Está en la página 1de 9

VOTO CONCURRENTE QUE FORMULA EL SEÑOR MINISTRO

LUIS MARÍA AGUILAR MORALES, EN RELACIÓN CON EL


AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3584/2017.

En sesión celebrada el veintidós de junio de dos mil veinte, el Tribunal


Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación al resolver el
amparo directo en revisión citado al rubro, confirmó la sentencia
impugnada y negó el amparo a una persona que pretendía el pago de
una indemnización por error judicial —ocasionado por la jurisdicción
penal del entonces Distrito Federal—. El quejoso había sido
condenado a una pena de cincuenta años de prisión y, tras agotar la
cadena impugnativa ordinaria, fue absuelto del delito mediante juicio
de amparo directo en el que un tribunal colegiado de circuito estimó
que no había pruebas suficientes para sostener la condena penal.

Posteriormente, el quejoso y recurrente acudió en la vía civil ordinaria


y demandó al Gobierno del entonces Distrito Federal la reparación del
daño moral, ocasionado por lo que el quejoso consideró la “ilegal,
infundada y errónea sujeción a un procedimiento penal en el que se
dictaron sentencias condenatorias con base en una errónea e ilícita
valoración de pruebas”. Al respecto, el juez de primera instancia civil
desestimó las pretensiones por considerar, entre otras cuestiones,
que la actuación declarada ilegal en sede jurisdiccional no puede, por
sí misma, dar lugar a la responsabilidad patrimonial del Estado.

La sentencia de primera instancia fue confirmada en apelación y en


amparo directo. En este último, el tribunal colegiado de circuito negó
la protección de la justicia de la Unión y sostuvo que de acuerdo con
el artículo 109 constitucional, la indemnización por responsabilidad del
VOTO CONCURRENTE EN RELACIÓN CON EL
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3584/2017.

Estado sólo es procedente con motivo de la actividad administrativa


irregular, pero no a partir de actos jurisdiccionales.

Ahora bien, en la sentencia materia de este voto concurrente, el Pleno


negó el amparo, pero por razones distintas a las sostenidas por el
tribunal colegiado de circuito, consistentes en que no existe una
restricción o límite expreso en la Constitución General que permita
concluir —como lo hizo el tribunal colegiado— la imposibilidad de
demandar una indemnización por el daño causado como
consecuencia de una condena en sentencia firme por error judicial. Y,
por el contrario, que en el artículo 10 de la Convención Americana
Sobre Derechos Humanos1 —que forma parte del parámetro de
constitucionalidad Mexicano—, se contempla el derecho de toda
persona a ser indemnizada en caso de haber sido condenada en
sentencia firme por error judicial.

Sentado el criterio anterior, en la resolución se consideró que si bien


esta determinación sería suficiente para revocar la sentencia y
devolver los autos al tribunal colegiado para que estudiara la
pretensión de la parte demandante desde un plano de legalidad, a
ningún fin práctico conduciría, porque en este caso era evidente que
la acción intentada sería improcedente, pues de acuerdo con el
artículo 10 de la Convención, “el error judicial que da lugar a la
indemnización en que se sustenta la condena, debe reflejarse en una
sentencia firme, es decir una sentencia que ya no pueda ser
modificada dentro de la propia secuela procesal”.

Lo anterior, porque si bien el quejoso fue condenado en primera


instancia a una pena de cincuenta años de prisión —confirmada en
apelación—, lo cierto es que esa decisión nunca adquirió firmeza,

1
“Artículo 10. Derecho a Indemnización [Convención Americana]
Toda persona tiene derecho a ser indemnizada conforme a la ley en caso de
haber sido condenada en sentencia firme por error judicial”.
2
VOTO CONCURRENTE EN RELACIÓN CON EL
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3584/2017.

pues incluso el imputado estuvo en posibilidad de


combatir la resolución y, después de dos amparos,
obtuvo una sentencia absolutoria.

Como lo manifesté en sesión del Pleno, estoy de acuerdo en negar


el amparo, pero llego a esa conclusión por razones distintas a las
adoptadas por la mayoría, consistentes que para mí la
responsabilidad patrimonial del Estado se limita a la actuación
irregular de la administración pública, de manera que no es posible
exigir una indemnización por error judicial al amparo del artículo 109,
último párrafo, de la Constitución General2.

En primer lugar, quiero mencionar que un tema similar fue abordado


por la Segunda Sala en dos mil diez, cuando resolvimos el expediente
Varios 561/20103 —yo voté a favor del proyecto—, en el que se
concluyó que la responsabilidad objetiva y directa del Estado a que se
refería el artículo 113, segundo párrafo, de la Constitución —ahora
artículo 109, último párrafo4— corresponde a los daños causados por
los actos de administración del Poder Judicial, por lo que esta figura
no incluía una forma de indemnización por sus actuaciones
jurisdiccionales.

2
“Artículo 109 [Constitución General].- Los servidores públicos y particulares
que incurran en responsabilidad frente al Estado, serán sancionados conforme a
lo siguiente:
(…)
La responsabilidad del Estado por los daños que, con motivo de su actividad
administrativa irregular, cause en los bienes o derechos de los particulares, será
objetiva y directa. Los particulares tendrán derecho a una indemnización conforme
a las bases, límites y procedimientos que establezcan las leyes”. (vigente desde
el 27 de mayo de 2015).
3
Expediente Varios 561/2010, resuelto por la Segunda Sala el 25 de agosto de
2010, por unanimidad de 5 votos, de la Ministra Luna ramos y de los Ministros
Valls Hernández, Franco González Salas, Aguirre Anguiano y Aguilar Morales.
4
La regulación sobre la responsabilidad patrimonial del Estado que estaba
prevista en el artículo 113 constitucional, ahora se encuentra contenida, con
idéntica redacción, en el artículo 109, último párrafo.

3
VOTO CONCURRENTE EN RELACIÓN CON EL
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3584/2017.

Quiero enfatizar que en el precedente anterior, la Segunda Sala


concluyó que la responsabilidad patrimonial del Estado no incluía el
derecho a exigir una indemnización por la actividad jurisdiccional del
Poder Judicial, teniendo como fundamento el artículo 113
constitucional. Sin embargo, el contenido de esa norma sigue siendo
el mismo en la actualidad, incluso ahora que ya no se encuentra en
ese precepto sino en el artículo 109, último párrafo, de la Constitución.

En este sentido, tras ponderar los argumentos de la mayoría, no


encuentro razones de peso que me lleven a cambiar el criterio que he
sostenido sobre este tema desde dos mil diez.

Al respecto, considero que en el artículo 109, último párrafo, de la


Constitución no se contempla a la actividad jurisdiccional de los
poderes judiciales como uno de los ámbitos sujetos a la
responsabilidad patrimonial del Estado, pues incluso del análisis del
procedimiento legislativo es posible advertir claramente que la
intención del Órgano Reformador de la Constitución fue excluir las
actuaciones jurisdiccionales de la reforma por la que se implementó
este esquema de responsabilidad patrimonial 5.

Incluso, la Segunda Sala ha reiterado este criterio recientemente en el


amparo directo 6/20166 —que aunque no voté, también comparto—.

En ese precedente, se sostuvo que la pena de prisión es un acto que


compete a la autoridad jurisdiccional, quien cuenta con las facultades
de emitir las resoluciones que incidan en la libertad de los imputados

5
Lo anterior se ve reflejado en la tesis aislada de rubro: “RESPONSABILIDAD
PATRIMONIAL DEL ESTADO. EL ARTÍCULO 113, PÁRRAFO SEGUNDO, DE
LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA, NO COMPRENDE LA
FUNCIÓN MATERIALMENTE JURISDICCIONAL”. Registro 163745. [TA]; 9a.
Época; 2a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXXII, Septiembre de 2010; Pág. 199.
2a. XCIV/2010.
6
Amparo directo 6/2016, resuelto por la Segunda Sala el 7 de septiembre de
2016, por unanimidad de 4 votos, de los Ministros Medina Mora Icaza, Franco
González Salas, Luna Ramos y Pérez Dayán (ponente).
4
VOTO CONCURRENTE EN RELACIÓN CON EL
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3584/2017.

por la comisión de un delito. Y que en las sentencias


condenatorias que impongan una pena de privación
de la libertad, el juzgador tiene la obligación de fundar y motivar
correctamente las razones por las que llegó a la conclusión de que
existió una conducta típica, antijurídica y culpable imputada al
sentenciado.

Asimismo, se determinó que el daño reclamado por una persona que


—a su parecer— fue injustamente sentenciada a una pena de prisión,
no podía dar lugar a una indemnización, pues reiterando el criterio de
la Segunda Sala en el expediente Varios 561/2010, las
determinaciones jurisdiccionales se encuentran fuera del ámbito del
sistema de responsabilidad patrimonial del Estado, al relacionarse con
funciones materialmente jurisdiccionales7.

Además, tampoco coincido con la interpretación conjunta de los


artículos 109 de la Constitución General y 10 de la Convención
Americana Sobre Derechos Humanos, por la que la mayoría estimó
que la indemnización por responsabilidad patrimonial del Estado
procede frente a la actividad irregular de los órganos jurisdiccionales
por error judicial.

Por el contrario, desde mi perspectiva el Órgano Reformador de la


Constitución fue claro, desde la reforma de dos mil dos, que
únicamente los actos administrativos del Estado —incluso los de los
poderes judiciales cuando sean actuaciones materialmente
administrativas— podrán ser sujetos de responsabilidad patrimonial
del Estado.
7
“RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO. EL DAÑO RECLAMADO
POR EL PARTICULAR DERIVADO DE LA PRIVACIÓN DE SU LIBERTAD
ESTÁ FUERA DEL ÁMBITO DE AQUEL SISTEMA, AL RELACIONARSE CON
FUNCIONES ESTATALES MATERIALMENTE JURISDICCIONALES”. Registro
2012997. [TA]; 10a. Época; 2a. Sala; Gaceta S.J.F.; Libro 36, Noviembre de 2016;
Tomo II; Pág. 1556. 2a. CIX/2016 (10a.), aprobada por unanimidad de 4 votos, de
los Ministros Medina Mora Icaza, Franco González Salas, Luna Ramos y Pérez
Dayán (ponente).
5
VOTO CONCURRENTE EN RELACIÓN CON EL
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3584/2017.

En la sentencia se estima que en la Constitución no existe una


limitación expresa que impida demandar del Estado una
responsabilidad proveniente de la actividad jurisdiccional —por error
judicial— pues del procedimiento legislativo que dio origen a la
reforma constitucional de junio de dos mil dos —por la que se adicionó
un párrafo al artículo 113 constitucional para la incorporar
responsabilidad patrimonial del Estado—, se desprende que la
intención del Poder Reformador de la Constitución era limitar esa
posibilidad de manera temporal, por lo que ahora es posible
interpretar que conforme a lo previsto en el artículo 10 de la
Convención Americana, este tipo de indemnizaciones se incorporó al
catálogo de derechos en nuestro País.

No estoy de acuerdo con esa afirmación, pues no me parece que la


Constitución contenga una restricción temporal que pueda entenderse
superada o eliminada en forma automática y sin que exista un nuevo
procedimiento de reforma constitucional de por medio.

Incluso, la lectura que yo hago del procedimiento legislativo que dio


origen a la reforma constitucional de junio de dos mil dos es distinta a
la adoptada en la posición mayoritaria. En el dictamen de la Comisión
de Gobernación y Puntos Constitucionales de la Cámara de
Diputados, se advertía expresa y claramente, que fue voluntad del
Poder Reformador de la Constitución, no incluir los actos judiciales por
lo que hace a su función jurisdiccional.

Asimismo, en el dictamen se reconoció que:

“No se niega que se puedan causar daños por actos legislativos,


o incluso judiciales, esta es la razón de que en algunas
legislaciones extranjeras se contemple la responsabilidad del
Estado por ‘error Judicial’; sin embargo la naturaleza y
caracteres de los actos legislativos y judiciales, nos lleva a

6
VOTO CONCURRENTE EN RELACIÓN CON EL
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3584/2017.

proponer excluirlos, cuando menos por ahora,


de la responsabilidad patrimonial.
Por lo analizado y expuesto en estas líneas, concluimos que es
preferible no incluir los actos legislativos ni los actos judiciales
dentro de la responsabilidad patrimonial del Estado. Es
pertinente hacer la aclaración de que sí quedarían incluidos los
daños causados por los actos administrativos que realizan los
órganos legislativo y judicial, ya que el criterio de separación
seguido es en razón de su naturaleza y de sus efectos, no así
del órgano que lo expide”.

Como se puede apreciar, el Órgano Reformador de la Constitución fue


muy claro en sostener que la reforma constitucional en materia de
responsabilidad patrimonial del Estado se dirigía solamente para
controlar la actividad irregular de la Administración Pública, por lo que
excluyó de este sistema cualquier forma de responsabilidad generada
por la actividad jurisdiccional de los poderes judiciales.

Es verdad, como se afirma en la sentencia, que a partir de la reforma


constitucional en materia de derechos humanos de dos mil once, este
Tribunal Pleno ha definido que el parámetro de constitucionalidad está
conformado por los derechos humanos reconocidos en la Constitución
General y en los tratados internacionales celebrados por el Estado
Mexicano. Sin embargo, al resolver la contradicción de tesis
293/20118, sostuvimos que cuando la Constitución mexicana
establezca un límite a un derecho humano que se encuentre
reconocido con mayor amplitud en un tratado internacional, debe
prevalecer el límite9.

8
Contradicción de tesis 293/2011, resuelta por el Tribunal Pleno el 3 de
septiembre de 2013, por mayoría de 10 votos de los Ministros Gutiérrez Ortiz
Mena, Luna Ramos, Franco González Salas, Zaldívar Lelo de Larrea (ponente),
Pardo Rebolledo, Valls Hernández, Sánchez Cordero de García Villegas, Pérez
Dayán, Silva Meza y Aguilar Morales, con reservas respecto de las
consideraciones. En contra el Ministro Cossío Díaz.
9
Este criterio fue sustentado en la tesis de jurisprudencia 20/2014, de rubro:
“DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN Y EN LOS
TRATADOS INTERNACIONALES. CONSTITUYEN EL PARÁMETRO DE
CONTROL DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO EN LA
CONSTITUCIÓN HAYA UNA RESTRICCIÓN EXPRESA AL EJERCICIO DE
AQUÉLLOS, SE DEBE ESTAR A LO QUE ESTABLECE EL TEXTO
CONSTITUCIONAL”. Registro 2006224. [J]; 10a. Época; Pleno; Gaceta S.J.F.;
Libro 5, Abril de 2014; Tomo I; Pág. 202. P./J. 20/2014 (10a.).
7
VOTO CONCURRENTE EN RELACIÓN CON EL
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3584/2017.

De esta manera, reiterando lo que sostuve al resolver el expediente


Varios 561/2010, nuestra Constitución reconoce la obligación del
Estado mexicano de asumir su responsabilidad objetiva y directa por
sus actividades administrativas irregulares, por lo que, atendiendo a lo
expuesto en el procedimiento legislativo, considero que el Órgano
Reformador de la Constitución estableció un límite que excluye la
indemnización por la responsabilidad patrimonial del Estado generada
por error judicial, de manera que como lo sostuvimos en la referida
contradicción de tesis 293/2011, debe prevalecer la voluntad del
Constituyente mexicano.

Finalmente, aun suponiendo que nuestro marco constitucional


permitiera exigir una indemnización por la responsabilidad patrimonial
del Estado derivada de error judicial, considero necesario que esta
Suprema Corte defina lo que debe entenderse por error judicial, en
qué casos puede actualizarse y cuáles son los elementos que deben
cumplirse para que sea procedente la indemnización.

Una de las principales preocupaciones del Órgano Reformador de la


Constitución en dos mil dos —y por la que en ese momento decidió no
incluir la responsabilidad patrimonial de actos jurisdiccionales— fue el
temor a generar un recurso extraordinario que revisara actuaciones
jurisdiccionales firmes.

En este sentido, como la posición mayoritaria del Pleno surge de una


construcción jurisprudencial, no se cuenta con las reglas claras ni se
han definido los parámetros que deberán ser aplicados por los
órganos que conozcan, en el futuro, de casos en los que se demande
una indemnización por la responsabilidad patrimonial del Estado
derivada de error judicial.

8
VOTO CONCURRENTE EN RELACIÓN CON EL
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3584/2017.

Me parece que esta indefinición es problemática y


deberá esclarecerse a la brevedad para no generar
incertidumbre jurídica. Por lo pronto, quiero señalar que la
responsabilidad patrimonial del Estado no puede tener un efecto tal
que genere una nueva posibilidad de revisar los hechos juzgados, por
el contrario, el error judicial no es una nueva etapa revisora y no
puede tener, en forma alguna, el efecto de modificar una situación
jurídica existente.

La indemnización por error judicial no debe significar que cualquier


error argumentativo o técnico genere la responsabilidad del Estado, y
tampoco implica que, en el marco de un procedimiento jurisdiccional,
si un tribunal de alzada revoca una resolución o actuación judicial,
ésta genere en automático responsabilidad.

No obstante, esas cuestiones no tienen una respuesta a partir de la


interpretación asumida en la sentencia aprobada, de manera que esta
indefinición normativa me lleva a reforzar mi convicción en torno a que
la responsabilidad patrimonial del Estado derivada de error judicial, no
se encuentra reconocida como un derecho en nuestro parámetro de
constitucionalidad.

En síntesis, estoy de acuerdo en negar el amparo solicitado, pero


únicamente por las razones antes expuestas.

MINISTRO

LUIS MARÍA AGUILAR MORALES

LATO

También podría gustarte