JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

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Autor: José Orlando Salazar Duque PhD. en filosofía

Diseño y diagramación-Portada: Bibiana Marcela Mendoza García

Estilo y redacción: Leidy Catalina Duque Salazar

Publicado en Bogotá, Colombia 2020

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medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin
autorización previa y por escrito del autor.

ISBN: XXX-XXX-XX-XXXX-X
 JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

CONTENIDO

Pag 7_INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO I
Pag 13_LA SIMULACIÓN DEL CONSENTIMIENTO,EN EL
MATRIMONIO CANÓNICO.

Pag 16_LOS TRÍA BONA DE SAN AGUSTÍN.

Pag 21_LA SIMULACIÓN DEL CONSENTIMIENTO COMO CAPÍTULO

DE NULIDAD.

Pag 26_LA SIMULACIÓN SE CLASIFICA EN DOS VERTIENTES.

CAPÍTULO II
Pag 31_EL MATRIMONIO CANÓNICO EN COLOMBIA.

Pag 32_EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL MATRIMONIO EN COLOMBIA.

Pag 37_LA CRISIS DEL MATRIMONIO EN LA COYUNTURA ACTUAL.

CAPÍTULO III
Pag 41_CAUSAS QUE HAN MOTIVADO LA SIMULACIÓN DEL
CONSENTIMIENTO.

Pag 46_CAUSA DE NULIDAD DEL MATRIMONIO POR SIMULACIÓN

TOTAL DEL CONSENTIMIENTO.

Pag 48_CAUSA DE NULIDAD DEL MATRIMONIO POR SIMULACIÓN

DEL CONSENTIMIENTO BAJO LA FÓRMULA DE “CONDICIÓN DE NO
COHABITAR NUNCA”.

Pag 50_CAUSA DE NULIDAD DEL MATRIMONIO POR EXCLUSIÓN DE

LA UNIDAD Y EXCLUSIVIDAD DEL DERECHO.
Pag 53_CAUSA DE NULIDAD POR EXCLUSIÓN DEL MATRIMONIO Y
TEMOR REVERENCIAL.

Pag 58_CAUSA DE NULIDAD MATRIMONIAL POR EXCLUSIÓN DE LA

FIDELIDAD Y ERROR DE PERSONA POR PARTE DEL VARÓN.

Pag 65_CAUSA DE NULIDAD POR EXCLUSIÓN DE LA FIDELIDAD.

Pag 69_LA SIMULACIÓN DEL CONSENTIMIENTO MATRIMONIAL EN

LA JURISPRUDENCIA DE LA ROTA ROMANA.

CAPÍTULO IV
Pag 81_EL DERECHO CANÓNICO BUSCA LA SALVACIÓN DE LAS
ALMAS. CANON.1752.

Pag 85_MATRIMONIO Y FAMILIA

Pag 90_CONSEJOS PARA LOS ESPOSOS

El impacto de la simulación del consentimiento en el matri-
monio canónico, ha sido objeto de múltiples debates a nivel
Pag 99 CONCLUSIONES doctrinal, jurisprudencial y académico, pues éste se encuentra
directamente vinculado a los elementos esenciales del matri-
Pag 105 GLOSARIO monio, defendido por la sana doctrina de los padres y la tradi-
ción de la Iglesia.
Pag 133 BIBLIOGRAFÍA
El presente libro busca exponer los fundamentos que motivan
la declaración de nulidad de algunos matrimonios por parte
de los tribunales eclesiásticos, entre ellos, el hecho de que un
creciente número de matrimonios se han gestado a partir de
vicios del consentimiento, materializados en la exclusión de
elementos esenciales del sacramento, que claramente se dan
en situaciones como los matrimonios por conveniencia, por
complacencia, por interés de una pensión, por falta de una

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¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
preparación, por huir a un problema personal o familiar, o por
ausencia de Dios en sus corazones.
Es en este sentido, cuando los jueces del tribunal, después de
tener la certeza moral sobre la simulación del consentimiento
matrimonial de un caso particular, emiten la sentencia decla-
rando que el matrimonio fue nulo, por simulación del consen-
timiento, o quizás por otro capítulo de nulidad.
Para declarar nulo un matrimonio, la metodología de inves-
tigación empleada en la simulación, responde a un enfoque
cualitativo, y se basa en el estudio y exploración de fuentes pri-
marias y secundarias para cada caso, esenciales para dar res-
puesta a una demanda de nulidad matrimonial, la que puede
concluir afirmativa o negativamente, según haya arrojado la
investigación jurídica y convalidada con el análisis jurispru-
dencial, como técnica importante para la aplicación de la in-
terpretación; probada por medio de la confesión judicial, de
la explicación de las causas simulandi y contrahendi, y de los
testimonios de los testigos.
El libro presenta en su primer capítulo, la contextualización del
concepto de simulación, partiendo de la definición de matri-
monio; seguidamente, se hace mención de la doctrina de San
Agustín a partir de su planteamiento sobre los tres bienes que
configuran el matrimonio y se aborda, además, la simulación
del consentimiento, como capítulo de nulidad matrimonial.
8 9
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
El segundo capítulo, presenta un análisis sobre el matrimonio
canónico en Colombia, tomando como base los anteceden-
tes históricos de su evolución en el país; luego, se describe el
contexto de la crisis matrimonial en la coyuntura actual, mos-
trando las causas que han motivado la simulación del consen-
timiento en Colombia.
En el tercer capítulo, el libro ofrece un estudio de la simulación
del consentimiento matrimonial en la jurisprudencia, a partir
de sentencias proferidas por el Tribunal de la Rota Romana, y
las establecidas por algunos Tribunales Eclesiásticos de Colom-
bia, terminando con un estudio conclusivo sobre su aplicación.
Finalmente, se presenta en el cuarto capítulo del libro “el senti-
do misericordioso de la reforma del Motu Proprio Mitis Iudex
Dominus Iesus”, llevada a cabo por el Papa Francisco en el año
2015, cuyo objetivo es “la salvación de las almas” por medio
de la vinculación de los fieles irregulares a la Iglesia y la viven-
cia de los sacramentos en su parroquia, donde párrocos y jue-
ces son puente de salvación. Así mismo, se demuestra y afirma
a través de textos bíblicos y de lo expuesto por autoridades de
la Iglesia, que el matrimonio y la familia son instituciones de
ley natural y divina desde la creación, siendo tarea de todos
cuidarlas, protegerlas y ayudarlas, por ser santuario de vida.
En las conclusiones, el libro expone algunas ideas, basadas en
los desafíos y perspectivas que surgen del trabajo realizado en
los tribunales eclesiásticos, a partir de una buena preparación,
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

concientización y evangelización hacia los futuros esposos, de El libro va dirigido a los jueces de los distintos tribunales ecle-
tal manera que el sacramento del matrimonio sea hasta que la siásticos, párrocos, sacerdotes, religiosas, fieles laicos, a los fu-
muerte los separe, como lo indica Dios en su palabra y como lo turos esposos y a la academia, de manera especial en derecho
reafirma la tradición de la Iglesia. Dicha preparación empieza canónico y en derecho civil, con el deseo de generar inquietu-
desde que se nace, en casa, en la niñez; de modo que se entien- des y facilitar la reflexión de alternativas, encaminadas al pro-
da y se adquiera conciencia sobre la trascendencia del matri- ceso de nulidad matrimonial. Adicionalmente, está destinado
monio y la familia como ley natural y divina, elevada por Cris- a aquellos que por sus errores y pecados desde la simulación
to a la dignidad de sacramento y cuidado y custodiado por la del consentimiento, le fallaron a Dios, a su pareja, a su fami-
Iglesia, como el tesoro más grande de la sociedad y de la Iglesia. lia y a la Iglesia, pero que arrepentidos piden misericordia, y
bondadosamente la encuentran en lo anunciado por el Sumo
En suma, se expone que es tarea de todos formarnos y de for-
Pontífice, su Santidad el Papa Francisco, en el preámbulo del
mar, hasta que haya una conciencia clara sobre el matrimonio
Motu Propio cuando dice: “Alimenta el estímulo reformador
como un sacramento para toda la vida, tal y como lo afirma el
el enorme número de fieles que, aunque deseando proveer a la
Antiguo Testamento y lo reafirma Jesucristo, dejándolo plas-
propia conciencia, con mucha frecuencia se desaniman ante las
mado en el Nuevo testamento.
estructuras jurídicas de la Iglesia, a causa de la distancia física
El libro, más allá de establecer conceptos inamovibles y defini- o moral; por tanto, la caridad y la misericordia exigen que la
tivos a partir de la investigación, lo único que pretende es abrir misma Iglesia como madre se haga accesible a los hijos que se
caminos de misericordia, para aquellos, que por desaciertos de consideran separados”.
su vida, debido al pecado, su débil y frágil humanidad, por no
estar preparados ni ser conscientes de las propiedades esencia-
les del matrimonio, cayeron en el pecado de la simulación del
matrimonio, haciéndose daño y causando mucho sufrimiento
a los demás, pero que arrepentidos piden a Jesucristo y a la
Iglesia perdón y reconciliación, para tener nuevamente la di-
cha, de ya no ser fieles irregulares o separados de la Iglesia, sino
fieles activos y enamorados de los sacramentos, que dan gloria
a Dios y testimonio al interior de la comunidad parroquial.

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¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

CAPÍTULO I

LA SIMULACIÓN DEL CONSENTIMIENTO,

EN EL MATRIMONIO CANÓNICO.

E
l matrimonio canónico, como institución representa-
tiva en América Latina y el mundo, por el cual, se sella
el pacto ante Dios como una alianza divina de la pa-
reja hacia el Creador, se ha visto trastocado por elementos de
nulidad que indican que se excluyó, de manera total o parcial,
uno de los factores esenciales del matrimonio. En ese sentido,
cuando se identifican vicios en la manifestación de la voluntad,
se puede configurar la simulación de consentimiento como un
capítulo de nulidad.

A lo largo de la historia se ha dado un sinnúmero de defini-

ciones sobre el matrimonio y sus elementos esenciales, motivo
por el cual se trae a colación en primer lugar, lo que planteaban
algunos de los grandes jurisconsultos en el derecho romano.

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¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
Inicialmente, Modestino establecía que las nupcias son unión
del varón y de la hembra, y consorcio de toda la vida, donde
se comunican el derecho divino y el humano (Digesto 23,2,1).
Por su parte, Justiniano expresaba que las nupcias (o matrimo-
nio) consisten en la unión del hombre y de la mujer, llevando
consigo la obligación de vivir en una sociedad indivisible (Ins-
titutiones 1,9,1).
De este modo, se determina la forma en que el derecho romano
articula el matrimonio desde la comprensión de las nupcias, con
base en la articulación del derecho divino y el derecho humano.
Es claro además, que la evolución del concepto implicó plan-
tear la trascendencia de los efectos civiles del matrimonio, mo-
tivo por el cual, Ulpiano en su obra “Las Reglas”, enseña que las
nupcias, para que surtan sus efectos civiles, deben ser realiza-
das bajo la Ley Civil Romana, y que a los fines de determinar
la filiación de los habidos dentro del matrimonio, tiene que ha-
blarse de “matrimonio legítimo” , el cual era para el juriscon-
sulto identificación a partir del cumplimiento de sus requisitos:
“...cuando entre los que contraen las nupcias existe derecho a
contraer matrimonio, tanto el varón como la mujer son aptos
para la procreación y ambos consientes, si son independientes,
y también sus padres, si están sometidos a su potestad” (R.1,-
V,2,2)1.
1 Chacón, J. (2010). El matrimonio romano: conceptos, requisitos, impe-
dimentos, efectos y disolución. Venezuela: Universidad de Carabobo.
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JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
Es así, como desde la perspectiva del derecho natural, se conci-
be la unión del hombre y la mujer como la figura que constitu-
ye la institución del matrimonio, que surte unos efectos deter-
minantes en la vida civil.
En ese orden, sin duda alguna afirmamos que la trascendencia
del matrimonio desde una concepción divina, trae a colación el
matrimonio canónico, que se ha ido perfilando con caracteres
propios a lo largo de su experiencia multisecular, asimilando
elementos bíblicos, teológicos y jurídicos que, en el momento
actual, se integran en la definición que propone el Código de
Derecho Canónico2, 1055,§1: “La alianza matrimonial, por la
que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de
vida ordenado por su misma índole natural al bien de los cón-
yuges y la generación y educación de la prole y fue elevada por
Cristo Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados” 3.
El matrimonio canónico es definido como “una sociedad física
y espiritual, excluyente e indisoluble, determinado por el con-
sentimiento del varón y de la mujer, en orden a la procreación
y educación de la prole y elevada por Cristo a la naturaleza
de sacramento”4. De este modo, se aprecia que además de las
nupcias, la Iglesia Católica, por mandato de Cristo, introduce
la solemnidad de la institución a partir del sacramento.
2 López Alarcón, M. y Navarro Valls, R., Curso de Derecho Matrimonial
Canónico y Concordado, Tecnos, Madrid 2010, Séptima Edición.
3 CIC. (1983). Còdigo de Derecho Canònico. Roma: Santa Sede.
4 Caviglioli, J. (1947). Derecho Canónico. Revista de Derecho Privado, vol
II, 244.
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¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
Desde una lógica aislada del factor divino y sacramental, existe
una definición fundamentada en que “el matrimonio es una
institución natural basada en la necesidad de la perpetuación
de la especie humana que la racionalidad del hombre ha eleva-
do a un rango especial y ha estabilizado a través de las costum-
bres y de las leyes5.
En suma, estas premisas conceptuales revisten de importancia
al matrimonio canónico que desde un proceso comparativo
demuestra su integralidad en términos de articular lo humano
con lo divino, desde la referencia de Cristo como luz, camino,
verdad y vida, en la consolidación de la comunidad de vida,
determinando la palabra encarnada como un centro que guía
al hombre y la mujer.
LOS TRÍA BONA DE SAN AGUSTÍN
Para el padre de la Iglesia, San Agustín, cada una de las pro-
piedades esenciales de la sociedad conyugal es un bien que
confiere dignidad al matrimonio y demuestra la profundidad
en que responde a las aspiraciones innatas de la naturaleza hu-
mana. Por tanto, los tres bienes: el bonum fidei, el bonum pro-
lis, y el bonum sacramenti, son para San Agustín los elementos
5 Hanisch, H. (1980). Historia de la doctrina y Legislación del Matrimo-
nio. Revista Chilena de Derecho, vol. 7, 481-501.
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JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
esenciales del matrimonio. En este sentido afirma San Agustín
que el bien de las nupcias “en el pueblo de Dios, radica en la
santidad del sacramento , por el cual no es lícito al que se aleja,
aunque sea por repudio, casarse con otro, mientras viva la otra
parte” (...)6.
La interiorización de estas propiedades en la solemnidad del
matrimonio, trajo consigo debates durante los años 70 sobre la
especificidad de lo que debía entenderse como derecho infali-
ble en la sociedad conyugal. En ese orden, algunas corrientes
jurisprudenciales y de doctrina canónica plantearon el derecho
a la “comunión de vida” o a “la íntima comunión de personas”
como un derecho esencial del matrimonio y abogaron vigoro-
samente por su incorporación al Código de Derecho Canóni-
co, que se encontraba ya en fase de revisión7.
Respecto al particular, se dicta la sentencia de la Signatura
Apostólica del 29 de noviembre de 1975, donde el Card. Staffa
como Ponente, dedicó un largo examen a la noción del ius ad
communionem vitae y concluyó que significa esencialmente el
ius ad individuam unitatem vitae sexuales; o sea, el derecho a la
exclusividad en el aspecto unitivo de la vida sexual, cuyo con-
tenido viene contemplado como parte integrante del bonum
6 Tejero, E. (2004). ¿Imposibilidad de cumplir o incapacidad de asumir las
obligaciones esenciales del matrimonio?: historia, jurisprudencia, doctrina, nor-
mativa, magisterio, interdisciplinariedad y psicopatología incidentes en la cuestión.
EUNSA.
7 Olmos, E. -Rodríguez Chacòn, R. (2015). Cuestiones actuales de dere-
cho canónico y derecho eclesiástico del Estado. Jordi Bosch, Dykinson.
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¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

fidei, según la tradicional clasificación agustiniana de los tria Por su parte, el bonum sacramentii hace referencia a la in-
bona conyugales: fidelidad, indisolubilidad y prole. No obs- disolubilidad  o inseparabilidad de la unión matrimonial, en
tante, como señala Stankiewicz, la reflexión posterior situó la relación con el carácter sagrado del matrimonio en el orden
exclusión8. natural, instituido por Dios al principio, y signo de la unión
entre Cristo y la Iglesia. El factor de la indisolubilidad en la ma-
En esa medida, cabe destacar ¿a qué hace referencia cada uno
nifestación del consentimiento, puede configurar una nulidad
de los bienes planteados por San Agustín y adoptados por la
matrimonial.
legislación canónica?
La jurisprudencia y la doctrina, han integrado un bien adicio-
El bonum prolis, en su explicación más sencilla, “consiste
nal a los tradicionales tria bona, denominado bonum coniu-
en la aceptación de la potencial paternidad o maternidad entre
gum. Es así como a raíz de la promulgación del código vigente
los cónyuges, y por tanto de la apertura a la vida de los actos
de 1983, comienzan a ser algo más numerosas las aportaciones
conyugales en el respeto de su significado unitivo y procreador,
de la Rota Romana sobre el bien de los cónyuges, aunque casi
y del deber de la educación de los hijos”9.
siempre en el contexto de la incapacidad para asumir las obli-
Por su parte, el bonum fidei es el bien de la fidelidad con- gaciones esenciales del matrimonio (can. 1095, 3º).
yugal, que pertenece a la esencia del matrimonio y constituye
Una sentencia de 1984, afirma que el bonum coniugum existe
un deber moral y jurídico; su exclusión en el consentimiento,
más allá de los tradicionales tria bona matrimoniales, sugirien-
mediante un acto positivo de decidida voluntad –no un simple
do un cuarto bien del matrimonio, y por tanto, la exclusión
deseo-, conlleva la nulidad del matrimonio. Se fundamenta en
del bien de los cónyuges daría origen a una simulación parcial.
la donación mutua del hombre y la mujer, que exige por su
Como lo disponen Olmos y Chacón, es la primera sentencia
misma naturaleza la plena fidelidad y la exclusividad del don
rotal que habla del mutuum adiutorum y del remedium concu-
de la propia sexualidad10.
piscentiae como parte integrante del bonum coniugum orde-
nado a la constitución del consortium totius vitae. De tal modo
que, queda delineada una primera configuración del bien de
8 Ibíd.
9 Lexicon Canonicum. (25 de 04 de 2018). Lexicon Canonicum. Obtenido los cónyuges como capítulo autónomo de nulidad, a la par de
de Lexicon Canonicum: http://www.lexicon-canonicum.org/materias/derecho-ma- los otros tres bienes tradicionales y distinguiéndose también
trimonial-canonico/bonum-prolis/
10 Ibíd.

18 19
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
del “consorcio o comunión de vida”11.
A diferencia de las referencias anteriores, que pretenden en-
contrar –aunque no logren alcanzar– una línea significativa
propia del bonum coniugum, como un cuarto bien, en línea
con los tres tradicionales, otros autores entienden que el bien
de los cónyuges tiene un significado más general que los tres
bienes agustinianos.
El término ad bonum coniugum podría suscitar la idea de
agregar a los tres bona de San Agustín, un cuarto bien (el bo-
num coniugum) y, por consiguiente, de considerar a tal bonum
entre los elementos esenciales del matrimonio del c. 1101, § 2,
cuya exclusión por acto positivo de la voluntad haría nulo el
matrimonio. Pero se ha de tener en cuenta, en primer lugar,
que el término bonum del c, 1055. § 1, tiene un sentido com-
pletamente general y en modo alguno el sentido específico que
tal palabra tiene en la trilogía agustiniana12.
En palabras de Tejero, en la visión agustiniana, los tres bona se
refieren a los bienes del estado matrimonial y son característi-
cas o valores positivos del matrimonio que le confieren digni-
11 Olmos, E- Rodrìguez Chacòn, R, en: Cuestiones actuales de Derecho
Canónico y Derecho Eclesiástico del Estado. Actas de las XXXIV Jornadas de
actualidad canónica (ed. J. Bosch) Dykinson Madrid 2015.
12 Tejero, E. (2004). ¿Imposibilidad de cumplir o incapacidad de asumir las
obligaciones esenciales del matrimonio?: historia, jurisprudencia, doctrina, nor-
mativa, magisterio, interdisciplinariedad y psicopatología incidentes en la cuestión.
EUNSA.
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JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
dad (...). Cada bonum se predica del matrimonio (...). Ahora
bien, es patente que el término bonum coniugum no expresa,
de modo paralelo, un valor o una propiedad del matrimonio.
El bonum no se predica ahora del matrimonio (como si fuera
un valor que confiere bondad al matrimonio), sino de los cón-
yuges (en cuanto expresa algo que es bueno para ellos); no se-
ñala una propiedad del matrimonio (un bonum matrimonii),
sino algo –el bien de los cónyuges– que el matrimonio debe
causar o al que debe llevar. El bonum coniugum está en la línea
no de la propiedad sino de la finalidad.
LA SIMULACIÓN DEL CONSENTIMIENTO COMO
CAPÍTULO DE NULIDAD
La nulidad del matrimonio en el derecho canónico, ha gira-
do en torno a la identificación de la ausencia de los tria bona
de San Agustín en el momento de la celebración misma de la
unión. Esto relacionado con que haya circunstancias anteriores
o posteriores que permitan hallar una posible causal de nuli-
dad que por ende, implica la motivación para decir que el ma-
trimonio nunca existió bajo la dignidad del sacramento. En esa
medida, el Derecho Canónico ha establecido varios motivos
que indican causales de nulidad que se señalan a continuación:
Nulidad por vicio de consentimiento:
Nulidad por carecer de uso de razón: canon 1095, 1º.
21
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

Nulidad por grave defecto de discreción de juicio: canon Nulidad por impedimentos que nacen de circunstancias
1095, 2º. personales:

Nulidad por incapacidad de asumir las obligaciones esen- Impedimento de edad (16 años para el varón y 14 para la
ciales del matrimonio por causas de naturaleza psíquica: mujer): c.1083.
canon 1095, 3º.
Impedimento de impotencia antecedente y perpetua: c.
Ignorancia de las propiedades esenciales del matrimonio: 1084.
canon 1096.
Nulidad por impedimentos que nacen de causas jurídicas:

Error acerca de la persona: canon 1097 § 1.

Error acerca de una cualidad de la persona directa y prin-
cipalmente pretendida: canon 1097 § 2.
Dolo provocado para obtener el consentimiento: canon
1098.
Error determinante acerca de la unidad, de la indisolubi-
lidad o de la dignidad sacramental del matrimonio: canon
Impedimento de vínculo o ligamen: c. 1085.
Impedimento de disparidad de cultos: c. 1086.
Impedimento de orden sagrado: c. 1087.
Impedimento de voto público y perpetuo de castidad en
un instituto religioso: c. 1088.
Nulidad por impedimentos que nacen de delitos:

1099.
Impedimento de rapto: c. 1089.
Simulación total del matrimonio o exclusión de una pro-
Impedimento de crimen: c. 1090
piedad esencial: canon 1101.
Nulidad por impedimentos de parentesco:
Nulidad por atentar matrimonio bajo condición de futuro
(canon 1102 § 1) o bajo condición de pasado o de presente Impedimento de consanguinidad: c. 1091.
que no se verifica (canon 1102 § 2).
Impedimento de afinidad: c. 1092.
Matrimonio contraído por violencia o por miedo grave:
canon 1103.

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¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
Impedimento de pública honestidad: c. 1093.
Impedimento de parentesco legal: c. 1094.
Nulidad por defecto de forma:
Matrimonio nulo por celebrarse sin la asistencia del ordi-
nario del lugar o párroco, o sin su delegación: canon 1108.
Matrimonio por procurador nulo por vicio del mandato:
canon 1105.
Como se puede apreciar con todas las causales de nulidad
mencionadas, un componente importante se relaciona directa-
mente con el consentimiento, motivo por el cual, para efectos
de lo que se presenta en este libro, se estudia concretamente la
causal de nulidad denominada: simulación del consentimiento
matrimonial. La simulación del consentimiento, en su enfoque
conceptual, se entiende como la disconformidad o fingimiento
entre el acto externo de manifestación del consentimiento ma-
trimonial correctamente realizado al celebrar el matrimonio,
y la voluntad interna del contrayente, quien realmente no está
dispuesto a hacer uso de los derechos matrimoniales, ni asumir
las correspondientes obligaciones, conllevando a un supuesto
de defecto del consentimiento en virtud del cual no habría, en
sentido técnico estricto, consentimiento matrimonial, ni por
consiguiente matrimonio.
Con base en lo anterior, pese a haber una manifestación afir-
mativa sobre contraer matrimonio, no hay un deseo de fondo
24
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
por parte del contrayente de asumir lo que en su esencia im-
plica el matrimonio. Para entender lo que el matrimonio re-
quiere y para que se conciba como tal, ha sido desarrollado por
muchos canonistas basándose en los tres bienes expuestos por
San Agustín. Por tal motivo, el matrimonio se comprende en su
conjunto, a partir de la doctrina agustiniana, como un bien que
se contextualiza de la siguiente manera:
Crea un corpus matrimonial cristiano en torno a tres ejes
o bienes (proles, fides, sacramentum)13. El matrimonio es
un bonum en sí, un bien natural, un bien necesario ten-
dente a un fin, aun sin que haya hijos. En su esencia está
ordenado a la procreación, que incluye la caritas coniu-
galis. Entraña el bonum fidei o mutua fidelidad hasta la
muerte y exige un ordo amoris. Y como bonum sacramenti
exige indisolubilidad y estabilidad familiar, excluyendo el
divorcio. Y estos tres bienes subsisten en su integridad éti-
co-objetiva14.
La alianza del matrimonio es explicada por San Agustín a par-
tir del concepto de bien, que incluye en su interior el bien de
la procreación, el de la fidelidad y el de la indisolubilidad del
matrimonio, entendido como sacramento.
13 vid., Pío XI, 31 diciembre de 1930, Casti Connubi, Parte I: Los bienes
del matrimonio: la prole, la fe y el sacramento, # 11-46; Parte II: Errores y vicios
del Matrimonio, la obligación de vigilar la sana doctrina, # 47-97.
14 Rodríguez, J. (2005). El matrimonio cristiano en San Agustìn (Bondad
del matrimonio). Anuario Jurídico y Económico Escurialense, 13-40.
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¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
LA SIMULACIÓN SE CLASIFICA
EN DOS VERTIENTES
La primera, consiste en la simulación total, que se presenta
cuando se excluye por completo el matrimonio. Es decir, se
manifiesta la voluntad de contraer matrimonio obligándose a
asumir y cumplir todo lo que el matrimonio supone, incluida
la fidelidad, la indisolubilidad y la prole.
La segunda, por su parte denominada simulación parcial, co-
rresponde a la exclusión de alguna de las propiedades esencia-
les del matrimonio. De este modo, pese a que la persona tiene
la intención de contraer matrimonio, excluye positivamente
una de esas propiedades esenciales o fines del matrimonio; en
ese orden, no basta una mentalidad divorcista, pues la persona
tiene que excluir la indisolubilidad de su matrimonio.
Aunque se haya efectuado el acto de celebración del matrimo-
nio, la exclusión consciente de su esencia o de uno de sus ele-
mentos, implica el no querer casarse, por lo que se reduce a
una causal de nulidad. Para que se materialice la simulación,
es menester el acto positivo de la voluntad que, de acuerdo a la
jurisprudencia de la Rota Romana, se tiene como:
Una “intención particular realmente expresada, delibera-
da, firme, absoluta, constante que “prevalece” sobre la vo-
luntad común con la cual se llega a la boda, y la anula”15,
15 Vid. (A. Abate, // matrimonio nella nuova legislazione canonica, Ro-
ma-Brescia 1995, 57
26
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
y el acto de este tipo “no puede tender hacia algo indeter-
minado y vacío, sino que conviene que tienda hacia algo
determinado y cierto como es la exclusión del mismo ma-
trimonio o bien de algún bien o propiedad esencial”16.
Al encontrar probado el acto positivo de la voluntad dirigido a
la simulación con el fin de excluir el matrimonio o un elemento
esencial del mismo, se presenta la nulidad del matrimonio que
debe ser declarada por la autoridad eclesiástica competente:
Tribunal eclesiástico.
De acuerdo al Diccionario “Vocabulario de significaciones de
Derecho Canónico” (s.f), la palabra nulidad proviene del latín
nullum, nada; corresponde a la característica de un acto que no
es válido, pero sí tiene apariencia de serlo, motivo por el cual se
debe probar la simulación, porque si no, el matrimonio se con-
sidera válido. No obstante, una definición más clara indica que
la declaración de nulidad de un acto, supone la inexistencia del
acto. De tal manera, que:
Cuando se declara nulo un acto, lo que se declara es que el acto
nunca ha existido. Tampoco han producido efectos jurídicos vá-
lidos. Por lo tanto, El acto nulo lo es porque en su origen, en
su formulación, contiene defectos de tal gravedad que provocan
que, en justicia, el acto deba ser tenido como no celebrado17.
16 Coram Bottone, sent, diei 15 iunü 2001, RRDec, vol. XCm, 386, n. 6.
17 Reyes, M. (2012). Catholic.net. Obtenido de Catholic.net: http://
es.catholic.net/op/articulos/22943/cat/794/nulidad-del-matrimonio-y-anula-
cion-del-matrimonio.html
27
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
Lo expuesto en relación con la simulación, se ha configurado
como causal de nulidad que se encuentra dispuesta en el Código
de Derecho Canónico (c. 1101 &2), la cual debe ser probada sea
por medio de la confesión judicial, de la explicación de las causas
simulandi y contrahendi, y de los testimonios, para tener la certe-
za moral de que se cumplen las características sobre un acto nulo,
como en el caso de la simulación del matrimonio, al configurarse
a partir de intenciones ajenas al sentido y fin de la alianza.
Existe la simulación total y la simulación parcial, cada una con
características que responden a la forma en que se interpretan y
asumen los elementos esenciales del matrimonio, sea la inten-
ción de unirse al matrimonio de forma integral o fragmentada.
El Tribunal de la Rota Romana se ha encargado de establecer
conceptos sobre la interpretación de la simulación, que si bien,
debe estar sujeta a las pruebas aportadas y practicadas en el
proceso, ha fijado las variables sobre las cuales la exclusión del
matrimonio, o de la prole, o de la fidelidad, o del bien de los
cónyuges o de la indisolubilidad, dirigen a la declaración de
nulidad del matrimonio.
Los criterios jurídicos sobre los cuales se estudia el matrimonio
y el impacto de la simulación sobre el mismo, han sido desarro-
llados con sumo cuidado por los canonistas que crean, inter-
pretan y aplican el derecho en justicia.
La alianza del matrimonio es una institución tan importante
para la sociedad y la Iglesia Católica, que implica la necesidad
28
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
de que se forje y cimente en intenciones sinceras, profundas y
alineadas con el plan de Dios. Por lo tanto, merece ser estudia-
da y promovida, para la construcción colectiva del ser humano
que fija la trascendencia en hacer de la pareja una sola carne, y
en ella el matrimonio y la familia.
La Iglesia, a través de los tribunales Eclesiástico, desean res-
ponder a una crisis sobre el significado profundo del matrimo-
nio que ha sido tergiversado en la dinámica social, haciendo
de esta alianza, una decisión a la ligera y sin trascendencia al
futuro personal, racional y espiritual del matrimonio y de la fa-
milia, seguramente por la ausencia de Dios en sus vidas y poco
o nada compromiso con el sacramento del matrimonio.
Para no seguir sufriendo el flagelo de tantos matrimonios nu-
los y familias rotas y dispersas, se hace necesaria una misión
evangelizadora sobre la trascendencia de los tria bona de San
Agustín, donde los futuros esposos, conscientes de su alto
compromiso consigo mismo, con su pareja, con Dios, con el
Sacramento del matrimonio y la familia, se acerquen consien-
tes y voluntariamente, sin falsedad, ni fingimiento al proyecto
de vida matrimonial y familiar, cuyo modelo y ejemplo a seguir
sea la familia de Nazaret, cuyo objetivo sea la santidad del nú-
cleo familiar, a través del servicio mutuo.
29
 JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

CAPÍTULO II

EL MATRIMONIO CANÓNICO EN COLOMBIA

P
or medio de este capítulo, se presenta la existencia y
consolidación del matrimonio canónico en Colombia
considerado desde su construcción histórica, tenien-
do en cuenta que corresponde a un país que fue proceso de
conquista, en la fase de colonización europea sobre América
Latina.

Asimismo, se exponen algunas crisis trazadas en la indisolu-

bilidad del matrimonio a partir de los cambios sociales en el
contexto colombiano y se identifican los principales aspectos
que han motivado la simulación del consentimiento matrimo-
nial en el país.

31
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL
MATRIMONIO EN COLOMBIA
El Concordato actualmente en vigor fue suscrito en Bogotá el
12 de julio de 1973 por el Ministro de Relaciones Exteriores,
Alfredo Vásquez Carrizosa, en representación de Colombia, y
por S. E. Ángelo Palmas, Nuncio Apostólico, en nombre de la
Santa Sede. Fue aprobado con su Protocolo final, por medio de
la Ley 20 de 1974, sancionada por el Presidente Alfonso López
Michelsen el 18 de diciembre de 1974 y publicada en el Diario
Oficial n. 34.234 del 14 de enero de 1975.
El día 2 de julio de 1975, en la Ciudad del Vaticano, tuvo lugar
el canje de ratificaciones18. Es de esta forma, que la Ley 20 de
1974 dejó sin vigencia el Concordato de 1887, siendo acorde
con las disposiciones constitucionales del momento.
De conformidad con el plazo de diez años invocado en el Con-
cordato, el 2 de julio de 1985 tuvo lugar el canje de notas, en
Bogotá, entre el Nuncio Apostólico y el Ministro de Relaciones
Exteriores.
Tres fueron los temas tratados: a) para la aplicación del pri-
vilegio paulino es necesario que se disuelva previamente por
divorcio el matrimonio civil; b) las causas de separación de
18 Prieto, V. (2011). Estado laico y libertad religiosa: antecedentes y desa-
rrollos de la Constitución colombiana de 1991. Bogotà: Universidad de La Sabana.
32
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
cuerpos, atribuidas por el Concordato, en primera instancia, a
los Tribunales Superiores del Distrito Judicial, pasan a ser co-
nocidas por los jueces de circuito en primera instancia y por
el Tribunal Superior en apelación, mientras se establecen los
jueces y salas civiles de familia; c) referencia expresa, por ini-
ciativa del Gobierno colombiano, a la Convención de Viena
sobre Derecho de los Tratados, que había sido ratificada por
Colombia y la Santa Sede: “Queda evidentemente entendido
que el Concordato, como Tratado Internacional, continúa regi-
do para todos sus efectos por las normas del Derecho Interna-
cional General y por la Convención de Viena sobre el Derecho
de los Tratados”19.
Como lo establece Prieto, los puntos acordados con la Santa
Sede han sido objeto de cumplimiento durante estos años, pero
se ha presentado una nueva situación en Colombia que ha im-
plicado la necesidad de modificar el Concordato, sobre temas
como el matrimonio, y más concretamente, la introducción del
divorcio para el matrimonio canónico.
Esto sucede porque la nueva Constitución Política de 1991, en
su artículo 42, extiende a todas las confesiones religiosas lo que
hasta ese momento era prerrogativa de la Iglesia Católica (se re-
conocen efectos civiles a todos los matrimonios religiosos y efica-
cia civil a las respectivas sentencias de nulidad) y determina que
19 Restrepo, L. (1973). El Concordato, ayer-hoy. Bogotá: Ediciones Paulinas.
33
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
“los efectos civiles de todo matrimonio cesarán por divorcio con
arreglo a la ley civil”. Tal y como puede apreciarse a continuación:
Artículo 42. La familia es el núcleo fundamental de la
sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos,
por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer
matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla.
El Estado y la sociedad garantizan la protección integral
de la familia. La ley podrá determinar el patrimonio fa-
miliar inalienable e inembargable. La honra, la dignidad
y la intimidad de la familia son inviolables. Las relaciones
familiares se basan en la igualdad de derechos y deberes de
la pareja y en el respeto recíproco entre todos sus integran-
tes. Cualquier forma de violencia en la familia se conside-
ra destructiva de su armonía y unidad, y será sancionada
conforme a la ley. Los hijos habidos en el matrimonio o
fuera de él, adoptados o procreados naturalmente o con
asistencia científica, tienen iguales derechos y deberes.
La ley reglamentará la progenitura responsable. La pareja
tiene derecho a decidir libre y responsablemente el núme-
ro de sus hijos, y deberá sostenerlos y educarlos mientras
sean menores o impedidos. Las formas del matrimonio, la
edad y capacidad para contraerlo, los deberes y derechos de
los cónyuges, su separación y la disolución del vínculo, se
rigen por la ley civil. Los matrimonios religiosos tendrán
efectos civiles en los términos que establezca la ley. Los
efectos civiles de todo matrimonio cesarán por divorcio
34
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
con arreglo a la ley civil. También tendrán efectos civiles
las sentencias de nulidad de los matrimonios religiosos
dictadas por las autoridades de la respectiva religión, en
los términos que establezca la ley. La ley determinará lo
relativo al estado civil de las personas y los consiguientes
derechos y deberes20.
Los resaltados en la cita responden a los aspectos más relevan-
tes sobre la materia que contiene este artículo constitucional;
bajo este amparo, esta formulación de reconocimiento de efec-
tos civiles cobijaba sin duda a los matrimonios celebrados ca-
nónicamente y la posibilidad de divorcio se aplicaba solamente
a los matrimonios civiles; así pues, que la Constitución diera
respaldo al divorcio para todas las religiones, implicó un des-
equilibrio en la aplicación del derecho canónico en Colombia.
De este modo, con la reforma de 1992 al Concordato, se preten-
dió resolver el conflicto y adecuar las normas concordatarias a
la Constitución, a través de una fórmula de compromiso que
añadía al art. VII del Concordato la referencia a “los términos
que establezca la ley”. El texto es el siguiente:
ARTÍCULO VII: El Estado reconoce plenos efectos civiles
al matrimonio celebrado de conformidad con las normas
del derecho canónico. Para la efectividad de este recono-
cimiento la competente autoridad eclesiástica transmitirá
20 Constituciòn Polìtica de Colombia. (1991). Repùblica de Colombia.
Bogotà: Legis.
35
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
copia auténtica del Acta al correspondiente funcionario
del Estado quien deberá inscribirla en el registro civil21.
Con el fin de evitar posibles confusiones que pudieran inducir a
los fieles católicos a pensar que el divorcio era una opción lícita, la
Santa Sede quiso incluir de modo análogo a lo que había ocurrido
en España, Italia y Portugal la siguiente declaración unilateral:
La Santa Sede, ante las nuevas normas introducidas en Co-
lombia en el campo matrimonial, reafirma la doctrina de
la Iglesia Católica acerca de la indisolubilidad del vínculo
matrimonial y recuerda a los cónyuges que han contraído
matrimonio canónico el grave deber que les incumbe de
no recurrir a la facultad civil de pedir el divorcio22.
El control de constitucionalidad ejercido por la Corte Consti-
tucional para revisar que el Concordato cumpliera con los es-
tándares de la Carta Política, determinó en la sentencia C-207
de 1993 que, en relación con el matrimonio, debe hacerse re-
ferencia a dos artículos del Concordato: el VII y el VIII. Bajo
el ejercicio, ambas normas fueron declaradas, en sustancia,
conformes a la Constitución, puesto que el art. 42 extiende el
reconocimiento de efectos civiles a todos los matrimonios reli-
giosos (incluido obviamente el canónico) y a las sentencias de
nulidad de los matrimonios religiosos dictadas por las auto-
21 Concordato. (1973). Santa Sede y Repùblica de Colombia. Roma: Santa Sede.
22 Prieto, V. (2011). Estado laico y libertad religiosa: antecedentes y desa-
rrollos de la Constitución colombiana de 1991. Bogotà: Universidad de La Sabana.
36
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
ridades de la respectiva religión. Bajo este amparo, el derecho
colombiano guarda una coordinación con el derecho canónico
en materia matrimonial, permitiendo que los fieles católicos
puedan dar desarrollo en la vida civil y la vida sacramental.
LA CRISIS DEL MATRIMONIO EN
LA COYUNTURA ACTUAL
Históricamente el concepto de matrimonio ha sido definido
como la unión de un hombre y de una mujer con la finalidad
de procrear y de constituir una unidad de vida; es decir, una
familia. En la Constitución Política de Colombia, el derecho
a la familia y el derecho a contraer matrimonio, a pesar de ser
dos derechos diferentes, como la Corte se ha encargado de se-
ñalar en reiterada jurisprudencia, son dos derechos paralelos
reconocidos en el mismo precepto en el artículo 42 que ha sido
citado con anterioridad.
Así, el matrimonio enmarcado en la importancia de la fami-
lia, ha sido un aspecto que se ha visto golpeado a partir de los
cambios sociales. Sabido es que sólo la vida en común entre los
cónyuges permite llegar a conocer detalles y matices en el modo
de ser que no se descubren durante el noviazgo o las relaciones
previas, cualquiera que sea la duración de éstas. En este sentido:
Si una vez constituido el vínculo matrimonial el otro cón-
yuge ya no es tan afectuoso, tiene costumbres diferentes o
37
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
unas pretensiones en la relación mutua que el otro no está
dispuesto o no puede aceptar o tolerar, como sucede con
frecuencia en las crisis matrimoniales, ello no es motivo
de nulidad del vínculo, cuyas causas han de reducirse a
unos estrictos términos, debiendo versar el error sobre
cualidades personales de entidad, nunca sobre caracteres
o conductas que sólo se manifiestan en la convivencia”23.
En el contexto colombiano, se han identificado multiplicidad de
crisis matrimoniales que están llevando a la familia Colombia
a un abismo, pues mientras se transforma para ponerse a tono
con los nuevos cambios sociales y económicos del país, transita
por la cuerda floja de la inestabilidad de pareja, al tiempo que
los hijos se asoman a la hondura de la pobreza, menor acceso a
la educación o mayor riesgo de enfermedad24.
Así pues, con base en el estudio Mapa Mundial de las Familias,
realizado por las entidades Child Trends, Social Trends Institute
y ocho universidades del mundo, se concluye que “en Colombia
el 55 % de los niños del país viven con adultos diferentes a sus
padres, haciéndolos vulnerables a la violencia, hacinamiento y
abusos. Un 11 % viven sin sus dos padres. El 84 % de los bebés
nacen de madres solteras y es el país donde más crece la unión
libre (35 %) y cae el matrimonio católico (19 %)”25.
23 Yagüe, F. ( 2015). El matrimonio: situaciones análogas a la convivencia,
medidas y efectos comunes a los procedimientos de nulidad, separación y divorcio
y el registro civil. Dykinson
24 Alda, M. (04 de 03 de 2015). Expertos le explican por què la familia
colombiana està en crisis. El Paìs.
25 Social Trends Institute. (2014). World Family Map. New York y Barcelona: STI.
38
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
El profesor Pablo Andrés Salazar, del Instituto de La Familia
de la Universidad de La Sabana e investigador por Colombia,
determina que, con la separación de los padres, habrá menos
ingresos familiares y se reflejará en más desnutrición y menos
crecimiento, más enfermedades y menor acceso a la educación;
más desprotección y menos cuidadores. “Dicho de otra mane-
ra más simple: la separación y el divorcio empobrecen”26.
Se subraya que, en las resoluciones emitidas por el estado, al
equiparar el estatus jurídico del matrimonio igualitario, en las
parejas de “unión libre”, es decir, respecto a las uniones de he-
cho, no respecto al matrimonio, hecho que implicaba un trata-
miento jurídico diferenciado.
Otro aspecto que se refleja en las crisis familiares corresponde
a los cambios en la estructura de las familias, pues según el
estudio, las familias biparentales (papá, mamá e hijos) pese a
que siguen representando la mayoría a nivel mundial, son cada
vez más escasas.
Aproximadamente  entre la mitad y las tres cuartas partes de
los menores habitan en familias biparentales. Por otra parte,
un factor identificado se enmarca en la apatía frente al matri-
monio, ya que las tasas de nupcialidad están disminuyendo sig-
nificativamente y creciendo el número de parejas viviendo en
unión libre o de hecho.
26 Alda, M. (04 de 03 de 2015). Expertos le explican por què la familia
colombiana està en crisis. El Paìs.
39
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

CAPÍTULO III

CAUSAS QUE HAN MOTIVADO

LA SIMULACIÓN DEL CONSENTIMIENTO

P
ara hablar sobre las causas que con mayor frecuencia
conducen a la simulación del consentimiento, cabe
destacar que los actores que intervienen dentro del
proceso de nulidad matrimonial, sobre todo párrocos, que han
preparado detenidamente a los novios para el matrimonio y
han realizado minuciosamente el expediente matrimonial,
suelen preguntar lo siguiente:

¿Cómo se puede declarar nulo el matrimonio de una per-

sona que contradice ahora lo que manifestó solemnemen-
te en la preparación y en el rito nupcial?, ¿no se corre el
riesgo de premiar a quien cambia las propias declaraciones
según su conveniencia?, ¿no se pone en peligro la propia
estabilidad de la institución matrimonial?, ¿qué sentido

40 41
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
tiene el trabajo de los párrocos en orden a la admisión al
matrimonio si luego los tribunales lo contradicen? 27
Las anteriores, son preguntas importantes que dirigen a un ca-
pítulo muy complejo dentro del derecho matrimonial canóni-
co sustantivo y procesal: El de la llamada simulación del con-
sentimiento.
En primer lugar, cabe resaltar que en las causas de simulación
tiene un valor especial la denominada causa simulandi (causa
de la simulación), es decir, la razón por la que una persona ha-
bría actuado de aquel modo determinado.
En otras palabras, tiene particular valor probatorio la presencia
de un móvil plausible para el comportamiento que se quiere
demostrar, pues cuanto más fuerte es el móvil, aunque sólo sea
subjetivamente, tanto más probable es que la simulación pueda
ser comprobada.
Por tanto, si una persona supiera que tiene una grave enferme-
dad hereditaria, tendría un móvil específico y creíble para no
querer tener hijos. Por tanto, el profesor Bianchi dispone “que
entre los indicios se suele incluir también la llamada causa con-
trahendi (causa de la celebración), o sea, el motivo por el que
la persona que habría simulado, ha contraído matrimonio”28.
27 Bianchi, P. (2005). ¿Cuándo es nulo el matrimonio? Guía práctica de
causas de nulidad para el asesoramiento jurídico de matrimonios en crisis. Bogotà:
EUNSA.
28 Ibíd.
42
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
De acuerdo a lo anterior, cuanto más débil es la razón por la
que la persona se ha casado desde un punto de vista moral y
cristiano como los intereses, el matrimonio reparador, presio-
nes de terceros o del ambiente, etc., tanto más fuerte aparece la
posibilidad de la simulación.
Igualmente, si el día de la boda uno de los cónyuges mostró su-
frimiento o tristeza podría ser un indicio de simulación, como
también, si siente inclinación afectiva hacia otra persona, en
orden a probar una supuesta exclusión de fidelidad, o de al-
gún modo, el recurso sistemático a la contracepción o al aborto
durante el transcurso de la vida conyugal son indicios ciertos
de un claro rechazo de la procreación, escenarios que podrían
configurar la simulación total o parcial, y que dependiendo, re-
sultarían como eventos que causan este capítulo de nulidad al
matrimonio canónico.
En Colombia se han materializado todos los posibles eventos en
la simulación del consentimiento; por ejemplo, en la simulación
total, cuando alguien se casa sin amor conyugal, o con la inten-
ción de no instaurar una verdadera y propia convivencia matri-
monial, o de mantenerse completamente libre para eventuales
relaciones extra-conyugales, o del joven que se casa con una mu-
jer rica por motivos económicos y sin asumir ningún compro-
miso o responsabilidad de tipo verdaderamente conyugal, o del
que se casa sólo para adquirir las riquezas de la mujer29.
29 Aznar, F. (1995). La prueba del consentimiento matrimonial simulado.
Indicaciones jurisprudenciales recientes. Revista española de derecho canònico,
563-592.
43
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

En Colombia, ha sido verdadero objeto de observancia la si- bración del matrimonio fraudulento cuando: (a) los cónyuges
mulación del consentimiento, que en la jurisprudencia colom- son imprecisos al declarar sobre los datos académicos, profe-
biana fue evaluada a partir de la figura del matrimonio simu- sionales, las circunstancias en las que se conocieron, número de
lado. Al respecto, la Corte Constitucional definió lo siguiente: hijos, y otros datos de carácter personal, familiar y sentimental;
(b) hay ausencia de contribución adecuada a las responsabili-
El matrimonio simulado o fraudulento también ha sido
dades que sobrevienen del matrimonio; (c) no hay vida común
denominado como matrimonio de conveniencia, blanco,
entre los contrayentes y se evidencia una superficialidad en la
de complacencia, mariage blanc o sham marriage. Es aquel
relación de pareja; (d) no tienen un idioma común a través del
en el que los contrayentes aparentan contraer matrimonio
cual comunicarse; (e) los cónyuges no se conocían con anterio-
y expresa o tácitamente lo acuerdan, con la intención frau-
ridad a la celebración del matrimonio; (f) alguno de los con-
dulenta de engañar a los demás, de no cumplir con los
trayentes tiene antecedentes en la celebración de matrimonios
derechos y las obligaciones que del mismo se derivan y
fraudulentos; (g) alguna de las partes ha pagado de manera
de no aceptar el cumplimiento de los fines. Dicho de otra
previa una suma de dinero con el propósito que se celebre el
manera, este tipo de matrimonios son negocios jurídicos
matrimonio, excepto cuando el dote sea una práctica normal
simulados o aparentes, que suponen la celebración de un
en alguno de los países de los contrayentes; (h) la diferencia
matrimonio ficticio, puesto que si bien, cumplen con las
notable de edad entre la pareja” (Sentencia T-574, 2017).
formalidades requeridas, los contrayentes no tienen la
real intención de contraer el contrato nupcial (Sentencia Bajo este amparo, la Corte Constitucional asocia estos indicios
T-534, 2015). con los que se dan en la realidad colombiana, implicando en
su estudio el derecho civil y el canónico, dados los matices del
Observando que no se establece su definición a partir del dere-
matrimonio a partir de los instrumentos que reconocen los
cho canónico, es claro que se ha trazado un fenómeno en el de-
efectos civiles del matrimonio canónico y que han facilitado el
recho civil sobre simulación del consentimiento, que ha sido ob-
diálogo dentro del ordenamiento jurídico interno.
jeto de estudio por los operadores judiciales colombianos, dada
la reiteración de eventos en los cuales se simula el matrimonio. Tomando como base estos fundamentos relacionados con la
simulación en el derecho civil, cabe revisar la manera en como
Por lo tanto, la Corte Constitucional expresa que la doctrina
los tribunales eclesiásticos colombianos han identificado la
española ha considerado que son indicios fuertes sobre la cele-
nulidad del matrimonio por simulación del consentimiento.

44 45
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
Por lo tanto, a continuación, se presentarán algunos casos re-
visados por tribunales relacionados con las causales de nulidad
matrimonial por simulación del consentimiento.
CAUSA DE NULIDAD DEL MATRIMONIO POR
SIMULACIÓN TOTAL DEL CONSENTIMIENTO
En el presente caso, el Juez Ponente fue Monseñor N, los Presi-
dentes del Turno fueron Monseñor N y el Presbítero X, y el De-
fensor del Vínculo fue el Presbítero X. Se trata del señor M y la
señora J, quienes se conocieron hacia 1980 en Estados Unidos
y luego de un tiempo de trato íntimo tuvieron pronto relacio-
nes sexuales entre sí, de las cuales ella quedó embarazada y dio
a luz a un niño que murió un mes después sin ser bautizado.
Cuando el padre de la señora J se entera de la situación, envía
a su esposa a Colombia con el fin de hacer regresar a su hija
a su país natal a menos que contrajera matrimonio, so pena
de seguir enviándole US $50.00 mensuales que destinaban los
jóvenes para sostenerse en condiciones limitadas. Pese a que
nunca consideraron la posibilidad de contraer matrimonio,
resolvieron hacerlo para continuar con su amor libre y seguir
recibiendo el apoyo económico que el padre enviaba. Así las
cosas, el matrimonio se celebró el 1 de marzo de 1981, pero
pocos meses después del mismo, los esposos se separan.
El 2 de abril de 1983, el esposo presenta demanda de nulidad
46
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
ante el Tribunal Eclesiástico competente por razón del domi-
cilio de los esposos, el cual dicta sentencia “pro nullitate, por
causa de simulación de consentimiento matrimonial de ambos
cónyuges. La decisión es apelada de oficio ante el Tribunal Su-
perior Eclesiástico”30.
Sobre el particular, los fundamentos de derecho para estudiar
la simulación del matrimonio se basaron en dos premisas; la
primera, que la presunción de que el consentimiento interno
de la voluntad está en conformidad con las palabras o los sig-
nos empleados en la celebración del matrimonio, a menos que
una de las partes o las dos, por un acto positivo de la voluntad
excluyan el matrimonio o alguna propiedad del mismo, motivo
por el cual, es una presunción iuris tantum, que por lo tanto
admite prueba en contrario. Según Coronata, “podrá obtener-
se si hay declaraciones de la parte que dice haber simulado y
concurren a comprobarlo la causa que tuvo para simular y las
circunstancias antecedentes, concomitantes y subsiguientes a
la celebración del matrimonio”31.
La segunda premisa, por su parte, consistió en que la simula-
ción puede ser explícita o implícita, y la segunda se da cuan-
do una persona intenta como finalidad exclusiva conseguir un
fin distinto de los que son propios del matrimonio, como una
30 Tribunal Eclesiàstico Superior de Colombia. (1976). Nulidad de matri-
monios por defectos del consentimiento: fallos/Tribunal Eclesiàstico Superior de
Colombia. Bogotà: Temis.
31 Coronota. (1976). Institutiones iuris canonici. De Sacramentis, 575.
47
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
posición social o una fortuna, y se sirve de la celebración del
matrimonio como de una farsa para alcanzar su objetivo.
En todo caso, el Tribunal determina que la causa fundamental
que la pareja tuvo para simular el matrimonio, fue el deseo de
vivir juntos sexualmente, en amor libre, y evitar que el padre
de su compañera acabara con ese apego; además, la mentalidad
de las partes sobre el matrimonio en sí influía en su voluntad,
y por ello no querían contraer matrimonio cuando, por otros
motivos, estaban haciendo la pantomima del rito. Bajo estos
argumentos, el Tribunal Eclesiástico Superior de Colombia, ra-
tifica la sentencia de primera instancia que dictó la nulidad del
matrimonio.
CAUSA DE NULIDAD DEL MATRIMONIO POR
SIMULACIÓN DEL CONSENTIMIENTO BAJO LA
FÓRMULA DE “CONDICIÓN DE NO COHABITAR NUNCA”
En el presente caso, el Juez Ponente y Presidente del Turno fue
Monseñor N, el Presbítero X y el Presbítero J. El Defensor del
Vínculo fue el Presbítero Y. El señor M y la señora P contraje-
ron matrimonio, luego de haberse conocido seis meses antes y
habiendo tenido relaciones íntimas que dieron como resultado
el embarazo de una hija. El matrimonio se dio porque cuando
los padres de P se enteran, se busca la celebración inmediata
del matrimonio que pese a la indisposición de M, la unión se
48
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
da bajo la condición de que M no viviría con ella, acuerdo que
fue aceptado por los padres de la compañera. La causal de nuli-
dad se invoca por la condición de futuro contra la sustancia del
matrimonio puesta por el actor, y luego fue agregada, en sub-
sidio, la de falta de consentimiento por parte del mismo actor,
causada por fuerza y miedo grave32.
Según el estudio del Tribunal, el hecho de que alguien con-
traiga matrimonio “con la condición de no vivir nunca con la
esposa”, puede fácilmente significar, más bien que un compro-
miso o “modo”, la voluntad de no quedar ligado con los de-
beres y derechos matrimoniales hacia ella. Según éste órgano,
es extraño e inconcebible que un hombre tenga intención de
unirse única y exclusivamente con una mujer, conferirle el de-
recho a su amor y a su cuerpo en orden a tener hijos con ella,
comprometerse a alimentarla y a ser fiel a todos estos deberes
de por vida, y al mismo tiempo excluya, también de por vida,
la cohabitación con ella.
En ese orden, puede suceder que se contraiga tal vínculo junto
con un propósito de no cohabitar por algún tiempo, mientras
perduren algunas causas o circunstancias que así lo exijan, pero
no puede ser que se quiera contraer matrimonio con exclusión
absoluta y total de la cohabitación.
Por lo tanto, al intentar establecer cuál fue en realidad el pen-
samiento o intención de quien contrajo matrimonio con la
32 Ibíd.
49
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
condición de nunca cohabitar, se configuran las presunciones
que obran en las causas relativas al consentimiento, en las que
es preciso verificar cuál fue la mente o intención interna de la
parte: la causa de su proceder, las circunstancias antecedentes,
concomitantes y subsiguientes a la celebración del matrimonio
y su modo de obrar posteriormente. De este modo, cuando es-
tos elementos de juicio así lo indican, la voluntad positiva de
no cohabitar puede constituir presunción válida de simulación
del consentimiento.
A partir del debate jurídico, el Tribunal decide que no se con-
figura en este caso la causal de condición de futuro contra la
sustancia del matrimonio, pero que se comprueba la causal de
simulación total del consentimiento por parte del actor, motivo
por el cual se consta la nulidad del matrimonio.
CAUSA DE NULIDAD DEL MATRIMONIO POR
EXCLUSIÓN DE LA UNIDAD Y EXCLUSIVIDAD
DEL DERECHO
El caso a presentar tuvo como Ponente al Presbítero N como
Presidente del Turno, Monseñor X y al Presbítero J como jue-
ces y al presbítero L como Defensor del Vínculo.
Para el particular, la señora Y contrajo nupcias con el señor B
después de aproximadamente seis meses de noviazgo. El Señor
50
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
B continuó sosteniendo relaciones amorosas con la señora Y
de la cual tenía dos hijos, así que después de una convivencia
breve y bastante irregular, la actora optó por la separación y
demandó la nulidad de su matrimonio por el capítulo de simu-
lación del consentimiento matrimonial por parte del Señor B33.
Para decidir, el Tribunal entra a estudiar las diferencias entre
la simulación total y la simulación parcial, llegando a las si-
guientes conclusiones: La simulación total, como se ha dicho,
es el acto positivo de la voluntad que “excluye el matrimonio
mismo”; en este caso, el contrayente manifiesta externamente
el consentimiento, pero internamente lo rechaza; por consi-
guiente, no hay consentimiento y por lo tanto no se da el ma-
trimonio, ya que el consentimiento es su única causa eficiente.
La simulación parcial, en cambio, es el acto positivo de la vo-
luntad que excluye o todo el derecho al acto conyugal, o algu-
na propiedad esencial del matrimonio; se trata de la exclusión
boni prolis, boni fidei o boni sacramenti. La simulación parcial
resulta una restricción del consentimiento.
Con base en lo anterior, el Tribunal toma en consideración el
significado entre finis operis y finis operantis, y la distinción en-
tre causa contrahendi y causa simulandi. Así pues, el finis operis
del matrimonio es aquel bien al cual tiende este por su misma
naturaleza, o sea, al cual lo ordenó Dios, autor de la naturaleza;
el finis operantis es lo que busca y pretende alcanzar el contra-
33 Ibíd.
51
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
yente con la celebración del matrimonio; de suyo tales fines
deben coincidir, pues quienes se casan han de buscar precisa-
mente aquello a lo cual se orienta el matrimonio; sin embargo,
puede ocurrir que el contrayente solo pretenda alcanzar por el
matrimonio un propio y personal objetivo o fin, excluyendo a
la vez, por un acto positivo de la voluntad el finis operis, o sea
el matrimonio como tal o alguno de sus bienes esenciales. Por
otro lado, la causa contrahendi se entiende el motivo o razón
por la cual el hombre o la mujer resuelve casarse, en tanto que
por causa simulandi se entiende la razón que alguien tuvo o
tiene para aparentar que consiente en celebrar el matrimonio
que en su interior excluye.
En el caso en concreto, el Tribunal establece “que quien contrae
matrimonio con propósito de seguir relaciones, no esporádicas
sino concubinarias, o sea estables y aun manifiestas ad instar
matrimonii, con otra persona, puede decirse que tiene una vo-
luntad implícita de no comprometerse o no obligarse exclusi-
vamente con aquella con quien se casa. Esta voluntad es una
implícita negación del derecho exclusivo del cónyuge, puesto
que un derecho entregado crea obviamente y ante la mente de
cualquiera, una obligación correlativa y viceversa”34.
Ante el análisis de la situación, se define que para el señor B
los beneficios que quiso obtener mediante el matrimonio re-
lativos a una aceptación social, se constituyeron en una verda-
34 Ibíd.
52
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
dera causa simulandii, por cuanto, según lo que se ha visto, en
modo alguno aparece que él haya querido comprometerse en
verdadero matrimonio con la señora Y; esos beneficios fueron
para él el verdadero y único objetivo (finis operantis), con ex-
clusión de entrega verdadera o a lo menos exclusiva a la esposa,
de un afecto verdaderamente conyugal, puesto que este afecto
lo reservó y siguió ofreciéndolo a su concubina, por lo cual,
excluyó expresamente el bonum fidei que permite ver implícita
la exclusión total del matrimonio. De esta manera, se constata
la nulidad del matrimonio en el capítulo de la exclusión del
bonum fidei.
CAUSA DE NULIDAD POR EXCLUSIÓN DEL
MATRIMONIO Y TEMOR REVERENCIAL
El 15 de noviembre de 2018 el Tribunal Eclesiástico recibió el
escrito de demanda de nulidad matrimonial, que de manera
conjunta firman con fecha de noviembre 10 de 2018, el señor N
y la Señora M. Con decreto del 21 de noviembre de 2018, se es-
tablece la duda a resolver “Si consta la nulidad del matrimonio
celebrado entre el señor N y la señora M, por exclusión del ma-
trimonio de parte de ambos (canon 1101,2) y subsidiariamente
canon 1055 y 1103 por temor reverencial”.
Ambas partes son de familia católica y tradicionalistas. Eran
vecinos y allí se conocieron, tuvieron noviazgo corto, se ca-
53
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
saron a raíz del embarazo, sin planes familiares de futuro. La
convivencia de ambos fue escaza. En 1979 tramitaron la liqui-
dación de la sociedad conyugal, cortando todo vínculo legal
entre los dos.
De acuerdo a los fundamentos de derecho, el actor invocó los
cánones, 1101,2 y 1055 en la demanda. Luego en el decreto de
la duda se aceptaron esos dos y se agregó el 1103. Bajo el análi-
sis del matrimonio por violencia o temor reverencial, según el
canon 1103 es inválido el matrimonio contraído por violencia
o por miedo grave proveniente de una causa externa, incluso
el no inferido con miras al matrimonio, para librarse del cual
alguien se vea obligado a casarse.
Consentir a la fuerza o por miedo no es consentir. El canon
1103 invalida el consentimiento matrimonial producido por
violencia o miedo, siempre y cuando se cumplan las siguientes
condiciones: a) Que el mal que se teme en caso de no celebrarse
el matrimonio sea grave. b) Que el miedo sea producido por
una causa externa; es decir, no sea solamente fruto de la imagi-
nación o de la sensibilidad o nerviosismo de quien se casa, sino
que puedan determinarse las amenazas o coacciones de otro(s)
para obtener el consentimiento matrimonial. c) Que quien su-
fre el miedo no tenga otro medio para huir del mal con que se
le amenaza, que casarse.
Un ejemplo de casarse a la fuerza o por coacción puede ser
cuando dos jóvenes se casan porque ella ha quedado emba-
54
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
razada y sus padres los obligan; o cuando ellos se casan por
el embarazo que de no haber existido ellos nunca se hubieran
casado entre sí. También podría pensarse como violencia, en
el rapto o secuestro de una mujer para obligarla a casarse con
su raptor, pero el derecho canónico lo ha catalogado entre los
impedimentos matrimoniales; la diferencia es que en los impe-
dimentos matrimoniales sí existe un consentimiento matrimo-
nial, pero es un consentimiento prohibido o impedido por la
ley, ya sea canónica (cánones 1083 a 1094 del Código de Dere-
cho Canónico) incluso la ley civil.
Respecto al temor reverencial, precisa el Tribunal que se pre-
senta hacia las personas a quienes se les debe reverencia y obe-
diencia, por tener alguna autoridad o dominio y de las cuales
se depende realmente (padres, tutores, superiores, maestros,
etc.). Es un temor a causarles disgusto, enojo, contrariedad o
indignación por no someterse a su voluntad o imposición de
casarse con determinada persona; también puede darse cuan-
do se teme soportar una vida gravemente molesta o infeliz, a
consecuencia o por causa de la indignación, disgusto o enojo
de quien tiene autoridad.
El contrayente que contrae con temor reverencial cree que va
a sufrir si no se casa y, para evitarlo, se siente obligado(a) a
someterse a la voluntad de quienes quieren ese matrimonio. Se
requiere que haya una relación real de sujeción y dependencia;
que exista un temor fundado a la indignación y al enojo de
esa(s) personas(s); que sea un temor grave y antecedente; es
55
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
decir, es causa de su decisión de casarse porque de no hacerlo
no podría evitar los males que teme la víctima del temor reve-
rencial (canon 1103).
Bajo este amparo, el entendimiento (entender lo que se hace) y
la voluntad (querer hacerlo) son cualidades humanas que de-
ben estar presentes en todos los compromisos de las personas,
para que sus decisiones sean libres y, por eso mismo, respon-
sables. Casarse es el acto humano que requiere el mayor grado
de libertad personal, porque es entregarse por amor a otra per-
sona. Por eso, los que “se casan” son los contrayentes; no “los
casa” el sacerdote o el juez o la autoridad: éstos asisten, en todo
caso, como testigos especiales.
Casarse es asumir mutuamente un futuro impredecible al lado
de esa persona elegida que también lo asume. Esta entrega mu-
tua y recíproca de dos personas tiene tal “halo” que, tal vez,
sea esto lo que explique por qué a lo largo de la historia de las
distintas civilizaciones, religiones y culturas se le dé plena rele-
vancia al matrimonio y se “celebre” siempre en una atmósfera
de especial solemnidad y ritualidad. La fórmula del consenti-
miento matrimonial que se declaran los contrayentes en la ce-
remonia nupcial: “Yo me entrego a ti y prometo serte fiel en la
prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad,
y así amarte y respetarte todos los días de mi vida” contiene tal
compromiso, libertad y responsabilidad que requiere que no
esté viciado por ninguna de las causales anteriormente citadas.
56
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
De acuerdo a los hechos narrados por las partes y los testigos,
se hallaron los siguientes elementos comunes:
1. Hubo noviazgo corto y convivencia corta.
2. Se casaron sin valorar la grandeza de casarse, sin querer
permanecer toda la vida.
3. Había cariño entre los dos, pero no habían programado vi-
vir juntos toda la vida.
4. La tradición familiar pesaba en el momento de tomar deci-
siones por los novios, ya que temían defraudar a sus padres.
Conforme a lo probado, el Tribunal concluye que sí consta la
nulidad del matrimonio celebrado entre el señor N y la señora
M, por exclusión del matrimonio de parte de ambos (canon
1101,2) y subsidiariamente el 1103 por temor reverencial. La
exclusión del matrimonio se prueba en el proceso, y en la vida
pues no hicieron nada por retomar o hacer vida familiar des-
pués de casados. El temor reverencial pudo influenciar la deci-
sión, pero no afectó directamente el consentimiento. Las partes
no celebraron un matrimonio con el deseo de permanecer toda
la vida. De esta manera, el Tribual decreta declarar nulo el ma-
trimonio celebrado el 2 de febrero de 1968 en la Parroquia X.
57
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
CAUSA DE NULIDAD MATRIMONIAL POR
EXCLUSIÓN DE LA FIDELIDAD Y ERROR DE
PERSONA POR PARTE DEL VARÓN
El Señor N, domiciliado en el municipio de N, presentó de-
manda de nulidad de su matrimonio el día 18 de febrero de
2016, contraído con la señora M, celebrado en la Parroquia X,
el 25 de abril de 1993. Con fecha de febrero 18 de 2016, el Tri-
bunal Eclesiástico acepta la demanda y nombra el turno para
adelantar y sentenciar la causa.
Con decreto del 25 de febrero de 2017 se establece la duda a re-
solver, “si consta la nulidad del matrimonio celebrado entre el
Señor N y la Señora M, por parte de la mujer por exclusión de
la fidelidad canon 1101,2 y 1056 y error de la persona por parte
del varón canon 1097,1”. Se dejó constancia de la ausencia de
la parte conventa.
Según los hechos, ambas familias de las partes son católicas, la
del Señor N era practicante, la de la señora M no era practican-
te. Él la conoció a ella por medio de su ex novia, a los cinco me-
ses ya conformaban un hogar, convivieron durante dos meses y
decidieron casarse, aunque le habían manifestado a él que ella
no era juiciosa. El mismo día de la boda, ella borracha comenta
a su esposo que los comentarios de que ella era una muchacha
poco juiciosa en su vida afectiva era cierto, ese día, él quiso
salir corriendo, pero se detuvo por respeto a la familia de ella.
Luego decidió irse a prestar servicio militar y responder por el
58
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
hogar, pero no fue capaz de convivir con ella a raíz de los celos
que la caracterizaban. En poco tiempo interrumpieron varias
veces la convivencia, sin poder hacer vida de familia. Hubo dos
hijos que ya son adultos, tienen hogar e hijos.
Los fundamentos de derecho que toma el Tribunal respecto al
caso se basan en primer lugar, en el error acerca de la persona.
En el decreto de la duda se invocaron los cánones 1101,2 y 1056
y el 1097,1 del Código de Derecho Canónico:
1097. § 1. El error acerca de la persona hace inválido el ma-
trimonio. § 2. El error acerca de una cualidad de la persona,
aunque sea causa del contrato, no dirime el matrimonio, a no
ser que se pretenda esta cualidad directa y principalmente.
1101. § 1. El consentimiento interno de la voluntad se presu-
me que está conforme con las palabras o signos empleados al
celebrar el matrimonio. § 2. Pero si uno o ambos contrayentes
excluyen con un acto positivo de la voluntad el matrimonio
mismo, o un elemento esencial del matrimonio, o una propie-
dad esencial, contraen inválidamente.
1056. Las propiedades esenciales del matrimonio son la uni-
dad y la indisolubilidad, que en el matrimonio católico alcan-
zan una particular firmeza por razón del sacramento.
Sobre la exclusión de la fidelidad, en los últimos años se ha
verificado una evolución en la jurisprudencia de la Rota Ro-
mana, debido en buena parte a una mejor comprensión de la
59
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
naturaleza de la entrega conyugal. La doctrina y la jurispru-
dencia admiten hoy que la exclusión de la fidelidad es un su-
puesto de simulación parcial, considerando la fidelidad como
parte integrante de la propiedad de la unidad, o como elemento
esencial del matrimonio. Para aplicar correctamente este capí-
tulo debe tenerse en cuenta que la simulación requiere un acto
positivo de voluntad excluyente y que el objeto de exclusión es
la fidelidad, entendida como exclusividad en la entrega de la
conyugalidad. Su prueba tiene como dificultad específica la ne-
cesidad de recurrir ampliamente a las presunciones, ya que no
es infrecuente que el simulante no comparezca en el proceso. El
enfoque del estudio es práctico, y se destaca la jurisprudencia
sobre los distintos aspectos del tema abordado.
La doctrina y jurisprudencia tradicionales han identificado el
bonum fidei con la propiedad esencial de la unidad, la cual indica
que el vínculo matrimonial no puede compartirse con diversas
personas simultáneamente. La unidad se vulnera cuando no se
respeta la exclusividad de los derechos y deberes entre los cón-
yuges, concretamente el deber de la fidelidad al consorte, ya que
el matrimonio otorga un derecho perpetuo y exclusivo en orden
a los actos que van dirigidos a engendrar la prole. Esta doctrina,
que tiene su origen en Gasparri, considera que la exclusión del
bonum fidei podría presentarse bajo dos supuestos, el de exclu-
sión de la unitas vinaili y el de exclusión de la unitas copulae.
En nuestro tiempo “la fidelidad constituye un elemento esen-
cial del matrimonio, que no debe confundirse con la propie-
60
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
dad esencial de la intimidad”. Ésta quedaría protegida por el
impedimento de vínculo y su exclusión supondría el rechazo
de una propiedad esencial del matrimonio, mientras la exclu-
sión del bonum fidei se considera constitutivo de un capítulo
autónomo de simulación parcial, lo que permitiría flexibilizar
la aceptación del capítulo en sede jurisprudencial, ya que con
anterioridad se admitía la exclusión de la fidelidad sólo cuando
se excluía la unidad del matrimonio 35.
De acuerdo a estos desarrollos doctrinales y jurisprudenciales,
sería nulo el matrimonio por exclusión del bonum fidei “cuan-
do el contrayente tuviera la intención de no entregar o aceptar
el derecho exclusivo a los actos conyugales, de negar la obli-
gación de conservar la fidelidad matrimonial o bien cuando
el acto del consentimiento quedara limitado por un propósito
contrario a la obligación de la fidelidad matrimonial”36. En el
momento de la celebración del matrimonio debe verificarse
una voluntad positivamente contraria al bien de la fidelidad.
Como ha señalado repetidamente la jurisprudencia, no son
«acto positivo de voluntad» los simples deseos o inclinaciones,
sino que debe haber una intención actual o al menos virtual;
aquella puesta con anterioridad y no revocada, contraria al de-
recho deber de la fidelidad.
35 Cfi-. sent. c. Ewers 10-2-1973, n. 4; c. Civih 20-11-1996, nn. 6-8; c. Pom-
pedda 16-1-1995, n. 8
36 Cfr. A. STANKIEWICZ, De iurisprudentia rotalis recentiore circa simu-
lationem totalem et partialem, sent. c. Stankiewicz 21-4-1983, n. 3
61
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
La causa simulandi constituye la explicación de la mala volun-
tad de alterar la sustancia del matrimonio por parte del contra-
yente. Debe tratarse de una motivación proporcionadamente
grave, en relación a la estimación del simulante y al bien o ele-
mento del matrimonio que se ha excluido. Al excluir la fide-
lidad se excluye la misma unidad del matrimonio propuesta
como una propiedad esencial en el canon 1056 del Código de
Derecho Canónico de 1983.
En relación con el capítulo sobre error de persona como causa de
nulidad matrimonial, deben concurrir los siguientes elementos:
1. Error: Se trata de un error de hecho, una apreciación equi-
vocada, un conocer mal, de un modo indebido al otro contra-
yente. Este error no requiere la ausencia de culpa por parte de
la persona que lo padece ni tampoco un comportamiento do-
loso del otro contrayente o de un tercero. Aunque el compor-
tamiento o la conducta del cónyuge que padece el error hayan
sido negligentes a la hora de cerciorarse de sus pretensiones,
esta circunstancia no impide que la causa pueda prosperar. La
investigación sobre alguna cualidad del otro puede ser indica-
tiva de la importancia que se le otorga, pero sin que resulte algo
decisivo. Puede ocurrir que, la persona que padece el error,
tenga certeza de que su futuro cónyuge posee determinadas
cualidades y no realice indagación alguna.
2. Objeto: Ha de recaer sobre una cualidad de la persona.
62
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
3. Relevancia: La cualidad debe pretenderse de un modo
directo y principal, de modo que, de no haberse padecido el
error, la parte que lo sufre no habría contraído ese matrimonio.
Algunos autores resumen este capítulo de nulidad señalando,
que es tal la fuerza de la cualidad pretendida, que se antepone a
la persona, produciéndose expectativas tales como: “No me ca-
saría contigo, si no tuvieses estudios universitarios, porque no
me casaría con una persona así”; “o con alguien que no practi-
case la religión católica o que no me respetase como mujer”; “o
bebiese demasiado”; expresiones a las que puede añadirse un
largo etcétera.
En estos supuestos no se presta un consentimiento matrimo-
nial válido, porque el consentimiento está viciado respecto
a la persona del otro cónyuge. La voluntad consiente en una
alianza que no se efectúa, porque falta un requisito que una o
ambas partes consideran determinante y ese defecto es debido
a un error, con fuerza invalidante, anterior a la celebración de
la boda y conocido con posterioridad.
Con base en los fundamentos de hecho, el noviazgo fue corto
y la convivencia corta, hubo varias separaciones y dos hijos,
los cuales de parte de la pareja no tuvieron hogar, aunque sí
asistencia de algún modo. Ella fue descrita como una mujer
inmadura para conformar un hogar. Todos apuntan a que fue
infiel y que desde el inicio no fue sincera con él. En el proceso
a él se le describe arrepentido de haberse casado. La prueba es
63
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
que intentó huir, aunque era consciente que al estar casado le
acarreaba de algún modo obligaciones. La madre del señor N
nunca estuvo de acuerdo que se casara. Decían que tenían cla-
ro que había cariño entre los dos, pero no habían programado
vivir juntos toda la vida, él no la conoció a ella lo suficiente y se
equivocó. Los testigos fueron unánimes en que entre ellos no
hubo hogar y no hay la posibilidad de reconciliarse.
Bajo este amparo, se concluye que “sí consta la nulidad del ma-
trimonio celebrado entre el señor N y la señora M por parte
de la mujer por exclusión de la fidelidad canon 1101,2 y 1056
y error de persona por parte del varón canon 1097,1”. La infi-
delidad de ella se prueba por lo manifestado por los testigos.
El error de persona por parte del hombre, lo manifiesta él y
los testigos, pues se mostró siempre inconforme con la rela-
ción, se lamenta que su hogar no funcionó, a pesar que intentó
regresar, al final, su inconformidad y desconfianza pesó más.
Se casó con una mujer que poco conoció, a la que disculpó en
un principio, pero luego pudieron más sus ideales sobre lo que
sería una esposa juiciosa con la cual sí conformaría un hogar.
Ellos no cumplieron los requisitos para que su unión tuviera los
efectos verdaderos del sacramento del matrimonio. En conse-
cuencia, nunca existió sacramento del matrimonio, y si bien es
cierto hubo ceremonia con testigos, el cónyuge expresó un con-
sentimiento basado en el error y en unos ideales altos que su
prometida no tenía ni garantizaba conseguir, al menos con él.
64
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
En consideración con la petición presentada por el Señor N,
los documentos adjuntos y las declaraciones de los testigos y
de la parte actora, el Tribunal Eclesiástico, de acuerdo con la
normativa canónica vigente, en especial Carta Apostólica en
forma de “Motu Proprio” Mitis Iudex Dominus Iesus, sobre la
reforma del proceso canónico para las causas de declaración
de nulidad matrimonial, y con base en el Código de Derecho
Canónico, decreta declarar nulo el matrimonio celebrado entre
el Señor N y la Señora M.
CAUSA DE NULIDAD POR EXCLUSIÓN
DE LA FIDELIDAD
En el año 2018, el Tribunal Eclesiástico examina la demanda de
declaración de nulidad del matrimonio celebrado entre la señora
N y el señor M. Sobre la situación en cuestión, la pareja se conoce
en 1996 y después de ocho meses de noviazgo deciden contraer
matrimonio. Para el periodo en el que se conocieron, el Señor M
había llevado una vida bohemia (licor, mujeres ocasionales, jue-
go), costumbres que promete dejar con motivo del matrimonio.
La convivencia matrimonial duró dieciséis años y no tuvieron
hijos. El señor M continuó su vida desordenada, especialmente
por el hábito de consumir bebidas alcohólicas y su permanente
infidelidad, elementos que dieron lugar a la separación defini-
tiva. Dadas las circunstancias, el Tribunal debe responder a la
duda: “si consta o no, la nulidad del matrimonio”.
65
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
Para la construcción de los fundamentos de derecho, el Tribu-
nal hace apertura de la definición de nulidad, aclarando que
cuando la Iglesia declara nulo un matrimonio, lo que está di-
ciendo es que esa pareja nunca ha estado unida mediante el
vínculo sacramental válido; es decir, nunca se han casado. Por
lo tanto, las sentencias de nulidad matrimonial son de natura-
leza declarativa y no constitutiva.
Respecto al bonum fidei, establece que es claramente un bien
del matrimonio, y citando a Héctor Franceschi se expone:
El deber de la fidelidad matrimonial no es solo un deber
moral sino también estrictamente jurídico, pues son las
personas mismas en cuanto mujer y varón, el objeto del
pacto conyugal y esta donación de la persona exige la ple-
na fidelidad y la indisoluble unidad entre los cónyuges.
La doctrina y la jurisprudencia, tradicionalmente han re-
lacionado el bonum fidei con la propiedad esencial de la
unidad del matrimonio. La persona no es divisible, por lo
que el varón no puede donarse totalmente a varias muje-
res y la mujer no puede donar totalmente su feminidad a
varios hombres. De allí que la donación conyugal sea, por
su misma naturaleza, única, exclusiva y total, en lo que se
refiere a la conyugalidad37.
El fundamento jurídico para determinar la exclusión de fideli-
37 Franceschi, H, en: Manual de Derecho Matrimonial Canónico (ed. D.
García Hervàs) Colex, Madrid. 2002 pág. 179.
66
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
dad, es resaltado por el Tribunal a partir del canon 1101,2 del
CIC, a partir de la simulación del consentimiento, que como se
ha resaltado en apartados anteriores de este documento, expre-
sa que “si uno de los contrayentes o ambos excluye con un acto
positivo de la voluntad el matrimonio mismo o un elemento
esencial del matrimonio, o una propiedad esencial, contrae in-
válidamente”. Así pues, la simulación es, explica el Tribunal, la
discrepancia entre el ámbito interno y lo manifestado exterior-
mente. Por tanto, los elementos esenciales del consentimiento
simulado son: a) voluntariedad (actus positivus voluntatis), b)
la falsedad (falsificación del signo nupcial), c) la suplantación
(sustitución de la voluntad matrimonial), d) la prueba en el
fuero externo.
Sobre las anteriores bases, se pasa a revisar los hechos, estable-
ciendo desde el principio que el señor M antes del matrimonio,
tiene una inclinación desordenada a la infidelidad, inclinación
a la poligamia, inclinación concubinaria, voluntad presente en
toda la biografía del demandado. Para los jueces, se trata de
una conducta que se traduce en el propósito o voluntad positi-
va de no cumplir el deber de fidelidad. Según la sentencia, las
actas del caso dan cuenta de que no se cumplió con la donación
exclusiva que exige el matrimonio natural. No asumió el deber
general y tampoco lo cumplió. Bajo este amparo, la causa simu-
landi, la razón por la cual finge el consentimiento, es el mundo
desordenado que ha vivido y que prevé seguir viviendo, pues a
partir de su trabajo como conductor, decide excluir la fidelidad
67
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
de su matrimonio hacia la Señora N porque vive en un mundo
de oportunidades diarias de tener experiencias ocasionales.
Respecto a la causa contrahendi, la razón por la cual se casa con
la señora N es que ella es una excelente mujer. Se determina
que la quería, pero no la amaba, pues su cariño era egoísta y
desposeído del carácter de donación exclusiva. Las causas se
concretan a partir de las circunstancias antecedentes, conco-
mitantes y posteriores:
Antecedentes
-Señor M: “yo le fui infiel… yo fallé”
- Señora N: “El noviazgo fue en gran parte a distancia pues él
se marchó para a otro departamento, y allá tuvo una mujer, una
muchacha que quedó embarazada…”.
Concomitantes
- Señora N: “… en medio de los tragos me dijo que si no me
casaba con él se mataba”.
- “con los días supe que los amigos de mi esposo tuvieron que
sacarlo de la tienda donde estaba tomando…”
Posteriores
-Señor M: “como desde el año de casado yo le fui infiel”.
68
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
- “es verdad que yo no solo fui infiel varias veces, sino que me
comprometí a la fidelidad”.
-El señor N… sí ha sido borracho…muy mujeriego…infiel a la
esposa”. (Testigo).
En suma, se concluye que el contrayente aceptó el matrimonio,
porque era ella la que deseaba casarse, pero para él, hubiese
sido suficiente la unión de hecho pues él no deseaba casarse y
lo hizo emitiendo el consentimiento desposeído de la noción
de fidelidad. Por tales disposiciones, basadas en los fundamen-
tos de derecho y, de hecho, el Tribunal Eclesiástico sentencia a
la duda propuesta de forma afirmativa, es decir, que consta la
nulidad del matrimonio en el caso por exclusión de fidelidad,
bien del matrimonio, con acto positivo de la voluntad por parte
del varón contrayente.
LA SIMULACIÓN DEL CONSENTIMIENTO
MATRIMONIAL EN LA JURISPRUDENCIA
DE LA ROTA ROMANA
El Tribunal Apostólico de la Rota Romana es el tribunal ecle-
siástico más alto de la Iglesia Católica que ha dictado senten-
cias dirigidas a la unificación de criterios de interpretación en
materia de nulidad matrimonial. Algunas sentencias que se
han referido a la simulación del consentimiento matrimonial,
se presentan a continuación:
69
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

SOBRE SIMULACIÓN TOTAL DEL

JURISPRUDENCIA Para el particular, el Tribunal de primera instancia pronunció
CONSENTIMIENTO MATRIMONIAL sentencia el 11 de enero de 1996 rechazando la nulidad del ma-
trimonio y determinando la separación por culpa de una y otra
Existen varias sentencias sobre la simulación del consentimien-
parte, por lo cual se apela en segunda instancia introduciendo
to, en las que el dubio se centra en la exclusión del matrimonio
dos nuevos capítulos como primera instancia: simulación total
mismo. Un caso en cuestión, que puede reunir los elementos
del consentimiento  y exclusión de la indisolubilidad por parte
generales que se han planteado en la jurisprudencia rotal, se
de la mujer, motivo por el cual el Tribunal pronunció senten-
puede plantear a partir de que se mencionará a continuación.
cia el 6 de julio del 2000 corrigiendo la sentencia anterior en
Un importante político del Líbano, de setenta años de edad,
cuanto al error en cualidad y el dolo y concediendo la nulidad,
contrae matrimonio con una mujer de veintiocho años más
como primera instancia, por exclusión del matrimonio mis-
joven, que era divorciada y tenía dos hijos. El señor contrae
mo por parte de la esposa, sin que ésta tenga derecho a recibir
matrimonio, pese a que todos sus amigos le disuadían de ha-
compensación por los daños.
cerlo. Por cuestiones políticas el matrimonio fe celebrado por
el Párroco de la catedral de París. Conforme a lo anterior, la esposa interpuso apelación ante la
Rota Romana, mientras que el actor lo hizo al turno superior
La convivencia conyugal dura dos años, a causa de la diferencia
del Tribunal de Apelación. La Rota Romana hizo suya la causa
de edad entre las partes y las diferencias de costumbres y del
y por decreto de 12 de noviembre de 2002  el dubio se fijó en
contexto social de las partes. El esposo se niega a recibir a la
los siguientes términos: “si consta la nulidad del matrimonio,
mujer en el domicilio conyugal y a volver con ella. Por tal mo-
en este caso, por error en cualidad de la mujer y o por dolo pro-
tivo, la esposa presenta demanda ante el Tribunal, pidiendo la
vocado por la misma mujer, en tercera instancia; y en segunda
restauración de la vida conyugal y si se declarase la separación
instancia también por simulación total por parte de la mujer;
demanda una pensión compensatoria.
también si ha de concederse resarcimiento de daños en favor
El esposo presenta una reconvención demandando la nulidad de la parte actora y en qué cantidad”.
del matrimonio por error en cualidad de la persona de la mujer
Sobre la sentencia, comenta Ruano que es muy completa re-
y por dolo. Se establece el dubio de ambas causas, pero con pre-
cogiendo todo lo substancial de la doctrina: noción del matri-
valencia de la causa de nulidad sobre la de separación38
monio como sacramento, irrevocabilidad del consentimiento
38 Torres, B. (2017). Novedades de jurisprudencia canònica. En L. Ruano,
Novedades de Derecho canònico y derecho eclesiàstico del Estado. A un año de la
reforma del proceso matrimonial (págs. 70-110). Madrid: Dykinson.
70 71
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
matrimonial, necesidad de la forma canónica, presunción de
validez del consentimiento en conformidad con lo externa-
mente manifestado. Sobre la simulación total, distingue entre
el fin propio del matrimonio y los fines que puede pretender el
contrayente, indicando que no siempre son coincidentes, pero
no en todos los casos la no concurrencia hace írrito el matri-
monio, sino que se requiere la intención positiva de la voluntad
de excluir el matrimonio mismo.
Citando la sentencia 29 de enero de 1981, vol. LXXIII, p.47,
“se indican unos supuestos en los que, según las sentencias
rotales, tiene la intención de excluir el contrayente que: i) no
otorga consentimiento matrimonial; ii) tiene intención de
no contraer; iii) quiere hacer una comedia: quien excluye el
matrimonio mismo o a la otra persona; iv) quien excluye la
sociedad permanente entre hombre y mujer para generar hi-
jos o la íntima comunidad de vida y amor; v) quien de modo
absoluto quiere la exclusión del sacramento de modo que no
quiere contraer un verdadero sacramento; vi) quien celebra un
matrimonio pro forma; vii) quien celebra el rito nupcial única
y exclusivamente como medio para conseguir un fin que no es
el matrimonio mismo”39.
En tal sentido, la causa simulandi en estos casos puede ser: i)
la imposición del matrimonio por varias causas externas; ii)
el matrimonio para conseguir un beneficio económico; iii) el
39 Ibíd.
72
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
interés de alcanzar una determinada posición social, política o
profesional. Sin embargo, es necesario que se pruebe en todos
estos casos que la causa simulandi prevalece sobre la voluntad
de alcanzar los fines del matrimonio. Trata después el tema de
la dificultad de la prueba, sin que nada se aporte fuera de la
doctrina conocida.
Frente al caso en contexto, tras las declaraciones de ambos es-
posos y de un nutrido grupo de testigos, se llega a la certeza
moral de la nulidad del matrimonio por el capítulo de simula-
ción total del consentimiento matrimonial, ya que los testimo-
nios y las circunstancias manifestaron con toda claridad que el
amor no fue la causa para contraer matrimonio, y menos aún
de constituir una familia y de tener hijos, sino más bien las
ventajas materiales de la otra parte, su condición política y su
fortuna, cosa que todos los amigos veían y por ello le desacon-
sejaban el matrimonio al esposo. Por lo tanto, la causa contra-
hendi no fue la de celebrar un verdadero matrimonio, sino de
la búsqueda de la condición social, del dinero y de la fama, lo
que se deduce del modo de comportarse la esposa inmediata-
mente después de celebrarse el matrimonio.
SOBRE SIMULACIÓN PARCIAL DEL
JURISPRUDENCIA
CONSENTIMIENTO MATRIMONIAL
Existe una sentencia referente a la exclusión del bonum coniu-
gum del 26 de marzo de 2010, cuyos fundamentos jurídicos
son publicados en los Excerpta argomentorum. Los hechos se
73
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
refieren a un matrimonio que duró dieciocho años del cual na-
cieron dos hijos, y que por diferencias surgidas entre ellos se
separaron el 16 de Junio de 2002 y la mujer solicitó el divorcio,
que se les concedió el 20 de Octubre de 2003. En esa medida,
el varón presentó demanda de nulidad matrimonial el 27 de
febrero de 2004, ante el Tribunal de San Pablo y Minneapolis.
La esposa compareció y declaró estar a favor de la nulidad y el
dubio quedó fijado por los siguientes capítulos: i) Grave defec-
to de discreción de juicio en la parte demandada; y si no es eso
por simulación parcial: exclusión del bonum coniugum por la
parte demandada; ii) Incapacidad de asumir las obligaciones
esenciales del matrimonio en la parte actora; y si no es eso,
por simulación parcial: exclusión del bonum coniugum por la
parte actora. El 12 de agosto de 2005, se dictó sentencia a favor
del vínculo por todos los capítulos.
En segunda instancia, la parte actora apeló al Tribunal supe-
rior, que pronunció sentencia afirmativa pro nullitate, por ex-
clusión del bien de los cónyuges, por una y otra parte. En este
orden, la causa llegó a la Rota Romana, el 25 de noviembre de
2008, fijando el dubio bajo la fórmula: “si consta la nulidad de
este matrimonio por la exclusión del bien de los cónyuges, por
una y otra parte”.
El análisis de derecho sobre el caso se enfoca en que de acuerdo
al c. 1055 &1, nadie puede negar que contrae inválidamente,
aquel que al casarse rehúsa el entregar y recibir el conjunto de
derechos y obligaciones en lo que se refiere al bien de los cón-
74
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
yuges, por cuanto constituye un elemento esencial, más aún,
es un fin constitutivo del matrimonio por la misma institución
divina. En ese orden, se invoca lo que el legislador del año 1917
decía sobre “mutua ayuda” y “remedio de la concupiscencia”, lo
que hoy podría concretarse en el bonum coniugum.
Según Torres, la expresión “mutua ayuda” evoca el relato crea-
cional del Génesis, y es el núcleo central del bien de los cónyuges.
Y en lo que se refiere a la expresión remedio de la concupiscen-
cia, debe despojarse de todo un concepto peyorativo de la sexua-
lidad, y entenderlo, más bien, como un amor de benevolencia,
generoso y oblativo, tal como es presentado en la Gaudium et
Spes, nº 50. En esa medida, ha de decirse que el matrimonio es
inválido cuando el que desea contraer matrimonio excluye, por
así decir, el bien del otro cónyuge en sus principios, es decir, nie-
ga obstinadamente que el pacto conyugal está ordenado al bien
de los cónyuges, rehusando también asumir él mismo las obli-
gaciones –y entregar al otro sus derechos– reservándose todos
aquellos hechos y usos concretos, que favorezcan el desarrollo
personal y la comunión interpersonal.
La articulación del caso con la causa simulandi remonta en la
personalidad del simulante, en su vida anterior y en las condicio-
nes familiares y sociales. Cuando se trata de exclusión del bien de
los cónyuges, que toca el sustrato mismo de la relación interper-
sonal conyugal, ha de tenerse especialmente en cuanta la índo-
le y personalidad del presunto simulador, si acaso éste está más
inclinado a buscar más bien su propio beneficio que a un amor
75
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
oblativo. En cuanto a la causa próxima de simulación, probado
el defecto de un amor semejante al conyugal en una parte resulta
un argumento válido de exclusión del bien de los cónyuges.
Cerrando el análisis de este caso, en general la jurisprudencia
de la Rota Romana ha tenido notables desarrollos sobre la ex-
clusión de uno de los fines del matrimonio, por lo cual se seña-
la reiterativamente que el derecho debe ser perpetuo y exclusi-
vo, pero que no va contra la esencia del matrimonio no usar del
derecho que se da y se recibe y que la apertura a la procreación
no debe confundirse con la efectiva procreación, pues la falta
de prole no invalida las nupcias, con tal de que no haya sido
excluida la prole en el consentimiento.
Así, por ejemplo, en el in iure de varias sentencias c. Caberle-
tti de 30 de marzo de 2006, de 14 de diciembre de 2006, 1 de
febrero de 2007, 12 de marzo de 2008 y 6 de mayo de 2010, se
afirma que “la ordenación del matrimonio a la generación y
educación de la prole es un elemento esencial del matrimonio
y su exclusión impide una verdadera alianza conyugal (can.
1101§2). Pero, para que se siga la nulidad del matrimonio, la
prole debe ser excluida en sus principios, es decir, en el derecho
a la ordenación del consorcio de toda la vida a la generación
y educación de la prole (cf. can. 1055§1) o en el derecho a los
actos que son aptos para la procreación (can. 1061§1)”40.
40 Bosch, J. (2015). Cuestiones actuales de Derecho Canònico y Derecho
Eclesiàstico del Estado. Madrid: Dykinson.
76
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
Asimismo, reforzando la postura sobre los fines del matrimo-
nio, en el in iure de una c. Buttone de 18 de enero de 2007, co-
mienza el Ponente mostrando su disconformidad con quienes
creen que el Concilio Vaticano II cambió la doctrina y norma-
tiva sobre el fin del matrimonio, alegando el n. 48 de la Gau-
dium et Spes. Indica, además, que “el objeto formal del consen-
timiento es la entrega mutua de los contrayentes, para que se
puedan lograr los fines del matrimonio y que no son los hijos,
sino los actos que tienen aptitud para engendrarlos”41
La sentencia c. Turnaturi de 14 de diciembre de 2006, se refiere
a la regulación del CIC 17, y la de 21 de junio de 2007 pone el
acento en afirmar que “los contrayentes son libres para con-
traer matrimonio, pero no son libres para configurarlo según
sus ideas y deseos. Nadie es libre para apartarse de los elemen-
tos objetivos del matrimonio, tal como Dios los estableció. Por
tanto, sean las que sean las palabras con las que expresa su con-
sentimiento, quien interiormente no asume el matrimonio y
sus elementos esenciales, no contrae matrimonio válido, sino
que es nulo por simulación o exclusión».
También se anota la imposibilidad de que los contrayentes con-
41 Sentencia c. Buttoni, Reg Sardiniae seu Calaritana, de 18 de enero de
2007 (A 5/07). Cita la Instrucción de la Congregación de la Doctrina de la fe Do-
num Vitae de 22 de febrero 1987. En una sentencia c. Defilippi, Reg. Pedemontani
seu Taurinen, de 4 de junio de 2009 (A 72/09) también se indica en el in iure que
aunque el matrimonio se contrajo durante la vigencia del CIC-17, nada impide
que se recurra al CIC vigente, ya que la normativa sobre el mérito de la causa no es
diferente. En sentido semejante una c. Defilippi, Reg. Umbri seu Innteramnen, de
18 de marzo de 2010 (A 49/2010).
77
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

figuren un matrimonio según sus ideas o deseos, y no tal como bre este último supuesto, una c. Alwan de 20 de abril de 2007,
está constituido por el Creador, en unas c. Bottone de 2 de fe- afirma que “el aborto provocado con el fin de evitar la gestación
brero y 16 de marzo de 201042, una c. Caberletti de 4 de marzo llegue a su término, puede constituir un indicio de haber ex-
de 201043 y una c. Jaeger de 19 de julio de 201244. cluido los hijos con voluntad prevalente”50.

Otras sentencias que han hecho referencia a la exclusión del Conforme a lo anterior, se han presentado a grandes rasgos los
bien de la prole, como la c. Pio Vito Pinto, de 7 de julio de criterios que han unificado la jurisprudencia rotal respecto a la
200645, 19 de diciembre de 200846, 27 de marzo de 200947, que simulación total y parcial del consentimiento en el matrimonio.
resumen los elementos que indican se ha rechazado el bien de
la prole al prestar el consentimiento matrimonial, según juris-
prudencia constante, acorde también con la sentencia c. Bot-
tone de 2 de octubre de 200848, que son: a) La intención de no
entregar el derecho a los actos conyugales, aptos para la pro-
creación (can.1086 §2 y 1081 §2). b) La intención de impedir
la ordenación del acto conyugal a la procreación. Y cita la Hu-
manae Vitae, n. 14. c) La intención de interrumpir la gestación,
principalmente mediante el aborto directo49. Por ejemplo, so-

42 Sentencia c. Bottone, Apuli seu Melphicten-Rubensis-Iuvenacensis-Ter-

litensis, de 2 de febrero de 2010 (A 13/2010) y Nitriensis, de 16 de marzo de 2010
(A 45/2010).
43 Sentencia c. Caberletti, Campani seu Nolana, de 4 de marzo de 2010 (A
36/2010).
44 Sentencia c. Jaeger, Reg. Pedemontani seu Asten, de 19 de julio de 2012.
45 Sentencia c. Pinto, Reg.Triveneti seu Bellunen, de 7 de julio de 2006 (A
99/2006).
46 Sentencia c. Pinto, Reg. Colonien, de 19 de diciembre de 2008 (A
196/2008).
47 Sentencia c. Pinto, Reg. Insubris seu Cremonen, de 27 de marzo de 2009
(46/2009).
48 Sentencia c. Bottone, Reg. Insubris seu Mediolane, de 2 de octubre de
2008 (A 134/2008).
49 Bosch, J. (2015). Cuestiones actuales de Derecho Canònico y Derecho 50 Sentencia c. Aiwan, Reg. Provinciae Mediterraneae seu Foriulien, de 20
Eclesiàstico del Estado. Madrid: Dykinson. de abril de 2007 (A 46/2007).

78 79
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

CAPÍTULO IV

EL DERECHO CANONICO BUSCA LA SALVACIÓN

DE LAS ALMAS. CANON.1752.

A
partir de la reforma del Motu Proprio Dominus Ie-
sus se ha despertado el interés espiritual de los fieles,
en hacer consultas y ver qué posibilidades hay de que
se les pueda resolver la situación de su matrimonio, sobre todo
de personas mayores, que quieren restablecer su vida sacra-
mental en la Iglesia, lo que permite prestarles una ayuda a la
gente en su vida personal y espiritual, de manera eficaz, enca-
minada a la santidad.

Esto es posible, gracias a la organización de los tribunales ecle-

siásticos y a la reforma del MIDI que precisa la conformación
del cuerpo judicial y colegiado por un moderador que por
mandato del derecho canónico debe ser el ordinario del lugar;

80 81
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
además del moderador, hay un director o encargado del tribu-
nal que por disposición eclesiástica ha de ser el Vicario Judicial.
El tribunal debe tener un juez instructor, el cual debe encargar-
se de atender a las personas, de levantar las demandas, de hacer
la asesoría, de llamar a los testigos y acompañar el proceso has-
ta la sentencia misma de la nulidad canónica matrimonial. Por
otra parte, también debe tener un elenco de jueces, que han de
ser sacerdotes, y según lo exige la norma del derecho, debieron
haber estudiado derecho canónico, ser licenciados en derecho
canónico, o contar con doctorado en alguna de las ramas del
saber, para poder dictar sentencias y dar el voto en cada una de
las demandas que llegan al Tribunal.
El defensor del vínculo es de gran importancia, ya que su mi-
sión es defender el vínculo del sacramento del matrimonio, y
dar su voto en cuanto a la protección del mismo. A partir de la
presencia de todos los actores que intervienen en el tribunal, se
debe conservar cuidado a través del respeto por los momentos
procesales, y una vez se reúnen todos los elementos necesarios
en el tribunal, los jueces dictan sentencia dando cada uno su
voto. El juez ponente escucha a los otros jueces, con el fin de lo-
grar un resultado en la sentencia, de forma positiva o negativa;
es decir, establecer si el matrimonio fue nulo o no.
Es importante resaltar, que además de la función en materia
judicial sobre demandas de nulidad canónica matrimonial, los
tribunales eclesiásticos deben apoyar otros problemas en los
82
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
que obran como puentes para solucionar la cantidad de incon-
venientes que se van gestando y presentando en el matrimo-
nio. Por lo tanto, también el Tribunal debe ser un centro de
pastoral, cuya misión es fortalecer los vínculos familiares, ya
que resultan cantidad de situaciones, donde no todos acuden
al Tribunal propiamente para interponer una demanda, sino
que necesitan ser escuchados en su vida espiritual y personal,
convirtiéndose el tribunal, no sólo en un componente canó-
nico jurídico, sino también pastoral, puesto que no se puede
desligar lo jurídico de lo pastoral, y cumpliendo de esta forma
su misión de “SALVAR ALMAS”, como lo indica el canon 1752.
A partir de este panorama, es posible realizar una lectura pas-
toral, dándole importancia a que los sacerdotes, de manera es-
pecial los párrocos, estén vinculados a cada uno de los proce-
sos de nulidad matrimonial de los fieles de su parroquia puesto
que posterior a la culminación del proceso los fieles deben inte-
grarse a las actividades de su parroquia y a la vida sacramental.
En la unidad entre los párrocos y el tribunal, se podrá llevar a
una verdadera conversión pastoral, cuyo resultado se enmarca
en los criterios de la pastoral familiar plasmados en el Plan de
Pastoral de Evangelización Diocesana, donde esté involucrada
la pastoral con el derecho y el derecho con la pastoral de ma-
nera MISERICORDIOSA con los que fracasaron en su rela-
ción de pareja y de familia. De este modo, se da la oportunidad
a que los fieles tengan una auténtica y verdadera conversión,
cumpliendo con las palabras de Jesús: “Yo vine a llamar no a
83
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
los justos, sino a los pecadores”. “No son los sanos los que ne-
cesitan de los médicos, sino los enfermos”. Por lo tanto, las pa-
rroquias y el tribunal han de estar al servicio de los enfermos
espirituales y de los pecadores.
Tanto el tribunal, como las parroquias, han de orientar y acom-
pañar a las parejas a la conversión, de tal forma que se integren
a los sacramentos y a los grupos apostólicos. Por tal motivo, los
párrocos y los jueces deben tener un corazón misericordioso y
no de señalamiento. Las parroquias y el tribunal, con la gracia
de Dios y la labor de la Iglesia, son el puente de las relaciones
de parejas rotas permitiendo la posibilidad de reorganización
de su vida sacramental.
El párroco debe estar en salida misionera, cercano a los fieles
irregulares y al trabajo del tribunal. Además, debe haber fle-
xibilidad para propiciar el acercamiento a la Iglesia y en ella a
la parroquia. De esta manera, se logra mitigar el dolor de los
fieles causado por sus pecados y errores del pasado.
Por otra parte, el párroco debe acompañar la parte sanadora
de una nulidad, como también las heridas causadas entre la
pareja, de tal forma que al sanar, puedan vivir de manera me-
jor y armónica la vida espiritual; para ello, resulta importante
que organice convivencias o retiros espirituales con ellos, como
medicina y remedio, ya que todo proceso de nulidad debe ter-
minar con la inserción en la comunidad, en la vivencia de los
sacramentos y la preparación para el matrimonio, si es el res-
84
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
ponsable de la celebración. De esta manera, la Iglesia, Madre y
Maestra, estará cumpliendo la misión encomendada por Cris-
to su fundador de acercar a los alejados a Dios.
MATRIMONIO Y FAMILIA
La familia está en el matrimonio, la unión íntima de la vida, el
complemento entre un hombre y una mujer, constituida por el
vínculo indisoluble del matrimonio libremente contraído, públi-
camente aceptado, y que está abierto a la transmisión de la vida 51.
TRIÁNGULO MATRIMONIAL: DIOS, EL HOMBRE Y LA MUJER
DIOS
Esposo Esposa
Elaboración propia
51 Pontificio Consejo para la Familia (1983). Carta de los Derechos de la
Familia presentada por la Santa Sede a todas las personas, instituciones y autori-
dades interesadas en la misión de la familia en el mundo contemporáneo. Tomado
de: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/family/documents/
rc_pc_family_doc_19831022_family-rights_sp.html
85
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
El origen del matrimonio está en Dios justo al momento de
crear al hombre a imagen y semejanza, hacerlo persona, con
capacidad de abrirse a los demás, de comunicarse para no sen-
tirse sólo. No está bien que el hombre esté solo, hagámosle una
compañera semejante a él (Gen. 2,18). Lo creó varón y mujer, y
los bendijo diciéndoles: procread y multiplicaos y llenad la tierna
(Gen. 1, 27-28).
El matrimonio es una institución natural exigido por la misma
naturaleza; por tal razón, no puede ser cambiado por ningu-
na ley humana. El hacerlo iría en contra de sus fines, de sus
propiedades, de sus características; es decir, iría en contra de
la misma naturaleza del hombre. Conservando la verdad, el
matrimonio es una institución del creador, para realizar su de-
signio de amor entre los hombres, con el cual los esposos se
perfeccionan y crecen mutuamente, colaborando con Dios en
la procreación de nuevas vidas.
Cristo no sólo defendió la grandeza del matrimonio instituido
por el Padre desde la creación del universo, sino que también
lo elevó a la dignidad de sacramento. Así lo confirma cuando
un fariseo, para poner a prueba a Jesús, le pregunta: “¿Es lícito al
hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?”; Jesús le respon-
de sin rodeos: “¿No habéis leído en las escrituras, que él que los hizo
al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre de-
jará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola
carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto,
lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mateo 19,1-6).
86
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
La Iglesia, fundada por Cristo en cabeza de Pedro y sus apóstoles,
indica en el derecho canónico la definición del matrimonio que
ya se ha presentado con anterioridad: “La alianza matrimonial,
por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio
de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien
de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, eleva-
da por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre
bautizados” (CIC, can. 1055,1). Además, señala que: “Los prota-
gonistas de la alianza matrimonial son un hombre y una mujer
bautizados, libres para contraer el matrimonio y que expresan
libremente su consentimiento”52. Por lo tanto, ser libre implica
no obrar por coacción, así como no estar impedido por una ley
natural o eclesiástica.
San Juan Pablo II, hablándoles a las familias les dijo: “¡No ten-
gáis miedo de los riesgos! ¡La fuerza divina es mucho más po-
tente que vuestras dificultades! Inmensamente más grande que
el mal que actúa en el mundo, es la eficacia del sacramento…”53.
Por su parte, el Papa Benedicto XVI fortalece a las familias
cuando les dice: “La familia apoya sobre todo en una profunda
relación interpersonal entre el esposo y la esposa, sostenida por
el afecto y comprensión mutua. Para ello, recibe la abundante
52 Catecismo de la Iglesia Católica (1997). Carta Apostólica Laetamur
Magnopere por la que se aprueba la edición típica latina del catecismo de la Iglesia
Católica. Tomado de: http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
53 San Juan Pablo II (1994). Carta Gratisimam Sane del Sumo Pontífice
Juan Pablo II a las familias. Tomado de: http://www.vatican.va/content/john-paul-
ii/es/letters/1994/documents/hf_jp-ii_let_02021994_families.html
87
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
ayuda de Dios en el sacramento del matrimonio, que comporta
verdadera vocación a la santidad”. Además, continúa diciendo:
“Ojalá que los hijos contemplen más los momentos de armonía
y afecto de los padres, que los de discordia o distanciamiento,
pues el amor entre el padre y la madre ofrece a los hijos una
gran seguridad y les enseña la belleza del amor fiel y duradero”.
Por su parte, el Papa Francisco al hablarle a los esposos en la
Plaza de San Pedro, les indica que sí es posible “la alegría del
sí para siempre”, si caminan de la mano del Señor. Del mismo
modo, comparte 8 consejos para que el matrimonio sea feliz:
1. El matrimonio es un trabajo de todos los días; se puede de-
cir que artesanal, un trabajo de orfebrería porque el marido
tiene la tarea de hacer más mujer a la mujer y la mujer tiene
la tarea de hacer más hombre al marido. Crecer también en
humanidad, como hombre y mujer.
2. El amor es una realización, una realidad que crece y que se
puede asemejar al proceso de construir una casa. La casa se
construye juntos, ¡no solos!” Para vivir juntos para siempre
es necesario que los cimientos del matrimonio estén asen-
tados sobre roca firme.
3. No querréis construirla sobre la arena de los sentimientos
que van y vienen, sino sobre la roca del amor verdadero, el
amor que viene de Dios.
4. En el Padre Nuestro decimos: “Danos hoy nuestro pan de
88
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
cada día”. El matrimonio puede aprender a rezar así: “Da-
nos hoy nuestro amor de cada día”.
5. Estar enamorado significa pronunciar a menudo estas tres
palabras: con permiso, gracias y perdón.
6. No hay ninguna persona que sea perfecta. Por eso, el secre-
to de la felicidad es pedir perdón.
7. Todos sabemos que no existe la familia perfecta, ni el ma-
rido o la mujer perfectos. No digamos la suegra perfecta
...Existimos nosotros, los pecadores. Jesús, que nos cono-
ce bien, nos enseña un secreto: que un día no terminemos
nunca sin pedir perdón.
8. Amor, paciencia, comprensión y oración son elementos
esenciales en el matrimonio. Después del “sí quiero” no
hay que quedarse con los brazos cruzados, sino trabajar el
“para siempre”.
También resulta oportuno mencionar que para que los esposos
vivan el sueño del amor matrimonial y de la familia, es necesa-
rio vivir y practicar, además de los consejos dados por el Papa
Francisco mencionados con anterioridad, es posible reforzar
las bondades del matrimonio con estos otros consejos que me
permito proponer a continuación.
89
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
CONSEJOS PARA LOS ESPOSOS
EN LA VIDA MATRIMONIAL
1. NO DEJAR ENFRIAR EL AMOR
El enemigo más grande del amor es la rutina, pues poco a poco
puede llegar a matar este valor tan importante; por este motivo,
no se debe permitir que se inserte en la vida de los esposos y de
la familia. Al igual que se cuida una planta de jardín, echándole
agua todos los días y abonándola, de la misma manera el amor
todos los días debe ser fortalecido y cultivado con el apoyo, la
comprensión y la ayuda mutua.
2. ORAR JUNTOS
 “Familia que ora unida, permanece unida”. El agite de la vida,
las preocupaciones, el estrés, la tibieza espiritual, el trabajo y
la búsqueda de las cosas materiales, son los enemigos de la fa-
milia, ya que poco a poco alejan a todos de la oración, dando
cabida a la indiferencia familiar y al olvido. No permitan que
esto suceda. La mejor manera de conseguirlo es a través de la
destinación de un rato en el día para orar todos juntos, pero
también para orar individualmente en la intimidad del cora-
zón, pidiendo los unos por los otros. Una familia que ora uni-
da, es un tesoro.
90
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
3. AMAR A LA IGLESIA
Amarla, porque ella es Madre y Maestra. Amarla, porque ella
siempre estará enamorada de Cristo. Amarla, porque ella na-
ció del costado abierto de Cristo. Amarla, porque Cristo murió
por ella. Amarla, porque es la esposa de Cristo. Amarla, porque
ella nos ha enseñado todo lo que sabemos de Cristo. Amarla,
porque ella y sólo ella nos dio a Cristo y cuanto conocemos de
Él. Amarla, porque gracias a esa cadena de creyentes nos llega
el mensaje de Jesucristo en sus Evangelios y en su tradición.
Amarla, porque cuando hacemos la profesión de fe decimos:
“Creo en la Santa Iglesia Católica y Apostólica”. Amarla, por-
que ella nos regala su gracia santificante en sus sacramentos.
Amarla, porque con sus santos nos da ejemplo y testimonio de
vida, y nos indica que el camino a seguir es la santidad. Amar-
la, porque es humana y divina. Amarla, porque gracias a su
misericordia nos ofrece todos los días su perdón.
4. IR A MISA JUNTOS
Un pilar importante en la familia es la Eucaristía porque es
fuente de amor, comprensión y paz; además, sin ella no se ten-
dría acceso a la vida eterna porque Jesús dijo: “Yo soy el pan
vivo bajado del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para
siempre”; y además mencionó: “en verdad os digo, si no coméis
la carne del Hijo de Dios y no bebéis su sangre, no tendréis vida
en vosotros”; “el que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene
vida eterna” (Juan 6,30-58).
91
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
En esa medida, si la Iglesia vive de la Eucaristía, cuánto más la
familia que es “Iglesia doméstica”, ya que, siendo la célula origi-
naria de la sociedad, toma vida y dinamismo en la Santa Misa
que resulta fuente de inspiración, amor y entrega en Cristo. En
la Eucaristía, la familia encuentra un fuerte vínculo de unidad,
amor y entrega, pues con este maravilloso sacramento, se halla
la fuerza divina y necesaria para salir avante en los problemas;
de este modo, vivir en medio de una sociedad que en muchos
aspectos no es cristiana, implica que por medio de esta gracia se
reciban las herramientas para defender la institución de la fami-
lia, robustecerla y manifestar la fe, así como crecer y enseñar el
amor. Que la Eucaristía para la familia sea un programa de todos
los domingos, donde cada uno este comprometido con este mo-
mento importante y trascendental para todo el núcleo familiar.
5. TENER COMO EJEMPLO A LA FAMILIA DE NAZARET
Sin duda alguna, la familia de Nazaret es única e irrepetible.
Ella cambió la historia del mundo, porque tenía a Dios en sus
vidas; sin embargo, tuvo que sufrir grandes pruebas como cual-
quier familia; por ejemplo, la escasez de dinero, la persecución
de Herodes, el ser refugiados en un país extranjero, las calum-
nias de los demás, la muerte de San José, la condena a muerte
más cruel sobre el Hijo, la pérdida de esposo y de Hijo único
por parte de la madre… Éstos sucesos indican que no fue nada
fácil para la familia de Nazaret, pero todo fue ofrecido a Dios,
quien era el soporte de todos los sufrimientos.
92
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
Si en cada familia está Dios, sus miembros podrán permanecer
unidos ya que Él es el alma de la familia y su ausencia lleva a la
pérdida del amor. En la familia de Nazaret no hubo comodida-
des, riquezas, ni posición social, pero sí hubo amor. El amor es
la esencia que une a los miembros de la familia y les permite vi-
venciar la comprensión, la aceptación, la tolerancia, el perdón
y la ayuda mutua. La familia de Nazaret es un ejemplo a imitar.
6. IMITAR EL AMOR Y LA ENTREGA DE MARÍA EN LA FAMIIA
Dios quiso escogerse una Madre adornada de cualidades y vir-
tudes, y por ese motivo eligió a María. María vivió la virtud
del amor y de la caridad en grado elevadísimo; es más, ella ha
sido la única creatura capaz de dar un amor perfecto y puro,
sin sombra de egoísmo o desorden. Ella, la inmaculada, fue
capaz de amar a Dios y a su Hijo, como ninguna otra mujer.
El amor de María fue un amor concreto y real, manifestado, más
que en las palabras bonitas, en obras concretas, como acompañar
a su hijo en la cruz hasta la muerte, y luego a sus discípulos. En
María se ven reflejadas las palabras de San Agustín, cuando dijo:
“La caridad no son buenos deseos. Es entrega desinteresada a los
demás”. Eso es precisamente lo que se encuentra en la vida de la
Santísima Virgen; un amor auténtico, traducido en donación de
sí a Dios, a su Hijo, a la familia, a la Iglesia y a los demás.
De María, San Bernardo afirma: “No hay nada de severo, nada
de terrible; todo es dulzura”. Todo lo que hacía María estaba
impregnado de amor, y amor del que nunca se marchita.
93
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
7. TENER A SAN JOSÉ COMO PATRÓN Y EJEMPLO DE LA FAMILIA
San José fue quien tuvo el privilegio de ser el esposo de María,
de criar y educar al Hijo de Dios y de ser cabeza de la Sagrada
Familia. Fue iluminado en sueños por el Ángel Gabriel cuando
le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa,
pues lo que en ella ha sido concebido es obra del Espíritu Santo.
Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él
salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt. 1, 20-21).
San José es conocido como el “Santo del silencio”, por-
que no predicó con palabras, sino con el ejemplo, con
sus obras, con su fe y con su amor al otro; influencian-
do significativamente en Jesús y en su santo matrimonio.
Junto a María, San José también tuvo que sufrir; por ejemplo,
el que no lo hubieran recibido en Belén; que el amor de su vida,
María, diera a la luz en un establo; el tener que huir a Egipto,
como si fueran delincuentes, para que Herodes no matara a su
hijo; la pérdida de su hijo en el Templo, entre otros aconteci-
mientos llenos de dolor. Sin embargo, el justo y santo San José
supo afrontar todas sus dificultades, por amor a la familia.
San José, con su trabajo de carpintero no pudo comprar los
mejores regalos para su hijo Jesús, ni darle la mejor educación,
pero el tiempo que le dedicó para atenderlo y enseñarle su pro-
fesión fueron más que suficientes para que su hijo conociera el
cariño de un papá, que también es capaz de dejarlo todo por ir
en busca del hijo extraviado.
94
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
Se conoce a San José como Patrono de la buena muerte por-
que tuvo la dicha de morir acompañado y consolado de Jesús
y María. Una familia, bajo el amparo de San José, siempre será
bendecida.
8. NO DESCUIDAR LA FORMACIÓN Y LA EDUCACIÓN DE LOS
HIJOS
La familia es la primera escuela y la primera responsable de la
educación de los hijos, en todos los niveles. Las escuelas, los
catequistas y los profesores, sólo están ahí para ayudar en la
formación integral; no obstante, la educación debe venir de
casa y los otros contribuyen, pero poco podrán hacer, si en casa
no reciben las herramientas necesarias y fundamentales de éste
proceso de formación.
Sin duda alguna es en la familia donde se descubren los valo-
res de la persona, donde se forma al hombre del futuro, por-
que tiene la oportunidad de formar su identidad y proyectar
su autoestima, que lo caracteriza como ser único e irrepetible,
poseedor de grandes virtudes y dones. Por ello, el corazón de
la familia debe estar lleno de bondad, de amor, de fe, de espe-
ranza, viviendo de manera auténtica la unidad, la amistad, la
acogida y el buen trato. Además, cada valor debe estar al servi-
cio de los que integran la familia, dispuestos siempre al dialo-
go, al perdón y a la reconciliación. De esta manera los valores
marcarán la pauta de una verdadera familia unificada en los
principios de humanización, de amor a Dios, de seguimiento a
95
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
la Iglesia y de formadores de nuevas y auténticas familias que
vivirán los valores del respeto, de la comprensión, del diálogo,
del amor y de la amistad.
9.AMAR Y SERVIR
El matrimonio no es una carrera para determinar cuál de los
esposos manda, sino para ver quién sirve más al otro. Amar es
servir. Amar es honrar a la pareja, es comprenderse entre es-
posos. Cuando se ama se es amable, se es tierno, se escucha al
otro, se dedica tiempo, se cuida y protege a la persona amada,
se confía y se sirve desinteresadamente.
Los esposos y la familia han de comprender que el amor es un
regalo y don de Dios Padre, desde el principio de la creación:
“No está bien que el hombre esté solo, hagámosle una com-
pañera semejante a él” (Gen.2,18). Dios creó al hombre y a la
mujer a imagen de Dios, y los bendijo diciéndoles: “procread,
y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla” (Gen.1,27-28).
Hemos sido creados para amar y servir a ejemplo de Cristo.
“Porque yo, el Mesías, no vine a ser servido sino a servir y a dar
mi vida” (Mateo 20,28).
Para la Iglesia es claro, que los sacramentos de iniciación:
Bautismo, Eucaristía y Confirmación, nos dan la gracia para
nuestra santificación y salvación, y que viviéndolos de mane-
ra auténtica, nos permite realizarnos en la vocación a la que
hemos sido llamados, ya sea en el matrimonio, en la vida con-
96
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
sagrada, o en el sacerdocio. Por otra parte, los sacramentos de
la confesión y de la unción de los enfermos, nos permite sanar
las heridas, recibir el perdón de los pecados y experimentar la
misericordia del Señor; en cambio los sacramentos de Orden
Sacerdotal y de Matrimonio, son los sacramentos del servicio.
Por tal motivo, antes de recibir el Sacramento, ya sea el de or-
den sacerdotal o del matrimonio, hemos de tener la vocación al
servicio y a la entrega total. Si el sacerdote dona su vida para el
servicio de la Iglesia, los esposos donan su vida para el servicio
del uno al otro y los dos se donan en servicio y entrega genero-
sa a sus hijos, entendiendo y viviendo el mensaje del Evangelio,
cuando dice, que “todos estamos llamados a servir”.
Los matrimonios y las familias más felices son las que saben
servir con generosidad y entrega, a ejemplo de Jesucristo que
entregó su vida en la cruz, para salvar a la humanidad, muerto
por el pecado. “Porque yo, el Mesías, no vine a ser servido sino
a servir y a dar mi vida” (Mateo 20,28). El día que los esposos
y la familia vivan con amor y vocación el servicio, no habrá ni
parejas, ni familias destruidas.
Los esposos no deben olvidar que la decisión de amarse fue
tomada por los dos, de manera libre y voluntaria, y que para su
perseverancia debe ser renovada todos los días, en la presencia
de Dios y fortalecida con el perdón, la tolerancia, la compren-
sión y la ayuda mutua.
Sin duda alguna, el cuidado de la familia es un desafío para la
97
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

pastoral familiar y para los tribunales eclesiásticos, los que deben

contribuir en su difusión y formación permanente, con el fin de
proteger y brindar el tesoro de la Iglesia y de la sociedad como
es, “la familia, fruto de matrimonios consolidados y comprome-
tidos en el amor”, y en el Sacramento del Matrimonio, cuyo con-
sentimiento fue manifestado pública e interiormente, de manera
legítima, libre y voluntariamente, para toda la vida.
C O N C L U S I O N E S
Se afirma que el matrimonio es una “comunidad de amor”, un
camino de salvación en la dimensión personal e interpersonal.
Los esposos están llamados a amarse. “Entre más se amen, más
cerca estarán de Dios, pues Dios es AMOR”. Siempre se debe
estar dispuesto a dar, buscar la felicidad del otro, y que eso se La solemnidad del matrimonio se identifica a partir de los tria
convierta en la felicidad propia. bona desarrollados por San Agustín, que permiten entender la
trascendencia de cada uno de los fines que determinan la exis-
Los esposos se casan para toda la vida; por ello, cuando un tri- tencia de este sacramento. Para la Iglesia Católica, prevalecen
bunal emite una sentencia de nulidad, lo que está indicando como formas indispensables mantener viva la evangelización y
es que nunca hubo matrimonio, y lo hace después de que el el compromiso matrimonial y contrastar su amplitud de cono-
juez tenga la certeza moral sobre criterios que en la misma ce- cimiento con el derecho canónico.
lebración del matrimonio derivan en una ausencia de fondo
de características esenciales de los requisitos del matrimonio Sobre este entendido, la manifestación del consentimiento pre-
centrados en la incapacidad de dar el consentimiento los con- valece como un factor de constante estudio para los tribunales
trayentes. Esos capítulos claramente se traducen en los que con eclesiásticos, pues la particularidad de cada caso dentro de los
anterioridad se han especificado y que se encuentran conte- procesos de nulidad matrimonial, han permitido ampliar la in-
nidos en el Código de Derecho Canónico, como los vicios de terpretación del concepto y la manera de respetar el sacramento
consentimiento, los impedimentos por circunstancias perso- del matrimonio en su máxima expresión, tal y como se ha de-
nales, los impedimentos por causas jurídicas, los delitos, los mostrado en la evolución de los criterios de interpretación reali-
impedimentos de parentesco, y los defectos de forma. zados por los tribunales eclesiásticos y por la Rota Romana.

98 99
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
En tal medida, la simulación del consentimiento ha sido un
capítulo de nulidad que constantemente se ha invocado en las
demandas de nulidad matrimonial, viéndose evidenciada en
todas sus formas; simulación total y simulación parcial. Los
motivos más recurrentes que han causado la simulación, han
sido especialmente la intención de lograr una posición social,
obtener un beneficio económico, huir de los problemas fami-
liares, personales, llevando como resultado la exclusión de al-
guna de las propiedades esenciales del matrimonio.
En relación con la jurisprudencia de la Rota Romana, se pue-
de concluir que se ha fijado como una base importante para
la interpretación que han realizado los tribunales eclesiásticos,
permitiendo construir una línea hermenéutica acorde con el
derecho canónico y con los retos que se trazan a partir de la
reforma del Mitis Iudex Dominus Iesus, siendo necesaria la
formación cualificada de canonistas que asumen la función de
trabajar por la importancia del sacramento del matrimonio, la
indisolubilidad y el respeto por los fines que el mismo persi-
gue. A partir de la reforma del Mitis Iudex Dominus Iesus, el
obispo con su tribunal eclesiástico, debe preocuparse por es-
tudiar y resolver cada caso de nulidad presentado, sólo con el
fin de acercar las almas a Dios y a los sacramentos, ya que en
muchas de las demandas su fin es la conversión de uno de ellos.
Los jueces del tribunal Eclesiástico, al tener la certeza moral
sobre la nulidad matrimonial sea por uno o varios capítulos
contemplados en el Código de Derecho Canónico, materializa-
100
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
dos en la simulación del consentimiento total o parcial como
causal única y exclusiva, o con los otros cánones que recaen
de manera directa en el marco de la lista reconocida por los
principios canónicos: error en la persona, temor reverencial,
incapacidad para asumir los compromisos del matrimonio, ex-
clusión del bien de los cónyugues o exclusión de uno de los
tres bienes de San Agustín; el bonum fidei, el bonum prolis, y
el bonum sacramenti.
De esta manera, la función del juez debe estar dirigida a pro-
ceder con prontitud y sin temor por el bien de esas almas, a re-
solver la situación que presentan los cónyuges, comprendiendo
que para el momento de la celebración de su matrimonio uno
de ellos, o los dos, no tenían la capacidad para afrontar o resol-
ver sus problemas y su única salida era el matrimonio. Es allí,
donde el tribunal eclesiástico, debe operar en justicia y dere-
cho, pero con misericordia y en recta conciencia.
Por otro lado, planteando las posibles consecuencias de la re-
lación de los cónyuges hacia los hijos, es importante advertir
que para evitar que los jóvenes incurran en los mismos errores
de sus padres, surge una responsabilidad importante para las
instituciones como la familia, la escuela y la parroquia; éstas
deben preparar y concientizar a la niñez, a los adolescentes,
a los jóvenes y a las parejas para que sepan y conozcan la im-
portancia, grandeza y belleza del matrimonio, el significado
de la familia, y por ende sus implicaciones en el proyecto de
vida. Como consecuencia, se resalta que únicamente cuando
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¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
los hijos tengan la madurez, y estén preparados para asumir y
vivir tan sublime sacramento, con sus propiedades esenciales,
podrán manifestar su voluntad de manera libre y consciente,
pues de lo contrario, el matrimonio será nulo.
El matrimonio no es solamente la unión en una sola carne, sino
también un solo corazón, una sola alma, caminar juntos el mis-
mo camino. Las dificultades son normales en todo matrimo-
nio, puesto que no es posible que dos personas piensen igual;
sin embargo, los esposos deben luchar juntos por vencer esos
obstáculos y lo conseguirán si tienen claro que las propiedades
esenciales del matrimonio son la unidad y la indisolubilidad.
La unidad, es la unión de un solo hombre con una sola mujer.
En el matrimonio los cónyuges se donan recíprocamente uno
al otro, uniendo sus inteligencias, voluntades, sentimientos,
teniendo los mismos deseos y objetivos. Sin duda alguna, la
fidelidad que se prometen al contraer matrimonio es requisito
indispensable para esta unión, pues de no existir, provocaría
un gran desequilibrio en el matrimonio. Por tal razón, la poli-
gamia (unión de un hombre con varias mujeres), y la polian-
dria, (unión de una mujer con varios hombres), atentan contra
la propiedad de la unidad del matrimonio.
La indisolubilidad por su parte, significa que “el vínculo ma-
trimonial dura para toda la vida” y nadie lo puede disolver, después
de haber sido rato y consumado. Sólo la muerte disuelve el víncu-
lo. “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre” (Mt. 19, 6).
102
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
En suma, las dos propiedades: “Unidad e indisolubilidad”, son
necesarias porque por medio de ellas se logra conservar y fo-
mentar la fidelidad conyugal, así como se facilita la ayuda mu-
tua y el perfeccionamiento de ambos cónyuges. Los esposos
deben entregarse totalmente el uno al otro: cuerpo, sentimien-
tos, inteligencia y voluntad. Una entrega de todo lo que son.
No se debe amar nada más a una parte del otro, puesto que
se debe amar todo; los defectos y las cualidades en todas las
circunstancias, en lo próspero y en lo adverso, en la salud y la
enfermedad. Si un esposo o una esposa ama al otro, le podrá
decir: tú eres el único que existes para mí, eres mi único amor.
Finalmente, es bueno recordar que “aprender a amar a alguien
no se improvisa; en realidad, se prepara”. Dicha preparación
para el matrimonio, contemplada en varios cánones del Códi-
go de Derecho Canónico (c.1095;2 y c.1063), empezando desde
el el nacimiento, en el amor de los padres. En la medida en que
se va recibiendo formación y educación desde el hogar, con el
buen ejemplo de los padres, los hermanos y los familiares; en la
escuela, con la enseñanza de los maestro, en la participación en
los grupos de la parroquia, en la homilía (c.767,2), en los avisos
parroquiales, en la catequesis y preparación a los sacramentos,
(c.1055-1056-1072- c.529;1); son elementos esenciales para
una buena formación al madrimonio. Además, para una mejor
preparación, es aconsejable conocer los diferentes documentos
de la Iglesia, los cuales nos ilustra sobre “la grandeza y belleza
del matrimonio y de la familia”. Dentro de ellos tenemos: Fami-
103
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

liaris Consortio, Amoris Laetitia, Gaudium et Spes, y el Código

de Derecho Canónico c.797., entre otros.

G L O S A R I O

Actor: Recibe esta denominación la persona que inicia una

demanda en un juicio. En derecho matrimonial canónico, el
actor es quien presenta la demanda de nulidad matrimonial.

Ad instar matrimonii: Alocución latina que traduce “para

un matrimonio”. El término “ad instar” puede traducirse por
“como”. También se emplea para expresar asimilación o equi-
paración, como una circunstancia en la que una autoridad
ejerce una función como si fuera el titular originario del cargo
u oficio, con las limitaciones y especificaciones que el mismo
derecho contempla.

Alianza divina: Dios quiere llevar a los hombres a una vida

de comunión con él. Esta idea, fundamental para la doctrina de
la salvación, es la que expresa el tema de la alianza. En el Anti-
guo Testamento la idea de la alianza dirige todo el pensamiento

104 105
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
religioso, pero se ve cómo con el tiempo se va profundizando.
En el Nuevo Testamento adquiere una plenitud sin igual, pues
ahora tiene ya por contenido todo el misterio de Jesucristo.
Alianza matrimonial: La alianza matrimonial, por la que
un hombre y una mujer constituyen una íntima comunidad de
vida y de amor, fue fundada y dotada de sus leyes propias por
el Creador. Por su naturaleza está ordenada al bien de los cón-
yuges, así como a la generación y educación de los hijos. Entre
bautizados, el matrimonio ha sido elevado por Cristo Señor a
la dignidad de sacramento.
Amoris Laetitia: Es una Exhortación Apostólica Postsino-
dal firmada el 19 de marzo de 2016 por el Santo Padre Francis-
co a los Obispos, Presbíteros y Diáconos a las personas consa-
gradas a los esposos cristianos y a todos los fieles laicos sobre
el amor en la familia.
Bonum coniugum:  Se traduce como “el bien de los cónyuges”.
El «bonum coniugum» al que se refiere el canon 1055 del Có-
digo de Derecho Canónico es un fin institucional del matrimo-
nio, que no necesariamente coincide con los fines personales
que motivan a los que se casan. Tampoco la realización de este
«bonum coniugum» debe identificarse con las aspiraciones
concretas–y muy a menudo temporales y restringidas–de los
esposos. La esencia del «bonum coniugum» se identifica con el
«consortium» o «communio» de vida, propia del matrimonio,
lo que implica que debe ser entendido como parte del derecho
106
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
a la comunión de vida, y que está en la constitución de la «co-
munidad de vida y amor».
Bonum fidei: Se traduce como “el bien de la fidelidad”. Es el
bien de la fidelidad conyugal, que pertenece a la esencia del
matrimonio y constituye un deber moral y jurídico, aunque
la legislación no habla de bienes del matrimonio, sino de  fi-
nes, propiedades o elementos esenciales.
Bonum sacramenti: Es el bien del matrimonio que se refiere
a la indisolubilidad o inseparabilidad de la unión matrimonial,
en relación con el carácter sagrado del matrimonio en el orden
natural, instituido por Dios al principio, y signo de la unión
entre Cristo y la Iglesia.
Canónico: La palabra  canónico  (del lat. tardío  canonĭcus,
‘conforme a las reglas, conforme a los cánones eclesiásticos’​
) hace referencia, en general, a todo aquello que se ajusta a
los cánones o a las reglas.
Caritas Coniugalis: De su alocución latina traduce “amor
conyugal”. La teología del matrimonio afirma que la gracia pro-
pia del sacramento es la caritas coniugalis (el amor esponsal);
es decir, la capacidad que viene donada a los esposos de amar-
se en la verdad, de querer el bien del otro según la perfección
del amor de Cristo. Esto implica un trabajo sobre sí y sobre la
propia relación conyugal: una tarea de ascesis y de crecimiento
para secundar el Espíritu e integrar toda la riqueza de la vida
afectiva y sexual dentro del amor.
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¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
Carta de los derechos de la familia: Responde a un
voto formulado por el Sínodo de los obispos reunidos en conocimiento hipotético que cuenta, sin embargo, con cierta
Roma en 1980, para estudiar el tema «El papel de la fami-
lia cristiana en el mundo contemporáneo. Su Santidad el Papa
Juan Pablo II, en la Exhortación Apostólica Familiaris con-
sortio (n. 46) aprobó el voto del Sínodo e instó a la Santa
Sede para que preparara una Carta de los Derechos de la
Familia destinada a ser presentada a los organismos y autori-
dades interesadas.
Causa contrahendi: Consiste en revisar en el ánimo del
contrayente si hay una presencia exclusiva de búsqueda de las
finalidades del vínculo conyugal. Se está ante la presencia de
voluntad matrimonial, de consentimiento. En realidad, hay
ánimo de contraer. De no existir, se hablaría de ausencia de
animus contrahendi.
Causa simulandi: Se emplea en prueba procesal que se de-
sarrolla en el proceso de nulidad matrimonial. Para identificar
la causa simulandi será importante investigar y conocer las ra-
zones de fondo que verdaderamente corresponden a la volun-
tad del contrayente, lo que indicará cuál ha sido la verdadera
voluntad del simulante (osea quien tiene la intención de omitir
uno de los fines esenciales del matrimonio).
Certeza moral: Es el firme asentimiento sobre la actuación
de las personas basado en la relación entre las causas libres y
sus actos. El opuesto no queda excluido como imposible o con-
108
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
tradictorio, dado que el agente es libre. Se trata, pues, de un
garantía. El motivo o razón del asentimiento reside en la ley
moral sobre el comportamiento humano conocida por induc-
ción y en la ausencia clara de razones para sospechar una ex-
cepción.
CIC: Son las siglas del Corpus Iuris Canonicum; es decir, el
Código de Derecho Canónico. En este libro se contemplan las
normas jurídicas que regulan la organización de la Iglesia Ca-
tólica.
Cohabitación:  Estado de dos o más personas que habitan
en común. El hecho de vivir juntos, al menos con unidad de
casa, y más aún de techo y lecho, dos personas. La cohabita-
ción es un derecho y un deber de cada uno de los cónyuges; el
no cumplido o el negarse o prestarlo puede constituir causal
de divorcio.
Concomitantes: La palabra concomitante procede del latín
“concomitans”, vocablo integrado por el prefijo que indica algo
que se hace en conjunto, “con” y por “comitari” en el sentido
de acompañar, por lo que la concomitancia son dos cosas o he-
chos que se acompañan entre sí, complementándose o acom-
pañándose. Son sinónimos de concomitante: coexistente, coin-
cidente, simultáneo, compatible o relacionado. Cuando varios
factores confluyen para que se produzca un resultado, se dice
que esas causas son concomitantes, por ejemplo: “Para que se
109
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
produzca la ruptura de mi matrimonio actuaron como factores
concomitantes, la falta de diálogo, el escaso tiempo comparti-
do y nuestros temperamentos irreconciliables”, “La tormenta y
la lluvia, fueron los concomitantes perfectos para que mi día
de vacaciones fuera un fracaso” o “Las razones concomitantes
de su huida del lugar del  accidente de tránsito  que provocó,
fueron el miedo, la cobardía y la falta de responsabilidad”.
Concordato: Tratado o convenio sobre asuntos eclesiásticos
entre el gobierno de un estado y el Vaticano. Un concordato es
un tipo de acuerdo entre la Santa Sede y un Estado para regular
las relaciones entre ellos, en materias de mutuo interés. Posee
la categoría jurídica de Tratado Internacional.
Consentimiento: En la creación de un acto jurídico, adhe-
sión de una parte a la propuesta realizada por la otra. El inter-
cambio de los consentimientos determina el acuerdo de volun-
tades que vincula a las partes. Es uno de los requisitos básicos
del  contrato. Consiste en el asentimiento conjunto de dos o
más voluntades para celebrar un contrato manifestándose con-
formes sobre un determinado objeto y por una causa. Abarca,
de esta manera, los otros dos elementos fundamentales: objeto
y causa, que deberán quedar amparados por la misma voluntad
contractual. El consentimiento contractual se basa en la forma-
ción de la voluntad y en su manifestación; en todo caso, el con-
sentimiento válido es el de las personas capaces para contratar.
Consortium totius vitae: Alocución latina que traduce
110
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
“un consorcio de toda la vida”.  El «consortium totius vitae” exi-
ge la entrega recíproca de los esposos (cf. Código de derecho
canónico, c. 1057, 2; Código de cánones de las Iglesias orienta-
les, c. 817, 1). Pero esta entrega personal necesita un principio
de especificidad y un fundamento permanente. La considera-
ción natural del matrimonio nos permite ver que los esposos
se unen precisamente en cuanto personas entre las que existe la
diversidad sexual, con toda la riqueza, también espiritual, que
posee esta diversidad a nivel humano.
Control de constitucionalidad:   Conjunto de herra-
mientas jurídicas por el cual, para asegurar el cumplimiento
de las normas constitucionales, se realiza un procedimiento de
revisión de los actos de autoridad, incluyendo normas genera-
les, y en caso de contradicción con la Constitución se procede
a la invalidación de las normas de rango inferior que no hayan
sido hechas en conformidad con aquellas. El fundamento de
este control es el mantenimiento del Principio de Supremacía
Constitucional.
Convención de Viena: La Convención de Viena sobre el De-
recho de los Tratados fue suscrita en Viena (Austria) el 23 de
mayo de 1969 y entró en vigencia el 27 de enero de 1980. Éste
documento tuvo como  fin codificar el  derecho internacional
consuetudinario de los tratados y, además, desarrollarlo pro-
gresivamente. Sigue siendo norma fundante para las obligacio-
nes de los estados sobre tratados internacionales.
111
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
Cónyuges: Se denomina cónyuge a cualquiera de las personas
físicas que forman parte de un matrimonio. El término «cón-
yuge» es de género común, es decir, se puede usar para referirse
a un hombre («el marido» o «el cónyuge») o a una mujer («la
mujer» o «la cónyuge»).
Defensor del Vínculo: El derecho canónico, fruto de su se-
cular experiencia, ha constituido la figura del defensor del vín-
culo en el proceso matrimonial canónico, dotándole singular
importancia. La función del defensor del vínculo es, por lo tan-
to, la de oponerse a la nulidad o disolución del matrimonio. Su
papel procesal se debe entender como una búsqueda de la ver-
dad objetiva. Como dijo Juan Pablo II: “El defensor del vínculo,
como decía magistralmente Pío XII (ARR 2.10.44), está llamado
a colaborar en la búsqueda de la verdad objetiva respecto a la
nulidad o no de los matrimonios en los casos concretos. Esto no
significa que al defensor le corresponda valorar los argumentos
en pro o en contra y pronunciarse sobre el fondo de la causa; él
no debe construir «una defensa artificiosa, sin preocuparse si sus
afirmaciones tienen un serio fundamento o no»”.
Demanda: En Derecho, la demanda es el acto de iniciación pro-
cesal ante una instancia judicial. El demandante o peticiona-
rio solicita la apertura del proceso y formula la pretensión que
constituirá objeto de este, por medio de un escrito.
Derecho divino: Es el conjunto de factores jurídicos ins-
tituidos por Dios para estructurar a su  Iglesia, al que están
112
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
subordinados los elementos de derecho canónico humano o
eclesiástico, con el que forma un orden jurídico único e inse-
parable. En la Iglesia se habla principalmente de derecho di-
vino  positivo, que es el promulgado mediante la Revelación,
y no deriva de la naturaleza humana sino de la elevación del
hombre al orden sobrenatural. Es, en definitiva, la dimensión
de justicia del designio de Cristo acerca de su Iglesia e incluye
el conjunto de normas, principios y demás elementos jurídicos
propios del Pueblo de Dios y de la participación del hombre en
la vida divina. Necesita ser aplicado mediante las técnicas pro-
pias del derecho para tener completa eficacia, por lo que debe
ser integrado en el ordenamiento, en sus normas y estructuras.
Derechos humanos: Son aquellas libertades, facultades, ins-
tituciones o reivindicaciones relativas a bienes primarios o
básicos que incluyen a toda persona, por el simple hecho de
su condición humana, para la garantía de una vida digna, «sin
distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión
política o de cualquier otra índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Derecho natural: Se llama  derecho natural  a  una  doctri-
na de tipo ético y jurídico que defiende la existencia de cier-
tos derechos propios y particulares de la condición humana, es
decir, ciertos derechos fundamentados en la naturaleza misma
del ser humano y que por lo tanto resultarían inalienables. Este
tipo de derechos serían universales, además de anteriores y su-
periores a cualquier otro ordenamiento jurídico.
113
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
Derecho romano: Del latín Ius Romanum, fue el ordenamien-
to jurídico que rigió a los ciudadanos de la Antigua Roma. El
derecho romano, por su gran complejidad, aplicabilidad prác-
tica y calidad técnica, aún hoy es la base del derecho continen-
tal y de los códigos civiles contemporáneos, y se estudia en las
facultades de Derecho de la mayoría de países que emplean el
Derecho continental.
Digesto: Es una obra jurídica publicada en el año 533 d. C. por
el emperador bizantino Justiniano I. Justiniano decidió reunir
en una sola obra las sentencias de los jurisconsultos clásicos
(iura), es decir que el Digesto es una recopilación de la juris-
prudencia romana que servía en forma de «citas» a los juristas
de la época.
Disolución del vínculo: La disolución matrimonial es un
acto constitutivo por el que se produce la ruptura de un matri-
monio presumiblemente válido. El divorcio es el ejemplo más
extendido de esta figura.
Divorcista: Es la denominación que se le está atribuyendo
al fenómeno de disolver las uniones matrimoniales por medio
del divorcio. Se emplea la expresión “mentalidad divorcista”,
como una manera de describir la tendencia a excluir la indiso-
lubilidad como elemento esencial del matrimonio.
Dolo: Voluntad deliberada de cometer un delito, a sabiendas
de su carácter delictivo y del daño que puede causar.
114
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
Dubio: Especialmente en los tribunales eclesiásticos, aquello
que es cuestionable. Esta palabra proviene del latín dubium,
duda. Lo que se duda y se propone para resolver.
Error de persona: Constituye una causal de nulidad ma-
trimonial. El canon 1097 contempla el error de hecho, en su
forma de error en persona y de error en cualidad, destinan-
do un inciso para cada una de estas connotaciones. El canon
1097 § 2 del CIC establece que: El error acerca de una cuali-
dad de la persona, aunque sea causa del contrato, no dirime
el matrimonio, a no ser que se pretenda esta cualidad directa
y principalmente. Se trata de un error de hecho, una aprecia-
ción equivocada, un conocer mal, de un modo indebido al otro
contrayente. Este error no requiere la ausencia de culpa por
parte de la persona que lo padece ni tampoco un comporta-
miento doloso del otro contrayente o de un tercero. Aunque el
comportamiento o la conducta del cónyuge que padece el error
hayan sido negligentes a la hora de cerciorarse de sus preten-
siones, esta circunstancia no impide que la causa pueda pros-
perar. La investigación sobre alguna cualidad del otro puede
ser indicativa de la importancia que se le otorga, pero sin que
resulte algo decisivo. Puede ocurrir que, la persona que padece
el error, tenga certeza de que su futuro cónyuge posee determi-
nadas cualidades y no realice indagación alguna.
Exclusión del bonum prolis: Constituye una causal de
nulidad matrimonia consistente en rechazar en forma perma-
nente la dimensión procreativa de los actos conyugales, impi-
115
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
diendo de forma definitiva la potencial paternidad o materni-
dad. Se trata de rechazar voluntariamente los hijos de manera
definitiva y permanente. No se trata de retrasar la prole tempo-
ralmente. Esto no debe confundirse nunca con la infertilidad
por una causa de enfermedad, de edad o de cualquier otra cir-
cunstancia involuntaria. La infertilidad no es motivo de nuli-
dad, a menos que se hubiera ocultado este hecho si se conocía
previamente.
Exclusión de la fidelidad: Es un supuesto de la simulación
del consentimeinto matrimonial (el bonum fidei). El deber de
la fidelidad conyugal no es sólo un deber moral, sino esencial-
mente jurídico tanto para el hombre como para la mujer, es por
tanto deber y derecho para los cónyuges. Excluye la fidelidad
quien excluye la exclusividad del otro cónyuge. Asumir el de-
ber de la fidelidad es darle cumplimiento en la vida conyugal.
No asume la fidelidad quien no está dispuesto a cumplirla. La
Jurisprudencia Rotal deja claro que excluir la fidelidad no es
simplemente la idea de que no se va a ser fiel o la opinión de
que no es posible ser fiel, sino que es querer y decidir un ma-
trimonio cerrado a la fidelidad o desprovisto de ella, ya que es
ésta una voluntad no matrimonial.
Exclusión de la indisolubilidad: (Exclusión del bonum
sacramentii).  En derecho canónico quien se casa por lo católi-
co queriendo positivamente contraer un matrimonio limitado
en el tiempo, “ad tempus”, abierto al divorcio, contrae inválida-
mente por excluir la indisolubilidad. Como ya se ha dicho, no
116
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
se trata de un simple deseo ni de una intención ni de un temor
a que el matrimonio no llegue a ser permanente, sino de una
decisión de excluirla.
Familiaris consortio: Su significado en español es “La
comunidad de la familia”, con el subtítulo, en traducción es-
pañola  “Sobre la misión de la familia cristiana en el mundo
actual”, es una exhortación apostólica post-sinodal escrita por
el  Papa  San Juan Pablo II  y promulgada el 22 de noviembre
de 1981. El documento describe la posición de la  Iglesia ca-
tólica sobre el significado y rol del matrimonio y la familia, y
destaca algunos retos a la hora de alcanzar ese ideal. Se refiere
al matrimonio como: “uno de los deberes más preciosos y ur-
gentes de las parejas cristianas de nuestro tiempo”, puesto que
“el matrimonio es el fundamento de la comunidad más amplia
de la familia, ya que la institución misma del matrimonio y el
amor conyugal están ordenados a la procreación y educación
de la prole, en la que encuentran su coronación”.
Familias biparentales: Corresponde a las familias com-
puestas por un padre y una madre, en donde se cumplen los
roles de cada uno tal y como se contempla la definición del
matrimonio: la unión de un hombre y una mujer.
Fieles irregulares: Se le reconoce como fiel irregular al
que se encuentra en una situación afectiva considerada irregu-
lar en la Iglesia Católica; como lo puede ser el concubino, o el
casado sólo por lo civil, el divorciado concubino o el divorcia-
117
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
do vuelto a casar civilmente. Sobre estos fieles, se consolida la
mayor misión evangelizadora a partir de la pastoral y el valor
del matrimonio desde la dignidad del sacramento.
Finis operis o finis operantis: Alocución latina que
se emplea para expresar “causa final”. En derecho canónico se
refiere a los fines objetivos del matrimonio.
Gaudium et Spes: Es el título de la única constitución pasto-
ral del Concilio Vaticano II. Trata sobre «la Iglesia en el mun-
do contemporáneo». Fue aprobada por los padres conciliares
el 7 de diciembre de 1965 y solemnemente promulgada por
el papa  Pablo VI  ese mismo día. El documento se divide en
dos partes llamadas: «La Iglesia y la vocación del hombre» y
«Algunos problemas más urgentes». A petición de los padres
conciliares se incluyó una nota en el inicio del documento ex-
plicando la naturaleza de una constitución pastoral. El proe-
mio consta de tres apartados y la «exposición introductoria»
de seis. Los tres primeros capítulos de la primera parte tratan
sobre el hombre (antropología cristiana) y preparan el camino
para la cuarta parte que presenta la posición que la Iglesia quie-
re asumir ante el mundo y el hombre. La segunda parte está re-
dactada con una lógica de considerar los problemas principales
desde los propios de la familia hasta los más generales o que
interesan a toda la humanidad. Desarrolla la visión cristiana
de seis cuestiones fundamentales: el matrimonio y la familia,
la  cultura, la vida económico-social, la comunidad  política,
la paz (y la guerra) y, finalmente, la comunidad internacional.
118
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
Humanae Vitae: es una encíclica escrita por el papa Pablo VI y
publicada el 25 de julio de 1968. Esta encíclica, publicada con
el subtítulo Sobre la regulación de la natalidad, define la doctri-
na de la Iglesia Católica sobre el aborto, los métodos anticon-
ceptivos y otras medidas que se relacionan con la vida sexual
humana. Esta encíclica subraya que el matrimonio cristiano es
válido solo bajo los fundamentos de la unión, el amor, la fideli-
dad y la fecundidad. Por ello, el acto conyugal no puede separar
los dos principios que lo rigen: el unitivo y el procreativo. De
esta forma, la Iglesia católica se opone a todo tipo de anticon-
cepción, sea cual sea su naturaleza. 
Institutiones: Las  Institutiones  o  Instituta (‘Instituciones’
> del latín instituere: enseñar, iniciar, ordenar) son un conjun-
to de libros o manuales destinados a la enseñanza introducto-
ria del Derecho romano. Aunque varios autores de la Antigua
Roma  escribieron “instituta”, hay dos versiones principales:
las Instituta originales, escritas por el jurista Gayo en el siglo
II (Gai Institutiones o Gaii Institutiones),​y la obra de los pro-
fesores de Derecho Teófilo y Doroteo (supervisados por Tribo-
niano),​que forma parte del Corpus Iuris Civilis (‹Cuerpo de
Derecho civil›) mandado a recopilar por el emperador bizanti-
no Justiniano I entre los años 529 y 534.
Jueces: Los jueces son la máxima autoridad de un tribunal de
justicia, cuya principal función es precisamente ésta, la de ad-
ministrar justicia. En caso que se presente ante él una situación
controvertida entre dos personas, se requiere de la decisión
119
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
ecuánime y objetiva de un hombre que conozca exhaustiva-
mente las leyes.
Jueces de circuito: Con base en la organización judicial
colombiana, la jurisdicción ordinaria se encuentra establecida
a partir de la distribución territorial de municipios y ciudades.
Según el artículo 22 de la Ley 270 de 1996,  de conformidad
con las necesidades de cada ciudad y de cada municipio habrá
jueces municipales de pequeñas causas y competencia múltiple
sobre asuntos de Jurisdicción Ordinaria, definidos legalmen-
te como conflictos menores. La localización de sus sedes será
descentralizada en aquellos sectores de ciudades y municipios
donde así se justifique en razón de la demanda de justicia. Su
actuación será oral, sumaria y en lo posible de única audiencia.
Jurisconsultos: Personas que conocen profundamente la
ciencia del derecho y se dedica principalmente a resolver pro-
blemas centrales que impliquen interpretación jurídica.
Jurisprudencia: Es considerada una fuente del derecho y
consiste en la interpretación judicial de un ordenamiento jurí-
dico del Estado y demás resoluciones judiciales emitidas en un
mismo sentido por los órganos judiciales de un ordenamiento
jurídico determinado. Tiene un valor fundamental como fuen-
te de conocimiento del derecho, con el cual se procura evitar
que una misma situación jurídica sea interpretada en forma
distinta por los tribunales; esto es lo que se conoce como el
principio unificador.
120
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
Justiniano:  Fue emperador del Imperio romano de Orien-
te  desde el  1 de agosto  de  527  hasta su muerte. Durante su
reinado buscó revivir la antigua grandeza del Imperio roma-
no clásico, reconquistando gran parte de los territorios perdi-
dos del  Imperio romano de Occidente. Uno de sus más im-
presionantes legados fue la compilación uniforme del derecho
romano en la obra del Corpus Iuris Civilis, que todavía es la
base del derecho civil de muchos estados modernos.
Excerpta argomentorum: Es una publicación que presenta
argumentos jurisprudenciales en relación con los capítulos de
nulidad de las sentencias publicadas por la Rota Romana, con
indicación de las sentencias de las que son extraídos.
Mariage blanc o sham marriage: Es la denominación que
recibe un matrimonio sin consumación. Las personas pueden
haberse casado por una variedad de razones, por ejemplo, ge-
neralmente se  celebra  un  matrimonio de conveniencia  para
ayudar o rescatar a uno de los cónyuges de la persecución o el
daño; o por ventaja económica, social o de visa.
Matrimonio canónico: El matrimonio canónico es la unión
matrimonial de dos personas de distinto sexo de acuerdo con
las formalidades de la Iglesia Católica. Se apoya en la capaci-
dad, el consentimiento y la forma canónica.
Matrimonio pro forma: Se le denomina pro forma al ma-
trimonio canónico que cumple con todas las solemnidades y
121
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
requisitos contemplados en el Código de Derecho Canónico,
como que los contrayentes se encuentren presentes, esté el or-
dinario del lugar, se manifieste la voluntad.
Matrimonios fraudulentos: Se aducen a las uniones que se
dan a partir de la exclusión total o parcial de los fines del matri-
monio (fidelidad, procreación e indisolubilidad). Por lo tanto,
se les reconoce como los matrimonios simulados.
Modestino: fue un jurista romano posclásico del siglo III. Los
juristas de esta época, aunque no pertenecieron a ninguna es-
cuela, eran llamados tardoclásicos o severianos por vivir en
época de estos emperadores. Modestino suele ser considerado
como el último jurista clásico. Se le reconoce por las definicio-
nes que aportó sobre el matrimonio en la Roma Antigua.
Moral: Es un conjunto de normas, creencias, valores y cos-
tumbres que dirigen o guían la conducta de grupos de personas
en la sociedad. Se distingue de la ética en que esta es una moral
transcultural o universal, aunque ambas se suelen confundir.
La moral permite distinguir cuáles acciones son buenas y cuá-
les malas para un grupo social. Otra perspectiva la define como
el conocimiento de lo que el ser humano debe hacer o evitar
para conservar la estabilidad social.
Motu Proprio Mitis Iudex Dominus Iesus (MIDI): Con
fecha 15 de agosto de 2015, el Papa Francisco aprobó dos motu
proprio para la reforma del proceso canónico de nulidad del
122
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
matrimonio: uno relativo a las normas establecidas en el Có-
digo de Derecho Canónico y otro para el Código de los Cá-
nones de las Iglesias Orientales. El motu proprio que reforma
las causas de declaración de nulidad del matrimonio consta de
una introducción, en la que el Papa enumera ocho principios
fundamentales que han inspirado la reforma; el texto íntegro
de los nuevos cánones 1671-1691; y, como un complemento,
las llamadas Reglas de procedimiento para tratar las causas de
nulidad del matrimonio.
Nulidad: Situación genérica de invalidez del acto jurídico,
que provoca que una norma, acto jurídico, acto administrati-
vo o acto procesal deje de desplegar sus efectos jurídicos, retro-
trayéndose al momento de su celebración. Para que una norma
o acto sean nulos se requiere de una declaración de nulidad,
expresa o tácita y que el vicio que lo afecta sea coexistente a la
celebración del mismo.
Nuncio Apostólico: Un nuncio apostólico o nuncio papal es
un representante diplomático de la Santa Sede— no del Estado
de la Ciudad del Vaticano— con rango de embajador. Repre-
senta a la Santa Sede ante los Estados (y ante algunas organi-
zaciones internacionales1​) y ante la Iglesia local. Suele tener
el rango eclesiástico de  arzobispo. Normalmente reside en
la  nunciatura  apostólica, que goza de los mismos privilegios
e inmunidades que una embajada. En los casos en que no exis-
tan relaciones diplomáticas con las autoridades de un Estado,
el representante de la Santa Sede ante la Iglesia local recibe el
123
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
nombre de  delegado apostólico. En muchos países el nuncio
papal tiene precedencia protocolaria sobre el resto de los em-
bajadores: es el decano del cuerpo diplomático.
Nupcias: El vocablo latino nuptiae llegó al castellano como
nupcias. El término puede emplearse para aludir al acto y re-
sultado de contraer matrimonio. Las nupcias, por lo tanto, alu-
den al casamiento.
Ordinario del lugar: En el Código de Derecho Canóni-
co figura el ordinario del lugar como una categoría técnica de
competencia jurídica que, con relación al concepto de ordina-
rio, excluye a los superiores de institutos religiosos y de socie-
dades de vida apostólica. No se ha de confundir con el a veces
llamado ordinario local, pues son ordinarios del lugar también
los ordinarios de circunscripciones eclesiásticas personales, se-
gún la jurisdicción de cada caso.
Ordo amoris: Los vocablos latinos traducen “el oden del
amor”. Según San Agustín el “ordo amoris”, la ordenación que
viene del amor y está llamada a crear más amor, debe ser fun-
dado por el ser humano en relación a las realidades de su entor-
no.  Hay en el cosmos una tendencia básica hacia el orden y la
unidad. La mente privilegiada de Agustín de Hipona condensó
todo esto en una expresión inigualable: Ordo amoris. Todo el
mundo es  un ámbito que viene del amor y está orientado al
amor. La vida del hombre está ordenada dinámicamente hacia
el ideal de la unidad, que es ideal de amor mutuo, comprome-
124
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
tido en la creación de formas de unidad estables y fecundas. Al
orientar la vida hacia este ideal, ama lo que es amable, repudia
lo que es desechable. De este modo, ama ordenadamente, con-
forme a lo que su razón le dicta que es su vocación y su des-
tino, es decir: la verdad de su vida, su autenticidad. La verdad
es la manifestación de la realidad, de esa realidad constituida
por interrelaciones. Esta verdad no es ni objetiva ni subjetiva,
sino relacional, propia del sujeto y del objeto vistos en relación.
Parte conventa: Es la denominación técnica que se le atri-
buye a la parte demandada en el proceso de nulidad matrimo-
nial canónica.
Poliandria: Es un término cuya etimología refiere a “muchos
varones”. El concepto, frecuente en el ámbito de la antropolo-
gía, se utiliza para nombrar a la condición de aquella mujer que
mantiene matrimonios simultáneos con varios hombres. No se
encuentra aceptado dentro de la Iglesia Católica.
Poligamia: Es un tipo de matrimonio en el cual se permite a
una persona estar casada con varios individuos al mismo tiem-
po. Comprende tanto la  poliginia  como la  poliandria. No se
encuentra aceptado dentro de la Iglesia Católica.
Poliginia: Se una para nombrar a la condición que se esta-
blece cuando un hombre tiene dos o más esposas de manera si-
multánea. Para que exista poliginia, el vínculo entre el hombre
y sus mujeres debe estar institucionalizado. Los amoríos o las
125
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?
aventuras eventuales que pueda tener un sujeto no constituyen
un caso de poliginia. No se encuentra aceptado dentro de la
Iglesia Católica.
Ponente: Es la denominación que recibe el juez eclesiástico
que tiene la responsabilidad de proferir la sentencia final del
proceso de nulidad matrimonial. Su función recaer en contem-
plar las valoraciones de los fundamentos de fácticos y jurídi-
cos, recibir las posturas de los jueces que integran el tribunal y
contrastar la versión de las partes con las pruebas para lograr
la certeza moral.
Pro nullitate: Es la denominación que reciben las decisio-
nes que declaran la nulidad de los procesos de carácter matri-
monial canónico.
Propiedades esenciales del matrimonio: Las propieda-
des esenciales de todo matrimonio son la unidad y la indisolu-
bilidad, que en el matrimonio cristiano alcanzan una particular
firmeza por razón del sacramento. Del matrimonio válido, por
su misma naturaleza, se origina entre los cónyuges un vínculo
perpetuo y exclusivo. Estas propiedades pertenecen a la natu-
raleza del matrimonio, de modo que sin ellas no se puede dar.
Se encuentran en la verdad sobre el matrimonio recibida de
la Sagrada Escritura y la Tradición, han sido definidas como
doctrina de fe en el Concilio de Trento y enseñadas constan-
temente por el Magisterio posterior, y se pueden comprender
por la recta razón.
126
JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.
Remedium concupiscentiae: Santo Tomás en concreto habla
del matrimonio como un «remedio contra la concupiscencia»,
ya que ofrece las gracias para vencer el egoísmo que la concu-
piscencia lleva consigo. Sin embargo, San Pablo enseña explíci-
tamente que el matrimonio corresponde un «don» particular y
que en el misterio de la redención el matrimonio es concedido
al hombre y a la mujer como gracia, expresa en sus palabras,
sugestivas y a la vez paradójicas, sencillamente el pensamiento
de que el matrimonio es asignado a los esposos como ethos. En
las palabras paulinas «Mejor es casarse que abrasarse», el verbo
«abrasarse» significa el desorden de las pasiones, proveniente
de la misma concupiscencia de la carne (de manera análoga
presenta la concupiscencia el Sirácida en el Antiguo Testamen-
to: cf. Sir 23, 17). En cambio, el «matrimonio» significa el orden
ético, introducido conscientemente en este ámbito. Se puede
decir que el matrimonio es lugar de encuentro del eros con el
ethos y de su recíproca compenetración en el «corazón» del
hombre y de la mujer, como también en todas sus relaciones
recíprocas.
Rota Romana: El Tribunal Apostólico de la Rota Romana es
ante todo el tribunal de apelación de la Santa Sede. Es el tribu-
nal eclesiástico más alto de la Iglesia católica después del Tri-
bunal Supremo de la Congregación para la Doctrina de la Fe y
el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica. Existe además
en la Santa Sede el Tribunal de la Penitenciaría Apostólica que,
aunque se llama tribunal, dado que trata causas de fuero inter-
127
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

no, su estructura y funcionamiento guardan poca relación con por un secretario y un subsecretario.
los de otros tribunales. Durante el año 2006, el tribunal de la
Simulación: Acto por el cual, una persona hábil y capaz jurí-
Rota Romana emitió 296 decisiones. 172 de ellas fueron sen-
dicamente, haciendo uso de sus facultades intelectivas y voliti-
tencias definitivas referidas a causas de nulidad matrimonial.
vas, decide con toda ciencia y conciencia dar, prestar o expre-
De las cuales 96 fueron de nulidad y 76 en favor del vínculo
sar con palabras o signos comprensibles, un consentimiento
(entre las que hay que contar también 17 sentencias de confir-
de querer casarse, pero en realidad no hacerlo. Es expresar un
mación de la sentencia afirmativa anterior). Se elaboraron 92
sí quiero con las palabras o con signos o gestos, pero decidir
decretos incidentales y 15 decretos del Decano.
internamente un no quiero con la voluntad, excluyendo con
Santa Sede: Es la sede del obispo de Roma, el Papa, que ocu- un acto positivo de la voluntad el matrimonio mismo o uno de
pa un lugar preeminente entre las demás sedes episcopales de sus elementos o propiedades esenciales como son la indisolu-
la Iglesia Católica; constituye el gobierno central de la Iglesia, bilidad, la fidelidad o la prole (Canon 1101, 1, 2 del Código de
por quien actúa y habla, y es reconocida internacionalmente Derecho Canónico).
como una entidad soberana.
Temor reverencial: Se reconoce como un vicio del consen-
Sentencia: Decisión final proferida por la autoridad eclesiás- timiento en el matrimonio. Es criterio jurídico-doctrinal que
tica de carácter judicial, a raíz de un proceso iniciado ante un la libertad del contrayente, sagrada e indispensable para el acto
tribunal eclesiástico. de consentir conyugalmente de manera normal, puede malo-
grarse a manos, aún bien intencionadas, de los propios padres.
Signatura Apostólica: El Tribunal Supremo de la Signa-
La doctrina jurídica sobre el temor reverencial ha señalado:
tura Apostólica vela por la correcta administración de la justi-
i) Sin libertad personal suficiente y proporcionada no puede
cia dentro de la Iglesia católica. Tiene su sede en el Palacio de
producirse un consentimiento matrimonial válido. ii)Cuan-
la Cancillería de Roma. En la actualidad se rige por la Cons-
do la persona pierde el dominio sobre sí y sobre sus actos, no
titución Apostólica  Pastor bonus  de  1988  (arts. 121-125). El
hay libertad. iii) En todo supuesto de coacción, la centralidad
Tribunal se encarga de los litigios de nulidad (matrimonio),
de la relevancia jurídica consensual se halla en el “miedo” con
de los recursos contra las sentencias de la Rota Romana y de
afectación perturbadora del estado normal de la elección del
los conflictos de competencia. Los miembros del tribunal son
“estado de vida”.
nombrados por el papa. Está dirigido por un prefecto asistido

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¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

Tribunal Eclesiástico: Es un organismo de la Iglesia que
presta a la comunidad eclesial el servicio de la administración
de justicia. La Iglesia, por tratarse y ser también una sociedad
formada por hombres y mujeres, se puede hablar en ella, como
en cualquier otra comunidad, de implantación y cumplimiento
de la justicia, pero no una justicia cualquiera, sino de una justi-
cia típicamente eclesial, que busca dar lo suyo a las personas y a
las instituciones dentro de la Iglesia y con arreglo a los fines de
la misma. Los Tribunales de la Iglesia ejercen la potestad judi-
cial en nombre del Papa en el caso de los Tribunales de la Rota
Romana y la Signatura Apostólica; y en nombre de los obispos
en los Tribunales Diocesanos.
Tribunal de apelación: El recurso de apelación es un me-
dio de impugnación a través del cual se busca que un tribunal
superior enmiende conforme a Derecho la resolución del infe-
rior. Por lo tanto, el Tribunal de apelación opera cuando se
ha dictado sentencia sobre un proceso de nulidad y dentro del
orden jerárquico se eleva al superior el estudio de la decisión
definitiva.
o al menos licenciado en derecho canónico, y con no menos de
treinta años edad, que ejerce la potestad ordinaria judicial –de
naturaleza vicaria–, y constituye un solo tribunal con el obispo.
Es un oficio que el obispo tiene obligación de nombrar, incluso
aunque él ejerza la potestad judicial personalmente. El vicario
judicial puede juzgar todas las causas menos las que el  obis-
po  se haya reservado. Se encarga de administrar el  tribunal,
sobre todo en el seguimiento del personal asociado. Ha de ser
distinto del vicario general, salvo que el reducido tamaño de
la diócesis aconseje otra cosa. Puede haber un vicario judicial
adjunto que asista al vicario judicial en sus funciones. Los vi-
carios judiciales no cesan en la sede vacante, pero han de ser
confirmados cuando toma posesión el nuevo obispo.

Ulpiano: Fue un jurista romano de origen fenicio, tutor, con-

sejero y prefecto del pretorio del emperador Alejandro Severo.
Definió la justicia como la continua y perpetua voluntad de dar
a cada quien lo que le corresponde. Sus obras fueron incluidas
en las Institutiones de Justiniano.

Vicario Judicial: Es un sacerdote de buena fama, doctor

130 131
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

B I B L I O G R A F Í A

Fuentes

CIC. (1983). Código de Derecho Canónico. Roma: Santa Sede.

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ta Sede.

132 133
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN? JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

Sentencia c. Aiwan, Reg. Provinciae Mediterraneae seu Foriu- Obras

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familia colombiana está en crisis. El País.
Sentencia c. Bottone, Apuli seu Melphicten-Rubensis-Iuvena-
Aznar, F. (1995). LA PRUEBA DEL CONSENTIMIENTO
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137
 Otros títulos disponibles

José Orlando Salazar Duque

PhD. en Filosofía, Doctorado en Fi-

losofía-Universidad Pontificia Regina
Apostolorum-Convalidado en Colombia
según resolución N°. 22692 de 31 de
octubre de 2017, Máster Universita-
rio en Derecho Matrimonial Canóni-
co-Universidad Internacional de La
Rioja, Laureado en Filosofía-Univer-
sidad Pontificia Regina Apostolorum,
Especialista en Docencia Universita-
ria-Universidad Cooperativa de Co-
lombia, Especialista en Pedagogía
y Didáctica-Universidad Católica de
Oriente, Licenciado en Teología-Pon-
tificia Universidad Javeriana, Licen-
ciado en Educación-Universidad Pon-
tificia Bolivariana, y Licenciado en
Filosofía y Ciencias Religiosas-Uni-
versidad Católica de Oriente.
¿MATRIMONIO O SIMULACIÓN?

San Agustín, Doctor de la Iglesia, dejó un legado

importante referente a los tria bona del matrimonio,
entendidos como esos bienes esenciales del sacramento,
que dan un lugar privilegiado a la fidelidad, el
consorcio de vida y la indisolubilidad; es decir, el
bonum fidei, el bonum prolis y el bonum sacramentii. Si
en una demanda matrimonial, los jueces del tribunal
llegan a la certeza moral de la omisión de uno de
esos tres bienes, en justicia eclesiástica divina,
ese matrimonio sería nulo.

Para no seguir sufriendo el flagelo de tantos

matrimonios nulos y familias rotas y dispersas, se
hace necesaria una misión formadora y evangelizadora
sobre la trascendencia de los tría bona, donde los
futuros esposos, conscientes de su alto compromiso
consigo mismos, con su pareja, con Dios y la Iglesia,
se acerquen con libertad y de manera consciente,
sin falsedad ni fingimiento, al proyecto de vida
matrimonial y de familia.

JOSÉ ORLANDO SALAZAR D.

COP: $25.000

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