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ETNOGRAFÍA DE UNA MISA CATÓLICA.

Llego a la iglesia de mi barrio a escuchar la misa con mis dos hijos, Nicol de 15
años y Santiago de 12 años, antes de ingresar al recinto le digo que tengan una
actitud de respeto y comportarse como se debe, ya que es algo que en lo
particular no estoy de acuerdo; no tengo un horario establecido para asistir a la
iglesia ya que por mi trabajo y ocupaciones de la casa voy cuando me quede
tiempo libre. Siempre he creído que DIOS, que está en cualquier lugar donde
oremos por eso trato de que en mi hogar siempre se haga una oración, pero a mis
hijos y a mí nos gusta mucho ir por conocer más gente e interactuar con ellos
acerca de sus experiencias y vivencias en la parte religiosa y espiritual, tratamos
de ser amables con todos en el lugar, cuando nos damos la paz aprovechamos
para socializar.

La misa es un ritual sagrado para nosotros los católicos, al estar ahí nos sentimos
bien, en paz con nosotros mismo es el refugio para mitigar las preocupaciones y
encontrar la solución a lo que necesitamos. El sermón siempre es algo de
provecho para cada uno, porque no sabemos por lo que las personas están
pasando y muchas veces ahí está la respuesta, es Dios hablándonos atreves de la
biblia y su servidor que es el cura. Otro paso importante es el diezmo pues gracias
a eso se ayuda a muchos feligreses de la congregación y a para la estructura de la
misma iglesia, el diezmo no es obligatorio es dar lo que tú puedas y si así lo
deseas, Dios ama al dador alegre no por obligación.

Los sitios de congregación se percibe una paz y tranquilidad que a veces no hay
en ningún otro lado, en estos tiempos mucha gente se ha refugiado en la iglesia
por todo lo que estamos viviendo de la pandemia, ya sea que perdieron a un ser
querido o falta de trabajo o por su propia salud, además un bálsamo que alivia las
penas del Alma.

JASMIN PIEDAD CUDRIS MEJIA

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