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ESCRIBE ANTHONY BURGESS: Todos sus libros pesar de su gran población de barrios bajos, pero los expertos en

son sobre Dublín. Se puede visitar Dublín, como hacemos algunos, demolición la están arrasando. Con sus bloques de oficinas, comercios
y buscar el espíritu del joven Joyce –pobre, desmañado, miope, y discotecas, es como cualquier otra ciudad europea (…) Pero sigue
intensamente literario y ya polígloto–, pero la ciudad que él conoció siendo una ciudad bebedora, donde la verdadera vida se hace en los
ya no existe. Fue una de las ciudades más hermosas de Europa, a bares, con su Guinness, whisky y fantástica conversación.

DOMINGO 6 DE FEBRERO DE 2022

EFEMÉRIDE >> NOVELA HITO DEL SIGLO XX

Ulises centenario
NELSON RIVERA

Signos de la época
No una fractura sino variadas de pe-
queña o grande intensidad. Al pro-
ducirse el cambio de siglo, del XIX al
XX, crujieron las bases de una par-
te del mundo. La vetusta Europa del
XIX –retratada con nostálgico brillo
por Stefan Zweig, Arthur Schnitzler,
Monográficos, ediciones especiales, dossiers en publicaciones ginas, se transformaba en veinte. No
corregía sino que volvía a crear. Los
Franz Hessel– comenzó a ser interve-
nida y revuelta. Apareció la velocidad,
culturales y más: una franja del universo literario del planeta vuelve amigos de Joyce decían que con cada
capítulo de la novela el impresor en-
el ruido de los automotores, el traque- su mirada a Ulises, la novela que James Joyce publicó en 1922, y que vejecía un año. En medio de aquel to-
teo de las máquinas de vapor, la elec-
trificación de las realidades más inme- estableció una marca desmesurada e irrepetible en el siglo XX rrente de correcciones sobre correc-
ciones, Sylvia Beach debía mediar
diatas. Se patentaban aparatos, cables, entre el impresor furioso y el autor
luces de colores. Las noticias se mul- enloquecido por el afán de perfeccio-
tiplicaban y llegaban con creciente nar su obra.
prontitud. Ocurrían accidentes antes El amontonamiento de frases que
desconocidos: corrientazos, atropella- debían insertarse, quitarse o mo-
mientos, apagones. Circulaban nue- verse de un lugar a otro, produjo
vas ideas (para muchos amenazan- tal confusión y la sensación de que
tes) y nuevas formas. A mediados del aquello no terminaría nunca que,
XIX ya se había consolidado la idea de en varias ocasiones, cuando llega-
progreso como lo opuesto de retroce- ban nuevas frases, las colocaban en
so: no avanzar equivalía a retroceder. cualquier parte del capítulo. El poeta
El progreso adquirió esa forma que estadounidense Robert McAlmond,
no ha perdido hasta hoy: asociado a lo que aceptó colaborar como mecanó-
empírico, a hechos mensurables. A ob- grafo del último capítulo de la novela
jetos, materialidades y procesos. (“Penélope”, que contiene el famoso
Mientras Europa vivía una época re- monólogo de Molly antes de dormir,
vulsiva (que alcanzaría su apogeo con habitado por fantasías sexuales, in-
la Gran Guerra, en la que combatie- fidelidades, elucubraciones sobre
ron casi 70 millones de uniformados), los órganos sexuales y otras cues-
el conocimiento experimenta una ex- tiones afines), confesó a Joyce más
plosión cuántica y tecnocientífica; la adelante, que algunas de sus nuevas
rutina cotidiana se reviste de nuevos frases las había insertado en cual-
hitos; las visiones filosóficas, cultura- quier parte, sin atender a ninguna
les y estéticas parecen sacudirse de las de sus indicaciones.
realidades que habían novelado Tols-
toi, Dickens, George Eliot o Eça de Joyce, superchero
Queiroz. Las tres primeras décadas Era muy supersticioso. Números,
del siglo XX son las del apogeo de Dur- SYLVIA BEACH Y JAMES JOYCE EN SHAKESPEARE AND COMPANY (1922) / ARCHIVO animales, hechos, fechas, símbolos,
kheim, Weber y Simmel; del freudis- palabras y relaciones mentales que
mo y sus variantes; del ancho catálo- conversaciones minimizaba los atribu- sultados. En Inglaterra ningún editor comenzaron a vender el libro por él establecía entre unas cosas y otras,
go de las vanguardias –expresionismo, tos de rivales como Proust y Eliot (de quería hacerse cargo. En secreto, Joy- adelantado (Miss Waaver, fue una anunciaban amenazas o eran un sig-
fauvismo, dadaísmo, cubismo, futuris- Proust dijo: “el lector termina las fra- ce anhelaba algo semejante al proceso histórica mecenas de Joyce y edito- no favorable. Tras un almuerzo con
mo, ultraísmo, surrealismo y muchos ses antes que él”). Evitaba comentar contra Gustave Flaubert en 1856, cau- ra de The Egoist, revista que publi- McAlmond, pasaría varios días pre-
más. Es la temporada prodigiosa de las obras de otros autores, pero hacien- sado tras la publicación de Madame có Retrato de un artista adolescente so de una inquietud, cada vez que
T.S. Eliot, Virginia Wolf, Reiner Ma- do sentir que tenía cosas importantes Bovary. La noticia del juicio a los edi- por entregas). A la venta anticipada recordaba la posición en que habían
ría Rilke, Marcel Proust, Valle-Inclán que decir, que se guardaba para sí. Se tores de Little Review había sido desta- se suscribieron autores como Yeats, quedado dispuestos sobre la mesa,
–ese monstruo incomparable e irredu- atrincheraba en un incómodo lugar cada, pero no alcanzó el volumen del Gide, Hemingway y Churchill. Otros el cuchillo y el tenedor, una perfec-
cible de la lengua española–, Picasso, con respecto a lo político: podía mos- gran escándalo literario y moral que como George Bernard Shaw, reac- ta cruz sobre el mantel blanco. Ocu-
Stravinsky, Wittgenstein, García Lor- trarse indiferente y cínico, próximo o él hubiese querido. cionaron con furia: “He leído varios rrió, además, que una rata pasó a po-
ca y Katherine Mansfield. Y, como ha mostrar aburrimiento ante las cosas En las pausas entre un encuentro y fragmentos de Ulysses en las diversas cos metros de la mesa y McAlmond lo
recordado Christopher Domínguez que preocupaban a los demás. el siguiente, o entre una mudanza y entregas. Es un repugnante registro comentó: a los minutos Joyce se des-
Michael en Letras Libres (Enero, 2022), Vivía de las ayudas materiales que la siguiente, escribía (Joyce comentó de una etapa desagradable de la civi- mayó. Lo llevaron en taxi a su apar-
“es probable que nunca antes artistas recibía, en buena medida. Ante algu- que Ulises había sido escrito en más lización; pero un registro veraz”. tamento. Nora creyó que se trataba
e intelectuales hayan estado tan cons- nas personas no ocultaba sus padeci- de veinte domicilios distintos). Apu- No era el único en expresar su re- de otra borrachera. No era así: estaba
cientes de estar empezando una nue- mientos, ante otras, como T. S. Eliot raba Circe, el capítulo 15 de su nove- chazo. Varias de las mecanógrafas tomado por un ataque de pánico.
va época como en aquel 1922 que hoy y Wyndham Lewis, actuaba como un la. Quería finalizarlo antes del cierre contratadas para transcribir los ori- Eran días en los que la familia vivía
conmemoramos”. derrochador: pagaba las comidas y del año y el 20 de diciembre de 1920 le ginales de Joyce, dejaban el traba- en un mínimo apartamento en peno-
Es en esta época complejísima, car- dejaba llamativas propinas. Oscila- puso el punto final. jo: las indignaban las escenas proca- sas condiciones. El 7 de octubre de
gada de tensiones que estallarían sin ba: una tarde se comportaba como un ces y el lenguaje obsceno. La esposa 1921 puede asumirse como la fecha
compasión –el nacionalismo, la dise- atractivo conversador, a la siguiente Valery Larbaud, el detonante de un funcionario de la embajada de de cierre del Ulises. En las últimas se-
minación del bolchevismo y los fas- se encerraba en un mutismo que pro- En febrero de 1921 se produce otra Inglaterra en París, había avanzado, manas, a un ritmo frenético y noches
cismos–, y en la que se forjaron algu- ducía una sensación de desprecio por aparición celeste: Valery Larbaud hasta que su marido revisó el manus- enteras sin dormir (él, Nora, Beach
nos de los parámetros con los que hoy los demás. Le gustaba beber acompa- (poeta y traductor que llevó a dece- crito y lanzó a la chimenea el trabajo y el impresor), había reescrito el ca-
percibimos lo que nos rodea, en febre- ñado. Cuando el alcohol hacía su efec- nas de autores a la lengua francesa, realizado. pítulo 7, ampliado el 5 y el 6, hecho
ro de 1922, ocurrió el asunto que nos to, repetía: “¡Vamos cuesta abajo y sin entre ellos a Whitman, Butler, Ches- Cumplía con el patrón de escribir significativos retoques al resto de los
ocupa: se imprimieron los primeros frenos!”. terton, Coleridge, Alfonso Reyes, Jo- y reunirse, escribir y reunirse: tam- capítulos –salvo los tres primeros–, y
ejemplares de UIises, de James Joyce sé Asunción Silva, Mariano Azuela y bién bebía copiosamente y era suje- finalizado el capítulo 18. La tarea em-
(1882-1941). El ángel Beach Ramón Gómez de la Serna), le escribe to de cotilleos. “Mientras su vida se prendida 7 años antes, en 1914, había
El 11 de julio de 1920 se produjo un a Beach y declara su total entusias- hacía gradualmente más casera, las sido culminada.
El irlandés llega a París hecho providencial: Joyce conoció mo por la obra que está escribiendo leyendas sobre Joyce crecían cada
Después de vivir en Trieste y Zúrich, a Sylvia Beach, propietaria de Sha- Joyce y lo compara con Rabelais. “Es- vez más en cantidad y rareza. Los Joyce y Homero
James Joyce llega a París en 1920. Te- kespeare & Company, la librería que toy loco por Ulysses”. Se proponía dar periodistas dejaban correr libremen- No se podía cantar victoria. Cuan-
nía 38 años, 14 capítulos del Ulises ya había fundado unos meses antes. Al una conferencia sobre la obra, pero te su imaginación y hablaban de su do supo que la conferencia de Valery
terminados, uno a medio camino y día siguiente Joyce la visitó: le pidió Joyce debía terminarla antes. baño diario en el Sena, de los espejos Larbaud finalmente se realizaría el 7
otros tres por escribir. Dice Richard ayuda para encontrar un lugar don- En días Joyce dio cuenta del capí- con que se rodeaba para trabajar, y de diciembre, todavía acometió nue-
Ellmann en su monumental biogra- de vivir –con Nora, su esposa, y sus tulo 16 (“Eumaeus”) y arrancó con de los guantes negros que se ponía al vas correcciones, que se prologarían
fía de Joyce que la vida privada del es- hijos Giorgio y Lucia–, y clientes que el 17 (“Ithaca”), mientras adelanta- acostarse. Joyce estaba molesto por hasta el 29 de octubre, a pesar de que
critor adquirió las connotaciones de quisieran recibir sus clases de inglés. ba “Penelope”, el capítulo final. Tuvo lo rumores, pero al mismo tiempo se había confesado estar agotado y har-
hecho público. En los círculos de sus No tardaron en concluir que ella se- que sortear algunas dificultades, sus- divertía con ellos”. A pesar de todo, to de Ulises. Fue en esa circunstancia
colegas, artistas, mecenas y personas ría la editora de la riesgosa empresa tantivas en aquellos años: necesitaba avanzaba. En septiembre de 1921 co- cuando Joyce hizo un gesto del que se
con intereses literarios, se hablaba de de publicar el Ulises. unas notas que se habían quedado en rrigió hasta el capítulo 9. arrepentiría hasta su muerte: le pres-
Joyce. Ezra Pound agitaba las aguas a Entonces la cuestión de quién sería Trieste. En agosto Ithaca estaba listo tó a Larbaud el famoso esquema de
su alrededor: lo proclamaba como un el editor era un campo minado. A Joy- y Penelope enteramente planificado. Irremediable obsesivo la obra, donde está trazado el para-
genio, buscaba editores y apoyos eco- ce le precedían adjetivos como obsce- Joyce mostraba sus avances. Reco- La palabra corregir no describe lo lelismo entre la Odisea de Homero y
nómicos para él, escribía cartas y re- no e inmoral. Cuatro ediciones de Li- gía opiniones. Explicaba el diseño de que realmente ocurría. Ante las ga- su obra, y están descritas las técnicas
señas. Y le proveía dinero y especies. ttle Review habían sido quemadas por los episodios, ante interlocutores que leradas el Joyce más obsesivo se que Joyce previó para cada capítulo.
Joyce no rechazaba el culto a su al- decisión de la Oficina de Correos de quedaban arrobados por el trasfondo apropiaba de la situación. Reescribía Se arrepentía porque “si lo doy todo
rededor. Lo cultivaba, fumador y po- Estados Unidos. Había juicios en cur- de su narración. párrafos o secciones enteras. Modifi- enseguida, perderé mi inmortalidad”.
líglota; lo estimulaba con frases mag- so, investigaciones policiales y recha- Mientras, Sylvia Beach en París, caba las frases diez, quince veces. Lo
néticas y una cuidada ironía. En las zos consecutivos entre editores con- y Harriet Shaw Weaver en Londres, que llegaba volcado en unas diez pá- (continúa en la página 2)

Esta edición PDF del Papel Literario se produce con el apoyo de Banesco
2 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 6 DE FEBRERO DE 2022

Ulises centenario
fuesen inevitables, la única realidad en palabras de Anthony Burgess. Al- pe, aquí y allá en Ulises. Escribe Lio-
exterior posible. Pero este mundo tan go suena, algún recuerdo aparece, nel Trilling, un párrafo irremplazable:
abigarrado, de altibajos y contrastes, una imagen inesperada irrumpe y “Joyce nos enseñó el significado de la
disrupciones y lagunas, nitidez y di- desaparece, flujos de pensamientos, palabra epifanía, o aparición. Joyce te-
fuminación, de inusitada vitalidad y emociones, impulsos, conexiones y nía la ‘teoría’ de que, súbitamente, casi
(viene de la página 1) físicos, sino también los movimien- relativo poco movimiento, todo ello visiones se disparan, yuxtaponen, de milagro, mediante una frase o un
tos, percepciones, saltos, giros, flash- entremezclado en una sucesión en atraen, repelen, juegan y se evaporan. gesto, una vida puede rasgar el velo de
El día de la conferencia de Larbaud, backs, los datos provenientes de la la que también viajan sentimientos, Frases y palabras saltan y salpican, las cosas y aparecer, por un instante,
Shakespeare & Co. estaba repleta: al- memoria, asociaciones, analogías, la razonamientos, perplejidades, confu- como si la psique abriese sus puertas haciéndose visible, sorprendiéndonos
rededor de 250 personas embutidas en concentración en algún detalle por un siones y más, desconcierta. Desplaza a las realidades exteriores e interiores con su existencia. En sí mismo, el con-
un lugar pequeño. Joyce se escondió instante, mientras la mirada, el movi- al lector a un estado de irrealidad. En del recorrido. La psique, en el Ulises, cepto de epifanía encierra una decla-
detrás de un biombo. Al terminar, fue miento corporal, los gestos, ya se en- vez de una línea histórica, se produ- es un inagotable almacén de recur- ración importante sobre la naturaleza
obligado a caminar hacia Larbaud, cuentran en otro lugar, un paso más ce la irrupción de fuerzas lingüísti- sos mentales y literarios. De formas de la vida humana. Indica que el he-
quien lo abrazó efusivamente, mien- allá, unos segundos después. Lo sen- cas hacia distintas direcciones, a cada verbales. cho humano no domina nuestra exis-
tras los asistentes aplaudían. sitivo se arremolina. Las sensaciones, instante. El relato, el curso de la his- Obra desmesurada, recorrido ver- tencia, pues, para que algo ‘aparezca’,
Pero el supersticioso se mantenía in- miles y miles, pasan a una velocidad toria se borronea, envuelto en capas y boso por una sucesión de estadios primero debe estar oculto, y el hecho
victo. De inmediato inició una campa- casi inaprensible para el lector. Hay capas de frases y palabras virtuosas. sicológicos, “Joyce es realmente el humano está sumergido y subordina-
ña para lograr que el libro estuviese páginas donde lo visual, lo táctil, lo “A medida que avanzamos en Ulys- gran poeta de una nueva fase de la do al mundo de las circunstancias, al
impreso el 2 de febrero de 1922, día en olfativo, los sonidos y hasta lo gusta- ses vemos que las escenas realistas se conciencia humana”, según Wilson. mundo de las cosas. Solo podemos vis-
que cumpliría 40 años. Una exigencia tivo, pasan de un lado a otro, sin que van extrañamente distorsionando y A esa fase de la conciencia humana a lumbrarlo mediante destellos cuando
a Beach y al impresor. sea posible saber en dónde debemos disolviéndose y nos sorprende la in- la que solo han accedido Proust, Wolf, emerge del peligro o de la sordidez que
Fueron dos meses infernales para concentrar nuestra limitada capaci- troducción de voces que no parecen Kafka, Faulkner y Nabokov, pero que lo envuelve”.
los involucrados, porque Joyce se- dad de lectura. Joyce se propuso con pertenecer ni a los personajes ni al con Joyce alcanzó cotas a menudo Quizás la epifanía sea el secreto de
guía corrigiendo. De aquellos días su Ulises plasmar lo que podía ser un autor”, agrega Wilson. inalcanzables para la inmensa mayo- los destellos de belleza, de la sensa-
proviene la preciosa frase de Djuna largo, intenso y exuberante día físico El propio Joyce se refirió a su nove- ría de los lectores. Pero no solo: tam- ción de trascendencia que los lecto-
Barnes, que lo veía a menudo y decía: y mental de una persona más o me- la como un bulto enorme y complejo. bién para los escritores: Joyce creó al- res del Ulises –poquísimos y persis-
su aspecto era el de un hombre can- nos corriente, y lo instaló en el lugar Críticos como Harry Levin y Stuart go único, irrepetible: lo consumió y lo tentes– han encontrado en la novela.
sado y triste, “pero con la tristeza de que él había registrado con todos sus Gilbert escribieron libros dedicados a agotó. Al menos, hasta ahora. Esos gestos mínimos del monólogo
quien ha obtenido permiso para estar sentidos –catastro, topografía, histo- desentrañar, como quien desatornilla interior, esas irrupciones del espíri-
triste fuera del momento y del lugar ria, captura obsesiva de su data y di- pieza a pieza, los múltiples engrana- Burgess y Trilling tu desprenden halos que cautivan, la
debidos”. mensión simbólica–: la pequeña Du- jes de la densa maquinaria de signifi- Amplió el dominio de lo real. Nadie sensación de estar ante un destello de
El equipo que rodeaba a Joyce llevó blín de 1904. cados y correspondencias del Ulises. ha ido más lejos que él en la explora- belleza único, irrepetible, al filo mis-
al extremo sus esfuerzos por atender De la Odisea tomó un magnético mo- Levin dice: Joyce llevó su diseño a los ción de cómo opera la mente. Se intro- mo de lo inenarrable.
la urgencia del supersticioso. Mauri- delo para el mundo moderno: la épi- extremos y cumplió con ellos. Sus per- dujo en los resquicios de la concien-
ce Darantiere, el tenaz impresor de ca de un hombre ordinario. Y es esa sonajes están descritos hasta unas di- cia. Ulises es a la vez, épica y tratado -James Joyce. Richard Ellmann. Traduc-
Dijón, avisó por carta, el 1 de febre- la corriente que conecta a Joyce con mensiones inexploradas hasta enton- de la conciencia. Se han buscado y lo- ción: Enrique Castro y Beatriz Blanco. Edi-
ro, que ese día remitiría los tres pri- Homero. ces. Gilbert subraya: de la primera a calizado sus antecedentes técnicos y torial Anagrama. España, 1991.
meros ejemplares del Ulises por tren. la última palabra de la novela, Joyce literarios en el Tom Jones de Fielding -“El Ulises de James Joyce”. Stuart Gil-
Fue hasta la estación, habló con el Arquitectura literaria no se despegó nunca del plan que ha- y en escenas de Dickens. Nadie como bert. Prólogo: Juan Benet. Editorial Siglo
maquinista y le entregó el paquete pa- El Ulises es arquitectónico, un edificio bía concebido, la hoja de papel que des- él ha llevado a la parodia más allá de XXI. España, 1971.
ra Beach. El expreso partió de Dijón mental. Cada uno de sus 18 capítulos plegaba a menudo, para no olvidar el sus límites. Harold Bloom: “Es posi- *James Joyce: Introducción crítica. Harry
a las 8 de la noche. Tras recorrer los guarda correspondencias simbólicas compromiso que había adquirido con- ble que el Bloom de Joyce sea la más Levin. Traducción: Antonio Castro Leal.
350 kilómetros que lo separaban de y narrativas con la Odisea –sus nom- sigo mismo. Jorge Luis Borges, en una acabada representación humana en Fondo de Cultura Económica. México,
París, entró a la estación a las 7 de la bres referenciales son Telémaco, Nés- conferencia sobre Joyce que dictó en toda la literatura”. Y añade: “Repre- 2001.
mañana, donde Beach esperaba tras tor, Proteo, Calipso, los comedores de la Universidad Nacional de La Plata, senta mucho de la mente moderna”. -Anthony Cronin. Samuel Becket. El últi-
una noche de insomnio y ansiedad. loto, Hades, Eolo, los lestrigones, Es- en 1960, lo resume: una obra extraña, Anthony Burgess, crónico lector del mo modernista. Traducción: Miguel Martí-
Recibió el paquete que solo tenía dos cila y Caribdis, las rocas errantes, las ilegible, donde abundan frases felices. Ulises, explicaba por qué era su favo- nez-Lage. Ediciones La uña rota. España,
ejemplares. En un taxi “voló” hasta el sirenas, cíclopes, Nausicaa, bueyes Virginia Wolf escribió que Ulises cons- rita: sus virtudes se imponían sobre 2012.
minúsculo apartamento donde Joyce del sol, Circe, Eumeo, Ítaca y Penélo- tituía una “gloriosa derrota” literaria. los desperfectos. Sostenía: No pode- -Jorge Luis Borges. “Conferencia James
esperaba. Le entregó un ejemplar. Al pe. A cada uno le atribuyó el predo- mos juzgar Ulises como una obra de Joyce”. Universidad Nacional de La Plata,
rato se marchó a su librería con el minio de una técnica literaria, unos Incierta Dublin ficción. “Es una especie de códice má- Argentina. Video. Disponible en YouTube.
otro. Cuando llegó, ya había perso- usos retóricos, un color predominan- Italo Svevo escribió una frase exage- gico, del orden de la Divina comedia, -Edmund Wilson. Obra selecta. Traducto-
nas esperando para ver el ejemplar te, un órgano corporal y proyecciones rada: aseguraba que Dublín podría de Dante, en la que el infierno, el cie- res: Adriana Astutti, Luis Maristany, Laia
recién impreso. A lo largo del día, el numéricas (Pietro Citati nos recuerda reconstruirse a partir del Ulises de lo y el purgatorio son siempre idén- Quílez Esteve, Manuel Reguera, Vicenc Tu-
lugar permaneció lleno. Centenares en su ensayo “Ulises y la novela”, que Joyce. En sus páginas todo parece ticos y nada cambia. No obstante, en set Mayoral, Marcelo Uribe, Héctor Vacca-
de personas se congregaron a mirar el reino esencial de Ulises es el del re- deambular: personas, puntos de la ur- los términos prácticos en que los es- ro y Julieta Yelin. Editorial Lumen. España,
el libro, como quien visita un museo lato: “nadie como él domina el arte de be, sensaciones, símbolos explícitos o critores son obligados a pensar, re- 2008.
para mirar un cuadro. Joyce celebró apropiarse y adaptar las experiencias implícitos. La ciudad se proyecta co- presenta un terrible desafío literario. -Lionel Trilling. El derecho a escribir mal.
la portada: las letras blancas sobre el más variadas; nadie tiene una memo- mo una atmósfera de frustración, es- Decir que Ulises es mi novela favorita Ensayos literarios. Selección y traducción:
fondo azul le traían al pensamiento al ria tan activa; nadie una inteligencia píritu que ha perdido su norte. es, como lo veo ahora, algo profunda- Tal Pinto. Tres Puntos Ediciones. España,
mar Mediterráneo, surcado por la na- tan equívoca como el destino”). La narración transcurre por el área mente inepto. Es la obra con la que 2018.
ve blanca de Ulises. Era un presagio Página a página reinan los porme- más deteriorada de la ciudad: canti- debo medirme a mí mismo con desa- -E. M. Forster. Algunos libros. Las charlas
de buena suerte. nores, la pesquisa de minucias, notas nas, casa de apuestas, cafés, burdeles. sosiego cada vez que me siento a es- en la BBC. Traducción de Gonzalo Torné.
que recoge con cualquiera de los sen- Los edificios y espacios públicos, par- cribir ficción”. Ediciones Alpha Decay. España, 2018.
El movimiento de la mente tidos, los objetos que aparecen en el ques, puentes, el cementerio, locales, Sin embargo, todavía hay una cues- *Harold Bloom. Novelas y novelistas. El
El Ulysses cuenta una historia que marco visual, las formas que se suce- objetos urbanos: todo está allí como tión esencial que añadir: la epifanía, canon de la novela. Traducción de Eduardo
transcurre en un tiempo de 18 ho- den al paso, las referencias urbanís- si no hubiese otro lugar en el mundo. el instante de visión privilegiada, la Berti. Editorial Páginas de Espuma. Espa-
ras y media. Muy temprano, el 16 ticas experimentadas como si ellas “Sin introducción ni consecuencias”, manifestación espiritual que irrum- ña, 2012.
de enero de 1904, Stephen Dedalus y
Leopold Bloom parten a un recorrido
por Dublín. Hacia 1900 Dublín había
sido sobrepasada por Belfast como la
ciudad de mayor proyección en Irlan-
da, impulsada por su industrializa-
ción. Dublín se había empobrecido y
deteriorado.
Leopold Bloom es un pequeño co-
merciante judío irlandés, que sabe
que su mujer le es infiel y que lo en-
gañará otra vez, ese día. Conoce la ho-
ra y el lugar de la próxima infidelidad.
Joyce le atribuye a su empequeñecido
personaje, una trayectoria semejante
en lo simbólico al del Ulises homérico.
“Hombre de escasas aptitudes, pero de
sensibilidad e inteligencias auténticas,
poco tiene en común con el mundo de
baja clase madia en que vive (…) Las
idas y venidas de Stephen durante el
día se entretejen entre los vagabun-
deos de Bloom: ambos se encuentran
dos veces, pero no se reconocen uno al
otro”, escribe Edmund Wilson.
Y continúa: “Joyce se propuso la
tarea de encontrar el dialecto exac-
to que distinguiera los pensamientos
exactos de un determinado dublinés
de los de otra gente de Dublín. Así, se
representa la mente de Stephen De-
dalus mediante una urdimbre de bri-
llantes imágenes poéticas y abstrac-
ciones fragmentarias y motivos de
procedencia libresca, en un tono so-
brio, melancólico y arrogante; la de
Bloom, mediante una rotación rápi-
da en staccato, prosaica pero vívida y
alerta, de ideas que se lanzan en todas
las direcciones y que son el resultado
de otras ideas”.
Sigue el recorrido establecido por
Homero en la Odisea, solo que su tra-
zo es laberíntico y cada vez más in-
comprensible, porque no se limita a
JAMES JOYCE, TEXTUALIZADO CON UN FRAGMENTO DEL ULYSSES / MAXF
la narración de los desplazamientos
EL NACIONAL DOMINGO 6 DE FEBRERO DE 2022
Papel Literario 3

RÉCIPE PARA GOLOSOS NELSON RIVERA

¿Volver a traducir el Ulises?


Salas Subirats: 1945 ximación biográfica y literaria–; re-
Llamativo caso: ninguna de las tres produce el esquema elaborado por
traducciones del Ulises de James el mismo Valverde, como una espe-
Joyce, disponibles ahora mismo en cie de visita de reconocimiento a la
español, es de nuestro siglo. Perte- obra, previa al inicio de la traduc-
necen al XX. La celebración del cen- ción; reproduce dos de los esque-
tenario del Ulises no ofrece novedad mas “históricos” del Ulises: el que
al respecto (o casi: más adelante lo en septiembre de 1920, Joyce envió a
explicaré). Diego Garrido, traductor su amigo italiano Carlo Linati; ano-
de un volumen de cuentos y prosas ta en la carta que acompaña el es-
breves de Joyce, le decía a Karina quema: “Es una epopeya de dos ra-
Sáinz Borgo (Diario ABC, España, zas (israelitairlandesa) y al mismo
16 de enero de 2022), “lo máximo tiempo el ciclo del cuerpo humano,
que se puede hacer con el Ulises es así como una pequeña historia de
una aproximación”. Se ha repeti- un día (vida)”. Y el más conocido es-
do en los días recientes: traducirlo quema Gorman-Gilbert, que se di-
es una tarea demencial. Quizá por vulgó en 1960, aunque Joyce había
ello las editoriales han apelado a las autorizado su uso público en 1930.
existentes, a los demenciales que sí Apenas se abre el libro, un ilus-
afrontaron la exigencia. trativo mapa –El Dublín del Ulises–
La que lleva consigo la medalla del realizado por la ilustradora france-
pionero, es la de José Salas Subirats, sa Camille Vannier, residenciada
publicada en 1945. Me interesé en en España, facilita una visualiza-
este hombre por incitación de Elisa ción del puñado de calles dubline-
Lerner, quien me advirtió que vivió sas donde transcurren los episodios
en Venezuela. Hay constancia de su de la novela.
estadía en una entrevista concedida
al desaparecido The Daily Journal. García Tortosa y Venegas
Leo que Salas Subirats (Buenos Lagüéns: 1999
Aires, 1900-1975) fue un autodidac- Ian Gibson sentenció en 2002, que El recorrido: Presentación exte-
ta, que terminó la escuela a los 23 la traducción que Francisco Gar- rior de la novela (pone foco en las
años. Sus conocimientos de inglés cía Tortosa y María Luisa Venegas distintas controversias ocurridas o
eram muy limitados. Fue vende- Lagüéns habían hecho para la Edi- en curso). El orgánico vínculo entre
dor de seguros (materia sobre la torial Cátedra en 1999, era “prodi- autor y novela (“Lo cierto es que en
que escribió varios libros), poeta, giosa”. Vanegas Lagüéns es una Ulises están incrustadas las viven-
fabricante de juguetes, autor de li- reconocida experta en filología in- cias más íntimas y personales de su
bros de autoayuda y de ensayos so- glesa. A García Tortosa se le tiene autor”). Entra en la arquitectura,
bre cuestiones diversas, novelista, como el mayor experto español en la genealogía de los personajes, las
generacionalmente vinculado a las Joyce y el Ulises. Es autor de varios técnicas utilizadas, las variantes es-
vanguardias literarias de Buenos libros y ensayos, entre los que des- tilísticas. Mira en detalle el elemen-
Aires. En un libro publicado en 2016, tacan, en su condición de editor, to clave del monólogo interior y el
El traductor del Ulises: Salas Subi- junto a Antonio Raúl de Toro San- recurso del humor. A continuación,
rat, de Lucas Petersen, se exponen tos, de los dos volúmenes de Joyce capítulo a capítulo, resume los he-
las variadas hipótesis de cómo fue en España. chos, la simbología y los movimien-
que este polivalente emprendedor, El enorme conocimiento de la tos de cada capítulo, con una clari-
se embarcó en semejante aventura. cuestión joyceana de García Torto- dad incomparable.
Responde Lucas Petersen, a la pre- sa queda reflejado, sin atenuantes, Solo una consideración más, cua-
gunta de quién era Salas Subirats: del pintor, grabador y escultor es- de Traducción. Recordemos que, a en el amplio y ordenado texto que lidad que aprecian muchos lectores:
“era un hijo de inmigrantes que rea- pañol, Eduardo Arroyo (1935-2018), diferencia de Salas Surbirats, Val- inaugura el volumen. Es, como han mientras la edición de Galaxia Gu-
lizó su educación de manera auto- también ensayista y autor de dia- verde era Doctor en Filosofía y un sugerido muchos comentaristas, la tenberg solo puede ser leída o apre-
didacta; era un lector voraz y des- rios. Arroyo, profundo conocedor curtido profesional de las letras. mejor introducción disponible para ciada en una mesa (el libraco pesa
prejuiciado; alguien que se formó del libro, y por encargo de la edi- Antes de traducir a Joyce había pu- cualquier lector, una especie de co- casi 3,5 kilos); mientras el de Lumen
ética y políticamente en el grupo torial, realizó este riguroso traba- blicado una parte sustantiva de su menzar-de-cero, un estudio resumi- probablemente exija posarlo en el
Boedo, con una idea de que la mi- jo –elocuente serie figurativa que obra poética y algunos de sus ensa- do de los estudios, una visita guiada pecho o sobre las piernas para leer-
sión del intelectual es apropiarse y acompaña la narración y dialoga yos fundamentales, era un asiduo por los asuntos que conviene cono- lo, el de Cátedra solo requiere el sos-
redistribuir saberes a quienes no los con ella–, entre 1989 y 1990. de la tertulia del Café Gijón, dicta- cer y aclarar antes de arrancar con tén de las dos manos de quien lee:
poseen; alguien que, viniendo de un Lo previsto entonces, que era pu- ba clases de estética en la Universi- el primer capítulo. un Ulises manejable y portable.
contexto de mucha privación, nun- blicar el Ulises ilustrado por Arro- dad de Barcelona, mientras se inte-
ca perdió de vista el bienestar mate- yo en 1991 –se cumplían 50 años de resaba por la historia de las ideas.
rial para su familia; alguien que era la muerte del autor–, no fue posible Sus traducciones del alemán y del
profundamente osado para afron- porque un nieto de Joyce se opuso inglés eran reputadas. Durante su
tar cualquier tipo de iniciativa: tuvo a la iniciativa. Pero entre aquel mo- exilio, que se inició en 1964, vivió
una academia de inglés y taquigra- mento y hoy, un hecho ha disuelto el como docente en universidades de
fía, trabajó en una empresa soviéti- impedimento: en 2011, tras cumplir- Estados Unidos y Canadá. Antes de
ca en la Argentina, fundó una agen- se los 70 años de su muerte, los de- afrontar a Joyce, había traducido,
cia de publicidad y una fábrica de rechos de Joyce adquirieron el esta- entre otros, a Thomas Merton, Rei-
juguetes, vendió seguros y capacitó tuto de dominio público, con lo que ner María Rilke, Charles Dickens,
a generaciones de aseguradores, so- se despejó el terreno legal para que Doris Lessing, John Updike, el tea-
brevivió a un accidente de avión, fue los lectores puedan disfrutar de la tro completo de Shapeskeare, Saul
pionero de la literatura de autoayu- visualización –la aguda figuración– Bellow, Herman Melville y más.
da, fue columnista de relaciones hu- que Arroyo hace de la novela. La edición de Lumen (Penguin
manas en el Show de Mario Clavell, En el breve comentario sobre la Random House Grupo Editorial,
en los años 60”. traducción que incluye la edición, España, 2022) vuelve a publicar la
En una breve reseña del libro de hay una cita de Juan José Saer, que traducción de Valverde, pero revi-
Petersen, que también encontré en quiero reproducir aquí: “muchos de sada (en esto consiste la casi nove-
la red, Graciela Montaldo dice: “Pe- los escritores de la generación de dad mencionada en el primer párra-
ro ninguna hipótesis convencional los cincuenta o los sesenta apren- fo) por el crítico literario y estudioso
puede despejar el fondo de misterio dieron varios de sus recursos y de de la literatura anglosajona, Andreu
de esa operación: varias generacio- sus técnicas narrativas en esa tra- Jaume (1977).
nes leyeron en español una de las ducción. La razón es muy simple: el Con cuidado respeto, Jaume expli-
obras más complejas de la moderni- río turbulento de la prosa joyceana, ca porqué los editores tomaron el
dad gracias a la versión de un escri- al ser traducido al castellano por un camino de revisar la tarea cumpli-
tor menor, que no sabía suficiente hombre de Buenos Aires, arrastra- da por Valverde: “Más de cuarenta
inglés para lidiar con las sofistica- ba consigo la materia del habla que años después de su primera edición,
ciones de Joyce, que no congenia- ningún otro autor –aparte quizás de el excelente trabajo de José María
ba con la vanguardia, que se había Roberto Arlt– habría sido capaz de Valverde necesitaba ser revisado y
formado leyendo las colecciones de utilizar con canta inventiva, exacti- puesto al día. No hay ninguna tra-
libros baratos y de divulgación que tud y libertad. La lección de este tra- ducción, por buena que sea, que no
publicaban las editoriales de ‘iz- bajo es clarísima: la lengua de todos termine envejeciendo, pero la labor
quierda’ a principios de siglo”. Sa- los días era la fuente de energía que que hemos llevado a cabo ha sido
las Subirats, en una primera etapa fecundaba la más universal de las más parecida a la restauración que
por su cuenta y, avanzado en su ob- literaturas”. Añadiré una opinión a la corrección. Algunas decisiones
jetivo, bajo la asesoría de un contra- más, la de Borges: la traducción de de Valverde habían envejecido. En
to con una editorial, publicó su tra- Salas Surbirats le parecía una cria- su época, el inglés no estaba tan ge-
ducción (recordemos, la primera en tura mal confeccionada. neralizado como ahora y era necesa-
español), en 1945. Luego, en 1952, la ria aclarar en la traducción algunas
sometió a revisión. El turno de Valverde: 1976 cosas que hoy son obviedades o que
Esta es la traducción utilizada por Increíblemente, transcurrirían más resultan muy fáciles de entender”.
la editorial Galaxia Gutenberg, en la de tres décadas, para que, en 1976, La edición tiene sus atractivos:
imponente edición de este 2022, que apareciera en España la traducción además del sobrio texto preliminar
trae más de 330 ilustraciones –134 en de José María Valverde (1926-1996), de Jaume, incluye el prólogo de Val-
color, el resto en blanco y negro–, que merecería el Premio Nacional verde de 1976 –una sosegada apro-
4 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 6 DE FEBRERO DE 2022

NOVELA>>MÉNDEZ GUÉDEZ PUBLICADO EN COLOMBIA


para reaccionar con fortaleza a las guaremos que lo es con Las lanzas
decepciones. Llegados a este punto, coloradas, libro que jamás consigue
la astuta intertextualidad a la que concluir (p. 60). Tantas frustracio-
nos expone el novelista cede terreno nes paralelas resultan sintomáticas
a otros planos hermenéuticos exigi- de neurosis patriarcales que exa-
dos por la historia. Su penetración cerban, a la vez, la veneración de la
psicológica es considerablemente fuerza física, viril, y la opuesta exal-
mayor que la de las novelas de píca- tación de la espiritualidad hierática,
ros, las sentimentales dieciochescas fosilizada, que Uslar Pietri encarnó
o, incluso, la mayoría de las neosen- en sus facetas públicas. La falta de
timentales. La detallada descripción puntos medios delata las insegurida-
de las circunstancias familiares de des del protagonista con respecto a la
Francisco incluye sus relaciones con virilidad y sus dudas se manifiestan
el padre, que se erigen como una de en la constante desorientación en lo
las subtramas de mayor peso y, no concerniente a Inmaculada, Ignacio
menos, como pista de la génesis de y todos aquellos implicados en ex-
sus males. La suprema debilidad de presiones adultas del eros, sean el
la figura paterna, reconocida por el amor romántico o la amistad. Esta-
narrador, añade al horizonte perso- mos, pues, ante la regresión de una
nal “patético” de este una paradójica psique al útero materno, presa del
orfandad, la de quien contempla a un “padre devorador” estudiado, entre
muerto en vida: otros, por Loren Pedersen, y que,
en clave religiosa, mitos como los de
“Todavía me sorprende […] que ha- Urano o Cronos representan2. En el
ya tenido esposa, dos hijos, una hi- caso de Francisco, son pertinentes las
poteca y hasta un vecino con el que reflexiones de Eugene Monick sobre
disfrutaba del boxeo. Porque no he las consecuencias de una escasa co-
visto nada más básico que mi padre. municación con lo que la psicología
Lo digo sin especial rencor. No pue- analítica denomina el “falo ctónico”:
do enumerar las canciones que le los padres que han perdido la energía
JUAN CARLOS MÉNDEZ GUÉDEZ / ©VASCO SZINETAR gustan, los combates de boxeo que primigenia y el poder de este “tam-

Round 15:
más lo han apasionado […], su trago bién se los niegan a los hijos”, lo que
preferido, las actrices que le fasci- se observa, en términos prácticos, en
nan. A papá todo siempre le ha dado la “abolición de la autoridad paterna”
igual. Está allí. Respira. Enciende el y su “transferencia” a una madre que
televisor. Duerme” (p. 29). la suma a su propia autoridad. El hijo
acaba, por ende, privado de modelos

Boxeo y educación sentimental Tampoco la opinión sobre su madre masculinos e inconscientemente per-
resulta demasiado favorable: “Mu- petúa su unión al origen, convertido
chas veces trato de comprender qué en niño eterno3. El desvalimiento y la
sucedió con mamá. Nada en especial insuficiente determinación de Fran-
La más reciente novela novela de Juan Carlos Méndez Guédez […]. La recuerdo frente a la tele o ha-
blando con sus amigas por teléfono o
cisco lo corroboran.
Determinación: hemos dado, quizá,
(1967), Round 15, ha sido publicada por la editorial Caballito de Acero gritando a mi padre. Al fondo, mi her-
mana Patricia preparaba la cena y es-
con el aristotélico primer motor inmó-
vil del relato, carencia central de su
(Colombia, 2022) tudiaba; planchaba la ropa y estudia- protagonista y explicación de su mo-
ba; ponía la lavadora y estudiaba” (p. nomanía: “Me disgustaba la vida. Si-
MIGUEL GOMES ché de los “golpes del destino” son en la última cita roza el de tangos co- 32). Lo cierto es que la madre se des- nuosa. Inaprehensible. Yo prefería la
sabias y siempre entretenidas. mo “La cumparsita”: “Y aquel perri- hace del padre y Francisco se ofrece verdad de un campeonato de boxeo:

C
reo firmemente en lo que En ello intervienen elementos de to compañero, / que por tu ausencia a ayudarlo a desembalar las cajas de dos atletas se colocan frente a frente
Schopenhauer apuntó en la picaresca. En el amplio repertorio no comía, / al verme solo el otro día / su mudanza en la nueva residencia, a golpearse quince rounds y no hay
sus Parerga y paralipómena: guedeciano, los protagonistas de Los también me dejó”; y, de modo más pa- solo para ver una pelea de Leonel interpretaciones posibles. Uno pien-
“Tanto o más elevada y noble maletines (2014) y El baile de madame tente, se instala en boleros rancheros Hernández en el televisor que se ha sa: te voy a arrancar la cabeza; el otro
será una novela cuanta más vida in- Kalalú (2016) pertenecen a esa familia de Javier Solís como “El mal queri- llevado. Ese acto crucial, que podría piensa: soy yo el que te va a arrancar
terior y menos vida exterior repre- literaria, pero cabe reparar en que el do”, de donde sale un epígrafe que en- ser el inicio de una cercanía entre los la cabeza a ti” (p. 74). Cuando acaba
sente [...]. El arte consiste en la enér- Francisco de Round 15 no desciende cabeza la novela: “Y esa mujer, vive dos, se congela en la memoria como por conformarse con su papel de se-
gica movilización de la intimidad con de Lázaro, Justina ni Pablos, sino de conmigo, queriendo a otro. / He man- retrato de un inmerecido triunfo: el gundón emocionalmente maltrecho,
la menor participación de lo exterior la rama más taciturna del árbol ge- tenido cuerpo y alma, en un infierno. del boxeador que luego de un pésimo Francisco recuerda haber visto el re-
[…]. La misión del novelista no es nealógico, aquella de La vida del escu- / Soy mal querido, pero dejarla, por desempeño gana gracias a una heri- vés postrero de Leonel Hernández y
narrar grandes eventos, sino hacer dero Marcos de Obregón (1618) o la de Dios no puedo” (p. 11). Lo destaco da de su rival (p. 42). Las vidas que no cree descubrir que este, con la cara
significativos los pequeños”. En una Periquillo el de las gallineras (1668). porque la música popular urbana de lo son de sus padres encuentran su destrozada, en la pantalla del tele-
literatura como la venezolana, enfer- La tolerante vejez del protagonista de Latinoamérica asoma habitualmente justo correlato en éxitos que saben a visor, le hace un guiño. “Todavía no
ma de abarcadoras metáforas cívicas Espinel o la benignidad innata del de en el quehacer del autor, en concor- derrota y en la inhabilidad adicional sé qué significa ese mensaje”, con-
–dolencia comprensible últimamen- Santos filtran sus acciones; en el ca- dancia con una estética que empezó de Francisco para identificar oportu- cluye (p. 103). Desde tal limbo onto-
te, por la traumática coyuntura en so del narrador de Méndez Guédez, a formarse en pleno apogeo del pos- nidades de renacer. lógico atisba su existencia mientras
que le ha tocado desenvolverse–, re- la inocencia lo predispone para el de- boom tal como cristalizó, entre otros, Nótese, con todo, que los lazos pa- a nosotros se nos asigna la tarea si-
sulta refrescante y esperanzadora la sengaño y una honda nostalgia de al- en Alfredo Bryce Echenique y Fran- ternos son los que más inciden en él y multánea, para él irrealizable, de in-
aparición de Round 151. En esta breve go que no consigue precisar, tal vez cisco Massiani, sistemáticos actuali- atan de alguna manera la estructura terpretarla. Pero tampoco las reglas
novela, Juan Carlos Méndez Guédez materializado en la figura de Leonel zadores de la novela sentimental in- de su existencia a un legado hogare- resultan claras para el lector: pese
se afianza como escritor dedicado al Hernández, boxeador al que idolatra glesa y francesa del siglo XVIII. ño masculino: el boxeo. Este, y en La- a que numerosos indicios señalen
verosímil y coherente despliegue de y cuya perseverante impotencia a la Entre las postraciones cotidianas tinoamérica es muy ostensible, suele un fácil encasillamiento del antihé-
los espacios afectivos brotados de sus hora de obtener campeonatos mun- que consumen al protagonista de acoplarse a los avatares del machis- roe de Round 15 como aquello que
personajes, en la línea de títulos pre- diales justifica o asimila. Round 15 se halla su amor por Inma- mo, por la violencia entre ritual y Robert Bly llamaba el soft male4, no
vios suyos como Retrato de Abel con Los descalabros de Francisco son culada, una amiga a su vez enamo- teatral que pone en juego. Soslayados parece razonable abordar con mora-
isla volcánica al fondo (1997), El libro diversos. Abundan los caseros y agri- rada de Ignacio, primo de Francisco. sus esporádicos logros y virtudes, los lismos o censuras rígidas un destino
de Esther (1999) o Una tarde con cam- dulces, consentidos incluso cuando Cuando, por fin, abandonada por el roces de Hernández con el fracaso de- pasivo, ni siquiera cuando se trata de
panas (2003). traen consigo humillaciones. Si el objeto de su deseo, Inmaculada se re- linean en quien embelesado lo sigue uno ajeno y de ficción. Para hacerlo,
Toda novela o cuento modernos cu- desapego de su propia mujer no bas- signa a casarse con el amigo fiel, sur- una imagen especular de macho luc- convendría distinguir un ejemplo de
yo asunto no sea en primer lugar el tase, la manera como evoca las con- ge una situación picaresca clásica, la tuoso. Algo similar podría advertirse actividad sin intermisiones positiva y
personaje ha perdido de antemano secuencias del entierro de su suegra, infidelidad de que Francisco será víc- en una obsesión lateral de Francisco edificadora, que nadie en el entorno
la batalla, no solo contra la superfi- por ejemplo, es ineludible: tima tras regresar su primo. Sin em- que, a primera vista, parece distin- de Francisco, por cierto, ofrece.
cialidad de la producción serial des- “Cuando retorno a la cocina suspi- bargo, nos topamos de nuevo con una ta, despertando nuestra sonrisa por “La vida es una novela imperfecta
tinada a las masas, sino contra las ro al pensar que [la] extraño. Parece diferencia esencial entre el narrador el marcado contraste: Arturo Uslar y torpe. Siempre quedan cabos suel-
seducciones del ensayo, el tratado, un sentimiento noble. No lo es […]. Y de Méndez Guédez y el cornudo Láza- Pietri. Ya los tres párrafos iniciales tos”, ha admitido el protagonista an-
el reportaje y, con frecuencia, el ca- lo peor de todo, ella siempre me lla- ro: la amoralidad o el aguante de este nos abren esa compuerta distónica, tes de despedirse de nosotros (p. 102).
tecismo, seducciones que consisten mó Ramón, lo que no deja de ser un lo escudan contra el fiasco, mientras donde lo bajo y lo alto se entrecruzan Ello ocurre porque Méndez Guédez
en anclar la escritura en propósitos problema y una incomodidad pues que la sustancia espiritual de Fran- con solapadas consecuencias carna- tiene el tino de confrontarnos con
y referentes cuya proveniencia no me llamo Francisco […]. Soy el paté- cisco parece compuesta exclusiva- valescas al recordar el narrador que una humanidad realista, que no se
es el mundo de la ficción. El princi- tico señor que espera a su esposa en mente de desilusión e incapacidad Alexis Argüello, un boxeador nica- desprende de sus sombras. En ellas,
pio de lo ancilar –recurro al todavía una cocina y que durante veinticin- ragüense de visita en Caracas, sor- resplandecen como estrellas lejanas
útil vocabulario de Alfonso Reyes– co años se dejó llamar Ramón por su prende a la prensa con sus ribetes de la brusca pureza conceptual del pu-
se adueña de lo que leemos. Cuando suegra y hasta respondía con ama- cultura: gilismo o la mucho más sofisticada
el narrador, por el contrario, confie- bilidad cuando ella pronunciaba ese que procura el arte. Acaso todo lo
re auténtica autonomía a los per- nombre” (p. 20). “El éxtasis fue el momento en que que Round 15 insinúa sobre una se
sonajes, estos, incluso si pudieran Transcurridos muchos incidentes Argüello preguntó por Arturo Us- aplique a la otra, la más recóndita
parecérsele en algunos aspectos, se afines, la suma no puede menos que lar Pietri. Tenía curiosidad por co- metáfora de estas páginas, no obs-
desprenden de él, como hijos que es- sonar desgarrada, un paso más allá nocerlo; había leído algunas de sus tante anunciada desde el principio
cogen sus propias vidas, lo que no del pathos: “Sin hijos, sin perro, sin novelas y ensayos históricos. Nadie por un epígrafe de Joyce Carol Oa-
hace extraño que en ocasiones ad- suegra, sin trabajo” (p. 96). El soste- intentó presentarlos. Uslar Pietri tes: “Cada combate de boxeo es una
versen los valores, las ideas o las nido abatimiento, por supuesto, no aparecía en la tele […] hablando de historia” (p. 11).
conductas de sus progenitores. Las debe interpretarse como exento de música barroca, de poesía france-
criaturas ficticias de Méndez Guédez ironía. La narrativa de Méndez Gué- sa, de la masonería en las guerras 1 Juan Carlos Méndez Guédez, Round 15,
a menudo disfrutan de ese tipo de li- dez ha prodigado muestras de su sen- independentistas. Parecía un señor Bogotá: Caballito de Acero, 2021.
bertad. El caso de Round 15 se des- tido del humor, que alcanza los extre- afable; un anticuado maestro que 2 Loren E. Pedersen, Dark Hearts: The Un-
taca por sus efectos conmovedores: mos, por una parte, del carnaval –en pasaba de puntillas cuando se topa- conscious Forces that Shape Men’s Lives,
la fijación de su protagonista por el la acepción bajtiniana del término– ba con temas como el amor de Rim- Boston: Shambhala, 1991, pp. 139-143.
boxeo va de la mano, o del guante, y, por otra, de la sintonía respetuosa baud y Verlaine” (p. 13). 3 Eugene Monick, Phallos: Sacred Image of
con las violencias que a veces ejer- con el sentir de sus personajes, aquí the Masculine, Toronto: Inner City Books,
cen las circunstancias sobre noso- predominante. Lo cual no significa Así como la vinculación de Fran- 1987, p. 96.
tros. Las operaciones de análisis, que el autor implícito se abstenga de cisco es ingrata tanto con su propia 4 Robert Bly, Iron John: A Book about
desmontaje y reconstrucción a las emitir mensajes distanciadores; ob- trayectoria vital como con su ídolo Men, Reading, Mass.: Addison Wesley,
que en esta novela se somete el cli- sérvese que el tono del protagonista boxístico Leonel Hernández, averi- 1990, p. 4.
EL NACIONAL DOMINGO 6 DE FEBRERO DE 2022
Papel Literario 5

PUBLICACIÓN >> PROSAS Y POEMAS DE LA EXPERIENCIA DE VIAJAR

Lunas compartidas:
GISELA CAPELLIN

Shiraz
Dicen que algunos lugares se pueden
conocer a través de fotografías. A mí
me bastó escuchar una voz.
A una mujer le habían advertido

cinco textos
sobre los peligros que le acecharían
al visitar una sociedad llena de pre-
juicios. Ella alcanzó su destino y en-
tendió que debía ser tolerante con lo
desconocido. La actitud de respeto se
inició al verse obligada a cubrir con
un pañuelo su cabeza y su cuello. Poeta, narradora y editora, Gisela Capellin ofrece a sus lectores un Llega a su casa y se acuesta en un
colchón, la única pieza que amuebla
Mientras la escuchaba, mi mente
asociaba lo conocido con lo inexplo-
libro en el que vuelca en palabras sus experiencias viajeras. En lo su cuarto alquilado en el área portua-
ria. Una vez soñó con unas tierras ob-
rado. A través de su experiencia sen-
tí la emoción de comprender una tie-
que sigue una selección de textos de Lunas compartidas (Gisela tenidas por el dragado del mar y que
ofrecieron ser rematadas, pero el
rra habitada por una casta envuelta Capellin Ediciones, Venezuela, 2021) príncipe Alberto II anunció que ese
en tabúes y misterio. proyecto había quedado suspendido
La voz me llevó hasta la lejana ciu- debido a la situación económica.
dad que alguna vez fue capital de Alterado, se levanta y va al casino.
Irán. Al escucharla, dibujé en mi Entra al espacio de altas ventanas y
mente los jardines rodeados de co- lámparas de cristal donde promue-
lumnas caladas de texturas, que re- ven juegos de azar. Desea librarse de
alzan el paso de la luz y entregan su las monedas con la imagen del prín-
reflejo sobre el agua. Sentí el calor se- cipe Rainiero. Cambia su dinero por
co, aliviado por las celosías de cuadrí- una ficha. Se acerca a la mesa de la
culas y ondas que permitían al aire ruleta y la coloca en un número cual-
treparse junto a las plantas, cubrién- quiera. El crupier hace girar la rue-
dome con su orgánica sombra. da. Luciano Bocio oye girar la bolita
Las palabras nacieron con una son- cada vez más lentamente y nota que
risa en los labios, según Zoroastro, el cayó en el número al que él había
profeta persa. Shiraz es una ciudad apostado. Con brusquedad coloca la
que recuerda la permanencia de su totalidad de lo que ganó sobre la me-
lengua en las tumbas de los antiguos sa de los dados. Sin haber comproba-
y más amados poetas. Con la descrip- do la puntuación, el crupier anuncia
ción de los pictogramas de antiguas que gana un millón.
tablillas, los escritos elamitas me re- Luciano Bocio recuerda que el Go-
velaron un lenguaje sonoro. bierno tiene una participación ma-
La voz se fue haciendo pequeña has- yoritaria en el lugar de apuestas.
ta volverse semillas de granada. El Considera evidente que vigilan sus
jugo de húmedos rubíes, fruta sagra- movimientos. Las luces de varias cá-
da para los iraníes desde hace miles maras de fotos destellan en su mirada
de años, símbolo de la fertilidad y del perdida. Los empleados del casino se
ciclo de la vida, es bebida que serena acercan con leves sonrisas mientras
bajo el perpetuo sol. el resto de la gente aplaude.
Giraron las palabras y escuchándo- Luciano Bocio toma el cheque emi-
las se convirtieron en gigantes con GISELA CAPERLLÍN / ©VASCO SZINETAR tido por la Société des Bains de Mer,
los que percibí siglos de riqueza. Se va a su casa, se desploma, prende fue-
erigió en mi cabeza la fachada de cris- nos y la sensación de amenaza que tancia. Para mí era difícil entender los agudos tonos de los bidones de go al cheque y con este enciende su
tal de la Mezquita Rosa y la voz pin- me trajo a estas sesiones. Recuerdo que tuvieras otra familia, siempre metal. Ahora, al recordarte, con lá- colchón.
tó los mosaicos que remontan los te- que recién mudado a The Loop me fuiste parte de la mía. A nuestra me- grimas expreso mi agradecimiento.
chos cóncavos. Los percibí sobre mí, anoté en un tour que permitía subir sa de comedor llegaban diariamente Al voltear hacia arriba, como siem- Palermo
en círculos concéntricos, decorados y bajar de un tranvía a lo largo de la los deliciosos platos que preparabas. pre, verás la alegría de mi rostro. Son las dos de la tarde de un día de
con flores. ciudad. Aunque estaba lloviendo ca- Al terminar de comer iba a la cocina junio en el instante en que una cá-
La voz sembró en mi cabeza dudas miné la mayoría de los trechos. Visité mientras aún flotaban las esencias de Montecarlo mara fotográfica enfoca una pareja y
al revelar que la mayoría de los jóve- la Torre Willis. Al entrar al que por las semillas, cúrcuma, fenogreco, co- El reto fue escribir un cuento creí- en un muelle ruedan cadena abajo el
nes consumen licor en exceso y no años se llamó Edificio Sears, escu- mino, mostaza. En silencio recostaba ble a partir de una anécdota que An- ancla de un barco de crucero mien-
asisten a actos religiosos, a pesar del ché que la estructura del rascacielos mi cabeza sobre el delantal y tú quie- tón Chéjov registró en uno de sus tras una tabernera sacude las migas
poder ejercido por los ayatolás, ex- estaba inspirada en unos cigarrillos tamente esperabas a que yo volteara cuadernos. de un mantel.
pertos en el conocimiento iluminati- asomados por la abertura de la caja. hacia arriba para ver la alegría de mi Ocho siglos llevan los antepasados Se escucha el silbido de una ambu-
vo y la moral. Repaso los números iluminándose rostro. En tu casa, sin embargo, no de Luciano Bocio al servicio de los lancia a la vez que el chispazo de un
Mientras habló de su viaje la na- de verde mientras subía el elevador. pude sonreír. Hubo algo solemne en Grimaldi. Su familia había guarda- fósforo ilumina la cara de un joven
rradora fue dueña de Shiraz. Yo aco- Aún oigo en mi cabeza el agudo tin- esa visita. No fui capaz de acercarme do fidelidad a los poderosos patronos que sostiene un cigarrillo a un lado
gí esas palabras como un obsequio y tineo de cada cifra durante el ascen- a ti, ni de expresar lo que sentía. desde la época en que Carlos I se au- de la boca coincidiendo con una vieja
las transformé con el derecho a com- so. Al llegar arriba varias personas Muchos años después sigo recor- toproclamó “Señor de Mónaco”. encorvada que palpa melones en una
partirlas. La imagen de esa ciudad esperaban en silencio su turno para dando ese encuentro. En ese momen- El abuelo Bocio logró ascender a venta de frutas.
quedará bajo el dominio de quien re- pararse sobre un cristal suspendido to no entendí que te habían diagnosti- plongeur al formar parte del equipo Un grupo de estudiantes observa
ciba mis letras. en el aire, a cuatrocientos doce me- cado una enfermedad que hizo a mis que trabaja dentro de las cocinas de cuerpos momificados en los pasa-
tros de altura. padres ir hasta allá. Su viaje fue pa- palacio. Luego el padre fue rotisseur, dizos de unas catacumbas sin saber
Chicago Sentí una profunda sensación de re- ra ofrecer su ayuda y costear el tra- con lo que mejoró la tradición de ser- que a pocos metros dos automóviles
Acostado en el diván veo unas man- chazo y al mismo tiempo una fuerte tamiento médico. vicio de su estirpe. Luciano completó se cruzan y ambos chóferes se bajan
chas oscuras sobre la tela. Quizás al- atracción por asomarme. Consideré No volviste a trabajar, pero siempre su formación en el Lycée Technique entre el corneteo de otros vehículos
guna vez las suelas fueron blancas. la idea de acercarme arrastrándome mantuviste contacto con nosotros. et Hôtelier de Montecarlo y alcanzó que expresan su apuro.
Ahora parecen unas llantas con las por el suelo, pero me esforcé y logré Recibíamos tus esporádicas cartas el título de sous chef de Sus Altezas Un reloj eléctrico marca una tarje-
estrías embadurnadas de grasa. apoyar los dos pies sobre el balcón de de pocas palabras, con una letra di- Reales. Sin embargo, hoy ha decidido ta cuando un vigilante denuncia la
Recuerdo que en una ocasión los vidrio. ferente cada vez, pues alguien las es- abandonar el cargo. ruptura de un vidrio en un estaciona-
lavaron. Aún vivía con mi madre al Intenté por unos instantes mante- cribía por ti. Decías siempre lo mis- Mientras saca filo a un cuchillo le miento donde cobran por hora cerca
norte de la ciudad. Con sus altos es- ner los párpados abiertos. Sentí que mo, era tu manera de informarnos viene la idea de marcharse del prin- de una plaza en forma octagonal que
tándares de elegancia debió haber si- todo daba vueltas. Estrujando mis que estabas bien. Yo con la excusa de cipado. Coloca los utensilios sobre la delimita sus esquinas con fuentes
do ella. Los puso a secar recostados manos sudorosas vi los automóviles coleccionar los sellos postales las fui superficie de mármol y se desata el que simbolizan las cuatro estaciones.
verticalmente en el patio del bun- abajo moviéndose como hormigas. guardando durante los años en que delantal. En silencio sale caminando Unas manos cascan huevos para
galow donde vivíamos. Entonces no Con el estómago oprimido vislumbré me hice un hombre. Siempre creí que a lo largo de los pasillos hasta bajar hacer un flan y otras mezclan beren-
los reconocí, mostraban una sombra la ciudad dividida en pequeñas cua- volvería a visitarte, sin embargo, una del promontorio rocoso donde está jenas con tomates mientras montan
amarillenta en el borde de la lona, drículas, las mismas líneas rectas de mezcla de sentimientos lo fue impi- ubicado el palacio. Atraviesa calles frituras de harina de garbanzos so-
que destacaba como un lamento por un ajedrezado de cemento, aluminio diendo. Con el tiempo nuestra comu- llenas de llantas y banderines, sin bre un pan con semillas de sésamo
el agua y el jabón con que mi madre y cristal que rodea esta ciudad, don- nicación empezó a ser por teléfono; percatarse de que son preparativos en el momento en que el borde de
los había sometido. Noté los ojales de todo compite por ser perfecto, la cada diciembre te llamaba para oír para el Grand Prix. una cacerola con azúcar comienza a
desnudos. Antes no me había fijado arquitectura, el diseño, la elegancia. tu voz. Escuchaba las mismas pala- oscurecer.
que eran de metal. Tampoco sabía Desde ese día no me he vuelto a qui- bras, pronunciadas con la combina- Dos cubos de hielo dan vueltas en
que tenían algo escrito en las lengüe- tar los zapatos. ción de idiomas que te caracterizaba. una copa al servir sobre ellos un licor
tas de tela. Lo descubrí al verlas esti- Me remontaba a la niñez, al bienestar dulce y se abre una caja registrado-
radas hacia afuera luciendo exhaus- Puerto España que entonces sentía y al que asociaba ra en tanto unos perros ladran tras
tas por las constantes y frías ráfagas El miedo a no volver a verte fue el contigo. un niño que persigue una pelota sin
de viento. mismo de saber que nunca más re- En tu última llamada, aunque me ser visto por un viejo que hojea un
Después me mudé a una habitación
en el distrito financiero, bajo las pier-
gresaría a la infancia.
Nos recibiste en tu casa en Puerto
preguntaste por el trabajo y elogias-
te mi carrera como arquitecto, sé
Intenté por periódico.
La sombra de un transeúnte cubre
nas de hierro de la línea del tren, con
sus remaches abultados como granos
España. Preparaste tu vivienda pa-
ra atendernos los escasos minutos
que forzaste la risa. Percibí una ex-
presión diferente en tu tono de voz.
unos instantes la cara de un acordeonista que so-
bre la acera aguarda unas monedas
de adolescente. Me acostumbré al es- que estuvimos allí. Las pocas cosas, Finalmente, emprendiste el viaje a mantener los mientras una muchacha con un traje
porádico traqueteo de los vagones y puestas de manera armónica, daban la eternidad que en forma de miste- de flores esquiva un gato que relame
al gemir de las ruedas al frenar en las un sitial de honor a cada objeto. Lle- rio me fue anunciado cuando visité párpados abiertos. su boca escarbando un tiesto.
curvas. gamos de noche. Siendo todavía un tu casa.
Unos meses después encontré tra- niño era difícil apreciar que ninguno He regresado a Trinidad, vine con Sentí que todo Son las dos de la tarde en el instante
en que una cámara fotográfica enfoca
bajo. Me emplearon para solicitar el
billete de entrada a los visitantes de
de los vecinos tenía carro, tampoco
me percaté del piso de tierra. A pesar
mi esposa y mis hijos durante los días
de carnaval. Estoy en el hotel espe-
daba vueltas" una pareja posando sobre las escale-
ras donde filmaron el grito mudo de
una casa diseñada por Frank Lloyd de los muchos años que estuviste tra- rando a que ellos se preparen para Michael Corleone al ver caer a su hija
Wright. Pasaba el día entre los hori- bajando para mi familia, fue la úni- participar en las festividades. Los en el final de El Padrino.
zontales muros exteriores y las hile- ca vez que vi a tus hijos. Eran todos cuerpos oscuros que trajo el cultivo En Palermo al igual que en mi men-
ras de ladrillos de la fachada. Ya para mayores que yo, adultos. Los habías de la caña atraen al público al ritmo te variaciones inesperadas se agol-
entonces tenía el temblor en las ma- levantado con el esfuerzo de la dis- de calipso. En la distancia escucho pan a la vez.
6 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 6 DE FEBRERO DE 2022

NOVELA >> GANADORA DEL PREMIO ROSARIO CASTELLANOS 2020


MARÍA ELENA LAVAUD
Novelista, ensayista, compiladora y gestora de numerosos proyectos culturales en

E
stamos aquí para celebrar una
conquista doble de Julieta; no
distintas ciudades, Julieta Omaña ha publicado, Molokotov, ganadora del Premio
solo haber publicado su segun- Internacional de Novela Breve Rosario Castellanos 2020 (Consejo Estatal para las
da novela, sino que haya sido
de la mano de un premio literario muy Culturas y las Artes de Chiapas, México, 2021). El texto que sigue fue leído en la
especial.
Me complace poder compartir este presentación del libro en la ciudad de Miami

Molokotov
momento con ella y con ustedes, por-
que siempre es un aliciente que el tra- uno de su lugar. Eso es muy duro.
bajo de uno como autor, sea reconoci- Luego me movió mucho porque yo
do por especialistas, en este caso, por siempre he pensado que el periodismo
un jurado que por unanimidad decidió no es una profesión sino una manera
otorgarle este premio de entre 68 nove- de vivir, y esta protagonista me lo ha
las que participaron; además, un pre- comprobado, hasta en la manera en
mio muy emblemático, el premio Rosa- que asume sus relaciones amorosas,
rio Castellanos, que debe su nombre a su sexualidad, en este caso, siempre

novela de Julieta Omaña


una escritora, periodista y diplomática explorando y descubriendo.
mexicana; una mujer que es referencia Yo diría que esta novela es como el
en la literatura del siglo XX; que consi- hojaldre, que tiene muchas capas y to-
deraba a la poesía como un intento de das crujen a su modo, todas producen
llegar a la raíz de los objetos; que rom- un efecto.
pió esquemas; que escribió con el alma; Hay un detonante que es la necesidad
que se ocupó de la política de sus tiem- de regresar al país por la enfermedad
pos pensando que el mundo debe ser de un ser querido; hay un grito de pro-
un lugar de lucha en el que uno está testa por las presiones e injusticias que
comprometido, y que defendió lo feme- muchas veces impone el ejercicio del
nino a capa y espada, aunque muchas periodismo en muchos más países de lo
veces la crítica la calificara de sexista. que uno imagina; hay un relato franco
Al leer la novela no me sorprendió la y atrevido de una mujer que vive sus
decisión unánime del jurado. En mi opi- relaciones con efervescencia y que no
nión, la historia que cuenta, honra con se condena por nada, que es libérrima;
creces el legado de Rosario Castellanos y está el relato de la debacle política de
por muchas razones. Es un relato que un país a través de historias sensibles
deja testimonio del tiempo convulso que de las víctimas del oprobio, en una se-
vivimos, especialmente en Venezuela; cuencia que entremezcla las propias
también del drama y el dolor de quien vivencias de la protagonista. Así es la
emigra y de lo femenino a toda costa. vida real, así transcurre el día a día de
Les quiero compartir parte del dicta- una mujer periodista.
men del jurado. Uno de mis párrafos favoritos está en
“El jurado deliberó en torno a las 68 la parte final de la novela, y dice esto:
novelas participantes en el certamen, y
resolvió por unanimidad otorgar el ga- “Parece que el destino nos tiene todo
lardón a la novela Molokotov, firmada preparado. A veces podemos jugar
con el pseudónimo Dolores Alcántara, JULIETA OMAÑA / AUTORRETRATO con él y otras no hay espacio para es-
que es el nombre justamente de la pro- quivarlo. En ocasiones logramos to-
tagonista. Se trata de una novela que dición humana con autenticidad”. sidad Simón Bolívar, en Caracas. Tie- tremeció por varias razones. Primero mar atajos ante lo inefable, pero ca-
toca aspectos muy actuales de la reali- Molokotov es la segunda novela de ne experiencia en el área editorial y porque evidentemente me identifiqué si siempre nos terminamos topando
dad latinoamericana. Julieta y definitivamente es un triunfo de educación en firmas como Penguin con la protagonista, una periodista que con lo real, tarde o temprano. Ahora
Temas como la pandemia del Covid, que con ella haya ganado este premio, Books, Alfaguara y el Museo Rufino emigra de manera forzosa, y que tiene solo queda en mí tratar de rehacer es-
la crisis política en Venezuela, el exilio súper merecido, luego de haber hecho Tamayo (México). Ha publicado ensa- que aprender a vivir con ese hueco en ta vida que hoy aparenta ser caduca
en México y el ejercicio del periodis- una carrera alrededor de la literatura, yos sobre literatura contemporánea en el alma que significa dejar la familia y y ensayar conseguir un destino ale-
mo de actualidad, son abordados con estudiándola y ejerciéndola. Como mu- revistas españolas, venezolanas y nor- los afectos. Vivir con ese nudo perpe- jado del vértigo y del horror o, a pe-
evidente agilidad narrativa, lo que des- chos de ustedes sabrán, Julieta es ma- teamericanas, y dictado conferencias tuo en la garganta, con esa incertidum- sar de ello, refundar un propósito del
pierta en el lector una empatía con el gíster en Letras Modernas y magíster en Venezuela, México y Estados Uni- bre diaria que produce el no estar, y a presente y de lo que está por venir”.
personaje central. en Literatura Hispanoamericana y Es- dos. Una bella carrera con pasos con- la vez pelear con uñas y dientes por lo-
El manuscrito revela además una pañola. Ha dictado cursos de literatura sistentes. Estoy segura de que vendrán grar hacerse un lugar en un país extra- Muchas felicitaciones de nuevo, Julie-
profundidad literaria que no renuncia hispanoamericana y de lenguaje en la muchos más reconocimientos. ño, y muchas veces encontrarse con los ta. Ha sido un gusto enorme acompa-
a la sencillez, adentrándose en la con- Universidad de Miami y en la Univer- A mí en lo personal, Molokotov me es- mismos fantasmas que lo espantaron a ñarte a celebrar esta nueva conquista.

NARRATIVA >> PRIMERA NOVELA DE ASDRÚBAL ROMERO límites, en las orillas, bordes que se van
disolviendo, que están siendo erosiona-
dos a pesar de la certeza de que el bien

En las sombras del bien


se impone a la larga; sin embargo, Ro-
mero lo advierte a partir de su lectura
de Memoria del mal, tentación del bien,
de Tzvetan Todorov: “La tentación del
bien es un deseo mesiánico”.
Ante la convivencia de fuerzas
Ingeniero eléctrico, cuentista, bloguero, articulista del diario El tan contrarias, la respuesta parece
darla Aurora, rodeada de un aurea
Carabobeño, ex Vicerrector Administrativo y ex Rector de la Universidad mediocritas:
de Carabobo, Individuo de Número de la Academia Nacional de la “¿Cómo te quiero?
Ingeniería y el Hábitat, Asdrúbal Romero (1951) ha publicado su primera Te quiero a la luz y a la sombra.
novela, En las sombras del bien (Kálathos ediciones, España, 2021) ASDRÚBAL ROMERO / ARCHIVO
Te quiero entero o a la sombra tuya
que decidas que yo quiera.
MARÍA ANTONIETA FLORES estructura me recuerda las novelas de po de exploración apropiado e inevita-
Sade. En el caso del Marqués, la trama ble; también, estupor y quiebra. Eduar- Te quiero en colores.

A
sdrúbal Romero asume en narrativa incorpora reflexiones filosó- do, el protagonista, busca el camino
esta, su primera novela, el ficas, racionales, como expresión de que ha perdido no solo él sino un país, Pero también en grises, en blanco y
reto de narrar la historia de una ideología libertina que justifica las pero lo sostiene una fe o una esperanza negro.
Eduardo, un profesor que ha acciones, la historia y la trama en un sembrada por quienes lo precedieron:
viajado a Madrid y prolonga su estadía ámbito individual. Propone una sub- “Me enseñaron que no importa que en Simplemente: te quiero.
por los sucesos de violencia política que versión del orden. Aquí, la intención algún momento de nuestras vidas no
se desarrollan en su país. A través de va por el camino opuesto, reclama un sepamos hacia dónde se dirige esta, Esta mañana he conseguido en mi
Aurora y su hijo Sergio, aparecen los orden regido por el bien. El bien tal co- hay que tener confianza en nuestra for- teléfono este mensaje de Aurora”
eventos que se viven en Venezuela. Los mo lo definió Aristóteles: expresión de taleza de espíritu porque ella siempre
correos electrónicos y los mensajes se la virtud y la justicia. nos permitirá reencontrar un camino”. La moderación marca las acciones
cruzan, la incertidumbre acompaña Las acciones aquí narradas están No es contar por contar una historia, de Eduardo y Aurora y, por supuesto,
a los personajes. Pero estos no son so- orientadas no solo para denunciar un aunque sea oportuno y necesario con- la incertidumbre. No hay un mundo
lo los hechos que revelan el triángu- padecimiento colectivo intolerable sino tarla. Esta historia está supeditada a desbordado sino contenido. La razón
lo emocional entre Eduardo, Aurora para ayudarnos a comprender la lógica una intención mayor. Busca compren- logra contener la desesperación y el
y Sergio ni es simplemente la mirada de la crueldad que ciñe los actos repre- der una arista del mal. En esta inten- deseo, y busca un orden en el caos. Sin
de quien desde una ciudad extranjera sivos del poder. Hay tesis y antítesis pa- ción radica la universalidad que alcan- duda, la distancia geográfica entre los
mira con dolor los acontecimientos de ra llegar a la síntesis del capítulo final. za En las sombras del bien. Más allá de protagonistas estimula un eros mode-
su país, un país golpeado por la violen- El inicio y el final de la novela se abra- la realidad de Venezuela, en este relato sombra del bien –nos habla de estar rado y, por lo tanto, intenso.
cia y el totalitarismo; esta novela nos zan en el discurso reflexivo, exponien- están reflejadas las diversas situacio- protegido por el bien– que en las som- La pérdida es un sentimiento que
demuestra cómo la lógica del bien co- do con claridad la intención del autor. nes que se viven bajo el peso del totali- bras del bien, señal de habitar un lugar acompaña de principio a fin. Ni aun
mún lleva a instaurar una lógica de La convivencia del discurso narrativo tarismo, la vida de los que se quedaron donde el bien no es solo luz pura sino regresando se repara la pérdida, pero
la crueldad y cómo esta lógica puede con el ensayístico, ubica esta novela en y la de los que se fueron. que al no estar colocado en el cénit, en siempre queda abierto un comienzo,
determinar la vida privada y pública, la región de lo transgenérico, aspec- El bien, concebido como luz pura, to- lo más alto de ese cielo construido por un nuevo despertar a pesar de “que to-
aniquilar el mundo interior y físico, de- to que despierta tanto interés en estos do lo ilumina pero en ese espectro que el poder, al estar desplazado de esa ver- dos estamos inmersos en esta lógica
jar una huella imborrable, un agravio días de fronteras borradas, de fluidez se ha denominado bien, hay sombras, ticalidad deseada, proyecta sombras. de la crueldad que ha invadido nues-
permanente. de géneros. zonas grises donde la vida sucede. En En esas sombras es donde más se an- tras vidas en el nombre del bien” y
Entre el ensayo y la narración, es- Para plantear su propuesta, Asdrú- ese transcurrir de lo humano no exis- hela el bien. La vivencia cotidiana de esta fatalidad marca cada línea, cada
ta novela se inserta en una tradición bal Romero no tuvo que ir muy lejos, ten las claras parcelas que ha creado la acción del mal y la crueldad lleva a acción y queda gravitando al cerrar el
que se vincula con la Ilustración. Su su realidad cotidiana le ofrecía el cam- la teoría. No es lo mismo estar bajo la quienes aspiran el bien a sentirse en los libro.
EL NACIONAL DOMINGO 6 DE FEBRERO DE 2022
Papel Literario 7

RELANZAMIENTO >> NOVELA GANADORA DEL PREMIO ADRIANO GONZÁLEZ LEÓN 2004

Corrector de estilo
je a través de la psiquis evolutiva de
un personaje: nuestro protagonista, al
concluir la novela, no es el mismo que
el narrador nos ha presentado desde
un principio. Nosotros cambiamos con
él: es absolutamente cinematográfico,
aunque se salva del cliché rápidamente
y nos impone un ritmo literario, no es-
cénico, no fílmico. Hay cosas que solo
Corrector de estilo pueden hacerse en la literatura: una

–novela que en historia de amor truncado por la real-


idad, que, de las cenizas de su fracaso,
2004 ganó el Premio logra reconstruir al personaje y al mis-
mo tiempo definir los contrastes de la
Adriano González sociedad.
Todo lo que está mal en la ciudad es
León, otorgado resaltado por los habitantes ficticios

por el PEN Club de que se narran en Corrector de estilo. La


viciosa elocuencia que impone la con-
Venezuela– del ducta de hombres y mujeres en las pá-
ginas de la novela, puede reconocerse
poeta, narrador y caminando por las calles de Maraca-
ibo, pero sin duda esto no hace falta,
dramaturgo Milton porque muchos lectores se han senti-
Quero Arévalo do entre esa muchedumbre solo leyen-
do este libro.
(1959), vuelve a ¡Puede desaparecer Maracaibo! Ya
está contenida en este libro. Qué mar-
circular en edición avilloso es poder leer una novela tan
al amor, a la familia, al trabajo y final- buena como esta.
de Sultana del Lago mente, a la corrección de un libro in- Pero añadí todo esto de contexto pa-
(Venezuela, 2021) acabado, de la misma manera en que
sostienen sus prejuicios mientras to-
ra decir que, en los predios de la gen-
eración de cristal, en los tiempos de
man una cerveza helada. la cancelación, los linchamientos mo-
LUIS PEROZO CERVANTES Nectario, el personaje principal, rales, la “normalización” y el rechazo
logra reunir las características más al bullying, una editorial zuliana, lla-

P
or los pasillos de la global- completas de un gran personaje liter- mada Sultana del Lago Editores, se
ización cibernética ha rodado ario contemporáneo: posee contradic- atreve a poner en circulación una obra
una buena noticia, que pasa ciones morales, como Raskólnikov, el maestra que expone gloriosamente
desapercibida ante el ego en- protagonista de Crimen y castigo; com- el machismo, que un monumento a
cendido de millones que aún se debat- prende su entorno como un espacio la prepotencia masculina, celebra el
en sesudamente qué paleta de colores MILTON QUERO ARÉVALO / ARCHIVO
de retroalimentación y finalmente se ego desgarrado de los intelectuales de
tendrá el branding de su Instagram descubre víctima del ambiente espe- provincia.
o cuáles son los últimos anuncios se- go. Fue actor de telenovelas en la tele- y utiliza sus inseguridades para com- so que lo rodea, como Leopold Bloom, Y no es un error, porque este
cretos de la CIA que cambaran el des- visión nacional durante su juventud, y prender el mundo. el protagonista de Ulises o Peter Kien, contraste conforma la verdadera
tino todos los habitantes del planeta los desajustes del destino, lo hicieron ¡Ey! Pero Milton no es sus perso- el comelibros protagonista de Auto de potencialidad de nuestros discur-
de forma automática. venir a vivir en Maracaibo, ciudad najes, cosa que hace más trascenden- fe. También, es sexualmente instinti- sos colectivos, y define la labor
Una novedad de esas que no parece donde ama y escribe. En Maracaibo, te su hallazgo, observación y fijación. vo, como el Henry Miller de Trópico de del creador literario: Milton Que-
alumbrar a nadie, pero que pensándolo Milton, con el don demiúrgico de su Como un buen actor logró darles alma cáncer, o en otras facetas, sexualmente ro Arévalo ha creado un estuario
mejor, se convierten en un suceso ex- nombre, se ha convertido en el “actor a hombres muy diferentes a sí mismo, introspectivo, como José Cemí, el pro- imaginativo, auto-sustentado en
traño, un acontecimiento del siglo: de carácter” más destacado de la con- pero que cualquiera podría creer que tagonista de Paradiso. la idiosincrasia de los personajes,
Hace unos días, la novela Corrector temporaneidad, ha puesto en escena son reflejo de su interioridad. Todos estos atributos y muchos otros que fortalece la dignidad del error
de estilo volvió a salir al ruedo editori- dramas sensibles que transforman el Entre los novelistas contemporáneos que se escapan, mezclados con acento y construye desde la particulari-
al, fue reeditada, y está al alcance po- sinsentido de lo que somos y, sobre to- de Venezuela es difícil encontrar uno almático del maracucho, con la propen- dad de un dialecto (hasta de un id-
tencial de siete millones de personas do, ha escrito una versión de la ciudad, que se escape, como lo hace Milton sión delirante que tienen los que habi- iolecto) una manera de entender el
cada día. ¿Son siete millones de ejem- que cobra vida en cada palabra. Quero Arévalo en Corrector de estilo, tan bajo el sol de la Sultana del Lago de mundo.
plares? No, pero si son siete millones Pues tanto entrenamiento actoral y de la tematología de la actualidad: to- Maracaibo: elemento que hace de Nec- Ya está suelto este pequeño mon-
de personas las que diariamente com- suspicacia lectora, ya que también es dos, los que están aquí, los que se han tario Medrano Rodríguez un espéci- struo del intelecto, la aldea glob-
pran un artículo en Amazon, que es licenciado en Letras, más su don inna- ido al exilio voluntario, presentan sus men único. No hay un personaje igual al debe cuidarse, porque hará una
la red de distribución que ahora tiene to, lo capacitaron para, cual extranjero, novelas como testimonio de una época. en la literatura venezolana, no hay una hendidura en el plano y aburrido
esta novela. (También está en la Play poder radiografiar una verdad que los Corrector de estilo es, si queremos usar- novela como esta, que parece recorrer presente, mostrará una vez más,
Store de Google Books y disponible en mismo zulianos no son capaces de ver la como testimonio de algo, la huella de el siglo XX y XXI sin distinción, que en- que desde las periferias, los hom-
impresión bajo demanda). completamente: su novela Corrector de un “modus operandi” masculino, que cuentra puntos de anclaje cultural en bres son capaces de crear oficios
Es un gran suceso, pongámoslo en estilo es el delicado álbum de estampas encontró en sus personajes la manera cualquier locación caribeña, que se im- inútiles y trascendentales, que cor-
contexto: morales y prototipos personales del de universalizarse: Milton Quero hizo pregna de la esencia fresca de los adi- rompen las certezas de su tiempo.
Milton Quero Arévalo es una especie machista, del maracucho, del irreflex- potable el carácter sociópata del mara- oses genuinos: porque este parece, al Hay una buena noticia: ha vuelto
de “rara avis” del mundo de la escri- ible intelectual tropical, que agoniza cucho y lo encapsuló en seres pluriva- final, un libro de despedidas. Corrector de estilo de Milton Quero
tura: es poeta, novelista y dramatur- en su propio miedo a la mediocridad, lentes, que son capaces de enfrentarse Como toda buena historia, es un via- Arévalo.

NOVELA >> FANTASÍA PARA JÓVENES LECTORES


(su nombre recuerda a Hefesto, el

Aventuras para salvar un reino dios griego del fuego); Cerín, conce-
bido como una especie de bufón, pero
en el fondo un personaje dotado de un
peculiar sentido común; y Met, rey de

María Alejandra cas y de tribus o pueblos de otras re-


giones de Europa. Estas afirmaciones
ciclo Pendragón, de Stephen Lawhead;
y la saga de Drizzt, de R.A. Salvatore,
un pueblo de gnomos, a quien su con-
dición de gran señor no le impide in-
Ocando es psicólogo tienen un gran interés para los teóri-
cos, pero en su formato narrativo ac-
entre tantos otros títulos, son conti-
nuadores, herederos con talento de
teractuar con sus socios de sobrevi-
vencia, Hefes y Cerín.
y poeta venezolana, tual –cuyas principales característi- las claves que aparecieron con clari- En estos tres personajes, más allá de
cas ya explicaré– la novela fantástica dad en La serpiente de Uroboros. sus inevitables diferencias, y en las
residenciada en que los lectores disfrutan en nuestros curiosas interrelaciones entre unos
Sydney, Australia. siglos XX y XXI, provienen de La ser-
piente Uroboros, la novela que el in-
Claves narrativas
El lugar, el espacio donde se desarro-
y otros, hay un sedimento comparti-
do. Aunque las apariencias no siem-
El año pasado glés Eric Rücker Eddison (1882-1945)
publicó en 1922, hace justo un siglo.
llan las ficciones –como el mundo de
Narnia inventado por C. A. Lewis, o
pre lo muestren, en ellos subyace un
pozo de compasión, de límites en sus
publicó una novela La serpiente de Uroboros marcó la el Castillo de Howard urdido por J. K. conductas. Esto quiere decir que no
trayectoria de lo que vendría después, Rowling; los hechos extraordinarios están dispuestos a todo, a pesar de los
dirigida a los jóvenes, porque fue leída por los tres grandes que ocurren ‘naturalmente’ en esa di- riesgos que supone el que no logren
El astrolabio de las maestros del género: Robert E. Howard
(1906-1936), que se suicidó cuando tenía
mensión, que son maravillosamente
distintos a las realidades terrenales;
alcanzar el astrolabio de las hadas.
Son personajes que actúan sobre un
MARÍA ALEJANDRA OCANDO / CORTESÍA
hadas (Editorial apenas 30 años, y que inventó decenas
de personajes y escribió centenares
la omnipresencia de seres o criatu-
ras malvadas, dotadas de una espe- dra Ocando, la novela para jóvenes El
trasfondo moral, sin ser moralistas.
La lectura de El astrolabio de las ha-
Caligrama, España, de relatos, entre ellos, Conan, que ha cial capacidad destructiva y armas de astrolabio de la hadas (Editorial Cali- das me ha hecho pensar que se trata
sobrevivido en películas, videojuegos poderío siniestro, que tienen el obje- grama, España, 2021) cumple, en bue- de una novela-proyecto: producto de
2021), perteneciente y juegos de mesa; John Ronald Reu- tivo de destruir ese mundo paralelo; na medida, con todos estos requisitos. una arquitectura narrativa y un cui-
al género de la el Tolkien (1892-1973), el creador de
El hobbit, El Señor de los Anillos y de
la existencia de unos enigmas o unas
pruebas o unas dificultades que deben
Y lo hace de forma precisa. No pre-
tende renovar el género de la narra-
dadoso diseño de los personajes, todo
previamente planificado. La escritu-
literatura fantástica otras exitosas historias impresas o ci-
nematográficas; y el extraordinario
resolverse o sortearse, para evitar la
muerte y lograr que la vida continúe;
ción fantástica, sino hacer uso de sus ra de la autora, eficaz y precisa, se lee
parámetros, del mejor modo posible. fluidamente.
escritor irlandés Clive Staples Lewis y, el más imprescindible de los compo- Y así crea un mundo, el Reino de Ea- La autora, María Alejandra Ocan-
(1898-1963), a quien debemos las mo- nentes, un héroe o un grupo de héroes la (“Eala”, por cierto, es el título de do, es psicóloga, poeta y autora de li-
MARCO AVENDAÑO numentales Crónicas de Narnia. que, a pesar de sus debilidades, luchan una canción de banda española Cel- bros para niños. Ha ganado algunos
Todo lo que vendría a continuación, para impedir que la encarnación del tian), que un mal día ve amenazada premios literarios en el Estado Zulia,
A los estudiosos de la literatura fan- La historia interminable de Michael mal cumpla con su cometido– estos su existencia por un brutal engendro lugar donde nació. El astrolabio de las
tástica les complace repetir que el Ende; la serie de La leyenda de Terra- son, enunciados de forma general, los de nombre Eskol (nombre que en la hadas, su primera novela, es la parte
origen del género está en diversas mar, de Úrsula K. Le Guin; Juego de elementos recurrentes que los segui- tradición escandinava designa al lobo I de una trilogía. Si tengo que resu-
mitologías, entre ellas, de forma muy tronos, de G. R. R. Martin; la saga de dores del género fantástico encuen- que persigue a la luna para devorar- mir mi criterio en una frase, esta es:
destacada, las que provienen de la Harry Potter, de J. K. Rowling; El nom- tran en estos relatos. la), y al que hacen frente tres perso- un buen producto de entretenimien-
antigua Grecia, de las culturas nórdi- bre del viento, de Patrick Rothfuss; El La ficción creada por María Alejan- najes: una suerte de antihéroe, Hefes to, concebido y escrito con dignidad.
8 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 6 DE FEBRERO DE 2022

TALLER CRÍTICO
Carta a propósito
de López Pedraza
La hija de la española y el Holocausto
ROBERTO LOVERA DE-SOLA ta llegar a su última línea en donde
se lee: “A mi tierra, siempre rota.
cía un hombre viejo. Tenía el rostro
estrujado, la piel llena de costras de “El psicólogo junguiano llevó su análisis
el cautiverio es el mayor mal que
puede venir a los hombres
Repartida a ambos lados del mar”. Y
cuando el lector cierre el volumen, su
heridas anteriores. Estaba tan del-
gado que podía ver sus venas sobre
de la simetría entre el verdugo y los
Miguel de Cervantes cara estará llena de lágrimas, tal lo el poco músculo que cubría sus hue- judíos exterminados a su conclusión
que la novelista nos narra. sos. Vestía unos vaqueros andrajosos
“lógica”: los judíos en Europa y la Unión

D
ebemos comenzar nuestro Puntos de mira de La hija… son los y una camiseta roja con los ojos del
comentario sobre la nove-
la de Karina Sainz Borgo
que siguen: “Enterramos a mi madre
con sus cosas… Mientras redactaba
Comandante impresos a la altura del
pecho”; “Vimos cómo el país se trans-
Soviética (no solo los judíos en Alemania,
(1982), La hija de la españo- la inscripción para su tumba, enten-
dí que la primera muerte ocurre en el
formaba en un esperpento”; “Hasta
hace unas semanas seguía igual,
como pretendió erróneamente López-
la, señalando por qué este libro se ha
convertido en un hito literario: el vo- lenguaje, en ese acto de arrancar a los en un mundo que ya no es el suyo Pedraza) son los causantes mismos de su
sujetos del presente para plantarlos ni el nuestro”; “Vaya mierda ¿no?...
lumen se ha editado en 28 países dis-
tintos, traduciéndose a diez idiomas. en el pasado. Convertidos en acciones ¿Cuál de todas, Santiago, ¿el gobier- exterminio por esa vocación de víctimas
La revista Time lo consideró uno de
los más importantes libros del año
acabadas. Cosas que comenzaron en
un tiempo extinto”. Más adelante: “el
no, la escasez, el país? Podía decir-
se que el país se había suicidado”.
que marcó su destino”
2019; recibió también los premios de desánimo se abría paso con la misma Tal la realidad que viven los
Le Figaro de Francia y el O’Henry en fuerza de la desesperación de quienes personajes de La hija… y los venezo-
Estados Unidos. Reiterándose tam- veían desaparecer todo cuanto nece- lanos de estos días.
bién el interés que sobre los hechos sitaban: las personas, los lugares, los Pero en La hija…está, y muy bien
sucedidos en Venezuela en estos años amigos, los recuerdos, la comida, la descrita, la Venezuela feliz que fue
se tienen en diversos países. Nosotros calma, la paz, la cordura. ´Perder’ se nuestro país hasta las fatídicas elec-
sabíamos que un día ello se haría pú- convirtió en un verbo igualador que ciones de 1998, en las que los elec-
blico. Con estos importantes logros los Hijos de la Revolución usaron en tores cometieron al votar un gran
no podemos dejar de reiterar, lo que nuestra contra”. Este que hemos des- acto de analfabetismo político y eli-
antes hemos sostenido varias veces, crito es el ámbito en el cual trascurre gieron una dictadura. Ahora están
que la literatura venezolana vive en esta novela, en ella aparece casi paso arrepentidos.
la actualidad un momento luminoso, a paso la violencia reaparecida entre Ese país donde “éramos felices y no
desde 1999. nosotros, que creímos muerta desde lo sabíamos” como se dice hoy entre
Tenemos en nuestras manos La hija 1903 en las aguas del Orinoco cuando nosotros, está muy bien y bellamente
de la española, la primera novela de el general Gómez puso fin a nuestras descrito por la novelista, incluso con
la periodista caraqueña Karina Sainz guerras civiles y al caudillismo, pero páginas de honda belleza literaria. Y
Borgo; es también su tercer libro. Es reapareció en neo-caudillismo, que desde allí de donde se proyectó el por-
una obra en el cual los venezolanos creíamos muerto, ya que: “el mundo, qué debe llamarse a ese tiempo vene-
nos podemos mirar como ante un es- tal y como lo conocía, había comen- zolano los días trágicos.
pejo en el momento trágico que vivi- zado a desmoronarse”. Tanto que co- Pero como dice uno de los persona-
HOLOCAUSTO / UNITED STATES HOLOCAUST MEMORIAL MUSEUM
mos. Veremos en su anécdota, tan ve- mo dice la protagonista: “Jamás pude jes del libro: “Vimos los mejores años
razmente contada por su magnífica resucitar de las muertes que se acu- del Comandante y luego el lento as-
autora, cómo destruir es más fácil que mularon en mi biografía aquella tar- censo de sus sucesores; conocimos ISAAC NAHÓN SERFATY
construir. Edificar fue lo que hizo Ve- de. Ese día me convertí en mi única las primeras versiones de los Hijos de
nezuela desde la creación del Estado familia. La última parte de una vida la Revolución y los Motorizados de la Me ha llamado la atención que la más reciente edición del Papel
moderno por Juan Vicente Gómez, a que no tardarían en arrebatarme, a Patria. Vimos cómo el país se trans- Literario haya estado dedicada al escritor Rafael López-Pedraza y
partir, primero del Congreso de Muni- machetazos. A sangre y fuego, como formaba en un esperpento”. a la conmemoración del Holocausto. No sé si esto es una mera coin-
cipalidades (1911), en donde se trazó el todo lo que ocurre en esta ciudad”. Tal la transformación que “Hasta cidencia, o una decisión editorial de dedicar un mismo número a
programa de aquel gobierno y, segun- Este libro ha sido escrito con san- hace unas semanas seguía igual, en este psicólogo analítico y al genocidio de los judíos.  
do, desde 1913 cuando aquel presiden- gre, con poca inspiración y mucha un mundo que ya no es el suyo ni el En su ensayo Ansiedad cultural, López-Pedraza hace un análisis
te, un dictador creador, nombró al in- transpiración, como dijo Herrera nuestro”, preguntándose qué somos: del Holocausto (del “llamado Holocausto”, como él lo escribe en el
geniero Román Cárdenas (1862-1950), Luque, para atravesar “la membra- “¿El cáncer, el Gobierno, la escasez, texto). Su argumento, inspirado en su formación como psicoana-
ministro de Hacienda. En las manos na de la realidad”: “la guerra era el país?”. O “Nos tocábamos para lista junguiano, pone en un mismo plano a los nazis y a los judíos.
de Gómez y en la acción del doctor nuestro destino, desde mucho an- comprobar que en aquel país mori- López-Pedraza afirma que ambos (victimario y víctima) represen-
Cárdenas nació el Estado moder- tes de que supiésemos que llegaría”, bundo nadie aún nos había matado”. tan dos formas de concebir la pureza racial propia tanto de la ideo-
no entre nosotros, que otro dictador ello porque antes había sucedido el Es lo que sienten muchos de los que logía nazi y de la religión judía, ambas expresiones del monoteísmo
constructivo, Antonio Guzmán Blan- Caracazo (1989), con todas sus se- viven en este país “dulce y ácido”, (uno centrado en el Estado todopoderoso en manos de la raza aria,
co (1829-1899), había esbozado en los cuelas de muertes; “En aquel país, lo algunos de los cuales susurran den- y otro del Dios único del pueblo elegido). Propone López-Pedraza
años setenta del siglo XIX, pero que no único que funcionaba era la máqui- tro de sí: “Maldito país: no volverás analizar “el Holocausto como el horripilante resultado de dos pue-
pudo rematar porque no tuvo los hom- na de matar y robar, la ingeniería del a verme nunca más”, pero que lo di- blos llevados por la locura de la pureza virginal”. Vemos claramente
bres con quienes hacerlo. Lo que vino pillaje. Los vi crecer y firmar parte cen porque no pueden desprenderse que para este escritor existe una simetría perfecta entre los verdu-
tras él, especialmente con Andueza del paisaje, al que se acoplaron como de él, forman parte de los seis millo- gos nazis y los judíos.  
Palacio, fue la guerra civil que solo la algo normal: una presencia camufla- nes de compatriotas que han cruza- Más adelante en su texto, López-Pedraza vuelve sobre un análisis
logró detener Gómez en 1903. Desde da en el desorden y el caos, protegida do nuestras fronteras, muchos a pie simétrico de las dos partes del “conflicto”: “La sombra arrojada
allí la construcción no cesó hasta 1998, y alimentada por la Revolución”; “el para irse a Colombia y Brasil, otras por esta locura de pureza racial, esta exclusividad, constelizó (sic)
especialmente desde 1913, y desde los miedo me abochornaba y me desgua- para llegar, incluso a pie hasta Chile. a su vez la locura alemana: la pureza racial haciendo posible el apa-
años de la República Civil (1958-1998), recía”; tal lo que sucede que cuando Pero no pueden dejar de pensar en recer de otra pureza racial. Lo que la historia reveló en Alemania
la edificación de la nación. la protagonista se encuentra con un su tierra todos los días, pese a decir fue el asesinato de judíos ‘puros’ perpetrado por alemanes ‘puros’:
En 1999 tomó posesión el gobier- querido amigo dice: “Por primera vez lo que aquella joven muchacha con los arios puros contra el pueblo elegido por Dios. Dos concepcio-
no que destruyó todo lo construido, desde que lo conocía, vi en Santiago su hijito en brazos: “es difícil parar nes de vida dominadas por la virginidad cuya consecuencia fue la
asunto que es el que nos narra Sainz algo parecido a la derrota. El niño a un país que no es el nuestro, pe- demencia. EI impacto de dos psicologías virginales tuvo por efecto
en una novela tan bien hecha, que economista, que de todo sabía y to- ro allá no hay nada, allá no tenemos una destrucción masiva, una masacre. Víctimas y victimarios, vic-
quien la abra no podrá cerrarla has- do lo podía se había esfumado. Pare- nada”. timarios y víctimas, bailando juntos una infernal danza de muerte”. 
Un poco antes de hacer esta afirmación, el escritor presenta en su
texto un supuesto dicho de Golda Meir a Henry Kissinger: “’Ser víc-
timas parece ser el destino de los judíos’, le dijo una judía moderna,
Golda Meier (sic), a un judío moderno, Henry Kissinger , como si
ese fuera el precio de la fantasía de ser el Pueblo Elegido” (no con-
seguí la supuesta cita de Meir en ninguna edición de la revista Time
de 1982, la fuente que usa el escritor).  
López-Pedraza comenta enseguida: “Existe una extraña psicología
en esta aceptación de ser víctima, de ser movido por un destino que
se precipita inconscientemente hacia la búsqueda del victimario. Es
un destino que se mueve con extraordinaria fuerza y habilidad al
encuentro de su realización. Si la meta de un destino es convertir-
se en víctima, toda la energía se dirigirá hacia eso. Si el propósito
final es ser una víctima, uno puede entonces imaginar que eso es
lo que realmente realiza ese destino. Tal sentido del destino hace
que una vida se convierta en el vehículo de esa fuerza. Así es como
yo deseo ver la historia de la diáspora judía en Alemania: el pueblo
judío, impulsado por la fuerza de su destino -la pureza racial- a tra-
vés de los siglos, propiciando y moviéndose hasta las consecuencias
finales del Holocausto”. 
El psicólogo junguiano llevó su análisis de la simetría entre el ver-
dugo y los judíos exterminados a su conclusión “lógica”: los judíos
en Europa y la Unión Soviética (no solo los judíos en Alemania,
como pretendió erróneamente López-Pedraza) son los causantes
mismos de su exterminio por esa vocación de víctimas que marcó
su destino que habría provocado ese encuentro explosivo con los
alemanes nazis obsesionados por la pureza racial (olvida también
el escritor la participación de otras personas no alemanas en el ge-
nocidio cometido contra los judíos).  
Su análisis es altamente problemático e incorrecto por múltiples
razones, que no vale la pena considerar en esta carta. Pero sí es
importante al menos señalarlo cuando se publican en una misma
edición artículos que conmemoran al autor de este análisis sobre
el Holocausto y textos que recuerdan la Shoá. 
KARINA SAINZ BORGO / ©CLARA RODRÍGUEZ Espero que puedas publicar esta carta en el Papel Literario.   
EL NACIONAL DOMINGO 6 DE FEBRERO DE 2022
Papel Literario 9

RELATOS >> RELATOS DE CESIA HIRSHBEIN

Los bosques de la memoria


Ensayista, siempre está “delante de nosotros”
e invoca la necesidad de justicia. La
bibliógrafa y venganza falla, como lo demuestra el
último cuento, en cambio la justicia
narradora, Cesia restaura el equilibrio, no sé si cósmi-
co, pero sí, el de cada relato, sea por
Hirshbein (1946) ha un castigo real, o por lo que ocurre en

publicado Hombres la consciencia de los personajes. Es-


tamos hablando de la justicia bíblica,
que eran bosques en la que las culpas (y los traumas) de
los padres recaen sobre los hijos. Es
y otros relatos evidente en la historia de la hija del
zapatero y la del hombre que busca
(Editorial Popular, sus raíces en Polonia, pero también
España, 2020) fulmina con la inmediatez tropical la
vida del motorizado del barrio. (Po-
cos sabemos que ese relato es un cie-
KRINA BER rre de cuentas simbólico de la autora
con el desconocido que la había atro-

L
a cercanía del 27 de enero, el pellado rompiéndole las dos piernas).
día de la Conmemoración de Se manifiesta después de veinte años
las Víctimas del Holocausto, con la captura del asesino del Ávila,
me trae el recuerdo del libro pero también en el fallido proceso de
que tuve el placer de presentar en oc- venganza planificada por la esposa
tubre pasado junto con José Tomás engañada del último cuento. Y cier-
Angola, en un emotivo evento orga- tamente hay justicia restauradora
nizado por Librería El Buscón en la de equilibrio cuando ELLA, la viaje-
Sala Tac del Trasnocho. Se trata de ra, recupera la plenitud de su poder
Hombres que eran bosques, un con- femenino.
junto de cuentos de Cesia Hirshbein, Por último diría que los cuentos de
del sello Editorial Popular, en su co- Hombres que eran bosques cobran sa-
lección Letra Grande, que vio la luz bor y relieve con los elementos del
a finales de 2020. La celebración que subconsciente que se cuelan en la
debería suscitar cada publicación de trama, añadiéndole riqueza semán-
literatura venezolana por una edito- tica y verosimilitud. Para quienes te-
rial española se había atrasado y di- nemos la fortuna de llegar enteros a
luido en las cuarentenas y la lejanía la tercera edad, el equipaje de la vida
física de la autora tanto de España co- acumulada atrás permea lo que se es-
mo, últimamente, de Venezuela. cribe, queriendo o sin querer. Apar-
Quiero creer que los libros tienen te de nuestra condición de hijas de
su propio tiempo, aun en la impa- sobrevivientes, comparto con Cesia
ciencia cultural que caracteriza hoy Hirshbein el sabor de esa magia na-
el nuestro. Lo confirmó el entusias- rrativa que te hace retomar retazos
mo de la inusitada cantidad de perso- de recuerdos propios y transformar-
nas que, pese a la lluvia y las precau- los en ingredientes de una historia
ciones sanitarias, acudieron al evento de ficción. Y ella tiene mucha vida
“presencial” que Cesia Hirshbein se detrás: inmigración en la infancia,
arriesgó a convocar en esta Caracas años de entusiasmos y obsesiones li-
de espacios culturales menguados, terarias, su carrera académica y la
diezmados por el chavismo, las au- pasión por la música, matrimonios y
sencias y la pandemia. parejas, dos hijas, cuatro nietos, via-
jes, cambios, mudanzas y siempre,
Los cuentos siempre mucho glamour. Y de algu-
Que la cercanía del 27 de enero me na manera la narrativa lo refleja.
hace retomar las palabras que pro-
nuncié en aquel evento, no significa CESIA HISHBEIN La autora
que Hombres que eran bosques sea Cesia Hirshbein se reveló como na-
otro de los muchos libros dedicados sumergirnos en cada uno de ellos, sin la Polonia comunista. Pero, a la hora rradora de ficción después de toda
directamente al Holocausto. Los seis por ello perder la tensión narrativa de escribir narrativa, para ninguna una vida como profesora titular de la
cuentos que lo componen son autóno- que se mantiene hasta el final. de las dos resulta posible ocultar la UCV. Durante varios años había sido
mos y muy distintos. Difieren en las condición de ser hija de sobrevivien- directora del Instituto de Estudios
historias, los escenarios, la atmósfera Los temas tes. Por algún lado siempre asoma. Hispanoamericanos de la Facultad de
y el tono de contar. Los relatos, por más variados que También en estos relatos de Cesia, Humanidades y Educación; también
Sin duda, es el tema del primer rela- sean, cuando se agrupan en un con- el Holocausto se manifiesta como se desempeñaba como profesora visi-
to que proporciona el título al conjun- junto revelan las claves temáticas que un legado que pesa sobre los descen- tante en las universidades de Jerusa-
to: “Hombres que eran bosques”. El no siempre destacan al leerlos por se- dientes, imposible de comprender ni lén y de Londres. Lo que escribía en
protagonista venezolano, hijo de un parado. Me sorprendió, por ejemplo, de eludir. Es el tema directo, doloro- esos años eran artículos académicos
sobreviviente, llega al pueblito don- la reiterada presencia mística y pode- so, de “Hombres que eran bosques” en revistas especializadas, columnas
de nació y creció su padre. Espontá- rosa, sea de figuras del pasado, como y de “Se hacen y se componen”, pe- de crítica literaria en los periódicos
neamente nace una fuerte atracción Humboldt y Bonplant que protegen ro también hay menciones, casi invo- y libros de ensayo publicados por la
entre él y la joven historiadora polaca a los caminos del Ávila, sea de seres luntarias, en otros. Las víctimas del UCV y por la Academia de la Histo-
encargada de los archivos. ¿Es posi- mitológicos, como Medea en el cuen- psicópata del Ávila son judíos de ojos ria, libros sobre temas de literatura y
ble una historia de amor en ese lugar, to del marido infiel o ficcionales, co- azules (¿característica “impostora” hemerografía venezolana, sobre au-
donde las casas y los árboles del bos- mo “ELLA” (SHE, de Rider Haggard): en el código nazi?). “ELLA”, la viaje- tores como Rufino Blanco Fombona,
que están manchados por los críme- la secreta personalidad de la viajera ra del tour se va a Alemania contra la Lisandro Alvarado y su amado Leza-
nes del pasado? del tercer relato. Tampoco podemos voluntad de su madre –también una ma Lima.
El segundo, “Como un perro atrave- olvidar la sensualidad femenina que sobreviviente– y en algún momento Al jubilarse puso punto final a su
sado en la avenida”, está ambienta- caracteriza esta narrativa. Sabemos asiste al evento musical “en honor a carrera académica. Los cuentos de
do en un barrio pobre de Caracas. El “Se hacen y se componen”. La pro- cómo se ven los personajes, cómo se los cantantes de los festivales wagne- su primer libro, Sombras sobre la
protagonista –malandro pero no “ma- tagonista huyó de Caracas y de su pa- visten y caminan. La música, la ro- rianos, que habían ido a parar a las luna de van Gogh (Lector Cómplice,
la gente”– mantiene a su mujer e hijo dre –zapatero remendón, viudo y so- pa, el baño, la comida, la voluptuosi- cámaras de gas”. 2014), ya demostraban su potencial
haciendo entregas con su moto y, de breviviente directo de los campos de dad de los rituales de maquillaje. Ce- Los gurús de autoayuda proclaman narrativo, ratificado por el segun-
vez en cuando, robando carteras, pe- exterminio–, cambió de nombre y tie- lebraciones. Gestos repetidos o tics, que el presente es el único tiempo que do conjunto, A media voz, publicado
ro sin causar daños mayores a nadie. ne una vida nueva en Brooklyn. Aun sonarse los dedos, sacudir la melena existe, al contrario de los pensadores dos años después por Editorial Íg-
Hasta el día en que ocurre una des- así, ¿podrá librarse del pasado y de o pasarse la mano por el cabello. Las como Montaigne y San Agustín que neo. Cesia siguió escribiendo cuen-
gracia: atropella a una persona. sus culpas cuando el departamento sensaciones y los sentimientos se ma- lo ven como una línea sin espesor tos –como lo demuestra el libro re-
El tercero, “ELLA”, cambia de to- de identificaciones la encuentra pa- nifiestan en el cuerpo; los recuerdos temporal donde el pasado se transfor- señado– en paralelo a proyectos de
no y de ambiente. Su narradora – ra anunciarle su muerte? también. ma en futuro. Según algunas nuevas largo aliento. Tiene dos novelas ter-
una mujer refinada y sensual pero “Vieni vieni, la mia vendetta”. Otra No obstante –y aquí vuelvo al inicio teorías científicas, pasado, presente minadas, con sólida construcción y
abatida por el final de una relación vez estamos en Caracas. La protago- de esta reseña– el tema prioritario y futuro pueden existir simultánea- argumento: la primera está ambien-
amorosa– se embarca en un tour con nista, dejada en el altar por su primer es el Holocausto; y no digo “recuer- mente, en diferentes dimensiones: tada en la farándula de Venezuela y
programa de óperas en Austria y Ale- novio desarrolla una afición al esote- do del Holocausto”, porque recordar postulado que confieso no entender. México en los tiempos de Jorge Ne-
mania y describe con resignado hu- rismo. La conjunción de los astros la es hacerlo presente, tal como está en Mi cita favorita sobre este tema vie- grete, y la otra, basada en una his-
mor las incomodidades e intrigas de guía hacia el nuevo hombre de su vi- los relatos, a veces en primera fila, a ne del libro The story of time de K. toria familiar, cuenta la vida de una
un viaje organizado. ¿Llegará a rebe- da. Cuando, tras diez años de perfecta veces solo en una nube detrás de los Lippincott (Grijalbo, 1999) y trata del sobreviviente de Holocausto emigra-
larse contra el reglamento prusiano convivencia descubre la infidelidad acontecimientos narrados, cercana o lenguaje de los maoríes. El término da a Israel. Que ambas permanezcan
del tour? del marido, prepara una venganza lejana, según el caso. que emplea esa tribu para indicar el todavía inéditas, no la desanimó de
“El largo camino hacia la cumbre” especial, asistida por las tres brujas Hay algo que comparto con Cesia pasado, significa “el tiempo delante seguir con la tercera, sobre el compo-
nos devuelve a Caracas. El formato de Quinta Crespo y su gurú espiritual Hirshbein: ambas pertenecemos a de nosotros” pues, como el pasado es sitor Anton Bruckner y el breve rei-
del misterio policial que relaciona de siempre. la segunda generación marcada des- cognoscible, siempre está “delante de nado del emperador austríaco Maxi-
dos asesinatos en el sector poco fre- Me gustan esos cuentos porque de la cuna por los horrores vividos nosotros”. miliano en México. Y me consta que
cuentado del Ávila sirve de base a un abarcan la vida entera desde un epi- por sus padres. Los suyos la criaron Esa es la forma en que se compor- nunca ha dejado de trabajar y afinar
canto a la montaña, a su atmósfera y sodio clave. No se agotan en la piro- en Venezuela imbuida en sus memo- ta el pasado en los cuentos de Ce- la narrativa con esa fórmula infalible
sus secretos, místicos y orgánicos, ce- tecnia de la brevedad; tienen subs- rias; los míos optaron por ocultárme- sia Hirshbein. De alguna manera, que reúne entusiasmo, investigación,
lados por los exploradores de antaño. tancia y nos dan el tiempo para las detrás de una infancia (sí, feliz) en a veces muy evidente, a veces sutil, talento y disciplina.

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