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UNIVERSIDAD FERMÍN TORO

VICERRECTORADO ACADÉMICO

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS

ESCUELA DE DERECHO

Trabajo
Tema: Paradigmas De La Investigación En Las Ciencias Sociales

Autor: Br. Elias Chakra

Cédula de Identidad: V-26.846.868

Febrero 2019
Paradigma

A raíz del debate epistemológico, la palabra paradigma, en cuanto


expresión lingüística asociada al campo de la investigación, ha conquistado ciertos
espacios connotativos que la sitúan en un lugar privilegiado y que le otorgan un
cierto carácter de concepto unívoco, casi obligante, hasta el punto de que mucha
gente cree que al hablar de paradigma se habla de investigación o de filosofía de
la investigación. En realidad no es así. Paradigma es, en sí misma, una palabra
tan banal e intrascendente como cualquier otra.

Su fama se debe a la circunstancia particular en que fue


usada por el sociólogo Thomas Kuhn, quien se interesó en
los radicales cambios de aceptación pública que ocurrían en
el terreno de las ciencias naturales y quien intentó explicar
tales cambios desde una perspectiva histórica y socio cultural
(Kuhn, 1975).

Thomas Kuhn utilizó la palabra paradigma para referirse a cada una de


estas conquistas de conocimiento científico que se iban imponiendo con el tiempo
y que, como si fueran "modas" u ondas artísticas (casi como los ciclos de los
cantantes), comenzaban por desplazar a la tendencia vigente, seguían hasta
imponerse como tendencia dominante y terminaban siendo desplazadas por otro
nuevo paradigma naciente y así, sucesivamente, siempre dentro de un mismo
esquema estructural que él proponía como explicación a las revoluciones
científicas. Su influencia fue tan grande que la palabra paradigma se popularizó y
se convirtió en una verdadera referencia conceptual.

Sin embargo, ni el mismo Kuhn, para el momento de su famosa publicación,


tenía un concepto bien claro y definido de esa palabra (Kuhn, 1978). El resto lo
hizo toda aquella secuela de reseñadores, lectores y filósofos que dieron a la obra
de Kuhn una notable resonancia internacional. No obstante, la palabra en cuestión
ya había sido usada por Platón y Aristóteles en el sentido de "modelo" y "ejemplo"
(Abbagnano, 1986:888), que no tenían nada que ver con las revoluciones
científicas, e, incluso, era de uso común en la lingüística de mediados del siglo XX
para aludir a ciertas estructuras "semiológicas" (Saussure, 1969) en un sentido
muy diferente al de Kuhn. Así, pues, en sí misma, esta expresión no tiene por qué
estar vinculada unívocamente a un concepto epistemológico importante ni tiene
por qué ser de uso sacralizado u obligatorio cuando se hace referencia a las
variaciones en la ciencia o a las opciones de investigación científica. En realidad,
no pasa de ser un término estrechamente conectado a la interpretación socio
histórico de Kuhn, término que se llena de riesgos cuando se le intenta extender a
las cuestiones filosóficas subyacentes.

De hecho, un célebre filósofo contemporáneo de Kuhn,


sensible a las importantes observaciones de éste, prefirió
reinterpretarlas bajo el concepto de "programas de
investigación" (Lakatos, 1983).

Mientras con el término paradigma las revoluciones científicas parecen


concebirse como enfrentamientos súbitos e inesperados entre particulares cons-
trucciones de conocimiento y entre determinadas tendencias epistemológico
metodológicas, el término "programa de investigación" parece incluir la idea de
"paternidad" o "generación" (más que de "choque") entre dos hitos de conocimien-
to, casi como si cada uno de ellos contuviera en sí mismo la semilla de un sucesor
"revolucionario" que lo habrá de desplazar en su momento oportuno; en ese
sentido, cada vez que un movimiento científico empieza a crecer y a desplazar al
anterior, está al mismo tiempo gestando en sí mismo a otro movimiento que, tarde
o temprano, terminará a su vez planteando una subsiguiente revolución. Visto así,
la diferencia estaría en que, mientras la palabra "paradigma" concibe las
revoluciones científicas como estructura de SUCESOS, la palabra "programa' las
concibe como estructura de PROCESOS (más adelante se entenderá esta
diferencia).

En todo caso, lo importante de esta acotación está en que "paradig ma" no


es un concepto tan neutro o tan general que pueda ser usado ingenua e
inocentemente para hacer referencia, sin más, a cualquier opción de investigación,
a cualquier tendencia o a cualquier movimiento científico. Por tal razón, al aludir a
estas cosas, preferimos usar corrientemente las palabras enfoque o modelo
(científico o de investigación), dejando el término paradigma, siempre con sus
comillas, como especie de cita textual que haga alusión a la célebre polémica en
las ciencias sociales.

En conclusión, paradigma se usa comúnmente hoy en día para designar una


postura, una opción o un modo sistemático de investigar, opción que se expresa
en típicas vías técnico instrumentales y que responde a un fondo filosófico o
manera de ver el mundo, el conocimiento humano y sus procesos de producción.
Si se entiende así, si se consideran los riesgos de inexactitud al generalizar esa
palabra más allá del concepto original y si, además, queremos un currículo libre de
tomas polémicas de posición, entonces convendría más, probablemente, hablar de
enfoques o modelos de investigación (teóricos, epistemológicos o metodológicos).

Evolución histórica del Paradigma

En relación a la evolución histórica de los paradigmas, se considera la


etapa prehistórica como el primer estadio del conocimiento de la humanidad y se
denomina Estadio Teológico. Aunque el conocimiento propiamente científico, no
se reconoce sino a partir de la modernidad, podemos decir que este primer estadio
es una aproximación que vislumbra la necesidad del hombre de explicar su mundo
y la relación con el mismo. Durante siglos, la explicación estaba dada en
fenómenos creados por un poder invisible y la existencia de un ser todopoderoso.
Toda aproximación al conocimiento era teológica y mitológica.

En la medida que la civilización avanza, el pensamiento teológico da un


salto histórico con la sociedad griega quien propone una nueva explicación del
mundo, basada ya no en lo sobre natural del poder de la naturaleza, sino en el
pensamiento mismo; es decir en la fuerza de las ideas, la existencia del hombre y
su condición dentro del estrato social.

En este orden de ideas, Platón, Aristóteles y Sócrates aportan una nueva


visión de la existencia del mundo y aunque sus ideas fueron cuestionadas y
perseguidas por los más conservadores de la sociedad del momento, no tardaron
en ser reconocidas e identificadas como la Visón Filosófica del mundo. Para la
civilización griega, la capacidad de pensar y conocer era una condición exclusiva
de una élite y este privilegio era dado por una divinidad superior, pero no era esta
divinidad la responsable del mundo, sino de quien lo pensaba y lo conocía. Por
tanto, el ejercicio de la mayéutica, de reminiscencia o metafísica daba la
explicación y definición de cada cosa existente en el mundo.

La civilización romana no escapa de dar su aporte en la explicación del


mundo y de cómo se conoce el mismo. La necesidad de mantener el imperio y
ejercer control sobre las masas, impulsa una tendencia de aristócratas que se
dediquen a ejercer la oratoria y la retórica como estrategia de sugestión del
ejército. Se desplaza la tendencia filosófica de explicación del mundo por
considerarse meramente instructiva y poco útil para la expansión del poder.

De esta manera, se crea el brazo burocrático (formación de gran cantidad


de funcionarios) del imperio, dedicado a la discusión de los asuntos éticos y
morales que pudieran incidir en la conciencia del pueblo y mantenerlos sumisos
ante el vasto y creciente imperio opresor y esclavista que Augusto estaba
manejando.

Con el auge del cristianismo y la caída del Imperio Romano, la Iglesia se


apodera del control sobre el conocimiento y la forma de pensar. Se juzga, persigue
y mata a quien se atreva a desafiar la explicación del mundo cristiana. El conocer
y la existencia del hombre se hace tarea exclusiva del clero quien reduce toda
explicación a la existencia de Dios y la voluntad del mismo para que el orden
social sea tal como es. Buscar una explicación más allá de la que la Biblia ofrecía,
era tarea de erejes que el mismo escrito profetizaba, pues el control de la voluntad
de los pensadores era casi absoluto por parte de la Iglesia. Es sólo hasta el siglo
XVIII cuando realmente se alza una generación de críticos y rebeldes que se
atreven a impulsar las ideas que desde el siglo XVI ya se venían desarrollando
con pensadores como Rosseau, Montesqueiu, Voltaire, Locke, Kant, entre otros.

Por otro lado, con las ideas de Newton y Descartes, el mundo empieza a
explicarse a partir de una relación espacio-tiempo-masa y la física y las
matemáticas pasan a ser las ciencias de la explicación de todo lo existente. El
pensamiento del hombre pasa de un plano filosófico a un plano de racionalidad
instrumental expresada en el pensamiento cartesiano; es decir, que el mundo se
conocía exclusivamente a través del método científico: hipótesis, variables,
observación, conclusiones.

A modo de conclusión, así como la materia está organizada en estructuras,


el orden social también debe ser organizado y cada estructura debe tener una
función que garantice el funcionamiento perfecto, tal como la materia funciona en
las explicaciones de la física. Todo aquel que no entendiera su lugar dentro del
orden social establecido por las élites del pensamiento, pues se consideraba
disfuncional y debía ser corregido. Casi 3 siglos estuvieron marcados por esta
forma de concebir el mundo y de conocer al hombre en su entorno.

Necesidad De Un Nuevo Paradigma En La Rama Jurídica

En cualquier medio social, los seres humanos están conectados unos con otros
por una compleja red de relaciones que por sus características especiales se
denomina sistema jurídico. Se trata de una estructura en la que uno de sus
principales rasgos es la complejidad. Para analizarla se puede ver desde
diferentes ángulos, enfocando una o varias de sus múltiples conformaciones,
siendo cada una apropiada a un momento o estadio de la dinámica social. Así,
para profundizar en el tema, son diversas las perspectivas que se presentan,
como por ejemplo, la ordenación de sus componentes formales, de su estructura
operativa o bien de su estructura esencial. Además, se le puede observar también
desde la perspectiva de sus fundamentos y fines, de sus valores, controles,
escenarios, de sus diferentes momentos de realización - génesis, actualidad y
consecuencias -; o bien de la perspectiva de los sujetos - sus roles, jerarquías e
interacciones -, de los objetos - sus interconexiones, particularidades o
semejanzas -, etc1. En realidad, es necesario poner de manifiesto el origen o
fuente de la cual efectivamente emerge el fenómeno jurídico, así como se
desarrolla y se ramifica en toda su complejidad. Teóricamente, se trata de
establecer una referencia o bien un paradigma que comporte su taxonomía o
clasificación con todas sus particularidades.

Además de tantos componentes e interacciones, dispuestos en diferentes


niveles y distintas dimensiones, que la convierten en un fenómeno complejo, esta
red social se extiende por todos los sectores de la actuación humana. Por otra
parte, desde otros puntos de vista, se sabe que la misma materia que la constituye
compone otros fenómenos sociales. De ahí que, para cada aspecto elegido u
objeto delimitado bajo la perspectiva jurídica, al observador que lo elija o lo
delimite le toca describirlo y representarlo en toda su riqueza de detalles, formas,
contenidos, relaciones internas y correlaciones, como resultado de combinaciones
de todos sus elementos más simples y más complejos.

Apartar cualquier elemento de sus relaciones o conjunto de componentes


de su contexto lleva al observador a percepciones, conceptos o resultados
parciales, imprecisos, distorsionados, cargados de ambigüedad y contradicción,
que no representan el fenómeno jurídico en su totalidad y profundidad, además de
que estos cuando ontológicamente desconectados son absolutamente inútiles
para la experiencia jurídica concreta y, por supuesto, no cumplen su finalidad.

También necesita el observador, que se proponga examinarlo, instrumentos


adecuados para eliminar ambigüedades, imprecisiones y contradicciones, y
además de esto que le posibiliten reconocer diferencias, complementariedades e
incertidumbres en los procesos de interacción. Fundamentalmente, se deben
manejar instrumentos para conocerlo en su totalidad, pero sin mutilarlo. Sobre
todo, se debe investigar como partes interdependientes, ordenadas e
interactuantes, que constituyen, producen y reproducen la sociedad, o como
proceso de interacciones, en esfera local, regional, nacional o planetaria. Por lo
tanto, se necesitan método y lógica que respeten su estructura en su complejidad
y funcionamiento. Sin estos presupuestos, las dificultades ya comienzan en la
tentativa de establecer conceptos, ya que estos aislados y desconectados de sus
interacciones no expresan lo mismo que en la experiencia dinámica, porque, con
relación al fenómeno jurídico, se trata de un "todo" con partes heterogéneas,
ordenadas y en interacción recurrente. En suma, con las partes destacadas del
engranaje jurídico ocurre igual que con los órganos extirpados del cuerpo vivo:
cambian de función y significado.

En oposición a la percepción que considera que la realidad y los conceptos


se componen de partes independientes unas de otras y que el todo no es más que
la suma de las partes, hace falta una percepción que considere el todo diferente
de la suma de las mismas. En realidad, hace falta una percepción sistémica, que
permita integrar las partes que interactúan como un todo inseparable y coherente.

En lo esencial, se debe decir que el fenómeno jurídico tiene una estructura


compleja y dinámica, que se modifica en el tiempo y en el espacio y que se debe
respetar. Sus movimientos siguen la dinámica de la vida social expresada por
diferentes intereses, grupos, sectores, jerarquías, etc. Se renueva
constantemente, aunque de manera recurrente, lo que permite, por otra parte, una
continuidad renovada. Sus cambios ocurren a veces rápidamente, como en las
revoluciones o en los pactos sociales celebrados para estos fines, y llevan a otros
modos de relaciones sociales o a veces a otra estructura social. Sin embargo,
para conocerlo, se debe buscar especialmente su estructura y su funcionamiento,
aunque la estructura sea compleja y cambiante. De hecho, en las ciencias
jurídicas, como en las demás, hace falta conocer estos elementos de su objeto, es
decir, conocer la estructura y el funcionamiento de las interacciones sociales en el
orden establecido. Esto ocurre en cualquier campo del conocimiento, como por
ejemplo en la física atómica, con relación a los átomos; en la química, con
relación a las moléculas; en la anatomía y en la fisiología, con relación a los
organismos; o en la antropología social, con relación a la sociedad.

El Abogado En El Nuevo Paradigma

Vivimos tiempos de alta competitividad tanto en el mundo de los negocios


como en el mercado laboral y el ejercicio de la abogacía no es ajeno a sus
efectos. En lo que tal vez sea una de las profesiones de más alta competitividad,
el abogado de hoy requiere de herramientas que catalicen su productividad y al
mismo tiempo le diferencien de sus pares. Es allí donde las tecnologías se
convierten en la nueva punta de lanza para el ejercicio del Derecho.

Sin embargo, la tecnología y la abogacía no siempre se han llevado de la


mano. De hecho, tradicionalmente los profesionales del Derecho y la justicia se
vieron renuentes a la implementación de estos avances en sus faenas cotidianas,
prefiriendo el ejercicio cuasi artesanal de la profesión. Bibliotecas repletas de leyes
y oficinas intransitables por las pilas de carpetas daban la sensación de un
abogado inmerso en sus funciones y hasta cierto prestigio.

Pero hoy esas estampas pasan a ser reminiscencias que no pueden


acompañar a quien desee alcanzar el éxito en la abogacía. En nuestros días
contamos con herramientas tales como el software para la automatización de los
despachos, con los cuales podemos llevar sin inconvenientes y de manera
simultánea los expedientes de casos, la agenda, los contactos, los archivos y no
menos importante los registros contables. Entre los programas más reconocidos
se encuentran los denominados CLIO, Abacus Law, LawRD, Legal Trek, entre
otros.

A este software se le suman aplicaciones como Dropbox,


Google docs y otras, que permiten manejar una oficina con
papelería mínima y desde cualquier parte del mundo con solo
tener acceso a la internet con el plus de poder compartir
ágilmente cualquier documento con nuestros clientes o
colegas.

Y ni que hablar del potencial de marketing de las redes sociales para


establecer y desarrollar la marca de un individuo u oficina. Tener una seria
estrategia de mercadeo en las redes sociales puede significar una ventaja frente a
la competencia. En conclusión, Derecho y Tecnología se han visto a los ojos
quedando flechados en un inseparable romance. Y si usted así no lo considera
corre el probable riesgo de quedar relegado al pasado.

Paradigmas Científicos
Es la forma particular cómo se organiza racionalmente el conjunto de
teorías, leyes y principios de una disciplina científica, y que se traduce en la
formulación de los problemas de estudio, redefine los métodos y técnicas y las
formas de práctica, así como los criterios de verdad y procesos de verificación.
Imagen del mundo y creencias básicas de la comunidad científica acerca de la
realidad, Un paradigma es una imagen del objeto de una ciencia. Sirve para definir
lo que se debe estudiar, las preguntas que son necesario responder, cómo debe
preguntarse y qué reglas es preciso seguir para interpretar las respuestas
obtenidas.

Paradigmas Positivista Y Postpositivista

El Paradigma Positivista

El positivismo sostiene una postura realista dado que consideran que la


realidad existe “fuera de” y es manejada por leyes naturales y mecanismos. El
conocimiento de estas leyes y mecanismos es convencionalmente resumido en la
forma de tiempo y generalizaciones independientes del contexto. Algunas de estas
generalizaciones toman la forma de leyes causa-efecto.

El positivismo considera que es posible y esencial para el investigador


adoptar una postura distante y no interactiva. Los valores y los sesgos son
factores de la confusión y por lo tanto deben ser excluidos automáticamente para
no influir los resultados. De aquí su acento en el objetivismo. El positivismo
responde que las preguntas e hipótesis son declaradas por adelantado a manera
de proposiciones y están sujetas a procesos empíricos dentro de condiciones
cuidadosamente controladas. Por lo tanto, se dirá que el positivismo es
experimental-manipulativo.

El Paradigma Postpositivista

Es una versión modificada del positivismo, la predicción y el control continúan


siendo la meta. El postpositivismo responde que es crítico realista lo que significa
que la realidad existe pero no puede ser completamente aprehendida. Esta es
manejada por leyes naturales que pueden ser comprendidas solamente en forma
incompleta. De esto se desprende que, aunque existe un mundo real manejado
por causas naturales, es imposible para los humanos poder percibirlo en su
totalidad debido a que sus mecanismos intelectuales y sensoriales son
imperfectos.

El postpositivismo mantiene que la objetividad permanece como el ideal


regulatorio, pero ésta sólo puede ser aproximada, coloca un énfasis especial en
guardianes externos tales como la tradición crítica y la comunidad crítica. Al
descansar en estos elementos se requiere que los reportes de cualquier
indagación sean consistentes con la academia tradicional que existe en el campo;
así como sujetar cada indagación a los juicios de los compañeros en la
“comunidad crítica”, esto es con los editores, árbitros de revistas especializadas
así como de sus lectores. De esto se deriva que este paradigma sea de corte
objetivista modificado. Este paradigma enfatiza la criticidad múltiple remediando
las discrepancias y permitiendo la indagación en escenarios naturales usando
métodos cualitativos dependiendo más de la generación emergente de datos y
haciendo del descubrimiento una parte esencial del proceso de indagación. Se le
considera en lo metodológico como una modificación al positivismo en su proceder
experimental y manipulativo.

En definitiva, cada paradigma sostiene su propio sistema básico de


creencias, así como sus propios méritos para ser considerado como tal. Lo
importante aquí es examinar y explorar nuestras propias creencias acerca de la
realidad social, la visión de la educación, la función de la escuela, el papel de la
investigación, de la naturaleza del conocimiento, del papel del profesor y entonces
adoptar un paradigma que guíe nuestro pensamiento y acciones. Los paradigmas
tienen muchas implicaciones en la práctica de la educación, aquí solamente se
presentaron algunas con el propósito de dilucidar como en el currículum, en las
metas educativas y en el profesor como investigador subyacen determinadas
creencias que es preciso conocer y reflexionar así como estimular el pensamiento
crítico. Sin duda, esto deja muchas preguntas e inquietudes, sobre todo al
percatarnos de que no sólo hay un paradigma en educación que provee una sola
visión de la educación y de la investigación ya que esta llamada del conocimiento
ha dado lugar al surgimiento de nuevos paradigmas con visiones múltiples de la
realidad y del conocimiento.
Referencias

Brock, S.L. Acción y Conducta - Tomás de Aquino y la teoría de la acción,


Barcelona 2000, Herder, p. 63.

Anibal, M (2017). El Abogado 2.0 Y El Paradigma De La Nueva Abogacía


Disponible en: http://www.encuentrojuridico.com/2015/01/el-abogado-20-y-el-
paradigma-de-la.html 2019, Febrero 20.

Batista, S (2014). Aproximación Al Concepto Del Derecho Desde La


Perspectiva Triádica: Descripción De Su Estructura, Su Dinámica Y Su
Finalidad Disponible en: http://www.eumed.net/tesis-doctorales/sb/1g.htm 2019,
Febrero 20.

Guillen, J (1996). "Paradigmas" De Investigación En Ciencias Sociales


Disponible en: http://padron.entretemas.com.ve/paradigmas.htm 2019, Febrero 20.

Santana, M (2014). Evolución Histórica de los Paradigmas o Modos de


Conocer: La Modernidad Postmodernidad y Clasificación Disponible en:
http://sinergiaupelista.blogspot.com/2014/12/i-evolucion-historica-de-los-
paradigmas.html 2019, Febrero 20.

Uribe, A (2017). ¿Qué Es Un Paradigma Científico? Disponible en:


https://comenio.files.wordpress.com/2007/08/paradigma.pdf 2019, Febrero 20.

Warat, el formalismo jurídico que propicia un lenguaje lógico-matemático se


divorcia de la realidad lingüística y social y sólo ofrece una propuesta lingüística
irreal e ideológicamente comprometida (Warat, L.A. Lenguaje y definición jurídica,
Buenos Aires 1973, Cooperadora de Derecho y Ciencias sociales. p. 46).

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