TEMA

AMD

El descanso infantil: necesidades

y ritmos de sueño. Trastornos del
sueño en un niño de 0-3 años y
cuidados que requiere

1. EL DESCANSO INFANTIL: NECI Y RITMOS

DE SUEÑO

El reposo - sueño, a la vez que es una necesidad vital, es considerado también

' i iii io una de las actividades vitales del ser humano aunque en un principio nos parez
i .1 extraño decir que el sueño es una actividad. Por tanto, podemos definir el sueño
cuino aquel momento del funcionamiento humano en el cual el nivel de actividad es
mínimo y en el que el individuo no se percata de los estímulos procedentes del medio
nxliíino que le rodea. Esta actividad debe llevarse a cabo diariamente y su duración,
i MI. i conseguir tanto un adecuado bienestar personal como un adecuado equilibrio
l y mental, dependei.'i de la edad de la persono.
EL DESCANSO INFANTIL: NECESIDADES Y RITMOS DE SUEÑO
En cuanto al reposo, hay que decir que siempre tras la realización de una actividad
tiene que venir un periodo de recuperación al cual denominamos reposo. En el niño
este reposo infantil lo podemos conseguir a través del sueño, de la inactividad o través
de la actividad pero siempre y cuando ésta sea relajante.
A medida que el niño va creciendo, las horas de sueño que emplea para conseguir
lo anteriormente mencionado, van siendo cada vez menores, con lo que la necesidad
de sueño depende de la edad, de manera que a mayor edad menor necesidad de
sueño. Así por ejemplo, de recién nacidos duermen de 16 a 18 horas diarias, al medio
año 14 horas, entre los 2 y 5 años 12 horas más la siesta, entre los 8 y 12 años 10
horas y ya de adolescente necesitan alrededor de 9 horas de sueño.
2. TRASTORNOS DEL SUEÑO EN UN NIÑO DE 0-3
AÑOS Y CUIDADOS QUE REQUIERE
Durante la infancia las alteraciones relacionadas con esta necesidad son comunes
y generalmente tienen un carácter temporal aunque también pueden llegar a conver-
tirse en crónicas. Además el factor desencadenante de las mismas varía según la edad
del niño. Durante la lactancia pueden estar ocasionadas por la existencia de ruidos ex-
ternos y a medida que crecen pueden deberse al miedo que sienten hacia fenómenos
atmosféricos -como tormentas, relámpagos-, a que entren a robar en su casa, a la
muerte, etc. Estos trastornos también pueden estar provocados por una sensación do
angustia que le es imposible controlar y que se ve aumentada en aquellos casos en los
que se ha producido la separación de los padres. Toda esta serie de factores pueden
llevar al niño a presentar los siguientes trastornos:
- Insomnio. Se dice que una persona padece de insomnio cuando ésta no sólo
es incapaz de dormir el número suficiente de horas sino que además es inca-
paz de tener un sueño de calidad.
- Parasomnias. Con este término se trata de englobar a todas aquellas alto
raciones que obstaculizan o entorpecen el sueño del niño. Dentro de ellas
destacamos:
* Los terrores nocturnos. Su aparición puede guardar relación con algún
desencadenante traumático o con la presencia de algún conflicto y suelon
predominar entre los 4-7 años aunque hay autores que señalan que entro
los 3 y los 6 años. Estos terrores hacen que el niño se despierte muy asu«¡
tado, desorientado, que presente taquicardia, taquipnea, respiración difl
cultosa, intensa sudoración que ceden tras unos minutos. Por la mañana
el niño no suele recordar nada de lo ocurrido (este hecho lo diferencia do
las pesadillas). Estos trastornos pueden aparecer con una mayor o menor
frecuencia o aparecer de forma esporádica.
EL DESCANSO INFANTIL: NECESIDADES Y RITMOS DE SUEÑO
* Sonambulismo. Se trata de un trastorno de tipo esporádico que suele
aparecer en el intervalo de tiempo comprendido entre los cinco y los doce
años y al igual que ocurría en los terrores nocturnos el niño es incapaz de
recordarlo por la mañana.
* Somniloquia. Se dice que un niño padece de somniloquia cuando habla,
llora o ríe en sueños.
* Enuresis nocturna. Se dice que un niño padece este fenómeno cuando,
presentando ya un adecuado control de esfínteres, presenta una emisión
involuntaria de orina mientras está dormido. La edad a partir de la cual se
comienza a hablar de enuresis es a partir de los cuatro años.
La enuresis se define como la falta de control en la emisión urinaria
tanto nocturna como diurna y que prevalece aún a partir de los tres años
de edad. Si este trastorno continuase a partir de los cinco años de edad
y después de haber sido educado suficientemente el niño para el control
de la orina y de no padecer ningún trastorno orgánico la denominaríamos
entonces enuresis funcional. Por tanto, en la enuresis funcional el niño no
controla voluntariamente la orina.
Para superar todos estos trastornos relacionados con el sueño es fundamental
el papel que han de adoptar los padres, el cual debe ser de apoyo, aliento, y
no de castigo. Entre las posibles medidas a poner en marcha podríamos citar:
* Establecer un horario para irse a la cama.
* Programar el hecho de ir al baño para el momento antes de acostarse.
* Procurar que los instantes antes de acostarse sea un momento de descan-
so y relax y evitar que vean programas televisivos violentos.
* Dejar una luz encendida mientras el niño se duerme.
* Evitar que se vaya a dormir a la habitación de los padres.
* La habitación del niño poseerá un grado de humedad del 40 al 60%.
En fin, que podemos facilitar el sueño infantil procurando un ambiente tranquilo y
los actos rutinarios del niño.
Hemos dejado para el final la alteración más importante y que es el llamado "Sín-
drome de muerte súbita del lactante" o "Muerte en la cuna". Estos términos se
emplean para hacer referencia a aquellas situaciones en las que se produce la muerte
repentina de un lactante sin llegar a ser ésta esperada en relación con los anteceden-
lüs del lactante y que tras la práctica de una necropsia no se puede achacar dicha
muerte a una causa en concreto. Es considerado como un proceso multifactorial y en
EL DESCANSO INFANTIL: NECESIDADES Y RITMOS DE SUEÑO MAD
el que aunque la causa es todavía desconocida se piensa que guarda relación con una
situación de hipoxia crónica y de apnea periódica prolongada. Como datos significati-
vos del mismo tenemos que:
- Constituye la primera causa de mortalidad entre los niños de edades compren-
didas entre la primera semana de vida y el primer año.
- La época del año en la cual su incidencia es mayor es en invierno y el momen-
to del día más frecuente es la noche.
- Su máxima incidencia la encontramos en los niños de edades comprendidas
entre los dos y los cuatro meses.
Es más frecuente en el varón.
El número de posibilidades de padecerlo un hermano es diez veces mayor que
el del resto de niños.
Cuadro 1
HITOS EVOLUTIVOS EN EL ÁREA DEL SUEÑO: EL DESPERTAR
EDAD DESPERTARSE
Menos de Puede ser difícil despertarse tranquilo porque tenga necesidades que le hacen
1 año responder llorando.
1-2 años Puede costarle estar solo cuando despierta.
Es importante que se le enseñe a estar despierto sin tener la compañía del adulto.
Puede abandonar la cama e ir en busca de compañía.
Puede costarle dormirse de nuevo si se despierta en plena noche. Deben cvl
tarse respuestas que generen dependencia.
2-3 años Puede estar despierto y buscar formas de jugar.
Pide ayuda para evitar estar solo en periodos de tiempo muy prolongados.
Puede pedir la presencia del adulto con argumentos: ayuda para resolver ñeco-
sidades, etc.
Está malhumorado por la falta de sueño y le cuesta entrar en funcionamiento,
Aumenta el periodo durante el cual está despierto sin compañía.
3-4 años
Periódicamente requiere compañía para distraerse.
Puede tomar algún alimento simple, al despertar, esperando la presencia da
los adultos.
Es sensible a la falta de sueño. Sus respuestas y hábitos son más lentos lumia
que comienza la rutina.
Si se despierta con pesadillas requiere la presencia de los adultos y le cuoitl
aceptar que vuelvan a dojnrlo solo. Es preciso ayudarlo.
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EL DESCANSO INFANTIL: NECESIDADES Y RITMOS DE SUEÑO
4-5 años - Organiza pequeñas actividades, al despertar, para esperar la presencia de lo
adultos.
- Empieza a resolverse necesidades de forma más compleja esperando el des-
pertar de los demás.
- Reclama la atención de los adultos después de periodos de tiempo prudencia-
les en los que va organizando su actividad.
- Nota la falta de sueño, si bien empieza a autocontrolarse, y es menos eficaz en
sus desempeños.
Si se despierta por la noche, aún requiere la presencia de los adultos, pero
comienza a aceptar que no estén a su lado.
5-6- años - Sabe organizar actividades de forma bastante autónoma.
- Periódicamente precisa la presencia del adulto para comunicarse. En este caso
los despierta, pero acepta que permanezcan en su cama.
Requiere al despertar de los demás si cree que es preciso para hacer alguna
actividad programada.
Si le falta sueño es más lento en la resolución de sus necesidades, pero sabe
controlar su humor.
Si se despierta con pesadillas sabe resolver mejor la situación: encender la luz,
ir al WC, beber agua.
Cuadro 2
Menos No necesita luz o ayuda para dormirse.
de 1 año Debe dormir en una habitación diferente de la de los padres.
1-2 años - Si le cuesta conciliar el sueño, puede estar inquieto y lloroso.
- Debe favorecerse el aprendizaje de dormir sin precisar la presencia de los adultos.
- Deben evitarse los ritmos que puedan generar dependencia (presencia del
adulto, luz, etc.).
- Debe tener la atención adecuada (juegos, cuentos, etc.) antes de ir a dormir
pero evitar prolongar este momento como un reclamo de atención.
Puede tener objetos que le ayuden a dormir: chupete, muñeco, etc.
Debe evitarse la luz.
Duerme 12-15 horas diarias.
2-3 años - Puede dormir en una cama normal.
- Continúa reclamando la atención del adulto.
- En caso que le cueste conciliar el sueño, se deben valorar las necesidades
individuales y evitar las siestas prolongadas.
- Deben retirarse paulatinamente los objetos inadecuados para la edad: chupe-
tes, etc.
- Mantener ritual de sueño: cuento antes de ir a dormir.
- Duerme 12-14 horas diarias.
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3-4 años - Va dejando de hacer la siesta, de acuerdo con sus necesidades.

-
-
Es importante que tenga unas horas de sueño nocturnas adecuadas.
Duerme unas 12 horas diarias.
TEMA
- Tiene cierto temor a sufrir pesadillas si se ha despertado alguna noche.
- Muestra extrañeza si duerme en sitios poco habituales, por lo que requiere
cierta atención.
4-5 años - Duerme unas 12 horas.
- Sabe que ha de ir a dormir aunque los demás no lo hagan.
- Tiene maneras de ayudarse a conciliar el sueño.
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- Puede pedir oír los movimientos de los que no duermen.
- Acepta ir a dormir fuera de su casa, pero precisa que le den a conocer los
puntos de referencia del nuevo lugar.
- Puede aún costarle aceptar que sus padres salgan por la noche.

5-6 años - La falta de sueño puede llevarlo a inhibirse en las actividades. Puede pedir ir a
dormir aunque la actividad sea interesante porque es consciente de que preci-
sa descansar.
Hábitos de autonomía personal
- Duerme 10-12 horas.
-
-
Sabe prepararse para ir a dormir: desnudarse, organizar la cama, ...
Puede ir a dormir y que después vayan a darle buenas noches.
relacionados con actividades de la
- No tiene problemas para ir a dormir sin los padres por una o dos noches.
- Comprende que los padres salgan por la noche y se va a dormir tranquilo.
vida cotidiana, la alimentación,
el sueño, la higiene y el vestido.
Programa de entrenamiento y
evaluación de hábitos

i. LA ORGANIZACIÓN DE LA VIDA COTIDIANA EN

ESCUELA INFANTIL

Ya que el niño se desarrolla en un proceso continuo de interacción con el medio,

UN necesario que la escuela infantil organice éste de forma que le ayude a evolucionar
y i.'K.'cer. Por tanto os necesario planificar con intencionalidad, y lejos de la :
improvi',,1