RESOL1IJCIlON DE CONTRATO

Para que pueda declararse desistido el contrato por mutuo disenso tácito requíérese que del
comportamiento de ambos contratantes frente al cumplimiento de sus obligaciones pueda
naturalmente deducirse que su implícito y recíproco querer es el de no ejecutar el contrato.
Técnica de casación: por su propia naturaleza cada uno de los tres únicos conceptos de vio-
lación de normas de derecho sustancial excluye que la misma norma pueda ser infringida al
mismo tiempo por dos conceptos diferentes.

Corte Snpt'e?na de J1tsticia. de Gómez, y, finalmente, para que éste fuese

Sala de Casación Civil
Bogotá, D. E., septiembre 20 de 1978.
Magistrado ponente: doctor Germán GimZdo Z'/(,-
luaqa.
Decídese el recurso de casación interpuesto por
la parte demandante contra la sentencia del 13
de octubre de 1977, proferida por el Tribunal
Supenior del Distrito Judicial de Ibagué.
1 :1; 80.000 de contado que, en caso de retracto
El litigio
l. En demanda corregida, que se admitió por
auto del 31 de marzo de 1976, Francisco Barra-
gán demandó an te el Juez Civil del Circuito de
Espinal a Dimas Alberto Gómez para que, pre-
vios los trámites del proceso ordinario de mayor
cuantía, se declarase resuelto, por incumplimien-
to del demandado, el contrato de promesa de
compraventa de la finca "Moyas viejas", cele-
brado el 6 de agosto de 1974, autorizando al
demandante para hacer suya la suma de $ 80.000
que el incumplido le había entregado a título de
arras; para que, eu consecuencia, se condenara
al demandado a restituirle, dentro de 6 días a
partir de la ejecutoria de la sentencia, el inmue-
ble dicho; para que se declarase que él no está
. obligado a devolver al demandado la suma de
$ 120.000, recibida como parte del precio pro-
metido, pues se compensa con el valor de los
frutos que la finca ha producido desde el 6 de
agosto de 1974, fecha desde la cual está en poder
condenado al pago de los perjuicios que le ha
causado con el incumplimiento del contrato de
promesa.
2. Los hechos fundamentales de la demanda
consisten en que demandante y demandado, aquél
como prometiente vendedor y éste corno prome-
tiente comprador, ajustaron contrato de prome-
sa de compraventa de la finca" Moyas viejas",
singularizada en el hecho 29 de la demanda, con-
trato que se consignó en escrito que suscribieron
en Chicoral el 6 de agosto de 1974, fecha en que
se hizo entrega material del predio a Górnez. El
precio acordado fue el de $ 400.000, pagadero así:
o incumplimiento, los perderá el' comprador;
$ 120.000 representados en cheque que debía co-
brarse el 30 del mismo agosto, y los $ 200.000
restantes" representados en letra de cambio con
vencimiento el día 30 de agosto de 1975, pagade-
ra en el acto de firmar la escritura de venta res-
pectiva y descontada la letra que el vendedor
firmará a favor del comprador por concepto de
una suma de dinero que este último pagará a la
Caja de Crédito Agrario, Oficina de Chicoral,
por cuenta del vendedor, en el mes de enero de
1975, por abono en la deuda existente en esta
entidad a cargo del vendedor". La correspon-
diente escritura pública debía otorgarse a las 9
de la mañana del 30 de agosto de 1975 en la
Notaría de El Guamo.
De las obligaciones contraídas, el demandado
Gómez no cumplió con la de pagar a la Caja de
Crédito Agrario la suma de $ 115.800, a que
ascendía para entonces el saldo de la deuda que
con esa entidad tenía contraída el demandante,
 GACETA
pues Gómez sólo había abonado para el 30 de
agosto de 1975 la cantidad de $ 29.066.90, aun-
que oportunamente hizo otro abono por valor
de $ 13.097.00.
3. Con oposición del demandado, quien pro-
puso expresamente la excepción de contrato no
cumplido, se adelantó la primera instancia que
finalizó cor; sentencia del 7 de febrero de 1977,
que declaro resuelto el contrato de promesa de
compraventa "por disentimiento de ambas par-
tes" y ordenó al demandado restituir al deman-
dante la finca "Moyas viejas" y la suma de
$ 85.000 anuales, por concepto de frutos, a par-
tir del 19 de agosto de 1974. A su vez condenó
al demandante Barragán a restituir a Gómez,
con sus intereses, los contados que recibió a
cuenta del precio de la venta prometida y negó
las demás peticiones de la demanda.
La parte demandada, entonces, apeló de la an-
terior decisión que el Tribunal Superior del Dis-
trito Judicial de Ibagué, al desatar el recurso,
revocó por medio de su fallo del 13 de octubre de
1977 en que, además, denegó todas las peticiones
de la demanda. Así las cosas, el demandante in-
terpuso el recurso de casación que ahora se de-
cide.
II
Fundamento« de la sentencia del ad quem.
Básase el fallo sustancialmente en que como la
prosperidad de la acción resolutoria, a más de
que se trate de contrato bilateral y que el de-
mandado haya incumplido, así sea en parte, sus
obligaciones, presupone que el demandante haya
satisfecho las suyas o allenádose a cumplirlas, no
podrá acogerse la demanda, pues no existe prue-
ba de que el demandante se hubiera allanado a
otorgar la escritura pública de compraventa el
30 de agosto de 1978, como era su deber, hecho
que él debía probar como lo exigen los artículos
174 y 177 del Código de Procedimiento Civil y
1757 del Código Civil. Como el demandante no
se presentó en el lugar y tiempo debido a otorgar
esa escritura" es imperioso concluir que no cum-
plió su obligación ni estuvo pronto a cumplirla"
y, por tanto, no puede ejercer airosamente la ac-
ción de resolución, reservada para quien fue fiel
a sus compromisos. Si Montealegre no satisfizo
sus obligaciones y el demandado también incum-
plió "no puede ser considerado en mora, en vir-
tud del principio consagrado en el artículo 1609
del Código Civil ", no obstante que es bilateral
el contrato de promesa aquí debatido.
JUDICIAL Número 2399
III
La demanda de casación
Cargo único se formula contra la sentencia del
Tribunal a la que se atribuye violación de los ar-
tículos 1546, 1602 y 1609 del Código Civil por
interpretación errónea; del artículo 1609 ibídem,
por aplicación indebida; y de los artículos 1546,
1602 y 1625 de. la misma obra por falta de apli-
cación.
Dice el censor que para el Tribunal, la acción
consagrada en el artículo 1646 sólo puede pros-
perar cuando únicamente el demandado ha in-
cumplido el contrato, de lo que se desprende que
si el incumplimiento fue bilateral "los contra-
tantes permanecerán formal e indefinidamente
vinculados sin que ninguno de ellos pueda soli-
citar ni la disolución del nexo ni la ejecución de
las prestaciones surgidas de él, pues en ambos ca-
sos su acción estaría enervada por la ezceptio
non adimpleti coniracius'", sin reparar en la in-
justicia que ello comporta y en el enriquecimien-
to sin causa que así puede patrocinarse.
Luego expresa la censura, con apoyo en las sen-
tencias de la Corte de 23. de septiembre de 1974
y 13 de noviembre de 1975, que cuando, como en
la especie de este litigio, existe recíproca y si-
multánea inejecueión o incumplimiento de am-
bos contratantes, tal suceso debe entenderse como
expresión tácita del mutuo disenso que permite
declarar, por esa causa, disuelto o desistido el
contrato.
De esa manera -dice el censor- es evidente
la viabilidad de la acción resolutoria del contrato
bilateral o de prestaciones correlativas para cual-
quiera de las partes, tanto a favor de la que cum-
plió lo suyo, frente a la parte incumplida, con
indemnización de perjuicios, cual lo previene ex-
presamente el artículo 1546 del Código Civil, co-
mo a favor de los dos, en el caso de incumpli-
miento de ambas, pues dicho incumplimiento
mutuo ha de ser entendido rectamente como una
retractación por conducta omisiva, manifestación
inequívoca de su disentimiento o desistencia del
contrato en que se habían empeñado, con igual
deber restitutorio, pero sin indemnización de per-
juicios, habida consideración de su conducta si-
milar (artículo 2357 del Código Civil).
"O sea que, con una hermenéutica sana, ateni-
da al sistema normativo en su plenitud, la juris-
prudencia distinguió entre la resolución y la
ejecución alternativas, seguidas de condena in-
demnizatoria, a instancia del contratante cum-
plido y a cargo del incumplido (artículos 1546
del Código Civil y 1609 del Código Civil), y la
Número 2399 GACETA
mera resolución, confirmatoria del desistimiento
de ambas partes, pedida por cualquiera de ellas,
en el evento de que las dos hayan manifestado su
propósito de retractación dejando de cumplir
las obligaciones a su cargo derivadas del contra-
to (artículos 1602 y 1625, en consonancia con el
1546 del Código Civil).
"Aquí, prescindiendo de que el promitente
comprador demandado faltó primero a sus debe-
res, para observar tan sólo el hecho escueto de
que ni él ni el promitente vendedor cumplieron
con su obligación de celebrar el contrato de com-
praventa prometido en el tiempo y lugar conve-
nidos, aparece de manera inequívoca una actitud
negativa de los dos frentes al contrato de pro-
mesa, disuelto así por desistencia mutua, que
debe ser reconocida y declarada por la jurisdic-
ción, so pena de dejarlos injustamente unidos
a un yugo jurídico y moralmente insoportable,
cuya subsistencia significaría un despojo para el
señor Barragán, privado de su inmueble sin po-
sibilidad de reclamar del señor Gómez el precio
correspondiente.
"Ahora bien, como quiera que el Tribunal in-
terpretó equivocadamente los artículos 1546,
1602 y 1609 del Código Civil, a contrariedad de
la jurisprudencia mejor y última, invocada por
el juzgado, y por ello, aplicó indebidamente el
artículo 1609 del Código Civil y dejó de aplicar
los artículos 1546, 1625 del Código Civil al de-
clarar la excepción de contrato no cumplido y,
consecuencialmente, la resolución impetrada y la
vuelta de las cosas al status qua ante, pido se case
su sentencia para que, seguidamente, en instan-
cia, se confirme la del juzgado.
Consideraciones de la Corte
1. Es cierto, como-lo sostuvo el Tribunal con
soporte en la doctrina jurisprudencial, que para
el afortunado ejercicio de las acciones alternati-
vas consagradas en el artículo 1546 del Código
Civil para los contratos bilaterales en que 1¿nO
de los celebrantes no ha sido fiel a sus compro-
misos, en principio debe demostrar el deman-
dante que, por S1l parte, cumplió las obligaciones
que contrajo por el contrato o que se allanó a
cumplirlas. Pero también es verdadero lo. que
pregona el casacionista relativo a que el incum-
plimiento bilateral no impide el ejercicio de la
acción resolutoria, como parece sostenerlo el Tri-
bunal, siempre que del comportamiento de las
partes pueda colegirse intención mutua de no
llevar adelante el contrato, ánimo tácito de desis-
tirio, En este último caso, como lo ha sostenido
JUDICIAL 2>17
la doctrina, para que pueda declararse desistido
el contrato por mutuo disenso tácito, requiérese
que del comportamiento de ambos contratantes
frente al ctlmplimiento de StlS obligaciones, pueda
naturalrnenie dedsiciree que Stl implícito y recí-
proco querer es el de no eiecuior el contrato, el
de no llevarlo a cabo. No basta pues el recíproco
incnmplimiento, sino que es menester que los ac-
tos tl omisiones en que consiste la inejecución
sean expresivos, tácita o expresamente, de volun-
tad conjtlnta o separada que apunte a desistir
del contrato, pues si el incu.mplimiento de uno
tiene causa justificada en el del otro, es decir,
si aquél condiciona con derecho Stl cumplimiento
a la previa prestación de las obligaciones de su
contraparte, entonces su proceder no podría en-
tenderse como propósito de desistir del contrato.
Como en el caso que se decide, el Tribunal no
mencionó esta característica, aunque haya acep-
tado que ambos contratantes faltaron a sus com-
promisos, no podría tener prosperidad el cargo,
desde luego que fue formulado por la vía directa.
Además, dejando de lado lo dicho, el ataque no
franquearía la puerta de ingreso a estudiarlo en
el fondo, pues no obstante tratarse de un cargo
único, en él se denuncia quebranto de los artíeu-
los 1546 y 1602 del Código Civil simultánea-
mente por interpretación errónea Y falta de
aplicación, y del artículo 1609 siguiente por in-
terpretación errónea y aplicación indebida.
Por su propia naturaleza cada uno de los tres
únicos conceptos de violación de normas de dere-
cho sustancial excluye que la misma norma pue-
da ser infring·ida al mismo tiempo por dos con-
ceptos diferentes. Si la interpretación errónea,
en casación ocurre cuando el fallador da aplica-
ción a la norma pertinente para decidir el caso
controvertido, pero con sentido y alcance de que
el precepto carece, síguese que simultáneamente
no puede violar esa misma norma por falta de
aplicación, pues si la norma fue interpretada
erróneamente, necesariamente tuvo que ser apli-
cada. Y al mismo tiempo no puede transgredirse
un mismo precepto por errónea interpretación
y aplicación indebida, porque comportando aquel
yerro hermenéutico aplicación de norma perti-
nente, a la vez no puede alegarse aplicación in-
debida porque ésta sólo se da cuando se hace
actuar norma impertinente.
Por lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia
-Sala de Casación Civil-, administrando justi-
cia en nombre de la República de Colombia y por
autoridad de la ley, NO CASA la sentencia de 13
de octubre de 1977, proferida por el Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Ibagué, en este
 GACETA JUDICIAL Número 2399

proceso que suscitara Francisco Barragán Mon-
tealegre frente a Dimas Alberto Gómez.
Sin costas en casación, porque el recurso dio
lugar a rectificación doctrinaria.
Cópiese, notifíquese, publíquese en la Gaceta
Judicial y devuélvase el expediente al Tribunal
de origen.
Alberto Ospina Botero, José María Esg1terr-a
Somper, Germán Giralda Zul1wga, Héctor Gómez
o-u« H'llmberto Murcia Bollén, Ricardo Ur'ibe-
Holg1tín.
L1tiS H. Mera Benavides
Secretario,