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TEXTOS DEL NAZISMO ALEMÁN

“1. Pedimos la unión de todos los alemanes para constituir una Gran Alemania fundada
en el derecho de la independencia que tienen las naciones.

2. Pedimos para el pueblo alemán la igualdad de derechos en los tratados con las otras
naciones y la abolición de los tratados de Versalles y de Saint-Germain.

3. Pedimos espacio y territorio para la alimentación de nuestro pueblo y para establecer


nuestro exceso de población.

4. Nadie, salvo los miembros de la nación, podrá ser ciudadano del Estado. Nadie, salvo
aquellos por cuyas venas circula sangre alemana, sea cual sea su credo religioso, podrá
ser miembro de la nación. Por consiguiente, ningún judío será miembro de la nación.

8. Es preciso impedir toda la inmigración no alemana. Pedimos que se obligue a todo no


ario llegado a Alemania a partir del 2 de agosto de 1914 a abandonar inmediatamente
el territorio nacional.

11. Se abolirá todo ingreso no conseguido por medio del trabajo, así como la
servidumbre impuesta por el interés.

13. Pedimos la nacionalización de todas las empresas que actualmente están en poder
de los trusts.

14. Pedimos la participación en los beneficios de las grandes empresas.

15. Pedimos que se ponga en práctica un plan gradual de asistencia social a la vejez.

16. Pedimos la creación y el mantenimiento de una sana clase media […].

17. Pedimos una reforma agraria que sirva a nuestros intereses nacionales, la sanción
de una ley que ordene la confiscación sin compensaciones de la tierra con propósitos
comunales, la abolición del interés en el préstamo sobre las tierras y la prohibición de
especular.

20. […] Exigimos que el Estado eduque a su cargo a los niños dotados de talento superior
y los hijos de padres pobres, sean cuales sean la clase y la ocupación de éstos. 21. El
Estado procurará elevar el nivel de la salud de la nación protegiendo a las madres y los
niños, prohibiendo el trabajo infantil, aumentando la eficacia corporal mediante la
gimnasia obligatoria y los deportes […].

22. Pedimos la abolición del ejército mercenario y la formación de un ejército nacional.


25. Para llevar a cabo todo lo precedente, pedimos la creación de una poderosa
autoridad central del Estado: indiscutibles atribuciones del parlamento políticamente
centralizado sobre toda la nación y sobre su organización […]. “

Programa del Partido Obrero Alemán. 1920.


"Somos un partido antiparlamentario, con buenos fundamentos, que rechazamos la
Constitución de Weimar y las instituciones republicanas por ella creadas; somos
enemigos de una democracia falsificada, que incluye en la misma línea a los inteligentes
y los tontos, los aplicados y los perezosos; vemos en el actual sistema de mayoría de votos
y en la organizada irresponsabilidad la causa principal de nuestra creciente ruina. ¿Qué
vamos a hacer por tanto en el Reichstag?
Vamos al Reichstag para procuramos armas en el mismo arsenal de la democracia. Nos
hacemos diputados para debilitar y eliminar el credo de Weimar con su propio apoyo. Si
la democracia es tan estúpida que para este menester nos facilita dietas y pases de libre
circulación, es asunto suyo. (…). También Mussolini fue al Parlamento. Y a pesar de ello,
no tardó en marchar con sus camisas negras sobre Roma."

J. Goebbels. Artículo en Der Angriff. 1928.

“Todo lo que admiramos en este mundo -la ciencia, el arte, la habilidad


técnica y la inventiva- es producto creador de un número reducido de
naciones únicamente y en su origen, quizá, de una sola raza. La existencia
misma de esa cultura depende de aquellas naciones. Si las mismas
pereciesen se llevarían consigo toda la belleza de esta tierra.
Si dividiéramos a la raza humana en tres categorías -fundadores,
conservadores y destructores de la cultura- sólo la estirpe aria podría ser
considerada como representante de la primera categoría (...). La mezcla de
la sangre y el menoscabo del nivel racial que le es inherente constituyen la
única y exclusiva razón del hundimiento de las antiguas civilizaciones. No
es la pérdida de una guerra lo que arruina a la Humanidad, sino la pérdida
de la capacidad de resistencia, que pertenece a la raza solamente (…).
El antípoda del ario es el judío. Es difícil que exista en el mundo nación
alguna en la que el instinto de la propia conservación se halle tan
desarrollado como en el "pueblo escogido". La mejor prueba de ello la
constituye el hecho de que esta raza continúa existiendo. Si pasamos
revista a todas las causas del desastre alemán (en la pasada guerra),
advertiremos que la causa final y decisiva habrá de verse en el hecho de no
haber comprendido el problema racial y, en especial, la amenaza judía.”

A. Hitler. Mi Lucha. 1925.

El programa es claro. Hele aquí: eliminación total, segregación completa. ¿Qué


significa eso? Eso significa no sólo la eliminación de les judíos de la economía
alemana, -eliminación que ellos han merecido por sus crueldades y por sus
incitaciones a la guerra y al asesinato-. ¡Esto significa mucho más!
No se puede consentir que el alemán viva bajo el mismo techo que los judíos, raza
marcada de asesinos, de criminales, de enemigos mortales del pueblo alemán.
Por consiguiente, los judíos deben ser expulsados de nuestras casas y de nuestros
barrios y deben estar alojados en calles y en casas donde estén juntos y tengan el
menor contacto posible con los alemanes. Es preciso estigmatizarles y quitarles el
derecho de poseer en Alemania casas e inmuebles, pues no es conveniente que un
alemán dependa de un propietario judío y que le alimente con su trabajo.
Una vez que viva en un aislamiento completo, este pueblo de parásitos se
empobrecerá, pues no puede, ni quiere trabajar por sí mismo. Caerán todos en la
criminalidad como consecuencia de la propensión de su raza. Pero nadie crea que
en este caso nosotros observaremos tranquilamente tal evolución. El pueblo alemán
no tiene ganas de tolerar en su territorio a centenares de miles de criminales que
sólo mediante el crimen quieren asegurar su existencia, ¡sino también ejercer
todavía la venganza! Menos aún tenemos ganas de soportar a estos centenares de
miles de judíos depravados, una guarida de bolchevismos y un refugio para el
desecho criminal que, mediante un proceso natural de eliminación, se extienda a
nuestro propio pueblo.
Si quisiéramos tolerar semejante cosa, el resultado sería una conjura de los bajos
fondos tal, que quizá es posible en América, pero indudablemente no en Alemania.
Si tal evolución se produjese, nos encontraríamos frente a la dura necesidad de
exterminar los bajos fondos de la misma manera que tenemos la costumbre de
exterminar a los criminales en nuestro Estado: mediante el fuego y la epada. El
resultado será la desaparición efectiva y definitiva del judaísmo en Alemania, su
destrucción total.”

Afirmaciones antisemitas publicadas en la prensa nazi. Periódico Das


Schwarze Korps. 24 de noviembre de 1938.
Recogido en M. Laran y J Willequet. L’epoque contemporaine (1871-1965).
1969.

"Ante todo, el fascismo, en lo que concierne en general al futuro y al desarrollo de la


humanidad, y dejando aparte toda consideración de política actual, no cree en la
posibilidad ni en la utilidad de la paz perpetua. Por esa razón rechaza el pacifismo,
el cual en el fondo esconde una renuncia a la lucha y una cobardía ante el sacrificio.
Unicamente la guerra lleva a su punto máximo de tensión todas las energías
humanas e imprime un sello de nobleza a los pueblos que poseen la valentía de
enfrentarse a ella. Las restantes experiencias son sólo sucedáneos que no colocan
nunca al hombre frente a él mismo, ante la alternativa de la vida o la muerte. Es por
ello que una doctrina que parta del postulado previo de la paz es ajena al fascismo.
Así como son ajenos al fascismo, aunque se hayan aceptado por lo que puedan tener
de útiles en ciertas situaciones políticas, todas las construcciones internacionales y
societarias, las cuales, como bien ha demostrado la historia, pueden disgregarse en
el viento en cuanto que ciertos elementos sentimentales, ideales o prácticos, agitan
el corazón de los pueblos."

B. Mussolini. Discurso. 1932.

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