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El documento presenta varias historias de personas de diferentes culturas que demuestran el poder de la gratitud. La gratitud les permite a los personajes obtener fuerza, sabiduría, revelaciones espirituales y la capacidad de reencarnar o volver a nacer. La gratitud también despierta compasión y amor hacia la humanidad.
El documento presenta varias historias de personas de diferentes culturas que demuestran el poder de la gratitud. La gratitud les permite a los personajes obtener fuerza, sabiduría, revelaciones espirituales y la capacidad de reencarnar o volver a nacer. La gratitud también despierta compasión y amor hacia la humanidad.
El documento presenta varias historias de personas de diferentes culturas que demuestran el poder de la gratitud. La gratitud les permite a los personajes obtener fuerza, sabiduría, revelaciones espirituales y la capacidad de reencarnar o volver a nacer. La gratitud también despierta compasión y amor hacia la humanidad.
El joven Tlachicauhtli se encontraba con su maestro Ocelocoyotl al pie
del templo mayor de la Gran Tenochtitlan, cuando el primero preguntó a su maestro: ¿Cuál es la virtud que retribuye algo a los hombres? Y Coyotl Ocelo le respondió: Es “La gratitud”, y más aún, esta virtud tiene poder como verás; mira el maguey cuando termina su ciclo de vida desarrolla su quiotl (quiote) para impulsar su flores hacia el cielo agradeciéndole por haberle permitido coronar la tierra con sus pencas además de proveer a los hombres de su jugoso néctar, y el poder de ese acto de gratitud le permite esparcir su semilla desde lo alto de su quiotl y así dejar su simiente para cuando el muera, pues como sabes cuando el maguey florece su fin se acerca. Así Ometecuhtli por ese acto de “Gratitud” le concede un pedazo de su poder como Señor Eterno que es.
El druida Arthur terminando su ritual y oración a los dioses, se apartó
del encino sagrado y al girar su rostro vislumbró no muy lejos venir a su joven discípulo Kelvin, Arthur caminó unos pasos hacia la dirección de dónde provenía el joven, acto seguido se sentó en una roca a esperarlo. Ya frente al druida, Kelvìn permaneció de pie ante él, después de unos segundos rompió el silencio preguntándole: ¿por lo que los dioses nos proveen, cuál es la actitud que deben tomar los hombres? Y el druida Arthur inclinó su cabeza luego la giró hacia su izquierda y su mirada pareciera como si estuviera viendo un pizarrón don estaba la respuesta, luego de unos minutos respondió: Joven Kelvìn la actitud que deben tomar los hombres después de recibir los beneficios que nos brindan los dioses es “La gratitud”, por eso los que conocemos los secretos de las encinas sagradas sabemos que esa actitud nos permite proseguir en algún momento con la vida, gracias “Al Poder de la Gratitud” hemos de reencarnar, pues los dioses reconocen nuestro agradecimiento y por eso nos permiten volver a vivir. El sol inclemente reverberaba en la arena, las palmeras junto al Nilo parecían inclinarse vencidas ante el cálido castigo, desde el alto balcón del palacete que servía de escuela de medicina el maestro Kafele contemplaba la escena junto con su discípulo Fenuku, entonces Kafele comento a su discípulo nos caerá bien un poco de agua fresca, la jornada de hoy ha sido muy intensa, después llamó a uno de los sirvientes de la escuela: Donkor tráenos agua fresca, y el fiel Donkor asintiendo con la cabeza se dirigió por el refrescante líquido; después de tomar el agua que les sirvió Donkor, Fenuku refirió a su maestro: hoy hubo bastantes enfermos que atender, solo pudimos descansar un poco a la hora de comer. Así es Fenuku, pero en mi “La Gratitud” de esa gente ejerce un poder que me da fuerza para no desfallecer y atender hasta el último enfermo. Igual en mi maestro, es bueno eso Fenuku porque “El Poder dela Gratitud” de la gente te ayudará a ser un buen médico dedicado y empeñoso puesto que despertará en ti compasión por ellos y con ello Amor a la Humanidad.
El joven Yaxkin salió de su choza poco antes de que amaneciera, su
piel sentía la frescura que brinda la despedida de la noche para dar lugar al nuevo día que el Sol iluminará con su luz y calentará a la tierra y a todo lo que manifieste vida en ella, caminó rumbo a la gran pirámide de Ku Kul Kan, cuando llegó a esta subió lentamente la empinada escalinata hasta llegar a su cúspide, y ya estando ahí se ubicó primero en la parte occidental, luego en la septentrional, posteriormente volvió sus pasos para posarse en la parte sur, y acto seguido se encaminó hacia la oriental, deteniéndose en el punto medio, y posó su mirada en lontananza, esperando ver la primigenia luz matutina y así vio como el disco solar se iba levantando en el horizonte como si presenciara el parto del Astro Rey. En su mente se agolparon los pensamientos acerca de la vida y la muerte, y el ver una vez más el nacimiento de un nuevo día, llegó a su menta la idea de que uno si muere debe volver a nacer como lo hace el Dios Sol; ya se había despegado el Sol de la línea de la tierra cuando decidió bajar de la pirámide. Caminando por el sendero que conducía hacia la zona habitacional. Se encontró con el viejo maestro maya Aaj-beh quien al verlo le saludo con alegría: siento gusto saludarte joven Yaxkin ¿qué revelaciones te ha traído el Dios Sol en este amanecer? Y Yaxkin le respondió: que si el Dios Sol nace cada día después de morir al anochecer, los humanos también debemos volver a nacer. ¿Y qué más Yaxkin? Que debemos gratitud al Dios Sol por iluminarnos y calentar a la Tierra y todo lo que en ella hay, pues todo eso nos permite percibir la vida. Oh joven Yaxkin es loable ese pensamiento tuyo, pues la gratitud te da el poder de asimilar las revelaciones que te trae cada mañana el Dios Sol, y eso no se le da a cualquiera, por lo que puedes considerarte privilegiado. Yana Enola ce acercó al tipì de su amigo Sahale y pidió permiso para entrar, desde adentro Sahale le concedió pasar. Ya adentro le brindó un saludo: El Gran Manitú te de energía en este día hermano. Igual sea para contigo Yana Enola ¿qué te trae por aquí mi hermano? Solo conversar contigo, acerca de este día que en el calendario del hombre blanco es 24 de noviembre y que celebran el Día de Acción de Gracias ¿Y que hay con eso hermano? Pues que esa celebración me repugna, ya que es una hipocresía, ¿cómo pretenden con eso allegarse “El Poder de la Gratitud”? más bien debería ser día de acción de arrepentimiento de su nefasta acción traicionera de sus antepasados cuando llegaron a estás tierra donde varias tribus de nuestros hermanos dakotas, siux y otros los recibieron con gran hospitalidad, y ellos respondieron a esa noble actitud masacrándolos y apoderándose de sus adornos de oro y de sus mujeres. Agradecen a su Dios por esos latrocinios, lo cual quiere decir que su Dios es igual a ellos de malvado. El Gran Manitú no nos hubiera beneficiado con “El Poder de la Gratitud” dándonos lluvias abundantes, caza igual abundante y salud, si le diéramos gracias por haber abusado de los demás. Tienes mucha razón Yana Enola esa gente es de una raza abusiva y criminal, ya ves que hasta en otras partes del mundo siguen abusando y cometiendo tropelías en contra de pueblos que no les han hecho nada, y dan gracias a su Dios en vez de pedirle perdón por sus crímenes, por eso nunca obtendrán “El Poder de la Gratitud”, por lo que seguirán deseando lo de los demás sin encontrar satisfacción y contentamiento.
Samín caminaba junto a Pachacùtec rumbo a las antiguas ruinas de
Tiahuanaco, escuchando su plática. Joven Sanín hoy te revelaré unos de los secretos de la Puerta del Sol. ¿Ves la Puerta del Sol? Si mi señor y maestro. Pues bien, como te habrás dado cuenta joven Samín por ella entra el Sol matutino, el cual no solo nos trae la luz que ilumina nuestro mundo, sino que su radiación nos trae enseñanzas de alto nivel, solo que para captarlas mejor debes pasar a la siguiente etapa de tu instrucción y hoy es el día. Y ¿en qué consiste esa etapa maestro? Primero debes concentrarte en el Sol, luego en la Luna que son las luminarias que nos rigen la mente, empieza y cuando te lo pida me dirás que pensamientos te llegaron al pensar en cada uno de esos astros. Luego de casi una hora Pachacùtec solicitó al joven Samín le revelara que pensamientos le llegaron. Y bien ¿Qué pensamientos te llegaron cuando concentraste tu mente en el Sol: El pensamiento que me llegó era acerca de la vida, de cuanta abundancia hay en la vida que nos rodea, pájaros, llamas, pumas, serpientes, cóndores, hormigas, moscas, plantas de muchos tipos; cuanto movimiento hay en todo, los animales trasladándose, y las plantas como se mueven con el viento y como éste traslada sus semillas por diversos lugares. Y ¿cuándo te concentraste en la Luna? Con ella me llegaron pensamientos acerca del nacer y la muerte; de como al nacer somos indefensos, pues no tenemos la fuerza suficiente para defendernos de algún ataque, no podemos ni caminar como lo hacen los demás animales, para movernos de un lugar a otro necesitamos de nuestra madre. Y carecemos de lenguaje, y de pensamientos, la única manera de expresarnos es mediante el llanto, pareciera que eso presagia que nos hemos de enfrentar a pruebas dolorosas. Y acerca de la muerte, que es el viaje inevitable de todo ser viviente, tras el cual nuestra imagen se perderá y solo quedará grabada en el corazón de nuestros seres queridos. Bien Samín regresemos a casa, mañana antes de amanecer volveremos aquí, para completar tu etapa de instrucción, la cual es la última. Pero durante el resto del día concentra tu mente en las estrellas que pueblan el cielo nocturno, ah, y cena ligero yo te esperaré junto a la roca donde solemos reunirnos, de ahí partiremos antes de que aparezcan los primeros destellos del Sol. Y así, maestro y discípulo se encontraron en el lugar convenido, para enseguida encaminarse hacia la Puerta del Sol. Y a unos metros de la portentosa puerta, Pachacùtec se detuvo, y de su morral extrajo un envoltorio de hojas de la cual extrajo unos hongos frescos y unas semillas mismas que se las dio y le dijo ofrenda esto a los cuatro señores del espacio, primero al Señor del Norte, luego al del Sur, en seguida al del Occidente y por último al del Oriente agradeciendo a cada uno lo que te van a revelar, y come hasta terminar todo, después de un rato iniciaron su camino hacia la Puerta del Sol, Pachacùtec ubicó a Samín en el centro de dicha puerta y en seguida se alejó. Antes de que se vislumbraran los primero rayos del Sol, Samín vio pasar una sombra frente a él, luego otra, de momento se estremeció al levantar la mirada vio pasar una estrella fugaz como nunca la había visto, pues su estela era de colores brillantes. A los primeros destellos de repente se le apareció un hombre vestido de azul, quien le dijo: por tu gratitud la Fuerza del Norte te da el don de visión, y como apareció también se esfumó. Después apareció un hombre vestido de verde quien le dijo: por tu gratitud la Fuerza del Sur te brinda el don del conocimiento de la cura. Luego apareció un hombre vestido de negro el cual le dijo: por tu gratitud la Fuerza de Occidente te concede el don del poder interno, y por último cuando ya el disco solar empezaba a asomarse apareció un hombre vestido de un blanco refulgente y le dijo: por tu gratitud la Fuerza del Oriente te brinda el don de la sabiduría. Después de todo esto el joven Samín veía como el Sol se remontaba en el horizonte oriental pero no era el Sol que el conocía sino un Sol que irradiaba rayos con los colores del arcoíris, luego de esa experiencia visual cayó postrado llorando de Gratitud por los dones recibidos, y estando en esa posición la mano de Pachacùtec se posó sobre su hombro derecho quien en voz alta le refirió: oh joven Samín sé que en tu corazón se albergan nobles sentimientos y que por eso sabrás aprovechar los dones que te han sido conferidos en bien de la humanidad. Hoy tu instrucción se ha completado y por tanto serás digno de ser mi sucesor para transmitir lo aprendido a otros y a tu sucesor en su momento.
El rabino Manahem Jehudah y Moshè Adam daban un paseo por el
parque Hayarton en Tel Aviv. Cuando el rabino dijo A Moshè: recuerdo cuando acudiste a la sinagoga a presentar y dar gracias a Adonay por el nacimiento de tu primogénito Jeftè. Precisamente ayer estaba recordando ese día. Pues debe ser porque mañana asistiremos a la graduación de su especialidad como neurocirujano, cosa que como verás el poder de la gratitud te brinda la oportunidad de ver cristalizado el deseo de tu hijo de ser útil a la humanidad con su carrera médica. Y a mí el saber que mi hijo será un hombre de bien, ya que además de su profesión es pacifista y detesta la inacabable guerra que el gobierno se empeña en continuar contra los Palestinos. Si Moshè, a mi parece injusta, pues cuando llegamos huyendo de la persecución de los nazis, los palestinos nos recibieron con los brazos abiertos y nos brindaron su hospitalidad. Y creo por esa falta de gratitud nuestro pueblo no ha encontrado reposo.