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Análisis de la intervención en el Hospital Víctor Larco Herrera a partir de la dimensión

ética del enfoque ASD en base a los modelos morales: Deontología –consecuencialista.

El enfoque ético de Acción sin Daño se basa en el antiguo principio de la medicina ética,
donde la primera consideración de un médico es optar por un tratamiento en la cual no deba
causarle daño al paciente. Este principio, en parte, tiene un alto grado de validez y es
aplicable para la intervención en el Trabajo Social ya que el fin de nuestro quehacer
profesional es el bienestar de las personas. Sin embargo, la analogía con la ética médica tiene
limitaciones ya que en la medicina el médico no es parte de la enfermedad. Cuando nos
referimos a conflictos sociales por tanto, la situación es diferente ya que la intervención es
dada sobre una realidad. En este sentido, cuando se trate de intervenir tendremos dos
escenarios: mitigar los daños, reducir las tensiones y fortalecer las capacidades de las
personas o, en un segundo caso, ocasionar más daños a partir de la acción externa. En tal
sentido, como parte de nuestra labor es imperativo “hacer bien las cosas” para “hacer el bien
a las personas”, por las que debemos regirnos en 4 elementos primordiales: ser competente,
eficiente, diligente y responsable, que incluyen la obligación de no producir algún mal,
prevenir el daño y promover las acciones que “hacen bien”.

Una de las instituciones en donde hemos realizado nuestras prácticas pre-profesionales es el


Hospital Víctor Larco Herrera. Aquí se explicará de acuerdo a la intervención realizada los
modelos morales que surgen a partir de la dimensión ética del enfoque ASD.

Postura ética Deontológica:

Para tal punto se debe tomar decisiones orientadas por la reflexión desde valores y derechos
antes de decidir y actuar según lo elegido, es decir, tomar la prioridad de lo correcto sobre lo
bueno. En el marco de la intervención como practicantes se realizaba un programa estricto
con los usuarios(pacientes) en el periodo de hospitalización en los cuales en ciertas
actividades se mostraba esta postura:

-Talleres de integración paciente-paciente: Aquí sin distinción las pacientes internados


acudían a una sala en conjunto a la trabajadora social en la cual debían participar
activamente. En el transcurso estos talleres daban excelentes resultados pero no había
excepciones en el periodo de internamiento. A finales de año, llegó un paciente con síndrome
de Asperger al departamento de farmacodependencia, y decidió someterlo por directiva de
enfermería y medicina psiquiátrica a los mismos talleres tal como indica el reglamento sin dar
excepciones por su condición en la que en vez de mejorar retrasó su avance en el programa
priorizando lo correcto sobre lo bueno, que al final perjudicó al paciente en cuestión.

-Entrevista de avance del programa en el paciente: Interdiario como parte del seguimiento, el
trabajador social tenía una entrevista con el paciente, en mucho de estos casos y por cuestión
de los fármacos, no se encontraban aptos. Se seguía el protocolo establecido pero por hacer
que el paciente lleve todos sus controles al día y cumpla con lo establecido, se prioriza esto
en vez de utilizar otro criterio y esperar a que pase el efecto de sus pastillas.
-Reuniones de integracíon profesionales-pacientes: Eran llevadas en una sala al iniciar la
semana. Se trataba de un reforzamiento y recordatorio del compromiso en el programa de
rehabilitación asi como también del desarrollo de dinámicas desarrolladas por los mismos
pacientes. Tenía un momento de “confronte” en el que se llamaba la atención por
comportamientos indebidos y faltas al reglamento, además de las felicitaciones por ser un
paciente modelo en la semana anterior. Aquí se llegaba a priorizar lo correcto de lo bueno,
puesto que al tratarse de actividades con participación activa, se vulneraba al paciente en el
sentido que el carácter de algunos eran más calmados y preferían no estar, sintiendo en su
mayoría incomodidad y represión.

Postura ética Consecuencialista:

En esta postura ética se le otorga prioridad a lo bueno sobre lo correcto. Para el


consecuencialismo es necesario tener en cuenta en cuenta la posibilidad de la agregación (de
felicidad), a la hora de tomar decisiones adecuadas. Es decir, si una primera acción causa
benefició a más personas que una segunda acción se prefiere optar por la primera acción ya
que esta tendrá la satisfacción de más personas. Dentro de lo explicado, una de las
intervenciones como practicantes del Hospital Víctor Larco Herrera mediante la postura
mencionada fueron:

-Taller para víctimas de violencia familiar: Para este se tuvo como población objetivo solo a
mujeres ya que existía una mayor demanda en la oficina de consulta externa, sin embargo,
esto no implicaba la ausencia de casos en hombres víctimas de violencia familiar en los que
por determinación del taller no se les tenía en cuenta para el taller. En este caso, se observa un
caso de la mencionada postura ética ya que al tener más pacientes mujeres que se atendían
por dicha situación se optó por realizar un taller netamente para ellas sin tener en cuenta que
también había hombres que se atendían por los mismos casos.

-Acceso de visitas familiares: Se tomaba previa autorización del médico tratante en el


pabellón de farmacodependencia, y era organizado cada fin de semana por la trabajadora
social. Se estipulaba que sólo parientes consanguíneos podían realizar estas visitas, sin
embargo se aplican excepciones fuera del reglamento. Como muestra la postura, el acto es
moralmente correcto depende solo de las consecuencias de ese acto, y es priorizado lo bueno
sobre lo correcto debido a que en el fondo lo correcto llega a ser lo bueno. En este caso se
priorizo las consecuencias favorables con el paciente, en el que se daba prioridad a su
continuo avance en el programa por delante de la normativa que indicaba dicho pabellón
que implicaba no tener visitas en muchos casos, cuestión que retrasaría su mejoría.

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