Está en la página 1de 3

CARLOS JOSE MACIAS PULIDO

ENSAYO GEOSINCLINAL

Para el siglo XX, aún no se tenía una idea o concepto exacto de la formación del fondo
oceánico y de cómo es la interacción y el desarrollo de la tectónica de placas, por lo que se
utilizaba con más frecuencia el concepto de geosinclinal para explicar la formación de
cadenas montañosas, por lo que la tectónica de placas (al no ser muy entendida) actuaba
como un extra. El oceanógrafo chino Kenneth H, dijo: "Sin embargo, las nuevas ideas sobre
extensión del fondo oceánico, y tectónica de placas constituyen un nuevo paradigma que
amenaza con reemplazar, o quizá ya ha reemplazado, al antiguo, a saber, el concepto de
geosinclinal, que ha servido a generaciones de geólogos durante más de un siglo”. Todas
las nuevas investigaciones y descubrimientos en el siglo pasado comenzaban a dar mayor
veracidad y lógica que el concepto de geosinclinal, que se ha reevaluado durante muchos
años; por lo que empezó a haber un debate sobre qué teoría sería la más reconocida.

Para mitad del siglo XIX, en el año de 1859, James Hall, paleontólogo empleado en el
Servicio Geológico del Estado de Nueva York, propuso un esquema básico de la formación
de cadenas montañosas, generalizando la estructura de los Apalaches, fue mucha la
casualidad de que su esquema fue propuesto el mismo año en el que se publicaba El origen
de las especies. Para la propuesta de Hall, se vinieron contra el muchas otras teorías e
ideas como la contracción terrestre, el deslizamiento gravitacional y se adoptaron muchos
conceptos para explicar su idea, basándose en terminologías griegas: ortogeosínclinal o
geosinclinal real, parageosinclinal o falso geosinclinal, eugeosinclinal o geosinclinal
completo, miogeosinclinal o geosinclinal menor. Muchos otros personajes intervinieron para
aportar conceptos a esta teoría, como Kay que en 1951 quien definió más de treinta tipos
diferentes de geosinclinales sólo para explicar las cordilleras norteamericanas; Keiling en
1981 llamó a esto el “frenesí etimológico”. Después de casi un siglo, la propuesta inicial de
Hall ya se había convertido en un concepto mucho más grande, con aportes e ideas de
muchas más personas para poder explicar como una cuenca sedimentaria podría
convertirse en una cadena montañosa. Aunque hubo muy distintas variantes, el concepto
de ciclo geotectónico tuvo dos bases fundamentales:

1) El geosinclinal sufre grandes movimientos verticales

2) La deformación compresiva del geosinclinal es el acontecimiento clave de su evolución;


esta compresión se produce simultánea y universalmente en todos los geosinclínales del
planeta.

Después de la década de los 60 en el siglo XX, se había dado lo que se conoció como una
revolución en las Ciencias de la Tierra, por muchas teorías y propuestos que se dieron y se
sumaron ala deriva continental; y para principio de los 70, la convenión de la comunidad
geológica estaba prácticamente completa. Era mucho el asombro por todos estos nuevos
conceptos como puntos calientes oceárticos, fallas transformantes, dorsales oceánicas,
entre otros; se veía a los continentes como piezas de rompecabezas que encajaban una
con otras.
Y en 1965, uno de los más importantes tectónicos de Francia, Jean Aubouin, publicó un
gran libro de síntesis llamado “Geosinclinales”, y en cuyo prólogo se defendía
desdeñosamente de la revolución en marcha, protegiendo el concepto de geosinclinal,
diciendo que no podría ser rechazado para favorecer las propuestas de otros, y así intentar
mantener este concepto con cierta validez.

Para 1980, gracias a la enmienda de Hsü, el concepto de geosinclinal aparecía mucho más
que 40 años antes, también debido a la influencia de las publicaciones de Europa Oriental,
y se pensaba que el concepto ya había sido incorporado a una terminología general de la
llamada Nueva Geología; por ser tan mencionado no podía ser descartado tan fácilmente.
Aunque, en varios números publicados en 1989 y en 5 revistas de geología este concepto
no aparecía ni una sola vez; a pesar de eso, tampoco lo hacía el término placas litosféricas,
pero sí todo el vocabulario de la tectónica; lo que significa que ya no era necesario que en
los artículos se dijera explícitamente la idea de la movilidad de la litosfera, ya que se
entendía muy fácil gracias a todos los conceptos que se encontraban.

Desde los años donde la discusión sobre la geología tenía mayor auge, muchos científicos
optaban por sugerir nuevos modelos y terminologías, ya que para explicar la teoría se
utilizaban palabras muy viejas con significados que ya no eran lógicos gracias a nuevos
descubrimientos.

Hasta la palabra “geosinclinal” comenzó a perder significado ya que su furor fue gracias a
los oceanógrafos y geofísicos; ya que este acabó, los geólogos analizaron de nuevo con
mucha más información, siendo vistas antes como resultados de la sedimentación, ahora
las veían con la idea de la movilidad litosférica, primero fueron los ejemplos más simples,
como los Andes o el Himalaya; luego, otros que requerían colisiones de microplacas y
rotaciones, como los Alpes. También había que añadir nuevos términos para poder explicar
la formación de estas cadenas montañosas, al igual que el estudio del ciclo geotectónico,
pudiendo así explicar que no se necesita de una sedimentación inmensa previa para la
formación de estas cadenas, generándose simultáneamente a la deformación, que se
produce en periodos mucho más largos, representando así en esencia toda la larga colisión
e interpenetración bicontinentales que cierran las orogenias.

Además, intentar acomodar los conceptos de eugeosinclinal y miogeosinclinal para el


estudio de una costa atlántica era insostenible porque el eugeosinclinal debe contener
abundantes rocas volcánicas, y los prismas sedimentarios del pie del talud están
desprovistos de ellas; hoy sabemos que las rocas volcánicas se mezclan con los
sedimentos sólo durante la subducción, en los llamados "melanges ofiolíticos”; esto gracias
al estudio de la tectónica de placas.

Y gracias a todo esto, se da una diferencia muy grande entre el concepto de “ciclo
geotectócnico” y la Geología moderna. El primero siendo un concepto netamente
determinista, y el segundo abarcando muchos más procesos e ideas acerca de la formación
y diversidad de cadenas montañosas, explicándose con la deriva continental y utilizando
así muchos más conceptos que se fueron desarrollando con el paso de los años.
Podemos concluir con que el concepto de geosinclinal no puede ser olvidado del todo, ya
que pertenece a la historia de las muchas teorías orogénicas, pero hay que poner un límite
en lo que se quiera usar en la actualidad; al igual que muchos otros conceptos que en sus
años se les pudo dar uso para explicar muchos fenómenos en la Tierra, para luego quedar
en la historia de lo que se creía en el pasado y así ir evolucionando hasta la actualidad en
la que cada vez más el hombre comprende la Naturaleza misma.

Bibliografía
F, Anguita; Facultad de Ciencias Geológicas. Universidad Complutense. (s.f.). Historia y
Epistemología en las ciencias. El concepto de geosinclinal tras la revolución
movilista: otro desajuste entre la ciencia actual y la ciencia en el aula.

También podría gustarte