismo fuimos hechos sacerdotes, profetas y reyes como
Jesús de Nazaret. Extendemos nuestras manos sobre estos bienes que vamos a
compartir y repetimos juntos/as:
Padre Santo lleno de amor y misericordia, Tú nos has invitado a caminar juntos
como Pueblo tuyo, pueblo sacerdotal, profeta y servidor, te suplicamos que
bendigas estos dones que vamos a compartir, para alimentar nuestras luchas,
nuestras esperanzas y el deseo de caminar como pueblo sinodal. Por Cristo nuestro
Señor. Amén.
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Luego de compartir los bienes, nos ponemos de acuerdo sobre la próxima
reunión y quiénes pueden preparar la oración inicial, lugar, proclamación de la
Palabra, etc.

Para terminar: Padre nuestro


Nos damos el abrazo de la paz o el saludo virtual.
Nos bendecimos unos a otros y otras: En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.

2. EL CAMINO SINODAL DE LOS PUEBLOS DE LA BIBLIA

PREPARACIÓN DEL ENCUENTRO


Preparamos el lugar de la reunión, con las
sillas colocadas en rueda para favorecer la
participación de todos y todas.
Para la dinámica se buscan dos sombreros
o si se prefiere dos objetos que se puedan
pasar fácilmente de mano en mano.
En el camino que hemos hecho en el suelo
y que acompañará todos estos
encuentros, colocamos un plato con tierra
y otro con semillas.
Algo para compartir, fruta, tortilla. Pan y
fresco . Una mesa para colocar los bienes
que vamos a compartir.

BIENVENIDA
El animador o animadora da la
bienvenida a todos y todas
deseándoles que se sientan a gusto, con deseos de caminar juntos, juntas, a la
luz de la Palabra de Dios.

Invita a compartir lo vivido en la semana.

Comenzamos nuestro encuentro cantando.

Animador/a: En el encuentro anterior iniciamos una reflexión sobre la


Sinodalidad, , pero no todo está dicho, ni tampoco es una realidad de nuestro
tiempo únicamente, los pueblos de la biblia hicieron un camino sinodal en el cual
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Dios se unió a ellos para caminar juntos en el proyecto de hacerse pueblo de
Dios.
Para repasar el encuentro anterior vamos a hacer la siguiente dinámica, (si no se
adapta a la comunidad se puede cambiar por otra)
La comunidad se sienta en círculo. La animadora/o pasa a dos personas que
están sentadas juntas los sombreros (o los objetos escogidos), estas personas a
la indicación del animador/a hacen rotar los sombreros una hacia la derecha y
otra hacia la izquierda. La persona que deja juntar los sombreros debe recordar
algo que el Papa Francisco dijo sobre la Sinodalidad, . La dinámica se repite
cuantas veces se estime conveniente.

COMPARTIMOS LA PALABRA EN COMUNIDAD:


Animador/a: Invitamos a alguno de los presentes a invocar al Espíritu Santo para
recibir la Palabra de Dios.
Lectura: Isaías 2, 1-5.
• ¿Qué nos dice Isaías en este texto?
• ¿Qué proyectos sinodales encontramos en él?
• ¿Cómo ilumina este texto nuestra realidad actual?

Para profundizar
Cuando los hebreos salieron de Egipto, en aquella primera Pascua de liberación,
fueron acompañados por muchos esclavos de otras etnias y pueblos (Éxodo
12,38). Se fueron haciendo un pueblo a medida que caminaban por el desierto,
uniéndose a diferentes grupos y pueblos que ansiaban la liberación. Soñaban
con una tierra donde poder organizar una sociedad más igualitaria. La llamaban
la “tierra prometida”

Cuando llegaron a Canaán se encontraron que en las llanuras había unas


ciudades rodeadas de murallas, ciudades- estado, donde los pobres eran
sometidos a esclavitud igual que en Egipto. Pero en las montañas grupos de
campesinos y antiguos esclavos que se habían escapado de las Ciudades-Estado
habían conseguido organizar una sociedad mucho más igualitaria, era una
Confederación de Tribus. No tenían reyes, sino jueces y juezas; se reunían en
asambleas para decidir en común lo que debían hacer en caso de conflictos; no
tenían un ejército profesional con soldados que había que mantener, sino un
ejército popular para defenderse en caso de ataques de los cananeos o los
filisteos; no había acumulación de bienes y sobre todo no había esclavitud.

El grupo que llegó de Egipto se unió a esta organización y les aportó su fe en el


Dios Yahvé, el Dios liberador del Éxodo.
Este modelo de sociedad, distinta al modelo de ciudad -estado imperial y distinta
de Egipto, fue una sociedad sinodal igualitaria, cumbre de la mayor revelación
lograda en el Antiguo Testamento, donde Yahvé era el garante de la igualdad y
unificador de los pueblos con su historia liberada.
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Memorias de Débora
Me llamo Débora. Soy Profetisa, Jueza y Generala del ejército de la
Confederación de Tribus en las montañas de Canaán. Nuestros antepasados eran
esclavos y campesinos oprimidos en las ciudades de las llanuras de Canaán. Hay
como 70 ciudades en la planicie. Siempre en guerra entre ellas y también contra
los pueblos que nos hemos organizado en las montañas.

Hace como cien años atrás llegaron también unos grupos que venían huyendo
de la esclavitud en Egipto. Los había conducido hasta aquí un gran líder llamado
Moisés y habían pasado cuarenta años en el desierto soñando con una sociedad
sin esclavitud. Aquí se unieron a los antiguos esclavos cananeos y se asimilaron a
esta manera de vivir. Ellos aportaron su fe en un Dios Liberador llamado Yahvé.
Después de un tiempo, todos nuestros antepasados lo aceptaron como su Dios.
La fe en Yahvé garantizaba que esta sociedad siguiera siendo igualitaria. Nos
hemos dado una organización basada en familias extensas, también llamadas
clanes. No tenemos un rey con su palacio donde viven en el lujo a costillas de los
campesinos; nosotros tenemos Jueces y Juezas elegidos por las Tribus. La mujer
tiene la misma igualdad que el varón, ya ven yo soy Jueza ahora. No tengo
palacio, sino que gobierno desde este lugar lleno de palmeras. Aquí la gente
viene y presentan sus problemas y conflictos y los vamos resolviendo en bien de
todos. No almacenamos los productos del campo, sino que los distribuimos
entre todos. No hay esclavos entre nosotros. Las decisiones que atañen a toda la
Confederación las tomamos en asambleas participativas. Tampoco tenemos
templos con sacerdotes pagados. Los jefes de familia hacen las bendiciones y
celebraciones en memoria de las acciones liberadoras de Yahvé. No tenemos un
ejército profesional, como en las ciudades estado, sino un ejército popular, para
defendernos cuando nos atacan. Está formado por campesinos que cuando
termina la guerra vuelven a sus campos a seguir trabajando. Yo soy también
generala de este ejército. Ahora acabamos de ganar una batalla contra los
cananeos que nos atacaron para dominarnos, robar nuestros productos y
llevarnos como esclavos y esclavas a sus ciudades-Estado. Nos ayudó una mujer,
Jael, de una tribu que no pertenece a la Confederación, pero con la que nos
mantenemos en buenas relaciones de vecindad.

Verán, nuestro ejército había vencido al ejército cananeo del Rey Jabín. Yahvé
nos ayudó enviando una lluvia intensa que desató la furia de los torrentes de
esta montaña. El ejército cananeo venía con grandes carros de guerra que se
empantanaron y nuestros soldados aprovecharon para matarlos. El general
Sísara, que comandaba a los cananeos, huyó a pie y se refugió en la tienda de
campaña de Jael, la mujer de la tribu Quenita. Allí le pidió de comer y refugio.
Jael le dio alimento y lo hizo acostar en su tienda, pero cuando se durmió lo
mató clavándole una estaca en la sien. Ella se solidarizó con nuestro pueblo que
ganó así una batalla importante en defensa de nuestra sociedad igualitaria.

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Diálogo comunitario:

¿Qué nos ha resultado más iluminador de este caminar del pueblo de la Biblia?
¿Cómo vivían la Sinodalidad, en las montañas de Canaán?
¿En nuestra cultura, qué prácticas conocemos que podríamos llamar sinodales?
¿Cómo hacen causa común los pueblos originarios en América Latina?
ORACIÓN
Nos colocamos en rueda en torno al camino que hemos dibujado en el suelo, en
la reunión pasada y que nos acompañará durante estas reflexiones. Será nuestro
“camino sinodal”
Animador/a: El camino sinodal se alimenta de una espiritualidad sinodal. Tenemos
que cultivar relaciones de cooperación, ayuda muta, solidaridad, de lo contario
no habrá Sinodalidad, . Hemos colocado en el camino un plato con tierra y otro
con semillas. Quienes deseen pueden pasar a sembrar unas semillas en la tierra y
hacer una oración pidiendo al Señor que nos ayude a caminar juntos, en un
compromiso de mayor hermandad, para ayudar a crecer el Reino de Dios dentro
y fuera de la Iglesia. A cada intención respondemos: Padre Dios, ayúdanos a hacer
juntos un camino de Sinodalidad, como hicieron los pueblos de la Biblia.

Rezamos a dos coros:


CÁNTICO DE ACCIÓN DE GRACIAS A DIOS, PADRE DEL PUEBLO LIBERADO
Luego de cada estrofa decimos la antífona: Te damos gracias Señor, de corazón;
te alabamos y nos alegramos en tu presencia.
Los ayudaste a pensar en el bien de
Coro 1: todos y de todas. Le inspiraste
Señor, te alabamos y bendecimos mandatos de igualdad.
porque desde los comienzos de la
historia del pueblo caminaste a su Coro 1:
lado ayudándole a buscar solidaridad ¡Feliz el que pone en el Señor toda su
y justicia igualdad y hermandad. En confianza, porque nuestro Dios es
Tí, Señor, ponemos nuestra fiel y tiene compasión de nosotros!
confianza; Tú eres un Dios liberador Tú no dejaste que cayeran en manos
que escucha el clamor de los de sus enemigos. Le diste
oprimidos. gobernantes justos, hombres y
mujeres, que le ayudaran a cumplir
Coro 2: tu voluntad. Para ayudarse
Señor, te alabamos y bendecimos y mutuamente pusiste tu Palabra en
damos gracias Porque hoy nos boca de profetas y profetisas y
acompañas como acompañaste a tu escribiste tu Ley en sus corazones.
pueblo por el desierto Los reuniste
en las montañas de Canán, junto a Coro 2:
otros hombres y mujeres liberados
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Les enseñaste a compartir sin amor y tu justicia, Queremos llevar
acaparar; A defenderse sin atacar. A tu Palabra y compartirla con todos
trabajar sin esclavizar a nadie. los pueblos; Queremos proclamar tu
Porque Tú no quieres, Señor, la fidelidad a todos los perseguidos y
muerte sino la vida. No quieres marginados Queremos que tu amor
palabras vacías, ni culto sin y tu verdad lleguen hasta el corazón
compromiso; Lo que Tú quieres más pobre y humillado.
Señor, es un corazón abierto y noble,
capaz de decir «SI», como Jesús a tu Coro 2:
voluntad de Padre; Capaz de decir: Somos pobres y pecadores, Pero
“Hágase en mí según tu palabra”, confiamos en tu ayuda que viene a
como María. darnos perdón y libertad. ¡No tardes
Señor! Nosotros esperamos en tu
Coro 1: misericordia. Queremos vivir
Queremos darte gracias por mujeres haciendo camino, como hermanos y
valientes, como Débora y Jael; como hermanas, Dejando a nuestro paso
Bertha Cáceres y ... (Nombramos huellas de paz, Sembrando semillas
mujeres que conocemos y que de esperanza, y llenando de luz los
trabajan por el Reino) Con ellas y corazones.
como ellas, queremos proclamar tu

COMPARTIMOS LOS BIENES:


Animador/a: Somos un pueblo sacerdotal, profético y servidor como Jesús de
Nazaret. Extendemos nuestras manos sobre estos bienes que vamos a compartir
y repetimos juntos/as: Padre Dios bendice estos alimentos que vamos a
compartir para alimentar nuestras ansias de mayor igualdad y justicia. Ayúdanos
a caminar juntos y juntas, buscando la hermandad como hijas e hijos tuyos. Amén
Luego de compartir los bienes, nos ponemos de acuerdo sobre la próxima reunión y
quiénes pueden preparar la oración inicial, lugar, proclamación de la Palabra, etc.

Para terminar:
Padre nuestro... Nos bendecimos unos a otros y otras: En el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

3. EL CAMINAR COMUNITARIO DE DIOS


PREPARACIÓN DEL ENCUENTRO
Preparamos el lugar de la reunión, junto a los símbolos y signos para nuestro encuentro
presencial o virtual; o como lo hemos hecho en los
encuentros anteriores. Tenemos lista nuestra Biblia
abierta en el libro del Apocalipsis 22,1-5. Una vela para
ser encendida después de la reflexión sobre el
testimonio de las comunidades de Mar del Plata y de
Riobamba.
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Dos letreros: uno dice “Memorias de las Comunidades de nuestra parroquia . Mar de
Plata (Argentina)”; y otro dice “Memorias de las Comunidades de nuestra parroquia .
Riobamba (Ecuador)” Preparamos otros símbolos: por ejemplo, agua limpia y cristalina
en una vasija trasparente, frutos, ramas de árboles, hojas medicinales, como aparecen
en el texto del Ap. 22, 1-5. (Los colocaremos en el camino en el centro de nuestra
reunión presencial o junto a nosotros y nosotras, durante nuestro encuentro virtual,
después de leer el texto) Algo para compartir, fruta, tortilla. Pan y fresco . Bienes que
vamos a compartir.
BIENVENIDA
El animador o animadora, o alguna persona de la comunidad que lo desee, da la
bienvenida a todos y todas y los motiva a participar, recordando que una de las
características de la Sinodalidad, es precisamente la participación.

Comenzamos nuestro cenáculo cantando.

Animador/a: Hoy vamos a reflexionar sobre las comunidades originarias del


Nuevo Testamento, pero antes vamos a partir de nuestra realidad actual y para
eso nos organizamos en dos grupos para leer dos testimonios: uno compartido
por las comunidades de Mar de Plata, Argentina y otro de las comunidades de
Riobamba, en Ecuador. Ellas nos cuentan cómo se organizan sinodalmente para
vivir y trabajar.

Testimonio de las Comunidades de Mar de Plata, Argentina.


Nos cuenta Ana Laura: Nuestra comunidad nació antes del año 2001 en medio de
mucha violencia, hambre, falta de trabajo y crisis en general. Estamos en una
zona semi rural cerca del basural. Al principio estábamos acompañadas por un
grupo de sacerdotes de la parroquia que nos apoyaban como uno más. Fueron
10 años que recordamos mucho. Sin embargo, esto cambió, los padres se
fueron, llegaron otros que no apoyaron y hasta prohibieron las Comunidades en
su parroquia. Las Comunidades sin embargo resistieron, al fin vinieron otros
padres que nos apoyaron y así hemos tenido que mantenernos firmes. La figura
de Angelelli alimentó nuestra resistencia y crecimos hasta formar otras
comunidades como santa Rosa de Lima, San Jacinto, San Patricio, Nuestra
Señora de Itatí, Nuestra Señora de Guadalupe, Sagrado Corazón y un Hogar de
Cristo, Lujan, Nuestra Señora de los Ángeles y la Aguja, entre otras.

Podemos decir que hemos vivido la Sinodalidad, desde que nacimos como
comunidad porque nos organizamos en “asamblea”. Todo pasa por la asamblea
que realizamos una vez al año. Todo se decide ahí: el tema que se va a
reflexionar en las Comunidades de nuestra parroquia todo el año, con quien se
articularan, las actividades, fechas y responsables. En la asamblea, todos y todas
tenemos la misma voz, curas, laicos y religiosas, todos somos compañeros de
camino.
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También se realizan mensualmente asambleas por comunidad. En asamblea se
resuelve todo. Se evalúa la vida de la comunidad y se median los conflictos. Esta
práctica sinodal nos ha hecho crecer en discusión, porque es espacio donde se
vive la igualdad y la circularidad. También vivimos la Sinodalidad, al hacer
camino con otros grupos de catequistas y otras experiencias de la Iglesia
católica que nos son Comunidades de nuestra parroquia , pero que están
caminando en el mismo sentido que nosotros. De la misma manera tenemos
muchas articulaciones con programas del estado provincial y nacional, con otras
Iglesias y con movimientos sociales.

Testimonio de las Comunidades de Riobamba, Ecuador.


Mónica nos comparte: Soy parte del Grupo Misionero de las comunidades
indígenas, formado por Monseñor Proaño. Nuestra forma de trabajar, hoy
diríamos, sinodalmente es en equipo. Lo aprendimos con Monseñor Proaño y se
resume en 5 pasos.

El primer paso es “hacerse equipo” para tener una relación de amistad con las
comunidades, conocer cómo se organizan, cómo trabajan, y tener una meta en
común para salir adelante en unión con ellas.
El segundo paso es “acercarse al pueblo”, para ello se tienen reuniones
mensuales con los animadores de las comunidades para ver con ellos qué se
puede hacer y si es necesaria la presencia del sacerdote.
El tercer paso es “desatar procesos liberadores” – por ejemplo: cuando hay
conflictos en la comunidad se acompaña particularmente desde la familia.
El cuarto paso es “la Palabra de Dios en manos del Pueblo”. Por ejemplo, en las
misas el pueblo comparte la Palabra, aporta y no solo el sacerdote.
Finalmente, el quinto paso es “el diálogo constante” que lo hacemos entre
provincias. Cada mes se reúne el equipo para ver cómo están las comunidades,
que se cambia o qué se planea con ellas.

Trabajo en grupos:
¿Qué nos llama más la atención de estas dos experiencias?
¿En qué se parecen? ¿En qué se diferencian?
¿Qué nos aportan para el caminar sinodal de nuestra comunidad?

Puesta en común:
Los dos grupos comparten lo que han reflexionado. Luego, colocamos una vela
encendida al lado del libro de la Palabra de Dios, diciendo: “Las Comunidades de
nuestra parroquia iluminan el camino de las Comunidades de nuestra
parroquia .” Si es una reunión virtual, todos y todas podemos tener una vela
frente al monitor de nuestra computadora o la pantalla del celular, junto a
nuestra Biblia.

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COMPARTAMOS LA PALABRA EN COMUNIDAD
Acerquémonos a una de las experiencias más profundas que refleja un camino
sinodal de Dios con su pueblo y de su pueblo con Dios.
Animador/a: Invitamos a alguno de los presentes a invocar al Espíritu Santo para
recibir la Palabra de Dios.
Lectura: Apocalipsis 22, 1-5.
• ¿Qué símbolos aparecen en el texto? Los nombramos.
• Busquemos entre los símbolos que tenemos y los colocamos en un camino,
ubicado al centro de nuestra reunión presencial. Si es virtual, podemos pedir a
alguien de la comunidad que tenga todos los símbolos y los coloque en un
camino. Podemos ir repitiendo como un eco el texto del Apocalipsis (Por
ejemplo: Hay un río de agua de vida; hay árboles; los árboles dan frutos todos los
meses del año, etc.)
• Identifiquemos en el Texto la presencia de la Trinidad: (¿A quién representa el río
de agua que da vida? ¿Quién está en el trono? ¿Quién es el Cordero?)
• ¿Qué rasgos de Sinodalidad, encontramos en este actuar comunitario de Dios?
(Por ejemplo: Padre, Hijo y Espíritu Santo trabajan juntos y el fruto de su trabajo
es una vida plena llena de felicidad para el pueblo)
• ¿Qué rasgos de Sinodalidad, encontramos a través de los símbolos que
aparecen? (Por ejemplo: ¿Qué pasa si no hay agua?; ¿Qué pasa si ningún árbol da
frutos? ¿Qué pasa si no hay plantas medicinales?)
• ¿Cómo enriquecer nuestras prácticas sinodales a partir de la reflexión de este
texto?

Para profundizar
En el Nuevo Testamento vemos cómo Jesús hace causa común con los pobres de
su tiempo. Con ellos trabajó en equipo. Sí, en equipo. Jesús se organizó
“sinodalmente”. La primera acción pastoral que realizó
Jesús fue llamar a mujeres y hombres a caminar con él haciendo el bien por los
caminos polvorientos de Galilea. Y es que Jesús sentía que Dios Padre actuaba en
él y la fuerza que lo desbordaba con Amor infinito mostró un camino tan
apasionante, que muchas personas quisieron caminar a su lado. Esto lo vemos en
las primitivas comunidades cristianas a lo largo de todo el Nuevo Testamento.
Cada comunidad de forma creativa construyó un camino sinodal y quienes las
acompañaron entendieron que los ministerios eran servicios, no puestos de
privilegio.

Las comunidades del Apocalipsis describen un escenario sinodal con lujo de


detalles: en el centro del pueblo, en medio de la calle colocan el árbol de la vida,
pero no es uno, son muchos árboles que dan fruto todo el tiempo, 12 veces. Esta
abundancia y riqueza de los árboles se debe al agua que los riega y con la cuál
calman su sed. El agua de vida o manantial en la tradición bíblica es una clara
referencia al don de Dios y en el Evangelio de Juan 7, 38 nos aclara que es el
Espíritu Santo. ¿De dónde brota esta fuente maravillosa? En el versículo 1 nos dice
que sale del trono de Dios y del Cordero. Dios trinidad inunda con su plenitud las
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calles de su pueblo, razón por la cual el resultado no puede ser sino vida
saludable para todas las naciones. Son todas las naciones que se empapan de
Dios Trinidad y en El, pueblo y Dios se mezclan, se funden en un pacto por la vida.

Esta comunidad del apocalipsis no nos explica qué es la Sinodalidad, , la describe,


muestra su dinámica y sobre todo los frutos.

Trabajar en equipo como las comunidades de Riobamba, realizar asambleas


como las comunidades de Mar de Plata, caminar juntos multiplicando la vida
desde el corazón de Dios, como las comunidades del Apocalipsis, todo esto
representa un camino sinodal en el cuál cada CEB encuentra su vocación.

Compromisos:
• ¿Qué compromisos hemos de asumir en la comunidad para dar y multiplicar la
vida para todos y todas?
• ¿Qué pasos dar para acercarnos respetuosamente a otras Iglesias no católicas de
nuestro sector?

Escribimos sobre la siguiente pregunta, y luego compartimos:

• De acuerdo con la realidad de nuestro país, ¿qué exigencias y cambios nos


plantea a las Comunidades de nuestra parroquia la propuesta del Papa
Francisco sobre la Sinodalidad, ? o el encuentro que hemos tenido hoy
¿cómo lo relacionamos con nuestra experiencia en comunidad?

ORACIÓN
Nos colocamos en torno al camino. Rezamos juntos/as esta hermosa oración que
el papa Francisco ha escrito al final de una carta encíclica llamada “Fratelli tutti” y
quiere decir “A todos mis hermanos”. Así escribía san Francisco de Asís a sus
hermanos.
Oración al Creador
Señor y Padre de la humanidad, que creaste a todos los seres humanos con la
misma dignidad, infunde en nuestros corazones un espíritu fraternal. Inspíranos un
sueño de reencuentro, de diálogo, de justicia y de paz. Impúlsanos a crear
sociedades más sanas y un mundo más digno, sin hambre, sin pobreza, sin violencia,
sin guerras. Que nuestro corazón se abra a todos los pueblos y naciones de la tierra,
para reconocer el bien y la belleza que sembraste en cada uno, para estrechar lazos
de unidad, de proyectos comunes, de esperanzas compartidas. Amén.

Compartimos los bienes en nuestro encuentro presencial o cada uno Luego de


compartir los bienes, nos ponemos de acuerdo sobre la próxima reunión y
quiénes pueden preparar la oración inicial, lugar, proclamación de la Palabra, etc.

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Para preparar el próximo encuentro ver el siguiente video: “KAMBAK – Huellas y
sueños” https://www.youtube.com/watch? v=gGYlHGOdpJk&list=
PLmebh5aITt7rv4b2NBD76sW26Elefrgye&index=12

Para terminar: Padrenuestro. Nos bendecimos unos a otros y otras: En el


nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.

4. EN LAS COMUNIDADES HACEMOS CAMINO


SINODAL, DESDE LA DIVERSIDAD DE MINITERIOS,
EN AUTONOMÍA Y COMUNIÓN

PREPARACIÓN DEL
ENCUENTRO
Preparamos el lugar de la
reunión, con las sillas
colocadas en círculo, raíces
grandes, la soga de la vida y
los demás símbolos del
encuentro anterior.
En el centro del camino el
libro de la Palabra de Dios
abierto en el texto de
Romanos 16, 1-16.
En un rincón preparamos una mesita con algunas cosas como si fuera una tienda
de barrio, para el hecho de vida.
Cerca del camino que hemos hecho en el suelo y que acompaña todos nuestros
encuentros, colocamos cartulinas cortadas como si fueran ladrillos y
marcadores, una caja de cartón y cinta de pegar, para el momento de la oración.
Algo para compartir como: fruta, tortilla, jugo de frutas o cereales. Pan y fresco .

BIENVENIDA
El animador o animadora, o alguna persona de la comunidad que lo desee, da la
bienvenida a todos y todas deseándoles que se sientan a gusto, con deseos de
caminar juntos, juntas, a la luz de la Palabra de Dios y de la Palabra de nuestros
ancestros.

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Nos damos un abrazo de bienvenida, deseándonos buena participación y un
corazón abierto. Comencemos nuestro encuentro cantando: (Se sugiere: Signo
de Esperanza) https://www.youtube.com/watch?v=sp7Yt0SwQWw
Animador/a: Vamos a recordar algunas conclusiones del encuentro anterior. Los
y las invito a mirar los símbolos y hacer una lluvia de comentarios de lo que
quedó en nuestro corazón del encuentro anterior. (Se pueden hacer unas 4 o 5
intervenciones, antes de iniciar la reflexión del día.) Hoy reflexionaremos en cómo las
Comunidades de nuestra parroquia hacemos camino sinodal, desde la
diversidad de ministerios, en autonomía y comunión. Para esto compartamos el
siguiente hecho de vida. (Si es posible, dramatizarlo)

HECHO DE VIDA
- Comentarista: Estaba Estela atendiendo en su almacén, cuando llega Alicia.
- Estela: Qué bueno verte Alicia, hace rato que no venías a comprar nada...
- Alicia: Y si Estela, con este encierro no podía salir de casa. Me cuido porque así
también cuido a los demás.
- Estela: Eso está muy bien. ¿Qué necesitas?
- Alicia: Hoy, la comunidad se reúne en mi casa y tengo que dejar la cena pronta.
Aquí tengo la lista de lo que falta….
- Comentarista: Mientras Estela prepara el pedido de Alicia, siguieron
conversando:
- Estela: ¿La comunidad de ustedes se reúne en las casas de la gente? Aquí no
podemos. El párroco no nos deja reunir en las casas. Él dice que el templo es el
lugar para reunirse, porque es la casa de Dios y la Palabra debe leerse
solamente allí.
- Alicia: Pues es muy raro eso que dice el cura. En nuestra capilla el padre que va
a celebrar la misa nunca dice cosas así. Él no pretende dirigir nuestros asuntos,
dice que ya somos grandes, que todos tenemos que asumir nuestras
responsabilidades y que entonces la comunidad debe ser autónoma.
- Estela: ¿Autónoma? ¿Y eso qué significa?
- Alicia: ¡Huy! Significa que la comunidad reflexiona la Palabra de Dios, toma sus
decisiones y se organiza según las necesidades que vamos viendo y los
acuerdos que salen de las reuniones.
- Estela: A mí eso de AU-TÓ-NO-MA no me parece bien. Yo pienso que debemos
hacer lo que diga el padre, ¿no ves que él tiene el poder del Espíritu Santo? Él no
se equivoca cuando nos manda hacer las cosas, en cambio nosotros somos
ignorantes, podemos equivocarnos.
Alicia: Pues Estela, tienes razón en cuanto que él tiene el poder del Espíritu
Santo, pero resulta que nosotros, por nuestro bautismo, también lo tenemos.
Además, cuando nos reunimos en torno al Evangelio para tomar decisiones en
bien de toda la gente, ese poder comunitario es sagrado. Ya dijo Jesús que:
Donde dos o más se reúnen en su nombre, Él está presente.
- Estela: ¿Entonces para qué va el cura a la capilla si no puede mandar ni ordenar
lo que hay que hacer?
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- Alicia: No se crea, él tiene mucho que hacer. Tiene que escucharnos y
acompañarnos como un buen pastor, ese es su ministerio o servicio. Tiene que
ayudarnos a discernir, pero como una persona más de la comunidad. En esto no
tenemos problema porque somos como hermanos, cada uno aporta y sirve de
acuerdo con los dones que Dios le ha dado a cada uno.
- Estela: A lo mejor, nosotros deberíamos hacer lo mismo que ustedes. Creo que
seríamos más responsables...
- Alicia: La fórmula es autonomía y comunión. Uy me tengo que ir. ¡Que tengas
una buena noche Estela!
- Estela: ¡Ve con Dios Alicia!

Dialogo comunitario:
¿A cuál de las dos comunidades se parece nuestra comunidad? ¿Por qué?
¿Cuál creen que se parece más a las comunidades del Nuevo Testamento? Y
¿por qué?

COMPARTAMOS LA PALABRA EN COMUNIDAD


Lectura: Romanos 16, 1-16.
¿Qué nos dice la Palabra? ¿Qué ministerios aparecen? ¿Qué rasgos de
Sinodalidad, encuentran?

Para profundizar
La comunidad cristiana de Roma, a la que Pablo escribe esta carta, fue fundada
unos diez años después de la Resurrección de Jesús. Estaba formada por varios
grupos en diferentes sectores de la ciudad, que se reunían diariamente en las
casas a la madrugada porque eran perseguidas, para la reflexión de la Palabra y
la oración. Aunque Pablo escribe la carta a los Romanos, él no fundó la
comunidad. Al momento de escribir, ya eran comunidades florecientes (1,8).
Parece que la comunidad fue fundada por la pareja Prisca o Priscila y Aquila. Es
significativo que cuando nombran a esta pareja, casi siempre nombran primero a
la mujer: Prisca.
Señal que desempeñaba un ministerio muy importante.
El capítulo 16 de la carta de Pablo a los Romanos es una clara muestra del trabajo
evangelizador que hacían en equipo. Todos y todas eran responsables de llevar
la Buena Nueva del Evangelio a todos los rincones del imperio.
Estos equipos muestran una riqueza ministerial extraordinaria y al mismo tiempo
dejan ver cómo las comunidades en los orígenes cristianos vivieron una
experiencia sinodal profunda.
Actualmente este dinamismo ministerial tan nítido en las Iglesias de los orígenes
fue ratificado en Aparecida cuando afirmó que “los laicos deben participar del
discernimiento, la toma de decisiones, la planeación y la ejecución” de los
trabajos misioneros (371) Razón por la cual la Iglesia, para hacer realidad esta
participación en comunión de todas y todos los bautizados como pueblo de Dios
que somos, debe abandonar las estructuras caducas, piramidales, jerárquicas
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que no permiten ni la autonomía para vivir la diversidad ministerial, ni la
comunión a la que nos llama la conversión sinodal.

ORACIÓN
Animador/a: Nos colocamos en rueda junto al camino. Esta caja representa
nuestra comunidad. Invito a quienes deseen, a tomar una cartulina en forma de
ladrillo y escribir qué servicio cumplimos en la comunidad o si recién estamos
comenzando qué servicio nos gustaría prestar. Cuando han escrito, los invita a
decirlo en voz alta y pegar el ladrillo en la “casa-comunidad”.
La “casa-comunidad” se construye con el servicio de todos y todas. Y la “casa-
comunidad” debe abrirse al barrio, a la vereda, para servir a las necesidades del
vecindario, desde nuestras posibilidades.
Vamos a hacer una oración de lo que nuestra comunidad quiere ser y hacer para
servir al Reino de Dios.

Todos/as:
Somos semillas del Reino plantadas en la tierra de este mundo. Con hondas
raíces en el pasado y una larga mirada hacia el futuro. Delante nuestro va el
Pastor, Jesús de Nazaret, y su Evangelio, Marca el camino que lleva hacia su
Reino. Enviadas en misión samaritana, Iglesias abiertas y en salida; Queremos ser
comunidades servidoras, atentas a la vida:

Coro 1. -Para el que sufre: “hospitales de campaña”;


Coro 2. -Para el que carece de pan, mesa tendida.
Coro 1. - Para el que está solo, presencia que acompaña;
Coro 2. -Para el caído, mano que levanta y cuida;
Coro 1. -Para el que desespera, anuncio feliz de un buen mañana nacido de la
entrega de Jesús, bendita Pascua;
Coro 2.- Con el canto de María te alabamos, Señor y Padre nuestro, Creador de
todo lo que existe, de todo lo que es bueno.
Coro 1. Que en Sinodalidad, unidos caminemos, mano con mano,
Señor, somos tu Pueblo, Pueblo sacerdotal que, en profecía, denuncie con vigor
toda injusticia.

Todos/as:
Queremos servir al Reino que gratuito nos regalas escuchar al Espíritu, Señor,
cada mañana, Es la voz del Pastor que llama y nos envía a la fraterna misión de
ser entre la gente presencia de fe, de paz y de alegría. Queremos, en humilde
servicio, la vida hoy ofrecerte, Junto a los pobres, los humildes y sufrientes, los
caídos a la orilla del camino y olvidados, Con el arma de tu santa Palabra entre
las manos Hijas e hijos tuyos, Padre, y con Jesús en la unidad del Espirito Santo,
todos hermanos y hermanas. Amén

Animador/a: Como pueblo sacerdotal, tenemos la facultad de bendecir. Como


pueblo profético, tenemos el don de sentir lo que es de Dios y cultivarlo en la
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comunidad; como pueblo real, pueblo pastor, tenemos la misión de cuidar la
vida, cuidar la naturaleza, cuidar a las hermanas y hermanos. Extendemos
nuestras manos sobre estos dones que hemos traído para compartir y repetimos
todas y todos juntos: Padre Santo, Dios de toda bondad y misericordia, te
pedimos que bendigas estos dones que nosotras y nosotros, como pueblo Santo
tuyo, bendecimos. Hemos traído estos bienes para compartirlos y ahora, al
bendecirlos, bendecimos las manos que los prepararon y te pedimos que nos
hagas un pueblo sinodal que camina junto a otros y otras para hacer presente tu
Reino. Te lo pedimos por Jesús, nuestro Señor, que resucitado vive y reina en la
unidad del Espirito Santo por los siglos de los siglos. Amén.

Para terminar: Padre nuestro yCanto de despedida.


Oración por el Sínodo
Estamos ante ti, Espíritu Santo,
reunidos en tu nombre.

Tú que eres nuestro


verdadero consejero:
ven a nosotros, apóyanos,
entra en nuestros corazones.

Enséñanos el camino,
muéstranos cómo
alcanzar la meta.
Impide que perdamos el rumbo
como personas débiles y pecadoras.

No permitas que la ignorancia


nos lleve por falsos caminos.
Concédenos el
don del discernimiento,
para que no dejemos
que nuestras acciones
se guíen por prejuicios
y falsas consideraciones.

Condúcenos a la unidad en ti,


para que no nos desviemos
del camino de la verdad y la justicia,
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sino que en nuestro peregrinaje terrenal
nos esforcemos por alcanzar la vida eterna.

Esto te lo pedimos a ti,


que obras en todo tiempo y lugar,
en comunión con el Padre y el Hijo
por los siglos de los siglos. Amén.

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