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Impact of acquired brain injury towards the


community integration: Employment outcome,
disability and dependence...

Article in Revista de neurologia · June 2016

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4 authors, including:

Ojeda Natalia Javier Peña


University of Deusto, Bilbao University of Deusto
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ORIGINAL

Impacto del daño cerebral adquirido en la integración


comunitaria: reinserción laboral, discapacidad
y dependencia dos años después de la lesión
Pilar Luna-Lario, Natalia Ojeda, Javier Tirapu-Ustárroz, Javier Peña

Objetivos. Analizar el impacto del daño cerebral adquirido en la integración comunitaria (trayectoria laboral, discapaci- Facultad de Psicología y Educación;
Departamento de Métodos y
dad y dependencia) en una muestra de sujetos con daño cerebral adquirido de etiología vascular, traumática y tumoral, Fundamentos de la Psicología;
durante un período de dos años tras la lesión original, y examinar qué variables sociodemográficas, datos clínicos pre- Universidad de Deusto; Bilbao
mórbidos y relacionados con la lesión predicen la integración en la comunidad. (N. Ojeda, J. Peña). Área de
Neuropsicología, Neuropsiquiatría
Pacientes y métodos. Muestra de 106 sujetos adultos con daño cerebral adquirido, atendidos en el Área de Neuropsicolo- y Terapia Ocupacional; Complejo
Hospitalario de Navarra; Elcano,
gía y Neuropsiquiatría del Complejo Hospitalario de Navarra, con déficit de memoria como secuela principal. Las diferen- Navarra, España (P. Luna-Lario,
cias entre grupos se analizan con los tests t de Student, chi al cuadrado y U de Mann-Whitney. J. Tirapu-Ustárroz).

Resultados. De los participantes que antes de la lesión se encontraban activos laboralmente, el 19% y 29% recuperaron su Correspondencia:
estatus previo al año y a los dos años, respectivamente; a un 45% de la muestra total se le reconoció la discapacidad, y a Dra. Pilar Luna Lario. Área de
Neuropsicología, Neuropsiquiatría
un 17%, la dependencia. No se halló relación entre las variables sociodemográficas y clínicas y los parámetros funcionales y Terapia Ocupacional. Complejo
contemplados. Hospitalario de Navarra. E-31486
Elcano/Egüés (Navarra).
Conclusiones. La lesión cerebral adquirida impacta con intensidad en la trayectoria vital de los afectados, aunque no se
han estudiado antes en España sus consecuencias en el ajuste sociolaboral en los dos años siguientes al daño a través de E-mail:
pilar.luna.lario@navarra.es
parámetros funcionales valorados con instrumentos oficiales estatales en una muestra de etiología vascular, traumática y
tumoral. Aceptado tras revisión externa:
20.01.16.
Palabras clave. Daño cerebral adquirido. Dependencia. Discapacidad. Trabajo.
Cómo citar este artículo:
Luna-Lario P, Ojeda N, Tirapu-
Ustárroz J, Peña J. Impacto del daño
cerebral adquirido en la integración
Introducción personas con DCA del 30-65%. No encontraron di- comunitaria: reinserción laboral,
ferencias en la vuelta al trabajo en función del ori- discapacidad y dependencia dos años
después de la lesión. Rev Neurol
Los sujetos que padecen un daño cerebral adquiri- gen de la lesión (vascular o traumático), lo que con- 2016; 62: 539-48.
do (DCA) con frecuencia sufren consecuencias que firma una revisión sistemática de las publicaciones
impactan con intensidad en su recorrido vital, y se realizadas de 2008 a 2014 [6], si bien otros trabajos © 2016 Revista de Neurología

ha notificado, específicamente en población del País encontraron un éxito menor en etiología vascular
Vasco y Navarra, que las secuelas que plantean ma- [7]. Tampoco se han hallado relaciones entre la rein-
yores dificultades para la reinserción social y labo- corporación laboral y la localización del accidente
ral son las cognitivas y las conductuales [1-3]. cerebrovascular [8] o su origen [6]. La revisión de
En 2013, Luna et al publicaron uno de los prime- van Velzen et al [5] confirmó además que la mayo-
ros y escasos estudios descriptivos que se conocen ría de los sujetos se incorporan a trabajos menos
en nuestro país que trata de examinar el impacto de exigentes y los mantienen en el tiempo. En 2015,
una lesión laboral en la vuelta al trabajo de los pa- Cuthbert et al notificaron tasas de paro del 60,2% y
cientes con DCA [4]. En esta ocasión se ha amplia- de empleo parcial del 35% dos años después de la
do la muestra de estudio y se han restringido las lesión [9].
etiologías de la lesión cerebral para poder comparar Son numerosas las publicaciones que se ocupan
los resultados con trabajos realizados en otros paí- de analizar los predictores sociodemográficos de la
ses, aunque la variabilidad de las poblaciones, de vuelta al trabajo tras una lesión cerebral. La mayo-
los períodos de seguimiento y de la definición de las ría de los estudios encuentra que la probabilidad de
variables complica la comparación con la bibliogra- vuelta al trabajo es mayor en los sujetos jóvenes
fía precedente. [10,11], de sexo femenino [12], que no pertenecen a
Van Velzen et al [5] llevaron a cabo una revisión grupos raciales o étnicos minoritarios [13-17] y ca-
sistemática de los estudios publicados hasta 2009 sados [18]. Trabajos muy recientes confirman que el
y observaron porcentajes de reinserción laboral en desempleo se asocia a ser más mayor, pertenecer a

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grupos raciales minoritarios, no tener pareja, ser hom- examinar la calidad de vida de sujetos con TCE dos
bre, haber tenido un ingreso agudo más largo, pade- años después de la lesión, Forslund et al [41] encon-
cer secuelas cognitivas más graves y mayor discapa- traron que mayores niveles de integración social y
cidad; mientras que el empleo parcial se asocia a jó- de autonomía predicen la calidad de vida descrita
venes, mujeres, casados, laboralmente activos antes por los afectados.
de la lesión y que sufren menor discapacidad [9]. En 2015 se publicaron en otros países varios tra-
Entre las variables clínicas predictoras de la re- bajos que se ocuparon de examinar los predictores
adaptación laboral, la mayoría de los estudios seña- de la integración comunitaria en sujetos con TCE.
la que los afectados que tienen historia de abuso de Un estudio retrospectivo con DCA moderado y gra-
alcohol [19,20] y problemas psiquiátricos previos ve de origen traumático examinó la integración so-
[20-22] tienen menos probabilidades de éxito. cial dos años después de la lesión a través del CIQ, y
La bibliografía existente hasta la fecha sugiere que encontró que las variables que pronostican el ajuste
algunas variables relacionadas con la lesión permi- social futuro son, de mayor a menor influencia se-
ten anticipar una mayor discapacidad laboral, como gún los modelos de regresión: estar casado, una ma-
el mayor tiempo transcurrido desde la lesión [5,23], yor puntuación en la escala de coma de Glasgow, un
daños más graves tras un traumatismo craneoence- corto período de amnesia postraumática, una larga
fálico (TCE) [12,20,24,25] y un accidente cerebro- rehabilitación y el uso de servicios de rehabilitación
vascular [26,27]. [42]. Otro estudio prospectivo utilizó el CIQ para
En los últimos años, es creciente el interés por la valorar la integración social en sujetos con TCE de
descripción de la actividad laboral tras un DCA y diferente gravedad en los cinco años siguientes a la
los factores que influyen en ella. Una mejor aten- lesión, y halló que las variables que pronostican una
ción a los elementos estructurales y sociales del lu- mejor integración son estar soltero, tener un mayor
gar de trabajo y compensaciones ambientales po- nivel educativo, estar empleado antes de la lesión y
dría suponer una ruptura de las barreras con las un menor período de amnesia postraumática [43].
que se encuentran los sujetos con TCE cuando lo- Menos trabajos han valorado la integración en la
gran incorporarse al mercado laboral [28-31]. Ade- comunidad a través del CIQ en sujetos tras DCA
más, se confirma la eficacia de los programas de re- vascular y tumoral. Algunos de ellos han utilizado
habilitación que incluyen la intervención vocacio- una adaptación del CIQ para personas con afasia
nal temprana para facilitar el proceso de vuelta al tras un accidente cerebrovascular izquierdo, acor-
trabajo [10,23,27,32-35]. dando niveles especialmente bajos de productivi-
Ningún estudio previo realizado en España ha dad e integración social [44,45]. En los últimos años
analizado la discapacidad secundaria a DCA utili- se han desarrollado y validado otras medidas de
zando como medidas de integración en la comuni- funcionalidad específicas para población con ictus
dad el reconocimiento formal de la incapacidad la- [46,47]. En sujetos con tumor cerebral, Kaplan [48]
boral realizado por el Instituto Nacional de la Segu- encontró mayores puntuaciones en el CIQ en mu-
ridad Social (INSS) y de la discapacidad estimada jeres, jóvenes y con mayor nivel educativo. El mis-
por la Agencia Navarra para la Autonomía y el Desa- mo autor, en un sugerente trabajo previo, comparó
rrollo de las Personas (ANADP) [36]. La mayoría de esta medida de integración social entre sujetos con
los estudios utilizan para su evaluación encuestas y TCE y tumor cerebral, y halló que estos últimos pun-
cuestionarios con importantes y sabidas limitacio- tuaban menos en competencias en el hogar, y los
nes, y el Community Integration Quiestionnaire (CIQ) hombres (pero no las mujeres) con tumor cerebral
[37], que consta de 15 ítems estructurados en tres es- tenían peores medidas en integración social [49].
calas (competencias en el hogar, integración social y Al igual que ocurre con la discapacidad, en in-
actividades productivas), es el instrumento más uti- vestigación en DCA, el acercamiento a la pérdida
lizado y el que tiene mayor aceptación entre los pro- de autonomía se realiza, asumiendo sus limitacio-
fesionales de la neurorrehabilitación. En un intere- nes, a través de escalas; destacan entre ellas la esca-
sante trabajo, García-Molina et al [38] describieron la de discapacidad (DRS) [50], el índice de compe-
la integración comunitaria de sujetos con TCE mo- tencia del paciente (ICP) [51] y la escala de supervi-
derado y grave dos a cinco años después de la lesión, sión (SRS) [52]. Ningún estudio previo realizado en
utilizando como medida de integración social el nuestro país ha estudiado la dependencia a través del
CIQ-R [39], que mantiene la estructura de la escala baremo establecido a nivel estatal en 2011 basado en
original, pero reduce a 13 el número de ítems. la ‘ley de dependencia’ publicada en 2006 [53,54].
Utilizando la Functional Independence Scale [40] Algunas investigaciones recientes se ocupan de
como medida de funcionalidad complementaria para estudiar los predictores de la necesidad de cuidados

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Impacto del daño cerebral adquirido en la integración comunitaria

tras DCA. El estudio más pretérito que utiliza la SRS otras personas para el cuidado personal y un 22%
en sujetos con DCA de origen traumático preten- para desenvolverse en las actividades básicas de la
dió analizar sus características en comparación con vida diaria.
otras medidas de funcionamiento, como la DRS [52]. La presente investigación pretende analizar en
Los autores argumentaron que sus resultados cues- qué medida el padecimiento de una lesión cerebral
tionaban claramente la fiabilidad y la validez de la interfiere en la trayectoria laboral de los participan-
SRS, y señalaron entre sus principales inconvenien- tes en los dos años siguientes al daño; qué desventa-
tes que no posee sensibilidad para detectar discapa- jas genera para que vivan con plenitud de derechos
cidades leves, no identifica las causas de la supervi- o para participar en igualdad de condiciones que el
sión, como tampoco si el nivel es apropiado (infe- resto de ciudadanos en la vida económica, social y
rior o superior) a las necesidades del sujeto y las cultural del país (grado de discapacidad); y qué ne-
razones, y no evalúa el autocuidado. Años después cesidades de ayuda de terceras personas surgen tras
Hart et al [55] también criticaron el efecto techo de la lesión (nivel de dependencia). Se utilizan para su
la SRS en sujetos con TCE moderado y grave un valoración los dictámenes emitidos por organismos
año después de la lesión. Hallaron que dos tercios oficiales tras la aplicación de los baremos estatales
de la muestra no necesitaban supervisión y, utili- actuales. Interesa también conocer si las variables
zando modelos de regresión, encontraron que los sociodemográficas y clínicas (premórbidas y rela-
predictores del grado de supervisión son una ma- cionadas con la lesión) predicen la integración en la
yor edad y un menor nivel educativo. comunidad, así como comparar los resultados con
Algunos trabajos defienden que, en el ICP, los los notificados en la bibliografía precedente.
pacientes, en comparación con las descripciones de
los familiares en la misma escala, demuestran un
‘vacío de autoconciencia’ al sobreestimar sus com- Pacientes y métodos
petencias tanto en las actividades básicas de la vida
diaria como en la dimensión cognitiva [56]. Sin em- Procedimiento
bargo, otros argumentan que la disparidad entre las
informaciones se da en el caso de TCE graves, y es Se han seleccionado para su estudio a todos los pa-
habitual en estos pacientes la minimización de las cientes atendidos entre septiembre de 2007 y julio
dificultades; mientras que si la intensidad es leve y de 2011 en el Área de Neuropsicología del Comple-
moderada, las percepciones son similares en las di- jo Hospitalario de Navarra, con antecedentes de
mensiones emocional y cognitiva [57]. Se ha halla- DCA y déficit de memoria como secuela principal
do que la gravedad del daño cerebral predice el do- objetivado a través de test neuropsicológicos.
minio cognitivo del ICP, y los síntomas poscontu- En la primera entrevista se recogen variables so-
sionales presentados tres meses después de la lesión ciodemográficas (edad, sexo, años de educación
pronostican la competencia cognitiva, emocional e completados, ámbito sociodemográfico, situación
interpersonal percibida [58]. Una menor competen- laboral previa), clínicas premórbidas (cociente inte-
cia percibida por los sujetos y por sus familiares/alle- lectual estimado, antecedentes psiquiátricos, trata-
gados se relaciona con un peor rendimiento en prue- miento psicofarmacológico, consumo de sustan-
bas de memoria y funcionamiento ejecutivo [59]. cias) y relacionadas con la lesión (etiología, locali-
Se han encontrado puntuaciones más bajas en la zación, naturaleza). Las variables relacionadas con
DRS en sujetos con TCE con menor nivel educativo la repercusión sociolaboral del DCA se recogen a lo
previo, historia psiquiátrica, lesión cerebral asocia- largo de los dos años siguientes a la lesión original a
da a violencia, peor funcionamiento cognitivo en el través de la revisión de la historia clínica informati-
momento del alta del ingreso agudo, antecedentes zada, entrevistas o contactos telefónicos con suje-
de abuso de alcohol y otros tóxicos, y gravedad del tos y allegados. Todos los participantes consintieron
TCE [20]. su participación en el estudio.
Un estudio reciente realizó un seguimiento del
estado funcional y emocional de sujetos que habían Muestra
padecido un accidente cerebrovascular durante los
10 años siguientes a la lesión cerebral [60]. Utilizan- La muestra total de estudio está compuesta por 106
do el índice de Barthel para medir la dependencia participantes, un 66% hombres y un 34% mujeres,
de terceros, se encontró que tres cuartas partes de de 17-80 años. La muestra alcanza una media de
la muestra eran independientes y no tenían disca- 13,41 ± 4,15 años de educación completados (ran-
pacidad, mientras que un 14% necesitaba ayuda de go: 0-26 años). La mitad de los participantes poseen

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P. Luna-Lario, et al

estudios medios y 79 (75%) de ellos se encontraban


Figura 1. Situación laboral al año del daño cerebral adquirido (n = 79). En gris claro, el porcentaje de su- activos laboralmente antes del DCA.
jetos que han vuelto al mundo laboral; en gris oscuro, los que continúan incapacitados temporalmente,
Hasta 44 participantes (41,5%) presentaban an-
y en color negro, aquellos a los que se ha reconocido una incapacidad laboral permanente. Desem: des-
empleado; GI: gran invalidez; ILPA: incapacidad laboral permanente absoluta; ILPT: incapacidad laboral tecedentes psiquiátricos personales previos al DCA
permanente total; ILT: incapacidad laboral temporal; Tr: trabajo. Más de la mitad de la muestra estaba tomado psico-
fármacos en el momento de la lesión cerebral (53%)
y en un 23,6% se había detectado un consumo abu-
sivo de alcohol.
La etiología del daño es vascular en el 53,8% de
los participantes, traumática en el 36,8% y tumoral
en el 9,43%. En la mayoría de los participantes, el
daño implica a varias regiones cerebrales y no a una
exclusivamente.

Análisis estadísticos

La diferencia de medias entre muestras indepen-


dientes cuando se cumple la normalidad se estudia
con el test t de Student para variables cuantitativas
y χ2 para variables cualitativas. La diferencia de me-
dias cuando no se cumple el criterio de normalidad
se estudia con el test U de Mann-Whitney.

Resultados
En las figuras 1 y 2 se muestra la situación laboral
generada al año (n = 76) y a los dos años (n = 75) de
Figura 2. Situación laboral a los dos años del daño cerebral adquirido (n = 75) en los sujetos previamente la lesión original, respectivamente, en los partici-
activos a nivel laboral. En gris claro, el porcentaje de sujetos que han vuelto al mundo laboral, y en ne- pantes que previamente se encontraban activos (tra-
gro, los que no han logrado hacerlo. Desem: desempleado; GI: gran invalidez; ILPA: incapacidad laboral bajadores cualificados, no cualificados y desemplea-
permanente absoluta; ILPT: incapacidad laboral permanente total; ILT: incapacidad laboral temporal;
Tr: trabajo.
dos). En la figura 3 se representa el grado de disca-
pacidad reconocida (n = 49), y en la figura 4, el nivel
de dependencia reconocido (n = 21).
No se hallan diferencias entre las variables socio-
demográficas, clínicas premórbidas y relacionadas
con la lesión, y los parámetros funcionales evalua-
dos (situación laboral, discapacidad y dependencia).

Discusión

Impacto del daño cerebral


adquirido en la situación laboral

Cuando los participantes de la muestra sufren un


DCA de diversa etiología, se produce en todos los
casos inmediatamente una interrupción de su esta-
tus laboral.
De los participantes activos laboralmente con
anterioridad al DCA, incluyéndose aquí los que te-
nían trabajos cualificados, no cualificados y desem-
pleados, tan sólo el 19% han logrado incorporarse a
su empleo al año de la lesión y un 29% han recupe-

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Impacto del daño cerebral adquirido en la integración comunitaria

Figura 3. Grado de discapacidad reconocido por la Agencia Navarra pa­ Figura 4. Nivel de dependencia reconocido por la Agencia Navarra para
ra la Autonomía y el Desarrollo de las Personas (n = 49). la Autonomía y el Desarrollo de las Personas (n = 21).

rado su estatus a los dos años, porcentajes similares boral. Probablemente, el reducido tamaño muestral
a los que encontramos en el estudio precedente [4]. impide ver mayores tamaños de efecto que apoyen
Los porcentajes de vuelta al trabajo encontrados los resultados de la bibliografía precedente respec-
en la presente investigación son inferiores a los no- to a la influencia del abuso de alcohol [19,20] y los
tificados por la mayoría de los estudios, tanto pre- problemas psiquiátricos previos [20-22] en la rein-
téritos como actuales [5,9], lo que puede tener que serción laboral.
ver con la inclusión de la etiología tumoral o con las Según los resultados de este estudio, la cualifica-
políticas proteccionistas de nuestro país respecto a ción del empleo sí se relaciona con la situación la-
la capacidad de las personas discapacitadas para tra- boral generada al año, pero no a los dos años. Al
bajar (prestaciones económicas que facilitan cierta año de la lesión, la proporción de participantes a
independencia o suponen el sostenimiento del gru- los que se ha reconocido una incapacidad laboral
po familiar), aunque no se han encontrado publica- permanente absoluta es mayor entre los que reali-
ciones que corroboren estas ideas. zaban trabajos cualificados que entre los no cualifi-
De acuerdo con trabajos previos [5,9], no hemos cados, mientras que la situación se invierte en el
encontrado diferencias en la vuelta al trabajo en caso de la incapacidad laboral permanente total. A
función del origen de la lesión (vascular o traumáti- los dos años de la lesión, los porcentajes son simila-
co). Al ser tan heterogénea la localización de la le- res entre los cualificados y no cualificados.
sión cerebral en la muestra de estudio, no se han En ambas investigaciones encontramos que la
podido estudiar las relaciones entre ésta y el estatus reincorporación al ámbito laboral es más frecuente
laboral consecuente. en los 12 meses siguientes al DCA y disminuye de
Contrariamente a los resultados de estudios pre- manera notable con el paso del tiempo. Además,
vios, variables sociodemográficas como la edad, el descubrimos que cuanto más tiempo ha pasado tras
sexo y el ámbito sociodemográfico de residencia no la lesión inicial y la evaluación, menor es el porcen-
se relacionan en el estudio actual con el impacto del taje de reincorporación.
DCA ni al año ni a los dos años de la lesión [9-18], Otros estudios también apuntan a que, aunque
aunque sí se observa cierta tendencia a un mayor el número de afectados con DCA traumático que se
éxito en la vuelta al mundo laboral en los sujetos incorporan al trabajo aumenta con el paso del tiem-
solteros durante los dos años siguientes a la lesión po tras la lesión, las probabilidades de hacerlo son
cerebral. mayores en los dos primeros años y van reducién-
Los antecedentes psiquiátricos y el consumo de dose con el tiempo [5,23]. Estos resultados confir-
alcohol no se asocian al éxito o al fracaso de los man la cronicidad de las lesiones y de la discapaci-
participantes de la muestra en su incorporación la- dad que generan.

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P. Luna-Lario, et al

Impacto del daño cerebral adquirido son capaces de desarrollar un trabajo normalizado
en la integración en la comunidad dados sus problemas para concentrarse, adaptarse
al ritmo de la tarea o manejar el estrés, pudiendo en
En la Comunidad Foral de Navarra, el órgano al que estos casos realizar actividades ocupacionales con
se han transferido las competencias en materia de supervisión. Esta discrepancia invita a considerar
calificación del grado de discapacidad es la ANADP. que la discapacidad que genera el déficit cognitivo,
La valoración de la discapacidad es una actuación en este caso predominantemente amnésico, secun-
facultativa única realizada por los equipos de valo- dario a lesión cerebral es mayor a la reconocida por
ración y orientación de la ANADP, que responde a la ANADP; de otro modo, y confirmando la sensa-
criterios técnicos unificados en todo el país, me- ción que en muchas ocasiones tienen los clínicos, el
diante la aplicación de baremos que contemplan las baremo que actualmente se aplica para el reconoci-
condiciones personales y, si el grado es del 25% o miento de la discapacidad en personas con DCA y
mayor, los factores sociales complementarios (en- alteraciones cognitivas asociadas minimiza o no cap-
torno familiar y situación laboral, educativa y cul- ta con precisión la magnitud de las dificultades con-
tural) que dificulten la integración social [36]. En secuentes a nivel laboral y social.
todos los casos, los participantes del estudio apor- En el estudio previo [4] hallamos un porcentaje
tan un informe sobre su estado cognitivo y el im- muy similar de participantes que solicitaron la va-
pacto previsible en su interacción con el entorno, loración de la discapacidad, y la distribución de los
teniendo en cuenta que en la valoración de la disca- porcentajes reconocidos también resulta equivalen-
pacidad se consideran tres parámetros: disminu- te, y se estima a la mayoría de los sujetos una disca-
ción de su capacidad para llevar a cabo una vida pacidad del 33% y 74% (moderada o grave).
autónoma (por ejemplo, comunicación y manejo de La comparación de los resultados con otras pu-
la información general que le rodea, relación social, blicaciones resulta complicada, dada la disparidad
tareas del hogar, manejo del dinero, evitación de de las medidas utilizadas para dar cuenta del fenó-
riesgos, etc.), disminución de su capacidad laboral meno que se estudia. García-Molina et al [38], utili-
(por ejemplo, mantenimiento de la atención, toma zando el CIQ-R [39] en sujetos con TCE, encontra-
de decisiones, interacción social) y diagnóstico. ron menor discapacidad para desempeñar un em-
Dado que el participante ha sido aconsejado para pleo (38,7% de vuelta al trabajo frente a 29% en
realizar esta valoración, no es extraño que a la mayor nuestro estudio) y para realizar actividades de la
parte de la muestra que la solicita se le reconozca vida diaria instrumentales (48,4% frente a 37,7% en
una discapacidad al menos moderada (30-59%), que nuestro estudio). La discrepancia entre los resulta-
implica la restricción modesta en las actividades de dos puede deberse a la disparidad no sólo de la etio-
la vida diaria (la cual incluye los contactos sociales) y logía del DCA contemplada y de los instrumentos
en la capacidad para desempeñar un trabajo remu- utilizados para medir la integración, sino del marco
nerado en el mercado laboral; cuando no grave (60- de entendimiento desde el que se contempla la dis-
74%), que supone una incapacidad para realizar una capacidad.
actividad laboral normalizada, puesta de manifiesto De acuerdo con el modelo biopsicosocial de la
por deficiencias importantes en la capacidad para enfermedad, la valoración de la discapacidad según
mantener la concentración, la continuidad y el rit- el CIQ original y sus sucesivas versiones parece li-
mo en la ejecución de las tareas, entre otras; o muy mitada en comparación con el potencial del reco-
grave (≥ 75%), que implica una repercusión invali- nocimiento formal amparado por la ley en la actua-
dante de la sintomatología de la persona, manifes- lidad. Si desde la clasificación internacional del
tada por incapacidad para cuidar de sí mismo ni si- funcionamiento, la discapacidad y la salud (ICIDH)
quiera en las actividades básicas de la vida diaria, propuesta por la Organización Mundial de la Salud
de forma que necesita a otra persona de forma cons- en 2001 se conviene que una misma lesión puede
tante y es incapaz de realizar trabajo alguno. conllevar una minusvalía diferente en función de
Esta investigación descubre un desajuste entre la factores previos (formación, medios económicos,
valoración del INSS respecto a la capacidad de los integración social previa) y sociales (habitar en paí-
participantes para desempeñar un trabajo normali- ses con estructuras legislativas y sociales de apoyo,
zado y la valoración de la ANADP, que incluye el agencias gubernamentales, estado de bienestar), en
impacto de la lesión en la situación laboral. De esta nuestra opinión resulta complicada la realización
forma, mientras el INSS determina una incapacidad de escalas fiables, porque implican definir un es-
absoluta o una gran invalidez a 48 participantes, la tándar contra el cual medir una minusvalía. Pese a
ANADP únicamente considera que 21 de ellos no sus bondades (rapidez y facilidad de aplicación, po-

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Impacto del daño cerebral adquirido en la integración comunitaria

sibilidad de ser aplicada a pacientes y a familiares), por propia iniciativa decisiones personales, así co­
estudios previos ya han criticado la pobreza en la mo desarrollar las actividades básicas de la vida
definición operativa de las variables medidas, su diaria’, y dependencia como el ‘estado de carácter
falta de sensibilidad o el efecto techo, la incapaci- permanente en que se encuentran las personas que,
dad para aplicarla a sujetos que no pueden comu- por razones derivadas de la edad, la enfermedad o
nicarse, la no consideración de la morbilidad, el la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de
uso de categorías muertas, la influencia de varia- autonomía física, mental, intelectual o sensorial,
bles sociodemográficas (edad, sexo, nivel de estu- precisan de la atención de otra u otras personas o
dios), el sesgo en personas que realizan trabajos ayudas importantes para realizar actividades bási-
domésticos sin remuneración y la falta de normas cas de la vida diaria o, en el caso de las personas
que ayuden a su interpretación; la más importante con discapacidad intelectual o enfermedad mental,
es que, aunque fue concebida para valorar la inca- de otros apoyos para su autonomía personal’.
pacidad según la definición de la ICIDH, no parece Al igual que en el caso de la discapacidad, la va-
evaluar todos los dominios y refleja más activida- loración de la dependencia se realiza una vezx al-
des que participación, sin tener en cuenta el senti- canzada la fase de secuelas, asumiendo que la pér-
miento o significado asociado a la actividad [61]. dida de autonomía personal y la necesidad de cui-
Pese a ello, la estimación de la discapacidad a tra- dados de terceras personas es crónica. Todos los
vés de escalas sigue siendo la metodología más usa- participantes que solicitan la valoración de la de-
da en investigación, por lo que resulta de especial pendencia aportan informes neuropsicológicos, que
interés el trabajo de Laxe et al [62], quienes tras deben incluir el impacto de las secuelas neuropsi-
una extensa revisión sistemática de los instrumen- cológicas en la autonomía personal, además de so-
tos más utilizados para establecer la discapacidad meterse a la observación y a la comprobación di-
en el DCA, propusieron un lenguaje que unificara recta de su desempeño, y a una entrevista personal
la terminología diferencial usada por cada escala de evaluación llevada a cabo por profesionales cua-
tomando como marco la ICIDH. lificados y formados específicamente para ello. El
Según los datos del estudio actual, las variables baremo contempla diferentes actividades para las
sociodemográficas y clínicas no predicen la disca- que se determina el tipo de apoyo y su frecuencia.
pacidad muy grave en fase de secuelas del DCA. La información del neuropsicólogo es especialmen-
Probablemente, un mayor tamaño muestral podría te relevante para la valoración de la toma de deci-
permitir vislumbrar la capacidad pronóstica de la siones (decidir sobre la alimentación cotidiana, di-
discapacidad futura de algunas de las variables ha- rigir los hábitos de higiene personal, planificar los
lladas en la literatura precedente [42,43]. desplazamientos fuera del hogar, realizar tareas do-
mésticas, decidir sobre las relaciones interpersona-
Impacto del daño cerebral adquirido en les con personas conocidas y desconocidas, gestio-
la autonomía personal y la dependencia nar el dinero del presupuesto cotidiano, disponer el
tiempo y las actividades cotidianas, y resolver el uso
En el año 2006 se publicó en España la Ley de Pro- de servicios a disposición del público).
moción de la Autonomía Personal y Atención a las Los resultados obtenidos respecto al número de
Personas en Situación de Dependencia [53]. La co- solicitantes y la distribución de los grados de de-
nocida como ‘ley de dependencia’ encomienda al pendencia reconocidos son similares a los encon-
Gobierno la aprobación de un reglamento que esta- trados por la Luna et al en el estudio previo [4]. Ya
blezca el baremo para la valoración de los grados de se comentó en aquella ocasión que, desde la pers-
dependencia previstos en los artículos 26 y 27. La pectiva clínica, estos porcentajes se antojan peque-
construcción del baremo actual, que tiene como re- ños e invitan a plantear que, en el despliegue actual
ferente fundamental la ICIDH, no sólo se basa en la de la ‘ley de dependencia’, las limitaciones para ha-
citada ley, sino en experiencias nacionales e inter- cer frente a las actividades básicas de la vida diaria
nacionales similares, y en las opiniones de un grupo de los sujetos con DCA generadas por los déficits
amplio de personas expertas que participaron a tra- cognitivos en general, y los problemas de memoria
vés de un estudio Delphi y de diversos grupos pre- en particular, no se tienen suficientemente en cuen-
senciales de trabajo, además de en diferentes estu- ta o no se reconocen de manera adecuada en el ba-
dios de campo que aportaron resultados favorables remo. Más aún, la mayoría de las actividades que
en relación con su validez de constructo y su fiabili- éste incorpora actualmente no tienen por qué afec-
dad interna [54]. La ley define autonomía personal tarse por los problemas de memoria habituales tras
como la ‘capacidad de controlar, adoptar y tomar un DCA, pues se trata de actividades muy rutinarias

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y conocidas, secuencias de conductas sobreapren- versas fuentes de información (informes, observa-


didas, con escasa carga de memoria, basadas en re- ción directa en el entorno natural, entrevista al
giones cerebrales filogenéticamente antiguas y nor- afectado y familiares/allegados); como tampoco di-
malmente conservadas tras una lesión cerebral. ferencia el tipo y la frecuencia del apoyo para un
De nuevo, comparar los resultados de este estu- considerable número de actividades básicas e ins-
dio con otros publicados en la bibliografía es com- trumentales de la vida habitual. Además, el baremo
plicado, puesto que los instrumentos para valorar la actual se aplica en todos los casos por profesionales
dependencia en la investigación en el DCA son es- formados y cualificados específicamente para estas
calas [50-52]. Además, la existencia de un gran nú- valoraciones y sirve como base en todo el país para
mero de escalas de valoración de actividades de la reconocer recursos sociales a la persona depen-
vida diaria hace pensar que no existe una que se diente y a sus cuidadores principales.
ajuste a todas las necesidades, especialmente en el Son contados los trabajos realizados en nuestro
paciente con DCA, donde la amplia variedad de al- país que arrojan datos sobre el impacto del DCA en
teraciones que presenta (físicas, cognitivas, conduc- la situación laboral por el deterioro cognitivo aso-
tuales) requiere tener en cuenta múltiples aspectos ciado, e inexistentes los que examinan la repercu-
que pueden influir en la realización de dichas activi- sión de éste en el grado de discapacidad reconocido
dades, desde el momento de su planificación hasta y el nivel de dependencia reconocido y la capacidad
su ejecución [50]. Como en el caso de la discapaci- de obrar. Sin duda, este estudio contribuye a au-
dad, la amplitud y la complejidad del fenómeno que mentar el conocimiento sobre las consecuencias de
hay que medir afectan la validez de las escalas de las lesiones cerebrales adquiridas en parámetros
medida, y a su falta de sensibilidad se añade la au- funcionales de vital importancia para el bienestar y
sencia de normas que permitan su interpretación la calidad de vida, tanto de los pacientes como de
[52]. Por ello, la medición de la dependencia a través sus familias, desde una perspectiva más ecológica
de un baremo reciente y válido en nuestro país, de- que las publicaciones precedentes. Por otra parte,
sarrollado con la participación de expertos, susten- el estudio actual confirma y subraya la esencial la-
tado por estudios de campo que confirman su vali- bor del neuropsicólogo en el proceso de rehabilita-
dez y fiabilidad, sobre el que en la actualidad se ar­ ción integral del paciente, más allá de su participa-
ticulan recursos sociales de ayuda a la dependencia, ción en el desarrollo e implementación de progra-
que tiene en cuenta diferentes fuentes de informa- mas desde enfoques restauradores o compensato-
ción (informes, observación directa y entrevista), pro- rios del déficit, pues es el profesional que posee el
bablemente goza de mayor sensibilidad para captar conocimiento necesario para reconocer las secuelas
el fenómeno y de mayor validez ecológica, si bien cognitivas del afectado y plantear las compensacio-
dificulta la comparación de resultados. nes, adaptaciones, apoyos/ayudas o medidas de pro-
No se han encontrado diferencias entre los suje- tección pertinentes. Se espera que la publicación de
tos que son valorados como dependientes modera- los resultados favorezca el desarrollo de la concien-
dos-graves frente a muy graves en fase de secuelas y cia social hacia el problema, así como de leyes, polí-
variables sociodemográficas, clínicas premórbidas ticas y servicios sociales más beneficiosos para este
y relacionadas con la lesión. También en esta oca- colectivo en pro de conseguir que afectados y fami-
sión es probable que una muestra más numerosa liares puedan articular proyectos de vida más salu-
permitiera captar el valor pronóstico de la depen- dables y satisfactorios.
dencia de algunas de estas variables, como han he- Entre las limitaciones de esta investigación des-
cho estudios anteriores [52-59]. tacan el tamaño muestral y el empleo de un método
Dadas las limitaciones de la mayoría de los ins- de muestreo aleatorio, pero no probabilístico. Ade-
trumentos para medir la dependencia, en la actuali- más, sería interesante aumentar el período de se-
dad sigue abierta una profusa línea de investigación guimiento, considerar el poder predictivo de otras
que trata de desarrollar las mejores medidas de variables premórbidas, como el ajuste social, y estu-
funcionamiento de los sujetos con DCA en sus en- diar el impacto sobre la calidad de vida percibida
tornos naturales, puesto que tanto los clínicos como por los afectados y sus familias.
los investigadores necesitan contar con instrumen-
tos que valoren la funcionalidad a largo plazo que
Bibliografía
ayuden a planificar, implementar y monitorizar los
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Impact of acquired brain injury towards the community integration: employment outcome, disability
and dependence two years after injury

Aims. To analyze the impact of acquired brain injury towards the community integration (professional career, disability,
and dependence) in a sample of people affected by vascular, traumatic and tumor etiology acquired brain damage, over a
two year time period after the original injury, and also to examine what sociodemographic variables, premorbid and
injury related clinical data can predict the level of the person’s integration into the community.
Patients and methods. 106 adults sample suffering from acquired brain injury who were attended by the Neuropsychology
and Neuropsychiatry Department at Hospital of Navarra (Spain) affected by memory deficit as their main sequel. Differences
among groups have been analyzed by using t by Student, chi squared and U by Mann-Whitney tests.
Results. 19% and 29% of the participants who were actively working before the injury got back their previous status within
one and two years time respectively. 45% of the total sample were recognized disabled and 17% dependant. No relationship
between sociodemographic and clinical variables and functional parameters observed were found.
Conclusions. Acquired brain damage presents a high intensity impact on affected person’s life trajectory. Nevertheless, in
Spain, its consequences at sociolaboral adjustment over the the two years following the damage through functional
parameters analyzed with official governmental means over a vascular, traumatic and tumor etiology sample had never
been studied before.
Key words. Acquired brain injury. Dependence. Disability. Job.

548 www.neurologia.com  Rev Neurol 2016; 62 (12): 539-548

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