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SIGLO XX EN EL ATLÁNTICO
Por: JAIME ALVAREZ LLANOS
En la búsqueda de razones que permitan explicar la permanencia en la dirección del Estado
de la hegemonía conservadora, desde finales del siglo XIX hasta 1930, han surgido
innumerables argumentos que le atribuyen al partido conservador, como sector de la élite
política colombiana, una clara tendencia sectaria, excluyente y grupista en el manejo del
poder político. Según ésas argumentaciones el sistema político1 colombiano funcionó,
durante ese período, al vaivén de esa tendencia hegemonista. Las distintas interpretaciones
historiográficas que se inclinan por esa explicación han configurado la especie de que el
pilar de la prolongación de la hegemonía fue el restringido y manipulable sistema electoral
representativo que estuvo vigente durante ese período. En ese sentido es fácil comprender y
explicar la conservación del poder por parte de un partido, aunque resulte una
argumentación simplista.
Los miembros del ejército, adscritos a éste departamento, sufragaron en las elecciones para
Concejo y Asamblea, no para consolidar la hegemonía conservadora en ésta localidad, sino
más bien, para favorecer a los candidatos de la coalición política de la cual hacía parte la
fracción conservadora que en ese momento detentaba el poder ejecutivo departamental. Tal
alianza la integraban la disidencia del Directorio Conservador Municipal, que lideraba el
Gobernador del Atlántico Abel Carbonell, y el partido liberal directorista. Este último era la
fracción mayoritaria del liberalismo en el departamento, que había resultado de un proceso
hacia la unión en el que confluyeron los antiguos republicanos, algunos ex-uribistas y los
liberales antes radicales liderados por Pedro Juan Navarro, quien en ese momento era el
Alcalde de Barranquilla.* En consecuencia; “la tesis ya convencional y algo simplista, que
muestra al ejército como uno de los pilares fundamentales de la hegemonía conservadora y
al partido liberal como el principal enemigo del voto militar, no logra explicar la
peculiaridad de la circunstancias políticas que determinaron la inclinación de la cuota
electoral de la milicia hacia los candidatos representantes de la coalición política antes
mencionada. Menos aún, aclara la posición defensora que la prensa liberal adoptó frente
al voto militar.”2
Pero el conservatismo se encasillaba en ciertas fortalezas que no quiere rendir por los
métodos legales ni aun en el caso en que así lo pida inequívocamente como en el reciente
debate presidencial, la mayoría ilustrada y culta de la opinión pública. Esas fortalezas eran:
el ejército, cuya nacionalización había impedido, manteniendo a la fuerza pública
subordinada a los caprichos de los directorios y Comités políticos que las esgrimían en las
luchas cívicas como arma decisiva, ya que las mayorías legislativas conservadoras se
negaban a suspender el derecho de voto para los ciudadanos que se hallaban en servicio
activo, sea como soldados, como gendarmes o como agentes de policía. La ley electoral era
interpretada y ejecutada por un poder ad-hoc de origen netamente político, autónomo en
apariencia, pero dócil cumplidor en realidad, de la voluntad ejecutiva. A esta ley no fue
posible introducirle las reformas pedidas por el liberalismo una y otra vez, sino cuando
éstas se hacían inocuas y no amenazaban electoralmente la hegemonía conservadora, es
decir, la perpetuación de ese partido en el Gobierno. “El liberalismo, que acogió de buena
fe para irlo perfeccionando poco a poco, mediante el concurso de todos los partidos, el
sistema arbitrario del voto incompleto, fue colocado maliciosamente con el papel eterno de
minoría y a él se quiere que viva sometido aún allí donde sea mayoría abrumadora. El
conservatismo ha declarado por la voz de sus órganos más autorizados en la Prensa y en el
* En diciembre de 1916 el gobernador Abel Carbonell, por recomendación del presidente José Vicente Concha y
atendiendo como factor político determinante la mayoría liberal del Concejo municipal, nombró al dirigente liberal Pedro
Juan Navarro como Alcalde de Barranquilla.
2 PEMBERTHY, John Jairo., Participación de los militares en los procesos electorales: el caso de las elecciones de 1917
en el departamento del Atlántico. En: Revista ESPACIO Y EDUCACIÓN, Programa de Ciencias Sociales de la
Universidad del Atlántico # 1. Página 71.
Parlamento que en Colombia no es posible todavía la alternabilidad pacífica de los
partidos en el poder”.3
En esos años la institución constituyó una garantía para el orden electoral y su abstención
fue voluntaria. No hay acusaciones de coacción en los primeros años de ejecución de la
reforma, quizás porque participaban ambos partidos. El Gobierno se movía dentro de los
marcos del movimiento republicano. Por otro lado, la innovación de tener un ejército
moderno podía servir, por lo menos en esa primera época, para que éste cumpliera la
función de guardián del orden interno.4 La censura justificada que hacían órganos más
caracterizados de la prensa bogotana al Gobernador del Atlántico por su escandalosa
intervención en elecciones la destacaba la prensa local de esta manera: "En los preparativos
del debate electoral que se avecina y las reconvenciones que le ha dirigido por telégrafo el
Excelentísimo señor presidente de la República, no han sido lo bastantes poderosas para
detener al señor Carbonell en su labor de sectarismo político, y está continuamente
manifestándose en todo el Departamento con caracteres de imposición tiránica sobre los
empleados y su libre nombramiento y remoción”. 5
La primera prueba de fuego para el alcalde Pedro Juan Navarro fue las elecciones para
Asamblea Departamental realizadas el domingo 4 de febrero de 1917. Estas estaban
precedidas por una correlación de fuerzas muy peculiar con respecto a otras coyunturas.
Porque el gobernador del departamento del Atlántico, Abel Carbonell Baena, no estaba
vinculado a la red de poder que el Partido Conservador había tejido entre las diversas
localidades, es decir, a la fracción Conchista, que en el Atlántico se denominaba directorista
y era encabezada por el jefe casi <natural>: José Francisco Insignares Sierra, orientada
desde la presidencia. Para las elecciones de 1917, Abel Carbonell y el grupo disidente
conservador que lideraba, deciden establecer una alianza con la fracción mayoritaria del
liberalismo en el departamento, que había resultado de un proceso hacia la unión en el que
3 VARIOS AUTORES. Los partidos políticos en Colombia. Bogotá. Águila Negra Editorial. 1992. Página 15
4 PINZÓN DE LEWIN, Patricia. El Ejército y las Elecciones. Ensayo Histórico. CEREC, Bogotá 1994. Página 65.
5 LA NACION. Barranquilla, 4 de enero de 1917. Edición Nº 792, Página 3.
confluyeron los antiguos republicanos, algunos ex – uribistas y los liberales antes radicales
liderados por Pedro Juan Navarro, quien en ese momento era Alcalde de Barranquilla.
Alianza que les permitiría enfrentar unidos, en esas elecciones, al grupo conservador
directorista que se mantenía fiel a la doctrina política del Partido. Esta particular
correlación suscitó una circunstancia inusual de los procesos electorales locales. Porque a
diferencia de otros momentos, en esta ocasión no predominaron las manifestaciones de
prevención de la prensa liberal contra el fraude oficial, ni la defensa del sistema electoral
por parte de la prensa conservadora, sino las denuncias de coacción que ejercía la
administración departamental para favorecer electoralmente a la coalición antes explicada.
Esta vez expresadas por la prensa que dirigía la fracción “oficialista” (a nivel nacional),
liderada por el diario LA NACIÓN, del político y poeta Miguel Moreno Alba, quien
denunció en su momento que el gobernador del Atlántico hacía caso omiso de las censuras
proferidas por el presidente de la república sobre la participación de los funcionarios
públicos en campaña política. De modo que el visitador fiscal del Atlántico estaba
adoctrinado a los alcaldes para que en las elecciones de febrero de 1917 favorecieran y
respaldasen a la fracción disidente del partido conservador.6
Las diversas acusaciones contra la administración indican que la coacción era realmente
inocultable. Como un testimonio de ello se puede destacar la reproducción que hizo el
diario EL DIA (conservador directorista), de una carta publicada por el periódico LA
REPÚBLICA de Bogotá (Conchista), donde se implica al señor Próspero Carbonell
Wilches, padre del gobernador del Atlántico, en prácticas clientelistas. La carta señala
entre otras cosas: “En días pasados reunió don Próspero Carbonell (padre del gobernador
del Atlántico), a algunos empleados de la gobernación al administrador de la aduana, etc.,
etc. Y formó una convención para elegir el directorio departamental. El directorio resultó:
y como promotor de él, y delegado por los disidentes de Bogotá, le nombraron presidente.
Ya los allegados a la gobernación habían despachado comisionados a los pueblos para
La coacción se presentó tanto sutilmente como de manera concreta y por la vía de a acción.
Como en los casos de algunos municipios en los que la administración saboteó la
inscripción de sufragantes. Esto ocurrió particularmente en Sabanalarga. Mientras que en
Campo de la Cruz el Prefecto municipal, presidente del jurado, retuvo la lista de
sufragantes y se negó a entregarla a los demás miembros del jurado.8
Tales denuncias fueron tan reiteradas y vehementes que alrededor de los comicios se creó
un ambiente tenso y una actitud beligerante en los activistas políticos. De tal forma que se
suscitaron episodios poco usuales en la cultura política del la localidad. Por ejemplo, La
tarde del 4 de febrero de 1917 un jurado electoral y varios miembros del partido
conservador directorista sufrieron lesiones físicas de gravedad al momento de realizar los
escrutinios. El señor Julio Ramírez Díaz recibió un navajazo en el cuello y quedó en
situación crítica en el hospital. Igualmente fueron agredidos el General Guillermo De
Castro y los señores Antonio Osorio, José María De Castro, Hipólito y Juan Astrálaga.
Todos conservadores directoristas. Este episodio fue descrito por la prensa directorista, en
forma literaria y exacerbada, pero con la clara intención política de responsabilizar a la
administración de turno: “Nuestras palabras de previsión se han cumplido. Gentes
azuzadas por los secuaces de la Gobernación y envalentonadas por la falta de garantías en
que se dejó a los jurados de votación y por la carencia de autoridad que a simple vista se
notaba ayer tarde, para contener cualquier desmán de la muchedumbre congregada en los
alrededores del Templo de San Nicolás, se lanzaron furiosamente contra los miembros de
uno de aquellos, hicieron pedazos la reja que los separaba del público y armados con
listones de madera, barberas y piedras de la calle, atacaron a los conservadores
directoristas que por allí estaban, formándose desde luego una tremolina indigna de un
Una semana después de enviada la queja el:.. “Jurado Electoral se instaló primero reanudó
sesiones.”11 En estas reuniones confeccionó las listas en medio de la protesta airada de los
miembros de la minoría, que se retiraron de las sesiones. Una vez publicadas las listas, las
protestas por las notorias omisiones de ciudadanos, no se hicieron esperar. El Líder de la
representación minoritaria en el Jurado, Celso Solano Manotas expresó al Mingobierno:..
“Lista de sufragantes suprimida gran número de ciudadanos notoriamente conocidos no
están. Se harán reclamaciones.”12
El dirigente liberal sabanalarguero, Celso Solano Manotas, que en esa coyuntura fungía
como personero municipal de Sabanalarga, asumió posición en el caso y según él investigó,
la existencia de dos concejos electorales, se debía a que el alcalde, por orientación del
gobernador Eparquio González, apoyaba al segundo consejo creado, el presidido por
Andrés Salcedo, por lo cual se debía autorizar el funcionamiento del primero como
legítimo, es decir el que presidía Manuel Patiño.18 Por todo ese apoyo, expresado de parte
del directorio liberal, del personero municipal y del presidente del Consejo Escrutador
departamental, Manuel Patiño protestó una vez más ante el Ministro de Gobierno por lo que
consideró como intromisión indebida del gobierno departamental al habérsele suspendido
del cargo de jurado, por parte del Consejo electoral departamental. 19
16 A.G.N. Fondo Ministerio de Gobierno. Sección 4 Justicia. Tema: Elecciones. Tomo: 43. Telegrama 2133, folios 035,
Sabanalarga 4 de septiembre de 1925. De Manuel Patiño Presidente Jurado Electoral de Sabanalarga a Mingobierno
17 A.G.N. Fondo Ministerio de Gobierno. Sección 4 Justicia. Tema: Elecciones. Tomo: 43. Telegrama 1238, folios 026,
Sabanalarga 9 de septiembre de 1925. De Ramón Jácome, Telegrafista a Mingobierno
18 A.G.N. Fondo Ministerio de Gobierno. Sección 4 Justicia. Tema: Elecciones. Tomo: 43. Telegrama 1756, folios 030,
Sabanalarga 18 de septiembre de 1925. De Celso Solano Manotas Personero Municipal de Sabanalarga a Mingobierno
19 A.G.N. Fondo Ministerio de Gobierno. Sección 4 Justicia. Tema: Elecciones. Tomo: 43. Telegrama 4172, folio 038,
Sabanalarga 26 de septiembre de 1925. De Manuel Patiño Presidente Jurado Electoral de Sabanalarga a Mingobierno
20 A.G.N. Fondo Ministerio de Gobierno. Sección 4 Justicia. Tema: Elecciones. Tomo: 43. Telegrama 601, folio 322,
Sabanalarga 5 de octubre de 1925. De Manuel Héctor Carbonell, Prefecto de Sabanalarga a Mingobierno
comicios, no era ajeno o independiente a sus resultados. Más bien la adversidad electoral
que en materia de garantías y equidad competitiva, tenían que enfrentar los liberales, en las
circunstancias ya detalladas, se reflejaban en los resultados electorales. Por lo que parecía
estratégico el sistemático abuso de autoridad que aplicaba el gobernador en todo el proceso.
En Barranquilla, por ejemplo, sitio de las mayores turbulencias en esta elección a Concejos
municipales de octubre de 1925, el resultado global de la votación reflejaba el efecto, tanto
de la orden de abstención, como de todos los desordenes y trasgresiones. Así lo muestra el
siguiente cuadro:
CUADRO 37
VOTACIÒN TOTAL POR PARTIDOS
ELECCIONES A CONCEJO
MUNICIPAL EN BARRANQUILLA
192521
Nº PARTIDOS VOTOS
1 PLANCHA 2.436
CONSERVADORA
2 PLANCHA LIBERAL 279
TOTAL VOTOS 2.615
Como si no hubiese pasado nada extraño, el gobernador informaba al ministro los
resultados del escrutinio verificado en los veinte municipios del departamento, exaltando
que el conservatismo había obtenido la mayoría en 15 de esos 20 municipios.22 En el
siguiente cuadro, de elaboración del autor del libro, se detallan los municipios:
CUADRO 38
MAYORÍAS POR PARTIDO EN ELECCIONES A CONCEJOS
MUNICIPALES EN EL ATLÁNTICO 1925
Nº DE MAYORIA MAYORÍA NO HUBO
CONSERVADORA LIBERAL ELECCIONES
1 Barranquilla Puerto Colombia Manatí
2 Sabanalarga Sabanagrande Candelaria
3 Soledad Santo Tomás
4 Baranoa
5 Malambo
6 Tubará
7 Juan de Acosta
8 Usiacurí
21 A.G.N. Fondo Ministerio de Gobierno. Sección 4 Justicia. Tema: Elecciones. Tomo: 44. Telegrama 120, folios 407,
Barranquilla 4 de octubre de 1925. De Eparquio González a Mingobierno
22 A.G.N. Fondo Ministerio de Gobierno. Sección 4 Justicia. Tema: Elecciones. Tomo: 44. Telegrama 542, folios 438,
Barranquilla 8 de octubre de 1925. De Eparquio González a Mingobierno
9 Galapa
10 Piojó
11 Polonuevo
12 Palmar de Varela
13 Campo de la Cruz
14 Suán
15 Repelón
Todo lo anterior recrea el difícil trasegar del liberalismo atlanticense en la parte media del
sexenio del gobierno departamental de Eparquio González, no sólo como aspecto sustantivo
de su devenir como colectividad política en la época, sino también como la marca histórica
de la vida política en el departamento a mediados de la década de 1920-1929.
En la fase precomicial del debate electoral de febrero de 1927, una vez màs se reflejaba el
desconocimiento, por parte de los funcionarios electorales de las inhabilidades e
incompatibilidades de los ciudadanos para participar en los procesos eleccionarios. En esta
ocasión, dos meses antes de las elecciones, el presidente del jurado electoral de
Barranquilla, Abel Cepeda, le consultaba al ministro así: “Ruégole resolverme esta
consulta: ¿inspectores provincia instrucción pública pueden ser diputados? Aquí han
llegado encontrados conceptos y urge puntualizar verdad legal.” 23 Esa misma consulta
las hizo el presidente del consejo electoral de Sabanalarga, Diego Llinás Manotas. 24
23 A.G.N. Fondo Ministerio de Gobierno. Sección 4ª Justicia. Tema: Varios. Tomo: 216. Telegrama 009, folio 00312,
Barranquilla 5 de enero de 1927 De Abel Cepeda, a Mingobierno
24 A.G.N. Fondo Ministerio de Gobierno. Sección 4ª Justicia. Tema: Varios. Tomo: 216. Telegrama 011, folio 00304,
Sabanalarga 12 de enero de 1927 de Diego Llinás Manotas, a Mingobierno
organismos electorales:… “Honor comunicarle consejo electoral presido efectuó hoy
elección juntas electorales este departamento con mayoría conservadora todos los
círculos.”25
En la etapa que se ha llamado en esta obra como precomicial, es decir los dos meses antes
de la jornada de depósito del sufragio o día de la elección, era cuando se conformaban los
organismos electorales locales. En esta fase los consejos debían reunirse para hacer las
listas de electores. En esta etapa era cuando se presentaban conflictos, denuncias, escándalo
o incidentes, todos relacionados con presuntas o reales trasgresiones a la ley electoral. Por
eso para el caso de las elecciones para diputados a las asambleas departamentales, que se
realizaban en los años impares en la primera semana del mes de febrero, el mes de enero
era el período precomicial. En 1927, fue en Sabanalarga donde se conoció del primer caso
de situación irregular con jurados electorales. En esta ocasión se presentó un escándalo por
el nombramiento que se hizo de todo el jurado electoral en una reunión del gamonal
Aquileo Manotas, conservador eparquista, con Argemiro Bustamante, conservador de la
corriente de José Francisco Insignares Sierra, y utilizando testigos espontáneos asignaron
los cargos de la minoría a personas que no habían sido recomendadas por el directorio
liberal, ni por los concejales liberales. Fue, paradójicamente, un diario conservador de
Cartagena, El Porvenir, a través de un reporte de su corresponsal en Sabanalarga el que
publicó tal denuncia.26
La realidad electoral, como elemento sustancial de la cultura política, era la que en últimas,
en la medida en que se configuran una costumbres predominantes, reflejaban una visión de
la política en el imaginario colectivo de la mayoría de los ciudadanos.27 En el Caribe
colombiano a principios del siglo XX, sobre todo en las década del veinte, cuando
declinaba el período de la república conservadora, la prensa como intérprete parcial de la
25 A.G.N. Fondo Ministerio de Gobierno. Sección 4ª Justicia. Tema: Varios. Tomo: 216. Telegrama 098, folio 00230,
Barranquilla 7 de enero de 1927 De Alberto Marimón, Presidente Consejo Electoral a Mingobierno
26A.H.C. El Porvenir. Cartagena, 31 de enero de 1927. Edición Nº 3262. Reporte titulado: “La Política en Sabanalarga”,
página 4
27 Ver: SUÁREZ DE LA CRUZ, Alberto Camilo, Cultura Política Para Crecer en Democracia y Bienestar. Bogotá
Albecam, 2000.
opinión pública reproducía lo que pensaban los ciudadanos de Barranquilla sobre las
elecciones y sobre los candidatos. Se afirmaba con conocimiento de causa que nuevamente
se frustrarían las ganas de tener un mejor futuro, con gobernantes capaces de manejar los
hilos de la ciudad, porque por el contrario se toparían con personas con sed burocrática. Se
veía a los políticos como:… “Personas cuya “única preocupación es la de los influjos
personales ni siquiera puede decirse que la preocupación política, pues si se analiza mejor
los intereses, que con tal nombre se mueven, se ha de ver que las teorías de gobierno,
tampoco juegan papel en esos debates, sino es el de ocultar bajo apariencias decorosas,
aspiraciones más o menos burocráticas. Si las asambleas no tuvieran tantas prebendas,
dietas y reparticiones burocráticas de seguro las elecciones no serían estas componendas
subterráneas en que la opinión, está muy lejos de desempeñar ningún oficio”28.
28 A.H.C Cartagena. El Porvenir. Cartagena, 31 de enero de 1927. Edición Nº 3262. Reporte titulado: “De elecciones”
página 3
vista del reclamo de Rosales. E. González agregó que los otros miembros de la mayoría, si
asistieron a la fecha y por eso los notificó en la nueva designación. Para respaldar su
comunicación el gobernador anexó constancias del comandante de la policía y del Alcalde
de Soledad.29
29 A.G.N. Fondo Ministerio de Gobierno. Sección 4ª Justicia. Tema: Varios. Tomo: 216. Telegrama 118, folio 0143,
Barranquilla 4 de febrero de 1927 De Eparquio González, Gobernador del Atlántico, a Mingobierno