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EL PODER DE LA GRATITUD

El joven Tlachicauhtli se encontraba con su maestro Ocelocoyotl al pie


del templo mayor de la Gran Tenochtitlan, cuando el primero preguntó
a su maestro: ¿Cuál es la virtud que retribuye algo a los hombres? Y
Coyotl Ocelo le respondió: Es “La gratitud”, y más aún, esta virtud
tiene poder como verás; mira el maguey cuando termina su ciclo de
vida desarrolla su quiotl (quiote) para impulsar su flores hacia el cielo
agradeciéndole por haberle permitido coronar la tierra con sus pencas
además de proveer a los hombres de su jugoso néctar, y el poder de
ese acto de gratitud le permite esparcir su semilla desde lo alto de su
quiotl y así dejar su simiente para cuando el muera, pues como sabes
cuando el maguey florece su fin se acerca. Así Ometecuhtli por ese
acto de “Gratitud” le concede un pedazo de su poder como Señor
Eterno que es.

El druida Arthur terminando su ritual y oración a los dioses, se apartó


del encino sagrado y al girar su rostro vislumbró no muy lejos venir a
su joven discípulo Kelvin, Arthur caminó unos pasos hacia la dirección
de dónde provenía el joven, acto seguido se sentó en una roca a
esperarlo. Ya frente al druida, Kelvìn permaneció de pie ante él,
después de unos segundos rompió el silencio preguntándole: ¿por lo
que los dioses nos proveen, cuál es la actitud que deben tomar los
hombres? Y el druida Arthur inclinó su cabeza luego la giró hacia su
izquierda y su mirada pareciera como si estuviera viendo un pizarrón
don estaba la respuesta, luego de unos minutos respondió: Joven
Kelvìn la actitud que deben tomar los hombres después de recibir los
beneficios que nos brindan los dioses es “La gratitud”, por eso los que
conocemos los secretos de las encinas sagradas sabemos que esa
actitud nos permite proseguir en algún momento con la vida, gracias
“Al Poder de la Gratitud” hemos de reencarnar, pues los dioses
reconocen nuestro agradecimiento y por eso nos permiten volver a
vivir.
El sol inclemente reverberaba en la arena, las palmeras junto al Nilo
parecían inclinarse vencidas ante el cálido castigo, desde el alto
balcón del palacete que servía de escuela de medicina el maestro
Kafele contemplaba la escena junto con su discípulo Fenuku, entonces
Kafele comento a su discípulo nos caerá bien un poco de agua fresca,
la jornada de hoy ha sido muy intensa, después llamó a uno de los
sirvientes de la escuela: Donkor tráenos agua fresca, y el fiel Donkor
asintiendo con la cabeza se dirigió por el refrescante líquido; después
de tomar el agua que les sirvió Donkor, Fenuku refirió a su maestro:
hoy hubo bastantes enfermos que atender, solo pudimos descansar un
poco a la hora de comer. Así es Fenuku, pero en mi “La Gratitud” de
esa gente ejerce un poder que me da fuerza para no desfallecer y
atender hasta el último enfermo. Igual en mi maestro, es bueno eso
Fenuku porque “El Poder dela Gratitud” de la gente te ayudará a ser
un buen médico dedicado y empeñoso puesto que despertará en ti
compasión por ellos y con ello Amor a la Humanidad.

El joven Yaxkin salió de su choza poco antes de que amaneciera, su


piel sentía la frescura que brinda la despedida de la noche para dar
lugar al nuevo día que el Sol iluminará con su luz y calentará a la tierra
y a todo lo que manifieste vida en ella, caminó rumbo a la gran
pirámide de Ku Kul Kan, cuando llegó a esta subió lentamente la
empinada escalinata hasta llegar a su cúspide, y ya estando ahí se
ubicó primero en la parte occidental, luego en la septentrional,
posteriormente volvió sus pasos para posarse en la parte sur, y acto
seguido se encaminó hacia la oriental, deteniéndose en el punto
medio, y posó su mirada en lontananza, esperando ver la primigenia
luz matutina y así vio como el disco solar se iba levantando en el
horizonte como si presenciara el parto del Astro Rey. En su mente se
agolparon los pensamientos acerca de la vida y la muerte, y el ver una
vez más el nacimiento de un nuevo día, llegó a su menta la idea de
que uno si muere debe volver a nacer como lo hace el Dios Sol; ya se
había despegado el Sol de la línea de la tierra cuando decidió bajar de
la pirámide. Caminando por el sendero que conducía hacia la zona
habitacional. Se encontró con el viejo maestro maya Aaj-beh quien al
verlo le saludo con alegría: siento gusto saludarte joven Yaxkin ¿qué
revelaciones te ha traído el Dios Sol en este amanecer? Y Yaxkin le
respondió: que si el Dios Sol nace cada día después de morir al
anochecer, los humanos también debemos volver a nacer. ¿Y qué
más Yaxkin? Que debemos gratitud al Dios Sol por iluminarnos y
calentar a la Tierra y todo lo que en ella hay, pues todo eso nos
permite percibir la vida. Oh joven Yaxkin es loable ese pensamiento
tuyo, pues la gratitud te da el poder de asimilar las revelaciones que te
trae cada mañana el Dios Sol, y eso no se le da a cualquiera, por lo
que puedes considerarte privilegiado.
Yana Enola ce acercó al tipì de su amigo Sahale y pidió permiso para
entrar, desde adentro Sahale le concedió pasar. Ya adentro le brindó
un saludo: El Gran Manitú te de energía en este día hermano.
Igual sea para contigo Yana Enola ¿qué te trae por aquí mi hermano?
Solo conversar contigo, acerca de este día que en el calendario del
hombre blanco es 24 de noviembre y que celebran el Día de Acción de
Gracias ¿Y que hay con eso hermano? Pues que esa celebración me
repugna, ya que es una hipocresía, ¿cómo pretenden con eso
allegarse “El Poder de la Gratitud”? más bien debería ser día de
acción de arrepentimiento de su nefasta acción traicionera de sus
antepasados cuando llegaron a estás tierra donde varias tribus de
nuestros hermanos dakotas, siux y otros los recibieron con gran
hospitalidad, y ellos respondieron a esa noble actitud masacrándolos y
apoderándose de sus adornos de oro y de sus mujeres. Agradecen a
su Dios por esos latrocinios, lo cual quiere decir que su Dios es igual a
ellos de malvado. El Gran Manitú no nos hubiera beneficiado con “El
Poder de la Gratitud” dándonos lluvias abundantes, caza igual
abundante y salud, si le diéramos gracias por haber abusado de los
demás. Tienes mucha razón Yana Enola esa gente es de una raza
abusiva y criminal, ya ves que hasta en otras partes del mundo siguen
abusando y cometiendo tropelías en contra de pueblos que no les han
hecho nada, y dan gracias a su Dios en vez de pedirle perdón por sus
crímenes, por eso nunca obtendrán “El Poder de la Gratitud”, por lo
que seguirán deseando lo de los demás sin encontrar satisfacción y
contentamiento.

Samín caminaba junto a Pachacùtec rumbo a las antiguas ruinas de


Tiahuanaco, escuchando su plática. Joven Sanín hoy te revelaré unos
de los secretos de la Puerta del Sol. ¿Ves la Puerta del Sol? Si mi
señor y maestro.
Pues bien, como te habrás dado cuenta joven Samín por ella entra el
Sol matutino, el cual no solo nos trae la luz que ilumina nuestro
mundo, sino que su radiación nos trae enseñanzas de alto nivel, solo
que para captarlas mejor debes pasar a la siguiente etapa de tu
instrucción y hoy es el día.
Y ¿en qué consiste esa etapa maestro? Primero debes concentrarte
en el Sol, luego en la Luna que son las luminarias que nos rigen la
mente, empieza y cuando te lo pida me dirás que pensamientos te
llegaron al pensar en cada uno de esos astros.
Luego de casi una hora Pachacùtec solicitó al joven Samín le revelara
que pensamientos le llegaron. Y bien ¿Qué pensamientos te llegaron
cuando concentraste tu mente en el Sol: El pensamiento que me llegó
era acerca de la vida, de cuanta abundancia hay en la vida que nos
rodea, pájaros, llamas, pumas, serpientes, cóndores, hormigas,
moscas, plantas de muchos tipos; cuanto movimiento hay en todo, los
animales trasladándose, y las plantas como se mueven con el viento y
como éste traslada sus semillas por diversos lugares.
Y ¿cuándo te concentraste en la Luna? Con ella me llegaron
pensamientos acerca del nacer y la muerte; de como al nacer somos
indefensos, pues no tenemos la fuerza suficiente para defendernos de
algún ataque, no podemos ni caminar como lo hacen los demás
animales, para movernos de un lugar a otro necesitamos de nuestra
madre. Y carecemos de lenguaje, y de pensamientos, la única manera
de expresarnos es mediante el llanto, pareciera que eso presagia que
nos hemos de enfrentar a pruebas dolorosas. Y acerca de la muerte,
que es el viaje inevitable de todo ser viviente, tras el cual nuestra
imagen se perderá y solo quedará grabada en el corazón de nuestros
seres queridos.
Bien Samín regresemos a casa, mañana antes de amanecer
volveremos aquí, para completar tu etapa de instrucción, la cual es la
última. Pero durante el resto del día concentra tu mente en las
estrellas que pueblan el cielo nocturno, ah, y cena ligero yo te
esperaré junto a la roca donde solemos reunirnos, de ahí partiremos
antes de que aparezcan los primeros destellos del Sol.
Y así, maestro y discípulo se encontraron en el lugar convenido, para
enseguida encaminarse hacia la Puerta del Sol. Y a unos metros de la
portentosa puerta, Pachacùtec se detuvo, y de su morral extrajo un
envoltorio de hojas de la cual extrajo unos hongos frescos y unas
semillas mismas que se las dio y le dijo ofrenda esto a los cuatro
señores del espacio, primero al Señor del Norte, luego al del Sur, en
seguida al del Occidente y por último al del Oriente agradeciendo a
cada uno lo que te van a revelar, y come hasta terminar todo, después
de un rato iniciaron su camino hacia la Puerta del Sol, Pachacùtec
ubicó a Samín en el centro de dicha puerta y en seguida se alejó.
Antes de que se vislumbraran los primero rayos del Sol, Samín vio
pasar una sombra frente a él, luego otra, de momento se estremeció
al levantar la mirada vio pasar una estrella fugaz como nunca la había
visto, pues su estela era de colores brillantes. A los primeros destellos
de repente se le apareció un hombre vestido de azul, quien le dijo: por
tu gratitud la Fuerza del Norte te da el don de visión, y como apareció
también se esfumó. Después apareció un hombre vestido de verde
quien le dijo: por tu gratitud la Fuerza del Sur te brinda el don del
conocimiento de la cura. Luego apareció un hombre vestido de negro
el cual le dijo: por tu gratitud la Fuerza de Occidente te concede el don
del poder interno, y por último cuando ya el disco solar empezaba a
asomarse apareció un hombre vestido de un blanco refulgente y le
dijo: por tu gratitud la Fuerza del Oriente te brinda el don de la
sabiduría. Después de todo esto el joven Samín veía como el Sol se
remontaba en el horizonte oriental pero no era el Sol que el conocía
sino un Sol que irradiaba rayos con los colores del arcoíris, luego de
esa experiencia visual cayó postrado llorando de Gratitud por los
dones recibidos, y estando en esa posición la mano de Pachacùtec se
posó sobre su hombro derecho quien en voz alta le refirió: oh joven
Samín sé que en tu corazón se albergan nobles sentimientos y que
por eso sabrás aprovechar los dones que te han sido conferidos en
bien de la humanidad. Hoy tu instrucción se ha completado y por tanto
serás digno de ser mi sucesor para transmitir lo aprendido a otros y a
tu sucesor en su momento.

El rabino Manahem Jehudah y Moshè Adam daban un paseo por el


parque Hayarton en Tel Aviv. Cuando el rabino dijo A Moshè: recuerdo
cuando acudiste a la sinagoga a presentar y dar gracias a Adonay por
el nacimiento de tu primogénito Jeftè. Precisamente ayer estaba
recordando ese día. Pues debe ser porque mañana asistiremos a la
graduación de su especialidad como neurocirujano, cosa que como
verás el poder de la gratitud te brinda la oportunidad de ver cristalizado
el deseo de tu hijo de ser útil a la humanidad con su carrera médica. Y
a mí el saber que mi hijo será un hombre de bien, ya que además de
su profesión es pacifista y detesta la inacabable guerra que el
gobierno se empeña en continuar contra los Palestinos. Si Moshè, a
mi parece injusta, pues cuando llegamos huyendo de la persecución
de los nazis, los palestinos nos recibieron con los brazos abiertos y
nos brindaron su hospitalidad. Y creo por esa falta de gratitud nuestro
pueblo no ha encontrado reposo.

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