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CONSTITUCIÓN
1) EL CONCEPTO DE CONSTITUCIÓN
Hay un concepto genérico de Constitución, que no es el que manejan los juristas (en
occidente al menos). Este se refiere a las normas que organizan los aspectos
fundamentales de una sociedad (“ubi societas ibi ius”). Estas normas suelen ser
jurídicas, mayoritariamente coactivas. El Derecho no se presenta como normas
aisladas, sino como un conjunto, un sistema, que regula cómo se crean, ejecutan e
interpretan las normas jurídicas.
Hay una serie de normas que regulan no las conductas sino cómo funciona el
sistema jurídico (quién crea el Derecho, cómo se aplica…). Las normas que deciden
los elementos esenciales de una sociedad son las constituciones, regulando el
ejercicio del poder y sus límites.
Defienden que se puede aplicar la razón para descubrir las leyes que rigen la
sociedad y llegar a controlarlas para organizarla de una manera racional. La
dignidad – el individuo – empieza a cobrar importancia frente a la sociedad
corporativa anterior. Se plantean las siguientes preguntas:
• ¿Para qué se manda? (Fin).
• ¿Hasta dónde se manda? (Límites).
• ¿Quién manda? (Titular).
• ¿Cómo se manda? (Forma del poder).
• Todo el Estado del siglo XIX se va a basar en la ley, ya que es la norma que
sale del parlamento, donde dominaba la burguesía y no el monarca, de
forma que predomina la codificación sobre la constitucionalización (la ley
es más importante).
El concepto actual de Constitución surge después de la IIGM. Una de las cosas que
hace que cambie el concepto es el sentimiento de culpa derivado de las atrocidades
cometidas sobre todo por Alemania, considerada antes como el núcleo de la
civilización. La Ley Fundamental de Bonn (nombre utilizado para designar la
Constitución promulgada en 1949 para la Alemania Occidental) se erigió como texto
referente y convierte la dignidad humana en un derecho fundamental.
La dignidad como centro hace que las constituciones posteriores a 1945 giren
alrededor de los derechos fundamentales, que constituyen unos principios que
estructuran todo el ordenamiento y a los que los jueces deben atenerse en su
aplicación e interpretación de las normas.
Europa quedó destrozada y con una economía precaria tras la IIGM, además de
estar acostumbrada a las malas decisiones tomadas por los gobiernos y de la
ocupación de la mitad oriental de Europa por parte de la Unión Soviética. Esto hace
que cobre importancia el Estado Social, un modelo de origen capitalista por el que
se realiza una fuerte redistribución de la renta por medio de impuestos progresivos
y servicios sociales gratuitos de calidad, y que se ve reflejado en los textos
constitucionales de posguerra, buscando reducir las desigualdades más radicales.
Tras la IIGM, las constituciones van a ser la norma jurídica suprema, que reconoce
la soberanía, derechos fundamentales… y tiene una característica muy importante
que es el Estado de partidos. En la participación política van a primar los partidos
políticos (organizaciones muy próximas al Estado y que son financiadas por este), de
El sistema político como tal existe en el seno de una sociedad y se relaciona con ella.
Se constituye como resultado del esfuerzo por crear un orden social voluntario y
racional, para que las relaciones humanas se desarrollen en un ámbito más o menos
ordenado. Ese proceso de crear un orden social es un proceso de normativización,
se dota a la sociedad de una serie de normas para que haya un cierto orden en las
relaciones entre los individuos.
La prueba para determinar que existe efectivamente un sistema político es que sus
mandatos sean eficaces, que produzcan efectos. En la época moderna, el uso de la
fuerza se ha concentrado en una unidad de poder que está estructurada, el Estado.
Para que exista un estado, tiene que haber legitimidad. El uso constante de la fuerza
para hacer cumplir los mandatos es muy costoso, y en términos generales los
miembros de la sociedad los cumplen voluntariamente. Esa voluntariedad es en lo
que se basan la mayoría de los sistemas políticos, en la aceptación de la autoridad
que establece ese ordenamiento jurídico. Esta aceptación suele ser por hábito
social, por creencias o porque se está de acuerdo. El consentimiento a la hora de
aceptar esas normas es lo que genera legitimidad en el sistema.
Las decisiones del poder político, que adoptan el carácter de normas jurídicas,
tienen la pretensión de ser al mismo tiempo válidas y eficaces; unen aplicabilidad y
legitimidad. De ahí deriva la permanente relación existente entre fuerza y Derecho,
y la idea de coerción proporcionada por el Derecho.
Hay que diferenciar entre normas con validez originaria (integran de manera directa
y visible la aplicabilidad y la legitimidad: la Constitución) y normas con validez
derivada (reciben su legitimidad y validez de otras normas).
El Estado niega el uso de la fuerza por los particulares, porque solo los agentes de
poder público o personas autorizadas pueden ejercerla en nombre del mismo
Estado. El Estado es monarquía en el sentido etimológico: un solo poder. Si bien hay
distintos núcleos de poder en una sociedad, la legitimación del uso de la fuerza la
tiene uno solo: el Estado.
Los factores de orden interior (como las revoluciones) y exterior (como las guerras)
son los que explican el cambio a lo largo del tiempo de los sistemas políticos. Desde
los sistemas pre-políticos (sociedades prehistóricas), se dio un paso a los sistemas
políticos pre-estatales (polis griega, Imperio Romano…).
Tras la llegada del Estado, este ha llegado a caracterizarse por sus órganos
despersonalizados, una administración propia, unas fronteras ciertas, leyes, un
ejército permanente…
La organización política del estado se basa en que sus decisiones son obligatorias y
el ciudadano no puede resistirse a su cumplimiento o alegar que no le afectan. Por
eso, cuando surgió el Estado se necesitó justificar su existencia misma, y por eso
existe desde el siglo XVII la Teoría del Estado, cuya finalidad es ofrecer un marco
ideológico que explicara la existencia misma del Estado. Necesitaba una explicación
porque la comunidad política dejó de verse como un hecho natural para ser algo
creado por la voluntad humana.
Los titulares de los poderes del estado son personas físicas, quienes en tanto que
realizan una función pública, se les asignan regímenes especiales de actuación.
Estado y sociedad se interrelacionan a través de una esfera pública que forma parte
del sistema político, en la que el Estado interviene por medio del Derecho y actúa
mediante instrumentos privados como las empresas. La sociedad participa con el fin
de determinar la vida del Estado, sobre todo a través de las elecciones.
Esa esfera pública se ha ido ampliando, y es ahí donde se producen los principales
debates y la competencia política. Los grupos y los individuos mismos se relacionan
en el sistema colaborando entre sí o compitiendo por el poder político. El Derecho
establece las condiciones a las que deben someterse los sujetos con la finalidad de
alcanzar una determinada decisión en cada uno de los procesos singulares.
La creación del Estado como núcleo central del poder y el sometimiento de este al
Derecho son los rasgos del constitucionalismo, que ha dado lugar al Estado
constitucional y el predomino del principio democrático.
B) EL TERRITORIO
Es el ámbito espacial estable donde el Estado ejerce sus potestades políticas y
jurídicas. El Estado dispone libremente de su territorio y puede excluir del mismo a
otro sujeto que pretenda ejercer el poder político (poder exclusivo y excluyente del
Estado).
Determina un límite espacial de las potestades del Estado. Se establece así dónde
son válidas y aplicables las normas jurídicas, porque el ordenamiento jurídico de un
Estado se compone de esas decisiones que solo son válidas y tienen aplicación en el
interior de su territorio.
La soberanía tiene una dimensión exterior (el poder estatal no está subordinado al
poder de ninguna otra comunidad política) y una dimensión interior (es la
comunidad la que ejerce la soberanía).
La disputa sobre quién debe ejercer la soberanía ha sido una constante tensión en
los últimos siglos. El Estado democrático se construye sobre la idea de que solo el
pueblo en su conjunto expresa la voluntad de la nación, rechazando el poder
atribuido a la soberanía oligárquica anteriormente existente.
• SISTEMA PARLAMENTARIO:
Junto a la existencia de una división de poderes, la Constitución fija
mecanismos para que esta división sea flexible y quede garantizada una
estrecha comunicación entre el ejecutivo y el legislativo.
Características:
En el año 1959 entran en el gobierno los tecnócratas, del Opus Dei, y España se
logra incorporar a la ola de crecimiento económico que tenía lugar en Europa
durante los años 60, a pesar de que España no pudo recibir el plan Marshall.
El jefe del Estado era vitalicio, y ejerció hasta 1973 como presidente del gobierno.
El gobierno era nombrado por Franco. Había unas cortes unicamerales elegidas por
tercios, y el Consejo Nacional del Movimiento (parecido al Senado actual). El
Consejo del Reino, de altos jerarcas militares y eclesiásticos, sirvió principalmente
para proponer a Franco candidatos a presidente del gobierno para cuando este
delegara el cargo.
El régimen entra en crisis debido a diferentes factores que se dan al mismo tiempo.
En primer lugar, el envejecimiento del líder junto con el asesinato de su mano
derecha, Carrero Blanco, y el empeoramiento de la situación económica, causada
en gran parte por la crisis del petróleo. A esto se añaden la crisis de Marruecos y el
aumento en la actividad terrorista de ETA.
• La existencia de una clase media creada durante los años 60 que supera la
oligarquía existente durante la República, y que goza de un cierto bienestar y
quiere un cambio tranquilo.
• Se produce una rebelión carlista y una importante huelga en Álava, que junto
a los atentados de ETA demuestran la debilidad del gobierno.
En julio de 1976, el Rey pide a Arias Navarro que dimita, tras lo que se abre la crisis.
Para nombrar a un Presidente, el Consejo de Regencia (el órgano más franquista),
debía proponer 3 nombres. Fernández Miranda idea un sistema de elección en el
que Adolfo Suárez, aun siendo el menos votado de los 3, es elegido por el Rey.
Crea entonces una nueva Ley Fundamental, la Ley Fundamental para la Reforma
Política, que permite el cambio de sistema. Esta parecía una ley de reforma del
sistema, pero no lo reformaba sino que lo cambiaba totalmente.
El proyecto de ley debía ser sometido a la votación de las Cortes franquistas y luego
a referéndum. Suarez consiguió mediante presiones que las Cortes votaran a favor.
Después, se somete a referéndum, y el PCE comete el error de pedir el voto en
contra. Se hace una gran campaña electoral y se celebra en diciembre de 1976. Fue
un proceso limpio y se votó a favor, con una gran participación.
Se lleva a cabo una política de decretos ley, y el Gobierno firma los tratados
internacionales por los que se incorporan los Derechos Humanos. El Real Decreto
20/1977 regula el sistema electoral.
Se legalizan una serie de partidos, pero la legalización del PCE no se produce hasta
la reunión de Carrillo y Suárez, en la que se pactan una serie de condiciones, de
forma que el partido aceptaba la monarquía y la bandera.
La UCD y el PSOE vieron conveniente pactar para hacerse con los votos del centro.
Se tarda casi año y medio en hacer la Constitución, hasta diciembre de 1977, lo cual
provoca cierto cansancio y descontento en la población, acrecentados por la crisis
económica y la actividad terrorista de ETA.
La de 1978 es una sola norma jurídica suprema que contiene una declaración
de derechos fundamentales garantizados y una división de poderes con
soberanía popular. Cuenta con un procedimiento de reforma integrado y
encarga al Tribunal Constitucional la interpretación del texto
Las comunidades históricas podían hacer sus Estatutos de Autonomía con las
competencias que quisiesen (principio de disposición). Las no-históricas
fueron adquiriendo competencias por una vía más lenta, pero las históricas
exigieron más para no equipararse a estas.
• Las sociedades actuales son menos pasivas que las anteriores, y demandan
una mayor participación política que la mera elección de representantes. Más
que cambiar la Constitución, en este caso habría que cambiar las leyes que la
desarrollan.
Artículo 1.1:
“España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que
propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la
justicia, la igualdad y el pluralismo político”.
A) ESTADO DE DERECHO
El Estado se Derecho se da cuando el Estado garantiza el ejercicio de los derechos
fundamentales, divide el ejercicio de poderes del Estado entre diferentes
instituciones y órganos, y subordina la actuación de estos a la ley (en cuanto
expresión de la voluntad del pueblo).
¿Por qué? Limitar el poder del Estado implica garantías para el pueblo, ya que su
ejercicio no es arbitrario (en la medida en que esté sometido a la Constitución, a la
voluntad del poder constituyente).
Artículo 1.2: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que
emanan los poderes del Estado”.
Esto implica una superación del liberalismo individual, porque tiene poco
sentido que el individuo no se organice, y lo grupos en torno a los que se
organiza son sujetos de la actividad política que compiten para alcanzar el
poder (los partidos políticos).
A la extensión del Estado social contribuye el crack del 29, una crisis que se extiende
hasta finales de la IIGM, generando un rechazo a la libertad económica absoluta, y
creando conciencia de la necesidad de intervención del Estado para evitar el caos. El
Estado debe tener un papel activo para garantizar el acceso de todos los ciudadanos
a servicios públicos esenciales.
Tras la IIGM, esta forma de Estado social ha sido asociada al concepto de welfare
state o Estado de bienestar.
Los que están incluidos en el Capítulo 3 del Título I solo son exigibles ante los
tribunales en función de las leyes que los desarrollen. Están recogidos como
un límite negativo al legislador, pero no son derechos fundamentales.
Artículo 6:
“Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la
formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento
fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su
actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su
estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”.
FASES EN SU EVOLUCIÓN:
• Fase de negación: A finales del siglo XVIII perturbaban la voluntad general
al representar a solo una parte de la sociedad.
Hans Kelsen: “Solo por ilusiones o hipocresías se puede sostener que la democracia
es posible sin partidos políticos. La democracia necesaria e inevitablemente requiere
un estado de partidos”.
• Financiación irregular.
En la legislación ordinaria:
• Ley de Partidos Políticos (LPP): LO 6/2002. Establece la ilegalización de
determinados políticos, de aquellos que están vinculados con ETA.
• Ley de Financiación de Partidos Políticos: LO 8/2008.
• Ley de Régimen Electoral General: LO 5/1985.
Se debe distinguir, en todo caso, entre reforma (167 CE) y revisión (reforma total o
cuasi-total, 168 CE).
• PROCEDIMIENTO DE REFORMA.
o El Proyecto Ley de Reforma debe ser aprobado por 3/5 de ambas
cámaras.
o Estudio del nuevo texto constitucional en las cámaras, que deberá ser
aprobado por 2/3 de ambas.
o Referéndum obligatorio.
La Ley Orgánica del TC (LOTC) añade que vinculará a todos los poderes públicos y
producirá efectos generales desde su publicación en el BOE, debiéndose entender
corregida la jurisprudencia de los tribunales por la doctrina derivada de las
sentencias del TC.
En primer lugar, para definir la ley, la Constitución opta por una definición formal,
fijándose en el órgano creador y el procedimiento por el que este manifiesta su
voluntad. Por tanto, la ley será el acto de las Cortes Generales emanado de forma
típica y solemne (siguiendo el procedimiento legislativo).
El artículo 134 establece que los Presupuestos Generales del Estado serán
iniciativa del Gobierno, sometiéndolo a determinadas condiciones.
Artículo 91 - CE: “El Rey sancionará en el plazo de quince días las leyes
aprobadas por las Cortes Generales, y las promulgará y ordenará su
inmediata publicación”.
Artículo 2.1 – CC: “Las leyes entrarán en vigor a los veinte días
de su completa publicación en el «Boletín Oficial del Estado», si
en ellas no se dispone otra cosa”.
B) LA FUERZA DE LEY
Aunque la ley ya no es la norma todopoderosa e incondicionada que era en el
pasado (ahora está sometida a límites constitucionales e instrumentos como el
recurso y la cuestión de inconstitucionalidad), sigue siendo la fuente más
importante del Derecho.
• Fuerza pasiva: Solo puede ser derogada, modificada o suspendida por otra ley
(es resistente a las demás fuentes del Derecho).
La Ley Orgánica viene regulada en el artículo 81 CE, que la define mediante dos
criterios:
• Criterio material: Establece, de forma general, unas materias que han de ser
objeto de ley orgánica, remitiendo otras a las reservas de ley orgánica
especificadas a lo largo de la Constitución.
Artículo 81 – CE: “Son leyes orgánicas las relativas al desarrollo de los derechos
fundamentales y de las libertades públicas, las que aprueben los Estatutos de
Autonomía y el régimen electoral general y las demás previstas en la Constitución”.
El Reglamento del Senado añade que una Comisión no puede vetar un texto del
Congreso (esto solo lo puede hacer el Pleno del Senado).
Es una fuente tradicional en todos los países de nuestro ámbito histórico y cultural,
y es resultado de un pacto que viene a añadirse al derecho no convencional,
producido por aquellos órganos cuya manifestación de voluntad supone la
concreción de la voluntad del Estado.
Artículo 94: “La prestación del consentimiento del Estado para obligarse
por medio de tratados o convenios requerirá la previa autorización de
las Cortes Generales (…)”.
El artículo 93 es una fórmula de habilitación del legislador orgánico para que pueda
limitar la soberanía del Estado español mediante la transferencia de alguna parte de
la misma a una organización supranacional.
Por tanto, el problema reside más bien en qué instancia será la competente
en una determinada materia para la ejecución del Derecho Comunitario, si el
Estado o las CCAA.
DERECHO ORIGINARIO
Son los Tratados nacidos del consentimiento por parte de los Estados soberanos. A
través de estos tratados se constituyeron inicialmente, se desarrollaron y se
ampliaron las Comunidades Europeas.
• Reglamento.
Es la fuente más completa y eficaz de todas las que están a disposición de la
Comunidad. La Comunidad adquiere el derecho a legislar directamente
respecto de las poblaciones de los Estados miembros sin pasar por la
mediación de las instancias nacionales.
Hay dominios de potestad reglamentaria en los que se produce una
delegación auténtica de la soberanía de los Estados miembros en beneficio de
la CEE.
Es una norma de alcance general, de obligado cumplimiento en todos sus
extremos y directamente aplicable en todos los Estados miembros,
incidiendo en el ordenamiento jurídico interno, que se ve materialmente
incrementado por los contenidos normativos en él previstos.
• Directiva.
Se vincula a todo Estado miembro que sea el destinatario de la misma en
cuanto al resultado que la Comunidad pretende alcanzar al dictarla, si bien se
deja al Estado afectado por la misma la elección de la forma y los medios más
apropiados para alcanzarlo.
• Decisión.
Acto no normativo que vincula exclusivamente al destinatario, Estado
miembro o particular, al cual le es notificada. Se trataría, por tanto, de algo
parecido a un acto administrativo, si bien hay que indicar que, cuando la
Decisión se dirige a varios Estados o a todos, su valor normativo puede
acentuarse de manera notable, no siendo entonces totalmente diáfana su
diferenciación del Reglamento.
El Derecho creado a través de estos actos por las instituciones de la CEE se convierte
automáticamente en Derecho interno de cada uno de los Estados miembros, sin
necesidad de una recepción de dicho Derecho a través de un acto de manifestación
de voluntad de dichos Estados.
Existe una estrecha conexión entre ellos, ya que el efecto directo de las fuentes del
Derecho comunitario implica que todo particular pueda solicitar al juez de su país la
inaplicación del Derecho nacional que sea contrario al comunitario (se supone la
primacía de este último).
El concepto de primacía se emplea como “preferencia en la aplicación” del
Derecho comunitario sobre el nacional (no como derogación de este por el
primero), y es predicable de todas las fuentes del Derecho comunitario
respecto de todas las del interno.
El modo de estudiar las relaciones entre estos Derechos está cambiando, ya que se
debe arrancar desde el Derecho comunitario para la comprensión del nacional.
Ocurre de la misma manera que la Constitución no es un “añadido” del Derecho
civil, penal… aunque estas normas se hubiesen impuesto antes que la Constitución.
En este artículo se distinguen 2 tipos de Tratados (por materia y por razón formal):
• Artículo 94.1: Requieren autorización previa de las Cortes. Son los Tratados:
o De carácter político o militar.
o Que afecten a la integridad territorial del Estado.
o Que afecten a derechos y deberes fundamentales (Título I CE).
o Que impliquen obligaciones financieras para la Hacienda Pública.
o Que supongan la modificación o derogación de alguna ley.
o Que exijan medidas legislativas para su ejecución.
Esta diferenciación tiene sentido, ya que los principios que presiden las relaciones
entre las fuentes del Derecho (competencia y jerarquía) desempeñan un papel
importante en las relaciones entre estas y los Tratados internacionales, a pesar de
no ser aplicables por completo al prescindir de la Constitución.
Por tanto, es imprescindible saber a qué nivel se produce la recepción del Tratado
por el Derecho interno.
En cuanto a las relaciones Tratados-Constitución, el artículo 95 establece que
los Tratados que contengan estipulaciones contrarias a la Constitución
deberán ser sometidos a una revisión constitucional (por parte del TC) previa
a su celebración. El TC se limitará a indicar al Gobierno y a las Cortes los pasos
necesarios para que el Tratado pueda incorporarse válidamente.
En cuanto a las relaciones Tratados-Ley, solo los Tratados del 94.1 tendrán
fuerza activa sobre la ley (pueden derogarla), pero todos tendrán fuerza
pasiva frente a esta (son inderogables).
Existen otros actos con fuerza de ley que no se elaboran por las Cortes Generales,
pero con un mandamiento específico, que son normas elaboradas por el Gobierno.
A) EL DECRETO LEGISLATIVO
Se regula por los artículos 82 a 85 CE, y se caracteriza por la excepción del
monopolio legislativo de las Cortes, que delegan el poder legislativo en el gobierno
para que lo sustituya y ocupe su lugar.
• Son Leyes de pleno, al menos por lo que a la técnica de habilitación por leyes
de bases se refiere. No cabe la habilitación al Gobierno para que dicte
decretos en las materias reservadas a Ley orgánica por el 82.1 CE. La
delegación será por ley de bases para la formación de textos articulados, o la
ley ordinaria para textos refundidos.
Es una excepción al margen del titular del poder legislativo, de ahí que se regule de
forma restrictiva. El constituyente, influido por experiencias anteriores, lo ha
regulado pormenorizadamente fijando un concepto positivo y negativo con la
posterior convalidación parlamentaria.
• Los derechos y libertades son todos los del Título I y no la sección reservada a
ley orgánica.
El del apartado 3, por el que se establece que en el plazo de 30 días las Cortes
podrán tramitarlo como proyecto de ley por el procedimiento de urgencia.
Por otro lado no son admisibles los reglamentos de necesidad para supuestos
reservados a Ley Orgánica en el artículo 116 CE.
Desde un punto de vista jurídico no está clara cuál es la naturaleza jurídica de dicha
norma. Formalmente, la cuestión parece estar resuelta de una manera muy clara en
la CE, ya que el artículo 81.1 dice expresamente que son Leyes Orgánicas las que
aprueban los Estatutos de Autonomía. Atendiéndonos a la dicción literal de este
artículo, los EA serían Leyes de Estado con el carácter orgánico y nada más, con la
única diferenciación en la iniciativa (que radica en la Asamblea de parlamentarios y
diputados provinciales).
Contra esta tesis: Solo se equipara a la Ley Orgánica en el plano formal. Diferencias:
• Delimitación de su territorio.
• Organización:
o Asamblea Legislativa (elección por sufragio universal y sistema de
representación proporcional de las diversas zonas).
Tras 5 años, los Estatutos del 143 pueden proceder a una reforma para
ampliar sus competencias a las materias del 149.
La ley autonómica:
Una vez aprobada, sin embargo, goza del mismo status normativo que la ley estatal,
relacionándose con ella en base únicamente al criterio de competencia.
Las relaciones entre ambas categorías son diáfanas y están presididas rígidamente
por el principio de jerarquía. Así ha sido desde los orígenes del Estado
constitucional propiamente dicho, y así continúa siendo, en la medida en que se
considera a la ley y al Reglamento en el sistema de fuentes del derecho del Estado
central.
El TC dice que “bases” o “legislación básica” es un concepto material, son las que
racionalmente se deducen de la legislación vigente, con lo que, podría entenderse
que se está haciendo referencia a la ley formal y que únicamente este instrumento
normativo podría ser utilizado para el establecimiento de las mismas, estándole
vedada la fijación de las mismas al gobierno mediante la potestad reglamentaria.
Las bases a las que han de ajustar su actividad las CCAA pueden estar definidas por
actos de muy diversa naturaleza, desde actos normativos de las Cortes Generales,
que debe ser lo normal, hasta normativos del Gobierno o incluso puros y simples
actos de ejecución.
• Ley de armonización.
• La forma Ley marco. Es el único caso en el que esta forma está expresamente
prevista en la Constitución para la distribución de competencias entre el
Estado y las CCAA, pues la “legislación básica” no debe ser entendida en este
sentido.
La Ley Orgánica de transferencias puede contener formas de control del Estado. Hay
Estatutos de la vía del 143 CE que han usado esta ley como alternativa a la reforma
estatutaria (Valencia y Canarias), con dudosa constitucionalidad.
C) LEY DE ARMONIZACIÓN
Esta ley juega en contra de las CCAA, y a favor del Estado, teniendo un carácter
rigurosamente excepcional. Proviene de las Constitución de 1931 y tiene las
siguientes características:
• Monarquía absoluta. La Corona concentra todos los poderes del Estado, con
algunas limitaciones en la práctica (derivadas de la Iglesia, gremios, fueros…).
La coronación de Juan Carlos se llevó a cabo según los términos previstos en la ley
sucesoria, por las Cortes Generales (que aún representaban al régimen). La
monarquía seguirá entonces la evolución marcada por la Ley para la Reforma
Política (1976), integrándose en el conjunto de instituciones del Estado y siendo
regulada por la Constitución (quedando así legitimada).
A) LA CORONA
El Título II se dedica exclusivamente a la “La Corona”, distinguiendo entre la Corona
(institución) y el monarca (encarnación temporal de dicha institución).
La Corona debe someterse siempre a la Constitución, por lo que el Rey debe prestar
su juramento al texto constitucional (al ser proclamado ante las Cortes Generales).
Esta exigencia supone la sumisión del Rey al ordenamiento jurídico.
Estos criterios de sucesión suponen una posible contradicción con el artículo 14 CE,
pues la preferencia del varón sobre la mujer constituye una discriminación sexual.
En esto se basa la iniciativa de reforma de la Constitución propuesta por el Gobierno
en 2005, que elimina del texto constitucional la preferencia del varón.
También se argumenta que la sucesión regia supone una limitación al acceso a los
cargos públicos, que debe ser en condiciones de igualdad (reconocidos en el
artículo 23). Sin embargo, la Corona no es exactamente un cargo público, sino un
status especialísimo transmitido por herencia.
En último caso, si se agotasen todas las líneas de sucesión llamadas en derecho, las
Cortes proveerán como mejor resulte a los intereses de España (artículo 57.3).
• Minoría de edad del Rey. Debe desempeñarla el padre o la madre del Rey o,
en su defecto, el pariente mayor de edad llamado a suceder.
A) EL REFRENDO
Debido a que el artículo 56.3 reconoce la irresponsabilidad del Rey por sus actos, se
exige el refrendo para la mayoría de estos.
Artículo 64.1: “Los actos del Rey serán refrendados por el Presidente del
Gobierno y, en su caso, por los Ministros competentes. La propuesta y el
nombramiento del Presidente del Gobierno, y la disolución prevista en el
artículo 99, serán refrendados por el Presidente del Congreso”.
o Dada la exigencia de refrendo en todos los actos del Rey, ¿sería posible
el mensaje real sin refrendo?
Artículo 117: “La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey
por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes,
inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley”.
Al Rey solo se le reconoce el ejercicio del derecho de gracia, con arreglo a la ley, en
el artículo 62 i). Ahora bien, este no surge de una iniciativa real, sino que es
competencia del Consejo de Ministros.
E) OTRAS FUNCIONES
El artículo 65 regula los actos de libre disposición del monarca. Son aquellos actos
internos de la monarquía, que no trascienden a terceros.
Artículo 65.1: “El Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global
para el sostenimiento de su Familia y Casa, y distribuye libremente la misma”.
Artículo 65.2: “El Rey nombra y releva libremente a los miembros civiles y
militares de su Casa”.
• Representación como división del trabajo. Los representantes son los más
capacitados para ejercer esa función.
• Funciones:
o Legislativas y de control al Gobierno.
La representación territorial del Senado es confusa. Una parte de los senadores son
elegidos por designación autonómica, y por otro lado la mayoría de los senadores
son elegidos por los electores en las circunscripciones provinciales. Los reglamentos
de las cámaras han intentado darle sentido al Senado como representante territorial
permitiendo la creación de grupos territoriales, el uso de lenguas cooficiales… El
Senado se considera una cámara de segunda lectura, ya que puede introducir
enmiendas a proyectos de Ley e incluso vetarlos. La capacidad de veto es limitada:
si vuelve al Congreso y se aprueba, ya no vuelve al Senado.
• Las CCAA designan un Senador y otro más para cada millón de habitantes de
su respectivo territorio.
3) Se divide el número de votos válido para cada partido entre cada uno de los
escaños elegidos en esa circunscripción (en este caso, 8 escaños).
• ¿Valen todos los votos lo mismo? (Un voto en Soria tiene mayor valor que un
voto en Madrid).
Derechos principales:
o Asistir con voto a las sesiones plenarias y de las comisiones de las que
forme parte.
o Asistir sin voto a las sesiones de las comisiones de las que no forme
parte.
Deberes principales:
o INVIOLABILIDAD.
Artículo 71.1: “Los Diputados y Senadores gozarán de
inviolabilidad por las opiniones manifestadas en el ejercicio de sus
funciones”.
o FUERO ESPECIAL.
Artículo 71.3: “En las causas contra Diputados y Senadores será
competente la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo”.
Se pretende que los parlamentarios sean juzgados por el órgano del
poder judicial que goza de las más altas cotas de imparcialidad,
independencia y cualificación jurídica: el Tribunal Supremo. Implica
también un límite, pues carecen del derecho al recurso de la sentencia.
Solo son elegibles los mayores de edad. Son inelegibles los miembros
de la familia real o miembros de órganos de relevancia constitucional
como el TC, los vocales del Consejo General del Poder Judicial, el
defensor del pueblo, jueces y fiscales en activo, militares en activo,
miembros de las fuerzas del Estado, miembros de la junta electoral…
Las materias que regula son las propias a sus funciones como cámaras de
representación.
o Sin embargo, no tiene la fuerza propia de una ley. Sus efectos externos
se reducen a la relación de las cámaras con otros órganos como
consecuencia del ejercicio de sus funciones constitucionales.
Son elegidos aquellos que tengan el mayor número de votos, y solo se puede votar a
un candidato para cada cargo, aunque en el Senado se permite anotar dos nombres
para los secretarios. Antes de ser elegida la mesa, se configura la mesa de edad, al
inicio de la legislatura.
Componentes de la junta:
Funciones de la junta:
• Pone en contacto a los órganos de gobierno con los grupos parlamentarios.
No hay una norma que establezca la periodicidad de sus reuniones, pero suele ser
una vez por semana. Para celebrar su primera reunión deben constituirse primero
los grupos parlamentarios.
A) PLENO
Es la reunión de todos los miembros electos que forman parte de cada cámara, al
haber adquirido la condición de diputado o senador.
Es el titular por excelencia de las funciones parlamentarias (las que no son atribuidas
expresamente por la Constitución a otro órgano). Se puede identificar con la
cámara, aunque en sentido estricto es un órgano funcional de esta. Lo preside el
Presidente de la cámara.
Hay dos comisiones en las que varía la representación: la comisión del reglamento
(a la que pertenece toda la mesa de la cámara y los diputados que cada grupo
designe) y la comisión del estatuto (un miembro de cada grupo y el presidente,
vicepresidente, secretario y vicesecretario).
Tipos de comisiones:
• Comisiones permanentes. Se mantienen durante toda la legislatura.
o Legislativas. Cubren las áreas de actuación sectorial política y
administrativa en correspondencia con los ministerios, y participan en
la elaboración de las leyes. Además, puede producirse la delegación
legislativa plena en este tipo de comisión, lo que implica la supresión de
la deliberación y votación final en el pleno (esta delegación puede
revertirse en cualquier momento).
A) DIPUTACIÓN PERMANENTE
La diputación permanente es un órgano de continuidad, porque asume funciones en
los periodos en que el pleno no se encuentra activo.
Artículo 78.1 – CE: “En cada Cámara habrá una Diputación Permanente
compuesta por un mínimo de veintiún miembros, que representarán a los
grupos parlamentarios, en proporción a su importancia numérica”.
Ejerce sus funciones hasta la constitución de las nuevas cámaras, y tiene que dar
cuenta de los asuntos y decisiones a la nueva cámara.
Requisitos numéricos:
• En el Congreso, un mínimo de 15 diputados, aunque ha sido modulada esta
exigencia, y hay grupos que pueden constituirse con menos si cumplen uno de
estos requisitos:
o Con 5 diputados, siempre que hayan obtenido al menos el 5% de los
votos en todo el territorio nacional (caso de IU).
o Criterio territorial: con 5 diputados si se obtiene al menos el 15% de los
votos en las circunscripciones en las que hayan concurrido a las
elecciones. Formaciones de Cataluña, País Vasco o Canarias.
Extinción:
• Por la decisión voluntaria de sus miembros.
Estructura:
Los reglamentos apenas prestan atención a la estructura, salvo en lo referido a la
figura del portavoz, que tiene presencia en la junta de portavoces. Esta poca
regulación se debe a la autonomía de los grupos para autoorganizarse.
• Competencia exclusiva:
Otros autores los consideran como verdaderos órganos de las cámaras en las que se
insertan. Otros los consideran como una extensión de los partidos en las cámaras.
La opción mixta será considerar que son un órgano del partido y la cámara
(son miembros de este y realizan sus funciones en esta).
“Las Cortes Generales ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus
Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias
que les atribuya la Constitución”.
A) FUNCIÓN LEGISLATIVA
Una vez elaborados y enviados a las cámaras, las CCGG los examinan, enmiendan y
aprueban. El proyecto pasa las fases del procedimiento legislativo. En el derecho de
enmienda, destaca la conformidad necesaria del Gobierno en aquellas enmiendas
que supongan aumento de gasto o disminución de ingresos. Se ha creado la figura
de las enmiendas constructivas: aquellas que incrementan el gasto deben decir de
donde lo financian, y las que disminuyen ingresos deben plantear donde reducen
gasto.
C) FUNCIÓN DE CONTROL
Las cortes controlan al Gobierno. Incluso la mayoría que respalda al Gobierno puede
interpelarlo. Este es un elemento central para exigir responsabilidades políticas si las
hubiera.
• Tras las elecciones, una vez constituidas las Cortes, el Rey inicia la ronda de
consultas con los representantes designados por los grupos políticos con
representación parlamentaria (no grupos parlamentarios). Los propios grupos
comunican al presidente del Congreso quién se reunirá con el Rey.
• Una vez celebradas las consultas, el Rey propondrá un candidato, a través del
presidente del Congreso (su intervención va a reforzar el carácter
parlamentario del proceso, pero el Rey tiene un alto grado de
discrecionalidad). La dificultad radica en si hay varios grupos con una
representación similar.
A) ÓRGANOS COLEGIADOS
• Consejo de ministros: Se identifica con el Gobierno porque es la expresión
colegiada de este. El Gobierno actúa a través del consejo de ministros, y se
suelen utilizar indistintamente ambos términos.
La función fundamental es la de formalizar jurídicamente, en cuanto órgano
colegiado, las decisiones políticas del Gobierno no reservadas al presidente.
Facultades:
o Aprobar proyectos de ley, proyectos de ley de presupuestos, decretos
ley, decretos legislativos y reglamentos.
o Acordar la negociación y firma de tratados.
o Actividades de naturaleza puramente administrativa (disponer la
emisión de deuda pública, crear o modificar órganos directivos de los
departamentos ministeriales, nombrar secretarios de Estado…).
o Declarar los estados de alarma y excepción, y proponer el de sitio.
En este decreto se debe especificar qué miembro del Gobierno presidirá esta
comisión y qué miembros y secretarios de Estado lo integrarán, al igual que el
reparto de funciones entre estos y cuál va a ser el régimen interno de
funcionamiento ordinario.
Otros órganos de apoyo son los gabinetes de cada ministerio o la oficina del
presidente del Gobierno, dedicados al asesoramiento.
Facultades:
o Representa al Gobierno.
o Convoca, preside y fija el orden del día de las reuniones del consejo de
ministros.
o Sanciona leyes.
Funciones:
o Desarrollar la acción del Gobierno en el ámbito de su departamento.
o Ejercer las competencias que les atribuyan las leyes, las normas de
organización y funcionamiento del Gobierno, y otras disposiciones.
Puede haber ministros sin cartera, que tengan funciones dentro del gabinete
pero no un departamento ministerial asociado (ministros portavoces).
A) EL RÉGIMEN DE INCOMPATIBILIDADES
Es riguroso, pues deben realizar su funciones en un régimen de dedicación exclusiva,
sin realizar otra actividad ya sea a tiempo parcial o completo (solo puede ser
parlamentario o gestionar su patrimonio a la vez que es miembro del Gobierno).
En mayo de 2001 el poder legislativo realiza una reforma del poder judicial
encaminada a impulsar la modernidad de la Administración de Justicia española,
dotar de un marco estable para una actualización integrante de la organización
judicial y garantizar con rapidez y calidad la tutela de los derechos de los
ciudadanos. Se negocian aspectos presupuestarios, funciones y responsabilidades.
• Policía judicial.
TRIBUNAL SUPREMO
No es órgano de primera instancia, no enjuicia hechos y decide sobre la aplicación
del derecho (excepciones en los casos de aforados).
B) PRINCIPIO DEMOCRÁTICO
La CE ha previsto que los ciudadanos podrán ejercer la acción popular y participar en
la Administración de Justicia mediante la institución del jurado, en la forma y en los
procedimientos penales que la ley determine, así como los tribunales
consuetudinarios y tradicionales.
Según el artículo 19 LOPJ, los integrantes del jurado tienen que ser personas con
todos sus derechos civiles y políticos, sin antecedentes y en determinadas
condiciones psíquicas y físicas. Se elige durante dos años en los que se interviene en
el caso de algún problema a juzgar, habiendo una percepción económica.
La justicia gratuita (119 CE) que exenta del pago de las tasas judiciales a quienes
acrediten insuficiencia de recursos para litigar.
C) PRINCIPIO DE UNIDAD
La jurisdicción, desde un punto de vista organizativo y estructural, responde a los
principios de unidad y estructura interna, necesidad lógica y política de la
independencia del servicio de la imparcialidad.
La unidad supone que todos los asuntos deben ser resueltos por tribunales
ordinarios integrados con carácter previo a la materialización del supuesto. La CE
prohíbe los tribunales de excepción y los tribunales de honor.
E) PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD
De acuerdo con la constitución en su artículo 9.3, no puede existir poder sin
responsabilidad. La responsabilidad de los jueces y magistrados es estrictamente
jurídica, mensurable y depurable, de conformidad con los parámetros de estricta
legalidad.
Podrán ser propuestos los jueces y magistrados de todas las categorías judiciales
que se hallen en servicio activo y no sean miembros del consejo saliente o presten
servicios en órganos técnicos del mismo.
El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial es
nombrado por el Rey a propuesta del propio CGPJ, adoptada por mayoría de 3/5 de
los vocales de la misma sesión constitutiva entre miembros de la carrera judicial o
juristas de reconocida competencia, con quien con más de 15 años de antigüedad
en su carrera o en el ejercicio de su profesión.
Se sitúa en la cúspide el Fiscal Jefe, seguido del teniente fiscal, y los restantes
fiscales de la correspondiente plantilla, bajo la superior jerarquía del Fiscal General
del Estado.
8) POLICÍA JUDICIAL
Regulada por el artículo 104 CE y la LO 2/1986, de 13 de marzo.
Uno de los autores principales es Hamilton, que ha definido el sistema difuso y que
explica que ninguna ley contraria a la Constitución puede ser válida. Así, deja claro la
labor del poder legislativo y limita la acción de las personas, llegándose a poder
prohibir si esta es contraria a la Constitución.
Según Hamilton existe una ley superior que ordena y otra ley que se somete. En
1803, define que el deber de los Tribunales de Justicia será la labor de declarar
nulos todos los casos contrarios en sentido directo a la Constitución. De esta
forma, se demuestra que para saber que una ley obedece a la que ordena, debe ser
un tribunal quién estudie la adecuación a la ley superior. Así, en EEUU la norma
suprema que se debe aplicar por los tribunales y que ninguna ley puede contradecir
es la Constitución.
Const., Fuentes y Órganos del Estado 147 Alba Lamas Fernández
Características de este sistema:
Pretende estudiar el Derecho sin ninguna esfera externa que lo contamine como
influencias políticas, históricas, sociales… Concibe un concepto de Derecho en el
que describe cuál es el orden superior del mismo y qué depende de este. Es una
manera de responder quién le da autoridad al Derecho para que sea norma o cuál es
el origen que le da esa fuerza para proyectarse sobre la autonomía de las personas.
Como conclusión, descubre que para que una norma tenga validez debe de haber
una norma superior, y para que esta sea superior, las inferiores no pueden
contradecirla. Así, para que exista un acatamiento de las normas inferiores es
necesario el establecimiento de un Tribunal de Garantías Constitucionales. Este
estará integrado por juristas de prestigio como jueces, abogados o catedráticos
elegidos por los tres poderes del estado asegurando la imparcialidad e
independencia. El primer ejemplo fue el previsto en la Constitución austriaca de
1920.
Características:
• Tiene prerrogativas ius commune. Por ejemplo, el derecho a una propia sede
protegida por los cuerpos policiales, con una sobreprotección y blindaje para
que este órgano no sea atacado o manipulado, ya que otros órganos no
deben interferir en el funcionamiento del Tribunal.
Una reforma de la LOTC dispone que los candidatos deben comparecer ante las
Cortes y someterse a preguntas de los grupos para su valoración según el art 16.2
LOTC. Es una práctica influida por el constitucionalismo de los EEUU.
Las propuestas de los órganos legislativos se hacen por un reparto de cuotas entre
partidos con representación y no se interpreta correctamente el art 159.1 que exige
3/5 para cada magistrado en cada uno y no por la cámara para un mismo cuerpo de
los 4 candidatos, se eligen uno a uno y no el grupo de 4. Y he aquí la necesidad del
consenso una comisión que negocie y debata sobre los candidatos.
Independencia e inamovilidad
Aparecen recogidas en el art 159.5 y el art.26 de la LOTC se determina que la
responsabilidad criminal de los magistrados será exigible ante la sala de lo penal del
TS, pero no garantiza la inamovilidad de los magistrados, se trata de una laguna
obvia que es descubierta exigiendo la aplicación del art 71.2 CE.
La doctrina de la STC 49/2008 lo consolida. Así la norma del art 17.2 LOTC advierte a
fines constitucionales de debate. Ante esta eventualidad el constituyente no
incorporó una correcta acepción dejando libertad a la legislación orgánica que según
el art 165 CE es la que decide el tiempo del ejercicio de un magistrado.
Presidente
Elegido por el pleno del TC en votación secreta por periodo de tres años (art 160 CE)
y es reelegible solo una vez (9.3 LOTC). Para ello es necesario obtener mayoría
absoluta, es decir, 7 votos, y si ha de repetirse la votación bastará con una mayoría
simple. En caso de empate se intentará una última votación y sino deberá de ser
elegido el de mayor antigüedad en el cargo o el de mayor edad. De idénticas
condiciones se elige al vicepresidente.
Tanto el Pleno como las Salas pueden constituir Secciones, que están presididas por
el Presidente respectivo e integran a otros dos magistrados. Estas se ocupan de las
decisiones sobre la admisibilidad o inadmisibilidad de los recursos de amparo.
Las Salas
Dos salas integradas por los magistrados y presididas por el presidente y por el
vicepresidente del Tribunal. Conocen de todos los asuntos que no sean competencia
del Pleno que puede abocar el conocimiento de cualquier asunto atribuido a una
Sala; las Salas pueden plantear cuestiones internas de inconstitucionalidad al Pleno.
Las Secciones
Cumplirán con la función trascendental en la depuración de la objetividad del
recurso de amparo, cribando la entrada de demandas, y dejando para sentencia los
asuntos verdaderamente relevantes, desde el punto de vista de defensa de la CE.
Pueden resolver por sentencia recursos de amparo que les atribuyen las Salas
cuando para la resolución del recurso se da aplicación de doctrina consolidada del
Tribunal Constitucional. Se componen por el presidente, o quien le sustituya, y dos
magistrados.
La Secretaría General
El secretario general es elegido por el Pleno entre los letrados de este. Ostenta la
jefatura de los letrados y la dirección de todos los servicios del Tribunal. El
reglamento prevé la figura de un secretario general adjunto.
Los letrados de adscripción ostentan los mismos derechos y deberes que los
letrados de carrera, pero son nombrados y revocados por el Pleno del
Tribunal en los términos que establece el reglamento orgánico. Se establece
que son nombrados por 3 años prorrogables por dos veces mediante
acuerdos trienales del propio pleno.
• El recurso de inconstitucionalidad.
• La cuestión de inconstitucionalidad.
• El recurso de amparo.
• Demás leyes, disposiciones normativas y actos del Estado con fuerza de ley.
• Tratados Internacionales
• Material: posee contenidos contrarios a la CE, es decir, una norma con rango
de ley contraviene una norma de contenido constitucional.
Legitimación
De acuerdo con el art.162.1 tienen legitimación activa para interponer un recurso de
inconstitucionalidad:
o Las CCAA no pueden promover el recurso contra las leyes del Estado
que no afecten a su propio ámbito de autonomía.
Plazo
Se inicia mediante demanda ante el TC en el plazo de tres meses a partir de la
publicación de la ley. Se amplía a 9 meses para el presidente del Gobierno y los
órganos colegiados ejecutivos de las CCAA siempre que:
Tramitación
Se inicia mediante demanda en la que deben expresarse las circunstancias de
identidad de las personas u órganos que ejercen la acción y de sus comisionados,
concretar la ley, disposición o acto impugnado y precisar el precepto constitucional
que se considera infringido.
B) CUESTIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
Procedimiento de control en vía incidental, prejudicial o indirecta que se caracteriza
porque cuando un juez o tribunal, de oficio o a instancia de parte, considera que una
norma con rango de ley aplicable al caso de que está conociendo, y de cuya validez
dependa el fallo, pueda ser contraria a la Constitución.
Oirá a las partes y al Ministerio Fiscal por término de 10 días para que aleguen lo
que deseen sobre la pertinencia o impertinencia de plantear la cuestión de
inconstitucionalidad. El juez resolverá sin más trámite mediante auto motivado con
testimonio de los autos principales y del alegado por las partes.
Sentencia
Se comunica al juez que planteó la cuestión, que resolverá el proceso principal a
tenor de los resultados del Tribunal Constitucional y se publicará en el BOE
produciendo también efectos erga omnes.
Actos recurribles
Hay tres vías de impugnación:
• La vía del art.42 de la LOTC: las decisiones o actos sin valor de ley emanados
de las Cortes o de cualquiera de sus órganos o de las Asambleas Legislativas
de las Comunidades Autónomas que violen los derechos y libertades
susceptibles de amparo constitucional. El recurso se plantea directamente
ante el TC una vez que la decisión o acto hay adquirido firmeza con arreglo a
las normas internas de las cámaras o asambleas. No hay la posibilidad de
acudir al agotamiento de la vía judicial previa, pero la jurisprudencia también
considera subsidiario este recurso frente a actos parlamentarios.
Plazo
Plazo de 20 días en los casos de la vía del artículo 43 de la LOTC, de 30 días en los
casos de la vía del artículo 44 LOTC y tres meses en el caso del recurso de amparo
directo.
Legitimación
• Legitimación activa: Está legitimada toda persona, natural o jurídica, que
invoque un interés legítimo siempre que hubiera sido parte en el proceso
judicial correspondiente o que sea la persona directamente afectada.
También está legitimado el Defensor del Pueblo y el Ministerio Fiscal. La
amplitud de la legitimación permite invocar el interés legítimo a que se
proteja el derecho fundamental vulnerado en otra persona y otras personas
distintas de quién reclama.
Existen siete supuestos en los que el tribunal apreciará en función que las
demandas de amparo tienen especial trascendencia constitucional:
Admitido a trámite el recurso de amparo la sala requerirá, con carácter urgente las
actuaciones de la autoridad de que dimane la decisión, acto o hecho impugnado o al
juez o tribunal que conoce del procedimiento. Las providencias de inadmisión solo
pueden ser recurridas en súplica por el Ministerio Fiscal.
Suspensión
La parte solicitante puede acordar la suspensión cautelar del acto de los poderes
públicos por razón del cual se reclama el amparo constitucional, cuando tal
ejecución ocasione un perjuicio que haría perder su finalidad al amparo. La
suspensión se tramita en pieza separada con audiencia de las partes y del Ministerio
Fiscal pudiendo acordarse con o sin afianzamiento.
Alegaciones
La sala dará vista de estas a las partes para alegaciones, por plazo de 20 días. Podrá
diferir la resolución del recurso a una de sus Secciones, plantear cuestión de
inconstitucionalidad al Pleno del Tribunal o pronunciar sentencia. El trámite de
alegaciones se puede sustituir por el de vista oral de oficio o a instancia de parte.
Producen efecto únicamente entre las partes del proceso salvo que del amparo surja
una cuestión interna de inconstitucionalidad.
El objeto de este recurso está limitado a los defectos e irregularidades que puedan
presentar las candidaturas en que puede aceptarse que su ámbito se extienda a
cualquier irregularidad ajena a la propia y de composición y presentación en tiempo
y forma legales de las mismas.
Son aplicables las normas del recurso de amparo, aunque con la flexibilidad que
requieren sus plazos sumarísimos. La ley 6/2002 reformada por la ley 3/2011
extendió estos recursos a los supuestos de proclamación o de exclusión de
candidaturas que intentan continuar en la actividad de un partido político ilegal,
disuelto o suspendido por su apoyo al terrorismo y no podrán presentar
candidaturas si existe similitud de estructuras y organización y funcionamiento. Sólo
están legitimados para interponer recurso el gobierno y el Ministerio Fiscal y la sala
especial del Tribunal Supremo resuelve estás impugnaciones que son susceptibles
del recurso de amparo electoral ante el Tribunal Constitucional.
El Tribunal entiende que son conflictos los que se susciten sobre las competencias y
atribuciones asignadas por la Constitución, los Estatutos de Autonomía, las leyes
orgánicas dictadas para delimitar los ámbitos propios del Estado y las CCAA que
opongan:
A) CONFLICTOS POSITIVOS
Cuando el Estado o CCAA han dictado disposiciones, resoluciones o actos que no
respetan el orden de competencias establecido en la Constitución, los Estatutos de
Autonomía o en las leyes orgánicas correspondientes. Pueden ser suscitados por el
gobierno o los consejos ejecutivos de las CCAA.
Pero los acuerdos del Gobierno vasco eran actos de trámite parlamentario que
constituyen la expresión de la atribución inherente a todo gobierno. Sin embargo, el
art. 161.2 contiene la explicación de distribución vertical del poder existente de los
estados descentralizados para obtener la subsistencia del Estado compuesto frente
a cualquier iniciativa para alterar su equilibrio. Cuando la inconstitucionalidad de
una proposición es evidente procedía haber admitido a trámite la impugnación y
haber acordado la suspensión de los acuerdos impugnados.
Las Normas Forales fiscales tienen rango reglamentario pero la Ley Orgánica las
sustrae del control normal de los tribunales del orden contencioso-administrativo.
Reforma la LOPJ y LRJCA otorgándose su control al Tribunal Constitucional. La
exclusión suscitaba dudas de inconstitucionalidad desde la perspectiva del derecho
a la tutela judicial efectiva de quienes antes podían acudir sin reparo ante los
tribunales ordinarios y no están legitimados ahora en los procesos constitucionales
de nuevo cuño que se han creado. Por ello la sentencia 118/2016 ha declarado en lo
esencial que la reforma es conforme a la Constitución.
Están legitimados las Diputaciones Forales y las Juntas Generales de los Territorios
Históricos de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa mediante acuerdo adoptado a tal efecto.
Los conflictos se tramitarán y resolverán con arreglo al procedimiento establecido
en los arts. 63 y siguientes de la Ley Orgánica Tribunal Constitucional para los
conflictos constitucionales.
Resumen
En este ensayo trazo una periodización de la historia constitucional comparada, de
acuerdo con un criterio más temporal que espacial. A este respecto, distingo cuatro
etapas: la originaria (1688-1776), que se desarrolla en la Gran Bretaña, la revolucionaria
(1776-1814), que tiene lugar en los Estados Unidos, Francia y el mundo hispánico; la
decimonónica (1814-1917), en la que se pone de relieve el contraste entre el
constitucionalismo europeo y el del otro lado del Atlántico; y, en fin, la de entreguerras
(1917-1939), origen en gran medida del constitucionalismo actualmente vigente. Dentro
de esas cuatro etapas señalo los diversos modelos constitucionales que se pusieron en
planta y las doctrinas que los inspiraron.
Bibliografía
En este breve repertorio bibliográfico incluyo tan sólo obras que se ocupan de la
historia constitucional desde una perspectiva comparada, por lo que omito aquellas
otras, mucho más numerosas y en algún caso de lectura imprescindible, que se limitan a
examinar la historia constitucional de cada nación. La abundante nómina de autores
italianos en este repertorio obedece a que la historiografía italiana se ha esforzado en los
últimos años, más que ninguna otra, por estudiar el constitucionalismo histórico desde
un enfoque más amplio que el puramente nacional, en el que todavía sigue anclada la
mayor parte de la historiografía constitucional de Europa y América.
(*) Petra Dobner y Martin Laughlin (eds.), The Twilight of Constitutionalism (Oxford
University Press, 2010). Alexander Somek, The Cosmopolitan Constitution (Oxford University
Press, 2014).
(1) M. Kumm, «The Best of Times and the Worst of Times», en The Twilight... (págs. 201-
202).
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el constitucionalismo contemporáneo francisco rubio llorente
bro recoge dieciséis contribuciones de otros tantos autores, todos ellos, con una
sola excepción, germánicos y angloamericanos, y ha sido estructurado por sus
editores, que en la introducción las resumen brevemente, en seis Partes (5) en
torno a temas cuyo inevitable solapamiento hacen cuestionable la utilidad de esa
división. El nivel de las distintas contribuciones es en todos los casos muy alto,
aunque desigual su contribución al análisis del problema, que en algunos casos
se utiliza sólo como punto de partida para montar uno de esos brillantes castillos
académicos de fuegos artificiales cuya finalidad principal es la de demostrar la
agudeza y erudición del autor.
La obra de Somek tiene una original estructura: la introducción resume el
detallado análisis que se desarrolla en los cuatro capítulos siguientes y de nue-
vo, en el apartado 1.º (Core Ideas) del quinto y último, se hace una exposición
sumaria del razonamiento desarrollado en los siguientes para fundamentar la
conclusión. Tal vez el autor ha intentado facilitar así el conocimiento del libro a
quienes por una u otra razón no lo leerán entero, pero quienes se contenten con
eso se habrán perdido lo mejor de la obra y ni siquiera tendrán una idea cabal
de su contenido, difícil de aprehender sin penetrar a fondo en las razones que
explican la audaz visión que Somek tiene de la historia del constitucionalismo
como una evolución que ha dado lugar a tres formas distintas que surgen suce-
sivamente, pero que coexisten con las anteriores, aunque no sin tensiones y no
en todas las partes del mundo del mismo modo.
Lo que da sentido al debate sobre el constitucionalismo contemporáneo es
la necesidad de dar respuesta, tanto en el plano descriptivo como en el norma-
tivo, a una realidad en la que si bien el planeta entero está dividido en Estados
nacionales, éstos «ejercen una parte significativa y cada vez mayor de su poder
a través de acuerdos internacionales o transnacionales que escapan al control de
la Constituciones nacionales» (6). Esta realidad nueva es producto de un pro-
ceso de cambios iniciado tras la Segunda Guerra Mundial y acelerado a partir
del último cuarto del pasado siglo en el que cabe distinguir dos aspectos distin-
tos. Hay, de una parte, modificaciones del Derecho Internacional Público, tanto
convencional como común, deliberadamente dirigidas a reducir la soberanía de
los Estados en aras de la paz y la garantía de los derechos. De la otra, cambios
(5) I. Constitutionalism and the Erosion of Statehood, II. The Question of Europe, III.Cons-
titutionalism without Democracy, IV. Constitutional Law and Public International Law, V. Global
Administrative Law, a viable Substitute?, VI. The emergence of societal Constitutionalism.
(6) M. Laughlin, «What is Constitutionalism?», en The Twilight..., pág. 43. No todos los
autores emplean los términos en el mismo sentido, pero en general se suelen considerar internacio-
nales los acuerdos concertados entre entes públicos y transnacionales aquellos de los que es parte
al menos una entidad privada «transnacional», esto es, que actúa en más de un Estado.
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el constitucionalismo contemporáneo francisco rubio llorente
cierto modo por encima de ellas, los Estados tienen hoy obligaciones frente a la
Comunidad Internacional en cuanto tal. Obligaciones erga omnes impuestas por
normas de ius cogens en cuya creación no han participado y que no pueden dero-
gar sino a través de otra norma aceptada por todos los demás miembros de la co-
munidad internacional, y que protegen bienes comunes a toda la Humanidad (7).
No son normas perfectas porque su sanción no asegura su cumplimiento,
pero esta imperfección no implica su invalidez. Ni la Declaración Universal de
1948 y el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, que forman ya parte del ius
cogens, ni las Convenciones Regionales de protección de los Derechos Huma-
nos impiden la violación de éstos, pero los Estados violadores, que no pueden
negarlos ni definirlos a su arbitrio, pueden ser denunciados por ello por sus
propios ciudadanos y sancionados de diversos modos, incluso, en el caso de vio-
laciones especialmente graves, mediante el empleo de la fuerza, dirigida contra
el Estado mismo, o empleada sin su autorización dentro de su propio territorio,
en el caso de los Estados «fallidos» (8).
B) Hoy ya nadie ve en el reconocimiento del individuo como sujeto del
Derecho Internacional, la reducción de la libertad de acción de los Estados, y
la erección de la Comunidad Internacional en un sujeto superior a todos ellos,
una crisis del Estado, sino un nuevo modo de ser que no altera su naturaleza ni
pone en riesgo su estructura jurídico-política, basada en una Constitución que
organiza el poder, establece sus límites y fundamenta tanto su legalidad como
su legitimidad.
Pero junto a esta transformación producto de un proceso por así decir idea-
lista y deliberado, está en curso desde el último cuarto del pasado siglo, otra,
en apariencia no deliberada, aunque impulsada por la versión neoliberal de la
economía de mercado, que es producto de la necesidad en que el Estado se ve
de hacer frente a fuerzas que actúan por encima de las fronteras nacionales. Es
una crisis que afecta a todos los Estados, pero no a todos por igual, puesto que
es muy distinta la capacidad que unos y otros tienen para enfrentarse con los
riesgos derivados de la globalización; especialmente la de los mercados, pero
también la de la información, e incluso la del crimen organizado.
El mercado global requiere regulaciones que exceden de los límites territo-
riales del Estado y da lugar a la aparición de actores transnacionales que esca-
(7) Vid. Ulrich Preuss, «Disconnecting Constitutions from Statehod», en The Twilight..,
págs. 44-5.
(8) Esta intervención está prevista tanto en la Convención para la Prevención y Sanción del
Delito de Genocidio de 1948 (en vigor desde 1951), como en el Estatuto de Roma de 1998 (en
vigor desde 2001) que ha creado el Tribunal Penal Internacional.
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el constitucionalismo contemporáneo francisco rubio llorente
pan a la jurisdicción de éstos. Para hacer frente a esta necesidad se han creado
organizaciones sectoriales, la más importante de las cuales es seguramente la
Organización Mundial del Comercio (OMC), dotadas de sus propios órganos
de solución de conflictos y de la posibilidad de imponer sanciones de distinto
género, pero más frecuentemente económicas.
Pero más que estas sanciones, de muy limitada eficacia para ordenar la
conducta de los actores transnacionales, se busca en nuestro tiempo lograrlo
por otras vías. Entre ellas, la de asociarlos a los organismos encargados del
«gobierno» mundial del sector o la de negociar con ellos la regulación apli-
cable. Éste es el meollo de la llamada «gobernanza». Un paso más allá se va
cuando son entidades privadas las que asumen el gobierno del sector (9), o las
encargadas de adoptar decisiones que condicionan profundamente su funcio-
namiento (10).
En ámbitos más restringidos, en primer lugar el financiero, la prevención
de riesgos y solución de crisis ha sido encomendada por los Estados a institu-
ciones puramente burocráticas (FMI, OMS, BM, Comité de Basilea, etc.), cuya
legitimidad se apoya más que en su origen, en la capacidad técnica que se les
atribuye. Esta tendencia de ámbito mundial se manifiesta con especial intensi-
dad en Europa, en donde se ve reforzada por el intento de crear instituciones
supranacionales que permitan la acción conjunta de los Estados miembros.
El «ejercicio en común» del poder de los Estados determina un profundo
cambio en el equilibrio constitucional entre los distintos poderes, que en el caso
de los sistemas parlamentarios casi llega a invertirse, situando al Ejecutivo por
encima del legislativo. Además de ello impulsa una reorientación de sus políti-
cas para adecuarlas a las exigencias del mercado; la externalización del poder
del Estado no es el origen de tal reorientación (disminución de los impuestos,
con el consiguiente cambio en el sistema de financiación, reducción del sector
público, privatización, sustitución de la justicia social por la justicia de merca-
do, etc.), pues ésta viene de la revolución neoliberal de los años ochenta, pero sí
(9) El ejemplo más conocido es seguramente el del ICANN, una sociedad privada sin ánimo
de lucro que administra el sistema de dominios de Internet.
(10) Un buen ejemplo es a mi juicio el de las Agencias de rating. Las normas sobre el Mer-
cado de Valores tanto en los Estados Unidos como en Europa, imponen a las entidades financieras
la obligación de atender las valoraciones que hacen de los títulos de deuda, pública o privada
estas Agencias puramente privadas y que tienen entre sus principales accionistas los Fondos que
invierten en estas deudas. Los esfuerzos que a uno y otro lado del Atlántico se han hecho para
regularlas (Ley Dodd Franck, Reglamento 462/2013) muestran muy claramente el debilitamiento
de la distinción entre lo privado y lo público propia de nuestro tiempo.
Revista Española de Derecho Constitucional
ISSN-L: 0211-5743, núm. 105, septiembre-diciembre (2015), págs. 371-387
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la vía más eficaz para llevarla a cabo a través de políticas de austeridad que los
Gobiernos pueden presentar como inevitables (11).
(11) Vid. W. Streeck y A. Shafer, Politics in the Age of Austerity (Wiley, 2013).
(12) Vid. M. Laughlin, op. cit., págs. 51-2. Pero no sólo condición de posibilidad. La de-
pendencia de la Constitución «moderna» respecto de la «antigua» se extiende también al conte-
nido. Es innecesario recordar el valor ejemplar atribuido a la Constitución histórica inglesa en la
obra de Montesquieu, etc.
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de la voluntad popular, de ser obra del poder constituyente. Este principio es por
el contrario el que centra los ataques de la crítica radical.
Es bien sabido, que la teoría del poder constituyente choca en la mayor
parte de los casos con la experiencia histórica real y encuentra grandes dificul-
tades para justificar la perpetuación en el tiempo del dominio de la generación
fundadora sobre las siguientes. Desde la perspectiva «triunfalista» del nuevo
constitucionalismo, no son éstas, sin embargo, sus mayores debilidades. Su de-
fecto capital está en la relación causal que en ella se establece entre Pueblo y
Constitución. La noción de poder constituyente, aun reducida a la condición de
mera hipótesis constructiva, lleva a una concepción voluntarista y estrictamente
positivista, que no vincula la existencia de la Constitución a un contenido que
asegure la libertad de la sociedad, la garantía de los derechos, ni la democra-
cia (13).
Son estos elementos básicos los únicos a incluir en una concepción ade-
cuada de Constitución que, de un lado, permita negar la constitucionalidad de
una organización arbitraria o tiránica del poder por mucho apoyo popular que
tenga, y del otro extenderla a estructuras de poder de un ámbito mucho mayor
que el del Estado-nación, a organizaciones internacionales como la ONU, o su-
pranacionales, como la UE. Una concepción normativista y no soberanista (14),
en la que la supremacía de las normas constitucionales no deriva de su origen,
sino de su eficacia para organizar un poder que no se impone por el recurso a la
violencia legítima, sino porque los sujetos a él admiten su pretensión de no tener
otra finalidad que la de proporcionarles seguridad y bienestar, le reconocen la
capacidad de hacerlo y confían en su compromiso de respetar sus derechos.
En esta concepción, la naturaleza constitucional de las normas no viene de
la voluntad de la que nacen, sino de su adecuación a un higher law, lo que ine-
vitablemente evoca el célebre «retorno del iusnaturalismo». El argumento que
M. Kumm aduce para negar que se trate de un retorno de ese género es el de que
este higher law se reduce a la exigencia de que el Derecho y la política dejen
fuera la teología y las concepciones omnicomprensivas del mundo, y decisiones
y normas sean producto de un procedimiento que sus destinatarios puedan iden-
tificar con una deliberación colectiva entre individuos libres e iguales (15).
(16) Petra Dobner, «More Law, less Democracy?», en The Twilight..., págs. 143-6.
(17) M. Kumm, op. cit., pág. 205.
(18) Junto a este principio básico, Kumm menciona, además, del «due process», otros dos
principios auxiliares: el de subsidiariedad, que ha de operar en ambas direcciones, y el de respeto
a los derechos. Vid. la referencia en Somek, op. cit., págs. 198-99.
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directa, de los demás poderes. De ahí que desde la sentencia de Marbury vs.
Madison, construida a partir de la equiparación simplista que el juez Marshall
establece entre Constitución y ley se hayan mantenido vivas las reservas que se
manifiestan en la objeción «antimayoritaria» y la doctrina del self restraint (21).
Pero sobre todo, esta solución ha llevado a emplear como criterio único de la
constitucionalidad la racionalidad y razonabilidad de las decisiones. Si el poder
actúa dentro de sus competencias y la finalidad que le lleva a limitar de los
ciudadanos es legítima, la decisión que limita la libertad es válida. Los dere-
chos imponen al poder obligaciones exclusivamente negativas; son derechos
de defensa y más en concreto, de defensa frente a la coerción del Estado. Para
asegurar la autonomía de los ciudadanos en sus relaciones recíprocas basta con
eliminar los privilegios «feudales» que perturban la libertad contractual y el
libre funcionamiento del mercado.
A diferencia del anterior, el constitucionalismo 2.0, cuyo modelo es el de
la Alemania de la postguerra, desvincula los conceptos de Constitución y po-
der constituyente. Somek se refiere sólo al sinsentido que hubiera implicado el
intento de atribuir la supremacía de la Grundgesetz a un poder constituyente al
que ni siquiera como ficción se apeló en 1948, pero podría añadirse que esa si-
tuación es la que se da también en las Constituciones otorgadas por las metrópo-
lis en el curso de la descolonización, o impuestas por un Tratado internacional,
como la de Chipre etc. La supremacía de la Constitución no se asienta ya en la
voluntad soberana de donde procede, sino resueltamente sólo en su contenido,
en su capacidad para garantizar los Derechos y asegurar la existencia de una
sociedad civil integrada por ciudadanos libres.
La aportación específicamente alemana a este segundo estadio del consti-
tucionalismo es una nueva concepción del sistema de los Derechos, cuya no-
ción básica no es ya la de libertad, sino la de dignidad humana. Una noción
procedente, a juicio de Somek, del personalismo católico o de otras doctrinas
cristianas, que no concibe los derechos simplemente como ámbitos de liber-
tad exentos de coerción, ni los circunscribe a la relación del ciudadano con
el poder estatal; la dignidad de la persona implica su plena autonomía para
desarrollarse sin carencias u obstáculos externos. No es, aunque el Tribunal
Federal haya afirmado con torpeza lo contrario, un Derecho más, sino la base
de todos ellos.
A partir del caso Lüth, en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional Fe-
deral Alemán, éstos no son sólo derechos subjetivos, sino también principios
objetivos del ordenamiento que el Estado ha de hacer valer en las relaciones
Esta tesis hegeliana, que Somek enlaza con la concepción del derecho como
orden concreto (22), es la propia del comunitarismo, por oposición al liberalis-
mo. Los Derechos universales, que pueden ser entendidos de modos distintos
y ponderados de manera diferente, sólo pueden realizarse en el seno de comu-
nidades concretas, particulares. Un cierto regreso al universalismo liberal se
inicia cuando la definición «particular» de los Derechos se somete al juicio de
los pares, y es precisamente este regreso el que señala el paso del constitucio-
nalismo 2.0 al siguiente estadio. El Derecho comparado se convierte en uno
de los más importantes métodos de interpretación y, sobre todo, se acepta la
jurisdicción de Tribunales Internacionales, cuyo más destacado exponente es el
TEDH. Se inicia así un pluralismo que lleva a un «diálogo entre jueces» en el
que si bien cada uno de ellos es dueño de sus propias decisiones, está obligado
a tomar en cuenta las ajenas e incluso a someterse a ellas cuando lo entiende
necesario, en virtud de un razonamiento complejo que no tendría cabida dentro
del constitucionalismo 1.0. Desde esta perspectiva, Somek ofrece un estupendo
análisis de dos categorías centrales en la jurisprudencia del TEDH, el «margen
de apreciación» y la «interpretación evolutiva».
El pluralismo es una convivencia de monismos cada uno de los cuales acep-
ta la validez de las decisiones o normas ajenas, no como consecuencia de una
inexistente supremacía, sino en virtud de su compatibilidad con los principios
esenciales del propio sistema y en aras de conseguir así una mayor eficacia en el
logro de objetivos comunes. Las sentencias Solange ofrecen un buen ejemplo de
este pluralismo, cuya «semántica» resume Kumm en las reglas antes citadas.
En este tercer estadio, el constitucionalismo se va desligando poco a poco
del Estado nación, junto al cual surgen unas estructuras de poder internacio-
nales o transnacionales que en su conjunto forman lo que Hegel llamaba el
«Estado externo». Un aparato burocrático racional, integrado por instituciones
destinadas a prevenir riesgos y hacer frente a las crisis, que respeta los derechos,
pero que no tiene como objetivo específico su protección, ni la realización de
la autodeterminación colectiva, y que tampoco procede de ella, sino de la con-
junción de conductas individuales. Asegura el funcionamiento del mercado y
con él la de una sociedad civil internacional concebida como una «comunidad
política de individuos privados» (prívate polity) «cuya actuación está orientada
por intereses particulares» (23), no por un inexistente interés «público».
nistía Internacional, Médicos sin Fronteras, la Organización del Comercio Justo o, en fin, los milla-
res de Organizaciones No Gubernamentales dedicadas a la cooperación en muy diversos sectores.
(24) Someck, op. cit., pág. 237.
(25) Someck acoge la tesis de W. Streeck y se remite a distintos trabajos de éste. La expo-
sición más completa del pensamiento de Streeck puede verse ahora en Buying Time. The delayed
crisis of democratic capitalism (Verso, 2014).
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(30) Ibid.
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