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Discurso. Según el ámbito profesional.

Oratoria Social.

Buenas tardes a todos los presentes, tengo el gran


honor de dirigirme a ustedes en el día de hoy, y
poder compartir estas palabras.
La Guajira es un departamento de ensueño,
encabeza el mapa bañada por las agua del Caribe.
Es el paisaje exótico y paradisíaco para muchos
nativos y extranjeros.
La Guajira bravía, de majestuosos desiertos y dunas.
Es donde habita un pueblo valiente y luchador.
Quisiera decir que la Guajira es un departamento
que goza del cumplimiento de los derechos de sus
habitantes. Pero no. Realmente La Guajira es un
departamento abandonado por el gobierno nacional.
Un departamento querido según los intereses de las
élites de Colombia y del mundo.
La Guajira tiene riquezas: la minería energética, la
sal de Manaure, y el gran carbonífero del Cerrejón, y
más. Que los extranjeros viene a explotar. Los
megaproyectos se desarrollan sin consentimiento de
los habitantes a base de promesas baratas, así
vulnerando extremadamente los derechos de las
comunidades indígenas y no indígenas habitantes.
y a pesar de los grandes proyectos que se ha
desarrollado a nombre del departamento, es uno de
los rincones de Colombia en donde sus habitantes
aún mueren de hambre y sed. La Guajira olvidada
por el estado y apropiada por las multinacionales.
Así es, La Guajira la abandonan con sus
problemáticas sociales, y todos quieren con ella
cuando hay beneficios de por medio. Como dice una
música vallenata que canta sobre nuestros
infortunios “ viene un heredero a reclamarla porque
tiene plata, porque ahora sí vale”.
Todos estamos estupefactos ante tanta corrupción
¿Cierto?
La corrupción es uno de los principales males que
impide el desarrollo de los pueblos. Cierto que no
nos hemos quedado de “brazos cruzados”, nos
hemos manifestado de todas las maneras y así
seguiremos, manifestando nuestras
inconformidades, manifestándonos por defender
nuestros derechos. Sin embargo, así seguimos,
porque los que nos gobiernan siguen conservándo
sus poderes y privilegios sin importar la miseria en la
que nos sumerge. La corrupción está metida en
todos los sistemas. Líderes de todos los niveles lo
practican.
Aún así, tengo la plena confianza que algún día, La
Guajira, mi Guajira, resurgirá. Estará de pie cuando
los líderes no velen sobre sus propios intereses.
Tengo esperanza de que nuestras voces serán
escuchadas ante la injusticia, la opresión, la
marginalidad, y la exclusión social.
Yo los invito a que empecemos desde ahora. A que
comencemos a reinventar nuestra historia. Que
comencemos por cerrar las brechas sociales y
propiciar condiciones de inclusión social. Con la
práctica de buenos valores, desde el núcleo familiar
se forma las bases, todos debemos ser partícipes.
Que sigamos exigiendo el cumplimiento de nuestros
derechos.
Algún día los descendientes de nuestra generación
se les reconocerá sus derechos. Algún día seremos
tan libres y gozaremos de justicia. Espero que se
tomen un momento para pensar sobre esto y
tengamos en cuenta que es posible. Nosotros
podemos situar a nuestro departamento en un
rumbo que lo oriente hacia una mayor inclusión, una
prosperidad más constante, más justicia, más
dignidad, y más libertad.

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