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UNIDAD 3

MOMENTO 3: ANALIZAR LA PROPUESTA

Presentado Por:

Yenny Paola Amado Caicedo CC 1096954344

Edy Yohana Carreño Tarazona CC1095936683

Grupo: 403023_63

Presentado A: Juan Diego Acosta Ospina

Universidad Nacional Abierta y a Distancia – UNAD

Paradigmas De Investigación En Psicología

Mayo 9 de 2021
La violencia a causa de los grupos al margen de la ley en Colombia

El conflicto armado en Colombia ha tenido estudios múltiples desde la sociología,

antropología, el derecho, la psicología, e incluso, desde la economía, en este último caso, un

poco menos abordado. Todos ellos, sin precisar una disciplina concreta, son coincidentes en que

el conflicto armado ha desplegado asesinatos, secuestros, desplazamientos y desapariciones

forzadas y, con ellas, torturas, tanto en su faceta psicológica, como física. Al respecto, nótese

que, Los muertos y desaparecidos no son la única referencia para mostrar la magnitud del

sufrimiento que ha causado la guerra en Colombia. Hay una violencia que no es letal, pero es

igualmente destructiva. La violencia sexual, las minas antipersonal y la destrucción de bienes

han sido secuelas profundas del conflicto. La mayoría de ellas siguen ocurriendo todavía (Centro

Nacional de Memoria Histórica, 2013). ACNUR (2018). Es por eso que el miedo ha sido una

constante en nuestra Colombia el cual ha ido creciendo con el paso de los años y va de

generación en generación ya que todo lo mencionado anteriormente continúa en nuestra época

actual y siguen las masacres, la delincuencia, el narcotráfico, la parapolítica, entre otros.

El desplazamiento forzado ha sido una de las principales causas de violencia por lo que

los habitantes han tenido que salir de sus tierras hacia las grandes ciudades en busca de una

mejor calidad de vida, en el contexto del desplazamiento forzado es necesario entender que el

miedo es parte constitutiva de las estrategias de terror empleados por los grupos armados para el

control de la población, el miedo no sólo se siente, se usa como mecanismo de poder y

subyugación de la población. Ahumada C. y Moreno A, 2004, pág.23.


Según los medios de comunicación juegan un papel fundamental a la hora de informar a la

población y el mundo entero solo que en muchas ocasiones informan lo que el gobierno quiere

que muestren y no la realidad que se vive, además muchos periodistas han sido callados por parte

de fuerzas al margen de la ley al querer estos revelar la verdad.

Los periódicos, las emisiones radiales, los telenoticieros necesitan incrementar o al menos

mantener su audiencia para continuar al aire o en circulación. Infelizmente, da la casualidad de

que el miedo constituye uno de los mejores ganchos para lograrlo. En condiciones de dura

competencia, es fácil para los encargados de un medio caer en la tentación de subrayar los

aspectos más llamativos de unos acontecimientos de por sí llamativos. Es aquí donde resulta

oportuno recordar el apetito creciente por las imágenes de violencia y de sangre que caracteriza a

la sociedad contemporánea. Susan Sontag ha subrayado que, desde hace varias décadas, el grado

de violencia, sadismo y horror admitidos en la cultura de masas (a través de las películas, la

televisión, los videojuegos, etcétera) viene en aumento: “Imágenes que habrían tenido a la

audiencia encogida y apartándose de repulsión hace cuarenta años son vistas hoy sin siquiera un

pestañeo por todos los adolescentes en los multicines” (2003, pgs. 100-101).

La destrucción también se edifica como un paradigma existencial, uno que por el bien del

planeta y de todos los que lo habitamos, debe ser reemplazado con urgencia. El arte y la

educación artística deberían propender por insertar la creación como manera válida de existencia

en el habitus de los seres humanos, esto como búsqueda efectiva de construir relaciones pacíficas

tanto entre seres humanos, como entre estos y la naturaleza. En Colombia el ambiente está dado
para que las bases culturales sobre las que se han edificado las subjetividades particulares y

colectivas puedan transformarse, ejercicio que requiere de un trabajo arduo y disciplinado, de

propuestas y apuestas serias y realizables; demanda el compromiso estatal y el accionar de

artistas, académicos, educadores y demás miembros de la sociedad que trabajen conjuntamente

en la consolidación de una paz que vaya más allá de lo acordado entre el Gobierno y las Farc, y

pueda traducirse en una paz construida por todos los miembros de la sociedad. pág.75.

Es importante que Colombia genere estrategias donde se brinden posibles soluciones a la

violencia que se ha vivido por más de 50 años, algunas como firma definitiva a la Paz del país,

mejores condiciones para las personas en salud, estudio, laborales, entre otras ayudando a la

población a salir adelante dejando a un lado el tercermundismo.

PARADIGMA EMERGENTES

Dentro de los postulados básicos del paradigma emergente, se establece que son cinco los principios o

postulados fundamentales y más universales. Éstos se definen, “como dos de naturaleza o base más bien

ontológica, que serían la tendencia universal al orden en los sistemas abiertos y la ontología sistémica, y

tres de naturaleza epistemológica, el conocimiento personal, la meta comunicación del lenguaje total y el

principio de complementariedad” (Martínez, 1997, p. 80). Al igual que la evolución de la ciencia en sus

estructuras, la pedagogía y la educación han venido sufriendo una serie de modificaciones que también

han permitido su evolución a través de los años en sus componentes esenciales. Uno de los grandes

precursores del surgimiento del nuevo paradigma es Ilya Prigogine a través de su teoría de las estructuras

disipativas. Como cita Miguélez (1997) su principal aporte está en “crear teorías que salvan la brecha

entre varias ciencias, es decir, entre varios niveles y realidades en la naturaleza” (p. 80). A raíz de esta

teoría se empiezan a construir diferentes y nuevos modelos educativos, tendientes a barrer con las viejas

estructuras rígidas de enseñanza en la educación, buscando la convergencia de saberes, ligado a las


personas que lo aprenden “va dando a la luz propuestas pedagógicas alternativas tales como la sinéctica,

la hipótesis enactiva, la pedagogía del caos o creática, la pedagogía transpersonal y valórica, el proyecto

de conversación educativa, la resiliencia en la educación o la pedagogía de la esperanza, entre otras

vertientes” (De Jesús, Andrade, Martínez, Méndez, 2012, párr. 1). Lo que hace sólido el nuevo paradigma

emergente, es la fuerza de la idea central de los cinco postulados anteriormente mencionados. En la

ontología sistémica, se tiene que las acciones humanas de una manera aislada pierden su valor y son

vistas o interpretadas por la labor que desempeñan en la estructura total de la personalidad (Martínez,

1997), quiere decir, que el método por excelencia para la comprensión del comportamiento humano es la

hermenéutica, observando la intencionalidad que lo anima como tal. El conocimiento personal como

principio que expone Martínez y que forma parte integral del paradigma emergente, resalta la dialéctica

que se da entre el objeto y el sujeto y, sobre todo, el papel decisivo que juegan la cultura, la ideología y

los valores del sujeto en la conceptualización y teorización de las realidades.

La educación entendida como transmisión de conocimiento, ha sido quizás la forma de imprimirle un

sentido “verdadero” a lo que conocemos, dejarlo allí, como “conocimiento congelado” para que otros se

acerquen a conocer la realidad tal como ha sido vista en un instante determinado (De Jesús, Andrade,

Martínez, Méndez, 2012, p. 3). Y dicho congelamiento se ha venido acentuando en las prácticas de

enseñanza y aprendizaje que descontextualizan cada día más la relación de la educación con el entorno.

Las prácticas, los escenarios, pero sobre todo su reflexión epistémica, se debe fundamentar en un

paradigma que le permita mirarse a sí misma, reflexionando a partir del papel que desempeña el sujeto en

la formación de otros sujetos y las posibilidades que este enmarcaría en un escenario de construcción

social. (Gallego, 2013) “Todo está en un movimiento continuo; aún una roca es una danza continua de

partículas subatómicas. Por otra parte, algunas formas de la naturaleza son sistemas abiertos, es decir,

están envueltos en un cambio continuo de energía con el medio que los rodea” (Martínez, 1997, p.81) Sin

embargo, muchas de las prácticas educativas actuales han sido concebidas por un paradigma positivista,

donde se parte de la utilidad de la educación, en principal medida para aportar al sistema capitalista.
Entonces se forma para la prueba, para el mercado laboral. Para el mundo competitivo que le exigen

producir más, para comprar más. Según Martínez (1997), dicho paradigma positivista surge de cómo la

física clásica introdujo un concepto mecanicista del mundo, que dominó casi todas las ciencias durante

muchos años, basada en la teoría matemática de Newton, la filosofía racionalista de Descartes y la

metodología inductiva de Bacon. Ésta concebía a la materia como la base de todo cuanto existe, de tal

manera que el cosmos era una máquina conformada por componentes elementales. Según ellos, los

fenómenos naturales se deducían reduciéndolos a sus partes básicas y descubriendo los mecanismos que

los hacen funcionar, a lo cual se le llamó “Reduccionismo”. La física clásica entiende las cosas como

estructuras de nivel básico, lo que arroja verdades simplistas; está permeada por la visión mecanicista que

la limita. Posteriormente se evolucionó a la física moderna con una visión ecológica y orgánica del

mundo, lo que ha permitido ver el universo ya no como una máquina, sino como una unidad indivisible y

armónica. (Sastoque et al., 2014) De acuerdo con Martínez (1997) para la última década del siglo pasado,

la mecánica newtoniana había perdido ya su papel como teoría fundamental de los fenómenos naturales.

La electrodinámica de Maxwell y la teoría de la evolución de Darwin, suponían una serie de conceptos

que iban mucho más allá del modelo newtoniano y revelaban que el Universo era mucho más complejo de

lo que Descartes y Newton habían imaginado.

Como paradigma emergente más centrado en la temática que se está trabajando me inclino más

por la Teoría de los Sistemas, ya que según Luhmann busca comprender el comportamiento de

una organización considerando sus metas y procesos, y su relación al medio ambiente al cual

deben adaptarse. Desde una teoría que entiende al orden social como control, solo pueden

aparecer como hechos generados por la incertidumbre e inestabilidad (complejidad) en la que

operan los sistemas y por el carácter contingente de sus estructuras. Stephen Fuchs plantea

acertadamente que para Luhmann: “El orden social no radica en la exclusión del malentendido,

del conflicto, de la desviación o de la decepción, descansa más bien en los sistemas


comunicativos que deciden cómo manejar la desviación, el conflicto y el malentendido” (Fuchs

2000: 209). Por esto es que hay que llevar al orden social donde se analicen las perspectivas de

los que está viviendo y atravesando la sociedad en la actualidad a causa de la dura realizad y con

la crueldad que son desterrado de sus tierras y la vulneración de sus derechos como seres

ciudadanos y la respuesta al problema del orden a partir del cual es posible la orientación

coordinada de la acción en la situación ya mencionada.

Dos grandes pensadores como lo son Habermas y Derridá proponen lo siguiente:

Habermas, por ejemplo, señala: La espiral de violencia comienza con una espiral

de la comunicación perturbada –que a través de la desconfianza recíproca no dominada-

conduce a la interrupción de la comunicación. Ahora bien, cuando la violencia comienza

con perturbaciones en la comunicación, se puede saber qué fue lo que resultó mal y qué

es lo que debe ser reparado después que ella haya estallado.

Derridá, por su parte dice que el mal es capaz de repetirse, imperdonablemente,

sin transformación, sin mejoramiento, sin arrepentimiento, ni promesa (…). El perdón

condicional pertenece al orden de la política y el derecho, de las negociaciones

pragmáticas y las deudas calculables. El perdón incondicional, el acto de perdonar lo

imperdonable, no se puede reconciliar con el derecho y la política, porque no permite la

negociación pragmática ni el intercambio equitativo.

Hay que mirar los caminos que se han recorrido durante más de 50 años frente a

la violencia que se ha vivido en Colombia, y reestructurar las dificultades humanas con el

fin de ayudar y sacar adelante al país, según Habermas menciona que han habido

perturbaciones en la comunicación las cuales son fundamentales a la hora de sacar un


país de la guerra y la violencia contra los más pobres y las comunidades indígenas, si las

cosas se hicieran con sentido común y más con miras miras hacia el futuro y las

generaciones que vamos a dejar que gobiernen a este país es bueno conocer las

condiciones de la comunidad y sobre todo que estos grupos al margen de la ley que han

ocasionado tantos estragos sientan un arrepentimiento de corazón y que este flagelo

acabe por completo donde haya la PAZ que es la que tanto se anhela pero que ha sido

tan difícil de conseguir.

REFERENCIAS

ACNUR. (1998). Principios rectores sobre el desplazamiento forzado. Bogotá: ACNUR.

ACNUR. (2018). “Hay más víctimas de desplazamiento forzado en Colombia que

número de habitantes en Costa Rica”. Bogotá. Recuperado el 12 de Diciembre de 2018,

de https://www.acnur.org/noticias/noticia/2018/12/5c243ef94/hay-mas-victimas-de-

desplazamiento-forzado-en-colombia-que-numero-de-habitantes.

Ahumada C. y Moreno A, 2004, El desplazamiento forzado de colombianos hacia el

Ecuador en el contexto del Plan Colombia, Bogotá, Ceja (mimeo).

Gonnet, J. (2018). Orden social y conflicto en la teoría de los sistemas de Niklas

Luhmann / Conflict and social order in Niklas Luhmann´s systems theory. Cinta de Moebio, 61,

110–122. Recuperado de https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-

554X2018000100110&lang=es

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