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LA COMPAÑÍA HOLANDESA DE LAS INDIAS OCCIDENTALES:

UN IMPERIO FRACASADO1

Hamish I. Stewart Stokes


Claudio Cabello Pizarro
Universidad de Playa Ancha

Resumen

La ponencia examina el intento de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales para


establecer un imperio a través de la conquista de posiciones estratégicas que pertenecían a los
españoles y portugueses tanto en las costas atlánticas como pacíficas del las Américas, mientras
estas se conectaban con la posesión de puestos para el comercio de esclavos en Africa
Occidental. También ofrece una explicación del fracaso de esta empresa.

Abstract

This paper examines the attempt of the Dutch West Indies Company to establish an empire
through the conquest of strategic positions belonging to the Spanish and Portuguese in both the
Atlantic and the Pacific Ocean coasts of the Americas, while linking them with the possession of
the slave trading ports in West Africa. It also offers an explanation for the ultimate failure of this
enterprise.

La Compañía Holandesa de las Indias Occidentales (WIC) es un ejemplo de fracaso en


los intentos de crear un imperio, causado por la sobre extensión de la organización sobre la cual
estaba basada esta empresa. En 1621, se estableció la WIC como parte de la estrategia global
holandesa para derrotar a España en la Guerra de los Ochenta Años, (1568-1648).

A fines del Siglo XVI, Holanda había pasado a la ofensiva contra las posesiones
españolas, que se extendían alrededor del mundo desde que Felipe II de España llegó a ser Rey
de Portugal. La lucha, que se propagó a cuatro continentes y a los siete mares, merece ser
llamada la Primera Guerra Mundial más que la que conocemos con tal nombre. Es cierto que las
bajas sufridas en esta guerra fueron menores que aquellas habidas entre 1914-1918, pero la
población mundial era entonces sustancialmente menor. Además de Flandes y el Mar del Norte,
fueron escenarios de combates regiones tan alejadas entre sí como las costas de Chile, el estuario
del Amazonas, la isla de Timor y las selvas de Angola. Los trofeos en juego en ese entonces
fueron: los clavos de olor y la nuez moscada de las Molucas, la canela de Ceilán, la pimienta de
Malabar, la plata de México, Perú y Japón; el oro de Guinea y Monomatapa, el azúcar de Brasil
y los esclavos de Africa occidental.2

Los grandes éxitos obtenidos por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC)
a finales del Siglo XVI y principio del Siglo XVII contra las posesiones portuguesas en las
Molucas y Ceilán, que compensaron con creces los pobres resultados obtenidos contra las

1
posesiones españolas en Filipinas, fueron la motivación para fundar la WIC. Sin embargo, este
cometido tuvo que esperar el final de la tregua en 1621 entre la Corona Española y Holanda para
ser puesto en práctica.

La creencia de Willem Usselincx, propulsor de la WIC, de que la verdadera riqueza de las


colonias en ultra mar radicaba no simplemente en el oro y la plata sino en los productos de
exportación que producían, influenciaron desde el comienzo los objetivos de la nueva Compañía.
Usselincx insistía en que no había impedimento para que los hombres blancos trabajaran en las
zonas tórridas, idea que por aquella época era bastante resistida y que nunca fue aceptada
plenamente.3 La Cédula que creó la WIC, una copia de aquella de la VOC, le daba el monopolio
del comercio, navegación y conquista de Norte y Sur América y de Africa occidental. Igual que
la VOC, la WIC podría organizar ejércitos y armadas, y atacar objetivos pertenecientes al
enemigo ibérico.

Antes del establecimiento de la WIC, numerosas operaciones independientes y sin


ninguna coordinación entre ellas fueron llevadas a cabo por aventureros holandeses, que
penetraron al Caribe, comerciaron en las costas de Brasil, incursionaron en las costas chilenas y
alcanzó el litoral peruano para después navegar hacia el poniente hasta las Filipinas.

El plan maestro de la WIC para materializar la estrategia holandesa en América


contemplaba operaciones de comercio de trueque con los habitantes de territorios no ocupados
por los ibéricos, el comercio informal en las islas y territorios continentales que forman el
Caribe, y la conquista de posesiones y establecimiento de asentamientos en Brasil y Africa,
mientras se apoderaba de las riquezas mineras del Perú, con la ayuda de aliados reclutados en el
sur de Chile.

En 1624, la WIC, basándose en exploraciones de Henry Hudson en 1609 y de Adriaen


Block en 1613, estableció la colonia de los Nuevos Países Bajos, a lo largo del Río Hudson en
Norte América. El río ofrecía acceso fácil a un área inmenso de bosques ocupados por tribus
indígenas que cazaban y comerciaban pieles, especialmente los de castor, que rápidamente se
convirtió en una lucrativa producto de exportación. Un puesto de comercio llamado Nueva
Amsterdam (el moderno Nueva York) se instaló al sur de la Isla de Manhattan en 1625, pero no
se afincaron colonos holandeses en forma permanente hasta el año siguiente. Después avanzaron
tierra adentro, remontando el Río Hudson y fundaron más puestos de comercio. Aunque la
compañía consideraba a estas instalaciones principalmente como puntos para contactos
comerciales, también llegaron colonos interesados en desarrollar la agricultura, que se ubicaron a
orillas del Hudson. En 1664, durante la Segunda Guerra Anglo-Holandesa, la colonia cayo en
manos inglesas, y por los Tratados de Breda de 1667 y Westminster de 1674, se le intercambio
definitivamente por el territorio de Surinam.4

En el Caribe, los holandeses se convirtieron en abastecedores no sólo de las posesiones


españolas sino también de las inglesas y francesas. Suministraron tecnología de punta, apoyo
comercial y la mano de obra esencial, esclavos negros, para establecer lo que hasta hoy es la
industria más importante de la zona: la azucarera. El 29 de julio de 1634, una expedición enviada
por la WIC, de seis barcos y 225 soldados, desembarcó en Curaao y expulsó a la población

2
española. Un total de 32 españoles, incluyendo niños, y 402 indios fueron transportados al
continente. El objetivo de la operación era de establecer un centro de fácil defensa, desde el cual
se podría manejar el comercio clandestino con el continente.5

La isla cobró gran importancia como depósito de esclavos, adonde podían recuperarse del
deterioro provocado por el viaje desde Africa. La WIC percibió desde sus inicios lo importante
que era no sólo tener territorios en el Caribe o Brasil, sino que también en Africa. Así llevaban a
cabo un comercio triangular muy rentable: textiles y manufacturas iban desde Europa a Africa,
adonde se les intercambiaban por esclavos que eran transportados al Caribe y a Brasil, donde los
productos de las plantaciones eran embarcados hacia Europa. Curaçao jugó una parte importante
en los viajes triangulares: no sólo fue el mayor depósito de esclavos, sino que fue el más
importante centro de almacenaje y distribución para los productos caribeños y sudamericanos.
Así que en 1659, el gobernador de Curaçao, Matthias Beck escribió a su superior en Nueva
Amsterdam, Peter Stuyvesant, “que el comercio con los vecinos más cercanos (los españoles) se
veía cada vez más prometedor, a pesar de nuestras diferencias religiosas”.6

El mayor esfuerzo holandés estuvo concentrado en Brasil, que había llegado a ser la
principal fuente de abastecimiento de azúcar para la mayoría de Europa. Tal fue el vigor y
persistencia con la cual los holandeses explotaban el nuevo mercado brasileño que para 1621 ya
controlaban entre la mitad y dos tercios del comercio entre brasil y Europa. 7 Entonces la WIC se
propuso apoderarse no sólo de Brasil, sino que también de los centros de ventas de esclavos en
Africa occidental, sin los cuales los ingenios eran imposibles de trabajar. Los negreros
holandeses predominaban entre los grupos que apoyaban el establecimiento de la WIC y
dominaban su política.8

El primer asalto holandés a Bahía, en 1624 fue derrotado; pero se reanudó en 1630, esta
vez contra Recife. Entre 1630 y 1643 toda la capitanía de Pernambuco y la costa norte de la boca
del Amazonas, llegó a estar regido por la WIC. En 1637, la crucial fortaleza portuguesa de
Elmina en Africa se rindió a los holandeses, los que forjaron alianzas en Angola con gobernantes
locales, que parecieron darles la ventaja. A pesar de todas estas ventajas y la energía, habilidad y
humanidad del gobernador-general, Johan Maurits de Nassau-Siegen, el Brasil holandés resultó
ser una decepción política y económica.9

Nunca hubo paz. Ni las expediciones contra Bahía, o los asaltos portugueses contra
Recife, tuvieron éxito; pero se mantenía una constante guerra irregular, en la cual los portugueses
1
Forma parte del proyecto de investigación HUMI 289798 de la Dirección General de Investigación de la
Universidad de Playa Ancha y fue presentada en el IX Congreso de la Asociación Chilena de Estudios
Norteamericanos, en noviembre de 1998.
2
Ver Boxer, C. R., The Dutch Seaborne Empire, Pelican, Londres, 1965 y The Portuguese Seaborne Empire,
Pelican, Londres, 1973 y Parry, J. H., The Spanish Seaborne Empire, Pelican, Londres, 1973.
3
Parry, J. H., The Age of Reconnaissance, Cardinal, Londres, 1973, 235.
4
Parry, The Age of...,328.
5
De Roo, Jos, Curaao: Scenes and Behind the Scenes, De Walburg Pres, Zutphen, Holanda, 1979, 5.
6
Thomas, Hugh, The Slave Trade, Simon & Schuster, Nueva York, 1997, 186.
7
Boxer, The Dutch..., 23.
8
Thomas, 158-9.
9
Thomas, 171.
3
tenían la ventaja de poseer información local. Los holandeses forjaron alianzas con grupos
indígenas, que así podían expresar su odio hacia los portugueses. La lucha fue muy destructiva,
ya que ambos bandos intentaban detener al otro por medio de la destrucción de maquinaria, la
quema de plantaciones de azúcar, y el rapto de esclavos. Los daños a la economía brasileña
fueron amplios y de larga duración. Ésto, junto con otras circunstancias, imposibilitaba atraer a
los colonos holandeses y alemanes que, según Usselincx, debían reemplazar a los portugueses en
Pernambuco. También, las diferencias entre católicos y protestantes impedía que la WIC,
dominado por protestantes fervientes, pudiese atraer la lealtad de sus súbditos portugueses. Al
final, muchos holandeses, que se habían casado con portuguesas, prefirieron seguirlas y unirse a
la causa portuguesa.

La restauración de la monarquía portuguesa en 1640, en gran parte el resultado de la


desilusión portuguesa con España debido a los ataques holandeses, fue recibida con beneplácito
por la WIC, como una división y debilitamiento de las fuerzas enemigas. Los accionistas exigían
que la Compañía recortara sus fuertes gastos en Brasil retirando a Johan Maurits en 1643, y
reduciendo el tamaño de la guarnición en Pernambuco. En efecto, basaban su futuro en Brasil en
el mantenimiento de relaciones pacíficas con Portugal. En esto, calcularon mal. En 1645 una
rebelión empezó en Pernambuco con apoyo desde Bahía. En 1648 una expedición de Río de
Janeiro recobró Luanda en Africa y empezó a expulsar a los holandeses de sus centros para la
recolección de esclavos en Angola. Con esto, la prosperidad y la seguridad de Recife estaban
amenazadas. En Holanda, mientras tanto, la WIC pasaba por problemas financieros, y el apoyo
del cual gozaba no era ni unánime ni entusiasta. Muchos preferían el corso o el comercio privado
no organizado a los monopolios organizados, y les molestaban los gastos y los problemas
involucrados en la administración de colonias. Además, en 1652 las relaciones con el gobierno
revolucionario inglés de Cromwell, exacerbadas por la rivalidad comercial, terminaron en guerra.
Así que, a pesar de la enorme diferencia entre Portugal y Holanda en términos de riqueza y poder
marítimo, la WIC no pudo respaldar adecuadamente a su establecimiento en Brasil. Finalmente,
en 1654, después de una lucha adonde el resultado era incierto hasta el final, los holandeses
fueron expulsados.

Aunque España era el enemigo hereditario de Holanda, los ataques de los holandeses
contra el mundo colonial ibérico se dirigían más contra las posesiones portugueses que contra las
de España. El objetivo inicial de la WIC era la América hispana y la plata de México y Perú.
Pero se concentró más en el azúcar del Brasil portugués, y el oro, marfil y esclavos de la Africa
occidental portuguesa. A pesar del espectacular éxito de Piet Heyn en 1628, al capturar la flota
de plata mexicana en el puerto cubano de Matanzas, lo que permitió a la WIC pagar un
dividendo del setenticinco por ciento y financiar su invasión de Brasil, la Compañía tuvo pocos
éxitos sustanciales contra los españoles. Además de la conquista de Curaao, el resultado más
duradero de los ataques a posesiones españolas, las únicas otras operaciones importantes de la
WIC contra España fueron las expediciones a Chile del almirante Jacob L’Hermite en 1623 y el
almirante Henrik Brouwer en 1643.

En 1623, el almirante Jacob L’Hermite, al mando de once barcos, con 294 cañones, y más
de mil hombres fracasó en un ataque a las costas de Chile, operación complementaria a la
realizada contra Bahía. A pesar del fracaso, las dos Compañías holandesas pensaron en llevar a

4
cabo una nueva acción de tenaza. En 1643, la VOC encomendó a Abel Tasman, famoso por sus
descubrimientos en el Pacífico suroccidental, la misión de encontrar una ruta desde Batavia a
Chile por el sur de Australia, isla aun no descubierta; pero este navegante se dedicó a
exploraciones en aquellas aguas y nunca llegó a las costas chilenas. La WIC envió desde el
Atlántico la expedición de Brouwer con la misión de: descubrir y reconocer tierras australes;
respaldar a los indios en calidad de aliados contra los españoles; obtener el secreto de los
yacimientos auríferos; explorar la Isla de Santa María para fundar un enclave militar que sirviese
de base holandesa en él.10 La opinión publica holandesa consideraba a Chile, y muy
especialmente el sitio de Valdivia, en palabras de Gerardo Mercator, como: la preciosidad
inestimable de sus riquezas en minas, metales, piedras, aguas y arenas, donde apenas ay río,
apenas monte que no labe, y que no cubra granos y pepitas de oro, calificando a esta región por
la más rica de las Indias”.11 En resumen, para citar las palabras del Príncipe Mauricio de Nassau:
“podemos desarraigar a nuestros enemigos y quedarnos con la mejor y más valiosa parte del
Nuevo Mundo para nosotros mismos”.12

Brouwer en Pernambuco añadió otras dos naves a las tres que integraban su flota, junto
con un destacamento adicional de 350 infantes de marina. Tenía instrucciones de llevar vicuñas a
Brasil para fomentar su crianza, salitre y diversas substancias tintoreras que se creía existían en
Chile. La idea estratégica detrás de esta operación naval es similar a las instrucciones dadas
anteriormente a Sir Francis Drake por Isabel I con motivo de la expedición que éste realizó en
1577.13

El 30 de abril de 1644 Brouwer alcanzó el punto de encuentro, la Isla de Chiloe, adonde


sus intentos de desembarco fueron rechazados por los habitantes. Tras la muerte de Brouwer, ya
enfermo desde que circunvaló el Cabo de Hornos, tomó el mando el comandante Herkmans,
quien condujo la flota a Valdivia. Los holandeses se instalaron, y construyeron tres fuertes 14, y al
mismo tiempo Herkmans envió a Elberto Crispim a Brasil para pedir refuerzos. Se estaba
alistando un barco con suministros y 130 hombres en Pernambuco, cuando por sorpresa de las
autoridades holandeses apareció Herkmans con toda la flota.15

La falta de provisiones, la imposibilidad de tomar contactos rentables con los indígenas, y


las noticias sobre el avance de una poderosa expedición española, más la ausencia del oro, que
todos se habían esperado encontrar en abundancia, produjo descontento, deserciones y
conspiraciones entre los improvisados colonos—no se les habían dicho que iban allí a poblar—
por lo que en octubre de 1644 Herkmans ordenó demoler los fuertes y reembarcar. Navegó al
sur, rodeó el Cabo de Hornos y después de su visita a Pernambuco, regresó a Holanda. 16 Estos
dos desastres convencieron a los holandeses de olvidarse de sus sueños de conquista en el
10
Burlaus, Gaspar, História dos Feitos Recentemente Praticados durante os Oito Anos de Invasó Holandesa no
Brasil, Fundacáo de Cultura da Cidade de Recife, Recife, Brasil, 1980, 269.
11
Guarda, Gabriel, Flandes Indiano, Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 1990, 13.
12
Hough, Richard, The Blind Horn’s Hate, W.W. Norton & Company, Nueva York, 1971, 180.
13
Ver Andrews, K.R., “The Aims of Drakes Expedition of 1577-1580”, The American Historical Review, LXXIII,
1968.
14
Guarda, 14,
15
Burlaus, 347.
16
Burlaus, 346-349; Vázquez de Acuña, Isidoro, Las Incursiones Corsarias Holandesas en Chiloé, Universidad de
Santiago de Chile, Santiago, 1992, 72-75.
5
Pacífico. Durante ochenta años ninguna expedición en gran escala montada por los holandeses
surcó los mares del sur.

La razón por la cual ambas compañías holandesas concentraron sus principales ataques
contra Portugal en vez de hacerlo contra España, se debió a que el imperio lusitano, comparado
con el español, era más vulnerable a los ataques de un imperio marítimo por constituir también
un imperio naval. El imperio español, en cambio, tenía sus principales centros de poder ubicados
tierra adentro, o protegidos por obstáculos naturales de envergadura: el Cabo de Hornos, las
aguas que lo entornan y el tiempo atmosférico, normalmente adverso a la navegación.

Para 1674, la WIC estaba en bancarrota y tuvo que ser reorganizada. Estimo que la razón
principal para el fracaso radica en la sobre extensión de las actividades y la falta de un centro de
gravedad establecido previamente. Las acciones de conquista, colonización, comercio y corso
eran conducidas en forma descentralizada, sin un plan maestro que las coordinara. El sistema de
administración de la Compañía, al estar dividido entre las diferentes provincias y ciudades de
Holanda, reflejaba las divisiones internas existentes, características de la constitución política y
administrativa del país en esa época.17

El efecto más duradero de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales en las


Américas fue que permitió el establecimiento de los ingleses, franceses, escoceses y daneses en
América. Aunque los ingleses los habían anticipado en Virginia, y los franceses en la Nueva
Francia, fueron operaciones holandeses en el Caribe las que permitieron que éstos y otros se
afincaran y se desarrollaran en Norte América y el Caribe. Estas nuevas colonias atrajeron nuevo
comercio, importando manufacturas y exportando materias primas. Detrás de las flotas
organizadas de la WIC operaba un enjambre de mercaderes holandeses independientes,
dispuestos a ayudar a los colonos de cualquier nacionalidad que necesitaban capitales o
habilidades técnicas, suministrar esclavos y bienes manufacturados a crédito, y de comprar sus
cosechas cuando tenían algo que vender. Cada nueva colonia en América significaba más carga
para los buques holandeses, además que otro golpe al poderío español. El poder naval y
económico holandés protegió y envalentonó los nacientes asentamientos de Francia e Inglaterra,
especialmente en el Caribe. Debido a la envidia por los holandeses, y eventualmente debido a
rivalidades con ellos, los gobiernos ingleses y franceses aprendieron una teoría de imperialismo
mercantil que iba a influenciar sus políticas coloniales durante los próximos doscientos años.

17
Boxer, The Dutch..., 53-4.
6

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