el 50%, o más, de sus ingresos familiares para mantener la propiedad.

Los
bancos han usado todo tipo de tácticas, incluida la

amenaza de violencia física contra los propietarios, con tal de

desplazarlos. Sin embargo, aun cuando éstos consientan en dejar su casa,
las leyes prevén que los bancos pueden perseguirlos hasta por 36 años
con el reclamo de la deuda.

las pérdidas se acumulan y heredan, pues tienen consecuencias no sólo

en el nivel de vida, sino en la posibilidad de que los hijos accedan a la
universidad, o de atender emergencias de salud que se presenten en el
futuro. Las familias en ocasiones se ven obligadas a hacinarse con los
familiares y amigos; en el país existe un 13.2% de viviendas que alojan
varias familias. Los desplazamientos también pueden impulsar un
proceso de gentrificación que, a la larga, termina por desplazar a más
población en beneficio de especuladores, cadenas comerciales y tiendas
de lujo, pero destruyendo los lazos comunitarios que permiten a las
familias una mejor calidad de vida.

SITUACIÓN DE VIVIENDA EN HOLANDA

El gobierno holandés anunció a principios de este año que pagaría la

construcción de al menos 500 mil viviendas nuevas para 2025 para
hacer frente a la situación, pero esa cifra representa 200 mil viviendas
menos de lo que contabiliza el NMV.

En los Países Bajos, hasta 2011, todo el mundo podía tener acceso a una
vivienda social. En 2011, la vivienda social estaba restringida por la
normativa europea para aquellos que no ganaban más de 33.614 € al
año. Gran parte de la vivienda social del país está alquilada y
administrada por empresas conocidas como "vivienda social".

El 90% de las viviendas construidas por estas sociedades de vivienda

social deben ser de alquiler, y el 10% restante se puede alquilar o
vender a particulares.

Por parte del gobierno, existe un subsidio para que las personas físicas
paguen el alquiler de la vivienda social, que ha sido utilizado por 1,5
millones de hogares este año. Esta ayuda irá disminuyendo
paulatinamente debido al ajuste económico (recortes) por el que
atraviesa el sector de la vivienda, especialmente la vivienda social
como consecuencia de la actual crisis económica. También se facilitan
ayudas a empresas para la construcción de viviendas sociales. Estos
subsidios son a nivel nacional, provincial o municipal y pueden ser: la
venta de terrenos urbanos para la construcción de vivienda de interés
social mínimo, la provisión de garantías estatales o municipales al
solicitar fondos bancarios de crédito para la construcción de vivienda
de interés social, el apoyo a la implantación de medidas de ahorro
energético como la vivienda.

El precio medio de venta de una casa en los Países Bajos en el segundo

trimestre de 2018 fue de 288 000 € y se espera que los precios de la
vivienda aumenten un 10 % para finales de año. Muchos inversores se
aprovechan de la situación de “comprar una casa antigua que hay que
reformar, reparar y luego vender” para sacar un gran beneficio, lo que
aumenta el precio del inmueble.