Está en la página 1de 11

AUTOS: “GARCIA SALDIAS, PABLO ANGEL Y OTROS S/ INFRACCION LEY

23.737” FGR 5870/2020.

OBJETO: SOLICITA LEVANTAMIENTO DE FERIA. LEVANTAMIENTO DE PRISION


PREVENTIVA.

Sr. Juez:

CRISTIAN CALFUQUEO, abogado, MPF127.296, con el carácter


y domicilios constituidos en autos, y con el patrocinio letrado
del abogado ESTEBAN SAMPAYO, MPF127.354, me presento ante VE y
respetuosamente digo
I- OBJETO
Que vengo a solicitar dicte la excarcelación y
levantamiento de la prisión preventiva que mi defendido viene
sufriendo desde 3 de diciembre de 2020, todo por las cuestiones de
hecho y derecho que expondré.
II- LEVANTAMIENTO DE FERIA
Teniendo en cuenta que se trata de un pedido de
excarcelación de una persona que se encuentra actualmente
detenida, es que solicito se proceda con el levantamiento de feria
para su tratamiento.
III- RESOLUCION
A fs. 1413 el juez de instrucción dispuso la Prisión
Preventiva de los imputados en esta causa, incluyendo de mi
defendido GUSTAVO SAMUEL ORTEGA.
Los argumentos que fundaron su decisión son básicamente
dos:
1) La pena en expectativa que impide la ejecución de
condena condicional
2) El posible entorpecimiento de la investigación,
teniendo en cuenta que a la fecha del dictado del auto
de procesamiento aun restaban medidas de prueba para
diligenciar

IV- FUNDAMENTOS
Mi petición está fundada en lo establecido por los arts.
18 y 75 inc. 22 de nuestra Constitución Nacional; arts. 7 y 8.2 de
la Convención Interamericana de Derechos Humanos, arts. 10 y 14.2
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y arts. 2,
280, 316, 318, 380 y ss. Del Código Procesal Penal de la Nación.
2.1 Debe entenderse que en un Estado de derecho, rige el
principio de inocencia a todos los ciudadanos, primando siempre el
derecho fundamental de la libertad, como presupuesto básico para
el ejercicio de el resto de sus derechos. El Estado no puede
restringir este derecho al punto de encerrarlo en prisión, sin
pasar por el debido proceso previsto en el art. 18 de la Carta
Magna. Cualquier medida de coerción que se dicte debe ser
excepcional, basada en riesgos netamente procesales, y únicamente
por el tiempo que esos riesgos subsistan.
2.1.1 El precedente “Lopez Alvarez”, pronunciado por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, en fecha 1 de febrero de
2006, en el que sintetizó el estrecho ámbito de validez que posee
la privación de libertado cautelar así como los estándares
necesarios para fundar este tipo de encarcelamiento.
2.1.2 En dicha oportunidad dijo la CIDH: “La prisión
preventiva esta limitada por los principios de legalidad,
presunción de inocencia, necesidad y proporcionalidad,
indispensables en una sociedad democrática (…) Constituye la
medida mas severa que se puede imponer al imputado, y por ello
debe aplicarse excepcionalmente (…) La regla debe ser la libertad
del imputado mientras se resuelve la responsabilidad penal”
2.2.1 Con el alcance del precedente “Fontevecchia” debe
VE tener en cuenta al resolver el presente, el Informe 35/07 de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el que, recogiendo
y sistematizando los principios emanados de la CIDH, se fijaron
los estándares que deben verificarse a los fines de fundar el
encarcelamiento preventivo. Estos son: merito sustantivo, fin
procesal, excepcionalidad, provisionalidad, proporcionalidad y
plazo razonable.
Todos y cada uno de los presupuestos mencionados deben
verificarse estratificadamente, ya que la ausencia del primero de
ellos en el orden mencionado torna innecesario el análisis de los
restantes, y deviene en ilegítima la decisión que imponga una
medida de coerción como la prisión preventiva.
Voy a proceder con un análisis ordenado del cumplimiento
de los requisitos fijados para mantener la imposición de prisión
por la Constitución Nacional y los Tratados de Derechos Humanos
incorporados a ella en las condiciones de su vigencia. VE podrá
observar que la única decisión ajustada a derecho es la del
levantamiento de la medida de coerción que en este momento pesa
sobre mi defendido.
2.3 ANALISIS
2.3.1 MERITO SUSTANTIVO.
Debe entenderse que este es el primer requisito, pero
nunca es fundamento de encarcelamiento preventivo.
Por supuesto que para poder siquiera pensar en imponer
una medida de coerción, es necesario que existan ciertos elementos
serios que vinculen al imputado con el ilícito que se investiga.
Al respecto, autorizada doctrina ha dicho: “Si no se
determina que existe una probabilidad de participación personal
del imputado en un acto delictivo, la medida de coerción personal
pierde todo sustento -y la misma persecución penal-. En
consecuencia, para poder privar anticipadamente de la libertad al
imputado, el órgano acusador estatal debe contar con elementos de
prueba que indiquen una gran probabilidad de que el imputado haya
participado en la comisión del hecho punible” (Bigliani, Paola,
Bovino, Alberto, Encarcelamiento Preventivo y estándares del
Sistema Interamericano, Ed. Defensoría General de la Nación)
Ahora bien, este mérito sustantivo de ninguna manera
puede considerarse un fundamento a la hora de la imposición de la
medida. Es solo el primero de varios requisitos con los que el
Estado debe contar para que la medida no carezca de legitimidad.
El mérito sustantivo autoriza al Estado a sujetar al ciudadano
libre e inocente a un proceso penal, pero nunca a encerrarlo.
Por imperativo constitucional no puede equipararse el
procesamiento penal a la imposición de una prisión preventiva.
Ello es consecuencia del carácter excepcional y restrictivo del
encarcelamiento preventivo.
En opinión de Maier: “De la Naturaleza Excepcional del
encarcelamiento preventivo emerge que no puede ser regulado como
obligatorio…” (Maier, Julio; Derecho Procesal Penal, Tomo I,
Fundamentos, Editores del Puerto)
Concluimos entonces que la vinculación es condición
Necesaria pero no Suficiente para legitimar la medida.
2.3.1.1 El rol que se le imputa a mi defendido en la
organización criminal es por lo menos confusa. Llama la atención
la seguridad con la que se identifican en todo momento a mi
defendido Gustavo “El Gordo” Ortega, con un Sr. Colibrí.
En este punto debemos señalar dos cosas:
1) No hay un solo rincón del expediente que haga
referencia a una actividad concreta y presencial de este Sr.
Colibri. Solo existen referencias, y no pocas, de supuesta
colaboración que prestaría a los otros imputados con algunas
tareas de la organización criminal. Pero en concreto, de la
información recabada hasta el momento, solo se cuenta con dichos
como “hable con el colibrí”, “de esto se ocupa el colibrí”, “el
colibrí me dijo”, “el colibrí esta de licencia”, “el colibrí esta
en el turno noche” etc, y siempre de los oficiales de policía de
por medio.
Ahora bien, de las casi tres mil fojas con las que cuenta
este expediente, no se encuentra presencia física del Sr. Colibri
ni una sola vez. Es como si fuera en realidad un personaje
ficticio, creado a los solos fines de cobrar un “sueldo” extra por
las tareas policiales dentro de la organización.
2) No hay un solo rincón del expediente que haga una
referencia a la identidad de este Sr. Colibri, pero las
autoridades públicas, sin pruebas pero tampoco dudas, han forzado
esta figura en la persona de mi defendido Gustavo Ortega.
Esto es mas que interesante, pues reitero que Ortega
lleva ocho meses privado de su libertad por esta causa, y es
imposible que sin haber constatado de forma concreta la existencia
física de este Sr. Colibri, se haya tomado con un mínimo de
seriedad, una decisión de este calibre.
Voy a hacer una breve enumeración de las referencias que
el juez de instrucción hizo de mi defendido (Lo subrayado es el
dialogo:
1) Fs. 1399 vta. 4to párrafo. “Auto de procesamiento.
Nombra a Gustavo Samuel Ortega (a) “Colibri””. No hay referencia
de vinculación entre Ortega y el “Colibri”. Dogmáticamente se le
atribuye ese apodo.
2) Fs.1401 Vta. 2do párrafo: “También eran asiduos
los mensajes solicitando información a Ortega. -(a.) ‘colibrí’-.
En este sentido la siguiente secuencia lo gráfica: Asef: “Tengo
el, el Voyage blanco ORZ de la Segunda en Avenida y la calle de la
oficina, y tengo frente a la oficina el Clío gris con dos polis
adentro, qué onda Taka? Nos va a reventar la Segunda no?” Muñoz:“A
ver”–“Ya te aviso”–“Le estoy escribiendo a taka mediano”
Asef:“Ok” –“ Graciasssss” Muñoz: “Awanta” –“Esta de licencia
‘colibrí’ pero el ‘soldier’ igual le tiro la línea” Asef:
“Ok” Muñoz: “Pero no pueden entrar porque ya son más de la 19 hs.”
En otro pasaje obtenido, García Saldías envía mensajes a Asef que
él había recibido de Ortega, para describirle una situación
vinculada a una persona detenida. Los primeros tres
corresponden a los reenviados de García a Asef: “El Cañete
está demorado - Si es por un celular dicen – No nombra la ofi -
Esto me envía el colibrí”. El último de ellos es escrito por
García, poniendo en conocimiento de la información proporcionada
por Ortega. Y, recabando más información de terceras personas,
Asef lo consulta a García Saldías en un audio si él u Ortega
estaban enterados de una denuncia radicada en su contra ante la
Comisaria Segunda: “Soldier buen día mi viejo, como estamos, vos
sabes que me llegó una información no sé si será fidedigna, de
un, de un soplón, viste el flaquito ese que me mandaste vos, yo
el otro día lo enganche justo en la oficina, no le pegué mucho, no
le quise pegar mucho porque era viernes y estamos vendiendo bien
en la oficina pero le dije que adonde lo agarre lo voy a partir,
donde lo agarren mis compañeros lo iban a terminar de partir,
creo, me llegó la info que mandó a la mujer o él no sé cómo
mierda, a hacer la denuncia a la Segunda o no sé adónde. Te
podés interiorizar de eso por favor si existió, para mí no sé,
porque capaz el Soldier, el Colibrí ya se habría enterado, te
encargo Viejo”.
Dato de importancia: los SUBOFICIALES COMO MI DEFENDIDO,
no pueden ingresar al sistema de denuncias. Eso es una función que
esta únicamente reservada a los usuarios con clave, habilitados a
los OFICIALES, incluso para hacer consultas. De esto se deduce que
es imposible que mi defendido haya tenido la participación que se
le intenta imputar.
3) Fs. 1404 vta.: “Asef sobre el pago a García
Saldías ‘Soldier’ y a Ortega‘Colibrí’:“...ahí ya le pagué al
Soldier y al Colibrí, son 5 más 4 dale? Lo demás todo tranca”;
“...ayer había que pagarle al Soldier 11 Lucas, viste,
nosotros no sé cómo fue que sacamos la cuenta con el
Mariano, le pagamos 9, yo puse las 6 que vos me diste, y el
Marianito puso las 3 de él”.
Fs. 1405. 2do párrafo: “Y en otras oportunidades
acordando los momentos de pago a los agentes. En este caso un
archivo de audio donde se reconoce la voz del ciudadano O. Asef,
diciéndola al ‘Fecka’ cuando es el día de pago para el Soldier
(García Saldias) y el Colibrí (Ortega):“Tripa mi rey, eh, hay que
pagarle al Soldier hoy y al Colibrí, eh, te animas a pagarle vos
tipo 12, o voy yo tipo, va tipo 11 o voy yo más tarde? Va, yo voy
tipo 12, 12 y algo. Avísame así le escribo al Soldier”.
Pues bien, esa es la actividad probatoria destinada a la
vinculación de mi cliente en esta causa. Por alguna razón que esta
defensa aun no se entera, se le atribuye a Samuel Ortega el apodo
de “Colibri”, personaje que no tiene existencia física, o por lo
menos no estaría probada, pero del que todos hablan en esta
supuesta organización criminal.
El MERITO SUSTANTIVO que venimos a analizar en el
presente punto, parece ser mucho más que precario.

2.3.2 FIN PROCESAL.


Como consta en autos y fuera invocado en el punto II, los
fundamentos en los que el juez de instrucción respaldó la decisión
de imponer la medida de coerción mas gravosa posible a mi
defendido, son 1) la pena en expectativa y 2) la producción de
medidas de prueba en la instrucción que se pudieran entorpecer.
Siguiendo con el análisis de los requisitos de la
acordada 35/07 de la Comision Interamericana de Derechos Humanos,
el segundo de ellos, correspondiente al Fin Procesal, no se
encuentra actualmente satisfecho, obligando al Estado a cesar con
la restricción a la libertad ambulatoria que fuera impuesta.
2.3.2.1 La detención cautelar no puede cimentarse en los
criterios sustanciales, como la gravedad del delito ni la pena en
expectativa, ya que esto constituye un adelanto de condena, y
atropellaría claramente dos garantías constitucionales
fundamentales: el principio de inocencia y la garantía de
jurisdiccionalidad.
El imputado, como todo ciudadano, es inocente de todo
delito, hasta que una sentencia resuelva lo contrario.
Solo una sentencia condenatoria dictada por un juez
competente, luego de atravesado un proceso regular sirve como
titulo válido para determinar la responsabilidad penal de un
ciudadano, y proceder con la imposición de una pena.
Para fundar la imposición de la prisión preventiva es
evidente que no puede tomarse en cuenta la gravedad del supuesto
delito que está siendo investigado, ni tampoco los medios
comisivos presuntamente utilizados.
Tal lo dispuesto por la Comision IDH en el párrafo 114
del informe 35/07: “En cuanto a este tipo de relación, en ningún
caso la ley podrá disponer que algún tipo de delito quede excluido
del régimen establecido para el cese de la prisión preventiva o
que determinados delitos reciban un tratamiento distinto respecto
de otros en materia de libertad durante el proceso, sin base en
criterios objetivos y legítimos de discriminación, por la sola
circunstancia de responder a estándares como “alarma social”,
“repercusión social” “peligrosidad” o algún otro. Esos juicios se
fundamentan en criterios materiales, desvirtúan la naturaleza
cautelar de la prisión preventiva al convertirla en una verdadera
pena anticipada, pues el predicamento de que todos los culpables
reciban pena presupone, precisamente, la previa declaración de
culpabilidad” (Citado por Bigliani, Paola; Bovino, Alberto;
Encarcelamiento Preventivo y Estándares del Sistema
Interamericano, Ed. Defensoría General de la Nación-enfasis
Agregado)
Es muy clara la enseñanza del Prof. Maier entre la pena y
la prisión preventiva solo pueden diferenciarse teniendo en miras
los fines que persiguen los institutos, y dice expresamente: “… la
fuerza pública se puede utilizar durante el proceso (…) para
asegurar sus propios fines. En el derecho procesal penal, como
tantas veces se ha dicho, esos fines son expresados sintéticamente
mediante recurso a las formulas: correcta averiguación de la
verdad, y actuación penal.” (Maier, Julio; Derecho Procesal Penal,
Tomo I, Fundamentos, Editores Del Puerto – énfasis agregado).
Estos principios fueron acogidos por la Cámara de
Casación Penal en el Plenario N°13 in re “Díaz Bessone”. Alli se
resolvió como doctrina plenaria: “…no basta en materia de
excarcelación o eximición de prisión para su denegación la
imposibilidad de futura condena de ejecución condicional, o que
pudiere corresponderle al imputado una pena privativa de la
libertad superior a los ocho años (arts. 316 y 317 CPPN), sino que
deben valorarse en forma conjunta con otros parámetros tales como
los establecidos en el art. 319 del ordenamiento ritual a los
fines de determinar la existencia de riesgo procesal.”
Debe ponderarse que en el plenario citado se discutía la
posibilidad de que un acusado de cometer delitos de lesa humanidad
acceda al derecho excarcelatorio. Es irrebatible que no existe
delito mas grave que el que allí se imputaba, sin embargo la CNCP
manifestó que la sola circunstancia de una elevada amenaza de pena
no era suficiente para mantener una medida de coerción, y menos la
prisión preventiva.
Es por todo lo expuesto hasta aquí, que debe descartarse
el primero de los fundamentos por los que fuera impuesta la medida
que venimos a solicitar se levante.
2.3.2.1 De igual manera vengo a señalar que el riesgo
procesal no se presume y debe ser argüido y acreditado por el
titular de la potentia puniendi del Estado.
No es posible presumir el riesgo procesal, ya que esto
llevaría a la aberrante consecuencia de que en determinados casos
se encarcelaría preventivamente, aun cuando, como sucede en este
caso, no exista un peligro procesal concreto.
También Bigliani y Bovino se expresan decididamente en
este sentido al afirmar: “La existencia de peligro procesal es
importante destacarlo, no se presume. En este punto es importante
destacar que sea qye se trate de una presunción iure et de ire,
como de una presunción iuris tantum, en ambos casos se establece
una presunción ilegitima y contrarias al principio de inocencia.
Ello pues la presunción iuris tantum se produce una inversión de
la carga de la prueba en perjuicio del imputado absolutamente
invalida” (Citado por Bigliani, Paola; Bovino, Alberto;
Encarcelamiento Preventivo y Estándares del Sistema
Interamericano, Ed. Defensoría General de la Nación-enfasis
Agregado)
Los mismos autores señalan: “Solo la verificación de la
presencia de alguno de estos dos peligros (que el imputado intente
eludir el accionar de la justicia o que intente obstaculizar la
investigación judicial), autoriza la imposición del
encarcelamiento preventivo. Ningún otro fundamento puede legitimar
tal medida” (Citado por Bigliani, Paola; Bovino, Alberto;
Encarcelamiento Preventivo y Estándares del Sistema
Interamericano, Ed. Defensoría General de la Nación)
La Comision IDH, en el párrafo 85 del referido informe
35/07 expresó: “… el riesgo procesal de fuga o de entorpecimiento
de la investigación debe estar fundado en circunstancias
objetivas. La mera alegación sin consideración al caso concreto no
satisface este requisito” (Énfasis agregado)
2.3.2.2 En esta causa, a Fs. 1413 Vta. Y ss. El juez de
instrucción menciona como riesgo procesal el entorpecimiento de la
investigación, argumentando que “todos los resultados que fueron
obtenidos a partir de la extracción y análisis de la información
almacenada en el teléfono celular de Omar Asef, secuestrado por la
justicia local en el Caso N° 1564573/2021, (…) unidos al contenido
de las intervenciones telefónicas luego dispuestas, a las tareas
de pesquisas realizadas en los alrededores de las distintas zonas
investigadas, al material obtenido en los allanamientos
practicados y, fundamentalmente de los audios de Whatsapp
extraídos y analizados del teléfono institucional de muñoz,
permiten sostener que en autos restan aun producir medidas de
prueba que podrían demostrar la existencia de una organización de
mayor envergadura dedicado a este tipo de actividades”.
Pues bien, estas medidas de prueba ya fueron debidamente
diligenciadas, los domicilios fueron allanados, los vehículos
particulares y teléfonos celulares secuestrados y peritados, con
lo que podemos concluir que las pruebas aludidas por el juez de
instrucción fueron aseguradas oportunamente, y como constan
agregadas en el expediente por las oficinas de ejecución
correspondientes. Y fue el mismo juez que las ordenó y que
ordenara las medidas de coerción el que tomó la decisión de
clausurar la instrucción y elevar los presentes autos al Tribunal
Oral Federal.
Todo lo expuesto significa que el único fundamento que
pudiera tener algún asidero para la imposición de una medida como
la Prisión Preventiva por un periodo tan prolongado, ya no se
encuentra vigente, pues al haber concluido la investigación, no es
posible entorpecimiento procesal alguno por parte de nuestro
defendido.

2.3.2 EXCEPCIONALIDAD
2.3.2.1El tercero de los puntos que debe analizarse es el
de la excepcionalidad del encarcelamiento preventivo. Según este
principio el juez debe agotar en forma previa los medios menos
lesivos para el imputado a los fines de evitar que este eluda el
accionar de la justicia o entorpezca la investigación.
Reconocida doctrina dice al respecto: “La principal
consecuencia que deriva de la excepcionalidad del encarcelamiento
preventivo consiste en restringir su aplicación a casos en los que
no existe posibilidad alguna en garantizar los fines del proceso
de otra manera” (Bigliani, Paola, Bovino, Alberto, Encarcelamiento
Preventivo y estándares del Sistema Interamericano, Ed. Defensoría
General de la Nación)
2.3.2.2 Reglas de Tokio
En este sentido se han dictado las Reglas Mínimas de las
Naciones Unidas sobre medidas no privativas de libertad (Reglas de
Tokio) las cuales expresan que para que pueda dictarse una medida
de coerción personal, esta debe ser el único medio que asegure los
fines del proceso, es decir que no debe poder lograrse ese
objetivo con medidas menos lesivas.
Dicen expresamente las reglas de Tokio en relación al
encarcelamiento cautelar: “En el procedimiento penal solo se
recurrirá a la prisión preventiva como ultimo recurso. (…) Las
medidas sustitutivas de la prisión preventiva se aplicarán lo
antes posible (…) deberán ser aplicadas con humanidad y respeto
por la dignidad del ser humano.”
2.3.2.3 Receptación de la legislación nacional.
La ley procesal nacional, recepta este principio y otorga
una amplia variedad de cauciones a los fines de conjurar el
peligro procesal. Estas cauciones pueden estar impuestas, en caso
de las reales siempre que puedan ser afrontadas por el acusado
pues no habría dignidad en la aplicación si debiera dejar de
cubrir sus necesidades básicas o las de su familia para no estar
detenido, en forma previa al encarcelamiento preventivo. Además,
cabe remarcar que corresponde al juzgador demostrar la inocuidad
de las cauciones a los fines de legitimar el encierro cautelar.
Es evidente que estas cauciones, como cualquier otra
cautelar, solo pueden imponerse ante la preexistencia de un mínimo
merito sustantivo y riesgo procesal. Es decir que únicamente ante
la existencia de merito sustantivo y riesgo procesal, puede el
juez sujetar al imputado mediante una caución juratoria o real.
Por lo tanto, y luego de lo argumentado en los puntos
correspondientes, en caso de que VE considere comprobada la
existencia de estos dos requisitos mínimos, cuestión que esta
defensa rechaza enérgicamente, debe primero agotar los medios
menos lesivos para el imputado a fin de conjurar el peligro de
daño jurídico.
Asimismo, y en base a este principio, es que debe
aplicarse la caución menos lesiva, esta es, la juratoria, luego
una vez que se demuestre la inutilidad de esta, cuestión que en
todo caso corresponde al Ministerio Público Fiscal dictaminar,
puede imponerse la caución real, siempre y cuando el imputado
pueda afrontarla. Es pacifica la doctrina al afirmar que: “La
caución real es aplicable únicamente cuando se demuestra la
insuficiencia de las otras cauciones para garantizar la
comparecencia del imputado (…) debe ser aplicada restrictivamente
y con prudencia (…) cuando la prolongación de la privación de
libertad demuestre que es imposible para el imputado satisfacer la
caución, se atenuara su monto o eventualmente se la podrá
sustituir por la juratoria…” (Navarro, Guillermo; Daray, Roberto;
Código Procesal Penal de la Nación; Ed. Hammurabi – énfasis
agregado)
Del mismo modo, y así lo ofrecemos, VE puede imponer
otras medidas, como presentarse periódicamente en el juzgado a su
cargo, restringir el acercamiento a determinados lugares o a
personas determinadas, etc. Esto es simplemente enunciativo. Como
dije antes, no corresponde al imputado acreditar la eficacia de
estas medidas, sino al Estado su inhabilidad.
2.3.2.4 Ahora bien, del expediente surge que el Dr.
Villanueva hizo aplicación de esta medida de encierro cautelar, de
forma automática y sin el menor análisis de la situación
particular de Gustavo Ortega. Siempre con los argumentos de pena
en expectativa y riesgo de la producción de pruebas pendientes,
que como también dijera ya se encuentran diligenciadas, pero lo
que es peor, no fundó en esa oportunidad, la necesidad de
encarcelar, es decir, no explicitó por que consideraba que las
otras medidas cautelares disponibles eran inocuas para sujetar al
imputado al proceso.
Esta circunstancia, prolongada a la fecha por el plazo de
ocho meses, vuelve arbitraria e ilegítima la privación de la
libertad que viene sufriendo mi defendido, por lo que deviene en
obligatorio proceder con la excarcelación, con el fin de terminar
con esta ilegal situación.
En ese sentido, pido que se conceda la excarcelación
solicitada, bajo caución juratoria.

V- CONCLUSIONES
El caso que nos ocupa solo tiene una solución, y es
la de ordenar la excarcelación en los términos que se solicitan.
De ninguna manera se encuentran acreditados los
presupuestos mínimos que satisfagan los estándares fijados por la
Constitución Nacional y los Tratados de Derechos Humanos
incorporados a ella, tanto para justificar ni la sujeción de
Gustavo Ortega al presente proceso, ni mucho menos el encierro
cautelar ilegitimo que viene sufriendo desde diciembre de 2020.
Esta situación es de extrema gravedad, debido a que
el bien jurídico afectado es de imposible reparación ulterior, y
la libertad es el derecho base para el ejercicio de todo el resto
de los derechos que como ciudadano, goza mi defendido.

VI- CUESTION FEDERAL


En este caso se intenta hacer efectivo el derecho a
permanecer en libertad durante la sustanciación del proceso,
amparado por la de jurisdiccionalidad de las penas y por el
principio de inocencia, ambas de raigambre constitucional y
contenidas en los arts. 18 y 75 inc.22 de la Constitución
Nacional, así como en los arts. 7 y 8.2 de la Convención
Interamericana de los derechos Humanos y arts. 10 y 14.2 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Por lo tanto, para el caso de obtener una
resolucion negativa, dejo planteada la cuestión federal.

VII- PETITORIO
Por todo lo expuesto solicito:
a) Se tenga por solicitado el levantamiento de feria
judicial
b) Se tenga por solicitada la excarcelación de mi
asistido.
c) Se haga lugar a la excarcelación y se proceda a
la liberación inmediata del Suboficial Gustavo
Samuel Ortega
d) Se tenga hecha la Reserva del Caso Federal Conf
Inc. 14 Ley 48.

Proveer de conformidad que,


SERA JUSTICIA.

También podría gustarte