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laparoscópica.
Cirugía transumbilical.
Cirugía oncológica.
Colelap
Rafi
Mastectomía
Prostactectomia
POSTOPERATORIO
POST-OPERATORIO
Es el período que transcurre entre el final de una operación y la completa
recuperación del paciente, o la recuperación parcial del mismo, con secuelas.
Pudiendo, en caso de fracasar la terapéutica finalizar con la muerte.
Convalescencia: es el período en que se producen procesos que tienden a
devolver la salud al organismo después que este sufre una agresión, es la
respuesta del organismo y sus manifestaciones, signos y síntomas.
El post-operatorio se divide en cuanto al tiempo que ha transcurrido desde la
operación, en:
CUIDADOS INMEDIATOS
Otra causa de reducción del flujo urinario, pero ya no por obstrucción a nivel del
sistema excretor, es la Insuficiencia Renal Aguda, que clinicamente se
expresa por oligoanuria e hiperazoemia, con baja concentración de la urea
urinaria.
Este síndrome clínico se debe a la reducción brusca y transitoria del filtrado
glomerular y puede ocurrir por causas prerrenales, renales y post renales.
Causas pre-renales: las que al provocar un trastorno hemodinámico general o
regional, disminuyen el flujo plasmático renal y la filtración glomerular; (shock,
hemorragia, deshidratación) cuadros que tienen en común, la hipovolemia
arterial efectiva y la evolución aguda.
La disminución del flujo plasmático renal, conduce a una mayor resorción de
sodio, cloro, urea y agua, así como a la activación de la liberación de renina,
angiotensina, aldosterona y finalmente también a la liberación de hormona
antidiurética; lo que produce oliguria con orinas de alta densidad.
La I.R.A. de causa renal, descripta como necrosis tubular aguda, puede ser
producida por tóxicos, secundariamente a fallo hepático, por intoxicación de los
sistemas enzimáticos, por progresión de la lesión producida por reducción del
flujo arterial renal, o por transfusión de sangre incompatible. La sepsis grave
puede provocar insuficiencia renal aguda por acción infecciosa o por efecto de
sus complicaciones hemodinámicas.
Las causas postrenales dependen de obstrucción de las vías urinarias, a nivel
pélvico o ureteral bilateral, prostáticas o vesicales.
El diagnóstico queda sentado ante la presencia de oliguria (reducción del flujo a
menos de 20 ml / hora), mucho más evidente si se reduce a menos de 100 ml /
día, con elevación de urea, creatinina, potasio y la eliminación de orina de baja
densidad o iso-osmótica con el plasma.
Se intentará revertir el cuadro mejorando el flujo renal; utilizando diuréticos
como fursemida, o diuréticos osmóticos como el manitol.
La actitud terapéutica debera dirigirse por un lado a suprimir o reducir la
administracion de toda sustancia que se elimine por vía renal y por otra parte
utilizar los procedimientos técnicos más adecuados para extraer del organismo
aquellos elementos propios del metabolismo o farmacológicos que existan en
exceso (diálisis).
Respecto del metabolismo hidrosalino, el aporte de agua cubrirá
exclusivamente las pérdidas insensibles, digestivas y patológicas que pudieran
existir (fístulas, drenajes, etc.) y del volumen urinario, mientras que el sodio y el
potasio, no deberá administrarse salvo para reponer las pérdidas extrarrenales
ostensibles.
Este breve esquema de clase es en realidad una introducción al tema de los
cuidados peri y post operatorios. Se intenta complementar alguno de los
conceptos de este esquema en las clases de nutrición y tratamiento
hidroelectrolítico.
ULCERA GASTRODUODENAL
(ULCERA PEPTICA)
Se originan en las zonas del tubo digestivo expuestas al ácido y a la pepsina,
más comunmente en estómago y duodeno, también pueden producirse en
esófago y en divertículo de Meckel con mucosa ectópica.
Se dice que se presentan en zonas de transición de mucosa o próximas a
estas, es probable que las zonas de transición tengan menor resistencia al
ácido y a la pepsina. Para que aparezca una úlcera se requiere la presencia de
ácido y de pepsina en el estómago.
En pacientes como en quienes ingieren corticoides, el factor ulcerógeno es la
disminución de la capacidad de resistir la acción corrosiva del ácido por parte
de la mucosa gástrica. Esto llevará a la creación de una interfase entre las
membranas de las células de la mucosa gástrica y los elementos corrosivos,
que conduciría a la autodigestión y destrucción de la mucosa.
A pesar de que solo la mitad de los enfermos con úlcera de duodeno y ninguno
de los de estómago tienen hipersecreción ácida, sabemos que la neutralización
del ácido gástrico facilita la cicatrización de las úlceras.
Las úlceras duodenales son 4 veces más frecuentes que las gástricas y afectan
más frecuentemente a los varones en una relación 2:1
La úlcera duodenal es rara antes de los 15 años, incidencia mayor de 25 a 55
años, máxima a los 40 años.
La úlcera gástrica se inicia entre los 40 y 55 años, incidencia máxima a los 50
años.
Cabe decir en ambos casos que existe un exceso de factor agresor (ácido y
pepsina) para un grado determinado de resistencia de la mucosa.
Influyen: herencia, stress, salicilatos, antiinflamatorios, tabaco.
Aspirina
AINE
Corticoides
En estas situaciones se puede aceptar que existe una ruptura del equilibrio
entre los factores de agresión y la barrera de defensa de la mucosa gástrica y
duodenal.
Solo se ha demostrado hipersecreción en la úlcera de Cushing, mientras que
en los cuadros por hipoperfusión o por drogas se reconoce una capacidad
menor de la mucosa para la síntesis de su capa protectora y un aumento de la
permeabilidad para la retrodifusión de hidrogeniones. Igual valor tiene el reflujo
biliar sobre la alteración de la permeabilidad de la mucosa, por la acción
detergente de las sales biliares.
En resumen, úlceras de stress: son ulceraciones agudas que se presentan
después de intervenciones quirúrgicas, traumatismos y quemaduras,
insuficiencia renal o cardíaca avanzada. Se tratan de ulceraciones únicas o
múltiples, otras veces son de gran tamaño, se manifiestan por hematemesis y
melena, pero pueden llegar a perforarse.
SECRECION GASTRICA
El estómago secreta a la luz gástrica iones, especialmente hidrógeno, cloro,
sodio y potasio, factor intrínseco, pepsinogenos y moco.
El ácido clorhídrico y el factor intrínseco proceden de las células parietales
(oxínticas) localizadas en el cuerpo y en el fundus.
Los pepsinógenos son secretados inactivos en el cuerpo y en el fundus por las
células principales, así como por las células mucosas del cardias, cuerpo,
antro, fundus y píloro.
En presencia de ácido, los pepsinógenos se convierten autocatalíticamente en
pepsina.
El moco es producido por las células epiteliales superficiales y por las células
mucosas de los cuellos glandulares de la mucosa gástrica. También se
secretan inmunoglobulinas A y antígenos de grupo sanguíneo; también
proteínas plasmáticas en pequeñas cantidades.
Las células parietales tendrían receptores para histamina, acetilcolina y
gastrina.
El ion calcio participa en la secreción ácida gástrica, en hipocalcemia grave se
produce aclorhidria.
Factores genéticos
Cerca del 40% de los pacientes con úlcera duodenal tenían al menos un
familiar con ulcera péptica.
El 62% de los niños con úlceras pépticas, presentaban historia familiar con
enfermedad ulcerosa.
La úlcera duodenal es más frecuente en personas del grupo sanguíneo 0, en el
50% de estos pacientes se detecta un incremento sérico del pepsinógeno I,
que es transmitido en forma autosómica dominante.
Predisponen a la úlcera péptica, además:
Fenómenos psíquicos, que determinan una hipersecreción clorhidropéptica.
Hiperparatiroidismo
Síndrome de adenomas endócrinos múltiples.
Hipoxia, isquemia
Alcohol, café, drogas.
SINTOMAS
DOLOR
CONTINUO
COLICO
EPIGASTRICO
Inmediata:
Neoplasias gástricas
Litiasis biliar
En general calma con la ingesta, pero puede suceder que no calme, o aún que
se exacerbe.
Dolor en abdomen superior, transversal, irradiado al dorso, puede ser
pancreático, por penetración
Boca abajo
Sentado e inclinado hacia adelante
Genupectoral
Gatillo de fusil
Ardor Gástrico: En epigastrio: ver periodicidad, Relación con las comidas, tiene
igual significado que el dolor en la úlcera.
Hambre:
Sensación desagradable con deseo imperioso de ingerir alimentos, que a
veces se acompaña de sensación epigástrica de vacuidad.
Perdida de peso
Hemorragia: Leve, menor del 10 % del volumen sanguíneo
Moderada, mayor que el 10 % y menor que el 20 % del volumen sanguíneo
Severa, mayor que el 20 % del volumen sanguíneo.
LABORATORIO
ULCUS GASTRICO
La localización más frecuente es en la pequeña curvatura del estómago o en
sus proximidades (90 % de los casos)
Dolor epigástrico que aparece de 1 a 3 Hs. después de la ingesta de las
comidas y calma con la ingestión de alimentos o alcalinos, dura de 15 días a un
mes y calma por 15 días meses o años.
Puede irradiarse en distintas direcciones:
Cuando la úlcera está próxima al cardias, puede presentarse opresión
precordial, dolor en el pecho y a veces disfagia.
Ardor con el mismo ritmo horario.
Pesadez gástrica postprandial.
Vómitos que alivian el dolor 1 a 3 hs. después de las comidas
Náuseas.
Anemia por pequeñas hemorragias ocultas.
Frecuencia: igual en ambos sexos
Cuando la úlcera afecta solo al epitelio sin pasar más alla de la muscularis
mucosae se denomina erosión, pueden ser asintomáticas, solo exteriorizarse
por pérdidas de sangre y curar sin dejar cicatriz.
Signos directos:
Nicho
imagen diverticular
imagen suspendida
Signos indirectos:
B) Ulceras callosas: Bordes muy netos con gran valla periulcerosa, casi
siempre acompañadas de un gran espasmo oponente.
C) Ulcera penetrante: Es muy profunda origina una cavidad fuera del
estómago, cuyas paredes están formadas por los órganos vecinos.
ENDOSCOPIA
Es el método complementario por excelencia para el diagnóstico y control,
teniendo también aplicaciones terapéuticas en el tratamiento de las
hemorragias digestivas agudas por úlceras gastroduodenales.
Desde el enfoque diagnóstico, permiten la visualización directa de la lesión, la
biopsia que podrá certificar benignidad diferenciándola del carcinoma; permiten
además hacer un control evolutivo con estudios periódicos fidedignos.
ULCERA DE DUODENO
El bulbo duodenal es el lugar donde más frecuentemente se localizan las
úlceras. Las úlceras de duodeno son más frecuentes en personas jóvenes y
predominan en el sexo masculino, relación 2 : 1.
Se acompaña de hiperclorhidria con valores altos y su recidiva está en
Relación con los cambios de estación: otoño y primavera.
Su complicación más frecuente es la hemorragia, luego la perforación y el
síndrome pilórico; pueden ser asintomáticas y su primera manifestación puede
ser una complicación.
El examen del abdomen revela aumento del tono del recto derecho, dolor,
epigastralgia y en ocasiones hiperestesia.
RADIOLOGIA
En ocasiones solo se ve por radioscopía la deformidad ulcerosa y la radiografía
en OAD u OAI puede revelar en el 85% de los casos el nicho.
La mayoría de las veces se ubica en cara posterior, se ven nichos, valla
ulcerosa, pliegues, espasmos oponentes y retracciones cicatrizales.
IMAGENES DEL DUODENO DEFORMADO POR LA ULCERA
Imagen de Akerlund:
Imagen de trebol, etc.
Seudodivertículos.
Las indicaciones para el tratamiento quirúrgico de la úlcera duodenal continúan
siendo las 4 clásicas: obstrucción, perforación, hemorragia e intratabilidad.
A veces la obstrucción puede estar dada por el edema, pudiendo intentarse
un tratamiento conservador con intubación nasogástrica, alcalinos y anti H2, o
inhibidores de la bomba de H+, si el cuadro no cede, se realizará cirugía de
resección y anastomosis, o piloroplastia más vagotomía.
Perforación: Cierre simple.
Determinaciones sanguíneas
Gastrina por encima de los 600 pg/ml: Z.E.
Entre 110 y 600 picogramos/ ml. puede ser úlcera duodenal o Z.E.
Anemia perniciosa tambien lo eleva
Prueba de la secretina produce un aumento de 110 pg/ ml o de un 100% o más
en el Z.E.
La secreción gástrica de ácido puede medirse en condiciones basales, en
condiciones de máxima estimulación y en respuesta a estímulos habituales,
como la ingesta.
Criterios de malignidad:
Pruebas terapéuticas
Tratamiento:
-Gastrectomía subtotal ===> control de la secreción gástrica.
-Gastrectomía total en el Zollinger Ellison.
TRATAMIENTO
Anticolinérgicos
Antiácidos
Anti H2: cimetidina, ranitidina, famotidina
Inhibidores de la bomba de intercambio de hidrogeniones: Omeprazol,
Lanzoprazol, Pantoprazol.
Dieta
INDICACIONES QUIRURGICAS
Gatrectomía subtotal
Gastrectomía total
Líquido extracelular
El volumen del líquido extracelular equivale al 20% del peso corporal, dividido
en dos compartimientos principales, 5% del peso corresponde al volumen
plasmático y el 15% restante corresponde al líquido intersticial o extravascular.
El sodio es el catión principal del líquido extracelular, el cloruro y el bicarbonato
los aniones principales. Las diferencias leves en la composición iónica del
plasma y del líquido intersticial se derivan principalmente de la concentración
de proteínas (aniones orgánicos), más alta en el plasma.
Presión Osmótica
La actividad fisiológica y química de los electrolitos depende de: 1) Número de
partículas por unidad de volumen (moles [mol] o milimoles [mmol] por litro); 2)
número de cargas eléctricas por unidad de volumen (equivalentes o
miliequivalentes litro) y 3) número de partículas osmóticamente activas, o
iones, por unidad de volumen (osmoles [Osm] o miliosmoles [mOsm] por litro).
El uso de gramos o miligramos por 100 ml, expresa el peso de los electrolitos
por unidad de volumen pero no permite la comparación fisiológica de los
solutos en una solucion.
Un mol de una sustancia es el peso molecular de la misma en gramos y un
milimol es dicha cifra expresada en miligramos. Sin embargo, estos valores no
brindan información directa del número de iones osmóticamente activos en la
solución ni de sus cargas eléctricas. Los electrolitos de los líquidos corporales
se expresan en base a su actividad de combinación química o “equivalentes”.
Un equivalente de un ion es su peso atómico en gramos dividido por las
valencia, mientras que un miliequivalente (1 meq) es dicha cifra expresada en
miligramos. En el caso de iones univalentes 1 meq es igual a 1 mmol. En el de
iones divalentes como el calcio y el magnesio, 1 mmol es igual a 2 meq.
Cuando se considera la presión osmótica de una solución, es más descriptivo
emplear los osmoles y mimliosmoles. Estos términos se refieren al numero de
partículas osmóticamente activas de una solución, aunque no depende de la
capacidad de combinación de las sustancias. Así 1 mmol de ClNa, que se
disocia casi por completo en sodio y cloruro, aporta 2mOsm, mientras que 1mol
de sulfato de sodio (Na2SO4), que se disocia en tres partículas, aporta 3 mOsm.
Un mmol de sustancias no ionizadas, como la glucosa, equivale a 1 mOsm de
la sustancia.
Las diferencias de composición iónica entre los líquidos intracelular y
extracelular se conservan gracias a la membrana plasmática semipermeable.
El número total de partículas osmóticamente activas es de 290-310 mOsm en
cada compartimiento. La presión osmótica total de un líquido es la suma de las
presiones parciales de cada soluto del líquido, pero la presión osmótica efectiva
depende de las sustancias que no atraviesan los poros de la membrana
semipermeable. Por lo tanto, las proteínas disueltas en el plasma son la causa
principal de la presión osmótica efectiva entre los compartimientos plasmático e
intersticial. Es frecuente que se denomine presión oncótica coloidal.
DEFICIT DE VOLUMEN
Los déficit volumétricos extracelulares, son con mucho, el trastorno hídrico más
frecuente en pacientes quirúrgicos.
Las pérdidas de líquidos no consisten en agua sola, sino en esta y electrolitos
en proporciones casi iguales a las que tienen en el líquido extracelular normal.
Los trastornos que más frecuentemente determinan déficit volumétricos
extracelulares abarcan las pérdidas de líquido gastrointestinal por vómito,
aspiración nasogástrica, diarrea y drenaje de fístulas. Otras causas habituales
son el secuestro de líquido en las lesiones e infecciones de tejidos blandos,
inflamaciones retroperitoneales e intrabdominales, peritonitis, oclusión intestinal
y quemaduras.
Excesos volumétricos
Pueden ser iatrógenos o secundarios a insuficiencia renal, cirrosis o
insuficiencia cardíaca congestiva. Aumentan tanto el volumen plasmático como
el intersticial.
En jóvenes sanos, los signos corresponden a la sobrecarga circulatoria.
especialmente en la circulación pulmonar.
En ancianos pueden aparecer signos de insuficiencia cardíaca congestiva, con
edema pulmonar.
Cambios de concentración
El sodio es el factor principal de la osmolaridad del líquido extracelular.
Hiponatremia
La hiponatremia sintomática aguda, valores menores de 130 meq/l, se
caracteriza clínicamente por signos de hipertensión intracraneal y de edema
celular excesivo en los tejidos.
La hipertensión quizás sea inducida por la presión intracraneal aumentada,
dado que la presión sanguínea se normaliza con la administración de solución
salina hipertónica.
Es de importancia especial en pacientes con hiponatremia la aparición de
insuficiencia renal oligúrica.
Hipernatremia
Las mucosas están secas y adherentes. La temperatura corporal por lo general
aumenta.
Las enfermedades que causan alteraciones agudas significativas de la
natremia, por lo general provocan cambios simultáneos del volumen
extracelular.
CAMBIOS DE COMPOSICION
Equilibrio ácido-básico
El pH (o sea el logaritmo negativo de la concentración de hidrogeniones) de los
líquidos corporales se conserva normalmente dentro de una estrecha escala a
pesar de la gran carga de ácidos que se generan como producto secundario
del metabolismo.
Diversos sistemas amortiguadores neutralizan de manera eficaz a los ácidos
que después se excretan por pulmones y riñones.
Entre los amortiguadores importantes se incluyen los fosfatos y proteínas que
tienen funciones primordiales en la conservación del pH intracelular así como el
sistema de bicarbonato – ácido carbónico, que funciona principalmenlte en el
medio extracelular.
La hemoglobina influye de manera primordial como amortiguador intracelular
en los eritrocitos.
Un sistema amortiguador consiste en un ácido o base débiles y sus sales. El
efecto amortiguador resulta de la formación de una cantidad de ácido o base
débil equivalente a la de ácido o base fuertes que se agregan al sistema. El
cambio resultante del pH es considerablemente menor que si la sustancia se
añadiera al agua sola. De esta manera ácidos inorgánicos (p.ej., clorhídrico
sulfúrico o fosfórico) y orgánicos (v.gr. láctico pirúvico, ácidos cetónicos) se
combinan con la base bicarbonato y se produce la sal sódica del ácido así
como ácido carbónico.
El ácido carbónico formado se excreta después por los pulmones como CO2.
Los aniones de ácidos inorgánicos se excretan por vía renal con hidrógeno o
como sales de amoníaco. Los de ácidos orgánicos por lo general se
metabolizan cuando se corrige el trastorno causal, aunque es factible su
excreción renal cuando sus concentraciones son altas.
Acidosis respiratoria
Se relaciona con retención de CO2 secundaria a disminución de la ventilación
alveolar, son sus causas más frecuentes: depresión del centro respiratorio,
neumopatías y se compensa por retención renal de bicarbonatos, excreción de
sales de ácidos y aumento de la formación de amoníaco.
Alcalosis respiratoria
Sus causas son:
Hiperventilación por aprensión o dolor, compensación de una hipoxia, lesiones
del sistema nervioso central y ventilación mecánica. Cualquiera de estos
factores puede causar disminuciones rápidas de la PCO2 arterial y aumentos
también rápidos del pH sérico.
Aunque la concentración sérica de bicarbonato es normal en la fase aguda, cae
con la compensación si persiste el trastorno.
Puede surgir alcalosis respiratoria cuando se intenta aumentar la PO2 en
hipóxicos. El tratamiento apropiado de pacientes con ventilación mecánica
requiere medir con frecuencia los gases sanguíneos (oxicapnógrafo) y ajustar
el ventilador. No se ha de permitir que la PCO2 arterial caiga por debajo de 30
mmHg, sobre todo en presencia de hipocaliemia previa o digitalización pues se
pueden producir arritmias y fibrilación ventricular.
El tratamienlto es ante todo preventivo, con uso apropiado de la ventilación
mecánica y corrección del déficit de K+ preexistente.
Acidosis metabólica
Se deriva de la retención o ganancia de ácidos fijos (en cetoacidosis diabética,
acidosis láctica o azoemia) o perdida de bases bicarbonato (diarrea, fístulas del
intestino delgado o insuficiencia renal con incapacidad para la reabsorción de
bicarbonato). El exceso de H+ hace que disminuyan el pH y la concentración de
bicarbonato sérico.
La compensación inicial es pulmonar, con aumento de la frecuencia y
profundidad respiratorias y depresión de la PCO2 arterial.
Las lesiones renales pueden obstaculizar la importante función de regulación
del equilibrio acidobásico. Estos órganos tienen funciones vitales en este
aspecto gracias a la excreción de los productos de deshecho nitrogenados y
metabolitos ácidos, así como la reabsorción de bicarbonato.
Si los riñones están sanos, la acidosis metabólica es factible cuando se ve
rebasada la capacidad de los mismos para excretar una gran carga de Cl. Esto
es particularmente frecuente en sujetos con pérdidas excesivas de líquidos
gastrointestinales alcalinos (secreciones biliares, pancreáticas y del intestino
delgado) y reciben soluciones parenterales durante periodos prolongados. La
reposición continua de estas pérdidas con soluciones que tienen una
proporción inadecuada de Cl/bicarbonato, solución salina isotónica, no corrige
el cambio del pH, está indicado el uso de una solución salina equilibrada, como
la de Ringer con lactato.
Una de las causas más frecuentes de acidosis metabólica grave en pacientes
quirúrgicos es la insuficiencia circulatoria con acumulación de ácido láctico.
Esto es reflejo de la hipoxia de los tejidos por riego sanguíneo deficiente.
El choque hemorrágico agudo suele provocar caída rápida y considerable del
pH. Después de la restauración del riego sanguíneo hístico adecuado mediante
reposición volumétrica apropiada, el ácido láctico se metaboliza con rapidez y
el pH se normaliza.
El uso de la solución de Ringer con lactato para reponer el déficit volumétrico
extracelular derivado de choque hemorrágico, asociando la administración de la
solución con transfusiones, no acentúa la acidosis láctica. En vez de ello,
disminuye la lactacidemia y el pH se normaliza, ambas cosas con rapidez, lo
que no ocurrre cuando se emplea sangre sola.
La administración indiscriminada de NaHCO3 durante la reanimación en
pacientes en choque hipovolémico no se aconseja, pues la alcalosis metabólica
leve es frecuente después de la reanimación.
Alcalosis metabólica
Surge como la pérdida de ácidos o la ganancia de bicarbonato y se agrava con
la depleción preexistente de K+. Tanto el pH como la concentración plasmática
de bicarbonato son altas. La compensación de la afección es principalmente
renal, dado que la compensación respiratoria es mínima.
La mayoría de los pacientes con alcalosis metabólica tiene cierto grado de
hipocaliemia, debida en parte a la entrada de K+ en las células conforme sale
H+ hacia el suero. Los riesgos de la alcalosis metabólica son los ya analizados
para la alcalosis respiratoria.
Un problema frecuente en el posoperatorio es la alcalosis metabólica con
hipocloremia e hipocaliema, que resulta del vómito persistente o la aspiración
gástrica en pacientes con obstrucción pilórica. A diferencia del vómito con el
píloro permeable, que incluye una pérdida combinada de secreciones gástricas,
pancreáticas, biliares e intestinales, aquella entidad clínica resulta en la pérdida
de líquido con contenidos altos de Cl– e H+ con relación al Na+. En el comienzo,
la excreción urinaria de bicarbonato aumenta para compensar la alcalosis. Esto
resulta de la reabsorción de H+ en los túbulos renales, con la excreción
acompañante de K+. Al progresar el déficit volumétrico, hay reabsorción de
Na+ mediada por aldosterona, con excreción de K+. La hipocaliema consecuente
origina excreción de H+ en lugar de K+ por este mecanismo, lo que produce
aciduria paradójica. El resultado es alcalosis con hipocaliemia que se
perpetúan. El tratamiento correcto incluye la reposición del déficit volumétrico
extracelular con solución salina hipotónica, además de la administración de K+ .
La reposición volumétrica y la diuresis adecuada son necesarias antes de
administrar el K+.
Hipercaliemia
Los síntomas gastrointestinales incluyen náusea, vómito, cólico intestinal
intermitente y diarrea.
Los cardiovasculares son evidentes en el ECG, con ondas T altas y
puntiagudas, ensanchamiento del complejo QRS y depresión del segmento ST.
La desaparición de las ondas T, el bloqueo cardíaco y el paro cardíaco
diastólico suelen ocurrir con los valores crecientes de polasio.
Tratamiento:
Supresión de la administración, supresión de la causa, adlministración IV de 1g
de gluconato de calcio al 10%, con vigilancia electrocardiográfica.
También se puede administrar HCO3 y glucosa con insulina. (45 meq de
NaHCO3 en 1000 ml de dextrosa al 10% en agua con 20 unidades de insulina
corriente).
El tratamiento definitivo de la hipercaliemia requiere administración entérica de
resinas de intercambios de cationes o diálisis.
Hipocaliemia
El problerna más frecuente en pacientes quirúrgicos es la hipocaliemia, que
puede surgir por:
1) Excreción renal excesiva de potasio
2) Paso del elemento a las células
3) Administración prolongada de soluciones parenterales sin potasio, con
continuación de las pérdidas renales obligatorias del elemento (de 20 meq/día
o más)
4) Hiperalimentación parenteral total con reposición deficiente de K+.
5) Pérdida en las secreciones gastrointestinales
El aumento de la excreción renal de K+ ocurre con la alcalosis respiratoria y
metabólica, este elemento compite con los hidrogeniones por la excreción en
los túbulos renales a cambio de Na+. De tal manera en la alcalosis el aumento
de la excreción de K+ en lugar de Na+, permite la consevación de H+.
La hipocaliemia misma suele producir alcalosis metabólica, dado que el
aumento de la excreción de H+ ocurre cuando baja la concentración de K+ en
las células de los túbulos renales.
La excreción de K+ por los túbulos renales aumenta cuando hay grandes
cantidades de Na+ para excreción, de aquí que las necesidades de
K+ aumentan con la reposición volumétrica isotónica masiva o de duración
prolongada.
La concentración promedio de potasio en los fluidos gastrointestinales es
relativamente baja, aunque surge hipocaliemia significativa si se administran
soluciones sin K+ con fines de reposición.
En pacientes que reciben nutrición IV se requieren grandes cantidades de
complemento de K+ para restaurar las reservas intracelulares disminuidas y
satisfacer las necesidades de síntesis en los tejidos durante la fase anabólica.
Los signos de la hipocaliemia son: contractilidad deficiente de los músculos
estriados, liso y cardíaco.
Debilidad que suele progresar a la parálisis fláccida, hiporreflexia o arreflexia
tendinosa e ileo paralítico.
Es característica la sensibilidad a la digital, con arritmias cardíacas y signos
ECG de bajo voltaje, aplanamiento de las ondas T y depresión del segmento
ST.
Los signos de hipocaliemia suelen quedar opacados por los del déficit
volumétrico extracelular grave. La reposición de este último tiende a agravar la
situación, ya que disminuye más la caliemia por la hemodilución.
El tratamiento de la hipocaliemia consiste principalmente en su prevención y en
la reposición de líquidos adecuada.
No se deben agregar más de 40 meq/l de solución IV.
La velocidad de administración no debe ser mayor de 40 meq/h.
Debe haber monitoreo ECG.
En ausencia de indicaciones específicas, el K+ no se administra en pacientes
oligúricos ni durante las primeras 24 hs después de traumatismos o stress
quirúrgicos importantes.
HIPOCALCEMIA
Los síntomas de la hipocalcemia pueden surgir con valores que no llegan a 8
mg/100 ml y abarcan: Entumecimiento y hormigueo circunbucal y de las puntas
de dedos de manos y pies.
Los signos que son de origen neuromuscular abarcan; hiperreflexia tendinosa
signo de Chvostek, calambres musculares y cólicos abdominales, tetania con
espasmo carpopedal, convulsiones, prolongación del intervalo QT en el
electrocardiograma.
Las causas más frecuentes son:
La pancreatitis aguda
Infecciones masivas de tejidos blandos (fascitis necrosante)
Insuficiencias renales crónica y aguda
Fístulas pancreáticas y del intestino delgado
Hipoparatiroidismo
Los iones del calcio también suelen disminuir con las depleciones graves de
magnesio.
El tratamiento
Corrección de la causa y reposición simultánea del déficit.
Los síntomas agudos se suelen aliviar con la administración IV de gluconato o
cloruro de calcio.
El lactato de calcio se administra por vía oral con o sin complementos de
vitamina D, a pacientes en que se precisa reposición prolongada.
La mayoría de los pacientes que reciben transfusiones no requieren
complemento de calcio.
La unión del calcio ionizado con citrato por lo general se compensa gracias a la
movilización de calcio de las reservas corporales.
Sin embargo, en pacientes que reciben 500 ml de sangre en 5-10 minutos, se
recomienda la administración de una dosis apropiada de 0,2 g de CaCl (2 ml de
solución de cloruro de calcio) al 10% administrada por vía IV con un catéter
separado por cada 500 ml de sangre transfundida.
HIPERCALCEMIA
Los síntomas de la hipercalcemia son más bien vagos, de origen
gastrointestinal, renal, musculosquelético y del SNC.
Las manifestaciones tempranas de la hipercalcemia incluyen fatigabilidad,
laxitud, debilidad de grado variable, anorexia, náusea, vómitos y disminución
ponderal.
Con valores más altos, se presenta sonambulismo, estupor y por último coma.
Otros síntomas son: cefalea intensa, dolores de espalda y extremidades, sed,
polidipsia y poliuria.
Las dos causas principales de hipercalcemia son el hiperparatiroidismo y los
cánceres con metástasis en huesos.
Terapéutica
La corrección rápida del déficit volumétrico extracelular acompañante reduce
con prontitud la calcemia por dilución y por aumento de la depuración renal,
esto último es susceptible de intensificación con la furosemida. Otras medidas
que arrojan beneficios transitorios son la administración de calcitonina,
mitramicina, esteroides o hemodiálisis.
El tratamiento definitivo de las crisis hipercalcémicas en pacientes con
hiperparatiroidismo es la operación.
DEFICIT DE MAGNESIO
Ocurre con el ayuno, síndromes de malabsorción, pérdidas crónicas de líquidos
gastrointestinales y fluidoterapia IV prolongada con soluciones sin magnesio,
así como durante la nutrición parenteral total cuando se agregan cantidades
insuficientes del elemento a las soluciones. Otras causas son: la pancreatitis
aguda, tratamiento de la cetoacidosis diabética, hiperaldosteronismo primario,
alcoholismo crónico, administración de anfotericina B y curso clínico
prolongado de las lesiones térmicas.
La depleción del ion magnesio se caracteriza por hiperactividad neuromuscular
y del sistema nervioso central. Los signos y síntomas son muy similares a los
de la hipocalcemia.
El tratamiento de la hipomagnesemia es la administración parenteral de
soluciones de sulfato o cloruro de magnesio. Si hay normofunción renal se
pueden prescribir hasta 2 meq/Kg./día por vía IV.
Se administran 10 a 20 meq. diarios de solución de sulfato de magnesio al 50%
por vía IV, la inyección IM del magnesio es dolorosa.
El Mg++ no se debe prescribir en pacientes oligúricos o con déficit volumétricos
graves.
Exceso de magnesio
El aumento en la magnesemia ocurre cuando el índice de filtración glomerular
cae por debajo de 30 ml/hora.
Los signos abarcan letargia y debilidad, con disminución progresiva de los
reflejos tendinosos, problemas de conducción cardíaca y cambios en el ECG
(ampliación del intervalo PR, ensanchamiento del complejo QRS y elevación de
la onda T) se asemejan a los observados en la hipercaliemia. Somnolencia y
parálisis muscular ocurre en etapas tardías pudiendo llegar al coma y a la
muerte.
El tratamiento consiste en reducir la magnesemia mediante corrección de la
acidosis coexistente.
TRATAMIENTO HIDROELECTROLITICO
Corrección de cambios de volumen
Consideraciones diversas
La corrección del déficit de potasio debe comenzar después de lograr diuresis
adecuada, en especial si hay alcalosis metabólica.
Se debe en lo posible corregir las anemias en el preoperatorio.
El hematocrito aumenta casi un 3% después de la administración de una
unidad de paquete globular a adultos de peso normal.
Fluidoterapia transoperatoria
Cuando la reposición preoperatoria del líquido extracelular ha sido incompleta,
la hipotensión puede surgir con prontitud al inducir la anestesia. Este problema
se previene al satisfacer las necesidades de base y reponer las pérdidas
hidroelectrolíticas anormales, por tratamiento IV en el preoperatorio.
La sangre perdida durante la operación se ha de reponer.
Es usual que no sea necesario reponer pérdidas menores de 500 ml.
Además de las pérdidas de sangre transoperatorias, hay otras de líquido
extracelular durante la cirugía mayor. Algunas de estas, incluido el edema por
disección extensa, acumulación del líquido en la luz y pared del intestino
delgado, y acumulación del líquido en la cavidad peritoneal, son clínicamente
identificables y están bien reconocidas. Se consideran cambios de distribución,
ya que disminuyen el volumen funcional del líquido extracelular.
La corrección transoperatoria del déficit de volumen con solución salina
disminuye de modo considerable la oliguria postoperatoria y se considera un
complemento o coadyuvante fisiológico de la reposición de las pérdidas por
secuestro.
POSTOPERATORIO MEDIATO
La reposición de volumen durante la fase de convalescencia postoperatoria
debe contemplar la medición y reposición precisas de todas las pérdidas. Esto
incluye la reposición de las pérdidas sensibles medidas, por lo general de
origen gastrointestinal, así como la estimación y reposición de pérdidas
insensibles.
Las pérdidas insensibles suelen ser relativamente constantes y promedian 600
ml/día. Esto suele aumentar con el hipermetabolismo, hiperventilación y fiebre,
hasta un máximo de casi 1.500 ml/día. Las pérdidas insensibles estimadas se
reponen con dextrosa al 5% en agua.
Casi 1 L de líquidos se ha de administrar a fin de reponer el volumen de orina,
tal reposición puede consistir en dextrosa al 5% en agua, dado que los riñones
conservan el sodio, es posible administrar un pequeño volumen de solución
salina adicional.
En ancianos con riñones que tienden a perder sal y pacientes con lesiones
craneoencefálicas, puede surgir hiponatremia insidiosa. La medición de la
natriuria facilita la reposición adecuada.
Las pérdidas gastrointestinales se reponen con solución salina isotónica
El volumen del sudor no suele ocasionar problemas, salvo en pacientes
febriles, cuyas pérdidas pueden ser mayores de 250 ml por grado de fiebre.
La reposición parenteral prolongada requiere la valoración frecuente del
ionograma sérico.
La cantidad de potasio repuesto es de 40 meq/día para compensar su
excreción renal, además de 20 meq/l para reponer las pérdidas
gastrointestinales.
La reposición deficiente suele prolongar el ileo paralítico usual en el
postoperatorio y contribuir a la aparición insidiosa de alcalosis metabólica.
HIPONATREMIA
Es infrecuente si en la fluidoterapia transoperatoria se incluyen volúmenes
adecuados de solción salina isotónica.
La hiponatremia puede surgir con facilidad cuando se administra agua para
reponer perdidas de líquidos que contienen sodio o si el ingreso de agua en
forma invariable es mayor que sus pérdidas. Esto último puede ocurrir con la
oliguria.
Es dificil que surja hiponatremia grave si hay normofunción renal.
Cada 100 mg/100 ml de aumento de la glucemia por arriba de lo normal origina
caída de la natremia de 1,6-3 meq/litro.
Liberación de agua endógena. Los pacientes que reciben soluciones IV sin
ingreso calórico adecuado presentan, entre el quinto y décimo día, ganancias
significativas de agua (máximo de 500 ml/ día) por catabolismo celular
excesivo, con lo que disminuye la cantidad de agua exógena que requieren
cada día.
Paso de agua al medio intracelular. La sepsis bacteriana generalizada con
frecuencia se acompaña de caídas repentinas de la natremia.
HIPERNATREMlA.
La hipernatremia, a diferencia de la hiponatremia, surge incluso con
normofunción renal. La hiperosmolaridad del líquido extracelular resulta en el
paso de agua del medio intracelular al extracelular, situación en que la
hipernatremia suele indicar déficit significativos del agua corporal total.
Clasificación
Pérdidas extrarrenales excesivas de agua.
Las pérdidas por evaporación del sudor pueden llegar a varios litros diarios con
el aumento del metabolismo por cualquier causa: fiebre, traqueostomía en
entornos secos, pueden perder hasta 1 – 1,5 L/día.
El incremento de tal evaporación en las superficies del tejido de granulación es
con frecuencia de magnitud significativa en pacientes con lesiones térmicas,
con perdidas que llegan a 3,5 L/día.
Aumento de las perdidas renales de agua. Las lesiones hipóxicas de los
túbulos distales y colectores o la pérdida de la estimulación secretora de la
ADH por lesiones del SNC pueden originar la excreción de grandes volúmenes
de orina con pocos solutos. En ambos casos, disminuye la reabsorción
facultativa de agua.
Tratamiento
La solución salina se suele administrar con lactato para controlar la acidosis
metabólica leve que sobreviene.
El riesgo principal en la insuficiencia renal de alto gasto consiste en no
diagnosticarla a causa de la poliuria. La administración incorrecta de potasio IV
en tal cuadro puede originar hipercaliemia.
El curso habitual de la insuficiencia renal de alto gasto comienza con un
período de oliguria. La diuresis es normal o excesiva, con frecuencia de 3-5
l/día, mientras que también aumentan los valores de nitrógeno de la urea
sanguínea, que se continúa durante 8-12 días antes de descender.
NUTRICION EN PACIENTES
QUIRURGICOS
Muchos pacientes sometidos a operaciones planeadas soportan el breve
período de catabolismo y ayuno sin dificultades.
La conservación de un régimen nutricional adecuado suele tener importancia
crítica en pacientes quirúrgicos gravemente enfermos, con disminución
ponderal y disminución de las reservas de energías preexistentes.
Es sabido que tanto las infecciones agudas como las crónicas pueden producir
una depleción de las reservas corporales de nutrientes y causar deficiencia
nutricional, con el posible aumento de la susceptibilidad a las infecciones
secundarias o sobreañadidas.
Es sabido también que la mal nutrición grave proteíno-calórico dificulta los
mecanismos de defensa inespecíficos.
Los carbohidratos, proteínas y grasas son las tres fuentes de energía de los
humanos. Las reservas de carbohidratos, que consisten ante todo en el
glucógeno hepático y muscular, son relativamente escasas y satisfarían las
necesidades calóricas basales de menos de un día, las proteínas son una
fuente mucho más abundante de energía, pero, toda pérdida de proteínas
representa la pérdida de una función esencial.
Las proteínas al igual que el glucógeno, son una fuente ineficaz de energía.
Las grasas a diferencia de glucógeno y proteínas, se almacenan en un estado
relativamente anhidro, de modo que son una fuente rica de energía con un
aporte de 9 Kcal./g.
Ayuno:
Durante los primeros días de ayuno completo, las grasas y proteínas
corporales satisfacen las necesidades calóricas; gran parte de las pequeñas
reservas de glucógeno no se ven afectadas.
La administración de al menos 100 gs. de glucosa evita la mayor parte de la
gluconeogénesis y reduce la pérdida de nitrógeno al menos en la mitad. El
aumento leve de la insulinemia reduce la liberación de aminoácidos en los
músculos, su extracción por el hígado y la gluconeogénesis.
En caso de que el ayuno completo persista varios días, el cerebro comienza a
utilizar las grasas como fuente de energía. El uso de ácidos cetónicos, de
origen hepático y que cruzan con facilidad la barrera hemato-encefálica,
sustituye poco a poco al consumo cerebral de glucosa.
Valoración y necesidades:
Un objetivo fundamental del sostén nutricional es satisfacer las necesidades de
energía para el metabolismo.
Las necesidades de energía en reposo (NER) se calculan en base a las
ecuaciones Harris y Benedict:
donde:
P = peso (kg)
T = talla (cm)
A = edad (años)
Parámetros antropométricos
Peso corporal
Peso ideal Peso/Talla
Parámetros de laboratorio
Capacidad total de fijación de hierro (TIBC) g/dl
Transferrina sérica
Albúmina sérica Leucocitos/mm3
Linfocitos totales
Creatinina en orina de 24 hs ideal para talla de 1,70 m 1,467mg/24hs
Nitrógeno en orina en 24 hs
6,25
Pruebas cutáneas
Valoran la función inmunitaria
PPD
Candidina
Dinitroclorobenceno
Dietas elementales:
Las dietas líquidas nutricionalmente completas que se expenden en el
comercio, derivadas en forma purificada de alimentos naturales o sintéticos,
han recibido nombres como los de dietas químicamente definidas o
elementales.
ALIMENTACION PARENTERAL
EMULSIONES DE LIPIDOS
Las emulsiones de lípidos derivados de los aceites de soja y girasol se
emplean como nutriente coadyuvante para prevenir el déficit de ácidos grasos
esenciales.
Por otra parte, son eficaces los lípidos como fuente de calorías en personas
con traumatismos e hipermetabolismo. Se aconseja limitar las emulsiones
referidas a 2,0-2,5 g/kg/día.
En caso de carecer de estas emulsiones para administración EV, por su costo,
se puede intentar suplementar el aporte calórico y de ácidos grasos esenciales
mediante la aplicación de aceites vegetales sobre la superficie cutánea, siendo
de este modo difícil cuantificar la real absorción.
COMPLICACIONES
Una de las complicaciones más graves es la sepsis bacteriana o micótica por
contaminación del catéter venoso central.
Uno de los primeros signos de la sepsis generalizada suele ser la aparición
súbita de intolerancia a la glucosa (con o sin hipertermia), estando indicada la
búsqueda minuciosa de un foco séptico.
Si persiste la fiebre hay que extraer el catéter venoso y realizar cultivos del
mismo, actualmente en algunos centros clínicos se reemplazan los catéteres
de pacientes con bajo riesgo de infección mediante un alambre guía en J. En
caso de persistir infección 24-48 hs sin causa definida, reemplácese el catéter
en la subclavia opuesta o en yugular interna.
Otras complicaciones relacionadas con la introducción del catéter son el
neumotórax, hemotórax e hidrotórax, lesiones de la arteria subclavia; arritmias
cardíacas si el catéter se lleva hasta la aurícula o el ventrículo, embolia
gaseosa por catéter y en unos casos perforación cardíaca y taponamiento.
La tomboflebitis o trombosis clínicamente evidentes de la vena cava superior
han sido raras.
Hay una tendencia al uso cada vez más frecuente de catéteres de luz múltiple
para la alimentación parenteral y la vigilancia de pacientes gravemente
enfermos. El uso de catéteres implantados en forma permanente se reserva
para pacientes sin sepsis o de alto riesgo que requieran nutrición o fluidoterapia
durante largos periodos, así como otros enfermos seleccionados en quienes se
precisen valoraciones sanguíneas frecuentes.
Cuidados Post-operatorios
Introducción
1. Estado pre-operatorio del paciente, antecedentes que pudiesen ocasionar una complicación
post-operatoria como: Diabetes, insuficiencia renal, cardiopatía, alergia a medicamentos,
etc.
2. Valoración de las condiciones del paciente, nivel de conciencia, datos sobre la función
respiratoria y hemodinámicos, coloración de la piel, temperatura, etc. Observar si existe
reflejo nauseoso.
3. Verificar la identificación del paciente, el procedimiento quirúrgico y el cirujano que
practicó la cirugía.
4. Información sobre el periodo trans-operatorio, hallazgos operatorios, si existieron
complicaciones o acontecimientos no habituales.
5. Técnica anestésica utilizada y duración de la misma.
6. Fármacos administrados en el quirófano (incluyendo los anestésicos).
7. Líquidos y sangre perdidos y administrados durante la cirugía.
8. Localización de catéteres, drenajes y apósitos.
9. Aplicación de vendaje como protección de la herida quirúrgica.
10. Revisión del expediente clínico.