Está en la página 1de 8

Sequía en Africa

Si los gobernantes comprendiesen el carácter recurrente de este fenómeno

devastador del clima subsahariano, podrían abordarlo con procedimientos

capaces de estabilizar la producción agrana de los países de la región

Michael H. Glantz

os medios de comunicación nos del suelo, cada una de las cuales re­ bitual de sequía la entiende como un

L ofrecen, con frecuencia, foto­


grafías del flagelo que azota el
Africa subsahariana: niños desnutri­
quiere unos recursos hídricos distintos.
Las sequías son unos fenómenos bas­
tante frecuentes a escala mundial. Su
fenómeno meteorológico.
bién pueden darse sequías agrícolas e
hidrológicas. Los tres términos no son
Pero tam­

qos, animales consumidos por el ham­ incidencia varía considerablemente de sinónimos.


bre, gentes apiñadas en campamentos un año a otro, y a un año de ligera se­ La sequía meteorológica puede de­
de refugiados y pozos y abrevaderos se­ quía puede sucederle otro con sequías finirse en función del grado de falta de
cos. Estas angustibsas escenas son el pertinaces. A escala regional, unas zo­ agua (expresado a través de la reduc­
resultado de los repetidos períodos de nas tienen una estación lluviosa; otras, ción percentual con respecto a la plu­
sequía que durante los últimos 20 años dos. En algunas llueve en invierno; en viosidad media anual o estacional a
han situado a esta región en el punto otras, en verano. Por ejemplo, en el largo plazo) y de su duración en una re­
de mira de la atención mundial, des­ Sahel de Africa occidental (la zona de gión dada. Esta definición admite múl­
pertando un solidario interés y ayuda transición entre el Sáhara y la sabana tiples variaciones, puesto que su signi­
humanitaria. húmeda que se extiende más al Sur) la ficado suele ir ligado a las condiciones
Cada vez que se produce una sequía, estación seca dura ocho meses y los propias de una región y depende de la
los gobiernos, organismos internacio­ cuatro restantes, que coinciden con el actividad humana en relación a la cual
nales de asistencia e instituciones be­ verano del hemisferio Norte, corres­ se valora la pluviosidad. A veces re­
néficas ponen en marcha programas de ponden a la estación húmeda. La plu­ sulta difícil identificar una sequía me­
ayuda de emergencia y corren ríos de viosidad a lo largo de la estación llu­ teorológica con cierto grado de fiabili­
tinta sobre la utilización abusiva de la viosa puede presentar notables varia­ dad; en parte por la naturaleza misma
tierra y la desertización. Pero en ciones locales en el tiempo y el espacio. del fenómeno y, en parte, porque en
cuanto vuelven las lluvias, como ocu­ muchos países africanos sólo se dispone
rrió el año pasado, torna la tendencia na de las principales dificultades de datos meteorológicos y climatológi­
a ver en la sequía un fenómeno pasado, U que plantea la lucha contra la se­ cos para un corto período o bien la in­
guardando en el desván las preocupa­ quía radica en el carácter escurridizo formación recogida es deficiente. Ocu­
ciones. La verdad es que la sequía del fenómeno. No es fácil advertir rre, asímismo, que los datos sobre la
forma parte del clima de la región y cuándo comienza o cuándo se está aca­ pluviosidad son, muchas veces, de es­
volverá a repetirse. Nos hallamos ante bando, puesto que no se distingue con caso interés inmediato o directo para
un fenómeno estrechamente asociado a claridad de los períodos habituales de los encargados de diseñar la política
un problema básico: el de alcanzar un tiempo seco. Como señalaba lvan R. agraria a seguir, ya que pueden influir
nivel estable y adecuado de producción Tannehill, del Instituto de Meteorolo­ otras variables en la utilidad de la lluvia
agraria en la mayoría de los países del gía de los Estados Unidos: "El primer que llega a caer: la humedad del suelo,
Africa subsahariana; no debería, pues, día sin lluvia contribuye tanto a crear la temperatura ambiente y los índices
continuar ignorándose al planificar el unas condiciones de sequía como el úl­ de evaporación.
desarrollo de la región. Para situar la timo, pero nadie puede determinar la La sequía agrícola se produce
sequía dentro de una perspectiva a gravedad exacta de una sequía hasta cuando no existe un grado de humedad
largo plazo hay que empezar por de­ que no queda atrás el último día seco y adecuado en el momento preciso para
sentrañar sus causas y preguntarse vuelven las lluvias". la germinación y maduración de la
luego por sus efectos y la manera de La sequía encierra significados dis­ siembra. Ante el distinto requeri­
mitigarlos. tintos para los diferentes grupos de per­ miento de humedad que el desarrollo
Quizá sea inútil pretender reducir las sonas, de acuerdo con su interés o su vegetal va reclamando, la dist¡;ibución
sequías africanas a una sola causa prin­ necesidad de que llueva. La noción ha- de las precipitaciones a lo largo de toda
cipal. El clima presenta una amplia
gama de regímenes locales y regiona­
les, que reflejan las diferencias en los l. LAGO DE CHAD, que limita con Camerún, Chad, Níger y Nigeria. Ha perdido muchísimo caudal desde
procesos atmosféricos y en las carac­ la década de los sesenta como consecuencia de la prolongada sequía en la zona del Sahel, en el Africa occi­
dental. Cuando se tomó la fotografía superior desde un satélite Landsat en 1972, el lago cubría unos 25.000
terísticas topográficas. La zona alberga
kilómetros cuadrados. Cuando se tomó la fotografía inferior desde otro satélite Landsat, en 1979, tras. varios
también muchas sociedades distintas, años de pluviosidad inferior a la media, la superficie del lago no llegaba a los 2000 kilómetros cuadrados.
con sus propias pautas de explotación En la foto inferior pueden verse muchas dunas antiguas, cubiertas antaño por las aguas del lago.

26
la estación de crectmtento importa perimentado un período de 17 "años fríos que ahora. Esta mayor amplitud
tanto como la cantidad total de lluvia secos". El registro histórico señala que estacional del hemisferio Norte tenía
caída cada mes o en toda la estación. se trata de la tercera gran sequía que por efecto una ampliación de la circu­
M. D. Dennett, de la Universidad de ha sufrido la región en el siglo xx. Si lación de los monzones de verano y de
Reading, y sus colegas Jeremy Elston y nos remontamos más atrás, observare­ invierno. Y esta circulación, en parti­
J. A. Rogers demostraron hace poco mos que las variaciones climáticas si­ cular la del monzón de verano, es la
que se ha producido un cambio en la guen diferentes ritmos temporales. Las causante de la estación lluviosa en las
distribución estacional de las lluvias en tres escalas de tiempo aquí relevantes .zonas subtropicales.
el Sahel oesteafricano, debido princi­ son el milenio, la década y el año. John E. Kutzbach, de la Universidad
palmente a una menor pluviosidad du­ de Wisconsin en Madison, y Alayne
rante el mes de agosto, el más húmedo escala milenaria, distintos inves­ Street-Perrott, de la Universidad de
por término medio. Al tratarse de una A tigadores apelan al llamado me­ Oxford, construyeron un modelo cli­
tendencia, sólo es posible apreciar en canismo de Milankovitch para explicar mático teórico mediante el cual logra­
retrospectiva este cambio perjudicial la tendencia a la aridez que se aprecia ron simular, con bastante acierto, a tra­
para la agricultura. en el Africa subsahariana. El astró­ vés de la introducción de estas varia­
La sequía hidrológica se presenta nomo serbio Milutin Milankovitch ciones entre otras, los cambios en la
cuando el nivel de un curso de agua planteó, en 1930, la posibilidad de que pluviosidad recibida en las zonas sub­
desciende durante un intervalo deter­ los cambios en la órbita elíptica de la tropicales del norte de Africa, el sur y
minado de tiempo por debajo de cierto Tierra alrededor del Sol incidiesen en el sureste de Asia y Centroamérica;
límite prestablecido. En general, este el clima. Estos cambios, que se pro­ cambios que se dedujeron a partir de
tipo de sequía se define en función del ducen a lo largo de varios milenios, son las fluctuaciones que ha experimentado
nivel a partir del cual la reducción del consecuencia de la atracción gravita­ el nivel de los lagos a lo largo de los
caudal de agua empieza a afectar sig­ toria de los planetas mayores sobre la últimos 18.000 años. En general, los la­
nificativamente determinadas activida­ Tierra. gos alcanzaron sus niveles más altos en­
des humanas, como el riego y la gene­ De ello ha resultado que, hace tre 10.000 y 5000 años atrás y la ma­
ración de energía hidroeléctrica. En el 10.000 años, el hemisferio Norte reci­ yoría han ido bajando desde entonces,
Africa occidental han descendido no­ bía una radiación solar cifrada en un lo cual parece indicar una progresiva
tablemente, desde finales de la década ocho por ciento superior en verano, y tendencia a la aridez. La Tierra se
de los sesenta, los caudales de los ríos otro ocho por ciento inferior en in­ aproxima ahora más al Sol cuando en
Níger, Chari y Senegal. vierno, respecto a la situación existente el hemisferio Norte es invierno. Dentro
Por lo que a la sequía meteorológica hoy, determinando que los veranos de algunos milenios volverá a encon­
concierne, el Africa occidental ha ex- fueran más cálidos y los inviernos más trarse más próxima al Sol cuando en el
hemisferio Norte sea verano. Esta re­
lación debería intensificar la actividad
monzónica (y por tanto las precipita­
ciones lluviosas) en las regiones tropi­
cales.
Cuando se trata de los ciclos dece­
nales y anuales, las conjeturas sobre las
posibles causas de la sequía en Africa
se centran en los factores naturales y en
los humanos. Entre los primeros cabe
citar las fluctuaciones imprevisibles en
el clima a corto plazo, los cambios cli­
máticos a largo plazo, las variaciones
en la temperatura superficial del agua
del océano Atlántico, los fenómenos
asociados a la Oscilación del Sur- El
Niño (ENSo) y las anomalías climáticas
relacionadas con el ENSO, un ejemplo
• MENOSDEL 1O% de lo que los meteorólogos denominan
teleconexión, o vinculación e,.ntre su­
D DEL 10 AL 15% cesos ocurridos a una gran disfancia.

D DEL 15 AL 20% Entre los posibles factores humanos


que se han considerado figura el au­
D DEL 20 AL 25% mento del contenido de dióxido de car­
bono y de otros gases residuales ra­
D DEL 25 AL 30% diactivos en la atmósfera, como con­
D DEL 30 AL40% secuencia de la actividad humana y de
la modificación del relieve terrestre.
D MASDEL40%
n términos de fluctuaciones climá­

2. VARIABILIDAD CLIMATICA, expresada en función de la desviación media anual respecto a la plu­


E ticas a corto plazo, las sequías que
viosidad normal. En las zonas con una fuerte variabilidad de las precipitaciones y una bl\ja pluviosidad, el experimentan las regiones áridas y se­
riesgo de sequía constituye un rasgo permanente del clima. Tal es en particular el caso de las zonas en rojo. miáridas constituyen parte integrante

28
3. REGIONES DEL AFRICA OCCIDENTAL. De arriba abajo y empezando del Sahel,la subzona sudano-saheliana y la zona del Sudán. Las cifras que apa­
por la zona en rojo, son: la zona del Sáhara,la subzona saharo-saheliana,la zona recen a la derecha indican las precipitaciones medias anuales en milímetros.

de su clima "normal". En estas zonas, bien, han venido a señalar la ausencia la atmósfera. Todavía no se ha logrado
la descripción estadística en función de de una clara periodicidad. La sequía determinar con exactitud si el calenta­
la pluviosidad media anual aparece ses­ aparece, por tanto, como un fenómeno miento del clima a escala planetaria
gada porque considera el promedio en­ acíclico aunque reiterado. provocará una pluviosidad mayor, o
tre un pequeño número de años con menor, en las regiones africanas con­
fuertes precipitaciones y un gran nú­ especto a los cambios climáticos a sideradas hoy propensas a la sequía.
mero de años de baja pluviosidad. La R largo plazo, a principios de la dé­ La corriente del Niño es la penetra­
pluviosidad anual muy raras veces se cada de los setenta se inició un debate ción transitoria de agua superficial cá­
aproxima a la media. De ahí que re­ entre los climatólogos sobre la posible lida en las zonas costeras ecuatoriales
sulte engañoso examinar la sequía en tendencia a un aumento o una dismi­ del Pacífico, frente a las costas de Perú
estas regiones limitándose a las varia­ nución de la temperatura global media y Ecuador. Se trata de una manifesta­
ciones con respecto a la pluviosidad del planeta. Los partidarios de la hi­ ción local de la Oscilación del Sur,
media anual. Es preciso buscar otras pótesis del enfriamiento hablaban de la como se llama la fluctuación de las di­
referencias estadísticas -por ejemplo, inminencia de un nuevo período gla­ ferencias medias de presión (a nivel del
la mediana de pluviosidad (el valor cial, apoyándose en el presente período mar) entre las zonas occidental y orien­
cent�e una serie ordenada de plu­ interglacial, que habría durado ya el tal del Pacífico ecuatorial. Se ha esta­
viosidades registradas), la amplitud tiempo habitual (entre 10.000 y 15.000 blecido una relación entre los episodios
(los valores máximo y mínimo registra­ años). A ello se sumaría otro dato: en de ENSO y la aparición de sequías y
dos) y la moda (el valor más frecuen­ 500.000 años, la Tierra sólo ha alcan­ otras anomalías climáticas en el mundo
temente registrado)- que permitan zado las altas temperaturas del siglo xx entero. El episodio de ENSO correspon­
describir más adecuadamente las carac­ en un total de unos 25.000 años. diente a 1982-83 fue el más intenso de
terísticas de la pluviosidad en cada re­ Diez años atrás, la opinión domi­ cuantos se han registrado, en el plazo
gión de Africa. nante cambió de signo para inclinarse de un siglo como mínimo, en punto a
De los estudios paleoecológicos se en favor de la hipótesis del calenta­ la enorme elevación de la temperatura
desprende que varias zonas del Africa miento. Observaciones pormenoriza­ superficial del océano, su extensión
subsahariana han venido experimen­ das revelaban que la tendencia al en­ geográfica y su impacto social. Eugene
tando prolongados períodos húmedos y friamiento del hemisferio Norte, ini­ M. Rasmusson, de la Universidad de
prolongados períodos de sequía du­ ciada alrededor de 1940, había inertido Maryland en College Park, establece
rante milenios. Muchos investigadores su curso hacia mediados de los años se­ una fuerte correlación entre los episo­
han analizado los datos estadísticos e tenta. La tendencia a más largo plazo, dios de Oscilación del Sur y la pluvio­
históricos intentando identificar los ci­ iniciada a principios de siglo, hacia un sidad en el Africa suroriental (la región
clos de la sequía en regiones concretas, calentamiento del planeta se ha atri­ de Mozambique y Zimbabwe), donde,
pero los ciclos postulados han recibido buido fundamentalmente al aumento según sus observaciones, 22 de las 28
escasa corroboración científica. Antes del contenido de dióxido de carbono de últimos episodios han coincidido con

29
una caída de la pluviosidad. Sin em­ rrestre, esto es, su tendencia a reflejar vez más escasos de la tierra, lo cual les
bargo, la correlación que establece en­ la luz solar. La cantidad de luz absor­ lleva a despoblada progresivamente de
tre episodios de ENSO y las variaciones bida es consiguientemente menor y la su vegetación. Ultimamente se ha
de la pluviosidad en Etiopía, en el Sa­ tierra se enfría. Este efecto provoca, a puesto en cuestión esta hipótesis de
hel oesteafricano y en el Africa oriental su vez, alteraciones en las capas infe­ Charney. Estudios históricos sobre los
(la región de Tanzania, Kenya y riores de la atmósfera. La presencia de cambios ecológicos ocurridos en el Sa­
Uganda) es mucho más débil. aire frío sobre la superficie terrestre y hel oesteafricano revelan que la varia­
Las variaciones en la temperatura su­ de aire caliente en las capas superiores ción del albedo ha sido mucho menor
perficial del agua del Atlántico ofrecen reduce la actividad convectiva de la at­ de lo que se había supuesto en los mo­
una explicación más adecuada de las mósfera. Lo cual inhibe la formación delos construidos mediante ordenador.
sequías del Africa occidental. Los mo­ de nubes y las precipitaciones. Lo cual significaría que, si bien es po­
delos climáticos construidos por D.E. Diez años atrás, Jule G. Charney, sible que estén produciéndose cambios
Parker, C.K. Folland y T.N. Palmer, del Instituto de Tecnología de Massa­ en el albedo, éstos difícilmente podrían
del Instituto Británico de Meteorolo­ chusetts, entre otros, sugirió que un au­ ejercer un efecto evidente a escala re­
gía, corroboran la opinión según la mento del albedo superficial intensifi­ gional.
cual, citando sus palabras, "la presen­ caba la sequía regional. Según la hi­ También se han apuntado otras po­
cia de aguas más calientes de lo normal pótesis de Charney, la sequía se auto­ sibles repercusiones de las alteraciones
en la parte tropical meridional del At­ perpetúa y va intensificándose con el de la superficie terrestre que podrían
lántico, sobre todo en el golfo de Gui­ número de personas que deben obtener incidir sobre la pluviosidad. Por ejem­
nea, ha tendido a favorecer unas con­ su sustento a partir de los recursos cada plo, podría disminuir el número de nú-
diciones de sequía en el Sahel durante
la estación húmeda, como consecuen­
cia de las alteraciones registradas en la
circulación atmosférica y en el trans­
porte de humedad en los trópicos".

a actividad humana que más preo­


L cupa es la relativa al consumo de
combustibles fósiles en cantidades sin
precedentes en toda la historia. Un nú­
mero creciente de científicos sustenta
w
la opinión según la cual el incremento º
o
del contenido de dióxido de carbono y �
de otros gases radiactivos -metano, <(
o
ozono, fluorocarbonos y óxidos de ni­ w
::;;
trógeno- en la atmósfera está provo­ o

11
<(
cando un calentamiento de sus capas o

bajas. Estos gases crean un efecto de


üi
o
> o
1 11 - 1
"invernadero": son transparentes a las
1
1
radiaciones solares de onda corta (re­
::l
...J
0..
11
<(
gión del visible) y absorben o reemiten ...J
w
a la tierra las radiaciones solares de o

longitud de onda larga (rayos infrarro­ o


1--
o
jos) que la superficie terrestre refleja w
0..
hacia la atmósfera. Ul
w
a:
El calentamiento de las capas infe­
z
riores de la atmósfera alteraría los pro­ o
o
cesos hidrológicos y la distribución lo­ <(
>
cal de los regímenes de lluvias, aunque Ul
w
todavía no se conocen bien sus efectos o

a escala regional. Sin embargo, algunos


-1
científicos dedicados a los estudios at­
mosféricos aventuran la posibilidad de
que la prolongada sequía sufrida re­
cientemente en Africa fuese una pri­
mera manifestación del impacto regio­
nal de este tipo de calentamiento.
La segunda actividad humana preo­ 1 1 1 1
cupante es la modificación de los suelos 1940 1950 1960 1970 1980
por efecto de la desforestación, la so­
brexplotación de los pastos y la deser­
tización, así como a través de la tala de
árboles para hacer fuego y para la cons­
4. INDICE DE PRECIPITAClONES (izquierda) para una región del Africa occidental, Sahel incluido. Peter
trucción. Estas actividades pueden au­ J. Lamb lo elaboró a partir de los datos recogidos en 20 estaciones pluviométricas. En él puede apreciarse
mentar el albedo de la superficie te- que las precipitaciones fueron inferiores a lo normal desde 1968 hasta 1985. La pluviosidad mejoró algo el

30
deos de hielo formados en la atmósfera calienta y parte de las radiaciones so­ el bienestar de más de un 80 por ciento
en torno a los residuos de la descom­ lares no llegan a la superficie, bastante de la población dedicado a la agricul­
posición de las hojas y otros restos ve­ más fría, de la tierra. Así se reduce tura, el impacto de la sequía se deja
getales. Estos núcleos contribuyen a también la actividad atmosférica gene­ sentir en todos los ámbitos. Algunos de
iniciar las precipitaciones. De los es­ radora de precipitaciones. sus efectos son patentes: desecación de
tudios realizados parece desprenderse las charcas, agostamiento de las cose­
que los núcleos orgánicos son más fa­ os estudios sobre estas condiciones chas y disminución del forraje para el
vorables para la formación de lluvias L geofísicas abordan sólo un grupo ganado. Existen otras consecuencias,
que los inorgánicos (verbigracia, el de causas de las prolongadas sequías y menos visibles, que revisten pareja im­
polvo), porque estos últimos requieren hambres que asolan el continente afri­ portancia. Citemos la subida de los pre­
temperaturas mucho más bajas en el in­ cano. Pero descuidan un aspecto im­ cios, el crecimiento de las importacio­
terior de las nubes antes de que co­ portante: las complejas interacciones nes de productos alimentarios, cambios
mience la congelación. entre la variabilidad del clima y la ac­ en el estado de nutrición de las pobla­
La desertización es otra alteración de tividad humana. Unas interacciones ciones en situación de riesgo y aumento
la superficie terrestre que podría influir que es preciso tener en cuenta para de la emigración del campo a los cen­
en la pluviosidad, al aumentar la can­ comprender las repercusiones de las se­ tros urbanos.
tidad de polvo presente en las capas in­ quías sobre la agricultura, los ecosis­ Las migraciones nos hablan de los
feriores de la atmósfera. Estas partí­ temas y la economía. efectos devastadores para los habitan­
culas absorben y dispersan la luz solar; En el Africa subsahariana, donde la tes de las aldeas, de la pérdida de las
con ello, la capa superior de polvo se pluviosidad incide directamente sobre cosechas y de la fuerte subida de los

pasado año y sus efectos sobre la vegetación pueden apreciarse en la información tografías, tomadas mediante satélite, reflejan, de arriba abajo, la situación en
transmitida por satélite (derecha) y recopilada por la Organización Mundial agosto y septiembre de 1984, 1985 y 1986. Las zonas en verde claro representan
para la Alimentación y la Agricultura y por la NASA norteamericana. Las fo- la vegetación más rala; en color azul oscuro, la vegetación más frondosa.

31
130 r-------,
sequías que asolaron el Sahel oeste­
africano y Etiopía a principios de las
décadas de los setenta y de los ochenta,
continuó manteniéndose la producción
y la exportacióbn de cultivos industria­
les. Más aún, llegó a aumentar en el
mismo momento en que disminuía bru­
camente la producción de cultivos ali­
mentarios.

ada año se registran sequías en mu­


C chas partes del mundo, pero éstas
no se traducen necesariamente en ham­
brunas y escasez de alimentos. Brasil,
la India, Indonesia y Kenya ofrecen
80 ejemplos de naciones que han conse­
guido superar, mediante diversos pro­
cedimientos, condiciones de grave se­
70 L-------� quía en los últimos años.
1960 1965 1970 1975 1980 1985 Sólo un pequeño número del total de
países africanos que se vieron afectados
S. PRODUCCION DE ALIMENTOS en el Africa subsahariana. Ha venido descendiendo desde principios
de los sesenta, en parte como consecuencia de las escasas precipitaciones. Aquí se compara la situación en por una escasez de alimentos en el pe­
el Africa subsahariana, excluida Sudáfrica (rojo), en lberoamérica (marrón) y en seis naciones del Asia ríodo de 1982-84 llegaron a padecer
meridional (gris). Los datos se han obtenido del ministerio de Agricultura de los Estados Unidos.
verdaderas hambrunas. Los países que
las sufrieron (Mozambique, Angola,
precios de los cereales en el mercado. porque el ganado consume en exceso la Sudán, Chad y Etiopía), además de la
Los que se ven más afectados son los vegetación que crece en los alrededores fuerte sequía, se veían asolados por
campesinos más pobres, que no dispo­ de las charcas de agua permanentes y guerras civiles. De lo cual se desprende
nen, por lo común, de reserva sufi­ semipermanentes donde acude a abre­ claramente que la sequía, por sí sola,
ciente de cereales y están muy endeu­ var, destruyendo el equilibrio entre ve­ no determina que llegue a sufrirse ham­
dados. Si la sequía agrícola dura más de getación y recursos hídricos. Muchos bre. Aunque sí intensifica otros proble­
un par de estaciones, la población co­ pastores acaban refugiándose en los mas que puedan aquejar a una socie­
mienza la diáspora. Los primeros en campamentos en compañía de los cam­ dad.
marcharse son los hombres, que parten pesinos pobres, o se instalan en los cen­ Es posible establecer proyecciones
en busca de un trabajo que les permita tros urbanos; allí se acostumbran a las más fiables sobre la vulnerabilidad de
ganar un salario de subsistencia. Les si­ nuevas condiciones de vida y ya no re­ una sociedad a la sequía recurriendo a
guen mujeres y niños para juntarse la gresan a sus pastos a reanudar la lucha la información histórica de otras situa­
familia o sencillamente para poder co­ con los caprichos del clima. ciones análogas y estudiando experien­
mer. Si la sequía persiste durante largo En los centros urbanos y en los cam­ cias análogas en otros lugares. La pro­
tiempo, como ha ocurrido en algunas pamentos de refugiados adquieren el babilidad de que un país afectado por
zonas del Africa subsahariana, los emi­ hábito de consumir cereales importa­ conflictos internos padezca hambre en
grantes acaban, ya muy debilitados, en dos, trigo y arroz, por ejemplo, en vez caso de sequía es elevada. En este con­
campos de refugiados, donde depen­ de los cultivos tradicionales, como el texto cabría citar la reciente experien­
den totalmente de la ayuda alimentaria mijo y el sorgo. Esto genera otro efecto cia de Etiopía. Igualmente, aunque el
para su subsistencia. Muchos de estos a largo plazo, y a veces oculto, de la efecto sea menos evidente, los gobier­
desplazamientos de la población ad­ sequía: un incremento de la demanda nos que se apropian de las mejores tie­
quieren un carácter permanente, con lo de cereales importados para la alimen­ rras para dedicarlas a cultivos indus­
cual va disminuyendo progresivamente tación; lo que implica un fuerte drenaje triales desplazan a los agricultores y
el número de personas dedicadas a la de las precarias reservas de divisas de pastores locales, obligándoles a una su­
agricultura, con la consiguiente acele­ estos países en vías de desarrollo. pervivencia precaria en zonas bastante
ración de la caída de la producción ali­ Los gobiernos tienen que buscar la marginales. La roturación de tierras
mentaria per cápita. forma de conseguir divisas para hacer áridas y semiáridas, menos adecuadas
frente a estos costes. Uno de los prin­ para una agricultura basada en la apor­
a población dedicada al pastoreo es cipales medios empleados para ello son tación de agua de la lluvia, aumenta la
L la primera en verse afectada por la los cultivos industriales, como el algo­ probabilidad de que la sequía tenga re­
sequía, pues suele vivir en el límite con dón, los cacahuetes y el café, destina­ percusiones adversas para la agricul­
el desierto. En el Sahel, cuando las llu­ dos a la exportación. Estas plantacio­ tura e intensifique la desertización. Lo
vias no alcanzan su cota septentrional nes se desarrollan a expensas de los cul­ que no significa necesariamente que
habitual, los pastos se deterioran y dis­ tivos tradicionales. En efecto, los in­ tenga su origen en un cambio en la dis­
minuye el alimento para el ganado. Los dustriales suelen plantarse en zonas de tribución de las precipitaciones y de las
pastores se ven obligados a buscar nue­ terrenos fértiles y con un adecuado probabilidades de lluvia, sino en el he­
vos pastos. Cuando la sequía es ex­ abastecimiento de agua, que anterior­ cho de que las nuevas actividades re­
trema, mueren muchos animales de mente se destinaban a la producción de quieren unos recursos hídricos que la
hambre, por falta de vegetación, y sed. cultivos alimentarios. Es interesante lluvia no puede aportar a largo plazo.
Esta situación a menudo se produce señalar que, incluso durante las graves Los gobiernos africanos y las apor-

32
taciones extranjeras han visto en el ner presente que la sequía por sí sola
riego una salvaguarda contra la sequía; no suele provocar las terribles desgra­
pero ésta muchas veces ha resultado cias que suelen atribuírsele. Lo funda­
poco eficaz. El sistema de irrigación es mental es tener bien claro que los efec­
caro. Los cultivos de regadío, además tos de la sequía pueden combinarse con
de una infraestructura de bombas, tu­ otros problemas sociales, económicos o
berías y canales, precisan también cos­ políticos ya existentes para socavar la
tosas inversiones en abonos, herbicidas capacidad de producción de alimentos
y pesticidas. Los cultivos alimentarios de una sociedad.
tradicionales no pueden sufragar, por
lo común, estos costes, y los gobiernos largo plazo, habrían de adoptarse
de la mayoría de los países africanos A otras medidas. Así, la puesta en
han de mantener artificialmente bajos marcha, a través de organismos como
los precios de los alimentos y de los el Banco Mundial, de un programa de
productos agrícolas a través de medidas educación que hiciera ver que la sequía
de política económica. Aparece, en ló­ constituye una importante fuerza per­
gica consonancia, el diseño guberna­ turbadora que reaparece de forma rei­
mental de planes de regadío para los terada y con la que hay que contar en
cultivos industriales, como el algodón y las medidas políticas que se tomen. Im­
el azúcar, que generen las divisas apre­ porta que los gobernantes de los países
miantes. El regadío abarca sólo un pe­ vulnerables vean en ella un obstáculo
queño porcentaje del suelo agrícola de para el desarrollo. Tal programa edu­
Africa y es poco probable que se cativo debería desarrollarse de forma
adopte de forma generalizada para la ininterrumpida, habida cuenta de que
producción de cultivos alimentarios muchos dirigentes suelen permanecer
tradicionales. en el cargo menos tiempo del que me­
dia entre una y otra sequía.
ntre otras posibles propuestas de Los gobiernos deberían adoptar me­
E protección contra la sequía figuran didas encaminadas a frenar la tenden­
proyectos encaminados a modificar el cia que relega la agricultura y el pas­
clima y la meteorología. Estos pueden toreo hacia zonas de pluviosidad mar­
dividirse según pretendan actuar a tra­ ginal o suelos de escasa capacidad.
vés de la vegetación (construcción de Cuando la agricultura y el pastoreo se
cinturones forestales y repoblación de extienden hasta abarcar las tierras mar­
las zonas desertizadas), sobre la circu­ ginales, las consecuencias de la sequía
lación atmosférica (creación de mares agrícola (incluida la pérdida de las co­
interiores en antiguas zonas de desagüe sechas y la erosión del suelo) agravan
y así aumentar la humedad atmosfé­ la escasez de alimentos y aceleran la
rica, por la evaporación) o sobre las desertización.
precipitaciones (creación de frentes Los gobiernos podrían ampliar tam­
monzónicos de gran tamaño y de nubes bién la aplicación de sus servicios me­
locales). Estos remedios tecnológicos teorológicos a la agricultura. Estos ser­
basados en hipótesis científicas son a vicios ayudarían a los expertos ofre­
menudo de dudoso valor y es posible ciéndoles las posibilidades de funda­
que en la práctica sólo sirvan para en­ mentar sus decisiones, en lo tocante al
cubrir otros procesos ecológicos y so­ desarrollo agrícola, en una información
ciales de alcance más profundo, mien­ meteorológica adecuada. Y podrían
tras crean vanas esperanzas. participar en la creación de sistemas de
Las únicas alternativas plausibles a alerta precoz destinados a advertir a los
medio plazo son las medidas encami­ gobiernos de la aparición de condicio­
nadas a mitigar el impacto de la sequía nes que podrían desencadenar una
sobre las sociedades africanas. Entre hambruna.
otras: la sustitución de los cultivos in­ Cada vez está más claro que la ex­
dustriales por cultivos alimentarios clusiva valoración de los aspectos físi­
mientras dure la sequía o la canaliza­ cos de una sequía (su magnitud, dura­
ción de las divisas obtenidas a través de ción, intensidad y extensión geográ­
la exportación de cultivos industriales fica) contribuye muy poco a entender
hacia la adquisición de alimentos para por qué sequías con características fí­
las poblaciones afectadas; el envío de sicas parecidas tienen distintas reper­
ayuda adecuada para las necesidades cusiones según los países e incluso la
de sus destinatarios y la consideración época dentro de una misma región.
de las condiciones climáticas y la es­ Sólo unos estudios multidisciplinarios
tructura agrícola antes de poner en que aborden también los factores so­
marcha nuevos planes agrícolas. Y so­ ciales, económicos y culturales permi­
bre todo, cualquier alternativa debe te- tirán comprender mejor la situación.

33

También podría gustarte