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CONTADOS
DIEZ LUGARES
CONTADOS
p
Diez lugares contados / Marcos Almada ... [et al.] ; compilado por
Bibiana Ricciardi. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires :
Planeta, 2017.
176 p. ; 21 x 13 cm.
ISBN 978-950-49-5936-6
Diseño de cubierta:
Diego Martin y Guillermo Miguens
ISBN 978-950-49-5936-6
Había una vez una provincia que era tan grande como
un país. Que tenía océanos, ríos, lagunas, deltas, islas e
islotes, sierras, desiertos y humedales. Una llanura tan
llana que hasta se dejaba atravesar por un par de cor
dones montañosos. Una región capaz de contener a un
tercio casi de la población de todo una nación. Un terri
torio vasto. Por eso, porque había una vez una provin
cia inenarrable, es que resolvimos arreglarnos con un
botón. La parte capaz de narrar el todo. O mejor dicho,
con diez botones. Diez cuentos inspirados por alguna
leyenda, mito o marca urbana de diez lugares distintos
de la provincia de Buenos Aires. Diez lugares contados.
La idea entusiasmó inmediatamente a Alejandra Ra
mírez y a Rocío Irala, Subsecretaria de Políticas Cultu
rales y Subsecretaria de Acción Cultural, de la provincia
de Buenos Aires respectivamente. Con ellas creció y se
expandió. Convocamos a diez escritores nacidos, cria
dos o amontonados en la provincia de Buenos Aires
10 | DIEZ LUGARES CONTADOS
Marcos Almada
(Azul)
Florencia Canale
(Mar del Sud)
Patricio Eleisegui
(Sierra de la Ventana)
Lo trajeron a la rastra.
Todo lastimado por el puma, que según dijeron le
había pegado un par de manotazos a la altura de las
costillas. Pero cuando lo revisé despacio le encontré dos
o tres dentelladas. Como si lo hubiese querido abrazar y
el animal, de depredador lógico, de gato áspero nomás,
terminó por marcarlo todo con tal de sacárselo de en
cima. Capaz que lo pensó como una mascota. Quizás
allá era lo normal.
De entrada pensé en dejarlo desangrar.
Todavía me acuerdo de sus primeras noches gi
miendo eso que, después deduje, era la marcha que le
habían hecho escuchar todo el día desde que estaba
en la panza de su madre. Und der Teufel, der lacht nur
dazu ha, ha, ha, ha, ha, ha! Pero la risa no era una risa:
sonaba como el graznido de un ganso atorado. Susu
rraba mientras se revolvía entre los trapos que le puse
en la cama que me pidieron que le arme. Los mismos
68 | PATRICIO ELEISEGUI
Federico Jeanmaire
(Baradero)
Fue duro.
Un golpe muy duro para Tomás.
Tuvo que pegar la vuelta sin ver a su amada y, si no
lloró, fue solo porque ya era el Negro Troncoso y no más
Tomasito.
Eduviges recogió los platos y enseguida envió a sus
hijos a la cama. Sabino, el más grande, se quejó de au
sencia de sueño. Pero la mujer no le hizo el menor caso,
le bastó con mirarlo fijo a los ojos durante unos segun
dos para que el pibe le diera las buenas noches y corriera
a esconderse debajo de las cobijas. Antes de ponerse a
lavar lo que había quedado sucio de la cena, Eduviges se
dio algún tiempo para espiar cómo estaba su marido.
Fidel seguía muy dolorido y se quejaba a los gritos de no
poder conciliar el sueño. Entonces, la mujer cerró sin
hacer ruido la puerta de la habitación e intentó olvidar
sus malos pensamientos entre la lejía y un cacharro
con agua.
Tomás Troncoso no volvió a la casona de los Cama
ño desde que el viejo lo echó aquel día. Pero tampoco
se olvidó de María Robustiana.
Jamás.
No hubiera podido.
Sin embargo, y muy a pesar de que gastaba las horas
meditando al respecto, no se le ocurría la manera de vol
ver a verla. Tardó algún tiempo hasta que la encontró: la
misa del domingo. Cómo no se le había ocurrido antes.
Los Camaño no faltaban nunca a la misa del domingo.
Entonces, un domingo cualquiera se lavó bien la cara y
94 | FEDERICO JEANMAIRE
Hipólito Díaz
Asilo de ancianos de Baradero
2 de junio de 1950
EL MILAGRO INVERTIDO
Guillermo Martínez
(Bahía Blanca)
Sergio Olguín
(Mar de Ajó)
II
III
IV
Leonardo Oyola
(La Plata)
¿Que qué era lo que quería ser? ¿Qué era lo que quería
estudiar? ¿Psicología? Si ella hubiera estado esa noche
bailando al calor de Las Armas, te la imaginás sudando
la remera anaranjada. Qué lástima que no se pueda
fumar más en los recitales. Llegar a tu casa con la ropa
impregnada en olor a pucho y a ella.
CONTROL REMOTO
Bibiana Ricciardi
(General Villegas)
—¿Qué comentan?
—Mire hacia adelante, mi niña. No se altere mien
tras maneja. Es muy peligroso.
—Padre, estoy cansada, ¿no seguiría usted? Ya casi
llegamos.
Alejandra Zina
(Villa Gesell)
Los chanchos
Marcos Almada (Azul) ............................................ 15
La isla
Gabriela Cabezón Cámara (Delta Tigre) .............. 39
El hotel
Florencia Canale (Mar del Sud) .............................. 45
El destetado
Federico Jeanmaire (Baradero) .............................. 89
172 | DIEZ LUGARES CONTADOS
El milagro invertido
Guillermo Martínez (Bahía Blanca) ...................... 107
Barcos hundidos
Sergio Olguín (Mar de Ajó) .................................... 123
Control remoto
Bibiana Ricciardi (General Villegas) ..................... 145
Arenal
Alejandra Zina (Villa Gesell) ................................. 159
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