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Job
¿Por qué leer Job?
Job, un hombre rico y justo, pierde sus posesiones, sus hijos y su salud. Job no comprendió por qué estaba
sufriendo.
Los amigos de Job supusieron equivocadamente que el sufrimiento siempre viene como resultado del
pecado. Con esto en mente trataron de persuadir a Job para que se arrepintiera de su pecado. Pero los tres
amigos estaban equivocados. El sufrimiento no es siempre resultado directo de algún pecado. Cuando
experimentamos un duro sufrimiento, es posible que no sea nuestra culpa, de modo que no tenemos por
qué añadir a nuestro dolor el sentimiento de culpa de que algún pecado escondido esté causando nuestro
problema.
Un joven llamado Eliú, quien había estado escuchando toda la
conversación, criticó a los tres amigos por no ser capaces de contestar a “Cuando no queda
Job. Él dijo que, aunque Job era un hombre bueno, se había puesto
orgulloso, y Dios lo estaba castigando para humillarlo. Pero, Dios está más nada, Dios es
allá de nuestra compresión y no podemos saber por qué permite cada
instancia de sufrimiento en nuestra vida. Lo que nos toca hacer a nosotros
suficiente”
es simplemente permanecer fieles.
Finalmente, Dios mismo contestó a Job. Dios tiene el control del mundo y sólo Él entiende por qué se le
permite sufrir al bueno. Esto se nos aclara únicamente cuando vemos a Dios por lo que Él es. Debemos
aceptar con valor lo que Dios permite que nos suceda y permanecer firmemente comprometidos a Él.
Job aprendió finalmente que cuando no quedaba nada, él
tenía a Dios, y eso era suficiente. Por medio del
sufrimiento, aprendemos que Dios es suficiente para
nuestra vida y nuestro futuro. Debemos amar a Dios sin
importar si permite que nos lleguen bendiciones o
sufrimientos. La prueba es difícil, pero a menudo tiene
como resultado una relación más profunda con Él. Aquellos
que pasan la prueba de la fe experimentarán al final las
grandes recompensas de Dios.
VISTA PANORÁMICA
Debido a que muchos Salmos fueron escritos para adoración pública y privada, el título del libro en hebreo
es “Alabanzas.” La palabra “Salmo” se refiere a una composición poética acompañada de instrumentos de
cuerdas. El libro de los Salmos es el primero de la última división de la Biblia hebrea; de modo que sobresale
en ese segmento de las Escrituras, a cuya sección entera Jesús la designó “los Salmos” (Lc 24:44).
Este libro se divide en cinco secciones, o libros, y cada una concluye con una doxología. Cada sección tiene
sus propias características. De acuerdo a sus títulos, David escribió los Salmos de la primera sección, excepto
tres (1, 10 y 33). A varios escritores de la segunda sección se les identifica por nombre: los hijos de Coré (42–
49), Asaf (50), David (51–65) y Salomón (72). Probablemente los Salmos de esta sección fueron compilados
para las actividades litúrgicas del tabernáculo o del templo. La tercera sección fue escrita por varios autores:
Asaf (73–83), los hijos de Coré (84–85, 87–88), David (86) y Etán (89). La cuarta sección comienza con el
Salmo 90, el más antiguo de los Salmos, escrito por Moisés; David escribió los Salmos 101 y 103; otros Salmos
en esta sección son anónimos. En la quinta sección sólo se mencionan a David (108–110, 122, 124, 131, 133,
138–145) y Salomón (127) como sus autores. Varios Salmos de esta sección son para uso litúrgico, inclusive
los de aleluya (113–118, 146–150) y los de ascenso (120–134).
Con excepción de treinta y cuatro Salmos, todos tienen un título adjunto. La información en tales títulos
incluye notas literarias, instrucciones musicales, títulos para la tonada, instrucciones para su uso en la
adoración, motivos históricos y el escritor.
Como se dijo antes, el título en los Salmos acredita a David como el autor de 73 de ellos, mientras que Hch
4:25 y He 4:7 le atribuyen dos más (2, 95). Los libros históricos implican que sin lugar a duda David estaba
eminentemente capacitado para haberlos escrito. David es llamado “el dulce salmista de Israel” (2 S 23:1).
Una lectura cuidadosa del libro de los Salmos vitalizará la devoción y las oraciones del creyente. Dios también
usa los Salmos para traerle avivamiento a sus hijos. Para una presentación de la persona y obra del Señor
Jesucristo, léase cualquiera de los Salmos mesiánicos (2, 8, 16, 22–24, 31, 40–41, 45, 68–69, 72, 89, 102, 110,
118).
Carácter de Dios en Salmos
Dios es accesible: 15:1; 16:11; 23:6; 24:3, 4; 65:4; 145:18
Dios libera: 106:43-45
Dios es eterno: 90:2; 102:25-27; 106:48
Dios es glorioso: 8:1; 19:1; 57:5; 63:2; 79:9;
90:16; 93:1; 96:3; 102:16; 104:1, 31; 111:3;
113:4; 138:5; 145:5, 11, 12
Dios es bueno: 23:6; 25:8; 31:19; 33:5; 34:8;
52:1; 65:4; 68:10; 86:5; 104:24; 107:8;
119:68; 145:9
Dios es gracia: 116:5
Dios es grande: 86:10
Dios es santo: 22:3; 30:4; 47:8; 48:1; 60:6;
89:35; 93:5; 99:3, 5, 9; 145:17
Dios no cambia: 102:26-27
Dios es justo: 9:4; 51:4; 89:14; 98:9; 99:3, 4
Dios es bondadoso: 17:7; 24:12; 25:6; 26:3; 31:21; 36:7, 10; 40:10, 11; 42:7, 8; 48:9; 63:3; 89:33, 49;
92:2; 103:4; 107:43; 117:2; 119:76, 88, 149; 138:2; 143:8
Dios es paciente: 78:38; 86:15
Dios es misericordioso: 6:2, 4; 25:6; 31:7; 32:5; 36:5; 51:1; 52:8, 62:12; 86:5, 15; 89:28; 103:4, 8, 11,
17; 106:1; 107;1; 115:1; 118:1-4; 119:64; 130:7; 145:9; 147:11
Dios es Altísimo: 83:18
Dios es omnipresente: 139:7
Dios es omnisciente: 139:1-6
Dios es poderoso: 8:3; 21:13; 29:5; 37:17; 62:11; 63:1, 2; 65:6; 66:7; 68:33, 35; 79:11; 89:8, 13; 106:8;
136:21
Dios suple sus promesas: 89:3, 4, 35, 36; 105:42
Dios provee: 16:8; 31:15; 33:10; 36:6; 37:28; 39:5; 73:16; 75:6, 7; 77:19; 91:3, 4, 11; 104:5-9, 27, 28;
119:15; 121:4; 127:1, 2; 136:25; 139:1-5, 10; 140:7; 145:9, 17; 147:9
Dios es justo: 5:8; 7:9, 17; 11:7; 19:9; 22:31; 31:1; 35:;24, 28; 36:6, 10; 40:10; 48:10; 50:6; 51:14;
69:27; 71:2, 15, 16, 19, 24; 73:12-17; 85:10; 96:13; 97:2, 6; 98:2, 9; 103:17; 111:3; 116:5; 119:7, 40,
62, 123, 137, 138, 142, 144, 172; 143:1, 11; 145:7, 17
Dios es soberano: 2:4, 5; 3:3; 72:5
Dios es verdadero: 9:14; 111:7; 19:9; 25:10; 31:5; 33:4; 57:3, 10; 72:22; 85:10; 86:15; 89:14, 49; 96:13;
98:3; 100:5; 119:160; 139:2; 146:6
Dios es uno: 83:18; 86:10
Dios es inescrutable: 145:3
Dios es recto: 25:8; 92:15
Dios es sabio: 1:6; 44:21; 73:11; 103:14; 104:24; 136:5; 139:2-4, 12; 142:3; 147:5
Dios se aíra: 2:2-5, 12; 6:1; 7:11, 12; 21:8, 9; 30:5; 38:1; 39:10; 58:10, 11; 74:1, 2; 76:6, 8; 78:21; 22,
49-51, 58, 59; 79:5; 80:4; 89:30-32; 90:7-9, 11; 99:8; 102:9, 10.
Estructura de Proverbios
Es una compilación cuya unidad debe hallarse en la naturaleza general de su contenido. La declaración que
sigue, «El principio de la sabiduría es el temor de Jehová» (1.7), resume el tema de Proverbios, tema que
resalta a través del libro.
Después de los primeros siete versículos, el libro se desarrolla como una típica compilación:
Proverbios para la juventud, 1.8–9.18
El padre señala a su hijo (o el maestro a su discípulo) las ventajas de buscar la sabiduría y evitar la necedad.
Elabora sus ideas en poemas o discursos que son extensiones del proverbio. Digna de mención es la
personificación de la sabiduría en 1.20–23; 8 ; 9.1–16 .
Proverbios de Salomón, 10.1–22.16
Esta colección recoge dichos sueltos que, por lo general, no abarcan más de un versículo, lo cual caracteriza
también a la otra colección atribuida a Salomón (25–29).
Proverbios sobre diferentes asuntos, 22.17–24.34
Esta sección incluye dos colecciones de instrucciones prácticas, en las que son notables los paralelos entre
22.17–23.11 y los proverbios de Amenemope de Egipto. Tales paralelos no son de extrañar, ya que este tipo
de literatura circulaba en Egipto, Canaán y Mesopotamia desde el segundo milenio a.C.
La singularidad de la fe israelita, aunada a la inspiración divina, evidentemente dio nueva expresión a estas
preocupaciones de su ambiente cultural, conforme a un propósito especial.
Otros proverbios de Salomón, 25.1–29.27
Estos proverbios los compilaron los empleados de Ezequías allá por el año 700 a.C. Son semejantes a los de
la segunda sección, aunque abundan los proverbios comparativos y es menor el número de los proverbios
antitéticos.
Las palabras de Agur, 30.1–33
No hay datos precisos en cuanto a este personaje, ni tampoco acerca de las otras personas mencionadas.
Los proverbios numéricos en los versículos 15–33 pueden constituir otra colección.
Palabras del rey Lemuel, 31.1–9
La frase introductoria de esta breve colección puede traducirse lo mismo «Lemuel, rey de Masa» que
«Lemuel, la profecía». Contiene consejos para un rey.
Poema sobre la mujer virtuosa, 31.10–31
Poema acróstico independiente en honor de la ˓eshet jayil , giro insólito que apunta a la mujer, más valiente
o decidida que virtuosa.
La Naturaleza de un Proverbio
La palabra hebrea “proverbio” se traduce también como “sátira” (Is 14:4), “oráculo” (Nm 23:7, 18) y
“parábola” (Ez 17:2); por tanto, su significado es considerablemente más amplio que el término en español.
Esto puede ayudar a explicar la presencia de las secciones de discursos más largos de los caps. 1-9. La mayoría
de los proverbios son declaraciones cortas y compactas que expresan verdades sobre la conducta humana.
A menudo hay alguna repetición de alguna palabra o sonido que ayude a la memorización.
En la sección más larga del libro (10:1-22:16) la mayoría de los proverbios constan de dos líneas, y los de los
caps. 10-15 casi siempre expresan un contraste. A veces el escritor hace simplemente una observación
general, como “Vara mágica es el soborno para quien lo ofrece” (17:8; cf. 14:20), pero generalmente él evalúa
la conducta “el que aborrece el soborno vivirá” (15:27). De hecho, muchos proverbios describen las
consecuencias de una acción particular o rasgo del carácter: “El hijo sabio es la alegría de su padre” (10:1).
Debido a que los proverbios fueron escritos primordialmente con propósitos instructivos, con frecuencia son
dados en forma de mandatos: “No te des al sueño, o te quedarás pobre” (20:13). Aunque no se usa la forma
imperativa, la acción deseada queda en claro (14:5).
Un aspecto común de los proverbios es el uso del lenguaje figurado: “Como el agua fresca a la garganta
reseca son las buenas noticias desde lejanas tierras” (25:25). En el cap. 25 solamente hay 11 versículos que
comienzan con “Como”. Estas comparaciones hacen que los proverbios sean más vívidos y poderosos. En
ocasiones, la comparación se emplea de modo humorístico o sarcástico: “Como argolla de oro en hocico de
cerdo es la mujer bella pero indiscreta” (11:22; cf. 26:9), o “Sobre sus goznes gira la puerta; sobre la cama,
el perezoso” (26:14). Es igualmente efectivo el uso de metáforas: “La enseñanza de los sabios es fuente de
vida” (13:14), y “La lengua que brinda consuelo es árbol de vida” (15:4). Según 16:24, “Panal de miel son las
palabras amables”. La imagen de la siembra y la cosecha se usa tanto de forma positiva como negativa (cf.
11:18; 22:8).
La repetición de proverbios enteros (6:10-11 con 24:33-
34; 14:12 con 16:25; 20:16 con 27:13) o partes de
proverbios pueden cumplir objetivos poéticos. Una
ligera variación le permite al escritor (o escritores)
emplear la misma imagen para llegar a un punto
relativo (como en 17:3; 27:21) o sustituir una palabra
para lograr una mayor claridad o un énfasis diferente
(19:1; 28:6). En 26:4-5 la misma línea se repite de modo
aparentemente contradictorio, pero esto fue diseñado
para presentar dos casos diferentes.
A veces el libro de Proverbios es muy franco y grosero (6:6; 21:9; 25:16; 26:31, 11). Esta es la naturaleza de
la literatura sapiencial al pretender que los pecadores lleguen al conocimiento de una verdad, y así puedan
volverse de sus malos caminos.