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Health Psychology
ISSN: 1697-2600
jcsierra@ugr.es
Asociación Española de Psicología
Conductual
España
International Journal
May - 2016
International Journal of
Director / Editor:
Juan Carlos Sierra
www.elsevier.es/ijchp
* Correspondencia: Facultad de Psicología, Departamento de Psiquiatría y Psicología Social, Campus Universitario de Espinardo, 30100 Mur-
cia, España.
Correo electrónico: jaruiz@um.es (J. A. Ruiz-Hernández)
1697-2600/ © 2016 Asociación Española de Psicología Conductual. Published by Elsevier España, S.L.U. All rights reserved
296 J.A. Ruiz-Hernández et al.
KEYWORDS Abstract
Aggression; Background/Objetivo: According to the World Health Organization, one out of every four
Health staff; violent workplace acts takes place in the health setting. The aims of the study are to
Primary healthcare; study the prevalence of workplace violence in primary healthcare (PHC) professionals by
Workplace violence; adapting the Healthcare-workers´Aggresive Behaviour Scale-Users (HABS-U), to establish
Instrumental study. the frequency of exposure to hostile indicators and to determine which professional
group is most exposed. Method: Study through qualitative and quantitative methodology
in PHC professionals of the Region of Murcia (Spain). In the qualitative phase in-depth
interviews were conducted and during the quantitative phase the instrument was used to
574 professionals of 39 PHC centres. Results: The resulting scale shows excellent
psychometric properties and correlates significantly with job satisfaction, burnout
components, the factors of empathy and psychological well-being. There was a 90.2%
prevalence of user violence, and non-medical personnel were found to be the professional
group most exposed. Conclusion: The distribution of user violence is not homogeneous
among the different professional groups of PHC. The adaptation of the scale may be
useful for detection of user violence, as well as to evaluate the efficacy of intervention
programs.
© 2016 Asociación Española de Psicología Conductual. Published by Elsevier España, S.L.U.
This is an open access article under the CC BY−NC−ND license (http://creativecommons.
org/licenses/by−nc−nd/4.0/).
La Organización Internacional del Trabajo/Consejo Inter- vic y Terzic-Supic, 2015; Gascón et al., 2013; Moreno-Jimé-
nacional de Enfermeras/Organización Mundial de la Salud/ nez et al., 2005).
Internacional de Servicios Públicos (OIT/CIE/OMS/ISP; El modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino
2002) definen la violencia laboral como “incidentes en los (2006), en su aplicación al sector sanitario, señala la exis-
que el trabajador sufre malos tratos, amenazas o ataques tencia de diversas variables de riesgo. En este sentido, ba-
en circunstancias relacionadas con su trabajo y ponen en sándonos en la literatura existente, los factores de riesgo
peligro, implícita o explícitamente, su seguridad, su bienes- de la violencia pueden clasificarse de la siguiente manera:
tar o su salud” (p. 3). En esta investigación nos centramos (a) pacientes: sexo masculino, edad, alteraciones físicas y
en el estudio de los actos violentos de baja y media intensi- patologías, estado mental, psicopatología, perspectiva de
dad procedentes de los usuarios hacia los profesionales de los pacientes; o factores individuales de los profesionales
Atención Primaria (AP), ya que numerosos estudios conside- sanitarios tales como el burnout o sus actitudes; (b) facto-
ran que los autores de las agresiones hacia los trabajadores res ambientales o factores de la organización: tipo de sala,
sanitarios son mayoritariamente los usuarios, pacientes o como salas de urgencias, psiquiatría y unidades de cuidados
familiares (Alameddine, Mourad y Dimassi, 2015; Alkorashy intensivos, cuidados de larga duración o centros geriátricos;
y Al Moalad, 2016; Park, Cho y Hong, 2015; Spector, Zhou y número insuficiente de personal, presión asistencial, falta
Che, 2014). de privacidad, clima de tensión; (c) factores relacionados
Según las formas de manifestación, la violencia se clasi- con el tratamiento, como cambios o suspensión en la medi-
fica en: a) violencia no física referida a abuso verbal, ame- cación; y (d) los factores de interacción y los factores socia-
nazas, lenguaje irónico, miradas despectivas, lenguaje cor- les (Ahmad, Al-Rimawi, Masadeh y Atoum, 2015; Chapman et
poral provocador o agresivo; y b) violencia física referente al., 2010; El-Gilany et al., 2010; Speroni, Fitch, Dawson, Du-
a intimidación física y daños a personas, propiedades o mo- gan y Atherton, 2014; Waschgler, Ruiz-Hernández, Llor-Este-
biliario (OIT/CIE/OMS/ISP, 2002; Waschgler, Ruiz-Hernán- ban et al., 2013a). Asimismo, se ha propuesto la existencia
dez, Llor-Esteban y García-Izquierdo, 2013a). La literatura de diversas variables que modulan el impacto de la exposi-
confirma el hecho de que la violencia de tipo no físico pre- ción a violencia en el sector sanitario. Entre las principales
domina en el ámbito sanitario aunque nos encontramos variables señaladas está la formación en habilidades de co-
que, en determinados servicios como urgencias y psiquia- municación (Farrell, Shafiei y Chan, 2014) y la empatía (Ber-
tría, la violencia física adquiere cifras relevantes (Chap- naldo-de-Quirós, Labrador, Piccini, Gómez y Cerdeira, 2013).
man, Styles, Perry y Combs, 2010; Galián-Muñoz, Llor-Este- La violencia de usuarios percibida por los profesionales
ban y Ruiz-Hernández, 2012; Llor-Esteban, García-Jiménez, de AP repercute negativamente sobre su salud. En este sen-
Ruiz-Hernández y Godoy-Fernández, 2016; Magnavita y He- tido, encontramos que la exposición a violencia laboral se
poniemi, 2012). Entre los profesionales de AP este fenóme- asocia a mayores niveles de burnout (Alameddine et al.,
no ha sido menos estudiado pero algunas investigaciones 2015; Bernaldo-De-Quirós, Piccini, Gómez y Cerdeira, 2015;
confirman, que si bien están presentes todas las manifesta- Galián-Muñoz, Llor-Esteban y Ruiz-Hernández, 2014; Gas-
ciones de violencia, predominan las de tipo no físico, cuyo cón et al., 2013; Roldán, Salazar, Garrido y Ramos, 2013),
rango de prevalencia anual oscila entre 43,5-92,1% frente al disminución del bienestar psicológico, ansiedad, depresión
7,9-18,3% de prevalencia de violencia física (El-Gilany, El- (Bernaldo-De-Quirós et al., 2015; Da Silva et al., 2015; Ma-
Wehady y Amr, 2010; Fisekovic, Trajkovic, Bjegovic-Mikano- gin, Joyce, Adams, Goode y Cotter, 2009; Roldán et al.,
Evaluación de la violencia de usuarios en Atención Primaria: adaptación de un instrumento 297
Instrumentos
Healthcare-workers´Aggressive Behaviour Scale-Users Violencia física (α= 0,74, varianza explicada del 20,9%) (Was-
(HABS-U). Instrumento objeto de adaptación que evalúa la chgler Ruiz-Hernández, Llor-Esteban et al., 2013).
violencia de usuarios de baja y media intensidad hacia los Para comprobar la validez de criterio se utilizaron cuatro
profesionales del ámbito de atención especializada. Los au- escalas de salud laboral validadas:
tores desarrollaron un banco de inicial de 166 ítems partien- — Overall Job Satisfaction (OJS; Warr, Cook y Wall, 1979),
do de la información obtenida a partir de tres grupos de dis- adaptada al español por Pérez e Hidalgo (1995). Esta es-
cusión con 21 participantes y seis entrevistas en profundidad cala evalúa la satisfacción laboral y está formada por 15
con profesionales de Enfermería. El banco de ítems se aplicó ítems divididos en dos subescalas: Satisfacción intrínseca
a una muestra de 1.484 profesionales de Enfermería de 11 que aborda aspectos como el reconocimiento obtenido
hospitales públicos. Se utilizó una muestra de 790 para su por el trabajo, la responsabilidad, la promoción, etc. (α=
construcción y de 694 para su validación. El instrumento re- 0,85); y Satisfacción extrínseca que indaga sobre los as-
sultante consta de 10 ítems tipo Likert desde 1 (nunca) a 6 pectos de la organización del trabajo, tales como el ho-
(diariamente) en el último año, distribuidos en dos factores: rario, la remuneración, las condiciones físicas, etc. (α=
Violencia no física (α= 0,85, varianza explicada del 36,4%) y 0,72). Presentan un formato de respuesta tipo Likert con
298 J.A. Ruiz-Hernández et al.
puntuación desde 0 (muy insatisfecho) a 6 (muy satisfe- ron seleccionados 39 centros. Posteriormente, de manera
cho) (Berrios, Augusto y Aguilar, 2006). aleatoria por un patrón de razón fija, se seleccionó a partir
— Jefferson Scale of Physician Empathy (JSPE; Hojat et al., del listado alfabético de la totalidad de los profesionales de
2002) en la adaptación de Alcorta-Garza, González-Gue- cada centro, a aquellos numerados con múltiplos de tres y se
rrero, Tavitas-Herrera, Rodríguez-Lara y Hojat (2005). les invitó a participar en el estudio. Se llevaron a cabo reu-
Esta escala valora la empatía y consta de 20 ítems distri- niones con los coordinadores de los centros seleccionados
buidos en tres factores: Toma de perspectiva (α= 0,90), donde se informó del estudio y se distribuyó el protocolo de
Atención compasiva (α= 0,72) y Habilidad de ponerse en investigación en versión impresa. Se repartieron 670 proto-
el lugar del paciente (α= 0,66). Los ítems tipo Likert se colos estimando una tasa de no respuesta del 30%. Se progra-
puntúan desde 1 (totalmente en desacuerdo) a 7 (total- maron visitas al centro para aclarar posibles dudas y para la
mente de acuerdo). recogida de los protocolos cumplimentados. La participación
— Maslach Burnout Inventory-GS (MSI-GS; de Schaufeli, Lei- fue voluntaria, asegurando la más estricta confidencialidad y
ter, Maslach y Jackson (1996), en la versión española de anonimato de los datos recogidos.
Salanova, Schaufeli, Llorens, Peiró y Grau (2000). Evalúa Este estudio fue aprobado por la Comisión de Ética de
los niveles de burnout mediante 16 ítems distribuidos en Investigación de la Universidad de Murcia y por los directo-
tres dimensiones: Agotamiento emocional que se refiere res gerentes de las áreas de salud incluidas. Los autores
a la pérdida de recursos emocionales debido al trabajo declaran no tener ningún conflicto de intereses.
(α=0,90); Despersonalización, que refleja la indiferencia
y actitudes distantes hacia el trabajo (α=0,81); y Eficacia Análisis de datos
profesional, eficacia percibida cuando se lleva a cabo el
trabajo (α=0,73). Los encuestados valoran cada ítem tipo Para el análisis cualitativo de las entrevistas se utilizó la
Likert desde 0 (nunca) a 6 (todos los días) (García-Iz- metodología del análisis temático (Clarke y Braun, 2013).
quierdo, Llor-Esteban, García-Izquierdo y Ruiz-Hernán- Siguiendo sus fases, se identificaron las categorías de con-
dez, 2006). ductas a partir de la transcripción de las entrevistas. Se
— Cuestionario de Salud General de Goldberg en su versión realizó una triangulación teórica comparando las categorías
de 28 ítems (GHQ-28; Goldberg y Hillier, 1979), según encontradas con los resultados proporcionados por las
adaptación española de Lobo, Pérez-Echeverría y Artal investigaciones realizadas sobre este tema. Siguiendo la me-
(1986). Está distribuido en cuatro subescalas: Síntomas todología descrita en estudios similares (Waschgler, Ruiz-
psicosomáticos (sentimientos de cansancio, debilidad y Hernández, Llor-Esteban et al., 2013; Waschgler, Ruiz-Her-
malestar corporal), Ansiedad/Insomnio, Disfunción social nández, Llor-Esteban y Jiménez-Barbero, 2013) se realizó
(problemas para realizar y disfrutar de actividades dia- un análisis factorial exploratorio (utilizando SPSS® versión
rias) y Sintomatología depresiva (pensamientos y senti- 22) con máxima verosimilitud y rotación varimax y se com-
mientos de inutilidad personal, tristeza, desesperanza y binaron varios criterios: (a) cada factor debía explicar al
suicidio). En este instrumento observamos valores de alfa menos el 5% de la varianza total; (b) la carga factorial de
de Cronbach para las subescalas de entre 0,80 y 0,91 los ítems debía ser de al menos 0,50; (c) cada ítem no podía
(García-Izquierdo et al., 2006). cargar en dos factores con más de 0,40; y (d) los ítems con-
tenidos en cada factor debían presentar una consistencia
Procedimiento interna adecuada (Nunnally y Berstein, 1994). Se examinó
la distribución de la escala mediante el cálculo de la media,
Fase cualitativa: se realizaron entrevistas en profundidad desviación típica y los índices de asimetría y curtosis. Para
para obtener nuevos datos y complementar los ítems de la verificar los resultados obtenidos, se llevó a cabo un análisis
HABS-U. Partiendo de la bibliografía especializada se elabo- factorial confirmatorio utilizando la estimación de máxima
ró un guion adaptado a cada uno de los tres grupos profesio- verosimilitud mediante el programa EQS versión 6.1. Se
nales. Se contactó con informantes clave, y las entrevistas analizó la consistencia interna y fiabilidad de cada factor y
fueron grabadas para su posterior transcripción y análisis se comprobó el comportamiento de la escala adaptada con
cualitativo. Se realizaron entrevistas hasta llegar al punto otros correlatos externos utilizando el coeficiente de corre-
de saturación de la información. Con la información obteni- lación de Pearson. Además, se realizó un análisis descriptivo
da se redactaron 15 nuevos ítems que fueron revisados y de la muestra; se recogió el número y porcentaje de traba-
validados por un grupo de expertos (profesores universita- jadores que refirió cada uno de los indicadores de violencia
rios, estudiantes de Doctorado y profesionales sanitarios), que componen la escala, según la frecuencia de exposición;
por consenso y siguiendo criterios explícitos establecidos y se utilizó ANOVA mediante la prueba robusta de Brown-
previamente (Haladyna, Downing y Rodríguez, 2002). Tras Forsythe, tras comprobar que el supuesto de homogeneidad
su revisión, se eliminaron siete ítems por presentar proble- de varianzas no se cumplía, junto a la prueba post hoc de
mas de formulación o por superposición de contenidos. Games-Howel para el establecimiento de las diferencias en-
Fase cuantitativa: considerando el total de los trabajado- tre los distintos grupos profesionales.
res (2.575 profesionales en 74 centros de AP), un nivel de
confianza del 95% y un error asumido de ±3%, se estimó un
tamaño muestral de 510 profesionales. Para seleccionar la Resultados
muestra se utilizó un muestreo por conglomerados bietápico.
En primer lugar, se estratificó la población por centros de AP Fase cualitativa. Se desarrollan ocho nuevos ítems espe-
(conglomerados) y, mediante muestreo aleatorio simple, fue- cíficos de las características del trabajo de AP (por ejemplo,
Evaluación de la violencia de usuarios en Atención Primaria: adaptación de un instrumento 299
Tabla 2 Matriz de componentes rotados, varianza explicada y alfa de Cronbach (consistencia interna).
“los usuarios golpean el mostrador o la puerta de la consul- -0,34, p < 0,01) y con los factores de empatía; y positiva-
ta”, “los usuarios me amenazan si no se cumplen sus expec- mente con el resto de escalas de validación. El factor II se
tativas” o “los usuarios interrumpen mi trabajo con malas relaciona de manera muy significativa y negativamente con
formas”). Así mismo, se validaron semánticamente los diez los factores “satisfacción intrínseca”(r= -0,14, p < 0,01) y
ítems de la escala original (Waschgler, Ruiz-Hernández, Llor- “toma de perspectiva”(r= -0,13, p < 0,01) y positivamente
Esteban et al., 2013). La escala adaptada a AP (Healthcare- con las dimensiones del burnout “agotamiento emocional”(r=
workers´Aggressive Behaviour Scale- Users- Version Pri- 0,14, p < 0,01) y despersonalización (r= 0,14, p < 0,01).
mary Healthcare [HABS-U-PHC]) quedó conformada por los Analizando la prevalencia anual de este fenómeno, el
diez ítems de la HABS-U más ocho nuevos relativos a con- 90,2% de los profesionales sufrieron algún tipo de violencia;
ductas agresivas o actitudes desafiantes. el 90,1% refirió al menos uno de los indicadores de violencia
Fase cuantitativa. Se reveló pertinente la aplicación de no física de la escala, con una frecuencia mínima anual; y
los datos a un análisis factorial exploratorio mediante mé- respecto a la violencia física, la prevalencia fue del 17,3%.
todo de máxima verosimilitud con rotación varimax (KMO= Los indicadores de violencia no física más frecuentes (al
0,92; prueba de esfericidad de Bartlett χ =3920,59; p < menos mensual) fueron, en primer lugar, “los pacientes
0,001). El análisis factorial exploratorio (Tabla 2) concluyó cuestionan mis decisiones” en un 34,9% de los participan-
con una escala formada por 14 ítems (fueron eliminados tes, y, en segundo, “enfados por la demora asistencial” por
cuatro por no cumplir los criterios mencionados anterior- un 32,1%. Los indicadores menos habituales fueron los físi-
mente), explicando el 58,1% de la varianza (α= 0,91). Sus cos como “empujones y zarandeos” y “destrucción de puer-
ítems se agruparon en dos factores: Factor I (Violencia no tas y cristales” (en el último año, 5,3% y 8,1%, respectiva-
física) con 11 ítems sobre comportamientos violentos ver- mente).
bales y no verbales de los usuarios, explicando el 40,6% de Finalmente, se comprobó si los diferentes grupos profe-
la varianza (α= 0,92); y Factor II (Violencia física) formado sionales diferían en la exposición a violencia de usuarios. En
por tres ítems que explican el 10,6% de la varianza (α= este sentido, encontramos que en los ítems referentes a
0,68). En la Tabla 3 se muestran los resultados obtenidos “enfados exagerados por cualquier minucia” (Brown-Fors-
tras examinar la distribución de la escala. ythe’ F(2, 396,79)=25,48; p< 0,001), “acusaciones injustifica-
Para verificar la estructura factorial obtenida se realizó das” (Brown-Forsythe’ F(2, 288,69)=44,38; p< 0,001), “malas
un análisis factorial confirmatorio (Figura 1) observándose caras o miradas de desprecio” (Brown-Forsythe’ F(2,
unos índices de bondad de ajuste adecuados (Bentler, 305,77)
=47,31; p< 0,001), “elevan la voz o se quejan” (Brown-
1990): χ2 de Satorra-Bentler=207,47 (gl=76); p< 0,001; Forsythe’ F(2, 361,97) =76,26; p< 0,001) y “amenazas” (Brown-
AGFI=0,90, CFI=0,91, NFI=,090 y TLI=0,91, SRMR= 0,05 y, Forsythe’ F(2, 314,54)=32,20; p< 0,001) los tres grupos profesio-
por último, RMSEA=0,05 (IC al 95% [0,04 - 0,06]). nales presentan diferencias significativas entre sí, siendo el
Para analizar la validez de criterio, se calcularon las co- personal de Enfermería el que presenta menor media en
rrelaciones entre la escala adaptada y las escalas de valida- todos los ítems referidos. En los ítems relativos a “bromas
ción utilizadas (Tabla 4). El factor I se relaciona significati- irónicas” (Brown-Forsythe’ F(2, 375,51) =10,12; p< 0,001), “en-
vamente y de forma negativa con satisfacción laboral (r= fados por la falta de información” (Brown-Forsythe’ F(2, 297,15)
300 J.A. Ruiz-Hernández et al.
Violencia no física
Los usuarios cuestionan mis decisiones 2,89 (1,69) 0,59 0,90 0,51 −1,03 0,46 0,36
Los usuarios me responsabilizan exageradamente 2,58 (1,64) 0,68 0,90 0,85 −0,49 0,54 0,48
de cualquier minucia
Los usuarios me acusan injustificadamente de 2,01 (1,35) 0,74 0,90 1,54 1,58 0,57 0,58
incumplimientos, errores o complicaciones
Los usuarios me hacen bromas irónicas 1,95 (1,37) 0,61 0,90 1,58 1,52 0,38 0,38
Los usuarios se enfadan conmigo por la falta de 1,76 (1,26) 0,62 0,90 1,87 2,72 0,48 0,46
información
Los usuarios se enfadan conmigo por la demora 2,80 (1,72) 0,69 0,90 0,63 −0,92 0,54 0,55
asistencial
Los usuarios me ponen malas caras o miradas de 2,14 (1,46) 0,79 0,89 1,37 0,91 0,67 0,70
desprecio
Los usuarios me expresan su enfado elevando la 2,52 (1,55) 0,82 0,89 1,00 −0,10 0,75 0,77
voz o quejándose
Los usuarios interrumpen mi trabajo con malas 2,47 (1,57) 0,72 0,90 0,94 −0,31 0,63 0,61
formas
Los usuarios me amenazan si no se cumplen sus 1,94 (1,39) 0,73 0,90 1,63 1,75 0,59 0,58
expectativas (recetas, análisis,…)
Los usuarios se enfadan conmigo porque creen que 1,92 (1,30) 0,60 0,90 1,57 1,75 0,40 0,37
empleo más tiempo en el resto de usuarios
Violencia física
Los usuarios han llegado a sujetarme o tocarme 1,18 (0,57) 0,29 0,91 4,47 26,16 0,31 0,37
de manera hostil
Los usuarios han llegado a empujarme, 1,08 (0,46) 0,21 0,91 7,33 60,74 0,36 0,70
zarandarme o escupirme
Los usuarios muestran su enfado contra mi 1,10 (0,47) 0,17 0,91 6,74 57,20 0,22 0,25
destruyendo puertas, cristales, paredes…
Nota. M = media; DT = Desviación típica; R IT-c = correlación ítem-total corregida; α sin ítem: α de Cronbach si se elimina el ítem.
0,60
E1 0,80 Item 1
Item 2 0,69
E2 0,73
0,76
E4 0,65 Item 4
0,61
E5 0,79 Item 5
0,67
E7 0,74 Item 7
0,74
E9 0,67 Item 9 Factor I:
violencia no física
0,83
E10 0,55 Item 10
Item 11 0,88
E11 0,48
0,78
E12 0,62 Item 12
0,76
E13 0,65 Item 13
0,30
0,61
E14 0,79 Item 14
0,67
E3 0,74 Item 3
=37,14; p< 0,001), “enfados por la demora asistencial” el 85% de los profesionales de AP del estudio de Moreno-Ji-
(Brown-Forsythe’ F(2, 404,37) =45,81; p<0,001) e “interrupcio- ménez et al. (2005) o el 55,1% de los encuestados que refi-
nes con malas formas” (Brown-Forsythe’ F(2, 404,37)=45,81; p< rieron insultos y el 65,1% gritos en el estudio de Farias,
,001) es el personal no sanitario el que presenta diferencias Sánchez y Acevedo (2012). La prevalencia anual de violen-
significativas con el resto de grupos profesionales, obte- cia física obtenida fue del 17,3%. Encontramos investigacio-
niendo puntuaciones medias mayores. En los ítems “cues- nes donde este tipo de violencia adquiere cifras similares,
tionar las decisiones” (Brown-Forsythe’ F(2, 398,62) =32,66; p< (Fisekovic et al., 2015; Gascón et al., 2013), aunque en di-
0,001) y “enfados por emplear más tiempo en otros pacien- versos estudios (El-Gilany et al., 2010; Farias et al., 2015)
tes” (Brown-Forsythe’ F(2, 416,08) =7,40; p< 0,01) los médicos y la prevalencia de violencia física en profesionales de AP es
el personal no sanitario obtienen puntuaciones significati- menor (alrededor del 8%).
vamente mayores que el personal de enfermería (Tabla 5). Al igual que en otras publicaciones (El-Gilany et al., 2010;
Fisekovic et al., 2015; Magnavita y Heponiemi, 2012) encon-
tramos que existen diferencias en la exposición a conductas
Discusión y conclusiones violentas en los distintos grupos profesionales de AP. En nues-
tro estudio es el personal no sanitario el que ocupa un lugar
El desarrollo de este estudio ha permitido la adaptación destacado entre las profesiones más expuestas a violencia de
de la HABS-U al ámbito de AP. La escala obtenida está com- usuarios, seguido del personal médico y, por último, del per-
puesta por 14 ítems distribuidos en dos factores. Es breve, sonal de Enfermería. Los profesionales no sanitarios son un
fácil de aplicar e interpretar y presenta unas propiedades colectivo con reconocida vulnerabilidad ante los comporta-
psicométricas y estructura factorial adecuada, por lo que mientos violentos de los pacientes dada su posición en pri-
podemos afirmar que es útil para evaluar la violencia de mera línea de atención y, por lo tanto, son los primeros en
usuarios en AP. La prevalencia de violencia laboral varía encontrarse con las frustraciones de los usuarios. Magin et al.
considerablemente debido a la diversidad de indicadores (2009) realizaron una investigación cualitativa centrada en
físicos y no físicos y de escalas utilizadas para estudiar este este colectivo en la cual se pone de manifiesto que los recep-
fenómeno. Coincidiendo con la mayoría de los estudios (El- cionistas de AP están sometidos a una considerable frecuen-
Gilany et al., 2010; Fisekovic et al., 2015; Koritsas, Coles, cia de violencia laboral. Sin embargo, diversos estudios (El-
Boyle y Stanley, 2007; Skibeli-Joa y Morken, 2012), obtuvi- Gilany et al., 2010; Fisekovic et al., 2015; Gascón et al.,
mos que los indicadores de violencia no física son más fre- 2013; Magnavita y Heponiemi, 2012) obtienen que los profe-
cuentes que los físicos entre los profesionales de AP. La vio- sionales más expuestos a la violencia en AP son los médicos o
lencia no física fue experimentada por el 90,1% de los el personal de nfermería. Esta discrepancia con nuestros
participantes de este estudio, en comparación con el 92,1% resultados puede deberse a los diferentes tipos de muestreos
de los participantes en el estudio de El-Gilany et al., (2010), utilizados en cada estudio.
302
Violencia no física 2,21 (0,95) 2,08-2,34 1,85 (0,80) 1,73-1,96 3,05 (1,47) 2,79-3,30 49,94 (2, 295,59)*** B-A-C
Cuestionar las decisiones 3,26 (1,59) 3,05-3,47 2,11 (1,26) 1,94-2,29 3,36 (1,96) 3,04-3,69 32,66(2, 398,62)*** B-AC
Enfados exagerados por minucia 2,62 (1,49) 2,42-2,82 2,01 (1,33) 1,82-2,20 3,29 (1,95) 2,97-3,62 25,48(2, 396,79)*** B-A-C
Acusaciones injustificadas 1,83 (0,99) 1,70-1,96 1,56 (0,95) 1,42-1,69 2,90 (1,82) 2,60-3,20 44,38(2, 288,69)*** B-A-C
Bromas irónicas 1,77 (1,11) 1,62-1,92 1,79 (1,23) 1,61-1,96 2,39 (1,72) 2,11-2,67 10,12(2, 375,51)*** AB-C
Enfados por la falta de información 1,47 (0,86) 1,35-1,58 1,51 (0,98) 1,37-1,64 2,54 (1,76) 2,26-2,82 37,14(2, 297,15)*** AB-C
Enfados por demora asistencial 2,55 (1,44) 2,36-2,74 2,23 (1,40) 2,03-2,43 3,88 (1,97) 3,56-4,21 45,81(2, 404,37)*** BA-C
Malas caras o miradas de desprecio 1,93 (1,12) 1,78-2,08 1,64 (0,98) 1,50-1,78 3,10 (1,91) 2,79-3,42 47,31(2, 305,77)*** B-A-C
Elevan la voz o se quejan 2,20 (1,19) 2,05-2,36 1,93 (1,14) 1,77-2,09 3,75 (1,76) 3,46-4,04 76,26(2, 361,97)*** B-A-C
Interrupciones con malas formas 2,23 (1,29) 2,05-2,40 1,97 (1,30) 1,78-2,15 3,40 (1,77) 3,11-3,70 41,26(2, 394,99)*** BA-C
Amenazas 1,83 (1,10) 1,68-1,97 1,47 (0,99) 1,33-1,62 2,68 (1,81) 2,38-2,98 32,20(2, 314,54)*** B-A-C
Enfados por emplear más tiempo en otros
pacientes 1,96 (1,27) 1,79-2,12 1,64 (1,06) 1,49-1,79 2,19 (1,55) 1,94-2,45 7,40(2, 416,08)** B-AC
Violencia física 1,14 (0,44) 1,08-1,20 1,08 (0,28) 1,04-1,12 1,21 (0,45) 1,10-1,17 3,27 (2, 328,74)
Sujeciones hostiles 1,18 (0,46) 1,12-1,24 1,13 (0,51) 1,06-1,21 1,27 (0,77) 1,14-1,39 2,06(2, 349,92)
Empujones, zarandeos,… 1,05 (0,24) 1,02-1,08 1,06 (0,34) 1,01-1,11 1,18 (0,76) 1,06-1,31 3,49(2, 223,47)
Destrucción de puertas, cristales,… 1,13 (0,52) 1,06-1,19 1,05 (0,21) 1,02-1,08 1,16 (0,61) 1,06-1,26 2,68(2, 338,64)
Nota. M=media; DT=desviación típica; IC: intervalo de confianza;**p < 0,01, ***p < 0,001; Games-Howell (prueba post-hoc).
J.A. Ruiz-Hernández et al.
Evaluación de la violencia de usuarios en Atención Primaria: adaptación de un instrumento 303
En cuanto a la validez de criterio, al igual que en diversos producido al azar, de modo que no tiene consecuencias en los
estudios, hemos obtenido que la exposición a violencia pue- resultados. Además, el procedimiento de aleatorización uti-
de tener numerosas consecuencias psicológicas en el traba- lizado ha evitado el sesgo de autoselección.
jador. En este sentido, se han realizado análisis para predecir La aplicación de esta escala podría ser útil para identifi-
las consecuencias de la exposición a violencia de usuarios, car profesionales expuestos a violencia de usuarios de modo
encontrando que los profesionales expuestos a violencia de que permita priorizar y seleccionar medidas preventivas
usuarios presentan puntuaciones mayores en insatisfacción colectivas e individuales adecuadas para reducir las posi-
laboral, agotamiento emocional y despersonalización (Ber- bles afectaciones psicológicas asociadas. Las propiedades
naldo-De-Quirós et al., 2015; Galián-Muñoz, Ruiz-Hernández, psicométricas y de uso de la HABS-U-PHC permitirían eva-
Llor-Esteban y López-García, 2016; Gascón et al., 2013; Sh- luar la eficacia de programas de intervención destinados a
ahzad y Malik, 2014; Trépanier, Fernet y Austin, 2013). minimizar esta problemática.
El presente trabajo presenta las limitaciones propias de Se adjunta la HABS-U-PHC para su difusión y utilización
los estudios retrospectivos. Nos basamos en la memoria de como instrumento de evaluación (Apéndice I), previo con-
los participantes la cual puede no ser precisa al intentar re- sentimiento de los autores.
cordar eventos ocurridos anteriormente. A diferencia de
otros estudios realizados sobre violencia de usuarios, en Financiación y agradecimientos
nuestro estudio han participado todas las categorías profe-
sionales presentes en los centros de AP de forma proporcio- El estudio recibió una ayuda de investigación del Colegio
nada. Por otra parte, el factor II (violencia física) cuenta con Oficial de Enfermería de la Región de Murcia (2013/1412).
una moderada consistencia interna (α= 0,68), aunque debe- Queremos manifestar nuestro agradecimiento a todos los
mos tener en cuenta que esta propiedad se encuentra condi- profesionales que han participado en la investigación, por
cionada por el escaso número de ítems que forman parte de su tiempo y dedicación y a los directores de cada centro de
este factor y lo inusual de este tipo de conductas. Por este AP por su colaboración.
motivo, en futuros trabajos, se explorará la inclusión de nue-
vos ítems. La metodología de campo utilizada ha generado
una fortaleza del estudio como es la alta tasa de respuesta Apéndice I. Healthcare-workers´Aggresive
(85,7%), a diferencia de estudios similares (Koritsas et al., Behaviour Scale-Users-Primary Healthcare
2007; Miedema et al. 2010). La tasa de no respuesta se ha (HABS-U-PHC).
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