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SOCIEDAD MEXICANA DE MECANICA DE ROCAS, A.C.

ANÁLISIS Y DISEÑO DE
EXCAVACIONES SUBTERRÁNEAS EN ROCA

“CLASIFICACIONES EMPÍRICAS DEL


MACIZO ROCOSO”

Ing. José Francisco Suárez Fino


1. Introducción

La clasificación de los macizos rocosos, tiene como finalidad obtener parámetros


geomecánicos para su empleo en el diseño, proyecto y construcción de las obras subterráneas.
Los macizos rocosos como medios discontinuos, presentan un comportamiento geomecánico
complejo que puede ser estudiado y caracterizado en función de algunos parámetros y
características.

Las clasificaciones geomecánicas establecen un procedimiento para caracterizar los


macizos rocosos a partir de una visualización directa de la roca, obteniendo una serie de datos y
parámetros en afloramientos y sondeos del macizo a estudiar. Estas clasificaciones se aplican
principalmente a obras subterráneas, dada la dificultad del estudio de los macizos rocosos a
profundidad; sin embargo se aplican a la caracterización de los macizos rocosos en general, como
herramienta para clasificar geotécnicamente las rocas. Para realizar las clasificaciones
geomecánicas, es necesario que durante los recorridos geológicos de campo se lleven a cabo
observaciones y medidas de los diferentes sistemas o familias de discontinuidades presentes en el
macizo rocoso, para que posteriormente con base en los datos obtenidos se asignen valores y
posteriormente la calidad de la roca.

Actualmente, las clasificaciones son un método de uso generalizado en el proyecto y


construcción de obras subterráneas y, gracias a ellas, es posible obtener un mejor conocimiento,
interpretación y aplicación de los datos geológicos y geotécnicos. Así mismo, dichas
clasificaciones son herramientas muy útiles que coadyuvan a la simulación del comportamiento
geomecánico de los macizos rocosos, ya que permiten realizar una primera aproximación de los
parámetros mecánicos de diseño, así como de los posibles sistemas de soporte, estabilización y
reforzamiento en las obras subterráneas.

Las clasificaciones geomecánicas más difundidas en la ingeniería de túneles son las


conocidas como Rock Mass Rating o sistema RMR de Z.T. Bieniawski y la clasificación del
Instituto Geotécnico Noruego, o sistema Q, desarrollado por Barton, Lien y Lunde. Ambas
clasificaciones se basan en los datos de recuperación de núcleos, número de familias de
discontinuidades, rugosidad y estado general de las juntas, presencia de agua y adicionalmente
pueden considerar la resistencia de la roca matriz, la orientación de las discontinuidades respecto
a la excavación y el tipo de obra de que se trate. A continuación se describen cada uno de estos
métodos.

2. Bieniawski (RMR)

Inicialmente fue desarrollada en 1973 y actualizada en 1979 y 1989, constituye un sistema


de clasificación de macizos rocosos que permite a su vez relacionar índices de calidad con
parámetros geotécnicos del macizo rocoso y de excavación y sostenimiento en las obras
subterráneas. Toma en cuenta seis parámetros básicos que son:

2
1) Resistencia de la roca inalterada (usando la clasificación de la resistencia a la compresión
uniaxial de Deere y Miller)
2) El R.Q.D. (índice de la calidad de la roca, Deere)
3) Espaciamiento de las discontinuidades
4) Estado de las discontinuidades (abertura, continuidad, rugosidad, estado de las paredes,
relleno en fisuras)
5) Las condiciones del agua subterránea
6) La orientación de las discontinuidades respecto a la excavación

Para realizar la clasificación ó sistema RMR, el macizo rocoso es dividido en zonas que
con base en las observaciones y toma de datos de campo en los diferentes sistemas o familias de
discontinuidades, presenten características geológicas más o menos uniformes y aplicando la
tabla 2.1, la cual presenta los seis parámetros descritos anteriormente y que tienen un valor
numérico que se suma o resta definiendo cinco categorías de calidad de roca.

Parámetros de clasificación
Compresión
Ensaye de
Resistencia > 10 10 - 4 4-2 2-1 simple
carga puntual
de la Roca (MPa)
1 Inalterada Resistencia a
(MPa) compresión > 250 250 - 100 100 -50 50 - 25 25 - 5 5 - 1 < 1
uniaxial
Puntuación 15 12 7 4 2 1 0
RQD 90% - 100% 75% - 90% 50% - 75% 25% - 50% < 25%
2
Puntuación 20 17 13 6 3
Espaciamiento de las >2m 0.6 – 2 m 0.2- 0.6 m 0.06 – 0.2 m < 0.06 m
3 discontinuidades
Puntuación 20 15 10 8 5
Longitud de la
<1m 1–3m 3 – 10 m 10 – 20 m > 20 m
discontinuidad
discontinuidades
Estado de las

Puntuación 6 4 2 1 0
Abertura Nada < 0.1 mm 0.1 – 1.0 mm 1 – 5 mm > 5 mm
4
Puntuación 6 5 3 1 0
Ligeramente
Rugosidad Muy rugosa Rugosa Ondulada Suave
rugosa
Puntuación 6 5 3 1 0

3
Relleno
Relleno duro Relleno duro Relleno blando
Relleno Ninguno blando < 5
< 5 mm > 5 mm > 5 mm
mm
Puntuación 6 4 2 20
Ligeramente Moderadament
Alteración Inalterada Muy alterada Descompuesta
alterada e alterada
Puntuación 6 5 3 1 0
Caudal por 10 < 10 10 - 25 25 – 125 > 125
Nulo
m de túnel litros/min litros/min litros/min litros/min
Relación:
Presión
Agua de agua /
5 0 0 – 0.1 0.1 - 0.2 0.2 - 0.5 > 0.5
subterránea Esfuerzo
Principal
Mayor
Estado Ligerament
seco Húmedo Goteando Agua fluyendo
general e húmedo
Puntuación 15 10 7 4 0

Corrección por la orientación de las discontinuidades


Muy Favorable Regular Desfavorabl Muy
Dirección y buzamiento
favorables s es desfavorables
Túneles 0 -2 -5 -10 -12
Puntuación Cimentaciones 0 -2 -7 -15 -25
Taludes 0 -5 -25 -50 -60

Clasificación
Clase I II III IV V
Calidad Muy buena Buena Media Mala Muy mala
Puntuación 100 - 81 80 - 61 60 - 41 40 - 21 < 20

Características geotécnicas
Clase I II III IV V
Tiempo de 10 años con 6 meses con 1 semana 10 horas con 30 minutos con
sostenimiento y 15 m de 8 m de claro
con 5 m 2.5 m de claro 1 m de claro
longitud claro de claro
Cohesión > 4 Kg/cm2 3 – 4 Kg/cm2 2 - 3 Kg/cm2 1 - 2 Kg/cm2 < 1 Kg/cm2
Angulo de fricción > 45° 35° - 45° 25° - 35° 15° - 25° < 15°

Orientación de las discontinuidades en el túnel


Dirección perpendicular al eje del túnel

4
Excavación contra Dirección paralela al eje del Buzamiento 0° - 20°
Excavación con buzamiento
buzamiento túnel Cualquier dirección
Buz. 45 – 90 Buz. 20 – 45 Buz. 45 – 90 Buz. 20 – 45 Buz. 45 – 90 Buz. 20 – 45
Muy Favorable Media Desfavorabl Muy favorable Media Desfavorable
favorable e
Tabla 2.1. Clasificación RMR.

Como podemos ver en la tabla 2.1, esta clasificación distingue cinco clases, cuyo
significado geotécnico se muestra en la tabla 2.2, donde a cada clase del macizo se le asigna una
calidad y unas características geotécnicas. Así por ejemplo, la clase I (roca muy buena),
correspondería con un macizo rocoso duro, poco fracturado, sin filtraciones importantes de agua
y poco meteorizado, mientras que una roca de calidad muy mala (clase V), correspondería con
una roca poco resistente, muy fracturada, alterada, con presencia de agua y probablemente
materiales arcillosos en las paredes de las discontinuidades.

Calidad de macizos rocosos con relación al índice RMR


Clase Calidad Valoración RMR Cohesión Ángulo de fricción
I Muy Buena 100 - 81 > 4 kg/cm2 > 45°
II Buena 80 - 61 3 – 4 kg/cm2 35° - 45°
III Media 60 - 41 2 – 3 kg/cm2 25° - 35°
IV Mala 40 - 21 1 – 2 kg/cm2 15° - 25°
V Muy mala < 20 < 1 kg/cm2 < 15°
Tabla 2.2. Calidad del macizo rocoso en relación al índice RMR.

3. Barton (Q)

El índice de calidad "NGI" o sistema Q de Barton, fue desarrollada en 1974 y está basado
en la evaluación de seis parámetros, cuyos rangos de valores están definidos de acuerdo a sus
características y expresados matemáticamente de la siguiente manera:

donde:
Q = Índice de calidad del macizo
RQD = Índice de calidad de la roca
Jn = Número de sistemas de juntas
Jr = Número de la rugosidad de las fisuras
Ja = Número de la alteración de las fisuras
Jw = Factor de reducción por la presencia de agua en las juntas
SRF = Factor de reducción por esfuerzos

5
Cada uno de los tres factores de la expresión anterior, representan lo siguiente:

tamaño de los bloques

resistencia al corte entre los bloques

influencia del estado tensional

En la tabla 3.1 se muestran los criterios de valoración de cada uno de estos parámetros.

Valores de los parámetros característicos del índice Q


Descripción Valor
1. Índice de calidad de roca RQD

A. Muy mala 0 – 25
B. Mala 25 – 50
C. Media 50 – 75
D. Buena 75 – 90
E. Excelente 90 – 100
Notas:
i. Cuando se obtienen valores del RQD inferiores o iguales a 10, se toma un valor de 10 para calcular en
índice Q
ii. Los intervalos de 5 unidades para el RQD, es decir, 100, 95, 90, etc., tienen suficiente precisión
2. Índice de diaclasado Jn
A. Roca masiva, sin diaclasar o con fisuración escasa 0.5 - 1.0
B. Una familia de diaclasas 2
C. Una familia y algunas diaclasas aleatorias 3
D. Dos familias de diaclasas 4
E. Dos familias y algunas diaclasas aleatorias 6
F. Tres familias de diaclasas 9
G. Tres familias y algunas diaclasas aleatorias 12
H. Cuatro o más familias, diaclasas aleatorias, roca muy fracturada, roca en 15
terrenos 20
I. Roca triturada, terrosa
Notas:
i) En intersecciones de túneles se utiliza la expresión (3Jn)
ii) En los portales de los túneles se utiliza la expresión (2Jn)
3. Índice de rugosidad de las discontinuidades Jr
a) Contacto entre los dos caras de la discontinuidad
b) Contacto entre las dos caras de la discontinuidad ante un desplazamiento cortante
inferior a 10 cm.
A. Diaclasas discontinuas 4
B. Diaclasas onduladas, rugosas o irregulares 3

6
C. Diaclasas onduladas, lisas 2
D. Diaclasas onduladas, perfectamente lisas 1.5
E. Diaclasas planas, rugosas o irregulares 1.5
F. Diaclasas planas, lisas 1.0
G. Diaclasas planas, perfectamente lisas 0.5
Nota:
i) Las descripciones se refieren a caracterizaciones a pequeña escala y escala intermedia, por este orden
c) No existe contacto entre las caras de la discontinuidad ante un desplazamiento cortante
H. Zona que contiene minerales arcillosos con un espesor suficiente para
1.0
impedir el contacto con las caras de la discontinuidad
I. Zona arenosa, de grava o roca triturada con un espesor suficiente para
1.0
impedir el contacto entre las dos caras de la discontinuidad
Notas:
i) Si el espaciado de la principal familia de discontinuidades es superior a 3 m, se debe aumentar al índice
Jr en una unidad.
ii) En el caso de diaclasas planas perfectamente lisas que presenten alineaciones, y que dichas alineaciones
estén orientadas según la dirección de mínima resistencia, se puede utilizar el valor Jr = 0.5.

4. índice de alteración de las discontinuidades r Ja


a) Contacto entre los planos de la discontinuidad (sin minerales de relleno intermedios)
A. Discontinuidad cerrada, dura., sin reblandecimientos, impermeable, cuarzo ----- 0.75
B. Planos de discontinuidad inalteradas, superficies ligeramente manchadas 25° - 35° 1.0
C. Planos de discontinuidades ligeramente alterados. Presentan minerales no 25° - 30° 2.0
reblandecibles, partículas arenosas, roca desintegrada libre de arcillas, etc.
D. Recubrimientos de arcillas limosas o arenosas. Fracción pequeña de arcilla 20° - 25° 3.0
(no blanda)
E. Recubrimientos de arcillas blandas o de baja fricción, es decir, caolinita o
mica. También clorita, talco, yeso, gráfico, etc., y pequeñas cantidades de 8° - 16° 4.0
arcillas expansivas
b) Contacto entre los planos de la discontinuidad ante un desplazamiento cortante inferior a 10 cm
(minerales de relleno en pequeños espesores)
F. Partículas arenosas, roca desintegrada sin arcilla, etc. 25° - 30° 4.0
G. Fuertemente sobreconsolidados, con rellenos de minerales arcillosos no 16° - 24° 6.0
blandos (continuos, pero de espesores inferiores a 5 mm)
H. Sobreconsolidación media a baja, con reblandeciemiento, rellenos de 12° - 26° 8.0
minerales arcillosos (continuos, pero de espesores inferiores a 5 mm)
I. Rellenos de arcillas expansivas, es decir montmorillonita (continuos, pero
con espesores inferiores a 5 mm). El valor J a depende del porcentaje de 6° - 12° 8.0 - 12
partículas con tamaños similares a los de las arcillas expansivas
c) No se produce contacto entre los planos de la discontinuidad ante un desplazamiento cortante
(rellenos de mineral de gran espesor)
J. Zonas o bandas de roca desintegrada o triturada y arcillas (ver G, H e I para 6–8
6° - 24°
K. La descripción de las condiciones de las arcillas) ó
L. 8.0 - 12
M. zonas o bandas de arcillas limosas o arenosas, con pequeñas fracciones de ----- 5.0
arcilla no reblandecibles
N. Zonas o bandas continuas de arcilla, de espesor grueso (ver clases G, H e I, 10 – 13
O. para la condición de la descripción de las arcillas) 6° - 24° ó
P. 13 - 20

7
Notas: los valores expresados, para los parámetros J r y Ja se aplican a las familias de diaclasas o
discontinuidades que son menos favorables con relación a la estabilidad, tanto por la orientación de las
mismas como por su resistencia al corte (esta resistencia puede evaluarse mediante la expresión:

Presión
5. Factor de reducción por agua en las fisuras de agua Jw
kg/cm2
A. Excavaciones secas o pequeñas afluencias, inferiores a 5 l/min, localmente <1 1.0
B. Afluencia a presión media, con lavado ocasional de los rellenos 1 – 2.5 0.66
C. Afluencia importante o presión alta en rocas competentes con
discontinuidades sin relleno 2.5 – 10 0.5
D. Afluencia importante o presión alta, produciéndose un lavado considerable
de los rellenos de las diaclasas 2.5 – 10 0.33
E. Afluencia excepcionalmente alta o presión elevada en el momento de
realizar las voladuras, disminuyendo con el tiempo > 10 0.2 – 0.1
F. Afluencia excepcionalmente alta, o presión elevada de carácter persistente,
sin disminución apreciable > 10 0.1–0.05
Notas:
i) Los valores de las clases C, D, E y F son meramente estimativos. Si se toman medidas de drenaje, puede
incrementarse el valor Jw.
ii)No se han considerado los problemas especiales derivados de la formación del hielo.

6. Factor de reducción de esfuerzos SRF

a) Las zonas débiles intersectan a la excavación, pudiendo producir desprendimientos de


roca a medida que la excavación del túnel va avanzando
A. Múltiples zonas débiles, conteniendo arcilla o roca desintegrada 10.0
químicamente, roca de contorno muy suelta (a cualquier
profundidad) 5.0
B. Zonas débiles aisladas, conteniendo arcilla o roca desintegrada
químicamente (profundidad de excavación 50 m)
C. Zonas débiles aisladas, conteniendo arcilla o roca desintegrada 2.5
químicamente (profundidad de excavación > 50 m)
D. Múltiples zonas de fracturas en roca competente (sin arcilla), roca de 7.5
contorno suelta (a cualquier profundidad)
E. Zonas de fracturas aisladas en roca competente (sin arcilla), 5.0
(profundidad de la excavación 50 m)
F. Zonas de fracturas aisladas en roca competente (sin arcilla), 2.5
(profundidad de la excavación > 50 m)
G. Terreno suelto, diaclasas abiertas, fuertemente fracturado, en terrenos, 5.0
etc. (cualquier profundidad)
Nota:
i) Se reducen los valores expresados del SRF entre 20 – 50% si las zonas de fracturas sólo ejercen
cierta influencia pero no intersectan la excavación
b) Rocas competentes, problemas de esfuerzos en las rocas c/1 /c SRF
H. Esfuerzos pequeños cerca de la superficie, diaclasas abiertas > 200 < 0.01 2.5
I. Esfuerzos medios, condiciones de esfuerzos favorables 200–10 0.01– 0.3 1.0
J. Esfuerzos elevados, estructura muy compacta. Normalmente

8
favorable para la estabilidad, puede ser desfavorable para la 10 – 5 0.3-0.4 0.5 – 2
estabilidad de los hastiales
K. Desprendido moderado de la roca después de 1 hora en rocas 5 - 5 0.5-0.65 5 – 50
masivas
L. Desprendimiento y estallido de la roca después de algunos 3 – 2 0.65 – 1 50–200
minutos en rocas masivas
M. Estallidos violentos de la roca (deformación explosiva) y <2 >1 200-
deformaciones dinámicas inmediatas en rocas masivas 400

Notas:
i) Si se comprueba la existencia de campos de esfuerzos fuertemente anisótropicos; cuando 5 < 1/3
< 10, si se disminuye el parámetro c hasta 0.75c; si 1/3 > 10, se toma el valor 0.5 c. c es la resistencia a la
compresión simple, 1 y 3 son los esfuerzos principales mayor y menor y es el esfuerzo tangencial
máximo, estimado a partir de la teoría de la estabilidad.
ii) En los casos en los que la profanidad de la clave del túnel es menor que el ancho de la excavación,
se sugiere aumentar el valor del factor SRF entre 2.5 y 5 unidades (véase clase H).

9
c) Rocas deformables: flujo plástico de roca incompetente sometida a /c SRF
altas presiones litostáticas
O. Presión de deformación baja 1-5 5 - 10
P. Presión de deformación alta >5 10 - 20
Notas:
i) Los fenómenos de deformación o fluencia de rocas suelen ocurrir a profundidades: H > 250 Q 1/3
(Singh et al., 1992). La resistencia a compresión del macizo rocoso puede estimarse mediante la expresión:
q(MPa) 7Q1/3, donde  es la densidad de la roca en g/cm3 (Singh, 1993).
d) Rocas expansivas: actividad expansiva química dependiendo de la presencia de
SRF
agua
Q. Presión de expansión baja 5 -10
R. Presión de expansión alta 10 - 15

Tabla 3.1. Valores de los parámetros característicos del índice Q.

El índice Q varía entre 0.001 y 1000, de acuerdo con la siguiente clasificación del macizo
rocoso.

Q CALIDAD
Entre 0.001 y 0.01 Roca excepcionalmente mala
Entre 0.01 y 0.1 Roca extremadamente mala
Entre 0.1 y 1.0 Roca muy mala
Entre 1 y 4 Roca mala
Entre 4 y 10 Roca media
Entre 10 y 40 Roca buena
Entre 40 y 100 Roca muy buena
Entre 100 y 400 Roca extremadamente buena
Entre 400 y 1000 Roca excepcionalmente buena

Tabla 3.2. Clasificación del macizo rocoso, según Barton.

4. Hoek

Con el fin de ampliar el rango de aplicación del criterio generalizado a macizos rocosos de
baja calidad, y emplear parámetros más geológicos para la evaluación de su resistencia, Hoek
(1994) y Hoek et al, (1995), introdujeron un nuevo índice de calidad llamado GSI (Geological
Strenght Index), que evalúa la calidad del macizo en función del grado y de las características de
fracturamiento, estructura geológica, tamaño de los bloques y alteración de las discontinuidades.

El índice GSI equivale al RMR de Bieniawski según la definición de 1976 para un macizo
rocoso seco, o el RMR – 5 según la versión de 1989. En la figura 4.1, se muestra la
caracterización de macizos rocosos con base en su grado de fracturamiento y estado de las juntas,

10
mientras que
Figura 4.1. Caracterización de macizos rocosos (Hoek y Brown, 1997)
en la figura
4.2, se
observa la
estimación del
índice GSI con
base a

descripciones geológicas.

11
Figura 4.2. Estimación del índice GSI, (Hoek y Brown, 1997)

Cabe hacer
mención que el GSI no
es una clasificación como tal, sin embargo, es posible obtener valores de resistencia del macizo
rocoso, para lo cual debe tomarse en cuenta que:

 Este criterio es válido únicamente para macizos rocosos que presenten un


comportamiento isótropo
 El índice GSI se basa en estimaciones cualitativas y en modelos simples que
difícilmente se asemejan a condiciones reales
 Los resultados obtenidos, deben ser cotejados con otros métodos y con datos de
campo

5. Software para determinación y cálculo de cuñas en excavaciones subterráneas,


mediante el programa de computadoras UNWEDGE

En el diseño de cualquier excavación subterránea en rocas resistentes, en las cuales la


rotura a través de la masa rocosa no es factible, es fundamental conocer los diferentes sistemas de
discontinuidades para poder definir los posibles bloques o cuñas inestables. Una vez
determinadas y conocidas las características de las discontinuidades es posible analizar la

12
estabilidad de las cuñas formadas en el interior de la excavación subterránea, mediante un
programa informático llamado UNWEDGE que resuelve el problema en 3D. A continuación se
presentan algunos aspectos fundamentales que deben tomarse en cuanta al realizar un análisis de
estabilidad mediante el software antes mencionado.

Existen varios tipos de condiciones naturales que pueden generar problemas de


estabilidad al realizar una excavación subterránea, como son: la orientación desfavorable de
discontinuidades y de los esfuerzos in situ, respecto al eje del túnel, flujo de agua hacia el interior
de la excavación a través de fracturas, acuíferos o rocas carstificadas, la formación de bloques
inestables por combinación de algunas familias de discontinuidades con el contorno abierto por la
excavación, etc.



 



Figura 5.1. Algunas condiciones naturales de inestabilidad en excavaciones subterráneas


roca.

Por otro lado, una excavación subterránea genera una serie de procesos inducidos que se
suman a las condiciones naturales:

a) Pérdida de resistencia del macizo que rodea la excavación como consecuencia de la


decompresión creada (apertura de discontinuidades, fisuración por voladuras, alteraciones,
flujo de agua hacia el interior de la excavación, etc.).
b) Reorientación de los campos tensionales.
c) Otros efectos como subsidencias en superficie, movimientos de ladera, cambios en los
acuíferos, etc.
Las condiciones de estabilidad de la excavación subterránea estarán determinadas por la
respuesta del macizo rocoso ante las acciones naturales, así como ante las inducidas; las medidas
necesarias de soporte, estabilización y reforzamiento del terreno serán función de la combinación
de acciones que resulte más desfavorable para la estabilidad.

5.1. Estructura Geológica

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La estructura geológica ejerce una gran influencia en la estabilidad de una excavación
subterránea. En general, se considera que las orientaciones paralelas a la orientación del eje de la
excavación son situaciones desfavorables.

Las discontinuidades se distinguen entre sistemáticas y singulares. Las diaclasas, planos


de estratificación y de esquistocidad pertenecen al primer grupo y se presentan prácticamente en
todas las rocas, con mayor incidencia en las zonas poco profundas del macizo, donde los procesos
de meteorización, circulación de agua y rellenos arcillosos son más frecuentes.

Las discontinuidades más importantes desde el punto de vista de la estabilidad, son las
singulares, como las fallas. Éstas pueden acumular esfuerzos tectónicos importantes y pueden
formar planos principales de rotura cuya resistencia es muy baja. La incidencia de las fallas en la
estabilidad de una excavación depende de las características de las mismas, que pueden ser:

 Una o varias superficies de discontinuidad, planos de despegue o contactos mecánicos


entre distintos materiales.
 Una zona de espesor variable y de baja resistencia formada por materiales blandos,
inestables, plásticos o expansivos.
 Fallas caracterizadas por una zona de alta transmisividad hidráulica.

El estudio de la estabilidad como función de las discontinuidades sistemáticas debe


basarse en una rigurosa recolección de datos estructurales representativos y en cantidad suficiente
para tratar estadísticamente la información. Desafortunadamente la mayor parte de los datos que
es posible recolectar durante la fase de estudios y proyecto proviene de la superficie del terreno
(las muestras extraídas de los sondeos representan información muy puntal que muchas veces no
alcanza la profundidad de la excavación), donde las condiciones de alteración y decompresión del
macizo suelen ser muy distintas a las que se encontrarán a la profundidad de la excavación. Por lo
anterior, la estabilidad de una excavación regida por la formación de bloques, sólo puede
calcularse de forma estimativa, basándose en una serie de hipótesis sobre la orientación y las
condiciones de las juntas, que sólo serán verificables durante la ejecución de la obra.

5.2 Análisis de estabilidad de una excavación subterránea mediante el programa


UNWEDGE

Existen tres modos diferentes de falla para una cuña en el interior de una excavación
subterránea: rotura, deslizamiento en un plano y deslizamiento en 2 planos. Las ecuaciones que
permiten estimar el factor de seguridad para cada caso son:

Caso 1. Rotura en cuña:

14
(5.1)

Caso 2: Deslizamiento en un único plano:

(5.2)

Caso 3: Deslizamiento en dos planos:

(5.3)

donde:

Ni Componente normal al plano (i) del peso de la cuña (W), menos la presión de agua (u)
en el plano (i)
Si Componente tangencial al plano (i) del peso (W) de la cuña y en la dirección del
deslizamiento.
Sij Componente del peso (W) de la cuña en la dirección del eje definido por los planos i y
j.
Tni Componente de la capacidad del anclaje (T ) normal al plano i.
Tsi Componente de la capacidad del anclaje (T ) tangencial al plano i y en la dirección de
deslizamiento.
Tsij Componente de la capacidad del anclaje (T ) en la dirección del eje definido por los
planos i y j.
eff eficiencia del anclaje (gobernada por la instalación y el modo de moverlo)
Cni Componente de la capacidad del concreto lanzado (C) normal al plano i.
Csi Componente de la capacidad del concreto lanzado (C) tangencial al plano i y en la
dirección del deslizamiento.
Csij Componente de la capacidad del concreto lanzado (C) en la dirección del eje definido
por los planos i y j.
Ai Área del plano i.
ci cohesión del plano i.
i ángulo de fricción del plano i.
n es el número de anclajes y g es la dirección gravitacional.

15
El cálculo de la estabilidad de una excavación subterránea en función de la formación de
bloques potencialmente inestables se puede realizar mediante el programa UNWEDGE (de la
empresa Rocsience, 1992-2002). Este programa permite estudiar la posibilidad de formación de
cuñas en 6 hipotéticos planos de rotura, mismos que se muestran en la figura 5.2 y obtener el
factor de seguridad para cada cuña.

1
6 1 6

5 2
2
3
5
4 3

4
Figura 5.2. Posibles planos de formación de cuñas.

Estas cuñas están definidas por tres discontinuidades estructurales y por la superficie de
excavación, pudiéndose visualizar en tres dimensiones, y obtenerse el factor de seguridad ante la
rotura. El programa permite definir un sistema de sostenimiento mediante anclas puntuales o con
algún patrón previamente definido y concreto lanzado.

El análisis se basa en la hipótesis de que las cuñas, definidas por tres discontinuidades,
están únicamente sujetas a la acción de la gravedad y por consiguiente el campo de esfuerzos en
la roca circundante a la excavación no se toma en cuenta, lo que conduce a una imprecisión en el
cálculo.

Para comenzar el análisis se define el rumbo del eje longitudinal de la excavación y la


geometría de la sección de excavación de proyecto. Se introducen combinaciones de tres familias
en el programa UNWEDGE y calcula todas las posibles cuñas que se pueden formar con dichas
familias y los seis planos anteriormente descritos. Con los resultados de volumen, peso, y
tendencia a la inestabilidad se selecciona la combinación de 3 familias que genera la cuña más
desfavorable.

Los datos adicionales que son necesarios introducir en el programa UNWEDGE son el
espaciamiento de las fracturas de cada familia, peso específico de la roca, los parámetros
resistentes de cada plano, es decir, la cohesión y el ángulo de fricción interna para calcular su
tendencia a la inestabilidad y la presión de agua en las juntas (en caso de existir).

Una vez introducidos los datos, el programa muestra hasta seis posibles cuñas creadas
alrededor de la excavación (ver ejemplo en la figura 5.3); o las dos cuñas potenciales que pueden
aparecer en cualquiera de los dos frentes (ver figura 5.4), ya que al definir la orientación de la
excavación no se da el sentido del avance de la misma. Para cada una de las máximas cuñas el
programa proporciona su peso, señalando si se produce caída, rotación o deslizamiento, además
determina el factor de seguridad.

16
Figura 5.3. Cuñas formadas alrededor de la excavación

Figura 5.4. Cuñas formadas en los frentes de la excavación

17
Para elegir la cuña más desfavorable no sólo se tiene en cuenta el factor de seguridad
mínimo, sino también el tamaño de la cuña y la ubicación respecto de la sección de análisis. El
programa también proporciona las características geométricas de la cuña máxima, el volumen y
la altura de la cuña. En la figura 5.5 se observa una vista frontal y otra en perspectiva de una cuña
típica en excavaciones subterráneas.

Figura 5.5. Ejemplo de una cuña más desfavorable

5.3. Cálculo del sistema de estabilización y reforzamiento

El propio programa UNWEDGE permite al usuario proponer sistemas de estabilización


(concreto lanzado) y reforzamiento (anclajes) y recalcular factores de seguridad. La distribución
de anclaje se puede hacer de forma sistemática o de forma puntal, proporcionando los datos para
cada ancla o patrón de anclaje: placas de reparto, capacidad del acero, resistencia de la unión
barra-resina o barra-lechada.
La distribución del anclaje se hace en la sección transversal y se define de forma normal a
la superficie de excavación o bien de forma radial desde un punto, limitándola en dicha sección
entre un punto inicial y un punto final del contorno de la excavación.

5.4. Ventajas e inconvenientes del programa

El programa es muy sencillo de utilizar y su versatilidad permite la realización rápida de


estudios paramétricos del problema de caída de cuñas en excavaciones subterráneas, estimando el
tipo de sistemas de estabilización y reforzamiento, mediante anclas y concreto lanzado,
obteniéndose los factores de seguridad antes y después de emplear dichos sistemas de
sostenimiento.

Finalmente, las limitaciones más importantes y que deben ser tomadas en cuenta por los
usuarios del programa UNWEDGE, son las siguientes:

 El análisis es valido para caída de cuñas en excavaciones construidas en roca dura,


donde las discontinuidades son persistentes. Se asume que los desplazamientos tienen

18
lugar en las discontinuidades y que las cuñas se mueven como bloques rígidos sin
deformación interna y sin agrietamiento.
 La superficie de las discontinuidades se asume como perfectamente plana.
 Se considera que las discontinuidades pueden aparecer en cualquier lugar de la
masa.
 La sección transversal de la excavación se considera constante a lo largo de todo
su eje.
6. Parámetros derivados

Las clasificaciones geomecánicas son un método de uso generalizado en el proyecto y


construcción de obras subterráneas y gracias a ellas, es posible obtener un conocimiento,
interpretación y aplicación de los datos geológicos y geotécnicos. Así mismo, dichas
clasificaciones son herramientas muy útiles que coadyuvan a la simulación del comportamiento
geomecánico de los macizos rocosos, ya que permiten realizar una primera aproximación de los
parámetros mecánicos de diseño para las obras subterráneas.

Es importante recalcar que las clasificaciones geomecánicas son una herramienta de gran
utilidad en cada una de las fases de un proyecto relacionado con las excavaciones subterráneas en
rocas. En la etapa de anteproyecto nos permiten estimar a grosso modo las características de los
sistemas de estabilización y soporte (descritos en el apartado 7) y algunos de los parámetros
mecánicos del macizo rocoso. Sin embargo estas clasificaciones tienen un carácter altamente
empírico y, por otro lado, se basan en lecturas de campo y datos extraídos de los sondeos, que son
muy puntuales y difícilmente extrapolables a la totalidad del macizo rocoso. El diseño geotécnico
definitivo de una obra subterránea no se puede apoyar únicamente en estas clasificaciones y
menos aun en los valores obtenidos en las etapas de anteproyecto o proyecto. Para que estos
métodos sean realmente representativos de la calidad del macizo y, por lo tanto, útiles en el
diseño definitivo de los sistemas de estabilización, soporte y reforzamiento del terreno, es
necesario llevar un seguimiento geotécnico durante la excavación e ir ajustando los valores de los
diferentes parámetros conforme a lo observado en cada toma de datos.

a) Criterio de de rotura de Hoek-Brown para macizos rocosos

De acuerdo con Evert Hoek (E. Hoek, 1995), “...uno de los retos más grandes del diseño
de obras subterráneas es el que se refiere a la determinación de las propiedades de deformabilidad
y resistencia del macizo rocoso. En el caso de macizos rocosos fracturados la evaluación de tales
propiedades presenta problemas teóricos y experimentales muy complejos. Sin embargo, debido a
que esta es una cuestión de fundamental importancia, en casi todos los diseños que involucran
excavaciones en roca, es esencial tratar de estimar dichas propiedades de la manera más realista
posible”.

Los parámetros básicos necesarios para definir el comportamiento mecánico de los


materiales geotécnicos presentes en las obras subterráneas son el módulo de elasticidad, E y la
relación de Poisson, , para la deformabilidad y, cuando se utiliza el criterio de rotura de Mohr-
Coulomb, la cohesión, c y ángulo de fricción interna,  para la resistencia. Estos últimos, a su

19
vez, serán los que distingan el comportamiento elástico del comportamiento elastoplástico en los
análisis tenso-deformacionales de la excavación.

Debido a un número muy importante de factores y fenómenos físicos que definen las
condiciones in situ de la roca, la modelización del comportamiento de una obra subterránea se
convierte en una ardua labor, en la que las clasificaciones geomecánicas suelen ser útiles para
estimar los posibles rangos de variación de los parámetros mecánicos que definirán el
comportamiento mecánico de la obra y que además permiten tener una primera aproximación
sobre los tratamientos más adecuados que requiere el terreno para ser estable durante la
excavación. Estas herramientas, son muy útiles siempre y cuando se tenga un conocimiento
profundo de las condiciones del terreno y para esto es fundamental haber realizado una campaña
de estudios de campo muy completa.

Los criterios de rotura o de resistencia constituyen la base de los métodos empíricos, y


permiten evaluar la resistencia de los macizos rocosos a partir de los esfuerzos actuantes y de las
propiedades del material rocoso.

Hoek y Brown realizaron un extenso trabajo de recopilación de datos y pruebas de


laboratorio y en los años 80´s propusieron un criterio de rotura empírico que actualmente está
muy extendido en el mundo de la mecánica de rocas y que representa de manera adecuada el
comportamiento de la roca intacta y del macizo rocoso para ciertos niveles de fracturamiento. De
forma generalizada, para un macizo rocoso fracturado, este criterio supone una relación no lineal
entre las componentes de esfuerzo principal efectivo, 1 y 3 de la forma:

(6.1)

donde mb es la constante de Hoek y Brown que depende del ángulo de fricción, s el parámetro
que relaciona la resistencia a la compresión simple de la roca intacta con la resistencia a la
compresión simple del macizo rocoso, a una constante que depende de las características de la
masa de roca y la resistencia a la compresión simple de la roca intacta.

La ecuación (6.1) del criterio de rotura de H&B, graficada en el espacio de Mohr ( N - )


resulta una parábola cuyo origen está definido por la resistencia a la tensión:

(6.2)

El proceso utilizado por Hoek y Brown en la derivación de su criterio de rotura se basó en


un exhaustivo proceso de prueba y error y el empleo de la estadística. Aunque la hipótesis de
partida proviene de la teoría de fractura de Griffith, no existe ninguna relación fundamental entre
las constantes empíricas utilizadas con las características físicas de la roca.

La ecuación (6.1) no tiene ninguna utilidad práctica a menos que las constantes m y s sean
estimadas adecuadamente. Hoek y Brown (1988) sugirieron que tales constantes pueden

20
relacionarse de alguna manera con el índice de calidad RMR (actualmente con el GSI) si se
suponen condiciones totalmente secas y una orientación de las discontinuidades favorable a la
excavación.

Debido a algunas cuestiones prácticas de la utilización del índice RMR para la estimación
de las constantes mb y s del macizo rocoso (el criterio no era aplicable para macizos de baja
calidad) y con el objeto de que estas constantes fueran también correlacionables con el índice Q
de Barton, se introdujo (Hoek, 1995) un nuevo índice de calidad llamado GSI (Geological Strenght
Index). El índice GSI equivale al RMR de Bieniawski según la definición de 1976 para un macizo
rocoso seco, o el RMR – 5 según la versión de 1989.

Por otro lado, en el año 2002, Hoek et al. publicaron el Criterio de Rotura Generalizado
el cual incluye un nuevo coeficiente D (factor de daño) que se relaciona con la cantidad de daño
ocasionado al macizo rocoso por el procedimiento de excavación y la relajación del terreno. Con
el nuevo coeficiente es posible calcular los parámetros del criterio de rotura del macizo rocoso
con mayor confiabilidad. Además, el factor D permite eliminar algunas restricciones en la
aplicabilidad de las fórmulas para la obtención de los parámetros, existentes en las versiones
previas del criterio de rotura.

Las relaciones entre mb/mi, s y a con el GSI y el D propuestas, para excavación con
voladura, y que a su vez permiten calcular la resistencia a compresión del macizo rocoso son:

(6.3)

donde mb y mi corresponden con el macizo rocoso y la roca intacta respectivamente.

Con el valor de GSI (RMR89-5) y las ecuaciones 6.3, se obtienen los espectros de
variación de los parámetros de la ley de resistencia de Hoek y Brown.

Utilizar las ecuaciones proporcionadas por Hoek con el fin de estimar parámetros
resistentes del macizo rocoso puede prestarse a grandes confusiones y errores si no se tiene
cuidado con algunos aspectos. La primera versión de valores de los parámetros mb y s, que
aparece en el libro clásico “Underground Excavations in Rock” de 1980, se obtienen a partir de
las ecuaciones:

(6.4)

21
En 1988 se publicó una versión actualizada de valores mb y s y se especificó que los
valores obtenidos con las ecs. 6.4 corresponde con un macizo alterado o afectado por voladuras,
mientras que los valores obtenidos con las ecs. 6.5 corresponde al macizo rocoso sin alterar.

(6.5)

Las ecuaciones (6.5) se obtienen del libro “Support of Underground Excavations In Hard
Rock” (1995).

Al utilizar estas fuentes es muy importante tener en cuenta que en la versión antigua
(1980) aun no se incluía la corrección para roca sin alterar, mientras que en la versión más
moderna (1995) sólo se presentan los valores para dicha corrección, con ciertas restricciones para
GSI < 25, que actualmente existe la versión 2002 del criterio, que incluye el factor D y nuevas
expresiones para los tres parámetros básicos, incluido a y ya no existen restricciones para GSI.

b) Correlaciones empíricas

Los índices de calidad definidos mediante las clasificaciones geomecánicas permiten


estimar la resistencia de forma aproximada, al establecer correlaciones entre las clases de roca y
los parámetros resistentes c y  del macizo rocoso (ver tabla 2.2. Calidad del macizo rocoso en
relación al índice RMR).

Por otro lado, diversos autores han propuesto correlaciones empíricas para la evaluación
del módulo de deformabilidad en macizos rocosos.

 para RMR > 50-55 (6.6)

 para 10 < RMR < 50


(6.7)

ambos en GPa.
Mediante el índice GSI, Hoek et al. (2002) proponen:

 para < 100 MPa (6.8a)

 para > 100 MPa (6.8b)

que es equivalente a utilizar la gráfica de la figura 6.1:

22
En cuanto a la
clasificación
NGI, la gráfica de la
figura 6.2, permite estimar el valor de Em para valores relativamente altos de Q:

Figura 6.2. Gráfica de correlación entre Em y los


índices de calidad del macizo

Barton et al. (1980), Barton et al. (1992) y Grimstad y Barton (1993) han encontrado una
buena correlación entre desplazamientos medidos y análisis numéricos utilizando un módulo de
deformabilidad del macizo expresado como (GPa):

(6.9)

23
(Esta ecuación no resulta aplicable para Q < 3)

Por último, la tabla de la figura 6.3 se incluyen valores orientativos de Em relacionados


con la calidad del macizo rocoso.

Figura 6.3. Tabla de Hoek (1995) que relaciona calidad del macizo y
la estructura con las constantes del criterio de resistencia.

7. Estimación del sistema de soporte

Las clasificaciones geomecánicas, además de permitir tener una idea preliminar sobre la
calidad de la roca y de ser útiles para aproximarse a valores reales de sus parámetros mecánicos,
presentan una serie de recomendaciones para la estimación del sistema de soporte que los autores
adaptaron a cada caso, según un número importante de factores que influyen en el
comportamiento de las excavaciones. Es fundamental mencionar que estas recomendaciones no

24
necesariamente serán las que rijan los procedimientos constructivos y los sistemas de
estabilización y soporte, sin embargo, representan una primera aproximación de la que se puede
partir para después adaptarla a la realidad de las excavaciones.

7.1 A partir del índice RMR

Tomando en cuenta las condiciones geológico-geotécnicas presentes en las excavaciones

Tabla 7.1. Sostenimiento a partir del índice RMR

subterráneas, la primera consideración que surge de la clasificación RMR de Bieniawski; es el


tipo de sostenimiento, el cual se muestra en la tabla 7.1.

25
La segunda consideración está relacionada con el tiempo máximo de estabilidad de la
excavación sin sostener o estabilizar. Esta característica es muy importante porque da una idea,
por ejemplo, del número de etapas en que se puede dividir la sección, así como de su geometría y
permite proponer la longitud de los avances y, con base en los tiempos en que la excavación
puede considerarse segura, establecer ciclos de construcción que optimicen los costos de obra. La
gráfica de la figura 7.1 relaciona el índice RMR con el tiempo de estabilidad del túnel sin
sostener.

Figura 7.1. Relación de la calidad de la roca con el tiempo


de estabilidad sin sostener
7.2 A partir del índice
Q

Las recomendaciones de sostenimiento del Instituto Noruego toman en cuenta el tipo de


excavación y además incluyen un número más amplio de categorías. Para utilizar la gráfica y las
tablas de Barton, es necesario definir la dimensión equivalente, De, del túnel, que es un
parámetro introducido por el autor para normalizar los diámetros de las excavaciones. De es igual
al diámetro del túnel dividido por un factor, ESR (Excavation Support Ratio), que se obtiene de la
tabla 7.2.

26
Tabla 7.2. Determinación del ESR.

Los diferentes tipos de sostenimientos se estiman según se indica en la figura 7.2.

Figura 7.2. Categorías del sostenimiento según Barton

Como se ha
mencionado anteriormente, las recomendaciones derivadas de las clasificaciones geomecánicas,
aunque representan una buena guía para el predimensionamiento de la excavación y el soporte,
no necesariamente deberán ser las que rijan en el diseño final.

27
8. Ejemplo práctico Presa Aguamilpa

En este apartado, se presenta un ejemplo práctico de las clasificaciones geomecánicas


aplicadas al Proyecto Hidroeléctrico Aguamilpa, en el cual se realiza una comparación de los
resultados de las clasificaciones geomecánicas de Bieniawski (RMR) y el sistema Q de Barton,
determinados primero en la etapa de proyecto y después con la información obtenida durante la
construcción. Como resultado de esta comparación, se determinó que durante la etapa de
proyecto el macizo rocoso fue calificado como de buena calidad (RMR=72 y Q=25), mientras
que, con información de construcción resultó de regular a mala calidad (RMR=51 y Q=1.5 a
1.9).

Con base en los resultados de las clasificaciones, se obtuvieron recomendaciones


constructivas y se determinaron los parámetros de resistencia y deformabilidad del macizo
rocoso, los cuales fueron comparados con los obtenidos en la etapa de proyecto. Se concluyó que
los parámetros determinados con los ensayes de campo, se encuentran comprendidos dentro del
rango obtenido con las clasificaciones geomecánicas de construcción.

8.1 Clasificaciones geomecánicas iniciales y de pre-construcción

Todas las obras subterráneas se excavaron en la unidad litológica denominada Aguamilpa,


esta unidad es la base de la secuencia volcánica y está constituida por una toba lítica de
composición riodacítica.

Las clasificaciones geomecánicas de las obras subterráneas del proyecto, fueron realizadas
durante la etapa de estudios. En la tabla 8.1, se muestran los resultados de las clasificaciones
antes de construcción.

Clasificaciones Geomecánicas
Barton, 1976 Bieniawski, 1979
Sitio
Calidad de RMR Ajuste de RMR
Q Clase
Roca Básico Orientación Final
Casa de Máquinas y II
25 BUENA 84 -12 72
Galería de Oscilación BUENA
Tabla 8.1. Clasificaciones geomecánicas de proyecto.
(CFE, Alcala, et.al, 1983, informe interno, modificado).

8.2 Clasificaciones Geomecánicas Pos-construcción

Con base en los datos obtenidos de los levantamientos geológicos efectuados durante la
excavación de casa de máquinas y galería de oscilación se realizó una nueva clasificación
geomecánica. Durante la ejecución de las excavaciones, se corroboró que las obras subterráneas
se encuentran ubicadas en la Unidad Aguamilpa. En la tabla 8.2, se muestran los resultados de la
nueva clasificación geomecánica.

28
Clasificaciones Geomecánicas
Barton, 1976 Bieniawski, 1979
Sitio
Calidad de RMR Ajuste de RMR
Q Clase
Roca Básico Orientación Final

Casa de Máquinas y
1.5 a 1.9 Mala 63 -12 51 Media
Galería de Oscilación

Tabla 8.2. Resultados de la nueva clasificación geomecánica.

8.3 Comparación de Resultados

Con objeto de realizar una comparación de la calidad del macizo rocoso, determinada en
la etapa de proyecto, con la obtenida con información de construcción, en la tabla 8.3 se muestra
un resumen de los resultados obtenidos.

Clasificaciones Geomecánicas
De Proyecto Con Información de Construcción
Sitio Barton, 1976 Bieniawski, 1979 Barton, 1976 Bieniawski, 1979
Calidad de Calidad de
Q RMR Clase Q RMR Clase
Roca Roca
Casa de Máquinas y
25 Buena 72 Buena 1.5 a 1.9 Mala 51 Media
Galería de Oscilación
Tabla 8.3. Comparación de los resultados de las clasificaciones geomecánicas.

La tabla 8.3 muestra que existe una diferencia considerable en la determinación de la


calidad del macizo rocoso, ya que con las clasificaciones geomecánicas efectuadas en la etapa de
proyecto, se obtienen valores de Q=25 para la clasificación de Barton, mientras que con
Bieniawski se determinó un RMR=72, obteniéndose una calidad de roca buena con ambas
clasificaciones.

Por lo que respecta a los resultados de la clasificación del macizo rocoso empleando la
información del seguimiento geológico-geotécnico durante la obra, se observa que con el sistema
Q de Barton, se obtuvo una calidad de roca mala (Q=1.5 a 1.9); mientras que con el sistema
RMR, de Bieniawski resulta una calidad de roca media (RMR=51), es decir que en la etapa de
proyecto resultó una calidad de roca de mejores condiciones que la que presento durante la obra.

En la tabla 8.4, se muestra una comparación entre los valores de cada uno de los
parámetros utilizados en las clasificaciones geomecánicas, presentando las diferencias en
número, es decir la diferencia entre el valor empleado en proyecto y el utilizado con datos de
construcción; así mismo, se obtiene la diferencia parcial en porcentaje, esto es, la diferencia en
número, dividido entre el valor del parámetro de proyecto; finalmente, se determina la diferencia
en porcentaje global, la cual se determinó dividiendo la diferencia en número para cada
parámetro, entre el RMR y Q de proyecto, respectivamente.

29
Clasificación Geomecánica RMR
Parámetro Valoración Diferencia de valoración
De Proyecto De Construcción en número en (%) parcial en (%) global
Resistencia a la compresión simple de la roca matríz 12 7 5 (-) 42% (-) 7%
Índice RQD 19 18 1 (-) 5% (-) 1%
Espaciamiento entre discontinuidades 20 20 0 (-) 0% (-) 0%
Estado de las discontinuidades 24 10 14 (-) 58% (-) 19%
Presencia de agua 9 8 1 (-) 11% (-) 1%
Corrección por orientación -12 -12 0 0% 0%
72 51

Clasificación Geomecánica Q
Parámetro Valoración Diferencia de valoración
De Proyecto De Construcción en número en (%) parcial en (%) global
Índice RQD 94% 66% a 86% 18% (-) 19% (-) 1%
Jn (número de familias de juntas) 15 9 6 (+ ) 40% (+ ) 24%
Jr (rugosidad de juntas) 3 1.5 1.5 (-) 50% (-) 6%
Ja (alteración de las juntas) 0.75 3 -2.25 (-) 300% (-) 9%
Jw (presencia de agua) 1 1 0 0% 0%
SRF (stress reduction factor) 1 2.5 -1.5 (-) 150% (-) 6%
25 1.5 1.9
Tabla 8.4. Comparación de los parámetros empleados en las clasificaciones geomecánicas.
Nota: (-) cuando el valor influye de manera negativa en la calidad y (+) si mejora la calidad

La descripción y medida de las características y propiedades de la matriz rocosa y de las


discontinuidades del macizo rocoso, proporcionan los datos necesarios para su evaluación
geomecánica global. A partir de estos datos, la aplicación de las clasificaciones permiten estimar
la calidad y parámetros resistentes aproximados del macizo, en términos de cohesión y de
fricción. A continuación se discuten los resultados obtenidos:

A) Clasificación de Bieniawski

 Resistencia a la compresión simple

Analizando los datos de la tabla 8.4, se observa que para la clasificación de Bieniawski, la
valoración para la resistencia a la compresión simple es mayor en la etapa de proyecto, debido a
que se utilizó una resistencia de entre 83 a 145 MPa, mientras que en la clasificación efectuada con
información de construcción se utilizó un valor de 77 MPa, lo cual, significó una diferencia en la
valoración de 5 puntos, que representan -42% en la diferencia parcial y -7% de diferencia con
respecto a la calificación final; es decir que en la etapa de proyecto se sobreestimó la resistencia a
la compresión simple, dando como resultado una roca de mejor calidad que la presentada durante
la obra; por consiguiente, es recomendable que este parámetro el cual tiene un peso importante
dentro de la clasificación geomecánica, en la etapa de proyecto se realicen más sondeos
exploratorios y por consiguiente una cantidad mayor de ensayos de laboratorio, con objeto de que
se determine con mayor precisión la resistencia a la compresión simple, además de que, en
proyectos de magnitud como el que se trata en el presente trabajo, se realicen durante la
construcción de las obras subterráneas, sondeos adicionales con objeto de calibrar los modelos
geomecánicos elaborados en la etapa de pre-construcción y en caso de juzgarse necesario,
adecuar o modificar los sistemas de tratamiento e incluso los procedimientos constructivos; sin
embargo, no debemos olvidar que la determinación de la resistencia a la compresión simple, se
obtiene en unas cuantas probetas que en ocasiones no son representativas de la masa rocosa, y no

30
se toma en cuenta si las probetas presentan algún plano de debilidad bien definido (fracturas o
fisuras), además de que la valoración que se le asigna a este parámetro, no considera factores que
condicionan las resistencia de la probetas tales como: representatividad de las muestras, forma y
volumen de las probetas, dirección de aplicación de la carga (en rocas con anisotropía) y menos
la velocidad de aplicación de la carga, por lo anterior, es recomendable que para asignar una
calificación derivada de la resistencia a la compresión simple, se analicen todos y cada uno de los
factores que afecten esta resistencia y se realice una evaluación de las muestras que serán
ensayadas.

 RQD

En cuanto éste parámetro, podemos decir que no marcó gran diferencia, ya que para la
clasificación de proyecto se empleó un RQD de 94%, mientras que con información de proyecto
se utilizó un valor de entre 66 y 86% (para la comparación, se utilizó en promedio 76%); lo cual
significó una diferencia en la valoración de 1, que representa -5% en la diferencia parcial y -1%
en la calificación final; por lo que se considera que tiene poco peso dentro de la clasificación
geomecánica, sin embargo nos da una clara idea del fracturamiento de la roca, pero no de
aspectos fundamentales e importantes como la orientación, separación, rellenos, y demás
condiciones de las discontinuidades que caracterizan un macizo rocoso. La diferencia del RQD,
se debió a que en la etapa de proyecto probablemente se tomó un promedio de valores de los
sondeos realizados en la casa de máquinas, en específico de la margen derecha, mientras que el
RQD definido en el presente trabajo, se determinó con base en sondeos realizados en estudios
posteriores al proyecto y algunos otros realizados durante la construcción, por lo que es
recomendable que en la etapa de proyecto se realicen el mayor número de sondeos posible.

 Espaciamiento entre discontinuidades

El espaciamiento entre discontinuidades, resultó de 20 para ambas clasificaciones (antes y


después de construcción), por lo que el resultado no afectó en la valoración de la calidad de la
roca, sin embargo, debe considerarse que el espaciamiento entre los planos de discontinuidad
condicionan el tamaño de los bloques de la matriz rocosa y por tanto, define el papel que ésta
tendrá en el comportamiento mecánico del macizo rocoso. En macizos rocosos con
espaciamientos grandes, de varios metros, en los procesos de deformación y rotura prevalecerán
las propiedades de la matriz rocosa o de los planos de discontinuidad según la escala de trabajo
considerada y la situación de la obra con respecto a las discontinuidades; si los espaciamientos
son menores, de varios decímetros a 1 ó 2 metros, el comportamiento del macizo lo determinarán
los planos de debilidad; si el espaciamiento es muy pequeño, el macizo estará muy fracturado y
presentará un comportamiento isótropo, el cual estará controlado por las propiedades del conjunto
de bloques más o menos uniformes.

 Estado de las discontinuidades

Es uno de los parámetros que más influyó y que marcó la gran diferencia en la calidad de
la roca, ya que durante proyecto se le asignó una valoración de 24, con información de
construcción se le determinó una calificación de 10, lo cual implica una diferencia de 14 puntos, -
58% de diferencia parcial y de -19% en la determinación de la calificación final, lo cual aumentó

31
de forma importante el valor de RMR obtenido y por consiguiente se asignó una calidad de roca
de mejores condiciones.

Cabe recordar que el estado de las discontinuidades toma en cuenta: longitud, abertura,
rugosidad, relleno y alteración de éstas y que debe ponerse mucho énfasis en su determinación,
primero en la longitud o persistencia, ya que las discontinuidades importantes como las fallas y
diques suelen ser muy continuas, y representan los mayores planos de debilidad en el macizo
rocoso, por lo que deben ser caracterizadas y descritas con especial atención. En cuanto a la
abertura puede ser muy variable en diferentes zonas de un mismo macizo rocoso: mientras que en
superficie la abertura puede ser alta, ésta se reduce con la profundidad, pudiendo llegar a cerrarse.
Los procesos de desplazamiento en la discontinuidad o de disolución pueden dar lugar a aberturas
importantes.

Otro aspecto importante que debe cuidarse y que ayuda a aumentar o disminuir la calidad
de la roca, es la rugosidad, que tiene como finalidad principal la evaluación de la resistencia al
corte de los planos de las discontinuidades, ya que si las paredes se encuentran muy rugosas la
resistencia al corte aumenta y decrece con el aumento de la abertura y peor aún si ésta presenta
relleno. La evaluación de la rugosidad es difícil de estimar, sin embargo existen técnicas y
algunas expresiones empíricas con las cuales se puede estimar de forma adecuada.

El relleno es el parámetro que mayor peso tiene en la determinación del estado de las
discontinuidades, ya que pueden aparecer rellenas de un material de naturaleza distinta a la roca
de las paredes. Existe gran variedad de materiales de relleno con propiedades físicas y mecánicas
muy variables. La presencia de relleno gobierna el comportamiento de la discontinuidad, por lo
que deben ser reconocidos y descritos todos los aspectos referentes a sus propiedades y estado.
Debe tomarse en cuenta que si se trata de materiales blandos o alterados, éstos pueden sufrir
variaciones importantes en sus propiedades resistentes a corto plazo si cambia su contenido de
humedad o si se presenta algún movimiento a lo largo de las juntas. Las características
principales del relleno que deben describirse en los afloramientos son: su naturaleza, espesor,
resistencia al corte y permeabilidad (los dos últimos parámetros de forma indirecta o cualitativa).

 Presencia de agua

En este parámetro prácticamente no hubo diferencia, ya que impacta sólo en un -1% en la


calificación final de la calidad de la roca, sin embargo, debe tomarse en cuenta que el agua en el
interior de un macizo rocoso procede generalmente del flujo que circula por las discontinuidades,
aunque en ciertas rocas permeables las filtraciones a través de la matriz rocosa pueden ser
también importantes.

 Corrección por orientación

Finalmente, en el valor asignado a la corrección por orientación no hubo diferencia, pero


es importante tomar en cuenta que la orientación relativa y el espaciamiento de las diferentes
familias de un macizo rocoso, definen la forma de los bloques que conforman el macizo. Por otro
lado, la orientación de las discontinuidades con respecto a las estructuras u obras de ingeniería
condicionan la presencia de inestabilidades y roturas a su favor.

32
B) Clasificación geomecánica de Barton

A continuación se describen y discuten los resultados obtenidos, cabe hacer mención que
la mayoría de los parámetros que toma en cuanta la clasificación de Bieniawski, también son
considerados para la determinación del índice Q.

 Índice RQD

Al igual que para la clasificación de Bieniawski, nuevamente el índice RQD no influye de


manera importante en el resultado de la clasificación de Barton, ya que este parámetro sólo
representa el -1% de la calificación final, pero es base importante para la calificación final de la
calidad del macizo rocoso.

 Número de familia de juntas (Jn)

Este parámetro expresado como factor de la forma siguiente , representa el

tamaño de los bloques y si observamos la tabla 8.4, se aprecia una diferencia en la valoración
asignada a (Jn), ya que en la clasificación geomecánica efectuada en la etapa de proyecto, se
consideraron cuatro familias de discontinuidades, mientras que con datos de construcción se
consideró que los diferentes sistemas de fracturamiento y las fallas existentes fueron agrupadas
en tres sistemas, por lo que la valoración asignada a la clasificación de proyecto fue de 15,
mientras que a la de construcción se le asignó una valor de 9, lo cual representó una diferencia
parcial de +40% y de +24% en la calificación final, lo cual nos deja ver que nuevamente las
discontinuidades juegan un papel muy importante en esta clasificación y su estudio y
determinación en campo deberán realizarse con la mejor precisión posible, levantando el mayor
número de discontinuidades para definir las familias principales y secundarias que intervendrán
en la caracterización del macizo rocoso.

 Rugosidad de las juntas (Jr)

Como se mencionó anteriormente, la resistencia al corte entre bloques es uno de los


aspectos mas determinantes en el comportamiento mecánico de los macizos rocosos y esta

definida como . En la etapa de proyecto a la rugosidad de las juntas (J r), se le asignó una

valoración de 3, mientras que con información de proyecto se le asignó un valor de 1.5,


resultando una diferencia parcial de -50%, y en la calificación global de -6%, con lo cual se
corrobora lo que se mencionó en párrafos anteriores, de que este parámetro, al igual que lo
referente a las discontinuidades tiene un peso considerable dentro de la clasificación de Barton.

 Alteración de las juntas (Ja)

Este parámetro, junto con la rugosidad definen la resistencia al corte, y fue de los que
presentó mayor diferencia en la puntuación asignada, ya que en la etapa de proyecto, se consideró
que el contacto entre paredes de roca era muy cerrado y relleno de cuarzo lo que derivó que se le

33
asignará un valor de 0.75, mientras que con información de construcción resultó que el contacto
entre paredes de roca presentó rellenos de limo o arena arcillosa o con poca arcilla, por lo que se
le asignó una valoración de 3; obligando a la disminución de la calidad de la roca. Para este
parámetro la diferencia parcial en porcentaje, resultó de -300% y en la calificación final
repercutió en -9%; por lo que es importante estudiar, sobre todo en discontinuidades primarias
como las fallas y diques que representan los planos potenciales de debilidad en el macizo rocoso,
su abertura y rugosidad, pero sobre todo la existencia de algún relleno que condicione el
comportamiento del macizo rocoso.

 Presencia de agua

Al igual que en la clasificación de Bieniawski, la presencia de agua no presentó ninguna


diferencia, sin embargo no debemos olvidar que la infiltración que pudiera existir por las
discontinuidades, sobre todo en aquellas que presenten rellenos de arcilla, limo y/o arena, deberá
estudiarse con detalle la presencia de agua, ya que esta de existir, causará un sin número de

problemas durante la ejecución de la obra. El factor , representa la influencia del estado

tensional.

 Stress reduction factor SRF

Este es el último de los parámetros de la clasificación de Barton, al cual se le asignó en la


etapa de proyecto una calificación de 1, que corresponde a una roca competente y con problemas
de esfuerzos medios en la roca; mientras que con datos derivados de la construcción, resultó una
valoración de 2.5, correspondiente a una excavación atravesada por zonas blandas de roca que
pueden ocasionar descompresión o desprendimiento de rocas al realizar la excavación y zonas
individuales débiles, con arcilla o roca triturada, prof. > 50 m. La diferencia parcial fue de -150%
y en la calificación global resultó de -6%, esto se debió a que en proyecto se sobreestimó la
calidad geotécnica de la roca, pero sobre todo a que no se consideró relleno en las principales
discontinuidades, que como ya se ha dicho, son aspectos fundamentales y de gran peso, que
condicionan el comportamiento del macizo rocoso.

8.4 Comentarios y recomendaciones

Como se puede observar, para ambas clasificaciones las discontinuidades y sus


características tales como longitud, abertura, rugosidad, relleno, alteración, presencia de agua,
etc, son las que definen el comportamiento del macizo rocoso y son las que tienen mayor
influencia en la determinación de la calidad de la roca, mediante las clasificaciones
geomecánicas; es por eso, que a la hora de efectuar dichas clasificaciones, deberá ponerse mucho
cuidado y empeño en la campaña de exploración de campo, de laboratorio, pero sobre todo a la
hora de efectuar los levantamientos de las discontinuidades.

Sin embargo, no debemos perder de vista que ninguna de las dos clasificaciones
geomecánicas toman en cuenta la permeabilidad de las rocas, simplemente hacen mención a la

34
presencia de agua como húmedo, ligeramente húmedo, seco, etc., pero no se profundiza en
aspectos como la filtración y el flujo de agua a través de la matriz rocosa a favor de los poros y
fisuras, dependiendo de la permeabilidad de la interconexión entre ellos y de otros factores como
el grado de meteorización, la anisotropía o el estado de esfuerzos a que está sometido el material.
Su determinación es compleja por la gran variabilidad que presenta, incluso en zonas próximas
dentro del mismo macizo rocoso. La presencia de varias familias de juntas, de discontinuidades
singulares como fallas, zonas meteorizadas, alteradas, tectonizadas, etc., suponen zonas de
anisotropía en la permeabilidad del macizo; por lo tanto para que el parámetro de presencia de
agua en las clasificaciones geomecánicas tenga un peso y valor real, es recomendable realizar
pruebas de permeabilidad en campo y mediciones de los niveles freáticos y con base en ello,
realizar una evaluación del comportamiento del macizo rocoso en esas condiciones.
Así mismo, las clasificaciones geomecánicas dentro de la determinación del estado de las
discontinuidades, toman en cuenta la presencia de relleno, pero básicamente la de Bieniawski no
diferencia si el relleno es de arcilla y menos desglosa la clasificación de las arcillas, las cuales
dependiendo del tipo el comportamiento es diferente, no se especifica si el relleno es producto de
detritus de la misma roca, si es arena, limo, etc. Por lo anterior y considerando que la presencia
de rellenos, sobre todo de tipo arcilloso, condicionan y controlan el comportamiento mecánico de
las discontinuidades, para que tengan mayor precisión las clasificaciones geomecánicas, se
recomienda que se obtengan muestras de los rellenos y se determinen sus propiedades en
laboratorio y si el proyecto y los recursos lo permiten, efectuar pruebas de campo para determinar
la resistencia al esfuerzo cortante de las discontinuidades.

Por otro lado, la rugosidad tiene como principal finalidad la evaluación de la resistencia al
corte de los planos, que para discontinuidades sin cohesión puede ser estimada a partir de datos
de campo y de expresiones empíricas y como es sabido, ésta aumenta la resistencia al corte, que
decrece con el aumento de la abertura y, por lo general, con el espesor de relleno. La rugosidad
puede ser medida en campo con diversos métodos, dependiendo de la exactitud requerida, de la
escala de medida o de la accesibilidad al afloramiento, incluyendo desde estimaciones
cualitativas hasta medidas cuantitativas, y en la medida en que estas rugosidades sean
determinadas, en esa medida los resultados de las clasificaciones geomecánicas serán reales o
irreales.

Ninguna de las dos clasificaciones geomecánicas toman en cuanta la anisotropía o el


estado de esfuerzos en el macizo rocoso, y como es bien sabido los esfuerzos en el interior de un
macizo rocoso están producidos por las fuerzas exteriores aplicadas y por el peso propio del
material. El carácter heterogéneo, discontinuo y anisótropo de los macizos rocosos hace además,
que el estado de esfuerzos pueda variar de forma importante entre zonas próximas. Los esfuerzos
tectónicos son la causa principal de los esfuerzos almacenados en las rocas y pueden liberarse en
muy distintas formas, desde terremotos y desplazamientos en las fallas hasta explosiones de roca,
fracturas y deformaciones en las excavaciones subterráneas. La construcción de obras de
ingeniería influye sobre el estado de esfuerzos in situ creando nuevas fuerzas o modificando la
distribución de las existentes, mismas que deberán determinarse y prever las consecuencias al
comportamiento de la obra subterránea; para lo cual es necesario que en la etapa de proyecto, se
realicen pruebas de campo y se determine el estado de esfuerzos del macizo rocoso.

Finalmente, cabe recordar que las clasificaciones geomecánicas, a pesar de no considerar


algunos aspectos muy importantes que rigen el comportamiento mecánico del macizo rocoso, son

35
una muy buena herramienta que sirve para darse una idea de la calidad de la roca y de los costos
de la obra en una etapa de anteproyecto y que en la medida en que se haga el mayor número de
estudios y más profundos, las clasificaciones se aproximarán más a la realidad y serán de mayor
utilidad.

8.5 Otros Parámetros del Macizo Rocoso Derivados de las Clasificaciones


Geomecánicas

8.5.1 Recomendaciones Constructivas Derivadas de las Clasificaciones Geomecánicas


Pos-construcción

Aplicando las recomendaciones de soporte a las cavernas de casa de máquinas y galería


de oscilación respectivamente, se tiene lo siguiente:

 El tiempo de estabilidad sin soporte podría variar entre 2 a 90 días.

 De acuerdo con Barton la excavación (para ambas obras), cae en la categoría


23, la cual recomienda anclaje activo, sistemático con espaciamiento de 1 – 1.5 m y concreto
lanzado de 10 - 15 cm de espesor, con malla electrosoldada y no se recomiendan marcos
metálicos.

El tiempo de estabilización determinado en la etapa de proyecto, es de 4 y 21 días para


casa de máquinas y galería de oscilación respectivamente. En cuanto al soporte recomendado, se
menciona únicamente de la existencia de cuñas en el paramento de aguas abajo de la casa de
máquinas, pero no se recomienda ningún tratamiento derivado de las clasificaciones
geomecánicas.

Con objeto de discutir la utilidad de las recomendaciones constructivas de las


clasificaciones geomecánicas, a continuación se hace una comparación entre el tratamiento
empleado durante la construcción y el definido con el uso de las clasificaciones geomecánicas.

Cabe recordar que los tratamientos iniciales consistieron en anclas radiales de fricción de
1”  y 9 m de longitud @ 1.4 en tres bolillo; una vez diseñados los tratamientos tanto en la
bóveda como en las paredes de casa de máquinas y galería de oscilación, éstos sufrieron cambios
de consideración, los cuales estuvieron apoyados en las excavaciones de la bóveda de casa de
máquinas, y se especificó que los bloques de roca definidos por el levantamiento geológico
durante la excavación y con base en su revisión de estabilidad que requirieran mayor soporte o
longitudes de anclaje distinta, se utilizarían anclas de 1 ½” en longitudes de 9 y 12 m;
finalmente el revestimiento definitivo de la bóveda de ambas cavernas consistió en concreto

36
lanzado de 15 cm de espesor , reforzado con doble malla de acero de 15 x 15 x
¼”  y sujeta a las anclas de 1” y 1 ½” .

En el pilar central entre ambas cavernas se colocaron anclas de 1 1/2”  6 m longitud;


colocadas @ 3 m alternadas, inyectadas con mortero de cemento de las mismas característica que
para la bóveda. En el pilar se procuró que el anclaje colocado desde ambas cavernas se traslapara.

Por otro lado, con las clasificaciones efectuadas con información de construcción, el
tiempo de estabilización resultó de dos hasta 90 días y el sistema de soporte recomendado resultó
como anclaje activo sistemático, con espaciamiento de 1 - 1.5 m y concreto lanzado de 10 a 15
cm de espesor y malla electrosoldada.

De acuerdo con los tratamientos ejecutados en la obra y los determinados con base en las
recomendaciones constructivas derivadas de las clasificaciones geomecánicas, se puede concluir
que éstos últimos, corresponden perfectamente con lo ejecutado en la obra y se considera que los
resultados son bastante confiables y aproximados. Por último, podemos decir que el uso de las
clasificaciones geomecánicas y de las recomendaciones constructivas, son muy útiles y dan una
buena idea, primero de la calidad del macizo rocoso, y segundo como pudimos observar en la
comparación anterior, los tratamientos definidos a partir de las clasificaciones son bastante
confiables, claro siempre y cuando los datos empleados para la caracterización geotécnica del
macizo rocoso, hayan sido determinados a conciencia, pero sobre todo que la cantidad y la
calidad de los estudios de campo y laboratorio sean acorde al tipo e importancia de la obra.

8.5.2 Parámetros de Resistencia y Deformabilidad para Diseño del Proyecto

En el presente apartado, se mencionarán los parámetros de resistencia (c y  y


deformabilidad (E y  determinados en la etapa de proyecto y posteriormente durante
construcción.

Para conocer las propiedades del macizo rocoso, se realizaron pruebas de campo en el
socavón 8C. Se realizaron seis pruebas de placa flexible, de las cuales cuatro fueron horizontales
y dos verticales, con la finalidad de determinar la deformabilidad del macizo rocoso. También se
efectuaron cuatro pruebas de roseta junto con diez de gato plano, con objeto de estimar la
magnitud de los esfuerzos internos actuantes en la zona de casa de máquinas. De los resultados
obtenidos (ver tablas 8.1 y 8.2), se definieron los valores recomendados para fines de diseño.

Módulo de Intervalo de
Dirección 2 2
Deformabilidad (t/ cm ) Esfuerzos (kg/ cm )
180 0 a 30
E-W 150 30 a 50
250 0 a 30
N-S 230 30 a 50
Vertical 150 0 a 50

Tabla 8.1. Módulo de deformabilidad del macizo rocoso.


(Herrera et.al, 1992, memoria del congreso internacional de túneles)

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Dirección Estado de esfuerzos

Vertical Esfuerzos debidos al peso propio


N-S Apróximadamente 1/ 3 del esfuerzo vertical
1/ 3 del esfuerzo vertical + esfuerzo tectónico no
E-W
mayor de 40 kg/ cm2
Tabla 8.2. Esfuerzos internos en el macizo rocoso.
(Herrera et.al, 1992, memoria del congreso internacional de túneles)

Debido a la anisotropía que presentó el macizo rocoso, se recomendaron diferentes


valores para tres direcciones ortogonales. Por otro lado, debido a la dispersión de resultados de
las pruebas de gato plano no se pudo definir con precisión la magnitud de los esfuerzos tectónicos
en la dirección este-oeste.
Para conocer las características dinámicas del macizo, se realizaron ensayes geofísicos
dentro del socavón 8C, utilizando el método microsísmico. Las constantes elásticas-dinámicas
obtenidas se muestran en la tabla 8.3.

Velocidad de onda P 4,300 m/ s


Velocidad de onda S 2,200 m/ s
Relación de Poisson 0.32
Módulo de Deformación 350 t/ cm2
Tabla 8.3. Características dinámicas del macizo rocoso
(Herrera et.al, 1992, memoria del congreso internacional de túneles)

En los análisis de estabilidad de la excavación, efectuados en la etapa de proyecto para las


diferentes cuñas de casa de máquinas y de galería de oscilación, se utilizó el rango de
para el ángulo de fricción interna y para la cohesión se adoptó un valor de
.

8.5.3 Estimación de Parámetros de Resistencia y Deformabilidad con Información de


Construcción

La obtención de los parámetros mecánicos, es complicada y requiere de estudios muy


minuciosos de campo y laboratorio. A través de una buena campaña de exploración y de
laboratorio, como la efectuada en el proyecto hidroeléctrico Aguamilpa es posible aproximarse
adecuadamente a valores representativos de la roca intacta. Sin embargo, al extrapolar estos
valores al dominio del macizo rocoso, se encuentran serias dificultades ya que a medida que el
dominio es más grande, el comportamiento del macizo difiere cada vez más de aquel que
presentó el material en el laboratorio, debido a la presencia de las discontinuidades. Para el caso
de Aguamilpa, se cuenta con ensayos insi-tu, los cuales fueron determinantes para obtener los
parámetros mecánicos del macizo rocoso.

38
La deformabilidad de un macizo rocoso está dada por la relación entre los esfuerzos
aplicados y las deformaciones producidas, y queda definida por su módulo de deformación, que
relaciona el esfuerzo con la deformación correspondiente. La deformabilidad al igual que las
demás propiedades de los macizos, presenta un carácter anisótropo y discontinuo, por lo que su
determinación resulta, compleja. Depende de la deformabilidad tanto de la matriz rocosa como de
las discontinuidades, y ésta siempre es mayor que la primera.

La dificultad de realizar ensayos de compresión a escala real en macizos rocosos y de


ensayar volúmenes representativos en laboratorio, son dos de los inconvenientes para estimar de
forma directa la deformabilidad. Los métodos para su evaluación pueden ser directos e indirectos,
los primeros son los más adecuados y dada la importancia y trascendencia del proyecto
Aguamilpa fueron efectuados ensayos in situ, de placa y gato plano, sin embargo, con el
propósito de corroborar y comparar los resultados s determinados con las pruebas de campo, a
continuación se presentan los resultados obtenidos aplicando algunas correlaciones empíricas
derivadas de las clasificaciones geomecánicas.

Em Serafim
Em Bieniawski, Em Hoek, Em, Em
UNIDAD & Pereira,
(1978) (1995) Tabla (Proyecto)
(1983)
Aguamilpa 4 9 - 11 39 - 44 9 18-25
Unidades en GPa
Tabla 8.4. Resultados de diferentes módulos de deformabilidad del macizo rocoso.

Con base en la tabla anterior, podemos ver que los parámetros determinados con los
ensayes de campo, se encuentran comprendidos dentro del rango obtenido con las clasificaciones
geomecánicas de construcción.

9. Conclusiones

La clasificación de los macizos rocosos con fines geotécnicos, tiene como finalidad
obtener parámetros geomecánicos para su empleo en el diseño y proyecto de obras subterráneas.
Los macizos rocosos como medios discontinuos, presentan un comportamiento geomecánico
complejo que, de una forma “simplificada”, puede ser estudiado y caracterizado en función de
algunos parámetros y características.

Con este objetivo surgieron las clasificaciones geomecánicas, que aportan mediante la
observación directa de las características de los macizos rocosos y la realización de ensayes de
laboratorio (resistencia a compresión simple), índices de calidad relacionados con los parámetros
geomecánicos del macizo.

Las clasificaciones geomecánicas más utilizadas en la actualidad son el RMR desarrollada


por Bieniawski en 1973, con actualizaciones en 1979 y 1989 y la Q desarrollada por Barton, Lien
y Lunde en 1974; ambas constituyen un procedimiento para la caracterización de los macizos

39
rocosos a partir de los levantamientos geológicos y de la toma de datos en los afloramientos y los
sondeos. También pueden estimarse los parámetros de resistencia y deformabilidad.

Las clases de macizos rocosos que se obtienen con las clasificaciones geomecánicas, se
refieren a las condiciones previas a la excavación, en la cual se debe destacar la presencia de
estructuras o zonas geológicas importantes, como fallas, pliegues u otras estructuras téctónicas,
discordancias, zonas importantes de alteración o de afluencia de agua, etc., y omitir o minimizar
alguna de estas características podrían conducir a una caracterización del macizo rocoso errónea.

La principal ventaja de las clasificaciones geomecánicas es que proporcionan una


estimación inicial de los parámetros mecánicos del macizo rocoso a bajo costo y de una forma
rápida y sencilla. No obstante, debe ser considerada la excesiva simplificación que suponen a la
hora de trabajar con macizos rocosos blandos, tectonizados y alterados, para los que, por lo
general, sobrevaloran las propiedades mecánicas y resistentes, sin tener en cuenta aspectos
importantes como la deformabilidad y la presencia de agua en los macizos. Estas limitaciones
deben ser consideradas al aplicar las clasificaciones, debiendo interpretar los resultados con
amplio criterio y siempre con base en el conocimiento de las propiedades y del comportamiento
geomecánico de los diferentes tipos de macizos rocosos.

Por último, es importante mencionar que el uso generalizado de las clasificaciones


geomecánicas desde la década de los setenta, es una prueba evidente de su utilidad, aportando un
nuevo concepto al análisis y a la caracterización de los macizos rocosos. Sin embargo, se han
encontrado numerosos casos de excavaciones subterráneas, con diferencias apreciables entre los
tratamientos recomendados por las clasificaciones y los aplicados en obra, tal es el caso del
Proyecto Hidroeléctrico Aguamilpa; por lo que, la aplicación de las clasificaciones geomecánicas
no debe constituir una rutina, sino que se requiere contar con un buen juicio geotécnico y un
criterio en ingeniería geológica para su utilización.

Por lo anterior, debemos considerar que el único recurso con el que se cuenta en la etapa
de estudios previos a la obra, es la posibilidad de establecer hipótesis y con ellas realizar análisis
de sensibilidad y recomendar que durante la construcción de la obra subterránea se lleve un
seguimiento geotécnico muy riguroso, que incluya, tanto una continua cartografía y análisis de
las condiciones de la roca, como una campaña de instrumentación adecuada y que los modelos
geomecánicos de proyecto o anteproyecto, se actualicen hasta adaptarlos a la realidad que se está
presentando.

Finalmente y considerando lo anteriormente expuesto, es fundamental comprender que en


un proyecto, más que presentar números exactos sobre cuánto va a deformar la excavación
subterránea o qué extensión exacta tendrá la zona perturbada, se deben establecer órdenes de
magnitud, se deben establecer hipótesis sobre cuales serán las particularidades del
comportamiento del macizo según su naturaleza y sobre todo, se debe ser conciente de todas las
incertidumbres que existen, exponerlas y analizar la influencia que pueden tener las variables con
las que éstas están relacionadas. El estudio geotécnico de una excavación subterránea nunca se
podrá considerar completo hasta que, una vez dentro del macizo, se redefinan las condiciones
geotécnicas y se estudie el comportamiento de la excavación a través de una rigurosa campaña de
instrumentación, para más tarde replantear y retroalimentar los modelos de cálculo.

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