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Los haida eran la tribu más numerosa de los indios de la costa noroccidental de
Norteamérica, pero las numerosas epidemias de viruela que padecieron entre
1830 y 1860 diezmaron la población hasta el punto de casi extinguirla. En los años
que siguieron, estos indios trataron de asimilarse en la mayor medida posible al
modo de vida europeo y abandonaron su estilo de vida tradicional, en particular el
levantamiento de postes totémicos que les había hecho famosos. Durante
bastante tiempo han estado implicados en una lucha contra la deforestación del
archipiélago de la Reina Carlota, territorio salpicado de cientos de antiguos
poblados haida y postes ceremoniales. En 1986 consiguieron que el gobierno
canadiense declarase zona protegida a una gran parte de dichas islas, y las
Naciones Unidas también declararon patrimonio internacional protegido a algunos
poblados haida.
A finales del siglo XX, los Haida del Canadá estaban censados en unos 2.000
individuos y gestionaban sus propios asuntos tratando directamente con el
gobierno federal, sin que el Departamento de Asuntos Indios mediara por ellos.
EL OSO
La hija del jefe estaba recogiendo bayas en el bosque y, sin querer, pisó unos
excrementos de oso. Comenzó a maldecir en voz alta, insultando al oso por ser
tan sucio. Pero dos osos que se encontraban cerca la oyeron insultar y decidieron
que no podían tolerar su insolencia. Pensaron que la mujer debía ser castigada
por su falta de respeto hacia ellos. Así que uno de los osos se transformó en un
hombre muy guapo que se acercó a la mujer y, seduciéndola, la llevó a su casa
situada en la montaña. Ella se enamoró de él y acabó convirtiéndose parcialmente
en oso.
Más tarde, ella se casó con él y tuvieron una pareja de cachorros gemelos que se
asemejaban a los osos, pero que podían adquirir forma
humana a voluntad, como hacía su padre.
Por ello, se cree que hay un oso dentro de cada uno de nosotros.
CONCLUSIÓN
La tribu haida siempre fue inteligente en el comercio, algo por lo que sobresalieron
son los postes totémicos, en donde resaltaban varios de sus dioses y emblemas
que representan eventos importantes en la historia de cada linaje. El oso para
ellos se representaba de diferentes maneras, pero lo más importante es que era el
protector del reino animal y el dios del despertar del poder del inconsciente.
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