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Tema N° 3
OBLIGACIÓN ALIMENTARIA
(Resumen y anotaciones de las clases y libros de Raúl Sojo Bianco, Francisco López Herrera,
Freddy Zambrano, Héctor Peñaranda y Minerva Rangel de Tundidor.)
Esto permite afirmar que es un deber que surge para una persona, por lo que está
obligada a suministrar a otra persona los medios o recursos necesarios para la subsistencia de
ésta.
Como lo refiere López Herrera, tal obligación puede surgir de un convenio (contrato
innominado de alimentos), o de un hecho ilícito (reparación del daño causado), o de un
testamento (a través del legado de alimentos) o, final y principalmente, por disposición
legal[2].
Así pues, se deduce que no siempre es igual la obligación alimentaria, puesto que la
misma va a variar según el origen y de acuerdo con la condición del alimentista.
Ante esta consideración, necesario es conocer la definición que brinda Francisco López
Herrera sobre la obligación legal impropia, la cual considera como: “… el deber de atender y
satisfacer las necesidades de vida, que la ley impone recíprocamente a los esposos entre sí y la
que establece en el mismo sentido, sobre el padre y la madre en favor de los hijos
matrimoniales, extramatrimoniales y adoptivos de menor, de uno y de otra,
independientemente de que el esposo o la esposa – en el primer caso – o los hijos – en el
segundo – se encuentren o no en situación de penuria.”[5]
Ante esta definición, señala el mismo autor precitado que las bases o el fundamento del
deber legal y propiamente dicho de alimentos son el vínculo de solidaridad que debe unir a los
miembros de la familia, particularmente cuando las circunstancias sean desfavorables para
alguno de ellos.
La Constitución Nacional dispone en el único aparte del artículo 76 que: “El Padre y la
Madre tienen el deber compartido e irrenunciable de criar, formar, educar, mantener y asistir
a sus hijos e hijas, y éstos tienen el deber de asistirlos cuando aquellos o aquellas no puedan
hacerlo por sí mismos…”. En efecto, se dispone, como precepto constitucional, la efectividad
de la obligación alimentaria.
Así pues, en el Código Civil Venezolano vigente, se consagra en el Título VIII del Libro
Primero, artículos 282 al 300, ambos inclusive, lo concerniente a “la educación y a los
alimentos”, e igualmente, la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes
dispone lo propio, tal y como se verá a posteriori.
Para que surja la obligación alimentaria, deben concurrir tres condiciones o requisitos
necesarios, de acuerdo con Sojo Bianco[8], estos son:
1. Que exista una persona incapaz de subvenir por si sola a la satisfacción de sus
necesidades vitales.
El artículo 294 del Código Civil dispone que para valorar la imposibilidad de quien requiere los
alimentos, debe tomarse en cuenta su edad, condición y demás circunstancias, por lo que el
estado de necesidad es una cuestión de valoración judicial, conforme a las pruebas aportadas y
tomando en consideración las circunstancias de cada caso en particular.
El artículo 285 del sustantivo ci¡”l reza lo siguiente: “La obligación de alimentos recae sobre los
descendientes, por orden de proximidad; después sobre los ascendientes y a falta de unos y
otros, se extiende a los hermanos y hermanas.” No cabe duda que se establece un orden de
prelación dentro de una línea parental consanguínea, pero también se establece la obligación
en el parentesco por afinidad, cuando en el artículo 286 se dispone que: “La persona casada no
podrá exigir alimentos a las mencionadas en el artículo anterior; sino en el caso de que su
cónyuge se encuentre en el mismo estado de necesidad o carezca de recursos…, en caso
contrario, la obligación recae en primer lugar sobre dicho cónyuge…”
Esta capacidad económica será valorada de igual manera por el Juez, pues dependiendo de las
necesidades del beneficiario será valorada la capacidad económica del obligado.
Orden de prelación
Del texto de los artículos 285 y 286 del Código Civil se establecen cinco grupos de obligados,
los cuales no se conforman de forma solidaria, sino que se encuentran en un estricto orden de
prelación, los cuales se discriminan de la siguiente forma:
Al tratarse de una obligación propia de alimentos, es decir, por la cual el acreedor es una
persona mayor de edad pero no es cónyuge del deudor, refiere López Herrera (2011)[9] que tal
obligación no surge automáticamente por la simple conjunción de los tres requisitos de
procedencia del Derecho de Alimentos, por lo que es indispensable que el titular del derecho
también haga uso de él, es decir, que reclame tal derecho.
Por otro lado, frente a una obligación alimentaria impropia, por la cual el acreedor de
alimentos es cónyuge del deudor o es un niño o adolescente, no se hace menester que dicho
acreedor se encuentre en estado de necesidad, pues obra de pleno derecho con el simple
hecho cuando frente a él se encuentra otra persona obligada se impone tal deber por ley.
En palabras del mismo autor, el deudor alimentario impropio tiene que estar pendiente de
cumplir con su obligación sin esperar el reclamo del acreedor. No obstante su inobservancia,
podrá ser compelido a ello por la vía judicial.
De acuerdo con lo planteado por Raúl Sojo Bianco (2004)[10], el requerimiento para que sea
cumplida la obligación alimentaria puede hacerse tanto por vía extrajudicial como por vía
judicial, siempre distinguiendo si el acreedor se trata de adultos, niños o adolescentes.
1. Por la vía extrajudicial: En el caso de adultos, sólo basta que el necesitado
requirente acuda al pariente compelido por la ley y, al éste acceder sin oposición
alguna, se fijará el monto y forma de prestarla para que se inicie su cumplimiento.
2. Por la vía judicial: Tal y como se dijo en el encabezado de este apartado, debe
distinguirse si el reclamante se trata de un adulto o de un niño o adolescente. En el
primero de los casos, debe regirse por las disposiciones del Código de Procedimiento
Civil en sus artículos 747 y 748, que señalan que el procedimiento debe iniciarse ante
el Juez de Primera Instancia en lo Civil en contra del presunto obligado. Dicha acción
deberá ser intentada por el necesitado, quien alegará y probará los supuestos para
que la obligación alimentaria surta efectos.
Con esta forma de extinción se hace referencia a hechos extintivos de una relación parental,
como el divorcio, la impugnación de la paternidad o la disolución de la familia de origen a
consecuencia de una adopción.
5. La muerte del acreedor (Art. 298 CCV; Art. 383, literal a LOPNNA).
6. La muerte del deudor (Art. 298 CCV; Art. 383, literal a LOPNNA).
La indignidad en este sentido guarda relación con el hecho ilícito perpetrado en contra de la
persona obligada a prestar alimentos por parte del acreedor de los mismos.
Dispone el artículo 288 del Código Civil Venezolano que la obligación alimentaria o el Derecho
de Alimentos puede ser cumplido de dos formas, por lo que reza de la siguiente manera:
Artículo 288. El que deba suministrar los alimentos puede optar entre pagar una pensión
alimentaria o recibir y mantener en su propia casa a quien los reclama, salvo que se trate de
menores cuya guarda corresponde, por ley o decisión judicial, a otra persona, o que el Juez
estime inconveniente permitir esta última forma. Si el beneficiario es alguno de los padres o
ascendientes del obligado, la prestación de alimentes en especie no se admitirá cuando
aquellos no quieran recibirlos en esta forma.
Tomando como base la obra Derecho de Familia del jurista zuliano Héctor Peñaranda[11], la
Obligación de Manutención, tal y como es consagrada en la Ley Orgánica para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes, a tenor de lo dispuesto en el artículo 366, es un efecto de la
filiación legal o judicialmente establecida, que corresponde al padre y a la madre respecto a
sus hijos e hijas que no hayan alcanzado la mayoría de edad.
Esta obligación subsiste aun cuando exista privación o extinción de la patria potestad, o no se
tenga la responsabilidad de crianza del hijo menor de edad, a cuyo efecto se fijará
expresamente por el juez el monto que deberá pagarse por tal concepto en la oportunidad en
que se dicte la sentencia de privación o extinción de la patria potestad.
3. A juicio del juez que conozca la respectiva solicitud de alimentos, el vínculo filial
resulte de un conjunto de circunstancias y elementos de prueba que, conjugados,
constituyan indicios suficientes, precisos y concordantes.
En este supuesto, el maestro procesalista venezolano Ricardo Henríquez La Roche, citado por
Rengel de Tundidor (1997:39)[14], señala que la acción de los hijos no reconocidos es
procedente en virtud de que es un juicio conjetural, que la ley autoriza a realizarlo con el peso
de las circunstancias, siempre que haya indicios, conjeturas o sospechas, por lo que es posible
armar plena prueba para establecer la filiación y obligarlo al suministro de alimentos.
[1] Sojo Bianco, Raúl. (2004). Apuntes de Derecho de Familia y Sucesiones. 14ª Ed. Caracas:
Mobil Libros.
[2] López Herrera, Francisco. (2011). Derecho de Familia. T.I. 2ª Ed. Caracas: Universidad
Católica Andrés Bello. P. 137-138.
[4] Insuficiencia o falta de algo, especialmente de aquello que se necesita para vivir.
[7] de Jongh Sarmiento, Francisco Alfredo (2018). Concepto y ubicación del Derecho Civil.
Disponible en: https://dchodepersonasyfamilia.blogspot.com/2018/08/derecho-civil-i.html
[11] Peñaranda Q., Héctor R. (2013). Derecho de Familia. 2ª Ed. Maracaibo: Editorial de La
Universidad del Zulia (EDILUZ). P.97
[14] Rengel de Tundidor, Minerva. (1997). La prestación alimentaria a los niños cuya filiación
no se ha establecido. Caracas: Livrosca.
Francisco en 9:00
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