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2- Entrada: Se hace la monición inicial y una vez que el lector termina, los niños entran
con los corazones y los colocan debajo del altar mientras suena el canto: ¨Danos un
corazón¨.
• Diego (monitor):
¨La enfermedad muchas veces está acompañada de soledad, abandono, tristeza, y es allí
donde es necesario donar nuestro tiempo para acercarse al que sufre, estar ahí,
escuchar, servir y hacer concreta la misericordia, con alegría, y asemejarnos así al
Señor Jesús, que “pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal... y que
hoy se acerca a todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y cura sus heridas
con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza”.
Esta noche, dejemos que Cristo toque y sane nuestros corazones para que así sigamos
su ejemplo de misericordia con los hermanos que se encuentran afligidos por la
enfermedad.¨
• Niños del Catecismo: Al finalizar la monición, los niños se acomodan en dos filas y
entran en procesión con las canastas de corazones y las velitas para colocar frente al
altar alrededor de la escultura del corazón grande.
• Música (Nohemy): Mientras los niños ingresan al Templo y colocan los corazones
se reproduce la canción: Danos un corazón y se detiene en el minuto
4-Lectura de la palabra:
• Diego (monitor): ¨La Palabra nos presenta que el poder de la fe es tan grande que
si confiamos en Jesús seremos sanados con solo tocar su manto. Ahora bien, la fe
siempre debe estar acompañada de acciones, es por esto que en esta Jornada de
Oración por el enfermo, también debemos demostrar en la práctica del día a día la
misma compasión que tuvo Cristo con el hermano afligido¨
• Karen (Lector 2): Primera lectura.
¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa
fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del
alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare; abrigaos y llenaos el
estómago», y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve? Esto pasa con la fe: si no
tiene obras, por sí sola está muerta. Alguno dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame
tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe.» Tú crees que hay un solo Dios; muy
bien, pero eso lo creen también los demonios, y los hace temblar. ¿Quieres enterarte, tonto,
de que la fe sin obras es inútil? ¿No quedó justificado Abrahán, nuestro padre, por sus obras,
por ofrecer a su hijo Isaac en el altar? Ya ves que la fe actuaba en sus obras, y que por las
obras la fe llegó a su madurez. Así se cumplió lo que dice aquel pasaje de la Escritura:
«Abrahán creyó a Dios, y esto le valió la justificación.» Y en otro pasaje se le llama «amigo
de Dios.» Veis que el hombre queda justificado por las obras, y no por la fe sólo. Por lo tanto,
lo mismo que un cuerpo sin espíritu es un cadáver, también la fe sin obras es un cadáver.
Palabra de Dios
Bendice, alma mía, al Señor y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor y
no olvides sus beneficios. R.
5- Reflexión.
• Wagner: Reflexión de la palabra en el contexto de la Hora Santa de Oración por los
enfermos (15-20 minutos).
6- Ofrecimiento de las peticiones a los pies de Jesús. Una vez que termina la oración, se
apagan las luces de atrás y los niños llevan la urna con las peticiones desde la entrada hasta
el pedestal que estará colocado debajo del crucifijo.
• Iria: Explicación del acto simbólico de colocar las intenciones a los pies de Jesús
• Niños de catecismo: Un niño lleva la urna con las peticiones acompañado de dos
niñas que lleven velas a los costados. Cuando llegan al altar la catequista les ayuda a
colocar la urna en el pedestal y todos se retiran.
• Música (Nohemy): Mientras los niños entran se reproduce la canción ¨A sus pies¨ .
• Lectura de la oración por los enfermos a cargo de Nahomy (niña de catecismo):
(Apenas finalice el canto se lee)
Cuando en el Dolor
Eterno Dios, mi amado Señor: Escúchame cuando en medio del dolor, mi corazón
grita hacia Ti por ayuda.
Dame pensamientos de Ti y de Tu amor.
Mantenme firme. Relájame. Permíteme permanecer con valor, hasta que encuentre
alivio. Permíteme nunca perder de vista tu misericordia y amor por mí.
10-Oración final.
• Doña Daysi: Oración final -Padre Nuestro- Dulce Madre.