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Los docentes orientadores en el practicum: límites y posibilidades para su


participación como formadores

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Jennifer Guevara
Dublin City University
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Educación
FLACSO ARGENTINA
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

49
propuesta@flacso.org.ar
ISSN 1995- 7785
ARGENTINA

2018
Jóvenes Investigadores
Los docentes orientadores en el practicum: límites y posibilidades
para su participación como formadores, por Jennifer Guevara.
Propuesta Educativa Número 49 – Año 27 – Jun. 2018 – Vol.1 – Págs. 94 a 103
Los docentes orientadores en el practicum: límites y
posibilidades para su participación como formadores

JENNIFER GUEVARA*

Introducción de profesores más experimentados. so formativo, ha variado a lo largo


En la formación inicial docente -en del tiempo. En Argentina, a fines
Las prácticas -también llamadas adelante, FID- el corazón de los es- del Siglo XIX, las Escuelas Normales
practicum- son espacios curriculares pacios de prácticas es “dar las clases otorgaban total responsabilidad so-
de inserción profesional especial- largamente pensadas, fundamen- bre los practicantes a los maestros
mente diseñados para proveer una tadas [y] programadas”(Edelstein, de escuela -hoy docentes orien-
aproximación a la práctica real en 1995: 38)1. En ese marco, en el prac- tadores-, quienes se ocupaban de
un contexto controlado y/o simpli- ticum se llevan a cabo las tareas guiarlos, certificar su asistencia y
ficado (Schön, 1992). A pesar de que de planificación, implementación evaluar su desempeño. Esto era po-
han tendido a primar versiones del y evaluación de procesos de en- sible en tanto las Escuelas Normales
practicum en las que la experien- señanza. Los docentes a cargo de contaban con un Departamento de
cia se la considera formativa “por estos espacios, a través de observa- Aplicación, una escuela modelo en
sí sola”, existe cada vez mayor con- ciones sucesivas, acompañan, guían la que se realizaban las prácticas. En
senso respecto de la importancia y evalúan a los practicantes desde las décadas subsiguientes apareció
de las enseñanzas provenientes de una perspectiva formativa -median- la figura del profesor de práctica y
94 profesionales más experimentados
para hacerla significativa (Guevara,
te la retroalimentación- y sumativa. los docentes orientadores se con-
virtieron en sus auxiliares. En 1970,
2017). Dado que se trata de una si- Los modelos curriculares que orga- cuando la formación docente fue
tuación que tiene lugar en la prác- nizan las prácticas en la formación elevada al nivel terciario, las prác-
tica real, las enseñanzas que allí se inicial difieren en cuanto al papel ticas comenzaron a realizarse en
imparten toman una forma parti- que otorgan a distintos actores. Los escuelas externas, lo que implicó
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cular que las diferencia tanto de las tres centrales han sido bautizados la separación de la formación y la
instancias de enseñanza directiva como la “tríada de las prácticas” que práctica docente en dos institucio-
dentro de un salón de clase, como comprende a los docentes en for- nes con objetivos diferenciados. A
de los procesos informales de socia- mación o practicantes; a los docen- partir de entonces, la participación
lización laboral (Douglas, 2014). tes orientadores -también llamados de los orientadores ha dependido
coformadores, tutores o mentores- más bien de los arreglos institucio-
En el caso de la preparación de los que reciben a los practicantes en nales y de los vínculos personales
docentes, el practicum se remonta a sus salones de clase; y a los profeso- de los profesores de práctica con las
los inicios de la institucionalización res de prácticas -también llamados escuelas.
de la formación inicial. Con varia- supervisores-, quienes en general
das denominaciones -prácticas, están a cargo del espacio curricular Hoy, los lineamientos curriculares
residencias, pasantías, entre otras- de práctica. (CFE, 2007), reconocen a las escue-
es una experiencia que organiza y las asociadas como espacios de
acompaña las primeras inmersio- El rol de los dos formadores de la formación. Los docentes orientado-
nes de los futuros docentes en los tríada -docentes orientadores y res se sitúan entonces como nexo
salones de clase, en general bajo la profesores de práctica-, así como su entre la escuela asociada, el grupo
supervisión y la guía de maestros y grado de participación en el proce- de clase de la escuela y los practi-

* Dra. en Educación, Universidad de San Andrés; Lic. en Ciencias de la Educación, Universidad de San Andrés; Beca-
ria doctoral; CONICET-UdeSA. E-mail: jguevara@udesa.edu.ar

Propuesta Educativa, Año 27, Nro. 49, págs. 94 a 103, Junio de 2018
Los docentes orientadores en el practicum: límites y posibilidades para su participación como formadores

cantes, y como parte de un equipo los ubica en una posición ambigua


de trabajo junto con el profesor de frente a los docentes en formación Metodología
práctica. Además, los Reglamentos (Rajuan, Beijaard & Verloop, 2007).
de Prácticas y Residencia promovi- Los orientadores son, primera y La investigación de la que se des-
dos desde el Instituto Nacional de centralmente, docentes de sus estu- prende4 el presente artículo deri-
Formación Docente y ya aprobados diantes y, en ocasiones, esta prime- vó de un estudio de caso único de
en algunas jurisdicciones, visibilizan ra lealtad puede entrar en conflicto corte cualitativo. El estudio apostó
a las escuelas y a los docentes orien- con su papel como formadores de a las potencialidades del caso para
tadores como espacios y actores de docentes, especialmente cuando construir conocimiento sobre un
la formación. no se reconoce o remunera su tarea proceso complejo en su contexto
como orientador. Así, esperan que real. En particular, el trabajo de cam-
Lo anterior se inscribe en una ten- las prácticas sean de la menor dis- po se concentró en una institución
dencia internacional hacia una rupción posible para sus estudian- formadora de docentes de educa-
mayor visibilidad y una creciente tes, lo que no siempre se condice ción inicial en Buenos Aires.
responsabilidad de las escuelas con maximizar las oportunidades La elección del caso se fundó en
-otrora receptoras, hoy denomina- de formación para los practicantes, dos de los criterios presentados por
das asociadas en Argentina y otros tal y como se espera de la instancia Flick (2004) para la realización de
países de la región- en la formación del practicum. estudios de caso: sensibilidad y con-
(Darling-Hammond, 2006). En línea veniencia. Se trató de un caso sensi-
con esto, los trabajos de investiga- En el contexto local, el papel de los ble, dado que la institución seleccio-
ción en torno al rol que desempe- docentes orientadores pareciera nada es de gran trayectoria y goza
ñan los docentes orientadores han estar adquiriendo mayor centra- de un alto prestigio. De allí que el
proliferado durante la última dé- lidad y, en ocasiones, su trabajo interés en él no sea solo instrumen-
cada, especialmente en el ámbito se ha institucionalizado. Esto trae tal -el estudio de la unidad concreta
anglófono (Guevara, 2016). Si bien aparejadas modalidades de capa- se encuentra al servicio del estudio
no existe consenso sobre la especi- citación específica, remuneración de un fenómeno-, sino también in-
ficidad de su aporte a la formación, y reconocimiento por la tarea rea- trínseco -el conocimiento de la uni-
hay una aceptación generalizada lizada2. En este nuevo escenario, dad concreta tiene importancia en
de que su presencia permanen- es clave preguntarnos por el lugar sí misma-. Al mismo tiempo el caso 95
te en los espacios de práctica los que los docentes orientadores ocu- fue seleccionado en términos de
vuelve propicios para acompañar pan hoy en el trayecto de práctica. la viabilidad del ingreso al campo:
y guiar a los practicantes (Clarke, El presente artículo explora los pa- contar con un caso accesible donde
Triggs & Nielsen, 2014). En general, peles asumidos y adjudicados a los la investigación sea bien recibida es
las investigaciones señalan que la docentes orientadores en el trayec- clave para el éxito de este tipo de es-

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labor de los orientadores se en- to de prácticas de un profesorado tudios.
cuentra invisibilizada (Hamel & Ja- de educación inicial de la Ciudad
asko-Fisher, 2011) y que es posible Autónoma de Buenos Aires. Para El trabajo de campo se nutrió de la
identificar variadas características ello, presenta una serie de figuras etnografía como enfoque y como
y papeles asumidos y adjudicados -docente desacreditada, docente método (Guber, 2001). La asunción
a los orientadores. aprendiz, docente compañera, do- de un enfoque etnográfico impli-
cente informante, docente modelo có un esfuerzo para elaborar una
Entre ellos, los docentes orienta- y docente formadora- que, a modo representación coherente del pen-
dores pueden posicionarse como de tipos ideales, ilustran los dis- sar y el decir de los “nativos” de la
guardianes -gatekeepers- de la pro- tintos posicionamientos hallados investigación, entendiendo que di-
fesión, especialmente cuando parti- en el trabajo de campo. El artículo cha descripción no es el mundo de
cipan de la evaluación sumativa de argumenta que las distintas figuras los “nativos”, sino una conclusión
los practicantes, lo que les permite del papel de las docentes orienta- interpretativa elaborada por el in-
posicionarse como agentes de se- doras delimitan las oportunidades vestigador. Complementariamente,
lección (Smith, 2001). Por otra parte, de formación a las que acceden la etnografía como método implica
pueden constituirse en modelos o las practicantes, y operan con su la residencia del investigador en el
antimodelos, en tanto se los conci- propio mensaje regulativo, en el mundo de los “nativos” por un pe-
be como portadores de “buenas” sentido que le da Bernstein (1993)3. ríodo prolongado de tiempo. Asi-
o “malas” prácticas de enseñanza Finalmente, el trabajo invita a una mismo, el método etnográfico se
(Glenn, 2006). Agregado a lo ante- mirada analítica de la formación de caracteriza por su flexibilidad y la
rior, la participación de los docentes las prácticas en plural. centralidad del investigador como
orientadores en las prácticas está sujeto cognoscente.
signada por una “doble lealtad” que

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Jennifer Guevara

La indagación en terreno duró dos por estos meses vamos a usar al-
años e incluyó dieciocho entrevis- Lugares asumidos y adjudicados cohol”, y listo. Y ella el primer día
tas no estructuradas -once a profe- de las docentes orientadoras en de residencia agarró y les fue a la-
soras de práctica y seis a docentes los espacios de práctica: caleidos- var (…); entonces, le digo “la ver-
orientadoras-; conversaciones in- copio de figuras. dad que no, porque me observas-
formales con distintos actores insti- te y te di la razón por la cual no
tucionales y aproximadamente 150 Los lugares ocupados por las do- lo estoy haciendo. Cuando tenés
horas de observación participante centes orientadoras no permiten chicos a cargo, no hay otra, tenés
en los espacios de práctica y en re- ser organizados en clave de grados una responsabilidad civil. Enton-
uniones y eventos institucionales. o intensidades de participación. Tal ces la residente [me contesta] (…)
La observación de los talleres, las como mostraremos a continuación, “pero yo estoy a cargo del grupo
instancias que organizan y jerar- la variabilidad de los lugares asu- ahora”, y le dije “no. Estás a cargo
quizan las prácticas docentes en midos y adjudicados nos permite, de las actividades, pero a cargo
Argentina, supuso la asistencia tan- en todo caso, delinear un calei- del grupo estoy yo, la responsa-
to a la totalidad de los encuentros doscopio de figuras que configu- bilidad civil la tengo yo. Entonces,
semanales en la institución forma- ran un abanico de oportunidades si yo te doy una explicación de
dora como a algunas instituciones y obstáculos para la formación de por qué hago esto o por qué no
asociadas. De esta manera, además las practicantes. En este sentido, las lo hago, tenés que escucharme”.
de las seis docentes orientadoras distintas configuraciones tienen su (Entrevista a Florencia, docente
entrevistadas, observamos y con- propio mensaje regulativo, en tanto orientadora)
versamos con otras doce orienta- transmiten una determinada jerar-
doras en acción en los jardines y quía de terrenos, saberes y actores. La percepción de desacreditación
nos fueron referidas de manera re- que expresa Florencia roza lo íntimo
petida en los espacios de taller en de su tarea y, al hacerlo, refleja su
la institución formadora. doble lealtad: hacia la practicante y
La docente desacreditada su formación y hacia los niños que
El análisis se construyó a partir tiene a cargo. Al entrar en contradic-
de una estrategia de codificación “La primera figura deriva de una ción, la segunda es más poderosa:
96 abierta que evitó partir de catego- desacreditación propia y adjudi- de alguna manera, la desacredita-
rías definidas de antemano. El traba- cada del potencial formador de ción percibida la aleja de la posibi-
jo de codificación se complementó las orientadoras. No son pocas lidad de ofrecer oportunidades de
con estrategias de codificación axial las que se sienten relegadas por formación a la practicante.
y llevó a explorar su representación sus pares: “…le dan mucha bolilla
en figuras inspiradas en tipos o mo- las profesoras a los señalamien- Esto también se manifiesta en los
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delos ideales a partir de un proceso tos que uno hace. (…) En ningún dichos y acciones de las profesoras
de abstracción simple (Sánchez de momento pasa que la profesora de práctica, entre quienes la desa-
Puerta Trujillo, 2006). En este senti- de residencia diga ‘bueno, seño, creditación asume dos formas. La
do, la construcción de las figuras im- usted que es la maestra de sala, primera se asocia a un modo de in-
plicó una acentuación intencional ¿cómo la ve…?’ Quizás porque terpretar las situaciones conflictivas
de algunas características que per- no nos consideran aptas…” (En- que emergen entre orientadoras y
miten un acercamiento en mayor trevista a Yésica, docente orien- practicantes:
profundidad a los lugares asumidos tadora).
y adjudicados a las docentes orien- “…se genera conflicto porque
tadoras. La sensación de ser desacreditada hay así como recelo, se juegan
puede inferirse de la última frase del fantasías en relación al poder,
“A diferencia de otras tipologías, extracto, en la que Yésica confiesa ¿no? … Por ejemplo (…) la maes-
las figuras construidas -tal como que las profesoras de práctica du- tra de sala de 3 tenía una acti-
los tipos ideales-no aspiran a dan de su idoneidad. En otras oca- tud muy recelosa de la mirada
construir un abanico exhausti- siones, las orientadoras perciben del otro. Entonces ella quería no
vo y excluyente, sino iluminar ser desacreditadas no solo como ser modelo sino ser la modelo,
-mediante la acentuación de formadoras, sino también como do- entonces todo lo que hacían las
ciertos valores típicos- el análisis centes de sala: chicas estaba por debajo de lo es-
y favorecer el desarrollo de hipó- perado… “(Entrevista a Mariela,
tesis (Sánchez de Puerta Trujillo, “Ya en sala de cinco ellos van profesora de práctica).
2006).” solos al baño y no abrían las ca-
nillas de agua caliente, entonces Practicante: …ayer la maestra
venían con las manos congela- me interrumpió la actividad para
das; y entonces, les dije “bueno, que se pongan las camperas.

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Pero faltaba un montón todavía cación”. Y decile “aparte, como la “ay, si tenés más cosas me inte-
para la salida. Después se que- profesora la tuvo mucho de ase- resa porque yo no lo trabajo, vi
dan abajo sin hacer nada… sora a Analía Rodríguez…”, yo les que la residente lo hizo y vi que
digo para que no te cuestione de- los chicos se entusiasmaron, en-
Profesora de práctica: bueno, masiado…” (Observación, Taller tonces si tenés algo…”. Para mí
claramente ella tiene un tema de de práctica, octubre de 2014). eso fue como una situación casi
ansiedad. (Observación, Taller ideal…” (Entrevista a Mónica,
de práctica, mayo de 2015) En los fragmentos se evidencia la profesora de práctica)
promoción de lo que denominamos
El tipo de interpretaciones que pre- “tácticas evasoras”. En particular, las Desde la mirada de Mónica, la in-
dominan en los fragmentos privi- profesoras sugieren que las practi- mersión de las practicantes supon-
legian lo subjetivo e intersubjetivo cantes atribuyan las razones de un dría, para la docente orientadora,
por sobre lo pedagógico y las con- determinado curso de acción a las una instancia de actualización aca-
diciones institucionales en las que directivas o amenazas de un terce- démica mediante la incorporación
acontecen los hechos. Las acciones ro, en lugar de esgrimir argumentos de novedades.
de las orientadoras no comprendi- pedagógicos o intentar contextuali-
das por las practicantes o las profe- zar la situación. En una conversación en el taller,
soras de prácticas son interpretadas en el marco de las devoluciones a
por estas últimas como fantasías de De esta manera, la figura de la des- una estudiante que había realizado
poder, signos de ansiedad, celos acreditación parece limitar las po- una actividad de dramatización, se
profesionales, necesidad de control, sibilidades de formación para las reproduce un comentario de la do-
dificultad de establecer vínculos so- practicantes. Además de las opor- cente orientadora:
ciales sanos, entre otras. tunidades perdidas, la figura de la
docente desacreditada, en general, “…yo creo que a [la maestra] le
En segundo lugar, la desacredita- y las interpretaciones subjetivas y las sirvió la presencia de ustedes.
ción se evidencia en que algunas tácticas evasoras, en particular, trans- (…) quédense tranquilas que
profesoras de práctica instruyen a miten una jerarquía de terrenos, ac- creo que generaron en ella el bi-
las practicantes sobre cómo mane- tores y saberes (Bernstein, 1993). En chito ese de probar algo distinto.
jar las situaciones de disenso con las relación a lo primero, el mensaje re- Cuando yo estaba en sala tenía 97
docentes orientadoras. Las palabras gulativo ubica a la institución forma- compañeras que decían: “no
de Gloria resultan ilustrativas de dora por sobre la institución escolar, [quiero recibir practicantes]” (…).
esta modalidad: “hay maestras con posicionando a esta última en el lu- Por eso siempre me interesó tra-
las que es muy difícil (…) y tenés que gar de la carencia y el no saber. bajar acá, porque yo veía como
ser muy hábil para ocupar el espacio”. que las chicas de acá venían y yo

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Precisamente, la desacreditación aprendía cosas de ellas, me enri-
radica en que promueven que las quecían. Me parece que hay mu-
practicantes sean “hábiles” para evi- La docente aprendiz chas docentes en esa posición,
tar a las orientadoras: (…) sienten como que vos venís a
Esta figura responde exclusiva- sobrecargarlas de trabajo en vez
“…y también les digo a las chicas mente a una mirada atribuida a las de pensarlo como un espacio en
que me echen la culpa, que le di- orientadoras y no asumida por ellas. el que ellas se enriquecen porque
gan que la tuvieron a Martínez Algunas profesoras de práctica las vienen cosas nuevas.” (Observa-
en plástica y que le digan que si ven como un actor que aprende -y ción, Taller de práctica, mayo de
yo llego ahí y las veo haciendo debe aprender- a partir de la situa- 2014).
esto -yo, que soy una bruja- las ción de práctica y las propuestas de
voy a matar. (…) Es importante enseñanza de la practicante: Las palabras de Luisa parecieran in-
no pelear con la maestra, porque dicar cierta satisfacción por la tarea
si peleás con la maestra la pasás “…[Yo quiero maestras] que te bien hecha, como si concibiera que
mal. (…) Así que hay que lograr digan “¡qué bueno que traigas la presencia de las practicantes en
sin caer: jamás hacemos lo que ideas nuevas del profesorado!”. los jardines busca transformar a las
no nos parece que está bien.” (En- Maestras que (…) tienen ganas docentes orientadoras. Desde su
trevista a Gloria, profesora de de aprender y también de ense- perspectiva, si las orientadoras acep-
práctica) ñar. Una vez una maestra me pi- taran las prácticas como una instan-
dió materiales de alfabetización cia de enriquecimiento, entonces no
“…mirá, vos decile así: “la profe- inicial, le gustó porque ella no las percibirían como una sobrecarga
sora me va a venir a observar y en trabajaba nada de eso, entonces del trabajo: de alguna manera, el
general se fija mucho si lo que yo le pidió a la residente si podía esfuerzo se vería compensado por
hago tiene que ver con la planifi- mandar y cuando me vio me dijo: el aprendizaje. Esta figura pone a

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las practicantes en el lugar de llevar que se esperaba, armamos un equipo a la profesora, porque nosotras
consigo propuestas pedagógicas no- de trabajo” (Entrevista a Melina, do- las vemos todo el tiempo y ellas,
vedosas a docentes que no reciben cente orientadora). Melina explica con suerte, las ven un ratito en la
formación permanente (Mattsson, que su vínculo de compañerismo semana…” (Entrevista a Marina,
Eilertsen & Vidar Rorrison, 2011). con la practicante fue posible por el docente orientadora)
alto grado de preparación de la úl-
En términos de formación, la figu- tima. En su diferenciación entre re- Marina asume que su lugar es de re-
ra de la orientadora como aprendiz sidente y compañera, Melina arroja colectar información para transferir-
permite distintas interpretaciones. En luz sobre su concepción de su tarea: la a su par, adoptando así una posi-
principio, parece invertir la lógica de mientras que frente a la residente ción observante. Este lugar asumido
la formación, en tanto serían las orien- su función podría implicar algún por muchas docentes orientadoras
tadoras quienes se harían de nuevos tipo de compromiso formativo o de es también adjudicado por sus pa-
saberes. Si bien aquí no pareciera ha- apuntalamiento, frente a una com- res formadoras:
ber lugar para la transmisión de sabe- pañera su relación es de paridad.
res de tipo experiencia y situados, sí “A mí sí me interesa tener la mi-
pareciera haberlo para los ligados a la Este lugar supone simetría y, en oca- rada de la maestra porque es la
novedad. Igualmente, el lugar del do- siones, cuando esta no se constata, que está todo el tiempo y mu-
cente aprendiz puede abrir la puerta a la dimisión del lugar de la forma- chas veces (…) me alertan sobre
oportunidades de formación horizon- ción: “…formar una docente no es mi algunas cuestiones (…) que a mí
tales, es decir, en los que la práctica rol… yo la ayudé (…) pero bueno, la después me interesa trabajar con
sea un tiempo y un espacio de apren- responsabilidad con respecto a su for- las chicas… Este año pasó que
dizaje tanto para la orientadora como mación no me corresponde a mí sino una maestra me dijo: “mirá, solo
para la practicante, siempre y cuando a su profe de prácticas” (Entrevista a prepara los materiales los días
este lugar no esté acompañado ni te- Laura, docente orientadora). Podría- que vos vas a venir, los demás
ñido de cierta desvalorización o desa- mos alegar que existe una relación días no”. Bueno, ese tipo de infor-
creditación. Así, respecto del mensaje entre la expectativa de conformar mación para mí es relevante…”
regulativo, la jerarquía de terrenos, un vínculo de compañerismo y (Entrevista a Mariela, profesora
actores y saberes podría ubicar a las simetría con las practicantes y el de práctica)
98 orientadoras en una posición de pa- desentendimiento de su formación
ridad respecto de las practicantes lo cuando no hay paridad efectiva, es Asimismo, algunas profesoras de
que, si bien dificulta la transmisión decir, cuando se detecta que toda- práctica esperan que las orientado-
de saberes de tipo experiencial -que vía son docentes en formación. En ras informen a las practicantes so-
suponen cierta asimetría entre el ex- estos casos, Laura no se reconoce bre los niños y el grupo. En sus talle-
perto y el aprendiz- pueden abrir ca- como quien debe proveerla y relega res Gloria repite con frecuencia: “la
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mino o la circulación de otro tipo de la tarea en su par formadora. maestra sabe y para nosotros es fuen-
saberes, específicamente los ligados te de información (…). Hablen con la
a la actualización pedagógica y aca- maestra, ella conoce a los niños mejor
démica. que nosotras” (Observación, Taller de
La docente informante práctica, mayo de 2015). Esta es una
percepción extendida que se funda,
Las docentes orientadoras presen- sobre todo, en la brevedad de la in-
La docente compañera cian la totalidad de las actividades mersión de la práctica, que conlleva
e interacciones cotidianas duran- recurrir a las orientadoras para obte-
La figura del compañerismo alude te el tiempo de inmersión de las ner información que permite ajustar
al posicionamiento de las docentes practicantes. Esto las pone en una las propuestas de enseñanza al gru-
orientadoras como compañeras de posición propicia para convertirse po específico. Esto es consistente
las practicantes y a la expectativa en fuente de información para las con la categorización que presen-
de las profesoras de práctica de profesoras de práctica sobre el des- tan Clarkeet al. (2014) en su revisión
que se constituyan en parejas pe- empeño de las practicantes. Así lo de literatura sobre las funciones los
dagógicas de las primeras. Así, para expresa Marina: docentes orientadores. Según sus
algunas orientadoras, la práctica se hallazgos, los profesores de práctica
constituye en una instancia de tra- “Yo veo que (…) [las practicantes] suelen esperar que sus pares den un
bajo colaborativo sin intencionali- preparan todo para el momento orden al caos percibido por los prac-
dad formativa ni distinciones entre que viene la profesora a observar. ticantes proveyendo información
experta y novata: “…la [practicante] (…) Y es como en el momento relevante sobre el contexto.
que me tocó a mí (…) fue más una [de la observación] la residente
compañera que una residente porque hace ¡guau! (…) Yo esas cosas En términos formativos, Las orienta-
realmente estaba bien al nivel de lo siento que se las tengo que decir doras informantes desaprovechan,

Propuesta Educativa, Año 27, Nro. 49, págs. 94 a 103, Junio de 2018
Los docentes orientadores en el practicum: límites y posibilidades para su participación como formadores

en cierta medida, las posibilidades binarios: bien y mal, facilitador y ob- La docente formadora
formativas propias del lugar que turador, ejemplo y contraejemplo.
ocupan. En este sentido, se limitan El “mal” modelo es el que orienta En contadas ocasiones, las docentes
a apuntalar y jerarquizar de las do- la formación en una dirección con- orientadoras se ubican en un lugar
centes de práctica, y se posicionan traria a la que ella como profesora -o les es adjudicado uno- nítida-
en un lugar de vigilancia más que de de práctica prefiere. A partir de los mente formador:
enseñanza. Esto último no pareciera fragmentos podemos argumentar
favorecer que las practicantes cons- que el supuesto que subyace a estas “…yo soy una maestra vieja ya,
truyan un vínculo pedagógico con oposiciones tajantes es la existencia entonces lo mío es ayudarlas
ellas, en tanto se sienten vigiladas de un modelo ideal de ser docente. en todo lo que se puede (…) In-
antes que acompañadas, guiadas Tal como alertan Lunenberg, Kor- clusive, [a una practicante] yo
y orientadas. Esto se potencia en thagen & Swennen (2007), muchas le marqué cosas en forma per-
tanto las docentes orientadoras no veces los formadores se constituyen sonal diciéndole “mirá, a mí me
cuenten con una posición formali- en modelos aunque no sea esta su parece que…”. Cuando vi que
zada ni un salario asociado a su po- intención. (…) [la practicante] no llegaba
sición en las prácticas. La salida de la a resolver, no llegaba a poner…
figura de la informante no solo de- En términos de formación, la adju- (…) [Entonces] le dije un montón
pende de la voluntad individual de dicación del lugar de antimodelo a de veces “despreocupate porque
las formadoras, sino también de la docentes en ejercicio que poseen no es mi idea aplazarte, si es por
institucionalización del papel de las una acreditación para realizar su eso, tenés la práctica aprobada.
orientadoras y el emparejamiento tarea supone, en términos regulati- Ahora, si esto te suma nervios,
de sus funciones con las profesoras vos, una fuerte desvalorización del dejalo de lado. Vamos para ade-
de práctica. oficio docente y del saber que le es lante a trabajar y a aprender…”.”
propio. Pero además, el problema (Entrevista a Malena, docente
radica en la naturaleza propia de lo orientadora)
modélico. Cuando existe un modelo
La docente modelo ideal -libre de defecto- o un anti- Malena se percibe como una “maes-
modelo se desvanece su potencial tra vieja”, lo que podemos interpretar
La figura de la docente modelo, formador: en lugar de inspirar y es- como una referencia a su experiencia 99
habitualmente adjudicada pero no timular la imaginación y la creación, docente y a la idea de que la expe-
asumida, suele poseer connotacio- los modelos impolutos y los antimo- riencia trae aparejada cierta respon-
nes tanto positivas como negativas delos promueven, por la positiva o sabilidad de formar a otros. Malena
para las profesoras de práctica: por la negativa, la imitación y la re- manifiesta su intento por desplazar
petición (Alliaud, 2009). de la escena las cuestiones ligadas

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“Es así, las chicas aprenden para a la acreditación para dar lugar a si-
bien y para mal de ellas (…). Vos El contraste nos remite a la diferen- tuaciones del orden de la formación.
leés registros de las alumnas, [y ciación realizada por Alliaud (2009) Del otro lado, algunas profesoras
encontrás] cosas que a veces no entre la “maestra modelo” y el “mo- de práctica, como Silvina, adjudican
las podés creer. (…) Por ejemplo, delo de maestra”. Mientras en la este lugar a las orientadoras:
una maestría que decía “no, yo primera expresión el modelo tiene
a ese nene lo llamo zanahoria”. como finalidad “copiar o imitar a al- “…yo lo que les sugiero a las
Estas cuestiones que van dejan- guien para llegar a o convertirse en maestras que estén estampilla-
do como huellas en contra de lo que ese otro hace o es (modelo das contra la pared y que hagan
las huellas que uno quiere dejar.” perfecto, acabado) (…) [en la segun- como que no están, en lo que
(Entrevista a Romina, profesora da] la intención [es] utilizar aquello ellas consideren que tienen que
de práctica) que otros producen o produjeron intervenir porque va a propiciar
para solucionar un problema que o va a enriquecer la propuesta,
“[La maestra] es realmente el mo- se presenta” (72). En este sentido, en que lo hagan; en la medida en
delo de lo que la practicante de- la formación docente los modelos que ven que pueden retirarse
sea alcanzar, de lo que no desea no son solamente inevitables, sino porque no es necesario (…) que
alcanzar (…). Pero es facilitador que también pueden ser deseables lo hagan también. (…) [Yo las]
u obturador, es inevitable ese en tanto los dichos y acciones de necesito desde el lugar de que
modelo.” (Entrevista a Mariela, otros más experimentados pueden acompañen a las chicas en lo co-
profesora de práctica) ofrecer soluciones que ayuden a en- tidiano, porque yo no estoy todo
frentar los problemas que la propia el tiempo con las chicas, que sí se
En los relatos de las profesoras, el práctica presenta. acerquen y les marquen cosas…”
modelo de las docentes orientado- (Entrevista a Silvina, profesora
ras aparece adjetivado en términos de práctica)

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La concepción de Silvina alude a la que van desde la desacreditación Las figuras anteriores no son neu-
dimensión formativa de las orienta- hasta la formación. En el terreno, tras en términos de formación. Por
doras: define el papel de la docente estas figuras no son mutualmente un lado, ofrecen oportunidades
orientadora en clave de interven- excluyentes ni, probablemente, ex- diferenciales de preparación a las
ción y reconoce el criterio de las haustivas en su totalidad. Por un lado, practicantes. Si bien no podemos
formadoras para decidir cuándo no solo una docente orientadora puede clasificarlas en términos de grados o
intervenir. Aquí, el papel formativo asumir más de un posicionamiento intensidades de participación, cada
de las docentes orientadoras no se -por ejemplo, según la profesora de una de ellas favorece distintos tipos
solaparía con el de la profesora de práctica con la que se encuentre tra- y oportunidades de formación para
práctica, sino que sería complemen- bajando podría posicionarse como las practicantes. Así, quienes se en-
tario, por su cercanía a la práctica desacreditada y como formadora-. cuentran con una docente que ocu-
cotidiana y a la observación diaria Por otro, existen numerosas ocasio- pa un papel formador poseen más
del proceso de las practicantes. nes en que las figuras asumidas y oportunidades de aprendizaje que
adjudicadas no coinciden: las condi- quienes se insertan en el aula de
El lugar de la docente formadora es ciones que estructuran el trabajo do- una docente desacreditada. Mien-
el que parece más prometedor para cente en las prácticas inciden sobre tras tanto, quienes se insertan en
potenciar el carácter formador de este punto. Asimismo, su carácter salones de clase de docentes com-
las prácticas. Por un lado, permite no exhaustivo se corresponde con pañeras o modelos acceden a otro
aprovechar el saber de la experien- la naturaleza del estudio empírico: tipo y cantidad de oportunidades
cia de las orientadoras, el lugar pri- a pesar de que el estudio de caso no formativas. En cualquier caso, cree-
vilegiado de las instituciones edu- permite extrapolar los resultados al mos que un escenario en el que la
cativas para visibilizar los saberes conjunto del universo, su aporte se formación en las prácticas suceda
situados que allí circulan y pluraliza encuentra en que permite trabajar en plural -esto es, esté a cargo de
los actores formadores en las prác- sobre una serie de situaciones a nivel más de una formadora- es benefi-
ticas. Si las formadoras son dos, las micro, meso y macro. cioso para la formación.
practicantes duplican sus oportuni-
dades de aprendizaje. En términos En líneas generales, puede decirse De alguna manera, la pluralidad
regulativos, esta figura enaltece el que las prácticas examinadas las do- podría contrarrestar el mensaje re-
100 oficio de enseñar, al posicionar a centes orientadoras cuentan con un gulativo que parece predominar en
quienes ejercen el oficio de ense- -parcial- reconocimiento simbólico el trayecto de prácticas estudiado.
ñar y a las instituciones educativas para su accionar (emplazado en la Por caso, la figura de la docente des-
como terrenos valiosos en los que normativa) no cuentan con el reco- acreditada, en general, y las inter-
existen saberes y actores de quienes nocimiento material. La ausencia de pretaciones subjetivas y las tácticas
se puede -y vale la pena- aprender. reconocimiento laboral contribuye evasoras, en particular, transmiten
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a erosionar el reconocimiento sim- una jerarquía de terrenos que ubica


bólico, asumido y adjudicado, de su al profesorado sobre la institución
posición. Esta carencia encubre el escolar, una de actores que pone a
Las formadoras de prácticas: ha- accionar de las orientadoras, inclu- las profesoras de práctica sobre las
cia una formación en plural so cuando estas se involucran como orientadoras. Esta visión reduce y
formadoras de nuevas docentes. hasta humilla al propio oficio do-
Tal como la pedagogía ha mostrado cente. Al hacerlo las practicantes
una y otra vez, las concepciones que Así, las figuras no se desprenden como nuevas miembros de la co-
los educadores tienen sobre su pro- solo de la intencionalidad, deseo o munidad son invitadas a descalificar
pio trabajo y el de sus pares orien- vocación de los actores, sino que se al mismo oficio para el que se están
tan el abordaje de su tarea. El bajo encuadran en un contexto curricular formando y que en las instituciones
grado de institucionalización y reco- e institucional que no es favorecedor. formadores se busca, al menos de-
nocimiento profesional de las orien- Es probable que los avances en ma- clarativamente, jerarquizar. Dicho
tadoras favorece la emergencia de teria curricular y normativa favorez- mensaje regulativo supone una
un caleidoscopio de figuras, que can su progresiva visibilización. Sin manera unívoca de ejercer el oficio
son producto de tradiciones histó- embargo, debe tenerse en cuenta docente, que podría conmoverse
ricas, vínculos personales, vínculos que esta construcción se apoya so- desde una formación plural en tér-
interinstitucionales, posicionamien- bre tradiciones cuya deconstrucción minos de figuras formadoras. El ar-
tos personales, entre otros factores. es un trabajo que excede a la sanción tículo invita a pensar las prácticas
de nuevas normativas y documen- en términos triádicos a los fines de
Los posicionamientos de las orienta- tos curriculares, sino que implica la colaborar con la renovación de la
doras derivan de un juego de posi- transformación de los esquemas de conceptualización que prevalece en
cionamientos asumidos y atribuidos percepción y de los saberes de todos muchas instituciones formadoras.
y cubren un gran abanico de papeles los actores de la tríada.

Propuesta Educativa, Año 27, Nro. 49, págs. 94 a 103, Junio de 2018
Los docentes orientadores en el practicum: límites y posibilidades para su participación como formadores

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Jennifer Guevara

Notas
1 No obstante, las prácticas son cada vez más experiencias que exceden el acto de dar clases y se orientan a la formación en
otros aspectos de la tarea docente, tales como: el vínculo con los padres, el involucramiento con la comunidad de referencia
y las tutorías individuales. Un relevamiento de dichas actividades en distintos programas de formación puede leerse en Gue-
vara & Zacarias (2016).

2 Sin embargo, en la mayoría de las jurisdicciones, los docentes orientadores no poseen un cargo remunerado para desempe-
ñar su tarea ni un reconocimiento formal.

3 Para el autor, cada mensaje instruccional tiene su contraparte regulativa que supone la reproducción de un determinado
orden social.

4 Este artículo es parte de la tesis doctoral ¿Cómo se enseña a ser docente de educación inicial? Un estudio de caso sobre la
transmisión del oficio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, realizada en la Universidad de San Andrés, dirigida por Andrea
Alliaud y codirigida por Ángela Aisenstein.

5 Nos referiremos con el género femenino a las formadoras de las prácticas por ser mayoría en la institución estudiada.

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Los docentes orientadores en el practicum: límites y posibilidades para su participación como formadores

Resumen Abstract

El artículo identifica los distintos papeles que asumi- This article aims to describe different roles played by
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dos y adjudicados a las docentes orientadoras en el mentors in the training of pre-service teachers and
trayecto de prácticas durante la formación inicial do- identify their formative potential. These roles can either
cente (FID) y explora el potencial formativo de cada be defined by the mentors’ own perceptions of themsel-
uno de ellos. Enmarcados en la literatura anglosajona ves, or awarded to them by the supervisors. To identify

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que caracteriza a la “tríada de las prácticas” como el these roles, the article picks up on previous literature
epicentro del practicum en la FID, llevamos adelante and then focuses on a case study, namely, a teacher
un estudio de caso en un Instituto de Formación Do- training institution in the city of Buenos Aires. Through
cente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Me- unstructured interviews with the actors of the ‘practi-
diante entrevistas no estructuradas y observaciones cum triad’ (trainers, mentors, and trainee teachers),
participantes, el estudio presenta un caleidoscopio participant observation and informal conversations
de seis figuras —docente desacreditada, docente with institutional actors, this research paper offers
aprendiz, docente compañera, docente informante, insights to the roles mentors play as well as how the-
docente modelo y docente formadora— a partir de se influence the development of beginning teachers.
las que se configura un abanico de oportunidades
y obstáculos para de formación para las practican-
tes. El trabajo sugiere que un escenario en el que la
formación en las prácticas suceda en plural, esto es,
esté a cargo de más de una formadora, es beneficio-
so para la formación.

Palabras clave Keywords

Tríada de las prácticas – Formación inicial docente Practicum triad – Initial teacher education – Practicum
– Practicum – Educación inicial – Docentes orienta- – Early childhood education – Cooperating teachers
dores

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