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UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL BARRANQUILLA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


PROGRAMA DE MEDICINA
LA ÉTICA MÉDICA EN PRÁCTICA
IDENTIFICACIÓN
AUTOR: ANDRES JULIAN SALCEDO SEMESTRE: V ASIGNATURA: ÉTICA MÉDICA
FECHA: ABRIL DE 2018 FUENTE: Clases del Dr. Osvaldo De La Hoz GRUPO: B

1. VALORES
El valor es, entonces, una propiedad de las cosas o de las personas. Todo lo que es, por el simple hecho de
existir, vale. Un mismo objeto (persona o cosa) puede poseer varios tipos de valores, por ejemplo, un coche
puede ser útil además de bello. En el contexto se trata de lo que tiene que ver con lo bueno y lo malo.

1.1 Tipos de valores


• Valor moral: Perfecciona al hombre en cuanto a ser hombre, en su voluntad, en su libertad, en
su razón. Sin embargo vivir en la mentira, el hacer uso de la violencia o el cometer un fraude,
degradan a la persona, lo deshumanizan. Por el contrario las acciones buenas, vivir la verdad,
actuar con honestidad, el buscar la justicia, le perfeccionan. El valor moral te lleva a construirte
como hombre, a hacerte más humano. Los antivalores son los malos, y nos degradan como
seres humanos.
• Valores infrahumanos: Son aquellos que sí perfeccionan al hombre, pero en aspectos más
inferiores, en aspectos que comparte con otros seres. Aquí se encuentran valores como el
placer, la fuerza, la agilidad, la salud. Estos valores, no tienen que ver con la moral, es decir no
tienen que ver con lo bueno o con lo malo. Son valores del hombre. Por ejemplo: Placer, fuerza
agilidad y salud.
• Valores inframorales: Son aquellos valores que son exclusivos del hombre Aquí encontramos
valores como los económicos, la riqueza, el éxito, por ejemplo. La inteligencia y
el conocimiento, el arte, el buen gusto. Y socialmente hablando, la prosperidad, el prestigio,
la autoridad, etc. Siendo humanos, no llegan a ser morales.

1.2 Existencia de los valores


Los valores pertenecen a una región independiente, no son cosas, no pertenecen a la realidad, sino a
un mundo aparte y autónomo. Los filósofos están de acuerdo en que los valores existen, pero difieren
en cuanto al modo de existir; de ahí que pueden hablarse de las siguientes corrientes:

• Corriente subjetivista: Afirma que los valores son el resultado de las relaciones, individuales y
colectivas. El subjetivista se pregunta: ¿puede algo tener valor si nadie lo ha percibido ni puede
percibirlo? Según el subjetivismo, los valores no existen en sí y por si, sino que son meras
creaciones de la mente, existen solamente para mí; lo que hace una cosa valiosa es el deseo o
el interés individual.

Ellos afirman que los valores existen si y solo sí existe el sujeto. Los subjetivistas piensan en que
el valor de un exquisito manjar, no está en él, sino en el paladar, que lo saborea y le confiere
un valor determinado. Según los subjetivistas los valores son aprehensiones individuales,
singulares. El valor es un estado psíquico, subjetivo, una vivencia personal. Ellos defienden su
posición apoyándose en los siguientes argumentos:

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o Discrepancia: Con la cual se valora un acto, implica que los valores no son objetivos. Es
obvio, no puede uno ponerse de acuerdo en problemas éticos, estéticos, religiosos,
políticos, donde a menudo se producen conflictos o desacuerdos de valores.
o Constitución biológica: Los valores están supeditados a la constitución peculiar y
subjetiva. Los valores dependen de la existencia de los órganos de los sentidos. El que
no tenga un sustrato para captar algo, ese valor no existe.
o Interés: Una cosa adquiere valor en la medida en que se le confiere un interés.
o Jerarquización: Priorizar un valor, darle importancia a un valor, con respecto a otro.

• Corriente objetivista: Se opone al subjetivismo, sostiene que lo valores dependen del objeto y
no del sujeto; lo único que hace el sujeto es captar el valor. Reconoce que la valoración es
subjetiva, pero ello no implica que el valor lo sea. Del mismo modo como la percepción es
subjetiva, pero no el objeto percibido; el objetivismo defiende que no puede confundirse el
objeto con su captación. Dice que una cosa es el valor y otra cosa es la valoración. El problema
es como el objeto encarna el valor. Pero el valor es independiente de que una persona sepa
valorarlos o no. El bien, el objeto, o el acto pueden encarnar el valor.

• Posición intermedia entre el objetivismo y el subjetivismo: El filósofo argentino Frondizi piensa


que ambas corrientes son unilaterales, piensa que el valor surge de la relación entre el sujeto
y objeto y que esa relación axiológica origina una cualidad estructural empírica; esta cualidad
no se da en el vacío, sino en un situación humana.

1.3 Métodos para estudiar los valores


1. Apriorismo: No es necesario estudiar ni aprender la existencia del valor. Pues uno nace
aprendiendo o sabiendo que es lo bueno y que lo malo, no es necesario ponerlo en práctica pues
poseemos una intuición emocional sobre qué es lo bueno y que es lo malo. Se relaciona con el
subjetivismo.
2. Empirismo: Para saber si es bueno o malo hay que ejecutar el acto ¿Cómo sabemos si ser
responsables es un valor o antivalor? Si no conocemos las consecuencias de la irresponsabilidad.
La responsabilidad entonces cuando se ejecuta se vuelve valiosa. Se relaciona con el objetivismo.

1.4 Características de los valores


• Dependencia: Los valores no existen por sí mismos, necesitan depositario en quien descansar;
son como las cualidades de esos depositarios llamados bienes: la belleza de un cuadro, la
elegancia de un vestido, la utilidad de una herramienta. Los valores pertenecen a los objetos,
no son independientes.

• Polaridad: El valor oscila siempre dentro de una polaridad. Toda polaridad encierra dos valores
límites: bueno-malo (moral); varadero-falso (ciencia); bello-feo (arte). Al primer término de
toda valoración se le llama valor positivo y al segundo, valor negativo; a estos últimos se les
llama disvalores o contravalores. Todo valor tiene un antivalor.

• Jerarquía: Unos valores son superiores a otros. Es esto significa que los valores se presentan de
acuerdo con una gradación; hay unos valores inferiores y valores superiores; es necesario

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distinguir entre una clasificación y una jerarquía: una clasificación no implica un orden
jerárquico (orden que va de lo inferior a lo superior), en cambio los valores plantean una
jerarquía o tabla de valores. Se categorizan como universalidad de los valores, durabilidad,
amplitud, relación de unos con otros. Hay valores vitales, sociales, culturales, personales y
religiosos.

1.5 Crisis de los valores


La crisis es cuando los valores elevados no se realizan o se postergan. Cuando no existe una conciencia
de la dignidad humana, surge lo que se llama crisis de valores. Todas las actividades de la vida y la
cultura han sufrido cambios profundos que traen consigo una crisis de valores humanos.

La crisis de los valores plantea el problema de promover cambios, alternativas para un mejor desarrollo
normal, verdaderamente humano, de los hombres y mujeres. La ética, al reflexionar sobre estos
problemas, nos lleva a cobrar conciencia y pugnar por un mundo mejor.

2. DEONTOLOGÍA
Del griego δέον "debido" + λόγος "Tratado"; término introducido por Jeremy Bentham Deontología o la
ciencia de la moralidad, en 1889) hace referencia a la rama de la ética cuyo objeto de estudio son aquellos
fundamentos del deber y las normas morales.

Se refiere a un conjunto ordenado de deberes y obligaciones morales que tienen los profesionales de una
determinada materia. La deontología es conocida también bajo el nombre de "teoría del deber" y, al lado
de la axiología, es una de las dos ramas principales de la ética normativa.

2.1 CÓDIGO DEONTOLÓGICO


Un código deontológico es un conjunto de criterios, apoyados en la deontología con normas y valores,
que formulan y asumen quienes llevan a cabo una actividad profesional.

• ¿Cómo se redactan?: Generalmente se redactan en términos negativo o prohibitorios


• ¿Cómo se regulan el ejercicio profesional?: Se regula a través de normas legales y códigos de
conducta (deontológico), estos últimos son los que el mismo grupo la redacta y los impone.
Mientras que los legales son heterónomos y es otro grupo diferente que los redacta y los
impone.

2.2 DEONTOLOGÍA MÉDICA


Es el conjunto de principios y reglas éticas que han de cumplir los médicos en cualquiera de sus
modalidades. Los deberes que se imponen obligan a todos los médicos en el ejercicio de su profesión,
independientemente de la modalidad.

Las Organizaciones Médicas, como representantes de los médicos colegiados, son las que redactan la
deondotologia médica, asumen como uno de sus objetivos prioritarios la promoción y desarrollo de la
deontología profesional, y contemplan en sus estatutos un Código de Ética y Dentología Médica. El
incumplimiento de estos principios constituye falta disciplinaria tipificada en los Estatutos Generales
de la Organización Médica.

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La asociación se Medica Mundial (WMA) fue creada en septiembre de 1947, actualmente tiene 102
países miembros, incluido Colombia y la sede actual es Francia.

3. CÓDIGO DE HAMMURABI
Fue redactado en Babilonia por el rey Hammurabi. Tratade 18 o 20 siglos a.C. Aproximadamente 1 800 a.C.
Tiene aproximadamente 282 articulos que refieren a todos los problemas de una sociedad. Y 9 articulos
están dedicados a la práctica médica.

El código aplicaba una pena retributiva, que consistía en darle al retractar una pena indéntica a la que él
había cometido, esto es considerada la Ley del Talión, que se fundamenta en la venganza. Talón deriva de
la palabra ‘talis’ o ‘tale’ que significa idéntica o semejante.

Este evalúa el acto médico en base a resultados, si es positivo hay recompensa en


dinero o especie, si era negativo el castigo era lo que sucedia en dinero o en
especie. Hoy se evalúa el acto médico en base a medios, el medico está obligado
a aplicar la terapia o protocolo que la evidencia médica o científica ha
demostrado como la adecuada, si el medico se ciñe al protocolo (lex artis) el
paciente puede recuperarse o morir pero el medico no es responsable de la
muerte de ese paciente. Se dice que el médico no está obligado a salvarle la vida
siempre al paciente sino a aplicar el protocolo a esa especialidad o esa patología
esto es así porque la respuesta biológica de cada individuo es única e irrepetible,
además es aleatoria, lo que significa que el médico no puede garantizar en 100%
que paciente vivirá y/o se curara. El único médico que se evalúa por resultados es
el cirujano plástico.

• Art. 215. Si un médico ha llevado a cabo una operación de importancia en un señor con una lanceta
de bronce y ha curado a ese señor o (si) ha abierto la cuenca del ojo de un señor con la lanceta de
bronce y ha curado el ojo de ese señor, recibirá diez siclos de plata.
• Art. 216. Si es (practicada en) un hijo de un subalterno, recibirá cinco siclos de plata.
• Art. 217. Si es (practicada en) un esclavo de un señor, el propietario del esclavo dará dos siclos de
plata al médico.
• Art. 218. Si un médico ha llevado a cabo una operación de importancia en un señor con una lanceta
de bronce y ha causado la muerte de ese señor o (si) ha abierto la cuenca del ojo de un señor con
la lanceta de bronce y ha destruido el ojo de ese señor, se le amputará la mano.
• Art. 219. Si un médico ha llevado a cabo una operación de importancia en el esclavo de un
subalterno con una lanceta y le ha causado la muerte, entregará esclavo por esclavo.
• Art. 220. Si ha abierto la cuenca de su ojo con una lanceta de bronce y ha destruido su ojo pesará
plata por la mitad de su precio. (Si el esclavo no muere sino que queda con deficiencias, deberá
pagar la mitad)
• Art. 221. Si un médico ha compuesto el hueso de un señor o le ha curado un músculo enfermo, el
paciente dará al médico cinco siclos de plata.
• Art. 222. Si es a un hijo de subalterno le dará tres siclos de plata.
• Art. 223. Si es a un esclavo de un particular el propietario del esclavo dará al médico dos siclos de
plata.

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4. JURAMENTO HIPOCRÁTICO
Siglo IV a.C. se le atribuye a Hipócrates. No está hecho para los cirujanos, solo para los médicos.
Juro por Apolo, médico, por Esculapio, Higía y Panacea y pongo por testigos a todos los dioses y diosas, de
que he de observar el siguiente juramento, que me obligo a cumplir en cuanto ofrezco, poniendo en tal
empeño todas mis fuerzas y mi inteligencia.
• Tributaré a mi maestro de Medicina el mismo respeto que a los autores de mis días, partiré con ellos
mi fortuna y los socorreré si lo necesitaren; trataré a sus hijos como a mis hermanos y si quieren
aprender la ciencia, se la enseñaré desinteresadamente y sin ningún género de recompensa.
• Instruiré con preceptos, lecciones orales y demás modos de enseñanza a mis hijos, a los de mi
maestro y a los discípulos que se me unan bajo el convenio y juramento que determine la ley
médica, y a nadie más.
• Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa según mis
facultades y a mí entender, evitando todo mal y toda injusticia. (Beneficiencia y No maleficiencia)
• No accederé a pretensiones que busquen la administración de venenos, ni sugeriré a nadie cosa
semejante; me abstendré de aplicar a las mujeres pesarios abortivos. Pasaré mi vida y ejerceré mi
profesión con inocencia y pureza.
• No ejecutaré la talla, dejando tal operación a los que se dedican a practicarla.
• En cualquier casa donde entre, no llevaré otro objetivo que el bien de los enfermos; me libraré de
cometer voluntariamente faltas injuriosas o acciones corruptoras y evitaré sobre todo la seducción
de mujeres u hombres, libres o esclavos.
• Guardaré secreto sobre lo que oiga y vea en la sociedad por razón de mi ejercicio y que no sea
indispensable divulgar, sea o no del dominio de mi profesión, considerando como un deber el ser
discreto en tales casos.
• Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y mi profesión,
honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre mí la suerte
contraria.

Los códigos se redactan para tipificar una conducta x. Se redacta porque había una conducta lesiva para la
sociedad. El Juramento Hipocrático es politeísta.
• Jurar: Afirmar o negar algo poniendo por testigo a Dios o en sí mismo o en sus criaturas.
• Prometer: Obligarse a hacer, decir o dar algo.

5. DECLARACIÓN DE GINEBRA
En el año de 1948 lo elabora la AMM (WMA).

En el momento de ser admitido como miembro de esta profesión médica:


• PROMETO solemnemente consagrar mi vida al servicio de la humanidad.
• OTORGAR a mis maestros el respeto y la gratitud que merecen.
• EJERCER mi profesión a conciencia y dignamente.
• VELAR ante todo por la salud de mi paciente.
• GUARDAR Y RESPETAR los secretos confiados a mí, incluso después del fallecimiento del paciente;
• MANTENER, por todos los medios a mi alcance, el honor y las nobles tradiciones de la profesión
médica.
• CONSIDERAR como hermanos y hermanas a mis colegas.

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• NO PERMITIRÉ que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo,
nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se
interpongan entre mis deberes y mi paciente.
• VELAR con el máximo respeto por la vida humana.
• NO EMPLEAR mis conocimientos médicos para violar los derechos humanos y las libertades
ciudadanas, incluso bajo amenaza.
• HAGO estas promesas solemne y libremente, bajo mi palabra de honor.

6. LEY 23 DE 1981 “CÓDIGO DEONTOLÓGICO DE COLOMBIA”


El artículo 2, de la ley 23 de 1981 plasma la declaración de Ginebra en la Constitución colombiana.

7. CÓDIGO DE NÚREMBERG
En abril de 1947, el Dr. Leo Alexander sometió a consideración del Consejo para los Crímenes de Guerra seis
puntos que definían la investigación médica legítima. El veredicto del juicio adoptó estos puntos y añadió
cuatro más. Estos diez puntos son los que constituyen el Código de Núremberg. Entre ellos, se incluye el
consentimiento informado y la ausencia de coerción, la experimentación científica fundamentada y la
beneficencia del experimento para los sujetos humanos involucrados. Hoy no se habla de consentimiento
voluntario sino de consentimiento informado.

• Es absolutamente esencial el consentimiento voluntario del sujeto humano. Esto significa que la
persona implicada debe tener capacidad legal para dar consentimiento; su situación debe ser tal
que pueda ser capaz de ejercer una elección libre, sin intervención de cualquier elemento de fuerza,
fraude, engaño, coacción u otra forma de constreñimiento o coerción; debe tener suficiente
conocimiento y comprensión de los elementos implicados que le capaciten para hacer una decisión
razonable e ilustrada. Este último elemento requiere que antes de que el sujeto de
experimentación acepte una decisión afirmativa, debe conocer la naturaleza, duración y fines del
experimento, el método y los medios con los que será realizado; todos los inconvenientes y riesgos
que pueden ser esperados razonablemente y los efectos sobre su salud y persona que pueden
posiblemente originarse de su participación en el experimento. El deber y la responsabilidad para
asegurarse de la calidad del consentimiento residen en cada individuo que inicie, dirija o esté
implicado en el experimento. Es un deber y responsabilidad personales que no pueden ser
delegados impunemente.
• El experimento debe ser tal que dé resultados provechosos para el beneficio de la sociedad, no sea
obtenible por otros métodos o medios y no debe ser de naturaleza aleatoria o innecesaria.
• El experimento debe ser proyectado y basado sobre los resultados de experimentación animal y
de un conocimiento de la historia natural de la enfermedad o de otro problema bajo estudio, de
tal forma que los resultados previos justificarán la realización del experimento.
• El experimento debe ser realizado de tal forma que se evite todo sufrimiento físico y mental
innecesario y todo daño.
• No debe realizarse ningún experimento cuando exista una razón a priori que lleve a creer el que
pueda sobrevenir muerte o daño que lleve a una incapacitación, excepto, quizás, en aquellos
experimentos en que los médicos experimentales sirven también como sujetos.
• El grado de riesgo que ha de ser tomado no debe exceder nunca el determinado por la importancia
humanitaria del problema que ha de ser resuelto con el experimento.

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• Deben realizarse preparaciones propias y proveerse de facilidades adecuadas para proteger al
sujeto de experimentación contra posibilidades, incluso remotas, de daño, incapacitación o
muerte.
• El experimento debe ser realizado únicamente por personas científicamente cualificadas. Debe
exigirse a través de todas las etapas del experimento el mayor grado de experiencia (pericia) y
cuidado en aquellos que realizan o están implicados en dicho experimento.
• Durante el curso del experimento el sujeto humano debe estar en libertad de interrumpirlo si ha
alcanzado un estado físico o mental en que la continuación del experimento le parezca imposible.
• Durante el curso del experimento el científico responsable tiene que estar preparado para
terminarlo en cualquier fase, si tiene una razón para creer con toda probabilidad, en el ejercicio de
la buena fe, que se requiere de él una destreza mayor y un juicio cuidadoso de modo que una
continuación del experimento traerá probablemente como resultado daño, discapacidad o muerte
del sujeto de experimentación.

8. DECLARACIÓN DE HELSINKI DE LA AMM


Recomendaciones para orientar a los médicos en la investigación biomédica con seres humanos Adoptadas
por la 18a Asamblea Médica Mundial Helsinki, Finlandia, junio de 1964 y enmendadas por la 29a Asamblea
Médica Mundial Tokio, Japón, octubre de 1975, por la 35a Asamblea Médica Mundial Venecia, Italia,
octubre de 1983 y por la 41a Asamblea Médica Mundial Hong Kong, en septiembre de 1989.

Es misión del médico proteger la salud de la población. Sus conocimientos y conciencia están dedicados al
cumplimiento de esa misión.
La Declaración de Ginebra de la Asociación Médica Mundial compromete al médico con las palabras "La
salud de mi paciente será mi primera consideración", y el Código Internacional de Ética Médica declara que
"Un médico debe actuar sólo en el interés del paciente al proporcionar atención profesional que pudiese
tener el efecto de debilitar el estado físico y mental del paciente". El propósito de la investigación médica
con seres humanos debe ser mejorar los procedimientos diagnósticos, terapéuticos y profilácticos y la
comprensión de la etiología y la patogénesis de la enfermedad. En la práctica médica actual la mayor parte
de los procedimientos diagnósticos, terapéuticos y profilácticos involucran riesgos. Esto se aplica
especialmente a la investigación biomédica.

El progreso de la medicina se basa en la investigación, la que en último término, debe cimentarse en parte
en la experimentación en seres humanos. En el campo de la investigación biomédica debe reconocerse una
distinción fundamental entre la investigación médica cuyo objetivo es esencialmente diagnóstico o
terapéutico para el paciente, y la investigación médica cuyo objetivo esencial es puramente científico y no
representa un beneficio diagnóstico o terapéutico directo para la persona que participa en la investigación.
Durante el proceso de investigación, deben considerarse especialmente los factores que puedan afectar al
medio ambiente, y debe respetarse el bienestar de los animales utilizados con fines de investigación.

Dado que es esencial que los resultados de los experimentos de laboratorio se apliquen a seres humanos a
fin de ampliar el conocimiento científico y así aliviar el sufrimiento de la humanidad, la Asociación Médica
Mundial ha redactado las siguientes recomendaciones para que sirvan de guía a cada médico que realiza
investigación en seres humanos. Estas deben someterse a futuras revisiones. Hay que hacer hincapié en el
hecho de que las normas tal como están redactadas son sólo una forma de orientación para los médicos de

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todo el mundo. Ellos no están exentos de las responsabilidades criminales, civiles y éticas en virtud de las
leyes de sus propios países.

I. PRINCIPIOS BÁSICOS

1. La investigación biomédica en seres humanos debe atenerse a principios científicos


generalmente aceptados y debe basarse tanto en experimentos de laboratorio y con animales,
realizados en forma adecuada, como en un conocimiento profundo de la literatura científica
pertinente.
2. El diseño y la ejecución de cada procedimiento experimental en seres humanos deben
formularse claramente en un protocolo experimental que debe enviarse a un comité
independiente debidamente designado para su consideración, observaciones y consejos.
Dicho comité debe ajustarse a las leyes y regulaciones del país en que se lleva a cabo la
investigación.
3. La investigación biomédica en seres humanos debe ser realizada sólo por personas
científicamente calificadas y bajo la supervisión de un profesional médico competente en los
aspectos clínicos. La responsabilidad por el ser humano debe siempre recaer sobre una
persona medicamente calificada, nunca sobre el individuo sujeto a la investigación, aunque él
haya otorgado su consentimiento.
4. La investigación biomédica en seres humanos no puede realizarse legítimamente a menos que
la importancia del objetivo guarde proporción con el riesgo inherente para la persona que toma
parte en ella.
5. Todo proyecto de investigación biomédica en seres humanos debe ir precedido de una
minuciosa evaluación de los riesgos predecibles en comparación con los beneficios previsibles
para el participante o para otros. La preocupación por el interés del individuo debe siempre
prevalecer sobre los intereses de la ciencia y de la sociedad.
6. Siempre debe respetarse el derecho del participante en la investigación a proteger su
integridad. Deben tomarse todas las precauciones del caso para respetar la vida privada del
participante y para reducir al mínimo el impacto del estudio en la integridad física y mental del
participante y en su personalidad.
7. Los médicos deben abstenerse de emprender proyectos de investigación en seres humanos a
menos que tengan la certeza de que los peligros que entrañan se consideran previsibles. Los
médicos deben interrumpir toda investigación si se determina que los peligros sobrepasan los
posibles beneficios.
8. Al publicar los resultados de su investigación, el médico está obligado a mantener la exactitud
de los resultados. Los informes sobre investigaciones que no se ciñan a los principios descritos
en esta Declaración no deben ser aceptados para su publicación.
9. En toda investigación en seres humanos, se debe dar a cada posible participante suficiente
información sobre los objetivos, métodos, beneficios previstos y posibles peligros del estudio y
las molestias que puede acarrear. Se le debe informar que es libre de abstenerse de participar
en el estudio y que es libre de revocar en cualquier momento el consentimiento que ha
otorgado para participar.
10. Al obtener el consentimiento informado para el proyecto de investigación, el médico debe ser
especialmente cuidadoso para darse cuenta si en el participante se ha formado una condición

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de dependencia con él o si consiente bajo coacción. En ese caso el consentimiento informado
debe obtenerlo un médico que no tome parte en la investigación y que tenga completa
independencia de esa relación oficial.
11. En el caso de incapacidad legal, el consentimiento informado debe obtenerse del tutor legal de
conformidad con la legislación nacional. Cuando la incapacidad física o mental hacen imposible
obtener un consentimiento informado, o cuando el participante es menor de edad, un permiso
otorgado por un pariente responsable reemplaza al del participante de conformidad con la
legislación nacional.
Cuando el menor de edad está de hecho capacitado para otorgar su consentimiento, debe
obtenerse además del consentimiento por parte del menor, el consentimiento otorgado por su
tutor legal.
12. El protocolo de investigación debe siempre contener una declaración de las consideraciones
éticas que van aparejadas y debe indicar que se cumple con los principios enunciados en la
presente Declaración.

II. INVESTIGACIÓN MÉDICA COMBINADA CON ATENCIÓN PROFESIONAL (INVESTIGACIÓN CLÍNICA)


1. En el tratamiento de la persona enferma, el médico debe tener la libertad de usar un nuevo
método diagnóstico y terapéutico, si a su juicio ofrece la esperanza de salvar una vida,
restablecer la salud o aliviar el sufrimiento.
2. Los posibles beneficios, peligros y molestias de un nuevo método deben compararse con las
ventajas de los mejores métodos diagnósticos y terapéuticos disponibles.
3. En cualquier investigación médica, a todos los pacientes --incluidos aquéllos de un grupo de
control, si los hay--se les debe garantizar el mejor método diagnóstico y terapéutico probado.
4. La negativa del paciente a participar en un estudio no debe nunca interferir en la relación
médico-paciente.
5. Si el médico considera esencial no obtener el consentimiento informado del individuo, él debe
estipular las razones específicas de esta decisión en el protocolo que se enviará al comité
independiente (I.2)
6. El médico puede combinar la investigación médica con la atención profesional, con el propósito
de adquirir nuevos conocimientos, sólo en la medida en que la investigación médica se
justifique por su posible valor diagnóstico o terapéutico para el paciente.

III. INVESTIGACIÓN BIOMÉDICA NO TERAPEUTICA EN SERES HUMANOS (INVESTIGACIÓN MÉDICA NO


CLÍNICA)
1. En la aplicación puramente científica de la investigación médica realizada en un ser humano,
es el deber del médico ser el protector de la vida y de la salud de esa persona en la cual se lleva
a cabo la investigación biomédica.
2. Los participantes deben ser voluntarios, ya sea personas sanas o pacientes cuyas enfermedades
no se relacionen con el diseño experimental.
3. El investigador o el equipo investigador debe interrumpir la investigación si a su juicio continuar
realizándola puede ser perjudicial para la persona.
4. En la investigación en seres humanos, el interés de la ciencia y de la sociedad nunca debe tener
prioridad sobre las consideraciones relacionadas con el bienestar de la persona.

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9. DECLARACIÓN DE TOKIO DE LA AMM
NORMAS DIRECTIVAS PARA MÉDICOS CON RESPECTO A LA TORTURA Y OTROS TRATOS O CASTIGOS
CRUELES, INHUMANOS O DEGRADANTES, IMPUESTOS SOBRE PERSONAS DETENIDAS O ENCARCELADAS.
Adoptada por la 29ª Asamblea Médica Mundial, Tokio, Japón, octubre 1975 y revisada en su redacción
por la 170ª Sesión del Consejo, Divonne-les-Bains, Francia, mayo 2005 por la 173ª Sesión del Consejo,
Divonne-les-Bains, Francia, mayo 2006 y revisada por la 67ª Asamblea General de la AMM, Taipei, Taiwán,
octubre 2016.

El médico tiene el privilegio y el deber de ejercer su profesión al servicio de la humanidad, preservar y


restituir la salud mental y corporal sin prejuicios personales y aliviar el sufrimiento de sus pacientes. Él debe
mantener el máximo respeto por la vida humana, aun bajo amenaza, y jamás utilizar sus conocimientos
médicos contra las leyes de la humanidad.

Para fines de esta Declaración, la tortura se define como “el sufrimiento físico o mental infligido en forma
deliberada, sistemática o caprichosamente por una o más personas, que actúan solas o bajo las órdenes de
cualquier autoridad, para forzar a otra persona a entregar informaciones, hacerla confesar o por cualquier
otra razón.”

Declaración
1. El médico no deberá favorecer, aceptar o participar en la práctica de la tortura o de otros procedimientos
crueles, inhumanos o degradantes, cualquier sea el delito atribuido a la víctima, sea ella sospechosa,
acusada o culpable, y cualquiera sean sus creencias o motivos y en toda situación, incluido el conflicto
armado o la lucha civil.
2. El médico no proporcionará ningún lugar, instrumento, substancia o conocimiento para facilitar la
práctica de la tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, o para disminuir la capacidad
de resistencia de la víctima a soportar dicho trato.
3. Cuando el médico preste asistencia médica a detenidos o prisioneros que son o podrían ser
interrogados más adelante, debe ser muy cuidadoso para asegurar la confidencialidad de toda
información médica personal. El médico debe informar a las autoridades correspondientes toda
violación de la Convención de Ginebra.
4. Como se estipula en la Resolución de la AMM sobre la Responsabilidad de los Médicos en la
Documentación y la Denuncia de Casos de Tortura o Trato Cruel, Inhumano o Degradante y como una
excepción a la confidencialidad profesional, el médico tiene la obligación ética de informar los
maltratos, cuando sea posible con el consentimiento de la persona, pero en ciertas circunstancias
cuando la víctima no puede expresarse libremente, sin consentimiento explícito.
5. El médico no utilizará o permitirá que se use, en lo posible, conocimientos o experiencia médicos o
información de salud específica de las personas con el fin de facilitar o ayudar de otra manera el
interrogatorio, ya sea legal o ilegal, de dichas personas.
6. El médico no deberá estar presente durante ningún procedimiento que implique el uso o amenaza de
tortura, o de cualquiera otra forma de trato cruel, inhumano o degradante.
7. El médico debe gozar de una completa independencia clínica para decidir el tipo de atención médica
para la persona bajo su responsabilidad. El papel fundamental del médico es aliviar el sufrimiento del
ser humano, sin que ningún motivo, personal, colectivo o político, lo aleje de este noble objetivo.

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8. En el caso de un prisionero que rechace alimentos y a quien el médico considera capaz de comprender
racional y sanamente las consecuencias de dicho rechazo voluntario de alimentación, no deberá ser
alimentado artificialmente, como se estipula en la Declaración de Malta de la AMM sobre las Personas
en Huelgas de Hambre. La decisión sobre la capacidad racional del prisionero debe ser confirmada al
menos por otro médico ajeno al caso. El médico deberá explicar al prisionero las consecuencias de su
rechazo a alimentarse.
9. Recordando la Declaración de Hamburgo de la AMM sobre el Apoyo a los Médicos que se Niegan a
Participar o a Tolerar la Tortura u Otras Formas de Trato Cruel, Inhumano o Degradante, la Asociación
Médica Mundial respalda e insta a la comunidad internacional, asociaciones médicas nacionales y
colegas médicos a apoyar al médico y a su familia frente a amenazas o represalias recibidas por haberse
negado a aceptar el uso de la tortura y otras formas de trato cruel, inhumano o degradante.
10. La Asociación Médica Mundial pide a las asociaciones médicas nacionales que insten a los médicos a
continuar su formación profesional y educación sobre derechos humanos.

10. DECLARACIÓN DE OSLO DE LA AMM SOBRE EL ABORTO TERAPUEUTICO


Adoptada por la 24ª Asamblea Médica Mundial Oslo, Noruega, agosto 1970 y enmendada por la 35ª
Asamblea Médica Mundial Venecia, Italia, octubre 1983 y la 57ª Asamblea General de la AMM, Pilanesberg,
Sudáfrica, octubre 2006

1. La AMM pide al médico que mantenga el respeto de la vida humana, ya que este es el primer principio
moral que se impone el médico.
2. Las circunstancias que ponen los intereses de la madre en conflicto con los intereses de su criatura por
nacer crean un dilema y plantean el interrogante respecto a si el embarazo debe o no ser
deliberadamente interrumpido.
3. La diversidad de respuestas a esta situación es producida en parte por la diversidad de actitudes hacia
la vida de la criatura por nacer. Esta es una cuestión de convicción y conciencia individuales que debe
ser respetada.
4. No es función de la profesión médica determinar las actitudes y reglas de una nación o de una
comunidad en particular con respecto a este asunto, pero sí es su deber asegurar la protección de sus
pacientes y defender los derechos del médico en la sociedad.
5. Por lo tanto, donde la ley permita el aborto terapéutico, la operación debe ser realizada por un médico
competente en la materia y en un lugar aprobado por las autoridades del caso.
6. Si las convicciones del médico no le permiten aconsejar o practicar un aborto, éste puede retirarse,
siempre que garantice que un colega calificado continuará prestando la atención médica.

11. DECLARACIÓN DE SIDNEY DE LA AMM


SOBRE LA CERTIFICACIÓN DE LA MUERTE Y LA RECUPERACIÓN DE ORGANOS
Adoptada por la 22ª Asamblea Médica Mundial, Sídney, Australia, agosto 1968 y enmendada por la 35ª
Asamblea Médica Mundial, Venecia, Italia, Octubre 1983, por la 57a Asamblea General de la AMM,
Pilanesberg, Sudáfrica, octubre 2006 y por la 67ª Asamblea General de la AMM, Taipei, Taiwán, octubre
2016

La certificación de la muerte puede hacerse en base a la cesación irreversible de todas las funciones de
todo el cerebro, incluido el tronco encefálico, o la cesación irreversible de las funciones circulatorias y

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respiratorias. Esta certificación se basará en el juicio clínico de acuerdo a criterios aceptados con la ayuda,
si es necesaria, de otros medios de diagnóstico estándares aplicados por un médico.

Incluso sin intervención, la actividad de células, órganos y tejidos en el cuerpo puede continuar
temporalmente después de la certificación de la muerte. La cesación de toda vida a nivel celular no es un
criterio necesario para certificar la muerte.

El uso de órganos para trasplante de un donante fallecido ha hecho que sea importante que el médico
pueda determinar cuándo un paciente con apoyo mecánico ha muerto.

Después que ha ocurrido la muerte, es posible mantener la circulación a los órganos y tejidos del cuerpo
mecánicamente. Esto puede hacerse para preservar los órganos y tejidos para trasplantes.

Antes de un trasplante post mórtem, el estado de muerte debe ser certificado por un médico que no esté
directamente relacionado con el procedimiento del trasplante.

Después de la certificación de la muerte, todo tratamiento e intento de reanimación puede abandonarse y


los órganos del donante pueden recuperarse, siempre que se hayan cumplido los requisitos legales vigentes
de consentimiento y otros éticos. Los médicos deben seguir el protocolo sobre donación de órganos para
donantes fallecidos, estipulado en la Declaración de la AMM sobre Donación de Organos y Tejidos.

El médico puede detener el proceso de resucitación y esto no le traerá ningún problema.

12. DECLARACIÓN DE VENECIA DE LA AMM


Adoptada por la 35ª Asamblea Médica Mundial Venecia, Italia, Octubre 1983, Y revisada por la 57a
Asamblea General de la AMM, Pilanesaberg, Sudáfrica, Octubre 2006
PREFACIO
1. Cuando se abordan los problemas éticos asociados con la atención médica del término de la vida, se
plantean inevitablemente interrogantes sobre la eutanasia y el suicidio con ayuda médica. La
Asociación Médica Mundial condena como antiético tanto la eutanasia como el suicidio con ayuda
médica. Se debe entender que la política de la AMM sobre estos temas se aplica plenamente al
contexto de esta Declaración sobre Enfermedad Terminal.

INTRODUCCIÓN
1. Cuando el diagnóstico médico de un paciente excluye la esperanza de reponer o mantener su salud y
su muerte es inevitable, con frecuencia el médico y el paciente se ven enfrentados a un conjunto de
decisiones complejas relativas a las intervenciones médicas. Los avances de la ciencia médica han
aumentado la capacidad del médico de abordar muchos problemas asociados con la atención médica
del término de la vida. Sin embargo, es un área de la medicina que históricamente no ha recibido la
atención que merece. Aunque no se debe comprometer la prioridad de investigación para curar
enfermedades, se debe prestar más atención a desarrollar tratamientos paliativos y mejorar la
capacidad del médico para evaluar y abordar los aspectos médicos y psicológicos de los síntomas de
una enfermedad terminal. La fase de muerte debe ser reconocida y respetada como una parte
importante en la vida de una persona. Mientras aumenta la presión pública en muchos países para

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considerar el suicidio con ayuda médica y la eutanasia como opciones aceptables para terminar con el
sufrimiento en los pacientes terminales, el imperativo ético para mejorar el tratamiento paliativo en la
fase terminal de la vida se convierte en tema de primera plana.
2. La Asociación Médica Mundial reconoce que las actitudes y creencias sobre la muerte y el morir varían
mucho según la cultura y la religión. Además, muchas medidas paliativas y para mantener la vida
necesitan tecnologías o recursos económicos que simplemente no están disponibles en muchos
lugares. El enfoque de la atención médica para los enfermos terminales se verá muy influenciado por
estos factores, por lo que intentar formular normas detalladas sobre la atención terminal que puedan
ser aplicadas de manera universal no es práctico ni sensato. Por lo tanto, la Asociación Médica Mundial
presenta los siguientes principios de base para ayudar a los médicos y las asociaciones médicas
nacionales a tomar decisiones relativas a la atención en fase terminal.

PRINCIPIOS
1. El deber del médico es curar cuando sea posible, aliviar el sufrimiento y proteger los intereses de sus
pacientes. No habrá ninguna excepción a este principio, incluso en caso de una enfermedad incurable.
2. En la atención de pacientes terminales, las principales responsabilidades del médico son ayudar al
paciente a mantener una calidad de vida óptima al controlar los síntomas y satisfacer las necesidades
psicológicas y permitir que el paciente muera con dignidad y tranquilidad. Los médicos deben informar
a los pacientes sobre la disponibilidad, los beneficios y otros efectos potenciales de los cuidados
paliativos.
3. Se debe respetar el derecho del paciente a la autonomía para tomar decisiones con respecto a las
decisiones en la fase terminal de la vida. Esto incluye el derecho a rechazar un tratamiento y a solicitar
medidas paliativas para aliviar el sufrimiento, pero que pueden tener el efecto adicional de acelerar el
proceso de muerte. Sin embargo, se prohíbe éticamente a los médicos ayudar a los pacientes de
manera activa a suicidarse. Esto incluye aplicar cualquier tratamiento cuyos beneficios paliativos, en
opinión del médico, no justifiquen los efectos adicionales.
4. El médico no debe emplear cualquier medio que no tenga beneficio alguno para el paciente.
5. El médico debe reconocer el derecho de los pacientes a redactar una voluntad anticipada que describa
sus deseos sobre la atención, en caso que no puedan comunicarse y que designen un representante
que tome las decisiones que no están expresadas en la voluntad anticipada. En particular, el médico
debe abordar los deseos del paciente con respecto a las intervenciones para mantenerlos en vida y
también las medidas paliativas que puedan tener el efecto adicional de acelerar la muerte. Cuando sea
posible, se debe incluir al representante que toma las decisiones por el paciente en estas
conversaciones.
6. El médico debe tratar de comprender y atender las necesidades psicológicas de sus pacientes,
especialmente las relativas a los síntomas físicos del paciente. El médico debe tratar de asegurarse que
los recursos psicológicos y espirituales estén disponibles para los pacientes y sus familias, a fin de
ayudarlos a tratar la ansiedad, el miedo y la pena asociadas a la enfermedad terminal.
7. El manejo clínico del dolor en los pacientes terminales es de mucha importancia para el alivio del
sufrimiento. Los médicos y las asociaciones médicas nacionales deben hacer una promoción para
difundir y compartir la información sobre el manejo del dolor, a fin de asegurarse que todos los médicos
involucrados en la atención terminal tengan acceso a las mejores normas de práctica y a los
tratamientos y métodos más corrientes disponibles. Los médicos deben poder llevar adelante el

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manejo clínico apropiado del dolor agresivo sin temor indebido a las repercusiones reglamentarias o
legales.
8. Las asociaciones médicas nacionales deben instar a los gobiernos y a las instituciones de investigación a
invertir recursos adicionales para crear tratamientos destinados a mejorar la atención del término de la
vida. El currículo de las escuelas de medicina debe incluir la enseñanza de los cuidados paliativos.
Cuando no exista, se debe considerar la creación de la medicina paliativa como una especialidad
médica.
9. Las asociaciones médicas nacionales deben defender la creación de redes entre instituciones y
organizaciones relacionadas con los cuidados paliativos, a fin de facilitar la comunicación y la
colaboración.
10. Cuando el paciente no puede revertir el proceso final de cesación de las funciones vitales, el médico
puede aplicar medios artificiales necesarios para mantener activos los órganos para trasplantes, siempre
que proceda de acuerdo con las normas éticas establecidas en la Declaración de Sidney de la AMM
sobre la Certificación de la Muerte y la Recuperación de Organos.

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