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El análisis de políticas públicas, que se relacionan con el asunto alimentario, requiere de diversas

perspectivas dada la multiplicidad de variables que se encuentran inmersas en este tipo de


realidades; es decir, los ejes sobre los que se deberían realizar las observaciones sobre el tema
alimentario deben incluir contextos, situaciones, documentos, actores, determinantes y
perspectivas. En este sentido, resultaría importante vincular los diferentes enfoques de análisis y
los instrumentos que se configuran como una herramienta para lograr una mejor comprensión de
las dinámicas propias de la planificación alimentaria y nutricional.

Desde esta posición, y en acuerdo con los planteamientos en torno a la propuesta de investigación
que vengo consolidando, planteo la necesidad de desarrollar un eje de análisis fundamentado en
la perspectiva neoinstitucional que permita una revisión desde el fraccionamiento de las fases del
ciclo de la política pública. Este proceso contribuye a comprender como se gesta el
posicionamiento de la problemática alimentaria en la agenda pública, la forma en que se dan los
procesos de formulación y quienes participan en el desarrollo de la misma, que acciones son
impulsadas para la adopción y el reconocimiento de la política, de qué manera se llevan a cabo las
dinámicas de implementación y cuáles son los principios de monitoreo y evaluación que se
establecen para validar el impacto de las intervenciones.

En este mismo sentido, y contemplando lo propuesto por Subirats (2008), se define el análisis de
productos de la política que surgen como resultados de las etapas del ciclo. Este eje de análisis
conlleva a revisar los aspectos tenidos en cuenta para la definición del problema alimentario y cuál
es su relevancia para ser posicionados en la agenda pública. Seguidamente, en la lógica de
secuencialidad que supone el CPP, se da cuenta de los procesos de armonización instrumental y
las acciones conscientes de formulación y desarrollo sobre la problemática a solucionar; es decir,
se avanza en las propuestas y líneas que contemplan las dimensiones alimentarias para la
construcción de un insumo capaz de dar cuenta de los requerimientos en torno a una realidad
específica. Finalmente, desde la óptica del monitoreo y la evaluación, se establece una revisión de
los impactos y efectos que consiguió la política; este escenario se presenta como un principio
fundante para la toma de decisiones a posteriori con ápices necesarios de prospectiva.

Sin embargo, y a pesar de lo planteado en los párrafos anteriores, el análisis del asunto
alimentario no puede estar supeditado de manera exclusiva a los análisis racionales, los actores, la
interpretación de los recursos y las reglas institucionales, que son básicos para la mirada
neoinstitucional. Aquí se hace necesario vincular las propuestas de integración e interpretación
que proponen otros enfoques basados en la inclusión de las dinámicas sociales y comunitarias en
el análisis de las políticas públicas, su percepción ampliada de las subjetividades y los mecanismos
de relacionamiento que se dan entre los individuos que construyen las realidades territoriales. De
esta manera los análisis de redes, las coaliciones promotoras y el análisis de narrativas cobran
relevancia para fortalecer los ejes de análisis que, desde esta visión contemplan necesariamente
los siguientes aspectos:

1. Revisión de las estrategias de planificación en torno a la alimentación.


2. Impacto de los instrumentos de planificación alimentaria.
3. Incidencia de los actores sociales e institucionales en la construcción de la política pública.
4. Integración coherente de los conceptos relacionados con el asunto alimentario.
5. Fomento de la Participación Social y Comunitaria en línea con la gobernanza.
6. Articular los enfoques de análisis para una mejor comprensión de la realidad.

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