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BREVE HISTORIA DEL DEPORTE ARGENTINO.

Hacia fines del siglo XIX comenzó a institucionalizarse la actividad deportiva en el país. Los primeros
clubes y federaciones se conformaron imitando las instituciones inglesas nacidas en torno a juegos de
origen británico: fútbol, rugby y polo.
Automovilismo
Hablar de este deporte en la Argentina es hablar de Juan Manuel Fangio, quien participó en 200
competencias, obtuvo 80 triunfos, clasificó segundo en 28 oportunidades, utilizó 49 autos en toda su
carrera deportiva, fue 5 veces campeón mundial de Fórmula 1 con cuatro grandes marcas: Alfa Romeo
(1951), Mercedes Benz (1954–1955), Lancia Ferrari (1956) y Maserati (1957) y se convirtió en leyenda del
automovilismo mundial.
En los años 70 fue figura destacada el santafesino Carlos A. Reutemann, quien debutó en 1972. Logró un
total doce grandes premios, siendo 1978 el año de su mejor perfomance: ganó en Brasil, dos veces en
Estados Unidos y en Gran Bretaña y subió al podio en ocasión de otros 33 grandes premios.
En cuanto al turismo carretera, su historia se remonta al año 1937, al autorizarse en la Argentina la
realización del Gran Premio TC, en el que sólo podían participar autos de carrocería cerrada
(excluyendo así a los de carrera o gran sport). La extensión de la prueba debía superar los mil
kilómetros, recorriendo diferentes caminos y provincias, a una velocidad máxima de 120 Km/h. Un
puñado de audaces se lanzó a recorrer nuestro país a través de caminos inexistentes, a bordo de
vehículos en serie armados con esfuerzo y dedicación. La consagración fue para Ángel Lo Valvo bajo el
seudónimo de "Hipómenes". En 1948 se disputaría la mayor gesta del automovilismo argentino: el Gran
Premio de la América del Sur. Fueron catorce extenuantes etapas uniendo las ciudades de Buenos Aires
y Caracas (Venezuela), resultando vencedor Domingo Marimón, para luego entrelazar Lima (Perú) y
nuevamente Buenos Aires, imponiéndose Oscar Gálvez.
La década de 1950 a 1960 es considerada la del piloto–mecánico. Hombres que “fabricaban" sus propias
máquinas y las conducían velozmente por los caminos más difíciles y abruptos. Ellos fueron: Oscar y
Juan Gálvez, Dante y Torcuato Emiliozzi, Ciani, Álzaga, Logulo, Devoto y otros. En la década siguiente,
siguieron su ejemplo Eduardo Copello, Gastón Perkins y Luis Di Palma, aunque poco a poco este deporte
fue cayendo en el encierro de los autódromos, con esporádicos momentos de apertura y brillo.
Otros nombres que hicieron eco en el automovilismo fueron: Juan M. Traverso, quien fue campeón de
TC en los años 1977, 1978 y 1999 con Ford, y en 1995, 1996 y 1997 con Chevrolet, y Roberto Mouras,
también campeón de TC en 1983, 1984 y 1985 con Dodge.
Básquet
Ya desde los años 30 el básquet nacional tuvo una activa participación en los certámenes
sudamericanos, en los que obtuvo el primer lugar en las ediciones de 1930, 1935, 1941 y 1943.
En 1950 se realizó el primer campeonato mundial y su sede fue el estadio Luna Park de Buenos Aires.
Pese a que las expectativas de un logro no eran muy altas, el combinado nacional entrenado por Jorge
Canavesi y Casimiro González Trilla se consagró campeón tras vencer a los hasta entonces imbatibles
Estados Unidos. El resto de la década vio al seleccionado argentino campeón en el Panamericano de
1955 y en un importante cuarto lugar en los Olímpicos de Helsinki 52.

Pese a que a nivel continental el básquet argentino tuvo ciertos aciertos, se puede decir que desde 1955
hasta 1982 la desorganización y la falta de una estructura sólida de competencia conspiraron contra este
deporte que fue perdiendo posiciones, más allá de figuras y equipos meritorios que surgían de tanto en
tanto. En esos años no existía una liga nacional, sino que cada federación organizaba sus propios torneos
y anualmente se realizaba un campeonato de selecciones provinciales.

A principios de los 80 el director técnico León Najnudel presentó un proyecto de creación de una liga
nacional organizada en tres divisionales, que comenzó su andadura en 1985. La liga creció, no sin
contratiempos, y sus frutos no tardaron en aparecer. En 1990 Argentina fue sede del mundial en el que
quedó en octavo lugar. Además, en 1995 obtuvo el título Panamericano y la Copa América de 2001,
ambos disputados en nuestro país.

La consagración de este deporte a nivel internacional llegó con el segundo lugar en el Mundial de
Indianápolis en 2002 y la obtención de la medalla dorada en Atenas 2004.
Boxeo
Comenzó en nuestro país como un deporte amateur y de carácter aristocrático. El primer profesional
que saltó a la fama fue Luis Ángel Firpo, un peso pesado que fue apodado como “El Toro Salvaje de las
Pampas” en ocasión de la llamada “pelea del siglo” frente a Jack Dempsey un 14 de septiembre de 1923
por el título mundial y en la que fue derrotado. Este combate es especialmente recordado porque fue la
primera transmisión de radiodifusión deportiva desde el exterior.

En la década del 50 surge la figura del mendocino Pascual Pérez, quien fue el primer boxeador argentino
coronado campeón del mundo. Lo consiguió el 26 de noviembre de 1954 en Tokio, donde obtuvo la

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corona de la categoría mosca.
A comienzos de los años 60, otro mendocino: Nicolino Locche, logró la corona del peso liviano y un
apelativo que demostraba todas sus condiciones: “El intocable”.

Los 70 vieron al más importante boxeador de la historia argentina: Carlos Monzón, quien conquistó el
galardón de los medianos en 1969 ante Nino Benvenutti y lo retuvo en catorce defensas. Otro de los
destacados de la década fue Víctor Emilio Galíndez, campeón mundial de los medio pesados, que retuvo
su título en nueve ocasiones.
El cordobés Santos Benigno Laciar, en tanto, obtuvo el título mundial de peso mosca en 1981 y
construyó una exitosa carrera a lo largo de la década con dos coronas, mosca y súper mosca, que
defendió con éxito en ocho ocasiones. Por su parte, Juan Martín Coggi, apodado “Látigo”, se alzó en
1987 con el título de los Welter y Welter Junior; a este último lo retuvo en cuatro combates y lo
reconquistó para conservarlo en otras seis defensas.
Otros ídolos del boxeo fueron José María "El Mono" Gatica, Alfredo Prada, Oscar "Ringo" Bonavena y
Horacio Accavallo. Además, el boxeo olímpico dio a la Argentina siete medallas doradas, siete plateadas
y diez de bronce, lo que constituye la mayor cosecha del deporte nacional.
Fútbol
Fue practicado desde muy temprano por marineros ingleses en lugares cercanos al puerto de Buenos
Aires. Desconocido por entonces en las márgenes del Plata, despertó el entusiasmo de los criollos,
quienes por aquellos años se debatían entre la aristocracia de la esgrima o los por entonces populares
pelota vasca y las riñas de gallos.
En 1867 los hermanos Thomas y James Hogg fundaron el Buenos Aires Football Club en la calle del
Temple (hoy Viamonte) 38, donde lo practicaban con carácter amistoso y amateur. Trece años más
tarde, un 20 de junio, se enfrentaron por primera vez dos equipos de acuerdo con las leyes que rigen su
juego en el Buenos Aires Cricket, asentado en el predio donde actualmente se levanta el Planetario.
Tras la posterior instalación de los ferrocarriles, el fútbol comenzó a ser aceptado por los directivos y
empleados de origen británico y se formaron numerosas asociaciones en las cuales se frecuentaba la
práctica del juego. Así surgieron entidades como el Lomas Athletic Club, el Buenos Aires–Rosario
Railway, el Quilmes Athletic Club, el Flores Athletic Club, el Belgrano Athletic, o el English High School
que sería el antecesor del legendario Alumni.
Con estos antecedentes, en 1891 se constituyó la Argentine Association Football League, – formación de
corta vida (antecedente de la Asociación de Fútbol Argentino – A.F.A.) – que organizó en nuestro país el
primer torneo, en el que intervinieron cuatro equipos y que obtuvo Saint Andrews quien se convirtió en
el primer campeón del fútbol argentino. Simultáneamente el juego se practicaba en las calles y en los
patios de los conventillos con un invento criollo: la pelota de trapo.
Golf
A partir de 1879, los ingleses contratados para la construcción del ferrocarril en nuestro país, fueron
introduciendo el golf, entre otros deportes de procedencia británica.
El escocés Valentín Scroggie es reconocido como el padre del golf argentino, debido a que jugó aquí el
primer match en el año 1892, en la plaza de la localidad de San Martín.
Posteriormente se fundó en el barrio de Belgrano el San Martín Golf Club, cuyo campo era en realidad
un baldío, lleno de pozos y pastizales. También por aquel entonces tuvo lugar la construcción de la
primitiva cancha del Hurlingham Club y en 1893, la del Lomas Athletic Club. En este espacio se jugó el
primer torneo para damas y en 1895, Uruguay y Argentina disputaron el Primer Campeonato Amateur del
Río de la Plata.
Juan Dentone era por estos años de finales del siglo XIX, el único profesional de golf nacido en el país,
que ejercía como tal en el Lomas Athletic Club. En Buenos Aires sólo existían cuatro clubes dedicados a
esta actividad deportiva y uno en el interior del país: el Rosario Golf Club, instituciones que mantenían
entre sí una fluida comunicación.
Hockey
Sobre patines: Hace muchos años la Federación Internacional de Hockey sobre patines se propuso
introducir este deporte en América del Sur. Desde que en 1960 participó por primera vez en un mundial
de la especialidad, el seleccionado argentino, tanto el masculino como el femenino, nunca bajó de la
quinta ubicación.
El logro más recordado fue su primera coronación cuando en 1978 en el Estadio del Parque de Mayo de
la ciudad de San Juan, meca de este deporte. Luego llegarían los títulos de 1984 en Novara, Italia; 1995
en Recife, Brasil y en 1999 en Reus, España.
Además, participó como deporte demostrativo en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 donde obtuvo
la medalla dorada.
Por su parte, el combinado femenino participó en tres mundiales de los cuales ganó los de 1998 en
Buenos Aires y de 2002 en Pa, en los que siempre estuvo en el podio, y obtuvo el título en Paços de
Ferreira, Portugal.

Sobre césped: En nuestro país este deporte ingresó a principios del siglo XX de la mano de ciudadanos
británicos que jugaban en los clubes de su colectividad. En 1908 se llevaron a cabo los primeros torneos
entre Belgrano Athletic, San Isidro Club y Pacific Railways (hoy San Martín) y en ese mismo año se formó

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la Asociación Argentina de Hockey. Un año después, se autorizó la afiliación de conjuntos femeninos.
En junio de 1968 se realizó en Rosario el Primer Congreso Argentino de Hockey, en el que se
el Campeonato Nacional y en 1983, en San Miguel de Tucumán, se fundó la Confederación Argentina de
Hockey sobre Césped y Pista.
Recientemente nuestro hockey femenino sobre césped alcanzó el esplendor internacional con el equipo
de Las Leonas que, entre otros logros, obtuvo la medalla plateada en los Juegos Olímpicos de Sidney
2000, campeonas en el Champions Trophy en Holanda 2001, campeonas mundiales en Perth 2002 y
medalla de bronce en los Olímpicos de Atenas 2004.
Pato
Esta diversión criolla nació, como su nombre lo indica, a raíz de una disputa entre paisanos montados a
caballo por un pato de verdad, introducido en una bolsa de cuero con un par de manijas, lo que generó
el clásico tironeo para arrebatárselo unos a otros.
Los testimonios de su práctica se remontan a 1610 y no estuvo exento de polémicas, puesto que en
diversas crónicas hay referencias al riesgo que entrañaba esta diversión. Como ejemplo, hay un auto
eclesiástico de fines del siglo XVII que advertía que quienes participaran en estas lides serían
excomulgados y en 1822 el gobernador de Buenos Aires, General Martín Rodríguez, prohibió este juego,
iniciativa en la que fracasarán Juan Manuel de Rosas y otros gobernantes.
El pato sobrevivió en los campos argentinos y en 1937 Alberto de Castillo Posse decidió transformarlo en
un deporte y redactó su primer reglamento. Un año más tarde, se derogó la prohibición y en 1941 los
campos en que se practicaba se unieron para fundar la Federación Argentina de Pato.
En 1953, un decreto del Poder Ejecutivo Nacional lo declaró Deporte Nacional.
Polo
Llegó a nuestro país hacia 1875 de la mano de habitantes ingleses y se afincó especialmente en la
Provincia de Santa Fe. David Shennan es considerado el precursor del polo argentino y fue en su
estancia, "Negrete", donde se organizó el primer partido entre un equipo citadino y otro rural. La
práctica se hizo frecuente en otras estancias y, con el tiempo, se abrieron clubes en Venado Tuerto,
Cañada de Gómez, Quilmes y Flores, para finalmente en 1888, desembocar en el más destacado: el
Hurlingham, remedo de su homónimo londinense. Hacia 1892 nace la entidad The River Plate Polo
Association que dará lugar, en 1922, a la Asociación Argentina de Polo. El polo dejaba de ser una
práctica exclusiva de extranjeros para comenzar atraer a los criollos. Tal fue su progreso que ya en los
juegos olímpicos de París 1924 el equipo conformado por Juan Miles, Enrique Padilla, Juan Nelson,
Arturo Kenny, G. Brooke Naylor y A. Peña obtuvo la medalla dorada; un logro que se repetiría en Berlín
1936 de la mano Manuel Andrada, Andrés Gazzotti, Roberto Cavanagh, Luis Duggan, Juan Nelson, Diego
Cavanagh y Enrique Alberdi.
La progresión de este deporte fue imparable, a tal punto que nuestro país es conocido como la meca del
polo mundial y los torneos locales son seguidos desde todo el planeta.
Remo
Al igual que otros deportes, los orígenes del remo en nuestro país deben rastrearse al calor de la
influencia británica en el Río de la Plata. Hacia 1871 los marinos ingleses competían entre sí
representando a las embarcaciones de mar ancladas en el Riachuelo de Buenos Aires y en el río Luján,
en Tigre. Dos años después se realizaron los primeros torneos, que contaron con la visita del –por
entonces – Presidente de la Nación: Domingo Faustino Sarmiento. En 1893 se funda la Unión de Regatas
del Río de La Plata y el 11 de noviembre de ese año se corre oficialmente, bajo su patrocinio, la
primera regata oficial en aguas del río Luján. Por aquellos años, el deporte era ya practicado por una
selecta elite de familias tradicionales, que le dieron a la actividad un tono aristocrático y que hicieron
del Tigre una selecta zona residencial veraniega. En 1901 se funda la Asociación Argentina de Remo. Con
el correr del tiempo, el deporte fue ampliando su base de sustentación, haciéndose familiar y popular,
lo que determinó que el río Luján se convirtiera en el principal centro de casi todo el continente y que
el 11 de noviembre se transformara en la fecha tradicional del remo argentino. Son innumerables las
pruebas allí realizadas: promocionales, oficiales, campeonatos argentinos, sudamericanos y
panamericanos se disputaron en sus aguas. En 1973, las autoridades locales declararon a Tigre como
"Capital del Mini–turismo y Cuna del Remo Argentino".
Rugby
Sus primeros antecedentes se remontan a 1873 cuando dos equipos de aficionados británicos: el Ciudad
y el Bancos, se enfrentaron en el Buenos Aires Cricket de Palermo.
Desde 1882 el deporte comenzó a practicarse en el Club Atlético de Rosario, considerado como la
institución pionera del rugby en América Latina. En ese entonces, los jugadores eran residentes
británicos que solían alternar este deporte con otros, especialmente fútbol, tenis y polo durante la
temporada otoño–invierno, mientras que reservaban la primavera y el verano para el cricket y el remo.

En 1899 se funda la River Plate Rugby Union Championship, antecedente directo de la actual Unión
Argentina de Rugby y en 1904 se inscribe el primer equipo criollo: el Centro de Estudiantes de la
Facultad de Ingeniería. Al sumarse al rugby el Club Gimnasia y Esgrima, las actas de la River Plate Rugby
Union Championship dejaron de redactarse en inglés, como era la práctica usual, para ser escritas en
español.

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Tenis
La Argentina comenzó a destacarse en el “deporte blanco” en la década del 50 con Oscar Furlong,
Enrique Morea, Mary Therán de Weiss y en los 60 con Julián Ganzábal y Oscar Escribano. Sin embargo, su
explosión llegó a principios de los 70 de la mano del zurdo marplatense Guillermo Vilas quien junto a
Ricardo Cano, y más tarde José Luis Clerc, pusieron al tenis argentino en las instancias finales de la
Copa Davis. Con esas grandes actuaciones, este deporte se popularizó –hasta entonces considerado
aristocrático– y generó la aparición de canchas y jugadores en todos los rincones del país.
En la década del 80 Gabriela Sabatini, con apenas 14 años, le dio nuevo impulso nacional y con la
llegada del siglo XXI una nueva camada, conocida como la “Legión Argentina” puso a nuestro tenis en lo
más alto del mundo.
Esta generación, integrada entre otros por David Nalbandián, Gastón Gaudio y Guillermo Coria, aún no
alcanzó su techo y se reconocen como herederos de Guillermo Vilas.
Vóley
Este deporte fue introducido en la Argentina en 1912 por la Asociación Cristiana de Jóvenes. En 1932 se
funda la Federación Argentina de Vóleibol, conjuntamente con la de pelota al cesto. Al año siguiente se
organiza el primer campeonato nacional de primera división, consagrándose en categoría damas: el
INEFA y en caballeros, la YMCA (Asociación Cristiana de Jóvenes).
La publicación del primer reglamento oficial se produjo en 1936, aprobándose luego el de pases y
clasificación de jugadores. En 1939 se reglamentan tamaño y peso de los balones; en 1941 la Federación
ingresa en la Confederación Argentina de Deportes y al Comité Olímpico Argentino. Al año siguiente se
resuelve que el vóleibol y la pelota al cesto marchen por caminos independientes.
La selección argentina masculina de mayores participó por primera vez en una competencia oficial
internacional en 1951: el Campeonato Sudamericano en Río de Janeiro, Brasil, alcanzando el cuarto
puesto. También en dicha ciudad tuvo lugar, en 1960, la primera participación en un Mundial, ocupando
nuestra selección el décimoquinto puesto.

FUENTE

http://www.argentina.gov.ar/argentina/portal/paginas.dhtml?pagina=170

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