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La nación ha argumentado que los activos respaldados por medios digitales son una amenaza para
la sociedad.
Sarah Romero
27/09/2021
El Banco Popular de China afirmó que los servicios que ofrecen transacciones, comercio,
emisión de tokens y derivados para criptomonedas son "todas actividades financieras
ilegales y están estrictamente prohibidas".
Para China, el comercio de criptomonedas es una amenaza para el 'orden social' y ya son
diez las agencias con sede en China que se han comprometido en una declaración
conjunta a colaborar en una represión de "alta presión" sobre el comercio de
criptomonedas en este país.
Según el banco, las monedas digitales han alterado el "orden económico y financiero" y
han engrasado las ruedas del "lavado de dinero, la recaudación ilegal de fondos, el
fraude, los esquemas piramidales y otras actividades ilegales y delictivas", dice el informe.
Este último movimiento de China lleva gestándose desde hace tiempo. En mayo de 2021,
señalaron una ofensiva contra los pagos con criptomonedas diciendo que los bancos y los
canales de pago online no deberían aceptar criptomonedas como pago u ofrecer servicios
relacionados con ellas. Ahora, han asestado el golpe final.
TEXTO 2
Laura Chaparro
30/07/2021
13 minutos de lectura
Mucho menos conocidas son otras ideas suyas, como la que se refiere a
las tecnologías como prolongaciones de los sentidos humanos. La vista, el oído, el
olfato, el gusto y el tacto han evolucionado a lo largo de cientos de miles de años y
la tecnología, en el sentido más amplio del término y como vislumbró McLuhan,
está consiguiendo reparar estas capacidades cuando están dañadas o, incluso,
mejorarlas cuando se encuentran en buen estado. Inteligencia artificial, nuevos
materiales, microcirugía, nanotecnología o big data configuran una nueva
generación sensorial
Vista
Aunque todos los sentidos son importantes, si pensamos en nuestro día a día sin
uno de ellos, la vista sería el último que querríamos perder. La tecnología en el
campo de la visión ha avanzado mucho en la última década y, hoy, abarca lentes
para mejorar la visión, simuladores visuales para corregir los defectos del ojo
y realidad aumentada, que utiliza dispositivos para combinar contenido digital con
el mundo real.
Para personas que sufren diferentes tipos de ceguera, también están los chips de
retina, un sistema de visión artificial que estimula eléctricamente las células
nerviosas de la retina, reemplazando a las células fotorreceptoras dañadas para
transmitir la información visual al cerebro a través del nervio óptico.
¿Podrían servir para mejorar capacidades sanas y tener una supervisión? Enrique
Josua Fernández, profesor del Instituto Universitario de Investigación en Óptica y
Nanofísica de la Universidad de Murcia y responsable del comité de Ciencias de la
Visión de la Sociedad Española de Óptica, se muestra escéptico. “La implantación
de estos chips se realiza quirúrgicamente, por lo que es un proceso muy invasivo y
con riesgos. Los potenciales beneficios de estos implantes en personas sanas en
el futuro, como sensibilidad aumentada y extendida a otras frecuencias fuera del
espectro visible, no creo que compensen”, mantiene.
“Nuestro dispositivo ofrece una respuesta óptica a medida y, por lo tanto, podemos
optimizarla para cada persona”, explica Sharon Karepov, investigadora del
Departamento de Electrónica Física de la Universidad de Tel Aviv.
Otro tipo de dispositivos están enfocados a olvidar las gafas y corregir defectos
como la vista cansada, que ocurre cuando, con la edad, el cristalino se vuelve más
rígido, perdiendo su capacidad para enfocar objetos de forma dinámica. Una
nueva lente diseñada por científicos del CSIC es capaz de replicar la capacidad
que tiene el cristalino joven de acomodar la visión a objetos lejanos y cercanos de
manera dinámica.
Por otro lado, si hay un ejemplo de tecnología innovadora que no cumplió con las
expectativas generadas, son las conocidas como smart glasses o gafas
inteligentes. En opinión de Fernández, su fracaso se explica porque no tenían
aplicaciones concretas. En cuanto a estética, aunque los diseños hayan ido
evolucionando, no acaban de integrarse bien en monturas sencillas, a lo que se
añaden problemas relacionados con la privacidad y la seguridad. “Nos parece
inquietante hablar o interactuar con alguien que tal vez está registrando nuestra
imagen”, señala el experto.
Los científicos también están investigando cómo sustituir las pantallas de los
teléfonos móviles que gastan mucha energía y derrochan luz por un dispositivo de
visualización cercano al ojo que reduzca este consumo energético. Es
precisamente lo que hace Christopher Martínez, ingeniero de investigación en el
departamento de Óptica y Fotónica de la Comisión Francesa de Energía Atómica y
Energía Alternativa. “Nuestro objetivo no es mejorar el sentido de la vista,
sino averiguar de qué forma podemos ayudar a las personas a administrar el
flujo de información visual que tenemos hoy”, puntualiza.
Olfato
Igual que ahora compartimos una imagen o un audio a través del móvil, los
ingenieros se afanan por que pronto seamos capaces de intercambiar olores. Un
primer paso son las narices artificiales, como la que han diseñado Tai Hyun Park y
su equipo de científicos coreanos.
Este tipo de dispositivos son los más innovadores en cuanto a olfato, según opina
Markus Antonietti, director del Instituto Max Planck de Coloides e Interfaces
(Alemania). “Piensa en un sensor que pueda oler como un perro, es decir drogas,
intoxicación alimentaria, rastros de personas perdidas, incluso cáncer o muchas
otras enfermedades”, enumera. A su juicio, esta herramienta podría transformar
los actuales problemas de seguridad e, incluso, los sistemas sanitarios, al incluir la
información percibida por los sensores olfativos en las historias clínicas de los
pacientes.
Los cánceres con niveles altos de PD-L1 a menudo se pueden tratar con
inmunoterapia, mientras que si el paciente no presenta registros elevados de la
proteína, el tratamiento no será efectivo. La ventaja de la nariz electrónica es que
evita otros métodos invasivos utilizados hasta ahora para detectar la proteína
como las biopsias.
Gusto
Resumen:
Gusto
Tacto
Oído
Tacto
“Por ejemplo, te pones algo como un guante de un dedo, señalas en una dirección
y tu dedo, al tocar un transductor, te dice si en esa dirección está una persona,
una fuente de calor o una fuente de radio”, plantea Antonietti.
Oído
Para aquellos casos en los que no es posible colocar estos dispositivos porque no
exista nervio auditivo, sea muy pequeño o la cóclea presente problemas, los
cirujanos colocan entre el tronco cerebral y el cerebelo implantes de tronco
cerebral, que estimulan directamente los núcleos auditivos.
Otra novedad son los audífonos de ajuste abierto, cuyo uso cada vez está más
extendido y que, a diferencia de los dispositivos de plástico duro y voluminosos,
incluyen una punta de goma o silicona ligera que redunda en una mayor
comodidad y mejora la audición. “Permite que una persona escuche con mayor
comodidad durante un período de tiempo más largo, lo que, probablemente,
amplíe la gama de actividades de las que puede disfrutar”, alega Matthew Winn,
profesor de Ciencias del Habla, Lenguaje y Audición de la Universidad de
Minnesota.
El experto también recuerda un sencillo gesto que podemos hacer hoy en día y
que ayuda a millones de personas, con o sin problemas de audición: la posibilidad
de ralentizar la velocidad de los vídeos cuando los reproducimos con un simple
clic. Puede ser una ayuda, también, para quienes hablan un idioma distinto o
quien tiene que transcribir lo escuchado.
Por último, Adrian KC Lee, profesor del departamento de Ciencias del Habla y
Audición de la Universidad de Washington, destaca la aplicación de la realidad
aumentada y otras herramientas que monitorizan lo que leen y escuchan personas
sin problemas auditivos.
Igual que asistentes virtuales como Siri que se sirven de inteligencia artificial para
ayudarnos en el día a día, en un futuro habrá dispositivos auditivos capaces de
volver a reproducir algo que hayamos escuchado y que queramos volver a oír o
que nos ayuden automáticamente en función de lo que hayamos oído. “Esto es
más futurista, pero creo que es algo en lo que las empresas están investigando
activamente”, concluye el docente. Un dispositivo más para la nueva generación
sensorial.
TEXTO 3
La Ohmie parece una simple lámpara de escritorio, aunque tiene una forma sinuosa y
original. Creada por un estudio milanés, Krill, pese a su aspecto poco convencional podría
pasar desapercibida entre los miles de productos que cada año se presentan en las
grandes ferias de diseño industrial: una lámpara más en un mercado saturado de
opciones entre las que elegir.
Pero hay algo que la hace única. Krill la ha fabricado con una impresora 3D que utiliza
como material de trabajo un biopolímero creado a partir de la piel de naranjas. El proceso
resulta algo complejo, pero en esencia consiste en secar y triturar la piel, y añadirle luego
algunos compuestos para darle la consistencia y propiedades elásticas del plástico que se
suele emplear en las máquinas de impresión tridimensional.
El resultado es un filamento que se usa igual que cualquier otro filamento plástico para
impresión, pero con el que se pueden crear objetos cien por cien biodegradables, y, si
hacemos caso a los diseñadores, “con un suave aroma a naranja o galleta”. El hilo se
inserta en la impresora 3D como se haría con un filamento de plástico ABS convencional,
y solo es necesario darle al botón de imprimir para empezar a fabricar casi cualquier tipo
de objeto.
El biopolímero creado a partir de piel de naranja es un ejemplo del tipo de materiales que
en los próximos años prometen revolucionar la impresión tridimensional y conseguir, por
fin, hacer realidad ese sueño de tener una máquina en casa capaz de fabricar todo tipo de
objetos.
Algunas empresas de calzado deportivo han empezado a usar esta técnica incluso en
ciertas fases de la producción final. Adidas, por ejemplo, se ha aliado con la compañía de
impresión en 3D Carbon para crear suelas impresas para sus zapatillas 4DFWD. Las
suelas tienen una estructura de malla que sería muy compleja de moldear mediante la
inyección de plástico, y dan al calzado una gran amortiguación, con un peso muy inferior
al que tendría si se usase un sistema convencional de goma sólida o cámara de aire. Otra
marca de accesorios deportivos, Voronoi, ha creado un casco para ciclistas que también
aprovecha una estructura de malla impresa en 3D para lograr la misma protección que un
casco sólido, pero con un diseño mucho más ligero.
Se prevé que en 2028, solo el mercado de este tipo de materiales moverá alrededor de
7500 millones de euros en todo el mundo. Lo más importante, en cualquier caso, es que
abrirán la puerta a crear objetos imposibles aún para la actual estructura de producción en
masa, como implantes médicos personalizados o, por qué no, lámparas y muebles como
Ohmie, completamente biodegradables para que sea más fácil deshacerse de ellos
cuando llegue la hora de cambiar la decoración de casa.