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Universidad Autónoma De Nuevo León UANL

Facultad De Derecho & Criminología.

Docente: Gil David Hernández Castillo

Alumno: Aleck Elian Solis Martínez

Matrícula: 1894594
4. MEDIDA Y EVOLUCION DE LA DELINCUENCIA

¿COMO DEFINIR Y MEDIR LA DELINCUENCIA?

Todos los elementos anteriormente comentados, y otros diversos que serán objeto de
atención a lo largo de esta obra, que no son en sí origen directo de la delincuencia, no
obstante, pueden concluir influyendo sobre diversas mediciones de los delitos, como
las actuaciones de la policía, las diligencias judiciales, las sentencias penales, y el
número de presos, mediciones que son habitualmente tomadas como magnitudes del
fenómeno delictivo.

FUENTES DE INFORMACION

Estaríamos en el nivel de aquellos sucesos infractores que, aunque no hayan sido


denunciados oficialmente, pueden estimarse numéricamente o bien mediante
encuestas de victimización, preguntando sobre los delitos sufridos, o bien mediante
cuestionarios de autoinculpación, en que se indagan los posibles delitos hechos por los
encuestados, primordialmente adolescentes y adolescentes.

MIEDO AL DELITO

Aunque siempre existe cierta probabilidad (generalmente pequeña) de ser víctima de


un delito, el miedo al delito y el grado en que se ve inseguridad, no parecen guardar
una relación directa y unívoca con la probabilidad real de delito.

En un estudio de crítica pública desarrollado en Italia, Amerio y Roccato (2005)


diferenciaron entre miedo al delito y percepción del delito como problema social.

Se encontró que el miedo personal al delito dependería principalmente de la previa


victimización de las personas encuestadas, así como además de numerosos
cambiantes sociodemográficas, tales como que residan en zonas urbanas, tengan
mayores problemas socioeconómicos, y experimenten cierta degradación sociocultural
y aislamiento social.

ESTADISTICAS JUDICIALES
Aunque siempre existe cierta probabilidad (generalmente pequeña) de ser víctima de
un delito, el miedo al delito y el grado en que se ve inseguridad, no parecen guardar
una relación directa y unívoca con la probabilidad real de delito.
En un estudio de crítica pública desarrollado en Italia, Amerio y Roccato (2005)
diferenciaron entre miedo al delito y percepción del delito como problema social. Se
encontró que el miedo personal al delito dependería principalmente de la previa
victimización de las personas encuestadas, así como además de numerosos
cambiantes sociodemográficas, tales como que residan en zonas urbanas, tengan
mayores problemas socioeconómicos, y experimenten cierta degradación sociocultural
y aislamiento social.
ESTADISTICAS POLICIALES
Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil acostumbran a ocupar el mismo
formulario para registrar las denuncias que reciben, por lo cual, aunando los datos de
los dos cuerpos policiales, puede obtenerse una imagen aproximada (aunque
incompleta) de la delincuencia en España.
Los delitos denunciados frente a la policía autónoma vasca iniciaron a incluirse en el
cómputo general de denuncias ofrecido por el Ministerio del Interior, desde 1998. No de
esta forma los delitos denunciados frente a la policía autónoma catalana.
No obstante, durante los primeros años 2 mil, y hasta ahora, se ha instaurado la
costumbre de dar separadamente las denuncias registradas, en las sociedades
catalana, vasca y navarra, por sus respectivas policías autonómicas.
EVOLUCION DE LA VICTIMIZACION
Un problema fundamental de las encuestas de victimización llevadas a cabo
globalmente en España es, según se observó, la carencia de una coherencia plena
entre ellas, de un año a otro, en su metodología, selección de muestras, etcétera. Se
han operado relevantes cambios relativos a los hábitos de consumo de drogas y por lo
cual tiene relación con los perfiles de los clientes. Se habría evolucionado a partir de un
consumo más extenso, por parte de personas en varios casos marginalizados, de
heroína inyectada, en las décadas de los 80 e inicios de los 90, a un uso preferente de
cocaína y drogas de síntesis, que podrían ser consumidas por adolescentes a una
edad más temprana y por adultos normalizados, o no marginales.

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