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Ant iguos combat ient es y const rucción de paz ¿Un simple cambio de nombre? El desafío de la reincor…
Dylan Herrera, Eduardo Bechara-Gómez
Seguimiento y análisis de políticas públicas en Colombia
2015
Seguimiento y análisis
de políticas públicas en Colombia
2015
Editora
Carolina Isaza E.
Universidad Externado de Colombia
ISSN: 2357-6227
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
Contenido
Editorial
Análisis del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018:
¿formulación de nuevas políticas o continuidad? 9
Carolina Isaza
De la seguridad a la paz 13
Andrés Macías
Área socioeconómica
Área ambiental
Editorial
Análisis del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018:
¿formulación de nuevas políticas o continuidad?
En este tercer año de la publicación, nos complace presentar este número, en el cual
se analizan las políticas públicas esbozadas en el Plan Nacional de Desarrollo (pNd)
del segundo Gobierno Santos. El pNd “Todos por un nuevo país” 2014-2018 presenta
cambios en algunas políticas públicas frente al plan anterior, pero también tiene con-
tinuidades importantes, como es normal al tratarse de un Gobierno reelecto para un
segundo término.
El ejercicio de planeación que implica convertir las líneas de campaña en objeti-
vos y metas de gobierno es un reflejo interesante de la forma como se conciben los
problemas públicos, la manera como quedan o no en la agenda de políticas públicas,
se les asignan recursos y se les diseñan metas e indicadores. Desde este punto de
vista, se planteó hacer un análisis de políticas públicas enfocado en las herramientas
asociadas a este proceso de planeación: el documento de las Bases del Plan Nacional
de Desarrollo, que elabora el Departamento Nacional de Planeación (dNp) y la ley que
aprueba este plan, en este caso, la Ley 1753 de 2015.
Con este objetivo, los artículos se construyeron a partir de tres preguntas comunes:
¿qué cambia en este pNd frente al primer Gobierno de Santos? ¿Qué temas de política
pública quedan por fuera esta vez? ¿Qué diferencias hay entre las bases del plan y la
ley que lo aprueba?
Para contextualizar, se debe señalar que los pilares del plan anterior, más empleo,
menos pobreza y más seguridad, se convirtieron ahora en los de paz, equidad y educación.
Estos se traducen en seis estrategias: 1) Competitividad estratégica e infraestructura;
2) Movilidad social; 3) Transformación del campo; 4) Consolidación del Estado social
de derecho; 5) Buen gobierno; 6) Crecimiento verde.
10 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
CAROLINA ISAZA
Editora
Coordinadora de la línea de investigación en Gestión y Políticas Públicas
Centro de Investigación y Proyectos Especiales (cIpe)
Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales, Universidad Externado de Colombia
Área de conflicto, paz y seguridad
13
De la seguridad a la paz
ANDRÉS MACÍAS1
Los planes de desarrollo que presentó el presidente Juan Manuel Santos para sus
dos periodos de Gobierno, comparten una evidente similitud de forma: cada uno se
sostiene sobre tres pilares. Sin embargo, en cuatro años, los tres pilares iniciales
se modificaron: mientras que en el plan 2010-2014, “Prosperidad para la Paz”, estos
fueron más empleo, menos pobreza y más seguridad, en el plan 2014-2018, “Todos por
un nuevo país”, los pilares fueron paz, equidad y educación. Es decir, en cuatro años,
la mentalidad del Gobierno pasó de buscar un mayor nivel de seguridad a obtener la
tan anhelada paz.
Evaluar la lógica gubernamental detrás de buscar primero mayor seguridad y luego
sí forjar una Colombia en paz, puede resultar tan problemático como la eterna discusión
de si primero existió el huevo o la gallina: para vivir en paz se requiere que la sociedad
pueda coexistir en un ambiente seguro, y para hacer sostenible esa seguridad, es nece-
sario neutralizar todas las amenazas que puedan atentar contra la paz. Lo que sí vale
la pena resaltar, es la relevancia y la importancia que se le ha dado en los dos planes
de desarrollo del Gobierno, tanto a los temas de paz como a los temas de seguridad,
al hacerlos pilares fundamentales de su accionar.
La revoLución de La paz
1 PhD. Docente Investigador del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales (cIpe), Universidad Exter-
nado de Colombia.
14 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
Es innegable que esa revolucionaria ventana de oportunidad está dada por las negocia-
ciones que se están llevando a cabo en La Habana, aunque el discurso del Gobierno
intente evadir esa relación, repitiendo una y otra vez que “las reformas se deben hacer,
con o sin acuerdo con los grupos insurgentes, para crear las condiciones de paz que
reclama el país” (dNp, 2015, p. 30). Sin embargo, ¿qué sería lo revolucionario de una
política de construcción de paz, que cambie radicalmente la historia de Colombia, si
no es precisamente la firma de un acuerdo con los grupos guerrilleros, más aún cuan-
do la visión de paz que propone el Gobierno gira en torno al fin del conflicto armado?
Ahora bien, más allá de discutir qué tan atado está ese pilar de la paz a la firma de
un acuerdo con los grupos insurgentes, es importante resaltar que el actual plan tam-
bién incluye, como una de sus estrategias transversales, seguridad, justicia y democracia
para la construcción de paz. Aquí es evidente cómo se ha intentado dar un tratamiento
diferenciado a los componentes de paz y de seguridad, al elaborar un diagnóstico y
unos objetivos separados para cada uno. Ese tratamiento es aún más llamativo si se
compara con el plan de desarrollo de 2010.
En ese entonces, el pilar de seguridad consistía en una gran estrategia de consoli-
dación de la paz que abarcaba, bajo una misma iniciativa, asuntos relacionados tanto
con inseguridad, como con presencia de grupos armados al margen de la ley ( gaml).
En cambio, en el actual plan, se trazan objetivos específicos de construcción de paz
con un enfoque prioritario en los territorios afectados por el conflicto armado y, por
otro lado, objetivos específicos para garantizar la seguridad y la defensa de todos los
ciudadanos a lo largo del territorio nacional. En otras palabras, se ha mostrado la in-
tención de darle continuidad a las iniciativas en materia de paz y seguridad planteadas
en el primer periodo de Gobierno, pero esta vez diferenciando de forma más detallada
las estrategias de construcción de paz, de las estrategias de seguridad.
Sin lugar a dudas, ubicar la paz del país como uno de los pilares del plan de desarrollo,
y la seguridad como una de sus seis estrategias transversales, demuestra la apuesta
del Gobierno por continuar dándole prioridad política a esos temas. Sin embargo, esa
prioridad política y la importancia atribuida al proceso de construcción de paz den-
tro del texto del plan, no se ven del todo reflejadas en la asignación presupuestal del
componente de seguridad. La proyección del gasto, según lo estipulado en el Plan Plu-
rianual de Inversiones 2015-2018 (ppI), establece que solo el 20 % de la totalidad de los
DE LA SEGURIDAD A LA PAZ / ANDRÉS MACÍAS 15
recursos para los próximos cuatro años estarían asignados a implementar proyectos
e iniciativas en seguridad y justicia, tal como lo muestra la figura 1.
Crecimiento verde
Buen gobierno
1%
1%
Transformación del campo
7%
Seguridad y justicia
20 % Movilidad social
44 %
Infraestructura y competitividad
27 %
Fuente: elaboración propia con datos del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 (dNp, 2015).
Hay que tener en cuenta, eso sí, que el presupuesto destinado a seguridad y justicia para
2015-2018, aumentó considerablemente en comparación con el presupuesto destinado
al pilar consolidación de la paz –que incluía temas de seguridad, justicia y derechos
humanos– en el anterior plan de desarrollo. En el ppI 2011-2014, el presupuesto para la
consolidación de la paz fue de $ 77 billones de pesos, equivalente al 13,7 % del presu-
puesto total, mientras que en el PPI 2015-2018, el presupuesto para seguridad y justicia
es de $137,4 billones de pesos, equivalente al 19,5 % del presupuesto total. Un análisis
optimista de esta situación puede llevar a pensar que, para el Gobierno, fortalecer la
seguridad y la justicia es vital –y por eso el incremento en el presupuesto en compara-
ción con el periodo anterior–, pero es un proceso que ya se ha venido gestando y, por
tanto, requiere un menor esfuerzo inmediato en comparación con otras estrategias
también encaminadas a la construcción de paz. Infortunadamente, el comportamiento
de los indicadores de seguridad y convivencia ciudadana de los últimos años tiende a
cuestionar ese optimismo.
Resulta igualmente interesante discriminar ese aumento del presupuesto para la
estrategia “Seguridad, justicia y democracia para la construcción de la paz”, la cual
incluye ocho objetivos específicos, identificados en la tabla 1. El Gobierno le dio conti-
nuidad a la iniciativa del periodo anterior de asociar los componentes de seguridad y
justicia en una misma estrategia: ambos temas hacen parte de un mismo capítulo en
cada plan de desarrollo.
16 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
Plan de inversiones
Estrategia transversal Objetivos específicos 2015-2018
(millones de pesos)
Sin embargo, al examinar el presupuesto del ppI 2015-2018, destinado a cada objetivo y
presentado en la figura 2, es evidente que los gastos asignados a seguridad y defensa
son muy superiores a los asignados a los demás objetivos específicos. Es más, com-
parado con el ppI anterior, los recursos financieros destinados a seguridad y defensa
aumentaron sustancialmente de un periodo a otro: mientras que en el ppI 2011-2014 se
le asignaron 60 billones de pesos, en el ppI 2015-2018, el presupuesto para ese objetivo
es cerca de 94 billones de pesos.
Fuente: elaboración propia con datos del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 (dNp, 2015).
DE LA SEGURIDAD A LA PAZ / ANDRÉS MACÍAS 17
A pesar de ser un plan de desarrollo muy detallado y con muchas iniciativas en temas
de seguridad, el texto del plan no se ve del todo reflejado en el articulado del Plan Na-
20 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
recomendaciones
2 Artículo 123, parágrafo 2: “El Consejo estará integrado por el ministro de Hacienda y Crédito Público,
el ministro del Interior, el Ministerio de Defensa, el ministro Consejero de Gobierno y Sector Privado,
el alto comisionado para la Paz, el director del Departamento para la Prosperidad Social, el director del
Departamento Nacional de Planeación y el ministro Consejero para el Pos conflicto, Derechos Humanos
y Seguridad, quien lo presidirá” (dNp, s.f., p. 50).
DE LA SEGURIDAD A LA PAZ / ANDRÉS MACÍAS 21
referencias
dNp (s.f.). Articulado del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. Recuperado de https://
colaboracion.dnp.gov.co/cdt/Prensa/ArticuladoVF.pdf
dNp (2011a). Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014. Prosperidad para todos. Bogotá: Im-
prenta Nacional.
dNp (2011b). Política Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana. Bogotá: Intergráficas
S.A.
dNp (2015). Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. Todos por un nuevo país. Paz,
equidad, educación. Versión para el Congreso. Recuperado de https://colaboracion.
dnp.gov.co/ cdt/Prensa/Bases%20Plan%20Nacional%20de%20Desarrollo%20
2014-2018.pdf
23
introducción
a nivel tanto individual como colectivo, en áreas tan diversas como la seguridad y la
reconciliación, entre otras.
El análisis se realizará en el marco del Plan Nacional de Desarrollo (pNd), 2014-
2018, “Todos por un nuevo país”5. La reintegración de combatientes está relacionada,
directamente, con la construcción de una paz sostenible, uno de los pilares del plan,
y, transversalmente, con los otros dos, equidad y educación. En efecto, la prioridad
principal de la reintegración, en conjunto con la desmovilización y el desarme, es
brindar el acompañamiento y el apoyo necesarios a las personas que dejan los grupos
armados, para llevar a buen término la transición de combatientes a ciudadanos –con
el ejercicio de derechos y deberes acorde–, así como agentes económicos –a título de
empleados o emprendedores–. Se busca, ante todo, mitigar el riesgo de vincularse
de nuevo a actividades ilegales, incluyendo estructuras armadas, es decir, la reinciden-
cia, circunstancia con efectos adversos sobre las dinámicas de seguridad en el país.
Ahora bien, como complemento de lo anterior, en el marco de la reintegración de
combatientes, se han estructurado medidas en ámbitos como la educación, la pro-
ductividad y la habitabilidad, vinculadas con los otros dos pilares del pNd que, incluso,
pueden servir como referente, a futuro, en tales campos de acción. De esta manera,
se trata de un proceso de reintegración que, pese a estar circunscrito, inicialmente, a
un contexto de seguridad y orden púbico, representa, en diversas agendas públicas,
aportes significativos.
El artículo está estructurado en tres partes. La primera, contextualiza al lector en
términos de la ruta de reintegración dispuesta por el Estado colombiano para acom-
pañar a los combatientes en el tránsito a la legalidad y realiza el perfil de los mismos.
La segunda, presenta la manera como se incorpora el tema en el pNd, a nivel tanto de
las bases como del articulado. La tercera examina, puntualmente, dos aspectos rele-
vantes, relacionados con la reintegración, como son la reincidencia de combatientes y
la vinculación de los mismos al mercado laboral.
Entre enero de 2003 y febrero de 2015, según cifras oficiales de la Agencia Colombiana
para la Reintegración (acr)6, 57.203 combatientes, vinculados tanto a organizaciones
5 El Plan Nacional de Desarrollo (pNd) actual, tanto las bases como el articulado, pueden consultarse en:
https://www.dnp.gov.co/Plan-Nacional-de-Desarrollo/Paginas/Que-es-el-Plan-Nacional-de-Desarrollo.aspx
6 La fuente de las cifras es la Agencia Colombiana para la Reintegración (acr), en particular el Sistema de
DESARMAR LA GUERRA PARA CONSTRUIR LA PAZ : LA REINTEGRACIÓN DE COMBATIENTES EN EL MARCO DEL PLAN NACIONAL
DE DESARROLLO 2014-2018 / EDUARDO BECHARA GÓMEZ , DYLAN ANDRÉS HERRERA CHACÓN , ESNEYDER CORTÉS SALINAS
25
Información de la Reintegración (SIr), a menos que se precise lo contrario. Las cifras pueden variar depen-
diendo de la fecha de corte que corresponde, por lo general, a diciembre de 2014 o febrero de 2015.
7 Aunque el desarme, la desmovilización y la reintegración de combatientes se consideran componentes de
un mismo proceso, conocido por las siglas ddr, cada uno tiene una especificidad propia y se desarrolla,
en el contexto colombiano, ante diferentes entidades del Estado. De esta manera, el desarme y la desmo-
vilización, fases previas a la reintegración, se completan ante el Ministerio de Defensa, en el marco del
Programa de Atención Humanitaria al Desmovilizado (pahd), y culminan con la expedición, por parte del
Comité Operativo para la Dejación de Armas (coda), de una certificación que corrobora la pertenencia
del individuo a un grupo armado.
8 Cabe aclarar que una vez el desmovilizado en cuestión ingresa a la ruta de reintegración, se denomina
persona en proceso de reintegración (ppr).
26 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
Combatientes desmovilizados
57.203
Fuente: Sistema de Información para la Reintegración (SIr) - Agencia Colombiana para la Reintegración (acr), febrero de 2015.
Tabla 1. Desmovilizaciones de combatientes desagregadas por sexo10 entre 2003 y febrero de 2015
Porcentaje Porcentaje
Grupo Masculino Femenino Total
masculino femenino
328
auc
6878
22398
104
11 Desagregar a los combatientes, en función del sexo, es un aspecto fundamental, en términos del enfoque
diferencial en la ruta de reintegración, un elemento que enfatiza el pNd actual, como se menciona en el
segundo apartado del presente documento.
12 Aquí se trata de los combatientes desmovilizados que ingresaron a la ruta de reintegración entre 2003 y
2015.
28 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
581
329
farc
2256
9258
2707
95
57
elN
326
1778
634
328 y 329 integrantes, respectivamente, mientras que en el elN esta cifra es mucho
menor, 5713 (figuras 2, 3 y 4).
13 La desagregación en términos de edad es fundamental, pues, en aspectos como salud, por ejemplo, la
aproximación, en el marco de la ruta de la reintegración, debe tener en cuenta el momento de vida de
la persona. El momento de vida de la persona es enfatizado por el pNd actual, como se menciona en el
segundo apartado.
14 El pNd correspondiente al primer cuatrienio Santos Calderón, 2010-2014, se llamó “Prosperidad para todos”.
Tanto las bases como el articulado pueden consultarse en: https://www.dnp.gov.co/Plan-Nacional-de-
Desarrollo/pNd-2010-2014/Paginas/Plan-Nacional-De-2010-2014.aspx
30 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
El proceso de ddr es una de las condiciones básicas y de corto plazo que exige
el tránsito del conflicto armado hacia la paz. Del buen desarrollo de esta etapa de-
pende, en gran parte, el éxito de todo el proceso en tanto que define la posibilidad
de que las personas que decidan dejar las armas, encuentren las condiciones para
vivir dignamente en la legalidad y contribuyan a la paz, la seguridad y la convivencia
(dNp, 2014, p. 401).
15 Aquí se realiza la salvedad en términos de los grupos guerrilleros, pues el proceso de reintegración se
inscribió, en su momento, en las negociaciones que adelantó el Gobierno Uribe Vélez, 2002-2006 y 2006-
2010, con organizaciones de autodefensas y grupos paramilitares, en su mayoría, bajo las Autodefensas
Unidas de Colombia (auc).
16 Echandía, Bechara y Cabrera (2010, p. 144) señalan, a partir de reportes oficiales, que se desmovilizaron
2.128 combatientes de las farc-ep durante 2009, cantidad que representa una disminución respecto a 2008,
cuando se presentó el mayor número de desmovilizados de esta guerrilla, al considerar el periodo 2002-
2009. No obstante, la cantidad de desmovilizados de ese grupo durante 2009 está en tercer lugar, después
de la registrada en 2008 y 2007 (3.027 y 2.480 casos, respectivamente). El elN, por su parte, tuvo en 2009
el mayor número de desmovilizados (492), lo que representa un incremento de 89 deserciones frente al
año anterior. En total, 2.628 miembros de grupos guerrilleros se desmovilizaron en 2009, 823 menos que
DESARMAR LA GUERRA PARA CONSTRUIR LA PAZ : LA REINTEGRACIÓN DE COMBATIENTES EN EL MARCO DEL PLAN NACIONAL
DE DESARROLLO 2014-2018 / EDUARDO BECHARA GÓMEZ , DYLAN ANDRÉS HERRERA CHACÓN , ESNEYDER CORTÉS SALINAS
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paz oficial, a diferencia de procesos previos, ocurridos entre las décadas de los ochenta
y noventa, con grupos guerrilleros como la Corriente de Renovación Socialista (crS),
el Ejército Popular de Liberación, el Movimiento 19 de Abril (m-19), el Quintín Lame o
el Partido Revolucionario de los Trabajadores (prt).
Frente al pNd anterior, correspondiente al primer cuatrienio Santos Calderón, la
reintegración de combatientes ocupa, también, un lugar importante en el mismo, pero
sin alusión alguna a escenarios de negociación con la guerrilla. Ahora bien, en el pNd
anterior, la reintegración se relaciona con elementos afines a un proceso de paz, como la
reconciliación. En las bases de dicho documento, por ejemplo, se establece lo siguiente:
el año anterior, cuando la cifra alcanzó un máximo de 3.461. Se trata, en todo caso, de desmovilizaciones
individuales, a manera de deserciones.
17 En el articulado, el pNd contempla, precisamente, frente a un escenario exitoso del proceso de paz, que la acr
podrá contratar por el régimen de contratación privado, para dar una respuesta oportuna ante una eventual
desmovilización masiva de guerrilleros, manteniendo, claro está, los principios rectores de la contratación
pública. Ver, al respecto, el artículo 106 del articulado del pNd. En ese orden de ideas, el articulado guarda
coherencia con las bases, pues contempla la eventualidad de un desenlace exitoso en los diálogos de paz,
en términos de posconflicto.
18 Este elemento es fundamental, pues, como se anotó en el apartado anterior, la guerrilla cuenta con un
32 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
número importante de mujeres, aunque no excede la cifra de hombres, circunstancia que demanda un
enfoque diferencial.
19 Ver lo señalado en el apartado anterior respecto a la composición etaria de cada estructura armada.
20 Según cifras del Ministerio de Defensa, en el país se desmovilizan entre 3 y 4 personas en promedio por
día (El País, 12 de agosto de 2013) y, entre enero de 2013 y julio de 2014, ingresaron 1.700 desmovilizados
a la acr, esto último según cifras del SIR, a febrero de 2015.
DESARMAR LA GUERRA PARA CONSTRUIR LA PAZ : LA REINTEGRACIÓN DE COMBATIENTES EN EL MARCO DEL PLAN NACIONAL
DE DESARROLLO 2014-2018 / EDUARDO BECHARA GÓMEZ , DYLAN ANDRÉS HERRERA CHACÓN , ESNEYDER CORTÉS SALINAS
33
cifra de personas, aún en el proceso, ascendía a 30.693 21. El pNd actual proyecta como
meta, para el 2018, la culminación exitosa del proceso de reintegración por parte de
18.000 excombatientes, lo que supone, en el marco de esta proyección, continuar con
el acompañamiento a 26.493 ppr (dNp, 2014, p. 402).
Pese a reconocer la importancia de la reintegración, el pNd actual hubiese podido
plantear aspectos más específicos y considerar, por ejemplo, líneas de acción concretas,
en función de los ocho componentes constitutivos de la ruta de reintegración, consi-
derándolos por su cuenta y en conjunto. Respecto a lo anterior, es importante señalar
que muchas medidas diseñadas, en principio, para la población de combatientes,
podrían replicarse en otros grupos poblacionales, como se mencionó con el caso de
la educación para adultos, situación que hubiese podido enfatizarse mucho más en el
pNd. A continuación se presenta, brevemente, un panorama sobre la reincidencia de
combatientes y la vinculación de los mismos al mercado laboral, con el fin de proveer
una base para determinar medidas puntuales en dichos ámbitos.
Reincidencia de combatientes
21 Las culminaciones surgen en el 2012 como una vía para reconocer el cumplimiento de los compromisos,
por parte de la población desmovilizada, en el marco del proceso de reintegración, por ejemplo, en térmi-
nos de los aportes a la verdad y reconciliación, entre otros. Anteriormente, el proceso de reintegración no
tenía una delimitación en el tiempo, en tanto estaba circunscrito a las particularidades de cada ppr. Ahora
bien, como se mencionó, la duración máxima es de 6,5 años, sin embargo, es posible terminarlo antes,
dependiendo del avance en la ruta de reintegración. En 2014 culminaron 5.414 personas y, a febrero de
2015, la cifra correspondía a 9.038. La tendencia ascendente evidencia los buenos resultados, en cuanto
a la culminación de la ruta de reintegración, por parte de los antiguos combatientes, esto último según
cifras del SIR, a febrero de 2015..
34
Figura 5. Reincidencia en el tiempo, desagregada por antiguo grupo y año de desmovilización entre 2003 y febrero de 2014
120,0%
100,0%
80,0%
60,0%
40,0%
20,0%
0,0%
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Total 35,1% 35,1% 36,8% 29,3% 18,0% 13,5% 13,2% 10,8% 9,8% 8,8% 3,9% 3,0%
Otros 24,6% 24,1% 13,5% 15,3% 11,6% 11,1% 11,1% 12,5% 0,0% 0,0% 0,0% 0,0%
elN 22,3% 22,8% 20,7% 16,9% 17,7% 13,5% 15,3% 12,8% 8,3% 11,5% 4,2% 4,1%
farc 28,1% 21,6% 21,4% 22,2% 18,1% 14,0% 12,8% 9,7% 9,4% 8,5% 3,8% 2,8%
auc 45,6% 41,1% 38,7% 30,3% 27,6% 4,8% 0,0% 22,1% 24,5% 0,0% 0,0% 0,0%
22 Para el tema particular de reincidencia, el SIR cruza información con otras entidades, tales como la Fiscalía General de la Nación, el Instituto Nacional Penitenciario
y Carcelario (INpec) y la Policía Nacional.
DESARMAR LA GUERRA PARA CONSTRUIR LA PAZ : LA REINTEGRACIÓN DE COMBATIENTES EN EL MARCO DEL PLAN NACIONAL
DE DESARROLLO 2014-2018 / EDUARDO BECHARA GÓMEZ , DYLAN ANDRÉS HERRERA CHACÓN , ESNEYDER CORTÉS SALINAS
35
23 La acr desarrolla un trabajo articulado con el Servicio Nacional de Aprendizaje (SeNa), para promover el
desarrollo de líneas de acción orientadas a la formación para el trabajo, la inclusión laboral y los mecanismos
para la generación de ingresos, por medio del emprendimiento o fortalecimiento de unidades de negocio.
24 Las unidades de negocio se posibilitan por el otorgamiento de estímulos económicos en el marco de la
ruta de la reintegración.
25 Cifras a febrero de 2015. Ver, al respecto, acr (2015).
36 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
sentido, de una problemática nacional, como lo reconoce el pNd actual, con incidencia
en este componente de la política de reintegración.
Avanzar en la formalización de las condiciones laborales de las ppr es uno de los
grandes desafíos a futuro, pues, sin duda, es una circunstancia que afianza el arraigo
en la legalidad, por cuenta de la estabilidad y los beneficios que supone, en contraste
con la informalidad laboral.
concLusión
La principal diferencia del actual pNd, respecto al anterior, radica en el contexto del
proceso de paz entre el Gobierno Santos Calderón y las farc-ep, en tanto bajo un des-
enlace exitoso del mismo, la reintegración de combatientes se dinamizaría, pues se
presentaría en una modalidad colectiva26. En ese orden de ideas, tanto las bases como
el articulado del pNd guardan consistencia con el contexto, pues contemplan el esce-
nario de posconflicto que se derivaría si los diálogos de paz llegan a buen término.
Pese a la importancia concedida en el pNd a la reintegración, hubiese sido conve-
niente identificar líneas de acción puntuales, en función de los diferentes componentes
de la ruta de reintegración, considerándolos por separado y en conjunto. Así, mientras
ámbitos como la reincidencia de combatientes evidencian buenos resultados –por la
tendencia a la baja sostenida en el tiempo–, no puede afirmarse lo mismo de la inserción
en el mercado laboral, donde existe una gran precariedad, expresada en las condiciones
de informalidad. Adicionalmente, existen dimensiones transversales, reflejadas en la
composición por sexo y edad de las personas en proceso de reintegración, que sería
conveniente precisar con más detalle.
Conviene señalar, que muchas de las medidas diseñadas en el marco de la ruta de
reintegración pueden servir como referente en otros ámbitos y, de esta manera, ser
replicadas en grupos poblacionales distintos, con quienes los antiguos combatientes
comparten, por ejemplo, muchas condiciones vulnerables, sobre todo en términos
socioeconómicos, pese al carácter particular derivado de su pertenencia anterior a una
estructura armada.
26 Al considerar a los integrantes, tanto de las farc-ep como del elN, se estima, dependiendo de la fuente,
que el número de combatientes en sus filas oscila entre 7.000 y 30.000 (El País, 13 de abril de 2014; León,
2012).
DESARMAR LA GUERRA PARA CONSTRUIR LA PAZ : LA REINTEGRACIÓN DE COMBATIENTES EN EL MARCO DEL PLAN NACIONAL
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37
referencias
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Área de justicia y derechos humanos
41
introducción
rial4 deben fijarse objetivos y metas claras durante esos cuatro años para reducir
esas tasas de impunidad. Otro tanto puede decirse para congestión, acceso y
morosidad en los términos procesales, sobre lo cual hay un buen diagnóstico en
el Plan Sectorial pero ausencias de orientaciones estratégicas en esa dirección.
• En ninguno de los dos documentos se hace referencia a los graves problemas
de integridad ética que golpean a la administración de justicia, los cuales deben
abordarse desde políticas públicas, empezando por aceptarlos.
Ahora bien, esa ausencia de políticas públicas judiciales se debe, entre otras cosas, a
que no existe claridad sobre el rol que le compete al Gobierno en su definición, y a que
el Consejo Superior de la Judicatura entendió esa función como una concreción del
principio de autonomía e independencia de la rama judicial sin ninguna articulación
con la rama ejecutiva. Si bien este principio es fundamental en un Estado social de de-
recho, esto no implica que en la definición de las políticas judiciales no pueda hacerse
de manera armónica entre los distintos poderes públicos sin que dicho principio se vea
afectado5, lo cual hace de dichas políticas, verdaderas políticas de Estado 6.
penal. En nuestra perspectiva, se puede hablar de impunidad civil, laboral, contenciosa administrativa,
etc., si habiendo acudido el ciudadano al sistema de justicia no hubo un fallo en un término razonable o
este se produjo de manera arbitraria.
4 Artículo 339 - Constitución Política. Habrá un Plan Nacional de Desarrollo conformado por una parte general
y un plan de inversiones de las entidades públicas del orden nacional. En la parte general se señalarán los
propósitos y objetivos nacionales de largo plazo, las metas y prioridades de la acción estatal a mediano
plazo, y las estrategias y orientaciones generales de la política económica, social y ambiental que serán
adoptadas por el Gobierno. El plan de inversiones públicas contendrá los presupuestos plurianuales de los
principales programas y proyectos de inversión pública nacional y la especificación de los recursos financie-
ros requeridos para su ejecución. Las entidades territoriales elaborarán y adoptarán de manera concertada
entre ellas y el Gobierno Nacional, planes de desarrollo, con el objeto de asegurar el uso eficiente de sus
recursos y el desempeño adecuado de las funciones que les hayan sido asignadas por la Constitución y la
ley. Los planes de las entidades territoriales estarán conformados por una parte estratégica y un plan de
inversiones de mediano y corto plazo.
Artículo 87 de la ley Estatutaria de Administración de justicia, ley 270 de 1996. Plan de Desarrollo de la rama
judicial. El Plan Sectorial de Desarrollo para la rama judicial debe comprender, entre otros, los siguientes
aspectos: 1) el eficaz y equitativo funcionamiento del aparato estatal con el objeto de permitir el acceso
real a la administración de justicia. 2) la eliminación del atraso y la congestión de los despachos judiciales.
3) los programas de formación, capacitación y adiestramiento de funcionarios y empleados de la rama
judicial. 4) los programas de inversión para la modernización de las estructuras físicas y su dotación, con
la descripción de los principales subprogramas.
5 El Plan Sectorial de la rama judicial es adoptado por el Consejo Superior de la Judicatura y entregado al
Gobierno para que sea anexado al proyecto de Plan de Desarrollo; sin embargo, generalmente este texto
no es objeto de debate en las sesiones del Congreso y se aprueba íntegramente tal y como fue aprobado
por el cSj. La eventual discusión del plan sectorial en el Congreso de la República no afectaría el principio
de autonomía e independencia judicial.
EL COMPONENTE DE JUSTICIA EN EL PLAN DE DESARROLLO Y EL PLAN SECTORIAL DE DESARROLLO
DE LA RAMA JUDICIAL , 2015-2018 / JORGE IVÁN CUERVO R .
43
Así que, en el Plan de Desarrollo están las directrices de los temas que desarro-
llará el sector justicia del Gobierno central, conformado por el Ministerio de Justicia,
el INpec, la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, la Unidad de Servicios
Penitenciarios y Carcelarios y la Superintendencia de Notariado y Registro; y en el Plan
Sectorial de la rama judicial, todo lo relacionado con la administración de justicia, ex-
cepto la Fiscalía General de la Nación (fgN), entidad que realiza de manera autónoma
el llamado Direccionamiento Estratégico, el cual, para esta oportunidad se realiza para
los años 2013-2016, con base en el Plan de Desarrollo anterior y el plan sectorial de la
rama judicial 2011-2014, lo cual ya constituye un desfase en términos de tiempo y de
articulación de objetivos, estrategias e instrumentos (fgN, 2013)7.
En ese orden de ideas, en Colombia no se ha consolidado una política judicial co-
mo política de Estado, de suerte que más allá del diseño institucional, el nuevo órgano
de gobierno de la rama judicial, el Consejo de Gobierno Judicial, tendrá que empezar
por resolver qué implica diseñar, implementar y evaluar políticas judiciales, porque en
realidad la administración de justicia se ha gerenciado con base en programas y pro-
yectos de inversión, y en ausencia de políticas.
como respuesta, ya sea porque consideraron que el asunto no merecía ser llevado
ante la justicia, tomaba demasiado tiempo o tenía demasiados trámites. Lo ante-
rior, con el agravante que el 60 % de la población se siente insatisfecha por haber
tomado la decisión de no hacer nada frente a un conflicto, y que el 65 % de los
colombianos no cree en la eficacia del sistema de justicia a la hora de perseguir y
juzgar delincuentes
De igual forma, la prestación de los servicios de justicia carece de una adecuada
articulación entre los actores institucionales competentes e interoperabilidad de
los sistemas de información y de modelos integrales de gestión, además de evi-
denciar la ausencia de procedimientos y procesos eficientes desde la perspectiva
del ciudadano. Igualmente, parece existir una subutilización de los mecanismos
alternativos de solución de conflictos de manera que solamente el 25 % de las ne-
cesidades jurídicas de los ciudadanos se tramita mediante arreglo directo y el 2,9 %
de la población acude a un centro de conciliación (dNp, 2015, p. 385).
8 En cuanto a planeación, promover es un término blando que tiene dificultades para ser realizado. En ese
sentido, promover implica cualquier actividad; en general, no depende de lo que realice el Gobierno, sino
de lo que en realidad haga el Consejo Superior de la Judicatura en su plan sectorial.
EL COMPONENTE DE JUSTICIA EN EL PLAN DE DESARROLLO Y EL PLAN SECTORIAL DE DESARROLLO
DE LA RAMA JUDICIAL , 2015-2018 / JORGE IVÁN CUERVO R .
45
contenida en la Ley 1289 de 2009. Para que esto sea posible, es apenas natural que el
Plan de Desarrollo esté articulado con el Plan Sectorial de la rama judicial, lo cual no
se advierte en el documento, y como veremos tampoco en el Plan Sectorial.
Lo anterior indica que todo queda diferido al artículo 108 del texto final del Plan de
Desarrollo, donde se determina la creación de un Plan decenal del sistema de justicia9.
Ese será el escenario donde en realidad se definirán los objetivos, las estrategias y los
instrumentos de la justicia en Colombia en los próximos diez años. En la práctica, ese
plan decenal que debe ser aprobado en dos años, será el instrumento de planeación
que definirá el derrotero de la administración de justicia en el país, el cual deberá ser
elaborado en coordinación con varias entidades, pero en especial con la nueva estruc-
tura de gobierno de la rama judicial, es decir, con el Consejo de Gobierno Judicial y
la Gerencia de la Rama Judicial. Es necesario recordar que al Consejo de Gobierno le
corresponde, entre otras funciones, “definir las políticas de la rama judicial”.
En la búsqueda de este objetivo, se destacan varias actividades planeadas en esa
primera estrategia de mejorar la coordinación entre los distintos actores del servicio
de justicia:
9 Artículo 108. Plan decenal del sistema de justicia. Con el objeto de promover la coordinación, eficiencia,
eficacia y modernización en la administración de justicia y en las funciones de los organismos de control,
el Ministerio de Justicia y del Derecho, el Departamento Nacional de Planeación, el Consejo Superior de la
Judicatura, la Fiscalía General de la Nación, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses,
la Contraloría General de la República, la Procuraduría General de la Nación y la Defensoría del Pueblo o
quienes hagan sus veces, concurrirán para la elaboración del Plan decenal del sistema de justicia, que deberá
formularse dentro de los dos años siguientes a la publicación de la presente ley y con participación de las
entidades territoriales, las autoridades administrativas, los particulares que ejercen funciones jurisdiccio-
nales, los centros de conciliación y arbitraje y los operadores de justicia comunitaria. La secretaría técnica
para la elaboración y seguimiento del Plan decenal estará a cargo del Ministerio de Justicia y del Derecho,
el cual presentará informes anuales al Congreso de la República sobre los avances del Plan Decenal del
Sistema de Justicia. El plan decenal contendrá, cuando menos, los objetivos del sistema de justicia, el plan
de acción interinstitucional para lograrlos, las metas institucionales e interinstitucionales, la definición de
herramientas tecnológicas para la justicia, los compromisos específicos de cada prestador de servicios
de justicia, las prioridades y criterios territoriales, los objetivos comunes en materia de bienestar social
e incentivos, capacitación y seguridad para los empleados del sistema de justicia y la definición del me-
canismo de seguimiento. Las entidades señaladas en el presente artículo formularán el plan decenal de
justicia, teniendo en cuenta los insumos y estudios técnicos pertinentes. Las entidades y los organismos
del Gobierno nacional, las universidades y los centros de investigación, las organizaciones de trabajadores
y usuarios del sector justicia, podrán formular recomendaciones.
46 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
Todo ello, en el contexto del Plan decenal de justicia. Se echa de menos que estas acti-
vidades no se hayan formulado en metas específicas. En la primera versión del docu-
mento “Bases del Plan”, se apunta a una meta muy poco exigente al 2018, equivalente
a dos municipios con sistema de justicia local implementado. En la versión final, esta
meta desaparece, razón por la cual será difícil realizar una evaluación de si se cumplió
el objetivo.
En el acápite de fortalecimiento de los métodos alternativos de solución de con-
flictos, no se aborda el problema señalado en el diagnóstico tomado de la Encuesta de
NJI que indica que “parece haber una subutilización de los mecanismos alternativos
de solución de conflictos”. Hubiera sido deseable una directriz para profundizar en
este hallazgo y, de esa manera, poder desarrollar una estrategia coherente distinta a la
de simplemente fortalecerlos.
Las metas establecidas se presentan en la tabla 1.
Hubiera sido deseable plantearse metas más ambiciosas y haber incluido otros meca-
nismos de justicia informal como los jueces de paz, u otras autoridades encargadas de
resolver conflictos en sede administrativa, tales como inspectores de paz, defensores
de familia, mediadores comunitarios, entre otros. Lo que se evidencia es que hay un
contraste entre el diagnóstico y la grandilocuencia de los objetivos y la definición de
las metas y los instrumentos de política.
En el tema de acceso a la justicia, el Plan declara la necesidad de remover las ba-
rreras de acceso, directriz de política contenida desde el documento de prospectiva,
“Garantizar una justicia eficiente, propuesta para discusión”, elaborado en el año 2008
por el Departamento Nacional de Planeación (dNp) en el marco de 2019, Visión Colom-
bia, segundo centenario, el cual no ha sido desarrollado por ningún gobierno posterior.
El hecho de tomar como base las “100 reglas de Brasilia sobre acceso a la justicia”
es un plus importante; sin embargo, el hecho de asociar acceso con atención y orien-
EL COMPONENTE DE JUSTICIA EN EL PLAN DE DESARROLLO Y EL PLAN SECTORIAL DE DESARROLLO
DE LA RAMA JUDICIAL , 2015-2018 / JORGE IVÁN CUERVO R .
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tación, y no propiamente con acceso efectivo al sistema de justicia, en los términos del
Manual de políticas públicas para el acceso a la justicia (pNud, 2005), que incluye acceso
efectivo, trámite en tiempo razonable y una decisión que pueda hacerse efectiva, hace
que las estrategias y las metas propuestas sean muy poco ambiciosas.
En el plan se proyecta cambiar el modelo de gestión de las Casas de Justicia, sin que
se conozca un estudio reciente en el cual se identifiquen los problemas que se deben
resolver; la creación de un sistema de información nacional de Casas de Justicia; rutas
de atención al ciudadano con enfoque diferencial; nuevo diseño de las comisarías de
familia; mejoramiento de la accesibilidad a través de la aplicación legalapp, entre otras.
Las metas planteadas se presentan en la tabla 2.
Tabla 2. Metas para el funcionamiento de las Casas de Justicia y Centros de Convivencia Ciudadana
en el Plan Nacional de Desarrollo 2014- 2018
Producto
Como se observa, son metas muy poco exigentes, que no se compadecen ni con los
objetivos planteados ni con lo que está en juego en un escenario de posconflicto que,
como lo señala el Plan de Desarrollo, exige:
• Política tecnológica.
• Política de infraestructura judicial.
• Política de desarrollo del talento humano.
• Política de rediseños organizacionales.
• Política de protección de seguridad.
• Política de democratización de la administración de justicia.
• Política de calidad de la justicia.
Ninguna de esas políticas está orientada directamente a mejorar el acceso de los ciuda-
danos a la administración de justicia. En el anterior plan, existía una política de acceso
que tenía entre sus componentes, acercar a la justicia a los llamados grupos excluidos
y ciudadanos en condición de vulnerabilidad. Se hablaba de apoyar las jurisdicciones
EL COMPONENTE DE JUSTICIA EN EL PLAN DE DESARROLLO Y EL PLAN SECTORIAL DE DESARROLLO
DE LA RAMA JUDICIAL , 2015-2018 / JORGE IVÁN CUERVO R .
49
especiales (de paz e indígena), lenguaje que desaparece en el actual Plan, lo cual, en
términos de inclusión, es un grave retroceso10.
Tampoco aparece nada relacionado con lo que en el anterior plan sectorial se lla-
maban políticas transversales, que incluía la de género y la de derechos humanos. Esa
perspectiva de un plan pensando en el ciudadano, especialmente en los grupos más
vulnerables, los llamados sujetos de especial protección constitucional, no está pre-
sente en esta oportunidad11. En la medida en que es un plan construido y socializado
en el interior de la rama judicial, y muy poco con otros actores de fuera del sistema,
refuerza ese sentido de ensimismamiento que tanto se ha criticado a la rama judicial.
Llama la atención que ante la crisis de integridad ética en la rama judicial, tanto en
las Altas Cortes como en otros niveles de la rama judicial, no exista una estrategia y
ni siquiera se toque el tema para empezar a recuperar la confianza, la credibilidad y la
legitimidad que necesita la administración de justicia.
Veamos ahora el desarrollo de las políticas institucionales:
Política tecnológica
10 El acceso a la justicia aparece en la Política de Calidad de la justicia, como objetivo específico, así: “Garan-
tizar el acceso a la justicia, reconociendo al usuario como razón de ser de la misma”.
11 La Corte Constitucional ha desarrollado la relación entre acceso a la justicia y grupos de especial protección
constitucional en varias sentencias: T-502/87, T- 597/92, T-451/93, T- 399/93, C-544/93, T-046/93, C-093/93,
T-416/94, T/268/96, C-742/99, entre otras.
50 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
no, y eso implica conseguir nuevas sedes y adecuar las existentes, pero hubiera sido
deseable un análisis más técnico para atar estos indicadores de producto (metros cua-
drados de obra física) a indicadores más funcionales que puedan medir esta relación,
tales como acceso de personas en situación de discapacidad, satisfacción del usuario,
e incluso un indicador de satisfacción por parte de los funcionarios y empleados de
los despachos que han sido desarrollados en las encuestas de percepción de la rama
judicial (Consejo Superior de la Judicatura, 2012).
Sobre las políticas de Desarrollo del Talento Humano y de Rediseños Organiza-
cionales, solamente diremos que se trata de directrices internas administrativas que
se concretan en funcionarios capacitados y estudios de rediseños organizacionales,
acciones que no deberían estar en un plan sectorial de la rama judicial, donde deben
estar las líneas estratégicas de la justicia, sino en el Plan de Acción Institucional del
Consejo Superior de la Judicatura.
De otro lado, vale la pena subrayar la idea de definir modelos de gestión estanda-
rizados en la rama judicial (cada despacho judicial es un mundo). Buena parte de los
problemas de acceso a la justicia y atención al ciudadano se derivan de la mala gestión
de los despachos judiciales, de la ausencia de una política de case managment o di-
rección del proceso y del despacho. En el cuatrienio se plantea el indicador de cuatro
jurisdicciones con modelos de gestión implementados. Sin embargo, hubiera sido
deseable encontrar un proyecto para definir dichos modelos en cada jurisdicción, por
instancia, especialidad y lugar. No es igual la demanda por justicia civil de un juzgado
municipal en un pequeño municipio, que en una ciudad como Bogotá, de suerte que
son necesarios diferentes modelos de gestión. Asimismo, hubiera sido muy importante
un proyecto para sistematizar buenas prácticas dado que, en medio de las dificultades,
muchos despachos judiciales, tanto en juzgados como en tribunales y altas cortes, han
desarrollado buenas prácticas que deben ser visibilizadas y replicadas.
Sobre la Política de Protección y Seguridad, esta no debería ser una tarea del Con-
sejo Superior de la Judicatura, ni debería estar en un plan sectorial de la rama judicial.
Esta debería ser confiada a la Policía Nacional para la seguridad en sedes, y a la Unidad
Nacional de Protección para la seguridad de jueces y magistrados, en el contexto de
una política de protección a servidores públicos. No hay razón para que la rama judicial
tenga una política autónoma para esos efectos.
tres estrategias: mejores sistemas de atención, tanto físicos como virtuales 12; proceso
de rendición de cuentas para mejorar la transparencia, y actualización del registro de
abogados, jueces de paz y reconciliación, auxiliares de la justicia y consultorios jurídicos.
En desarrollo de esas estrategias, y en los objetivos específicos, se pretende “propi-
ciar nuevas formas didácticas e ilustrativas que permitan a grupos vulnerables apropiar
conocimientos en temas judiciales”; una ventana de oportunidad que debería ser desa-
rrollada durante la implementación del plan para desarrollar un enfoque de exclusión
en favor de los sujetos de especial protección constitucional.
Lamentablemente, esos enunciados de política, en principio, ambiciosos y ne-
cesarios, se concretan en indicadores que nada tienen que ver con lo propuesto. En
efecto, en el cuatrienio se proyectan 54.307.575 de consultas de usuarios en la página
web de la rama judicial13, y 155.000 tarjetas y licencias expedidas, desperdiciando así
una oportunidad para incrementar la legitimidad de la justicia y replantear la relación
con el ciudadano. En materia de rendición de cuentas, hubiera sido deseable diseñar
estrategias permanentes de control ciudadano a la gestión judicial, que implicaran, por
ejemplo, informes mensuales de la productividad judicial al menos por circuito judicial,
participación en audiencias de veedurías ciudadanas para determinar grados de aten-
ción, celeridad; publicación de las sentencias de todas las instancias (no solamente de
altas cortes) para verificar el grado de consistencia de las decisiones judiciales, entre
otras medidas que están en mora de ser adoptadas en la rama judicial colombiana.
En la política de calidad parecen están recogidos los temas relacionados con el acceso
a la justicia. En efecto, allí se dice que “la calidad de la justicia se concibe como el eje
fundamental en el funcionamiento y organización de los Poderes Judiciales (¿?) que
implica no solo la satisfacción de las necesidades y expectativas de los usuarios del
servicio púbico de justicia”, sino también, todo lo relacionado con aumento de la pro-
ductividad y la gestión judicial.
La primera estrategia es la de establecer el Sistema Integrado de Gestión y Control
de la Calidad del Medio Ambiente (SIgcma), lo cual debió quedar en el plan de acción
12 Lo que exige un cambio muy importante en la página web de la rama judicial, generación de correos elec-
trónicos para todos los despachos judiciales, una plataforma tecnológica confiable, estadísticas al, fácil
accesibilidad, entre otros.
13 www.ramajudicial.gov.co. Sin ocuparse de los problemas de accesibilidad que tiene la página web y la
dificultad para acceder a cifras confiables.
EL COMPONENTE DE JUSTICIA EN EL PLAN DE DESARROLLO Y EL PLAN SECTORIAL DE DESARROLLO
DE LA RAMA JUDICIAL , 2015-2018 / JORGE IVÁN CUERVO R .
53
pLan de inversiones14
El presupuesto total de inversión para la rama judicial entre 2015 y 2018, sin contar
la Fiscalía General de la Nación, es equivalente a 1.028.457 millones de pesos, donde
el grueso se orienta a las políticas de tecnológica y de infraestructura (826.492) 15, lo
que deja ver un énfasis en actividades (construcción, remodelación y compra de com-
putadores) que si bien constituyen un insumo importante, no son de la esencia de la
administración de justicia16 (tabla 3).
Tecnológica 424.282
Total 1.028.457
Esta asignación de recursos refleja que el Consejo Superior de la Judicatura tiene una
visión muy instrumental de lo que son las políticas judiciales, que más que orienta-
ciones estratégicas de los recursos de inversión –e incluso de los de funcionamiento,
por ejemplo creando nuevos juzgados, trasladando otros– se concreta en inversiones
de infraestructura y actualización tecnológica que bien pueden hacen parte de un plan de
acción institucional, perdiendo de vista otros temas como el acceso a la justicia o la
diversificación y consolidación de la oferta judicial según la demanda por justicia, como
correspondería a una verdadera política judicial.
Analizando este plan sectorial 2014-2018, puede decirse que el Consejo Superior de
la Judicatura nunca entendió su rol como formulador de políticas judiciales, pero tam-
bién que el gobierno nacional –léase Ministerio de Justicia y Departamento Nacional
de Planeación/Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno– no han logrado definir el
rol del Gobierno en materia de administración de justicia, interpretando a cabalidad
el principio de autonomías e independencia judicial con la función que establece el
artículo 208 constitucional de formular políticas en su sector, y de no saber involucrar
a la Fiscalía General de la Nación en la lógica de formular políticas articuladas con la
política (anti) criminal del Estado e incluso la política penitenciaria. La Fiscalía, dada
su autonomía presupuestal, y el peso en el presupuesto de la rama judicial (más del
50%), se ha convertido en una rueda suelta del sistema de justicia.
Se espera que el nuevo órgano de gobierno y administración de la rama judicial
aprobado en la reforma al Equilibrio de Poderes, entienda a cabalidad su papel de for-
mulación de políticas públicas judiciales, que se creen espacios de articulación inte-
rinstitucional con el gobierno nacional, la Fiscalía General de la Nación, y otros actores
EL COMPONENTE DE JUSTICIA EN EL PLAN DE DESARROLLO Y EL PLAN SECTORIAL DE DESARROLLO
DE LA RAMA JUDICIAL , 2015-2018 / JORGE IVÁN CUERVO R .
55
referencias
1 Las autoras agradecen las entrevistas concedidas por los funcionarios de la Consejería Presidencial para
los dd.hh. y dIh, y el pNud.
2 PhD. Docente Investigadora del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales (cIpe), Universidad
Externado de Colombia.
3 Candidata a magíster en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Externado de Colombia. Joven
Investigadora de Colciencias.
58 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
incluido el tema de los derechos humanos en el documento “Bases del Plan Nacional
de Desarrollo 2014-2018”. Lo anterior, con el doble propósito de identificar, en primer
lugar, las continuidades y rupturas entre las dinámicas de la gestión de la temática entre
el primer y segundo Gobierno, así como, en segundo lugar, los retos y las tensiones
que se deberán tener en cuenta en la puesta en marcha de las apuestas asumidas en
materia de derechos humanos.
Fuente: elaboración propia a partir de Programa Presidencial de dd.hh. y dIh (2011, p. 8).
eNtre polítIca y eNfoQue : loS retoS para la coNSolIdacIóN de la accIóN del gobIerNo SaNtoS eN derechoS
humaNoS / CLAUDIA MARCELA PINZÓN CASALLAS , PATRICIA HERRERA KIT
59
Ciudadanía,
Derechos DIH y Justicia y
cultura y
civiles y conflicto DESCA lucha contra
educación
políticos armado la impunidad
en DD.HH.
Fuente: elaboración propia a partir del documento Sistema Nacional de Derechos Humano y dIh (Programa Presidencial de Dere-
chos Humanos y dIh, 2011, p. 11).
4 Es importante aclarar que esta estructura no es estática y, conforme a la información obtenida a través
de entrevistas, se ha procurado adaptarla a partir de aprendizajes en el proceso de puesta en marcha del
Sistema.
60 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
Posterior al lanzamiento del Sistema, iniciaron los esfuerzos del Gobierno para cons-
truir el documento de la Propuesta de Política Integral de dd.hh. y dIh, que recoge los
principios del ebdh en dos perspectivas: por un lado, lo utiliza como sustento del pro-
ceso del diseño de los lineamientos de la Política y, por otro, los promueve en tanto el
fundamento de la actuación del Estado en general a través de sus políticas sectoriales.
Conceptualmente, el ebdh representa una apuesta alternativa de comprensión del
desarrollo humano promovida desde los años noventa por distintas agencias de coope-
ración (Alza Barco, 2014; Leivi, 2011). Así, en un contexto de transiciones democráticas,
de la expansión de la ola neoliberal que, en el caso colombiano se inscribe también
en la consagración del Estado como social de derecho, el surgimiento de nuevas de-
mandas y la visibilización de poblaciones tradicionalmente subrepresentadas, el ebdh
se constituye en un avance de la protección de libertades negativas hacia las liberta-
des positivas (Giménez Mercado y Valente Adarme, 2010; Jiménez Benítez, 2007). Su
inclusión transversal en las estrategias de cooperación de Naciones Unidas, a partir
de 1997, abre la posibilidad de sustituir la lógica de la necesidad por el derecho como
sustento de las estrategias de desarrollo humano (Leivi, 2011).
A diferencia de otros enfoques, el ebdh reconoce a los individuos como titulares de
derechos que pueden y deben participar en todas las etapas de las decisiones públicas,
concebidas desde y en función del cumplimiento de algún derecho. La tabla 1 presenta,
de manera comparativa, algunos de los elementos distintivos de este enfoque:
Las necesidades no son necesariamente universales Los derechos humanos siempre son universales
Las necesidades pueden ser alcanzadas a través de La caridad y el asistencialismo no tienen cabida desde
acciones de caridad y asistenciales la perspectiva de los derechos humanos
Las necesidades básicas pueden ser alcanzadas por Los derechos humanos se pueden realizar solamente
medio de metas o de resultados atendiendo tanto los resultados como los procesos
Fuente: adaptación de Giménez Mercado y Valente Adarme (2010, p. 58).
eNtre polítIca y eNfoQue : loS retoS para la coNSolIdacIóN de la accIóN del gobIerNo SaNtoS eN derechoS
humaNoS / CLAUDIA MARCELA PINZÓN CASALLAS , PATRICIA HERRERA KIT
61
• “Desde este enfoque integral, el ejercicio efectivo de los derechos se obtiene a través de la
conjunción de acciones encaminadas a satisfacer todos y cada uno de los derechos por igual
Integralidad y progresividad y de manera simultánea. Los derechos humanos son interdependientes y los logros en su
«concreción efectiva» dependen en gran medida de una visión integral de su ejerciccio como
base para la ejecución de políticas públicas con equidad”(Giménez y Valente, 2010, p. 73).
que son exigibles, a su vez, por unos titulares empoderados (Borja Segade et al., 2011;
Leivi, 2011; Ruiz Bascaran, s. f.).
Este enfoque, como se anunció, fue retomado en la Propuesta de Política Integral
como el sustento para su construcción y, al mismo tiempo, como el medio sugerido
para que las diferentes políticas sean integrales5, para que tengan como fin y medio
los dd.hh. Es una visión encaminada a garantizar el goce efectivo de derechos ( ged)
mediante la construcción, la aplicación, el seguimiento, la evaluación y el ajuste de po-
líticas sectoriales. Para esto, el documento metodológico que acompaña la Propuesta
plantea diez aspectos a fin de garantizar la integralidad de las políticas públicas (tabla 2).
De manera adicional al reconocimiento del ebdh, que se ajusta también a los objetivos
del SNddhh-dIh, la Propuesta de Política Integral se formula respondiendo o recogiendo
los objetivos esbozados en el decreto de creación del SNddhh, así como su estructura
temática, tal como lo permite constatar la figura 4.
5 “Una política integral no se restringe a la oferta pública (provisión de bienes y servicios por parte del
Gobierno), sino que su alcance trasciende y se recoge en el goce efectivo de derechos (ged). Todo esto
acorde con el modelo de gestión pública por resultados que permite cambios estratégicos significativos,
medibles, duraderos y sostenibles” (S.A., 2013, p. 18).
Figura 4. Estructura de la propuesta de política integral de dd.HH. y diH
eNtre polítIca y eNfoQue : loS retoS para la coNSolIdacIóN de la accIóN del gobIerNo SaNtoS eN derechoS
Reparación integral
Ajuste normativo
y garantías de no
e intitucional
repetición
Efectiva
participación
Prevención
Gestión Ciudadanía, Igualdad, no Derecho de Acceso a la Gestión y protección
Est
de información cultura y discriminación las víctimas justicia y la pública
ra te
y conocimiento educación en y respeto por la lucha contra la transparente y
dd.hh. y paz identidades impunidad lucha contra la
g i a s t r a n s ver s
corrupción
humaNoS
Ejes
/
civiles y dIh deSca impunidad
institucional
al e
s
Componentes
Comunicación
Fortalecimiento
para el cambio
de capacidades sociales
estratégico
e institucionales
Transversalización
Monitoreo
en políticas públicas
y evaluación
del ebdh
Fuente: elaboración propia a partir del documento “De la violencia a la sociedad de los derechos. Propuesta de Política Integral de Derechos Humanos” (S.A., 2013).
63
64 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
Componentes Objetivo
Derechos económicos, sociales, Garantizar el goce efectivo de los deSca a todos los ciudadanos en
culturales y ambientales condiciones de igualdad y no discriminación
ENTRE POLÍTICA Y ENFOQUE : LOS RETOS PARA LA CONSOLIDACIÓN DE LA ACCIÓN DEL GOBIERNO SANTOS EN DERECHOS
HUMANOS / CLAUDIA MARCELA PINZÓN CASALLAS , PATRICIA HERRERA KIT
65
Componentes Objetivo
6 Entrevista con funcionarios de la Consejería Presidencial para los Derechos Humanos, junio 3 de 2015.
66 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
Figura 5. Visión y objetivos del capítulo VIII de las Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018
Visión Objetivos
En este contexto, los dd.hh. quedan consignados como uno de los objetivos específicos
del fortalecimiento de los roles del Estado para el goce de derechos de todos los habi-
tantes. Acá, se pueden identificar las primeras rupturas en relación con la propuesta
del Gobierno anterior que, si bien también veía el tema de los dd.hh (de la mano de
la justicia y la seguridad) como un requisito para la vigencia del Estado de derecho y la
consolidación de la paz (Herrera Kit, 2014), en este caso, además los acompaña de un
especial énfasis en la política criminal y de lucha contra las drogas, como se muestra
en la tabla 4.
Tabla 4. Objetivos específicos del capítulo VIII de las Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018
quedan sobre los desafíos que impone la puesta en marcha de la visión definida en la
materia para el presente cuatrienio.
Uno de los objetivos del SNddhh-dIh es la inclusión del ebdh en las políticas secto-
riales, siendo este también el sustento y objetivo de la Estrategia de garantía de dd.hh.,
incluida en el articulado de la ley del Plan de Desarrollo 2014-2018 (Informe de Concilia-
ción al Proyecto de Ley 138 de 2015 Senado). Este es un enfoque que, como se ha venido
anunciando desde su concepción teórica, abarca varios elementos transversales para
el ged y el pensar en su efectiva materialización en un contexto como el colombiano,
implica resolver las diferencias entre la forma como está concebida la estructura del
modelo de desarrollo de Estado y la propuesta del desarrollo de políticas con ebdh.
De hecho, la relectura del documento “Bases del Plan 2014-2018” confirma la
dimensión de este desafío al identificar, en capítulos como el de la Movilidad social,
elementos del enfoque de necesidades que, como se mostró previamente, es supera-
do por el ebdh. De esta forma, aunque se destaca cómo, por ejemplo, el lenguaje del
enfoque diferencial se ha venido incluyendo progresivamente en la programación del
Estado, y que el documento de las Bases el Plan lo confirma, la inclusión del ebdh au-
menta el nivel de complejidad y tensiones entre las visiones que emanan o sustentan
los diversos sectores de la acción pública, incluyendo el de derechos humanos que,
sin ser en strictu sensu un sector, se propone entre sus objetivos la transversalización
del ebdh en toda la acción estatal.
En consecuencia, y aunado a las capacidades que tiene el Estado en los niveles
nacional y el territorial para poner en marcha las más de 820 acciones previstas en
la Estrategia, la materialización de las complejas apuestas del Estado colombiano en
materia de derechos humanos pasa por la revisión, incluso estructural, de los sentidos
desde los cuales se entreteje la acción pública y que, a primera vista, parecen difícil-
mente reconciliables.
Componente Lineamientos
Componente Lineamientos
Componente Lineamientos
Estrategias Acciones
Estrategias Acciones
Estrategias Acciones
Impulsar y fortalecer los mecanismos de incidencia de las y los jóvenes en las instancias
de participación, y su incidencia en la comisión accidental de Juventud de la Cámara
de Representantes, para posicionar en la agenda pública los temas de adolescencia
y juventud
Socialización de la política en los departamentos para que las personas lgbtI conozcan
el instrumento y hagan uso de él
Implementación de
Diseño y divulgación de campañas por el respeto de la diversidad sexual y de género
la Política Pública
para disminuir el estigma y discriminación hacia las personas de los sectores lgbtI
para Población lgbtI
Estructuración de un mecanismo de seguimiento y acciones afirmativas con enfoque
diferencial hacia las personas lgbtI
ENTRE POLÍTICA Y ENFOQUE : LOS RETOS PARA LA CONSOLIDACIÓN DE LA ACCIÓN DEL GOBIERNO SANTOS EN DERECHOS
HUMANOS / CLAUDIA MARCELA PINZÓN CASALLAS , PATRICIA HERRERA KIT
73
Estrategias Acciones
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Bogotá.
Área socioeconómica
77
CARLO TASSARA1
introducción2
En los últimos años, Colombia ha logrado grandes avances en la lucha contra la po-
breza, tanto en la disminución del número de personas pobres, como en la estructu-
ración de una institucionalidad y una legislación más coherentes, y en la formulación
e implementación de políticas más eficaces (daNe, 2015).
Sin olvidar que estos logros están relacionados también con factores macroeconó-
micos3, el programa Más Familias en Acción (mfa), liderado por el Departamento para
la Prosperidad Social (dpS), representa la punta de lanza de una acción estatal de gran
envergadura en la lucha contra la pobreza. Basta con decir que entre 2010 y 2014, mfa
ha logrado consolidar una cobertura de unos 2,7 millones de familias y un gasto anual
de alrededor de 1,65 billones de pesos4 (Tassara, 2014b, p. 3).
1 PhD en Teoría e Investigación Social. Profesor de Estrategias para la cooperación, Universidad de Roma
La Sapienza, y docente de posgrado en la Universidad Externado de Colombia y otras universidades co-
lombianas. https://uniroma1.academia.edu/CarloTassara
2 Esta parte del artículo es la actualización y libre reelaboración de un texto inédito del mismo autor (Tassara,
2014b).
3 Como el crecimiento del producto interno bruto, que entre 2005 y 2014 ha aumentado en un 5,2 % anual
a precios constantes, y la inflación contenida, que en 2013 se mantuvo en 1,94 % y fue entre las más bajas
de los últimos sesenta años (dNp, 2014, p. 1).
4 Datos facilitados por la Dirección de Ingreso Social del DPS en diciembre de 2014.
78 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
50,0
49,7
45,0 48,0 47,4
45,0
42,0
40,3
35,0 37,2
34,1
32,7
30,6
25,0 28,5
17,7
15,7 16,4
14,8 14,4
13,8
12,3
15,0 10,6 10,4 9,1 8,1
5,0
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Pobreza Indigencia
5 La pobreza monetaria se basa en la “medición de los ingresos per cápita de la unidad de gasto y su relación
con la línea de pobreza y pobreza extrema” (daNe, 2015, p. 4), mientras que la medición de la pobreza mul-
tidimensional se basa en variables que dan cuenta de la situación del hogar en relación con la educación,
la salud, el empleo, la primera infancia y la infraestructura disponible.
pobreZa y deSIgualdad eN colombIa : aNálISIS del plaN NacIoNal de deSarrollo 2014-2018 / CARLO TASSARA 79
35,0
33,1 32,6
19,1
18,0
15,0 12,2
11,2 11,2
10,0 9,9
9,1 8,3
7,0 6,6 6,0
5,1
5,0
2002 2003 2004 2005 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Rural Urbana
3,53
3,45
3,50
3,30
3,16
3,18
3,05
3,10 3,01
2,91 2,91
2,89
2,90
2,70
2,59
2,50
2003 2004 2005 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
1) aumentar la eficiencia del gasto social para que los recursos se traduzcan
en mejores resultados en cobertura y calidad; 2) mejorar la focalización del gasto
social para que este beneficie prioritariamente a los más pobres y vulnerables; 3)
consolidar un sistema de protección social que contribuya eficazmente a fortalecer
y proteger el capital humano y los ingresos de los hogares, y a reducir su vulnera-
bilidad; y 4) alcanzar la inclusión social de los diferentes grupos étnicos, así como
la igualdad de género (dNp, 2011, pp. 250-251).
El nuevo pNd 2014-2018 “Todos por un nuevo país: Paz Equidad Educación” se articula
alrededor de tres pilares, seis estrategias transversales y dos enfoques metodológicos
(dNp, 2014, pp. i-x).
El primer pilar es una apuesta por la paz que, con base en las negociaciones de La
Habana, apunta a crear las condiciones para orientar el posconflicto hacia la construc-
ción de un país más próspero y sin violencia. La priorización de la equidad se funda-
menta en el reconocimiento de que “la desigualdad, como la violencia, es endémica y
secular en Colombia, y su superación requiere transformaciones de fondo” (dNp, 2014,
pp. iv). La educación “se concibe como el más poderoso instrumento de igualdad
de la sociedad” (dpN, 2015, p. v), asumiendo que una población con un mejor nivel de
POBREZA Y DESIGUALDAD EN COLOMBIA : ANÁLISIS DEL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO 2014-2018 / CARLO TASSARA 81
6 Colombia se caracteriza por una baja proporción de clase media (27,2 %) –en comparación con Chile,
Brasil y Perú, que tienen un porcentaje superior al 34 %–, y ha tenido un aumento más lento en el periodo
2002-2012 (12,1 %) con respecto, por ejemplo, a Bolivia y Ecuador (+17,6 % y +14,2 %, respectivamente),
países que actualmente tienen clases medias más amplias (World Bank, 2014, p. 28).
82 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
Hasta se podría afirmar que, según el diagnóstico del plan, la inequidad dinámica –o
sea la que genera la desigualdad intergeneracional– se debe sobre todo a la falta de un
nivel adecuado de educación, que “se concibe como el más poderoso instrumento de
igualdad de la sociedad” (dNp, 2014, p. vii). Por eso, se sostiene que:
Por la misma razón, se detectan algunas ausencias e inconsistencias en las metas tra-
zadoras del pilar Equidad (tabla 4). Entre las primeras, resalta la falta de indicadores
relativos a las brechas salariales y la dimensión multidimensional de la pobreza. Entre
las segundas, parece poco apropiado aplicar la tasa de formalidad del trabajo única-
mente a las principales áreas metropolitanas del país y utilizar indicadores de proceso,
84 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
Línea de base
Meta trazadora Meta a 2018
(2013)
Tasa de formalidad por cotización de seguridad social (13 áreas metropolitanas) 45,5 % 24,5 %
7 Los indicadores de proceso miden la realización de las actividades previstas por un programa, mientras que
los indicadores de impacto miden los cambios que las actividades implementadas generan en la calidad
y las condiciones de vida del grupo meta.
POBREZA Y DESIGUALDAD EN COLOMBIA : ANÁLISIS DEL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO 2014-2018 / CARLO TASSARA 85
za” del Componente A “Sistema de Promoción Social para garantizar mínimos vitales”
de la estrategia transversal Movilidad social (dNp, 2014, pp. 216-218). Entre ellas: a) las
oportunidades de formación que el Servicio Nacional de Aprendizaje (SeNa) ofrecerá a
la población vulnerable, con acceso preferencial a jóvenes y mujeres; b) la ampliación
del servicio de empleo del Ministerio del Trabajo; c) el lanzamiento de programas de
emprendimiento y fortalecimiento empresarial, sobre todo en el ámbito rural; d) la
planificación de programas de empleo temporal rural y urbano, con enfoque diferen-
cial para poblaciones vulnerables, jóvenes y mujeres y prioridad para los municipios
afectados por crisis ambientales, económicas o sociales.
El tercer elemento es la apuesta por la estrategia transversal Transformación del
campo, que representa un eje central para la disminución de la desigualdad y se basa
en la siguiente reflexión:
respecto a los primeros, en la observación de “que el gasto público tiene una incidencia
en la desigualdad cinco veces más que los tributos”, y en la constatación de que los
impuestos sobre la renta adolecen históricamente de una progresividad muy débil.
Con excepción de la Ley 49 de 1990, las catorce reformas tributarias que se han
aprobados desde los años ochenta en adelante8 se formularon con el propósito de
aumentar la tributación. Sin embargo, “estas reformas han sido desordenadas, inco-
herentes, fragmentadas, y no se enmarcan en contextos más amplios que permitan
ponerlas al servicio del Estado” (Estrada, 2013, p. 11).
En la misma línea, Bogliacino y Muñoz (2015, p. 8) afirman que “el impacto de los
impuestos es regresivo por el nivel muy elevado de evasión tributaria y el bajo nivel de
impuestos sobre la renta de las personas”.
Un segundo elemento de reflexión es que el modelo de protección social colombiano
oscila entre el enfoque de derechos9 y el enfoque del manejo social del riesgo10, y tiene
cierta propensión por el segundo. A veces, esto hace descuidar el problema estratégico
de la desigualdad, priorizar los objetivos económicos sobre los sociales y centrar las
políticas sociales “en cómo resolver los problemas de focalización de recursos en los
más pobres” (Salcedo, 2013, p. 3), lo que origina programas que corren el riesgo de
estigmatizar a los beneficiarios.
Al respecto, el enfoque colombiano a la protección social –que resulta confirmado
por el pNd 2014-2018– parece anticuado en el contexto latinoamericano, que propende
cada vez más por el enfoque de derechos y la afirmación de políticas redistributivas
orientadas a la disminución de la desigualdad (Tassara, 2014a).
En este contexto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (cepal)
subraya la centralidad de “la adopción de una estructura distributiva orientada a la
disminución de la desigualdad” y recuerda que “Esto no se da espontáneamente y re-
quiere el desarrollo y fortalecimiento de instituciones económicas, sociales y públicas
que aseguren una amplia distribución de los frutos del progreso técnico y prevengan
su excesiva concentración” (cepal, 2012, pp. 30-31).
Otra criticidad es la insuficiente articulación entre el programa mfa y el sistema de
protección social, que representa una debilidad del modelo colombiano. La cuestión es
8 Dos en los años ochenta (1983 y 1986), ocho en los años noventa (dos en 1990 y 1998 y una en 1992, 1993,
1994 y 1995) y cuatro durante el nuevo siglo (dos en 2002 y una en 2000 y 2013).
9 Enfatiza la necesidad de diseñar sistemas de protección basados en los derechos sociales reconocidos en
tratados y pactos internacionales, y afirma la obligación de los Estados de adoptar medidas positivas para
que su vigencia sea efectiva.
10 Un sistema de protección frente a las contingencias negativas que afectan la calidad de vida de los ciuda-
danos, basado en acciones que prevengan, mitiguen o superen dichas contingencias.
POBREZA Y DESIGUALDAD EN COLOMBIA : ANÁLISIS DEL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO 2014-2018 / CARLO TASSARA 87
simple: las familias que se gradúan de iniciativas como mfa se encuentran a menudo
en una situación de vulnerabilidad y corren el riesgo de recaer en la pobreza después
de la salida del programa. Según Hardy:
Estos estratos vulnerables, los más numerosos, son los más desprotegidos
[…] por dos razones: en primer lugar, porque suelen quedar fuera de las políticas
sociales que imperan en la región, altamente focalizadas hacia los segmentos de
mayor pobreza y, en segundo lugar, porque carecen de capacidades económicas
que les permitan hacer frente a sus necesidades (2014, p. 31).
En esta parte del texto se compara el documento “Bases del Plan” (dNp 2014), que fue
divulgado en noviembre de 2014, con la versión del Proyecto de Ley respectivo que
circulaba en mayo de 2015 (cdr, 2015).
Lo primero que llama la atención es la escasa cantidad de recursos dedicados a la
estrategia transversal Transformación del campo, a la que se le asignó tan solo el 7 %
del presupuesto plurianual 2015-2018 (tabla 5). Obviamente, cabe preguntarse cómo
será posible –con recursos tan escasos– realizar las inversiones necesarias para abordar
problemas tan complejos como la construcción de nuevas vías de acceso, la actuali-
zación del catastro (dNp, 2014, p. v) y el cierre de las brechas urbano-rurales mediante
el mejoramiento de “la calidad y el acceso real de los pobladores rurales a vivienda,
educación, salud y mecanismos de protección social” (dNp, 2014, pp. 312 y 317).
La segunda cuestión tiene que ver con el camino priorizado para ampliar el acceso a
la educación superior. Al respecto, parece insuficiente que el artículo 61 (cdr, 2015, pp.
41-42) amplíe notablemente el crédito para la educación superior, y que otros apartes
del Proyecto de Ley no prevean cuantiosas inversiones para el fortalecimiento de la
universidad pública.
En tercer lugar, Giraldo (2015, p. 26) señala algunas normas del Proyecto de Ley
que contradicen la vocación social del plan. Una de ellas se encuentra en el artículo
135 (cdr, 2015, p. 81) y prevé que los trabajadores por prestación de servicios tengan
que asumir a su cargo también las cuotas patronales para la seguridad social y que sus
derechos sean reducidos al 40 % del salario.
Otro ejemplo es el artículo 137, según el cual “los riesgos financieros derivados de las
decisiones de los Fondos privados de pensiones recaen en los trabajadores” (Giraldo,
2015, p. 26), y el artículo 138, que transfiere al Estado la responsabilidad de nivelar el
valor de las pensiones de renta vitalicia “cuando el aumento del salario mínimo legal
vigente sea superior a la variación porcentual del índice de Precios al Consumidor cer-
tificado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas para el respec-
tivo año” (cdr, 2015, p. 83). En ambos casos, se están eximiendo las empresas de los
riesgos financieros propios de su actividad, transfiriendo los costos respectivos a los
trabajadores o al Estado (y, por ende, nuevamente a los trabajadores).
El cuarto elemento problemático se encuentra en los artículos 49 y 50, y concierne a
la posibilidad de declarar “de utilidad pública e interés social” la ejecución y el desarro-
llo de los Proyectos Nacionales de Interés Estratégico (pINe) “que sean seleccionados
como tales por el Gobierno Nacional, por su alto impacto en el crecimiento económico
y social del país”. Si recurren estas condiciones, se puede autorizar “la expropiación
administrativa o judicial de los bienes inmuebles urbanos o rurales que se requieran
para tal fin, de conformidad con el artículo 58 de la Constitución Política” ( cdr, 2015, p.
35). Ahora bien, sobre este tema muchos investigadores, periodistas y gremios rurales y
POBREZA Y DESIGUALDAD EN COLOMBIA : ANÁLISIS DEL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO 2014-2018 / CARLO TASSARA 89
mineros han planteado el riesgo de que se abra “una puerta enorme para que grandes
grupos empresariales exploten el campo, las minas y los bosques en detrimento de
las comunidades y el patrimonio natural” (Universidad Nacional de Colombia, s. f.).
Finalmente, Giraldo (2015, p. 27) señala que el Proyecto de Ley contiene un sinnú-
mero de artículos que no son coherentes con los propósitos globales del documento 11
y llega a afirmar que “desde un punto de vista jurídico se podría señalar que tales nor-
mas no tienen unidad de materia con lo que debe ser un Plan Nacional de Desarrollo,
y eso lo haría inconstitucional”.
referencias
11 Como por ejemplo, la titularización de la cartera hipotecaria (art. 48), la abolición de la posibilidad de
subsidiar el transporte público (art. 30) y la atención especial dedicada a las modalidades de cobro de las
deudas públicas (que aparece en trece artículos).
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World Bank (2014). Toward Sustainable Peace, Poverty Eradication, and Shared Prosperity.
Colombia. Policy Notes. Washington: World Bank Group.
91
introducción
La política de vivienda del primer Gobierno de Juan Manuel Santos, trajo consigo la
implementación de medidas determinantes en el curso de la política pública que había
sido efectuada hasta 2010. La primera consistió en superar la producción de viviendas
del periodo presidencial inmediatamente anterior, en el cual fueron impulsadas 560.300
soluciones habitacionales, para lo cual se propuso como meta del Plan de Desarrollo
gestionar la producción de un millón de viviendas, dentro de las cuales algo menos
de la mitad debían corresponder a las categorías de vivienda de interés social ( vIS) y
vivienda de interés prioritario (vIp) (dNp, 2011).
La segunda medida, a través de la cual se pretendió consolidar la primera, tuvo
lugar con la separación de los ministerios de ambiente y vivienda, con lo cual se logró
afianzar una institucionalidad cuya única misión se concentraría en el tema habitacio-
nal, ganando con esto visibilidad, al tiempo que se lograría disminuir la rivalidad de la
vivienda con los temas ambientales en la agenda del sector.
La tercera medida, y la más importante, fue la expedición de la Ley 1537 de 2012, a
partir de la cual se estructuró el programa de vivienda gratuita. Esta ley parte en dos la
historia de la política pública, pasando del Subsidio Familiar de Vivienda (Sfv) como
En el documento sobre las bases del plan se estipula que el verdadero desarrollo eco-
nómico es aquel que se convierte en bienestar para las regiones y para los ciudadanos
que las habitan (dNp, 2014). Por tanto, el plan estará soportado sobre los pilares de
la paz, la equidad y la educación, e insiste en la necesidad de consolidar los resulta-
dos del cuatrienio anterior, para lo cual se hace necesario concertar el plan con las
regiones y construir un consenso sobre las disparidades que existen dentro de estas,
con el fin de proponer estrategias que guíen la consecución de metas en los pilares
establecidos.
Por esta razón, el plan de desarrollo propone una estructura territorial que aterrizará
a nivel regional los pilares y las estrategias transversales objeto del próximo periodo de
Gobierno, las cuales constituyen una evolución del lo planteado en el Plan Nacional
de Desarrollo 2010-2014.
la polÍtIca NacIoNal de VIVIeNda eN el plaN NacIoNal de deSarrollo 2014-2018: “todoS por UN NUeVo paÍS ” /
JOHANN JULIO ESTRADA
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Pilares
Estructura Estrategias
Transversales
PND 2014-2018
PAZ
Crecimiento Movilidad
verde Social
EQUIDAD
Buen Transformación
Gobierno EDUCACIÓN del Campo
Según el documento base del plan, estas cinco estrategias, más una sexta denominada
crecimiento verde, constituyen los lineamientos de política que permitirán avanzar hacia
la construcción de un país en paz, equitativo y educado. Cada estrategia plantea objeti-
vos específicos guiados hacia el alcance de estos tres grandes pilares (dNp, 2014, p. 7).
La política de vivienda se encuentra enmarcada dentro del segundo pilar y hace
parte de la estrategia sobre movilidad social. Este pilar parte del enfoque territorial
propuesto por el Departamento Nacional de Planeación (dNp), el cual plantea la ne-
cesidad de identificar y focalizar acciones del pNd en los territorios como resultado de
la combinación de cuatro dimensiones analíticas y de diagnóstico de las regiones del
país (figura 2).
94 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
VISIÓN
Un Estado que promueve la igualdad de oportunidades para todos, el desarrollo humano integral y la motivación social
Superación de la pobreza
y la franja de vulnerabilidad
4 Acceso a activos
Movilidad
Social
Formación en
Universal y Seguridad Acceso a Activos de riesgos
capital humano
a la Salud Social en crisis
Franja de Vulnerabilidad
En pobreza
Se establece que la movilidad social debe tener en cuenta las especificidades de cada
uno de los ciclos de vida y las condiciones socioeconómicas de la población y los te-
rritorios (dNp, 2014, p. 215). Por tanto, los activos para ser desarrollados deberán ade-
cuarse al perfil del beneficiario y a su necesidad. La cuestión es que para desarrollar este
argumento se utiliza el diagnóstico de los planes anteriores y se mantiene el enfoque
tradicional de la política centrado en la doble discusión que ha existido en torno al
problema, la primera de las cuales se cierne en torno al déficit cuantitativo de vivienda.
Como aprecia en la figura 4, y aunque novedoso en la presentación del déficit, el en-
foque de brechas no es claro y lo único que permite es la clasificación de los municipios
en distintas escalas; sin embargo, lo que es importante resaltar es el porcentaje total de
viviendas bajo este tipo de déficit, el cual se establece en el 12,7 % del total de hogares.
La segunda discusión sobre la política de vivienda se concentra en el déficit cualita-
tivo, en el cual se vuelve a utilizar el enfoque de brechas para describirlo. Lo llamativo
de este diagnóstico es que una de cada cuatro viviendas en el país sufre este tipo de
privación, lo cual constituye un punto neurálgico donde se deberían concentrar las
alternativas de solución de la política en el próximo cuatrienio (figura 5).
96 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
Con esta acción se pretende atacar de forma simultánea los problemas asociados al
acceso a una vivienda digna y a las condiciones de los servicios públicos domiciliarios
de los hogares más vulnerables, estableciendo como meta intermedia la reducción del
número de personas que habitan en viviendas con materiales inadecuados a 565.685
hogares en el año 2018, mediante la iniciación de 800.000 viviendas urbanas a nivel
nacional. Para esto, se identifican a su vez como programas principales dentro de esta
estrategia los siguientes:
La tabla 1 muestra las metas en materia de déficit cuantitativo, así como los pro-
ductos e indicadores que propone el documento para ser monitoreados.
Tabla 1. Metas sobre el déficit cuantitativo de vivienda en las bases del Plan Nacional de Desarrollo
Viviendas de Interés Social con apoyo de Fonvivienda y las ccf 383.811 400.000
Para lo cual el ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio articulará esfuerzos con el De-
partamento de la Prosperidad Social, las Cajas de Compensación Familiar y el Sistema
Nacional de Regalías garantizando la conexión efectiva de los hogares a los servicios
de acueducto y alcantarillado a través de:
Tabla 2. Metas sobre el déficit cualitativo de vivienda en las bases del Plan Nacional de Desarrollo
El plan plurianual de inversión sugerido por el documento estipula que para conseguir
las metas propuestas en esta estrategia se hace necesario invertir $ 310.437.580.000.000
en el próximo cuatrienio, lo que significa el 44,1 % del total presupuestado en el plan
(tabla 3).
Tabla 3. Plan plurianual de inversión propuesto en el pnd, movilidad social y total presupuesto.
Alimentación escolar
Atención y Asistencia a Poblaciones vulnerables y/o excluidas
Atención y Asistencia a Territorios vulnerables y/o excluidos
Atención y asistencia integral a la primera infancia, la infancia, la adolescencia,
la juventud y sus familias
Bienestar para la Fuerza pública
Calidad, acceso a los servicios de salud y fortalecimiento de la red de
emergencias
Cobertura y Equidad en educación Primaria, Básica y Media
Conservación del patrimonio cultural
Desarrollo Organizacional e institucional para la atención de población
vulnerable o excluida
Educación Inicial – Primera Infancia
Fomento a la recreación la actividad física y el deporte
Fomento de la Educación Superior
Formación para el trabajo
Formación y preparación de deportistas
Movilidad social
Formalización laboral y calidad del empleo
Fortalecimiento a la Gestión Territorial en Educación
Generación de ingresos y empleo
Generación y mejoramiento de infraestructura deportiva y recreativa
Gestión y atención de desastres
Incentivo al emprendimiento e industria cultural
Incentivo y fomento a la formación artístiva y creación cultural
Infraestructura de acuerdo y alcantarillado
Infraestructura Educativa Primaria, Básica y Media
Inspección vigilancia y control del Sistema de Salud
Mejoramiento de la Calidad en educación primaria, básica y media
Mejoramiento de la Calidad en educación superior
Promoción del Sistema Nacional de Cultura
Protección al Adulto Mayor
Protección social en salud y sostenibilidad
Salud Pública y promoción social
Fuente: dNp (2014, p. 813).
la política nacional de vivienda en el plan nacional de desarrollo 2014-2018: “todos por un nuevo país ” /
JOHANN JULIO ESTRADA
101
El articulado que fue sometido a aprobación por el Congreso mantiene la estructura del
plan plurianual, guardando semejanza con los recursos establecidos en el documento
de “Bases del Plan”, y establece seis artículos referentes al tema de vivienda de interés
social y prioritaria.
El artículo más importante dentro del plan es el 89, en el cual la nación, bajo el
principio de autonomía territorial, podrá formular y ejecutar actuaciones urbanas inte-
grales que promuevan el desarrollo del Sistema de Ciudades y los corredores urbanos
regionales, según lo dispuesto en la Ley 388 de 1997.
En el artículo 90, se establece la definición de Vivienda de Interés Social y Vivienda
de Interés Prioritario, tal como se había realizado en el plan 2010-2014. En el artícu-
lo 91, se modifica la Ley 1537 de 2012, consignando la facultad para incorporar suelo
rural, suburbano y expansión urbana al perímetro urbano con el fin de garantizar la
construcción de vivienda de interés social y prioritaria. Asimismo, el artículo 92 per-
mite que la Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter) otorgue créditos a los patri-
monios autónomos en los que Fonvivienda sea fideicomitente y tengan por objeto la
construcción de vIS y vIp.
El artículo 119 fija el establecimiento de exenciones del pago de derechos notaria-
les y registrales para las viviendas de interés prioritario nuevas y usadas. Por último,
el artículo 230 toca tangencialmente a las organizaciones populares de vivienda ( opv),
permitiendo que los patrimonios autónomos que se constituyan para construir vIS y
vIp puedan adquirir las viviendas ejecutadas por las opv.
Al ser aprobado el presupuesto del Ejecutivo, se podría entender que lo propuesto
en las bases del plan asegura su ejecución en el presente cuatrienio, y certifica la visión
del Gobierno acerca del sector vivienda, la cual se centra en que más hogares puedan
ser propietarios de una solución habitacional.
A pesar de la innovación que trajo consigo la Ley 1537 de 2012 (vivienda gratuita),
la política continuará basando su accionar en subsidios y, además, en los próximos
cuatro años seguirá girando en torno a la construcción de vivienda nueva.
La propuesta de política del sector permite observar que el asunto primordial y
persistente será promover la creación de vivienda nueva, a partir de la consolidación
de patrimonios autónomos en cabeza del gremio constructor, para hogares de bajos
ingresos –hogares con ingresos inferiores a los dos salarios mínimos legales men-
suales vigentes (Smlmv)–, y, por otra parte, soportando las costas de la financiación
de viviendas para hogares de ingresos moderados (hogares con ingresos entre dos y
cuatro Smlmv). Se centra así la atención completa en los hogares en pobreza extrema
102 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
de la red Unidos y la atención subsidiaria en los hogares de ingresos medios del total
de la población colombiana.
Las metas en este apartado son ambiciosas y serán objeto de evaluación interme-
dia para monitorizar el desempeño de los programas y de los productos que deberán
ser entregados.
Las metas consignadas en lo referente al déficit cualitativo son moderadas y, al ob-
servar el diagnóstico del sector, no contemplan un esfuerzo mayúsculo sobre el presu-
puesto asignado en el plan de desarrollo. Es importante aclarar que el déficit cualitativo
es tan importante o severo como el cuantitativo, y la formulación del plan hubiera sido
una gran oportunidad para destinar mayores recursos e instrumentos que permitieran
solucionar de forma coordinada las necesidades habitacionales de la cuarta parte de
los hogares del país, con instrumentos novedosos, como los subsidios de vivienda
saludable. Por otra parte, se desconocen instrumentos novedosos como la vivienda en
alquiler, que vienen siendo propuestos en la región por el Banco Interamericano de
Desarrollo como solución transitoria para los hogares de bajos recursos.
De igual forma, temas que al final del cuatrienio pasado fueron objeto de discu-
sión, tales como la incorporación de estructuras dotacionales (colegios, transporte
público, jardines, etc.) dentro de los nuevos proyectos de vIS y vIp, fueron tratados por
el documento; sin embargo, no fueron incorporados dentro de las metas del sector,
quedando nombrados solo como un tema importante para ser impulsado dentro de
la agenda conjunta con otros ministerios y departamentos administrativos e institutos
(dNp, 2014, p. 331).
Otro tema apenas nombrado es el referente a incorporación de técnicas y mejoras
propias de la construcción y el urbanismo sostenible en los proyectos habitacionales,
el cual solo es mencionado en el plan en el apartado de crecimiento verde; no obstante,
tampoco cuenta con proyectos específicos, metas o indicadores. Este es un tema en
mora desde el plan 2010-2014, el cual estaría encaminado con los objetivos de desa-
rrollo sostenible y la agenda establecida en el Séptimo Foro Urbano Mundial celebrado
en Medellín en marzo de 2014.
En las base del plan y en el articulado es posible observar la vocación del Go-
bierno central para imponer dentro de los objetivos de la política temas relativos a
la habilitación de suelo dentro del perímetro urbano de los municipios con el fin de
aumentar la cantidad de suelo disponible para soportar proyectos de vivienda de inte-
rés social, estableciendo instrumentos como las actuaciones urbanas integrales para
su desarrollo.
la política nacional de vivienda en el plan nacional de desarrollo 2014-2018: “todos por un nuevo país ” /
JOHANN JULIO ESTRADA
103
concLusión
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Nacional de Desarrollo 2014-2018: “Todos por un nuevo país”. Gaceta del Congreso
266, 5 de mayo de 2015.
105
teorías modernizadoras promovidas desde los años cincuenta, y con renovado entu-
siasmo desde finales de la década de los noventa, a la extracción de recursos naturales
no renovables (rNNr) se le asigna un rol motor en la economía (Ross, 1999). Así lo han
planteado diversos países en la región, incluyendo tanto gobiernos de izquierda como
de derecha (González Espinosa, 2012). De la misma manera se planteó en Colombia
durante los dos gobiernos del presidente Álvaro Uribe (2002-2010), con los incentivos
otorgados a la Inversión Extranjera Directa en el sector o documentos de política como
el Plan Nacional de Desarrollo Minero – Visión 2019. El pNd 2010-2014, del primer Go-
bierno Santos, había confirmado al sector minero-energético como locomotora, “con el
potencial de arrastrar el crecimiento y la generación de empleo en los demás sectores
de la economía” (Bases pNd, 2010-2014, p. 205), en un escenario en que las actividades
de exploración y explotación de los recursos se habían intensificado.
Aunque en el pNd 2014-2018, no se le designa explícitamente como locomotora, al
sector extractivo se le otorga una importancia mayor por su papel de abastecimiento
interno y externo de energía y minerales, pero sobre todo por su posición como fuente
de recursos para el desarrollo y la paz. De acuerdo con las bases del plan, “el sector
minero-energético seguirá siendo uno de los motores de desarrollo del país, a través de
su aporte al crecimiento económico, al aparato productivo, al empleo rural y a la inver-
sión privada […] [y] permitirá generar los recursos necesarios para garantizar el financia-
miento de los diferentes planes y programas públicos” (Bases pNd, 2014-2018, p. 119).
Ello explica por qué, incluso en una coyuntura de precios bajos de las materias primas
(Bloomberg, 2015), de decrecimiento de las exportaciones del sector en más del 18 %,
de reducción del pIb minero y petrolero, de 9 a 2,4 % en dos años (Güesguán, 2015), y
de caída de su participación en los ingresos fiscales, de 24 billones de pesos en 2013
a 9,5 billones en 2015 (Portafolio, 2015), en lugar de cambiar la apuesta, el Gobierno
sigue manteniendo la prioridad otorgada al sector con 78 mil millones de pesos del
plan plurianual de inversiones, alrededor del 11 % de la inversión total.
De hecho, en el pNd, y especialmente en el articulado, se generan herramientas
para promover y mantener la inversión en el sector. Según Tomás González, ministro
de Minas y Energía, se trata de “instrumentos para impulsar y asegurar las inversiones
de exploración y explotación haciendo más flexibles los compromisos contractuales y
asegurando que el sector minero energético siga estimulando el desarrollo del país”
(El Espectador, 2015). En consonancia con las propuestas realizadas por los gremios
minero y petrolero (Güesguán, 2015), las medidas incluyen la asignación permanente de
áreas, su integración aunque no sean colindantes, la reducción del canon superficiario,
la reglamentación de las prórrogas de los contratos, el mantenimiento de beneficios
arancelarios establecidos en el Decreto 1755 de 2013, la extensión para proyectos minero-
la paradoja del Sector mINero - eNergétIco eN el plaN NacIoNal de deSarrollo 2014-2018: fINaNcIador de la paZ
y geNerador de teNSIoNeS eN el terrItorIo / ANA CAROLINA GONZÁLEZ ESPINOSA
107
En esta sección analizamos algunos avances y escollos en la forma como el pNd 2014-
2018 aborda los retos identificados arriba.
Empero, a diferencia de otros asuntos del sector en donde abundan los detalles,
la definición de los tipos de minería se aplaza de nuevo (art. 21). Adicionalmente, la
estrategia de formalización planteada puede encontrar un fuerte escollo porque pone
el proceso a merced de la voluntad de los titulares mineros, en buena medida grandes
empresas, dado que la mayor parte del territorio donde se realiza la actividad minera
informal o ancestral está ya titulado. Los mecanismos dejan de lado también la activi-
dad minera que se realiza en territorios de comunidades afrodescendientes o indíge-
nas desde hace ya muchos años. Por último, frente al gran reto de apoyar la pequeña
y mediana minería al tiempo que se lucha contra la extracción ilícita de minerales, sus
daños al medioambiente y su apropiación por parte de grupos armados ilegales, el pNd
parece mantener una estrategia esquizofrénica en la que busca frenar toda la minería
ilegal, a menudo sin diferenciar claramente esta de la informal o la ancestral, pero las
herramientas de que se dota parecen limitarse al control de insumos y al proceso de
venta y distribución posterior de los minerales. De hecho, al revisar las metas estable-
cidas sobresalen indicadores de número de minas legalizadas y capacitación frente
al uso de mercurio, pero las metas de fiscalización parecen también enfocarse sobre
todo en unidades de producción en proceso de formalización y plantas de beneficio.
Por un lado, se señala que la delimitación de los páramos no será la elaborada por el
Instituto von Humboldt, sino que al interior de esta área que se considera de referencia,
el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (madS) definirá la que corresponde
al páramo y aquella que debe ser manejada por las entidades territoriales para prevenir
las perturbaciones sobre el páramo (art. 173). Por otro lado, se permite la continuidad
de actividades de explotación y exploración en el páramo siempre que el contrato y la
licencia ambiental hayan sido obtenidos con anterioridad al 9 de febrero de 2010 para
minería y 16 de junio de 2011 para hidrocarburos; a menos que existan daños sobre el
ecosistema que no sea posible prevenir, mitigar, corregir o compensar. En ambos casos,
la discrecionalidad del madS es mayor y puede representar un riesgo de influencia inde-
bida por la falta de criterios objetivos en estas delimitaciones. Para algunos analistas,
incluso se trata de un artículo que contraviene lo ordenado por la Corte Constitucional
y el Tribunal Administrativo de Cundinamarca que habrían planteado que “los títulos
mineros y las licencias ambientales otorgadas en ecosistemas de páramos deben ser
revocadas por las autoridades mineras y ambientales y sin derecho a compensación
económica […] dado que en materia ambiental no proceden los derechos adquiridos,
porque prevalece el interés superior a un ambiente sano” (Negrete y Gómez, 2015).
Adicionalmente, se reconoce la importancia de variables socioambientales en los
proyectos minero-energéticos, pero en las metas no se reflejan de forma clara estos com-
promisos y en el articulado se da prioridad a las medidas de promoción de la inversión,
al punto que estos asuntos son tratados como meros trámites que deben ser agilizados.
En las bases del pNd se habla de la necesidad de fortalecer el diálogo intercultural más
allá de la consulta previa, e incluso se proponen estrategias de capacitación a minorías
étnicas que les permitan formular y presentar proyectos ante el Sgr. Respecto de la
consulta previa también se plantea un mejoramiento en el conocimiento que funcio-
narios y sociedad tienen de este derecho. Sin embargo, en el articulado y en las metas
del plan, el énfasis es puesto en los tiempos del trámite y en el número de acuerdos
de protocolización firmados. De forma similar, para otros asuntos socioambientales
se establecen estrategias a fin de mejorar los instrumentos de evaluación y gestión de
impactos (guías de buenas prácticas, reglamentos técnicos, protocolos, ajustes en los
términos de referencia para la realización del diagnóstico ambiental de alternativas
y de los estudios de impacto ambiental, modificaciones en el alcance del informe de
cumplimiento ambiental). Incluso, en el articulado se exige la inclusión de planes de
gestión social en los nuevos contratos de concesión que suscriba la aNm (art. 22). Sin
embargo, hay también aquí un acento marcado hacia la consideración de los asuntos
ambientales como parte de un trámite que debe ser aligerado, para lo cual se reafirma
la vigencia de las llamadas “licencias express” establecidas en el Decreto 2041 de 2014
la paRaDOJA DEL SECTOR MINERO - ENERGÉTICO EN EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO 2014-2018: FINANCIADOR DE LA PAZ
Y GENERADOR DE TENSIONES EN EL TERRITORIO / ANA CAROLINA GONZÁLEZ ESPINOSA
111
medidas de protección especial contra proyectos mineros (art. 192). Queda además
por entender cómo se articulará este enfoque con otras estrategias del plan como el
desarrollo de planes estratégicos territoriales para la construcción de la paz, comisio-
nes de ordenamiento territorial, contratos plan y sistemas regionales de planeación y
de información ambiental.
Por otro lado, el pNd reconoce la existencia conflictos socioambientales y se plan-
tea generar instrumentos que faciliten la inclusión y el diálogo social. Para hacerles
frente se compromete a garantizar que “las comunidades dispongan de información
legítima, que la gestión social de los proyectos mejore las condiciones de vida de las
comunidades y que estas encuentren, ante el surgimiento de diferencias, mecanis-
mos de negociación o concertación que pueden incluir la intervención del Estado, en
caso de ser necesario” (Bases del pNd, 2014-2018, p. 209). Ante el creciente número
de protestas y tensiones sociales asociadas al sector, es muy positivo que el Estado
se reafirme en su rol de intermediario y garante de los derechos. Más aún, cuando en
las bases del plan se lee un enfoque preventivo que busca generar alertas tempranas
y hay disposición para contar con una información transparente, confiable, oportuna y
fidedigna en el sector minero-energético a través de la implementación de la Iniciativa
para la Transparencia de las Industrias Extractivas (eItI, por sus siglas en inglés). Sin
embargo, las acciones asociadas a este reto son bastante vagas. Más allá de mejorar
la comunicación y la interlocución, promover mejores prácticas y hacer cumplir las
normas, se resalta la actualización del plan nacional de contingencias ante derrames
de hidrocarburos y promover alertas tempranas en los procesos de licenciamiento,
pero sin determinar a través de qué instrumentos.
El pNd resalta la importancia del Sgr como fuente de financiación para el desarrollo de
las regiones, reconoce algunos de los desafíos planteados por la reforma a las regalías
y brinda herramientas valiosas para hacerles frente. En particular, identifica las dificul-
tades de las entidades territoriales por la dispersión normativa, las reglas heterogéneas
de operación de cada fuente de ingresos y la multiplicidad de solicitudes de informa-
ción, para lo cual crea un Formulario Único Territorial (art. 188). Asimismo, reitera la
estrategia de generación y fortalecimiento de capacidades en el nivel local y permite
que los recursos del Sgr puedan financiar la etapa de preinversión de los proyectos, lo
que podría apoyar la calidad y pertinencia en la formulación de los mismos (art. 197).
No obstante, con el ánimo de mitigar la atomización de los recursos y maximizar su
impacto regional, el pNd le otorga la facultad al Departamento Nacional de Planeación
114 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
referencias
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Área de educación, ciencia y tecnología
119
el proyecto desde diversos sectores sociales y políticos del país en cuanto a la falta de
discusión y concertación del mismo, así como la división que generó su estudio entre
las distintas bancadas partidistas del parlamento, obligaron al Gobierno nacional a
desistir de su propuesta de reforma y a solicitarle al Congreso de la República la sus-
pensión de su estudio (Archila, 2012).
Tres años después de su fracasado intento de reforma, el Gobierno nacional, a
través del ceSu, presentó a la sociedad colombiana el documento de política pública
titulado “Acuerdo por lo superior 2034. Propuesta de política pública para la excelencia
de la educación superior en Colombia en el escenario de la paz”. En él, se definen las
líneas generales de la reforma al sistema de educación superior en Colombia, que será
efectuada entre los años 2014 y 2034, y se establecen los objetivos e instrumentos de
política que, de acuerdo con el documento, convertirán a la educación superior en uno
de los principales ejes de la competitividad y la movilidad social en el país (Consejo
Nacional de Educación Superior, 2014).
En primera instancia, es importante señalar que las metas que se ha propuesto el
“Acuerdo por lo superior” en el largo plazo, son consistentes con las metas de corto
plazo que estableció el Gobierno nacional en su Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014.
Como lo muestra la tabla 1, dichas metas se relacionan con los aumentos en la tasa de
cobertura bruta, el incremento de los nuevos cupos creados en el cuatrienio, la dismi-
nución en las tasas de deserción, el aumento en la participación de la formación técnica
y tecnológica en el total de la matrícula y el incremento en el número de estudiantes
financiados por el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios en el Exterior
(IceteX). En este sentido, además de mostrar un balance en cuanto al alcance de las
metas fijadas en el primer Gobierno de Juan Manuel Santos, y de poner en evidencia
la discrepancia en los datos utilizados, es importante mostrar la continuidad que se
presenta entre el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018: Prosperidad para todos y el
“Acuerdo por lo superior” en cuanto a sus objetivos e instrumentos.
De otra parte, de acuerdo con Mora y Múnera (2015), los alcances del “Acuerdo por lo
superior” resultan ser mucho más ambiciosos que los de la propuesta gubernamental
de reforma a la Ley 30 presentada en 2011, pues tal y como lo atestiguan los principios
propuestos en las diez líneas de trabajo establecidas para reestructurar el sistema de
educación superior, la nueva iniciativa gubernamental desborda los objetivos concretos
de privatización y lucro económico que caracterizaron el intento de reforma de 20113. Y
responden al interés de ajustar la educación superior a las exigencias formuladas desde
3 En el “Acuerdo por lo superior”, el Consejo Nacional de Educación Superior define diez grandes campos
de reforma: “1) contar con una educación superior incluyente y flexible para atender los requerimientos
educativos de quienes acceden al sistema de educación superior; 2) la calidad de las instituciones de edu-
cación superior y de los programas académicos, su mejoramiento continuo y una educación pertinente y de
alto nivel para todos; 3) la articulación con el sistema de ciencia, tecnología e innovación, el cual estará en
capacidad de generar conocimientos que contribuyan a resolver las necesidades del país y sus regiones y a
elevar sus niveles de competitividad; 4) un sistema en el que todas las regiones cuenten con instituciones
de educación superior con proyecciones al entorno a través de la investigación y la extensión; y tengan
también programas de formación de calidad con condiciones de acceso pertinentes y adecuadas; 5) un
sistema de educación nacional con niveles de formación integrados armónicamente desde la educación
preescolar hasta la superior, que responda a las prioridades y necesidades de formación del país y a los
derechos e intereses de los estudiantes; 6) la consolidación de la comunidad universitaria como estamento
que contribuye a la cohesión social del país, a la de las instituciones de educación superior y, en particu-
lar, al bienestar y el desarrollo de sus miembros; 7) el país contará con modalidades de oferta educativa
soportadas en las TIC, que posibilitarán que en cualquier lugar del país las instituciones de educación
superior ofrezcan programas pertinentes y de calidad; 8) un sistema de educación superior colombiano
abierto y proyectado al mundo, en el que sus desarrollos académicos y los egresados tengan proyección
internacional; 9) Colombia contará con un sistema de educación articulado y funcional para orientar y
atender los procesos propios de la educación superior y para generar una dinámica que responda a los
retos y desafíos del entorno y a las necesidades y expectativas de la población colombiana; 10) se contará
con un sistema estable financieramente” (Consejo Nacional de Educación Superior, 2014, pp. 128-132).
Figura 1. Sistema de educación terciario en Colombia
Educación para
Especializaciones Maestrías Doctorados Educación Formal el Trabajo y el
Desarrollo Humano
¿máS
Programas
Fuente: elaboración propia con base en ceSu (2014) y Saavedra y Medina (2012).
60
50
40 37,1
34,2 34,2 33,8 34,7
32,5 32,3
30,2
28,4
30 24,8 26,0
21,6
19,5
20
10
¿MÁS
0
Universitaria
5y6
Técnica y Tecnológica
Estratos socioeconómicos
Universitaria
3y4
Técnica y Tecnológica
Universitaria
1y2
Técnica y Tecnológica
de los hogares, sino también, del nivel de calidad de la educación que han recibido las
personas en sus estudios de primaria y secundaria. Calidad que, entre otros elementos,
está determinada también por la clase social de los estudiantes (García et al., 2013).
Se afirma, entonces, que este es un sistema segmentado y jerárquico por cuanto
la posición ocupada por las personas que ingresan al sistema está determinada fuer-
temente por desigualdades previas (en este caso socioeconómicas) y no por lógicas
de libre elección, mérito o talento individual, lo cual permite cuestionar el verdadero
carácter equitativo de la propuesta.
Pero los problemas de la perspectiva de “educación inclusiva” defendida por el
“Acuerdo por lo superior” no se limitan a su estructura jerárquica y segmentada. Los
aspectos financieros de la propuesta gubernamental también generan profundas du-
das, y muestran el interés del Gobierno de masificar la educación superior en Colombia
sin mayores compromisos presupuestarios y en un contexto en que se profundizan
los subsidios a la demanda y el acceso a través del crédito educativo. Al respecto, el
“Acuerdo por lo superior” propone dos escenarios de reforma educativa: uno interme-
dio y otro ideal. Cada escenario estipula una meta en cuanto al número de estudiantes
que estarán matriculados en 2034. El escenario intermedio prevé la creación de 908 mil
cupos de pregrado y una participación de la matrícula universitaria del 40 % frente al
60 % de la matrícula en educación técnica y tecnológica. Por su parte, el escenario ideal
considera la creación de un millón setecientos mil cupos; en su momento, la matrícula
universitaria representará el 35 % del total y la educación técnica y tecnológica el 65 %.
En el caso de la educación posgradual, el primer escenario contempla la creación de
58 mil cupos, mientras que el segundo considera la creación de 207 mil.
Sin embargo, llama la atención la meta establecida en términos del número de be-
neficiarios con créditos del IceteX a 2034. Según el “Acuerdo por lo superior”, el número
de beneficiarios debe ampliarse en un millón setecientos mil, pasando de 276 mil en
2014 a dos millones en 2034. Es decir, en el escenario intermedio, la totalidad de bene-
ficiarios de crédito de pregrado y posgrado pasarán de representar el 13 % del total de
la matrícula, al 64 % (si se incluyen entre ellos estudiantes ya matriculados a 2014) o el
178 % si se contabilizan como beneficiarios únicamente los estudiantes de pregrado y
posgrado que ocupan los nuevos cupos creados a partir de 2014. En el caso del escena-
rio ideal, el porcentaje de beneficiarios pasa del 13 al 49 o al 89 %, respectivamente. En
consecuencia, en el escenario ideal, el número de beneficiarios de créditos educativos
alcanzará el 49 % del total de la matrícula en pregrado y posgrado a 2034, y financiará el
89 % de los nuevos cupos de pregrado y posgrado creados entre 2014 y 2034 (tabla 2)4.
4 Todo lo expuesto hasta este punto resulta consistente con lo expresado por el Plan Nacional de Desarrollo
128 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
2010-2014: “Prosperidad para todos”, en cuanto a la necesidad de impulsar los segmentos de educación
técnica y tecnológica, y encontrar fuentes alternativas de financiación: “En el proceso de desarrollar com-
petencias laborales, la formación para el trabajo y la educación superior, son fundamentales. En este frente,
es clave aumentar la cobertura de la educación superior –actualmente cercana al 35 %–, promover una
mayor participación en la educación técnica y tecnológica, y fortalecer la pertinencia de la educación y la
enseñanza de competencias laborales específicas, tales como el conocimiento sobre el uso de las tecnolo-
gías de la información y las comunicaciones o los idiomas” (Departamento Nacional de Planeación, 2011,
p. 106). Y sobre el tema de financiación se indica: “En educación superior, se gestionarán nuevos recursos
que permitan el logro de las metas propuestas y una mayor expansión del sector, para lo cual se requiere:
1) promover desarrollos normativos que permitan nuevas fuentes de recursos vinculando a la nación, las
entidades territoriales y al sector productivo, y que reconozcan la complejidad y diversidad del sector; 2)
incrementar los recursos dirigidos a otorgar nuevos créditos y subsidios a estudiantes de bajos recursos,
fortaleciendo de esta manera al IceteX y su capacidad de oferta de créditos; 3) dar continuidad a las alianzas
y convenios del IceteX y Colciencias con otras instituciones que otorgan créditos educativos, que por su
idoneidad contribuyen a la política de formación de capital humano con calidad, como Colfuturo, entre
otras; y 4) fomentar la participación del sector privado, cajas de compensación y cooperativas en proyectos
que consoliden la oferta de educación superior (Departamento Nacional de Planeación, 2011, p. 362).
la política pÚBLICA DE EDUCACIÓN SUPERIOR EN COLOMBIA : ¿MÁS PRESUPUESTO , EQUIDAD Y AUTONOMÍA PARA EL SISTEMA ? /
ANDRÉS FELIPE MORA CORTÉS
129
2014
13%
2034 (Intermedio)
64%
2034 (Ideal)
49%
2034 (Ideal)
2034 (Intermedio)
importante del país con cerca de 42.000 estudiantes en pregrado). Por otra parte, la
sostenibilidad financiera del sistema en sí misma suscita dudas, pues el costo promedio
por estudiante en el programa “Ser pilo paga” asciende a algo menos de $13.900.000;
es decir, tres veces más de lo que, de acuerdo con el Consejo Nacional de Educación
Superior (2014), invierte en promedio el Gobierno nacional en un estudiante en una
universidad pública ($4.609.752).
Y aunque el Gobierno nacional ha presentado a la opinión pública colombiana el
programa como un sistema de otorgamiento de becas de acuerdo con el mérito edu-
cativo de los estudiantes, en realidad lo que se les otorga es un crédito educativo con
posibilidad de subsidio del 100 % (es decir, condonable), únicamente si el estudiante
logra graduarse de la carrera que ha elegido. Si el estudiante deserta, cambia de carrera
o fracasa en la culminación de sus estudios, deberá asumir la deuda acumulada por
concepto del financiamiento de los semestres en que fue beneficiario del programa.
Así, se establece un sistema en que el fracaso castiga con mucha más fuerza a los es-
tudiantes que accedieron al programa y que, por la estructuración del mismo, provie-
nen de hogares en condición de pobreza o gran vulnerabilidad económica: el cambio
en su vocación (que los podría llevar a un cambio de carrera) o el fracaso estudiantil
(si desertan o no logran culminar sus estudios) hará que se conviertan en sujetos que
además de pobres, terminan endeudados y sin estudios en educación superior 5.
En el marco de estos antecedentes e iniciativas gubernamentales, el 9 de junio de
2015, mediante la Ley 1753, el Congreso de la República expidió el Plan Nacional
de Desarrollo 2014-2018: Todos por un nuevo país. En su artículo 58, el Plan Nacional de
Desarrollo habilita al Gobierno para la creación de un Sistema Nacional de Educación
Terciaria con todos los componentes que este implica en materia de calidad educativa,
jerarquización de saberes y transferencias de créditos educativos para incentivar la mo-
vilidad de los estudiantes al interior del sistema que se estructura. En este sentido, la
constitución del Sistema Nacional de Educación Terciaria es acompañada por la instau-
ración del Sistema Nacional de Calidad de la Educación Terciaria y el Sistema Nacional
de Acumulación y Transferencia de Créditos. De otra parte, en su artículo 61, el Plan
5 Según la revista Semana (2015), varios de los estudiantes favorecidos por el programa expresaron esta
preocupación. Y después de realizar entrevistas a 624 beneficiarios llegó a la siguiente conclusión: “Una de
las mayores preocupaciones es que muchos de estos jóvenes, especialmente los que vienen de provincia
a las grandes ciudades, terminen desertando. El temor no es infundado. Según datos del Ministerio de
Educación, el 15 por ciento de los estudiantes de primer semestre deserta y la deserción acumulada al déci-
mo semestre ronda el 45 por ciento. De hecho, la tasa de graduación universitaria en Colombia es del 34,3
por ciento y no cambia mucho entre instituciones públicas o privadas. Si el riesgo de renunciar es tan alto
para el estudiante promedio hoy, en el caso de los becados del programa es una espada de Damocles que
se cierne sobre sus cabezas. Con el agravante de que si desertan o no se gradúan, quedan endeudados”.
132 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
referencias
Consejo Nacional de Educación Superior (ceSu) (2014). Acuerdo por lo superior 2034. Pro-
puesta de política pública para la excelencia de la educación superior en Colombia en
el escenario de la paz. Bogotá: Consejo Nacional de Educación Superior.
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peridad para todos. Bogotá: Departamento Nacional de Planeación.
García, M.; Espinosa, J.; Jiménez, F. y Parra, J. (2013). Separados y desiguales. Educación y
clases sociales en Colombia. Bogotá: Colección Dejusticia.
Ministerio de Educación Nacional (2011). Exposición de Motivos. Proyecto de Ley por la cual
se organiza el Sistema Nacional de Educación Superior y se regula la prestación del
servicio público de la educación superior. Bogotá: Ministerio de Educación Nacional.
Melo, L., Ramos, J. y Hernández, P. (2014). La educación superior en Colombia: situación
actual y análisis de eficiencia. Borradores de Economía, 808. Bogotá: Banco de la
República.
Mora, A. F. y Múnera, L. (2015). “Complejo de Superioridad (la política pública para la
educación terciaria)”. En Miñana, C. y Bernal, E. (eds.). Visión 2034. Aportes para la
construcción de la visión y el plan prospectivo de la Universidad Nacional de Colombia
al año 2034. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ( ocde) (2012). La educación
superior en Colombia 2012. Washington: ocde y Banco Mundial.
Saavedra, J. y Medina, C. (2012). Formación para el trabajo en Colombia. Documento cede
35. Bogotá: Universidad de los Andes.
Sistema Universitario Estatal (sue) (2012). Desfinanciamiento de la educación superior en
Colombia. La realidad de la crisis en el sistema de financiación de las Universidades
Estatales. Bogotá: Sue.
introducción
1 Investigador del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología (ocyt). Profesor de Cátedra, Seminario
de Política en Ciencia y Tecnología, Facultad de Finanzas Gobierno y Relaciones Internacionales (fIgrI),
Universidad Externado de Colombia.
136 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
En la mayoría de los capítulos del Plan Santos II pueden encontrarse referencias concre-
tas a estrategias de ctI. Sin embargo, el tema se aborda específicamente en el Capítulo V,
“Competitividad e infraestructura estratégicas”, el cual propone seis objetivos: 1) incre-
mentar la productividad de las empresas colombianas a partir de sofisticación y diversi-
ficación del aparato productivo; 2) contribuir al desarrollo productivo y la solución de los
desafíos sociales del país a través de la ctI; 3) promover las tecnologías de información y
comunicación (tIc) como plataforma para la equidad, la educación y la competitividad;
4) proveer la infraestructura y los servicios de logística y transporte para la integración
territorial; 5) consolidar el desarrollo minero-energético para la equidad regional; y 6)
desarrollar una infraestructura vial y de transporte e inclusión coherente con las tIc.
Los tres primeros objetivos concentran la mayoría de estrategias sobre ctI. La
sofisticación y diversificación del aparato productivo comprende actividades que van
desde el fortalecimiento de las capacidades metrológicas del país para que las em-
presas puedan realizar ensayos técnicos de sus productos en laboratorios confiables;
pasando por estrategias de coordinación y monitorización para que las empresas ten-
gan un mejor desempeño a través de la transferencia de tecnología y la formación de
capital humano; hasta llegar a modificaciones institucionales como la unificación de
los sistemas nacionales de ctI y el de Competitividad, o la consolidación de las Comi-
siones Regionales de Competitividad (crc) como único actor para interlocutar con el
Gobierno en estos temas.
En el objetivo 2 del Plan se aprecian las estrategias más concretas en materia de
institucionalidad y política de ctI. Con el fin de compararlas con las del Plan de Desa-
rrollo anterior (Plan Santos I), la tabla 1 muestra un resumen e indica en qué capítulos
específicos de ambos planes aparecen mencionadas.
el plaN NacIoNal de deSarrollo 2014-2018 y la polítIca de cIeNcIa, tecNología e INNovacIóN: avaNceS eN la coordINacIóN
de la polítIca y auSeNcIa de graNdeS INverSIoNeS eN INfraeStructura para la INveStIgacIóN / CARLOS MAURICIO NUPIA
137
Tabla 1. Comparación de las estrategias de cti en los Planes de Desarrollo Santos I (2010-2014)
y Santos II (2014-2018)
Plan de Desarrollo 2010-2014 (Santos I) Bases del Plan 2014-2018 (Santos II)
El Plan Santos I identifica áreas estratégicas e innovadoras hacia las cuales se debe
mover el país en materia de investigación y conocimiento: turismo, aplicaciones ci-
viles de desarrollo, materiales y electrónica, logística, tecnologías de información y
comunicación, salud, biotecnología, energía y recursos naturales, diseño, e industrias
creativas y culturales. Este ejercicio de priorización temática queda relegado en el Plan
Santos II, donde las áreas temáticas se funden en las estrategias propuestas para cada
región. Este es un resultado lógico de la reforma al Sistema General de Regalías (Sgr)
que se realizó durante el primer Gobierno de Santos, mediante la cual se creó el Fon-
do de ctI con el 10 % de los recursos provenientes de las regalías que produce el país,
y que le asigna a cada región una porción del Fondo según sus necesidades básicas
insatisfechas.
Las cuatro estrategias del Plan Santos II no son novedosas en sí. El tema de la insti-
tucionalidad para gestionar la ctI en el país ha sido recurrente a lo largo de los últimos
45 años en los que Colciencias ha experimentado diversas transformaciones, sin llegar
a tener el peso institucional necesario para liderar un Plan de ctI que articule los esfuer-
zos gubernamentales. Por su parte, la estrategia de mejorar la calidad y el impacto de
la investigación también tiene un recorrido. Desde hace más de 15 años, Colciencias
138
Una de las novedades del Plan Santos II en materia de ctI es la priorización del en-
foque regional. En términos generales, se pueden identificar dos formas en las que
las actividades de ctI se relacionan con el desarrollo regional: como mecanismos
para que el conocimiento solucione problemas concretos de desarrollo y como ins-
trumento para mejorar la productividad de las empresas y de los servicios estatales
y privados.
En la tabla 2 se presenta una selección de las estrategias del Plan Santos II en cada
una de las regiones definidas. La selección de dichas estrategias se hizo con base en
los desafíos de competitividad y productividad expresados para cada región, así como
en la mención explícita al uso del conocimiento científico y tecnológico para superar
problemas de desarrollo.
el plaN NacIoNal de deSarrollo 2014-2018 y la polítIca de cIeNcIa, tecNología e INNovacIóN: avaNceS eN la coordINacIóN
de la polítIca y auSeNcIa de graNdeS INverSIoNeS eN INfraeStructura para la INveStIgacIóN / CARLOS MAURICIO NUPIA
139
El primer Gobierno de Santos creó el Fondo de ctI en el marco del Sgr. Esta es una
acción importante, que inyecta al sector recursos adicionales a los del Presupuesto Ge-
neral de la Nación. Sin embargo, tiene sus costos en términos de negociación política,
ya que son las instituciones públicas de las regiones las únicas que pueden presentar
proyectos ante el Fondo y no directamente los científicos. El Fondo de ctI ha generado
una nueva lógica de financiación para estos proyectos. Esto favorece sin duda la ges-
tión regional. Sin embargo, el mecanismo ha recibido críticas en términos de calidad
de los proyectos presentados (Wasserman, 2014) y de la metodología utilizada para
su formulación, la cual parece no ajustarse a la naturaleza de los proyectos científicos.
A pesar de este esfuerzo, es preocupante la desfinanciación del esquema que se
basaba principalmente en la evaluación de pares y cuya filosofía era favorecer el avance
del conocimiento sin que necesariamente este llevara a la solución inmediata de un
problema social. En dicho esquema, la distribución y asignación de recursos financieros
está a cargo de Colciencias, según la recomendación de los Consejos de los Programas
Nacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación2. Durante varios años, la comunidad
científica ha estado acostumbrada a esta forma de distribución de recursos, basada
en la excelencia investigativa.
Según el último informe del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología
(ocyt), el porcentaje del PIB que financia actividades de ciencia, tecnología e innovación
(actI), sin incluir los recursos del Fondo de ctI del Sgr, disminuyó de 0,525 % en 2013 a
0,461 % en 2014 (ocyt, 2015, p. 22) y el presupuesto de inversión de Colciencias como
porcentaje del Presupuesto General de la Nación disminuyó de 0,95 a 0,80 % en el
mismo intervalo (p. 176). Esto indica que el esquema de financiación existente antes del
Fondo de ctI se está quedando sin recursos frescos, y que las posibilidades de gestión
de una política por parte de Colciencias van a depender cada vez más de dicho Fondo.
De otro lado, la incorporación de los recursos del Fondo de ctI del Sgr aumentó la
inversión en actI como porcentaje del PIB a un 0,606 % en 2012 y a 0,661 % en 2013
(ocyt, 2014, p. 39). Si la apuesta financiera del Plan Santos II es alcanzar la meta del
1 % del pIb en actI, las cifras indican que estaría todavía bastante lejana de cumplirse.
La esperanza del Gobierno está en la movilización de fondos desde el sector privado, el
cual se espera que aporte 12 veces más de lo que aporta el Gobierno para la realización
2 Según una reforma de febrero de 2015, los programas son: Ciencias básicas; Salud; Ingeniería; Ciencias
agropecuarias; Ambiente, océanos y biodiversidad; Tecnologías de información y comunicaciones; Geo-
ciencias; Ciencias humanas, sociales y educación.
142 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
del Plan (tabla 3), una meta también bastante difícil de cumplir teniendo en cuenta el
comportamiento histórico del sector privado.
Fuentes de financiación
Estrategia / Objetivo Descentra- E.
Central Privado SGP SGR Total
lizado Territoriales
1. Competitividad
e infraestructura 40.442.775 3.003.731 10.299.194 121.296.863 3.403.565 10.601.843 189.047.971
estratégicas
1.1 Desarrollo
minero-energético
8.944.717 1.683.814 1.019.537 65.731.739 380.634 743.173 78.503.614
para la equidad
regional
1.2 Desarrollo
4.815.257 570.231 2.510.940 35.088 26.171 313.250 8.270.936
productivo
1.4 Ciencia,
tecnología e 1.728.143 12.887.423 2.587.402 17.202.986
innovación
1.5 Infraestructura
y servicios
de logística y
21.263.509 527.881 6.574.921 24.476.955 2.996.760 6.929.847 62.814.873
transporte para
la integración
territorial
3. Transformación
10.297.362 966.708 35.528.492 878.079 1.600.933 49.271.574
del campo
4. Seguridad,
justicia y
democracia para 129.599.961 151.442 2.631.619 406.272 4.310.575 316.666 137.416.535
la construcción de
la paz
6. Crecimiento
4.371.652 1.414.565 2.895.407 849.352 9.530.975
verde
Resulta difícil hacer una comparación de los presupuestos de ctI en los Planes
Santos I y Santos II, debido a que la denominación de los rubros es completamente
diferente en cada uno. En la tabla 3 se muestra la asignación presupuestal de cada es-
trategia del Plan Santos II. Se puede apreciar cómo el componente de Competitividad
e Infraestructuras Estratégicas, que contiene el subrubro de ctI, recibirá un 26,86 %,
equivalente a 189.047.971 millones de pesos. De dicho total, la estrategia de ctI recibirá
apenas el 9,10 %. Por su parte, en la tabla 4 se presenta solamente el rubro “Innova-
ción para la prosperidad”, correspondiente al Plan Santos I, el cual comprende varios
subrubros que están relacionados con ctI.
Descentra- E.
Objetivo / Estrategia Central Privado SGP Total
lizado Territoriales
1. Crecimiento sostenible y
37.735.602 825.185 11.824.621 208.328.159 5.030.496 263.744.062
competitividad
1.1.1 Conocimiento e
3.303.954 2.639.914 2.971.182 8.915.050
innovación
1.1.2 Emprendimiento
375.834 375.834
empresarial
1.2.1 Desarrollo de
competencias y formalización 1.175.629 30.742 86.506 1.292.876
para la prosperidad
Descentra- E.
Objetivo / Estrategia Central Privado SGP Total
lizado Territoriales
1.3.2 Agropecuaria y
4.689.209 7.013.277 11.702.486
desarrollo rural
1.3.3 Infraestructura y
17.713.271 15.988.071 33.701.343
transporte
La base de toda política de ctI está en sus capacidades para desarrollar investigación,
producir nuevo conocimiento y resolver problemas a partir de él. El país avanza en
producción científica de calidad. Al menos eso sugiere el crecimiento significativo de
artículos científicos publicados por investigadores de instituciones colombianas en re-
vistas indexadas. Según la base de datos Web of Science, en 2004 se publicaron 1049
artículos, mientras que en 2013 esta cifra llegó a 5477 (ocyt, 2015, p. 125). Sin embargo,
la formación de personal para desarrollar actividades de investigación y desarrollo, y
su absorción por parte de las universidades y las empresas sigue siendo un reto. Asi-
mismo, lo es la disponibilidad de laboratorios y centros de investigación debidamente
equipados para afrontar los retos de las regiones.
El Plan Santos II deja un sabor amargo en materia de construcción de infraestruc-
tura para la investigación. A lo largo de sus páginas puede apreciarse que en varios
sectores (salud, medioambiente, energía, industria) el papel de los institutos públicos
de investigación es más que necesario.
El Plan pondera, por ejemplo, el papel del Servicio Geológico Colombiano como
actor fundamental para la explotación de hidrocarburos, o la relevancia de los institu-
EL pLAN NACIONAL DE DESARROLLO 2014-2018 Y LA POLÍTICA DE CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN: AVANCES EN LA COORDINACIÓN
DE LA POLÍTICA Y AUSENCIA DE GRANDES INVERSIONES EN INFRAESTRUCTURA PARA LA INVESTIGACIÓN / CARLOS MAURICIO NUPIA
145
referencias
dNp (2011). Prosperidad para todos. Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014. Gobierno de Juan
dNp (2015). Todos por un nuevo país. Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. Go-
bierno de Juan Manuel Santos. Bogotá: Departamento Nacional de Planeación.
ocyt (2014). Indicadores de ciencia y tecnología, 2013. Observatorio Colombiano de Ciencia
y Tecnología (OCyT) (Primera). Bogotá: ocyt.
ocyt (2015). Indicadores de ciencia y tecnología, 2014. Observatorio Colombiano de Ciencia
y Tecnología (OCyT) (Primera). Bogotá: ocyt.
Wasserman, M. (2014, julio 10). ¡Hay que revisar las regalías para ciencia! El Tiempo.
Bogotá. Recuperado de: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/hay-que-
revisar-las-regalias-para-ciencia-moises-wasserman-columnista-el-tiempo/14233160
Área ambiental
149
Por primera vez en la historia de Colombia, la sociedad civil presentó unos mínimos
ambientales para ser tenidos en cuenta en la elaboración de un Plan Nacional de Desa-
rrollo (pNd). El Consejo Nacional de Planeación, representado por Juan Pablo Ruiz en
el sector ecológico, con el apoyo del Foro Nacional Ambiental y de Ecofondo, convocó
a los ambientalistas colombianos, quienes se organizaron para incidir en el pNd 2014-
2018, con el fin de evitar que durante el segundo periodo del Gobierno del presidente
Santos se incrementara la deuda ambiental que se causó en el primero.
Hubo dos momentos importantes en la incidencia de los ambientalistas colom-
bianos. En primer lugar, en septiembre de 2014 elaboraron el “Informe de evaluación
del Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014: Prosperidad para todos” para el Consejo
Nacional de Planeación. En segundo lugar, en noviembre de 2014 presentaron sus
comentarios al documento “Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018: Todos
por un nuevo país: paz equidad y educación”, versión preliminar para discusión con
Consejo Nacional de Planeación.
Para empezar, hay que destacar que la evaluación del Plan Nacional de Desarrollo
2010-2014: Prosperidad para todos, del Consejo Nacional de Planeación, arrojó que el
primer Gobierno de Santos quedó en deuda ambiental. Esto debido a que los avances
de las diversas locomotoras ejercieron serias presiones ambientales, por ejemplo, la
minería y la infraestructura afectaron de manera considerable al medioambiente. La
evaluación concluyó que mientras el Gobierno de Colombia durante el 2010-2014 había
1 PhD. Docente Investigadora del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales (cIpe), Universidad
Externado de Colombia.
150 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
formulado muchas políticas en la parte ambiental, la realidad era que en los sectores
productivos se habían ejecutado importantes acciones lesivas del medioambiente. Por
tanto, las políticas de gestión ambiental tenían un rezago considerable e irreversible
frente a las acciones de los sectores productivos.
Con base en los anteriores insumos, la sociedad civil depuró sus pretensiones en
diez mínimos ambientales para ser considerados en el pNd 2014-2018, o propuestas
ambientales para las “Bases del Plan” que fueron presentadas al Gobierno nacional
por el Consejo Nacional de Planeación. De esta forma, y valiéndose de los mínimos
ambientales, los ambientalistas participaron en diferentes escenarios haciendo reco-
mendaciones de artículos, metas e indicadores para ser incluidos en la Ley del Plan para
el 2014-2018. Los mínimos ambientales pedían que este plan lograra, como mínimo,
lo siguiente (cNp, 2014a):
En este contexto, el objetivo de este artículo es analizar en qué medida los mínimos
ambientales incidieron en los aspectos de mayor relevancia ambiental en el Proyecto
de Ley 138 de 2015 Senado, 200 de 2015 Cámara, “Por la cual se expide el Plan Nacional de
Desarrollo 2014-2018: Todos por un nuevo país.
Según Juan Pablo Ruiz (2015), el principal triunfo de la sociedad civil fue que se adop-
tara un capítulo específico de crecimiento verde y que en las “Bases del Plan” se con-
templara un 70 % de los mínimos ambientales.
Durante las consultas que hizo el Departamento Nacional de Planeación (dNp) a
la sociedad civil, el capítulo de crecimiento verde fue un elemento central que los am-
bientalistas sugirieron modificar del esquema inicial del Plan Nacional de Desarrollo
2014-2018. En un principio, este plan tenía un capítulo que se llamaba “desarrollo rural
y crecimiento verde”, donde este crecimiento solo se relacionaba de manera principal
con el sistema nacional de áreas protegidas y la producción de los ecosistemas. La
observación de la sociedad civil fue que el crecimiento verde no estaba solamente re-
lacionado con estos aspectos, sino también con todas las estrategias de crecimiento y
desarrollo económico de los diferentes sectores, y que era necesario generar indicado-
res desde todos estos para que, en efecto, el país pudiera inscribirse en el crecimiento
verde (Ruiz, 2015b).
La sociedad civil, siguiendo la recomendación de la ocde, consideraba que el pNd
debía hacer del crecimiento verde su eje medular y, de esta forma, asegurar que los
diferentes ministerios rindieran cuentas de los efectos ambientales de sus políticas
y acciones (oecd/eclac, 2014, citado en cNp, 2014a). Esa propuesta fue aceptada, al
punto que el pNd incorporó como estrategia transversal el capítulo VI de crecimiento
verde, que según el Gobierno es envolvente. En efecto, en este capítulo hay varios as-
pectos que están relacionados con otros sectores productivos y este crecimiento es
responsabilidad de todos los sectores.
El artículo 170 de la ley del plan dice que el Gobierno nacional, a través del Departa-
mento Nacional de Planeación, en coordinación con el Ministerio de Ambiente y Desa-
rrollo Sostenible (madS), y con participación de los ministerios, formulará una política
de crecimiento verde de largo plazo en la cual se definan los objetivos y las metas de
crecimiento económico sostenible. Dentro de sus estrategias se diseñará un programa
de promoción de la investigación, desarrollo tecnológico e innovación para el fortaleci-
miento de la competitividad nacional y regional a partir de productos y actividades que
152 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
En los mínimos ambientales la sociedad civil señaló que los estándares exigidos por
la ocde eran una excelente oportunidad para el fortalecimiento de la gestión pública
ambiental (cNp, 2014a). En principio, la sociedad civil logró que los objetivos del Plan
Nacional de Desarrollo se enmarcaran dentro de los estándares exigidos por la ocde.
Al respecto, Ruiz destaca que aunque la agenda ambiental colombiana no tiene que
ser definida desde la ocde, Colombia tiene que subir los estándares ambientales según
sus recomendaciones para que sea aceptada en dicha organización. En estas condicio-
nes, los ambientalistas tienen en la ocde un excelente socio para presionar al Gobierno
nacional en la mejora de los estándares ambientales (Ruiz, 2015).
Por ejemplo, el Consejo Nacional de Planeación coincide con lo señalado por la
ocde cuando dice que Colombia pasa el examen en cuanto a indicadores económicos,
pero en equidad y sostenibilidad se raja (Ruiz, 2014). En este contexto, los ambienta-
listas trabajaron para que el pNd tuviera como eje orientador la sostenibilidad y, en un
primer plano, se puede afirmar que lograron este cometido por medio del capítulo de
crecimiento verde.
loS míNImoS ambIeNtaleS y el plaN NacIoNal de deSarrollo 2014-2018 / MARTHA ISABEL GÓMEZ LEE 153
La Licencia eXprés
Una derrota considerable para la sociedad civil fue que en los artículos 178 y 179 de la
Ley del Plan se adoptó la llamada “licencia exprés”, al reducir los plazos para otorgar
el estudio de impacto ambiental y la licencia.
En primer lugar, el artículo 178, referente al estudio de impacto ambiental, modi-
ficó el artículo 57 de la Ley 99 de 1993, al prescribir que el madS expedirá los términos
de referencia genéricos para la elaboración del estudio de impacto ambiental; sin
embargo, las autoridades ambientales los fijarán de forma específica dentro de los 15
días hábiles siguientes a la radicación de la solicitud en ausencia de los primeros. En
2 Se destaca que los costos de salud por exposición al mercurio en Antioquia pueden alcanzar los $ 231.000
millones (BM, 2014 citado por CNP, 2014).
154 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
este plazo, que antes era de 45 días hábiles, es imposible obtener estudios de impacto
ambiental de calidad.
En segundo lugar, el artículo 179, referente al procedimiento para otorgamiento
de licencias ambientales, modificó el artículo 58 de la Ley 99 de 1993, al prescribir que
dentro de veinte días hábiles la autoridad ambiental competente evaluará que el estudio
ambiental presentado se ajuste a los requisitos mínimos contenidos en el Manual de
evaluación de estudios ambientales, y realizará visitas a los proyectos, cuando la natura-
leza de los mismos lo requieran. Asimismo, allegada la información por parte del inte-
resado, la autoridad ambiental competente dispondrá de diez días hábiles adicionales
para solicitar a otras entidades o autoridades los conceptos técnicos o informaciones
que estime pertinentes para resolver la solicitud, y estos deberán ser remitidos por las
entidades o autoridades requeridas en un plazo no mayor a veinte días hábiles.
En estas condiciones, como afirma Torres (2015), resulta imposible evaluar de
fondo el contenido de la licencia en tan solo veinte días hábiles, y no es viable que en
diez días se obtengan conceptos técnicos de calidad por parte de otras entidades o
autoridades que apoyen las decisiones de la autoridad ambiental.
Esta nueva “licencia exprés” fue un gran fracaso para la sociedad civil porque los
ambientalistas habían marcado unos mínimos ambientales que la daban por descar-
tada. En efecto, la sociedad civil había propuesto, sin éxito, que en el asunto de licen-
ciamiento ambiental el pNd tuviera en cuenta lo siguiente (cNp, 2014a):
En las “Bases del Plan” se hace referencia sistemática a estrategias para combatir el
cambio climático y se destaca que:
En efecto, como lo pedía la sociedad civil, con estas medidas el país se va a preparar
para el cambio climático porque el pNd estableció estrategias, prioridades y financia-
ción en esta área. No obstante, es posible que en la práctica no haya voluntad política
al respecto. Un indicio importante de que la realidad puede ser otra, es que no se tuvo
en cuenta una herramienta muy relevante de gestión, propuesta por la sociedad civil
para combatir el cambio climático. Se trató de la revalorización de las tasas por uso
156 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
del agua conforme los mínimos ambientales (cNp, 2014a). Esta medida es una pieza
fundamental para que Colombia sea menos vulnerable al cambio climático por medio
de la recuperación de los ecosistemas que ofrecen los servicios hidrológicos, pero fue
negada.
Juan Pablo Ruiz (2015), en una entrevista que se reseña a continuación, explica lo
que estaba en juego en la propuesta de revalorización de las tasas por uso del agua.
En el caso de Bogotá, desde el 2004 se pagan aproximadamente 76 centavos por me-
tro cúbico por el uso del agua en los acueductos, y en los sectores industriales y de
minería. De esta manera, se pagan los costos de distribución y tratamiento del agua,
pero lo grave es que no se pagan los costos de conservación de las fuentes hídricas.
Es irrisorio el monto que pagan los usuarios por el agua.
Ante esta realidad, se hizo un estudio elaborado por Guillermo Rudas donde se decía
que si se pagaba al menos 30 pesos por metro cúbico de agua en los estratos 4, 5 y 6
de las principales ciudades de Colombia, incluyendo al sector manufacturero y minero,
se recaudaría una cifra equivalente al 66 % del presupuesto asignado por la Nación
a la gestión ambiental a través del Sistema Nacional Ambiental. Con esta fórmula se
podría financiar la gestión ambiental para la generación y conservación de servicios
ecosistémicos que tienen que ver con el abastecimiento hídrico. Esta propuesta fue
presentada por la sociedad civil para ser considerada en las “Bases del Plan”. Si bien
es cierto, se logró avanzar mucho en esta idea, finalmente se cayó por influencia de la
Asociación de Industriales de Colombia (aNdI).
Según Ruiz (2015), la aNdI no ha entendido que si no se paga por el uso del agua,
en el largo plazo el país será insostenible porque se van a perder sus fuentes y con
ello la disponibilidad del agua que es indispensable no solamente para el consumo
humano, sino para la producción agropecuaria y manufacturera, y para la ganadería,
entre otros. Entonces la aNdI, por intereses económicos, evadió este pago, lo que sig-
nifica descapitalizar el sector de los servicios ecosistémicos que es el que garantiza la
disponibilidad de agua en el largo plazo.
Se requiere de una veeduría ciudadana que, como lo destaca Ruiz (2015), haga que
efectivamente los recursos por la tasa de uso del agua sí vayan a la conservación de la
cuenca, y no como pasa hasta ahora, que se dedican al mantenimiento de las estruc-
turas políticas en las regiones. Para esto, la sociedad civil propuso crear un fondo na-
cional que captara esos recursos de pago de la tasa de uso del agua y que asignara de
manera similar a como se hace en el Fondo Nacional de Regalías. Es decir, de acuerdo
con proyectos, de tal forma que se pueda hacer un seguimiento de la eficacia y eficien-
cia en el uso de los recursos. Sin embargo, la ley del plan no consideró la creación de
dicho fondo.
lOS MÍNIMOS AMBIENTALES Y EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO 2014-2018 / MARTHA ISABEL GÓMEZ LEE 157
concLusiones y recomendaciones
referencias
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2018: Todos por un nuevo país. Versión preliminar para discusión del Consejo Nacio-
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a las Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018.
Proyecto de Ley de 2015 Cámara. Por la cual se expide el Plan Nacional de Desarrollo 2014-
2018: Todos por un nuevo país.
158 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
Proyecto de Ley 138 de 2015 Senado, 200 de 2015 Cámara, “Por la cual se expide el Plan
Nacional de Desarrollo 2014-2018: Todos por un nuevo país”.
Ruiz, J. P. (2014). Colombia 2010-2014, en deuda ambiental. El Espectador. Recuperado
de http://www.elespectador.com/opinion/colombia-2010-2014-deuda-ambiental-
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Torres, V. (2015). Una mirada crítica al Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. Recuperado
de http://www.ambienteysociedad.org.co/es/una-mirada-critica-al-plan-nacional-de-
desarrollo-2014-2018/
159
introducción
Para abordar los antecedentes de la importancia que representa para el país direccionar
la gestión en los ecosistemas de páramo, exploraremos cuál es el problema público que
se intenta abordar y si la propuesta del Plan Nacional de Desarrollo (pNd) es adecuada
para resolverlo. Compararemos la coherencia del modelo de desarrollo entre el primer
y segundo periodo de Gobierno, analizando si existe o no continuidad en la política de
protección y delimitación de páramos.
antecedentes normativos
con efectos diferidos a dos años, por lo que este artículo fue recogido en la ley del Plan
Nacional de Desarrollo del primer Gobierno del presidente Santos y reincorporado en
la nueva propuesta del pNd 2014-2018.
El Código Minero establecía las zonas excluibles de la minería constituidas por
áreas de parques naturales, reservas forestales, ecosistemas de páramo y los humeda-
les Ramsar3, y condicionaba a la delimitación geográfica basada en estudios técnicos,
sociales y ambientales, la efectividad de la norma.
La propuesta recogida en el pNd 2010-2014, dio varios giros comparada con la pro-
puesta inicial contenida en la Ley 1382 del 2010. Por un lado, el artículo se tituló “Deli-
mitación de ecosistemas de páramos y humedales”, dando prioridad a la delimitación
en estos dos sistemas naturales, a diferencia de la propuesta original que establecía
las condiciones para definir las zonas excluibles de minería. Esta propuesta amplió la
prohibición de desarrollar actividades de hidrocarburos y agropecuarias en los ecosis-
temas de páramos y humedales.
La actual propuesta del pNd 2014-20184, complejiza aún más la situación e incorpora
algunos aprendizajes obtenidos durante estos años de gestión en la delimitación. En
este caso, los títulos de los artículos son: “Protección de humedales” y “Protección y
delimitación de páramos”.
Para páramos, la propuesta es de protección y delimitación (art. 173 del pNd): se
reitera la prohibición de ejecutar actividades agropecuarias, de exploración o explotación
de recursos no renovables y la construcción de refinerías de hidrocarburos. Impone al
Ministerio de Ambiente la obligación de delimitar las áreas de páramo, usando la car-
tografía del Instituto Humboldt a la escala disponible, y a las autoridades ambientales
la de producir los estudios técnicos de caracterización ambiental, social y económica.
Crea un régimen de transición para aplicar la restricción de actividades en pára-
mos, y establece que para el caso de exploración y explotación de recursos naturales
no renovables que cuenten con contrato y licencia ambiental o equivalente otorgados
con anterioridad al 9 de febrero del 2010 para minería y 16 de junio del 2011 para hidro-
carburos, estas podrán ejecutarse hasta su terminación sin posibilidad de prórroga, y
establece que las autoridades ambientales deberán revisar las licencias otorgadas con
anterioridad a la prohibición, y realizar el control y seguimiento de dichas actividades
nible”, en la cual se busca hacer una reconversión de las actividades productivas que
allí se realizan, buscando la utilización de componentes de la biodiversidad y aportar
al flujo de los servicios ecosistémicos.
La Resolución 2090 del 2014, por medio de la cual se delimita el Páramo Jurisdic-
ciones Santurbán y Berlín, establece que el área delimitada como páramo está repre-
sentada cartográficamente en su mapa anexo como el “Área de páramo jurisdicciones
Santurbán-Berlín”, que de acuerdo con las categorías de gestión mencionadas solo
incluye la primera, es decir, las “zonas de preservación”. Es así como las otras dos ca-
tegorías de gestión, “Zonas de restauración” y “Zonas de uso sostenible”, no quedan
incluidas dentro del área delimitada, y las autoridades ambientales deben desarrollar
estrategias complementarias para la conservación del ecosistema y la gestión integral
de estos territorios aledaños, al ser áreas vinculadas funcionalmente a las zonas deli-
mitadas como páramo, pero que en sentido estricto, no hacen parte de estas.
La Resolución priorizó la gestión únicamente en el “Área de páramo jurisdicciones
Santurbán-Berlín”, y aplicó el régimen de transición para agricultura a las actividades
que se desarrollaban antes del 16 de junio del 2011, fecha de expedición de la Ley 1450
del 2011 pNd; incorporó la prohibición de desarrollar actividades agropecuarias en pá-
ramo, y convocó a varias entidades públicas para apoyar el proceso de sustitución y
SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA
reconversión de cultivos.
Según la Resolución, para minería en el “Área de páramo jurisdicciones Santurbán-
Berlín”, a quienes tuvieran debidamente consolidado su derecho de explotación antes
del 9 de febrero de 2010, fecha de expedición de la Ley 1382/10, modificatoria del có-
digo minero, se les aplicaría el régimen de transición y podrían continuar ejecutando
sus actividades mineras hasta su terminación, sin posibilidad de prórroga, y aclara que
las autoridades podrán revisar las licencias y hacerlas más estrictas para garantizar la
protección y conservación del ecosistema de páramo y sus servicios ecosistémicos.
Vemos cómo, en la práctica, el régimen de transición de las actividades productivas
inmerso en el pNd 2014-2018, desdibuja el gran problema de los páramos relacionado
con el sostenimiento de las actividades productivas que sustentan la vida campesina y el
funcionamiento de los servicios que presta el ecosistema. En la práctica, la gestión queda
supeditada a la exhibición de títulos, patentes de corso que legitiman un derecho, pero
no a la gestión real de las formas de vida que hacen parte del ecosistema de páramo.
Teniendo en cuenta que los páramos dependen funcionalmente, no solo del área de
páramo como tal, sino de los ecosistemas vecinos, dejar por fuera de la delimitación
de páramo en estricto sentido a las otras dos categorías de gestión, significa aplazar
la tarea de priorizar toda el área necesaria para la gobernanza de estos ecosistemas y
aumentar así su fragilidad apuntando a una trayectoria de colapso.
¿de Qué Se debeN proteger loS páramoS ? el plaN NacIoNal de deSarrollo 2014-2018 y la polítIca de páramoS eN
colombIa / OBSERVATORIO DE POLÍTICAS PÚBLICAS , ALERTAS TEMPRANAS Y PROCESOS EMERGENTES INSTITUTO ALEXANDER 163
VON HUMBOLDT , ADRIANA CAMACHO Y MARTHA ISABEL GÓMEZ
La pregunta que surge es, ¿por qué no se incluye dentro de la propuesta del pNd
de delimitación del páramo toda el “área de páramo potencial” o “área de referencia”,
dentro del cual se diferencien categorías de gestión, que en conjunto aporten al objeti-
vo de lograr la eliminación de las actividades que generan un gran impacto ambiental,
como la minería, los hidrocarburos, la agroindustria y la ganadería extensiva, y armo-
nizar actividades de menor impacto como agricultura y ganadería sostenible? Estas
últimas hacen parte del mantenimiento de los servicios que presta el páramo desde la
perspectiva social y ambiental.
El pNd no es ajeno al tema de protección de estos ecosistemas por varias razones: 1) los
páramos son estratégicos en su contexto geográfico, un corredor interrumpido entre la
cordillera de Mérida en Venezuela hasta la depresión de Huancabamba en el norte del
Perú, con dos complejos más separados, que son los páramos en Costa Rica y la Sierra
Nevada de Santa Marta (Hofstede et al., 2006), encontrándose solo en Ecuador, Perú,
Venezuela, Costa Rica y Colombia. 2) En nuestro país, ocupan una superficie cercana al
3 % del área continental del territorio nacional; no obstante, este porcentaje representa
el 50 % de los páramos del mundo (Rivera y Rodríguez, 2011). 3) La sociedad estima la
importancia hídrica del páramo y reconoce el valor de incluir a los habitantes de estos
territorios en su adecuado manejo6, lo que genera réditos políticos.
Sin embargo, las políticas públicas alrededor de la gestión de estos ecosistemas
han cambiado de paradigma a través del tiempo; es así como a mediados del siglo
XX se impulsaron mediante incentivos actividades de siembra de papa y ganadería en
zonas de páramo (López, 2004; Cubillos, 2011); luego, en los años setenta y ochenta
se promovieron políticas de conservación7.
El pNd del primer Gobierno Santos, le apostó a las locomotoras de desarrollo (in-
fraestructura, agricultura, vivienda, minería e innovación) que han impulsado el cre-
cimiento económico a costa del agotamiento del capital natural, y las consecuencias
derivadas de estas decisiones, han repercutido en los resultados del país cuando se
6 Estos dos procesos fundamentaron una política de manejo integral y participativo, con visión ecosistémica
(Hofstede, 2006; Andrade, 2013).
7 Políticas erradas: Reforestación en páramo (Morris, 1985; Hofstede et al,. 2002). Políticas acertadas: afor-
tunadamente, en esta misma época, la política de la declaración de grandes áreas protegidas logró incluir
mucha superficie de páramo bajo diferentes sistemas de protección y hoy en día es uno de los ecosistemas
mejor representado en los sistemas de áreas protegidas (Cortés-Duque , 2013).
164 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
mide la gestión en los temas de importancia global, como pobreza, desempeño am-
biental y conflictos socioambientales.
El Banco Mundial, dentro de los indicadores de pobreza, mide mediante el índice
de Gini8 la distribución del ingreso entre individuos u hogares dentro de una economía
y qué tan equitativa puede llegar a ser. En Colombia, los resultados no son alentado-
res9, ya que hace parte de la lista de países que están por encima de 50 10 puntos, lo
que lo clasifica como uno de los países más inequitativos a nivel mundial dentro de
los cuales se encuentran, entre otros, Panamá, Honduras, Zambia y Ruanda, lo que
implica grandes retos para el Gobierno en la consolidación de una paz sostenible bajo
un enfoque de goce efectivo de derechos.
La apuesta del Gobierno de superar definitivamente el conflicto armado y, sobre
todo, disminuir la presión que este genera sobre amplias regiones del país, debe fa-
cilitar las condiciones para impulsar modelos participativos de gestión integral de los
ecosistemas y de los servicios que proveen a la sociedad. Un reordenamiento y cam-
bios profundos para que las actividades productivas que desplegamos en el territorio
tengan consideraciones ecológicas, son una necesidad apremiante en el posconflicto
(Tapia, 2015), a fin de disminuir los conflictos ambientales en el territorio 11.
La propuesta del Gobierno Santos debe reivindicar el valor que representa el capital
natural en la economía y, especialmente, en el bienestar de los colombianos. Vemos
cómo el desempeño ambiental del país se ve íntimamente ligado al bienestar de la
población y cómo los dos vienen disminuyendo drásticamente en Colombia, país me-
gadiverso y anfibio.
Según las universidades de Yale y Columbia, encargadas de medir el Environmental
Performance Index (epI)12, que califica a los países según su compromiso con la ges-
tión y el desempeño ambiental de acuerdo con dos áreas de política: la protección de
la salud humana ligada al daño ambiental y la protección a los ecosistemas. Colombia
ocupó el noveno puesto en el 2008 y pasó a ocupar el 85 en 2014 entre 178 países.
Estos resultados nos llevan a plantear profundas reflexiones sobre los impactos del
modelo de desarrollo en el bienestar de la población y la necesidad de tomar medidas
8 Así, un índice de Gini de 0 representa una equidad perfecta, mientras que un índice de 100 representa una
inequidad perfecta.
9 Gini Index Colombia: cayó del 55,51 en el 2010 a 53,53 en el 2012.
10 En Latinoamérica, los países con índices mayores de 50 son: Brasil, Panamá, Chile, Guatemala, Honduras.
En el continente africano son: Zambia, Ruanda y Sudáfrica.
11 Según el EjAltas, Colombia es el segundo país con más conflictos socioambientales. https://ejatlas.org/
country
12 Índice de Desempeño Ambiental, en español.
¿DE QUÉ SE DEBEN PROTEGER LOS PÁRAMOS ? EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO 2014-2018 Y LA POLÍTICA DE PÁRAMOS EN
COLOMBIA / OBSERVATORIO DE POLÍTICAS PÚBLICAS , ALERTAS TEMPRANAS Y PROCESOS EMERGENTES INSTITUTO ALEXANDER 165
VON HUMBOLDT , ADRIANA CAMACHO Y MARTHA ISABEL GÓMEZ
para mantener los servicios que los ecosistemas prestan a la población y permitir el
acceso equitativo a los mismos.
Al articular las iniciativas impulsadas a nivel nacional, es importante decir que duran-
te el cuatrienio 2010-2014, el Gobierno formuló una propuesta de política pluricultural
que protege los sistemas de conocimiento tradicional asociados a la biodiversidad, que
tiene como objetivo ligar la conservación de agroecosistemas sostenibles en Colombia
mediante la protección y el manejo de la agrobiodiversidad y los modos de vida tradi-
cionales13, el cual puede ser de gran utilidad para identificar formas de producción que
se enmarquen dentro de estrategias de desarrollo sostenible para los ecosistemas de
páramo, la cual debe armonizar políticas sectoriales y definir instrumentos que dismi-
nuyan tensiones entre conservación del patrimonio ambiental y cultural, y crecimiento
económico (Gómez Lee, 2014).
Asimismo, el Gobierno nacional viene impulsando políticas de adaptación al cam-
bio climático y de mitigación, que imponen la incorporación de factores de exposición
del fenómeno para la alta montaña: gestión de riesgo y adaptación. La alta huella eco-
lógica de proyectos de minería, agricultura industrial y urbanismo exhorta de manera
urgente a discusiones sobre los escenarios futuros de estos ecosistemas (Andrade et
al,. 2013), para evitar el aumento de los conflictos socioambientales relacionados con
estas dinámicas territoriales.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible elevó a consulta de la Sala de
Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, sus dudas sobre la aplicación del artícu-
lo 202 de la Ley 1450 del 2011, relacionada con la prohibición de ejercer actividades
mineras y agropecuarias en páramos, y preguntó sobre vigencia normativa, derechos
adquiridos y ponderación de derechos.
Con relación a las vigencias normativas podemos decir que amparados en un jui-
cioso análisis del Consejo de Estado, el Gobierno incorporó dentro de la propuesta del
artículo 173 del actual pNd, el régimen de transición que permite a los particulares con
permisos previos, continuar con su actividad hasta el vencimiento del plazo otorga-
do. Es importante recordar que este criterio es útil para sopesar las cargas que deben
asumir los particulares ante las decisiones estatales, pero siempre, por encima de
cualquier consideración, el derecho al medioambiente debe primar en las decisiones
de la administración pública por ser el derecho público y colectivo.
Alineado con la visión de la Política Nacional de Gestión Integral de la Biodiversidad
y los Servicios Ecosistémicos, esta Corporación dijo que:
13 Iniciativa apoyada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pNud) y el Fondo para el
Medioambiente Mundial (gef).
166 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
Lo primero que debe resaltarse es que la ley ordena delimitar “los ecosistemas
de páramo” y no solamente los “páramos”. Si por ecosistema se entiende la “co-
munidad de los seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se desarrollan
en función de los factores físicos de un mismo ambiente”14, se puede concluir que el
legislador acudió a un criterio sistémico e integrador, orientado a proteger todo el
“ecosistema” del cual dependen los servicios ambientales que prestan los páramos15.
concLusiones y recomendaciones
1. Los dos planes de desarrollo del Gobierno Santos parecieran estar separados
radicalmente, uno le apuesta a las locomotoras de desarrollo y el segundo a la
construcción de paz, equidad y educación. Sin embargo, al revisar la materia-
lización de las políticas, vemos cómo el impulso sigue empujando esas loco-
motoras por cuatro años más de Gobierno.
2. Los dos planes de desarrollo del Gobierno del presidente Santos, piden la de-
limitación de páramos para su protección y prohíben ejecutar actividades de
minería, hidrocarburos y agropecuarias dentro de los mismos, sin ningún tipo
de consideración adicional.
3. El artículo 173 del Plan Nacional de Desarrollo, no responde a las necesidades
de gestión de los ecosistemas de páramo, pues su mandato dista mucho de las
necesidades de gestión integral y participativa, la delimitación se queda corta
con las necesidades de gestión.
4. Al dividir los conceptos de “delimitación de páramo”, “área de referencia” y
“área de páramo potencial”, entre otros utilizados en el artículo 173 del pNd, y
la Resolución 2090 del 2014 de delimitación de Santurbán y Berlín, parece que
se quiere disminuir el área de gestión priorizada para el manejo de los ecosis-
temas y flexibilizar la prohibición de las actividades incompatibles con minería.
5. El régimen de transiciones para los sectores productivos, no tuvo en cuenta la
primacía de cuidar un medioambiente sano y los derechos colectivos, sobre
derechos que, de acuerdo con las altas cortes, no cuentan con la misma cate-
goría que el ambiental, como sucede con los derechos de los particulares.
6. Se otorga a las autoridades ambientales la responsabilidad de gestionar las
áreas delimitadas, tales como los páramos y las áreas conexas, para lo cual debe
elaborar los estudios ambientales, sociales y económicos. Mientras tanto, en
los páramos se ejecutan actividades incompatibles con estos, amparadas por
el régimen de transición.
7. Santurbán-Berlín evidencia que el proceso de delimitación reconoció criterios
socioeconómicos para la misma; sin embargo, se aplicó una visión restrictiva
en la delimitación y se dejaron por fuera zonas que deben ser gestionadas de
manera prioritaria para trabajar de forma participativa e inclusiva en procesos
colectivos que permitan soñarse los territorios y construir esas trayectorias,
para lo cual deben mantenerse los servicios que el ecosistema presta a escala
local, regional, nacional y global.
8. El páramo de Santurbán-Berlín nos muestra la gran complejidad de la tarea de
delimitación, y que, en estricto sentido, la implementación de la medida no pa-
rece apuntar a la conservación de estos ecosistemas, sino más bien, a dar res-
puestas negociadas a las indefiniciones sobre el uso de este territorio y zanjar de
una vez por todas los limbos jurídicos que afectaban las actividades productivas
relacionadas con minería, hidrocarburos y actividades agropecuarias.
9. La articulación de políticas puede aportar desde la integración del conocimien-
to y brindar respuestas para una mejor manera de gestionar estos territorios,
168 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
Los ecosistemas de páramos deben ser leídos a través de su historia, la cual está re-
lacionada íntimamente con los procesos sociales y económicos de nuestro país; por
ejemplo, los páramos son concebidos y reconocidos en nuestro marco jurídico, co-
mo un bien colectivo y prioritario para la nación, por lo que existe un acuerdo social
arraigado sobre la necesidad de brindarles protección por la función ecosistémica que
desempeñan; en este sentido, permitir actividades extractivas16, no es compatible con
un ecosistema frágil de páramo. Sin embargo, deben considerarse como parte de este
los usos ancestrales de estos territorios, incluidas las actividades agropecuarias de
bajo impacto.
Teniendo en cuenta lo anterior, la gran tarea es el trabajo conjunto entre autorida-
des locales, regionales y nacionales para gestionar estos territorios y evitar cruzar el
umbral de transformación, e impedir el colapso ambiental priorizando, en todo caso, el
derecho a un ambiente sano, matizado por los derechos colectivos de los pobladores
y sus conocimientos sobre el territorio.
referencias
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del ambiente, 2012-2013. Bogotá: cgN.
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Recursos
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http://epi.yale.edu
http://povertydata.worldbank.org/poverty/home/
170
Tabla 1. Aproximación al régimen de disturbios en páramos diferenciado por actividades relacionadas en el pnd
¿DE
COLOMBIA
Los efectos del directos del pastoreo La destrucción de los suelos y su com-
pactación por la utilización de maquinaria
/
frailejonal (Parque de los Nevados); 2. movilización de nutrientes (remoción capacidad de almacenamiento de agua y
2014-2018
nería a cielo bierto y de socavón, plantaciones reflejan el patrón de quemas y pastoreo en las fuentes de agua, aumentando el
difución en la red hídrica, comformada
de especies exóticas, construcción de obras conformado asi un mosaico de parches con pistoleo y acelerando asi la compacta-
principalemnte por el agua de lagunas y
civiles, corte de matorrales y cacería). diferentes intensidades de disturbio. ción del suelo.
Tipos de Las actividades agrícolas en las zo- ríos que baja de acuerdo con la estaciona-
disturbios nas de páramo son entonces one- lidad de las lluvias.
Y LA POLÍTICA DE PÁRAMOS EN
rosas, pues requieren la inversión Actualmente hay que tener en cuenta que
de grandes cantidades de dinero con el cambio climático los fenómenos los
en la correcciónde la acidez y en la fenómenos externos de precipitación pue-
Alteración de procesos Hídricos por adicción de fertilizanets ricos en N, den arrastrar sedientos y contaminantes
Cambio Climático: Puede cambiar la extensión
Los disturbios por fuego también pro- efecto del pisoteo. Compactación del P, K y elementos menores.
e intesidad de todos los disturbios naturales peligrosos, fragmentación y pérdida de há-
mueven la colonización rápida de especies suelo y selección de las especies on
y astropicos y producir la aparición denuevos bitats ahora procesos como polinización,
invasoras. rasgos de historia de vida que las hacen
disturbios que antes no se conocían. produce cambios en las redes tróficas y
residentes a pisoteo y herbivoría.
pueden favorecer la aparición de especies
invasoras que extinguem localmente a
especies nativas.
171
172 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
10-year 10-year
Rank Country Score Rank Country Score
% change % change
RAFAEL PIÑEROS1
Como se mencionó, desde la década de los setenta se asoció que el pNd sería la hoja
de ruta de cada Gobierno y, desde esa perspectiva, se puede inferir que cada adminis-
tración, teniendo en cuenta las disposiciones generales establecidas en la Constitución,
establecería una hoja de ruta para diferentes políticas.
Lo antes mencionado genera una importante disyuntiva que se debe tener en cuenta.
A pesar de que las relaciones internacionales son un propósito del Estado colombiano,
estas son implementadas por el Gobierno nacional, lo cual deja un margen significativo
para que la Administración de turno diseñe e implemente, a través del Ministerio de
Relaciones Exteriores y de otros órganos, los objetivos que piensa alcanzar. Es decir, la
política exterior dependerá de las particularidades externas e internas que en un mo-
mento dado se presenten y de cómo la Administración decida abordarlas.
Aún en fechas recientes, se puede observar que el dilema propuesto entre política
de Estado y de Gobierno en materia exterior sigue siendo válido. Tanto en los docu-
mentos de trabajo como en las disposiciones finales de la Misión de Política Exterior,
convocada a finales de 2008 con la intención de evaluar el desarrollo reciente y propo-
ner la construcción de una dimensión exterior adecuada para el siglo XXI, se observa
cómo diversos expertos señalaban la necesidad de construir una política de Estado
(Borda et al., 2010).
conseguir objetivos básicos del Estado, lo cual hace difícil diseñar estrategias precisas
que vayan más allá de lo enunciativo.
La llegada a la presidencia de Andrés Pastrana, en 1998, y su ideario alrededor de
alcanzar la paz con los grupos al margen de la ley, se consolidaron en el pNd titulado
“Cambio para construir la paz”. Sin entrar a discutir si fue apropiado o no, la coheren-
cia propuesta alrededor de ese plan, resaltando a la paz como un derecho y propósito
que el Gobierno debe alcanzar, son una muestra de la evolución que en materia de
articulación política se ha logrado.
En consecuencia, bajo el título V, titulado “Diplomacia para la paz”, se plasmó la
proyección de las acciones que, en el entorno internacional, serían desarrolladas. A
primera vista, se observa una vocación por hacer más detalladas y precisas las opera-
ciones, destacando un propósito esencial: “la contribución a salvaguardar y promo-
cionar los intereses nacionales, la integridad territorial, la seguridad y la prosperidad
de la República” (dNp, 1999).
Además, el mencionado Plan presenta interesantes innovaciones. En primer tér-
mino, se incluye la necesidad de concertar acciones entre el Estado y la sociedad civil.
Este elemento introduce, por lo menos formalmente, la inclusión de un actor que en el
ámbito internacional adquiere notoriedad en la toma de decisiones, en las discusiones
políticas y en las denuncias públicas y al que, a nivel interno, se le prestaba atención
con profunda desconfianza, principalmente por su activa participación en temas como
los derechos humanos y las acusaciones que hacía sobre la falta de acciones concretas
por parte del Estado colombiano.
En segundo lugar, el pNd establece como eje articulador y conductor de la política
exterior la paz, a través del programa antes mencionado. Así pues, el Ministerio de
Relaciones Exteriores buscará el apoyo y la colaboración de la comunidad internacional
para atender económica y socialmente a las regiones más afectadas por el conflicto
armado, a través de inversiones en el campo social, el sector agropecuario y la infraes-
tructura regional (dNp, 1999).
En este sentido, se constata cómo la política exterior adquiere un carácter de apoyo a
la consecución de propósitos más grandes o amplios que fije la Administración central.
Nuevamente, es pertinente recordar cómo la falta de una discusión amplia sobre la per-
tinencia o no de ese hecho, puede haber condicionado en sí misma la aplicación de la
mencionada política. El énfasis en vincular a la comunidad internacional para conseguir
la paz, sumado al hecho de que no se alcanzó ningún acuerdo concreto o específico
con los grupos al margen de la ley, sirvió para mostrar la idea de que Colombia era un
país en problemas, que requería de la ayuda y la cooperación de aliados internacionales
para superar los graves problemas de narcotráfico, violencia y conflicto armado que
180 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
amplia y fluida entre los diferentes niveles del Gobierno, sirve de base para la redefinición
de funciones de la entonces Agencia Colombiana de Cooperación Internacional (accI),
resaltando cierto interés por la gran cantidad de agencias y de recursos económicos,
técnicos y de otra índole que empiezan a ser recibidos en el país.
Para el periodo 2006-2010, en el capítulo 7, “Dimensiones especiales de desarro-
llo”, del pNd “Estado comunitario: desarrollo para todos”, se pretende explicar lo que
será la política exterior durante el segundo cuatrienio de la Administración Uribe Vélez.
Allí, se hace una doble distinción. Por un lado, se hace una especie de rendición de
cuentas en la que se sobrevaloran los logros alcanzados, sin hacer un análisis sobre los
elementos de política exterior omitidos, poco trabajados o los errores cometidos en su
implementación. Por otro lado, frente a los nuevos objetivos propuestos, se mantiene
la tendencia que circunscribe las relaciones exteriores a fortalecer la seguridad demo-
crática en los espacios bilaterales y multilaterales, diversificar las relaciones y la agenda
bilateral, diseñar una política integral de migraciones y fortalecer institucionalmente al
Ministerio de Relaciones Exteriores (dNp, 2007).
Sin restar los méritos alcanzados, la Administración Uribe Vélez es vista como aque-
lla que, con la intención de alcanzar objetivos gubernamentales, se alejó de principios
defendidos con ahínco por el Estado colombiano, tales como el derecho internacional,
la autodeterminación de los pueblos, entre otros (Ramírez, 2011). Hay que recordar
que las incursiones militares a Venezuela y Ecuador para capturar a Rodrigo Granda,
y el bombardeo a Ecuador que dio de baja a Raúl Reyes, respectivamente, significaron
fuertes contradicciones con la región y el mundo, por el estilo que manejó Colombia
bajo la Administración en cuestión.
A pesar de lo anterior, por primera vez, el mencionado pNd presenta una serie de
estrategias (seis en total) (tabla 1), que sin ser completamente revolucionarias, buscan
apartarse del énfasis particular que siguieron las anteriores administraciones, estipu-
lando un sistema de medición a partir del establecimiento de indicadores de gestión,
en el cual hay una línea base de iniciación y se define a dónde debe llegar. Sin embar-
go, como se mostrará a continuación, el planteamiento inicial en materia de política
exterior y de cooperación internacionales sigue siendo descriptivo, haciendo énfasis
en el qué, y no en cómo alcanzar los objetivos planteados y hacer una evaluación cua-
litativa apropiada.
Estrategia Objetivo
Estrategia Objetivo
concLusión
Como se mostró a lo largo del presente escrito, desde los años noventa la política
exterior ha sido un elemento que ha ido poco a poco creando un espacio dentro del
instrumento de planeación más general, el cual es el Plan Nacional de Desarrollo.
Con base en lo anterior, los diferentes gobiernos han incluido elementos innovado-
res, poco realizables o excesivamente generales, en otros casos. Es decir, hay una gran
diversidad de posiciones, dejando un margen amplio o estrecho a cada administración
para trabajar y aprovechar el componente externo. La política exterior, entonces, sigue
siendo una cuestión más gubernamental que estatal y más cuatrienal que estructural.
La falta de continuidad seguirá siendo un elemento que se mantenga, pues ninguna
de las administraciones hasta el momento ha buscado aminorar esa situación. Como
se mencionó, los mecanismos de rendición de cuentas y de seguimiento de políticas
son los mínimos de carácter gubernamental. Hace falta, entonces, diseñar mecanismos
de mediano y largo plazo que arrojen resultados más amplios y concluyentes.
Como se pudo constatar, el Ejecutivo ha sido bastante diligente en incluir elemen-
tos de política exterior. Ya sea como parte de una política de apoyo, como un elemento
UN ANÁLISIS DE LA DIMENSIÓN EXTERIOR DEL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO / RAFAEL PIÑEROS 185
referencias
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Área de gestión pública
189
ERIKA REDONDO1
CAROLINA ISAZA2
El primer Gobierno de Santos introdujo la bandera del “buen gobierno” para orientar
reformas de la administración pública. En este artículo, se analizan los elementos del
nuevo Plan Nacional de Desarrollo (pNd), 2014-2018: “Todos por un nuevo país”, que
se refieren a este tema, con el fin de responder a la pregunta que guía este número de
Seguimiento y análisis de políticas públicas en Colombia: ¿hay continuidad o ruptura
entre los dos periodos de gobierno? En materia de buen gobierno y gestión pública,
la respuesta simple es que hay continuidad, pero en algunos aspectos se verá que
también hay elementos diferenciadores y, en otros, desaparecen algunos de los temas
centrales del primer periodo. Resulta novedoso el énfasis en los requisitos en materia
de gestión pública para ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (ocde).
El artículo analiza principalmente el documento Bases del PND, y, como complemento,
la ley que aprueba el pNd (Ley 1753 de 2015). Como antecedentes de estos documentos
se deben mencionar el anterior Plan de Desarrollo (2010-2014), así como los dos pla-
nes de desarrollo de Uribe y el Programa de Renovación de la Administración Pública
(prap), creado por su gobierno.
temas nuevos
En el documento Bases del PND, el primer objetivo del capítulo de “Buen gobierno”,
“Promover una gestión pública transparente que facilite el acceso a la información
pública y prevenga la corrupción”, contiene una estrategia orientada a robustecer la
capacidad institucional de los organismos de control fiscal y disciplinario. En las activi-
dades propuestas en la estrategia, se observa una clara intención de que los procesos
relacionados con la paz y el posconflicto sean ejecutados con la mayor transparencia
posible y bajo controles anticorrupción.
Se define un proceso de evaluación del Plan Nacional de Desarrollo respecto a lo
relacionado con la paz. Se establece que la Contraloría General de la República esta-
rá encargada de dar cumplimiento a la meta intermedia de la estrategia en la cual se
busca lograr una “cobertura en la vigilancia de los recursos invertidos en la paz y pos-
conflicto planteados en el pNd” (dNp, 2014, p. 434). A pesar de la generalidad con que
se consignan dichas actividades de vigilancia y control, es novedoso encontrar que se
le haya otorgado, con tal vehemencia y especificidad, esta responsabilidad excepcional
a la Contraloría.
legales que contienen las prácticas que Colombia debe aplicar y tener en cuenta para
su ingreso a la organización. Los instrumentos están relacionados con temas como
gobernanza pública, política regulatoria, desarrollo territorial, estadísticas, tecnología
de la información y comunicaciones, entre otros.
La segunda acción está orientada a “elaborar y poner en marcha los planes de im-
plementación de 23 comités definidos para el acceso a la ocde” (dNp, 2014, p. 442). En
la línea base se establece que en 2013 había un total de 46 instrumentos adoptados y
para 2018 la meta son 161 instrumentos de un total de 230.
La tercera acción busca “garantizar los recursos necesarios para continuar con el
proceso de ingreso a la ocde el cual genera derechos y obligaciones para el país, in-
cluido el pago de contribuciones económicas y obligaciones para el país, incluido el
pago de contribuciones económicas derivadas de la preparación para el ingreso y la
aceptación como miembro de tal instancia” (dNp, 2014, p. 442). Según lo encontrado
en las Bases del PND, los recursos destinados para financiar la interacción de las enti-
dades técnicas encargadas de lo anterior serán incluidos por el Gobierno nacional en
sus respectivos presupuestos.
Específicamente, en temas de gestión pública se destaca una de las metas respecto
al ingreso de Colombia a la ocde que se refiere a implementar las cuatro recomendacio-
nes en materia de empleo público y control interno para el año 2018. El Departamento
Administrativo de la Función Pública (dafp) es la entidad encargada del cumplimiento
de esta meta.
Gobernanza multinivel
También vinculado al proceso de la ocde, el tercer objetivo del capítulo de “Buen go-
bierno” está orientado a la gobernanza multinivel3. La gobernanza es una forma de
gestionar los asuntos públicos con la participación de actores públicos y privados, bajo
dinámicas de interacción en diferentes niveles territoriales que tienden a la horizon-
talidad, y se alejan de la visión tradicional de las relaciones jerárquicas y burocráticas
entre el Estado y otros actores. El concepto “gobernanza multinivel” proviene del diseño
institucional particular de la Unión Europea, en la que existen niveles supranacional,
nacional, regional y local.
3 El objetivo quedó establecido de la siguiente manera: fortalecer la gobernanza multinivel en sus aspectos
institucionales, financieros, de información y de cooperación entre los distintos niveles de Gobierno para
lograr coordinar y articular sus perspectivas de desarrollo en propósitos comunes y acciones conjuntas.
192 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
Por supuesto, Colombia no tiene un nivel supranacional. Pero en las Bases del PND
se usa el término gobernanza para recoger las estrategias que buscan fortalecer la ges-
tión territorial y la capacidad de respuesta del Gobierno nacional ante las necesidades
de las entidades territoriales (departamentos y municipios). Resulta interesante que la
estrategia, a pesar de basarse en temas de descentralización y coordinación entre niveles
territoriales, sea enmarcada en el discurso de gobernanza. Esto está relacionado con el
ingreso a la ocde; como se dice en la hoja de ruta, la gobernanza “incluye la habilidad
tanto de la administración central, como de las administraciones subnacionales de
implementar las prácticas de buen gobierno y de diseñar y proveer servicios de forma
eficiente y efectiva de forma equitativa a través de las regiones” ( ocde, 2013, p. 15)4.
Las estrategias principales en este objetivo son las siguientes: 1) asignación de
competencias por nivel de gobierno; 2) incremento de ingresos; 3) herramientas de
articulación fortalecidas; 4) política general de ordenamiento territorial.
Dentro de la estrategia de fortalecimiento de los gobiernos territoriales, se va a
desarrollar un Programa de Fortalecimiento de Capacidades para las Entidades Terri-
toriales, en el cual el Gobierno nacional, en cabeza de dNp y en coordinación con otros
sectores, brindará asistencia técnica y acompañamiento en la definición de estructuras
administrativas, procesos y procedimientos de la gestión pública territorial. Asimismo,
se enuncia la creación de un mecanismo diferencial y gradual de entrega de competen-
cias mediante delegación o descentralización.
En cuanto al incremento de ingresos, se planea llevar a cabo diferentes mecanis-
mos para modernizar y actualizar las rentas territoriales, algunos de estos son: 1) el
fortalecimiento del impuesto predial de municipio de menor recaudo; 2) se dispon-
drán mecanismos legales para la implementación de un autoavalúo catastral a fin de
potenciar su capacidad de recaudo para grandes ciudades o distritos.
La articulación de las herramientas de articulación se da a través de contratos plan
que reemplazan los documentos coNpeS territoriales.
Los instrumentos de ordenamiento territorial multinivel propuestos implican ejer-
cicios de prospectiva multinivel con el objeto de darle prioridad a las necesidades y
potencialidades de las entidades territoriales. De igual forma, a través de la Política
General de Ordenamiento Territorial se busca armonizar, jerarquizar y racionalizar los
instrumentos y las disposiciones normativas relacionadas con dicho ordenamiento;
para ello se va a contar con la participación de las entidades territoriales.
continuidad
Política anticorrupción
En las Bases del PND se encuentra que de la primera línea de la política se profundiza
en la adecuada implementación de la Ley de Transparencia y del Derecho de Acceso a
la Información Pública (Ley 1712 de 2014).
En materia de lucha contra la impunidad de los actos de corrupción, el plan señala
que se regulará la gestión de intereses privados en la rama ejecutiva y el Congreso de
la República. Para lo anterior, se ampliará la reglamentación del cabildeo según están-
dares internacionales.
Sin embargo, las disposiciones anteriores no logran obtener un rango superior o de
obligatoriedad legal a través del proceso de aprobación del dNp, al no quedar reflejado
en la ley que lo aprueba.
GOBIERNO EN LÍNEA
Una de las metas del plan es aumentar la cantidad de interacciones en línea de ciu-
dadanos y empresarios. La línea base de interacciones de ciudadanos pasaría de 59 a
78 % en la meta para el año 2018; las interacciones de los empresarios pasarían de 79
a 88 % en 2018 (dNp, 2014, p. 439).
Uno de los productos de la misma estrategia a cargo del Ministerio de Tecnologías
de la Información y las Comunicaciones se relaciona con la medición de los trámites
5 La política pública de Gobierno en línea de Colombia, inició en el año 2000 con la directiva presidencial 02
de dicho año, y continuó de manera decidida desde el 2008 con la expedición del Decreto 1151 que definió
los lineamientos generales de la Estrategia de Gobierno en línea (2015).
DEL BUEN GOBIERNO AL INGRESO A LA OCDE / ERIKA REDONDO , CAROLINA ISAZA 195
La tercera estrategia de gestión pública efectiva del objetivo de buen gobierno está
encaminada a desarrollar la gestión jurídica pública; en esta se busca “contribuir a la
prevención del daño patrimonial derivado de las actuaciones antijurídicas y de la débil
defensa de los intereses del Estado, mejorar su capacidad para contratar bienes y ser-
vicios, y racionalizar la producción normativa” (dNp, 2014, p. 439).
Para lo anterior, se propone como meta intermedia lograr la “efectividad de la ges-
tión y defensa jurídica” a través de un porcentaje de “éxito procesal anual” que para
2013 se encontraba en 45,94 %; la meta para 2018 es de 54,94 %, incrementando en un
9 % el éxito en los procesos de defensa de los intereses de la nación.
COMPRAS PÚBLICAS
Entre los temas que estaban en el primer periodo de Gobierno, pero que no tienen un
espacio significativo en el nuevo pNd, se encuentran los de rendición de cuentas y parti-
cipación ciudadana. Esto es signo de un cambio en las prioridades, pues la democrati-
zación de la gestión pública y el involucramiento de los ciudadanos ya no parecen tener
relevancia política. También podría obedecer a que se considere que ya se lograron los
objetivos relacionados con estos temas, por ejemplo, con el fin del periodo de implemen-
tación de la política de rendición de cuentas. Sin embargo, hay todavía mucho por hacer
para lograr un verdadero cambio cultural en la administración pública con respecto a las
relaciones con los ciudadanos y su involucramiento en el mejoramiento de la gestión.
Por supuesto, estos temas son reemplazados por todos los que tienen que ver
con el ingreso a la ocde, que tienen un desarrollo amplio en las Bases del Plan, como
se explicó más arriba. Dentro de esta lógica, se mantiene el discurso de “servicio al
ciudadano”, que obedece a una lógica más gerencial de la Nueva Gestión Pública y no
a una visión democratizadora.
Ahora bien, la mayoría de los elementos de buen gobierno desarrollados en las
Bases del PND no quedan en el articulado de la ley aprobada en el Congreso (Ley 1753).
Si bien se entiende que las Bases del PND son un anexo de la ley, la obligatoriedad y la
prioridad política de las acciones que no estén en la ley es bastante dudosa.
Por otra parte, en los artículos de la ley que se encuentran bajo el encabezado de
“buen gobierno” se introducen temas que no tienen ninguna relación con este asunto,
por lo cual hay un problema de coherencia que resulta sorprendente. Algunos ejem-
plos son temas de seguridad social, impuestos, fondos, rentas vitalicias, atención a
víctimas, deuda pública (arts. 135 a 147), o también cuestiones del tesoro, gestión de
riesgo de desastres, compra de energía y otros (arts. 150-159). Estos temas se siguen
sin ningún hilo conductor, y solo con un esfuerzo se podría incluir a algunos de estos
en el marco común del “buen gobierno”.
Como se mencionó, esto indica una pérdida de coherencia en el discurso. Posi-
blemente, esta situación se explica por las distintas dinámicas de elaboración de los
198 SEGUIMIENTO Y ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN COLOMBIA -2015
dos documentos, pero lo cierto es que el pNd queda un poco corto en la medida en
que se da esta ausencia de herramientas con peso de ley para los numerosos temas
del buen gobierno.
Algunos artículos que sí están incluidos en la Ley 1753 se refieren al Sistema Nacional
de Estadística (SNe), en cabeza del daNe. Este tiene por objetivo que el suministro de
información estadística de carácter nacional y subnacional sea de calidad, producida
con “lenguajes y procedimientos comunes respetuosos de los estándares estadísticos
internacionales, que contribuyan a la transparencia, pertinencia, interoperabilidad, acceso,
oportunidad y coherencia de las estadísticas producidas en el país” (Ley 1753, art. 160).
Otros temas están relacionados con la gobernanza multinivel, como el artículo 140
relativo a las “cuentas maestras” para la transferencia de participaciones, y el 141 sobre
recursos para la estructuración de proyectos.
El asunto del presupuesto orientado a resultados se traduce en la ley, con mayor
precisión, a “Orientación de la inversión a resultados”, y se deja claro que se trata de
la inversión nacional y de las entidades territoriales (art. 148). Se mantiene la vaguedad
del documento de Bases del PND, pero es posible que con este artículo se lleve más lejos
la implementación de esta idea largamente aplazada.
También, en el artículo 159, “Obligatoriedad del suministro de información”, apa-
rece un tema atado a la transparencia y el acceso a la información pública que detalla
obligaciones para diferentes sujetos. Esto se alinea con la ley de transparencia y acceso
a la información.
Habría sido muy interesante que se desarrollaran los temas nuevos de transpa-
rencia para la paz y de gobernanza multinivel que se mencionan arriba, pues estos
tenían buenas posibilidades de contribuir al eje de buen gobierno. Sin embargo, estos
no quedaron reflejados en la ley. Tampoco están los temas que vienen del prap. Ahí
hay una lección de cautela: a pesar de su presencia continua en las bases del pNd por
varios gobiernos, la ley no los recoge y su posibilidad de cumplir los objetivos se ve
perjudicada con esto. Esto muestra una desconexión entre los técnicos de planeación,
que están tratando de introducir ideas novedosas de la gestión pública, y el Gobierno,
que no considera importante este asunto.
concLusión
En conclusión, la agenda del buen gobierno bajo el segundo periodo de Santos parece
haber sido capturada totalmente por la ocde, pero no es claro que el Congreso esté
recogiendo tampoco estas ideas de reforma, pues la mayoría no están en la ley. No
DEL BUEN GOBIERNO AL INGRESO A LA OCDE / ERIKA REDONDO , CAROLINA ISAZA 199
obstante, queda claro que esta será la prioridad para el Gobierno en este cuatrienio.
Los aspectos del buen gobierno no priorizados por el proceso de ingreso de Colom-
bia a esta organización han dejado de aparecer en el pNd, lo cual es lamentable, pero
comprensible dado el cambio de prioridades en esta coyuntura. La mención del tema
de transparencia en el contexto del posconflicto abre posibilidades interesantes, pero
su escaso desarrollo lo deja como un elemento puramente retórico, con poca claridad
sobre su contenido concreto.
referencias
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cional de Desarrollo 2014-2018: Todos por un nuevo país. Bogotá.
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Acceso a la Información Pública Nacional. Bogotá.
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Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (2013). Hoja de ruta para la
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Editado por el Departamento de Publicaciones
de la Universidad Externado de Colombia
en diciembre de 2015