Está en la página 1de 15

TEXTO 1

CHINA DECLARA ILEGALES TODAS LAS TRANSACCIONES CON


CRIPTOMONEDAS

La nación ha argumentado que los activos respaldados por medios digitales son una amenaza para
la sociedad.

Sarah Romero
27/09/2021

Es el golpe definitivo a las criptomonedas. Si ya China llevaba tiempo luchando contra


este medio digital de intercambio, ahora acaba de dar el paso final prohibiendo, mediante
el banco central de China, absolutamente todas las transacciones de criptomonedas.

Transacciones con criptomonedas, ilegales

El Banco Popular de China afirmó que los servicios que ofrecen transacciones, comercio,
emisión de tokens y derivados para criptomonedas son "todas actividades financieras
ilegales y están estrictamente prohibidas".

Para China, el comercio de criptomonedas es una amenaza para el 'orden social' y ya son
diez las agencias con sede en China que se han comprometido en una declaración
conjunta a colaborar en una represión de "alta presión" sobre el comercio de
criptomonedas en este país.

Según el banco, las monedas digitales han alterado el "orden económico y financiero" y
han engrasado las ruedas del "lavado de dinero, la recaudación ilegal de fondos, el
fraude, los esquemas piramidales y otras actividades ilegales y delictivas", dice el informe.

Este último movimiento de China lleva gestándose desde hace tiempo. En mayo de 2021,
señalaron una ofensiva contra los pagos con criptomonedas diciendo que los bancos y los
canales de pago online no deberían aceptar criptomonedas como pago u ofrecer servicios
relacionados con ellas. Ahora, han asestado el golpe final.
TEXTO 2

Sentidos de última generación


Tecnologías como los chips de retina, la optogenética, las narices y lenguas
artificiales y los implantes de oído medio se ponen de nuestro lado para tratar
problemas sensoriales.

Laura Chaparro
30/07/2021
13 minutos de lectura

Si nos acercamos a cualquier facultad de periodismo y preguntamos a alguno de


sus estudiantes, la mayoría conocerá al canadiense Marshall McLuhan. Este
teórico de la comunicación acuñó la conocida frase de “el medio es el mensaje”,
haciendo referencia a la importancia de la forma en la que recibimos la
información.

Mucho menos conocidas son otras ideas suyas, como la que se refiere a
las tecnologías como prolongaciones de los sentidos humanos. La vista, el oído, el
olfato, el gusto y el tacto han evolucionado a lo largo de cientos de miles de años y
la tecnología, en el sentido más amplio del término y como vislumbró McLuhan,
está consiguiendo reparar estas capacidades cuando están dañadas o, incluso,
mejorarlas cuando se encuentran en buen estado. Inteligencia artificial, nuevos
materiales, microcirugía, nanotecnología o big data configuran una nueva
generación sensorial

Vista

Aunque todos los sentidos son importantes, si pensamos en nuestro día a día sin
uno de ellos, la vista sería el último que querríamos perder. La tecnología en el
campo de la visión ha avanzado mucho en la última década y, hoy, abarca lentes
para mejorar la visión, simuladores visuales para corregir los defectos del ojo
y realidad aumentada, que utiliza dispositivos para combinar contenido digital con
el mundo real.

Para personas que sufren diferentes tipos de ceguera, también están los chips de
retina, un sistema de visión artificial que estimula eléctricamente las células
nerviosas de la retina, reemplazando a las células fotorreceptoras dañadas para
transmitir la información visual al cerebro a través del nervio óptico.

¿Podrían servir para mejorar capacidades sanas y tener una supervisión? Enrique
Josua Fernández, profesor del Instituto Universitario de Investigación en Óptica y
Nanofísica de la Universidad de Murcia y responsable del comité de Ciencias de la
Visión de la Sociedad Española de Óptica, se muestra escéptico. “La implantación
de estos chips se realiza quirúrgicamente, por lo que es un proceso muy invasivo y
con riesgos. Los potenciales beneficios de estos implantes en personas sanas en
el futuro, como sensibilidad aumentada y extendida a otras frecuencias fuera del
espectro visible, no creo que compensen”, mantiene.

En paralelo, la optogenética también está consiguiendo avances importantes para


tratar trastornos relacionados con el cerebro. Basada en haces de luz, esta
tecnología se está probando para quienes tengan degeneración macular
relacionada con la edad, que causa pérdida de visión en mayores de cincuenta
años.

En el campo de las lentes, un equipo de científicos israelíes ha incorporado


dispositivos ópticos ultrafinos, conocidos como metasuperficies, en lentes de
contacto estándar para corregir un tipo de daltonismo, en concreto, el que sufren
personas que tienen problemas para distinguir el rojo del verde. Entre sus
principales ventajas, está la personalización.

“Nuestro dispositivo ofrece una respuesta óptica a medida y, por lo tanto, podemos
optimizarla para cada persona”, explica Sharon Karepov, investigadora del
Departamento de Electrónica Física de la Universidad de Tel Aviv.
Otro tipo de dispositivos están enfocados a olvidar las gafas y corregir defectos
como la vista cansada, que ocurre cuando, con la edad, el cristalino se vuelve más
rígido, perdiendo su capacidad para enfocar objetos de forma dinámica. Una
nueva lente diseñada por científicos del CSIC es capaz de replicar la capacidad
que tiene el cristalino joven de acomodar la visión a objetos lejanos y cercanos de
manera dinámica.

Por otro lado, si hay un ejemplo de tecnología innovadora que no cumplió con las
expectativas generadas, son las conocidas como smart glasses o gafas
inteligentes. En opinión de Fernández, su fracaso se explica porque no tenían
aplicaciones concretas. En cuanto a estética, aunque los diseños hayan ido
evolucionando, no acaban de integrarse bien en monturas sencillas, a lo que se
añaden problemas relacionados con la privacidad y la seguridad. “Nos parece
inquietante hablar o interactuar con alguien que tal vez está registrando nuestra
imagen”, señala el experto.

La realidad aumentada tampoco termina de despegar aunque ha vuelto a ponerse


de moda durante la pandemia de coronavirus. “Su atractivo está en conseguir que
un ordenador interprete tu entorno y coloque objetos digitales de forma natural en
la escena”, describe Stephen Hicks, cofundador y director de Innovación de la
compañía inglesa OxSight, que desarrolla gafas inteligentes para ayudar a
personas con discapacidad visual.

Los científicos también están investigando cómo sustituir las pantallas de los
teléfonos móviles que gastan mucha energía y derrochan luz por un dispositivo de
visualización cercano al ojo que reduzca este consumo energético. Es
precisamente lo que hace Christopher Martínez, ingeniero de investigación en el
departamento de Óptica y Fotónica de la Comisión Francesa de Energía Atómica y
Energía Alternativa. “Nuestro objetivo no es mejorar el sentido de la vista,
sino averiguar de qué forma podemos ayudar a las personas a administrar el
flujo de información visual que tenemos hoy”, puntualiza.
Olfato

Igual que ahora compartimos una imagen o un audio a través del móvil, los
ingenieros se afanan por que pronto seamos capaces de intercambiar olores. Un
primer paso son las narices artificiales, como la que han diseñado Tai Hyun Park y
su equipo de científicos coreanos.

El dispositivo es una nariz bioelectrónica capaz de detectar un alimento en las


primeras fases de descomposición, aunque la herramienta también podría servir
para ayudar a encontrar víctimas de desastres naturales.

“Los humanos tienen aproximadamente 400 receptores olfativos funcionales en la


nariz. El primer paso para detectar un olor es la unión de las moléculas de olor a
estos receptores”, indica Hyun Park, que es director de la Facultad de Ingeniería
Química y Biológica de la Universidad Nacional de Seúl (Corea del Sur). La misma
función cumplirían estos sensores en una nariz artificial. Para lograrlo, los
investigadores los han reproducido en un sistema bacteriano, incrustando los
receptores en nanodiscos.

Este tipo de dispositivos son los más innovadores en cuanto a olfato, según opina
Markus Antonietti, director del Instituto Max Planck de Coloides e Interfaces
(Alemania). “Piensa en un sensor que pueda oler como un perro, es decir drogas,
intoxicación alimentaria, rastros de personas perdidas, incluso cáncer o muchas
otras enfermedades”, enumera. A su juicio, esta herramienta podría transformar
los actuales problemas de seguridad e, incluso, los sistemas sanitarios, al incluir la
información percibida por los sensores olfativos en las historias clínicas de los
pacientes.

En el ámbito de la salud, una nariz electrónica probada en 143 pacientes de los


Países Bajos con un tipo de cáncer de pulmón avanzado identificó con un 85 % de
precisión a aquellos que iban a responder bien a la inmunoterapia, que estimula al
sistema inmune para atacar al tumor. La nariz –bautizada como eNose– detectaba
en el aire exhalado la presencia de una proteína, la PD-L1, que ayuda a que las
células inmunitarias no ataquen a las células sanas.

Los cánceres con niveles altos de PD-L1 a menudo se pueden tratar con
inmunoterapia, mientras que si el paciente no presenta registros elevados de la
proteína, el tratamiento no será efectivo. La ventaja de la nariz electrónica es que
evita otros métodos invasivos utilizados hasta ahora para detectar la proteína
como las biopsias.

Gusto

“En comparación con el olfato, se han publicado relativamente pocos tratamientos


específicos para los trastornos del gusto, aunque se han propuesto distintos
enfoques para el alivio sintomático”, afirma Adriana Izquierdo-Domínguez,
especialista en alergología y miembro de la Sociedad Española de
Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).

Como ocurre con las narices, los ingenieros están desarrollando lenguas


artificiales con diferentes aplicaciones. Una de ellas es detectar sabores picantes
que serían demasiado intensos para nuestras delicadas papilas gustativas y
dañarían su sensibilidad. Una lengua electrónica diseñada por investigadores de la
Universidad Estatal de Washington podría servir para diferenciar el sabor picante
de los alimentos.

En esta línea, un equipo internacional de científicos con participación de la


Universidad de Granada está creando una lengua virtual para predecir el sabor de
los alimentos. En el marco del proyecto europeo VIRTUOUS, combinan las
ciencias agroalimentarias con la inteligencia artificial para crear un predictor del
sabor que se aplique a los alimentos europeos. El algoritmo propuesto, que integra
técnicas usadas en farmacología y big data, será capaz de predecir el perfil
organoléptico de un alimento basado en su composición química.
Para los próximos veinticinco años, Antonietti visualiza una especie de “chef
artificial” que nos ayude a cocinar aportando sus comentarios sobre el sabor de
manera objetiva. Eso pasa por diseñar dispositivos domésticos que verifiquen la
calidad de los alimentos, ajustando, por ejemplo, sus actuales fechas de
caducidad, lo que redundaría a la larga en una mejor seguridad alimentaria.

Resumen:

La visión ha avanzado mucho en la última década. Para personas que sufren


diferentes tipos de ceguera, también están los chips de retina. “La implantación de
estos chips se realiza quirúrgicamente, por lo que es un proceso muy invasivo y
con riesgos. La optogenética también está consiguiendo avances importantes para
tratar trastornos relacionados con el cerebro. un equipo de científicos israelíes ha
incorporado dispositivos ópticos ultrafinos, conocidos como meta superficies.
“Nuestro dispositivo ofrece una respuesta óptica a medida y, por lo tanto, podemos
optimizarla para cada persona” Una nueva lente diseñada por científicos del CSIC
es capaz de replicar la capacidad que tiene el cristalino joven de acomodar la
visión a objetos lejanos y cercanos de manera dinámica. Por otro lado, si hay un
ejemplo de tecnología innovadora que no cumplió con las expectativas generadas,
son las conocidas como Smart glasses o gafas inteligentes. de la compañía inglesa
OxSight, que desarrolla gafas inteligentes para ayudar a personas con discapacidad visual .
en el aire exhalado la presencia de una proteína, la PD-L1, que ayuda a que las células inmunitarias
no ataquen a las células sanas. La ventaja de la nariz electrónica es que evita otros métodos
invasivos utilizados hasta ahora para detectar la proteína como las biopsias.

Gusto

el olfato, se han publicado relativamente pocos tratamientos


específicos para los trastornos del gusto, Una de ellas es detectar
sabores picantes que serían demasiado intensos para nuestras
delicadas papilas gustativas y dañarían su sensibilidad. de la
Universidad de Granada está creando una lengua virtual para predecir
el sabor de los alimentos. que nos ayude a cocinar aportando sus
comentarios sobre el sabor de manera objetiva.

Tacto

En los últimos años la tecnología ha explorado cómo devolver esta


capacidad a personas que, por accidente o enfermedad, la han
perdido. Un equipo de científicos ha diseñado una dermis electrónica –
a la que han bautizado como e-dermis–, capaz de transmitir la
sensación del tacto e, incluso, dolor a una mano protésica. “Estamos
explorando cómo codificar mejor la estimulación nerviosa eléctrica
para crear sensaciones más naturales”, una habilidad biológica de
algunas especies, sobre todo acuáticas, con la que usan los campos
eléctricos para localizar presas y ubicarse en el espacio. al tocar un
transductor, te dice si en esa dirección está una persona, una fuente
de calor o una fuente de radio”.

Oído

la audición han sido los implantes cocleares. Indicados para diferentes


tipos de sordera, transforman las señales acústicas en señales
eléctricas que estimulan al nervio auditivo. Para aquellos casos en los
que no es posible colocar estos dispositivos porque no exista nervio
auditivo, sea muy pequeño o la cóclea presente problemas, “Suponen
una alternativa a los audífonos o a la cirugía reconstructiva
convencional del oído medio cuando no se obtienen los resultados
esperados”, Como explica Lassaletta, constan de un procesador
externo con un micrófono que capta el sonido y lo transmite al
implante, que hará vibrar el hueso del cráneo y los líquidos del oído
interno, Los audífonos analógicos han dejado paso a los digitales, en
los que un algoritmo procesa la señal acústica, adaptándose de forma
automática para elaborar la mejor respuesta según el ambiente
acústico en el que se encuentre la persona. Permite que una persona
escuche con mayor comodidad durante un período de tiempo más
largo, lo que, probablemente, amplíe la gama de actividades de las
que puede disfrutar”. Puede ser una ayuda, también, para quienes
hablan un idioma distinto o quien tiene que transcribir lo escuchado.
Adrián KC Lee, profesor del departamento de Ciencias del Habla y
Audición de la Universidad de Washington. “Esto es más futurista, pero
creo que es algo en lo que las empresas están investigando
activamente”.

Tacto

El confinamiento debido a la pandemia de coronavirus nos ha hecho acordarnos


de un sentido que no tienen muchos animales: el del tacto. En los últimos años la
tecnología ha explorado cómo devolver esta capacidad a personas que, por
accidente o enfermedad, la han perdido.

Un equipo de científicos ha diseñado una dermis electrónica –a la que han


bautizado como e-dermis–, capaz de transmitir la sensación del tacto e, incluso,
dolor a una mano protésica. “Con nuestro enfoque de múltiples capas, pudimos
imitar el comportamiento de los nociceptores (receptores de la piel que transmiten
dolor) y los mecanorreceptores (que transmiten presión) en un solo dispositivo en
la punta del dedo de una mano protésica”, detalla Luke Osborn, investigador en
sistemas inteligentes del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns
Hopkins (EE. UU.).

La e-dermis, que se describe en la revista Science, estimula eléctricamente los


nervios periféricos en el brazo que le ha sido amputado a una persona. Y lo hace
de manera no invasiva, a través de la piel. “Estamos explorando cómo codificar
mejor la estimulación nerviosa eléctrica para crear sensaciones más naturales”,
añade Osborn.

En personas sanas, la tecnología quiere ir un paso más allá y persigue emular la


electrorrecepción: una habilidad biológica de algunas especies, sobre todo
acuáticas, con la que usan los campos eléctricos para localizar presas y ubicarse
en el espacio.

“Por ejemplo, te pones algo como un guante de un dedo, señalas en una dirección
y tu dedo, al tocar un transductor, te dice si en esa dirección está una persona,
una fuente de calor o una fuente de radio”, plantea Antonietti.

Oído

Si hay una herramienta que ha revolucionado la audición han sido los implantes


cocleares. Indicados para diferentes tipos de sordera, transforman las señales
acústicas en señales eléctricas que estimulan al nervio auditivo. “Esta es
una tecnología que está en continua evolución, lo que permite que los resultados
auditivos sean cada vez mejores”, destaca María José Lavilla, presidenta de la
Comisión de Audiología de SEORL-CCC .

Para aquellos casos en los que no es posible colocar estos dispositivos porque no
exista nervio auditivo, sea muy pequeño o la cóclea presente problemas, los
cirujanos colocan entre el tronco cerebral y el cerebelo implantes de tronco
cerebral, que estimulan directamente los núcleos auditivos.

Junto a esta tecnología que se ha desarrollado notablemente en los últimos años,


también están los implantes activos de oído medio, que captan el sonido para
transformarlo y amplificarlo, produciendo una serie de vibraciones mecánicas que
llegan a la cadena de huesecillos o a los fluidos del oído interno. “Suponen
una alternativa a los audífonos o a la cirugía reconstructiva convencional del oído
medio cuando no se obtienen los resultados esperados”, sostiene Luis Lassaletta,
presidente de la Comisión de Otología de SEORL-CCC.

Y un tercer invento innovador son los implantes de conducción de la vía ósea, que


transmiten sonido por conducción ósea directamente al oído interno. Como explica
Lassaletta, constan de un procesador externo con un micrófono que capta el
sonido y lo transmite al implante, que hará vibrar el hueso del cráneo y los líquidos
del oído interno, empleando la capacidad natural del cuerpo para transmitir el
sonido a través del tejido óseo.

“Además de estos dispositivos quirúrgicos, la tecnología de los audífonos ha


evolucionado sustancialmente” ,recuerda Lavilla. Los audífonos analógicos han
dejado paso a los digitales, en los que un algoritmo procesa la señal acústica,
adaptándose de forma automática para elaborar la mejor respuesta según el
ambiente acústico en el que se encuentre la persona. A eso se suman los
audífonos y auriculares que utilizan la vía ósea para transmitir el sonido.

Otra novedad son los audífonos de ajuste abierto, cuyo uso cada vez está más
extendido y que, a diferencia de los dispositivos de plástico duro y voluminosos,
incluyen una punta de goma o silicona ligera que redunda en una mayor
comodidad y mejora la audición. “Permite que una persona escuche con mayor
comodidad durante un período de tiempo más largo, lo que, probablemente,
amplíe la gama de actividades de las que puede disfrutar”, alega Matthew Winn,
profesor de Ciencias del Habla, Lenguaje y Audición de la Universidad de
Minnesota.
El experto también recuerda un sencillo gesto que podemos hacer hoy en día y
que ayuda a millones de personas, con o sin problemas de audición: la posibilidad
de ralentizar la velocidad de los vídeos cuando los reproducimos con un simple
clic. Puede ser una ayuda, también, para quienes hablan un idioma distinto o
quien tiene que transcribir lo escuchado.

Por último, Adrian KC Lee, profesor del departamento de Ciencias del Habla y
Audición de la Universidad de Washington, destaca la aplicación de la realidad
aumentada y otras herramientas que monitorizan lo que leen y escuchan personas
sin problemas auditivos.

Igual que asistentes virtuales como Siri que se sirven de inteligencia artificial para
ayudarnos en el día a día, en un futuro habrá dispositivos auditivos capaces de
volver a reproducir algo que hayamos escuchado y que queramos volver a oír o
que nos ayuden automáticamente en función de lo que hayamos oído. “Esto es
más futurista, pero creo que es algo en lo que las empresas están investigando
activamente”, concluye el docente. Un dispositivo más para la nueva generación
sensorial.

TEXTO 3

El mañana está impreso con naranjas: avances en impresión 3D


Crean una lámpara con una impresora 3D que utiliza como material de trabajo un biopolímero creado a partir
de la piel de las naranjas.

La Ohmie parece una simple lámpara de escritorio, aunque tiene una forma sinuosa y
original. Creada por un estudio milanés, Krill, pese a su aspecto poco convencional podría
pasar desapercibida entre los miles de productos que cada año se presentan en las
grandes ferias de diseño industrial: una lámpara más en un mercado saturado de
opciones entre las que elegir.

Pero hay algo que la hace única. Krill la ha fabricado con una impresora 3D que utiliza
como material de trabajo un biopolímero creado a partir de la piel de naranjas. El proceso
resulta algo complejo, pero en esencia consiste en secar y triturar la piel, y añadirle luego
algunos compuestos para darle la consistencia y propiedades elásticas del plástico que se
suele emplear en las máquinas de impresión tridimensional.

El resultado es un filamento que se usa igual que cualquier otro filamento plástico para
impresión, pero con el que se pueden crear objetos cien por cien biodegradables, y, si
hacemos caso a los diseñadores, “con un suave aroma a naranja o galleta”. El hilo se
inserta en la impresora 3D como se haría con un filamento de plástico ABS convencional,
y solo es necesario darle al botón de imprimir para empezar a fabricar casi cualquier tipo
de objeto.

Ohmie está a la venta en la plataforma de micromecenazgo web Kickstarter desde 59


euros, un precio un 40 % más barato del que tendrá el producto final cuando llegue a los
comercios, y presume de ser una lámpara casi del todo italiana. Las naranjas con las que
se elabora el biopolímero, al fin y al cabo, proceden de Sicilia. Lo único que no se ha
fabricado localmente son los módulos eléctricos y electrónicos (el cable de corriente, la
lámpara de ledes…), que pueden desmontarse fácilmente para reciclar mejor el producto.

El biopolímero creado a partir de piel de naranja es un ejemplo del tipo de materiales que
en los próximos años prometen revolucionar la impresión tridimensional y conseguir, por
fin, hacer realidad ese sueño de tener una máquina en casa capaz de fabricar todo tipo de
objetos.

El mercado de la impresión en 3D factura anualmente más de 10 000 millones de euros,


pero atraviesa lo que en la jerga del marketing tecnológico se llama valle de la desilusión:
es el periodo en el que una tecnología que gozaba de una gran popularidad inicial pierde
cierta relevancia por el ajuste de expectativas, antes de consolidarse. Tras años de oír
que la impresión 3D iba a protagonizar una revolución inminente, empresas y
consumidores han ajustado sus perspectivas: tiene un futuro brillante, pero aún se halla
en una fase de experimentación y búsqueda de modelos de negocio que lo harán posible.
Y eso lleva tiempo. Aun así, se prevé que su mercado crezca cerca de un 20 % anual
durante los próximos siete años.

Pese a su estatus de tecnología en desarrollo, la impresión 3D ha cambiado ya muchos


de los procesos del diseño industrial, por ejemplo, en la fabricación de vehículos o de
prótesis médicas. Antes era necesario hacer detallados modelos a mano para crear los
moldes que se usarían en las diferentes piezas finales. Ahora bastan unas pocas horas
para obtener un prototipo perfectamente funcional para esa misma tarea.

Algunas empresas de calzado deportivo han empezado a usar esta técnica incluso en
ciertas fases de la producción final. Adidas, por ejemplo, se ha aliado con la compañía de
impresión en 3D Carbon para crear suelas impresas para sus zapatillas 4DFWD. Las
suelas tienen una estructura de malla que sería muy compleja de moldear mediante la
inyección de plástico, y dan al calzado una gran amortiguación, con un peso muy inferior
al que tendría si se usase un sistema convencional de goma sólida o cámara de aire. Otra
marca de accesorios deportivos, Voronoi, ha creado un casco para ciclistas que también
aprovecha una estructura de malla impresa en 3D para lograr la misma protección que un
casco sólido, pero con un diseño mucho más ligero.

En cualquier caso, la producción final a gran escala de la mayoría de objetos continúa


siendo más barata si se emplean técnicas convencionales de fabricación, como la
inyección de plástico o el fresado de bloques de metal. Pero las máquinas de impresión
tridimensional, sobre todo en entornos industriales, son cada vez más rápidas y precisas,
y el empuje final podría llegar con nuevos materiales que permitirán fabricar objetos más
duraderos, especialmente con los modelos asequibles de impresoras 3D que van llegando
a los hogares.

Algunos de estos equipos pensados para aplicaciones industriales ya son capaces de


imprimir objetos con materiales como el hormigón, la cerámica o el metal, pero hasta
ahora, la mayoría de impresoras 3D destinadas al ámbito doméstico utilizan filamentos
plásticos. Otros modelos más avanzados pueden apostar por resinas curadas con luz, un
proceso que las endurece. Aunque los resultados son aceptables para muchos usos,
sobre todo si el objetivo es crear objetos decorativos o piezas que solo van a utilizarse
como un molde, las impresiones suelen ser relativamente frágiles y no envejecen bien.
Nuevos filamentos de materiales más exóticos permitirán pronto creaciones más
complejas y aptas para todo tipo de situaciones. Varias empresas trabajan ya con
filamentos con piedra, cerámica, metal o biomateriales, como la piel de naranja, con las
que los objetos resultantes consiguen propiedades mecánicas similares a las que se
obtienen con las técnicas de fabricación convencionales.

Se prevé que en 2028, solo el mercado de este tipo de materiales moverá alrededor de
7500 millones de euros en todo el mundo. Lo más importante, en cualquier caso, es que
abrirán la puerta a crear objetos imposibles aún para la actual estructura de producción en
masa, como implantes médicos personalizados o, por qué no, lámparas y muebles como
Ohmie, completamente biodegradables para que sea más fácil deshacerse de ellos
cuando llegue la hora de cambiar la decoración de casa.

También podría gustarte