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- OBJETIVOS
Reflexionar sobre el diálogo como cauce de entendimiento entre las personas y como
instrumento para lograr acuerdos justos y solidarios y el desarrollo de la autoestima.
- DESARROLLO
Hay que tener en cuenta que todos nos comunicamos en más de un nivel al mismo
tiempo...
... porque hay un mensaje de la palabra hablada, pero puede haber otro muy distinto
en el tono de voz, los gestos, la postura, la mirada... Especialmente en el ámbito
grupal esto se capta fácil y rápidamente.
Unas mismas palabras pueden comunicar cosas muy distintas, a la vez, a los
diversos componentes del grupo: calor humano, frialdad, aceptación, rechazo y
hostilidad...
El diálogo es difícil, entre otras causas, por ser moneda de múltiples caras, con
diversos mensajes.
Son muchos los factores que influyen en los mensajes que se emiten en la
comunicación; factores intelectuales, emocionales, sociales... actuales o del pasado...
profundos o superficiales...
Toda conducta está motivada. Nada hacemos por casualidad. Podemos no ser
conscientes de nuestras motivaciones profundas, pero siempre están presentes
influyendo en nuestra comunicación.
Suele haber más de una motivación en toda comunicación, por simple que parezca.
Por esto lo que decimos no es, a veces, tan lógico, tan claro como nosotros
pensamos. Es que en estos casos la "lógica" tiene eslabones inconscientes.
Los demás no sólo pueden percibir el mensaje de nuestras palabras, sino también el
de nuestros sentimientos que envuelven nuestras palabras. Mensajes de hostilidad,
confusión, ansiedad, rechazo, incertidumbre, timidez, amor, aceptación...
En los mensajes que los otros emiten y recibimos, influyen también una serie de
factores objetivos y subjetivos. Lo que oímos está igualmente condicionado por
nuestros prejuicios, actitudes, intereses, resentimientos, defensas, ansiedades,
miedos... sentimientos. Todo esto, máxime cuando estamos a la defensiva,
distorsiona los mensajes que recibimos.
En tales circunstancias nos preocupa más preparar nuestra "defensa" que oír
objetivamente lo que el otro u otros nos quieren decir o comunicar.
Las mismas palabras pueden tener una connotación y sentido distinto para unos y
para otros, de acuerdo con experiencias previas, diferencias culturales o
generacionales, expectativas personales...
2º. ¿Por qué con cierta frecuencia se hace imposible dialogar de modo constructivo?
Por decir las cosas confusamente; por no tenerlas claras en la mente o por el
lenguaje inadecuado.
Por hablar cuando el otro o los otros no están escuchando -sólo oyen- o no quieren
escuchar.
Por empeñarse en que nuestro mensaje sea aceptado por el otro, en momentos en
que él está obstinado en no aceptarlo.
Por falta de congruencia personal, es decir, por no existir adecuación entre lo que
pensamos, decimos, sentimos y vivimos.
Por mantenernos convencidos de que estamos en lo cierto, cuando los otros nos
consideran equivocados, y seguir emitiendo nuestro mensaje -como si nada
sucediera- sin someterlo a sincera revisión.
Por desprecio a las ideas, creencias y costumbres de los otros miembros del grupo,
cuando estamos tratando de comunicarles algo.
Por olvidarse de que la mente humana necesita tiempo y energía, para digerir el
mensaje.
Por exigir a otras personas del grupo lo que nosotros no hacemos o damos, pudiendo
o debiendo hacerlo o darlo.
3º. Actitudes que potencian una comunicación humana enriquecedora para los
interlocutores.
Comprender que más que convencer a los otros de tu verdad, deberías convencerles
de que les escuchas, les aceptas e intentas respetarles.
Confiar en la parte de verdad que crees poseer y en la capacidad de los otros para
captarla.
Tener presente que el valor de tus opiniones depende de las razones que las
apoyan, y que tiendes a atribuirles un adicional peso emotivo.
Ser consciente de que el diálogo no es debilidad, sino flexibilidad, que no está reñida
con hacer valer tus opiniones con tenacidad, pero sin recurrir a la manipulación o al
engaño.
- Buscar la verdad.
- Respetar.
- Entender y comprender.
- Escuchar.
- Lenguaje claro y sencillo.
- Aportar hechos y razones (objetividad).
- Sinceridad.
- Confianza.
- Serenidad.
- Establecer normas.
b) Reflexión personal
c) Cuestionario
Elige la idea o frase que te parece más importante indicando las razones de tu
elección.
¿Qué condiciones hacen posible el diálogo?
¿Qué piensas sobre el diálogo?
Identifica la actitud que te resulta más difícil, en la práctica del diálogo, e indica los
motivos.
Señala, igualmente, la que te resulte más fácil en la práctica e indica las causas.
¿Has pensado que el diálogo es el requisito más importante en la resolución de los
problemas comunes?
¿Estás dispuesto a considerar y respetar las opiniones de los demás cuando no
coinciden con la tuya?
Cuando dialogas, ¿te esfuerzas en entender los intereses y puntos de vista de todos
los implicados en el problema?
¿Qué debo hacer para dialogar constructivamente?
Sugerencias para dialogar correctamente.
d) Recapitulación
(Autorregulación de conducta)
Es eficaz plantear las cuestiones de modo tal que dejen algún interrogante (preguntas abiertas)
sobre declaraciones, opiniones, etc.
Para tomar la palabra, se pueden aprovechar ciertas pausas que se dan en el diálogo e,
incluso, cortando al interlocutor (elevando el tono de voz, pidiéndole que nos deje intervenir:
"perdona, quería decirte...”, "yo creo...") acompañando siempre gestos positivos y contacto
corporal adecuado.
APRENDAMOS A DIALOGAR
... pero no todos logramos establecer una comunicación interpersonal verdadera, continuada
y profunda en el seno de nuestros grupos.
Hay que tener en cuenta que todos nos comunicamos en más de un nivel al mismo tiempo...
... porque hay un mensaje de la palabra hablada, pero puede haber otro muy distinto en el
tono de voz, los gestos, la postura, la mirada... Especialmente en el ámbito grupal esto se
capta fácil y rápidamente.
Unas mismas palabras pueden comunicar cosas muy distintas, a la vez, a los diversos
componentes del grupo: calor humano, frialdad, aceptación, rechazo y hostilidad...
El diálogo es difícil, entre otras causas, por ser moneda de múltiples caras, con diversos
mensajes.
Son muchos los factores que influyen en los mensajes que se emiten en la comunicación;
factores intelectuales, emocionales, sociales... actuales o del pasado... profundos o
superficiales...
Toda conducta está motivada. Nada hacemos por casualidad. Podemos no ser conscientes
de nuestras motivaciones profundas, pero siempre están presentes influyendo en nuestra
comunicación.
Suele haber más de una motivación en toda comunicación, por simple que parezca. Por esto
lo que decimos no es, a veces, tan lógico, tan claro como nosotros pensamos. Es que en
estos casos la "lógica" tiene eslabones inconscientes.
Nuestros mensajes están además condicionados por nuestros prejuicios, cultura, actitudes,
deseos, intereses, defensas, ansiedades, miedos... sentimientos en general.
Frecuentemente no somos conscientes de todo lo que comunicamos... Por los ojos, el tono de
voz, los gestos... se nos escapan mensajes sin que nos demos cuenta, pero que los otros
captan.
Los demás no sólo pueden percibir el mensaje de nuestras palabras, sino también el de
nuestros sentimientos que envuelven nuestras palabras. Mensajes de hostilidad, confusión,
ansiedad, rechazo, incertidumbre, timidez, amor, aceptación...
En los mensajes que los otros emiten y recibimos, influyen también una serie de factores
objetivos y subjetivos. Lo que oímos está igualmente condicionado por nuestros prejuicios,
actitudes, intereses, resentimientos, defensas, ansiedades, miedos... sentimientos. Todo esto,
máxime cuando estamos a la defensiva, distorsiona los mensajes que recibimos.
Seleccionamos lo que oímos de acuerdo con nuestras motivaciones, es decir, oímos lo que
queremos oír. Evadimos la comunicación crítica, sobre todo si ella nos hace percibir
hostilidad, rechazo...
En tales circunstancias nos preocupa más preparar nuestra "defensa" que oír objetivamente
lo que el otro u otros nos quieren decir o comunicar.
Las mismas palabras pueden tener una connotación y sentido distinto para unos y para otros,
de acuerdo con experiencias previas, diferencias culturales o generacionales, expectativas
personales...
2º. ¿Por qué con cierta frecuencia se hace imposible dialogar de modo constructivo?
Por decir las cosas confusamente; por no tenerlas claras en la mente o por el lenguaje
inadecuado.
Por hablar cuando el otro o los otros no están escuchando -sólo oyen- o no quieren escuchar.
Por ponemos en una actitud, en un papel, que el otro no espera de nosotros o no acepta.
Por poner el mensaje a una altura superior a la capacidad actual de comprensión de los que
escuchan.
Por empeñarse en que nuestro mensaje sea aceptado por el otro, en momentos en que él
está obstinado en no aceptarlo.
Por falta de congruencia personal, es decir, por no existir adecuación entre lo que pensamos,
decimos, sentimos y vivimos.
Por mantenernos convencidos de que estamos en lo cierto, cuando los otros nos consideran
equivocados, y seguir emitiendo nuestro mensaje -como si nada sucediera- sin someterlo a
sincera revisión.
Por incapacidad para ver y examinar benévolamente el punto de vista de la otra u otras
personas sobre el mensaje que se emite.
Por desprecio a las ideas, creencias y costumbres de los otros miembros del grupo, cuando
estamos tratando de comunicarles algo.
Por olvidarse de que la mente humana necesita tiempo y energía, para digerir el mensaje.
Por pretender avasallar, queriendo imponer ideas, criterios, comportamientos... más que
exponerlos y razonarlos.
Por ir acompañado el mensaje de una carga de agresividad que hiere o humilla al otro u otros.
Por exigir a otras personas del grupo lo que nosotros no hacemos o damos, pudiendo o
debiendo hacerlo o darlo.
Comprender que más que convencer a los otros de tu verdad, deberías convencerles de que
les escuchas, les aceptas e intentas respetarles.
Desechar toda forma de violencia, gritos, tono imperativo.... pues la violencia no convierte lo
falso en verdadero.
Confiar en la parte de verdad que crees poseer y en la capacidad de los otros para captarla.
Tener presente que el valor de tus opiniones depende de las razones que las apoyan, y que
tiendes a atribuirles un adicional peso emotivo.
Ser consciente de que el diálogo no es debilidad, sino flexibilidad, que no está reñida con
hacer valer tus opiniones con tenacidad, pero sin recurrir a la manipulación o al engaño.
- Buscar la verdad.
- Respetar.
- Entender y comprender.
- Escuchar.
- Lenguaje claro y sencillo.
- Aportar hechos y razones (objetividad).
- Sinceridad.
- Confianza.
- Serenidad.
- Establecer normas.
Cuestionario
Elige la idea o frase que te parece más importante indicando las razones de tu elección.
¿Qué condiciones hacen posible el diálogo?
¿Qué piensas sobre el diálogo?
Identifica la actitud que te resulta más difícil, en la práctica del diálogo, e indica los motivos.
Señala, igualmente, la que te resulte más fácil en la práctica e indica las causas.
¿Has pensado que el diálogo es el requisito más importante en la resolución de los problemas
comunes?
¿Estás dispuesto a considerar y respetar las opiniones de los demás cuando no coinciden con
la tuya?
Cuando dialogas, ¿te esfuerzas en entender los intereses y puntos de vista de todos los
implicados en el problema?
¿Qué debo hacer para dialogar constructivamente?
Sugerencias para dialogar correctamente.
Recapitulación
Para dialogar de manera constructiva es preciso destacar la importancia que tiene el demostrar
simpatía e interés hacia el interlocutor por medio de cumplidos, preguntas y comentarios acerca de las
informaciones que nos da.
Es eficaz plantear las cuestiones de modo tal que dejen algún interrogante (preguntas abiertas) sobre
declaraciones, opiniones, etc.
Para tomar la palabra, se pueden aprovechar ciertas pausas que se dan en el diálogo e, incluso,
cortando al interlocutor (elevando el tono de voz, pidiéndole que nos deje intervenir: "perdona, quería
decirte...”, "yo creo...") acompañando siempre gestos positivos y contacto corporal adecuado.