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Matrícula:218_4156
Histórica Dominicana
Frank Moya Pons es el más leído de los historiadores dominicanos. Autor de más de veinte libros
y más de cincuenta estudios publicados en prestigiosas revistas académicas internacionales, Pons
es también un activo conferencista y profesor universitario que ha enseñado durante varios años
en la universidad de Columbia en Nueva York, y en otras universidades de los Estados Unidos.
Rafael Francisco Moya Pons, conocido como Frank Moya Pons, nació en 1944 en la ciudad de
La Vega, República Dominicana. Es uno de los historiadores contemporáneos principales de la
República Dominicana.
Ha publicado muchos libros importantes sobre la historia y el patrimonio cultural del país. Uno
de sus trabajos más conocidos es Manual de historia dominicana (1992), ahora en su décima
edición, que es un trabajo de grapa de historiografía dominicana. En 1985 escribió el libro Entre
esclavitud y trabajo libre: El español, en 1998 La República Dominicana: Una Historia Nacional,
y en 2007 Historia del Caribe: plantaciones, comercio, y guerra en el mundo atlántico. También
ha conducido mucho trabajo sobre la esclavitud en la República Dominicana y el Caribe.
nace el 12 de septiembre de 1948, hijo del abogado José Cassá Logroño y la española María
Bernaldo de Quirós Villanueva, de origen noble; sus primeros estudios los realizó en el Colegio
Santa Teresita, se graduó de bachiller en el liceo Manuel Rodríguez Objío.
A partir del año 1987 fue empleado como catedrático del Centro de Investigación y Docencia
Económica de México, donde impartió clases de Historia Económica. Asimismo, fue profesor de
Historia en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales desde 1986 hasta 1989. También
fue profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo durante más de dos décadas.
El autor opina que ha existido y sigue existiendo un abismo entre el conocimiento de la historia
dominicana por los profesionales y personas dotadas de cultura académica y su defectuosa
transmisión en las escuelas y las universidades.
Aunque considera que es cierto que los historiadores profesionales no han logrado generar
parámetros pedagógicos específicos que atenúen el hundimiento de la calidad en la educación del
país, se pregunta si eso resulta factible en el actual contexto.
Amablemente, el intelectual respondió preguntas de Diario Libre, sobre algunos aspectos de su
visión de la historia y de otros temas.
Antes se decía que era el historiador de la izquierda dominicana. ¿Tuvo eso que ver con su
adscripción al marxismo y sus estudios en la Unión Soviética?
Ha escrito sobre las heroínas dominicanas, tema del que no suele hablar mucho lo historia. ¿Qué
lo animó?
He escrito tan solo tres biografías concisas de mujeres. Pero no han representado una entrada al
mundo femenino, muy poco abordado en el país. Todavía se sabe muy poco de la vida social de
la mujer dominicana en una perspectiva histórica. Debería ser una de las tareas cruciales de un
relanzamiento historiográfico como el que demandan los tiempos.
Ha existido y sigue existiendo un abismo entre el conocimiento de la historia dominicana por los
profesionales y personas dotadas de cultura académica y su defectuosa transmisión en las
escuelas y las universidades. Ha gravitado crucialmente el desastre educativo, tornado en uno de
los problemas más acuciantes del presente. Es cierto que los historiadores profesionales no
hemos logrado generar parámetros pedagógicos específicos que atenúen el hundimiento de la
calidad en la educación del país. Pero me pregunto si eso resulta factible en el actual contexto.
La tarea corresponde a pedagogos que contribuyan a imponer normas y objetivos en el
conocimiento de la historia en los estadios sucesivos del sistema educativo. Es terrible lo que
sucede en el desconocimiento elemental de la historia, porque ha de constituirse en una
herramienta del desarrollo de la identidad de los pueblos y de la asunción de una ciudadanía
responsable.