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Universidad Autónoma de Nayarit

Área Ciencias Biológico Agropecuarias y


Pesqueras
Unidad Académica de Medicina
Veterinaria y Zootecnia

Clínica de Equinos
“fiebre equina del Potomac”

José Gerardo del Sol García.


Irving Salvador García Cabrales.

28/05/20
Resumen
La Fiebre equina del Potomac es una enfermedad infecciosa equina causada por
Neorickettsia (anteriormente Ehrlichia) risticii, bacteria Gram-negativa intracelular
obligada de la Familia Anaplasmataceae (Orden Rickettsiales, Género
Neorickettsia) descrita en 1984 en los Estados Unidos. El ciclo biológico de la
bacteria causante de la fiebre de Potomac no se conoce completamente, aunque
parece que el vector principal es un trematodo infectado con N. risticii. La
transmisión de N. risticii a los equinos ocurre cuando ingieren accidentalmente
insectos infestados con metacercarias (infectadas con N. risticii) durante el
pastoreo o comiendo heno, o al beber insectos que con el agua. También es
posible que los caballos puedan adquirir la enfermedad al ingerir cercarias con el
agua de bebida.La enfermedad en equinos se caracteriza por pirexia, anorexia,
enteritis, diarrea líquida, cólico y laminitis; se destaca por la presencia de marcada
leucopenia, principalmente linfopenia. El diagnóstico basado en la presencia de
signos clínicos y aspectos epidemiológicos como la estacionalidad y localización
geográfica no es definitivo. Para confirmar la infección es necesario hacer
aislamiento o detección de N. risticii en sangre o heces de los caballos mediante
cultivo o PCR.
Sinonimia
 Erlichiosis monocitica equina

Etiología
La Fiebre equina del Potomac es una enfermedad infecciosa equina causada por
Neorickettsia (anteriormente Ehrlichia) risticii, bacteria Gram-negativa intracelular
obligada de la Familia Anaplasmataceae (Orden Rickettsiales, Género
Neorickettsia) descrita en 1984 en los Estados Unidos.

Epizootiología
Los únicos estudios en los que se ha determinado la prevalencia de N. risticii se
han realizado en EEUU, donde es endémica. En 1996, Atwill y colaboradores,
obtuvieron un 7% de prevalencia en caballos no vacunados en el estado de Nueva
York. En California, Pusterla y colaboradores (2000), hallaron una seroprevalencia
del 15%. Otros estudios realizados en Ohio, Minnesota e Illinois reportaron
seroprevalencias del 13%, 24% y 26%, respectivamente. Se han descrito también
casos aislados en Canadá, América del Sur y Europa. La bacteria ha sido aislada
también en gato, perro, cabra, cerdo y ratón, aunque en estas especies, la
enfermedad cursa de forma subclínica. La fiebre del Potomac tiene carácter
estacional, manifestándose principalmente en primavera, verano y principios de
otoño, coincidiendo con la mayor proliferación de los potenciales vectores.

Patogenia
El ciclo biológico de la bacteria causante de la fiebre de Potomac no se conoce
completamente, aunque parece que el vector principal es un trematodo infectado
con N. risticii. El trematodo infecta caracoles acuáticos y acaba volviendo al agua
donde es ingerido a su vez por los estadios larvarios de numerosos insectos
acuáticos como las de los Órdenes Trichoptera, Ephemeroptera, Odonata y
Zygoptera. Se cree que la infección de los caballos de debe en la ingestión
accidental de insectos adultos que albergan N. risticii en la fase metacercaria de
un trematodo y que vuelan dentro de las cuadras o en los pastos o puntos de
agua. La bacteria origina una enterocolitis aguda en los caballos, en los que suele
localizarse en el interior de los monocitos de la sangre o macrófagos del tejido
linfoide. No se ha demostrado la transmisión por contacto directo ni por otros
vectores como garrapatas o pulgas, como ocurre en otras especies de la familia
Anaplasmatacea. La transmisión transplacentaria se ha demostrado
experimentalmente.

Transmisión
La transmisión de N. risticii a los equinos ocurre cuando ingieren accidentalmente
insectos infestados con metacercarias (infectadas con N. risticii) durante el
pastoreo o comiendo heno, o al beber insectos que con el agua. También es
posible que los caballos puedan adquirir la enfermedad al ingerir cercarias con el
agua de bebida.

Signos clínicos
 Depresión y anorexia.
 Fiebre (38.9-41.7)
 Diarrea.
 Deshidratación.
 Dolor abdominal (cólico).
 Enteritis.
 En casos graves puede producir laminitis.
 En hembras gestantes puede desencadenar aborto.
 Placentitis.
 Retención placentaria.

Lesiones
Los cambios patológicos más consistentes en la EME son la presencia de
contenido de líquido en el colon y el ciego más grandes, y áreas de hiperemia con
extensión y distribución variable en la mucosa del órgano. El contenido presente
en el intestino delgado varía de consistencia mucosa a acuosa, con áreas de la
mucosa que muestran hiperemia y congestión, y pueden ocurrir áreas con
lesiones intercaladas con áreas sin lesión.

Diagnóstico
 El diagnóstico basado en la presencia de signos clínicos y aspectos
epidemiológicos como la estacionalidad y localización geográfica no es
definitivo.
 Para confirmar la infección es necesario hacer aislamiento o detección de
N. risticii en sangre o heces de los caballos mediante cultivo o PCR. El
cultivo no suele hacerse de rutina debido a su dificultad y lentitud.
 Existen técnicas de PCR en tiempo real que permiten la detección del ADN
de la bacteria en menos de 2 h en muestras de sangre y heces (idealmente
ha de realizarse en las dos simultáneamente para incrementar la
sensibilidad) y suele ser la opción más empleada.
 El valor diagnóstico de la serología es limitado, aunque algunos caballos
pueden tener títulos elevados en el momento de la infección. De hecho,
suelen ser frecuentes los falsos positivos en las pruebas serológicas, lo que
dificulta el diagnóstico con técnicas indirectas.

Diagnóstico diferencial
La Ehrlichiosis debe ser diferenciada con otras enfermedades como: Anemia
Infecciosa Equina (AIE) y Piroplasmosis, infecciones que en equinos producen
anemia hemolítica aguda.

Tratamiento
Los caballos infectados en fases recientes pueden ser tratados con éxito
empleando oxitetraciclina (6.6 mg/kg IV). En animales que presentan enterocolitis,
es necesario administrar tratamientos de fluidoterapia. La laminitis, en el caso de
aparecer, es severa suele ser refractaria al tratamiento.

Prevención y control
Actualmente existen varias vacunas inactivadas comerciales. Estudios realizados
en animales infectados experimentalmente sugieren una eficacia vacunal en torno
al 78% aunque en condiciones de campo podría ser menor. Las medidas de
prevención más importantes pueden ser evitar zonas endémicas, la higienización
del agua y los bebederos y la instauración de medidas para evitar la presencia de
insectos en los establos.
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