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Además, debe tener mucho cuidado de alinear su documento con otros escritos
similares; es posible que los temas que está definiendo ya hayan sido
parcialmente definidos en otro documento. En ese caso, puede no ser necesario
redactar un nuevo documento, sino simplemente ampliar el existente.
4 Estructurar el documento
También tiene que tener cuidado de respetar las normas de su empresa para darle
un formato al documento; es posible que ya haya una plantilla con fuentes,
encabezados, pies de páginas y demás aspectos predeterminados.
5 Redactar el documento
El criterio general es que cuanto más pequeña sea la organización y menores
sean los riesgos, menos complejo será su documento. No existe nada más inútil
que redactar un extenso documento que nadie leerá; usted debe comprender que
la lectura del documento demanda tiempo y que el nivel de atención que uno le
presta es inversamente proporcional a la cantidad de líneas que tiene.
Una buena técnica para vencer la resistencia de otros empleados sobre este
documento (a nadie le gusta el cambio, especialmente si ello implica una especie
de obligación de cambiar regularmente las contraseñas) es involucrándolos en la
redacción o haciendo aportes al mismo; de esta forma comprenderán por qué es
necesario.
6 Conseguir la aprobación del documento
Este paso es un tanto evidente, pero su importancia fundamental es esta: si usted
no es un funcionario de alto rango en su empresa, no tendrá autoridad para hacer
cumplir este documento.
Es por ello que alguien en una posición de esa jerarquía debe comprenderlo,
aprobarlo y requerir activamente su implementación. Suena sencillo, pero créame;
no lo es. Este paso (y el siguiente) son donde la implementación fracasa con
mayor frecuencia.
Por lo tanto, es muy importante explicarles a sus empleados por qué es necesaria
esta política o procedimiento, por qué es bueno no solamente para la empresa
sino también para ellos mismos.
A veces, hará falta capacitación; sería incorrecto asumir que todos poseen las
habilidades y conocimientos para implementar nuevas actividades. Para usted,
que redactó este documento, puede parecer sencillo y evidente, pero para ellos
puede asemejarse a una cirugía cerebral.
¿Fin de la historia?
Si usted pensó que había llegado al final de la historia de la implementación de su
documento, está equivocado. El viaje recién empieza. No es suficiente tener una
política o procedimiento perfectos que a todos les encanta, también es necesario
mantenerlo.
Alguien debe velar por que este documento sea actualizado y mejorado, en caso
contrario, nadie lo seguirá teniendo en cuenta; y esa persona es, generalmente, la
misma que lo ha redactado. No sólo eso, alguien debe evaluar si este documento
ha logrado su objetivo; nuevamente, esta persona podría ser usted.
Como puede haber notado al leer este artículo, no es suficiente tener una
buena plantilla para contar con una política o procedimiento exitosos. Lo que se
necesita es un enfoque sistemático para su implementación. Y al hacerlo, no se
olvide de lo más importante: el documento no es un fin en sí mismo; es solamente
una herramienta para hacer que sus actividades y procesos se ejecuten sin
problemas. No deje que ocurra lo contrario; que un documento de este tipo
dificulte la ejecución de esas actividades y procesos.