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Infecciones bacterianas

La infección es la multiplicación de agentes patógenos como bacterias, virus, protozoarios y


hongos, en los tejidos del huésped. Los microorganismos patógenos tienen mecanismos de agresión
para evadir la resistencia inmunológica.
Cada género, especie o cepa de microorganismo (agente) ejerce mecanismos diferentes de agresión.
El daño que causan estos gérmenes, dependerá de las condiciones propias del huésped como edad,
estado nutricional, antecedentes de inmunizaciones, infecciones previas, respuesta inmune, así
como el ambiente, la prevalencia geográfica, temperatura, exposición a la radiación y el tratamiento
oportuno y adecuado.
Fiebre y síndrome febril
La fiebre es la elevación de la temperatura corporal por encima de los límites normales (36.5-
37.4°C). Se clasifica con base en su magnitud como febrícula (menor de 38ºC), fiebre moderada (38
a 39.5ºC), elevada o hiperpirexia (39.6 a 40.9ºC), hipotermia (menor de 36° C), e hipertermia
(mayor de 41ºC). Según el tiempo de evolución se clasifica como aguda, subaguda y crónica.
La etiología no necesariamente es infecciosa, puede tener un fondo inmunológico, alérgico y
neoplásico, pero lo esencial es que la presencia de fiebre indica actividad inflamatoria.
El síndrome febril es una elevación de la temperatura corporal más allá de lo normal y es causada,
muy frecuentemente, por las enfermedades infecciosas y otras condiciones no infecciosas que
desencadenen la respuesta inflamatoria.
Se incluyen aquellos padecimientos cuya etiología en orden de frecuencia son las infecciosas (más
de 60% de los casos) como la tuberculosis, infecciones de vías respiratorias altas, neumonía,
infecciones de vías urinarias, fiebre tifoidea, paludismo, absceso hepático amebiano, endocarditis
bacteriana, infecciones por virus ECHO, mononucleosis infecciosa, VIH-SIDA, y otros.
Factores de riesgo:

 Prematurez (edad gestacional < 37 semanas): debido a la inmadurez del sistema immune.
 Falta de inmunización.
 Ruptura prematura de membranas.

Clínica del síndrome febril:


Junto con la fiebre aparecen diversas manifestaciones clínicas, que constituyen el síndrome febril.
La taquicardia, con aumento de unos 15 latidos/minuto por cada grado de aumento de la
temperatura corporal y la taquipnea son hallazgos casi constantes y precoces. Dependiendo de la
instauración del síndrome febril, puede apreciarse una primera fase de palidez y frialdad cutáneas
(por vasoconstricción inicial), seguida de una segunda en la que aparece rubicundez y calor con
diaforesis, lo que comporta un aumento de las necesidades hídricas y facilita la deshidratación,
congestión de conjuntiva ocular y faríngea y cefalea.
También anorexia, mialgias y vómitos por retención de las secreciones digestivas y disminución de
la motilidad gastrointestinal son frecuentes. Los escalofríos son raros, pero se puede desencadenar
una insuficiencia cardiaca.
Complicaciones:
Convulsiones febriles, pérdida de peso, deshidratación, cetosis y otras alteraciones metabólicas.
Diagnostico:
Para realizar un diagnóstico es necesario medir la temperatura y realizar un examen físico,
inspeccionando garganta, nariz, oídos y la auscultación del corazón y los pulmones. Posteriormente
se puede realizar un análisis de sangre y de orina con los valores indicados para poder estudiar el
tipo de infección.
Además, para descartar una posible enfermedad infecciosa de los pulmones, puede realizarse
una radiografía de tórax. Si después de estas pruebas no se ha encontrado el epicentro de la
infección, se pueden realizar otras pruebas diagnósticas como pruebas inmunológicas, radiografías
más específicas o ecografías.
Tratamiento:
Medidas físicas. Es beneficioso permanecer en ambiente térmico de unos 20°C provisto de muy
poca ropa o casi desnudo, con objeto de favorecer las perdidas calóricas por irradiación. Baños
templados, son un recurso excelente para conseguir un descenso rápido de la temperatura; su
máxima indicación es la fiebre próxima a 40°C, con una duración de 30 minutos.
Medicación antitérmica. Tres medicamentos destacan en la práctica: ácido acetilsalicílico,
ibuprofeno y paracetamol. Todos tienen un alto grado de eficacia, amplio margen terapéutico, buena
toleracnia y escasos efectos secundarios.

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