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Crónica 18 de junio 2021

1. Winnicott explica que la terapia es una superposición de dos zonas de juego: la


del paciente y las del analista que se interrelacionan en el momento terapéutico
para jugar juntas.
2. El juego debe ser estudiado como un fenómeno en sí mismo y no relacionado
con la excitación, a pesar de que mucho de ésta es parte interviniente de los
eventos que constituyen el juego. Jugar es cosa seria.
3. Realiza una diferencia entre juego y jugar. El juego es un medio de
comunicación con el niño, ya que por la propia evolución infantil y la etapa en la
que se encuentra el desarrollo del lenguaje, permite la transmisión de lo que le
acontece al niño. El terapeuta puede encontrar múltiples datos e información
dentro del desarrollo del juego. La diferencia con los adultos radica en que el
material que se presenta en sesión es mayormente verbal, pero Winnicott indica
la importancia que tiene también en el ámbito del tratamiento terapéutico en la
adultez, en lo referente al aporte del jugar en ese ambiente especifico.
4. El jugar tiene un lugar y un tiempo, la zona en la que se encuentra no es ni
adentro ni afuera, es decir, no esta en el mundo exterior porque llevaría a tener
que hacer cosas. Jugar está del lado del pensar o desear, y ambas características
están conectadas con el hacer en el juego. Son creaciones de los niños.
5. El juego posee un espacio potencial entre bebé y madre. Data de las experiencias
vitales del bebé con su madre o quien represente la función materna. Y está en
relación con el mundo interior y con la realidad exterior.
6. Propone el juego como universal, y lo ubica en la línea de la salud, plantea que
colabora en el crecimiento del niño, y facilita la interrelación en grupos, puede
ser una forma de comunicación en la terapia, y equipara también al psicoanálisis
como una forma de juego al servicio de la comunicación consigo mismo y los
demás.
7. Proceso de desarrollo y ubicación de donde comienza el jugar: En una primera
instancia, niño y objeto están fusionados, es una relación subjetiva, y es la madre
la que guía al niño en hacer real lo que desea encontrar. Por otro lado, expone la
importancia que tiene la madre en su participación y acercamiento del niño al
objeto, que también puede ser repudiado y percibido de forma objetiva, y la
importancia del ir y venir de la madre en estos procesos. El ir y venir es una
oscilación de la madre o subrogado, que se encuentra a disposición de participar
y devolver lo que el niño ofrece.
8. Los instintos están involucrados en el juego. Explica la importancia de lo
precario de la acción reciproca entre la realidad psíquica y el intento de dominio
de objetos reales. Esta relación tiene aspectos de contenido mágico y debe tener
como característica la confianza. Otra de las características es la cercanía de la
persona a quien ama y es digna de confianza, por lo tanto, puede reflejar lo que
sucede en el juego. Dadas estas circunstancias, el niño se encuentra preparado
para superponer dos zonas de juego, es la madre quien juega con el bebé, pero
también es quién está incluida en el juego. A medida del desarrollo, la madre
puede incluir su forma de jugar también, y se descubre que los bebes pueden

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variar el juego pero que dependerá de la capacidad para aceptar o rechazar esa
nueva idea proveniente de otro.
9. El juego como terapia, permite el contacto social, la comunicación y el
procesamiento de lo aterrador. El autor recomienda que siempre esté una
persona adulta cerca, no para intervenir sino para la gestación y cuidado de un
ambiente propicio para tal despliegue.
10. El juego es una experiencia continua en espacio-tiempo, y se desarrolla en el
limite teórico entre lo subjetivo y la percepción de lo objetivo.
11. El juego es una experiencia creadora, en espacio y tiempo particular, y participa
la realidad psíquica de quien juega. La efectividad del juego, así como también
la de una interpretación terapéutica, radica en el momento donde el sujeto se
sorprende a sí mismo.
12. La labor terapéutica, sostenida por la interpretación del material, está sostenida
en tanto haya juego mutuo y espontaneo entre los partenaires que la constituyen.
13. Caso de las espátulas: Es un caso médico, Winnicott decide jugar con la niña,
posee una comunicación pre- verbal y apenas logra sentarse; las espátulas (baja
lenguas) son los elementos que utilizaron ambos para el acercamiento y
comunicación.
14. Existen varios momentos de separación entre madre e hijo, uno de ellos es el
destete, es la segunda separación. La niña de las espátulas se encontraba en ese
momento. Se auto destetó luego de haber tenido una gastroenteritis infecciosa.
Anteriormente, no había una diferenciación yo-no yo entre madre e hija, con la
consecuente dificultad del registro del otro.
15. El descubrimiento del yo- no yo es una experiencia: la niña experimentó con
Winnicott que las espátulas entran y salen, que las medias salen pero que los
dedos como parte del cuerpo no, por ejemplo. Lo muerde a Winnicott sin culpa,
sin registro del otro y su dolor, esa es una construcción a posteriori, es la etapa
de pre- inquietud.
16. La enfermedad en este caso fue intrusiva porque no promovió el auto destete con
despedida, y el intento de reparación reconecta con el gesto espontaneo.
17. El jugar acompaña a los niños a cualquier edad, y es importante la comprensión
del juego del bebé, del entorno y su significación. La desconexión del juego está
en relación a la inerte.

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