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UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE

FACULTAD DE HUMANIDADES

Departamento de Historia

“Ni hombres sin tierra, ni tierra sin hombres”.


Socialistas, politización campesina y propiedad de la tierra.
(Chile, 1932-1938).

Nicolás Acevedo Arriaza

Profesor Guía:
Rolando Álvarez Vallejos

Tesis para optar al título de Doctor en Historia

Santiago- Chile
2021

1
RESUMEN
La siguiente tesis indaga en la formación del Partido Socialista de Chile (PS) y su política agraria. Su
principal hipótesis plantea que este partido fue producto de la gestación de un movimiento de
organizaciones socialistas, las cuales se unifican en 1933, articulándose como alternativa a la crisis social
y económica de los años veinte y treinta. Su militancia, con una fuerte composición social de profesionales,
pero creciente de obreros en la medida que pasan los años, facilitó la politización de espacios rurales y
urbanos, pero a la vez lo restringió a los espacios de la política institucional, teniendo un discurso
revolucionario, pero sin salirse de los marcos legales de la Constitución de 1925. En el ámbito rural esto
se expresó en una relación con organizaciones de colonos y pequeños agricultores, respetando la
aspiración de propiedad de la tierra, que, a diferencia de los comunistas, promulgaban la colectivización
de esta. Esta influencia, en comienzo más paternalista que horizontal, les permitió crear redes de
reciprocidad política en las localidades y sindicatos, pero mucho menos disciplinada y más heterogeneidad.
En torno a la militancia, plantea que la expansión del PS se debió producto a la forma que se organizó
territorialmente, dando relevancia a los dirigentes locales, los cuales se conformaban mediante las redes
de apoyo que generaba con ayuda de su familia y parte de la comunidad. La familia fue relevante en la
conformación de dichos liderazgos, ya sea parejas e hijos e hijas, lo que hemos llamado “una militancia
ampliada”, sobre todo en espacios rurales, donde mientras el militante estaba organizando sindicatos o
comités, sus esposas, hijos e hijas se preocupaban de las labores de cuidado y trabajo económico.

Palabras Claves: Partido Socialista - Politización Campesina- Militancia- Masculinización de la


política

2
ABSTRACT

The following thesis investigates the formation of the Socialist Party of Chile (PS) and its agrarian policy.
Its main hypothesis is that this party was the product of the gestation of a movement of socialist
organizations, which were unified in 1933, articulating as an alternative to the social and economic crisis of
the 1920s and 1930s. His militancy, with a strong social composition of professionals, but a growing number
of workers as the years go by, facilitated the politicization of rural and urban spaces, but at the same time
restricted it to the spaces of institutional politics, having a revolutionary discourse , but without departing
from the legal frameworks of the 1925 Constitution. In rural areas this was expressed in a relationship with
organizations of settlers and small farmers, respecting the aspiration of land ownership, which, unlike the
communists, promulgated the collectivization of this. This influence, initially more paternalistic than
horizontal, allowed them to create networks of political reciprocity in the localities and unions, but much
less disciplined and more heterogeneous. Regarding the militancy, he argues that the expansion of the PS
was due to the way it was organized territorially, giving relevance to local leaders, who were formed through
the support networks that he generated with the help of his family and part of the community. The family
was relevant in the formation of said leaderships, be it couples and sons and daughters, what we have
called "an expanded militancy", especially in rural areas, where while the militant was organizing unions or
committees, their wives, children and daughters cared about caregiving and economic work.

Key Words: Socialist Party - Peasant Politicization- Militancy- Masculinization of politics

3
A mi hermosa familia: Camila, Simón, Antonia y ahora, Santiago.

A los y las presas políticas de la Revuelta.

4
Agradecimientos

La siguiente tesis es producto un largo peregrinaje, al menos desde el 2004 cuando la profesora
María Angélica Illanes me invitó a investigar en torno a la politización campesina y su relación con los
partidos de izquierda. Le agradezco a ella por su solidaridad y enseñanzas y a todas las familias que me
recibieron o acogieron para conversar sobre sus padres y madres socialistas: Lenka, Dunia, Jorge y
Danton (Q.E.P.D), descendientes de Alejandro Chelén; a Eliana y Alexandra, hija y nieta de Carlos Acuña;
Quielo y Yolanda, descendientes de Quelo Rivera; Adriana y Natasha (Q.E.P.D), hijas de Emilio Zapata;
Douglas, hijo de Manuel E. Hubner; Iván, hijo de Ramón Núñez; Cecilia Cerda, nieta de Migue Ángel Cerda;
Bristela Leiva (Concepción); Rolando Pinto (Santiago); Omar Araya (Viña del Mar); Demófila Astudillo
(Iquique); Paz Elena Sánchez (Mulchén); Carmen Faúndez (Q.E.P.D); Sergio Maurín; Arauco Chihuailaf,
Arturo Salinas y Mario Salinas. A René Cerda por presentarme a su hermosa familia sureña; Aníbal Pérez
por el contacto con su familia de Río Hurtado y María Isabel Vera por el contacto con Quielo Rivera en Los
Choapinos.
Pude dedicarme a tiempo completo gracias a la obtención de la Beca Doctoral de la Agencia
Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID)a quien agradezco el apoyo. La Universidad de Santiago de
Chile ha sido mi casa de estudio en los últimos años, donde desarrollé mis tesis de Magister y Doctorado
y conté con el apoyo de grandes profesoras y profesores como el Julio Pinto V., Verónica Valdivia, Mario
Garcés, Cristina Moyano, Carolina Pizarro e Igor Goicovic. Este último me alentó desde un primer momento
en esta investigación y conversamos en más de una ocasión en torno a su padre y el PS en el valle de
Choapa. En especial le debo mis agradecimientos a Rolando Álvarez Vallejos, maestro y amigo a quien
conozco desde los tiempos de ARCIS y ha influido no sólo en mi visión de la historia socio-política, sino
en la vida cotidiana. Por último, a los profesores Sergio Grez, Jorge Rojas Flores y Pablo Artaza. Éste
último, junto con Rolando, me han dado los mejores consejos académicos. También he conocido a
increíbles compañeras y compañeros como J. Ignacio Ponce, Araucaria Rojas, Oscar Peñafiel, Lorena
Ubilla, Yanny Santa Cruz, Enrique Gatica, Xaviera Salgado y Sebastián Osorio.
Agradecer a todas y todos quienes me facilitaron diversas fuentes, sea documentos, fotografías,
libros, etc.: Vicente Mellado, Margarita Caripan, Eduardo Godoy, Martín Llancamán, José Antonio Palma,
Diana Henao, Fernando Pairicán, Raquel Aránguiz, Jaime Navarrete, Camilo Araya, Camilo Santibáñez,
Víctor Muñoz Cortés, Camila Pérez, Manuel Lagos, Nicky Cerón, Bibiana Grandón, Jorge Navarro. Al
Museo Histórico Nacional por una serie de fotografías donadas y la Biblioteca Clodomiro Almeyda, sobre
todo a José Balaguer, un sitio fundamental para el estudio del socialismo chileno.
A Camilo Plaza Olmedo por su amistad y la revisión de los fondos de Ministerio de Interior en el
ARNAD y la Intendencia de Santiago en el Archivo Nacional de calle Miraflores.
A Brian Loveman quién desde el 2011 no ha dejado de solidarizar con libros, fuentes, documentos,
comentarios, críticas y las fotografías de Baltazar Robles que recibió de la mano de Bernardo Yuras.

5
A las y los grandes amigos y colegas: Denissa Jahari, que desde Indiana y Carolina del Norte ha
compartido fuentes, literatura y una tremenda amistad; Michael Reynold, cuyas conversaciones siempre
ha rebasado la historia, traspasando años y espacios; Pablo Alderete, con quién compartimos el amor por
los libros y la crianza.
Desde el Perú, las conversaciones y críticas de Jesús Cosamalón fueron fundamentales, sobre
todo para el capítulo seis de esta tesis. Además de conocer y compartir con los y las historiadoras Maribel
Arelucea, Dynick Asencios, José Carlos Aguero y Ricardo Caro. Lima será siempre mi lugar favorito para
volver.
A Matías Villa, amigo que se transformó en el más importante colaborador de investigación, sobre
todo por sus contactos con hijos e hijas de socialistas, además de un archivo prolífico de folletos y
fotografías de la izquierda.
A mi madre María Eugenia Arriaza por supuesto, por su ejemplo de solidaridad y fortaleza. Mi
padre Bernardo Acevedo, junto a Tania Montenegro y mi hermano Joaquín. A mi hermana Alejandra
Acevedo y mis sobrinos Adriano y Alonso Castro Acevedo. A Beatriz Salinas, Nicolás y Diego Silva. A
todes, les quiero mucho
Finalmente, a mi hermosa familia. El amor que hemos vivido en estos últimos años entre estallidos
y pandemia son invaluables. A Camila Silva Salinas, compañera, colega, feminista, libertaria, a quién amo
y admiro. He crecido demasiado junto a ella, aprendiendo del amor incondicional y la pasión por la historia
y la naturaleza. Ella junto a mis hijes Simón, Antonia y Santiago han sido imprescindibles para desarrollar
la presente tesis, han soportado injustamente mis enojos y desvelos… sepan que están presentes en cada
una de estas páginas. PD: A Cali, nuestra gata, también le debo cariño, aunque no se los diga siempre.

6
Tabla de Contenido

ABREVIACIONES…………………………………………………………………………………………. …. 8

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………….........9

CAPÍTULO UNO.
Crisis Económica, Migración Salitrera y Espacios de Sociabilidad (1912-1932) ……………………… 25

CAPÍTULO DOS.
La Colonización Agrícola como solución a la crisis y la Organización de Aspirantes a Colonos (1919-
1935). …………………………………………………………………………………………......................... 47

CAPÍTULO TRES
“¿Quién manda el buque?”. La Masculinización de la Política y el Socialismo Mesiánico (1932-
1941)…………………………………………………………………………………………………………… 72

CAPÍTULO CUATRO
“Un Partido de Trabajadores Manuales e Intelectuales”. Composición Social y Diferencias de Clases
(1932-1938). …………………………………………………………………………………………............. 102

CAPÍTULO CINCO
Por la defensa de los campesinos pobres. Política agraria socialista y acción de los pequeños
agricultores (1935-1938). …………………………………………………………………………………….136

CAPÍTULO SEIS
“Más chilenos y menos araucanos”. El Indo-americanismo socialista frente a las comunidades mapuche
(1938-1941) …………………………………………………………………………………………............. 168

EPÍLOGO…………………………………………………………………………………………...................200

BIBLIOGRAFIA…………………………………………………………………………………………….... 216

7
ABREVIACIONES

AN Archivo Nacional
APRA Alianza Popular Revolucionaria Americana
ARNAD Archivo Nacional de la Administración
ARS Acción Revolucionaria Socialista
BSCD Boletín de Sesiones de la Cámara de Diputados
CTCH Central de Trabajadores de Chile
DGT Dirección General del Trabajo
FMI Fondo Ministerio del Interior
FOCh Federación Obrera de Chile
FA Federación Araucana
FP Frente Popular
FUA Frente Único Araucano
IC Izquierda Comunista
MEMCh Movimiento Pro- Emancipación de las Mujeres de Chile
MOS Movimiento de Organizaciones Socialistas
NAP Nueva Acción Pública
PD Partido Democrático
PAP Partido Aprista Peruano
PCCh Partido Comunista de Chile
PS Partido Socialista de Chile
PSM Partido Socialista Marxista
PSU Partido Socialista Unificado
PR Partido Radical
URSS Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
USRACh Unión Social Republicana de Asalariados de Chile

8
INTRODUCCION

“Mi padre fue militante socialista toda su vida, y


me enseñó algo que nunca he olvidado: ‘Al PS no
siempre es fácil comprenderlo, pero siempre hay
que quererlo’…”.1

- Don Mario, pero ¿cómo se hizo socialista?


- Yo solo.
- ¿Cómo solo?
- Solo me metí, porque me gustó el Partido Socialista.
- Pero, ¿cómo lo conoció?
- Lo conocí cuando era campesino, si en el campo también hay
gente que era socialista, demócratas y toda la cosa (…) En
Chimbarongo yo conocí el socialismo, ahí me empezó a gustar el
socialismo, por la limpieza, la pureza del socialismo”.2

Escrita en pleno estallido social y la posterior pandemia, la siguiente tesis tuvo como
objetivo analizar la creación del Partido Socialista de Chile y su rápida expansión territorial y
electoral, enfocándome especialmente en su política agraria, para así entender cómo se entrelazó
con los procesos de politización campesina que se venían evidenciando a partir de la crisis
económica de los años treinta. Mis pretensiones fueron comprender el funcionamiento de este
partido político, su incipiente crecimiento, pero desde una óptica de la militancia y su relación con
la sociedad chilena. Para esto, me propuse analizar la experiencia de las y los socialistas -
entendidos como militantes y dirigentes, pero también sus familias, entre los años 1932 y 1938,
enfocándome no sólo en su relación con la dirigencia del partido, o los aspectos ideológicos, sino
también en las dimensiones económicas, sociales, culturales e incluso afectivas de estos;

1
“La política es con llorar. Hay afectos, sentimientos, pero a mí no me eligieron para ser un intrascendente”, El
Mercurio, Santiago (7 de agosto de 2016): Cuerpo C, p. 4.
2
Entrevista a Mario Salinas Oteiza, comuna de San Joaquín, Santiago, 11 de noviembre de 2011.

9
indagando tanto en su composición social, como en aspectos de su vida cotidiana. Esto la convierte
en una suerte de historia socio-política de los socialistas en Chile, conectando los conflictos
sociales locales, con los proyectos políticos a nivel nacional, “desde abajo hacia arriba”.3
Para ello, la militancia socialista fue comprendida no sólo referente a quienes se
inscribieron formalmente en un partido, sino a toda la extensa red compuesta por las bases
“sociales” en las que estaban inmersos los militantes, en especial, los miembros de la agrupación
y sus familias, es decir, padres, hermanos, esposas, hijos e hijas, parientes, etc., lo que he llamado
una militancia ampliada. Por lo tanto, más que un estudio del Partido Socialista (PS) he preferido
llamarlo una historia de los socialistas en Chile, tomando en cuenta sus diversas fracciones y
variantes.4 En esta ocasión me enfocaré en la relación que establecieron con el campesinado, ya
sea pequeños agricultores e inquilinos, dependiendo de las zonas geográficas a las cuales nos
refiramos. Si bien el estudio abarca la politización campesina a nivel nacional, tomaré
preferentemente los casos del Valle de Limarí y Choapa (Norte Chico); la provincia de Santiago
(Renca y Talagante); y Malleco (Mulchén), donde los socialistas tuvieron una fuerte presencia
electoral y social, disputando el poder municipal desde su gestación.
La elección estos sujetos sociales no ha sido al azar, sino por dos razones de relevancia:
primero, por la importancia como actor social y político del campesinado a lo largo del siglo XX
en América Latina, lo cual lo hace determinante para entender el desarrollo económico y político
de los países subdesarrollados, pero hasta el momento escasamente estudiada en su larga duración
durante dicho siglo.5 Por otro lado, porque al estudiar la dinámica de la militancia socialista con el
campesinado, inevitablemente tendríamos que referirnos al movimiento obrero, no así, si
estudiáramos el movimiento urbano, el cual difícilmente la historiografía lo estudia junto al
movimiento campesino.
En la siguiente tesis sostengo que los socialistas lograron politizar a diversos grupos de
campesinos en un período anterior a la reforma agraria, mediante una concepción amplia de la
militancia, que consistiría en conectarse con los líderes locales y sus familias; unificando sus

3
Una excelente discusión bibliográfica de cómo entender una historia socio-política en: Rolando Álvarez Vallejos,
Hijas e hijos de la Rebeldía. Una historia política y social del Partido Comunista de Chile en postdictadura (1999-
2000). (Santiago: LOM ediciones, 2019), 9-20.
4
Entendemos por socialistas como las colectividades que formaron el Partido Socialista (PS) en 1933, y sus múltiples
divisiones y reagrupaciones en el periodo estudiado. En lo concreto nos referimos al propio PS (1933), la Unión
Socialista (1937), al Partido Socialista de Trabajadores (1940-1944) y al Partido Socialista Auténtico (1944-1950).
5
Teodor Shanin (selección), Campesinos y sociedades campesinas. (Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica,
1979); Eric Wolf, Las luchas campesinas en el siglo XX. (Ciudad de México: Siglo XXI Editores, 1987).

10
conflictos territoriales con la política nacional, mediante la colonización como forma de
distribución de tierras. Este proceso de vinculación no fue necesariamente “clientelar” sino de
reciprocidad política, el cual se establecía por la convicción de la parcelación de tierras fiscales y
vendidas al Estado, no comprometiendo necesariamente el sistema hacendal, ya que, a diferencia
de los comunistas, los socialistas respetaban la noción de propiedad privada, tal como lo establecía
la Constitución de 1925. De esta manera, la expansión de los socialistas sería una combinación de
acciones y propuestas “populistas”, pero que provocaron dinámicas de politización y la gestación
de redes de poder local que se convirtieron en un soporte social en décadas posteriores para la
realización de una serie de transformaciones, como fue la reforma agraria de los años sesenta y
comienzos de los setentas del siglo XX.

***

El Partido Socialista de Chile (PS) fue fundado el 19 de abril de 1933, producto de la


unificación de diversas agrupaciones socialistas con una composición social multiclasista,
integrada por obreros, profesionales y sectores medios. Diferenciándose inmediatamente de su
antecesor, el Partido Comunista de Chile (PCCh), los socialistas buscaron representar a la clase
trabajadora mediante un discurso revolucionario, americanista y anti-imperialista, pero ocupando
los espacios institucionales del poder local y nacional (sindicatos, municipios, etc.).6 De allí que a
los pocos años, se convirtieron en una de las fuerzas políticas más importantes en el siglo XX
chileno, logrando participar en numerosas coaliciones de gobierno y organizaciones sociales y
sindicales. Esto se explica, en parte, porque el programa y la forma de practicar la política socialista
se conectaron con las necesidades concretas de las localidades en donde lograron insertarse y
porque integraron a militantes y sus familias de otros partidos, como antiguos miembros del
Partido Obrero Socialista y Democrático. A pesar de esto, aún no existe un corpus historiográfico
que analice la complejidad de la trayectoria de las y los socialistas, como han sido estudiados el
PCCh y el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR).7

6
Julio Faúndez, Izquierdas y democracia en Chile, 1932-1973. (Santiago: Ediciones BAT, 1992), 36-38.
7
Destacó los siguientes estudios de ambos partidos: Julio Pinto y Sebastián Leiva, “Punto de quiebre: el MIR en los
ochenta”, en Verónica Valdivia, et. all, Su revolución contra nuestra revolución. Izquierdas y derechas en el Chile de
Pinochet. Vol. II. La pugna gremialista- marxista en los ochenta (Santiago: LOM ediciones, 2008), 83-138; Rolando
Álvarez, Arriba los pobres del mundo. Cultura e identidad política del Partido Comunista de Chile entre democracia
y dictadura 1965- 1990 (Santiago: LOM ediciones, 2011); Sergio Grez, Historia del comunismo en Chile. La era de

11
Evidentemente han existido esfuerzos académicos que recogen parte de la historia del PS,
en un comienzo por autores extranjeros, pero que se han enfocado generalmente en temáticas
políticas, económicas y culturales de los socialistas, sin considerar mayormente sus aspectos
sociales, como la militancia de base, la perspectiva de género o el sindicalismo urbano y rural.8
Los propios socialistas han pensado e investigado la trayectoria de su partido, pero tensionado por
sus propias subjetividades y énfasis producto de sus vivencias personales. Es el caso de Julio César
Jobet, quien además de ser dirigente socialista, fue un importante historiador e ideólogo de dicha
colectividad. Su obra se concentró sobre todo en la noción del marxismo recepcionado por la
dirección del partido y los principales conflictos políticos que se enfrentaron en los congresos y
eventos programáticos.9 Jobet además editó en tiempos de la Unidad Popular junto a Alejandro
Chelén Rojas un libro en torno a la trayectoria del PS el cual contiene una serie de escritos de
carácter tácticos, pero que algunos pasajes hacen referencias a la historia del PS, como el escrito
de Chelén el cual expresa que el desarrollo de su partido habría comenzado con una falta de
“virilidad” e incapacidad dialéctica sobre todo en el periodo del Frente Popular donde el Partido
Radical tendría la hegemonía.10 Por lo demás, Chelén editó en Argentina una historia crítica del
PS, desde sus orígenes hasta 1964. Allí mencionó el tema agrario, criticando a su partido, el cual

Recabarren (1912-1924). (Santiago: LOM ediciones, 2011); Olga Ulianova, Manuel Loyola y Rolando Álvarez
(editores), 1912- 2012. El Siglo de los comunistas chilenos. (Santiago: IDEA, 2012); Igor Goicovic, Trabajadores al
poder. El Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y el proyecto revolucionario de Chile 1965-1994.
(Concepción: Escaparate Ediciones, 2016); Jorge Navarro López, Revolucionarios y parlamentarios. La cultura
política del Partido Obrero Socialista, 1912-1922. (Santiago: LOM ediciones, 2017).
8
Jack Ray Thomas, “The evolution of a Chilean Socialist: Marmaduke Grove”, The Hispanic American Historical
Review, Vol. 47, N° 1 (febrero de 1967): 22-37; Paul Drake, “The Chilean Socialist Party and Coliation Politics, 1932-
1946”, The Hispanic American Review, Vol. 53, N° 4 (1973): 619-643; David R. Corkill, “The Chilean Socialist Party
and The Popular Front 1933-1941”, Journal of Contemporary History, Vol. 11, N° 2-3 (jul., 1976): 261-273; Paul W.
Drake, Socialism and populism in Chile 1932-1952 (Urbana: University of Illinois Press, 1978); Benny Pollack and
Hernán Rosenkranz, Revolucionary social democracy. The Chilean Socialist Party (London: Palgrave Macmillan,
1986); Leopoldo Benavides, “La formación de la izquierda chilena. Relaciones entre el Partido Comunista y el Partido
Socialista”, Documento de Trabajo. Programa Flacso Chile, Número 389 (diciembre 1988); Luis Ortega, “Del Frente
de Trabajadores al Congreso de Chillán. Los socialistas de Chile entre 1956-1967”, Palimpsesto, Vo. 1, N° 1 (2004);
Edison Ortiz González, El Partido Socialista de Chile: de la fragmentación a protagonista de la transición (1973-
2000), Tesis doctoral (Valencia: Universitat de Valencia, 2005); Víctor Muñoz Tamayo, “El Partido Socialista de
Chile y la presente cultura de facciones: Un enfoque histórico generacional (1973-2015), Revista Izquierdas, N° 26,
(2016): 218-255; Víctor Muñoz Tamayo, “Militancia, fracciones y juventud en el Partido Socialista Almeyda (1979-
1990)”, Revista Izquierdas, N° 37 (diciembre 2017): 226-260; Joaquín Fernández Abara, “Nacionalismo y marxismo
en el Partido Socialista Popular (1948-1957)”, Revista Izquierdas, N° 34 (julio 2017): 26-49; Pablo Garrido González,
Clasistas, antiimperialistas y revolucionarios. Trayectoria política e intelectual del socialismo chileno
contemporáneo, 1932-1973 (Santiago: Ariadna Ediciones, 2021).
9
Julio César Jobet, Historia del Partido Socialista de Chile. 2 vol., Ediciones Prensa Latinoamericana, Santiago 1972;
Julio César Jobet, Los fundamentos del marxismo, Ediciones Prensa Latinoamericana, Santiago 1964.
10
Julio César Jobet y Alejandro Chelén, Pensamiento teórico y político del Partido Socialista, Quimantú, Santiago
1972, pp. 211-212.

12
producto de la burocratización en tiempos del Frente Popular, se habría amoldado a los vicios del
régimen, ocasionando un grave problema a la organización campesina.11 En tiempos de la Unidad
Popular, Fernando Casanueva Valencia y Manuel Fernández publicaron otra historia crítica,
planteando que desde un comienzo la dirección del PS estaba hegemonizada por sectores medios,
los cuales fueron más propensos a la colaboración de clases, pero por otro lado, la verticalidad de
su estructura se combinaba con una horizontalidad en la base, que permitía el debate amplio en la
militancia.12 En torno al tema agrario, Casanueva y Fernández dijeron que “una de las grandes
oportunidades desaprovechadas por el Partido fue la de no haber organizado un sólido movimiento
campesino”.13 Tanto este texto, como el de Chelén Rojas no fueron editados por la Editorial PLA,
oficial del PS, producto de la aguda crítica que conllevaban. 14 Belarmino Elgueta, diputado
originario de Chiloé, enfatizó en su libro El Socialismo en Chile, en los grandes procesos políticos
y sociales donde se inserta la formación del PS, destacando el debate ideológico más que el
comportamiento práctico de la colectividad y la relación entre militancia y dirigencia. 15 Elgueta,
que fue parte del Comité Central del PS y crítico de la Concertación en los años noventa, colocó
especial atención a la burocratización de los socialistas en el Frente Popular y la tensión entre
movilización e institucionalización. Lamentablemente ni Casanova/ Fernández, ni Elgueta
profundizaron o dieron ejemplos concretos de dicha influencia de las bases sociales a las
direcciones.16
Pero, sin duda, uno de los trabajos más influyentes en la forma de entender los orígenes y
el desarrollo del PS es el de Paul W. Drake.17 Su hipótesis, aunque matizada con el tiempo, planteó
que Chile no fue una excepción del fenómeno populista latinoamericano, sobre todo en las décadas
treinta y cuarenta con la formación del PS y el Frente Popular. En el caso de los socialistas, según
Drake, formaron un partido multiclasista, con una fuerte composición de la clase media; que
incorporó las demandas populares, pero sin aspirar a una revolución rupturista, sino mediante el
camino de la institucionalidad. Por último, estuvo liderado por fuertes personalidades como

11
Alejandro Chelén Rojas, Trayectoria del Socialismo. Apuntes para una historia crítica del socialismo chileno
(Buenos Aires, Editorial Astral, 1967).
12
Fernando Casanova Valencia y Manuel Fernández Manque, El Partido Socialista y la lucha de clases en Chile
(Santiago: Quimantú, 1972), 110-113.
13
Ibid., p. 140.
14
Entrevista a Sergio Maurín, comuna de Providencia, Santiago, 27 de febrero de 2017.
15
Belarmino Elgueta, El socialismo en Chile: una herencia yacente. (Santiago: Tiempo Robado Editoras, 2015).
16
También ver: Ricardo Núñez M., El gran desencuentro. Una mirada al socialismo chileno, la Unidad Popular y
Salvador Allende. (Santiago: Fondo de Cultura Económica, 2017).
17
Paul Drake, Socialismo y populismo. Chile 1936- 1973. (Valparaíso: Universidad de Valparaíso, 1992).

13
Marmaduque Grove, un militar, no marxista, casi idealizado por su protagonismo en la República
Socialista de 1932, el cual, según la lógica de Drake, cabría en el caudillo populista.
Más allá que siga siendo un texto de cabecera, bien fundamentado y con un valioso cuerpo
de fuentes, expondré dos discrepancias con su propuesta. En primer lugar, la concepción de
populismo del PS está ambiguamente aplicada a lo largo del libro. 18 Autores, como José del Pozo,
Alan Knight y Francisco Zapata, han refutado que Chile haya tenido un sindicalismo populista,
como en Argentina, Brasil o México, sino, más bien, existió un sindicalismo con una importante
autonomía de los gobiernos, a lo que Francisco Zapata entendió como “sindicalismo de clase”.19
Posteriormente, a fines de los años noventa, el propio Drake debió reconsiderar estos aspectos,
planteando que efectivamente el fenómeno populista que vivió Brasil, Argentina o Perú, no es
posible observarlo en el siglo XX chileno, salvo en el gobierno del Frente Popular. Por lo demás,
insistió que, en un comienzo, el PS se identificó con una práctica política populista, pero que
posteriormente no prosperó.20 De esta forma, aunque cuestionada en algunas ocasiones, la
concepción populista ha seguido siendo una “clave” para entender algunos fenómenos en Chile y
América Latina.21
Este debate, de enorme importancia en el pensamiento latinoamericano, al contrario de
estar clausurado, nos permite incorporarnos en el contexto continental donde han existido
experiencias como el peronismo y el aprismo, que además de ser contemporáneas al desarrollo del
socialismo en Chile, tuvieron ciertas conexiones o recepciones.22 En el caso de la Alianza Popular
Revolucionaria Americana (APRA), agrupación peruana que tuvo una intensa relación con
algunos miembros de la dirección del PS, influyó en su concepción de Indoamérica y anti-
imperialista, pero se limitó a una parte de su dirigencia, la más ligada al anticomunismo. Con esto

18
Brian Loveman, The American Historical Review, Vol. 84, N° 2 (apr., 1979): 600.
19
Francisco Zapata, Autonomía y subordinación en el sindicalismo latinoamericano (Ciudad de México: Colegio de
México – Fondo de Cultura Económica, 1993), 45; José del Pozo, “Le période d’alliances politiques multiclasistes au
Chili (1936-1956): Populisme ou autonomie de classes?”, Canadian Journal of Latin American and Caribbean
Studies, Vol. 13, N° 25 (1988): 7-27; Alan Knight, Revolución, Democracia y Populismo en América Latina
(Santiago: Universidad Católica de Chile- Centros de Estudios Bicentenario, 2005), 251-255; Jorge Vergara Estévez,
“El populismo latinoamericano y el sistema político chileno”, en Martha Márquez Restrepo, Eduardo Pastrana y
Guillermo Hoyos Vásquez (Editores), El eterno retorno del populismo en América Latina y el Caribe, Clacso (Bogotá:
Universidad Javeriana, 2012), 261.
20
Paul Drake, “Chile’s Populism Reconsidered, 1920s-1990s”, en Michael L. Conniff, Populism in Latin America
(Tuscaloosa: The University Alabama Press, 2012), 71-85.
21
Julio Pinto Vallejos, “¡La cuestión social debe terminar! La dictadura de Carlos Ibáñez en clave populista, 1927-
1931”, Historia, N° 53, Vol. II, Universidad Católica de Chile (julio-diciembre 2020): 591-629,
22
Sobre populismo en América Latina recomiendo: Maristella Svampa, Debates latinoamericanos. Indianismo,
desarrollo, dependencia y populismo (Buenos Aires: Edhasa, 2016), 260-307.

14
propongo que, si bien pudo haber liderazgos y propuestas de estilo populistas, esto no fue
homogéneo dentro de los socialistas chilenos, sino en sectores más cercanos a Marmaduke Grove
o a Oscar Schnake, tropezando con una tradición más ‘clasista’ del movimiento popular. A
comienzo de los años cincuenta, cuando el aprismo fue virando hacia posturas de derecha, el
socialismo chileno estaba entrando en un segundo período denominado Frente de Trabajadores,
alejándose precisamente de las posturas populistas.23 En el caso argentino, los últimos estudios en
torno al peronismo han destacado la agencia de los movimientos locales y militantes, los cuales no
eran necesariamente una simple correa de transmisión de los caudillos nacionales.24
Como segundo elemento crítico, Drake no logra explicar íntegramente la relación que
desarrolla la dirigencia con su militancia, es decir, las bases socialistas fueron expuestas en aquel
texto como una masa dirigida, estática, sin capacidad de agencia, ni protagonismo. Lo mismo
sucede con el proceso de politización campesina ocurrido en las décadas del ’30 y ‘40, el cual
Drake no sólo no aborda, sino que descarta.25 De manera que “Ni hombres sin tierra…” parte de
la base que debemos comprender nuevamente la dinámica de politización que existió entre este
partido y sus bases militantes, pero enfocándonos no sólo en los dirigentes ni en la ideología
propuesta por el partido, sino en la propia experiencia de los militantes y tendencias, por lo cual
nos dará un escenario más amplio para comprender el funcionamiento de este y otros partidos
políticos y la politización campesina. Mi apuesta fue aportar en una noción más amplia de entender
estas agrupaciones en el siglo pasado.

***

23
Luis Alberto Sánchez, Testimonio personal. 2. El Purgatorio 1931-1945 (Lima: Mosca Azul Editores, 1987); Fabio
Moraga Valle, “¿Un partido indoamericanista en Chile? La Nueva Acción Pública y el Partido Aprista Peruano (1931-
1933)”, Histórica, XXXIII, N° 2 (2009): 109-156; Pablo Garrido González, “Un Frente de Trabajadores comandado
por la Clase Obrera. El Partido Socialista Popular y las definiciones iniciales en torno a la política del Frente de
Trabajadores, 1946-1957”, Izquierdas, N° 35 (septiembre 2017): 233-259. Sobre el APRA y populismo en: John
Crabtree, “Populisms old and new: The peruvian case”, Bulletin of Latin American Research, vol. 19, N° 2 (2000):
163-176
24
Juan Manuel Palacio, Justicia peronista. La construcción de un nuevo orden legal en la Argentina (Buenos Aires:
Siglo XXI Editores, 2018). En esta misma sintonía, pero en torno al movimiento urbano ver: Gustavo Nicolás
Contreras, “La organización del movimiento obrero durante el primer peronismo (1946-1955): nucleamientos
sindicales y centrales obreras”, Avances del Cesor, XIV, N° 16 (Primer Semestre 2017): 45-68; Omar Acha, Crónica
sentimental de la Argentina peronista: sexo, inconsciente e ideología, 1945-1955. (Buenos Aires: Prometeo Libros,
2013).
25
Drake, Socialismo, 145-150/ 170-171.

15
Para entender el funcionamiento y la historia de los partidos políticos he recurrido al
intelectual italiano Antonio Gramsci, quien los comprendió como agrupaciones intermedias entre
la sociedad civil y el Estado, pero donde sus bases presionan a las estructuras superiores en base
de la dependencia y reciprocidad, y no necesariamente como transmisores de una ideología política
homogénea.

“La historia de un partido político, pues, no podrá dejar de ser la historia de un determinado
grupo social. Pero este grupo no está aislado: tiene amigos, afines, adversarios, enemigos.
Sólo del complejo cuadro de todo el conjunto social y estatal se desprenderán la historia de
un determinado partido, por lo que puede decirse que escribir la historia de un partido
significa lo mismo que escribir la historia general de un país desde un punto de vista
monográfico”.26

De esta manera, los partidos pueden comprenderse más allá de sus dirigentes y militantes,
sino también desde la base social en que se componen y se extienden.27 Así, notaremos como
dichas bases militantes también presionan o influyen en la toma de decisiones de la colectividad,
a partir de sus creencias y prácticas, colocando límites a su dirigencia y abandonándola si no están
de acuerdo con los rumbos tomados por ellas. En el fondo, como ha planteado el español Luis R.
Fernández, la estabilidad de los partidos políticos depende de la reciprocidad económica, laboral,
pero también del sentido que este le impregna su propia militancia.28 Para analizar esta relación,
la historiadora española Carme Molinero propuso estudiar la relación e influencia de las
organizaciones políticas en los movimientos sociales, en su caso, fue la inserción del Partido
Comunista Español en el movimiento social antifranquista.29 En mi caso sería dilucidar la
dinámica que se generó dentro del PS por medio de su relación de sus militantes y dirigentes con
el incipiente movimiento campesino. Dicha experiencia militante, como proceso subjetivo, influyó
en el trabajo político, en los frentes o sociales (urbanos y rurales), pero también fue generando una
cultura partidaria, es decir, una forma de ser y entender la política dentro de una agrupación. Esta
decisión implica observar tanto al partido, sus cúpulas, programas políticos, pero sobre todo la

26
Antonio Gramsci, Cuadernos de la Cárcel. Edición crítica del Instituto Gramsci. A cargo de Valentino Gerratana.
Tomo 5 (Ciudad de México: Ediciones ERA, 1999), 74.
27
Gramsci, Cuadernos, 53.
28
Luis Ramiro Fernández, Cambio y adaptación en la izquierda: la evolución del Partido Comunista de España y de
Izquierda Unida (Madrid: Siglo XXI Editores, 2004), 14.
29
Carme Molinero y Pere Ysas, De la hegemonía a la autodestrucción. El Partido Comunista de España (1956-1982).
(Barcelona: Crítica, 2017).

16
vida social, familiar y cotidiana de sus militantes, y cómo estos influyen en la cultura política del
partido. De allí que la militancia será entendida como una red social más amplía que sólo las
personas adscritas a una colectividad política, sino también sus familias y comunidad que esté
implicada en la actividad política socialista (militancia ampliada).
Por otro lado, hemos escogido analizar la politización de los socialistas, pero hacia el
espacio rural. La razón principal fue porque la cuestión agraria fue uno de nudos más importantes
de la historia social de comienzos del siglo XX en Chile, formando parte de la base programática
de los orígenes del PS.30 Para esto habría que tener en cuenta que el desarrollo de la agricultura
nacional estaba determinado por su amplia geografía y los distintos grupos sociales que habitaron
en el mundo rural: terratenientes, pequeños agricultores, medieros, arrendatarios, inquilinos y
afuerinos, todos conglomerados que lucharon en conjunto o contra otros, en determinados
momentos históricos.31 Así, la politización campesina sería aparentemente un proceso provocado
por sujetos “externos” que se insertarían en las áreas rurales, algunos con claros propósitos
electorales, como lo estudió Brian Loveman para el caso de los socialistas.32 En el caso de María
A. Illanes, el movimiento campesino, generado en la década de los años treinta, contó con el
soporte de los partidos de izquierda (PS y PCCh), pero que cumplieron un papel de “mediación
militante” entre los “trabajadores y las instituciones gubernativas y legislativas, así como a nivel
de la sociedad en general”.33 Algo similar postuló hace un tiempo Igor Goicovic, enfatizando en
la temprana alianza de campesinos y obreros, tomando el caso del Valle del Choapa a partir de la
crisis de 1930.34 Finalmente, un planteamiento novedoso lo encontramos en Pablo Alderete, quien
estudió la provincia de Curicó, donde evidenció una politización campesina informal, sin la
presencia necesariamente de partidos o sindicatos en las luchas por incumplimientos de contratos
de trabajo o productividad.35 Por tanto, ¿cómo comprender la politización campesina?

30
María Angélica Illanes, Movimiento en la tierra. Luchas campesinas, resistencia patronal y política social agraria.
Chile, 1927-1947. (Santiago: LOM ediciones, 2019), 184-189.
31
Roberto Santana, Agricultura Chilena en el siglo XX: contextos, actores y espacios agrícolas. (Santiago: Centro de
Investigaciones Diego Barros Arana- CEDER- Ediciones de la DIBAM, 2006).
32
Brian Loveman, Struggle in the Countryside. Politics and rural labor in Chile, 1919-1973. (Bloomington:
University of Indiana Press, 1976), 200-205.
33
Illanes, Movimiento , 21-22.
34
Igor Goicovic Donoso, “Trabajadores agrícolas y procesos políticos en el valle del Choapa (Chile, 1957-1975),
Revista Esboços, Vol. 22, N° 33 (2015): 102-127. Un trabajo en torno de POS y la politización campesina en: Jorge
Navarro López, “El despertar de los campesinos. El Partido Obrero Socialista-Partido Comunista de Chile y la
sindicalización rural, 1912-1925”, Revista Notas Históricas y Geográficas, N°23 (julio -diciembre de 2019): 14-58.
35
Pablo Alderete Soto, “Formas de politización campesina en Chile (Curicó 1941-1942)”, De Raíz Diversa, Vol. 5,
N° 9 (enero-junio de 2018): 119-146; Pablo Alderete Soto, “Tras las huellas de la politización campesina:

17
Quienes la han estudiado en algunas zonas de Europa y América Latina, coinciden que en
ocasiones es un proceso facilitado por un agente externo urbano, pero que también considera las
“ideas y experiencias inherentes” del sujeto rural. En palabras de Gramsci: “El político en acción
es un creador, un suscitador, pero ni crea en la nada, ni se mueve en el vacío turbio de sus deseos
y sueños. Se funda en la realidad efectiva”.36 Años después e inspirado por Gramsci, el historiador
George Rudé planteó que la politización campesina estaba sujeta a tres factores: el elemento
inherente de las clases campesinas, el elemento derivado de los sujetos urbanos y las circunstancias
y experiencias materiales del contexto local y nacional.37 En términos de Gilles Pécout, la
politización campesina debiera verse como una “dinámica” que conecte el conjunto de acciones
colectivas y solidarias que surgen en el espacio rural, con los acontecimientos políticos a escala
nacional, pero siempre analizando la recepción de estos y los debates que generaron. 38 Por otro
lado, de gran utilidad han sido los trabajos de la historiografía latinoamericana, entre ellos Marco
Palacios, quien ha estudiado la relación entre propiedad privada y la politización campesina en
Colombia39; o los historiadores Ponciano del Pino y Jaymie Patricia Heilman, quienes estudiaron
las comunidades andinas presionaron desde las localidades a los proyectos nacionales, llegando a
realizar una política local desde los años veinte del siglo XX.40
De esta forma, abordando autores tanto europeos, como latinoamericanos, hemos concluido
que para comprender la politización debemos estudiarla desde sus múltiples dimensiones, lo que
hemos llamado escuetamente: las dimensiones de la politización. Estas se sintetizan de la siguiente
manera: a) una dimensión territorial donde ocurren los conflictos sociales y la politización sería
resultado de esa experiencia local; b) una dimensión ideológica-orgánica, que considera los
proyectos e ideas políticas ya sea el marxismo, anarquismo, nacionalismo, pero impulsadas por
organizaciones políticas o sociales concretas; c) una dimensión histórica y de memoria social,
donde los actores a través de sus propia experiencia y los recuerdos de sus círculos sociales van

sociabilidades, conflictividad laboral y movilización social (Curicó, 1934-1947) (Tesis para optar al grado académico
de Doctor en historia, Universidad de Santiago de Chile, 2021).
36
Gramsci, Cuadernos, 31.
37
George Rude, Revuelta Popular y conciencia de clase (Barcelona: Crítica, 1981), 45-46.
38
Gilles Pécout, “Como se escribe la historia de la politización rural. Reflexiones a partir del estudio del campo francés
en el siglo XIX”, Historia Social, N° 29 (1997): 97. Para el caso español ver: Francisco Cobo Romero, De campesinos
a electores (Madrid: Biblioteca Nueva, 2003).
39
Marco Palacios, ¿De quién es la tierra? Propiedad, politización y protesta campesina en la década de 1930 (Ciudad
de México: Fondo de Cultura Económica- Universidad de Los Andes, 2011).
40
Ponciano del Pino, En nombre del gobierno. El Perú y Uchurcaccay: un siglo de política campesina (Lima:
Universidad Nacional de Juliaca-La Siniestra Ensayos, 2017); Jaymie Patricia Heilman, Rebeliones inconclusas.
Ayacucho antes de Sendero Luminoso (Lima: La Siniestra Ensayos, 2018).

18
tomando conciencia política; y d) una dimensión afectiva, la cual considera que la politización se
conjuga producto de la confianza y el afecto entre quienes se relacionan. Es así como los socialistas
entendieron su militancia no sólo como un asunto personal, sino también familiar, sumando a sus
parejas, amigos y otras redes locales a su proyecto político.41 Esto mismo sucede entre los
dirigentes locales con los nacionales, donde la afectividad y la confianza es fundamental para el
desarrollo de la vida partidaria.42
La hipótesis que orienta este trabajo fue que el Partido Socialista de Chile fue producto de
la gestación de un movimiento de organizaciones socialistas, las cuales se unifican en 1933,
articulándose como alternativa a la crisis social y económica de los años veinte y treinta. Su
militancia, con una fuerte composición social de profesionales, pero creciente de obreros en la
medida que pasan los años, facilitó la politización de espacios rurales y urbanos, pero a la vez lo
restringió a los espacios de la política institucional, teniendo un discurso revolucionario, pero sin
salirse de los marcos legales de la Constitución de 1925. En el ámbito rural esto se expresó en que
los socialistas fueron pioneros en la politización campesina, sobre todo con colonos y pequeños
agricultores, respetando la aspiración de propiedad de la tierra, a diferencia de los comunistas, que
promulgaban la colectivización o nacionalización de esta. Esta influencia, en comienzo más
paternalista que horizontal, les permitió crear redes de reciprocidad política en las localidades y
sindicatos, pero mucho menos disciplinada y más heterogeneidad. Estas contradicciones y su
experiencia militante antes mencionada, provocó disputas internas y divisiones entre los
socialistas, en el cuales la cuestión agraria fue parte medular de sus discrepancias y provocó incluso
que a mediados de los años cuarenta hayan perdido gran parte de la influencia en el mundo rural
movilizado, pero pudieron retomarla desde los años cincuenta en adelante, sobre todo en el Norte
Chico.

Objetivo general

1. Analizar la política agraria del Partido Socialista desde la militancia de base, dirigencia e
incidencia en la politización campesina en Chile, entre 1932 y 1938.

41
Susana Narotzky, “La renta del afecto”, en: Paz Moreno Feliu (coord.), Entre las gracias y el molino satánico.
Lecturas de antropología económica (Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2008), 321-336.
42
Sobre política y afectividad en: Vera Carnovale, “Lazos de sangre. Afectividad y totalidad en el Partido
Revolucionario de los Trabajadores- Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP)”, Páginas, N° 6 (2012). Sitio:
www.revistapaginas.unr.edu.ar

19
Objetivos específicos

1. Caracterizar el contexto de crisis económica y política-social en el cual se unifican los


socialistas enfatizando en las organizaciones previas a su surgimiento.
2. Describir la composición social y cultura política de los y las socialistas, resaltando como
esto influenció con respecto a la politización campesina.
3. Identificar las propuestas políticas y sociales entorno a la cuestión agraria, sea en torno a
la distribución de la tierra, como las reivindicaciones de trabajadores agrícolas.
4. Caracterizar los aportes ideológicos y las divergencias programáticas que provocaron sus
múltiples divisiones, enfatizando en lo referente a la cuestión sindical campesina.
5. Exponer las prácticas y formas de politización que desarrollaron los socialistas en la zona
norte y centro y sur del país, integrando el enfoque de clase, raza y género.

Metodología y enfoque sociopolítico.

“Ni Hombres sin tierra...” se enmarca desde una óptica de una historia sociopolítica, la
cual proviene de la historia social, pero que estudia las relaciones entre los partidos políticos, el
Estado, organizaciones sociales, etc. Por lo demás, se pretende integrar enfoques de la historia
cultural, analizando relaciones de género, las representaciones del mundo rural y la vida cotidiana
de sus habitantes.43 En ese sentido, realizaremos un estudio sociopolítico del Partido Socialista,
enfatizando en el quehacer y la relación entre la dirigencia y sus militantes, y su práctica de

43
Sobre nueva historia política en Olga Ulianova (editora), Redes políticas y militancias. La historia política está de
vuelta. (Santiago: Ariadna-USACH, 2009), 11. Sobre relación entre historia social y cultural en: Geoff Eley, Una
línea torcida. De la historia cultural a la historia de la sociedad. (Valencia: Universidad de Valencia, 2008). Sobre
historia de la vida cotidiana en: Alf Ludtjke (ed.), The History of Every Life. Reconstructing historical experiences
and ways of life (Princeton: Princeton University Press, 1995); Sheila Fitzpatrick, La vida cotidiana durante el
estalinismo. Cómo vivía y sobrevivía la gente común en la Rusia soviética (Buenos Aires: Siglo XXI editores, 2019).
Actualmente existe un auge de la historia de partidos y organizaciones políticas, pero analizadas desde sus bases
sociales o integrando las trayectorias militantes de parte de su dirigencia. En el caso de Perú destaco a Miguel La
Serna, Peru’s Tupac Amaru Revolutionary Movement (Chapel Hill: The University North Carolina Press, 2020). Para
España tomo como referencia a Nicolás Buckley, Del sacrificio a la derrota: Historia del conflicto vasco a través de
las emociones de los militantes de ETA (Madrid: Siglo XXI Editores, 2020). Para el caso afroamericano: Joshua Bloom
and Waldo E. Martin Jr., Black Against Empire: The History and Politics of the Black Panther Party (California:
University of California Press¸ 2016).

20
politización con las organizaciones sociales rurales, tales como la Liga de Defensa Nacional de los
Campesinos Pobres, pero también en relación con el Estado, en especial los municipios. Considero
que la conquista que llevaron los socialistas en las elecciones de regidores y alcaldes fueron claves
en el manejo de la política local y nacional. Siguiendo a Arturo Valenzuela en su libro
Intermediarios políticos, comprendo la relevancia del poder municipal, donde los regidores fueron
grandes articuladores de las necesidades locales, a cambio de organizar los apoyos en las campañas
parlamentarias y presidenciales, pero con un fuerte carácter ideológico.44 Muchos regidores fueron
candidatos a diputados y senadores, manteniendo una red local que no era una simple lógica
clientelar, desarraigada de lo ideológico, sino una extensa red de politización y reciprocidad que
se estructuró desde lo local a lo nacional, y viceversa. Los “vínculos de reciprocidad política”, a
diferencia de nociones como clientelismo, dotan de agencia a los actores sociales locales y ayudan
a integrar la historia de los socialistas más allá del militante inscrito, integrando a sus hijos, hijas,
familia y comunidad local. Para ello decidimos trabajar las fuentes a través de cuatro nociones de
temporalidades, las cuales se relacionan con las cuatro dimensiones de politización que queremos
resaltar.45
Una primera temporalidad la hemos denominado tiempo político, es decir, las propuestas
políticas y los debates legislativos que elaboraron los socialistas, sobre todo en torno a la cuestión
agraria. Las fuentes que ocuparemos para dicho cometido fueron principalmente los folletines y
libros partidarios, alojados principalmente en la Biblioteca Nacional de Chile, la Biblioteca
Clodomiro Almeyda y el Archivo personal de Adonis Sepúlveda. Por otro lado, hemos utilizado
los debates parlamentarios, alojados en los Boletines de Sesiones de la Cámara de Diputados y
Senado de la Biblioteca del Congreso Nacional. Finalmente hemos recolectado y fichado la prensa
socialista como el semanario Consigna, el diario Claridad y la revista Rumbo.
Una segunda temporalidad, la hemos denominado tiempo social, que en el fondo es la
relación de los socialistas con el incipiente movimiento campesino e indígena, sobre todo con la
Central Socialista de Colonización y la Liga Nacional de Defensa de los Campesinos Pobres. Esto
lo pudimos recabar mediante la revisión de la prensa socialista antes mencionada, además de los

44
Arturo Valenzuela, Intermediarios políticos en Chile. Gobierno local en un régimen centralizado (Santiago:
Ediciones Universidad Diego Portales, 2016). Sobre clientelismo, ver: Gabriel Vommaro y Hélene Combes, El
clientelismo político desde 1950 hasta nuestros días (Buenos Aires: Siglo XXI editores, 2016).
45
Nos hemos inspirado en la noción de pluralidad temporal de la mexicana Guadalupe Valencia García en: Guadalupe
Valencia García, “Aproximaciones a la pluralidad temporal”, Historia Revista, vol. 17, N° 1 (ene-junio 2012): 165-
183.

21
diarios La Opinión, Frente Popular, Izquierda, Liga de Campesinos Pobres y El Arado, alojados
en la Biblioteca Nacional de Chile; los oficios alojados en el Ministerio de Tierras y Colonización
y Ministerio de Interior del Archivo Nacional de la Administración (ARNAD). También de gran
ayuda fueron los archivos personales de militantes como Manuel Hidalgo, Adonis Sepúlveda,
Manuel Dinamarca, Clodomiro Almeyda y Lautaro Videla. Estos documentos se encuentran en el
Archivo Nacional de calle Miraflores y en la Biblioteca Digital Clodomiro Almeyda.
Una tercera temporalidad la hemos llamado tiempo de las ideas, que se refiere a la
recepción del socialismo, proveniente de la lectura del marxismo europeo, como también del
pensamiento latinoamericano, ya sea el aprismo peruano o el agrarismo de la Revolución
Mexicana. Dicha recepción la encontramos tanto en la propia literatura socialista de la época,
alojada en la Biblioteca Nacional o la Biblioteca Digital Clodomiro Almeyda, como también en la
prensa antes mencionada y en la bibliografía que revisamos en nuestra pasantía en Lima en la
Biblioteca Central y de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú y el
Instituto de Estudios Peruanos.
Por último, una temporalidad que hemos denominado tiempo local o biográfico, dará
cuenta de la problemática agraria y la relación de los socialistas en el ámbito local o territorial del
país, ya sea analizando trayectorias de militantes o dirigentes campesinos socialistas. Dicho tiempo
lo rastreamos mediante la prensa local socialista en donde se concentró mayoritariamente la
militancia del PS. Si bien nuestra investigación se enfoca en la acción a nivel nacional de los
socialistas, hemos establecido tres centros donde profundizar nuestra investigación: primeramente,
el Norte Chico, conformado por el Valle del Limarí (Chañaral Alto); a través de los periódicos La
Tribuna, Trinchera Roja, La Opción del Norte y La Provincia. Y el Valle de Choapa (Illapel y
Salamanca), a través de El Reflector. Como segundo espacio, Chile Central, tomamos en cuenta
principalmente la comuna de Talagante y Renca. Finalmente, las provincias de Arauco, sobre todo
la comuna de Mulchén, a través del periódico El Ideal. Estos espacios fueron fundamentales para
establecer la acción socialista en materia agraria, tomando en cuenta la base militante, el poder
municipal y las redes locales con las cuales se relacionan los socialistas.
Para focalizarnos en la militancia socialista (sea dirigentes como de base), he optado por la
narrativa de las trayectorias biográficas y sus espacios locales. Para ello confeccioné una base de
datos de más de 1.665 militantes socialistas, la cual permitió relacionar las trayectorias de muchos
de los y las protagonistas de esta tesis, con sus oficios, sus cargos, espacios territoriales de

22
militancia y procedencia. Además, hemos realizado una serie de entrevistas a la descendencia de
algunos de ellos (hijos, hijas y nietos), quienes además han aportado fotografías, datos relevantes
y documentos. Este ejercicio de memoria filial fue tomando un papel importantísimo en la medida
que fue avanzando la investigación. En la medida de lo posible hemos utilizado un archivo de 300
fotografías, no como material de acompañamiento, sino que, en conjunto con las historias orales,
como contenedoras de memorias, pero también como información que nos permitió complejizar
la investigación, obteniendo aspectos objetivos y subjetivos que sólo a partir de estas se logran
obtener.46 Gran parte de estas fueron aportadas por Matías Villa Juica y el Museo Histórico
Nacional, además de las aportadas por las propias familias de los militantes. De esta forma además
de antecedentes políticos, recopilaremos relatos en torno a la vida cotidiana de los socialistas en
su acción político público y privado. De esta manera la política la entenderemos de una manera
más amplia dentro y fuera del hogar.47 Los tiempos actuales nos exigen esta forma de comprender
la política.
La estructura de la tesis está dividida en seis capítulos. El primer capítulo aborda el contexto
histórico donde surge el PS, basado en las memorias de uno de sus futuro dirigentes, Alejandro
Chelén Rojas. Allí, en plena crisis económica y política, diversos actores se politizarán desde sus
espacios de sociabilización: cuarteles, calles, escuelas y faenas. A nivel local, revisando el caso de
Chañaral Alto, veremos como el retorno de salitreros y federados a las faenas agrícolas tendrán
una importante influencia en la politización campesina, sobre todo en el norte del país.
El capítulo dos profundiza en el contexto de crisis económica y social, focalizándose en las
respuestas que realizan las masas campesinas, una de ellas, cómo contestación a las políticas de
colonización, es la formación de una serie de agrupaciones de aspirantes a colonos. Al estar
algunas de estas lideradas por futuros socialistas, hemos podido establecer algunos patrones en
torno al programa agrario del PS y la conexión establecida entre secciones locales y la dirigencia
nacional. Principalmente nos focalizaremos en la comuna de Talagante en la zona central.

46
Daniel James, Doña María. Historia de vida, memoria e identidad política (Buenos Aires: Manantial, 2004), 127-
128. En torno al papel de la fotografía como contenedora de la memoria en: Daniel James and Mirta Zaida Lobato,
“Family photos, oral narratives and Identify formation: The Ukrainians of Beriso”, Hispanic American Historical
Review, N° 84, 1 (february 2004): 5-36.
47
Nos hemos inspirado en los trabajos de Alejandra Oberti, Revolucionarias. Militancia, vida cotidiana y afectividad
en los setenta (Buenos Aires: Edhasa, 2015); Orlando Figes, Una palabra tuya. Amor y muerte en el gulag (Barcelona:
Edhasa, 2015); Alfonso Salgado, Exemplary Comrades: The public and private life of Communists in Twentieth-
Century Chile (New York: Columbia University, 2016); Vera Carnovale, Los combatientes. Historia del PRT-ERP
(Buenos Aires: Siglo XXI, 2018).

23
La República Socialista y la cultura política desarrollada por los socialistas será analizada
en el tercer capítulo, colocando énfasis en la postura mesiánica de sus líderes como Marmaduke
Grove y en la construcción de una masculinidad que valoraba la fuerza, valentía e incluso las
conquistas amorosas por sobre otras virtudes, subordinando a las mujeres a estas características.
En el espacio rural, dando el caso de Salamanca, veremos cómo esta subordinación se intensifica,
pero sin desaparecer la agencia de las mujeres campesina en el proceso de politización.
El capítulo cuatro profundiza en la composición social de los fundadores del PS y cómo
esto influye en la politización campesina, sobre todo la labor de profesores rurales. Para esto
ejemplificaremos el proceso a través de la experiencia de la familia Cerda- Rodríguez, fundadores
del PS en la comuna de Mulchén.
Un quinto capítulo analizará la política agraria del PS y como esta supo atraer finalmente
labor de la Izquierda comunista y la Liga de Campesinos Pobres, especialmente en las comunas
aledañas a Santiago.
El último capítulo estudia la formación del Frente Popular y como su campaña electoral
repercutió en hacia los sectores campesinos. Por lo demás, analizaremos el supuesto
indoamericanismo y la relación entre la política de colonización y las comunidades mapuche.

24
Capítulo Uno
Crisis Económica, Migración Salitrera y Espacios de Sociabilidad (1912-
1932)

“Hace algún tiempo, el Gobierno dispuso cierta ayuda económica, y también en


víveres, para 1os campesinos de esa provincia, y de forraje para los animales que
aún les quedaran vivos. Esta ayuda la recibieron especialmente los campesinos
de los departamentos del norte de la provincia de Coquimbo y también los que
relativamente menos han sufrido en el departamento de Ovalle; pero se ha
olvidado totalmente al sector de campesinos del departamento de Combarbalá,
que ha sido el más afectado por la sequía del año pasado y de este año. Me
correspondió visitar pueblos como Cárcamo, caseríos como San Lorenzo,
Laguna Verde, San Marcos, Cogotí, Quilitapia y otros del departamento de
Combarbalá, y pude imponerme de que realmente es trágica la situación porque
está atravesando esta gente; se les han muerto la casi totalidad de los animales
de labranza y no disponen de medios económicos para comprar artículos
esenciales. El agua no sólo ha disminuido, sino que se ha agotado totalmente.
Pude comprobar que en la escuela que existe en el mineral de San Lorenzo que,
a la vez, es un sector campesino, a la que asisten niños de sesenta muchachos,
antes extraían el agua a quinientos metros de distancia; pero ese pozo se secó y
ahora la tienen que traer de una distancia superior a 3.500 metros de esa
localidad. Todo esto constituye una verdadera tragedia para los campesinos de
ese lugar”.48

Alejandro Chelén Rojas, dirigente del Partido Socialista Popular y diputado por la
provincia de Coquimbo entre los años 1949 y 1957, pronunció estas palabras en el Congreso
Nacional, cuando se iniciaba el invierno de 1956. En dicha ocasión, Chelén abogó por los pequeños
agricultores de Combarbalá y sus alrededores, producto de la sequía que experimentaban desde el
año anterior. En otras oportunidades ya había solicitado, infructuosamente, la concesión de agua
del Tranque Cogotí, que beneficiaba mayoritariamente a “agricultores de mayores recursos”, para
salvaguardar la producción de las localidades de Alpaqui, La Paloma, El Tomé, Guatulante, San

48
Boletín de Sesiones de Cámara de Diputados (en adelante BSCD), 20° sesión ordinaria (20 de junio de 1956): 1025.

25
Marcos y Chañaral Alto.49 Chelén, oriundo de este último sector, conocía profundamente la
realidad de dichas localidades rurales. Según su hija, Lenka Chelén Franulic, su padre retornó a
Chañaral Alto con su familia en 1945, trabajando en la producción del tomate. “Mi padre tenía tres
hectáreas de tierra… ahí plantaba tomate y con eso vivíamos nosotros”.50 Firmando como Scandar,
Chelén fundó el periódico El Arado, escribiendo sobre Lenin, la doctrina socialista y las
necesidades agrarias y educacionales de la localidad.51
Chañaral Alto, ubicado en el valle del Limarí, era una localidad rural sin luz eléctrica, ni
agua potable, teniendo que obtener ésta última del río Cogotí. Así, según Omar Araya, campesino
nacido en dicha zona, fue producto de las gestiones de Chelén Rojas que “se consiguió todo el
alumbrado público, y gracias a las fiestas del tomate, la fiesta del 18, otras fiestas más, todo lo que
se recaudaba ahí servía para la cuenta de la luz”.52 Según Demófila Astudillo, amiga de la familia
Chelén-Franulic: “todos producíamos tomate, noviembre y diciembre, donde no había más
producción y en enero empezaba a activarse para la fiesta del tomate, donde se despedía la
cosecha… siempre por un bien común”.53 El dinero fue administrado por la directiva del club
deportivo San Lorenzo, cuyo dirigente Enrique Araya también era socialista. Chelén, como vecino,
camarada y productor agrícola, abogó insistentemente en favor de las comunas de Illapel, Ovalle
y Combarbalá en el Congreso Nacional.54 Producto de esto, Chañaral Alto obtuvo la unificación
de sus pequeños centros educativos en la Escuela F- 315 en 1958, una demanda muy sentida por
la comunidad, pasando a llamarse “Colegio Alejandro Chelén Rojas”.55 Su primera directora fue
Julia Chelén Rojas, profesora normalista y hermana del parlamentario socialista.
Siendo elegido senador por las provincias de Atacama y Coquimbo entre 1957 y 1965,
Chelén continuó con la producción de tomates en Chañaral Alto, lo que, según su hija Lenka, le

49
BSCD, 40° sesión ordinaria (3 de agosto de 1955): 1877.
50
Entrevista a Lenka Chelén Franulic, Viña de Mar, 6 de junio de 2020. Realizada telefónicamente producto del
Covid-19.
51
“Lenin”, El Arado, N° 2, Chañaral Alto (enero de 1945): 2; “El sitio adecuado para la construcción de un local
educacional”, El Arado, N° 3, Chañaral Alto (10 de febrero de 1945): 1; Enrique Ugalde Santos, “Y el pueblo lo
llamaba Chelén”, El Ovallino, Ovalle (14 de enero de 1990): 3.
52
Entrevista a Omar Araya, Viña del Mar, 19 de octubre de 2020. Realizada telefónicamente producto de la pandemia
del Covid-19.
53
Entrevista a Demofila Astudillo, Iquique, 2 de noviembre de 2020. Realizada telefónicamente producto de la
pandemia del Covid-19. Además, ver: Especial en “Chañaral Alto, el ‘tomatal de Chile’”, Memorias del Siglo XX,
DIBAM, 2013-2014. Sitio: www.memoriasdelsigloxx.cl
54
BSCD, 80° sesión extraordinaria (7 de abril de 1954): 3800-3801.
55
“Por intermedio de El Arado, el pueblo de Chañaral Alto reclama con urgencia la construcción de un edificio
escolar”, El Arado, N° 2, Chañaral Alto (enero de 1945): 1.

26
permitió comprar una vivienda propia en Santiago.56 Según Jorge Chelén, su padre repartió
terrenos a los campesinos, cuya población hasta el día de hoy lleva su nombre. A mediados de los
años cincuenta, junto con un ingeniero y sus ayudantes demarcaron las pequeñas propiedades.

“Cuando terminaron, con unos cajones de tomates se improvisó un escritorio. Los hijos ya
adultos de algunos pobladores, en edad de merecer y los sin casa, ordenadamente se
organizaron en una fila frente al escritorio. Don Alejandro y el ingeniero comenzaron a
repartir las propiedades hasta que no quedó ninguno sin terreno (…) se comentó que este
reparto de tierras se hizo sin solicitar autorización de nadie, más que con la autoridad de
Don Alejandro”.57

Terminado su período de senador, Chelén estuvo a cargo de las Ediciones Especiales de la


Editorial Quimantú, creada por el gobierno de la Unidad Popular. Fue su futuro nuero, Sergio
Maurín, quien lo convidó a dicho proyecto. “Compañero, yo no necesito sueldo, yo eso lo hago
gratis”, le respondió, aunque de todas maneras recibió su salario como merecía su trabajo.58 Chelén
era el más indicado, proponiendo una serie de títulos que tenía en su biblioteca personal, como,
por ejemplo, La Biografía del Manifiesto Comunista, de Riazanov; y la polémica Historia de la
Revolución Rusa de León Trotsky.59 Sergio Maurín, ex gerente de Quimantú, recuerda que, con el
golpe de Estado, se exiliaron a México donde participaron en actividades en favor de la resistencia
a la dictadura en la Casa de Chile.60 A su regreso, Chelén y su esposa, Magda Franulic, vivieron
junto a su hija Lenka y el escritor, Walter Garib, pudiendo reencontrarse con su antigua biblioteca
hasta su muerte en 1990.61 Parte de dichos libros fueron donados a la Biblioteca Nacional y la
Escuela Chelén Rojas. Esta, con el pasar de los años y producto de los temblores de 1997 y 2001,
fue reconstruida, ocupando los terrenos donados por la familia Chelén Rojas en Av. Los

56
Entrevista a Lenka Chelén… op. cit.
57
Jorge Chelén Franulic, “Un poco más allá del cementerio y la cancha de fútbol”, escrito especialmente para esta
tesis, enviado por correo electrónico, 7 de mayo de 2017.
58
Entrevista a Sergio Maurín, Santiago, 24 de septiembre de 2017.
59
María Isabel Molina (editora), Quimantú: prácticas, política y memoria (Santiago: Grafito Ediciones, 2018);
Constanza Muñoz Flores, Paula Pérez Cornejo, Mariana Poblete Cortés, Quimantú, el legado pendiente (Tesis para
optar al Título de Periodista, Universidad de Chile, 2019).
60
Gabriela Díaz Prieta, México frente a Chile. Tiempo de rupturas y de exilio, 1973-1990 (Tesis para optar al título
de Licenciatura en Relaciones Internacionales, Instituto Tecnológico Autónomo de México, 1998).
61
“Se fue un revolucionario: Alejandro Chelén”, Fortín Mapocho, Santiago (20 de mayo de 1990): 24.

27
Libertadores.62 Paralelo a ello, el Congreso Nacional aprobó la construcción de un memorial en
honor al “escritor y parlamentario por muchos años del Partido Socialista”. 63 Aunque el
monumento no fue concretado, la comunidad escolar se sigue autodenominando como “chelenina”
y cada cierto tiempo su familia recibe saludos y agradecimientos de jóvenes que estudiaron en
dicho lugar. Una escuela que mira hacia el valle del Limarí (Ilustración 1).

ILUSTRACIÓN 1: A LA IZQUIERDA, LA ESCUELA ALEJANDRO CHELÉN ROJAS (AV. LOS LIBERTADORES, COMUNA DE MONTE PATRIA)
FUENTE: GOOGLE MAPS.

Este caso, aunque aparentemente extraordinario, permite plantear algunas preguntas


iniciales en torno a la politización campesina mediante la experiencia migratoria de diversos
trabajadores y futuros socialistas: ¿cómo se explica ésta estrecha relación entre las demandas
campesinas de las comunidades del Valle del Limarí y la gestión política ejercida por el socialista
Alejandro Chelén Rojas? ¿Fue una característica propia de este parlamentario, o más bien era un
signo particular de su partido en la forma de relacionarse con las comunidades locales?

62
“Día del patrimonio”, Fanpage de Escuela Alejandro Chelén Rojas, 29 de mayo de 2021. Gentileza de Demófila
Astudillo.
63
Historia de la Ley N° 20.147, sesión 48, 5 de octubre de 2005. Sitio: www.bcn.cl

28
Este primer capítulo tiene como objetivo indagar en el contexto histórico y social que
explicaría la formación del Partido Socialista de Chile (PS en adelante). Dicho escenario estuvo
marcado por la crisis social y económica de 1930 y la migración de miles de trabajadores,
gatillando una expansión de la politización a diversos espacios de sociabilización, es decir:
diálogos informales producidos en espacios públicos o privados, como liceos, cuarteles y faenas
salitreras y agrarias.64 Frente a esta particular coyuntura, emergió un movimiento de
organizaciones socialistas (MOS), los cuales lograron unificarse y presentarse como una
alternativa política a amplios sectores de profesionales y trabajadores. Para demostrar este proceso,
y de forma de resaltar la experiencia de la crisis y la politización que se vivió en diversos espacios
populares, me basaré principalmente en las memorias inéditas de Alejandro Chelén Rojas y las
entrevistas que realicé a sus descendientes (Lenka y Jorge Chelén). Esta opción de ocupar la
autobiografía y las historias orales como método de reconstrucción del pasado, si bien tiene el
riesgo de resaltar factores subjetivos del proceso político, también puede mejorar la comprensión
de las prácticas de politización, incorporando lo afectivo y la vida cotidiana a las otras dimensiones
ideológicas y políticas. Así lo ha planteado la historiadora Marian E. Schlotterbeck, afirmando que
las historias orales, como método consolidado en la historiografía, ayuda a completar el registro
histórico, sobre todo sobre procesos indocumentados.65 Por otro lado, Jayme Patrick Heilman,
historiadora canadiense, quien escribió las memorias del dirigente campesino peruano Manuel
Llamojha, intercaló la información obtenida de fuentes de archivo y prensa con las historias de
vida, corrigiendo ciertas tergiversaciones históricas [como la supuesta militancia de Sendero
Luminoso de Llamojha], como también moderando las visiones románticas del activismo político
y sus frecuentes narrativas heroicas.66 En el caso de Alejandro Chelén, sus memorias nos permiten
acceder a la fascinante vida militante, la cual describe los múltiples espacios de sociabilización en
tiempos de la crisis económica y social, pero también la construcción de la masculinidad y cómo
ésta fue una herencia, al igual que la cultura ilustrada del movimiento obrero, para la construcción

64
Sobre sociabilidad obrera y rural en: Lissy Villalobos Cubero, “Sociabilidad y actores sociales en el espacio rural
de Costa Rica: el caso de La Fortuna de San Carlos (1950-1980)”, Memorias: Revista Digital de Arqueología e
Historia desde el Caribe”, N° 30 (septiembre- diciembre 2016): 130; Francisco Villarroel Riquelme, “El rol del
Partido Democrático en la fundación de la ‘Asociación Obrera de Foot-ball de Santiago’. De la sociabilidad obrera a
la amistad instrumental (Chile, 1903-1907)”, Revista Historia Social y de las Mentalidades, Vol. 24, N° 1 (2020):
354.
65
Marian E. Schlotterbeck, Beyond the vanguard. Everyday Revolutionaries in Allende’s Chile (California: University
of California Press, 2018).
66
Manuel Llamojha Mitma and Jaymie Patricia Heilman, Now Peru is Mine. The life and timen of a campesino activist
(Durham: Duke University Press, 2016), 13-15.

29
de las prácticas socialistas. Por lo demás, integraremos documentación del Fondo del Ministerio
de Interior del Archivo Nacional de la Administración (ARNAD) y de Manuel Hidalgo, dirigente
de los partidos Obrero Socialista (POS), comunista y finalmente PS.

***

Sumido en el exilio, Alejandro Chelén Rojas concluyó sus memorias en 1976. En ellas
narró detalladamente sus primeros años en Chañaral Alto, pasando por su experiencia en la pampa
salitrera, el servicio militar y su llegada a Santiago donde conoció a sus grandes amigos Julio César
Jobet y Oscar Waiss. Un itinerario común en una época de incertidumbres y migraciones entre la
minería y la agricultura (Ilustración 2). Dichas memorias, resguardadas por décadas por su hijo
Danton, nos dan pistas en torno a los espacios de politización en tiempos de la crisis económica.67
Nacido el 12 de septiembre de 1912, Alejandro Chelén era hijo de la migración. Su padre,
José Chelén, provenía de El Líbano, territorio dependiente del Imperio Turco y en permanente
conflicto con otras naciones. Al cumplir los dieciocho años, José emigró a Francia y recorrió el
continente europeo antes de desembarcar en las lejanas costas de Chile. Victoria, Santiago y
finalmente Chañaral Alto fueron las estaciones de su periplo, donde se casó y enviudó en dos
oportunidades. Quedándose con el cuidado de una hija, llamada María, viajó al norte de Chile,
donde conoció a Deidamia Rojas, con quien contrajo nuevamente nupcias, estacionándose en el
Valle del Limarí hasta su muerte. Producto de dicho matrimonio nacieron cinco hijos,
sobreviviendo sólo Julia y Alejandro. Chañaral Alto, localidad cuyos orígenes datan de mediados
del siglo XIX, se caracterizaba por su actividad agrícola, por lo cual la familia Chelén-Rojas se
dedicó a la cosecha de tomate y un viñedo de unas tres hectáreas, además de un negocio atendido
por la propia señora Deidamia.68 Este almacén, junto con otros, era fundamentales para la vida
cotidiana del pueblo producto de su distancia con Ovalle. La casa de los Chelén estaba a media
cuadra de la estación ferroviaria San Lorenzo, cuyo tramo fue terminado en 1911. Según Demofila

67
Agradezco a Danton Chelén por permitirnos acceder, junto a Matías Villa, a las memorias de su padre. Pocos meses
después, Danton murió en México.
68
Alejandro Chelén Rojas, Fragoroso itinerario (Medio siglo de la lucha por el socialismo) (Manuscrito escrito en
México,1976), 15.

30
Astudillo los sábado y domingo se podía viajar hacia Ovalle, mientras que los martes y sábado
pasaba el tren Longitudinal del Norte, conocido como el “Longino”, que los llevaba a Iquique.69
De acuerdo a sus memorias, el padre del futuro dirigente socialista fue un apasionado de la
conversación y la lectura, práctica que heredó Alejandro Chelén y, a la vez, transmitió a sus hijos
e hijas (Dantón, Lenka, Jorge Diderot, Dánisa y Dunia). En la escuela rural del pueblo, Alejandro
aprendió a leer y compartió con niños de diferentes realidades. Uno de ellos, llamado Jorge, era
hijo de Enrique Alfaro, un retornado de las salitreras, a quien nadie quiso darle empleo por ser
“federado”, es decir, partícipe de la Federación Obrera de Chile (FOCh). A pesar de sus ideales
políticos, José Chelén decidió contratarlo y lo invitó a las diversas tertulias que hacía en su casa.
“Los nombres Recabarren, Lenin y Trotsky se me grabaron desde entonces en la memoria como
obra de orfebrería”, recordaría Alejandro, dando cuenta de que parte de su politización fue
producto del contacto con aquellos retornados, como Enrique Alfaro.70

“Mi padre, no obstante ser conservador, era tolerante y le agradaba cambiar ideas con los
federados. En su negocio, atendido por mi madre, reunía a sus amigos partidarios de la
candidatura presidencial de Luis Barros Borgoño; invitaba también a Enrique Alfaro y
otros connotados maximalistas nortinos, poniéndolos frente al grupo de propietarios para
que discutieran problemas políticos. Estos estaban divididos entre borgoñistas y
alessandristas, exceptuando a Contreras Bolados que solidarizaba con los nortinos respecto
a la Revolución Rusa y luchaba contra el obscurantismo religioso”.71

69
Entrevista Demofila Astudillo… op. cit.; Domingo Oyarzún Moreno, A través de Chile. Guía del viajero (Santiago:
Empresa de Ferrocarriles de Chile, 1931).
70
Chelén, Fragoroso, 6. Sobre cómo influyeron los salitreros en la politización campesina del norte del país ver: Julio
Pinto Vallejos, “Donde se alberga la revolución: La crisis salitrera y la propagación del socialismo obrero (1920-
1923)”, en Desgarros y utopías en la pampa salitrera. La consolidación de la identidad obrera en tiempos de la
cuestión social (1890-1923). (Santiago: LOM ediciones, 2007), 183-232; Igor Goicovic, “La crisis económica de 1929
y el retorno de los salitreros. Efectos políticos y sociales en el valle del Choapa (1929-1938)”, Espacio Regional, vol.
1, N° 8 (enero-junio 2011): 51-68.
71
Chelén, Fragoroso, 5.

31
ILUSTRACIÓN 2. ITINERARIO DE ALEJANDRO CHELÉN ENTRE 1912 Y 1932.
REALIZADO POR HUNGRÍA SALGADO.

De ser así, estos acontecimientos fueron con anterioridad a las elecciones presidenciales de
octubre 1920, cuando Chelén tenía apenas ochos años. Aquel tiempo, según sus propias palabras,

32
fue “señero en las contiendas políticas y sociales”.72 La acalorada campaña presidencial, fue
antecedida por dos años de huelgas y multitudinarias “marchas del hambre”, producto de la crisis
salitrera y la carestía de las necesidades básicas.73 Alessandri, que logró 82.083 sufragios, supo
recoger “demagógicamente las aspiraciones agitadas por las masas”74, según el propio Chelén,
mientras que Luis Emilio Recabarren, candidato por el Partido Obrero Socialista (POS), obtuvo
apenas 681 votos en las provincias de Tarapacá y Antofagasta. Demagogia o no, el alessandrismo
provocó un incipiente proceso de politización en los sectores populares, logrando el apoyo de
obreros socialistas de Santiago y Valparaíso.75
Aparentemente ajeno a estas tensiones, Alejandro Chelén se trasladó a Ovalle, una pequeña
ciudad fundada en 1831, pero con calles empedradas y edificios imponentes. El motivo de esta
mudanza fue su ingreso al Liceo de Hombres, asunto poco común para los niños de su edad. Según
Peter DeShazo, uno de cada diez niños completaba los seis años de educación, mientras que sólo
el 14% de los jóvenes chilenos asistía a la educación secundaria. 76 Producto de ello, Chelén
continuó ampliando su capital cultural y sus experiencias de politización con otros estudiantes y
profesores. Comenzó su pasión hacia los libros de historia, devorando textos de historiadores
griegos y romanos; y por supuesto sobre las revoluciones en Francia y Rusia:

“Cierto día un muchacho amigo me regaló un libro sin tener idea de qué se trataba. En la
tapa figuraba como autor don Vicente Gay, y se titulaba El Bolchevikismo o el Estudio
sobre la Revolución Rusa. Asocié de inmediato el título del libro con las polémicas
suscitadas en mi terruño entre los vecinos pudientes y los federados, recordando la defensa
apasionada de éstos en favor de la Revolución Rusa. Leyendo algunas páginas cuyo
contenido no entendía, recurrí al profesor de castellano en busca de orientación”.77

Dicho profesor, cuyo nombre desconocemos, lo motivó a entrar a la universidad y le


mencionó que el libro en realidad, le pertenecía a León Trotsky, uno de los líderes de la revolución
Rusa. Allí, se explicaba que la contradicción con Alemania no era sólo una decisión económica,

72
Chelén, Trayectoria del socialismo, 35.
73
Peter DeShazo, Trabajadores urbanos y sindicatos en Chile: 1902-1927 (Santiago: Centro de Investigaciones Diego
Barros Arana, 2007), 230-238; Raymond Craib, Santiago subversivo 1920. Anarquistas, universitarios y la muerte de
José Domingo Gómez Rojas. (Santiago: LOM ediciones, 2018).
74
Chelén, Trayectoria del socialismo, 35.
75
Julio Pinto V. y Verónica Valdivia O., ¿Revolución proletaria o querida chusma? Socialismo y Alessandrismo en
la pugna por la politización pampina (1911-1932). (Santiago: LOM ediciones, 2017).
76
DeShazo, Trabajadores urbanos, 123; Sol Serrano, El Liceo. Relato, Memoria, Política (Santiago: Taurus, 2018).
77
Chelén, Fragoroso, 14.

33
sino principalmente ética: “La guerra con sus ejércitos de millones de hombres y sus endemoniadas
armas de destrucción, puede consumir no sólo los recursos de la sociedad, sino las fuerzas morales
del proletariado”.78
A la vez, recibía lejanamente las noticias de su padre, que estaba enfermo, y de las
catástrofes que dejaba la sequía y la viruela en 1923. “Se perdieron las cosechas y gran parte del
ganado por efectos de la sequía, que se venía prolongando. Los trabajadores, agobiados por el
desastre, emigraban hacia las salitreras y otros lugares del país”, recordó décadas más tarde.79 En
1926, las lluvias volvieron a Chañaral Alto y Chelén no regresó a Ovalle después de vacaciones,
quedándose a ayudar en las tareas agrícolas: picar leña, hacer linderos, guiar bueyes. “El duro
trabajo de la tierra fue acerando mi cuerpo y dándome elasticidad muscular”. Al año siguiente su
padre falleció, cuando Chelén tenía quince años. Este lo recuerda como un hombre generoso y
estricto, pero que siempre trabajó “codo a codo” con sus trabajadores en las tareas agrícolas.80 Las
dificultades económicas volvieron a asomar y las tierras fueron entregadas en mediería. 81 Chelén
decidió partir al norte a trabajar en las salitreras, invitado por Hipólito Vega, amigo de su padre y
padrino de su hermana. Pese a la resistencia de su madre, viajó en abril de 1927 al puerto de
Coquimbo, tomando un barco hacia Iquique, donde permaneció una semana y tuvo su primera
“intención amorosa” con una joven pampina. Vega cumplió su promesa y le consiguió empleo en
la Bellavista, oficina salitrera fundada en 1876. Al comienzo fue colocado como cargador de ripio,
una tarea de enorme exigencia física: “Los primeros tres días fueron torturantes: llegaba a la pieza
rendido, adolorido de manos, huesos y espalda. Diez días después, el agotamiento y los dolores
desaparecieron. Podía cantar victoria”.82 Por problemas con el capataz fue trasladado como
ayudante de llavero de filtros y más tarde a llavero, aumentando sus ingresos. “Durante el tiempo
que me desempeñé como llavero fui testigo de accidentes horrorosos” con el resultado de muerte
de varios trabajadores.83 Así lo había escrito años atrás el anarquista y posterior demócrata
Alejandro Escobar y Carvallo:

78
León Trotsky, El Bolchevikismo ante la guerra y la paz del mundo (Madrid: Editorial Cervantes, 1919), 183.
79
Chelén, Fragoroso, 9.
80
Chelén, Fragoroso, 15-16.
81
Sistema de contrato entre dos actores: el propietario de la tierra y el mediero, en: Ricardo Codoceo Tapia, “La
importancia de la mediería agrícola como mecanismo de cooperación al interior de la economía mapuche rural
contemporánea en el contexto de la comunidad Valentín Marín de Nueva Imperial, IX Región, Chile”, Cultura-
Hombre- Sociedad, Vol. 29, N° 1 (julio de 2019): 133.
82
Chelén, Fragoroso, 24.
83
Chelén, Fragoroso, 28.

34
“Las dos de la mañana/ baja la frente, con la ¡Muerte al lado!.../ ¡La ilusión de ser libre solo
alegra/ esas almas preñadas de pesares!/ Y en medio de la noche infame y larga!... / parecen
los obreros, trabajando./ condenados que Dios, por suerte amarga,/ tuviera en el infierno,
castigando!”.84

En Bellavista Chelén recordó sus primeras relaciones sexuales en una casa de ‘huifas’
invitado por el obrero Felipe Leiva. “En la pampa salitrera no es posible eludir estos episodios,
muy naturales en el diario vivir de los varones bien conformados”. 85 A la vez se vinculó a la
Sociedad de Socorros, conocida como La Filarmónica, donde cada quince días realizaban
asambleas, pero sin hablar de política. Según María Angélica Illanes, en su texto “La revolución
solidaria”, las Filarmónicas eran “centros de difusión del ideario de sociabilidad y actuaban como
verdaderas escuelas de formación de líderes”.86 Los años habían pasado y el régimen de Ibáñez
prohibió la politización a través de esas organizaciones. Así lo recordó Chelén: “Eran los años del
régimen dictatorial del presidente Carlos Ibáñez y las oficinas contaban con innumerables
soplones”.87 Quizás por esa razón, la biblioteca de la Sociedad permanecía cerrada, sólo siendo
autorizado a entrar después de mucha insistencia y bajo el compromiso de ordenarla y cumplir la
labor de bibliotecario. Era un sueño hecho realidad y allí descubrió un tesoro inimaginable.

***

Según la historiadora Verónica Valdivia, la dictadura de Ibáñez fue resultado de la


incapacidad de Alessandri por cumplir con sus promesas presidenciales.88 La negativa de la
oligarquía para aceptar las propuestas de leyes sociales provocó tanto la intervención de los
oficiales del Ejército en septiembre de 1924, como el surgimiento del liderazgo de Ibáñez, quien
aplicó una legislación obrera, pero acompañado de una represión selectiva hacia los “cabecillas y

84
Miguel Ángel Mansilla, “Las representaciones de la muerte en la poesía de los obreros del salitre chileno (1890-
1910), Atenea, N° 509 (junio de 2014): 165.
85
Chelén, Fragoroso, 37.
86
María Angélica Illanes, Chile Des-centrado. Formación socio-cultural republicana y transición capitalista. Chile,
1810-1910. (Santiago: LOM ediciones, 2004), 323.
87
Chelén, Fragoroso, 29.
88
Verónica Valdivia Ortiz de Zárate, Subversión, coerción y consenso. Creando el Chile del siglo XX (1918-1938).
(Santiago: LOM ediciones, 2017), 23.

35
dirigentes políticos y sociales”.89 Por su parte, para Jorge Rojas Flores, estas medidas coercitivas
contaron con el apoyo de variadas agrupaciones obreras, sobre todo por el “inicio de la aplicación
de la legislación social, que hasta entonces había estado más en el papel que en la realidad”.90
Rojas Flores se refería a las leyes de contratación, de seguro obrero, de accidentes laborales y los
tribunales de arbitraje y conciliación. Con respecto al desarrollo agrícola, Ibáñez -quien se crío en
un fundo de Linares- fomentó la creación del Ministerio de Tierras y Colonización (1928), la Caja
de Colonización Agrícola en 1929 (CCA) y el Ministerio de Agricultura (1930).91 Según María
Angélica Illanes, dicho gobierno propuso la distribución de tierras a través de la compra de terrenos
fiscales, pero obligando a los aspirantes a colonos a pagar el 10% de su valor, asunto sumamente
restrictivo y que, en la práctica, no garantizó que pequeños agricultores se convirtieran en
propietarios.92
La represión política durante este período, tal como señalan los estudios de Brian Loveman,
Elizabeth Lira y Verónica Valdivia, operó mediante la reclusión, el confinamiento y el
extrañamiento selectivo de dirigentes políticos y sindicalistas, afectando en su mayoría a
comunistas y anarquistas, quienes fueron trasladados a islas como Más Afuera o Rapa Nui. 93 De
esta manera, la dictadura procuró deshacerse de cualquier disidencia u oposición contraria a su
proyecto nacional-corporativista. Uno de ellos fue el mayor del Ejército Carlos Millán Iriarte,
quién según declaró en la Comisión de Investigación de Actos de la dictadura, fue acusado de
liderar un “movimiento que derrocaría a Ibáñez”. Incomunicado por diez días, Millán fue esposado
y conducido a la Estación Mapocho para viajar al puerto de San Antonio. “Ahí fuimos embarcados
en el transporte ‘Angamos’ el que nos condujo a Pascua. Fueron testigos de estos atropellos mis
compañeros de sufrimiento: Manuel Hidalgo, Eduardo Alessandri, Roberto Yunge, Gaspar Mora,
Luis Prousa y Florencio Rosas”.94 Después de once meses de relegamiento, fue conducido a
Concepción y más tarde a la cárcel de Arauco. “Por esos días estaba enfermo en mi casa [en
Concepción] de tal modo que esta desconsideración me trajo como consecuencia una recaída que

89
Valdivia, Subversión, 85; Además, ver: Brian Loveman y Elizabeth Lira, Comisión Investigadora. Los actos de la
dictadura, 1931 (Santiago: Dibam- Lom Ediciones, Universidad Alberto Hurtado, 2006).
90
Jorge Rojas Flores, La dictadura de Ibáñez y los sindicatos (1927-1931) (Santiago: DIBAM-Centro de
Investigaciones Diego Barros Arana, 1993), 61.
91
Entre 1924 y 1930 recibió el nombre de Ministerio de Agricultura, Industria y Colonización.
92
Illanes, Movimiento, 152.
93
Valdivia, Subversión, 87-102.
94
Archivo Nacional de la Administración (ARNAD), Fondo de Ministerio de Interior (MIN), vol. 8146, Informe
enviado al presidente de la Comisión Investigación de los Actos de la Dictadura, Santiago, 1931.

36
me tuvo tres meses gravísimo en cama”. El testimonio no especifica cuando terminó su
relegamiento, pero Millán regresó a Hanga Roa, capital de Rapa Nui, en julio de 1932 junto a los
hermanos Jorge y Marmaduke Grove y Eugenio Matte como parte de la República Socialista.
Según Jorge Grove el viaje duró diez días, hospedándose en la gerencia de la compañía ovejera
Williamson & Cía., y más tarde en una vivienda de Urbano Edmonds. 95 Durante el resto del
período vivieron en dos cabañas, sin mencionar una actividad económica particular. En una
fotografía se muestra a los cinco relegados serios, pero bien vestidos. A veces eran invitados por
las autoridades a comer (Ilustración 3).

ILUSTRACIÓN 3: ISLA DE PASCUA, 1932. J. GROVE, E. MATTE, M. GROVE, C. MILLÁN Y C. CHARLÍN.


FUENTE: ARCHIVO ALEJANDRO WITKER. GENTILEZA DE MATÍAS VILLA JUICA.

Otros relegados fueron miembros de la Unión Social Republicana de Asalariados de Chile


(USRACh), que en un comienzo apoyaron y trabajaron en el gobierno de Ibáñez. Posteriormente,
una parte de ellos fueron fundadores del PS: Oscar Schnake, Gregorio Guerra, Carlos Alberto
Martínez y Eugenio González.96 Este último, que ejercía como Inspector del Trabajo de

95
Jorge Grove, Descorriendo el velo. Episodio de los doce días de la República Socialista (Valparaíso: Librería
Cultura, 1933), 85 y ss. Sobre Rapa Nui en: Claudio Cristino y Miguel Fuentes (Editores), La Compañía Explotadora
de Isla de Pascua. Patrimonio, Memoria e Identidad en Rapa Nui (Concepción: Escaparate Ediciones, 2020).
96
Rojas, La dictadura, 77-85; ARNAD, MIN, vol. 7922. Declaraciones de Néstor Donoso Medina.

37
Antofagasta, fue trasladado a Más Afuera el 28 de junio de 1928. Nacido en enero de 1903,
González era ex dirigente de la Federación de Estudiantes de Chile (FECh) y profesor de Filosofía,
siendo posteriormente Ministro de Educación durante la República Socialista.97
Más Afuera era considerada una isla de tierra arcillosa y calcinada, inviable para el cultivo
y con un clima gélido para enfermos de tuberculosis.98 Según un informe policial, los reos
subversivos eran “gente irreformable en su modo de pensar. Se lo pasa en los ratos de ocio y
también en la noche, leyendo libros de autores revolucionarios”, no siendo amedrentados por el
destierro.99 Dentro de los “más peligrosos” no estaba precisamente Eugenio González, quien
prefirió relacionarse con los presos comunes, de los cuales escribió más adelante una novela
titulada “Más Afuera”.100 Según las memorias de Elías Lafertte, su anticomunismo lo llevó a
preferir dormir en la tenencia de Carabineros antes que junto a presos políticos.101 Roberto Meza,
otro relegado en Más Afuera lo ratificó: “Me dice que las dos compañías, comunistas y
carabineros, le repugnan. Pero que, entre las dos, prefiere al carabinero”.102 Aunque no llegó a ser
una generalidad, los futuros socialistas se formaron en una constante diferenciación y tensión con
los comunistas, lo que no significó que finalmente “habitaran” diversas coaliciones políticas como
fue el Frente Popular, el Frente del Pueblo y la Unidad Popular.
Quizás por este ambiente de represión selectiva, Chelén debió ser cuidadoso en sus
conversaciones, tanto en las faenas de Bellavista, como en La Filarmónica, donde se dedicó a
ordenar su biblioteca, pero sin realizar reuniones políticas.

“Entre innumerables paquetes que no habían sido ubicados en las estanterías encontré
libros, folletos y periódicos, la mayoría con la siguiente inscripción: ‘Estos libros fueron
obsequiados por el compañero Recabarren’. [Su nombre] surgía a cada momento. Conocí
por boca de discípulos del aguerrido luchador social episodios de su extraordinaria
actividad en las oficinas salitreras; muchos conservaban viejos periódicos y folletos de años
anteriores y fotografías de Recabarren”.103

97
Rojas, La dictadura, 53; “Las actividades estudiantiles en 1922”, La Nación, Santiago (1 de enero de 1923): 36;
Belarmino Elgueta Becker, El sueño y la vida en Eugenio González Rojas (Santiago: Ediciones Tierra Mía, 2004).
98
ARNAD, MIN, vol. 7926, “Parte del viaje a Isla de Pascua y Juan Fernández”, Valparaíso, 30 de julio de 1928.
99
ARNAD, MIN, vol. 7926, “Informe de Carabineros a Intendencia de Valparaíso”, Santiago, 2 de agosto de 1928.
100
Eugenio González, Más Afuera (Santiago: Nascimento, 1930).
101
Elías Lafertte, Vida de un comunista (Páginas autobiográficas) (Santiago: Empresa Editora Austral, 1971), 206.
102
Roberto Meza Fuentes, Los trágicos días de Más Afuera. (Santiago: LOM ediciones, 2006), 82.
103
Chelén, Fragoroso, 30.

38
Era la herencia del líder del POS, quien, según la biografía escrita por Julio Pinto Vallejos,
entendió la práctica política socialista como la combinación de la lucha sindical, electoral y
cultural, a través de la gestación de la prensa obrera y espacios de recreación y educación. 104 Tal
como señala el título de la investigación de otro historiador, Jorge Navarro, “Revolucionarios y
parlamentarios”, la identidad que tuvo el POS desde sus orígenes incluyó elementos de ambas
vertientes de politización.105 La trayectoria de Chelén y otros socialistas fue reflejo de esta herencia
dual.
Sumido en tertulias y asambleas, Chelén fue distinguiéndose entre anarquistas y
comunistas, quienes se acercaron para avecinarlos a sus ideas. Uno de ellos fue Luis Rojas, un
obrero de cincuenta años, amigo de su padre, y que se había marchado de Chañaral Alto cuando
Chelén era un infante. Perteneciente al PCCh, Rojas mencionó a Recabarren y su participación en
la FOCH, teniendo un amplio conocimiento de Lenin y Trotsky, cuyos libros, por precaución,
estaban guardados bajo el colchón de su cama. Chelén debió saber el duro momento represivo en
que se encontraban los comunistas, pero no necesariamente las rivalidades internas, tanto por el
proceso de bolchevización, como por actitud que se debía tener frente a la dictadura. La
bolchevización fue asumida por el POS en 1922, al convertirse en Partido Comunista de Chile,
pero sin generar la férrea disciplina que requería el Buró Sudamericano (perteneciente a la
Komintern o Internacional Comunista).106 Al contrario, se generó una crisis que tuvo una serie de
discrepancias producto del choque que formó la nueva cultura política con respecto a la gestada
en el POS, un partido con una nutrida heterogeneidad organizacional y territorial.107 Esto implicó
que, entre los años 1924 y 1927, se expulsara a importantes figuras de sus filas, tales como los
parlamentarios Abraham Quevedo, Juan Luis Carmona o José Córdoba Rencoret; y otros que
pasaron a ser, en la década siguiente, dirigentes y militantes socialistas, como Pablo López
Cáceres, Aquiles Jara, Ramón Sepúlveda Leal, José Ibsen Coe y Benjamín Rojas.108 Con la
instalación de la dictadura de Ibáñez y la vida clandestina, la crisis interna se agudizó en el PCCh.

104
Julio Pinto Vallejos, Luis Emilio Recabarren. Una biografía histórica. (Santiago: LOM ediciones, 2016).
105
Navarro, Revolucionarios.
106
Rolando Álvarez Vallejos, “La bolchevización del Partido Comunista de Chile: Antecedentes (1920-1927)”, en:
Patricio Herrera González (Coordinador), El comunismo en América Latina. Experiencias militantes, intelectuales y
transnacionales (1917-1955) (Valparaíso: Universidad de Valparaíso, 2017), 79-99.
107
Ver los casos del POS en Santiago, Valparaíso y Punta Arenas en: Navarro, Revolucionarios, 117-192.
108
Ximena Urtubia Oderkerken, Hegemonía y cultura política en el Partido Comunista de Chile. La transformación
del militante tradicional (1924-1933) (Santiago: Ariadna Ediciones, 2017), 89-126. Agradezco a Matías Villa por
información sobre ex sindicalistas del POS que ingresaron más tarde a PS.

39
La dictadura sorprendió a los comunistas, según informó Luis V. Cruz y Salvador Barra Woll al
Komintern, sin la consolidación de la bolchevización, es decir, el sistema celular, manteniéndose
la “estructura socialista propia a su origen”.109 Esto se tradujo en la formación de una fracción
liderada por el senador Manuel Hidalgo, quien fue deportado a Isla de Pascua en 1928 y más tarde
detenido y exiliado en Argentina desde mayo de 1931. Hidalgo, contrario al cambio de nombre de
POS a PCCh, propuso crear un partido legal-instrumental, con el nombre de Partido Socialista, y
generar una alianza con amplios sectores políticos para no ser aislados por la dictadura de Ibáñez.
Ya en agosto de 1929, el Buró Sudamericano, establecido en Buenos Aires, se opuso a esta idea
por considerarla una “ilusión [que] puede representar una desviación peligrosa de la línea
revolucionaria del partido”.110 De esta forma, la fracción liderada por Elías Lafertte, se trasladó a
Valparaíso y se inclinó hacia la propuesta del Buró Sudamericano, negándose a la alianza con otros
partidos, y así fortalecer la organización ilegal del partido y la FOCh (sindicatos
revolucionarios).111 Esta posición fue la reconocida por el Komintern y se procedió a la expulsión
de la fracción liderada por Hidalgo a fines de 1929, la cual continuó denominándose Partido
Comunista de Chile entre 1931 y 1933.112
Estas divisiones y percusiones no sólo afectaron a la militancia comunista, sino también
repercutió en la vida cotidiana de su familia. Así lo escribió María Rojas a su esposo Manuel
Hidalgo, desterrado en Mendoza en 1931, donde le informó una serie de deudas que tiene producto
de su ausencia. “No quiero enfermarme porque qué harían mis chiquitos solos […] El presidente
del partido estuvo anteayer i me emocionó hasta llenársele los ojos i me dijo que sentía la injusticia
cometida contigo y esperaba que tu regreso sea pronto”.113 Debieron pasar unos meses para volver
a encontrarse.

109
“Informe sobre la dictadura de C. Ibáñez enviado por dirigentes comunistas chilenos exiliados desde México al
miembro del Ce de Komintern, 17 de septiembre de 1927”, en: Olga Ulianova y Alfredo Riquelme Segovia (Editores),
Chile en los Archivos Soviéticos 1922-1991. Tomo I: Komintern y Chile 1922-1931 (Santiago: Lom Ediciones- Centro
de Investigaciones Diego Barros Arana, 2005), 303-304.
110
Archivo Nacional (AN), Fondo Varios (FV), vol. 1333, “Carta de SSA-IC a Comité de Santiago del Partido
Comunista de Chile”, Buenos Aires, agosto de 1929.
111
“Informe del CC Provisorio del PC chileno al Secretariado Sudamericano de Komintern”, Santiago, 15 de
noviembre de 1929, en: Ulianova y Riquelme Chile en los Archivos, 416-435; Sergio Grez Toso, “Un episodio de las
políticas del ‘tercer período’ de la Internacional Comunista: elecciones presidenciales en Chile, 1931”, en: Herrera,
El comunismo, 274-281.
112
Una versión de la separación por parte de Humilde Figueroa, “Se desenmascaran los traidores del proletariado”,
La Chispa, N° 3 (septiembre de 1931): 8.
113
AN, FV, vol. 1335, documento 102, “Carta de María de Hidalgo a Manuel Hidalgo”, Santiago, 15 de mayo de
1931.

40
***
Alejandro Chelén fue invitado, probablemente en más de una ocasión, a incorporarse al
PCCh por Luis Rojas, el amigo de su padre. Sin embargo, se trató de un acercamiento condicional,
sólo cuando comprendiera “la claridad de sus principios”. Ese momento nunca llegó, entre otras
cosas, porque a los pocos meses volvió a su pueblo donde se dedicó a las tareas agrícolas en
reemplazo de su padre difunto.114 Si su madre debió estar feliz de verlo, los amigos de su padre, al
contrario, fruncieron el rostro por la defensa de Chelén hacia los “federados”, acusándolos de
querer repartir las escasas tierras que ellos tenían. La colonización agrícola, como solución a la
cesantía obrera, se estaba transformando en el debate nacional, pero Chelén se trasladó a
Antofagasta para realizar el servicio militar en enero de 1931. Allí conoció la disciplina y el
menosprecio de los oficiales hacia los más pobres.

“Tres jóvenes analfabetos de inclinaciones rebeldes, pero con rasgos de natural


inteligencia, que habían trabajado como gañanes en un fundo, fueron sometidos desde el
primer día al trato más arbitrario y grosero. En el curso del año, apenas aprendieron a
escribir sus nombres. Sin embargo, me escuchaban con agrado cuando les leía el diario y
me indagaban lo que no entendían”.115

Fue a mediados de año cuando la caída de Ibáñez cambió el panorama nacional. “El delirio
de la multitud en la ciudad de Antofagasta fue extraordinario”, recuerda Chelén. Acuartelados por
dos días, los soldados debatieron sus posiciones, esperando instrucciones que nunca llegaron. Los
oficiales, defensores del régimen y la figura de Ibáñez, se quedaron mudos. En Santiago, las
movilizaciones de obreros, empleados y estudiantes generaron escaramuzas y enfrentamientos con
la fuerza policial. Según datos del diputado radical, Arturo Lois, entre el 23 y 26 de julio hubo más
300 heridos y 20 muertos, cuya lista entregó plena sesión del Congreso Nacional.116 Según
Verónica Valdivia, las causas de la revuelta no sólo fueron económicas, sino que además
respondieron al descontento del movimiento cívico profesional, e incluso dentro de las filas
militares que le quitaron “el piso político” al caudillo.117 En los meses siguientes, otro evento

114
Chelén, Fragoroso, 31-33.
115
Chelén, Fragoroso, 45.
116
BSCD, 39° sesión ordinaria, Santiago (11 de agosto de 1931): 1359-1364.
117
Valdivia, Subversión, 137.

41
demostró que la “militarización de la política” seguía presente: el alzamiento de la Marinería en
septiembre de 1931. Chelén, que estaba en el regimiento al momento del alzamiento, fue testigo
de una nueva discusión entre la tropa, sobre todo entre quienes se negaban a disparar, si fuese el
caso, a los trabajadores o marinos. Un conscripto de apellido Peralta, cuyo hermano era comunista,
le mostró un panfleto de los sublevados, pero al contrario de lo que mencionaba la prensa, estos
no llamaban a la rebelión.118 Efectivamente, según Verónica Valdivia, el PCCh no tuvo relación
con el levantamiento, aunque sí supieron previamente de su organización.119 De hecho, Chelén fue
sorprendido por un sargento leyendo aquel panfleto, pero, en vez de reprenderlo, lo convidó a su
casa. Aquel superior resultó ser hijo de un “federado” que ingresó al Ejército:

“En la salita destacaba un estante repleto de libros en perfecto orden. Me deleité repasando
los títulos y nombre de sus autores. Biografías de hombres célebres, predominando las de
militares y emperadores; algunas novelas de escritores rusos y franceses y una hermosa
edición de La Revolución Francesa, de Jules Michelet”.120

Sin ser militante activo, aquel sargento se declaraba, según Chelén, como simpatizante del
PCCh. Chelén recuerda como mencionó lo que ocurría en la Unión Soviética y las disputas entre
Stalin y Trotsky, pero sin considerar a este último un renegado. Años más tarde volvió a tener
noticias suyas, ya jubilado, pero con similares ideas comunistas. Otros marinos, participantes
activos del levantamiento de 1931, ingresaron más adelante al PS. Fue el caso Luis Hernández
Hernández (nacido en Concepción en 1908, suplementero y marino); Juan Acuña Montecinos
(nacido en Concepción en 1911, soldador eléctrico y ferroviario)121; Luis Mercado (secretario del
seccional de Los Ángeles, comuna donde fue regidor en 1940) y Carlos Colella Toro (nacido en
1913, siendo fundador del PS y primer secretario general de la Federación de la Juventud
Socialista).
Terminado el Servicio Militar, Chelén volvió a su terruño a comienzos de 1932, pero
inmediatamente partió a trabajar en la extracción de oro en Altar Alto (al sur de Potrerillos).
Cientos de cesantes intentaban aliviar su crítico estado económico meciendo una batea en pleno

118
Chelén, Fragoroso, 50.
119
Valdivia, Subversión, 176.
120
Chelén, Fragoroso, 51-52.
121
Su hijo, Juan Antonio Acuña, militante socialista, fue fusilado en el fundo San Juan en septiembre de 1973.

42
riachuelo. Era una actividad cautivante, pero agotadora.122 Con tres meses de actividad y sin
muchos resultados, Chelén regresó a las actividades agrícolas, enterándose del inicio de la
República Socialista en Santiago.

“Me esforcé en organizar un grupo de obreros - ex pampinos - y de jóvenes amigos, pero


no tuve el éxito esperado. Sólo seis o siete demostraron interés, aunque no decisión ni
entusiasmo. Doce días más tarde supimos de la caída de Grove y de la formación de un
nuevo gobierno encabezado por Carlos Dávila. De inmediato observamos la actitud
drástica de las autoridades departamentales que repercutió en la aldea a través de
Carabineros, prohibiéndonos toda campaña en favor de Grove y cualquier comentario
adverso al nuevo gobierno”.123

A pesar de la represión, Chelén logró organizar en su pueblo la campaña de Grove a la


presidencia, obteniendo un 17,7% de votación a nivel nacional.124 La campaña generó grandes
expectativas entre las organizaciones socialistas de la provincia de Coquimbo, contando la
participación del PS Marxista (liderado por el doctor Tomás Peña Fernández) y el PS Unificado
en Illapel.125 Este último organizó una proclamación el 21 de octubre de 1932, cuya marcha
convocaba a “obreros, campesinos y pequeños comerciantes” para votar por Grove como
presidente y Daniel Barrios Varela para diputado.126 Desde Chañaral Alto, Chelén recibió una
comunicación de Emilio Zapata, perteneciente al PCCh liderado por Hidalgo, pidiéndole que
organizara la campaña en su localidad. Así, conociendo la dinámica electoral a base del cohecho,
Chelén recuerda que se infiltró en las filas conservadoras, recibiendo diez pesos de anticipo por el
voto de Héctor Rodríguez de la Sotta, el candidato de derecha. El sábado 29 de octubre de 1932,
un día antes de la elección, los campesinos “acarreados” viajaron a caballo hacia Combarbalá,
descansado hasta el día de votación. Chelén ubicó a Manuel Contreras Moroso, abogado comunista
y futuro militante socialista, quien estaba a cargo de campaña en el valle del Limarí. Este aceptó

122
Sobre la cesantía en la zona: “La colonización puede solucionar la cesantía en Ovalle”, Crónica, Santiago (2 de
diciembre de 1931), 6; “El problema de la cesantía”, El Coquimbo, La Serena (7 de julio de 1932), 2.
123
Chelén, Fragoroso, 72.
124
Drake, Socialismo, 78.
125
Celso López y Alejandro Duarte, El Partido Socialista en la región de Coquimbo. Actores sociales, líderes y
aportes al carácter progresista regional. Tomo I. 1930/ 1970 (La Serena: Ediciones Centro Cultural Alejandro Chelén,
2006), 17-21; “El Partido Socialista Unificado seccional Illapel fundará la Universidad Carlos Marx”, El Reflector,
Illapel (24 de octubre de 1932), 2.
126
El Reflector, Illapel (14 de octubre de 1932), 3; “A las tres de la tarde se proclama a Marmaduque Grove”, El
Reflector, Illapel (21 de octubre de 1932), 1.

43
el plan de cambiar los votos de los campesinos hacia Grove. Al lograr tamaña hazaña, las
celebraciones fueron en la casa del “camarada Catoche”, improvisando cuecas y vítores por Grove,
“bebiendo cervezas con el dinero recibido de los conservadores. Nunca me había sentido tan
satisfecho en los años de juventud”, escribió Chelén desde el exilio.127 Chelén reflexiona sobre la
ingenuidad de confiar que, por medio de las elecciones, se podía “librar a las masas de la
explotación capitalista. (…) Dirigirlos [a los asalariados] por ese camino de frustración y engaño,
ha sido el peor crimen para mantenerlos bajo las garras de la explotación capitalista”. Aunque
influido por la experiencia reciente del golpe de Estado de 1973, las reflexiones de Chelén
reflejaban las contradicciones y ambivalencia de parte de la izquierda entre reforma y
revolución.128
La hazaña no fue gratuita. De regreso a Chañaral Alto fue reconocido por los “caciques
rurales”, comenzado la golpiza. “Bastante maltrecho, logré salir sin recobrar el poncho y el
revolver. ¡Mi primera experiencia electoral al cumplir veinte años de edad! Un relativo éxito a
costa de una gran paliza”.129 Chelén expresa una característica importante en los socialistas:
demostrar valentía y rudeza, como si la golpiza fuese su bautizo de iniciación. Con los años
Chañaral Alto sería uno de las seccionales más fuertes del Valle del Limarí, y Chelén su
representante en el parlamento. Pero a finales de 1932 los viajes continuaron y conociendo a
Eduardo Ugarte, partidario de Grove y futuro fundador del PS, comenzó a trabajar en la firma
Simón Hnos. en la búsqueda de plomo. Por siete meses fue encargado de la extracción de plomo
en la zona de San Marcos. Al acabarse la obra se fue definitivamente a Santiago, donde Ugarte le
consiguió empleo y lo mantuvo un tiempo en su casa. “El sector que rodea las márgenes del
Mapocho me desilusionó, así como los puentes sobre el río. Me imaginaba algo más poético y
maravilloso. Las aguas turbias en vertiginoso correr, me dejaron una sensación grosera, sucia, sin
atractivo”.130 Al poco tiempo se fue a una pensión en Unión Americana con Delicias con ex
compañeros del Liceo de Ovalle. A finales de 1934 fue despedido, costándole encontrar un nuevo
empleo: “A los ‘nortinos’ les negaban cualquier oportunidad de trabajo. Se les continuaba
considerando “federados”, ‘subversivos’, ‘enemigos del orden”.131 Cambiándose donde su

127
Chelén, Fragoroso, 75.
128
Chelén, Fragoroso, 76.
129
Chelén, Fragoroso, 77.
130
Chelén, Fragoroso, 79.
131
Chelén, Fragoroso, 82.

44
hermana María, que estaba casada con un ex carabinero en Santiago, se dedicó por tres meses a
asistir a actos y reuniones políticos, o a leer libros de la revolución francesa y rusa en la Biblioteca
Nacional. Al tiempo ingresó a la Compañía de Tracción y Alumbrado de Santiago. Allí conoció a
Oscar Waiss y Luis Ernesto Muñoz, redactores del diario Izquierda, donde Chelén colaboraría más
adelante.132

***
En resumen, las memorias de Alejandro Chelén Rojas, aunque como sabemos, con grado
importante de subjetividad, ofrecen una interesante perspectiva de cómo se experimentó la crisis
salitrera en algunas localidades agrícolas del norte, generándose procesos de aflicción económica,
pero también de politización, justo sea decirlo, con anterioridad a la década de los treinta. Dicha
politización no fue sólo producto de la discusión política o ideológica, ni tampoco porque el hecho
de conocer literatura marxista, sino que estuvo marcado por la experiencia del conflicto laboral y
la relación afectiva entre los trabajadores y sus familias, que, en constante movimiento, fueron
migrando por todo el país. Por lo demás, la crisis económica y política llegó a tal grado que la
politización no sólo se vivió en las faenas salitreras, sino que se extendió a otros espacios de
socialización como liceos, fundos, regimientos y las plazas públicas. La experiencia de Chelén,
como de otros futuros socialistas, se forjó en estas trayectorias, que fueron resultado de una
herencia política y cultural de los militantes del POS, pero también con nuevos elementos como la
aceptación del sindicalismo legal y alianza entre trabajadores y militares progresistas. En este
proceso dialéctico, la figura de Luis Emilio Recabarren resaltó notablemente por su propuesta de
integración de la acción sindical, cultural y recreativa, pero a esta se le aparejó el liderazgo de
Marmaduke Grove, cuyo militar planteó encarnar una política efectiva para resolver las demandas
concretas de la población empobrecida. A su retorno en 1932, Chelén puso en juego su capital
cultural (herencia de su padre), pero además su experiencia laboral y política que debió transmitir
a su regreso a la pequeña localidad de Chañaral Alto. En comunidades alejadas como aquella, la
apertura de nuevos horizontes diferenciaba a Chelén de sus otros coterráneos, y lo convirtieron en
una autoridad local que tenía flexibilidad al momento de negociar ciertas regalías en favor de la
comunidad. Esto, porque a diferencia del PCCh, los socialistas demostraron ser más pragmáticos

132
Chelén, Fragoroso, 85; Oscar Waiss, Chile Vivo. Memorias de un socialista. 1928-1970. (Madrid: Centro de
Estudios Salvador Allende, 1986), 69.

45
en la aceptación de las reglas del juego institucional, auto considerándose más autónomos de los
designios de una fuerza política extranjera como era la Unión Soviética. En materia agrícola, dicha
experiencia se expresó en la politización hacia los pequeños agricultores, más que en el inquilinaje,
reivindicando la colonización o parcelación de tierras como propiedad privada y no como uso
colectivo o estatal, como apelaban los comunistas en la década de los años treinta. De esta manera,
los socialistas fomentaron y respaldaron la organización de cientos de aspirantes a colonos
agrícolas en todo el país. El propio Alejandro Chelén, paralelo a su actividad política, desarrolló
la actividad agrícola en la plantación del tomate en su tierra natal, incluso después de migrar a
Santiago cuando fue diputado y senador en el Congreso Nacional. De manera, que cuando habló
en 1958, abogando por la ayuda hacia los campesinos del distrito que representaba, lo hacía como
socialista, pero también como pequeño agricultor.

46
Capítulo Dos
La Colonización Agrícola como solución a la crisis y la organización de
Aspirantes a Colonos (1919-1935)

“La tierra, dicen los sociólogos, ata al hombre, con fuertes lazos a
la sociedad en que vive, lo convierte en un elemento de orden y
de progreso, lo hace interesarse no sólo por su bienestar personal
y el de su familia, sino que, también, por el progreso de su
nación”.133

Aunque es sabido que Chile fue uno de los países más afectado por la crisis mundial de
1929, sus conflictos económicos y sociales se desarrollaron con anterioridad. Según Juan Carlos
Yáñez, de las 134 oficinas salitreras operativas en 1914, al año siguiente sólo quedaron
funcionando 41, reduciendo su producción en un 36%.134 Esto afectó notablemente en la
empleabilidad obrera, teniendo variadas olas de despidos entre 1920 y 1929.135 A partir de esto, se
formaron diversos programas sociales para su recepción, como comedores, bolsa de trabajo y
albergues. Sólo en Santiago se contabilizaron más de 21.506 albergados a fines de 1921, generando
problemas de higiene y desorden social.136 Esto obligó a que la Oficina del Trabajo, creada en
1906, derivase a dichos trabajadores a diversas zonas agrícolas del país, lo cual presionó aún más
las relaciones laborales entre el inquilinaje y la patronal.137 Según Claudio Robles, la intervención
del Estado por medio de la Oficina del Trabajo, provocó la irrupción de la cuestión agraria y los

133
Moisés Poblete Troncoso, El problema de la producción agrícola y la Política Agraria Nacional (Santiago:
Imprenta Universitaria, 1919), 73.
134
Juan Carlos Yáñez Andrade, La intervención social en Chile. Y el nacimiento de la sociedad salarial, 1907-1932
(Santiago: Ril Editores, 2008), 165-166.
135
Brian Loveman, Chile: The Legacy of Hispanic Capitalism, Third Edition (New York: Oxford University Press,
2001), 170.
136
“Irregularidades en los albergues”, La Nación, Santiago (16 de noviembre de 1921), 11.
137
Yáñez, La intervención, 178-188.

47
trabajadores rurales en la política nacional a comienzos de los años veinte.138 En este debate, como
ha mencionado Igor Goicovic, tanto el POS, como la FOCh tuvieron un papel destacado en la
movilización campesina, conformando ésta última un Consejo Federal de Campesinos en 1921
(CFC).139 Por su parte, Manuel Lagos ha destacado que ese mismo año, se contabilizaron más de
cuarenta movilizaciones campesinas en las provincias de Aconcagua, Valparaíso y Santiago,
continuando en los años siguientes hasta la instauración de la dictadura de Ibáñez en 1927.140 En
una gira hacia Lota, el propio Recabarren realizó una conferencia en Arauco, convocada por el
CFC de la zona. Así lo escribió en el periódico La Federación Obrera:

“En el fundo Anguilla, de propiedad de un bandido llamado Celedonio del Río, la mayor
parte de los inquilinos trabajan sin salario y sin comida. A primera vista esto parece
increíble, pero es la verdad (…) Un obrero llamado Horacio Castro, después de cerca de
cuarenta años de trabajo, murió en el fundo. Al día siguiente el tal del Río, tomó posesión
de las mejoras y de las siembras y echó a la calle a la viuda con cinco hijos sin pagarle lo
que era el trabajo del obrero muerto”.141

Como ha evidenciado el trabajo de diversos historiadores, al iniciarse la década de 1920


existía una correspondencia entre crisis salitrera, la circulación nacional de trabajadores
desempleados y la politización campesina, de la cual derivarían prontamente conflictos entre las
autoridades de la Oficina del Trabajo y los patrones, quienes se quejaron de la mano de obra que
les enviaban a sus haciendas. Esto provocado probablemente por las condiciones laborales que se
vivían en ese periodo en los fundos. Así lo hizo saber el hacendado Luis Román Mellafe al jefe de
la Oficina del Trabajo en Santiago, en torno a cinco trabajadores que fueron destinados a su fundo
en Los Andes:

138
Claudio Robles, “Sociedad rural y política nacional en Chile Central”, en: Iván Jaksic y Juan Luis Ossa (Editores),
Historia Política de Chile, 1810-2010. Tomo I. Prácticas políticas (Santiago: Universidad Adolfo Ibáñez – Fondo de
Cultura Económica, 2017), 433-434.
139
Igor Goicovic Donoso, “Surco de sangre, semillas de redención. La revuelta campesina de La Tranquilla”, en
Sujetos, mentalidades y movimientos sociales en Chile (Viña del Mar: CIDPA, 1998), 159. Además: José Bengoa,
Historia rural de Chile central. Tomo II. Crisis y ruptura del poder hacendal. (Santiago: LOM ediciones, 2015), 29-
38.
140
Manuel Lagos Mieres, El despertar de los trabajadores del campo. Politización, huelgas agrarias y experiencias
del Sindicato Campesino y la Escuela Racionalista de Peñaflor (1917-1927), manuscrito inédito, 2020. Se agradece
al autor su solidaridad por facilitar dicho borrador. Además, ver: Sergio Grez Toso, Historia del Comunista en Chile.
La era de Recabarren (1912-1924). (Santiago: LOM ediciones, 2011), 238-247.
141
Luis E. Recabarren, “Una tarde en Arauco”, La Federación Obrera, Santiago (6 de marzo de 1922), citado en:
Eduardo Devés y Ximena Cruzat (compiladores), Luis Emilio Recabarren. Escritos de prensa (Santiago: Ariadna
Ediciones, 2015), 717.

48
“La primera advertencia que hicieron fue que se le debía dar mui bien de comer porque
‘don Arturo’ [Alessandri] así lo hacía con ellos en Santiago […] que ellos para trabajar
debía dársele: desayuno, café con leche en un litro con tres panes que cuestan 10 cts. c/u;
almuerzo, tres guisos; onces, té con leche i dos panes i comida; tres guisos. Fuera de lo
nombrado debía pagarles tres pesos al día. Se le contestó que ellos debían recibir comida
de trabajar i dos pesos si ellos le preferían i que así debía decir sus tarjetas. Tomaron sus
saquitos i se fueron”.142

El hacendado, indignado por las exigencias culinarias de los salitreros, sentenció que no
era “trabajo” lo que hacía falta en el país, sino “trabajadores” que quisieran ejercerlo, dando a
entender un frecuente argumento en torno a los sectores populares: su animadversión al laburo y
el uso extra-limitado del alcohol. Luis Durand, escritor criollista y futuro socialista, escribió una
variedad de cuentos en torno al campesinado entre 1929 y 1954. Tras haber ejercido diez años
como administrador de un fundo en Traiguén, Durand describió la pasividad de los campesinos
chilenos frente a la desigualdad y el maltrato patronal. “Ni los hombres ni las mujeres son malas,
sino los destinos que ponen su designio caprichoso y atrabiliario sobre cada ser”, diría un
mayordomo de fundo en el cuento “Remordimiento”.143 Mientras que, en un cuento Oscar Castro,
poeta y escritor criollista, una campesina diría: “Este sinvergüenza de mi marío, señor, por Dios…
Too se lo toma, too lo bota por ahí con sus marditos amigos. Y lo pior es que abandona el trabajo
y endespués no lo admiten más”.144 ¿Era problema de los designios caprichosos de cada ser?145.
La política de inserción laboral de ex salitreros continuó ejerciéndose por parte de la
Oficina del Trabajo, la cual pasó a llamarse Dirección General del Trabajo (DGT) en 1921. Esta
nueva institucionalidad consolidó la cultura de la fiscalización a las empresas industriales, pero
también se hizo cargo del mejoramiento y condiciones de los desocupados, trasladados a las faenas
agrícolas.146 Moisés Poblete Troncoso, abogado y primer director de la DGT, conocía
profundamente la cuestión agraria: en 1919 publicó un informe en el que llamaba la atención
respecto a la alta concentración de extensiones agrícolas en escasas propiedades, proponiendo que

142
Brian Loveman, Struggle in the Countryside. A Documentary Supplement (Bloomington: University of Indiana
Press, 1976), 6-7.
143
Luis Durand, Campesinos (Santiago: Nacimiento, 1952), 17.
144
Oscar Castro, Huellas de la tierra (Santiago: Zig- Zag, 1940), 13.
145
Nicolás Acevedo Arriaza, “La frontera entre historia y literatura. Una lectura de Luis Durand y la cuestión agraria
en Chile”, Revista Estudios Avanzados, N°31 (julio 2019: 91-111.
146
Yáñez, La intervención, 249-252; Juan Carlos Yáñez Andrade, “Moisés Poblete Troncoso y la primera Historia
del Movimiento Obrero en latinoamericano (1946)”, Izquierdas, N° 37 (diciembre 2017): 261-280.

49
esto podría solucionarse mediante la colonización con la masa de cesantes. Según sus cálculos, en
Chile existían 38.759 pequeñas propiedades inferiores a 5 hectáreas de extensión, contra 248 de
más de 5 mil hectáreas cada una. Su propuesta fue generar una política de colonización, que no
solo considerara a extranjeros, sino también chilenos, aunque no mencionó a las comunidades
mapuche. Como destaca en el texto que hemos seleccionado como epígrafe de esta sección, a juicio
de Poblete, la colonización agrícola no sólo generaría desarrollo económico, sino también social,
por lo que los esfuerzos del Estado debían enfocarse en estimular el vínculo de los trabajadores
con la tierra. Poblete Troncoso también advirtió que la colonización serviría como método de
contención social para evitar una revuelta campesina como ya estaba ocurriendo en otras latitudes,
pensando probablemente en el fantasma del comunismo soviético:

“En Chile, si bien es cierto que no hay un socialismo revolucionario ostensible, existe en
fermento por la misma razón que ha existido en los países europeos; lo hemos comprobado
personalmente en nuestras investigaciones entre el elemento que forma el Partido Socialista
[POS], y entre algunos alumnos de escuelas de obreros, donde hemos dictado clases; varios
de los más cultos obreros sostienen la máxima de Prouhdon: la propiedad es un robo, que
la plutocracia se ha apoderado para su beneficio exclusivo, de la tierra y dejando al pueblo,
que ha constituido al progreso nacional, proscrito de la riqueza territorial... Es pues
necesario que se considere este aspecto importante del problema agrario”.147

La amenaza latente, incluso antes del primer gobierno de Alessandri, se fue intensificando
con la masiva llegada de los retornados salitreros al sur del país. Según Ángela Vergara, entre
septiembre de 1930 y febrero de 1931, fueron alrededor de 46.459 obreros y obreras que
“abandonaron los campos salitreros de Antofagasta e Iquique y se trasladaron en barcos de vapor
a Santiago y otras ciudades más pequeñas de la provincia”.148 ¿Fueron estos los causantes de la
politización campesina o existía una agencia por parte de los campesinos y sus familias? Y si fuese
así, ¿cuáles fueron estas reivindicaciones agrarias frente a la crisis económica de 1930?
El siguiente capítulo analiza las respuestas que se dieron desde los sectores agrarios a la
crisis económica, ya sea, el bandolerismo, la migración hacia la urbe y la formación de
asociaciones de aspirantes a colonos. Esta última reivindicación, mediante la formación de cientos

147
Poblete, El problema, 74.
148
Angela Vergara, “Los trabajadores chilenos y la gran depresión, 1930-1938”, en: Paulo Drinot y Alan Knight
(coordinadores), La Gran Depresión en América Latina (Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica, 2015), 83.

50
de colonias agrícolas, fue central para entender, no solo el proceso de politización campesina, sino
también el desarrollo y expansión de los socialistas en el mundo rural. Para esto analizaremos la
Central Socialista de Colonización y la Colonia Agrícola Proletaria de la comuna de Talagante
(Valle Central). Como hipótesis planteo que, frente a la crisis económica que se vivió en los
sectores rurales, los campesinos y obreros cesantes respondieron con diversas estrategias
organizativas sea individuales como colectivas, como fue el bandolerismo, la migración y la
formación de colonias de aspirantes a colonización. Algunas de estas últimas, fueron dirigidas por
futuros socialistas, los cual explica cómo este partido tuvo una rápida expansión en sectores
rurales, teniendo una conexión con las demandas locales y la institucionalidad nacional. Contrarios
a la Ley de Colonización Agrícola de 1935, porque discriminaba a los pequeños agricultores, los
socialistas no exigieron la expropiación ni la colectivización de las tierras, sino la compra y
distribución fiscal de tierras no productivas a campesinos pobres. Para esto me basaré
principalmente en la prensa nacional, en los debates parlamentarios de la Cámara de Diputados,
documentación de la Intendencia de Santiago y el Fondo de Ministerio de Agricultura, de manera
de analizar prácticas y discursos en torno al problema de la colonización agrícola. De gran utilidad
será la literatura criollista de la época, las cuales nos entregan imágenes y perfiles de lo que se ha
llamado la “cuestión agrícola” de comienzos del siglo XX, con autores como Mariano Latorre,
Luis Durand, Manuel Guerrero o Rafael Maluenda.

***

Desde la perspectiva de los trabajadores desempleados, una primera respuesta a la crisis


económica fue el bandidaje rural. Las investigaciones sobre bandolerismo en Chile suelen abordar
períodos históricos anteriores a la presente tesis, por lo que no es posible establecer si en el marco
de la crisis de los treinta la delincuencia rural aumentó o se mantuvo.149 Según el historiador Daniel
Palma, esta práctica se originó en la masa mestiza en el siglo XIX, acrecentándose en el Valle
Central después de la crisis de 1870.150 Uno de los más notables bandidos, a comienzos del siglo
XX, fue el “Huaso Raimundo”, retratado por el historiador Ignacio Ayala, quien planteó que el

149
Jaime Valenzuela Márquez, Bandidaje rural en Chile central Curicó, 1850-1900 (Santiago: Dibam- Centro de
Investigaciones Barros Arana, 1991); Ana María Contador, Los Pincheira. Un caso de bandidaje social. Chile, 1817-
1832 (Santiago: Bravo y Allende Editores, 1998).
150
Daniel Palma, Ladrones. Historia social y cultural del robo en Chile, 1870-1920 (Santiago: LOM ediciones, 2013),
30-39.

51
bandolerismo de esa época comenzó a tener un carácter semi-urbano, contando con redes sociales
tanto en el campo (refugios), como en la ciudad (casas de cambio).151 Con el fin del ciclo salitrero
y la crisis de 1930, mediante la revisión de prensa, es posible sostener el regreso del bandolerismo,
siendo relevante como una práctica de sobrevivencia en un contexto de empobrecimiento de la
población. Uno de ellos era José Santos Navarro, bandolero capturado en Curanilahue en 1930, o
Pedro Ángel Soto, detenido en Victoria junto a su banda de cuatreros.152 Sólo en el primer semestre
de 1931 se denunciaron más de once asaltos a fundos del centro y sur del país.153 En San Antonio,
por ejemplo, se detuvo a una banda de bandoleros liderada por Pedro Pinto Allendes, cuyo historial
databa de 1919 como bandido rural. Según la policía, esta banda llevaba más de un año dando
golpes en las zonas de Barrancas, San Antonio, Melipilla y Loyca.154 Otros casos se dieron en
1932 en Puente Alto, donde cinco “malhechores” quisieron ingresar violentamente en automóvil
a la Viña Concha y Toro, siendo repelidos por un carabinero, tras lo cual arrancaron a los cerros.
Uno fue capturado y otro murió por un disparo policial.155 Un mes después, otra banda logró
sustraer diez mil pesos de la administración del fundo Santa Marta. Meses después, el
administrador del fundo de Aculeo, Nicomedes Lizama, fue asesinado por cinco bandidos que se
llevaron cuatro mil pesos.156 Otros hechos sucedieron en Quinta Normal y el fundo Polpauco con
el constante robo de caballos.157
Era el retorno del cuatrero escribió Ricardo Latcham, escrito y futuro diputado socialista:

“La historia se repite, Chile, en este momento de su vida retorno a los tiempos pasados […]
los diarios cuentan hoy las hazañas del Tuta y de otros bandidos ocultos en los bosques de
pataguas cercanos a San Vicente […] El cuatrero de hoy es menos temerario, pero trae una
nota más animada a las muchas que marcan el desquiciamiento de Chile”.158

Casi como un hito mitológico, el bandolerismo se convirtió incluso en un eje temático de


la literatura chilena, como fueron los cuentos de Rafael Maluenda y Manuel Guerrero en la década

151
Ignacio Ayala Cordero, “Las bandas de ‘Huaso Raimundo’. Redes sociales y transicionalidad delictiva en Santiago
y sus alrededores, 1882-1911”, Historia Social y de las Mentalidades, Vol. 16, N° 1 (junio 2012): 109-135.
152
“Bandolero famoso fue aprehendido en diuquín por una pareja de carabineros”, La Nación, Santiago (29 de julio
de 1930): 11; “Una banda de cuatreros fue aprehendida”, La Nación, Santiago (13 de noviembre de 1930): 13.
153
Seguimiento a periódico La Nación desde enero a julio de 1931.
154
“Peligrosa banda de salteadores cayó en poder de la justicia”, La Nación, Santiago (11 de junio de 1931): 12.
155
“Cinco malechores pretendieron asaltar un fundo”, La Opinión, Santiago (4 de julio de 1932): 1.
156
“5 bandoleros asaltan un fundo y dan muerte a un empleado”, La Opinión, Santiago (9 de septiembre de 1932): 1.
157
“Ladrones de animales alarman los campos”, La Opinión, Santiago (8 de noviembre de 1933): 4.
158
Ricardo Latcham, “El retorno de los cuatreros”, La Mañana, Santiago (14 de mayo de 1932): 3.

52
de los ‘60.159 Según Mariano Latorre, autor de “Los Salteadores de Chillehue” en 1935, existía
una fascinación desde los inquilinos hacia estos bandidos que quemaban sus deudas contraídas en
las pulperías. Por esto, a los bandidos “los protege toda la comarca. ¿No te has dado cuenta? Se
atreven con lo que harían todos los campesinos si pudieran”.160
Una segunda respuesta a la crisis fue la migración hacia las grandes ciudades. Según datos
censales, Santiago, que concentraba el 23% de la población del país en 1930, pasó a un 30% en
1952.161 Este fenómeno llamó la atención de los editores de la revista El Nuevo Sucesos, quienes
en 1932 se preguntaban “a qué vienen los pobres a Santiago”. Buscando el “drama” y con un tono
sensacionalista, el periodista preguntaba abiertamente a campesinos y campesinas que llegaban a
la Estación Central de Ferrocarriles. Las respuestas fueron variadas: una mujer vino en busca de
su hija que se enamoró de un hombre “rubio y con ojos de acero”; otra, llamada Mercedes Chandía,
buscaba trabajo para ayudar a su abuela. “¿De qué? ¡No sé! Tengo una prima que trabaja en una
casa rica. Yo quiero trabajar, aunque me emplee en una casa pobre”.162
Así lo recordó Carmen Faúndez en el 2006. Nacida en 1928, en el fundo “Las Brisas” de
Linares, su padre era mayordomo del administrador, pero sus hermanos debían trabajar de
“obligados” desde las ocho de la pasada hasta la noche.163 “No les pagaban horas extras”. Su madre
se levantaba a las cinco de la mañana para sacar leche para el fundo y luego a sus hermanos,
además de hacer el pan y cultivar las hortalizas para el consumo interno. “Toda la familia tenía
que trabajar”. Aunque estudió un tiempo, su padre no quiso que continuara, diciéndole: “Pa’ que
iban a tener estudios las mujeres. Los hombres sí, porque ellos podían tener puestos. Las mujeres
no, porque eran de la casa”. Producto de esto, decidió emigrar joven a la casa de familiares en
Santiago. Se rebeló a su destino.
“Le dije a mi mamá: ‘mamá lo siento mucho, pero yo no aguanto’. Porque mis tías, las
hermanas de mi papá, vivían acá en Santiago. Entonces iban allá y venia como yo trabajaba,

159
Rafael Maluenda, Historias de bandidos (Santiago: Zig- Zag, 1961); Manuel Guerrero y Raúl Miranda, La huella
del bandido (Santiago: Letras Chilenas, 1960); Enrique Lihn, Diez cuentos de bandidos (Santiago: Quimantú, 1972).
160
Mariano Latorre, On Panta (Santiago: Ediciones Ercilla, 1935), 121. Además, ver: Araucaria Rojas Sotoconil,
“Cuando me encarné en la Gueya de verdadero sarten. Rotos bandidos en la literatura chilena”, Historia Social y de
las Mentalidades, Vol. 16, N° 1 (2012), 81-107.
161
Instituto Nacional de Estadísticas, Censos de 1930, 1940 y 1952. Ver: Hugo Zemelman Merino, Migrante rural
(Santiago: ICIRA, 1967).
162
“¿A qué vienen los pobres a Santiago?”, El Nuevo Sucesos, N°1537, Santiago (4 de marzo de 1932): 7.
163
El “obligado” es la persona que debía llevar el inquilino a trabajar como parte de su contrato por un salario, vivienda
y otras regalías.

53
como hombre. Y mucho le reclamaban, le criticaban, no le reclamaban, le criticaban de mi
papá que siento yo la única mujer me hacía trabajar como hombre”.164

Al llegar a Santiago se sintió más libre, trabajando en el cuidado de niños, el cual quizás
consideró que era un trabajo para mujeres. Según Elizabeth Quay Hutchison, en 1930 más de
100.000 mujeres trabajaban en el servicio doméstico, en su mayoría provenientes de zonas
rurales.165 Aída Moreno, dirigente histórica de las trabajadoras de casa particular, recuerda que era
frecuente que las propias familias de terratenientes, trajeran a Santiago a las hijas de los
campesinos como empleadas domésticas.166 Pero aunque estaba estipulado en el Código del
Trabajo de 1931 el derecho a contrato, estas ganaban un 20% menos que el salario mínimo de un
jardinero o mozo.167 En el caso de Carmen Faundez, con el tiempo se casó con Luis Álvarez,
militar y militante socialista, con quien tuvo dos hijas en la población Villa Sur, al sur de Santiago.
Más de medio siglo más tarde, al momento de realizarse esta entrevista, para Carmen Faúndez su
migración hacia la capital fue una decisión acertada.
Aunque un poco posterior, el testimonio de Mario Salinas, militante socialista en los años
sesenta, también sirve para ilustrar las múltiples causas de la migración de campesinos. En su caso,
Salinas migró a Santiago en 1950, con sólo 16 años. Hijo de inquilinos del Fundo Santa Eugenia
en Chimbarongo, abandonó la escuela producto de la muerte prematura de su padre,
reemplazándolo junto a sus hermanos en las labores de obligado del fundo. Con sólo once años se
levantaba a las siete de la mañana y trabajaba alrededor de diez horas, desmalezando el yuyo de
los trigales o recogiendo las piedras en los potreros. “Yo era cabro chico, me mandaban a cuidar
los chanchos, porque había hartos chanchos del fundo… yo cabro, me acostaba debajo de una mata
de encino que había en el verano, y me quedaba dormido… cuando me despertaba no había ni un
chancho”, recuerda riendo.168 Al venirse a Santiago, se quedó en la casa de un hermano, trabajando
en el descargue de mercadería en Estación Central. Lo que más echaba de menos era a su madre.

164
Entrevista a Carmen Faúndez, Santiago, 15 de noviembre de 2006. Sobre fundo Las Brisas: “Linares. Los
terratenientes continúan lanzando campesinos a la calle. En los fundos “Flor Lillo” y “Las Brisas” numerosos
inquilinos han sido desahuciados”, Frente Popular, Santiago (8 de abril de 1940): 10.
165
Elizabeth Quay Hutchison, Labores propias de su sexo. Género, políticas y trabajo en Chile urbano 1900-1930.
(Santiago: LOM ediciones, 2016), 62.
166
Aída Moreno Valenzuela, Evidencias de una líder. Memorias de una trabajadora de casa particular. (Santiago:
LOM ediciones, 2012), 7.
167
Citado en: Sintrac- Ramal, Trabajando por un Mañana mejor. Historia del Sindicato Interempresas de
Trabajadoras de Casa Particular (Santiago: Ministerio del Trabajo, 2019), 21.
168
Entrevista a Mario Salinas Oteiza, comuna de San Joaquín, Santiago, 11 de noviembre de 2011.

54
“Cuando me acostaba, empezaba a pensar, se me caían las lágrimas, echándola de menos, ¿cómo
estará? ¿Qué le habrá pasado? Con los años trajo a su madre a vivir al pueblo de Isla de Maipo, al
sur de Santiago, donde vivió con otro hermano en el fundo Santa Inés. La migración era por
razones económicas, pero también afectivas.169
Finalmente, una tercera respuesta frente a la crisis agrícola fue la creación de decenas de
organizaciones de aspirantes a colonos producto de la política de colonización que comenzó con
Carlos Ibáñez del Campo, pero que continuó luego de su caída, con el gobierno provisional de
Juan Esteban Montero a mediados de 1931. La política de Montero contribuyó a fortalecer las
expectativas de distribución de tierras por medio de la compra de fundos, nombrando a Carlos
Alberto Martínez como Ministro de Tierra y Colonización. Martínez, ex fundador del POS y
dirigente de la recién creada Nueva Acción Pública (NAP), era una figura relevante del
movimiento obrero, lo que generó tanto confianza como renuencias en sus ex camaradas. Desde
el parlamento, el ex socialista Abraham Quevedo, propuso radicar a más de 20.000 familias en los
múltiples fundos fiscales existentes, con un costo de 400 millones de pesos, los cuáles según
Quevedo, eran tres veces más de lo que el gobierno estaba dispuesto a realizar. Quevedo reconoció
la trayectoria de Martínez en el movimiento obrero, pero advirtió que, si como funcionario del
Estado olvidaba sus antiguas doctrinas, “los obreros lo declararían en el futuro un traidor a la causa
del proletariado”.170 Martínez duró sólo algunos meses en su cargo, realizando, según sus propias
palabras, “poco o nada”, ya que el ministerio de Hacienda le negó el presupuesto. “Existía dinero
para todo, menos para dotar al pueblo de tierras”.171
La colonización no era una política nueva. Desde el siglo XIX el Estado chileno había
desarrollado una campaña de control territorial, traspasando las tierras de las comunidades
mapuche a colonos principalmente extranjeros.172 Según Thomas Klubock, a comienzos del siglo
XX el Estado fue incapaz de ejercer autoridad en dichos territorios, generando una masiva
colonización a través del fraude de documentos y el desalojo por medio de la fuerza pública a las

169
Entrevista a Mario Salinas, op. cit.
170
BSCD, 42° sesión ordinaria, Santiago (18 de agosto de 1931): 1510.
171
Carlos Alberto Martínez, “Los jefes del socialismo”, Revista Bases, N° 2, Santiago (noviembre de 1937): 9.
Agradezco a Vicente Mellado la facilitación de este documento.
172
Sobre colonización de la Patagonia y expropiación de indígenas en Alberto Harambour, “Soberanía y corrupción.
La construcción del Estado y la propiedad en Patagonia Austral (Argentina y Chile, 1840-1920)”, Historia, N°. 50,
vol. II (diciembre 2017), 555-596.

55
comunidades mapuche.173 Así lo informaron diversas publicaciones en torno a desalojos sufridos
por comunidades mapuche de Cuntulmo, Osorno y Villarrica, entre otras.174 De esta forma, se
formó una clase propietaria que justificó su “acumulación originaria”, cuestionando a las
comunidades mapuche por su forma de explotar las tierras. Así se lo hizo saber, por ejemplo, la
Junta Provincial de Agricultores de Cautín al Ministerio de Agricultura en 1933:

“Hay dentro de esta provincia, grandes y ricas extensiones de suelos que están en poder de
los indígenas, que hoy se cultivan en forma deficiente, debido a varias causas, entre ellas,
la falta de material de elementos de trabajo y conocimientos técnicos que permitan un mejor
aprovechamiento de los suelos, ya que apenas producen sus siembras la semilla o un poco
más, debiendo por calidad de esas tierras rendir el común de los demás terrenos. Bien
explotados pueden aumentarse sus rendimientos en un 30%”.175

En realidad, diría María Angélica Illanes, el interés de esta clase patronal no estaba en el
aumento de la producción, sino al contrario, por medio de la negación de nuevos colonos se
aseguraban que los precios no disminuyeran y la mano de obra no encareciera.176 Por otro lado, la
clase patronal negó una colonización por medio del fraude, invisibilizando la presencia anterior de
comunidades mapuche en sus tierras. Así lo representó tiempo después la película Si mis campos
hablaran, cuyo director, José Borh, era descendiente de alemanes. En su filme, inspirado en las
racistas crónicas de Vicente Pérez Rosales177, relata la llegada de los colonos alemanes a las
inmediaciones del lago Llanquihue, tierras supuestamente deshabitadas, sin comunidades de
indígenas alrededor:

“El sur de Chile… áspero, rudo, salvaje, oponiéndose con la más fiera resistencia a los
esfuerzos conquistadores del hombre para penetrar en los sectores de su milenaria
formación geológica, y para poner las inmensas reservas de riquezas que encerraban sus

173
Thomas M. Klubock, La Frontera. Forest and ecological conflict in Chile’s frontier territory (Durham: Duke
University Press, 2014), 29-31.
174
“Caravana de indios hambrientos invadirán los campos sureños si escucha sus clamores”, Crónica, Santiago (9 de
diciembre de 1931): 2; “Araucanos piden la devolución de tierras que fueron quitadas a sus antepasados”, Crónica,
Santiago (14 de junio de 1932): 5; “Doscientas familias aborígenes lanzadas arbitrariamente por los acaparadores de
tierras fiscales”, La Opinión, Santiago (1 de octubre de 1932): 1; “Continúa como antes el desalojo de sus tierras a los
araucanos”, La Opinión, Santiago (2 de febrero de 1933): 1.
175
ARNAD, Fondo Ministerio de Agricultura (MA), vol. 206, Oficio de Junta Provincial de Agricultura de Cautín a
Ministro de Agricultura, Temuco, 10 de agosto de 1933.
176
Illanes, Movimiento, 155.
177
Vicente Pérez Rosales, Ensayo sobre Chile (Santiago: Ediciones de la Universidad de Chile, 1986).

56
entrañas, que guardaban sus bosques y sus ríos, al servicio del progreso y del adelanto de
la humanidad”.178

El gobierno de Montero, que asumió en diciembre de 1931, pretendió realizar una


colonización de tierras fiscales por parte de Comités de Cesantes, pero con la dificultad por la
escasez de fondos y la obligación de un pago adelantado por parte de los colonos de entre 14 y un
20% del valor del terreno.179 Así lo denunció la Unión General de Obreros y Empleados de Chile,
quienes pidieron facilidades de pago, como era el caso de colonia “Nueva Italia” (actual Capitán
Pastene), la cual estaba ocupada por unas doscientas familias de inquilinos que fueron desalojados
por Carabineros.180 La imposición de pago adelantado hizo imposible que los 150.000 cesantes
accedieran a un terreno cultivable. El ministro Álvarez no lo creyó así: “No es posible que
sustenten algunos la peregrina idea de que el Gobierno les proporcionará terrenos, dinero y demás
elementos. La colonización, para que ella sea lo que en realidad se espera, debe ser el fruto del
esfuerzo personal de cada uno de los colonos”.181
Desde la Junta Ejecutiva Pro-Colonización, otra organización existente, acusaron al
ministro Álvarez de estar “divorciado” de las aspiraciones de los colonos, siendo más un escollo,
que un facilitador.182 Dicha organización, presidida por Abraham Marchant, representaba a unas
187 colonias de aspirantes, es decir, unas veinte mil familias.183 Uno de sus reclamos era la
burocracia establecida por el Gobierno, afirmando que no era necesaria una preparación de tres
años para ser colonos, ya que los obreros cesantes e inquilinos conocían la labor agraria. En torno
al trabajo, éste podía ser colectivo, mediante la “explotación de la tierra en sistema de cooperativas,
pero con el derecho de propiedad de cada colono, ya sea individual o colectivamente”. Así, Samuel
Lobos, uno de los directores de la Junta Pro-Colonización, concluyó: “queremos colonización y
no explotación y porque queremos terminar con la explotación del latifundista y no queremos caer
en la explotación del Estado”.184 De esta manera, el mejoramiento de los inquilinos y los obreros

178
José Bohr (director), Si mis campos hablaran, 72 min., Chile, 1947. Guion de Francisco Coloane.
179
“La falta de fondos impide realizar el plan de colonización”, Crónica, Santiago (24 de noviembre de 1931): 3.
180
“Adquirirán tierras de sus antepasados”, Crónica, Santiago (31 de diciembre de 1931): 7.
181
“‘Si es preciso iré a las colonias y empuñaré el arado’, nos dijo ayer el Ministro de Tierras”, Crónica, Santiago (17
de diciembre de 1931): 3.
182
“Al Ministro de colonización lo consideramos totalmente divorciado de nuestras aspiraciones”, Crónica, Santiago
(1 de enero de 1932), 7.
183
“La asamblea de ayer de la Junta Ejecutiva pro colonización nacional”, Crónica, Santiago (19 de diciembre de
1931): 1.
184
“¡Colonización Si; Inquilinaje, No!”, Crónica, Santiago (28 de diciembre de 1931): 7.

57
cesantes no pasaba por mejorar las condiciones en las haciendas, sino por su independencia
colectiva e individual como dueños de propiedades agrícolas. Su lema fue: “LA TIERRA DEBE
SER DEL QUE TRABAJA EN BIEN DE LA COLECTIVIDAD”.185
Otra acusación provino de Ramón Sepúlveda Leal, ex dirigente del POS y PCCh. Este, a
comienzos de 1932, denunció el cierre del albergue de cesantes “El Salto”, ubicado al norte de
Santiago, tras lo cual sus ocupantes fueron derivados a diversos pueblos entre Rancagua y
Curicó.186 Según Sepúlveda Leal, 230 cesantes y sus familias fueron trasladados con resguardo
policial a Pelequén, Peumo y San Vicente de Tagua Tagua, en la Provincia del Cachapoal. Desde
allí una delegación dejó el siguiente testimonio escrito:

“Vengo en comisión de los cesantes que mandaron al sur que estados votados solos con la
familia. Los bultos los mandaron a Temuco y también tenemos comida. Las mujeres y
niños se están murieron de frío y hambre; hacen tres días que no comen ni duermen porque
no quieren entregarles el equipo, ni darles de comer”.187

Sepúlveda Leal acusó al gobierno de Montero de improvisar un desalojo por temor a que
estos siguieran organizándose. “Yo digo que los hombres que están en el gobierno tienen miedo a
que existan albergues en la capital, porque no se explica de otro modo que se haya cometido la
iniquidad de ir a botar a esta gente como perros hambrientos al sur”.188 Al mes siguiente una
caravana de cesantes retornó a pie hacia la capital, reclamando que fueron transportados desde sus
albergues a fundos y caminos no habilitados para este fin.189 Sepúlveda Leal no era un desconocido
de las reivindicaciones del mundo rural, al contrario, siendo regidor por el POS en Viña del Mar,
había apoyado las primeras huelgas campesinas en fundos de La Calera, La Ligua, El Melón y Los
Nogales a comienzos de 1921.190

185
“Discurso pronunciado en la Convención celebrada en Valdivia por los Comités Pro Colonización”, El Colono
Austral, N° 1, Valdivia (19 de marzo de 1932): 3.
186
BSCD, 79° sesión extraordinaria, Santiago (3 de febrero de 1932): 3439; Además: “A las 18 horas del lunes se
cerrará el albergue de “El Salto”, Crónica, Santiago (23 de enero de 1932): 1; “Quedó cerrado el albergue “El Salto”,
Crónica, Santiago (27 de enero de 1932): 6.
187
BSCD, 77° sesión extraordinaria, Santiago (28 de enero de 1932): 3312-3313.
188
BSCD, 77° sesión extraordinaria, Santiago (28 de enero de 1932): 3313
189
“Una hambrienta caravana avanza sobre Santiago”, Crónica, Santiago (24 de febrero de 1932): 1 y 6.
190
Jorge Navarro López, “El despertar de los campesinos. El Partido Obrero Socialista-Partido Comunista de Chile y
la sindicalización rural, 1912-1925”, Revista Notas Históricas y Geográficas, N°23 (julio -diciembre 2019): 14-58.

58
Otras denuncias hacia el gobierno de Montero fueron en contra de los desalojos a pequeños
colonos agrícolas. Así lo declaró el diputado de la Confederación Republicana de Acción Cívica
(CRAC), Prudencio Garrido, leyendo la carta de una familia lanzada por orden del Gobernador de
Villarrica en marzo de 1932:

“Fuimos lanzados a la calle pública en camino internacional, de nuestros legítimos


derechos, esto sucedió el día 15 del presente por carabineros de Pucón, a pesar de nuestra
larga ocupación mientras nuestras familias sufren las graves consecuencias de esta honda
y terrible crisis que atravesamos […] Los Quezada se han hecho ya famosos por sus
usurpaciones de suelos en el departamento de Villarrica”.191

A comienzo de ese año, en la medida que se agudizaba la crisis económica, aumentó la


presión sobre el Ministro de Tierras y Colonización. El gobierno de Montero se excusó en la
escasez de recursos, asegurando que sólo compraría los fundos “Las Cardas” en Purén y “Los
Sauces” en Los Andes.192 Desde el parlamento, el diputado Gustavo Silva, del Partido Radical,
informó que más de seis mil desocupados estaban viviendo en las calles de Ovalle, pidiendo apoyo
al ministerio de Bienestar para construir un albergue antes de la llegada del otoño en abril.193 En
Santiago, una agrupación de cesantes se reunió en calle Andes N° 2314, solicitando al gobierno
ceder algunos fundos fiscales para el cultivo de arroz.194 Ese mismo mes de abril, una delegación
de diversas organizaciones de aspirantes a colonos le entregó un memorial al nuevo ministro de
Tierras y Colonización (Gaspar Mora), pidiendo, entre otras cosas, la incorporación de cesantes al
plan de colonización del gobierno. Los delegados fueron Samuel Lobos (San Vicente de Tagua
Tagua); Manuel Lillo (Temuco); Miguel Ruiz (representante de obreros cesantes no albergados);
José Efraín Alarcón (Arauco y Malleco); Honoraria San Martín (Tarapacá); Luis Parada (Colonia
El Aroma); Domingo Mendoza (Panquiague); Alfonso Carrasco (colonia Bernardo O’Higgins,
Rancagua); y Alberto Carrillo Mendoza, por la Central General de Colonias.195 Esta última
organización, fundada en 1931, pedía la adquisición de unos 600 fundos por parte del Estado para

191
BSCD, 128° sesión extraordinaria, Santiago (18 de abril de 1932): 5310.
192
“Adquisición del fundo “Las Cardas” para ser colonizado por los actuales inquilinos y ocupantes”, Crónica,
Santiago (19 de marzo de 1932): 6.
193
BSCD, 77° sesión extraordinaria, Santiago (28 de enero de 1932): 3310; (9 de marzo de 1932): 4541.
194
ARNAD, MIN, N° 8146, “Informe de Manuel Concha Pedregal, Director General de Carabineros, Santiago, 5 de
abril de 1932.
195
“Los aspirantes a colonos concretan sus peticiones al Ministro de Tierras”, Crónica, Santiago (16 de abril de 1932):
4.

59
su parcelación y distribución entre obreros, empleados y cesantes.196 En dicha reunión, las
organizaciones le solicitaron al ministro agilizar las gestiones de compra de fundos, para beneficio
de las mayorías. “En consecuencia, no debe crearse una nueva casta de privilegiados por el Estado
mismo, sino que debe irse lisa y llanamente a la solución inmediata del hambre y de la cesantía
general no admite espera”.197 A fines de mayo, la Central General de Colonias envió otro memorial
al presidente de la República, reiterando la incorporación de obreros y convocó a una Convención
Nacional de Aspirantes de Colonos para junio de 1932.198
El golpe de Estado del 4 de junio de 1932 aceleró el proceso de colonización. En palabras
de Marmaduke Grove, a cargo del Ministerio de Defensa de la instaurada República Socialista, el
nuevo régimen significaba un cambio de “la estructura de la nación”, como la reforma agraria, es
decir: la “colonización con cesantes, bajo la dirección técnica del Estado”.199 El ministerio de
Tierras y Colonización quedó nuevamente en manos de Carlos Alberto Martínez, mientras que
Claudio Artiaga continuó en su cargo de director de la Caja de Colonización Agrícola (CCA).
Ambos eran militantes de la NAP, cuyo programa económico estaba por la sociabilización
paulatina de las tierras.200 Martínez envió una circular a todos los intendentes y gobernadores,
suspendiendo los desalojos de colonos, mientras que Artiaga solicitó tres millones para formar un
plan de “Colonización Popular Socialista”. A los pocos días comenzó la entrega de fundos fiscales
como “El Sauce” en Los Andes y “La Marinana” en la provincia del Cachapoal.201 Según imágenes
de El Nuevo Sucesos, fueron unas treinta familias que partieron en grandes carretas a Los Andes:
“Este era el sueño de toda mi vida”, le dijo un colono a Artiaga, quien acompañó la caravana.202
Efectivamente, la parcelación de “El Sauce”, que comprendía unas 50.000 hectáreas, era una
antigua reivindicación que el gobierno de Montero traspasó a la CCA en mayo de 1932.203 Con la
instauración de la República Socialista, su fundación como colonia fue inmediata y efectiva,

196
“La Central General de Colonias Agrícolas”, Crónica, Santiago (30 de enero de 1932): 1.
197
“Los aspirantes a colonos concretan sus peticiones al Ministro de Tierras”, Crónica, Santiago (16 de abril de 1932):
4.
198
“Proyecto que permitirá la inmediata colonización con Cesantes propone la Central de Colonias Agrícolas”,
Crónica, Santiago (1 de junio de 1932): 8.
199
“Discurso de Grove”, El País, Santiago (12 de junio de 1932): 1.
200
“Horizontes económicos”, Acción, N° 1, Santiago (2 de junio de 1932): 1.
201
“No serán desalojados los colonos”, El País, Santiago (8 de junio de 1932): 1; “Colonos partieron a Los Sauces”,
El País, Santiago (14 de junio de 1932): 12.
202
“El Compañero Artiaga y la colonización”, El Nuevo Sucesos, N° 1567, Santiago (17 de junio de 1932).
203
“Las tierras del fundo El Sauce serán colonizadas”, Crónica, Santiago (27 de noviembre de 1931): 1. Adquirido en
diciembre de 1931, se traspasó a la Caja de Colonización en mayo de 1932, ver: Decreto 2499, Santiago, 10 de junio
de 1932, firmado por Gaspar Mora. Sitio: www.leychile.cl

60
logrando la confianza y apoyo de los sectores populares.204 Así se muestra en una fotografía donde
Artiaga y Carlos Alberto Martínez aparecen entre los colonos de “El Sauce”. Éste último levantaba
en sus brazos a dos bebés, representando la confianza hacia los socialistas; colocando a los niños,
el porvenir del pueblo, en sus manos (Ilustración 4).

ILUSTRACIÓN 4. CARLOS A. MARTÍNEZ Y CLAUDIO ARTIAGA CON COLONOS DEL FUNDO EL SAUCE.
FUENTE: EL NUEVO SUCESOS, SANTIAGO, 17 DE JUNIO DE 1932.

La Convención Nacional de Aspirantes de Colonos se realizó entre el 11 y el 13 de junio


de 1932, concurriendo delegados de la Junta pro-colonización, la Central General de Colonias y la
Federación Araucana (FA), liderada por Manuel Aburto Panguilef.205 Con la presencia de Carlos
Alberto Martínez, se pidió “para los indígenas las mismas condiciones de derechos generales que
se solicitan para los colonos de cooperativas agrícolas”; y se solicitó “la dictación de un decreto-

204
“Las manifestaciones populares”, El Nuevos Sucesos, N° 1567, Santiago (17 de junio de 1932): 1.
205
Sobre la Federación Araucana, en: R. Foerster y Sonia Montecinos, Organizaciones, líderes y contiendas mapuches
(1900-1970) (Santiago: Ediciones CEM, 1988), 136-152; Manuel Aburto Panguilef, Libro diario del Presidente de la
Federación Araucana, 1940, 1942, 1948-1951 (Santiago: CoLibris, 2013).

61
ley sobre expropiación de las tierras necesarias para la colonización inmediata”. 206 La propuesta,
aunque dentro del marco institucional, iba a lo profundo del problema: el carácter social de la tierra
debía estar por encima de la propiedad privada. Para esto, la coyuntura “socialista” pareció ayudar
y el evento finalizó con la fusión de diversas colonias agrícolas para formar la Central Socialista
de Colonización (CSC), con Alberto Carrillo Mendoza como su presidente y Aburto Panguilef en
el directorio.207
Con el fin de la República Socialista liderada por Marmaduke Grove y Eugenio Matte, la
CSC continuó su gestión, aunque suavizó su discurso en torno a la expropiación de propiedades.
Con un tono más dialogante, los dirigentes solicitaron la parcelación individual de terrenos,
teniendo una relación directa con la nueva Junta de Gobierno encabezada por Carlos Dávila. Más
tarde, producto del triunfo presidencial de Arturo Alessandri en 1932, la Central apoyó su gestión,
a pesar que los desalojos no se detuvieron.208 Estos trajeron una serie de conflictos, sobre todo con
la Federación Araucana (FA), quienes apoyaron en su momento Alessandri y consiguieron que
Arturo Huenchullán fuese diputado con el cupo del Partido Demócrata. Pero la FA, no conforme
con el trato del gobierno, demandó recuperar las tierras arrebatadas en los últimos años.209 El nuevo
presidente de la CSC, Hipólito Méndez (militancia Radical-Socialista), también exigió detener el
despojo a colonos e indígenas, como ocurrió en la colonia “Collaco” en Cautín.210 En Imperial y
Puerto Saavedra, unas 500 familias de la comunidad Budi fueron lanzadas por la Intendencia de
Cautín con ayuda “de 12 carabineros y 100 mocetones”.211 En definitiva, la CSC apoyó la
reivindicación mapuche, especialmente las agrupadas en la FA, proponiendo que la nueva
legislación de colonización debía contemplar los casos de lanzamientos de las reducciones.212

206
“Terminó sus labores la convención de aspirantes a colonos”, El Ilustrado, Santiago (16 de junio de 1932): 14.
207
Una historia de esta organización en: “Central Socialista de Colonización”, Tierra, N°4, Caja de Colonización
Agrícola, Santiago (agosto de 1935): 19-26.
208
“La segunda concentración de la Central Socialista de Colonización”, Crónica, Santiago (24 de julio de 1932): 4.
209
“Los araucanos se pliegan al movimiento de la Central Socialista de Colonización”, La Opinión, Santiago (15 de
diciembre de 1932): 2.
210
“Hostilizados por incalificables abusos y despojados de sus intereses por los acaparadores de tierras”, La Opinión,
Santiago (4 de diciembre de 1932): 1.
211
“500 familias de colonos lanzó a la calle el nuevo intendente de Cautín”, La Opinión, Santiago (10 de diciembre
de 1932): 5.
212
“Una Circular de la Central Socialista a sus colonos”, La Opinión, Santiago (6 de diciembre de 1932): 4; “Los
araucanos se pliegan al movimiento de la Central Socialista de Colonización”, La Opinión, Santiago (15 de diciembre
de 1932): 2; “La organización de colonos y las relaciones con los indígenas”, La Opinión, Santiago (6 de febrero de
1933): 2.

62
Los conflictos se agudizaron cuando el gobierno presentó el proyecto de colonización en
1933, proponiendo un 4% de interés en los primeros dos años a los aspirantes a colonos. El
diputado Huenchullán criticó el monopolio que tenía la CCA, pidiendo la integración de un
representante indígena en su Consejo.213 Dichas discrepancias provocaron que un conjunto de
colonos, cercanos al Partido Conservador, se marginaran de la CSC, formando la Confederación
General de Colonias.214 Otro conflicto se generó en la segunda convención de la CSC el 5 de
noviembre de 1933 en Temuco. Con la presencia de unas 350 personas, se definió el apoyo al
proyecto de subdivisión del gobierno de Alessandri, pidiendo remover al Director de Tierras,
Alberto Veloso. Además, se insistió en beneficiar a las comunidades indígenas “los cuales están
desde tiempo inmemorial en posesión de tierras que están siendo usurpadas por otros
poseedores”.215 Las diferencias vinieron de parte de un número de militantes comunistas, liderados
por Juan Leiva Tapia, profesor y líder del sindicato de Lonquimay, quien criticó la vía institucional
para conseguir la adquisición de tierras.216 Fue el propio Aburto Panguilef, como representante de
la Federación Araucana, quien desautorizó las declaraciones de Leiva Tapia, argumentando que
“los indígenas somos respetuosos de las leyes y que esperaban ser oídos por S. E. el Presidente de
la República”.217 La divergencia terminó en conato, retirándose la delegación comunista, quedando
ausente de la fotografía oficial de la Convención y de la CSC (Ilustración 5).218 En ella puede
observarse varias decenas de personas, incluyendo mujeres y niños, además de varones vestidos
con mantas mapuche, junto a otros asistentes con chaquetas, sombreros y corbatas. Pocos meses
más tarde, Leiva lideró un levantamiento en la zona de Ránquil, precisamente por los desalojos
sufridos por familias de indígenas y colonos en la zona de Lonquimay. Este y otros campesinos y
mapuche murieron en los enfrentamientos con carabineros, no existiendo certeza del número final
de víctimas.219

213
BSCD, 31° sesión ordinaria, Santiago (19 de julio de 1933): 1529-1536; BSCD, 17° sesión extraordinaria, Santiago
(17 de noviembre de 1933): 718.
214
“Central Socialista de Colonización”, La Opinión, Santiago (14 de junio de 1933): 2; “La Confederación de
Colonias Agrícolas”, La Opinión, Santiago (14 de junio de 1933): 4.
215
“La Convención General de Aspirantes a colonos e indígenas de Temuco, solicita del Presidente, la remoción del
jefe de servicios de la Dirección de tierras”, La Opinión, Santiago (15 de noviembre de 1933): 4.
216
ARNAD, MIN, vol. 8675, Oficio de Intendente de Cautín a Ministerio de Interior, Temuco, 14 de noviembre de
1933.
217
El diario Austral, Temuco (6 de noviembre de 1933): 6.
218
ARNAD, MIN, vol. 8373, oficio reservado N° 429, Santiago, 9 de noviembre de 1933.
219
Thomas Miller Klubock, “Ránquil. Violence and Peasant Politics on Chile’s Southern Frontier”, en Greg Grandin
y Gilbert Joseph (Editors) A Century of Revolution. Insurgent and Counteinsurgent Violence during Latin America’s

63
ILUSTRACIÓN 5. SEGUNDA CONVENCIÓN DE LA CENTRAL SOCIALISTA DE COLONIZACIÓN, NOVIEMBRE DE 1933.
FUENTE: MUSEO DE LONCOCHE. GENTILEZA DE VÍCTOR MUÑOZ CORTÉS.

Estos hechos demostraron la insuficiencia o fracaso de la política de colonización del


gobierno de Alessandri Palma, debido a que, al no contemplar la expropiación, dejaba al arbitrio
de los grandes propietarios la decisión de qué tierras parcelar. A su vez, esta política acrecentó las
distancias entre las organizaciones mapuche y Alessandri Palma, por no incorporar un
representante indígena a la CCA, ni menos contempló las tierras usurpadas desde la creación de
las llamadas “reducciones indígenas”.220
Con todos estos antecedentes, es atingente preguntarse: ¿qué relación existió entre la
Central Socialista de Colonización con el posterior Partido Socialista? ¿Fue esta organización un
antecedente de la creación del PS y sus contenidos agrarios?

***

Long Cold War (Durham & London: Duke University Press, 2010), 121-159; Brian Loveman y Elizabeth Lira, Poder
Judicial y Conflictos Políticos, 1925-1958. (Santiago: LOM ediciones, 2014), 209-217.
220
BSCD, 31° sesión ordinaria, Santiago (19 de julio de 1933): 1529. Más detalles en: Nicolás Acevedo Arriaza, “¿Un
racismo en la izquierda? El Partido socialista, las organizaciones mapuche y la colonización agrícola (1932-1941)”,
Revista Divergencia, N° 13 (julio-diciembre 2019): 115-134.

64
De acuerdo a lo indagado hasta la actualidad, tanto los miembros del directorio y su política
hacia el gobierno de Alessandri Palma, la CSC estuvo más cercana al Partido Demócrata, que al
futuro PS. Al momento de legislar la Ley de Colonización, su nuevo presidente era Juan de Dios
Moraga, dirigente demócrata y funcionario de Obras Públicas, tuvo una postura colaboracionista
con el gobierno. Al contrario, Hipólito Méndez y Aburto Panguilef, fueron expulsados de la CSC
precisamente por pedir la “supresión de la nueva Ley de Colonización” y denunciar la continuación
del despojo hacia colonos indígenas.221 De hecho, el partido de Méndez, el Radical-Socialista,
estaba por la racionalización estatal de la producción agrícola, regulando suelos y precios
dependiendo de la zona geográfica.222 Por otra parte, el ministro de Tierras y Colonización en ese
momento, Luis Mandujano Tobar, también era perteneciente del Partido Demócrata, y defendió la
Ley de Colonización Agrícola en el debate parlamentario, planteando que esta legislación tardaría
unos tres años en mostrar sus efectos, por ser una “solución integral”, ya que Chile “debe ser un
país agrícola”.223 En ese sentido, lo más probable es que la denominación “socialista” de la Central
fuera propia de la coyuntura, al ser creada en junio de 1932, en plena República Socialista. Por
otro lado, muchos de los militantes del P. Demócrata se declaraban de ideología socialista. De
hecho, los fundadores del POS provenían precisamente de una facción “socialista” de los
demócratas. Y es que, el socialismo, como doctrina o alternativa política, frente a la crisis
económica y la revolución bolchevique, fue visto como un mal menor frente a la amenaza del
comunismo. Para políticos contrarios a la socialización de la economía, como el abogado radical
Armando Quezada, el socialismo se definía ingenuamente como “un conjunto de aspiraciones
generosas hacia el bienestar de las clases pobres”.224 Otros, como Juan Bautista Rosetti, rompieron
con el Partido Radical, y formaron parte del Partido Radical-Socialista en 1931 (PRS), siendo
ministro del Trabajo de la República Socialista y copropietario del diario La Opinión entre 1932 y
1951. Y aunque el PRS llamó a votar por Alessandri, le dieron suficiente tribuna a las diversas
organizaciones socialistas, las cuales se unificaron el 19 de abril de 1933 en el PS. Éstas, en su
proceso de unificación, agruparon posiciones diversas en torno a la colonización, que tomaron por
medio de su ligación con organizaciones de pequeños agricultores de Santiago y sus alrededores.
Para esto tomaré como ejemplo el caso de los aspirantes a colonos de Talagante.

221
“La Cuarta Convención de Aspirantes a Colonos”, Tierra, N° 1, Santiago (marzo de 1935): 12.
222
“Racionalización de la Producción agrícola”, El Radical Socialista, N° 4, Santiago (15 de enero de 1934): 1.
223
“La Caja de Colonización Agrícola es la vida misma de la Ley”, Tierra, N°1, Santiago (marzo de 1935): 7.
224
Armando Quezada Acharán, El Socialismo. La cuestión social en Chile (Valparaíso: Imprenta Universo, 1932), 6.

65
Localidad fundada en el siglo XIX, pero con pasado de siglos dedicado a la agricultura y
artesanía, Talagante no estuvo exenta de la formación de aspirantes a colonos. Formada en enero
de 1933, la Colonia Agrícola Proletaria (CAP), tuvo como objetivo presionar para la promulgación
de una nueva ley de colonización, pero a diferencia de la CSC, ésta se proclamaba compuesta y
liderada por representantes de la “clase trabajadora agrícola”, exigiendo la división del latifundio
y no sólo la compra de tierras desde la CCA.225 Así lo planteó Enrique Pérez Vicuña en el periódico
El Regional, quien afirmó que “la base misma de la colonización residen en la expropiación […]
resistida por aquellos terratenientes que, con ideas de señores feudales, basan su derecho de
propiedad, en el derecho quiritativo [ciudadano] de la antigua Roma”.226 Para ello, la colonización
debía ser a través de parcelas individuales, pero preparando a los obreros cesantes en una educación
colectiva a través de Colonias.227 Dicha propuesta sumó adherencia y se formaron CAP en otra
comunas, reuniéndose a fines de 1933 en Talagante, en una concentración con delegaciones de
Maipú, Llolleo, Las Condes, Quinta Normal, San Bernardo, Isla de Maipo, Malloco, Peñaflor,
Melipilla, El Monte, San Antonio.228
Uno de quienes dirigía la CAP de Talagante será el futuro dirigente local socialista llamado
Héctor Olave Mansilla, quien a comienzos de 1933 era corresponsal del diario La Opinión. Allí
denunció el estado deplorable de su comuna, debido al deterioro de las veredas, su plaza y las
calles, perjudicando el comercio que transitaba en carretas.229 Olave, que era electricista de oficio,
debió tener la suficiente autonomía para dedicarse a sus actividades sindicales y políticas, a
diferencia de inquilinos y medieros, convirtiéndose con el tiempo en portavoz de los campesinos
y secretario del PS en Talagante, al menos desde 1934.230 En diciembre de ese año fue delegado
al 2° Congreso del PS donde, según informó la Policía, se sintió cohibido por los discursos de
Schnake o Grove, expresando que la doctrina socialista estaba floreciendo como “en el campo
donde las siembras crecen y florecen”. Frente al Dios de los latifundistas, Olave expresó que los

225
“Se entrevistan con el Ministro de Tierras y Agricultura”, La Opinión, Santiago (12 de marzo de 1933): 4;
“Verdadero problema de inmediata aplicación es el de dividir los latifundios”, La Opinión, Santiago (10 de abril de
1933): 4; “Colonia Agrícola Proletaria Talagante”, El Regional, Talagante (5 de agosto de 1934): 3.
226
“Colonización. La subdivisión de la tierra como medio de reajuste económico”, El Regional, Talagante (12 de
agosto de 1934): 3.
227
“Colonización. La subdivisión de la tierra como medio de reajuste económico”, El Regional, Talagante (19 de
agosto de 1934): 3.
228
“Gran concentración de las Colonias Agrícolas proletarias en Talagante”, La Opinión, Santiago (21 de octubre de
1933): 2.
229
“Talagante. Completo estado de abandono de este pueblo”, La Opinión, Santiago (18 de enero de 1933): 4.
230
“Talagante se pronuncia a favor del Frente Popular”, Consigna, N° 103, Santiago (25 de diciembre de 1936): 4.

66
labriegos socialistas tenían “su Dios, que es el nervio y el hombro, que ha poner al frente contra
los exploradores, cuando llegue el momento”.231 En octubre de 1936, la policía le seguía los pasos,
descubriendo que se reunía en la Sociedad de Socorros Mutuos junto otros “individuos” para
organizar una campaña “entre los campesinos a fin de atraer adeptos para la contienda electoral”,
de marzo de 1937. Olave, según Carabineros, disfrazaba sus actividades mediante la instalación
de un taller electrónico y una pastelería, “que atiende su esposa”.232
Conformado el Frente Popular, en diciembre de 1936, se realizó una manifestación en
Talagante, con la asistencia de Grove y el candidato a diputado por el PS, el ferroviario Humberto
Godoy, además de los diputados Andrés Escobar (PCCh) y Emilio Zapata. Según la policía, unos
cincuenta socialistas uniformados bajaron del tren desde Santiago, repartiendo un panfleto que
decía “La tierra para el que la trabaja. Viva el Frente Popular”.233 En poco más de un año, Olave
fue elegido regidor de Talagante entre 1938 y 1941, enfocándose en promover medidas concretas
como el mejoramiento de las obras públicas y la creación de escuelas nocturnas para adultos. “En
vez de un teatro decente y confortable, existe un galpón insalubre, que es una vergüenza para el
pueblo, cuyo dueño es el cura”.234 El municipio, que en aquellos años estaba a cargo del Partido
Conservador, estaba integrado por terratenientes como Francisco Ochagavía, quien además de
regidor y segundo alcalde, era dueño de un fundo en la localidad.235 Según Olave, los salarios que
recibían los trabajadores agrarios eran paupérrimos y se necesitaba mejorarlos. Por ejemplo, en el
fundo Santa Teresa de Lonquén, se les pagaba 1.20 pesos diarios, con una galleta de afrecho y
ranchos miserables.236 Con el tiempo, Talagante se convirtió en un importante enclave de
movilización campesina, siendo parte de la Liga Nacional de Defensa de los Campesinos Pobres
(LCP) en 1935, con el socialista Damián Pino como su presidente local.
En los años venideros se realizaron amplias concentraciones, con presencia de campesinos y
los discursos de dirigentes socialistas como Grove, Carlos A. Martínez, Justo B. Arredondo y el

231
ARNAD, MIN, vol. 8678, “Memorándum. Partido Socialista. Inauguración del 2° Congreso Regional Socialista”,
Dirección de Investigaciones Identificación y Pasaportes, Santiago, 9 de diciembre de 1934, pp. 2-3.
232
AN, Fondo de Intendencia de Santiago (FIS), vol. 930, Informe Reservado dirigido a la Intendencia de la Provincia
de Santiago, Santiago, 26 de octubre de 1936.
233
AN, FIS, vol. 933, Informe confidencial de Carabineros a Intendencia de Santiago, Santiago, 21 de diciembre de
1936; “Talagante se pronuncia a favor del Frente Popular”, Consigna, N° 103, Santiago (25 de diciembre de 1936):
4.
234
“Héctor Olave, candidato socialista a municipal por Talagante”, Claridad, Santiago (26 de marzo de 1938): 1.
235
“Francisco Ochagavía”, El Esfuerzo, Talagante (30 de septiembre de 1935): 2.
236
“Héctor Olave, candidato socialista a municipal por Talagante”, Claridad, Santiago (26 de marzo de 1938): 1.
Además, ver: “Talagante. Espantosa es la miseria en el campo”, La Hora, Santiago (3 de noviembre de 1936): 6.

67
líder de la LCP y diputado por Talagante, Emilio Zapata Díaz. Este último, militante de la
Izquierda Comunista que ingresó al PS en 1937, fue elogiado por Héctor Olave en una cena en su
honor, por su arraigo como parlamentario representante de las “capas campesinas” de Talagante.237
Zapata se habría preocupado, entre otros aspectos, de la pavimentación de Talagante y los abusos
cometidos por el juez local Luis Bañados y el cuerpo de Carabineros.238 El problema surgió cuando
Zapata formó parte de la fracción que salió del PS en 1940, formando el Partido Socialista de los
Trabajadores (PST). Allí Olave, como líder local, lo calificó de traidor al socialismo y tránsfuga,
presionando a no votar por él en las siguientes elecciones.239 Efectivamente, al año siguiente,
Zapata perdió su escaño, siendo reemplazado por Ramiro Sepúlveda Aguilar, regidor por Quinta
Normal en años anteriores y que sí contó con todo el respaldo de Olave.240
Con el pasar de los años la presencia de Olave se mantuvo, volviendo a ser elegido regidor
entre 1947 y 1950.241 Su estilo de liderazgo y su vinculación con la problemática campesina nos
retrotrae a la pregunta del capítulo anterior, sobre los orígenes de la relación entre las demandas
de los pequeños agricultores y la gestión política ejercida por los socialistas desde las instituciones
como el municipio o el Congreso Nacional. En el caso de Olave, su liderazgo local se emparenta
con el de Chelén Rojas y muchos otros, al ser originario del sector, teniendo una prestancia de
“paternalista” o de “mediador” entre los campesinos y el partido. Una prestancia de “autoridad”
que lo diferenciaba de las bases militantes, quizás por ser electricista o por otro factor que
desconocemos, pero que podemos observar en dos fotografías, ambas de 1939. En la primera,
tomada por Baltazar Robles (fotógrafo oficial del PS), Olave aparece en una marcha campesina en
Talagante, donde se evidencia, por un lado, el lienzo del sindicato campesino de Marruecos (actual
Padre Hurtado), y otro lienzo, con la consigna socialista: “Ni hombres sin tierra, ni tierras sin
hombres”. Quienes marchan, lo hacen vestidos formalmente, como lo amerita un desfile por la
plaza pública: ordenadamente y con el puño levantado, símbolo masificado por la Guerra Civil

237
“Manifestación al camarada Zapata en Talagante”, Consigna, N° 145, Santiago (23 de octubre de 1937): 2; “Tierras
y escuelas reclaman campesinos de Talagante”, Consigna, N° 21, segunda época, Santiago (7 de abril de 1939): 3;
“Marcha de la Tierra en Talagante”, Consigna, N° 46, segunda época, Santiago (17 de febrero de 1940): 5.
238
ARNAD, MIN, vol. 9187, Oficio N° 95, De Cámara de Diputados a ministro de Interior, Santiago, 10 de junio de
1936; BSCD, 25° sesión Extraordinaria, Santiago (18 de diciembre de 1935): 1597-1598; BSCD, 15° sesión Ordinaria,
Santiago (17 de junio de 1936): 950-953.
239
“Carlos Muller, Héctor Pontillo y Héctor Olave”, Consigna, N° 82, segunda época, Santiago (9 de noviembre de
1940): 1.
240
“Entrevistamos al camarada Ramiro Sepúlveda”, Consigna, N° 91, segunda época, Santiago (11 de enero de 1941):
5.
241
Hernán Bustos Valdivia, Historia de Talagante (Santiago: Corporación Cultural de Talagante- Municipalidad de
Talagante, 2010), 94.

68
Española y adoptado por los socialistas. A la derecha, Olave acompaña la marcha, pero se distingue
estando fuera de la línea (Ilustración 6). La segunda fotografía, igualmente tomada por Robles,
pero esta vez en el desfile por la conmemoración del 4 de junio en Santiago. Allí Olave aparece al
centro de dos milicianos, sosteniendo una bandera chilena y un traje de huaso, pero no de gañan o
inquilino (ojotas, camisa), sino de modo patronal: poncho, pantalones y espuelas (Ilustración
7).242 Este tipo de liderazgo, fundamental para entender el poder municipal y su relación con el
sistema político nacional fue desarrollado por el politólogo Arturo Valenzuela en su libro
Intermediarios Políticos y que será clave para entender la explosiva expansión que tuvo el PS
desde su origen hasta las elecciones municipales de 1938.243

ILUSTRACIÓN 6. DESFILE CAMPESINO EN LA COMUNA DE TALAGANTE, 1939.


FUENTE: ARCHIVO BALTAZAR ROBLES. GENTILEZA DE BRIAN LOVEMAN.

242
La fotografía aparece en Consigna, N° 29, Santiago (10 de junio de 1939), 2.
243
Valenzuela, Intermediarios políticos.

69
ILUSTRACIÓN 7. HÉCTOR OLAVE MARCHANDO POR EL PARTIDO SOCIALISTA, 1939.
FUENTE: ARCHIVO BALTAZAR ROBLES. GENTILEZA DE MATIAS VILLA JUICA.

***

En resumen, la crisis económica de 1930 provocó una multifacética respuesta de parte de


campesinos pobres, como fue el bandolerismo o la migración hacia las ciudades, pero en otros
casos se organizaron para solicitar la repartición de tierras por parte de la Caja de Colonización
Agrícola. Esta demanda, que no era una real reforma agraria, fue parte de un debate nacional para
resolver la grave situación de cesantía y carestía de alimentos, surgiendo “el socialismo” como una
alternativa plausible en aquel convulsionado contexto. La unificación de diversas organizaciones
socialistas, tales como la NAP, la Orden Socialista (OS), el Partido Socialista Marxista (PSM), la
Acción Revolucionaria (ARS) y el Partido Socialista Unificado (PSU) fue posible, entre otros
factores, por asumir dichas peticiones de colonización, integrando a líderes locales que se
convirtieron en “intermediarios políticos” entre las demandas locales y las prácticas
institucionales, las cuales combinaban una retórica revolucionaria, pero con la aceptación de la

70
Constitución de 1925, la cual defendía la conformación de la propiedad privada. En el caso de la
colonización, sería la continuación de una política que comenzó con la dictadura de Ibáñez, en
donde una institución semiprivada, como la CCA, compraba terrenos aptos para la agricultura,
pero no expropiaba ni parcelaba las haciendas mal explotadas o no productivas. La experiencia de
la Colonia Agrícola Proletaria, bajo el liderazgo de Héctor Olave, demuestra que los socialistas se
conectaron con una demanda y organización previa de quienes pedían la colonización y
parcelación de las tierras. Profundizaremos en algunas de estas ideas, sobre todo en torno a la
política agraria del PS y el papel de los “intermediarios políticos”, pero antes analizaremos la
formación del PS y su cultura política donde predominó la masculinización de las prácticas
políticas y el mesianismo.

71
Capítulo Tres
“¿Quién manda el buque?”. La Masculinización de la Política y el
Socialismo Mesiánico (1932-1941)

“Porque el 4 de Junio, así como la semilla lanzada en el


surco, habrá fructificar tarde o temprano. Sus espigas aún
no brotan en la campiña chilena”.244

El 3 de junio de 1932 centenares de panfletos fueron lanzados por las calles de Santiago
anunciando que la “Revolución Social” estallaría a las 11 de la mañana del día siguiente. Esa
misma tarde se denunció la destrucción de algunos tranvías y automóviles, como también el
incendio de una bencinera en calle Nataniel con Las Delicias (actual Alameda Bernardo O’
Higgins). Producto de la intervención de Carabineros la prensa informó que las manifestaciones
concluyeron con cuarenta heridos y dos personas fallecidas. No se mencionaron sus nombres.245
La Junta Revolucionaria, liderada por el general Arturo Puga, Carlos Dávila y Eugenio Matte, le
enviaron un ultimátum al presidente Juan E. Montero pidiendo su renuncia y comprometiéndose a
resguardar su seguridad.246 En otro comunicado, de carácter público, la Junta justificó su accionar
en beneficio de “la liberación económica del país y el triunfo de la justicia social”. 247 Al día
siguiente, el 4 de junio, las tropas del Cuartel de El Bosque, lideradas por el Coronel Marmaduke
Grove, marcharon hacia La Moneda. Pese a la negativa inicial de Montero, este dimitió y emigró

244
“4 de Junio”, Consigna, N° 3, Santiago (2 de junio de 1934): 3.
245
“Las tropas marchan hacia La Moneda”, La Mañana, Santiago (4 de junio de 1932): 1.
246
“El Gobierno dispuesto a no transigir”, El País, Santiago, (4 de junio de 1932): 1.
247
“Al país”, El País, Santiago, (4 de junio de 1932): 8.

72
hacia Argentina. Se instauró la mítica República Socialista (RS). Ese día hubo más de sesenta
heridos y tres muertos. Todos civiles.248
En los días siguientes, cientos de personas se reunieron en múltiples asambleas por varias
ciudades del país (Rancagua, Temuco, Concepción y Valparaíso), siendo la nueva Junta de
Gobierno apoyada por decenas de organizaciones de trabajadores y los partidos Socialista
Unificado, Demócrata, anarquista de la IWW e incluso por el Partido Comunista liderado Manuel
Hidalgo.249 Muchos de los exponentes en las manifestaciones serían futuros militantes del PS. Uno
de ellos, Emilio Zapata (comunista), viajó hacia la comuna de Yungay para advertir que serían los
primeros en criticar al gobierno si no cumplía su programa, “sin importar la metralla ni la
cárcel”.250 Su camarada Carlos Acuña, llamó a formar una guardia revolucionaria con armamento
entregado por el gobierno; mientras en el Teatro Coliseo, el líder de la Confederación General de
Trabajadores (CGT), el zapatero Benjamín Piña, avaló el programa económico de la Junta; lo
mismo hizo la Unión Ferroviaria en el Teatro Delicias donde expuso Eugenio Mateluna, militante
NAP y futuro fundador del PS.251 Dichas colectividades formaron la Alianza Revolucionaria
Socialista, la cual se convocó el 8 de junio a cientos de personas en Las Delicias, donde plantearon
que, frente al fracaso de los gobiernos anteriores, apoyaban un “cambio de orden económico-
social”, mediante la sociabilización de la tierra y los medios de producción.252 Uno de los
exponentes fue César Godoy Urrutia, profesor y futuro diputado socialista, quien pidió al gobierno
“la cabeza de todos aquellos que han explotado a la clase obrera”, sirviendo de ejemplo para las
futuras generaciones.253 Al contrario, los comunistas liderados por Elías Lafertte, rechazaron al
gobierno, afirmando – en palabras de Marcos Chamudes- que no sería beneficioso para las “clases

248
“Renunció Montero. Una Junta de Gobierno ha asumido el mando de la República”, Crónica, Santiago, (4 de junio
de 1932, suplemento): 1; “65 heridos y 3 muertos hubo ayer”, Crónica, Santiago (4 de junio de 1932): 3. La
investigación histórica más completa hasta el momento sobre la República Socialista en Valdivia, Subversión, 231-
296.
249
“Temuco. Para defender el régimen socialista contra una posible reacción” y “Amplia Cooperación al Gobierno
Socialista acordó el pueblo de Rancagua”, Crónica, Santiago (7 de junio de 1932): 2; “Grandioso comicio para el
sábado organiza el Partido Socialista Unificado”, Crónica, Santiago (8 de junio de 1932): 6; “Concentración obrera
efectuada ayer en Valparaíso aplaudió al Gobierno Socialista”, Crónica, Santiago (11 de junio de 1932): 1.
250
ARNAD, MIN, Vol. 8148, Policía de Investigaciones e Identificación, Memorándum, Santiago, 16 de junio de
1932.
251
ARNAD, MIN, Vol. 8148, Policía de Investigaciones e Identificación, Memorándum, Santiago, 13 de junio de
1932.
252
“La realización integral del socialismo pide en un manifiesto la alianza Revolucionaria de Trabajadores”, Crónica,
Santiago (11 de junio de 1932): 3.
253
ARNAD, MIN, Vol. 8148, Policía de Investigaciones, Memorándum, Santiago, 8 de junio de 1932.

73
proletarias”, pero, según un informe policial, debieron retirarse al ser abucheados por los
manifestantes. Esta retirada graficaba el aislamiento político que vivió el PCCh.254 Meses más
tarde, diversos informes de la directiva comunista y emisarios de la Internacional Comunista
describieron a la República Socialista como un “golpe de Estado”, de carácter fascista y con un
liderazgo (Grove) demagógico y populista, pero, según la historiadora Olga Ulianova, no sería
más que una actitud defensiva y temerosa de parte de los comunistas, al sentir una competencia
real a sus objetivos revolucionarios.255 Por otro lado, los representantes del ibañismo y el
alessandrismo en la Junta quisieron reprimir y desmarcarse de los comunistas, acusando a Grove
de ser parte de ellos. Grove sostuvo algunas reuniones con Lafertte y Carlos Contreras Labarca,
quienes le pidieron organizar una “fuerza mixta de soldados, obreros y campesinos”, pero se negó
a armar milicias paralelas al Ejército.256 En un manuscrito, que pertenece al socialista Julio
Palestro, Grove recuerda aquellos días: “En la tarde de ese día [16 de junio de 1932] a las 16 hrs.
30 m. desde mi oficina presencié el desarrollo de un miting grandioso, frente a La Moneda, y yo
le decía al Gral. Moreno, fíjese el orden y la alegría con que se reúnen los obreros, y a esto algunos
meopes [sic] malvados llaman comunismo, que le parece? (…) En Chile, más que comunismo, se
trata de combatir el hambre y con ellos el apremio para todas las clases trabajadoras y para los
humildes de todas condiciones”.257
A pesar de estas visiones tan divergentes dentro de la izquierda y su escasa duración, la
República Socialista se convirtió en un mito en torno a su legado y el fervor popular que se vivió
entre los sectores populares. ¿Cómo fue posible? Para el escritor Antonio Acevedo Hernández, en
aquellos días las calles “tenían alma”, haciendo notar que la “violencia no tuvo desbordes, el
pueblo sólo quiere construir”.258 Y es que las revoluciones son eso: efervescencia, festividad,
emoción. La historiadora Verónica Valdivia coincide: el 4 de Junio fue un golpe de Estado, pero
que no ejerció la censura a la prensa ni medidas coercitivas hacia los trabajadores, sino al contrario,

254
Camilo Plaza Armijo, “Soviets, cuartelazos y milicias obreras: los comunistas durante los doce días de la República
Socialista, 1932”, en: Ulianova, Loyola y Álvarez, 1912-2012, 171-193.
255
Olga Ulianova y Alfredo Riquelme Segovia (Editores), Chile en los Archivos Soviéticos 1922-1991. Tomo II:
Komintern y Chile 1931-1935 (Santiago: Lom Ediciones- Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2009), 181-
193.
256
Lafertte, Vida de un comunista, 251; “Declaraciones oficiales referentes a actividades comunistas”, El País,
Santiago (11 de junio de 1932): 1.
257
Manuscrito de Marmaduke Grove en torno a República Socialista, dos páginas, en poder de Julio Palestro
Velásquez. Gentileza de Matías Villa.
258
A. A. H., “Calles de Santiago”, La Mañana, Santiago (6 de junio de 1932): 3.

74
impulsó la participación popular.259 Por lo menos hasta el 16 de junio, cuando Grove y Matte
fueron detenidos y la Junta liderada por Carlos Dávila declaró el Estado de Sitio. La Ley Marcial
puso un “candado de soledad” a la noche, escribió una crónica de El Nuevo Sucesos, a pesar de la
huelga ferroviaria y las movilizaciones de las semanas siguientes.260
A partir de la fundación del PS en 1933, los socialistas convertirán a la “República
Socialista” en el mito de una verdadera revolución que significó el “despertar de los trabajadores”
y que su derrota confirmó la necesidad de unificar todas las experiencias socialistas en una sola
colectividad. Así, el 4 de Junio tuvo un doble significado: por un lado, “el despertar del pueblo
chileno”, el cual por primera vez en su historia “tenían participación en la superior gestión de los
negocios públicos” 261; y por otro, el origen de la unificación socialista en un solo partido. Así lo
describió Ramiro Sepúlveda Aguilar, futuro diputado socialista:

“Los trabajadores no teníamos organización, pero sentíamos la necesidad de un partido


poderoso como el nuestro [PS]. La caída del 16 de Junio abrió mayores posibilidades a la
revolución socialista en nuestro país, porque ella nos ha permitido organizar nuestras
fuerzas y disciplinas para el triunfo”.262

Casi como escrituras sagradas, el PS y el pueblo chileno aparecieron como elementos


indisolubles, a diferencia de los otros “partidos obreros” de la época, que estaban “atomizados y
sin arraigo en las masas”.263 En la conmemoración de 1939, Pablo López Cáceres, Secretario de
Propaganda del PS, diría que el 4 de junio no fue la gesta de “un caudillo”, ni de “un grupo de
hombres”, sino de “todo el pueblo”.264 Por su parte, Grove recordó que las medidas que se tomaron
aquella vez, fueron retomadas en el gobierno del Frente Popular, como fue la Reforma Agraria por
medio de la colonización.265 Al año siguiente, el historiador socialista, Julio César Jobet, escribió
que los orígenes del PS sería la “Revolución de junio de 1932”, donde los socialistas fueron
aglutinadores “de las masas trabajadoras nacionales y como vanguardia del proceso liberador del

259
Valdivia, Subversión, 231-296.
260
“Ley Marcial”, El Nuevo Sucesos, Santiago, N° 1570, Santiago (28 de junio de 1932); Valdivia, Subversión, 310.
261
“4 de Junio”, Consigna, N° 3, Santiago (2 de junio de 1934): 3.
262
“La gran concentración en Santiago”, Consigna, N° 126, Santiago (12 de junio de 1937): 1.
263
“4 de junio”, Rumbo, N° 2 (1° quincena de junio de 1936): 1.
264
“Los hombres del 16 de junio no traicionaron a un caudillo sino a todo el pueblo”, Consigna, N° 25, segunda época,
Santiago (10 de junio de 1939): 6.
265
“Los hombres del 16”, Consigna, 5.

75
pueblo chileno”.266 Enfocado más en lo ideológico y político, Jobet no se refirió en torno a la
composición social de sus militantes, sólo aclarando que serían trabajadores manuales e
intelectuales, una fórmula que obtuvieron del APRA peruano. Décadas después, la herencia o mito
del 4 de junio se reflejó en la película de Miguel Littín, La Tierra Prometida. Allí, la lucha por la
tierra fue por medio de los obreros cesantes salitreros, inspirados en las doctrinas de Recabarren.
“No debe haber hombres sin tierra, ni tierras sin hombres, que el hambre es un animalito que al
pobre arrincona, que a ese animalito hay que juntarse todos para terminar con él, todos los pobres
juntos”, diría José Durán, el líder campesino representado por el actor Nelson Villagra, al momento
de implantarse la República Socialista. A la caída de Grove, Durán tomaría las armas y resistiría
infructuosamente a la reacción patronal.267
¿Qué tan cierto fue la masiva participación de la clase obrera y campesina en aquellas
turbulentas jornadas de junio de 1932? ¿Era el socialismo la tierra prometida para el pueblo
chileno? ¿Fue el socialismo representativo a las expectativas de la clase proletaria?
El siguiente capítulo tiene como objetivo analizar los orígenes de la unificación de los
socialistas, pero a partir del mito que estos mismos forjaron y la cultura política que desarrollaron
desde sus orígenes. A partir de un enfoque de la historia cultural contrastaremos “las
representaciones” que los propios socialistas hicieron de sí mismo y su historia, con una práctica
atravesada por lo que hemos llamado la “masculinidad de la política” y un mesianismo laico.268
La hipótesis que planteó es que la unificación de las organizaciones socialistas estuvo posibilitada,
entre otros aspectos, al mito que se construyó de la República Socialista, dotando al PS y sus
dirigentes de un tono mesiánico y paternalista, como “representantes” del pueblo chileno. Con la
insistencia de que el PS era un partido formado por trabajadores manuales e intelectuales se buscó
invisibilizar los conflictos de clase, políticos y de género que se fueron desarrollando internamente,
utilizando la “masculinización de la política”, es decir, prácticas y valores supuestamente
masculinos por sobre los femeninos, para justificar cargos y posiciones de poder. En el ámbito
rural, esto se vio reforzado producto de la situación de explotación laboral y doméstica, debido al
extenso trabajo remunerado y no remunerado que limitaba a la mujer campesina participar

266
Julio César Jobet, Significado del Partido Socialista en la realidad nacional (Santiago: Departamento de
Publicaciones- Secretaria Nacional de Cultura, 1940), 3.
267
Miguel Littín (director), La Tierra Prometida, 123 min, 1973. Estrenada en Chile en 1991.
268
Justo Serna y Anaclet Pons, Historia Cultural. Autores, obras, lugares (Madrid; Akal, 2013); Roger Chartier, El
mundo como representación. Estudios de historia cultural (Barcelona: Gedisa Editorial, 2005).

76
activamente en las décadas de los años treinta y cuarenta de la política socialista, lo que no quiere
decir que haya sido marginal a este proceso, al contrario.
Para esto tomaremos nos enfocaremos en la trayectoria de algunos dirigentes y militantes
como Marmaduke Grove, Allende y Carmen Lazo para dar a entender las características de la
“masculinización de la política”, mediante sus propias memorias, además de folletos del PS, el
fondo de Ministerio de Interior y fotografías. Por otro lado, en el ámbito rural, trabajaremos una
decena de autobiografías de mujeres campesinas y testimonios de hijos e hijas de socialistas
recabados especialmente para esta tesis, dando como ejemplo el caso de una familia socialista en
la comuna de Salamanca en el valle del Choapa.

***

A tres días antes de la asunción del segundo mandato de Arturo Alessandri, a fines de 1932,
fue secuestrado el periodista Luis Mesa Bell, mientras se dirigía a su casa por calle Amunátegui.
Según testigos, casi llegando a Las Delicias, fue secuestrado por diversos individuos, quienes lo
subieron a un automóvil de color azul. “¿Quiénes han sido los asaltantes?”, se preguntó el diario
La Opinión a la mañana siguiente. Según el director de la policía política, Armando Montaner, no
existía orden de detención hacia su persona, pero a los pocos días apareció su cuerpo en Av.
Carrascal (Barrancas). Su funeral fue en el hall de La Nación y hubo una importante fila para
despedirlo.269 Las diligencias terminaron con la imputación de dos agentes de policía, dando cuenta
que los motivos de su muerte fueron más políticos que delictuales. 270 Meses antes el periodista
escribió en la revista Wiken una serie de artículos donde inculpaba a la policía del asesinato del
profesor Manuel Anabalón. Las amenazas no demoraron en llegar. Semanas antes de su
desaparición, la revista Wiken fue asaltada.271 Pero esta vez se llegó más lejos. Según las
declaraciones de los inculpados fueron “un instrumento” de sus “jefes”.272 Esto generó un enorme
revuelo en la opinión pública, desembocando, a mediados de 1933, en la creación de la Policía de

269
Tito Mundt, Las banderas olvidadas. Crónica de una época apasionante (Santiago: Editorial ORBE, 1964), 26.
270
“El director de la revista Wikén fue secuestrado anoche en pleno centro de la capital”, La Opinión, Santiago (21
de diciembre de 1932): 1.
271
“El Partido Socialista Unificado de Conchalí”, La Opinión, Santiago (6 de diciembre de 1932): 1.
272
“Los reos Valdés, Calvo y Alba no fueron trasladados anoche a la Cárcel”, La Opinión, Santiago (10 de enero de
1933), 1; Lira y Loveman, Poder Judicial, 123-127.

77
Investigaciones, Identificación y Pasaporte. Pero, pese a su separación de Carabineros, este cuerpo
continuó en las décadas siguientes ejerciendo los métodos represivos inaugurados por la dictadura
de Ibáñez del Campo, sobre todo hacia el movimiento obrero y los partidos políticos, sea comunista
y socialista. 273
Mediante una serie de informes policiales la administración de Alessandri se enteró de cada
paso que realizaban los ex miembros de la extinta República Socialista: Arturo Ruíz vivía en
Carmen 47 y se reunía con un cadete naval; Eugenio González, vivía en José Tocornal 147 y Oscar
Schnake, asistía cada mañana desde Maruri 881 al hospital San Vicente de Paul y San José en
Independencia; Eugenio Matte, vivía en Los Leones 350, pero se presumía en Valparaíso; y el
médico Oscar Cifuentes se dirigía cada día desde calle Curicó 71 al hospital Salvador.274 Los tres
primeros pertenecían a la ARS; mientras que los últimos dos eran miembros de la NAP. Todos
serían fundadores del PS ese año.
La preocupación principal de la policía era la coordinación que existía entre ellos, primero en
favor de la candidatura de Marmaduke Grove a finales de 1932 y después en una posible
unificación de agrupaciones socialistas. En torno a lo primero, el movimiento socialista se logró
aunar ante la figura de Grove, logrando casi el 18% de los votos en la elección presidencial. Al
contrario, el PCCh que presentó la candidatura de Elías Lafertte alrededor de 4.000 votos, un
porcentaje mucho menor en comparación de los más de 60.000 obtenidos por Grove. El
movimiento socialista, estaba formado por la Alianza Socialista, integrada por el PS Unificado, la
OS y el PCCh de oposición, liderado por Manuel Hidalgo. 275 La NAP, con un carácter más
autónomo, apoyó a Grove para la “conquista de un verdadero socialismo capaz de independizar a
todos nuestros trabajadores intelectuales, manuales de la servidumbre capitalista y al país de las
garras del imperialismo extranjero”.276 Finalmente estaba el Partido Radical Socialista (PRS),
creado en 1931 por ex radicales como Juan Bautista Rossetti (dueño del diario La Opinión).
Paralelo al triunfo de Alessandri, se realizaron nuevas elecciones parlamentarias, donde la NAP
eligió tres diputados: Carlos Alberto Martínez (Santiago), Hipólito Verdugo (Valparaíso) y

273
Valdivia, Subversión, 350; Camilo Plaza Armijo, “La clase trabajadora organizada ante la Dirección General de
Investigaciones: de lo policial a lo sindical (1933-1948)”, Revista Historia y Justicia, N° 2, Santiago (abril de 2014):
1-28.
274
ARNAD, FMI, Vol. 8375, “Memorándum de vigilancias”, Santiago, 22, 23 y 24 de enero de 1933.
275
“Los partidos socialistas integrales constituyen una alianza de acción política”, La Opinión, Santiago (27 de
septiembre de 1932): 4.
276
“Grove y Matte fueron traicionados”, La Opinión, Santiago (29 de septiembre de 1932): 2.

78
Rolando Merino (Concepción); mientras que Eugenio Matte se convirtió en senador por la
provincia de Santiago. En el caso del PS Unificado, sólo eligió a Emilio Zapata, quien en realidad
representaba a los comunistas de oposición. En el caso del PRS, lograron ocho diputados, entre
ellos el futuro PS Carlos Müller, y cinco senadores, entre ellos, el comunista Manuel Hidalgo, a
quien le cedieron el cupo. Otro senador electo fue Guillermo Azócar Álvarez, por el distrito de
Concepción y Ñuble. Azocar era un ex radical, dueño del fundo La Primavera, que fue ministro
de Agricultura de la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo y que tuvo a su haber la creación del
Banco Agrario. Como candidato a senador, esta vez, planteó la formación de la “propiedad
familiar”, ya que: “la grandeza de las provincias, su bienestar económico, la solución del problema
del hambre, la felicidad de las familias, depende de la solución del problema agrario”. La consigna
de su candidatura era: “No más Tierras sin Hombre ni Hombres sin Tierras!”, consigna que se
volvió central en el PS en materia agraria. Finalmente, entre 1937-1945 fue elegido senador por
Ñuble, Concepción y Linares, pero convertido en militante socialista.277
Concluida las elecciones de 1932, las prioridades del MS fue su unificación en un solo partido.
Mediante diversas reuniones, las cuales quedaron registradas en informes policiales, los socialistas
fueron acercando posiciones, pero también se encontraron con obstáculos. Uno de ellos fue el
asesinato de Mesa Bell y los allanamientos a diversos locales. Pese a ello, continuaron las
concentraciones, una de ellas en un barrio obrero de Quinta Normal (Julio Bañados # 153), donde
se reunió el PS Unificado y la ARS, mientras la NAP realizó una charla con Eugenio Matte en su
local ubicado en San Diego # 227.278 La represión vendría a comienzo de marzo de 1933, cuando
fueron allanados los locales de la NAP, el PS Marxista, la OR y la ARS. Según el diputado de la
NAP, Carlos A. Martínez, las acciones fueron realizadas por Carabineros e Investigaciones sin
orden judicial, generando destrozos de rejas, chapas y puertas, incluso llevándose “algunas
monedas” de unos muebles en el caso de la NAP.279 La policía estaba al tanto del llamado del
Frente Único Socialista para la “Convención Única Socialista” para el 1° de mayo de 1933, de
hecho tenía identificado a los principales dirigentes de la NAP y la ARS, como Schnake, Pedro

277
“A los electores de Ñuble y Concepción el grito de las provincias debe ser: Independencia política, económica y
financiera de las provincias”, La Opinión, Santiago (16 de octubre de 1932): 6; Reseña en Biblioteca del Congreso
Nacional. Sitio: www.bcn.cl
278
“La ARS y la PSU efectúan hoy una concentración en Quinta Normal”, La Opinión, Santiago (19 de febrero de
1933): 1; “Actividades de la NAP”, La Opinión, Santiago (6 de marzo de 1933): 3.
279
BSCD, 28° sesión extraordinaria (13 de marzo de 1933): 1420-1421.

79
Uribe o Federico Klein, quienes participaron en el homenaje a Ricardo Latcham, director de revista
Wiken, en reemplazo de Mesa Bel.280 Viendo complot y conspiraciones por todos lados, la policía
evaluó que dicha Convención era una excusa para derrocar al gobierno de Alessandri, siendo “un
inminente peligro para la estabilidad del actual Gobierno”.281 De esta manera, bajo presión de
nuevos allanamientos, las organizaciones socialistas debieron adelantar su unificación para las
sesiones del 18 al 20 de abril en la calle Serrano 150, la cual se convirtió en su histórica sede en
los años posteriores.282 Según el acta de su fundación asistieron sólo hombres, siendo elegidos
Schnake como Presidente, Grove como Secretario General y Carlos A. Martínez como tesorero.
La primera actividad, realizada en el mismo local, fue una conferencia de Gregorio Guerra,
periodista, ex comunista que habló en el entierro de Luis E. Recabarren y fundador del PS. Otra
concentración fue en la población Chorrillos (Conchalí), donde Augusto Pinto, un ex anarquista
perteneciente a la IWW, habló del “problema de la tierra”, aspecto que conocía personalmente
porque después de la muerte de su padre, un pequeño agricultor de Angol, migró a Valparaíso para
evitar continuar con la explotación campesina.283
Estas medidas persecutorias generaron una mística entre los socialistas, quienes construyeron
su militancia a través de categorías de género, asociándola a un conjunto de valores y acciones
supuestamente masculinas (por ejemplo, el culto a la fuerza, la disciplina, la resistencia, el
sacrificio y la obediencia), para dirimir y justificar las posiciones de poder dentro de la
organización.284 Estas construcciones no fueron netamente nativas, sino con un fuerte influjo
global. Por un lado, según Silvia Federici, el surgimiento del capitalismo estaba íntimamente
vinculado con el sexismo y el racismo, marginando a las mujeres del salario y subordinándolas a

280
ARNAD, MIN, vol. 8375, Oficio N° 117, Santiago, 30 de marzo de 1933; Oficio N° 122, Santiago, 6 de abril de
1933; Oficio N° 123, Santiago, 6 de abril de 1933. Conformación del Frente Único Socialista en Trinchera, N° 1,
Valparaíso (26 de noviembre de 1932): 5.
281
“Hacia la Convención Única Socialista”, La Opinión, Santiago (6 de abril de 1933): 2; ARNAD, MIN, Oficio
N°123, Confidencial, De Dirección de Investigaciones a Ministerio de Interior, Santiago, 3 de abril de 1933.
282
“De la Convención Socialista Extraordinaria surgió como único el Partido Socialista”, La Opinión, Santiago (21
de abril de 1933): 1.
283
“Partido Socialista celebra dos grandes concentraciones”, La Opinión, Santiago (23 de abril de 1933): 1. Sobre
Augusto Pinto en: Julio César Jobet, Doctrina y praxis de los educadores representativos chilenos (Santiago: Editorial
Andrés Bello, 1970), 503-522; Entrevista a Rolando Pinto, Santiago, 11 de julio de 2020. Mediante plataforma Zoom
producto de la pandemia Covid-19.
284
Sandro Bellassai, “The masculine mystique: antimodernism and virility in fascist Italy”, Jornal of Modern Italian
Studies, Vol. 10, N° 3 (2005): 314-335; Elsa S. Guevara Ruiseñor, “La masculinidad desde una perspectiva
sociológica. Una dimensión del orden del género”, Sociología, Vol. 23, N° 66 (enero-abril de 2008): 71-92.

80
los hombres.285 En el caso chileno, Thomas M. Klubock analizó la proletarización e
industrialización fomentada por empresarios y el Estado chileno, la que conllevó la naturalización
de relaciones de género, que buscaron controlar no sólo la vida laboral, sino también las relaciones
familiares.286 Por otro lado, estas relaciones de género se trasladaron al ámbito de la política de la
propia izquierda y lucha antifascista. En Alemania, por ejemplo, el Partido Comunista Alemán
(KPD) centró su cultura partidaria en el trabajo productivo masculino y la destreza física. Esto se
intensificó con las luchas antifascistas callejeras, donde el militarismo y la cultura de la violencia
restringió el protagonismo de las mujeres comunistas.287. En Chile, según Karin Rosemblatt, los
partidos socialista y comunista, construyeron un discurso moral hacia la clase trabajadora,
fomentando la educación y el mejoramiento personal, pero utilizando esencialmente códigos de
honor esencialmente conservadores frente a las mujeres, a quienes no le negaron su participación
política, pero la restringieron a ciertas actividades, principalmente asociadas a la salud y
alimentación.288 Esta “masculinización de la política” se puede percibir no sólo en declaraciones
y prensa socialista, sino también en ilustraciones, y fotografías, donde el “deber ser” de la
militancia estaba asociada a la “lucha” y la fuerza del trabajador. En una ilustración de la revista
Rumbo, por ejemplo, obreros, campesinos, obreros y socialistas [todos hombres] rodean una mano
empuñada y en alto, símbolo anarquista que se hizo masivamente popular desde la Guerra Civil
Española, transformándose en un gesto corporal anti fascista y de la izquierda mundial
(Ilustración 8). En otro retrato, la clase trabajadora aparece representada en un hombre que
sostiene de pie la industria; y una mujer que ara la tierra de rodillas (Ilustración 9. De esta manera,
la jefatura socialista, para llegar a serlo, debía tener dichas características supuestamente
masculinas. Así lo definió un escrito de 1935:

“El líder para que satisfaga a las masas debe reunir ciertas condiciones. En primer lugar, ha de
ser de aspecto físico agradable, atrayentes, simpático (…) La vida del líder no ha de estar

285
Silvia Federici, Caliban y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria (Buenos Aires: Tinta Limón, 2004),
21-31.
286
Thomas M. Klubock, Contested communities: Class, gender and politics in Chile’s El Teniente Copper Mine,
1904-1951 (Durham and London: Duke University Press, 1998), 8.
287
Eric D. Weitz, Creating German Communism, 1890-1990. From Popular Protest to Socialist State (Princeton:
Princeton University Press, 1997), 188-205. Agradezco a Rolando Álvarez su facilitación. En el caso del comunismo
chileno ver: Salgado, Exemplary Comrades, 54.
288
Karin Alejandra Rosemblatt, Genderer compromises. Political cultures and the State in Chile 1920-1950 (North
Caroline: University of North Caroline Press, 2000), 191-200.

81
exenta de ciertos tintes movedizos. Persecuciones, prisiones, destierros, fugas llenas de
peripecias; hazañas espectaculares; han de adornar sus actuaciones políticas y sociales. En fin,
los líderes han de poseer todos los atributos del verdadero hombre (…) Grove es un leader
socialista”.289

¿Qué significaba tener un aspecto físico agradable o atrayente? ¿Tendría relación con la
blancura de la piel? El texto no lo aclara, pero sí especifica que el “verdadero hombre”,
independiente de su clase social, debía pasar estoico frente a la prisión y el destierro. Quizás por
ello el escrito colocó a Grove como el prototipo más claro de este “leader”, quién, según Manuel
Begoya fue “una de las figuras de mayor volumen en la vida contemporánea de Chile”.290

ILUSTRACIÓN 8: REVISTA RUMBO, N°3, SEGUNDA ÉPOCA, SANTIAGO, AGOSTO DE 1939, P. 26; ILUSTRACIÓN 9: PORTADA DE REVISTA
RUMBO N° 4, SANTIAGO, SEGUNDA QUINCENA DE AGOSTO DE 1936, P. 1.

***

289
“Los líderes”, Consigna, N° 18, Santiago (6 de abril de 1935): 3.
290
Manuel Bedoya, Marmaduke Grove. Su vida, su ejemplo, su obra (Santiago: Talleres Gutenberg, 1941), 3.

82
Nacido en Copiapó el 6 de julio de 1878, Marmaduke Grove fue el primogénito de José
Grove, abogado y miembro del Partido Radical; y de Ana Vallejos, que descendía de una familia
acomodada de la ciudad. Producto de la guerra civil de 1891, su padre se exilió en Mendoza,
debiendo su hijo mayor apoyar a su madre con sus nueve hermanos. Con un tono mesiánico Grove
recordó años después que “mientras mi padre era llevado al destierro, yo juraba a mi buena madre
que si el destino me deparara ser revolucionario, lo sería de verdad”.291 Al año siguiente ingresó a
la Escuela Naval, de donde fue expulsado por participar en un “estúpido incidente”. Según
recuerdó, se negó a comer “pan duro” y la discrepancia se transformó en desorden: “mientras se
daban vueltas algunas mesas, se disparan algunos panes y el comedor es todo un alboroto”.292
Luego de ayudar por un tiempo a su padre, ingresó al Ejército en 1897, llegando al grado de oficial
de la Academia de Guerra. Siendo becado a un curso de Artillería en Alemania, se ausentó del país
entre 1906 y 1910, quedando ajeno de aquellos años donde los militares reprimieron al movimiento
obrero en las jornadas de Antofagasta o la Escuela de Santa María de Iquique, y que aplicaba la
“ley del azote” a sus propios soldados. Con los años, Grove recalcó que estos hechos lo
diferenciaron de aquellos militares que no comprendían la “esencia” del pueblo chileno. “No es
efecto aquello de que el pueblo chileno sea ladrón por naturaleza; lo que existe es descuido y falta
de preocupación de las autoridades, no en castigar, sino en enseñar a su gente en la práctica de las
buenas costumbres”.293
Producto de la militarización de la política, Grove fue parte de una generación de jóvenes
oficiales que impulsó la inclusión de leyes sociales al Estado mediante el movimiento de
septiembre de 1924, pero sobre todo en enero de 1925, cuando derrocaron a sus superiores.294
Grove pasó a dirigir la Aviación, pero por desavenencias con el ministro de Guerra, Carlos Ibáñez
del Campo, fue enviado a Europa como delegado de la institución. “Así lo hago con mi mujer y
cuatro niños (…) no voy amargado, sino muy desilusionado, aún hay que esperar y preparar la
herramienta”, recordó Grove en 1941.295

291
Bedoya, Marmaduke Grove, 9
292
Marmaduke Grove, “Grove defiende su dignidad de hombre y de Cadete”, Claridad, Santiago (28 de enero de
1938): 2.
293
Marmaduke Grove, “La pena del azote en el ejército”, Claridad, Santiago (8 de febrero de 1938), 2.
294
José Luis Díaz Gallardo, Militares y socialista en los años veinte: orígenes de una relación compleja (Santiago:
Universidad ARCIS, 2002).
295
Bedoya, Marmaduke Grove, 30.

83
Casado con Rebeca Valenzuela, hija del Almirante que lo expulsó de la Escuela Naval,
Grove fue representado en la biografía de Moira Brncic como un verdadero héroe, que combinaba
las características de caballerosidad, optimismo, humor, inteligencia y afectividad. Teniendo el
privilegio de los archivos y testimonios familiares, Brncic conversó con Berta Grove, sobrina de
Marmaduke, quien lo recuerda como un afable tío que siempre los escuchaba, pero a la vez les
hablaba de lo que “significaba para el ser humano la igualdad entre los hombres, el respeto, el
amor por el prójimo”.296 A la vez, su hija, Blanca Elena, le comentó que en Londres, su padre les
dijo: “aunque uno tuviera intenciones loables y reconfortantes, no podía valerse de medios sucios
y reprobables, intentando concientizarlos, con que el fin justifica los medios”.297 ¿Estaría pensando
en Ibáñez del Campo en aquel momento? Fuese o no así, Grove rechazó la dictadura de Ibáñez y
se exilió en Argentina, donde planificó su derrocamiento mediante un legendario vuelo en un avión
rojo en septiembre de 1930. Detenido y relegado a la Isla de Pascua, Grove logró fugarse en un
pequeño barco, incrementando su leyenda y convirtiéndose en el alter ego del dictador Ibáñez. Al
regresar a Chile en febrero de 1932, fue nombrado Comandante de Aviación por el presidente
Montero, a quien le pidió su dimisión a los pocos meses. Aunque no era miembro de la Junta
Militar, sino ministro de Defensa, su persona se convirtió en la personificación de la República
Socialista, e incluso del socialismo de las primeras décadas del siglo XX. Un famoso grito diría:
“¿Quién manda el buque?: ¡Marmaduke!”, donde el propio Grove respondía en tercera persona.
Aunque no sabemos cuándo se creó, este dicho nos habla del liderazgo y el reconocimiento que
tuvo dentro de la militancia socialista, incluso hasta causar nerviosismo. Según Julio Barrenechea,
una tarde en Temuco, un militante “nervioso rompió filas, se puso frente al líder y gritó: ‘¿Quién
manda el vapor?’ Don Marmaduke le corrigió: ‘El buque bruto’”.298
Relegado nuevamente en Isla de Pascua entre el 16 de junio al 30 octubre de 1932, Grove
aceptó una candidatura presidencial, promoviendo la creación de un “Gran Partido Socialista”
mediante la unificación de todas las fuerzas populares socialistas.299 Él sería uno de sus jefes y
mesías. Un panfleto en torno a su candidatura apeló a la hombría y lo calificó como “el Salvador

296
Moira Brncic Isaza, Marmaduke Grove. Liderazgo ético (Santiago: Ediciones Tierra Mía, 2003), 108.
297
Brncic, Marmaduke, 100.
298
Alejandro Witker (Compilador), Historia documental del PSCH. 1933-1993. Forjadores y signos de renovación
(Concepción: IELCO-Chile, 1993), 13.
299
“Declaraciones de D. Marmaduke Grove”, Trinchera, Valparaíso (26 de noviembre de 1932): 1. Sobre estadía de
Grove en Isla de Pascua Partido Socialista, La relegación de Grove (documentos parlamentarios) (Santiago: Imp.
Edit. Chilena, 1933).

84
de Chile”, que llevaría a Chile a la República Socialista. Esta personalidad mesiánica le valió el
apodo de Marmacristo por la revista de humor político Topaze, producto de sus declaraciones
donde se comparaba con el mesías de Belén: “Cristo ofreció recompensa y bienaventuranza en el
cielo a los que sufren en este mundo. Nosotros, los socialistas, queremos justicia social con los
trabajadores que hasta ahora han sido postergados y explotados. Queremos cambiar la realidad en
la tierra para disminuir la pobreza y que florezca la solidaridad”.300 Mientras continuaba relegado
en Isla de Pascua (“sede del socialismo”), la revista Topaze bromeó con sus declaraciones,
inventando el siguiente diálogo:

- Usted debe aceptar la Presidencia…


- ¿La Presidencia? No puedo. Sería rebajarme. La última vez le aseguré al país que yo era
Jesucristo. Claro está que no pude hacer el milagro de multiplicar los panes y los peces.
Multipliqué los presos solamente”.301

Demasiado rebelde para la vida militar, pero demasiado marcial para una vida ciudadana,
Grove concibió la política mediante los códigos militares. Con una disciplina de soldado, concibió
a los militantes socialistas como parte de su tropa. Así se percibió en los múltiples desfiles que
realizaron los socialistas entre 1933-1941, donde los socialistas se cuadraban frente a sus líderes,
pareciendo más un ejército que una organización política, muy influido por los sucesos ocurridos
en Europa. En la siguiente fotografía, se evidencia la satisfacción de Grove al ser saludado por los
jóvenes socialistas en la octava conmemoración de la República Socialista. A su lado reconocemos
a un joven Allende, Schnake y Carlos Alberto Martínez. La única mujer sería María Montalva, la
cual está detrás de un miliciano (Ilustración 10). Según Belarmino Elgueta, fue Grove quien
influenció en la creación de las Milicias Socialistas (MS), “confiriéndoles una aurora militar que
los movilizaba con gallardía en todo el país”.302 Aunque no menciona su fecha de formación, estas
pudieron crearse a finales de 1936 y fueron disueltas por el ministro del Interior Arturo Olavarría
en 1941. Inspiradas estéticamente en la lucha antifasicista de la Guerra Civil Española, las MS se
hicieron conocidas por las disputas callejeras que llevaron contra los militantes del Movimiento
Nacional Socialista (MNS) en Santiago, Valparaíso y Concepción. Los nacistas chilenos fueron

300
Brncic, Marmaduke, 178.
301
“El candidato de Pascua”, Topaze, N°63, Santiago (19 de octubre de 1932): 21
302
Elgueta, El socialismo, 193.

85
creados en 1932, bajo el liderazgo de Jorge Gonzáles von Maree (“El Jefe”) y el economista Carlos
Keller, y aunque no tenían necesariamente concomitancia con la estrategia nazi de Alemania, el
MNS se opuso tanto a liberales y comunistas para resolver la crisis económica que afectaba a
nuestro país. Según Keller, el Estado debía hacerse cargo del comercio exterior y resolver la
situación de más de 130.000 cesantes, realizando una reforma agraria como solución, concordando
esta vez con los socialistas:

“El mayor de todos los absurdos de que adolece nuestro país es la distribución de las tierras.
Basta citar a este respecto el sólo hecho que el 78% de nuestra superficie corresponde a
2,600 propiedades superiores a las 1.000 hectáreas (…) La subdivisión de la propiedad es,
pues, una de las primeras medidas que deberían adoptarse si se quiere solucionar alguna
vez la crisis que azota al país”.303

ILUSTRACIÓN 10. DIRIGENTES SOCIALISTAS SALUDAN A MILICIAS, 4 DE JUNIO DE 1940. MARIA MONTALVA APUNTADA POR FLECHA
FUENTE: ARCHIVO DE MIGUEL RUBIO, MUSEO HISTÓRICO NACIONAL.

Pese a estas coincidencias, el MNS fue agudizando sus críticas, pasando a la acción a través
de la formación de tropas de asalto, vestidos con camisas pardas, cinturones gruesos y uso de

303
Carlos Keller, Cómo salir de la crisis (Santiago: Nascimento, 1932), 25-26.

86
revólveres. Los enfrentamientos con los socialistas comenzaron a mediados de los años treinta,
sobre todo en espacios públicos, mientras repartían sus medios de comunicación.304 Los “mártires”
no tardaron en llegar. Primero fue Manuel Bastías, de profesión sastre y ex miembro de la Armada,
quien murió el 13 de octubre de 1935 en Concepción.305 Un segundo mártir socialista fue Julio
Llanos, militante del seccional de La Cisterna, quien participaba junto a su hermano Vicente en un
acto del Frente Popular en el Teatro Gran Avenida.306 Pero fue la muerte de Héctor Barreto, según
el historiador Fabio Moraga, la que transformó las prácticas y estéticas de los socialistas, al
conformar definitivamente las MS como una respuesta a los ataques nacistas, ocupando un
uniforme y una estructura militar, por lo demás, inédita en una izquierda que por décadas se declaró
antimilitarista.307
La preparación de las MS estuvo a cargo de José Rodríguez Corse, empleado y sindicalista de
la Beneficencia; y Carlos Colella, ex marino que participó en el levantamiento de 1931. A partir
de un reclutamiento en la Federación Juvenil Socialista (FJS) se estructuraron verticalmente bajo
el mando del Comité Central del PS. Su uniforme, inspirado en la Guerra Civil Española, fue una
camisa gris (“de acero”, diría su himno)308, una corbata roja, pantalón negro y una gorra con una
estrella roja. En el cuello de la camisa estaban cocidas las iniciales “M” y “S” en cada lado.309
Según Federico Klein, abogado y fundador del PS, su armamento eran los ‘tontos de goma’ que
escondían entre los periódicos que repartían.310 Otros, como Orlando Millas, estudiante de Leyes
y miembro de la FJS desde 1936, recuerda que iban armados de cinturones y corvos. Con orgullo
o de manera inmodesta recuerda los enfrentamientos que se dieron tanto en la capital, como en
Valparaíso:

304
“Choque entre socialistas y nacistas se produce en la Plaza de Armas”, La Opinión, Santiago (15 de diciembre de
1935): 1; “Violento incidente entre nacistas y socialistas”, La Opinión, Santiago (29 de diciembre de 1935): 1;
“Incidencias entre socialistas y nacistas”, La Opinión, Santiago (20 de enero de 1936): 3.
305
“Contra el nacismo asesino”, Consigna, N° 44, Santiago (19 de octubre de 1935): 1 y 4.
306
“La primera víctima del odio y sectarismo de los reaccionarios, es Julio Llanos”, La Opinión, Santiago (19 de abril
de 1936): 1.
307
Fabio Moraga Valle, “El asesinato de Héctor Barreto y la cultura política de la izquierda chilena en la década de
1930”, Revista UNIVERSUM, N° 24, Vol. 2 (2009): 114-138; Sobre antimilitarismo y servicio militar forzado en:
Devés y Cruzat, Luis Emilio, 53, 56, 85, 132, 137, 158, 159, 166, 236, 240, 278, 302, 322, 625 y 760.
308
Partido Socialista, Cancionero de las milicias (Santiago: Departamento de Publicaciones del Partido Socialista,
1939), 11.
309
Partido Socialista, Reglamento Nacional de Defensa (Santiago: Departamento de Publicaciones del Partido
Socialista, 1941), 21.
310
Rafael Sagredo (recopilador), Crónicas políticas de Wilfredo Mayorga. Del ‘Cielito Lindo a la Patria Joven’
(Santiago: Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 1998), 534.

87
“En las noches nos ubicábamos en las sombras, deslizándonos con zapatillas para no hacer
ruido y seguíamos a un grupo de nazis que salían de sus cuarteles, hasta que se iban
dispersando y cuando quedaban solos unos dos nos dejábamos caer colocándoles los corvos
en las espaldas e intimidándoles rendición, la que siempre se producía (…) Pocas veces
necesitamos herirlos seriamente, porque se nos tenía terror y nuestra operaciones cundían
hasta el punto de que ellos no pudieron continuar desarrollando sus actividades
nocturnas”.311

Aunque no tenemos certeza del “terror” que causaban los socialistas, ni de la participación
de Millas en aquellas actividades, este describió dichas acciones con una racionalidad de la
violencia, que no buscaba el asesinato, sino la neutralización de los nacistas. Por otro lado, tanto
en Millas, como otras memorias de socialistas, se pretende demostrar la “virilidad” del PS y sus
militantes, en comparación de otros partidos, al ser quienes derrotarían al nacismo en las calles.
Así lo recordó Mario Palestro, quien tenía quince años al participar en las MS en la comuna de
San Miguel. “Un compañero gritaba ‘quién es González Von Marees?... un hombre al revés”.312
¿Qué quería decir este grito? ¿Que el líder del MNS era débil como una mujer?

Al contrario, según las memorias de Millas, existieron mujeres socialistas que participaron
en los enfrentamientos con las tropas nacis, entre ellas Carmen Lazo, Nelly Cárdenas y Amalia
Givovich. Lazo, quien ingresó a las Juventudes Socialistas a los trece años (1934), se hizo un lugar
entre la militancia precisamente por adoptar las características supuestamente masculinas como el
“coraje”.313 Así lo recuerda ella dos meses antes de morir:

“Teníamos un cinturón, ese era el arma, de suela de suelo, grueso, con una hebilla de
bronce, con la insignia del PS, con esa era con la que peleábamos, porque venía los nacis,
vendiendo el diario El Trabajo, y nosotros vendiendo el diario Consigna, y ahí nos
agarrábamos, a cinturonazo limpio [se ríe]”.314

311
Orlando Millas, La alborada democrática en Chile. Memorias. Primer volumen 1932-1947. En tiempos del Frente
Popular (Santiago: Cesoc Ediciones, 1993), 109.
312
Mario Palestro R., La República independiente de San Miguel. (Santiago: LOM ediciones, 1998), 70.
313
Millas, La alborada, 109.
314
Entrevista a Carmen Lazo realizada por Manuel Pérez Guiñez, Biblioteca del Congreso Nacional, junio de 2008.
https://bit.ly/3D0HEFX

88
Pero el camino no le fue simple, la masculinización de la política no daba concesiones
fácilmente. “No es que me crea tan inteligente ni tan transcendente- diría Lazo en otra ocasión-
pero a mí me parece que uno tiene que ser capaz de pegar un grito grande, si quiera, antes de
morirse para llamar la atención”.315 Su fuerza y convicciones probablemente vinieron de su historia
familiar. Nacida en septiembre de 1920 en Chuquicamata, su padre Manuel Lazo trabajó allí como
jefe de maestranza y más tarde en mineral El Tofo. Allí fue despedido cuando la empresa le pidió
que amonestara a su hija por ingresar al PS. “No me gusta que me obliguen. Yo a usted no le
pregunto a qué partido pertenece”, le habría respondido.316 De su madre, Jesús Carrera, recuerda
que era dueña de casa y una ferviente lectora (Dostoievski, Tolstoi, Dumas y Víctor Hugo fueron
algunos autores que leía). “Era trabajadora, inteligente y sabía guardar sus penas. Siempre estaba
con nosotros. Esperaba a mi papá todos los días. Tenía certeza que era tremendamente mujeriego,
pero se hacía como que no sabía”.317 De ella aprendió a recitar, destacándose en la Escuela N° 13
de Valparaíso a la cual Carmen Lazo fue un tiempo, viviendo con su abuela. Así, cuando el jefe
del seccional de El Tofo le pidió que recitara en un acto, aunque nerviosa, supo impresionar a
Grove, Schnake, Blanca Luz Blum y Salvador Allende:

“Yo, cabra chica, estaba realmente impresionada de ver a estos personajes. Y más
impresionada cuando el secretario seccional me entrega como tres hojas escritas, y que yo
debo leer ante todo ese público (…) Salí al micrófono, y yo empecé a leer y no veía…
[Blanca Luz Blum] me dijo, ‘vota ese papel e improvisa’. Desde entonces que estoy
improvisando” [se ríe]”.318

Esa vez, Allende se le acercó llamándola “morena” y le dio valiosos consejos para dar la
cuenta, en otros eventos, de la sección a la pertenecía. Fue en el Congreso Provincial de Coquimbo,
en agosto de 1937, cuando Lazo puso en práctica aquellas recomendaciones, impresionando a tal
grado que el semanario Consigna publicó una nota destacándola por su belleza y la manera concisa
en que dio la cuenta: “menudita y morena, plena de juventud y fervor socialista, brillando en sus
ojos el chispazo revelador de su inteligencia”.319 A la vez Allende, a quien recuerda que estaba

315
“Carmen Lazo relata en sus memorias su larga vida política”, La Tercera, Santiago (24 de octubre de 2005): 6.
316
Carmen Lazo y Eliana Cea, La Negra Lazo. Memorias de una pasión política (Santiago: Planeta, 2005), 11.
317
Lazo y Cea, La Negra, 23.
318
Entrevista a Carmen Lazo realizada por Manuel Pérez Guiñez, Biblioteca del Congreso Nacional, junio de 2008.
https://bit.ly/3D0HEFX.
319
“El Tofo”, Consigna, N° 138, Santiago (4 de septiembre de 1937): 2.

89
muy elegante y engominado, le recomendó estudiar en Santiago, donde pudo vivió en un
departamento de la arquitecta Inés Floto, estudiando y trabajando de secretaria. De allí se convirtió
en dirigente de la Federación de las Juventudes Socialistas y más adelante fue la primera regidora
por Santiago (1943-1947) y diputada (1965-1973).

Grove y Allende pueden representar el prototipo de la ‘masculinización de la política’: por


un lado, un militar que enfrentó la dictadura de Ibáñez y que, pese a fracasar en su intento, logró
fugarse y liderar un nuevo movimiento mítico en 1932. Investido en un aura casi mesiánica, Grove
se presentó como el “salvador de Chile” e impuso su visión y disciplina militar frente a cualquier
disidencia. Desconocedor del marxismo, Oscar Waiss, recuerda que Grove se jactaba que sólo
conocía a Marx por sus retratos. En lo personal, Grove se enamoró de una joven socialista llamada
Marta Ayud, quién vivía junto a su madre y hermanas cerca de la Quinta Normal. Según Orlando
Millas, esta relación era conocida masivamente, “sin afectar el hecho de que paralelamente
mantuviese su hogar con su esposa e hijos”.320 Según Waiss, frente a las posibles críticas por esta
relación extramatrimonial, Grove diría que “no estaba para que le administraran el marruecos”.321
Su calidad de “autoridad” y posición de líder perduró por más de diez años, pero no fue eterna,
retirándose del PS en 1944, creando el PS Auténtico, el cual tuvo una efímera existencia.

En el caso de Allende, este también hizo el servicio militar, pero se dedicó al estudio del
marxismo, al menos más que Grove. Según Carmen Lazo, fue un hombre “de una sola pieza”,
gozador de la buena mesa; pero que dio la vida por sus ideales. Sobre su fama de mujeriego y de
tener relaciones fuera del matrimonio, ella lo justificó:

“Que le gustaban todas las mujeres, es que a la mayoría de los hombres les gustan a las
mujeres que son bonitas, que tienen algo… el gustaba la vida, (…) pero cuando él vio que
estaba amenazado el espíritu con que se había hecho la Unidad Popular, con que se había
hecho el Frente Popular, el entusiasmo que había en los trabajadores y en las mujeres [se
emociona], él no dudo en matarse, y eso, por lo menos a mí, me produce un profundo
respeto, porque es la vida”.322

320
Millas, La alborada, 118.
321
Waiss, Chile Vivo, 50.
322
Entrevista a Carmen Lazo realizada por Manuel Pérez Guiñez, Biblioteca del Congreso Nacional, junio de 2008.
https://bit.ly/3D0HEFX. Lazo se refiere al libro de Eduardo Labarca que aborda las relaciones extramatrimoniales de
Allende con Leonor Benavides, Inés Moreno, Eugenia Valencia, Gloria Gaitán y Miria Contreras, ver: Eduardo
Labarca, Salvador Allende. Biografía Sentimental. Edición ampliada y definitiva (Santiago: Catalonia, 2015).

90
La opinión de Carmen Lazo concuerda con la “masculinización de la política”, la cual no
amonestaba las conductas de infidelidad de los hombres socialistas con sus esposas, ni recibían
medidas disciplinarias, pareciendo que fuese más bien una característica de masculinidad. Por otro
lado, Lazo le bajó el perfil a un acontecimiento que le comentó a la historiadora Karin Rosemblatt,
sobre un camarada que la intentó violar. “Esa fue la única vez que un hombre me faltó el respeto”,
habría recordado. El malhechor debía ser un “maniático”, pensaba, al cual le dio un par de golpes
y salió arrancando.323 De manera que, para Carmen y otras mujeres socialistas, frente a la
“masculinización de la política” no cabría más que enfrentarlas con sus mismas herramientas.
Pero, ¿cómo fue la experiencia para las mujeres en las áreas rurales? ¿Pudieron ingresar a las filas
del Partido Socialista? Y, ¿cuáles fueron las razones de su participación?

***

Al fundarse el PS la presencia de mujeres fue mínima, aunque no inexistente. De los 444


fundadores, 28 pertenecían al género femenino. Las primeras secciones femeninas se fundaron en
1934, haciendo un llamado a su participación en las elecciones municipales de 1935. Allí se les
pidió a las mujeres obreras que no traicionen a su clase votando por candidatos burgueses, asunto
que tuvo mayor efecto porque sólo obtuvieron 69 sufragios femeninos.324 Esto fue revertido en
1938, aumentando a 3.777 votos, impulsado según María Montalva, por la formación de la Acción
de Mujeres Socialistas y la lucha contra el cohecho.325 Pero la incursión de las mujeres en la
política socialista no significó que se les siguiera identificando con el cuidado de los hijos e hijas
y las tareas del hogar. Así lo refleja un poema llamado precisamente “Madre Futura” en el
semanario Consigna en 1936:

323
Rosemblatt, Genderer compromises, 199.
324
“Las mujeres proletarias debemos organizarnos”, Consigna, N° 20, Santiago (13 de abril de 1935): 2; “Mujeres
deberán inscribirse”, Consigna, N° 107, Santiago (23 de enero de 1937): 4. Cifras en: Rick Walter, “Urban pioneers:
The role of women in the local government of Santiago, Chile, 1935-1946”, Hispanic American Historial Review, N°
84, Vol. 4 (november 2004): 686. Sobre mujeres socialista en el POS, ver: Jorge Navarro López, “El lugar de la mujer
en el Partido Obrero Socialista. Chile, 1912-1922”, Izquierdas, N° 28 (julio de 2016): 162-190.
325
“Saludos a las Brigadas de la Acción de Mujeres Socialistas”, Consigna, N° 1, Segunda época, Santiago (5 de
noviembre de 1938): 3.

91
Madre, tú,
la que darás el pecho a los hombres futuros
los de cuerpos atléticos
y cerebros robustos.
Los que vendrán al mundo ‘con su pan bajo el brazo’
(…)
Las amorosas sin erotismo
las sensitivas sin lujuria
las compañeras de los hombres fuertes
que abrirán junto a ello el camino al mañana
donde fundan sus lenguas y su sangre
en un tipo común, todas las razas.326

Según Rosemblatt, esto sucedió porque la izquierda no discutió abiertamente la desigualdad


de género, acusando al capitalismo de la explotación hacia las mujeres, lo que era cierto, pero no
explicaba la violencia doméstica y sexual que vivían las mujeres por parte de sus parejas.327 De
esta forma, aunque se preguntaban en Consigna: “¿podrá hacer la revolución social quienes no
hayan podido hacerla antes en su hogar?”, en la práctica la mujer sólo podría liberarse con ayuda
328
de los hombres, quienes aparecen como sus protectores. Así lo plantearon en el periódico
socialista Acción de Nacimiento: “¡Campesinos! Si queréis defender vuestra mujer e hijos, debéis
ingresar al gran Partido Socialista”.329
La situación de las mujeres campesinas fue mucho más agobiante. Según los relatos
recopilados por Grupo de Investigaciones Agraria (GIA), o las investigadoras Ximena Valdés,
Macarena Mack, Heidi Tinsman y María A. Illanes, las extensas jornadas de trabajo remunerado
y no remunerada no les permitían la realización de otras actividades sociales, además de las
restricciones de sus maridos.330 Según Mercedes Cabrera, campesina nacida en 1920, sus jornadas

326
Teodora del C. Barzán, “Madre futura”, Consigna, N° 103, Santiago (25 de diciembre de 1936): 2.
327
Rosemblatt, Genderer compromises, 209-210. Además: Adriana Hidalgo, “La mujer en el régimen capitalista”,
Consigna, N° 144, Santiago (16 de octubre de 1937):3.
328
“La revolución debe empezar en el hogar”, Consigna, N° 29, Santiago (29 de junio de 1935): 4.
329
Acción, Nacimiento (15 de julio de 1933): 1.
330
Grupo de Investigaciones Agrarias, Vida y palabra Campesina, Tomo V. Sede Puerto Montt (Santiago: Academia
de Humanismo Cristiano, 1986); Ximena Valdés S., La vida en común. Familia y vida privada en Chile y el medio
rural en la segunda mitad del siglo XX. (Santiago: LOM ediciones, 2007); Heidi Tinsman, La tierra para quien la
trabaja. Género, sexualidad y movimientos campesinos en la reforma agraria chilena. (Santiago: LOM ediciones,
2009); María Angélica Illanes, Nuestra historia violeta. Feminismo social y vidas de mujeres en el siglo XX: una
revolución permanente. (Santiago: LOM ediciones, 2012); Illanes, Movimiento en la tierra, 80-92.

92
en el fundo Agua Buena eran extenuantes. Se levantaba a las seis de la mañana y se acostaba
“agotada”, sin posibilidad de descanso como lo hacían los campesinos el día domingo. “A veces
me tiraba arriba de la cama y ahí mismo amanecía (…) Yo no salía a ninguna parte. ¿Qué tiempo
me iba a quedar! Trabajar era toda mi vida, y sin ganar nada”.331 Las tareas laborales y económicas
estaban claramente divididas, existiendo una gran mayoría de mujeres destinadas al trabajo
doméstico, la huerta familiar y la lechería. Esta última tarea era recordada por algunas como
sacrificada por el temprano horario y las condiciones sanitarias. “¡Imagínate!, tener una guagua y
estar una semana y enseguida meterse al barro y después se lavaban las piernas con toda el agua
helá”, recuerda Leontina Leyton a su madre en el fundo San Miguel. A las extenuantes jornadas se
sumaba las tareas del hogar y el cuidado de los hijos e hijas. “No me acuerdo yo de un hermano
haciendo su cama”.332 Esto último es central para entender porque la politización campesina fue
posterior para las mujeres campesinas, producto que estas no tenían la posibilidad de socializar y
practicar la política en sus jornadas libres los domingos, ya sea en clubes deportivos, sociales o en
la cantina.333 De todas maneras, la participación femenina no estuvo totalmente al margen de la
politización campesina, producto que el trabajo no remunerado, ya sea productivo y de cuidado
fue central para que los hombres pudieran hacer política sindical. Esto lo podemos ejemplificar
mediante la historia familiar de los Rivera-Pérez en la localidad de El Tambo (Salamanca).

“Mi abuelo vistió la camisa de acero, miliciano mi abuelo, él tenía fotos donde él iba desfilando
con la camisa de acero, con Marmaduke Grove”.334 Así recuerda Quielo Rivera a su abuelo. Su
historia familiar bien puede representar varias de las temáticas relatadas hasta el momento en la
presente tesis: la migración producto de la crisis económica; la aspiración de colonización para
resolverla; la politización socialista y masculinización de la política como producto de este
conflicto. Sus abuelos, Miguel Ángel Rivera y Mercedes Frez, provenientes de Petorca y Limache
respectivamente, se enamoraron y migraron juntos a Salamanca a comienzos de siglo XX. Allí
vivieron en la localidad de El Tambo donde trabajaron de medieros y tuvieron seis hijos

331
Macarena Mack, Paulina Matta y Ximena Valdés, Los trabajos de las mujeres entre el campo y la ciudad. 1920-
1982 (Santiago: Centros de Estudios de la Mujer, 1986), 16-17.
332
Leontina Leyton, fundo Lo Hermida, en Macarena Mack, Angélica Wilson y Ximena Valdés, Una experiencia de
organización de mujeres del campo (Santiago: PEMCI, 1983), 105-112. Además, ver: Valdés, La vida en común, 212-
240.
333
Goicovic, “La crisis económica…
334
Segunda entrevista a Quielo Rivera Pérez, localidad de Los Choapinos, Rengo, 28 de septiembre de 2019.

93
(Ilustración 11). Uno de ellos fue su padre, Quelo Rivera, nacido en 1912.335 Su hija, Yolanda
Rivera, recuerda sus orígenes socialistas: “desde que tengo conocimiento, y eso me llena de
orgullo, siempre [fuimos una] familia socialista, y somos una familia bastante numerosa acá y
bastantes hijos, entonces, cada hijo tiene una familia. Entonces, todos ahí, socialistas, es bonito”.336
¿Cómo se habrá dado tan temprana relación entre los inquilinos de El Tambo (Salamanca) con el
Partido Socialista?
Según el semanario Consigna, fue a comienzos de 1937 cuando se consolidó la primera
seccional en Salamanca, con campesinos de los fundos de El Tambo, Tahuico, Chuchiñi y
Peralillo.337 Una posibilidad es lo planteado por Quielo Rivera, sobre el retorno de obreros desde
las salitreras con una enorme “escuela sindical” a cuestas. Emilio Estay, uno de los dirigentes
campesinos más importantes de Salamanca, sería uno de ellos. Otra posibilidad podría ser la
proximidad de Salamanca con Illapel, tomando contacto con socialistas como Daniel Villalobos,
obrero talabartero, que además fue regidor en múltiples períodos y alcalde entre 1938 y 1944. Por
otro lado, estaba Luis Villarroel, director de Reflector, un periódico creado por militantes del PS
Unificado en agosto de 1932 y su esposa, María L. de Villarroel, quien llegó a ser líder Regional
de la Acción de Mujeres Socialistas en el Valle del Choapa. Desde un comienzo Reflector le dio
cobertura a la demanda de colonización agrícola, el mejoramiento de salario y la construcción de
escuelas en las comunidades campesinas, exponiendo la aspiración de parcelación de los fundos
de la Beneficencia Social de Salamanca, tales como Tahuinco, Tranquilla, Corión, Quelén,
Cuncumén y El Tambo (alrededor del 90% del Valle del Choapa).338 De hecho, fue el gobierno de
Alessandri Palma quien solicitó su compra por medio de CCA, asunto que generó grandes
expectativas en la población salamanquina. Producto de la negativa de la Junta de la Beneficencia,
argumentando que con el dinero de su arriendo se financiaba la Casa de Huérfanos, la demanda se
fue postergando, no así olvidada.339 En el caso de El Tambo, sus inquilinos continuaron pidiendo
su parcelación, participando en la Liga de Campesinos Pobres con Alberto Lazo como su secretario

335
El padre se llamaba Quelo Rivera, mientras que el hijo se llama Quielo Rivera.
336
Entrevista a Yolanda Rivera Pérez, localidad de Los Choapinos, Rengo, 28 de septiembre de 2019.
337
“Salamanca organizada definitivamente”, Consigna, N° 107, Santiago (23 de enero de 1937): 2.
338
“La subdivisión de la tierra como base de tranquilidad social”, Heraldo, Illapel (16 de abril de 1933), 2; “Lo que
pasa en Salamanca y alrededores”, Reflector, Illapel (15 de mayo de 1933): 2; “Se formará la Asociación de Aspirantes
a Colonos de Illapel”, Reflector, Illapel (20 de octubre de 1933): 3.
339
Servicios de Beneficencia y Asistencia Social, El problema de destinar a colonización agrícola los fundos de la
Beneficencia (Santiago: s/e, 1933); “Perdida toda esperanza de que se parcele fundo El Tambo”, Reflector, Illapel (23
de marzo de 1934): 1.

94
general, manteniendo un fuerte lazo con el PS por coincidir desde sus orígenes por la
colonización.340 El lema que se publicaba en Reflector en 1934 era: “Campesinos. Si queréis tener
tierras, ingresad al Partido Socialista”.341

ILUSTRACIÓN 11. MAPA DE SALAMANCA Y FUNOD EL TAMBO (VALLE DEL CHOAPA).


REALIZADO POR HUNGRÍA SALGADO.

Finalmente, otra posibilidad de politización pudo ser mucho más simple: a través del deporte.
Según el historiador Igor Goicovic, la izquierda, en especial los socialistas, utilizaron las ligas de
fútbol para tomar contactos con jóvenes y así invitarlos a ingresar al partido, función que en Illapel
cumplió Luis Villarroel, director de la Asociación de Fútbol en 1938.342 En las zonas rurales, cada
fin de semana era frecuente que los inquilinos jugaran en sus respectivos clubes deportivos,
viviéndose una verdadera fiesta en las comunidades campesinas. Según Brenda Elsey, en el

340
“El Tambo”, Heraldo, Illapel (21 de marzo de 1934): 3.
341
Reflector, Illapel (22 de junio de 1934): 4.
342
Información proporcionada por historiador Igor Goicovic, 2021. Además, ver: “Ya se formó Asociación futbolística
para el pte Año”, Reflector, Illapel (25 de junio de 1938): 4; “En reñido encuentro de futbol Salamanca venció a El
Tambo 3x1”, Reflector, Illapel (18 de diciembre de 1939): 3.

95
periodo anterior al Frente Popular, no existía una separación entre los club deportivos y la política,
de hecho muchos líderes locales eran eximios jugadores, luciéndose en ambas “canchas”
(deportivas y políticas), como parte de la “masculinización de la política”.343 En el caso del fundo
El Tambo, los socialistas ayudaron a formar el club Caupolicán con Quelo Rivera en la presidencia
y Emilio Estay como director, siendo el comienzo de ambos como dirigentes campesinos en el
Valle del Choapa.344 Según su hijo, Quelo Rivera fue un gran arquero. “Muy respetado por ello”.
Al contrario del club deportivo El Tambo, los del Caupolicán eran considerados “del pueblo, los
más jóvenes; y en el otro estaban los más serviles al patrón, que le decían ‘el equipo de los
carneros’. Entonces había una competencia bien fuerte”.345 Este sería una vitrina importante, junto
con la de ser dirigente sindical, para llegar a ser elegido regidor y alcalde años más tarde.
Con el triunfo de la coalición del Frente Popular, los inquilinos de Salamanca adquirieron
notoriedad. Según el Intendente de Coquimbo, Isaac de Marchena, la extensa área agrícola requería
una Inspección del Trabajo autónoma de Illapel, así se evitaría “la labor de los agitadores de
profesión que entorpecen no sólo la correcta labor de los funcionarios del trabajo, autoridades y la
del mismo Supremo Gobierno”.346 Esto porque el 27 de enero de 1939 se realizó la primera huelga
en el fundo El Tambo, por parte de la Liga de Campesinos Pobres de Salamanca, los cuales se
reunieron al año siguiente, con el ministro de Salubridad, Salvador Allende, quién visitó la escuela,
el hospital de Salamanca y el Fundo El Tambo, donde se comprometió a defender la libertad
sindical y escuchó las solicitudes de parcelación de los fundos y el mejoramiento de sus
condiciones de vida.347 Sería el comienzo de una larga amistad con Allende. Este, en la campaña
presidencial de 1964, ingresó a Salamanca con un caballo prestado por los Rivera-Frez. Así lo
muestra una conocida fotografía tomada por Víctor Madrid (Ilustración 12). En la década de los
cuarenta, la lucha campesina en el Valle del Choapa se consolidó, logrando un acta de avenimiento
en septiembre de 1943, la cual no fue cumplida por la Beneficencia, generando una nueva

343
Brenda Elsey, Citizens & Sportsmen. Fútbol & Politics in 20th- Century Chile (Austin: University of Texas Press,
2011), 90-92.
344
“Reorganización del Centro Cultural Obrero de El Tambo”, Reflector, Illapel (17 de julio de 1938): 3.
345
Tercera entrevista a Quielo Rivera Pérez, localidad de Los Choapinos, Rengo, 9 de marzo de 2021. Realizada
telefónicamente producto del Covid-19.
346
ARNAD, Fondo Dirección General del Trabajo (DGT), vol. 1095, Intendencia de Coquimbo, La Serena, 14 de
febrero de 1939.
347
“El Ministro de Salubridad Dr. Allende visitó ayer Salamanca y fundos de la Beneficencia”, Reflector, Illapel, 23
de junio de 1940.

96
movilización en julio de 1944.348¿Cómo se explica la consolidación de Rivera y Estay como líderes
socialistas y campesinos? La respuesta pudiera resultar bastante subjetiva, pero al menos me atrevo
a plantear que quienes los conocieron la justifican a través de la “masculinización de la política”.

ILUSTRACIÓN 12: SALVADOR ALLENDE EN CAMPAÑA PRESIDENCIAL EN SALAMANCA, 1964.


FUENTE: ARCHIVO FOTOGRÁFICO VÍCTOR MADRID.

Para John Womack Jr. en el caso de Emiliano Zapata, fueron muchos factores que permitieron
que éste se convirtiera en el líder de Morelos, entre ellos la influencia de su familia en el consejo
de ancianos; su prestigio como domador de caballos y su reputación al enfrentar el abuso del
gobernador Pablo Escandón. “Sólo queremos que haya un hombre con pantalones para que nos
defienda”, le habrían dicho.349 En el caso de El Tambo, Quelo Rivera sería “ese hombre”. Primero
como presidente y arquero del Caupolicán, más adelante como regidor por Salamanca, hasta llegar
a ser el primer alcalde de origen campesino de Choapa en 1964 (Ilustración 13). Según sus hijos,

348
“Salamanca. Incumplimiento de Fundos de la Beneficencia para con sus obreros provoca agitación”, Reflector,
Illapel (10 de enero de 1944): 3.
349
John Womack Jr., Zapata y la revolución mexicana (Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica, 2017), 53.

97
esto fue resultado de años de lucha, por ser su padre parte de una generación influida por la lucha
sindical nortina y la aspiración de que la conquista de la tierra sería la solución de la crisis
económica. “[Eran] hombres idealistas, que se pusieron la meta de conseguir eso, producto
también de la revolución mexicana, de que la tierra es para quien la trabaja”, diría su hijo
Quielo.350 ¿Qué otros atributos le permitieron convertirse en una autoridad en Salamanca? Yolanda
recuerda a su padre como un incansable luchador, que cada semana salía a caballo a organizar a
los campesinos de la zona. A la vez, su madre, Humberta Pérez, debía realizar los trabajos de
cuidado, entre ellos el cultivo y cosecha de las huertas familiares.

“Él cultivaba grandes sandiales, sembraba, pero para que llegara dinero todos los días, mi
mamá tenía hortalizas: sembraba lechugas, las plantaba ella misma; coliflores, repollo,
tomate… los vendía a unos verdureros de Salamanca que venían por las tardes o dos veces
a la semana, a buscar las verduras”.351

ILUSTRACIÓN 13: DOCUMENTO DE QUELO RIVERA COMO REGIDOR DE SALAMANCA (1960-1963).


FUENTE: GENTILEZA DE QUIELO RIVERA Y FAMILIA.

Nacida en Salamanca, el 24 de diciembre de 1931, Humberta Pérez Álvarez debió trabajar de


pequeña debido a la muerte de su madre. Su padre, Miguel Pérez, quien también era ajicero y
camarada socialista, no se opuso a que Quelo Rivera se casara con ella en 1948, pese a tener una
primera esposa y cuatro hijos, los cuales doña Humberta debió cuidar luego que éste se separara.
“Era un galán, siempre rodeado de mujeres”- recuerda su hija Yolanda. “Mi mamá trabajaba
mucho, aparte de eso hacía pan amasado en esos hornos grandes de barro (…) se levantaba muy

350
Primera entrevista a Quielo Rivera Pérez, localidad de Los Choapinos, Rengo, 7 de febrero de 2019.
351
Entrevista a Yolanda Rivera.

98
temprano y vendiendo el pan, yo creo que se levantaba antes de las siete”.352 Con el tiempo, la
familia se convirtió en un soporte para la militancia del patriarca: su esposa se reuniría con las
mujeres socialistas de El Tambo, enseñándoles a cantar “La Marsellesa”; mientras sus hijos
cumplieron la función de propaganda. Según Quielo hijo, las mujeres se juntaban en su casa,
tomando mate y cantando canciones. “Y cuando había las concentraciones salían en grupo a
Salamanca, con su bandera de militante”.353 Así llegaría el día de la elección municipal en 1964.
Según el sistema electoral de ese momento, el alcalde debía ser ratificado mediante la votación
de los cinco regidores más votados. En aquella oportunidad el PS obtuvo dos regidores (Quelo
Rivera y Jorge Meyer), mientras que los radicales fueron Roberto Rondanelli y el doctor Eduardo
Briones. El quinto fue un demócrata cristiano que para el caso no es fundamental. Según Quielo-
hijo el asunto se oscureció cuando Rondanelli planteó en el Rotary Club, muy seguro de su triunfo:
“Yo voy a hacer el alcalde de Salamanca, porque el maricón va a votar por mí, tiene que votar por
mí, porque yo le gané”. Esta descalificación gratuita se refería a que el doctor Briones, desde que
llegó a Salamanca, nunca se le vio pareja alguna. Lo que no sabía Rondanelli, y esto no justifica
su actuar, era que el doctor se había refugiado precisamente en el norte producto de perder a su
esposa e hijos en el terremoto de Valdivia de 1960.

“El doctor fue a ahogar sus penas allá. y a olvidarse del mundo. Entonces el doctor lo
escuchó y se paró y le dijo: ‘no, esto no queda así, esto te va a costar la alcaldía, olvídate
de mi voto para ti’. Chuta, se terminó la fiesta y el doctor llega en la noche a la casa de mi
padre… llegó a la casa el doctor y le dijo a mi padre: ‘oye Quielo Rivera, somos regidores
los dos y eres el único hombre que me da confianza, por quién votar, porque esos otros
regidores son puros sinvergüenzas. Eres el único hombre sano que puede ser digno de mi
voto. Por lo tanto, cuenta con mi voto”.354

Por tanto, Rivera aparece como un “hombre” respetable y digno de confianza. Solo debía conseguir
el voto de su camarada Meyer, el cual se negó por haber obtenido más sufragios.

“Y se armó la pelea, había convencer al socialista de que votara por mi padre, así eran los
socialistas. Porque lo menoscababa, mi padre tenía poca educación. Meyer era, no me
acuerdo si era contador, pero tenía una profesión; era hombre citadino, de la ciudad. Bueno,

352
Entrevista a Yolanda Rivera.
353
Segunda entrevista a Quielo Rivera.
354
Primera entrevista a Quielo Rivera.

99
se juntó un grupo de socialista populares, medios matones, medios guapos, y fueron a la
casa y le dijeron: mira, tenemos la oportunidad de la vida de ganar la alcaldía, y te
prometieron si ese día de la votación, no votai por Quielo Rivera, no salí vivo del
municipio”.355

Comenzó el conteo de votos y los pobladores se enteraron por parlantes en la plaza principal de
Salamanca. Rivera salió electo alcalde y la fiesta llegó a su casa en El Tambo.

“El pueblo se desbandó, celebraron toda la noche, del campo llegó mucha gente; la casa de
nosotros era un infierno. En la noche altoparlante, a todo volumen, como tres días de fiestas,
escuchábamos música mexicana… la música de la revolución mexicana, cueca, harto
folclore y otros llegaban con pipas de vino, que hacían cien litros, doscientos litros, oiga si
fue una fiesta, si había sido el primer alcalde campesino”.356

***

En resumen, la elección de Quelo Rivera Frez en 1964 debe entenderse como resultado de
múltiples procesos de politización experimentados por el campesinado de Salamanca, entre ellos,
el retorno de los salitreros, las movilizaciones por la parcelación de los fundos de la Beneficencia
de Salud y sus conexiones con los partidos políticos como el Comunista y Socialista. Este último,
no sólo logró unificarse y expandirse hasta los sectores agrarios producto de un programa político
y económico que contemplaba la parcelación y repartición de tierras a los pequeños agricultores,
sino también por su cultura política que se construyó bajo la lógica de la “masculinización de la
política”, sin contradecir la cultura patriarcal que también operaba en los sectores populares.
Dichas costumbres resaltaron los supuestos atributos varoniles como la valentía, la fuerza o incluso
las conquistas amorosas, por sobre otras, con tal de justificar ciertos liderazgos por sobre otros,
manteniendo a las mujeres en cargos de colaboración o subordinación. Si bien existieron
excepciones, como los casos de Carmen Lazo, estas debieron ocupar las mismas “herramientas”
de defensa para imponer sus liderazgos, sin cuestionar estas prácticas. Hay que agregar que esta

355
Primera entrevista a Quielo Rivera.
356
Primera entrevista a Quielo Rivera. Para un estudio completo de la fundación de Los Choapinos a partir de la
Reforma Agraria, ver: María Isabel Vera, “De peones a campesinos. Un caso de resistencia política y territorial en el
Chile central del siglo XX”, Iberoforum. Revista de Ciencias Sociales, Nueva Época, N° 1, Universidad
Iberoamericana de México, abril de 2021, pp. 1-43.

100
cultura masculinizante fue una característica epocal de la izquierda y los obreros organizados,
asunto estudiado por los antes citados Thomas Klubock y Karin Rosemblatt. Al ser una
característica intrínseca de la politización, los espacios de sociabilización también estuvieron
ligados a la mencionada “masculinización”, como eran la taberna o los partidos de fútbol, los
cuales les permitió a los hombres ejercer la política, mientras las mujeres estaban a cargo del
trabajo doméstico y de cuidado. Esta subordinación de las mujeres campesinas, siguiendo los
trabajos de múltiples historiadoras feministas, fue fundamental para la construcción de los
liderazgos políticos de los socialistas en el campo y a la vez para mantener el sistema hacendal,
producto que este no hubiese resistido económicamente sin la producción familiar y el trabajo
doméstico no remunerado. A la vez, la familia (esposa, hijos, hijas, etc), era entendido como un
capital social que permitía a los socialistas aumentar su fuerza en las campañas electorales,
concentraciones y otras actividades políticas, cumpliendo la función de una militancia ampliada al
núcleo familiar. Esto iría variando con los años producto de que la mujer campesina comenzó a
ejercer mayor vínculo con la práctica política, sobre todo a partir de mediados de los años
sesenta.357

357
Tinsman, La tierra para quien.

101
Capítulo Cuatro
“Un Partido de Trabajadores Manuales e Intelectuales”. Composición
Social y Diferencias de Clases (1932-1938).

“Traigo la voz de los diputados socialistas y de los miles


de trabajadores manuales e intelectuales, hombres,
mujeres, jóvenes y niños, que integran las filas del Partido
del Pueblo, del glorioso Partido Socialista”

César Godoy Urrutia, 1939.358

Retirado de su hogar, Abraham Toro Díaz decidió a seguir “la huella” de su hermano
Ramón, haciéndose bandolero a causa de la pobreza y la explotación en la hacienda La Laguna.
Perseguido por la policía, migró a la capital, visitando el barrio San Alfonso, descrito por su fama
por “las leyendas en el historial policíaco capitalino, enredados con nombres de matones,
comerciantes de la bolichería circulante y de famosas mujeres”.359 Allí pasa su tiempo planificando
sus nuevos atracos y compartiendo caricias con Adelina, trabajadora de una casa de “tolerancia”,
la cual lo conoce como “Alfredo Flores”. Décadas después, el barrio de San Alfonso sigue
sobreviviendo. “Esto es como un viejo que se va enfermando y muriendo”, dijo una vecina hace
un tiempo.360 A pasos del Club Hípico y la Maestranza de Santiago, las antiguas habitaciones
obreras creadas a comienzos del siglo XX, actualmente esperan su venta a las depredadoras
inmobiliarias o los centros comerciales.
Hasta ahí llegó Wilfredo Mayorga, periodista de la revista Ercilla, para entrevistar a Carlos
Alberto Martínez, quien vivía a la altura del seiscientos de la calle San Alfonso. Era el invierno de

358
César Godoy Urrutia, Los sucesos del 5 de septiembre (Santiago: Departamento de Publicaciones/ Secretaría
Nacional de Cultura, 1939), 9.
359
Guerrero y Miranda, La huella del bandolero, 248.
360
“Rescatan historias de los barrios de Santiago”, La Tercera, Santiago (16 de octubre de 2012): 35.

102
1965 y el antiguo dirigente obrero se acercaba a los ochenta años, recibiendo a Mayorga en su
oficina repleta de carpetas, libros empastados y una fotografía de Pedro Aguirre Cerda colgada en
la pared, presidente del cual Martínez fue su ministro de Tierras y Colonización. El periodista
estaba en frente a una verdadera “autoridad” de la historia del movimiento obrero. “Sesenta y cinco
años de lucha no se olvidan así no más”, le explicó Martínez. Esto porque en la campaña de 1964,
Martínez apoyó a Eduardo Frei Montalva, en vez de Salvador Allende, pero sin renunciar a
considerarse “un socialista. (…) estoy lejos de los hombres, no de la doctrina”.361 ¿Cómo se
explicaba esta contradicción? La entrevista en cuestión, no ahondó en dichas decisiones, pero dejó
entrever, mediante la experiencia de Martínez y otros socialistas, la heterogeneidad de dicho
partido, tanto clasista como ideológica, la cual fue su potencial para su expansión, como la causa
de sus constantes divisiones. Martínez sabía de estas diatribas, por lo que aparentaba no
contrariarse. De hecho, años después de la visita de Mayorga, su partido, Acción Popular
Independiente (API), apoyaría la candidatura de Allende y el gobierno de la Unidad Popular.
Martínez falleció a comienzos de 1972, sin alcanzar a ver la debacle.
Nacido el 18 de junio de 1885 en la ciudad de Santiago, Martínez provenía de una familia
obrera. Al morir su padre, Pedro Martínez (carpintero), su madre tuvo que trabajar como costurera.
“Tuvo que luchar duramente, cosiendo día y noche. Casi no me la puedo imaginar en aquella
época, sino es encorvada sobre su máquina, entregada a su monótono trabajo”.362 A los doce años
de edad, abandonó la escuela primaria y trabajó en una barraca y más tarde como encuadernador
en la Litografía Suiza. Allí conoció a Adolfo Hernández, con quien fundaron la Federación
Gráfica, una sociedad de resistencia con la cual organizaron las primeras huelgas. En 1909 se
trasladó a la reconocida Imprenta Universo, cuyos dueños eran Gustavo Herlfmann y Gustavo
Ross Santa María. En medio de las extensas jornadas, se convirtió en dirigente de la Federación
de Obreros de Imprenta, siendo apoyado por el administrador, Domingo García, quien lo dejaba
salir escondido a las reuniones. “Pero siempre me decía: ‘Oiga, Martínez, diga que es de Universo,
pues’. Y otras veces: ‘Oiga, Martínez, cuando eche un discurso, no se olvide que es de
Universo’”.363 Paralelamente ingresó al Partido Demócrata, admirando profundamente a su
dirigente más reconocido, Malaquías Concha, “un viejo formidable, aunque le daba poca
importancia a los gremios”. Ahí conoció a Recabarren, cuando éste último visitó la capital como

361
Sagredo, Crónicas políticas, 101.
362
Martínez, “Los jefes, 5.
363
Sagredo, Crónicas políticas, 101.

103
diputado por Antofagasta y Tocopilla en 1907. “En realidad, había en él algo de profeta y de
apóstol, lo que se reflejaba en su oratoria tan calmada, tan simple y desprovista de adornos que, a
pesar de ello, dejaba una huella imborrable en sus oyentes”.364 Invitado por el “apóstol”, Martínez
fundó el POS en Santiago, aunque la correspondencia entre ambos evidenciaba fricciones en la
forma que en la capital concebían lo electoral por sobre lo gremial.365 Dicha autonomía, tanto en
la forma de operar y en el tipo de alianzas realizadas, podrían explicar los rumbos que tomaron
Martínez, Manuel Hidalgo y otros socialistas capitalinos al retirarse o ser expulsados del PCCh en
las décadas siguientes. Pero Martínez no era ajeno a las organizaciones obreras, al contrario. Según
sus memorias, siendo representante de los ferroviarios de Valdivia, formó parte del Consejo de la
Gran Federación Obrera (GFO). “Le escribía a Recabarren que era necesario fortalecer la
Federación de Pínuer’. Así ocurrió en el Congreso de Concepción de 1919, y con asistencia de
gremiales de todo Chile, se le cambió el nombre y pasó a ser la Federación Obrera de Chile
(FOCh), con Luis Emilio Recabarren a la cabeza”.366
Eran tiempos convulsionados, como relatamos en los capítulos anteriores. Según María
Angélica Illanes los trabajadores organizados pasaron, entre 1918 y 1919, de impulsar treinta
huelgas, con trescientas jornadas paradas a sesenta y seis, con setecientas veintinueve jornadas
paradas.367 A fines de 1918, producto del encarecimiento de los alimentos, se formó la Asamblea
Obrera de Alimentación Nacional (AOAN), siendo Martínez su principal dirigente: “La agricultura
había mermado su producción y el gobierno de Sanfuentes otorgaba un raro proteccionismo a las
refinerías de azúcar, lo que encarecía un producto de mala calidad. No se controlaba la exportación
de cereales y mucho de lo que iba al extranjero se necesitaba en el país”.368 Una de las
manifestaciones más masivas fue la del 29 de agosto de 1919, donde miles de personas llegaron a
La Moneda. Según La Nación, esta tuvo un carácter pacífico y familiar, paralizando el transporte
público y entregando un memorial que planteaba los problemas relativos a la alimentación
nacional.369 Según Martínez, el presidente Sanfuentes tomó el documento y lo guardó en el bolsillo
de su largo vestón. Así terminó la conversación y el gobierno no tomó medida alguna en contra de

364
Martínez, “Los jefes, 6.
365
Navarro López, Revolucionarios… op. cit., pp. 129-139. La correspondencia en: AN, FV, vol. 1157. Además,
epistolario digitalizado en: www.archivonacional.gob.cl
366
Sagredo, Crónicas políticas, 102.
367
María Angelica Illanes, Historia del Movimiento Social y de la Salud Pública en Chile 1920-1937. Capitalismo
trágico y Estado Asistencial (Santiago: Colectivo de Atención Primaria, 1989), 23.
368
Sagredo, Crónicas políticas, 102-104.
369
“Los comicios de ayer”, La Nación, Santiago (30 de agosto de 1919): 10.

104
las alzas.370 En ese contexto, Recabarren impulsó radicalizar la FOCh, incomodando a Martínez y
las tendencias más moderadas dentro de la central obrera. A comienzos de 1922, se alejaría de
POS, que pasaría a llamarse Partido Comunista de Chile (PCCh), pero fue elegido secretario
general en la FOCh. Su gestión duró sólo un tiempo, renunciando días antes de la Convención de
diciembre 1923 en Chillán, donde finalmente la central obrera se incorporó a la “Sindical Roja de
Moscú”.371 Para Martínez, el regreso de Recabarren de Rusia y su conversión al comunismo
provocó una implantación brusca hacia un movimiento obrero “poco preparado”. La fundación del
PCCh, a su juicio, fue una “construcción endeble, sin arraigo firme y que, para colmo, introdujo
la discordia en las filas de la Federación”.372
Todo indica que Martínez continuó ligado al movimiento obrero, participando en la
conformación de la USRACh y como dirigente del Congreso Social Obrero (CSO). Este último,
formado en 1900, tuvo su auge precisamente hasta 1923 cuando los ferroviarios rompen con la
Foch. Según Rojas Flores, con la llegada de la dictadura de Ibáñez, en el CSO se enfrentaron
militantes demócratas y quienes quisieron darle un rumbo más corporativista y apolítico. Martínez
fue nuevamente la carta de consenso.373 Así comenzó un proceso de “depuración”, donde junto a
Humberto Martones (perteneciente a la Confederación Republicana de Acción Cívica- CRAC), le
entregaron su apoyo irrestricto a Ibáñez.374 Esto no evitó que Martínez fuese detenido y relegado
por seis meses. “Una noche, después de una reunión del Congreso Social, estaba en mi casa
durmiendo cuando fui sacado por la policía de Investigaciones y deportado a Tierra Amarilla, al
interior de Copiapó”.375 Con el derrocamiento de Ibáñez, Martínez formó parte de la Nueva Acción
Pública (NAP), agrupación liderada por Eugenio Matte y un conjunto de profesionales, la cual no
se definió necesariamente como “socialista”, sino como una institución integrada por trabajadores
manuales e intelectuales, la cual fomentaba el reemplazo progresivo del desequilibrio del sistema
económico.376 En palabras de la historiadora Verónica Valdivia, fue la agrupación más influyente
de golpe de Estado del 4 de junio de 1932, pero que no “pretendía subvertir completamente las

370
Sagredo, Crónicas políticas, 105.
371
“La Junta Ejecutiva Federal elige Secretario General al señor Carlos Alberto Martínez”, La Nación, Santiago (17
de enero de 1922): 13; “La Convención Obrera de Chillán”, La Nación, Santiago (27 de diciembre de 1923): 14; Grez,
Historia del Comunista, 224.
372
Martínez, “Los jefes, 9.
373
Rojas Flores, La dictadura, 117-120.
374
“Medidas disciplinarias ha aplicado el Congreso Social Obrero”, La Nación, Santiago (8 de febrero de 1929), 19.
375
Sagredo, Crónicas políticas, 107.
376
Nueva Acción Pública, Declaración de Principios y Estatuto Orgánico (Santiago: s/e, agosto de 1932), 3-4.

105
estructuras vigentes, sino profundizar las funciones económico-sociales del Estado, con burocracia
de profesionales modernizadores, existiendo línea de continuidad con Alessandri”. 377 Una de sus
propuestas era precisamente la distribución de tierras, donde Martínez fue ministro de Tierras y
Colonización en el gobierno provisional de Montero en 1931, discrepando con el ministro de
Hacienda por la falta de fondos. “Existía dinero para todo, menos para dotar al pueblo de
tierras”.378 Al salir del gabinete fue agradecido por la Unión General de Obreros y Empleados de
Chile sobre la formación de la colonia Nueva Italia.379 Los planes cambiaron y la NAP organizó
un golpe de Estado junto a alessandristas e ibañistas. Martínez participó en varias reuniones,
estando esa mañana del 4 de junio en el sindicato N° 1 de panificadores junto al sindicalista Isidoro
Godoy. Según el relato del padre de Manuel Dinamarca:

“Desde los conventillos que poblaban los barrios empezó a salir gente a las calles y se oían
gritos que se transformarían en las consignas populares por eso días y en los próximos años:
¡Viva la República Socialista! ¡Quién manda el buque? ¡Marmaduke!’, ¡Contra el pulpo
imperialista! ¡República Socialista!”.380

Frente al desborde popular, la asamblea de panificadores se interrumpió y los panificadores


votaron en favor del movimiento. Esta anécdota grafica la importancia que le otorgó la NAP a las
organizaciones de trabajadores, pero a la vez la frágil y prematura alianza que pretendieron
realizar. Para Martínez, la debilidad estuvo en que su organización no contaba con el respaldo ni
la participación mayoritaria de los sectores populares: “Faltó un partido organizado. Las
revoluciones no se hacen sin un pueblo que respalde un ideal plasmado por muchos años”.381
Frente a la conspiración de Dávila, Martínez evitó su detención y deportación junto a Grove,
escondiéndose en las casas de amigos, entre ellos, Baililla Ventureli, padre del pintor José
Ventureli, y radicado en Chile precisamente por fundar el Partido Socialista en su ciudad natal
Lombardía (Italia).
Ese mismo año, fracasada la República Socialista, Martínez salió electo diputado por el
primer distrito de Santiago como militante de la NAP. En sus múltiples intervenciones destacó las

377
Valdivia, Subversión, 248.
378
Martínez, “Los jefes, 9.
379
“Agradecimientos al Ministro de Tierras”, Crónica, Santiago (7 de enero de 1932): 2.
380
Manuel Dinamarca, La República Socialista. Los orígenes legítimos del Partido Socialista (Santiago: Eds.
Documentas, 1987), 27-28.
381
Sagredo, Crónicas políticas, 108.

106
problemáticas en torno al presupuesto para los cesantes; la rebaja de los arrendamientos y las
tarifas del alumbrado; la colonización agrícola y el derecho de los campesinos a constituir
sindicatos.382 Frecuentemente mencionó al gremio ferroviario, solicitando la entrega de tierras a la
colonia agrícola “El Riel”, organizada por cesantes de Ferrocarriles de Chile.383 Además, apoyó
las huelgas de 1935 y 1936, denunciando los millonarios gastos en locomotoras y material rodante
“que en nada mejora la situación de la empresa”, mientras la estatal negaba las mejoras a las
condiciones de vida de sus trabajadores.384 Dicha relación fue política y social, ya que ayudó a
crear la Federación Ferroviaria en 1922 a partir del quiebre con la FOCh “roja”, teniendo un
carácter más moderado y mutualista.385 Arturo Velázquez, fundador del PS y dirigente ferroviario,
recuerda lo importante de dicho gremio:

“En San Bernardo fundamos a fines de los años ‘20 la seccional del Partido Socialista
Marxista con Eleodoro Domínguez -que fue parlamentario y ministro en varias
oportunidades- y Eduardo Rodríguez Massel, quienes explicaban muy bien lo que era el
marxismo. Participábamos como 50 jóvenes de la maestranza, éramos una seccional muy
poderosa del partido”.386

A la vez, Martínez vivió toda su vida en el barrio San Alfonso, formado por ferroviarios.
De hecho, a cuadras de su casa, estaba la Federación de Obreros Ferroviarios, cuya sede fue velado
Luis E. Recabaren en 1924 (Bascuñán Guerrero # 345). Esto hizo que se considerara un vocero de
la clase trabajadora, pero también de los empleados y los pequeños comerciantes e industriales, no
perdiendo su conexión con las organizaciones obreras, una especie de “bisagra” entre ambos
mundos. En lo personal, Martínez se mostró como un hombre moderado y de “familia”, siendo
fotografiado recurrentemente por la prensa con sus hijos y esposa (Ilustración 14). Según el
politólogo Arturo Valenzuela, la existencia de estos “intermediarios políticos”, sería la clave para
entender la política electoral chilena entre 1932-1973, donde existía una representación

382
Revisión de Boletín de Sesiones de Cámara de Diputados, Santiago, 1933-1937.
383
BSCD, 66° sesión Extraordinaria (14 de febrero de 1934): 3212-3216.
384
BSCD, 20° sesión Extraordinaria (13 de abril de 1936): 527.
385
Isabel Jara Hinojosa, “Discurso sindical y representaciones públicas de Ferroviarios chilenos, 1900-1930”, en
Mario Matus (ed.), Hombres del Metal. Trabajadores ferroviarios y metalúrgicos chilenos en el Ciclo Salitrero, 1880-
1930 (Santiago: Universidad de Chile, 2009), 127-180.
386
Patricia Bravo, “Los socialistas no usaban gomina. Arturo Velásquez, luchador centenario”, Punto Final, N°468,
Santiago (7 de abril de 2000): 16.

107
parlamentaria estrechamente ligada al desarrollo local y comunal.387 En el caso de los socialistas,
la existencia de estos conectores entre profesionales de clase media y organizaciones mutuales y
sindicales fue fundamental para comprender la expansión explosiva que tuvieron a partir de su
unificación en 1933. Por tanto, el sólo análisis de su composición social no llega a explicar la
importancia que llegó a tener el PS en sus primeros años de formación. Se requiere un estudio
“desde abajo” de las relaciones de politización entre sus militantes.

ILUSTRACIÓN 14. CARLOS ALBERTO MARTÍNEZ CON SU ESPOSA E HIJO


FUENTE: ERCILLA, N° 235, 31 DE OCTUBRE DE 19439, P. 6

El siguiente capítulo tiene como objetivo analizar la composición social y política de los
fundadores del Partido Socialista, para así entender su rápida expansión e ideario político, sobre
todo en el ámbito agrario. Al contrario del capítulo anterior, se busca desmitificar el discurso del

387
Valenzuela, Intermediarios políticos.

108
propio PS en torno a sus orígenes, dando cuenta de sus contradicciones políticas y de clase, las que
se invisibilizaron mediante la consigna de “trabajadores manuales e intelectuales”. Propongo que
el PS surgió a partir de la unificación de diversas organizaciones socialistas, dotándolo de una
heterogeneidad que los caracterizará en adelante, pero también por miembros de sectores medios,
y en menor grado por trabajadores manuales y obreros. Sus dirigentes, en un primer momento,
pertenecieron a sectores profesionales y militares, cumpliendo un papel de “autoridad” frente a los
militantes de base, pero también se debe incluir a un conjunto de “intermediarios políticos” que
mantenían una profunda experiencia y relación con las organizaciones obreras, como fue el caso
de Carlos A. Martínez y otros personeros como profesores, por ejemplo. Estos “intermediarios”,
fueron claves en la expansión del PS por su posición “bisagra” entre el sindicalismo legal y un
Estado que se estaba consolidando después de múltiples procesos dictatoriales y constitucionales.
Para mediados de los años treinta y con el ingreso de una parte de la Izquierda Comunista, los
socialistas lograron consolidarse como el partido representante de la clase trabajadora, liderando
la Confederación de Trabajadores de Chile (CTCh) en lo urbano y la Liga de Campesinos Pobres
en lo rural.
Para esto, realizaremos un análisis de la composición social de los fundadores y posteriores
militantes del Partido Socialista (1933-1937), mediante la elaboración de una base de datos con la
información de 936 militantes, de los cuales 625 cuentan con el detalle de sus oficios y profesiones.
El resto contiene, al menos, una parte de su trayectoria biográfica y militante, como es la sección
donde militaba o los cargos políticos que ejercía. A partir de dicho análisis profundizaremos en el
papel que jugaron los maestros primarios (socialistas) como “intermediarios políticos” en el
proceso de politización campesina, tomando el caso de la familia conformada por el profesor
Miguel Ángel Cerda y la contadora Teresa Rodríguez, fundadores del Partido Socialista en la
comuna de Mulchén (provincia del Bío Bío). Esta propuesta historiográfica, que integra lo político,
lo social y la vida cotidiana, está enmarcada en los esfuerzos que actualmente realiza una nueva
historia política, la cual estudiado a los partidos políticos no sólo desde sus dirigentes o programas
políticos, sino también desde su composición social y las trayectorias biográficas de la militancia
de base. En palabras de Enzo Traverso, se trata de estudiar críticamente a los movimientos
revolucionarios, descartando los mitos heroicos, pero también contemplando la experiencia desde
su militancia, porque esos procesos dotaron “un sentimiento de dignidad a las clases subalternas”

109
y encendieron “las esperanzas de varias generaciones”.388 En América Latina los referentes han
sido Camaradas de Gerardo Leibner en torno a los comunistas uruguayos y Por las sendas
argentinas de Pablo Pozzi sobre el Partido Revolucionario de Trabajadores (PRT-ERP).389 En
ambos casos los análisis se han hecho mediante la conformación de una vasta base de datos de los
militantes. Últimamente han surgido estudios que resaltan la biografía de los militantes para
explicar la trayectoria de sus organizaciones, como With Masses and Arms de Miguel La Serna
sobre el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru o Del sacrificio a la derrota en el caso de la
ETA en España.390 En Chile, el camino ha sido más lento, realizándose algunos esfuerzos como
los trabajos de Eugenia Palieraki y Marian E. Schlotterbeck en torno al MIR; y Rolando Álvarez
en torno al PCCh en la década de los años noventa del siglo pasado.391

***
A diferencia de lo que planteaba Marmaduke Grove en el capítulo anterior, una gran parte
de la composición social de los fundadores del PS, sobre todo su dirigencia, no pertenecía a la
clase obrera, sino a estratos medios. Al menos en sus inicios. ¿Esto contradecía el postulado de ser
un partido de trabajadores manuales e intelectuales? Inspirado en el Partido Aprista Peruano
(PAP)392, el PS se concibió como un partido “mesías”, el cual, mediante una revolución social,
instalaría un “régimen de distribución de la riqueza”, aboliendo en el largo plazo la propiedad
privada.393 La construcción del socialismo requería del protagonismo del proletariado, pero
también del apoyo de los denominados “trabajadores intelectuales”, posiblemente refiriéndose a
personas de grupos medios, tales como abogados, periodistas, ingenieros, etc. ¿Qué se entendía
por trabajadores manuales e intelectuales? En el caso de los primeros, es claro que se trataba de
ocupaciones como constructores, panificadores, además de técnicos como mecánicos o eléctricos;

388
Enzo Traverso, La historia como campo de batalla. Interpretar las violencias del siglo XX (Buenos Aires: Fondo
de Cultura Económica, 2016): 103.
389
Gerardo Leibner, Camaradas y compañeros. Una historia política y social de los comunistas de Uruguay
(Montevideo: Trilce, 2011); Pablo Pozzi, Por las sendas argentinas: El PRT- ERP, la Guerrilla Marxista (Buenos
Aires: Imago Mundi, 2004), 67-83.
390
La Serna, Peru’s Tupac Amaru; Nicolás Buckley, Del sacrificio a la derrota. Historia del conflicto vasco a través
de las emociones de los militantes de ETA (Madrid, Siglo XXI España, 2020).
391
Eugenia Palieraki, ¡La revolución ya viene! El MIR chileno en los años sesenta. (Santiago: LOM ediciones, 2014),
23-81; Schlotterbeck, Beyond the vanguard; Álvarez Vallejos, Hijas e hijos, 96-100.
392
Moraga Valle, “¿Un partido; Lewis Taylor, “The origins of APRA in Cajamarca, 1928-1935”, Bulletin of Latin
American Reserch, Vol. 19, N° 4 (oct. 2000): 437-459.
393
Partido Socialista de Chile, Estatuto Orgánico (Santiago: s/e, 1933). Sitio: www.socialismo-chileno.org

110
artesanos como zapateros o sastres. Pero, en el segundo caso el asunto es más difuso. ¿Se refería
a un profesor, un escritor o un empleado? ¿El médico era considerado un intelectual? Aunque su
trabajo era manual, recibiendo un salario a cambio, sus remuneraciones y capital cultural distaban
de ser similares a un obrero. Por tanto, la doctrina socialista trataba de igualar estas diferencias,
integrando a obreros e intelectuales en un solo proyecto político anti oligárquico, pero aceptando
sus diferencias de clases, no promoviendo la proletarización de su militancia. Esta práctica fue
más usual en la década de los sesenta en los partidos como el MIR o el MAPU, cuando sus
militantes de sectores medios ingresaron a trabajar a una fábrica o se cambiaban a vivir a una
población. Al contrario, los socialistas no promovieron que un médico trabajase como jornalero,
ni que se cambiara de barrio, al contrario, era bien evaluado que éste se pusiera al servicio del
“pueblo trabajador”, haciendo su trabajo en un hospital o consultorio popular. Fue el caso de
Alfonso Zumaeta, médico cirujano y socialista, nacido en 1907 en Gultro, al sur de Rancagua. Hijo
de agricultores, estudió medicina en la Universidad de Chile, siendo destinado al hospital de
Chimbarongo entre 1932 y 1936. Según su reseña parlamentaria fue relegado a Chiloé debido a
“problemas con los terratenientes”, donde finalmente trabajó en el hospital de Castro entre 1936 y
1939. En 1941 fue candidato a diputado por la isla, pero no salió por una diferencia de sesenta
votos. Finalmente terminó viviendo La Calera donde fue regidor por 16 años y más tarde diputado
por la provincia de Valparaíso entre 1957 y 1965.394 Zumaeta fue homenajeado en múltiples
oportunidades producto de su opción hacia los obreros y campesinos, paralelo a su labor
profesional. Por tanto, ¿cómo evaluar la composición social de los socialistas? ¿Basta con una
información estadística de sus oficios o profesiones?
Por décadas el estudio clásico sobre el surgimiento del Partido Socialista en Chile ha sido
la investigación de Paul W. Drake, publicada en inglés en 1978 y traducida al castellano en 1992.
Drake, quien estuvo en Chile en el periodo de la Unidad Popular, logró entrevistar a Clodomiro
Almeyda, Julio César Jobet, Jorge Barría, Astolfo Tapia y Alejandro Chelén Rojas, conociendo la
enorme biblioteca de este último. De esta forma, planteó que la mayoría de los fundadores del PS
provenían de sectores medios, principalmente profesionales, que, “descontentos con el statu quo
[…] se habían decidido desafiarlo”.395 ¿Quiénes serían estos sectores medios? Tanto Drake como
otros autores los han descrito como los asalariados urbanos que surgieron al alero del crecimiento

394
Reseña Parlamentaria en Biblioteca del Congreso Nacional. Sitio: www.bcn.cl/historiapolitica; “Alfonso
Zumaeta”, Consigna, N° 95, segunda época, Santiago (8 de febrero de 1941): 2.
395
Drake, Socialismo, 132.

111
del Estado chileno en el siglo XX, tanto como empleados o profesionales como médicos y
abogados. Estos serían los más beneficiados por los gobiernos radicales de la década del
cuarenta.396 De esta manera, basándose en el Registro de Fundadores del PS de 1933, y
complementándolo con entrevistas a Carlos Charlín y Manuel Mandujano, Drake llegó a la
conclusión que el 53% provenía “aparentemente de clase media hacia arriba” (categoría A), es
decir, médicos, abogados, ingenieros, periodistas, profesores y empleados. En este último caso,
existe la duda sobre categorizarlos por fuera de la clase trabajadora, ya que muchos “empleados”
tenían una baja remuneración, pero su status estaba más asociado por la estabilidad y por ser un
tipo de trabajo más administrativo que manual. Así, podríamos suponer que el 35% perteneciente
a la clase obrera podría estar más allá de los ferroviarios, costureras, sastres, jornaleros o
carpinteros (categoría B). El resto, 52 personas, Drake los calificó de una “posición social dudosa”
por sus oficios, como escritor, contratista, músico o fotógrafo (categoría C).397 Sin pretender
invalidar sus conclusiones generales, creo pertinente hacer un par de observaciones en torno a la
composición social de los socialistas, recurriendo a una copia mecanografiada del Registro de
Fundadores, integrando la trayectoria y práctica política de alguno de estos, considerándolos estos
elementos igual de relevantes que las consideraciones económicas de sus oficios. Estas
observaciones fueron ordenadas a través del siguiente cuadro:

396
Azún Candina Polomer, Clase media, Estado y sacrificio. La Agrupación Nacional de Empleados Fiscales en Chile
contemporáneo (1943-1983). (Santiago: LOM ediciones, 2013), 11-14.
397
Drake, Socialismo, 135; Paul W. Drake, “The Chilean Socialist Party and coalition politics, 1932-1946”, The
Historial American Review, Vol. 53, N° 4 (1973): 623.

112
CUADRO 1
Oficios o Profesiones Lista 1 % Lista 2 % Lista 3 % Lista 4 %
(Drake) (Fundadores) (1933) (1933-1937)
Categoría A 234 53% 241 54% 278 55% 352 56%
Profesionales, 96 115 151 222
comerciantes y
pequeños
industriales
Empleados 121 113 114 124
Estudiantes 13 12 12 5
Agrario 2 1 1 1
Categoría B 156 35% 161 36% 175 35% 265 42%
Obreros - 104 123 209
Técnicos - 52 52 56
Categoría C 52 12% --- --- --- --- ---- ---
Sin información - - 42 10% 52 10% 7 2%
Total 440 100 444 100 505 100 624 100%
% % %

Composición social de militantes socialistas (1933-1937).


Fuentes: Drake, Socialismo y populismo… op. cit., p. 135; sitio: https://www.socialismo-chileno.org

Lo primero es aclarar que el Registro de Fundadores que utilicé es una copia


mecanografiada del original, que debió ser transcrita a fines de los años sesenta, ya que especifica
a los socialistas fallecidos (por ejemplo, Mario Antonioletti en 1965 y Oscar Cifuentes en 1952).398
En dicha copia, se aclara que los fundadores fueron 444 y no 447, ya que dos casillas estaban en
blanco y dos personas se repetían (Adela Vargas y Francisco Urtubia). Por tanto, realicé un cuadro
comparativo, tomando los parámetros elaborados por Paul Drake (categorías A y B), pero con la
diferencia que consideré a 402, ya que descontamos a las 42 personas, por no tener información
de su actividad económica. A la vez, descarté la categoría C, traspasando a los militantes a las
categorías A y B. Por ejemplo, a Silvestre Reyes Meza (escritor), Juan Ribera Rebolledo
(comerciante) y Nolberto Jara Castro (actor) los catalogué como A; mientras que a Luis Salas

398
Nómina en Portal del Socialismo Chileno. Biblioteca Clodomiro Almeyda (2011-2020). Sitio:
https://www.socialismo-chileno.org

113
Pérez (vidriero o soplador de vidrio), Luis Ortiz Lazo (fotograbador); y a los gráficos Carlos
Alberto Martínez, David Uribe y Edmundo Cordero los trasladé al recuadro B. De más está decir
que estas categorías solo buscan marcar una tendencia, ya que sólo viendo sus trayectorias
biográficas es cuando podemos aproximarnos con mayor exactitud a la composición social a la
cual pertenecieron o vivieron.
Como vemos en el Cuadro 1, las cifras de la Lista 2, no varían demasiado con respecto a
lo planteado por Drake en la Lista 1, sugiriendo la importancia de los sectores medios (54%) por
sobre los obreros (36%). Llama la atención la ausencia entre los “fundadores” de algunos
socialistas que participaron en la República Socialista o que pertenecieron a los partidos que se
unificaron en el PS en 1933. Estos serían principalmente los miembros de la NAP: Rolando Merino
(abogado), Manuel E. Hubner (periodista), Hipólito Verdugo (panificador), Humberto Casali
(médico), Antenor Vidal (obrero) y los profesores Francisco Sepúlveda Gutiérrez y Oscar Soto.
Por parte del PS Marxista, están ausentes Eleodoro Domínguez (contador), Tomás Peña (médico)
y Arturo Velásquez (ferroviario); mientras que de la Acción Revolucionaria Socialista faltarían
Federico Klein (abogado); Alfredo Lagarrigue (Ingeniero) y Hugo Grove (médico). Finalmente,
no aparecen Arturo Bianchi (arquitecto) de la Orden Socialista y Luis Varela (empleado) del PS
Unificado. Por tanto, si integramos a estos militantes (Lista 3), más todos quienes existe la certeza
que ingresaron en 1933 (Salvador Allende, Astolfo Tapia, Oscar Naranjo, Julio Salcedo, etc.),
tendríamos resultados similares en torno a la supremacía de los sectores medios frente a
trabajadores manuales (55% y 36% respectivamente).
Sería a partir de 1936 y 1937 cuando el número de militantes obreros aumentaría
exponencialmente, seguramente por el ingreso de gran parte de la militancia de la Izquierda
Comunista y la expansión de los socialistas en provincias a partir del proceso del Frente Popular
(Lista 4). Así se explicaría los éxitos electorales en las elecciones parlamentarias de 1937 y
municipales de 1938, evidenciándose también un aumento de la militancia en provincias. Pero
como se insiste anteriormente, la simple entrega de números no permite comprender la expansión
social y electoral de los socialistas, ni los procesos de politización, ya sea en espacios urbanos y
rurales. Para esto, y de acuerdo a la hipótesis sobre el papel de los “intermediarios políticos”,
considero que debemos analizar la relación entre socialistas provenientes de distintas clases
sociales: ¿qué tipo de relaciones tuvieron entre los miembros socialistas de distintos grupos
sociales? ¿Fueron relaciones de solidaridad, paternalistas u horizontales?

114
Una historia que puede representar, en parte, las relaciones que existieron entre socialistas
profesionales y trabajadores es la anécdota que nos comentó el cineasta Douglas Hubner. Su padre,
el socialista y escritor Manuel Eduardo Hubner, fue jefe de redacción de Crónica y lo más probable
que militante de la NAP. Nacido en Valparaíso en 1905, estudió en Viña del Mar y más tarde en
Santiago. Al contrario de su padre (el abuelo de Douglas), no estudió derecho, dedicándose a la
poesía, del cual sólo quedó su amistad con Pablo Neruda. Producto de esto conoció a Vicenta
Vidal, hija de migrantes españoles y estudiante de francés en el Pedagógico de la Universidad de
Chile. Al casarse tuvieron cinco hijos (Manuel Eduardo, Alba, Bárbara, Douglas y Carmen), todos
ligados a la cultura. Douglas recuerda que su padre rara vez estaba sin un libro: “un hombre de una
cultura extraordinaria, que lo leía todo, con un hermoso uso del lenguaje, de ahí te decía yo, que
más que escritor fue un gran conferenciante”.399 Al igual que Neruda, Hubner trabajó en la
diplomacia, preparando la llegada del primer embajador en Lima en 1928, donde conoció al
escritor aprista Luis Alberto Sánchez.400 Aunque no aparece como fundador del PS, militó desde
un comienzo, siendo fundador del semanario Consigna y diputado por Illapel, Ovalle y La Serena
en 1937. Su hijo Douglas recuerda dicha campaña donde dio una charla en el mineral de hierro El
Tofo. Allí una joven llamada Carmen Lazo le regaló una flor de papel y dio un emotivo discurso.
Por otro lado, recuerda la amistad que estableció su padre con Tulio Salinas, un porteño y obrero
socialista que bien podría protagonizar un libro de Manuel Rojas. Se le conocía como El
Chicharra.

“Era obrero socialista, pero al mismo tiempo amigo de lo ajeno, por necesidad, claramente.
[Este] se transforma en secretario de mi papá (…) van caminando por la Alameda, y mi
papá le pregunta:
- ‘Mira Chicharra: ¿quién crees que tú que debería ser ministro de Educación?’.
- ‘El camarada Eugenio González pues’.
- ‘¿Y en tal [ministerio]?
- ‘Tal camarada’ [le respondía].
Y pasan todos los ministerios, subsecretarías. Entonces mi papá no aguanta más y le
pregunta:
- ¿Bueno Chicharra, y yo?
- ‘Usted camarada Hubner: secretario mío’…

399
Entrevista a Douglas Hubner Vidal, Santiago, 10 de enero de 2019.
400
Luis Alberto Sánchez, Visto y vivido en Chile. Bitácora chilena: 1930-1970 (Lima: Editoriales Unidas, 1975), 17.

115
Genial [Douglas Hubner se ríe]”.401

La anécdota hace referencia al tipo de relaciones que habitaban en el PS. Aunque Salinas
fuese obrero y Hubner un intelectual, se podían integrar por el hecho de ser “camaradas”, que no
era lo mismo que “compañeros”, como se decían los comunistas. Lo “genial” de Salinas, según el
relato de Douglas, era su ingenio, bromear con un mundo al revés en donde Hubner sería el
secretario de un obrero, sabiendo que era todo lo contrario. Salinas aceptaba esta situación, no la
podía cambiar de un plumazo, pero tenía la confianza de hacer esa clase de chistes. Por lo demás,
Salinas no era un desconocido. En 1937 escribió una carta abierta a Pablo de Rokha,
describiéndose a sí mismo como un “soldado del socialismo” y comerciante de las “extrañas
especies que pueda imaginar”. En dicha misiva acusó al poeta maldito de ser mediocre y fracasado,
pasando de ibañista a comunista: “no te engañes, nadie te lee, a menos que tenga deseos de
divertirse”. Firmaba con su nombre y su alías.402 Por lo demás, Orlando Millas y Jaime Suarez
también lo recuerdan en sus memorias. Millas lo menciona a propósito de las batallas entre las
milicias socialistas y los nacis en Valparaíso. Allí, Salinas “aprendió en los bajos todas las artes
del hampa”, pero cuando ingresó al PS le prometió a su madre “no volver a hacer algo que
desprestigiara a su organización y lo cumplió”.403 Para Millas el ingreso al socialismo lo purificó
de todo pecado. Al contrario, para Suárez la historia de Salinas fue distinta. En una ocasión escuchó
que Grove no tenía cómo saber la hora. Al terminar la reunión del Comité Central, Salinas se le
acercó: “Elija, camarada Grove…’, mostrándole tres o cuatro relojes pulseras ‘obtenidos’
rápidamente para el líder, que él no concebía sin reloj”.404 Para Suárez, el partido no hacía milagros
y Salinas siguió combinando su militancia con el robo. ¿De allí provendría su apodo? ¿El que nace
chicharra, muere cantando?
Douglas recuerda que Salinas buscaba distintas formas de vivir. Hubo un tiempo que hacía
unos rompecabezas artesanales, los cuales compraban Manuel Hubner y José Toha. “Uno sabía
que, en vez de darle una mesada, había que comprarle todos los meses, porque él no aceptaba plata
sin trabajo. Eso te habla que, aunque fue amigo de lo ajeno en su tiempo, tenía una conciencia
socialista muy profunda”.405 Con el tiempo Salinas se convirtió en el “guardia de los cañones” de

401
Entrevista a Douglas Hubner.
402
Tulio Salinas, “Contesto a Pablo de Rohka”, Consigna, N°149, Santiago (17 de noviembre de 1937), 3.
403
Millas, La alborada, 109-110.
404
Jaime Suarez Bastidas, Allende. Visión de un militante (Santiago: OCHOYMEDIO, 2008), 163.
405
Entrevista a Douglas Hubner.

116
La Moneda en el gobierno de la Unidad Popular. Según Patricia Espejo, secretaria privada de
Allende, Salinas se acercó a La Moneda siendo reconocido por el presidente: “Pero si es el
Chicharra”. Así, ya avanzado de edad y sin jubilación, Allende lo colocó en La Moneda y le pagaba
con su propio dinero. 406
La historia de Tulio Salinas grafica un tipo de relaciones entre socialistas, la cual podría
ser en este caso “paternalista” o integradora, es decir, que convivían militantes de clases distintas
sin supuestos reproches. Otro tipo de relaciones fueron establecidas por los profesores socialistas.
Aunque considerados como una autoridad dentro de su comunidad, la mayoría de los maestros
primarios eran de origen popular, discrepando con que Drake los haya considerado como
militantes “aparentemente de clase media hacia arriba”. Sus orígenes populares, permitieron un
acercamiento mucho más profundo con las comunidades locales, aportando a los procesos de
politización como líderes sociales dentro y fuera del aula de clases. Para esto analizaremos la
experiencia de los maestros primarios en general, particularizando en la trayectoria biográfica de
Miguel Ángel Cerda, maestro normalista y fundador del PS en Mulchén.

***
Según las memorias de Oscar Waiss el movimiento gremial más activo en la década de los
años treinta fueron “los profesores primarios”.407 Creada en 1922, la Asociación General de
Profesores (AGP), fue la organización de maestros más importante como respuesta a la Ley de
Instrucción Primaria de 1920. Organizando las primeras huelgas por los retrasos salariales,
rápidamente se transformó en una fuerza nacional llegando a tener una autonomía de los partidos
políticos y desarrollando un proyecto educacional progresista y moderno.408 Con la dictadura de
Ibáñez, una parte de la AGP aceptó poner en práctica la Reforma Educacional de 1928, entre ellos
los futuros socialistas Víctor Troncoso, Salvador Fuentes Vega y Eliodoro Domínguez. 409 Según
Leonora Reyes lo esencial de dicho proyecto fue la descentralización y participación protagónica

406
Patricia Espejo, Allende inédito. Memorias desde la secretaria privada de La Moneda (Santiago: Aguilar, 2020),
39.
407
Waiss, Chile Vivo, 18.
408
Iván Núñez P., Gremios del Magisterio. Setenta años de Historia: 1900-1970 (Santiago: Programa
Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE), 1986), 46-61.
409
Iván Núñez Prieto, “El pensamiento de un actor colectivo: los profesores reformistas de 1928”, Pensamiento
Educativo, Vol. 34 (junio de 2004): 162-178.

117
que debían tener las y los profesores, los padres de familia y las organizaciones de trabajadores
(as), sin distinción de clases y no solo orientándola a los conocimientos científicos, sino a la
producción y lo gremial.410 A pesar de estas confluencias, la reforma fracasó y la AGP fue
declarada ilegal y sus dirigentes fueron exonerados y perseguidos. Caída la dictadura de Ibáñez, la
AGP se volvió a rearticular, pero dividiéndose en la Convención de Chillán en enero de 1932.
Según César Godoy Urrutia, profesor y futuro socialista, el quiebre se dio entre quienes adhirieron
a la Internacional Roja y militaban en el PCCh (Federación de Maestros) y quienes se quedaron
en la AGP por una autonomía de los partidos políticos y llevando “las luchas políticas” fuera de
las clases. “Nuestra misión dentro de las aulas es anular, todo lo que más se pueda, las barreras
sociales, dando así a la enseñanza una orientación francamente democrática”, diría a la revista El
Nuevo Sucesos en marzo de 1932.411 Fuera de los salones, el profesorado organizado se fue
posesionando y continuó actuando políticamente. Según el historiador y socialista Iván Núñez, la
AGP abandonó el apoliticismo y abogó por un régimen económico socialista, apoyando la
República Socialista y formando parte de la Alianza Socialista Revolucionaria de Trabajadores.412
Esto generó una fuerte persecución de la junta liderada por Carlos Dávila entre mediados de junio
y septiembre de 1932. Uno de los detenidos fue su padre, Ramón Núñez Aguilar (1907-1954),
normalista y cercano de la AGP. Su esposa, Orfilia Prieto Caroca (1902-1977), era hija de
empleados de una hacienda en la provincia de Colchagua, teniendo sola a su hijo Iván Nuñez en
el hospital San Borja.

“El gobierno de Dávila envío a mi padre relegado a la Isla Mocha. Y yo nací, sin mi padre
aquí en Santiago [28 de septiembre de 1932]… por lo que sé, fueron médicos y estudiantes
de medicina del grupo Avance los que se encargaron que mi madre estuviera en la
maternidad. Entonces nací con un matrón del grupo Avance… quiere decir que yo nací
político, de la cuna [se ríe]”.413
.
Isla Mocha, localidad al frente de Tirúa, en la provincia de Concepción, recibió a unos
doscientos relegados. Según Oscar Waiss, estudiante de derecho, durmieron en un galpón abierto

410
Leonora Reyes Jedlicki, La Escuela en nuestras manos. Las experiencias educativas de la Asociación General de
Profesores y la Federación Obrera de Chile (1921-1932) (Santiago: Quimantú, 2014), 130-141.
411
“César Godoy Urrutia, profesor primario”, El Nuevo Sucesos, N°1537, Santiago (9 de marzo de 1932): 8.
412
Núñez, Gremios del Magisterio, 84.
413
Entrevista a Iván Núñez, comuna de Ñuñoa, Santiago, 1 de febrero de 2019. Realizada junto a Matías Villa Juica.

118
entre comunistas y los futuros socialistas Astolfo Tapia y Magallanes Díaz Triviño.414 Este último,
médico y ex dirigente estudiantil, tuvo un pasado anarquista y fue amigo de Ramón Núñez. Así lo
recuerda su hijo Iván: “Era amigo de mi padre, y su esposa también, que era profesora normalista.
Tanto que le decíamos la tía Marta… a los dos les decíamos tíos”. Marta Amaro Vergara, profesora
normalista, era “veterana del movimiento del ‘28”, por lo cual sus conversaciones generaron el
entusiasmo de escribir años más tarde la historia del magisterio. De regreso de Isla Mocha su padre
debió trabajar en la fabricación de ladrillos, hasta la llegada del gobierno del Frente Popular, donde
volvió a las aulas. Paralelamente militó en la Izquierda Comunista junto a su gran amigo, el
profesor normalista, Agustín Calderón Rojas (primo de Orfilia Prieto). Ambos ingresaron al PS en
1936 y fueron directores de escuelas rurales: Ramón Núñez en la escuela primaria de Puente Alto
y Calderón en Paine. Don Iván, un niño en ese momento, recuerda que tuvo de compañeros a niños
campesinos, algunos como Francisco León que llegaba a pies descalzos a las clases. “Recuerdo de
haber ido una vez, en un camión, con un grupo de socialistas jóvenes, incluyendo obreros de la
Papelera, mujeres jóvenes, a un fundo, en Avenida La Florida, me parece que se llamaba El Peñón,
un día domingo a reunirme con campesinos”.415 Su padre se convirtió en una autoridad de la
comuna y los socialistas conquistaron la municipalidad de Puente Alto por varias décadas.
Aunque no existen demasiados estudios en torno a las escuelas rurales, algunas fuentes
ayudan a visualizar este oficio espartano. En 1908 Manuel J. Ortíz publicó Cartas de la aldea, una
serie de escritos de El Mercurio que retrata la vida de un maestro rural cuyo salario no le permite
vivir. “Perdone usted que esta carta vaya en papel de escuela. Es lo único que los maestros
podemos robar al Fisco, y por desgracia, no sirve para comer”.416 Según Víctor Troncoso, profesor
y socialista, en su mayoría las escuelas rurales eran dirigidas por mujeres, provenientes de familias
humildes, con un sueldo de 250 pesos mensuales.417 Así lo grafica el profesor normalista,
Sepúlveda Leyton, en su novela Camaradas. Allí el protagonista llega a un pueblo rural, debiendo
arrendar una pieza y decirle a la dueña:

- “Señorita… ¡Soy profesor!...


- ¡Hum!

414
Waiss, Chile Vivo, 32-33.
415
Entrevista Iván Núñez.
416
Manuel J. Ortíz, Cartas de la aldea (Santiago: Zig- Zag, 1945), 18.
417
Leonora Reyes Jedlicki, “Crisis, pacto social y soberanía: El proyecto educacional de maestros y trabajadores.
Chile, 1920-1925”, Cuadernos de Historia, N° 22 (diciembre de 2002): 126-128.

119
- ¡Qué! ¿Le parece poco?”.418

César Godoy Urrutia lo puede ratificar, cuyos padres fueron maestros rurales. Nacido en
Teno, el 6 septiembre de 1901 “a la una de la mañana” 419, desde pequeño recorrió las aulas de
madera, donde su madre, Aurora Urrutia, era “una institución en la aldea donde ejercía la
docencia”.420 Trasladados a Talca, el futuro “Capitán Veneno” recuerda que llevaban una vida
modesta por el estrecho presupuesto. “La ropa que dejaba mi padre se iba adaptando para los
hijos”.421 En 1914 ingresó a la Escuela Normal en Santiago, cinco años de frío y hambre. Su primer
trabajo fue nuevamente en Talca, donde una tarde escuchó a Recabarren en una conferencia de la
FOCh. Cuatro años después lo iría a ver a su masivo funeral. Con la dictadura de Ibáñez, Godoy
Urrutia fue exonerado, partiendo al exilio entre 1927 y 1931. Poco antes de irse muere su madre,
a quien consideró un “ser extraordinario”, una maestra preocupada no sólo de lo educacional: “en
casa, todas las noches, por iniciativa suya, leíamos colectivamente los periódicos”, práctica que
también se realizaba en las oficinas salitreras.422 Ibáñez decretó en 1929 que las escuelas rurales
debían establecerse en terrenos no menores de una hectárea, con un mínimo de veinte estudiantes
para recibir la subvención estatal.423 Según Francisca Rengifo, su implementación estaba
determinada finalmente a la voluntad del hacendado, mientras que la asistencia de los niños y niñas
dependía de su participación en las labores agrícolas.424 La distancia o el clima era otro
impedimento para el ausentismo en los campos. Así lo recuerda Bristela Leiva, hija de campesinos
y futura militante socialista en Los Sauces:

“Íbamos lejos, a un lugar que se llamaba Romalhueco, pero no sé cuántos kilómetros


habrían, era muy lejos. Y todos los días íbamos a piecito. A piecito y a patita pelá, porque
no había ni zapatos. Y en el invierno, entonces, yo estaba muy chica, no me llevaban,

418
Carlos Sepúlveda Leyton, Camaradas (Santiago: Editorial Nascimento, 1938), 13.
419
Certificado de nacimiento obtenido en www.familysearch.org
420
César Godoy Urrutia, Vida de un agitador (México: Universidad Autónoma de Sinaloa, 1982), 25.
421
Godoy Urrutia, Vida de un agitador, 27.
422
“César Godoy Urrutia. El dulce capitán veneno”, Ahora, Quimantú, Santiago (1971): 62.
423
Decreto 5291, Ley de Educación Primaria Obligatoria (texto definitivo), Santiago, 30 de mayo de 1930. Sitio:
www.bcn.cl/leychile
424
Sol Serrano, Macarena Ponce de León y Francisca Rengifo (Editoras), Historia de la Educación en Chile (1810-
2010). Tomo II. La educación nacional (1880-1930) (Santiago: Taurus, 2012), 112-113; Camila Pérez Navarro,
“Educación rural: Cien años de exclusiones y de demandas de diferenciación sociocultural”, en: Alejandra Falabella
& Juan Eduardo García-Huidobro (Editores), A 100 años de la Ley de Educación Primaria Obligatoria. La educación
chilena en el pasado, presente y futuro (Santiago: Ediciones de Universidad Alberto Hurtado, 2020), 96-110.

120
cuando hacía mucho frío, mis hermanos más grandes no me llevaban, me dejaban
durmiendo y salían. Cuando yo despertaba, lloraba, porque a mí me fascinaba ir al colegio.
No importaba que lloviera, que hiciera frío”.425

Más tarde, doña Bristela asistió a la escuela de Los Sauces, pero sin zapatos. “Yo creo que
la tierra le dará energía a uno, no sé. Como tiene contacto con la tierra, yo me imagino, porque no
nos pasaba nada”.426 Otro problema, según el profesor y socialista Luis Henríquez Acevedo, era
que las escuelas normales no tenían un programa ni instrumentos pedagógicos para la realidad
rural.427 Los y las profesoras, muchas provenientes de la urbe, aunque ajenos al contexto agrario,
con el tiempo se convirtieron en promotores sociales y comunitarios, autoridades y líderes sociales
en las localidades rurales donde ejercían. No necesariamente eran agentes de politización de forma
abierta, haciendo proselitismo dentro del aula, sino más bien en su trabajo comunitario y su
campaña de alfabetización. Así lo demuestran diversos testimonios de socialistas. Uno de ellos es
Alejandro Witker, historiador nacido en Chillán en 1933, recuerda como su conciencia social
provino precisamente de un maestro, padre de un amigo suyo.

“Yo no tenía, por el lado de mi familia, mayor influencia de carácter intelectual; y luego
con mi amigo Oscar Soto, que recibía, obviamente, de su padre más influencia que yo, el
interés por la lectura. Yo diría que llegué a lo social por esa influencia, pero también por la
lectura de novelas de carácter social chileno”.428

Las memorias inéditas de Alejandro Chelén Rojas comienzan precisamente con el


agradecimiento hacia su profesor primario, Alberto Robledo, quien, siendo un católico militante,
era de una tolerancia inigualable. “En sus clases de historia, las más bellas que dictaba, ponía toda
su alma de chileno y de patriota emocionándonos con sus relatos plenos de colorido y de pasión
ciudadana. Y ese hombre, nacido para enseñar, fue incomprendido por los moradores pudientes
del pueblo donde sirvió con abnegación”.429 Su hermana, Julia Chelén Rojas, fue precisamente
maestra normalista y directora de la Escuela F315 de Chañaral Alto. Según Omar Araya, amigo

425
Entrevista Bristela Leiva, San Pedro de la Paz, 29 de noviembre de 2019.
426
Entrevista Bristela Leiva.
427
“La enseñanza rural en Chile. Ni niños sin escuela, ni escuela sin niños”, Consigna, N° 32, segunda época, Santiago
(16 de noviembre de 1939): 6.
428
“Alejandro Witker: el afán incansable”, documental dirigido por Jorge Díaz Arroyo, 2019, 33 min.
429
Chelén, Fragoroso, 4. Una remembranza hacia Alberto Robledo en periódico de Inca de Oro, ver: “Recuerdo de
mi maestro”, El Inca, Cuba (21 de noviembre de 1937): 5.

121
de la familia Chelén, la recuerda como una profesora que no sólo se preocupaba por aspectos
académicos, sino por el cuidado personal o de higiene de sus estudiantes, dándole además un regalo
invaluable: conocer el mar.

“Yo empecé en la casa particular de la señora Julia, quedaba cerca de la Estación San
Lorenzo (…) Ella nos hablaba mucho de la higiene personal, que teníamos que lavarnos
los dientes… nos cantaba canciones, era alguien totalmente distinta del pueblo, de mucho
respeto y mucha autoridad, el que no la quería era por su condición de ser estricta (…)
Cuando vi el mar me impresionó demasiado, yo tuve que hacer esfuerzos para no
impresionarme, pero por dentro, ardía, ardía por gritar…. esa sensación de ver tanta
cantidad de agua, porque, de hecho, cuando a mí me enseñaron en el colegio que la tierra
era tres cuartas partes de agua, y yo lo único que conocía era tierra, entonces yo me decía:
‘¿cómo va a hacer así?’. No me cabía en mi cabeza, no tenía más conocimientos, yo conocía
hasta la punta de la nariz”.430

El aprendizaje fue experiencial, acompañado de solidaridad y una preocupación integral


que hacía que los y las maestras primarias cumplieran un objetivo más allá de los horizontes
agrícolas. ¿Contradecía esto con el requerimiento de una educación rural que educase “a los niños
para la vida del campo”, evitando así el éxodo campo-ciudad?431 Para Rolando Pinto, profesor
universitario y sobrino del fundador del PS, Augusto Pinto, los maestros primarios eran
autoridades en su comunidad, como en el caso de su madre, Filomena Contreras: “Ser maestro o
maestra, no sólo era estimado dentro de lo que era la comunidad educativa de la escuela, los padres.
Si no, además era una persona con suficiente capacidad de liderazgo para orientar a los padres en
el proceso educativo”.432 Aunque a veces los métodos que ocuparon algunos maestros son
rechazados en la actualidad. Era el caso de Elías Jelves, profesor socialista de Chañaral Alto. Su
sobrina, Demófila Astudillo, recuerda cómo castigaba a los niños: “era de los profes que decía: ‘la
letra con sangre entra’”.433 Con el golpe de Estado, el profesor Jelves fue castigado, al igual que
otros profesores, siendo enviado a Cárcamo, una escuela rural del valle del Limarí. Al contrario,
para Demófila la profesora Julia Chelén: “era amorosa, nunca la vi enojada, recta eso sí, cuando

430
Entrevista Omar Araya.
431
Tobías Vera, Nuestra Escuela Rural (Valparaíso: Antares, 1940), 21.
432
Entrevista a Rolando Pinto.
433
Entrevista Demófila Astudillo.

122
ella se paraba al frente, para decir algo, lo decía lo rectitud”.434 Hace algunos meses, por iniciativa
de Mónica Olivares, se creó una página en la red social Facebook llamada “Chañaral Alto / San
Lorenzo”, donde se escribieron reseñas acompañadas de fotografías de personas ilustres y
recordadas de la localidad. El 16 de octubre del 2020, para el “Día del Profesor (a)”, se publicó la
imagen de Julia Chelén Rojas y Elías Jelvez, ambos socialistas y recordados con cariño por sus ex
estudiantes (Ilustración 15).

ILUSTRACIÓN 15. JULIA CHELÉN ROJAS EN CHAÑARAL ALTO.


FUENTE: FANPAGE “RAÍCES CHAÑARAL ALTO/ SAN LORENZO”, 20 OCTUBRE 2020.

***
Entre medio del “Estallido Social”, viajé a las afueras de Concepción para conocer la
historia de Miguel Ángel Cerda Leiva, profesor normalista y Teresa Rodríguez Troncoso, ambos
bisabuelos del historiador René Cerda Inostroza. Me reuní con Cecilia Cerda, nieta de Miguel
Ángel y Teresa, quien se ha dedicado a resguardar la memoria visual de su familia socialista. Sus
abuelos fueron fundadores del PS en Mulchén y personajes respetados por su aporte cultural y

434
Entrevista Demófila Astudillo.

123
social a la comuna. “Siempre tuve una inquietud de conocer, de cómo vivían, qué hacían cuando
chicos; cómo se vestían; si tenían agua caliente, si tenían agua fría, qué ropa usaban, qué comían.
Fue una cuestión natural de irles preguntando”.435 Cecilia es hija de René Cerda R. y Juana
Rodríguez Troncoso, una maestra normalista que trabajó en Schwager/Coronel, Talcahuano y
finalmente en la Escuela N° 2 de Mulchén. Actualmente, está jubilada de la Empresa Nacional del
Carbón (ENACAR) donde ejerció como trabajadora social. En su casa pude conocer sus álbumes
fotográficos donde mantiene activa la memoria visual y la identidad familiar y socialista,
fragmentos que mediante la narrativa de Cecilia y su familia se reconstruye constantemente, ya
sea en encuentros masivos o en conversaciones como la que tuvimos a fines del 2019.436
Nacido en El Monte, al sur de Talagante, el 6 de junio de 1899, Miguel A. Cerda Leiva
estudió en la Escuela Normal de Victoria, trasladándose a Mulchén en 1920 aproximadamente.
Allí trabajó en una escuela particular de propiedad de las hermanas Caro. Así debió conocer a
Teresa Rodríguez, que como evidencia la correspondencia entre ambos, ésta se negó en un
comienzo a entablar amistad, pensando en la resistencia de sus padres.437 ¿Habrá sido el resquemor
de su familia por ser profesor? Miguel Ángel provenía de una familia campesina, con menor acceso
económico que la familia Rodríguez- Troncoso. Esto se evidencia al observar las más de noventa
fotografías que reúnen los álbumes de la familia de Teresa Rodríguez, una situación económica
más solvente, buen vestir y servicio doméstico (Ilustración 16).
Mulchén proviene de Molcheñ (‘Gente Guerrera’), denominación por sus antiguos
habitantes: los moluches.438 Su castellanización fue parte del despojo y la ocupación del Ejército
chileno a fines de los años sesenta del siglo XIX. “Esta guerra ha sido una guerra de exterminio….
Se quemaron más de 1.000 casas y no se dejó pavo, ganso, ni gallina”, escribió Juan Bautista
Riquelme desde el campo de batalla.439 Fundada por Cornelio Saavedra, a fines de 1861, Mulchén
se convirtió en la “cabeza de playa del Ejército”, construyendo un fuerte militar con 600 militares
provenientes de Graneros. En poco tiempo se repartieron las tierras mapuche entre colonos

435
Entrevista a Cecilia Cerda, San Pedro de la Paz, 29 de noviembre de 2019.
436
Sobre la importancia de los álbumes familiares para la reconstrucción de la memoria social en: James and Zaida
Lobato, “Family photos.
437
Correspondencia entre Miguel Ángel Cerda y Teresa Rodríguez, Mulchén, 1921 y fotografía de matrimonio (1924).
Ambos en archivo privado de Cecilia Cerda.
438
Carolina Bravo Oñate, José Escalona Soto y Helbert Purran Neicuman, Lugares de significación cultural moluche
en el territorio de Mulchén (Rivera sur del Bío Bío: Talleres Sartaña, 2020), 11.
439
Carlos Elgueta Vallejo, Molcheñ. El Halcón guerrero. Acontecimientos históricos ocurridos en el área fronteriza
que dio origen a la comuna de Mulchén, 1550-1962 (Santiago: Asociación Chilena de Seguridad, 1994), 133.

124
extranjeros y criollos, recibiendo el propio Saavedra unas cuatro mil cuadras.440 El padre de Teresa
Rodríguez, Juan B. Rodríguez fue uno de ellos, trabajando primero en el molino El Globo y luego
instalando una herrería con apoyo de sus jefes alemanes. Su fuerte era la fabricación de ruedas de
carretas. Su esposa, María Rosario Rodríguez, se dedicó al trabajo doméstico y de cuidado de su
familia, muriendo en 1924.441 De los ocho hijos, Teresa Rodríguez nació en 1902, estudiando
contabilidad en Santiago donde fue recibida por sus hermanos Francisco y Julio empleados de
Ferrocarriles y del Banco del Estado. Según Cecilia: “sus hermanos ya participaban en política.
Ellos iban a mítines, me decía ella [Teresa], y muchas veces ella los acompañó”.442 De regreso
trabajó como contadora en el molino El Globo y décadas más tarde en el Hospital de Mulchén. El
mismo año que muere su madre (1924), se casa con Miguel Ángel Cerda, apareciendo de luto en
una fotografía. Mientras Miguel Ángel trabajaba en la Escuela N° 1 y atendía la biblioteca
municipal, Teresa cuidaba a sus seis hijos e hijas nacidos entre 1925 y 1933 (Ilustración 17).443

ILUSTRACIÓN 16. FAMILIA RODRÍGUEZ, 1925. TERESA INDICADA POR FLECHA


FUENTE: ARCHIVO PRIVADO DE CECILIA CERDA.

440
Robustiano Vera, La pacificación de Arauco 1852 a 1883 (Santiago: Imprenta El Debate, 1905), 14-22; Fernando
Pairica Padilla, Toqui. Guerra y tradición en el siglo XIX (Santiago: Pehuén, 2021), 98.
441
Hugo Rodríguez Troncoso, Recuerdos e historias (Rivera sur del Bío Bío: Talleres Sartaña, 2018), 25-27. Hugo
era hijo de Juan Rodríguez, hermano mayor de Teresa. Este libro de memorias fue editado por Cecilia Cerda y René
Cerda.
442
Entrevista a Cecilia Cerda.
443
Miguel Cerda atendió la biblioteca hasta 1931 porque no podía abrir en la mañana por su labor de profesor, en:
“Renuncia del bibliotecario”, El Ideal, Mulchén (3 de enero de 1931): 4.

125
En 1930, la crisis económica golpeó la producción triguera, impactando a Mulchén por sus
molinos. Según una asamblea de agricultores, las grandes casas comerciales detuvieron sus
compras, provocando el estancamiento de la producción y el descenso de los precios. 444 La otra
preocupación la expresó el gobernador de Mulchén, producto de la imposibilidad de cancelar los
salarios a inquilinos, “provocando una situación de desmoralización y de desconfianza en el
elemento trabajador, cuyas consecuencias no es difícil de prever”. 445 Se refería a posibles
desórdenes producto de la cesantía, lo cual estaba aumentando y era denunciado por obreros en el
periódico El Ideal: “Si robamos para alimentarnos, la justicia nos castigará sin piedad, pero
¿dejaremos morir de hambre a nuestros hijos?”.446
La rebelión no llegaría, al menos no a Mulchén, pero la República Socialista y la formación
del PS repercutirá en dicha localidad, trasladándose el apoyo del P. Demócrata hacia el socialismo.
De hecho, Juan Bautista Arredondo, quien apoyó la candidatura de Alessandri a fines de 1931, se
convirtió en secretario del Seccional del PS Unificado en junio de 1932 y fundador del PS en
1933.447 Este pequeño agricultor y minero recibió a Grove y Latcham en una concentración
Mulchén el 29 de junio de 1934, donde atacó la propuesta de colonización del gobierno Alessandri
por “servir los intereses de los grandes terratenientes”.448 Al año siguiente Arredondo fue
candidato a regidor, saliendo elegido su camarada Gumercindo Díaz. En 1937 postuló para
diputado por las provincias de Colchagua y O’ Higgins, pero tampoco salió electo.449 Cerda, quien
debió conocer a Arredondo, sufrió la represión en el gobierno de Alessandri, siendo parte de los
cien maestros exonerados por asistir a una reunión en Concepción en diciembre de 1932, tal como
denunciaron los diputados socialistas Humberto Casali y Carlos A. Martínez. “Desearía ver a estos
maestros luchar en las mismas condiciones que sus colegas, que trabajan a la luz del día para
discutir sus teorías”, diría este último.450 Sin empleo, el matrimonio debió vivir de allegados a la
casona de Juan Bautista Rodríguez, trabajando en la administración del Teatro La Bomba, que
funcionaba en un anexo de bomberos. Según Cecilia “se vieron todas las películas del mundo. Mi

444
ARNAD, MA, vol. 133, correspondencia de Agricultores de Mulchén a ministro de Fomento, Mulchén, 10 de
marzo de 1931.
445
ARNAD, MA, vol. 133, Oficio N° 242, De Gobernador de Mulchén a Intendente de Bío Bío, Mulchén, 11 de
marzo de 1931.
446
“La gente desocupada de Mulchén”, El Ideal, Mulchén (4 de abril de 1931): 3.
447
“Socialismo”, El Ideal, Mulchén (2 de julio de 1932): 2.
448
ARNAD, MIN, vol. 8676, Memorándum de Sub Comisaría de Policía de Investigaciones, Identificación y
Pasaporte, Los Ángeles, 30 de junio de 1934.
449
“Candidatos obreros y campesinos”, Consigna, N° 112, Santiago (27 de febrero de 1937): 4.
450
BSCD, 6° sesión extraordinaria, Santiago (24 de enero de 1933): 306.

126
papá [René Cerda Rodríguez] y mis tíos, eran capaces de recordar una película antigua, se sabían
todos los nombres de los artistas, se sabían los directores, habían visto todas las películas mil
veces”.451 Cerda sólo fue repuesto como maestro con el ascenso de Pedro Aguirre Cerda al
gobierno. Cerda lo conoció personalmente en plena campaña presidencial.

ILUSTRACIÓN 17. ÁRBOL GENEALÓGICO DE FAMILIA CERDA- RODRÍGUEZ.


FUENTE: CECILIA CERDA Y RENÉ CERDA INOSTROZA.

En el período del Frente Popular (1936-1941), el PS se expandió por las ciudades de


Traiguén, Angol, Los Sauces y Nacimiento, donde se formaron las primeras secciones y se
realizaron masivas movilizaciones.452 Una fotografía del archivo personal de Cecilia Cerda grafica

451
Entrevista a Cecilia Cerda.
452
“Actividades de la Región del Bío Bío”, Consigna, N° 41, Santiago (28 de septiembre de 1935): 4; “Formación del
Partido Socialista. Seccional Los Sauces”, El Malleco, Angol (11 de marzo de 1939): 1; “Marcha del Socialismo hacia

127
la fuerza social que desplegó el PS en Mulchén, con la participación de milicianos, mujeres,
autoridades como Miguel A. Cerda y Alberto Barbé, gobernador socialista por Mulchén
(Ilustración 18). En otra oportunidad, producto de la visita de Grove a Traiguén, se expresaron en
contra de la Ley de Seguridad Interior del Estado y en favor de la reforma agraria. Esta última, no
significaba la destrucción de la pequeña propiedad, sino la abolición de “las grandes propiedades
improductivas”, acompañado de la protección de los pequeños agricultores a quienes “los molinos,
los intermediarios y las grandes casas compradoras de cereales le imponen el precio que
quieren”.453 Los resultados dieron sus primeros frutos en las elecciones municipales de abril de
1938: no sólo M. A. Cerda fue elegido regidor por Mulchén [con 235 votos]; también Oscar Cerda
en Santa Bárbara; Francisco Bravo y Juan Jiménez en Renaico y Miguel Gallego en Quillleco. En
Quilaco se acusó al terrateniente radical, Gonzalo Bunster, de presionar para quitarle el escaño al
PS Asdrúbal Pezoa. “Maten a Grove, no les pasará nada”, les diría a sus inquilinos.454 Meses más
tarde, Pedro Aguirre Cerda, candidato frentista, visitó Mulchén, recibiendo un “silloncito verde”
de porcelana de Gladys Cerda, que tenía unos siete años.455 En una fotografía aparece el
matrimonio Cerda-Rodríguez con el candidato y futuro presidente. A la derecha de Cerda aparece
un hombre con un poncho, único que evidencia una presencia campesina entre los asistentes, que,
en realidad, según Cecilia Cerda, era un agricultor mediano. (Ilustración 19). ¿Cuál fue la
relevancia de los socialistas en Mulchén? ¿Qué influencia tuvieron en la politización campesina?

la libertad de Los Sauces”, El Traiguén, Traiguén (18 de marzo de 1939): 2; “Grandiosa e imponente resultó la marcha
del socialismo sobre Los Sauces”, El Traiguén, Traiguén (30 de marzo de 1939): 3; “Liga de Campesinos y asociación
de colonos”, El Malleco, Angol (6 de abril de 1939): 2.
453
“Política agraria del Partido Socialista”, Mundo Obrero, Traiguén (13 de enero de 1937): 4; “A los campesinos,
medieros y pequeños agricultores”, Mundo Obrero, Traiguén (18 de enero de 1937): 2; “Concentración socialista en
Traiguén”, Mundo Obrero, Traiguén (3 de febrero de 1937): 4.
454
“Maten a Grove”, Consigna, N° 128, Santiago (26 de junio de 1937): 4.
455
“Gran concentración realiza el Frente Popular en Mulchén”, Claridad, Santiago (24 de julio de 1938): 2.

128
ILUSTRACION 18. MANIFESTACIÓN DE SECCIONAL SOCIALISTA DE MULCHÉN. MIGUEL CERDA Y GOBERNADOR ALBERTO
BARBÉ INDICADO POR FLECHAS.
FUENTE: ARCHIVO PRIVADO DE CECILIA CERDA

ILUSTRACIÓN 19. PEDRO AGUIRRE CERDA, VISITA A MULCHÉN, 1938. MIGUEL CERDA Y TERESA RODRÍGUEZ INDICADOS POR FLECHA.
FUENTE: ARCHIVO PRIVADO DE CECILIA CERDA.

***

129
Con el triunfo del Frente Popular, Carlos A. Martínez se colocó a la cabeza como ministro
de Tierra y Colonización, enfocándose en ampliar la ley actual hacia los parceleros. “Hay que dar
tierras, pero a quienes la trabajen, a quienes la hagan producir eficientemente, no a personas que
no se movieron jamás de la ciudad”.456 La política agraria del PS, sobre todo en los primeros años,
estuvo dirigida hacia una reforma agraria moderada, beneficiando principalmente a los pequeños
agricultores, pero no presentando conflicto con el respeto de la propiedad privada de la tierra como
indicaba la constitución de 1925. Tampoco se pensaba en atacar las grandes propiedades, mientras
estas estuvieran en actividad productiva. Según Juan B. Arredondo, que en 1939 era funcionario
de la Caja de Colonización Agrícola, la distribución de la tierra debía contemplar las tierras mal
trabajadas o abandonadas, recibiendo el campesinado capacitación técnica y la dignificación, labor
que debía cumplir, entre otros, los maestros rurales.457
En ese sentido, la labor de Miguel Ángel y Teresa se enfocó a lo educacional y la política
local. Siendo elegido concejal en 1938, Cerda continuó con una serie de iniciativas sociales como
la capacitación de los dirigentes sindicales. Uno de ellos fue Víctor Sánchez, obrero de vialidad y
socialista desde 1938. Según su hija, Paz Elena Sánchez, éste ingresó al PS en plena campaña del
Frente Popular en Mulchén. Quedando huérfano desde pequeño, don Víctor trabajó desde los once
años en faenas agrícolas y de construcción como el canal del río BíoBío. “Los dueños de fundo les
llamaban a los trabajadores los rotos. Entonces ahí, mi padre a los 11 años fue rotito”.458 Años más
tarde fue contratado en vialidad y trabajó en la reparación de caminos hasta su jubilación. Paz
Elena reconoce al matrimonio Cerda- Rodríguez como los fundadores del PS en Mulchén,
preocupados de la capacitación e instrucción de sus militantes. Su padre “empezó a educarse dentro
del Partido, donde formaban cuadros políticos. Él tenía cuarto básico, y le enseñaron hasta escribir,
lo prepararon. Y mi papá llegó hasta segundo medio (…) como dirigente los educaban, él fue
dirigente, por años, donde él trabajaba”.459 Otras iniciativas de Cerda y su familia fue la formación
de la Liga de Estudiantes Pobres en 1927 y el Club Deportivo Mulchén. Junto a Alberto Barbé,
socialista y gobernador de Mulchén en el gobierno del Frente Popular, fundaron un Hogar Infantil

456
“Habla Carlos Alberto Martínez”, ¿Que hubo en la semana?, N° 25, Santiago (25 de noviembre 1939): 5.
457
“Hacia la Reforma Agraria”, Consigna, N° 32, Santiago (16 de septiembre de 1939): 6.
458
Entrevista a Paz Elena Sánchez, Mulchén, 22 de mayo de 2021. Realizada vía telefónica producto de la pandemia
del Covid-19.
459
Entrevista a Paz Elena Sánchez.

130
para niños huérfanos, muchos de ellos campesinos (Ilustración 20).460 Además, con otros
profesores fundaron el primer Liceo de Mulchén en 1946, con donaciones de vecinos y
apoderados. Cerda fue profesor de matemáticas y el encargado de matrícula. “Ahí estudió las
primeras generaciones de estudiantes de Mulchén, en esa casa de madera”. 461 En 1955 el
establecimiento pasaría a ser un liceo fiscal, pero siguió ocupando el terreno donado por la familia
Cerda-Rodríguez hasta 1963 cuando fue edificada por la Sociedad Constructora de
Establecimientos Educacionales fundada el año anterior.462 Finalmente, en octubre de 1990, el
establecimiento se nombró Miguel Ángel Cerda; un reconocimiento, que como en Chañaral Alto,
fue hacia un socialista, el cual junto a su familia influyeron desde su posición y accionar.

ILUSTRACIÓN 20. ALBERTO BARBÉ Y MIGUEL A. CERDA CON PROFESORAS Y NIÑES DE HOGAR DE HUERFANOS, MULCHÉN.
FUENTE: ARCHIVO PRIVADO DE CECILIA CERDA.

La herencia educacional y política se extendió también a su familia. De sus seis


descendientes, Margarita, Miguel y Gladys fueron profesores en Santiago. A la vez, todos

460
Elgueta Vallejos, Molcheñ, 190; Documento “Datos biográficos de Miguel Ángel Cerda”, Mulchén, octubre de
1991. Archivo Personal de Cecilia Cerda; “Liga de estudiantes pobres”, El Ideal, Mulchén (13 de agosto de 1932): 3.
461
Entrevista a Cecilia Cerda.
462
Camila Silva Salinas, Escuelas pobladoras. Experiencias educativas del movimiento de pobladoras y pobladores.
La Victoria, Blanqueado y Nueva La Habana (Santiago, 1957-1973) (Santiago: Quimantú, 2018): 98.

131
militaron en el PS o fueron cercanos a la izquierda. René Cerda, el padre de Cecilia, trabajó un
tiempo en la construcción de Schwager, pero rápidamente se hizo independiente instalando un
taller mecánico en la antigua herrería de Juan Bautista. “Mi papá era tan solidario… cobraba la
nada, soldaba herramientas para gente del campo… toda la vida esa gente nos regalaba cosas un
saco de papas, un chivito, nos traían gallinas, nos traían fruta, pan amasado, huevitos”.463 A la vez
era socialista y los llevaba a todas las actividades desde pequeños.

“Media pobre la sede, hasta con bancas teníamos pa’ sentarnos. Las actividades se hacían
en el Partido Radical. En ese tiempo éramos como super compinches. En los pueblos chicos
era común que hubiera un Club Radical, tú tenías para ir a comer, ellos estaban más
organizados. Era más pobre el Partido Socialista… Mi papá toda la vida participó en el
partido, en todas las actividades que se hacían”.464

Que haya sido una sede “media pobre”, en comparación a los radicales, podría estar
relacionada con el poder económico agrario que tenían estos últimos en comparación al PS. Esto
se reflejó en las elecciones parlamentarias entre 1932 y 1953, donde los socialistas eligieron sólo
un diputado (Gustavo Aqueveque en 1953), mientras que los radicales lograron nueve escaños.
Entre ellos estaban Héctor Barrueto, José Osorio y Manuel Moller, todos dueños o administradores
de fundos. La excepción fue en 1937, con el triunfo del dentista Asdrúbal Pezoa (PS), quien fue
removido por el Tribunal Calificador de Elecciones en beneficio de Hernán Freeman (PR). El PS
acusó fraude y cohecho por parte de los radicales en las mesas de Nacimiento y Quillaco:

“… corresponden a los sectores más reaccionarios del país: a los latifundistas


conservadores, liberales y radicales antifrentista de Bío Bío (…) el latifundismo no es sólo
un régimen de explotación económica si no que es también y muy principalmente un
sistema de opresión política en la ocasión presente, el latifundismo de Bío Bío derrotó al
candidato del pueblo”.465

La relación de los radicales con el mundo agrario pudo influir en la escasa conexión sindical
entre socialistas y campesinos en Mulchén, al menos en esos años. Según Cecilia Cerda, sus
vacaciones eran en el fundo Los Temos, al sureste del pueblo. Sus dueños eran Ignacio Troncoso

463
Entrevista a Cecilia Cerda.
464
Entrevista a Cecilia Cerda.
465
“El Frente Popular ha perdido un diputado”, Consigna, N° 127, Santiago (19 de junio 1937): 1.

132
y Clemencia Rodríguez, hermana de su abuela Teresa y maestra normalista, ambos radicales.
Según los relatos de Hugo Rodríguez las relaciones entre patrones y los inquilinos y sus familias
eran estrecha. Menciona a Domingo Acuña, Juan de Dios Vásquez y Antonio Rocha.466 Cecilia
también los recuerda: “Los Acuña, Octavio, la Carmelita, gente muy integrada a la familia…
Convivíamos con ellos, comíamos con ellos, íbamos a las casas, mucha cercanía, de querernos
mucho”.467 Este tipo de relación “paternalista” pudo influir en que no recuerda algún conflicto
sindical. Además, con mucho orgullo Cecilia menciona que su tía Clemencia dirigió e hizo clases
en la escuela construida en el fundo. Un “gran logro” en años donde muchos hacendados se
negaban a la instrucción de los hijos e hijas de los inquilinos, incluso acusando a los profesores de
ser promotores del comunismo. Así lo mencionó la directiva de la Sociedad Nacional de
Agricultura después del levantamiento de Lonquimay, donde el líder era precisamente un profesor
normalista (Juan Leiva Tapia):

“En algunas escuelas rurales hay maestros de tendencias francamente disociadoras


inmiscuidos en estas campañas, el Consejo Directivo considera indispensable que cada
miembro de las sociedades agrícolas, denuncie ante nuestra institución, con las
comprobaciones del caso, todos los actos de subversión o de enseñanza comunista en que
incurran los maestros rurales, a fin de que se tomen las medidas oportunas y eficaces para
poner término a tales actividades”.468

Al contrario, ya sea en el fundo Los Temos o en Mulchén, Cecilia expresa que existía una
buena relación con los campesinos, lo que explica que no se hayan ligado como familia a la
formación de sindicatos agrícolas. Incluso ella no recuerda como joven socialista haber sabido de
tomas de fundos en la década del sesenta. Tampoco menciona algún conflicto con comunidades
mapuches, las cuales fueron invisibilizadas tanto en la historia de Mulchén como de sus
alrededores. Según Pedro Cayuqueo “es imposible hallar presencia mapuche en aquellos valles.
Ni familias descendientes de importantes lonkos, ni reducciones indígenas; ningún título de
merced en kilómetros a la redonda”.469 Sólo últimamente en Mulchén han surgido reivindicaciones

466
Rodríguez Troncoso, Recuerdos, 19.
467
Entrevista a Cecilia Cerda.
468
“La propaganda subversiva en los campos y los medios de combatirla”, El Campesino, N° 8, Santiago (agosto de
1934): 372. Gentileza de Pablo Alderete.
469
Pedro Cayuqueo, Historia secreta mapuche (Santiago: Catalonia, 2017), 84.

133
de tierras, ligadas al contexto del renacer del movimiento mapuche, por ejemplo, el fundo
Ranquilco, entre Mulchén y Collipulli, producto del despojo de sus antepasados en el siglo XIX.470

***

En resumen, la influencia socialista, tanto en zonas rurales como en urbanas, dependió de


muchos factores, entre ellos, la composición social de sus militantes y el tipo de relación que
establecieron entre ellos. La presencia de fundadores y dirigentes pertenecientes a sectores medios
o profesionales, les permitió generar un respeto o autoridad en las localidades donde surgieron los
primeros núcleos, sobre todo en los sectores populares, fundando en algunas ocasiones relaciones
paternalistas con sus militantes. Esto fue variando en la medida que el PS fue expandiéndose y
fueron ingresando masivamente militantes obreros y campesinos. A diferencia del PCCh, los
socialistas no buscaron proletarizar a quienes se les indicaba como “intelectuales”, sino que se
buscó homologarlos a los “manuales”, en tanto que ambos sectores eran “trabajadores”, pero esta
creencia no buscó difuminar las diferencias de clase que se generaron. Para esto, el socialismo no
significaba la desaparición de esas diferencias, sino su integración, generando una mayor igualdad,
pero con respeto a la propiedad privada. Otra clave para entender la expansión y la politización
campesina por parte de los socialistas fue la presencia de “intermediarios políticos”, los cuales
realizaron un papel de bisagra entre los sectores populares y el Estado. Así sucedió con el gremio
de profesores, quienes fueron actores relevantes en la política de principios del siglo XX, como
agentes comunitarios en sus espacios locales, abarcando una influencia que iba más allá de la
escuela, y en el caso de los socialistas, más allá de su partido. Fueron los casos de Pedro Poblete,
nacido en Quirihue e Intendente en la provincia de Ñuble por el Frente Popular en 1938; Claudio
Alvarado, nacido en Salamanca y regidor entre 1941 y 1944; Melanio Bustos, nacido en San Carlos
y director de su escuela rural; Héctor Reyes, nacido en Lincantén y regidor entre 1960 y 1973. En
el caso de Mulchén, la presencia la familia Cerda- Rodríguez permitió la expansión de los
socialistas, producto de las características locales, fue más hacia sectores estudiantes, profesionales
y empleados que al campesinado, sobre todo por la fuerte preponderancia de grandes haciendas
cuyos terratenientes eran de afiliación Radical y Conservadores. A la vez, la historia de esta familia

470
“Gobierno respaldó acción de carabineros en Mulchén”, El Sur, Concepción (25 de mayo de 2015): 4; “Querella
en Mulchén”, La Tercera, Santiago (12 de diciembre de 2014): 28; Bravo Oñate, et. All, Lugares de significación.

134
permite comprender mejor la amplia concepción de la militancia, la cual no remite solamente al
“inscrito” en la organización política, sino a toda su familia, ya sea esposa e hijos (as).
A continuación, profundizaremos en la política agraria de los socialistas, y como esta se
diferenciaba de los comunistas, sobre todo en el trabajo hacia los pequeños agricultores, el cual
tuvo más efecto en el norte y centro del país, sobre todo por la Liga de Campesinos Pobres.

135
Capítulo Cinco

Por la Defensa de los campesinos pobres. Política agraria socialista y la


acción de los pequeños agricultores (1935-1938)

“Este ñato Zapata es uno de los personajes más inolvidables de ese período de la lucha
social en Chile”.471 Así recordó Oscar Waiss a su amigo Emilio Zapata Díaz, antiguo dirigente
socialista, quien en octubre de 1971 fue homenajeado como el primer líder del movimiento
campesino chileno. “Soy como el burro que no cambia de color. He puesto mi vida al servicio de
esta causa. Y por ella he sido perseguido, arrastrado por las calles y confinado dos veces a la Isla
de Más Afuera” diría Zapata en aquella ocasión.472 Sin estudios universitarios y retirado de la
política hace años, Zapata ejerció como procurador llevando casos propios y de Waiss, con quien
se conocían hace cuatro décadas. Producto de esto, Brian Loveman, un estudiante doctoral de
Indiana University, logró encontrarlo y entrevistarlo en “una parcela urbana”, alejada de Santiago.
“Literalmente lo encontré en un gallinero de su casita, y después de conversar un poco me mostraba
fotos”.473 La casa estaba ubicada en la Villa de Huertos José Maza: un conjunto de 500 terrenos
ubicados en el paradero 48 de Av. Santa Rosa, los cuales fueron construidas por la Cooperativa
José Maza.474 Según Arturo Salinas, ex dirigente de la Cooperativa, esta iniciativa se creó en el
barrio San Eugenio en 1936, principalmente por obreros ferroviarios y empleados públicos. Según
le contó su padre, Manuel Salinas, la Ley de Huertos Obreros (N° 6815) se logró aprobar mediante
el apoyo del senador José Maza y el diputado Emilio Zapata, comprando así los terrenos del ex
fundo La Pintana en 1947. Salinas comentó que la idea inicial fue resolver el déficit habitacional
y la carestía de las subsistencias, pero finalmente quienes accedieron a estas viviendas no eran
precisamente campesinos que pudiesen dedicarse cien por ciento a la agricultura.
“El problema que tenían ellos [los trabajadores], era que se iban muy temprano y volvían
muy tarde, porque estaban trabajando en Santiago, pero si las familias, generalmente, los

471
Waiss, Chile Vivo, 51.
472
“Sentido homenaje rindió el PS a luchador social Emilio Zapata”, La Nación, Santiago (18 de octubre de 1971): 6.
473
Conversaciones con Brian Loveman por correo electrónico entre 2011 y 2014.
474
Sociedad Cooperativa de Huertos Obreros José Maza Limitada, Historia de la Cooperativa José Maza. Primera
Parte (Santiago: Editorial Dhiyo, 2014).

136
hijos, las señoras, se dedicaron a producir el huerto… o los mismos inquilinos del fundo,
que se contrataron en las casas y ellos producían”.475

Hasta ahí llegó Emilio Zapata a fines de los años cuarenta, cuando estaba alejado de la
contingencia política, pero era recordado por la Cooperativa José Maza como uno de los
impulsores de la legislación. Según Adriana Zapata, su padre primero se fue sólo los fines de
semana, dedicándose a cultivar frutas, hortalizas y asesorar jurídicamente a cualquier campesino
que lo visitara (Ilustración 21). Era una especie de símil al padre de José María Arguedas en su
novela Los Ríos Profundos, quien ayudaba a indígenas en trámites legales para no ser engañados
por su analfabetismo.476 Con el tiempo, Zapata siguió trabajando en Santiago, pero se a su familia
a La Pintana: su esposa Graciela Salas y sus hijas Adriana y Natasha.

“Me traía a mí no más, sola. Porque mi mamá no quería venirse. Yo era chica y me venía
en sus faldas, durmiendo y llegábamos acá de noche, porque él trabajaba hasta tarde, y nos
veníamos en una micro que se demoraba como cuatro horas… al otro día hacía sus cosas,
sus plantaciones, de todo, si esto es cinco mil metros cuadros para sembrar…. entre la viña
estaba el tomate, sembraba un pedazo de alfalfa pa’ los conejos, ponía papas, ponía ají, de
todo…sembraba para la casa, no para la venta. Claro, había gente que cooperaba con el
arado, venia un inquilino de los fundos de acá; que venían a arar”.477

Adriana, cuyo parecido a su padre era innegable, me comentó que él murió en 1977, marginado de
la política nacional y dedicado principalmente a su familia y cultivar frutos en su parcela. Al
momento del golpe los militares allanaron su vivienda y se llevaron sus libros y documentos.
“Tenía muchos papeles e hicieron una tremenda hoguera en la calle. Él no se resistió, dejó hacer,
¿que sacaba? Yo no sé, por defendernos a nosotros. Mi papá era viejito, tenía su edad”.478

475
Entrevista a Arturo Salinas Calderón, ex presidente de Cooperativa de Huertos Obreros José Maza, La Pintana, 10
de julio de 2018. Además, ver: Sociedad Cooperativa de Huertos Obreros José Maza Ltda., Los huertos obreros
chilenos (Santiago: s/e, 1941); Sociedad Cooperativa de Huertos Obreros José Maza Ltda., Huertos Obreros
(Santiago: s/e, 1947).
476
José María Arguedas, Los ríos profundos (Lima: Horizonte, 2018).
477
Entrevista a Adriana Zapata Salas, La Pintana, 10 de julio de 2018.
478
Entrevista a Adriana Zapata.

137
ILUSTRACION 21. VIVIENDA DE EMILIO ZAPATA EN HUERTOS OBREROS JOSÉ MAZA, LA PINTANA.
FUENTE: FOTOGRAFIA TOMADA POR AUTOR, JULIO DE 2018.

A diferencia de Alejandro Chelén Rojas, Zapata no nació en un pueblo rural, ni dejó sus
memorias por escrito, pero según varios testimonios llegó a ser uno de los primeros líderes de las
organizaciones campesinas a comienzos del siglo XX.479 Hijo de una familia obrera, Zapata se
acercó a la realidad campesina mientras militaba en el POS en la década de los años veinte. A
partir de la participación en el centro cultural El Despertar conoció la realidad de inquilinos de
Peñaflor y Talagante hasta que la dictadura de Ibáñez lo relegó a la Isla de Más Afuera.
Paralelamente, junto a sus camaradas Pablo López, Carlos Acuña, Bernardo Yuras y Waiss, se
involucraron en el conflicto interno dentro del PCCh entre “lafertistas” e “hidalguistas”, integrando
la facción liderada por Manuel Hidalgo, a quien le decían “el viejo”.480 Según Waiss, perteneciente
al grupo Avance, las disputas entre comunistas surgieron por discrepancias entre la política de
alianzas frente a la dictadura de Ibáñez, pero también marcada por las noticias que provenían de
la Unión Soviética, donde “hidalguistas” se identificaban con las tesis de Trotsky frente a la
conducción de Stalin.481 En definitiva, es innegable que dicha agrupación se identificó con el

479
Loveman, Struggle in the Countryside, 150-158; Millas, La alborada, 241; Luis Vitale, Interpretación Marxista
de la Historia de Chile, De Alessandri a Frei M. (1932- 1964) VI (Santiago: Ediciones LOM, 1998), p. 271.
480
Grez, “Un episodio de las, 279-280.
481
Waiss, Chile Vivo, 13.

138
movimiento de oposición que lideraba el viejo líder bolchevique desde el exilio, pero como plantea
Andrey Schelchkov, el “hildaguismo” no era homogéneo, sino una “amalgama de los
inconformistas del comunismo y el socialismo chileno”, no aceptando de manera integral ninguna
de las tesis del trotskismo internacional.482 Esto se tradujo, en primera instancia, en la
conformación de la Izquierda Comunista (IC) en marzo de 1933, la cual se autodesignó como la
vanguardia de la “clase proletaria”, negándose a ingresar al PS, fundado al mes siguiente. Según
Waiss, su rechazo -al menos momentáneo- no se debió a enemistades personales, sino porque aún
consideraban “confusos sus planteamientos”, teniendo quizás la esperanza de unificarse
nuevamente con el PCCh oficial.483
Por lo demás, Zapata había sido elegido diputado por el distrito perteneciente a las
localidades de Talagante, Melipilla y Peñaflor, ocupando el cupo del PS Unificado (PSU). Como
parlamentario se ganó el prestigio por su tenaz defensa de los campesinos, no sólo de su distrito,
sino que fiscalizando en todo el país. En 1933 visitó la hacienda Palma de Ocoa de Quillota; la
viña Casa Blanca de Lontué y los fundos Lo Prado y Santa Elvira en Barrancas, donde denunció
los bajos salarios, la prohibición de sindicalización, el trabajo infantil y la falta de escuelas. 484 Su
hija Adriana recuerda que se enfrentó con “un tal Dussaillaant que había [en el parlamento], que
era latifundista. Y mi papá llegó a estar en las covachas donde vivían los campesinos, me decía
que les ponían unas tablas, donde le ponían cuestiones de maíz, porque ahí dormían”. 485 Pero la
tarea más reconocida de Zapata fue la formación de la Liga Nacional de Defensa de Campesinos
Pobres (LCP), que no sólo sirvió para que pequeños agricultores obtuvieran recursos producto de
una catástrofe climática, sino que permitió promover una red de organizaciones a nivel nacional.486
A pesar de ser confundida como una iniciativa socialista, la LCP fue presidida por Carlos Acuña
y Bernardo Yuras, ambos militantes de la IC y cercanos a Zapata. Junto a él, ingresarían a las filas
socialistas en 1937, creando la Federación Nacional Campesina dos años más tarde. ¿Por qué
finalmente Zapata y los demás integrantes de la IC decidieron ingresar a las filas socialistas y no
retornaron al Partido Comunista? ¿Fue una decisión política instrumental o ideológica? ¿Existió

482
Andrey Schelchkov, “Un trotskismo a mitad de camino: el hidalguismo en Chile”, Archivos de historia del
movimiento obrero y la izquierda, N° 17, Año IX (septiembre de 2020-febrero de 2021): 55.
483
Waiss, Chile Vivo, 46.
484
BSCD, 22° sesión extraordinaria (1 de marzo de 1933): 1167-1169; 22° sesión ordinaria (4 de julio de 1933): 1143-
1152; 23° sesión ordinaria (5 de julio de 1933): 1208-1217; 48° sesión extraordinaria (8 de enero de 1934): 2338-
2349; “Infame explotación del campesino”, Izquierda, N° 7, Santiago (25 de julio de 1934): 4.
485
Entrevista a Adriana Zapata.
486
Loveman, Struggle in the Countryside, 151-158.

139
una relación entre esta decisión y la política agraria que el PS planteaba en aquel momento? ¿Qué
los diferenciaba de la política campesina que promovían los comunistas?
El siguiente capítulo tiene como objetivo analizar la política agraria de los socialistas y su
peculiar relación con comunistas, ya sean de la Izquierda Comunista y el PCCh. Al igual que estos
últimos, el PS se autodefinió como la agrupación que representaba mejor los intereses de la “clase
trabajadora”, entre ellos el campesinado, por lo que su unificación en 1933 tuvo un carácter
conflictivo en las filas y dirección del PCCh. Sus diferencias se acentuaron en materia sindical,
sobre todo por la aceptación que los socialistas tenían hacia los sindicatos legales a través del
Código del Trabajo. En materia agraria, la política agraria el PS promovió la distribución
individual de tierra y la organización de los pequeños agricultores (P.P.A.A. en adelante),
respetando la propiedad privada. La hipótesis que planteó es que dicha política agraria le permitió
concordar con la Izquierda Comunista, quienes venían desarrollando la primera organización de
agricultores chacreros de los alrededores de las grandes ciudades. De manera, que el ingreso de
los dirigentes de la Liga de Campesinos Pobres al PS, significó un aporte importante a la expansión
de la composición social de los socialistas hacia los sectores obreros y campesinos; consolidando
una primera etapa del PS que va desde 1932 a 1937.
El capítulo abarca dos dimensiones: por un lado, el análisis de la política agraria del PS,
comparándolas con los planteamientos del PCCh y la Izquierda Comunista, ya sea a través de la
revisión de prensa, folletos y las sesiones de la Cámara de diputados entre 1932 y 1936. Por otro
lado, estudiaré las trayectorias de Zapata, Acuña y Yuras, dirigentes de la IC y de las LCP, ya que
a través de estas vidas evidenciaremos los trazos más ocultos de la politización y cómo ayudó los
lazos que establecieron con el movimiento obrero y campesino, desde mucho antes de la crisis de
1930; pero también el papel de la familia, esposa, hijos e hijas como sostén invisible de la política.

***
Como consecuencia de la unificación socialista de abril de 1933, el PS quedó oficialmente
con siete parlamentarios, provenientes de las diversas agrupaciones: por la NAP los senadores
Eugenio Matte y Hugo Grove; y los diputados Hipólito Verdugo, Carlos Alberto Martínez,
Rolando Merino. Humberto Casali por el PS de Chile; y Emilio Zapata por el PSU. Este último al
menos en el papel, ya que, como sabemos, junto a Manuel Hidalgo, aún pretendían disputar la

140
identidad “comunista” al PCCh. “¿Qué Partido Comunista?”, le reprochó José Vega en la Cámara
de Diputados en enero de 1933, a lo que Zapata diría:

“Del que soy miembro activo y parlamentario (…) como soldado de fila de la revolución
proletaria, no tengo ningún interés en legislar para el perfeccionamiento de este régimen
de injusticia y de explotación”. [Al contrario de otros partidos] que titulándose partidos
obreros no son sino ganchos de la burguesía para pescar las masas trabajadoras y
arrastrarlas tras de su carro de reformas y de compromisos. Los peores enemigos de los
trabajadores chilenos son los demócratas, son los socialistas de todos los matices, son los
llamados partidos izquierdistas”.487

Pese a estas duras críticas, Zapata tenía una relación de larga data con los socialistas:
primeramente, compartiendo militancia en el POS; participando en la República Socialista
mediante la Alianza Revolucionaria Socialista y en la campaña presidencial de Grove. Así se
explica que haya recibido el apoyo del PSU para las elecciones de octubre de 1932, producto de
sus antiguas andanzas por Talagante y Peñaflor en la década de los años veinte. 488 En el
parlamento, por lo demás, se unió al Comité Socialista, coincidiendo con Martínez, Casali y
Merino en los debates en torno al alza del alumbrado público; en favor de la sindicalización
campesina; la reorganización de la industria del salitre y en contra de facultades extraordinarias
solicitadas por el gobierno de Alessandri desde fines de 1933.489 De hecho, Zapata llamó a los
socialistas, radicales socialistas y democráticos a la formación de un Frente Único en contra el
avance del fascismo y las medidas represivas del gobierno a fines de ese año.490 Un panfleto de la
IC reforzaría la petición unitaria: “Si la clase obrera no muestra un decidido espíritu de lucha, el
socialismo criollo comenzará a retroceder y el laferttismo a lanzar bravatas y consignas
desatinadas, para ocultar su propio pánico ante el fascismo”.491 El PS rechazó esta propuesta, al
menos hasta octubre de 1934, cuando formaron parte del Block de Izquierdas, el cual propuso

487
BSCD, 6° sesión extraordinaria (24 de enero de 1933): 298.
488
Sobre PS Unificado en Peñaflor, ver: “Peñaflor”, La Opinión, Santiago (18 de agosto de 1932): 2.
489
BSCD, 36° sesión extraordinaria (3 de abril de 1933): 1867-1890; 11° sesión ordinaria (13 de junio de 1933): 515-
532; 8° sesión ordinaria (17 de octubre de 1933): 301-319; 24° sesión extraordinaria (15 de noviembre de 1933): 1099-
1102; 36° sesión extraordinaria (12 de diciembre de 1933): 1724-1749.
490
BSCD, 37° sesión extraordinaria (13 de diciembre de 1933): 1778; además, ver: Jorge Levín [Humberto Mendoza],
Boletín del Comité Central de la Izquierda Comunista, Santiago, N° 8 y 9 (octubre-noviembre de 1933): 15-22; Jorge
Levín, “El Frente Único como especulación y como realidad”, Izquierda, N° 12, Santiago (29 de agosto de 1934): 3.
491
ARNAD, MIN, vol. 8375, Izquierda Comunista, “Manifiesto de la Izquierda Comunista. Llamado al Frente Único”,
sin fecha.

141
luchar por las libertades públicas; derogar las leyes represivas; que el Estado se hiciese responsable
de la educación primaria y la nacionalización de la tierra, entre otras demandas.492
El escenario político nuevamente volvía a convulsionarse, sobre todo por las medidas
adoptadas por Arturo Alessandri desde el levantamiento de Lonquimay, ocurrido en el invierno de
1934, aunque se estaba deteniendo dirigentes sindicales y políticos desde el año anterior. En
diciembre de 1933 fueron recluidos los fundadores del PS Oscar Cifuentes, Fernando Celis, César
Godoy, Mario Hermosilla y Bernardo Ibáñez. Al mes siguiente, fueron encarcelados Marmaduke
Grove, acusado de complot contra el gobierno, y Oscar Schnake, relegado a Aysén.493 Otro
fundador del PS, el obrero salitrero Humberto Calderón fue detenido en mayo de 1934 acusado de
poseer explosivos. Desde la prisión comentó sobre los largos interrogatorios comandados por
Waldo Palma y los veintitrés días de incomunicación “la cárcel es un paraíso comparado con el
infierno que es la Dirección de Investigaciones”, confesó al semanario Consigna.494 Producto del
levantamiento en Lonquimay, el gobierno nuevamente arremetió, destruyendo los talleres de los
diarios La Opinión e Izquierda, donde Zapata fue golpeado por Carabineros.495 Consigna fue
prohibido y la casa de uno de sus representantes legales, Carlos A. Martínez, fue allanada por un
grupo de desconocidos que le señalaron por escrito: “sabemos perfectamente lo que hace, lo que
piensa y lo que procura con su actuación. Nosotros defendemos la patria y la Constitución, le
advertimos que nadie nos impide castigarlo”.496 En ese contexto se formó el Block, integrado por
el PS, radicales-socialistas, el Partido Democrático y la IC, que insistió en la formación de un
Frente Único (al igual que el PCCh oficial), además de un “nuevo Partido Comunista” que llenara
“el vacío dejado por la bancarrota vergonzosa de la III Internacional”, según escribió Arturo
Sepúlveda Quezada, bajo el seudónimo de Ismael Suarez.497 Pero el PS, al contrario, no buscaba
disputar la identidad comunista, sino diferenciarse de ellos como los verdaderos representantes de
la “clase trabajadora”. Para esto, reivindicó la herencia de Recabarren y se organizó en núcleos
territoriales al igual que el POS en su tiempo (núcleos y seccionales en vez de células y comités

492
“El Block Parlamentario de Izquierda”, Izquierda, N° 21, Santiago (14 de noviembre de 1934): 1.
493
ARNAD, MIN., vol. 8669.
494
“Grillos, golpes, amenazadas de muertes, días de hambre. Nada pudo obligar al camarada Calderón a culpar a
Grove y a los jefes socialistas de un delito imaginario”, Consigna, N° 6, Santiago (23 de junio de 1934): 6.
495
“Agredido nuestro compañero Zapata”, Izquierda, N° 5, Santiago (11 de julio de 1934): 1. BSCD, 28° sesión
ordinaria, 17 de julio de 1934, p. 1632; 29° sesión ordinaria (18 de julio de 1934): 1687-1690.
496
“Asaltaron la casa del diputado socialista Carlos A. Martínez”, La Opinión, Santiago (9 de agosto de 1934): 2.
497
“Por qué los comunistas estamos en el Block”, Izquierda, N° 30, Santiago (2 de enero de 1935): 3.

142
locales).498 Por otro lado, discreparon de la relación el PCCh con la Unión Soviética, sobre todo
bajo el liderazgo de Stalin. Así lo escribió la editorial del periódico El Pueblo antes de la
unificación socialista: los comunistas “quieren nivelarlo todo a punto de dinamita, de esclavitud -
como la que sufren los pobres campesinos rusos”.499 Para uno de los fundadores del PS, el
electricista Héctor Arancibia Plaza, el socialismo era ante todo “una expresión orden”, encauzada
“por la vía de la evolución y del progreso político (…) Un Estado poderoso, fuerte, un Estado que
limite, las ambiciones de los de arriba y que coloque en su justo término las reivindicaciones
proletarias”.500 Esta idea de orden y disciplina ya provenía también de la ARS, liderada por Oscar
Schnake en octubre de 1932, quienes propusieron la experiencia del 4 de junio como el ejemplo
de una verdadera revolución por su “voluntad de construir un espacio que incorpora a todas las
fuerzas productivas de la nación”, rechazando el supuesto el sectarismo con que los comunistas
actuaban.501 Posterior a la formación del PS, la dirigencia socialista continuó acusando al PCCh
de lanzar al proletariado “de derrota en derrota, aumentando las víctimas y desgraciados, sin
ningún provecho para la masa trabajadora”, haciendo alusión a la necesidad de crear una Unidad
Sindical, pero aceptando las leyes sociales promulgadas en los gobiernos de Alessandri Palma e
Ibáñez del Campo.502
El PCCh, en cambio, quedó marginado de dicha coalición, proponiendo un Frente Único
“desde las bases”, producto que el Block “con su política de colaboración de clases, conduce al
sostenimiento de la dominación feudal burguesa-imperialista. Sólo el P. Comunista, con su política
independiente y siguiendo la ruta de los trabajadores rusos, conduce a la República Soviética de
Obreros y Campesinos, al socialismo”.503 Según el historiador Rolando Álvarez, esta opción,
llamada “Clase contra clase”, nació bajo el contexto de represión de la dictadura de Ibáñez del
Campo, pero también como forma de “sobrevivencia”, ante las divisiones con el sector
“hidalguista” y el naciente PS. Sería, siguiendo a Álvarez, una política “defensiva” que buscó
fortalecer la estructura leninista (centralismo democrático), el cual para mediados de los años

498
Esta “estrategia de diferenciación” proviene del propio POS a comienzos del siglo XX, ver: Navarro López,
Revolucionarios, 33-59.
499
“El fracaso comunista”, El Pueblo, Santiago (7 de mayo de 1932): 1.
500
“Socialismo de Estado y Socialismo revolucionario”, El Pueblo, Santiago (30 de abril de 1932): 1.
501
“Una revolución en marcha”, El Socialista, Concepción (8 de octubre de 1932): 4.
502
“¿Por qué?”, El Socialista, Concepción (primera quincena de marzo de 1934): 3.
503
“Frente Único y el Block”, Frente Único, Santiago (26 de diciembre de 1934): 4.

143
treinta aún no estaba completamente cristalizada.504 En torno a la política sindical, los comunistas
continuaron impulsando la FOCh, llamando a “romper” con la Confederación de Sindicatos
Legales (afín al PS) por estar en desacuerdo con el Código del Trabajo.505 Pero en 1935, la
dirección fue derivando de la propuesta de Frente Único a la formación de un Frente Popular, como
se estaba discutido en el VII Congreso de Internacional Comunista en agosto de ese año. En marzo,
mientras estallaba la primera movilización del gremio ferroviario, el secretario general del PCCh,
Carlos Contreras Labarca, visitaba Moscú para participar en dicho evento, pero aprovechó a
reunirse con Secretariado Latinoamericano y discutir la situación chilena. En un documento
traducido del ruso por Olga Ulianova, la conversación se dio precisamente en torno a la necesidad
de llegar a un acuerdo con los socialistas, pero marginando al “grovismo” y a los miembros de la
IC, acusados de “trotskistas”. Según Contreras Labarca, Grove representaba un peligro para el
propio PCCh “por su gran influencia” en sus filas, de hecho, confesó que, en las elecciones
presidenciales de 1932, “la gran mayoría de los obreros votó por Grove, más todavía, incluso los
militantes del Partido Comunista votaron por Grove”.506 Aunque era errado considerarlo
“fascista”, el supuesto grovismo proponía la generación del socialismo dentro del sistema
capitalista: “Los obreros nos decían: lo que dicen ustedes es muy bonito, pero es una utopía”.507
Por otro lado, se buscó marginar a sus ex camaradas “hidalguistas”, por ser un obstáculo para la
unidad comunista-socialista. “Ellos son los agentes del grovismo en el proletariado”, informaría
Contreras Labarca, aseverando que su influencia estaba en sectores intelectuales y universitarios,
pero no en el movimiento obrero, con excepción del gremio de la Construcción y en San Antonio
y Talcahuano.508 Una excepción era Emilio Zapata, “gran líder” de la IC según el secretario general
del PCCh, a quién le ofrecieron su reincorporación por su posición a la izquierda de la dirección
de Manuel Hidalgo. Zapata la rechazó.509 Este acercamiento hacia Zapata se puede entender, al
menos, por dos razones: primero, las diferencias entre comunistas y socialistas no eran
“abismales”, por lo que se podía atraer a los sectores obreros de la IC y el PS hacia la política de

504
Rolando Álvarez Vallejos, Forjando la vía chilena al socialismo. El Partido Comunista de Chile en la disputa por
la democracia y los movimientos sociales (1931-1970) (Valparaíso: Editorial América en Movimiento, 2020), 25-32.
505
“Hay que romper desde ya con los Sindicatos Legales”, Frente Único, Santiago (segunda semana de enero de
1935): 4.
506
Olga Ulianova y Alfredo Riquelme Segovia (Editores), Chile en los Archivos Soviéticos 1922-1991. Tomo III:
Komintern y Chile 1935-1941 (Santiago: Lom Ediciones- Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2017), 42.
507
Ulianova y Riquelme, Chile en los Archivos Soviéticos 1922-1991. Tomo III, 42.
508
Ulianova y Riquelme, Chile en los Archivos Soviéticos 1922-1991. Tomo III, 47-48.
509
Ulianova y Riquelme, Chile en los Archivos Soviéticos 1922-1991. Tomo III, 49.

144
Frente Único del PCCh; y segundo, por la influencia que tenía Zapata como diputado hacia las
masas campesinas, teniendo vínculos no sólo en su distrito (Talagante o Peñaflor), sino en toda la
periferia de Santiago e incluso con gestiones y fiscalizaciones en provincias (Barrancas, Lontué,
Molina, Palma de Ocoa, etc.).510 Un ejemplo de ello fue la visita que realizó al fundo La Rinconada
donde denunció el desahucio de los inquilinos Eliodoro Fierro, Jermán Núñez, Luis Manzano,
Nicanor Cerpa, Luis Acevedo y Domingo Catalán. Según el inspector departamental del Trabajo,
Eduardo Mansilla, las causas de los despidos fueron por “tener ideas comunistas”, pero se
evidenciaron que no existían contratos al día, ni pagos de las libretas del Seguro Obrero.511 Pese a
estos acercamientos, las apuestas del PCCh no prosperaron, debiendo su dirección aceptar la
relevancia del PS como un partido con una creciente composición obrera y que tendrían de aliados
a los supuestos “trotskistas”, como afirmó Contreras Labarca en 1935.512 En los dos años
siguientes, gran parte de la IC emigró al PS y con ello la conducción de las Ligas de Campesinos
Pobres. ¿Por qué ocurriría esta migración, sobre todo pensando que la Izquierda Comunista tenía
una política más radical que los socialistas?

***

Una posible respuesta estaría en la temprana política agraria que los socialistas propiciaron,
principalmente hacia los colonos o P.P.A.A. Como adelanté en la introducción del capítulo, a
diferencia del PCCh como la IC, que promovieron la colectivización o nacionalización del agro,
el PS difundió la distribución de tierras, pero reconociendo el derecho de propiedad privada. 513
Esta resolución no fue inmediata producto de la heterogeneidad que coexistían dentro del PS.
Desde los militantes provenientes de la ARS, ex anarquistas sobre todo, se proponía la
socialización de las tierras, negándose a la subdivisión de tierras.514 Según Gregorio Guerra, parte

510
BSCD, 34° sesión ordinaria (26 de julio de 1933): 1748-1749; 64° sesión extraordinaria (6 de septiembre de 1933):
3025-3026; 48° sesión extraordinaria (8 de enero de 1934): 2338-2349; 61° sesión extraordinaria (24 de enero de
1934): 2890-2894;
511
ARNAD, DGT, oficio de Emilio Zapata Díaz a Miguel Vivanco (Inspectoría Provincial del Trabajo), Santiago, 25
de abril de 1934; Informe de Eduardo Mansilla a Inspectoría Provincial del Trabajo, Melipilla, 14 de junio de 1934.
512
Ulianova y Riquelme, Ulianova y Riquelme, Chile en los Archivos Soviéticos 1922-1991. Tomo III, 193.
513
Nicolás Acevedo Arriaza, Un fantasma recorre el campo. Comunismo y politización campesina en Chile (1935-
1948) (Valparaíso: Editorial América en Movimiento, 2017), 57-58.
514
Acción Revolucionaria Socialista, ARS (Santiago: s/e, 1932), 11. Sitio: Archivo Adonis Sepúlveda en
www.socialismo-chileno.org

145
de la ARS y fundador de PS, se debía eliminar la competencia entre parceleros, mediante la
formación de cooperativas agrícolas. “La Caja de Colonización no será otra cosa que un gran
elefante blanco o si pensamos con sinceridad, una bastilla defensiva del capitalismo”. 515 Por otro
lado, estaban quienes provenían de la NAP, caracterizado por su conocimiento profesional, que se
declaraban por la “redistribución de las tierras y socialización de los medios de producción”. 516
Uno de sus miembros, Mario Antonioletti, economista y fundador del PS, escribió en 1932 que los
P.P.A.A. necesitaban un apoyo estatal en la comercialización de sus productos, pero tampoco
propuso la formación de colonias o cooperativas.517 Ese mismo año, el agrónomo y militante de la
NAP, Leoncio Chaparro, publicó un estudio sobre la necesidad de realizar una reforma agraria
producto de que el 59% de las tierras cultivables (casi trece millones de hectáreas) estaba en manos
de 599 propietarios.518 La forma de realizarlo sería a través de la colonización nacional, siguiendo
la línea trazada por la CCA, mediante colonias de transición, sin ser contrarias a la propiedad
individual. Ésta fue la opción que finalmente se impuso en el PS, declarando en el “programa
inmediato” de 1933: la “entrega de la tierra al que la trabaja” y “protección a pequeños propietarios
agrícolas”.519 Al año siguiente, un artículo de Consigna reforzaba esta idea: “Los pequeños
propietarios no tendrán nada que temer, por lo tanto, de la Revolución agraria. El futuro Gobierno
Socialista, tenderá, por el contrario, a protegerlos en forma efectiva y a encuadrarlos dentro del
Plan general de la economía socialista”.520 El conflicto estaría con el latifundio. ¿Estaban los
socialistas por la expropiación de las grandes propiedades? En principio sí, al menos así quedó
explicito en el “programa inmediato” y en otros artículos de prensa. Pero en el parlamento, los
diputados socialistas Rolando Merino y Carlos A. Martínez se declararon partidarios de la
expropiación sólo en el caso de las propiedades no cultivables.
El debate se dio en el marco de la discusión del proyecto de Colonización Agrícola del
gobierno de Alessandri, que ingresó en febrero de 1933 y que tuvo un prolongado debate de dos
años. Dicha legislación les permitió a los socialistas afianzar y consolidar su identidad y justificar

515
Gregorio Guerra, “Parcelación y explotación concentrada de la tierra”, Crónica, Santiago (1 de junio de 1932): 3.
516
“La independencia económica contra el imperialismo capitalista”, Crónica, Santiago (21 de marzo de 1932): 3.
Ver: “La NAP y la Revolución Social”, Crónica, Santiago (7 de marzo de 1932): 5.
517
Mario Antonioletti, “La agricultura y el comercio socializado”, Crónica (5 de enero de 1932): 5.
518
Leoncio Chaparro, colonización y reforma agraria. Hacia una distribución más justa de la tierra en Chile
(Santiago: Nascimento, 1932), 10.
519
Partido Socialista de Chile, Programa Inmediato (Santiago: s/e, octubre de 1933), 3. Sitio: Archivo Adonis
Sepúlveda, sitio: www.socialismo-chileno.org
520
“¿Tenderá hacia la propiedad privada o hacia la colectiva la revolución agraria chilena?”, Consigna, N° 7, Santiago
(30 de junio de 1934): 3.

146
su existencia como “nueva casa política”, a la izquierda de los demócratas y radicales y a la derecha
de los comunistas. Esto, porque el Partido Demócrata estaba en el gobierno, teniendo a Luis
Mandujano como ministro de Tierras y Colonización (1934-1936), de igual manera que los
radicales, apoyando ambas colectividades dicha ley. Al contrario, los comunistas se negaron a una
distribución de tierras mediante la Caja de Colonización, llamando a expropiar sin indemnización
las grandes propiedades, entregándolas a los campesinos, pero sin cobrarles un pago por ello”.521
Por tanto, la discusión en torno a la colonización agrícola les permitió a los socialistas diferenciarse
de las otras colectividades, a través del énfasis en ciertas temáticas.
Una de ellas fue la expropiación de terrenos mal producidos o abandonados, lo que, para
el diputado Rolando Merino, no debía afectar a aquellos dueños de cultivos “que saquen de sus
tierras el debido provecho [y] que hagan que sus fundos sirvan a la colectividad”. Estos “pueden
estar seguros de que no les van a ser expropiados”.522 Es decir, la propuesta no pretendía hacer
desaparecer el latifundio, sino modernizar la producción y el uso racional de las propiedades (un
símil a la reforma agraria del gobierno de Eduardo Frei M. en la década del sesenta). Pero, frente
a la presión de parlamentarios conservadores y liberales, el artículo en torno a la “expropiación”
fue modificado, negando su aplicación a predios menores de 300 hectáreas, lo que generó el
rechazo de los socialistas, quienes se desentendieron del proyecto en general. “Lo repetimos: esta
ley antes de nacer ya es anacrónica- diría Carlos A. Martínez- Es una burla a lo que aspiran todos
los organismos que a través de todo el país se han congregado al calor de anhelo de la
colonización”.523
Un segundo conflicto fue por quienes benefició la ley de colonización. Según Marmaduke
Grove, quien luego de estar relegado por el gobierno y ser elegido senador en agosto de 1934,
denunció que dicha legislación no respondía a las necesidades y anhelos del campesinado, ni
tampoco estaba acorde al consumo agrícola nacional.524 “La cantidad consultada en bonos por
emitirse es tan insuficiente, que apenas permitirá colocar anualmente unas cuantas familias
privilegiadas y a los compadres que ya se organizaban para recibir este beneficio”, insistió más

521
Partido Comunista de Chile, Hacia la formación de un verdadero partido de clases (Santiago: Imprenta Gutenberg,
1933), 32.
522
BSCD, 52° sesión extraordinaria (23 de agosto de 1933): 2463.
523
BSCD, 53° sesión extraordinaria (23 de agosto de 1933): 2509. Ley de Colonización Agrícola N° 5604, promulgada
en el 15 de febrero de 1935, www.leychile.cl .
524
“Sobre la Ley de Colonización agrícola, Grove habla el Senado”, Reflector, Illapel (11 de agosto de 1934): 4.

147
adelante.525 Esto porque las colonias agrícolas o aspirantes que postularan a la compra de predios
debían cancelar el 10% de su valor total, con intereses del 5% anual, sumas que para los socialistas
estaban fuera del alcance de los P.P.A.A. Así ocurrió con el caso del fundo Marimama en la zona
del Biobío. Según Consigna, este predio fue vendido por la CCA a un parlamentario de la zona,
pagando anualmente 60.000 pesos.526 Esta desvirtuación sería obra de Arturo Lyon Peña, ex
parlamentario conservador y administrador dueño del fundo Quilpué (San Felipe, Aconcagua), que
era presidente de la CCA en la administración de Alessandri. 527 Paralelamente a este debate, los
socialistas denunciaron los desalojos de cientos de campesinos, como fue el caso del fundo “El
Arrayán” en Catemu. Allí, los obreros cesantes fueron arrojados al camino en pleno invierno:
“perdiendo así seis años de actividades que han empleado en labrar la tierra y durante los cuales
han introducción también mejoras muy visibles en esos terrenos”, diría Carlos A. Martínez.528 Pero
lo más grave vino producto del levantamiento y posterior respuesta del gobierno en Ránquil a
mediados de 1934.529 Según Grove, mientras se debatía la ley de colonización, “se inmolaron a
mujeres y niños como da pleno testimonio el documento gráfico publicado por la prensa
independiente”.530 Grove se refería a las fotografías que fueron sustraídas desde La Moneda por el
“loco Serrano”, hijo ilegítimo de Alessandri, siendo publicadas por Izquierda en febrero de
1935.531 En dicha imagen se ve una mujer y cuatro infantes siendo afirmados por terceros,
aparentemente forenses (Ilustración 22). En el siguiente número, Izquierda anunció la llegada a
Santiago de unos 24 niños y niñas “huérfanos y viudas de los campesinos masacrados en
Lonquimay”, resaltando que algunos alzaban el puño como expresando continuar con la lucha de
sus padres asesinados (Ilustración 23). En las localidades de Santa Bárbara, Mulchén y Guayalí
los colonos continuaron denunciado los abusos que era víctimas, mientras los abogados socialistas,
Juan Picasso y Federico Klein, defendieron a unos veinte y dos campesinos de Lonquimay que
fueron puesto en libertad recién en marzo de 1935.532

525
Marmaduke Grove, “La respuesta de la Izquierda al Presidente”, La Opinión, Ovalle (12 de marzo de 1935): 4.
526
“La Ley de Colonización solo sirve para los latifundistas”, Consigna, N° 43, Santiago (12 de octubre de 1935): 2.
527
“La Ley de colonización es un engaño”, Consigna, N° 43, Santiago (12 de octubre de 1935): 3.
528
BSCD, 4° sesión ordinaria, Santiago (29 de mayo de 1934): 211-212.
529
BSCD, 29° sesión ordinaria, Santiago (18 de julio de 1934): 1677-1683.
530
Marmaduke Grove, “La respuesta de la Izquierda al Presidente”, La Opinión, Ovalle (13 de marzo de 1935), 4.
531
Waiss, Chile Vivo, 51.
532
“En libertad 22 detenidos por los sucesos de Lonquimay”, La Opinión, Santiago (7 de febrero de 1935): 1; “Partido
Socialista y los detenidos de Lonquimay”, Consigna, N° 18, Santiago (6 de abril de 1935): 2.

148
ILUSTRACION 22. MUJER Y NIÑES MUERTOS EN MASACRE DE LONQUIMAY.
FUENTE: IZQUIERDA, SANTIAGO, 20 DE FEBRERO DE 1935, P. 1.

ILUSTRACION 23. NIÑOS Y NIÑAS HUERFANOS Y VIUDAS DE LONQUIMAY LLEGAN A SANTIAGO.


FUENTE: IZQUIERDA, SANTIAGO, 27 DE FEBRERO DE 1935, P. 1.

149
Otra denuncia realizada por los socialistas fue en torno a la ley 5.558 de ayuda a
agricultores, surgida producto de las heladas que afectaron en la zona central en octubre y
noviembre de 1934. Según Consigna, “se destinaron 23 millones de pesos para este fin, de los
cuales 20 millones eran para los grandes agricultores de y viñateros de la Zona Central, y sólo 3
millones para los pequeños agricultores”.533 En realidad la cifra eran 20 millones y según Zapata
se había gastado sólo el 50%, por lo que pidió reabrir el plazo para que los beneficios pudieran
llegar efectivamente a los P.P.A.A., quienes no fueron informados a tiempo. “He recibido serias
protestas de este sector del campesinado, especialmente de las comunas de Renca, Quilicura, Tiltil,
Polpaico, Batuco, Colina, etc., porque estas gentes no han podido acogerse a los beneficios de esta
ley”, diría Zapata desde el parlamento.534 Sobre Renca, Zapata mencionó el caso de Elvira
Figueroa de la Fuente, quien sufrió daños avaluados en cinco mil pesos en sus siembras de
duraznos y papas, pero recibió solo 600 pesos de ayuda.535 Para esto, Zapata pidió modificar el art.
2, posibilitando que ampliara el plazo para acceder a los dineros aprobados, asumiendo la
representación legal producto que el gobierno de Alessandri tenía vetada la posibilidad de formar
sindicatos agrícolas.536 Lo que no mencionó Zapata fue que esto posibilitaría la creación de la Liga
Nacional de Defensa de Campesinos Pobres (LCP), resultado de la unión de los comités de
P.P.A.A. que se formaron al alero de la ley 5.558. Apoyado por los socialistas y los otros partidos
del Block de Izquierda, las LCP se expandieron primero por los alrededores de Santiago, siendo
la primera organización campesina a nivel nacional. ¿Cómo se gestó esta primera experiencia y
cuáles fueron sus reivindicaciones? ¿Por qué finalmente sus dirigentes terminaron militando en el
Partido Socialista? Producto que la historia de la LCP está suficientemente abordada en los
estudios de Loveman y M. A. Illanes537, nos concentraremos en aspectos de cómo su creación fue
posible por las redes asociativas y políticas que tenían los líderes de la Izquierda Comunista en el
pasado. Puntualmente revisaremos la historia de Emilio Zapata en Talagante-Peñaflor, Carlos

533
“La Ley de Colonización solo...
534
BSCD, 52° sesión ordinaria, Santiago (14 de agosto de 1935): 2326.
535
BSCD, 66° sesión ordinaria, Santiago (4 de septiembre de 1935): 2950.
536
“Facilidades para los pequeños campesinos”, Izquierda, N° 64, Santiago (21 de agosto de 1935): 1.
537
Loveman, Struggle in the Countryside, 151-164; Illanes, Movimiento en la tierra, 192-200.

150
Acuña en Renca y Bernardo Yuras, los tres provenientes de la Izquierda Comunista, que años más
tarde se convirtieron en socialistas y los líderes más importantes del campesinado.

***

Emilio Zapata Díaz nació el 11 de mayo de 1896 en Santiago, viviendo con sus padres,
Delfín Zapata Campos y Ana Díaz Garrido, en la calle Guardia Marina Ernesto Riquelme (Barrio
de San Pablo). Según su hija Adriana, su vida política comenzó a fines de 1905, cuando asistió a
la “huelga de la carne” en una concentración en la Alameda de las Delicias. Lo que fue una
manifestación pacífica, convocada por el Comité Central del Impuesto al Ganado, derivó en “una
asonada” que destruyó inmobiliario público, oficinas, tiendas, casas de empeño y viviendas
particulares.538 Aunque tenía nueve años, Zapata debió trabajar como “pintor de brocha gorda”
(oficio de su abuelo paterno), y más adelante en una empresa textil de 1920. Probablemente a
comienzos de esa década ingresó al POS, teniendo una activa participación en las movilizaciones
de arrendatarios de conventillos como secretario general del Comité Obrero de Acción Social
(COAS).539 El historiador Nicky Cerón escribió que Zapata lideró el COAS como delegado del
barrio Yungay, organizando junto con Carlos Alberto Martínez la primera huelga de arrendatarios
en mayo de 1922.540 Paralelamente, era miembro junto a su hermano Valerio Zapata del Centro
Cultural El Despertar, creado en 1920 en la calle Maipú 830 de Estación Central. Junto a hermanos
Pablo y Félix López, y Castor Vilarín, organizaron quincenalmente veladas literarias, jornadas de
baile social, obras de teatro y una biblioteca.541 Pero la función más recordada del Centro El
Despertar fue el apoyo a la Escuela Racionalista de la FOCh en Peñaflor, realizando clases

538
“Biografía de Emilio Zapata Díaz”, por Adriana Zapata en: Pudahuel. En el camino de la Memoria. De Barrancas
a Pudahuel, 450 años de historia (Santiago: Ilustre Municipalidad de Pudahuel, 2007), 114; Sobre Huelga de la carne,
ver: Sergio Grez Toso, “Una mirada al movimiento popular desde dos asonadas callejeras (Santiago, 1888-1905)”,
Cuadernos de Historia, N° 19 (diciembre de 1999): 157-193; Mario Fabregat Peredo, “¿Desorden público contra la
autoridad? Sobre la ‘huelga de la carne’ de 1905 y algunas de las víctimas ingresadas a la Morgue de Santiago”,
Cuadernos de Historia, N° 51 (diciembre de 2019): 231-251.
539
“La huelga de arrendatarios y la labor del Comité Obrero de Acción Social”, La Nación, Santiago (19 de mayo de
1922): 22.
540
Nicky Cerón Blau, “Por una Vivienda Digna de ser ocupada por seres humanos” Movimiento Social Arrendatario:
dinámicas asociativas y de politización popular (1914-1925)” (Informe final para optar al grado de Licenciado en
Historia, Universidad de Chile, Santiago, marzo de 2017), 107-119. Sobre huelga de arrendatarios de conventillos en:
Vicente Espinoza, Para una historia de los pobres de la ciudad (Santiago: Ediciones SUR, 1988), 62-77.
541
“Centro instructivo El Despertar”, La Nación, Santiago (16 de febrero de 1921): 12; “Centro instructivo El
Despertar”, La Nación, Santiago (21 de febrero de 1921): 10; “Centro instructivo El Despertar”, La Nación, Santiago
(28 de febrero de 1921): 11.

151
formales de lunes a viernes, y los domingos con tertulias culturales.542 Años después Zapata
recordó estas instancias y cómo una vez tuvo que huir para no ser apresado por los guardias del
fundo Pelvín en Peñaflor:

“Tuve que salir corriendo. Corrí hasta que llegué a la casa de un amigo, un zapatero,
llamado José Mella. Me escondió en su casa y fue a hablar con el subdelegado de Peñaflor,
un radical que en el fondo era socialista. El subdelegado le informó al Intendente y él a su
vez, al Ministro de Interior. Le dicen que estaba atrapado por agentes de los terratenientes
(aquellos que huasqueaban uno de los campesinos) […] Afortunadamente, el Ministerio
del Interior tomó las medidas necesarias. Ordenó a un oficial de policía desde Santiago a
Peñaflor para que yo pudiera salir de la ciudad”.543

José Enrique Mella, mencionado por Zapata, era efectivamente un zapatero que, en
conjunto a su esposa, María Luz Riquelme, organizaron el Consejo Campesino N° 1 de Peñaflor
a fines de 1921 y una Escuela Racionalista al año siguiente, la cual albergaba a unos cuarenta niños
y niñas del fundo Pelvín y alrededores (Ilustración 24). Aunque no sabemos si el matrimonio
Mella-Riquelme eran militantes del POS, ambos tenían una estrecha relación con la FOCh y los
miembros de El Despertar, quienes lo más lo más probable viajaban los fines de semana desde la
Estación Central hasta la Estación Malloco, a unos treinta y siete kilómetros al sur de Santiago
(Ilustración 25). Uno de esos fines de semana, en noviembre de 1921, Castor Vilarín viajó a
conocer el desalojo de cientos de cesantes que marcharon desde los albergues de Santiago a
Peñaflor. Según el gobierno, los desórdenes se provocaron porque “un fermento ha quedado allí
entre los inquilinos y trabajadores de fundos”, estaban alternado la continuidad de las “faenas
agrícolas”.544 Al contrario, el historiador Manuel Lagos plantea que los hechos se originaron días
antes, cuando albergados y federados locales, entre ellos Mella, fueron atacados por un grupo de
terratenientes armados. Así, cientos de albergados se instalaron en la plaza pública por casi una
semana como modo de protesta.545 Apoyado por carabineros de diversas localidades, el ministro
de Interior Ismael Tocornal, ordenó el desalojo el domingo 20, provocando una masiva

542
Leonora Reyes Jedlicki, La escuela en nuestras manos. Las experiencias educativas de la Asociación General de
Profesores y la Federación Obrera de Chile (1921-1932) (Santiago: Quimantú, 2014), 216-219.
543
Loveman, Struggle in the Countryside, 152. Traducción propia.
544
“El grave problema de los albergues”, La Nación, Santiago (23 de noviembre de 1921): 11.
545
Lagos Mieres, El despertar; “Ochocientos obreros de los albergues se encuentran acampados en Peñaflor”, La
Nación, Santiago (21 de noviembre de 1921): 9; Boletín de Sesiones de Cámara de Diputados, 17° sesión
extraordinaria, Santiago (24 de noviembre de 1921): 528-529.

152
movilización de albergados de Santiago, con decenas de heridos y la muerte del obrero Luis
Reveco en la calle Santa Rosa con Placer.546 Según La Nación, este inquilino se desempeñaba en
el fundo Lo Herrera (San Bernardo), información negada por sus administradores, los cuales
acusaron a “agitadores” de Santiago de querer realizar una huelga campesina como en julio de
1921.547

ILUSTRACION 24. EMILIO ZAPATA, INDICADO CON FLECHA, EN ESCUELA RACIONALISTA, PEÑAFLOR, 1922.
FUENTE: REVISTA SUCESOS, 3 DE ENERO DE 1924. GENTILEZA DE MANUEL LAGOS MIRES.

Entre 1922 y 1925 el Sindicato Único de Campesinos, liderado por Mella, realizó docenas de
conferencias sindicales, encuentros con campesinos de Malloco y Talagante y la gestión de la
mencionada Escuela Racionalista, dirigida por Luz Riquelme. A esa altura Zapata, Vilarín y Pablo

546
“El grave problema de los albergues” La Nación, Santiago (24 de noviembre de 1921): 9; “El problema de la
desocupación obrera”, La Nación, Santiago (25 de noviembre de 1921): 16; “El problema de la desocupación obrera”,
La Nación, Santiago (26 de noviembre de 1921): 8.
547
“El problema de la desocupación obrera”, La Nación, Santiago (27 de noviembre de 1921): 13; Sobre
movilizaciones campesinas y POS en 1921, ver: Navarro López, “El despertar de los; Jorge Navarro López y Nicolás
Acevedo Arriaza, “El despertar de los campesinos. Un testimonio de politización de los trabajadores rurales chilenos
de la década de 1920”, Cuadernos de Historia, N° 51(diciembre 2019): 209-229.

153
López pasaron a ser militantes comunistas y el Centro El Despertar se hizo cargo de la designación
de profesores y recaudación de recursos en 1924. Al año siguiente, como forma de homenaje, la
escuela pasó a llamarse Luis Emilio Recabarren, a quien Zapata conoció personalmente. Así lo
recuerda en una entrevista de 1971 desde su casa en La Pintana:

“Recabarren era un hombre modesto, ya pintaba canas… era muy convincente para las
conferencias, y cuando el pobre le entendía, lo que decía, no hablaba de dogmatismo, sino
que a la raíz: ‘nosotros debemos agitar al pueblo para que despierte del sueño letargo en
que vive, y se redima de la explotación y de la miseria”.548

ILUSTRACION 25. MAPA DE RECORRIDO DE TREN DESDE SANTIAGO A MELIPILLA EN 1930.


REALIZADO POR HUNGRÍA SALGADO.

La dictadura de Ibáñez detuvo este proceso y tanto Mella como Zapata fueron relegados y la
Escuela Racionalista cerró definitivamente. Según un informe de la Policía de Investigaciones,

548
Documental “Los puños frente al cañón”, Orlando Lübbert y Gastón Ancelovic (dirección), RDA, 1975. Gentileza
de Matías Villa Juica. Sitio: http://cinetecavirtual.uchile.cl/

154
Zapata fue enviado a la isla de Más Afuera en 1927, retornando nuevamente al año siguiente por
su participación en un movimiento huelguístico.549 Sus hijas, Natasha y Adriana, recuerdan que
dichas estancias le provocaron una enfermedad broncopulmonar que le afectó de por vida.

“Mi papá no nos conversaba de eso, yo escuché que estuvo allá, que pintaba unos cuadros.
¿De dónde sacarían pinturas? No sé. Pintaba de la naturaleza, pero había también una cosa
en vidrio, pintado por detrás, pero con una alusión a la política: unas cadenas, una hoz, algo
tenía que ver”.550

Efectivamente, en julio de 1928, el gobierno de Ibáñez decidió el retorno al continente de más


de 25 reos políticos, entre ellos Zapata, por “encontrarse enfermo”.551 No tuvo la misma suerte su
amigo Castor Vilarín, quien subió a una embarcación con otros prisioneros, perdiéndose en el
océano Pacífico.552 El cuidado de su hijo, Alexis Vilarín, quedó a cargo de su madre, pero con la
ayuda de Pablo López, cuyas hijas compartieron desde pequeñas con los Vilarín-Padilla.553
Al término de la dictadura, Zapata continuó participando en actividades declaradas como
“subversivas” según los informes policiales. Uno de ellos lo vinculó a una manifestación en la
plaza “El tropezón” (Quinta Normal) en marzo de 1932, donde realizó proclamas junto a Roberto
Pinto y Luis López, hermano de Pablo, quién fue asesinado en noviembre ese año. 554 Posterior a
la República Socialista, continuó en la Alianza Revolucionaria Socialista y más tarde en la
campaña presidencia de Grove, reforzando sus lazos con los socialistas. De esta manera se explica
el apoyo del PSU para su candidatura como diputado por Talagante y Peñaflor. También pudo
ayudar que Zapata tenía una antigua trayectoria en estas comunas, mientras que el PSU estaba
recién formando seccionales en Peñaflor, Talagante y Malloco, con propuestas como el “modelo

549
ARNAD, MIN, vol. 9247, Oficio N° 96, Confidencial, Oficio de Waldo Palma sobre actividades de Emilio Zapata,
Santiago, 16 de marzo de 1936.
550
Entrevista a Adriana Zapata.
551
ARNAD, MIN, vol, 7923. Oficio N° 6, A. Alviña, Capitán de Corbeta y Comandante, “Parte del viaje a las islas
de Pascua y Juan Fernández”, Valparaíso, 30 de julio de 1928.
552
Lafertte, Vida de un comunista, 202; versión de Izquierda Comunista en: “¿Qué hizo Villarín y sus cinco
compañeros?”, La Chispa, N° 1 (20 de agosto de 1931): 4-5.
553
Conversación de Elena López con Matías Villa, Santiago, 23 de marzo de 2021.
554
ARNAD, MIN, vol. 8146, Oficio N° 374, Confidencial, De Manuel Concha Pedregal a Ministerio de Interior,
Santiago, 11 de marzo de 1932. Zapata habló en funeral de López que fue asesinado supuestamente por un militante
comunista en Antofagasta. Así lo denunció Humberto Mendoza [Jorge Levín] frente a los cuatro mil asistentes, ver:
ARNAD, MIN, vol. 8150, Informe de Carlos Alba, prefecto de Investigaciones, Santiago, 22 de noviembre de 1932.

155
de escuela granja socializada”, pero que, en definitiva, no tenían una visión más integral hacia el
mundo rural.555
La Izquierda Comunista, al contario, colocó la cuestión agraria en el centro de su política,
denunciando los atropellos sufridos por inquilinos y sus familias; y la creciente organización por
una reglamentación interna en los predios. La visita de Zapata a los fundos Palmas de Ocoa,
Rabuco y la viña Pachacama generó tal escándalo que la Sociedad Nacional de Agricultura solicitó
al gobierno que se anulara la formación de sindicatos rurales, a lo que el Alessandri aceptó
planteando: “no es recomendable que se federen bajo unas mismas reglas y dirección con los
obreros de las ciudades”.556 Zapata volvió a la carga y denunció la hostilidad al sindicato
campesino en la Viña Casa Blanca, cuyo propietario era el diputado Alejandro Dussaillant.557 Este
negaba el cometido, acusando a su presidente (Domingo Muñoz Pizarro), de “mala conducta y
malos antecedentes”. “El comunismo era contrario a la civilización”, a lo que Zapata le respondió:
“los viñeteros son envenenadores del pueblo y están en contra la civilización”. 558 Por varias
sesiones se enfrentaron ambos parlamentarios, llegando a pedir el desafuero de Zapata por insultar
supuestamente a Alessandri en una concentración del Teatro en Molina.559 La IC defendió a Zapata
y pidió el apoyo de los trabajadores, porque “no se trata de revolucionario o no revolucionario, SE
TRATA DE LA DEFENSA DEL PROLETARIADO”.560 Finalmente una comisión ratificó su
inocencia y la Corte Suprema negó su desafuero.561 Zapata no se detuvo y apoyó las huelgas en
los fundos Santa Elvira y Lo Prado de Barrancas. Según Humberto Valenzuela, militante de la IC
en ese entonces, Zapata se dirigió a dicha comuna, siendo golpeado y detenido por Carabineros.
Valenzuela, además, resaltó lo que hemos llamado la “masculinización de la política”, al dejar en
claro que la policía “no se las llevó muy peladas, pues el compañero Zapata se defendió a lo que

555
“El Congreso Regional Socialista en Peñaflor”, Crónica, Santiago (23 de agosto de 1932): 3; ARNAD, MIN, vol.
8149, Informe de Carlos Alba, prefecto de Investigaciones, Santiago, 21 de septiembre de 1932.
556
Almiro Affonso, et. all. Movimiento Campesino chileno Tomo II (Santiago: ICIRA, 1970), 22.
557
Alejandro Dussaillant era el contrario a Zapata: nació en Lontué de un matrimonio de descendencia europea, siendo
dueño de la Viña Casablanca de la misma localidad. Fue diputado en tres períodos, tanto por el partido Liberal, como
por el partido Agrario (1930-1941). Sitio: www.bcn.cl
558
BSCD, 7° sesión ordinaria, Santiago (6 de junio de 1933): 340.
559
BSCD, 34° sesión ordinaria, Santiago (26 de julio de 1933): 1748.
560
International Institute of Social History, Fondo Marcelo Segall Rosenmann, “Panfleto Izquierda Comunista en
defensa de Emilio Zapata”, 1933. Gentileza de José Antonio Palma.
561
“Informe favorable al diputado Zapata dará la Comisión que fue a Molina”, La Opinión, Santiago (10 de agosto de
1933): 1; BSCD, 64° sesión extraordinaria, Santiago (6 de septiembre de 1933): 3025-3026.

156
es combo y patadas, es decir, dio lo suyo”.562 Finalmente, el diputado fue liberado y sus colegas
socialistas presentaron una queja al ministro de Interior.563
Meses más tarde, producto de los acontecimientos de Ránquil, la IC focalizó su trabajo
hacia los colonos y P.P.A.A., acusando que estos hechos reflejaban la antigua política de desalojo
a los antiguos ocupantes en nombre de la “legalidad”. Con un tono vanguardista y casi paternalista
se comprometía a que “el comunismo no tratará por ningún motivo de tocar la pequeña propiedad.
Todo lo contrario. El proletariado en el poder dará a los campesinos las facilidades y posibilidades
para explotar sus tierras y, al mismo tiempo, liberarse de la esclavitud actual”. 564 Humberto
Mendoza, quien era agrónomo y secretario general de la IC, planteó que, frente a la crisis
económica y dictadura constitucional de Alessandri, su partido debía respetar la pequeña propiedad
y repartir a los colonos porque “el campesinado entra a la revolución a través de la ENTREGA DE
TIERRA PARA QUIEN LA TRABAJA”.565 Así la distribución de tierras debía ser mediante la
expropiación del latifundio sin indemnización, porque la ley de colonización significaba “comprar
con dineros fiscales y a buen precios unos cuantos fundos del centro y sur del país, cuyas hipotecas
no pueden ya servir a sus holgazanes propietarios”.566
A comienzos de 1935 el escenario político se volcó hacia la huelga de los ferroviarios que
pedían la devolución de un descuento que impusieron entre 1931 y 1933. Según Zapata, dicha
acción era la única “arma de la cual echa mano la clase obrera para defender de las ambiciones
bastardas e inhumanas de los capitalistas”.567 La respuesta del gobierno fue nuevamente la censura,
la destrucción de la prensa de oposición y la detención de dirigentes políticos y sindicales. La
empresa de Ferrocarriles de Chile pasó a ser dirigida por las Fuerzas Armadas y se instauraron
restricciones a las libertades públicas, lo que aceleró el proceso de unificación de la izquierda,
primero en la conformación del Block y más tarde en el Frente Popular.568 Este ambiente, además
de las heladas de fines de 1934 y la falta de ayuda a los P.P.A.A., propició que los partidos del

562
Humberto Valenzuela, Historia del Movimiento Obrero Chileno (Santiago: Quimantú, 2008), 100.
563
Visitas de Zapata a fundos mencionados en: Loveman, Struggle in the Countryside, 149-150; BSCD, 48° sesión
extraordinaria, Santiago (8 de enero de 1934): 2338-2349; 61° sesión extraordinaria, Santiago (24 de enero de 1934):
2890-2894; BSCD, 1° sesión ordinaria, Santiago (22 de mayo de 1934): 22.
564
“La tierra para el que la trabaja”, Izquierda, N° 5, Santiago (11 de julio de 1934): 4.
565
Jorge Levín, “La Izquierda Comunista ante el problema de la Tierra”, Izquierda, N° 22, Santiago (7 de noviembre
de 1934): 7. Mayúsculas en el original.
566
“La ley de colonización en Jaque”, Izquierda, N° 14, Santiago (12 de septiembre de 1934): 1.
567
BSCD, 51° sesión extraordinaria (16 enero de 1935): 2281.
568
Mario Garcés Durán, El movimiento obrero y el Frente Popular (1936-1939). (Santiago: LOM ediciones, 2018).

157
Block de Izquierda se volcaran a organizar a los campesinos, que, a diferencia de otros intentos
anteriores, logró consolidar a la Liga de Campesinos Pobres a nivel nacional ¿Cómo ocurrió esto?
La Liga de Campesinos Pobres (LCP) fue el resultado de la movilización que se venía
gestando en torno al problema de la tierra y el abastecimiento alimentario. La coyuntura de la
nueva ley de colonización, la respuesta represiva del gobierno frente a los colonos y los problemas
climáticos generaron que la iniciativa de la IC tomara fuerza, pero considerando que existieron
otras experiencias que la antecedieron. Una de ellas fue la Liga de la Tierra, formada en diversas
comunas de Santiago, como Quinta Normal, Renca, Colina, Peñaflor, Maipú y Quilicura. Apoyada
por militantes del PRS, logró realizar una Convención en Quillota en octubre de 1935, pero donde
asistieron P.P.A.A y miembros de la Asociación Nacional de la Habitación Popular, mezclando
los temas agrarios con los habitacionales.569 Aunque continuaron funcionando, al menos hasta
1936, la Liga de la Tierra no alcanzó la relevancia que la LCP. Por parte de los socialistas, que no
poseían un importante trabajo campesino en esa época, realizaron dos convenciones agrarias en
Traiguén, con delegados de Angol, Negrete, Mulchén, Los Ángeles, Nacimiento y Temuco. Sus
conclusiones apuntaron a un plan de colonización con títulos definitivos y “sin desembolso” de
dinero previo, además de exigir la suspensión de los “desalojos” que pudiesen “provocar nuevas
masacres como la de Ránquil”.570 De modo que, cuando se impulsó la LCP, los socialistas
participaron en su fundación, asistiendo a su inauguración el 19 de octubre de 1935 en la comuna
de Talagante. Ante unas doscientos personas, hablaron los diputados Carlos A. Martínez y Zapata,
siendo recibido por Héctor Olave, líder socialista y dirigente de la Colonia Agrícola Proletaria,
organización que hasta enero de 1935 seguía funcionando.571 Finalmente, encontramos a la Unión
Nacional de Pequeños Agricultores (UNPA), formada en marzo de 1933 y apoyada por el senador
Guillermo Azócar y el Partido Democrático. Con fuerte presencia de chacareros de las comunas
de Quinta Normal y Renca, su objetivo fue influir en el contexto del proyecto de colonización y
en bajar los precios de los productos mediante la venta directa a los consumidores, similar
propuesta planteada por la LCP años después.572 En el caso de Renca, cuyo comité funcionaba en

569
“Ha quedado constituida Liga de la Tierra”, La Opinión, Santiago (7 de mayo de 1935): 2; “La Convención de la
Tierra”, La Opinión, Santiago (10 de octubre de 1935): 2.
570
“Congreso Agrario del PS realizado en Traiguén”, Consigna, N° 33, Santiago (27 de julio de 1935): 4.
571
“Los pequeños agricultores inician su defensa”, Consigna, N° 45, Santiago (26 de octubre de 1935): 2; “Gran
concentración de la colonia agrícola proletaria de Talagante”, La Opinión, Santiago (25 de enero de 1935): 4.
572
“La Unión Nacional de Pequeños Agricultores”, La Opinión, Santiago (21 de marzo de 1933): 2; “Por el
abaratamiento de los productos de la tierra trabajan la Unión Nacional de Pequeños Agricultores”, La Opinión,
Santiago (2 de mayo de 1933): 4.

158
la población Bulnes (calle Aldunate 146), su tesorero fue Miguel Castillo, regidor por el Partido
Democrático en 1935. Tanto Talagante, Renca y Quinta Normal fueron espacios donde se
constituyeron las primeras Ligas de Campesinos Pobres, siendo Carlos Acuña Acuña, dirigente de
la IC, su futuro secretario general. Su trayectoria nos permite comprender parte de su desarrollo y
exitosa recepción.

***

Hasta 1930, Renca aún tenía un 30% de población rural, siendo sus terrenos generosamente
húmedos producto de su cercanía al río Mapocho.573 Las hortalizas, el maíz y las viñas creían
fácilmente, en los fundos Mirador, Santa Teresa, Lo Vázquez, Pangue y Peralillo, los que
compartían con las incipientes poblaciones obreras Buzeta y Bulnes. Según Armando de Ramón,
la acelerada expansión de Santiago, la cual duplicó su población entre 1872 y 1915, fue producto
de las malas condiciones de las faenas agrícolas, lo que generó una masiva migración hacia la
capital, en búsqueda de nuevas expectativas laborales.574 Así sucedió en Villa Renca, comuna
autónoma desde fines del siglo XIX, que se vio presionada por las expectativas que generó la Ley
de Habitaciones Obreras de 1906, pero cuyo municipio no tuvo el presupuesto de cumplir con los
servicios básicos para un área considerada como urbana.575. Hasta allí llegó la familia conformada
por Carlos Acuña y Teresa Moya. El joven matrimonio debió instalarse a fines de la década de
1920 en un terreno que concursaba para convertirse en el Estadio Nacional. Así lo recuerda Eliana
Acuña Moya, la segunda hija del matrimonio, quien nació en 1928. “Era una comuna muy pobre,
pero extremadamente pobre. Donde las niñas, como nosotros, a los doce años, catorce años
teníamos que estar trabajando, porque era la necesidad que había, extrema, como en todos los

573
Dirección General de Estadísticas, Resultado del X Censo de la población efectuado el 27 de noviembre de 1930
(Santiago: Imprenta Universo, 1931).
574
Armando de Ramón, Santiago de Chile. Historia de una sociedad urbana (Santiago: Catalonia, 2007), 184-186;
Armando de Ramón, “Estudio de una periferia urbana. Santiago de Chile 1850-1900”, Historia, N° 20 (1985): 240;
Juvenal Valenzuela, Álbum Zona Central de Chile. Información agrícola (Santiago: Imprenta Universo, 1923), 60;
Ilonka Csillag Pimstein, Álbum Fotográfico Renca (Santiago: Andros, 2018).
575
Edward Murphy, For a proper home. Housing Rigths in the margins or urban Chile, 1960-2010 (Pittsburgh:
University of Pittsburgh Press, 2015), 55. Mas información en Simón Castillo Fernández y Waldo Vila Muga, “El
problema de la vivienda y la urbanización de la periferia del norte de Santiago durante la administración de Carlos
Ibáñez del Campo (Renca, 1927-1931), Revista Historia, N° 54, vol. 1 (enero-junio 2021): 69-106.

159
hogares”.576 Aunque asistía a la escuela, Eliana reconoce que le era difícil estudiar por las
condiciones económicas desfavorables. Su padre, era el administrador del terreno, pero no recibía
salario, sino que tenía derecho a ocupar una pequeña vivienda y cultivar todo tipo de frutas y
hortalizas para el consumo familiar y la venta. Al igual que la familia Rivera- Pérez en Salamanca
[ver capítulo Tres], mientras Carlos Acuña participaba en política y trabajaba en la construcción,
Teresa Moya y sus hijas se hacían cargo de la huerta para subsistir.

“La plata no corría para nada. Mi padre se iba y nosotros quedábamos ahí, ‘a la que Dios
es grande’ (…) Discutían con mi madre siempre por la cuestión económica. Porque mi
madre, como es lógico, como mujer y madre, veían las necesidades y discutía con él. Y él
todas las veces le aseguraba que le iban a llevar su dinero y que iba a estar bien. Mi pobre
mamita, seguramente se creía o lo haría por nosotros, no sé. Usted sabe que las mujeres a
veces soportan muchas cosas, que van por sus propios intereses, pero las soportan por
muchos otros motivos más sólidos, que en este caso son sus hijos”.577

Su madre, Teresa Moya, provenía de una familia de agricultores y artesanos de Talca. Su


padre fabricaba carros de paseos llamados “breques”, teniendo una buena situación económica.
Producto de la crisis económica, Teresa migró a Santiago donde trabajó con su abuela en una
cocinería de la Vega Central. Lectora incansable y amante de la teosofía, Eliana recuerda a su
madre como excesivamente trabajadora, pero a la vez “una enciclopedia en dos pies”. Siendo
infantes, además de ayudar a la siembra y cosecha de la huerta, Elena y sus hermanos se quedaban
hasta la madrugada lavando las verduras en una pequeña acequia, así estaban frescas cuando
llegaban los intermediarios que vendían los productos en el Mercado Central. “Y así subsistíamos.
Y mi padre, como le digo, feliz él, organizando sindicatos y haciendo manifestaciones”.578
Además, la familia debía hacerse cargo de los frecuentes prófugos que hospedaban algún tiempo
en su casa. Según el relato de Eliana debió haber sido en el segundo gobierno de Alessandri, donde,
producto de las movilizaciones ferroviarias, se relegó y encarceló a decenas de obreros y
militantes. “Entonces, como la casa era muy grande y había de todo… no había que comprar nada,
todo se producía”.579 Lo que agrega Alexandra Acuña, hija de Eliana y nieta de Carlos: “Entonces,

576
Entrevista a Eliana Acuña Moya, Santiago, 19 de diciembre de 2020. Agradezco a doña Eliana y su hija, Alexandra
Acuña, quienes me recibieron, pese a la pandemia, en su casa en La Florida.
577
Entrevista a Eliana Acuña.
578
Entrevista a Eliana Acuña.
579
Entrevista a Eliana Acuña.

160
mi abuela aparte de mantener a los hijos, mantenía a los compañeros que hacían eso”.580 Pero no
todo era sacrificio. Paralelo al trabajo agrario, la familia Acuña- Moya participaba de la
organización de talleres, veladas y bailes, compartiendo con otras familias de izquierda. Eliana
recuerda con cariño a Zapata, a los hermanos López y Manuel Hidalgo, quien venía con esposa
María y sus hijas Fresia y Guacolda.

“Hicimos mucho deporte, lo dirigía mi madre, nosotros todos éramos componente de un


club deportivo, un club que jugaba basquetbol, que jugaba futbol, hacíamos la vida lo mejor
posible para distraernos. Y artísticamente también actuábamos, porque teníamos
organizado un conjunto obrero que se llamaba “Luis López Cáceres”, donde se componía
de jóvenes y niñas, toda gente joven que presentábamos todas las obras del teatro chileno
de ese entonces, las pusimos en escena nosotros, y bueno, era la manera de hacer arte y
cultura en la comuna de Renca donde nosotros vivíamos”.581

Fue precisamente en aquel centro cultural, ubicado en la población Bulnes (calle Aldunate
99), donde se realizaron las primeras reuniones de Liga de Campesinos Pobres de Renca, en
octubre de 1935. Carlos Acuña, vecino del sector, debió participar de aquellas sesiones, donde se
denunció el fraude de algunos almaceneros que recibieron la ayuda que provenía para los P.P.A.A
afectados por las heladas de 1934.582 Aunque no se logró que Renca tuviera la misma relevancia
que las secciones de Colina, Quinta Normal o Talagante, Acuña se convirtió en el secretario
general de la Liga entre 1935 y 1942. ¿Quién era Carlos Acuña Acuña?
Nacido en Valparaíso a comienzos del siglo XX, vivió junto a su madre, Florinda Acuña,
en el cerro Polanco. Trabajadora de casa particular y de origen mapuche, doña Florinda fue
contratada por un capitán español, el cual, según Alexandra Acuña, abusó de ella. “Entonces, el
capitán abusó de mi bisabuela y tuvo a mi abuelo, a Carlos Acuña”.583 Según lo que le comentó el
propio Carlos Acuña, el mentado marino no lo reconoció como hijo, quedando como “Acuña
Acuña”. Sin saber a ciencia cierta, Alexandra sospecha que la señora Florinda prefirió repetirle a
su hijo su primer apellido, descartando el apellido mapuche. ¿Sería menos discriminado al ser hijo

580
Entrevista a Alexandra Acuña Moya, Santiago, 7 de abril de 2020. Vía telefónica producto del Covid-19.
581
Entrevista a Eliana Acuña.
582
“La Liga de Defensa de los campesinos pobres constituye hoy la primera fuerza organizada de campesinos”,
Izquierda, N° 72, Santiago (23 de octubre de 1935): 1.
583
Entrevista a Alexandra Acuña Moya, Santiago, 7 de abril de 2020. Vía telefónica producto del Covid-19.

161
ilegitimo que mapuche?584 Esta práctica no era extraña, sino bastante recurrente en el siglo XX,
donde los migrantes mapuche se avergonzaban o los discriminaban por su idioma y costumbres.585
Finalmente, siendo despedida de su trabajo, Florinda, junto con sus dos hijos, debió trabajar
vendiendo golosinas a la bajada del plan. “Vendía dulces, en la calle. Dulces que eran más malos
que el pan con hambre”, recuerda su nieta, Eliana Acuña.586 Después de una infancia de trabajo y
pobreza, Carlos Acuña migró a Santiago donde ingresó como obrero estucador. Es probable que
en ese período haya conocido a su gran amigo, el carpintero Pablo López Cáceres, ingresando al
PCCh. Producto del quiebre con la dirección oficialista, Acuña participó en el PC liderado por
Manuel Hidalgo y apoyó la candidatura de Grove como presidente en 1932, pero advirtiendo,
según un informe de la policía, de que “si esta vez Grove no proporciona al pueblo los medios de
defensa suficientes, no servirá de nada”.587 A la vez fue candidato a diputado junto a López en las
elecciones de 1932, colocando en el programa la “expropiación de los latifundios sin
indemnización. La tierra para quien la trabaja” (Ilustración 26).588 Esa vez no saldría electo.
Al formarse la Izquierda Comunista, Acuña continuó participando en el Comité Único de
la Construcción (CUC), formado en plena República Socialista por obreros cesantes. En los años
siguientes, la Caja de Seguro Obrero colocó al CUC a cargo de la edificación de Policlínico N° 1
de Santiago (ubicado en Copiapó 1323). Las obras partieron en el invierno de 1933, siendo el
secretario general Carlos Videla, obrero y futuro socialista, participando varios militantes de la IC
como pintores y estucadores (Humberto Valenzuela, Magallanes Díaz Triviño, entre otros).589
Santiago Labarca, administrador del Seguro Obrero entre 1933 y 1937, defendió al CUC frente a
diversos conflictos labores y despidos, lo que permitió que los obreros controlaran la
producción.590 Según Eliana Acuña, Labarca era amigo de la familia, visitándolos frecuentemente
a Renca, al igual que Hidalgo, Zapata y los hermanos López Cáceres. “Todos llegaban en góndolas,

584
Conversación con Eliana Acuña, Santiago, 1 de septiembre de 2021.
585
Héctor Javier Nahuelpan Moreno y Jaime Anedo Antimil Caniupan, “Colonialismo republicano, violencia y
subordinación racial mapuche en el Chile durante el siglo XX”, Historelo. Revista de Historia Regional y Local, Vol.
11, N° 21 (enero-junio de 2019): 211-248.
586
Entrevista a Eliana Acuña.
587
ARNAD, MIN, vol. 8150, “Memorándum de sociedades”, Policía de Investigaciones, prefectura de Santiago,
octubre de 1932.
588
AN, Fondo Varios, vol. 1326. Perteneciente a la colección de documentos de Manuel Hidalgo.
589
Valenzuela, Historia del Movimiento, 98-99; “Por encima del hambre de los trabajadores la Caja de S.O. regalará
millones de pesos a las firmas constructoras”, Construcción, N° 18, Santiago (19 de agosto de 1934): 2-3; “Los obreros
del Policlínico N°1 deben conquistar su pliego”, Izquierda, N° 25, Santiago (28 de noviembre de 1934): 4.
590
“El Comité de la Construcción y el conflicto del Policlínico”, Izquierda, N° 26, Santiago (4 de diciembre de 1934):
4.

162
no había micros, eran puras góndolas de esas que quedaban en pana y la gente tenía que bajarse a
empujarlas pa’ que siguiera andando”.591 Los mencionados, salvo Labarca, eran militantes de la
IC, los que cuales ingresaron al PS a comienzos de 1937, tras un acuerdo asumido en el III
Congreso de su partido. Sólo un pequeño grupo estuvo en desacuerdo y formó el Partido Obrero
Revolucionario (POR).592

ILUSTRACION 26. AFICHE DE CANDIDATURA DE COMUNISTAS PABLO LÓPEZ Y CARLOS ACUÑA, OCTUBRE DE 1932.
FUENTE: ARCHIVO NACIONAL, FONDO VARIOS, VOL. 1326.

La presencia de los supuestos “trotskistas” en el PS, y en la coalición del Frente Popular,


no causó simpatía entre los delegados latinoamericanos de la Komintern, que trataron de débiles a
los comunistas chilenos por no aislarlos. La explicación para la Internacional Comunista era que
todavía existía una tendencia derechista en el PCCh (recabarrenismo), pero en realidad esto puede
explicarse porque las discrepancias entre ambas fracciones comunistas no eran tan abismales,
sobre todo bajo el contexto de las movilizaciones ferroviarias de 1935 y 1936.593 En el caso de la
Liga de Campesinos Pobres, el diputado comunista, Andrés Escobar, participó en la inauguración

591
Entrevista a Eliana Acuña.
592
Valenzuela, Historia del Movimiento, 101-104; Waiss, Chile Vivo, 64; “Congreso de la Izquierda Comunista”,
Consigna, N° 79, Santiago (4 de julio de 1936): 4.
593
Ulianova y Riquelme, Chile en los archivos… Tomo 3, 365-367.

163
de su primer congreso en mayo de 1936, junto a Zapata y Grove en Talagante. Con la presencia
de delegados de las comunas de Maipú, Quilicura, Lampa, Colina, Quinta Normal, Barrancas e
Isla de Maipo, las conclusiones fueron: permitir la sindicalización campesina; mejorar la
infraestructura vial, educacional y sanitaria de las áreas rurales; facilitar los créditos a P.P.A.A. y
colonizar “los fundos cercanos a los grandes centros de población”.594 En ningún momento se
mencionó la expropiación de los grandes latifundios, ni la formación de colonias colectivas, lo que
nos indica que las propuestas de la IC quedaron supeditadas a las socialistas y los sectores más
moderados del Frente Popular.595 Ratificado como secretario general, Carlos Acuña tuvo menos
protagonismo que Zapata, quien se convirtió en el “líder campesino” y nuevamente diputado por
el distrito 2, recibiendo el apoyo de los socialistas de Malloco, Isla de Maipo y Talagante. En esta
última comuna, Héctor Olave participó activamente en la Liga, saliendo elegido regidor en 1938.
Ese mismo año, José Muñoz Reinoso, líder de la LCP de Quilicura, salió elegido regidor por esa
comuna.596 Otro sector que destacó la LCP fue Conchalí, cuyo secretario del seccional socialista,
Carlos Cortés, fue alcalde entre 1938 y 1943. En una fotografía, perteneciente a Baltazar Robles,
un dirigente de la LCP de Conchalí discursea mientras, sentados detrás de una mesa, ponen
atención Carlos Acuña y Bernardo Yuras (Ilustración 27). ¿Quién fue Bernardo Yuras?
A diferencia de Zapata y Acuña, Yuras fue el único que tenía estudios universitarios al
momento de crear las LCP. De descendencia yugoslava, estudió derecho en la Universidad de
Chile, donde conoció a su amigo Oscar Waiss. Juntos apoyaron a la República Socialista como
parte de la disidencia del PCCh, ingresando más adelante a la IC, donde formó parte del Comité
Ejecutivo de la Liga de Campesinos Pobres. Al ingresar al PS fue dirigente de la Federación
Nacional Campesina en 1939, colocándole énfasis que la sindicalización campesina era un derecho
más que una forma de “penetración” de la izquierda para quitarle el poder electoral a la clase
terrateniente. Así se lo escribió al PS en 1938, carta que Brian Loveman conoció cuando entrevistó
a Yuras en noviembre de 1971.597 Según Loveman, Yuras fue quien más le ayudó a entender el
proceso de politización campesina en el Frente Popular, mientras vivía en una población de la

594
“Despertar de las masas campesinas”, Izquierda, N° 80, Santiago (30 de mayo de 1936): 4; “Congreso de
Campesinos Pobres”, Consigna, N° 73, Santiago (23 de mayo 1936): 2.
595
“Conclusiones del Congreso Campesino”, Consigna, N° 74, Santiago (30 de mayo 1936): 1.
596
“Se organiza la Liga de Defensa de los Campesinos Pobres”, Izquierda, N° 70, Santiago (11 de octubre de 1935):
1; Loveman, Struggle, 205.
597
Loveman, Struggle, 203-204.

164
comuna de San Miguel.598 Según Eugenio Muñoz, quien lo conoció desde los años sesenta, Yuras
fue funcionario de la Beneficencia de Salud, viviendo en una población de empleados públicos
construida en el gobierno de González Videla.599 Alejado del PS, después de formar parte del PS
de Trabajadores junto a Zapata y Acuña, se convirtió en dirigente de la Junta Nacional de
Empleados, siendo parte de la Central Única de Trabajadores en 1953. A diferencia de sus
camaradas de la Liga, retornó al partido en los años cincuenta, apoyando al gobierno de la Unidad
Popular hasta la llegada del golpe, donde ocultó a Carlos Altamirano, secretario general del PS, en
su casa de San Miguel. En la actualidad su nieto, Patricio Muñoz Yuras donó todos documentos
de su abuelo a la Fundación Salvador Allende.600

ILUSTRACION 27. REUNIÓN DE LIGA DE CAMPESINOS POBRES. SENTADOS DE IZQ. A DER.: CARLOS ACUÑA Y BERNARDO YURAS.
FUENTE: ARCHIVO BALTAZAR ROBLES. GENTILEZA DE BRIAN LOVEMAN.

598
Comunicación con Brian Loveman vía correo electrónico, 18 de abril de 2013.
599
Conversación telefónica con Eugenio Muñoz, Santiago, 26 de agosto de 2021. Ex militante socialista, su hermano
está casado con Sonia Yuras, hija de Bernardo Yuras.
600
Conversación con Eugenio Muñoz.

165
Un dato interesante de la historia de los tres dirigentes de la LCP es que todos, salvo Acuña,
no tuvieron una experiencia previa en la actividad agrícola. En el caso de Zapata, este aprendió a
andar a caballo ya de grande, mientras que Yuras fue representante de la Liga de Nos, pero este
provenía de Santiago. En el caso de Acuña, cuya familia se dedicaba a la agricultura en Renca,
pudo saber de forma directa las necesidades que afectaba a los P.P.A.A. Una de ellas fue en
relación a los intermediarios que especulaban con los precios de los productos, sobre todo en el
Mercado Central. Como mencionamos más arriba, Teresa Moya, esposa de Acuña, conocía desde
adentro el Mercado, además de los impuestos que “injustamente” les colocaban a los chacareros,
aumentando finalmente el precio de las subsistencias. Así se planteó en enero de 1936 en el boletín
de la LCP, pidiendo: rebajar el valor de la entrada y salid de carretones, ya que esto encarecía
finalmente el producto hacia los consumidores.601 A los meses, en un discurso en el extinto Teatro
Balmaceda (Recoleta), Acuña reiteró que el Estado debía intervenir a los intereses de las
municipalidades que cobraban impuestos, y los comerciantes, que encarecían las subsistencias
mediante sus precios.602 Según Eliana Acuña, su padre terminó influyendo en la ley que creó las
ferias libres, la que proponía que crear una lista de precios y sin venta de intermediarios. Diez años
después, el decreto 520 planteó que los “pequeños productores expendieran sus productos
directamente al consumidor, evitado intermediarios”.603 En 1949 se realizaron modificaciones
porque las municipalidades terminaron dando permisos a que los “ferianos” fuese intermediarios
y no productores.604 Efectivamente, diez años antes, Acuña propuso una ley de ferias libres, sin
intermediarios y con una lista de precios.605

***
En resumen, la Liga de Campesinos Pobres no fue la primera ni la única organización de
pequeños campesinos a mediados de los años treinta, pero si la más relevante al conocer de forma
directa las necesidades que tenían los chacareros y PPAA. Esta combinación entre un discurso
revolucionario, pero llevado a las demandas concretas del campesino les permitió, a los miembros
de la Izquierda Comunista, organizar una red de comités a nivel nacional que luchó, primeramente,

601
“Los chacareros”, Boletín de la Liga Nacional de Defensa de los Campesinos Pobres, N° 1, Santiago (segunda
quincena de enero de 1936): 4.
602
“La concentración campesina del Teatro Balmaceda”, Izquierda, N° 77, Santiago (18 de abril de 1936): 4.
603
Decreto 520, Santiago, 3 de septiembre de 1946. Sitio: www.bcn/leychile.cl
604
Ley Chile, Ley N° 1.243, Santiago, 22 de septiembre de 1922, art. 1. Sitio: www.bcn/leychile.cl
605
“Mano dura contra los intermediarios”, Consigna, 2° época, N° 16, Santiago (4 de marzo de 1939): 5.

166
por indemnización producto de las sequías de 1934, pero que después se ampliaron hacia otras
demandas como la obtención de créditos y la rebaja de impuestos para la comercialización de los
productos. Estimo que esta forma de hacer política era heredera de la práctica del POS, de los
cuales tanto Acuña como Zapata provenían. A la vez, la incorporación de los comunistas
disidentes, liderados por Hidalgo, al PS, fue un triunfo de la política socialista en torno a diferentes
puntos, entre ellos el agrario. Respetando el derecho de propiedad privada, la Liga terminó
aceptando la política socialista en torno a una reforma agraria moderada, sin expropiación a los
grandes latifundios. Producto del rechazo de la clase patronal en torno a la sindicalización
campesina, el gobierno de Pedro Aguirre Cerda aceptó detener dicho derecho, mientras se legislaba
una ley especial, la cual nunca fue recién aprobada en el Congreso en 1947. Contrarios a esto,
César Godoy Urrutia, Zapata, Acuña y otros dirigentes formaron el PS de Trabajadores (PST), el
cual continuó con dicha demanda, además reorganizar las Ligas de Campesinos Pobres y la ley de
Cooperativa Agrícola.606 El detonante del quiebre fue la muerte de Pablo López, quien fue
asesinado en la ex sede de la IC, en calle Andes 2314. En su funeral Godoy Urrutia y Emilio Zapata
acusaron a miembros de las milicias socialistas del asesinato y anunciaron su retirada del PS.607
Tildados de indisciplinados, los PST intentaron conservar la Liga de Campesinos Pobres, pero no
pudieron hacer lo mismo con sus cupos parlamentarios en las elecciones de 1941. Perdiendo el
poder en el Congreso Nacional, tanto Zapata como el resto de socialistas “inconformistas” no
lograron continuar siendo “intermediarios” entre los campesinos y el Estado, fraccionándose
nuevamente en 1944. Mientras Berman, Godoy Urrutia y Carlos Rosales ingresaron al PCCh,
Zapata, Waiss, Sepúlveda Leal, Carlos Acuña, Julio Benítez y Carlos Videla formaron la Izquierda
Socialista, un pequeño partido que no tuvo larga vida. Según Eliana Acuña, su padre no volvió a
juntarse con Zapata ni Yuras, sus caminos se bifurcaron. En la década siguiente Carlos Acuña
enviudó, mudándose a La Florida con sus hijas. Allí construyó su propia casa, teniendo una
pequeña chacra. “Después fue muy triste mi papá, muy triste, muy solo, yo lo veía siempre muy
cabizbajo”, recuerda Eliana Acuña mientras me acomodo la mascarilla en plena pandemia.608

606
Partido Socialista de Trabajadores, El Camino del Pueblo (Santiago: Ediciones Combate, 1942), 52-53.
607
Foto reportaje en Ercilla, N° 260, Santiago (24 de abril de 1940): 4; Waiss, Chile Vivo, 75.
608
Entrevista a Eliana Acuña.

167
Capítulo Seis
“Necesitamos más chilenos y menos araucanos”.

El Indo-americanismo socialista frente a las comunidades mapuche


(1938-1941)

Alejandro Chelén Rojas tomó asiento en la oficina del Señor Nilo, encargado de disciplina
interna de la Empresa de Tracción y Alumbrado, quién le arrojó las preguntas de rigor: “¿Ha
trabajado en las salitreras? ¿Cuánto tiempo lleva sin ocupación? ¿Pertenece a algún partido
político?”. Chelén esquivó como pudo cada interpelación, aprendiendo que, para hacer carrera en
dicha empresa, debía ser cauteloso y aparentar estar de lado de la empresa norteamericana. Con
un traje azul y una gorra con el número 189 fue derivado a la Plaza Egaña como inspector de las
líneas 1 y 3, cuyos tranvías provenían desde la populosa calle Diez de Julio. En su tiempo libre,
Chelén continuó visitando la Biblioteca Nacional y el Pedagógico, donde se reunió frecuentemente
con Julio Cesar Jobet y Oscar Waiss. Este último, junto con Luis Ernesto Muñoz, lo convidó a
denunciar a su compañía en el periódico Izquierda, asunto que terminó por perjudicarle. “Daba
nombres, ridiculizaba la manera de actuar de algunos jefes y ponía al descubierto abusos e
injusticias. Al personal se le prohibía leer diarios o periódicos de izquierda; se les sorprendía, eran
despedidos sin apelación”, recuerda Chelén en sus memorias.609 Las mencionadas crónicas
revelaban a los “soplones” entre los inspectores; las prohibiciones de reunión al sindicato de
maquinistas y los despidos masivos entre funcionarios por parte de Francisco Rivas Walker,
sobrino del parlamentario Horacio Walker. Finalmente se llamaba a la constitución de un
“Sindicato Único de Tranviarios”, asunto que no pudo revelar por ser descubierto y despedido.610

609
Chelén, Fragoroso, 105- 110.
610
“De espías y soplones está compuesto el Directorio del Sindicato de Inspectores de Tranvías”, Izquierda, N° 78,
Santiago (1 de mayo de 1936): 1; “La explotación de los tranviarios”, Izquierda, N° 79, Santiago (16 de mayo de
1936), 4; “Un sobrino del presidente conservador es el terror de los tranviarios y azote del público”, Izquierda, N° 80,
Santiago (30 de mayo de 1936), 4.

168
Así, nuevamente en la oficina del señor Nilo, este le espetó: “Conque era un subversivo con piel
de cordero”.611 Los meses siguientes se dedicó a la lectura y profundizar su amistad con dirigentes
socialistas, aunque insistió en su relato en que no militaba formalmente.
Era comienzos de 1936, y mientras en Santiago las persecuciones y relegamientos se
agudizaban, a causa de la huelga ferroviaria, Chelén abandonó la capital para trabajar en el mineral
El Salado (Atacama).612 Con una maleta llena de libros, se reencontró con antiguos coterráneos de
Chañaral Alto, con quienes hicieron tertulias, acompañada de vino y música, los fines de semana.
El resto del tiempo era retornar a las agotadoras faenas de la minería, saliendo “cada tarde
convertido en papilla, con las manos y el cuerpo doloridos, y las piernas y espaldas atenazadas por
el cansancio, cayendo sobre la cama como un saco de papas”.613 Al poco tiempo, más
acostumbrado al laburo, retomó las actividades políticas, formando una base socialista, pero sin
tener contacto con el Regional de Copiapó. Según su parecer, Chelén era crítico a la política del
PS al suplantar el Block de Izquierdas por el Frente Popular (FP), compartiendo con radicales, a
quienes consideraba “burgueses y terratenientes”. A la vez, creía que el frentismo era “una
herramienta de carácter reformista impuesta por el stalinismo en beneficio de la política exterior
soviética”.614 Aunque no militó en la Izquierda Comunista, Chelén estuvo cercano a muchos de
sus integrantes, con quienes discutieron lo “monstruoso” que era aliarse con los radicales,
“formado por los sectores más arribistas de la clase media”.615 Algo parecido escribió su amigo
Oscar Waiss, calificando a los radicales como “integrantes reaccionarios de la alta industria y aún
del latifundio”.616 Pese a todo, Waiss ingresó al PS y militó en el seccional de Ñuñoa junto a
Humberto Mendoza, Livia Stefoni (esposa del diputado Luis Videla y madre de Livia y Lautaro
Videla), Luis Gallagher y Natalio Herrera, comerciante y fundador del PS.617
Chelén retrasó su ingreso al PS, aunque en lo informal pertenecía a lo que hemos llamado
movimiento socialista. De hecho, a comienzos de 1937, participó activamente en la campaña a
diputado de Luis Moreno, minero socialista de Copiapó. Su actuar y protagonismo llamó la

611
Chelén, Fragoroso, 87.
612
Declaraciones de diputado Carlos A. Martínez sobre relegaciones y la huelga ferroviaria: BSSD, 7° sesión
extraordinaria (11 de marzo de 1936): 205-206.
613
Chelén, Fragoroso, 90.
614
Chelén, Fragoroso, 93.
615
Chelén, Fragoroso, 93.
616
Oscar Waiss, El Frente Popular y la lucha de clases. ¿Grove al poder o Frente Popular al poder? (Santiago:
Imprenta Lers, 1936), 12.
617
Biblioteca Clodomiro Almeyda, “Actas de seccional de Ñuñoa”, Santiago, marzo de 1938 y diciembre de 1939.
Sitio: http://www.socialismo-chileno.org

169
atención del gobernador de Chañaral, quien le advirtió que podía acusarlo a la administración de
la empresa. Así se adelantó y conversó el ingeniero Laín Diez Kaiser, administrador de la planta,
quien había pertenecido a la generación de universitarios de la FECH junto a Santiago Labarca y
Juan Gandolfo. Díaz Kaiser aprobó su inclinación, mientras hiciera bien su trabajo e
intercambiaron impresiones políticas y literarias. De hecho, le pidió a Chelén el libro El gran
organizador de derrotas de León Trotsky, un texto terminado en el exilio, donde crítica la política
de la III Internacional.618 “Yo me confesaba anti-stalinista y calificaba a los dirigentes de la Tercera
Internacional como transgresores de los principios señalados por el marxismo. El exterminio de
los viejos compañeros de Lenin - Acusados de traidores por Stalin - lo consideraba una calumnia
vil la más infame de la Historia”.619 Al poco tiempo Diaz Kaiser fue trasladado y Chelén
nuevamente fue acusado de escribir “calumnias” en contra de la empresa en el periódico El Deber.
Su nuevo destino fue Cuba, un poblado que actualmente se conoce como Inca de Oro, al
sur de Diego de Almagro. Allí trabajó un año en una mina arrendada junto a Celestino Gaete y
Maximiliano Parra. Aunque se mostraba crítico al PS, formalizó su militancia y se convirtió en
poco tiempo en el secretario general del Seccional de Chañaral. Siguiendo el ejemplo de
Recabarren, a su llegada a Cuba fundó el periódico El Inca en octubre de 1937, escribiendo de la
Revolución Rusa; de su maestro Alberto de Chañaral Alto y de la “acertada” expulsión al diputado
Ricardo Latcham y Amaro Castro por apoyar a Ibáñez como candidato presidencial. 620 Al
contrario, Chelén se volcó a la opción de Grove, caracterizándolo en el periódico Claridad, como
el “caudillo, capaz de conducir los ascensos revolucionarios de las masas y que encarna sus
verdaderas aspiraciones de redención y justicia social”.621 Así, se presentó como candidato a
regidor en las elecciones municipales de abril de 1938, bajo el lema: “Grove pide los votos del
pueblo para los candidatos socialistas”.622 Fue una importante victoria en Chañaral, obteniendo
tres regidores, por tanto la posibilidad de elegir al alcalde. Según Chelén, la directiva del PS lo
vetó producto de su posición “trotskista”. Sería su primera desilusión, aunque en sus memorias
también menciona la retirada de Grove como candidato presidencial en la convención del FP.

618
León Trotsky, El gran organizador de derrotas o, la Internacional Comunista desde la muerte de Lenin (Madrid:
Eds. Hoy, 1930).
619
Chelén, Fragoroso, 94.
620
“Importante reunión de la Seccional Socialista”, El Inca, Cuba (21 de noviembre de 1937): 1.
621
Alejandro Chelén Rojas, “¡El Frente Popular con Grove! Voz de los trabajadores del Norte”, Claridad, Santiago,
(28 de enero de 1938): 3.
622
El Inca, Cuba (21 de noviembre de 1937): 4.

170
Elegido como candidato en el IV Congreso de mayo de 1937, Grove abdicó en favor de la unidad
frentista “para luchar contra la reacción oligárquica e imperialismo”.623 Para Chelén esto estaba
previsto desde antes, pero se continuó con la “ficción” de su aspiración sólo para “evitar la posible
división socialista pues el 80% de las bases había ordenado a sus delegados oponerse al retiro de
la candidatura de Grove”.

“El nombre de Grove había penetrado en el corazón de los trabajadores. Sus giras por las
provincias eran apoteósicas. Ningún caudillo en esos años logró conquistar de manera tan
ferviente el cariño del pueblo. Nos costaría trabajo convencer a los camaradas para que
entregaran el mismo entusiasmo y decisión de lucha en favor de Aguirre Cerda,
considerado por nosotros como un político reaccionario”.624

Los recuerdos de Chelén se refieren a la tensa relación entre radicales y socialistas, y como
la militancia de estos últimos no fue necesariamente disciplinada, sino que activa y deliberante en
los debates internos. La opinión de Chelén también debió pesar, sobre todo por sus conocimientos
doctrinales y su liderazgo sindical a través de la Federación Nacional Minera. 625 Mediante su
afición a la lectura, Chelén forjó un capital cultural que lo destacó no sólo como dirigente político,
sino escritor y editor. Según Lenka Chelén, su padre gastaba gran parte de su salario en libros,
independiente si era minero o diputado.626 Estando en el norte de Chile obtenía ejemplares
mediante la suscripción en librerías de Santiago, o por amigos que iban al extranjero. Uno de estos
fue Historia de Partido Comunista Bolchevique, escrito por el Comité Central del PC de la URSS.
En sus últimas páginas se puede leer la “opinión del lector”, escrita por Chelén con su seudónimo
de Scandar. Allí relató que la obra estaba plagada “de falsedades, cuyo contenido es producto del
odio y de una total falta de honradez… los hombres que más se distinguieron, aparecen como
traidores, espías de potencias extranjeras, verdaderos ‘contrarrevolucionario [Trotsky]… sólo

623
“Candidato único de la izquierda de Chile a la Presidencia de la República”, Claridad, Santiago (18 de abril de
1938): 3.
624
Chelén, Fragoroso, 108-109. Sobre candidatura de Grove: Partido Socialista, Grove a la presidencia (Santiago:
Secretaría Nacional de Propaganda y Cultura, 1937); Partido Socialista, Grove, el militar y el ciudadano, (Santiago:
Departamento de Propaganda, 1937). Ejemplar dedicado a Alejandro Chelén y donado a la Biblioteca Nacional; Milos,
Frente Popular, 181.
625
“El Congreso Minero, el más significativo acto de unidad que se realizará en Chile”, Claridad, Santiago (25 de
febrero de 1938): 1.
626
Entrevista a Lenka Chelén.

171
pueden ser creías por los ignorantes e imbéciles”.627 Pese a ello, Chelén lo conservó en su
biblioteca personal. Otros libros les permitieron escribir su primer folleto titulado Aspectos
Histórico de la Revolución Mexicana. Con este resaltó el “gobierno socialista” de Lázaro
Cárdenas, “visionario como Lenin”, por la nacionalización del petróleo y la repartición de tierras.
A Emiliano Zapata lo describió como “uno de los pocos caudillos mexicanos que comprendieron
en todos sus sentidos los problemas que afectaban al indio (…) organizando un ministerio de
agricultura para repartir la tierra expropiada”.628 Según sus memorias, pese a sus limitaciones, el
texto fue reimpreso en tres oportunidades, recibiendo pedidos de diversos seccionales socialistas
del país.629 Esto graficaría la influencia que tuvo la revolución mexicana en la militancia socialista,
sobre todo en la juventud, la cual publicó una serie de crónicas en su revista Rumbo y en los
periódicos Consigna y Claridad.630
El siguiente capítulo busca, por un lado, analizar las expectativas que generó el Frente
Popular en el campesinado y la política agraria que desarrollaron los socialistas por medio del
ministerio de Tierras y Colonización. Pero, por otro lado, producto que esta temática ha sido
ampliamente abordada por las investigaciones de María A. Illanes y Brian Loveman, en esta
ocasión me focalizaré en cómo el pensamiento indo-americano, planteado por los socialistas en
aquella época, influenció en la relación que tuvieron frente a las demandas de las organizaciones
y comunidades mapuche.631 Mi hipótesis es que la importancia que los socialistas le dieron a los
acontecimientos ocurridos en México y otros países del continente, lo que llamaron
indoamericanismo, no significó necesariamente la construcción de un pensamiento propiamente
latinoamericano, sino más bien operó como un mecanismo para diferenciarse de los comunistas y
su influencia soviética. Al igual que el APRA en el Perú, el PS no fortaleció un trabajo con las
agrupaciones mapuche más autónomas, como la Federación Araucana o la Corporación Araucana,
sino más bien con el Frente Único Araucano, el cual tenía una lógica de asimilación con tal de
obtener tierras agrícolas y educación. A esta lógica la he denominado “racismo inconsciente”,

627
Historia del Partido Comunista Bolchevique de la URSS (Moscú: Ediciones de Lenguas Extranjeras, 1939).
Páginas finales de ejemplar, donado en Biblioteca Nacional de Chile, Fondo General.
628
Alejandro Chelén Rojas, Aspectos Histórico de la Revolución Mexicana (Cuba: Imprenta El Deber, 1938), 9-12.
629
Chelén, Fragoroso, 102.
630
“La Juventud Revolucionaria de México”, Rumbo, N° 1, Santiago (segunda quincena de mayo de 1936): 3;
“Emiliano Zapata. Líder de la Revolución Mexicana”, Rumbo, N° 3, Santiago (segunda quincena de junio de 1936):
7-8; “Significado de la Revolución Mexicana”, Consigna, N° 140, Santiago (18 de noviembre de 1937): 3; “Desarrollo
y etapas de la Revolución Mexicana”, Consigna, N° 151, Santiago (20 de noviembre de 1937): 3; “La verdad sobre la
revolución mexicana”, Claridad, Santiago (28 de junio de 1938): 1.
631
Illanes, Movimiento en la tierra, 179-189.

172
porque, aunque evitaba la discriminación de los pueblos indígenas, sino más bien buscaba su
integración a la sociedad nacional, asimilando sus costumbres y reivindicaciones al campesinado
no mapuche. Para esto me he inspirado en los trabajos de la historiadora Cecilia Méndez, y la
antropóloga Marisol de la Cadena, quien estudió a los intelectuales indigenistas en el Perú,
planteando que ellos desarrollaron un “racismo silencioso”, como “la práctica de las exclusiones
‘legítimas’ basadas en la educación y la inteligencia, no obstante que, al mismo tiempo, se
condenaba abiertamente cualquier determinismo biológico”.632
Para este objetivo revisamos los periódicos socialistas Consigna, Claridad y Rumbo, como
también prensa de organizaciones mapuche como: Frente Araucano y el Heraldo Araucano.
Además, utilicé las sesiones de la Cámara de Diputados entre 1933-1941, sobre todo en torno a los
proyectos de Colonización Agrícola y División de Comunidades Indígenas. De gran utilidad fue
revisar la literatura de la época, alojada en la Biblioteca Nacional de Chile, como también en la
Biblioteca de la Pontificia Universidad Católica del Perú y el Instituto de Estudios Peruanos en la
ciudad de Lima. En el caso de Mulchén, revisamos el diario El Ideal y realizamos la entrevista a
Paz Elena Sánchez, socialista de dicha comuna y cuyo padre, Víctor Sánchez ingresó al PS en
1938.

***

En el poblado de San Pablo, el campesino Tiburcio Maya fue visitado en su rancho por los
hermanos Perea para conversar urgentemente. Les comentan que el ejército los acusa injustamente
de ser partidarios de Pancho Villa. A estos se les suman dos campesinos más para dirimir
colectivamente sobre su futuro colectivo.
- “No vamos a tener remedio que irnos a la revolución”- comenta uno de los Perea.
- “Por nuestro propio bien tenemos que irnos con Pancho Villa”- reafirma Tiburcio.
- “¿Quieren que les diga la verdad? Yo no veo la ventaja que nos haga venir con meternos a
la bola”, duda Melitón Botello, refiriéndose por “Bola” a la revolución mexicana.
- “¿Te parece poco tratar de conservar la vida y nuestras tierras?” -le interpela Tiburcio.
- “Perderlas más pronto”- le responde Botello.

632
Marisol de la Cadena, “El racismo silencioso y la superioridad de los intelectuales en el Perú”, en: Christine
Hunefeldt, Cecilia Méndez y Marisol de la Cadena, Racismo y etnicidad (Lima: Ministerio de la Cultura, 2014), 58;
Cecilia Méndez, “De indios a serrano: nociones de raza y geografía en el Perú (siglo XVIII- XXI)”, Histórica, XXXV,
vol I, 20 (2011): 53-102; Cecilia Méndez, “Incas sí, indios no: apuntes para el estudio del nacionalismo criollo en el
Perú”, Hunefeldt, Méndez y de la Cadena, Racismo, 98-145.

173
- “Lo que pasa es que éste le tiene miedo a las balas”- increpa uno de los Perea.
- “Ahí no más, eso sí que no, si se trata de probar quien es más hombre, aquí estoy yo para
poner la muerte”- se defiende finalmente Botello.633

El dialogo anterior, que pertenece a la película Vámonos con Pancho Villa (1936), nos
muestra las conversaciones cotidianas y decisiones colectivas que tuvieron que tomar miles de
campesinos bajo la revolución mexicana de comienzos del siglo XX. Dicho protagonismo, en
palabras del historiador austriaco Friedrich Katz, bien podría ser resultado de un proceso de
politización campesina, ya no sólo entendida como toma de conciencia “de que las cosas debían
cambiar”, sino también como “una gran movilización en que la gente hasta entonces ajena o no
interesada en la política, súbitamente está dispuesta a participar en un proceso político”. 634 El
campesinado mexicano se tomaba el papel central en la pantalla grande o más bien lo compartía
con la aristocracia. Por lo demás, la conversación en la casa de Tiburcio Maya, en cuanto “quien
es más hombre”, nos habla de la propuesta ideológica que quiso proponer el Estado
posrevolucionario a través del cine, denominada cinemachismo por Sergio de la Mora, queriendo
afianzar su propuesta oficial de masculinidad nacional.635
En Chile, el cine mexicano tuvo gran repercusión, exponiéndose ampliamente sus películas
y dándole tribuna a sus actores y actrices.636 Un fenómeno que, según el fanzine Ecran, llegó a
preocupar a las producciones de Hollywood. Una razón del éxito de películas como “Allá en el
rancho grande” (1936) o “La madrina del diablo” (1937) fue el interés del público chileno por
“motivos folclóricos, canciones y costumbres”.637 Así se explica el interés por la música ranchera,
la cual hasta el día de hoy es escuchada masivamente en las zonas rurales chilenas.638 Según
Claudio Rolle la extensión de la música mexicana en la política chilena proviene desde Arturo
Alessandri, con la inclusión de la canción “Cielito lindo” en su campaña presidencial de 1920.639

633
Film: “Vámonos con Pancho Villa”, dirigida por Fernando de Fuentes, Cinematográfica Latino Americana S.A.,
92 min. 1936.
634
Friedrich Katz, Pancho Villa. Tomo 1 (Ciudad de México: ERA, 2018), 74.
635
Sergio de la Mora, Cinemachismo. Masculinities and sexuality in Mexican Film (Austin: University of Texas Press,
2006): 3-12.
636
Maricruz Castro-Ricalde, “El cine mexicano de la edad de oro y su impacto internacional”, La Colmena, N° 82
(abril-junio de 2014): 15.
637
“Producciones del cine en español”, Ecran, N° 374, Santiago (15 de marzo de 1938).
638
Luis Omar Montoya Arias y Karla Liebed Solís García, “La influencia cultural a través de la música mexicana:
rancheras en Chile”, Revista Digital Universitaria, vol. 21, N° 3 (mayo-junio de 2020).
639
Claudio Rolle en Jedrek Putta Mularski, “Mexican or Chilean: Mexican Ranchera Music and Nationalism in Chile”,
Studies in Latin American Popular Culture, Vol. 30 (2012): 59.

174
Sin embargo, fue con la filmografía, conocida como la época del oro del cine mexicano, en que
representaciones del campesino y la revolución se extendieron por Chile, facilitada por elementos
geográficos y las relaciones diplomáticas entre los gobiernos del FP chileno y Lázaro Cárdenas.640
En el caso de las rancheras, según varios entrevistados por Jedrek Putta Mularski, estas se
masificaron en el campo chileno porque mencionaban las experiencias de vida de los propios
campesinos. “Si tu oías a alguien escuchando rancheras, sabías que eran del campo”, recordaría
Hugo S., ex obrero ferroviario.641
Por otra parte, los contenidos del cinemachismo coincidían con la “masculinización de la
política”, asunto que analice en el capítulo tres, y que los socialistas entendían como la valoración
de ciertas características, supuestamente masculinas, para justificar ciertos liderazgos políticos por
sobre otros. Según Manuel E. Hubner, la revolución mexicana era el ejemplo de cómo una “marea
popular” podía extirpar el latifundio y la oligarquía agro-bancaria, liderada por Madero, Pancho
Villa (“guerrillero intrépido e indomable”); Emiliano Zapata (“que no cesó en su santa porfía hasta
caer”); Álvaro Obregón y Venustiano Carranza. Una revolución “sin titubeos ni desviaciones que
no ven directamente reflejados las barbas de Marx o el bigote férreo del camarada Stalin”.642 Estas
últimas palabras se refieren a la tendencia de los socialistas a diferenciarse del PCCh y la influencia
soviética. Tomando elementos del APRA peruano y el abogado mexicano José Vasconcelos, el PS
denominó su identidad internacional como “Indo Americana”, promoviendo el establecimiento de
relacionales bilaterales con la URSS, pero no reconociendo su liderazgo, sino la acción “dirigida
por los propios trabajadores de América”.643 Esto debía traducirse en la creación de un secretariado
continental para coordinar a los trabajadores latinoamericanos, una especie de Internacional
Socialista, la cual según Juan B. Arredondo, estaría formado por los diversos partidos socialistas
del continente.644 De allí que la revolución mexicana tomó una relevancia especial para los
socialistas, convirtiéndose en una especie de contrapeso para las luchas ideológicas y
programáticas dentro del FP.

640
Putta Mularski, “Mexican or Chilean, 59-60. Esta colaboración también se expresó en los murales Xavier Guerrero
y David A. Siqueiros en la Escuela México construida en la ciudad de Chillán luego del terremoto de enero de 1939.
641
Putta Mularski, “Mexican or Chilean, 70. Traducción personal.
642
Manuel E. Hubner, “26 años cumplió la revolución mexicana”, Consigna, N° 98, Santiago (21 de noviembre de
1936): 3.
643
Partido Socialista, Programa (Valparaíso: Aurora de Chile, , 1936): 58. Además: Moraga Valle, “¿Un partido
indoamericanista.
644
Juan Bautista Arredondo, “Panorama del avance socialista en Indo América”, Consigna, N° 72, Santiago (16 de
mayo de 1936): 3.

175
Quién tomó la tarea de difundir la “bola” fue Manuel E. Hubner, editando México en
Marcha en 1936. Esta era una recopilación de conferencias y columnas escritas para La Opinión,
Hoy y el semanario Consigna, donde Hubner demandó focalizar la mirada hacia América Latina
en vez de Europa, porque en la revolución mexicana “el peón y el indígena mejicanos no tuvieron
la necesidad de conocer o de sentir el Manifiesto Comunista (…) la conciencia de clase, oscura e
informe se las dio el dolor, la miseria, la explotación de centenares de años”. 645 A Zapata lo
describió como un “mestizo” que representó “genuinamente al pueblo desdichado (…) un hombre
rústico, un inculto, un ignorante. Apenas si lee y escribe. Nada sabe de historia ni de ciencias
políticas. Pero posee una aguda sensibilidad social, una sabiduría revolucionaria”. 646 Aunque
actualmente sabemos que Zapata estaba lejos de ser un analfabeto, es claro que se diferenciaba por
su composición social de Madero y Álvaro Obregón.647 De Villa escribe sobre su rudeza y valor
como estratega miliar, pero “no sabe lo que quiere y marcha al azar, impulsado por su volcánico
temperamento que ambiciona el poder, el mando, la satisfacción de sus institutos y el desarrollo
de la Revolución a su manera”.648 Es decir, valiente pero irracional. Es, por tanto, la figura de
Lázaro Cárdenas quien más resalta, siendo descrito como un “hijo de la revolución”, quien podía
“considerar indígena” de tez morena y rasgos “tarasco” a diferencia de Villa o Zapata que eran
“mestizo”. ¿Sería esta característica racial la que determina su legitimidad como mandatario? No
queda claro, pero su “morenidad” fue frecuentemente resaltada, además de su afición temprana
por la lectura y su carrera de militar, combatiendo al propio Villa en la batalla de Durango en
1917.649 Como estadista, según Hubner, logró una eficiente gestión como gobernador de
Michoacán, teniendo preferencia hacia los indígenas y campesinos.650
Según Douglas Hubner, su padre escribió México en marcha sin conocer siquiera dicho
país, pero posteriormente fue invitado por el gobierno mexicano a capacitarse, junto con Raúl
Uribe Castillo, pintor y fundador del PS, quien estudió muralismo mexicano.651 A su llegada, en
noviembre de 1937, Hubner calificó a la “revolución” como “el hecho singular y único en la
historia social del mundo, sólo aventajado por las primeras realizaciones de la Rusia Soviética”,

645
M. E. Hubner, “La revolución mejicana”, Consigna, N° 29, Santiago (29 de junio de 1935): 3.
646
Manuel Eduardo Hubner, México en marcha (Santiago: Zig- Zag, 1936): 134-135.
647
Womack, Zapata y la revolución.
648
Hubner, México en marcha, 125.
649
Hubner, México en marcha, 465-472.
650
Hubner, México en marcha, 476.
651
“Hubner y Uribe Castillo en México”, Consigna, N° 137, Santiago (21 de agosto de 1937): 4.

176
sobre todo por la repartición de la tierra, “entregándolas a la explotación colectiva de los
campesinos, y desposeyendo de sus tierras a capitalista que hambreaban a la clase trabajadora”.652
La cercanía de Hubner con Cárdenas quedó en evidencia en las fotografías que aún conserva su
hijo Douglas, quien además guarda algunos afiches de sus conferencias (Ilustración 27).

“Mi papá era un buen nadador, como porteño, y salen a nadar [con presidente Cárdenas],
avanzan mar adentro. Y de repente, mi papá ve una cosa rara, y le pregunta al presidente
mexicano que es lo que era; y el presidente le dice: un tiburón. Y ambos se dan vuelta y
nadan a la costa, batieron todos los récords [se ríe]. Pero, qué curioso, un presidente salía
a nadar con otra persona, sin ningún acompañante”.653

Aprovechando la visita de Hubner, el PS homologó la figura de Cárdenas con Grove, quién


en ese momento aún era candidato por la presidencia de la República. “Ambos, Lázaro Cárdenas
en el Norte, en el México de la libertad y el socialismo; Marmaduke Grove, aquí… luchando por
la democracia y el socialismo, por el pan y la libertad de los oprimidos, son dos símbolos de la
grande, libre y justa América del Porvenir”.654 En la inauguración de la asociación de “Los Amigos
de México”, presidido por Hubner y cuya sede se estableció en calle Nataniel 117 a mediados de
1936, Grove planteó que “hablar de México es señalar el único país de Latino américa que marcha
por la auténtica ruta de la justicia social”.655 En los siguientes años, el Salón México fue sede de
conferencias y exhibiciones de películas mexicanas.656

652
Cámara de Diputados del gobierno de Estados Unidos de México, Legislatura XXXVII, Período Ordinario, 3 de
noviembre de 1937. Sitio: http://cronica.diputados.gob.mx/DDebates/37/1er/Ord/19371103.html
653
Entrevista a Douglas Hubner.
654
“Cárdenas y Grove”, Consigna, Santiago (18 de septiembre de 1937): 1.
655
“Será la casa del pueblo, el Hogar de los Amigos de México”, Consigna, N° 88, Santiago (5 de septiembre de
1936): 1.
656
“Casa de Amigos de México”, Consigna, N° 93, Santiago (17 de octubre de 1936): 2; “Dos películas sobre la
revolución mexicana serán exhibidas mañana”, Claridad, Santiago (8 de marzo de 1938): 4; “Los trabajadores de
Chile saludaron ayer a la Revolución Mexicana”, Claridad, Santiago (31 de marzo de 1938): 1; “La verdad sobre la
Revolución Mexicana”, Claridad, Santiago (28 de junio de 1938): 1.

177
ILUSTRACION 27. MANUEL E. HUBNER JUNTO A LÁZARO CÁRDENAS, DE IZQUIERDA A DERECHA. MÉXICO, 1937.
FUENTE: ARCHIVO PERSONAL DE DOUGLAS HUBNER.

A su regreso, M. E. Hubner realizó una serie de charlas por todo el país dando a conocer
“la verdad” de la revolución, sobre todo de la reforma agraria.657 Este ejemplo era sumamente
inspirador para el momento electoral de 1938. “Puede perfectamente repetir en Chile el caso de
Cárdenas en México, claro es que dentro de nuestra realidad y posibilidades nacionales”. 658 ¿Era
Pedro Aguirre Cerda el próximo Lázaro Cárdenas?

***
A diferencia del Block de Izquierda, el Frente Popular fue resultado de una intensa
movilización social y política, más que una mera alianza parlamentaria. Producto de las huelgas
ferroviarias, de panificadores, mineras en Schwager y de papeleros de Puente Alto; con las
posteriores movilizaciones en defensa de las libertades públicas y la Ley de Seguridad Interior del
Estado. En definitiva, sería parte de un proceso de politización entre los partidos políticos de
centro-izquierda con sectores obreros y campesinos, más allá de lo electoral. Según Pedro Milos,
esto se vio graficado en una estructura descentralizada y local. “En cada pueblo o localidad fueron
surgiendo más y más expresiones frentistas, así también sucedió en los barrios y comunas de las

657
“Diputado Hubner”, Reflector, Illapel (18 de junio de 1938): 1; “La verdad sobre la Revolución Mexicana”,
Claridad, Santiago (28 de junio de 1938): 1; “Manuel Eduardo Hubner habla el domingo en el T. Caupolicán”, Ercilla,
N° 166, Santiago (8 de julio de 1938): 5.
658
“Habla Hubner: creo que nuestro deber es ir al gobierno: Aguirre Cerda será otro Cárdenas”, Ercilla, N° 184,
Santiago (11 de noviembre de 1938): 7.

178
grandes ciudades como Santiago, Valparaíso y Concepción”.659 Un seguimiento del diario La
Opinión entre octubre de 1936 y enero de 1937 nos reafirma las decenas de reuniones que se
realizaron semanalmente en los barrios urbanos de San Miguel, San Pablo, Quinta Normal,
Recoleta, Conchalí, Renca y Talagante. Este tipo de participación popular e incorporación de sus
demandas al programa no fue menos conflictivo, pero logró crear un consenso entre radicales,
socialistas y comunistas para impulsar la intervención estatal en la economía, como fue el control
de los precios de los alimentos.660 ¿Qué expectativas generó en las zonas rurales?
Designado Pedro Aguirre Cerda como el candidato frentista, en los meses de julio a
septiembre de 1938, recorrió el norte y sur del país junto a dirigentes radicales, comunistas y
socialistas. Según evidencian las decenas de fotografías publicadas por la revista Ercilla, el
candidato llenaba las plazas principales de Rancagua, San Fernando, Los Ángeles, Angol y los
anfiteatros de Valdivia y Osorno, con una amplia presencia de campesinos y agricultores
(Ilustraciones 28 y 29).661 Así lo declaró Grove en esta última ciudad:

“Ha sido reveladora la circunstancias de que en las manifestaciones del Frente tomaran
parte tantos campesinos. Por primera vez este movimiento social emancipador prende en
los campos, dominados antes por los latifundistas. Guasos a caballo han desfilado por miles
y miles cerrando su puño. Y no sólo los guasos, sino también muchos dueños de tierras”.662

659
Milos, Frente Popular, 85.
660
Rodrigo Henríquez Vásquez, Estado sólido. Políticas y politización en la construcción estatal. Chile 1920-1950
(Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile, 2014), 73-74.
661
Revista Ercilla de N° 161 a 180 (junio a octubre de 1938). Además, informaciones sobre concentración en Los
Ángeles en ARNAD, MIN, vol. 9788, Memorándum N° 27, Los Ángeles, 21 de agosto de 1938.
662
“Habla Grove: por primera vez el campesinado forma parte en la lucha por la justicia social”, Ercilla, N°174,
Santiago (2 de septiembre de 1938): 7.

179
ILUSTRACION 28. PROCLAMACIÓN DE PEDRO AGUIRRE CERDA EN SAN FERNANDO, 1938.
FUENTE: ERCILLA, N° 166, 8 DE JULIO DE 1938, P. 2.

ILUSTRACION 29. PROCLAMACIÓN DE PEDRO AGUIRRE CERDA EN ANGOL, 1938.


FUENTE: ERCILLA, N° 179, 7 DE OCTUBRE DE 1938, P. 4.

¿Era una exageración o realmente el frentismo generó tal algarabía? Y si fuera así, ¿cuál
sería lo que lo motivaría? Tal como planteó María Angélica Illanes, el factor rural fue clave en las
elecciones presidenciales de 1938, ganando Aguirre Cerda en varias comunas agrícolas, a pesar

180
del frecuente cohecho.663 A modo de ejemplo, veremos los casos de Salamanca y Chañaral Alto,
donde evidenciaremos no sólo la movilización en favor del frentismo, sino las contradicciones que
se generaron en la militancia socialista por la participación en el gobierno y la pérdida de
autonomía que esto significaba. En el primer caso, el valle del Choapa, la promesa de reforma
agraria se traducía en la parcelación de los fundos de la Beneficencia de Salud, asunto que fue
demandado por el diputado socialista Emilio Zapata en diciembre de 1937:

“Los fundos de propiedad de la Beneficencia están, en realidad, mal administrados, cosa


que yo he podido observador en el propio terreno. Es tan desastrosa la situación de los
inquilinos y trabajadores temporeros de estos fundos, como ‘El Coirón’, ‘El Tahuinco’ y
‘El Tambo’, en que los inquilinos viven en unas pocilgas indecentes, muy parecidas a las
viviendas infames que tienen para sus inquilinos los dueños de los fundos que explotan
particularmente estos terrenos”.664

Para ello envío una solicitud al ministerio del Trabajo para realizar una inspección en
terreno a dichos fundos, comprobando las condiciones laborales, aunque la Cámara de Diputados
rechazó la posibilidad de enviar una carta al presidente de la República para que parcelara los
terrenos mediante la Caja de Colonización Agrícola. Así la demanda continuó vigente y reapareció
en la campaña de 1938.665 En enero de ese año, Aguirre Cerda visitó el Valle del Choapa,
formándose un comité frentista con Estenio Meza como vicepresidente en Illapel; mientras que
José Pérez Valdenegro fue elegido presidente en Salamanca. Ambos socialistas fueron candidatos
a regidores por sus respectivas comunas, siendo electo Meza en Illapel.666 Para la campaña
presidencial, se elaboró una propaganda dirigida directamente hacia los campesinos:

“A aquel inquilino que perdió la juventud vigorosa, y la tierra que el trabajó con sus
robustos brazos trabajando como esclavo durante generaciones y que vé con mirada triste
y lánguida, sin poderse revelar [sic], que la toman otros extraños sin experiencias ni
conocimientos agrícolas sin darle productos efectivos. Esa tierra camaradas puede ser tura

663
Illanes, Movimiento en la tierra, 230-235.
664
BSCD, 9° sesión extraordinaria (6 de diciembre de 1937): 466.
665
“Programa Presidencial aprobado por el Frente Popular”, Reflector, Illapel (23 de abril de 1938): 4; “Campesinos
de Chile! Votad por el candidato de los agricultores a la Presidencia de Chile”, Reflector, Illapel (11 de octubre de
1938): 3.
666
“Visita y proclamación del candidato Presidencial Sr. Pedro Aguirre Cerda”, Reflector, Illapel (3 de febrero de
1938): 1; “Salamanca. Se formó el Frente Popular”, Reflector, Illapel (23 de febrero de 1938): 4.

181
si os unís como un solo soldado votando por los candidatos que lleva la lista del Frente
Popular”.667

El llamado hizo su efecto en las elecciones municipales de abril de 1938, logrando los
socialistas tres regidores en Illapel (Daniel Villalobos, Estenio Meza y Juan Rojas) y uno en
Salamanca (Dinator Ávila). En esta última comuna, Aguirre Cerda obtuvo 719 votos frente a 502
de Gustavo Ross, celebrando el triunfo frentista mediante una marcha desde Salamanca a Illapel,
llamando nuevamente a la parcelación de los fundos de la Beneficencia.668 Para esto, el alcalde de
Salamanca, Horacio Hevia, creó una comisión para gestionar su compra, pero no lograron ahorrar
el monto que la Caja de Colonización Agrícola solicitaba. La postergación de esta demanda, generó
que los jóvenes socialistas René Hube, Abraham Bascuñán, Emilio Estay y Quelo Rivera, quienes
además participaban en la Liga de Campesinos Pobres, convocaron a una protesta en la plaza
principal el 22 de julio de 1939, amenazando con una huelga general en los fundos de la
Beneficencia. Dicha actitud, contraria al colaboracionismo, les valió el reproche del propio
periódico Reflector, lo más probable porque quien conducía el ministerio de Tierra y Colonización
era el socialista Carlos A. Martínez.669
Más al sur, en el Valle del Limarí, los reproches hacia el colaboracionismo provinieron de
la propia militancia conducida por Chelén Rojas. Según sus memorias, en las elecciones
presidenciales de octubre de 1938, se trasladó a Chañaral Alto para evitar el cohecho de los
campesinos. Utilizando métodos similares a la elección de 1932, Chelén se acompañó de los
nuevos militantes socialistas de la localidad (“hombres audaces y de pelo en pecho”), denunciando
que la derecha estaba comprando votos con billetes falsificados. Entregando una copia, que había
traído de La Serena, Chelén convenció a los campesinos del sector de no votar por Ross. “El
sargento, sin proponérselo, dio veracidad al ardid de los billetes falsificados, yendo donde el oficial
civil a dar cuenta de mi denuncia. El triunfo obtenido en Chañaral Alto fue abrumador”, recuerda,
partiendo al otro día a la localidad de Cuba.670 Efectivamente, Aguirre Cerda alcanzó 10.754 votos

667
“Manifiesto del Frente Popular de Salamanca”, Reflector, Illapel (9 de marzo de 1938): 3.
668
“La jornada electoral de ayer en todo el país”, La Nación, Santiago (26 de octubre de 1938): 1; “La Marcha del
Triunfo”, Reflector, Illapel (31 de diciembre de 1938): 10; “La marcha del triunfo en Salamanca”, Consigna, N° 10,
segunda época, Santiago (14 de enero de 1939): 4; “Colonización del Valle del Choapa”, Reflector, Illapel (27 de
enero de 1939): 2.
669
“Comisión de vecinos de Salamanca irá a entrevistarse con S. E. el Presidente de la República”, Reflector, Illapel
(14 de marzo de 1939): 1; “Parcelación del Valle del Choapa”, Reflector, Illapel (12 de agosto de 1939): 6.
670
Chelén, Fragoroso, 119.

182
en la provincia de Coquimbo, frente a los 7.464 de Gustavo Ross. Sólo en Ovalle, la diferencia fue
1.145 en favor del FP.671. El conflicto vino después, cuando la militancia socialista discutió sobre
el colaborar o abstenerse a participar en el gobierno. Para Chelén Rojas, esta última opción era
mayoritaria en el norte chico, debiendo viajar el diputado Manuel Hubner para intentar una
posición unitaria.672 Finalmente, según Julio César Jobet, la decisión de integrarse al gobierno fue
mayoritaria, salvo por los votos de la Juventud Socialista y las delegaciones de la provincia de
Atacama “dirigida por Luis Moreno y Alejandro Chelén Rojas”.673 Este último recuerda que el
delegado de Pueblo Hundido cambió su voto por el cargo de gobernador de Traiguén, propuesto
por Oscar Schnake. “Qué descarados son! - le dije - Sucias maneras para ganar una mayoría”.674
Sucios o no los métodos ocupados por la directiva de Schnake, los socialistas integraron el
primer gabinete de Aguirre Cerda, aunque no el ministerio de Agricultura, tal como se les había
prometido. Presionado por los terratenientes radicales, el mandatario prefirió colocar a su jefe de
campaña: Arturo Olavarría, abogado y futuro miembro de la Asociación Chilena Anticomunista
(ACHA). “Porque Ud. no es agricultor puede ser un buen ministro… si Ud. fuera productor de
trigo, desde el ministerio procuraría atender de preferencia a los trigueros”, le habría dicho.675 En
cambio, los socialistas asumieron las carteras de Obras Públicas con Arturo Bianchi; Salubridad
con Miguel Etchevarre y Tierras y Colonización con Carlos A. Martínez. Este último realizó una
jira de veintidós días por el sur del país, destacando que la labor de la Caja de Colonización
Agrícola (CCA) había fracasado, sobre todo porque no beneficiaba a los más necesitados. “Muchas
veces han sido ubicados [colonos] en terrenos inaptos para la producción agrícola (…) el Estado
debe proporcionarle los medios necesarios para ayudarlo en su labor”.676 Entrevistado por revista
Ercilla, el ministro ahondó en el “problema indígena”, aclarando que son las reducciones las que
bloqueado el desarrollo de las comunidades mapuche (Ilustración 30).

“Es una falsía decir que estos indios están degenerados. He podido comprobar casos como
el de un araucano que inventó una máquina para enfardelar pasto y ha vendido esa máquina

671
“La jornada electoral de ayer en todo el país”, La Nación, Santiago (26 de octubre de 1938): 1.
672
“Después de una fructífera jira Manuel Hubner regresó a Santiago”, Consigna, N° 4, segunda época, Santiago (26
de noviembre de 1938): 5.
673
Julio César Jobet, El Partido Socialista de Chile, Tomo I (Santiago: Ediciones Prensa Latinoamericana, 1971), 132-
133.
674
Chelén, Fragoroso, 127.
675
Arturo Olavarría, Casos y cosas de la política (Santiago: Imprenta Stanley, 1950), 19.
676
“Durante 22 días Carlos Alberto Martínez viajó por el sur; trae dura impresión de su jira; hay que reformarlo todo”,
Ercilla, N° 203, Santiago (24 de marzo de 1939): 8.

183
entre sus vecinos. Durante mi visita tuve que suspender a cuatro funcionarios del Juzgado
de Indios de Pitrufquén, donde hasta el portero era despojador de indios”.677

Martínez se refirió al proyecto de División de Comunidades Indígenas que estaba


nuevamente discutiéndose el parlamento, el cual era frenado por la derecha, entre otras cosas, por
la poligamia. Martínez explica a Ercilla que “un indio puede tener tres o cuatro mujeres, y los hijos
de todas esas uniones son considerados como legítimos sin pasar por el Registro Civil. De ahí la
dificultad para establecer el parentesco después de algún tiempo. Y las dificultades con que se
tropieza a la hora de la parcelación de una comunidad”. De allí que para el ministro las
comunidades mapuche debían chilenizarse para así obtener los beneficios de la ley de
Colonización. Esta invitación, aunque motivada por una “buena intención”, pudiera ser percibida
como una discriminación de carácter racista, porque negaba la identidad y autonomía que los
mapuche pudieran querer para conservar sus costumbres.

ILUSTRACION 30. VISITA DE CARLOS ALBERTO MARTÍNEZ A COMUNIDADES MAPUCHE.


FUENTE: LA NACIÓN, 26 DE MARZO DE 1939, P. 14.

***

677
“Durante 22 días Carlos Alberto Martínez… 8.

184
Nacido en Traiguén en 1895, el escritor Luis Durand, trabajó como administrador de fundos
en Quechereguas, lo que le permitió años más tarde escribir una serie de cuentos campesinos y su
novela Frontera, publicada en 1949 por Nascimento.678 En este libro, “Anselmo Mendoza”, un
agricultor de Traiguén, participó en la ocupación de la Araucanía y aprovechó la presencia del
Ejército chileno para obtener fraudulentamente la tierra de las comunidades mapuche. Así le
reclamó el cacique “Jacinto Cayul”:

“Yo era tu amigo, Anselmo, y creí en que tú también eras mi amigo, hasta el día en que me
engañaste en la casa del escribano Albarrán. Yo no te escrituré mis tierras de sembrar, sino
la montaña de arriba y los pangales de Cullinco… porque Cayul no sabe leer en papeles
que escribe el escribano Albarrán”.679

La actitud de “Alselmo” estaba cargada de prejuicios y generalizaciones que representaban


el pensamiento racista hacia las comunidades mapuche, justificando así la ocupación y el desalojo
que estas últimas fueron víctimas. “Ya el indio le agarró gusto al trago y no hay forma de hacerlo
cambiar (…) La única salvación del mapuche sería que se sometiera a trabajar en la misma forma
que los chilenos (…) Si ellos no pueden contribuir al progreso del país, es mejor que desaparezcan
o se arrinconen”.680 Al reconocérseles como un pueblo opuesto a los chilenos, la novela de Durand
supo representar el drama del despojo material y cultural que vivieron miles de mapuche en la
frontera de la Araucanía, adelantándose a la temática de la historia fronteriza que décadas después
desarrollaron por los historiadores como Sergio Villalobos, Jorge Pinto y Leonardo León. 681 Pero
al contrario de Durand, la frontera fue un espacio de relaciones comerciales y sociales, más que de
enfrentamientos. Así lo afirmó Villalobos en 1982: “La convivencia fronteriza había sido el
verdadero factor de una integración iniciada en el siglo XVII”.682

678
Luis Durand, Frontera. Una novela del sur (Santiago: Nascimento, 1949). Un análisis del autor y la relación entre
historia y literatura en: Nicolás Acevedo Arriaza, “La frontera entre historia y literatura. Una lectura de Luis Durand
y la cuestión agraria en Chile”, Revista Estudios Avanzados, N°31 (julio de 2019): 91-111.
679
Durand, Frontera… 29.
680
Durand, Frontera… 187.
681
Sergio Villalobos, et. all, Relaciones fronterizas en la Araucanía (Santiago: Ediciones Universidad Católica, 1982);
Jorge Pinto, “El bandolerismo en la frontera”, en Sergio Villalobos, Araucanía. Temas de Historia Fronteriza
(Temuco: Ediciones de Universidad de la Frontera, 1985); Juan Contreras, Criminalidad y sociedad fronteriza: La
Araucanía en la segunda mitad del siglo XIX (1860-1910) (Valparaíso: Universidad Católica de Valparaíso, 1990);
Leonardo León, Araucanía: la violencia mestiza y el mito de la ‘pacificación’, 1880-1900 (Santiago: Universidad
ARCIS, 2005).
682
Villalobos, Relaciones fronterizas, 64.

185
Lo concretó es que la mal llamada “pacificación de la Araucanía” significó la ocupación
de más del 87% de las tierras mapuche, relegando a unas tres mil comunidades a reducciones con
o sin títulos de merced.683 Estas prácticas de abuso y discriminación fueron, por un lado, mediante
la ocupación militar, pero rápidamente pasaron a ser ocupaciones civiles con características
“coloniales”, por medio de desalojos y contratos fraudulentos.684 Detrás de estas acciones estaba
el racismo que consideró a las comunidades mapuche como un pueblo “atrasado”, contrario a las
nociones de modernidad.685 En Mulchén, por ejemplo, la discriminación hacia los mapuche
provienen desde su fundación, cuando supuestamente le entregaron las tierras a Cornelio Saavedra
para formar el fuerte en diciembre de 1861. Este mito fundacional fue transmitido por generaciones
y Paz Elena Sánchez, socialista y oriunda de Mulchén, lo escuchó de esta manera: “Fueron a hablar
con el lonko que se llamaba en esos tiempos Manuel Ñampay, y resulta que Manuel Ñampay
estaba en cama, y estos llegaron, otro hizo de notario y ahí le regaló los terrenos que venían de
aquí”.686 Hija de Víctor Sánchez, militante PS, y Maclovia Leiva, quien murió en el parto, Paz
Elena fue criada en el pueblo por una tías profesoras, mientras su padre vivía en la localidad de
Nihuinco con sus otros hermanos. Los fines de semana ella partía a verlo, viendo como reparaba
los caminos con ripio y compartía reuniones con sus camaradas socialistas. Al preguntarle cual era
la diferencia de ellos con los comunistas, éste le decía: “los comunistas eran ateos y los socialistas
eran creyentes”. Pero no eran enemigos, sino “primos hermanos, porque queríamos conquistar el
socialismo, íbamos por diferentes caminos no más”.687 Al ejercer la labor de “caminero”, el padre
de Paz Elena vivió cercano varias a reducciones mapuche, sobre todo en una localidad llamada
Villa Esperanza donde aprendió el uso de yerbas medicinales de parte de la machi de la comunidad
Linco. “A mí me curó con la yerba del Barraco y el Matico, cuando tenía una pancreatitis”,

683
Martín Correa, Raúl Molina y Nancy Yáñez, La reforma agraria y las tierras mapuches. Chile 1962-1975.
(Santiago: LOM ediciones, 2005), 44-52.
684
Klubock, La Frontera, 31-40.
685
Para un análisis de racismo en América Latina: Peter Wade, Raza y etnicidad en Latinoamérica (Quito: Ediciones
ABYA-YALA, 2000); Eduardo Lander, La colonialidad del saber: Eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas
latinoamericanas (Buenos Aires: CLACSO, 2000); Verena Stolcke, “¿Es el sexo para el género lo que la raza para la
etnicidad… y la naturaleza para la sociedad?”, Política y Cultura, N°14 (2000): 25-60; Nancy P. Appelbaum, Anne
S. Macpherson and Karin Alejandra Rosemblatt, Race & Nation in Modern Latín America (Carolina of North: The
University of North Carolina Press, 2003); María Emilia Tijoux, Racismo en Chile. La piel como marca de la
inmigración (Santiago: Editorial Universitaria, 2016).
686
Entrevista a Paz Elena Sánchez. Además, ver: Cornelio Saavedra, Documentos relativos a la ocupación de Arauco
(Santiago: Cámara Chilena de la Construcción- Pontificia Universidad Católica de Chile- Biblioteca Nacional,
Santiago, 2009), 58; Cayuqueo, Historia secreta, 280-281.
687
Entrevista a Paz Elena Sánchez.

186
recuerda Paz Elena.688 Un caso aislado dentro de Mulchén, e incluso el PS de la zona, que no
estaban habituados a compartir con mapuche. Cecilia Cerda, nieta de los fundadores del PS en la
comuna, por ejemplo, no recuerda que hayan conversado o establecido relaciones con
comunidades mapuche, ni siquiera en tiempos de la reforma agraria. Pero los conflictos existieron,
incluso en el período del Frente Popular. Uno de ellos fue el desalojo que pidió el Juzgado de
Letras de Mulchén en contra de Manuel, Miguel y Emilio Montoya, quienes vivían en el predio
Tricauco. El gobernador, posiblemente el socialista Alberto Barbé, procedió a preguntarle al
ministro de Tierras si procedía la prestación de la fuerza pública para este acontecimiento, sobre
todo porque los afectados “manifestaron que ellos eran indígenas”. 689 Años después, Paz Elena
Sánchez como la discriminación hacia los mapuche continuaron. Un día, después de volver de la
escuela, se sorprendió al ver que una compañera de curso pedía pan con su hermano pequeño.

“Yo me quedé tan impactada que mi compañera anduviera pidiendo pan en la calle, porque
no lo podía concebir. Yo toda la vida había visto hartos quintales de harina, que en la casa
se hacía el pan. “Pero, ¡cómo en su casa no van a hacer el pan!”. Y ahí me explicó una de
las señoras de la casa, porque tenían empleadas [donde sus tías], que no en todas las casas
tenía harina para hacer pan. Lo que me parecía tan, pero tan básico: tener harina para hacer
pan, y que la niña pidiera pan. Hasta el día de hoy la he visto, y ella fue que marcó mi
vida”.690

Mulchén era el centro molinero de la provincia, recibiendo trigo de Angol, Traiguén o


Nacimiento, lo que hacía más inconcebible la situación de que una niña no tuviera pan en aquella
zona. Para Paz Elena este hecho fue la génesis en su toma de conciencia y preocupación por las
desigualdades sociales: ¿Cómo podía ser que su compañera pidiera pan en la calle? “Siempre hubo
una discriminación [hacia los mapuche], y hasta el día de hoy, pero en ese tiempo se acentuaba
mucho más”, recuerda actualmente.691 Incluso sus profesoras discriminaban o menospreciaban a
sus compañeras mapuche, no existía el respeto o el orgullo que hoy siente Paz Elena y que se
refleja en la organización donde participa: el centro cultural Moluche.
Las denuncias de los abusos y la práctica racista provinieron de las propias comunidades y
organizaciones mapuche. La primera fue la Sociedad Caupolicán Defensora de la Araucanía,

688
Conversación con Paz Elena Sánchez, Mulchén, 16 de agosto de 2021.
689
ARNAD, Fondo de Ministerio de Bienes Nacionales (FMBN), vol. 1752, oficio a Ministerio de Tierras y
Colonización, Santiago, 18 de abril de 1939.
690
ARNAD, FMBN, vol. 1752.
691
ARNAD, FMBN, vol. 1752.

187
formada en 1910 por Manuel Maculmán, Tomas Guevara y Manuel Manquilef. Este último,
profesor normalista, denunció que la usurpación era justificada por la supuesta inferioridad de la
“raza mapuche”.692 Años más tarde, Manuel Aburto Panguilef, oriundo de Loncoche, formó la
Federación Araucana (FA) en 1922. Aunque participó de la Sociedad Caupolicán, sus principales
desavenencias fueron con Manquilef producto del respaldo que le dio a la Ley de División de
Comunidades Indígenas, aprobada en agosto de 1927.693 Dicha legislación fue considerada como
“injusta y contraria a los sagrados intereses” de la “Raza Araucana” al permitir la venta individual
de las “las reservas indígenas”, sin la autorización de las autoridades mapuche. 694 Junto con
Venancio Coñuepan, nuevo presidente de la Sociedad Caupolicán, acordaron profundizar la
política de alianzas, participando un tiempo en la Central Socialista de Colonización y apoyando
la candidatura del gobierno de Arturo Alessandri en 1932.695 Esto se ha confundido como una
política “integracionista”, siendo más bien una táctica que a largo plazo proponía la formación de
una República Indígena.696 Finalmente, distanciados del segundo gobierno de Alessandri, producto
de la ley de Colonización Agrícola y la continuación de la División de Comunidades Indígenas, el
FA estableció relaciones con la Central de Trabajadores de Chile (CTCh), mediante la Sociedad
de Araucanos Galvarino (SAG). Formados por estudiantes y obreros en Santiago en 1932, la SAG
se vinculó rápidamente a partidos de centro izquierda, sobre todo el PS.697 Uno de sus miembros,
Lorenzo Coñamán, lo describió de esta forma: “únicamente luchando codo a codo con la masa
trabajadora que compone el PS podrían obtener sus reivindicaciones, pues el indio, como el
campesino y el obrero en general son explotados por el capitalismo”.698 Así se explica que la SAG
pasó de reunirse en un local de calle Martínez de Rosas 2382, a la sede socialista de calle Nataniel
117. De hecho, en abril de 1938, se recibió a una delegación del FA en el salón de “Amigos de

692
Foerster y Montecinos, Organizaciones, 22.
693
Foerster y Montecinos, Organizaciones, 33-52.
694
Claudio Alvarado Lincopi y Enrique Antileo Baeza, Diarios Mapuche 1935-966. Escrituras y pensamientos bajo
el colonialismo chileno del siglo XX (Temuco: Ediciones Comunidad de Historia Mapuche, 2019), 58-64; Fabian
Almonacid, “La división de las comunidades indígenas del sur de Chile, 1925-1958: un proyecto inconcluso”, Revista
de Indias, Vol. LXVIII, N° 243 (2008): 115-116.
695
Ver capítulo dos.
696
André Menard y Jorge Pávez, “El Congreso Araucano. Ley, raza y escritura en la política mapuche” Política, N°
44 (2005): 211-232; André Menard, “Manuel Aburto Panguilef. De la República Indígena al sionismo mapuche”,
Ñuke Mapuförlaget, 12 (2003). 1-63.
697
“Breve reseña histórica de nuestra Sociedad de Araucanos ‘Galvarino’ ´para su 7° aniversario”, El Frente
Araucano, Santiago (julio de 1939): 1.
698
“Celebración del 5° aniversario de la Sociedad de Araucanos Galvarino”, Consigna, N° 131, Santiago (17 de julio
de 1937): 2.

188
México”, donde se reunieron con Benjamín Sandías (tesorero de la CTCh); Manuel Muñoz,
dirigente sindical de Puente Alto, de origen campesino; y el diputado César Godoy Urrutia, quien
se comprometió a levantar leyes que reivindicaran “a la raza tan esquilmada”.699 Con ello se buscó
el apoyo a la candidatura de Aguirre Cerda de parte de la FA, lo cual no quedó establecido, ya que
Aburto Panguileff agradeció al gobierno de Alessandri por exonerar el pago de las contribuciones,
confiando que aún era “el hombre de los años veinte”. Meses más tarde, pero esta vez en Temuco,
las mismas organizaciones mapuche se unificaron en la demanda de “devolución de tierras
usuradas” y “revisión de títulos concedidos”, apoyando esta vez la candidatura de Aguirre Cerda
y el Frente Popular.700 Dicha alianza no perduró producto que la FA y la Sociedad Caupolicán
formaron la Corporación Araucana a fines de 1938, siendo parte de la Alianza Popular Libertadora
vinculada a Ibáñez del Campo.701 ¿Cuál fueron las razones de estas divergencias entre
organizaciones mapuche y la izquierda chilena?
La vinculación entre la Sociedad Galvarino y el Frente Popular se consolidó con la
formación del Frente Único Araucano (FUA) en un congreso entre el 15 y 17 de abril de 1939 en
Temuco. Según el reportaje de Ercilla, decenas de mujeres, hombres y niños llegaron de a pie y
caballos al evento, vigilados por carabineros. Casi como una excentricidad, el reportero se
sorprende de sus vestimentas y que hablen mapudungun (Ilustración 31). Las resoluciones fueron,
entre otras, la radicación a reservas forestales de Malleco, Cautín y Valdivia; créditos agrícolas y
restitución de sus tierras usurpadas, además de tener un representante en la Caja de Colonización
Agrícola.702

699
“Ayer se inauguró concentración mapuche”, Claridad, Santiago (22 de abril de 1938): 6; Illanes, Movimiento en
la tierra, 229-230.
700
“Congreso Unitario de la Araucanía”, Frente Popular, Santiago (27 de agosto de 1938): 6. Sobre la relación de
organizaciones mapuche y la izquierda en: Augusto Samaniego Mesías y Carlos Ruíz Contreras, Mentalidades y
políticas wingka. Pueblo mapuche entre golpe y golpe (de Ibáñez a Pinochet) (Madrid: Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, 2007): 153-161.
701
Foerster y Montecinos, Organizaciones, 154-164.
702
“El Congreso Nacional de los araucanos puso en su vida una esperanza de reivindicación”, Ercilla, Santiago (28
de abril de 1939): 14.

189
ILUSTRACION 31. CONGRESO DE FORMACIÓN DE FRENTE ÚNICO ARAUCANO, TEMUCO.
FUENTE: REVISTA ERCILLA, 28 DE ABRIL DE 1939.

La directiva quedó conformada por Gregorio Seguel Capitán (presidente); César Colima
Lobos (secretario de actas); Eusebio Painemal (secretario de correspondencia); Francisco
Llanquinao (secretario de prensa); Bartolomé Neculman (secretario de finanzas); Carlos
Chihuailaf (Inspector fiscalizador); Martin Painemal y Abelino Melivillu (secretarios de
organización). En caso de Carlos Chihuailaf, nacido en la comuna de Cunco, estudió en la Escuela
Normal José Abelardo Núñez. Fue secretario general de Hijos de Arauco, organización fundada
en Temuco en diciembre de 1938, militando años más tarde en el Partido Radical. Según su hijo
Arauco Chihuailaf, fue regidor por dieciséis años en Cunco, siendo detenido para el golpe de
Estado de 1973 por “radical allendista”. De ser director de la escuela de Cunco pasó a la cárcel de
Temuco.703 De Andrés Chihuailaf, hermano de Carlos, José Bengoa lo relaciona con el PS, siendo
presidente de la FUA en 1940. Era profesor y director del diario La Voz de Arauco, órgano del
Centro de Estudiantes Araucanos Nehuentuayñ en Temuco.704 Finalmente, de Gregorio Seguel,
sabemos que fue profesor y militante socialista, nacido en Collimolín en 1906, al noroeste de
Temuco (Ilustraciones 32-34). Siendo vice presidente de la FAU, Seguel representó decenas de
demandas de usurpaciones al ministerio de Tierras y Colonización, entre ellas el fundo Huerere en

703
Testimonio de Arauco Chihuailaf, correo electrónico, Paris, 25 de junio de 2019 y 7 de agosto de 2021. Arauco se
exilió en Francia donde se graduó de doctor en Historia y fue docente titular en la Universidad Paris 8. Arauco es
hermano del escritor Elicura Chihuailaf, premio nacional de literatura.
704
José Bengoa, Historia de un conflicto. El Estado y los Mapuches en el siglo XX (Santiago: Planeta, 2002), 107.
Escritos de La Voz de Arauco en Alvarado y Antileo, Diarios Mapuche, 79-95.

190
Cunco. Poseído por Juan Medida desde 1934, Seguel pidió su remensura por haber expulsado a la
comunidad Llaima a mediados de 1940, liderados por Francisco Manquel Lefian, “quienes tenían
y tienen sus casas y trabajos sin interrupción durante muchos años a la fecha de dicho decreto”.705
Medina también fue acusado de traspasar y destruir el cerco de la propiedad de Antonio Chihuailaf
(hermano mayor de Carlos y Andrés Chihuailaf). Pasado cinco años de la denuncia, la delegación
de agrimensores de Cunco validó los títulos de Medina, rechazándose la petición de Gregorio
Seguel y el FUA.706

ILUSTRACIONES 32- 34. DE IZQUIERDA A DRECHA: CARLOS CHIHUAILAF, ANDRÉS CHIHUAILAF Y GREGORIO SEGEL. FUNDADORES DE FRENTE
ÚNICO ARAUCANO.
FUENTE: GENTILEZA DE ARAUCO CHIHUALAF Y ALEJANDRO WITKER.

Pese a estas gestiones, Aburto Panguilef, líder del FA se negó a participar en el FUA,
invalidando su legitimidad. Según Domingo Tripailaf, los conflictos fueron generacionales, ya que
la mayoría de los miembros del FUA eran parte de la juventud, es decir, “la gente de más cultura
y capaz por lo tanto de comprender mejor los problemas de su raza”.707 Panguilef, mediante un

705
ARNAD, FMBN, vol. 3064, Oficio de Frente Único Araucano a Ministerio de Tierras y Colonización, Temuco, 1
de agosto de 1940.
706
ARNAD, FMBN, vol. 3064, Oficio de Héctor Saldías, jefe de delegación de agrimensores de Cunco a Ministerio
de Tierras y Colonización, Cunco, 5 de diciembre de 1946.
707
“A propósito de las declaraciones de la Corporación Araucana”, El Frente Araucano, N° 1, Santiago (julio de
1939): 2.

191
escrito a El Correo de Valdivia criticó que no hubo un guillatún en el acto de fundación del FUA,
a lo que Tripailaf le respondió que era, junto con la poligamia, “costumbres con sabor a tiempos
pretéritos”.708 ¿Eran problemas generacionales o las diferencias eran más de fondo?

***

Al contrario de la Corporación Araucana, el FUA no se opuso a la obtención de tierras


mediante la ley de Colonización aprobada en 1935. Según el presidente de la Sociedad Galvarino,
Alberto Melillán, la colonización era la solución para acabar con las radicaciones, pero mediante
una legislación que buscaban integrar las comunidades mapuche a la legislación chilena.709 Así lo
ratificó el ministro Carlos A. Martínez, invitado al congreso de fundación del FUA en abril de
1939.
“Yo he venido aquí obedeciendo a vuestra gentil invitación y con un mandato expreso de
don Pedro [Aguirre Cerda]: iniciar la obra y decir a los indios que la justicia en Chile se
hará efectiva a los hijos de la noble raza araucana y que por lo tanto vuestro problema
fundamental, el de las tierras, y vuestra incorporación a la cultura nacional, serán resuelto
íntegramente”.710

Esto no significaba que existiera una visión de inferioridad hacia la cultura mapuche, de
hecho, el FUA recomendaba leer el texto Indo-americanismo y la raza india de Alejandro
Lipschutz, el cual consideraba que no había “razas superiores” sino que todas las “razas humanas
se presentan semejantes en cuanto a la posibilidad de dar desarrollo al tipo humano cultural
promedio de nuestra raza blanca”.711 El conflicto estaba en que la ley de colonización requería de
la compra de terrenos que no necesariamente eran los demandados por las comunidades mapuche.
Por otro lado, el ministro socialista se refirió a que las cerca de dos mil comunidades
indígenas tenían una “legislación y sistemas propios de vida” refiriéndose, sobre todo, la
poligamia. Este tipo de matrimonio permitía que un hombre pudiera casarse con más de una mujer,

708
“A propósito de las declaraciones, 2.
709
Alberto Melillán, “Colonización a base de nuestra raza indígena”, El Frente Araucano, N° 1, Santiago (julio de
1939): 3.
710
Carlos Alberto Martínez, Hacia la Reforma Agraria (Santiago: s/e, 1939), 32.
711
Alejandro Lipschutz, Indo-americanismo y la raza india (Santiago: Nascimento, 1937), 46; “Paso al indígena”, El
Frente Araucano, N° 1, Santiago (julio de 1939): 1.

192
por lo cual Carlos A. Martínez lo criticó por considerarla un obstáculo para la división de la
propiedad privada en “pequeños lotes”.712

“El régimen normal de la familia chilena es el matrimonio, pero tratándose de indígenas,


es la poligamia, ya que puede tener varias mujeres siendo todas ellas legítimas, como
legítimos son todos sus hijos y de ahí la multiplicación de las familias indígenas, o de los
herederos, que harán insuficiente los terrenos de cualquiera comunidad al proceder a su
división. El problema indígena no sólo es problema de tierra, sino que es también,
principalmente, un problema de cultura y de civilización”.713

Para esto, el ministro socialista propuso reforzar la educación porque “son auténticos
chilenos”, pero no considerando la difusión de la lengua mapudungun. La promoción de la “raza
chilena” sería mediante programas de higiene, deporte y cultura, gestionados por los Comités de
Bienestar de la Caja de Colonización Agrícola, los cuales apoyaban educacionalmente a las
colonias agrícolas. El profesor socialista, Luis Henríquez Acevedo, Inspector Escolar de estos
comités, realizó una serie de viajes al sur (Mulchén, por ejemplo), donde entregó El Libro del
huaso chileno, una publicación creada por el Instituto de Información Campesina (IIC), dirigido
por Horacio Serrano.714 Tanto el IIC, como su boletín estaban en la línea propuesta por el Frente
Popular en torno a promover el nacionalismo ocultando el mestizaje y la cultura de los pueblos
originarios. Esto queda graficado en las fotografías que utilizaban en El Libro del huaso…
obtenidas seguramente de revistas norteamericanas, donde las personas eran claramente caucásicas
y no hacen mención de los pueblos originarios. (Ilustración 35) Según la historiadora Karin
Rosemblatt, el FP se basó en un modelo racista de mejorar las condiciones de vida de los
ciudadanos chilenos, a partir de la idea de “modernización”, integrando a los pueblos indígenas al
carro del progreso. “La fe en el progreso era una cosmovisión profundamente racista. Los europeos
blancos, se pensaba comúnmente, eran los portadores de una cultura superior que debería suplantar
a otras formas de vida”.715 El gobierno de Aguirre Cerda reforzó “el orgullo de sentirse chileno”,

712
Martínez, Hacia la Reforma, 33.
713
Martínez, Hacia la Reforma, 50.
714
“La Caja de Colonización desarrolla efectiva labor educacional y social”, La Nación, Santiago (3 de agosto de
1939): 13. Sobre El Libro del Huaso Chileno ver: Nicolás Acevedo Arriaza, “El Libro del Huaso Chileno. El Instituto
de Información Campesina y las movilizaciones campesinas (1939-1943)”, Revista Historia Social y de las
Mentalidades, Vol. 21, N° 2 (diciembre de 2017): 117-141.
715
Rosemblatt, Gendered Compromises, 38. Agradezco a Rolando Álvarez la facilitación de la traducción.

193
describiéndolo como “un sentimiento que nadie debe negar a nadie, cualquiera que sea el medio
que unos u otros conceptúen como el más apropiado”.716 Esto repercutió en quienes debieron
migrar hacia las ciudades, ocultando su cultura e idioma. Así lo recuerda Carmen Maripán
Catricura, quien trabajó desde los once años cuidando enfermos y luego como niñera en Santiago:

“Yo entré como compañera de una hija de los ricos de la misma edad de la mía, entonces
con esa niñita yo jugaba y la entretenía. Ese era mi trabajo. Pero a mí me daba vergüenza
hablar, porque yo no sabía hablar muy bien el castellano, porque uno se cría hablando
mapudungun allá en el campo con mi mamá y mi papá”.717

El testimonio de Carmen Maripán, quien en la actualidad continúa hablando su idioma, nos


expone un proceso cultural que no ocurrió por casualidad, es decir, a ella no le dio “vergüenza
hablar” por naturaleza, sino porque se enfrentó a grupos sociales y un Estado que menospreció su
cultura y la negó a través de la “integración” a la cultura “chilena”. Esto también se puede
ejemplificar en la historia del socialista Carlos Acuña Acuña, cuya madre mapuche no le colocó
su apellido, seguramente para que no fuese discriminado. Acuña no les mencionó nunca a sus hijos
este detalle, pero sí a su nieta, Alexandra Acuña, profesora de música, quien actualmente valora la
cultura mapuche. Por otra parte, Eliana Acuña, recuerda que su padre fue testigo como niños y
niñas mapuche de Lipingue (al este de Valdivia) se les negaba la educación por los dueños de
fundos
- ‘¿Dónde vai vo’? – [preguntó el dueño de fundo].
- Voy a escuela patrón.
- ‘¿Pa’ qué querí ir a la escuela? ¿Pa’ sembrar arado, necesitai leer y escribir? Ándate pa’ a
la casa’”.718
¿Se habrá visto identificado Carlos Acuña Acuña en esos niñes?

716
Presidencia de la República, Defensa de la raza y aprovechamiento del tiempo libre (Santiago: Zig-Zag, 1940),
12-13.
717
Enrique Antileo Baeza y Claudio Alvarado Lincopi, Santiago Waria Mew. Memoria y fotografía en la migración
mapuche (Santiago: Ediciones Comunidad de Historia Mapuche, 2017), 113.
718
Entrevista a Eliana Acuña.

194
ILUSTRACION 35. AVISO REALIZADO POR EL INSTITUTO DE INFORMACIÓN CAMPESINA.
FUENTE: LIBRO DEL HUASO CHILENO, N° 5, SANTIAGO, 1940, P. 30.

Los socialistas, como parte del Frente Popular, estuvieron totalmente de acuerdo con la
“modernización” de las comunidades mapuche al discutir la modificación de la ley de División de
Comunidades Indígenas. El nuevo ministro de Tierras y Colonización, Rolando Merino lo planteó
a comienzos de 1940:
“…la integración de la raza araucana en el núcleo nacional; su incorporación definitiva a
la cultura del resto del país, en forma y términos tales que en un porvenir próximo podamos
solamente hablar de problemas nacionales o chilenos y no de problemas chilenos y
araucanos”.719

El ministro socialista aclaró que su afán no era “destruir” la raza araucana, sino de
protegerla, porque reconocía que existía una grave usurpación de tierras mediante la “violencia y
el engaño”. Los mapuche no eran los únicos afectados por los despojos, sino que miles de
“chilenos” en el sur Chile. Por lo tanto, sus problemas de tierras y créditos debían contemplarse

719
BSCD, 36° sesión extraordinaria, Santiago (10 de enero de 1940): 2091.

195
en la Caja de Crédito Agrario y la Caja de Colonización, debiendo los mapuche constituirse como
en “Cooperativa Agrícola”, es decir, bajo las formas estatales chilenas de organización. 720 Según
la Sociedad Galvarino, no hubo acuerdo con el gobierno porque no quisieron crear una Sección
Indígena, mientras que José Bengoa afirma que Andrés Chihuailaf, como representante del FUA,
se bajó de la comisión porque se dio cuenta de lo que negativo que sería la división y venta
individual de las tierras mapuche.721 “La solución no consiste en dejarlos en el mismo terreno
estrecho, sino darles amplia cabida en los terrenos fiscales para que puedan desarrollar sus
adelantos”.722 Por otro lado, las organizaciones lideradas por Aburto Panguilef y Venancio
Coñuepán no volvieron a desarrollar una alianza con la izquierda, reiterando la devolución de las
tierras usurpadas: “unos 200.000 araucanos que quieren laborar todas las tierras que les
pertenecen”.723 Además, pidieron crear un Instituto Indígena con el objetivo de “mantener la
tradición y las sanas costumbres de la raza araucana”.724 Los socialistas fueron visto con
desconfianza, sobre todo porque su protección y solidaridad era igualmente de discriminatoria.
Quizás las palabras del diputado y escritor socialista Manuel Eduardo Hubner, puede ser más
ilustradora de este “racismo inconsciente”:

“La existencia de una raza indígena enquistada, usando una expresión médica, en el
organismo vivo que es la colectividad chilena (…) recordemos, que hoy los araucanos son
sólo unos cien mil, los cuales ocupan unas 400 mil hectáreas de terreno propio y poseen
suelo suficiente para poder desarrollarse (…) es necesario que nos inspiremos en un
sentimiento profundamente chileno, a fin de que consigamos que esta raza siga su destino
definitivo. Su inevitable y digno destino de llegar a algún día a ser chileno del todo”.725

Hubner reconocía a los mapuches como un grupo étnico distinto a lo “chileno”, pero que
debía “transitar” al digno destino de la nacionalidad chilena (¿existir como pueblo o anular su
cultura?). Lo chileno, concepción ambigua de la realidad, fue percibido como lo “moderno” y lo
posible para el desafío de conducir al país hacia el desarrollo. Inspirado en el pensamiento aprista

720
BSCD, 36° sesión extraordinaria, Santiago (10 de enero de 1940): 2092-2095.
721
“Arauco exige reforma total de la ley indígena”, Heraldo Araucano, Santiago (septiembre de 1941): 1; Bengoa,
Historia de un conflicto, 109.
722
“Los araucanos rechazan las modificaciones del proyecto de ley que fija sus derechos”, La Crítica, Santiago (22
de enero de 1940): 10.
723
“Araucanos presentan memorial a S. E. Aguirre Cerda”, Frente Popular, Santiago (28 de septiembre de 1939): 9.
724
“Araucanos presentan memorial, 9.
725
“Necesitamos más chilenos y menos araucanos, dijo Hubner”, La Crítica, Santiago (12 de enero de 1940): 2.

196
y la revolución mexicana de Lázaro Cárdenas, Hubner fue parte de un indigenismo que se propuso
integrar a los pueblos originarios a la reforma agraria, pero con la contradicción de reconocer su
cultura y restituir sus tierras usurpadas.726 Tanto en México en marcha, como en el libro de
Emiliano Zapata de Gustavo Loyola Acuña, los pueblos indígenas aparecen solamente como
“víctimas” del porfiriato, pero no como protagonistas de la revolución, sobre todo considerando
que el objetivo socialista estaba cruzada a las categorías de Nación. “El Partido Socialista no tiene
compromisos con el pasado y como movimiento restaurador de la economía nacional aspira
verificar la segunda revolución de Independencia: la revolución social”. 727 ¿Qué tan exitoso fue
este pensamiento liberal de los socialistas o cuál fue la actitud de las comunidades y organizaciones
Mapuche frente a la propuesta de integración?
Al asumir que los mapuche fueron presionados a migrar a las grandes ciudades y ocultar
su identidad, abandonamos la posibilidad de que algunos líderes y organizaciones hayan utilizado
la “integración” como una estrategia para cumplir con sus propósitos políticos. El análisis de las
organizaciones mapuche, como la Federación Araucana o incluso el FUA, ponen en entredicho
dicho prejuicios, sobre todo por su posición variante dependiendo del escenario político y su
autonomía relativa que les permitió desarrollar un conjunto de alianzas en el transcurso del siglo
XX.728 Según la historiadora María Angélica Illanes, fue a comienzos del siglo XX, cuando las
organizaciones mapuche se constituyeron como “sujeto-mapuche” en el proceso de “liberación
política desconquistadora/ descolonizadora por el lado de afuera de los latifundios”.729 A la vez,
la izquierda pudo estar atrapada en un “racismo inconsciente”, pero terminó siendo el aliado con
quien mejor avanzó el movimiento mapuche en torno a sus reivindicaciones históricas en el siglo
XX. Sobre todo, en el período de la Unidad Popular, cuando las comunidades mapuche presionaron
para la formación de la Ley Indígena, donde se le reconocía como pueblo con derecho a recuperar
sus tierras.730 Sería el golpe militar de 1973 y la posterior dictadura, la que hizo retroceder dichos
logros, sobre todo con la promulgación de la división de tierras en 1979, la cual provocó una

726
Thomas M. Davies, “The indigenismo of the Peruvian Aprista Party: A reinterpretation”, The Hispanic American
Historical Review, Vol. 51, N° 4 (nov. 1971): 631-632.
727
Gustavo Loyola Acuña, Emiliano Zapata. Mesías de la Revolución Agraria (Santiago: Imprenta La Unión, 1939),
9.
728
Arauco Chihuailaf, “Mapuche: gente de la tierra. Más allá del Nuke Mapu (Madre Tierra). El exilio, Contribuciones
desde Coatepec, N° 8 (2005): 158.
729
Illanes, Movimiento en la tierra, 35.
730
Carlos María Chiappe, “La Ley N° 17.729. Desarrollo e integración del sujeto indígena en una época de
polarización política (Chile, 1972)”, Revista Historia y Justicia, N° 7 (octubre de 2016): 39-66.

197
masiva migración de mapuche hacia las ciudades.731 (Curivil, 2013, p. 160). En la actualidad,
diversos estudios, van demostrando que el proceso de “desmapuchización” ha retrocedido y cuenta
con un importante respaldo de la izquierda, lo cual no asegura que haya disminuido el racismo
inconsciente en ella, pero sí que se ha reforzado la autonomía y el sentido de autodeterminación
de las organizaciones Mapuche.732

***

En resumen, la política agraria socialista tuvo un claro éxito en su apoyo a los pequeños
agricultores, provocando expectativas en parte de la población agrícola en la campaña presidencial
del Frente Popular. Esto se dio sobre todo por la promesa de parcelación de tierras por medio de
la colonización agrícola, significando una continuación con las políticas gestadas en los gobiernos
anteriores, ya sea Ibáñez del Campo y Alessandri. Pero, a la vez, esto significó una diatriba con
las principales organizaciones mapuche del momento, sea la Federación Araucana y la
Corporación Araucana, producto que las demandas por sus territorios usurpados quedaron fuera.
Sin duda no fue sólo una decisión de los socialistas, sino de la izquierda en general, lo cual trajo
repercusiones décadas más tarde cuando procedieron las reformas agrarias de los gobiernos de Frei
Montalva y Salvador Allende. Según Reynaldo Mariqueo, socialista en los años sesenta, los
partidos de izquierda, sin mala intención, practicaron la política de “asimilación” frente a las
comunidades mapuche: “La lucha por la recuperación de tierras era considerada un asunto
prioritario, mientras la preservación de nuestros valores culturales e identidad nacional mapuche
no era valorada en su real dimensión”.733 A esto le hemos llamado un “racismo inconsciente”
producto que no valoraba la cultura mapuche, buscando invisibilizarla para integrarla al desarrollo
nacional.

731
Felipe Curivil Bravo, “Asociatividad Mapuche en el espacio urbano. Santiago, 1940-1970”, V.V.A.A., Ta Iñ Fijke
Xipa Rakizuameluwun. Historia, colonialismo y resistencia desde el país Mapuche (Temuco: Ediciones Comunidad
de Historia Mapuche, 2013): 155-185.
732
Fernando Pairicán Padilla, “El retorno de un viejo actor político: el guerrero. Perspectivas para comprender la
violencia política en el movimiento mapuche (1990-2010)”, Enrique Antileo Baeza, et. all., Awukan ka kuxankan zugu
majmapu mew. Violencias coloniales en Wajmapu (Temuco: Ediciones Comunidad de Historia Mapuche, 2015), 301-
323.
733
Pedro Cayuqueo, “La Ley indígena de Allende era vista como una de las más avanzadas”, Enlace Mapuche
Internacional, 29 de junio de 2008. Sitio: https://www.mapuche-nation.org/espanol/html/articulos/art-133.htm

198
Frente a ello, el pensamiento “indo-americano” de los socialistas queda en
cuestionamiento, porque no logra convertirse en una teoría que lograse representa la diversidad
cultural del continente, sino continuaba sujeta a la influencia del eurocentrismo moderno. Esto se
vio reforzado por el acercamiento de los socialistas chilenos a miembros del aprismo peruano,
quienes también buscaron integrar al campesino y comunidades indígenas a su proyecto político.
Para Thomas M. Davies, los apristas sacaron su visión del “problema indígena” de José Carlos
Mariátegui, quien fue cercano de Haya de Torre y escribió de estas temáticas a fines de la década
de los años veinte.734 Alejados de Mariátegui, antes de su muerte, los apristas no tradujeron su
programa político hacia la restitución de las antiguas tierras que habían sido enajenadas a las
comunidades indígenas.735 En Chile, pese que lo conocieron, Mariátegui fue escasamente leído y
difundido por la prensa socialista.

734
Alberto Flores Galindo, Agonía de Mariátegui. La polémica con la Komintern (Lima: Centro de Estudios y
Promoción del Desarrollo, 1980).
735
Davies, “The indigenismo, 631-632.

199
Epílogo

A mediados de 1943, el Partido Socialista estaba sumido en una profunda crisis política,
una más dentro de su historia, la cual lo tuvo inmerso en un largo proceso de divisiones y
ambivalentes alianzas. Esto se vio reflejado dos años después, con la pérdida de diez escaños en
las elecciones parlamentarias de 1945. En un crítico y anticipatorio informe, realizado para el VI
Congreso Extraordinario de 1943, Salvador Allende denunció la indisciplina y el relajo moral de
la militancia y dirigencia, como parte de las causas de aquella crisis interna, además de la
burocratización de los socialistas en el Estado. Allende ejemplificó: “En muchos Seccionales, los
caciques pueblerinos ya hacen sus discursos de candidatos a Regidores, y en muchas Seccionales
y Regionales brotan espontánea e individualmente los que quieren llegar al Parlamento o al
Senado”.736 Más que una costumbre política, Allende denunció una práctica reciente producto de
la incorporación de la militancia a los aparatos gubernamentales y del Estado, sumado a la “falta
de adoctrinamiento”. Lejos de resolver los problemas de unidad, la situación continuó agravándose
en los meses siguientes, provocando el alejamiento de uno de sus líderes más carismáticos de la
década de los años treinta: Marmaduke Grove, quién mesiánicamente formó el Partido Socialista
Auténtico y que tuvo una corta existencia hasta 1946.737 Mario Palestro recuerda la última vez que
vio al “Salvador” de Chile:

“[Estaba] casi retirado de la actividad militante, semi olvidado, fue en el viejo restaurante
Martini, el que estaba en Bandera con Huérfanos. Allí, en una mesa aislada, se sentó y pidió
un vaso de vino, un carpinterazo como lo llamaban, a un garzón que quizás ni sabía que
estaba sirviendo a un Personaje, así con mayúscula, que se jugó la vida por el pueblo y por
una idea”.738

736
Salvador Allende, “Informe del camarada Allende a nombre de la Directiva Colegiada”, Valparaíso, 1943.
737
Julio César Jobet, El socialismo chileno a través de sus congresos (Santiago: Editorial Prensa Latinoamericana
S.A., 1965).
738
Palestro, La República, 75.

200
Esta crisis se sumaba al desprendimiento que ocurrió a comienzos de 1940 con la formación
del Partido Socialista de Trabajadores, organización liderada por César Godoy Urrutia, Natalio
Berman, Emilio Zapata, Carlos Acuña y otros, quienes además tenían una importante relación con
el mundo sindical y campesino. ¿Cuáles eran las razones de tamaña crisis y cómo afectó a su
política agraria?

El siguiente epílogo intenta entregar una respuesta parcial y acotada a estas inquietudes,
teniendo en cuenta que la periodización de mi investigación fue modificada, quedando finalmente
entre 1932-1938. Los acontecimientos sociales y de salud pública obligaron a enfocarme en los
primeros años del PS, particularmente en organización interna y su cultura política, los que
considero fundamentales para comprender la politización campesina que los socialistas
fomentaron en la década de los años treinta y parte de los cuarenta. La estructura estará dividida
en los siguientes apartados: primeramente, me enfocaré en caracterizar parte de la cultura política
y organización interna de los socialistas, para luego relacionarla en cómo esta influyó en su política
agraria y posterior politización campesina.

Del movimiento socialista al Partido Socialista: cultura de una militancia ampliada

Una de las características principales de los socialistas en los años treinta y décadas
posteriores fue la heterogeneidad de sus integrantes, sea por su composición social, como
ideológica [ver capítulo Cuatro]. Así fueron señalados como populistas, liderados por el caudillo
Marmaduke Grove, y de una laxitud ideológica que permitió aunar diversas tendencias del
socialismo, pero manteniendo una ambivalencia entre un discurso revolucionario y prácticas
institucionales.739 Mario Palestro, quién ingresó a los 13 años al PS, recuerda en sus memorias una
fotografía que representa esa “diversidad” (Ilustración 36). Allí aparece la primera Brigada
Parlamentaria, elegida en marzo de 1937, siendo tomada por Baltazar Robles (“amigo y vecino
sanmiguelino”), en el salón México en calle Nataniel Cox 117. Todos los parlamentarios estaban
vestidos de traje y corbata, invisibilizando las diferencias sociales de sus integrantes: un
panificador, tres médicos, tres escritores, un militar en retiro, dos abogados, dos tipógrafos, un

739
Drake, “Chile’s Populism, 74; Garrido González, Clasistas.

201
pintor de la construcción, dos profesores, un agrimensor, un comerciante y un mecánico. 740 Para
Palestro esta “foto histórica” representaba el rápido éxito electoral que los socialistas cosecharon
en sólo cuatro años de existencia. De los cinco diputados que ingresaron al PS en 1933, aumentaron
a 19, pasando de 17.063 a 46.050 votos. Era, sin duda, un resultado sorprendente para la izquierda
y la reciente coalición del Frente Popular, duplicando a los partidos comunista o democrático. A
pesar de las denuncias de cohecho, los socialistas sostuvieron que “las masas trabajadoras” y los
“grandes sectores de clases medias” marcharon tras sus banderas.741 Pero, para Palestro esto
también significaba otro conflicto:

“De los presentes en la foto, sólo un parlamentario continuaba militando en el Partido


[1998]. El guatón Juan Benjamín Ojeda, legendario parlamentario de Magallanes. Sigue
luchado en la base de su Seccional La Cisterna, pocos hacen lo mismo. El resto, todos
habían cambiado su traje político. Unos se fueron a la Democracia Cristiana, como
Barrenechea, otros al Partido Radical, algunos al Partido Comunista, otros al Partido
Liberal, y hasta hubo alguno que se las emplumó al Partido Conservador. Esa era la unidad
ideológica de nuestro Partido en sus comienzos, producto de su fundación y crecimiento
sorpresivo, que pesaría como lápida sobre el accionar futuro del socialismo chileno”.742

740
En la fotografía están ausentes Salvador Allende, médico y diputado electo por Valparaíso, y Guillermo Azócar
Álvarez, elegido senador por Ñuble, Concepción y Arauco.
741
“La mascarada electoral”, Consigna, N° 114, Santiago (13 de marzo de 1937): 3.
742
Palestro, La República, 73.

202
ILUSTRACIÓN 36. PRIMERA BRIGADA PARLAMENTARIA EN SEDE PS, 1937.
FUENTE: ALEJANDRO WITKER, HISTORIA DOCUMENTAL DEL PSCH, 1993, SANTIAGO, P. 10.

Aunque acertado el diagnóstico de Palestro, la heterogeneidad de los socialistas no debía


entenderse necesariamente como una debilidad, sino más bien el resultado de su propio desarrollo
como organización, como parte de un “movimiento socialista” que se fue consolidando entre 1931
y 1933 al establecer redes y acciones en conjunto. Su formación fue forzada por un contexto de
crisis política y económica, donde finalmente se unificaron las diversas organizaciones que se
consideraban socialistas o cercanos a esta ideología. Pero esto en sí no explica cómo su creación
les permitió convertirse en uno de los partidos de izquierda más influyentes en la historia de Chile.
¿En dónde estaban las posibles respuestas? ¿En aquella fotografía que recordaba Palestro?

Una historia política, al menos la realizada por Paul Drake o Julio Faundez a comienzos de
los noventa, se orientó precisamente en estos aspectos ideológicos y programáticos de los partidos
de izquierda, focalizándose en sus alianzas, reivindicaciones y liderazgos. Visto desde esa óptica,
los socialistas pudieron ser descritos como populistas y con prácticas clientelares, aunque con

203
algunos matices de sus pares apristas Perú o peronistas en Argentina.743 Al contrario, mi
investigación optó por analizar al PS más allá de aquella “fotografía” y de quienes posaban en ella
para la posteridad. Mis preguntas se orientaron cada vez más hacia la acción cotidiana de los
socialistas, sus familias y su entorno social. Es decir, ampliar la mirada desde una perspectiva, si
se quiere, más gramsciana en la forma de entender los partidos políticos, como señalé en la
Introducción de esta tesis. Con los aportes de la historia social traté de responder a la interrogante
en torno a la unificación de los socialistas y su politización campesina, teniendo en cuenta que esta
organización nació de lo que he llamado un “movimiento socialista”, el cual se nutrió de las
dinámicas política-sociales originadas desde los años veinte y comienzos del treinta. Dichas
dinámicas fueron expresadas en lugares y territorios concretos, ya sea en espacios universitarios,
sindicales, militares y territoriales, teniendo una estrecha relación y herencia del POS, producto
que muchos de sus integrantes pertenecieron a sus filas, pero que claramente se fue modificando
en la medida que ingresaron a militar personas de otros espacios sociales y políticos [ver capítulo
Uno]. Este proceso, de unificación y consolidación de una identidad propia quedó establecida, no
con pocas contradicciones, en 1937 con el ingreso de los militantes de la Izquierda Comunista.
¿Cuáles fueron algunas de estas características?

Desde un comienzo los socialistas desarrollaron núcleos territoriales, que, a pesar de tener
encargados políticos, eran espacios amplios para la participación de los militantes y sus familias,
que, a diferencia de las células comunistas, no eran tan herméticas en su funcionamiento. De esta
forma, los socialistas continuaron con una organización más cercana a la tradición política del
POS, los demócratas y los radicales, lo que no quiere decir que hayan sido espacios más
democráticos o ajenos al caudillismo y autoritarismo. De hecho, mediante la influencia de
dirigentes militares y la creación de milicias socialistas se buscó disciplinar a la militancia, sin
grandes logros como planteó Allende en su informe de 1943.744 Una razón a esto fue el propio
origen del PS, mediante la unificación de diversas organizaciones socialistas, las cuales no se
acabaron del todo, sino que mantuvieron sus relaciones de amistad y políticas. A esto se sumó la
formación de nuevas “tendencias” o grupos informales. Según las memorias de Orlando Millas,
hasta el propio secretario general, Oscar Schnake, formó una tendencia informal con el diputado

743
Faúndez, Izquierdas; Drake, Socialismo.
744
Sobre diferencias y contradicciones entre diversas seccionales del país en el POS, ver: Navarro, Parlamentarios.

204
Luis Videla, para “asegurar una conducción cohesionada del partido”.745 Es decir, disciplinar a la
militancia. Una razón de ello fue la implicación de algunos socialistas en la colocación de
artefactos explosivos, de los cuales el propio Schnake fue encarcelado sin pruebas concluyentes.746
Según Rolando Pinto, su padre, el reportero Roberto Pinto, fue uno de los socialistas que colocaron
dichas bombas en aparatos públicos. “Muchas veces yo vi llegar a mi padre con heridas a la casa,
producto de las movilizaciones en las que andaba; a veces no les resultaba o eran repelidos por las
fuerzas policial”. Este accionar le valió la reprobación de su hermano mayor, el zapatero y
fundador del PS Augusto Pinto, quien pertenecía a la tendencia de Schnake. “Contaba que su
hermano Augusto: ‘este es un domesticado, porque siempre necesitó de alguien que le ordenará lo
que tenía que hacer. En cambio, yo nunca fui domesticado, yo siempre me dediqué a guiarme por
lo que yo pensaba’”, recuerda su hijo Rolando.747 Ese año, también se retiró Gregorio Guerra y
otros militantes marxistas por desencantarse de la política institucional, ingresando más adelante
al PCCh, al menos Guerra. Ricardo Latcham haría lo suyo en 1937 formando la Unión Socialista,
un partido de escasa trascendencia que apoyó la candidatura presidencial de Ibáñez del Campo en
1938. Estos conflictos internos generaron una cultura en torno a la militancia muy diferente a la
disciplina comunista, reproduciendo la tendencia de formar “fracciones” en las décadas siguientes
y generando una “agencia” frente a los mandatos de sus dirigentes. Por lo mismo, los socialistas
formaron una identidad política que trascendió al partido o de la militancia activa. Es por esto,
aunque dejasen de militar en el PS, los socialistas no perdían esa identidad. Fue el caso de Mario
Palestro, quién en 1992 fue expulsado del PS, aunque continuó sintiéndose un “guardián de lo que
fue siempre el socialismo chileno”.748 Carlos Acuña y Emilio Zapata les ocurrió lo mismo. Según
sus hijas, Eliana y Adriana respectivamente, dejaron de militar activamente en el PS, pero
continuaron identificándose como socialistas. Zapata se fue a vivir a los Huertos Obreros José
Maza en La Pintana, pero nunca dejó de ayudar a campesinos en materia jurídica. En lo político
rechazó todo tipo de cargos y candidaturas municipales. “Mi padre no era allendista, pero siempre
iba a estar donde estuviera la izquierda, jamás iba a votar por alguien de derecha”.749 Por parte de
Carlos Acuña, su hija plantea que desde pequeña su familia estuvo cercana a las actividades

745
Millas, La alborada, 126.
746
“Grillos, golpes, amenazadas de muertes, días de hambre. Nada pudo obligar al camarada Calderón a culpar a
Grove y a los jefes socialistas de un delito imaginario”, Consigna, N° 4, Santiago (23 de junio de 1934): 4-6.
747
Entrevista a Rolando Pinto.
748
“El hombre detrás del bigote. Monsier Palestro”, Punto Final, N° 261, Santiago (30 de marzo de 1992): 12.
749
Entrevista a Adriana Zapata.

205
sociales, culturales y de propaganda, militando en el PST en 1942, cuando tenía cerca de catorce
años. Su hermano mayor, también llamado Carlos, fue parte de las milicias socialistas, muriendo
desgraciadamente por el atropello de un automóvil. Sus recuerdos permiten visualizar lo que he
denominado la militancia ampliada, en donde para lograr los objetivos de la acción política, el
militante debió trascender de los espacios públicos hacia los privados, integrando al partido a sus
hijos, hijas y esposa.

“Mi padre fabricaba la tiza, esa la fabricábamos todos en la casa… que era yeso, no sé qué
otra cosa más, pa’ que pegara y hacíamos los moldes, y la dejábamos secarse. Y cuando ya
estaba seca, la teníamos listita cuando empezáramos la propaganda… era pa’ rayar las
paredes y el suelo… en todas esas campañas nosotros andábamos, Pedro Aguirre Cerda
también”.750

Esto no necesariamente se experimentaba como una imposición, sino como una dinámica
de transmisión entre mandatos y herencias.751 Así lo recuerda Jorge Chelén, hijo de Alejandro
Chelén:

“Yo estuve [en el Partido Socialista], pero nunca por una imposición del viejo. Era parte
de la educación que tú asimilabas en la casa (…) Yo tengo la imagen que la casa era un
centro cultural. Julio César Jobet [historiador y militante socialista], lo recuerdo sentado
en la mesa, hablando de historia y de política con mi padre, pero nosotros éramos muy
chicos, no participábamos. Yo no me atrevía a hablar, porque me sentía muy insignificante
frente a esas personalidades”.752

En resumen, el PS fue resultado del desarrollo de un “movimiento socialista” que se


articuló en diversos espacios de sociabilidad, y que se unificó en 1933, consolidándose en 1937
con el ingreso de los militantes de la Izquierda Comunista. Este no sólo contó con la participación
de militantes hombres, sino también de mujeres, niños y niñas, aunque la participación y toma de
decisiones de estos últimos no fue simétrica, sino más bien estuvo marcada por la “masculinización
de la política”. Nos referimos al liderazgo de ciertos hombres justificado por ciertos valores
supuestamente “masculinos”, los cuales colocaban a las mujeres en un segundo plano [ver capítulo

750
Entrevista a Eliana Acuña.
751
Nicolás Acevedo Arriaza, “Ser parte de la revolución: familia y militancia ampliada en las nuevas narrativas de
Hijas e Hijos de las izquierdas (Chile, Siglo XX)”, en: Tamara Vidaurrazaga, et. all., La revolución como herencia.
Resistencias, tensiones y diálogos intergeneracionales (Argentina, Chile, Uruguay y Perú), [en prensa].
752
Entrevista a Jorge Chelén.

206
Tres]. Con esto no planteo que fueron los socialistas quienes crearon la “masculinización de la
política”, ya que estaba presente desde mucho antes, sino que la reformularon y la utilizaron para
justificar estos liderazgos antes mencionados, exacerbando y asociando las características de
valentía, fuerza y disciplina, como algo esencialmente “masculino”. Esto lo podemos evidenciar
claramente en las fotografías de los desfiles de las milicias socialistas, donde, como propuso Judith
Butler, el género se expresaba más como performance que como una verdad. Un deseo más que
una realidad.753 Pese a esto, las mujeres fueron claves para el ejercicio de la política, tanto en los
espacios públicos como privados. Como destacan múltiples investigaciones, esto se consolidó con
la fundación del MEMCH (Movimiento Pro- Emancipación de las Mujeres de Chile) en 1935,
planteando tempranamente una serie de demandas de derecho a sufragio, participación política,
divorcio y uso de métodos anticonceptivos, lo que generó discrepancias no sólo con fuerzas
políticas conservadoras, sino también con partidos de izquierda como el PS, el cual vio al MECh
como una competencia, formando la Acción de Mujeres Socialistas en 1937.754 En los espacios
privados, las mujeres fueron fundamentales en realizar trabajos de cuidado y domésticos, lo que
permitieron aliviar a los hombres de estas tareas para que se dedicasen a las acciones políticas y la
camaradería en espacios de sociabilidad como bares, restaurantes, deporte o casa de trabajadoras
sexuales. Como ejemplo podemos ver una fotografía de la cena de despedida de Manuel Hubner,
invitado por el gobierno de México en 1937 (Ilustración 37). La imagen, donada por su hijo, el
periodista Douglas Hubner, muestra a varios socialistas vestidos de traje y corbata (entre ellos
César Godoy Urrutia, Manuel Hubner y Ricardo Latcham), junto a miembros de la Izquierda
Comunista (Humberto Mendoza, Manuel Hidalgo, Oscar Waiss, Pablo López, etc.), quienes
comparten en un restaurante santiaguino. Vino y comida. ¿Dónde estaban las mujeres? ¿Qué tan
importantes es su ausencia y presencia en el desarrollo de la política militante socialista?

753
Judith Butler, El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad (Santiago: Paidós, 2021).
754
Corinne Antezana-Pernet, “El MEMCH en provincia. Movilización femenina y sus obstáculos, 1935-1942”, en
Loreto Godoy, et. all, Disciplina y desacato. Construcción de identidad en Chile. Siglos XIX y XX (Santiago: SUR-
CEDEM, 1995), 306; “Las mujeres proletarias debemos organizarnos”, Consigna, N° 20, Santiago (13 de abril de
1935): 2; Illanes, Nuestra historia, 27-66; Rosemblatt, Genderer compromises, 96-98.

207
ILUSTRACIÓN 37. DESPEDIDA DE MANUEL HUBNER, SOCIALISTAS Y DE IZQUIERDA COMUNISTA, 1937.
FUENTE: CORTESÍA DE DOUGLAS HUBNER.

Politización campesina, propiedad de la tierra y relaciones de género

En las últimas décadas la perspectiva de género y el feminismo han ido ganando terreno en
la historiografía chilena. Al comienzo de la década de los noventa, sólo unas pocas investigaciones
colocaban énfasis en dichos análisis. Pioneras fueron los estudios del Centro de Estudios para el
Desarrollo de la Mujer (CEDEM), sobre todo los trabajos en torno a mujeres campesinas. 755 En
1995 el CEDEM editó junto a jóvenes historiadores norteamericanos un libro señero titulado
Disciplina y desacato. Construcción de identidad en Chile. Siglos XIX y XX.756 Entre las autoras
estaban Heidi Tinsman y Karin Rosemblatt, quienes estudiaron la reforma agraria y el periodo del
Frente Popular respectivamente, pero desde una perspectiva de género. Tinsman, en lo que sería
finalmente su tesis doctoral, escribió en torno a la participación de las mujeres de Aconcagua en
las movilizaciones campesina de las décadas de los años sesenta y setenta, proponiendo que las
campesinas no fueron pasivas ni excluidas de la reforma agraria, aunque su participación “debía

755
Loreto Rebolledo, Fragmentos: oficios y percepciones de las mujeres del campo (Santiago: CEDEM, 1988);
Ximena Valdés, Mujer, trabajo y medio ambiente. Los nudos de la modernidad agraria (Santiago: CEDEM, 1992).
756
Godoy, Disciplina y desacato.

208
circunscribirse a los roles de las mujeres como esposas y madres”. 757 A la vez, introdujo los
planteamientos de la economía feminista en cuanto a que “el trabajo agrícola femenino no
remunerado fue crucial para la persistencia del sistema de inquilinaje”.758 Por parte de Rosemblatt,
su libro cuestionó a la militancia socialista por no avanzar en favor de las igualdades de género,
sino que las mantuvo para no generar conflictos con la clase trabajadora y el Frente Popular. De
esta manera, inspirado por estas investigaciones, fui colocando mayor atención a las relaciones de
género al momento de entrevistar a hijos e hijas de socialistas campesinos. El primer encuentro
fue con la familia de Quelo Rivera. Mientras su hijo (Quielo), me comentó el papel de su padre en
la lucha sindical o como ganó la alcaldía en Salamanca; su hermana, Yolanda Rivera, agregó el
papel que jugó su madre, Humberta Pérez, como sostenedora del hogar, ya sea en el trabajo
agrícola, como el de cuidado. Ambas historias las percibí más complementarias que
contradictorias, ya que la familia de Rivera no sólo fue importante en el sustento económico, sino
que también político, dando apoyo en actividades culturales, sociales y sobre todo elecciones [ver
capítulo Tres]. Así lo recuerda Yolanda Rivera para la campaña de Chelén Rojas como senador en
1957:

“Yo era niña, pero había lienzos, pancartas, cuando íbamos a Salamanca, con lienzos
grandes, llevándolos (...) tenía unos siete u ocho años, yo ya participaba, mi mamá nos
llevaba. Íbamos a Salamanca, nos instalamos en la plaza, hasta en el piso nos sentábamos.
Y ahí escuchando al viejito, y mi papá… eran duros los discursos, y estando en el mismo
Salamanca, le daban duro a la derecha: ‘los momios tal por cuales’ (...) hablaban de una
manera maravillosa: la tierra para el campesino, no hay tierra sin hombres, ni hombres
sin tierra…”.759

La consigna final, “Ni hombres sin tierra…”, la escogí como título de esta tesis,
precisamente por resumir el nudo del conflicto: eran los hombres los que debían obtener la
propiedad de la tierra, pese a lo fundamental que fueron las mujeres en el trabajo doméstico, de
cuidado y económico [ver: caso de familia Acuña-Moya en capítulo Cinco]. Esto no significó que
no existieran mujeres en cargos públicos [Graciela Contreras, alcalde de Santiago entre 1938 y

757
Tinsman, La tierra para quién, 21.
758
Tinsman, La tierra para quién, 35.
759
Entrevista a Yolanda Rivera.

209
1941], pero, como recuerda Carmen Lazo, estas tuvieron que “ganarse” el respeto de los “jerarcas”
socialistas. Pese a ello, el reconocimiento nunca fue suficiente.

“Las mujeres siempre han participado ardorosamente, no sólo dentro del PS, sino que en
todos los partidos que yo he conocido. Ahora, la figuración que han tenido, claro que no se
ha correspondido con su accionar. Ha habido una diferencia siempre entre el trabajo que
las mujeres han hecho y el logro que han obtenido. Porque, hay que decirlo, en todos los
partidos políticos chilenos, a la hora de elegir candidatos para cargos públicos, los hombres
se llevan la mayoría”.760

En el caso Bristela Leiva, socialista de origen campesino, su politización fue paulatina,


mediada al comienzo por su marido. Viviendo en Mulchén, recuerda que formó parte de un centro
de madres, donde recibieron la asesoría de un abogado socialista llamado Jorge Sellán. 761
“Entonces, cómo había ido mi cuñada que le seguía metiendo carbón a mi marido, después mi
marido no me dejó seguir yendo al centro de madres, como que sintió celos por el abogado que
nos apoyaba, era socialista”.762 Al morir su marido, Bristela intensificó su militancia socialista
hasta convertirse en dirigenta vecinal en Mulchén y más tarde en Concepción. Actualmente vive
nuevamente en el campo producto de la pandemia.

¿Qué relación tuvo esta ‘masculinización de la política’ con la propuesta de los socialistas
hacia el campesinado? Una clave está en el discurso de Carlos A. Martínez como ministro de
Tierras y Colonización en 1939, quien arguyó el problema de la poligamia en las comunidades
mapuche al momento de dividir sus tierras entre hijos legítimos e ilegítimos. Dicho análisis dejaba
en evidencia que la política de los socialistas se encauzaba en el respeto de la propiedad privada
(consagrada en la constitución de 1925); y en el código civil que dejaba sin protección a los hijos
e hijas nacidos fuera del matrimonio.763 Es decir, que la crítica de Martínez hacia las comunidades
mapuche no era moral, sino simplemente legalista. Por lo demás, los socialistas no eran
necesariamente respetuosos de la fidelidad conyugal, no castigando la infidelidad entre sus

760
Entrevista a Carmen Lazo, Biblioteca de la Universidad Católica, subido el 28 de septiembre de 2020. Sitio:
https://bit.ly/3afJZk1
761
Jorge Sellán será abogado en causas de derechos humanos en la dictadura chilena, como la desaparición del
socialista Carlos Lorca en 1975.
762
Entrevista a Bristela Leiva.
763
Nara B. Milanich, Children of Fate. Childood, class, and the State in Chile, 1850-1930 (Durham & London: Duke
University Press, 2009).

210
miembros, al contrario de los comunistas que sí se inmiscuyeron en esos asuntos familiares. 764 Y
no es que la familia no fuese importante para los socialistas, al contrario. Según Karin Rosemblatt,
el Frente Popular y los partidos que lo conformaron, propiciaron una política inédita hacia la
familia popular y obrera, reforzando el papel proveedor de los hombres y el rol doméstico y de
cuidado de las mujeres.765 En ese sentido los socialistas, al momento de iniciar una política agraria
hacia los pequeños agricultores, lo hicieron invocando estos dos elementos conservadores: el
derecho de los hombres a tener una propiedad individual de tierra y de ser considerados ciudadanos
en la medida que eran padres de familia. Así, la “masculinización de la política” en el campo
tomaría una estética similar a la realizada por los socialistas en la urbe. Una representación la
podemos analizar en la portada del folleto Colonización en la zona devastada de 1940.766
Conteniendo la ley de colonización que propuso el ministro de Tierras, Rolando Merino, a partir
del terremoto de Chillán, en su portada se ve un hombre musculoso que sostiene una pala [trabajo
remunerado], mientras con la otra mano toma a su hijo pequeño. A la izquierda, está una mujer
agachada [subordinada al poder masculino], que sostiene al niño de la cadera [trabajo no
remunerado]. Los tres miran hacia el porvenir: una vivienda que habitar y un campo que cultivar
como familia (Ilustración 38). La tierra, que tantas veces se había prometido, y que la dirigencia
socialista dio prioridad mediante la Caja de Colonización Agraria, estaba sustentada por la ofrenda
de no colectivizar, ni cuestionar los mandatos del patriarcado, sino por la formación de colonias o
parcelas individuales. La promesa no era fácil, porque el sistema de colonización compraba sólo
las tierras que estaban en venta, sin la posibilidad de expropiación si los dueños no querían vender.
Así ocurrió con los fundos de la Beneficencia de Salud en el valle del Choapa, ya que, a pesar del
entusiasmo del gobierno, los inquilinos y medieros, dicha institución puso a la venta una mínima
parte. Esto se tradujo que, entre 1930 y 1940, sólo se hayan entregado terrenos a 1.227 colonos, y
de pésima calidad.767

764
Salgado, Exemplary Comrades.
765
Rosemblatt, Genderer compromises; “El Salario Familiar”, Consigna, N° 81, Santiago (11 de julio de 1936): 2.
766
Ministerio de Tierra y Colonización, Colonización en la zona devastada (Santiago: Gutenberg, 1940). Se agradece
a Matías Villa por este y otros folletos facilitados.
767
Ministerio de Tierras y Colonización, Colonización en la zona, 11.

211
ILUSTRACIÓN 38. PORTADA DE FOLLETO DE MINISTERIO DE TIERRAS Y COLONIZACIÓN, 1940.
FUENTE: CORTESÍA DE MATÍAS VILLA JUICA.

Por otra parte, la sindicalización campesina, que fue promovida por el programa del Frente
Popular, en especial por socialistas y comunistas, se aceleró rotundamente a partir de noviembre
de 1938, llegando a formar más de 200 sindicatos en pocos meses. Tanto así que la Sociedad
Nacional de Agricultura pidió su suspensión, siendo aprobada por Aguirre Cerda en marzo de
1939, con la promesa de formar una comisión mixta para crear una ley especial para los
campesinos. Su resultado tampoco fue fructífero, postergando el derecho a organizarse para los
inquilinos, lo que aceleró una nueva división entre los socialistas que no querían generar conflictos
dentro del gobierno y quienes estaban por la movilización rural. Estos últimos, autodenominados
como “inconformistas”, fundaron el Partido Socialista de Trabajadores en 1940, revocando la

212
premisa de que el PS era una organización populista, que se guiaba por liderazgos mesiánicos y
caudillezco, sino, al contrario, fue un “movimiento socialista” que contenía una militancia activa
y desobediente, la cual muchas veces obedecía más a los mandatos de sus propias redes y afectos
territoriales que a las jerarquías nacionales.768 Finalmente, las divisiones y perjuicios que se les
imputaron a los socialistas provocaron un descuido de su política agraria. En 1940, el PS liderado
por Grove y Schnake reformuló su Departamento Nacional Campesino, luego de la partida de
Zapata y Acuña, fueron reemplazados por Juan Bautista Arredondo [antiguo dirigente de Mulchén]
y la profesora Leontina Barrancos. En el PST se plantearon crear una Federación de Trabajadores
Agrícolas con el PCCh, quienes finalmente hegemonizaron dicha organización e incluso atrajo a
Godoy Urrutia y Berman para dichas filas.769 Pasarán más de una década para que los socialistas
volvieran a retomar la tarea de organizar a los campesinos mediante una Comisión Nacional
Agraria de la mano de Salomón Corbalán.

En definitiva, en la presente tesis me planteé analizar la política agraria de los socialistas y


las múltiples dimensiones de la politización campesina, logrando fortalecer la hipótesis inicial, la
cual, como anunciamos en la introducción, planteaba que el PS fue resultado de las voluntades de
las diversas organizaciones socialistas, las cuales marcaron un camino de heterogeneidad dentro
de la nueva agrupación, lo cual le dotó de fortalezas como debilidades. Una de las fortalezas fue
fomentar la politización campesina mediante una demanda sentida dentro de la población rural,
que era la distribución de la tierra mediante colonización. Este proyecto de reforma agraria, a largo
plazo, sería conducido por las mismas instituciones creadas por Carlos Ibáñez del Campo y
fortalecida por el segundo gobierno de Alessandri Palma, lo cual finalmente colocó un freno a las
expectativas que los socialistas crearon en su militancia rural. Por otro lado, la opción por respetar
el derecho de propiedad privada, formulado en la constitución de 1925, les permitió diferenciarse
de los comunistas, pero a la vez les creo dificultades para lograr un consenso dentro de sus filas a
la hora de poner en práctica una política de reforma agraria, sobre todo dentro de un gobierno
multiclasista como fue el Frente Popular. Finalmente, el agitado período no dejó bien parado a los
socialistas, los cuales se dividieron producto de sus propias contradicciones, las que se acumularon

768
Illanes, Movimiento en la tierra, 247-281.
769
Acevedo, Un fantasma, 175-185.

213
desde un comienzo, pero explosionaron frente a los énfasis impulsados por el gobierno de Aguirre
Cerda y el rechazo a la sindicalización campesina.

He planteado que la hipótesis inicial fue finalmente potenciada, formulándose a lo largo de


la investigación un conjunto de sub-hipótesis. Una de ella plantea ampliar la noción de
“militancia”, tomando en cuenta una serie de dimensiones de la politización, tanto en lo territorial,
ideológico y sobre todo “afectivo”. En esto último, el papel de la familia y la perspectiva de género
fueron centrales para complejizar mis planteamientos iniciales, los cuales tomaron en cuenta el
entrecruzando de distintas temporalidades mediante la narración. En ese ejercicio literario, pero
también metodológico, propuse que la politización campesina estaba atravesada por diversas
temporalidades. Por un lado, un tiempo político, que tiene que ver con el ritmo que imponen las
instituciones estatales, los partidos y sus proyectos políticos, las múltiples elecciones, las leyes,
etc.; pero también por un tiempo social, que atiende a las dinámicas de las organizaciones sociales,
tanto de trabajadorxs, campesinxs, feministas, etc. Es por esto, que la presente tesis la inserté en
una historia sociopolítica, porque quería escribir la práctica de los socialistas, en tanto militantes
de un partido, pero no desconociendo que eran parte de un territorio concreto y de organizaciones
sociales más amplias. Por tanto, a la revisión de prensa, archivos y libros, me zambullí al estudio
del tiempo local y biográfico de los militantes de base socialistas. Esto se explica, por un lado, a
la influencia de la historia de vida cotidiana que se ha impulsado en las últimas décadas, pero
también porque frente a la pandemia y el cierre de bibliotecas y archivos, se dio la necesidad de
ejercer nuevas formas de obtener conocimientos. Una de ellas fue la memoria filial, es decir,
recurrir a la historia oral con hijos e hijas de socialistas, quienes poseen invaluables testimonios
de la vida cotidiana de sus padres y madre, además de fotografías y objetos, dando cuenta de una
militancia ampliada, donde percibí gratamente la labor invisibilizada de las mujeres y su
descendencia en la posibilidad de que la política se realice materialmente. De allí que esta tesis se
convirtió en un ejercicio de historia social, cultural, con categorías de género, etnicidad y clase, lo
que actualmente se conoce como la “interseccionalidad”.770 Dicho sea de paso, esta elección no
fue meramente una iniciativa individual, sino como resultado de estos convulsionados años y el
avance del movimiento feminista, el cual ha permitido comprender cómo el capitalismo ha logrado
consolidarse en el área global, pero basado en la intensificación de la desigualdad de clase, género

770
Verena Stolcke, Racismo y sexualidad en la Cuba colonial. Intersecciones (Barcelona: Edicions Bellaterra, 2017).

214
y etnicidad. Espero que en el futuro estos diagnósticos sean cada vez más un recuerdo que una
presencia impertubable.

La Florida, 10 de octubre de 2021

215
BIBLIOGRAFÍA

Fuentes Primarias

Entrevistas

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2. Mario Salinas Oteiza, Santiago, 11 de noviembre de 2011.
3. Jorge Chelén Franulic, Santiago, 24 de febrero de 2017.
4. Sergio Maurín, Santiago, 24 de febrero de 2017.
5. Arturo Salinas Calderón, Santiago, 10 de julio de 2018
6. Adriana Zapata, Santiago, 10 de julio de 2018.
7. Douglas Hubner, Santiago, 10 de enero de 2019.
8. Iván Núñez, Santiago, 1 de febrero de 2019. Realizada junto a Matías Villa.
9. Quielo Rivera, Los Choapinos (Rengo), 7 de febrero de 2019.
10. Yolanda Rivera, Los Choapinos (Rengo), 28 de septiembre de 2019.
11. Quielo Rivera, Los Choapinos (Rengo), 28 de septiembre de 2019. Segunda entrevista.
12. Bristela Leiva, Concepción, 29 de noviembre de 2019.
13. Cecilia Cerda, Concepción, 29 de noviembre de 2019.
14. Alexandra Acuña, Santiago, 7 de abril de 2020.
15. Lenka Chelen Franulic, Viña del Mar, 6 de junio de 2020.
16. Rolando Pinto Contreras, Santiago, 11 de julio de 2020.
17. Omar Araya, Viña del Mar, 19 de octubre de 2020.
18. Demofila Astudillo, Iquique, 2 de noviembre de 2020.
19. Eliana Acuña Moya, Santiago, 19 de diciembre de 2020.
20. Paz Elena Sánchez, Mulchén, 22 de mayo de 2021.

Archivos

216
Archivo Nacional de la Administración (ARNAD).
- Fondo Ministerio del Interior (1933-1938)
- Fondo Ministerio de Tierras y Colonización (1939-1943)
- Fondo Ministerio de Agricultura (1925-1933)
- Dirección General del Trabajo (1936-1939).

Biblioteca Clodomiro Almeyda (1933-1941).


Fondo Adonis Sepúlveda (1931-1941).
Fondo Alejandro Witker

Archivo Nacional Miraflores.


- Fondo Varios. Documentos de Manuel Hidalgo (1912-1951).
- Intendencia de Santiago (1932-1936).

Archivo privado de folletos y fotografías de Matías Villa Juica.

Congreso Nacional

• Boletín de Sesiones de Cámara de Diputados (1932-1941).

Prensa y Revistas
• Acción, NAP, Santiago (1932)
• Acción, Nacimiento (1933)
• Acción, Santiago, (1933)
• Acción Socialista, Santiago (1934)
• Avance, Chañaral Alto (1939-1941)
• Boletín del Partido Socialista, Santiago (1933)
• Claridad, Santiago (1937-1938)

217
• Consigna, Santiago (1934-1941)
• Crónica, Santiago (1931-1932)
• El Arado, Chañaral Alto (1945)
• El Colono Austral, Valdivia (1932)
• El Heraldo, Illapel (1933-1934)
• El Ideal, Mulchén (1931-1938)
• El Nuevo Sucesos (1932-1934)
• El País, Santiago (1932)
• El Pueblo, Santiago (1932)
• El Siglo, Mulchén (1936)
• El Socialista de Cautín, Temuco (1935)
• El Socialista, Concepción (1932-1934).
• El Traiguén, Traiguén (1937)
• El Malleco, Angol (1939)
• El Radical Socialista, Santiago (1932)
• El Regional, Talagante (1934)
• Ercilla, Santiago (1936-1941)
• Frente Popular, Santiago, (1936-1940).
• Heraldo Araucano, Santiago (1940-1945)
• Izquierda, Santiago (1934-1936)
• Jornada, Santiago (1934-1935)
• Justicia, Valparaíso (1935)
• La Célula, Santiago (1932-1933)
• La Chispa, Santiago (1931).
• La Hora, Ovalle (1936)
• La Mañana, Santiago (1932).
• La Nación, Santiago (1929-1939)
• La Opinión, Santiago (1932-1937).
• La Opinión del Norte, Ovalle (1934-1937)
• La Tribuna, Illapel, (1935-1936).

218
• La Tribuna, Ovalle (1939-1940).
• La Voz Obrera y Campesina, Santiago (1932).
• La Voz de Arauco, Arauco (1937-1938).
• La Voz Campesina, Santiago (1938)
• Liga Nacional de Defensa de Campesinos Pobres, Santiago (1936-1939).
• Mundo Obrero, Traiguén (1937).
• Núcleo, Valparaíso (1934-1935).
• Nueva Tribuna, Santiago (1932)
• ¿Qué hubo en la semana?, Santiago, (1939-1940)
• Reflector, Illapel (1932-1945)
• Revolución, Talca (1932)
• Rumbo, Santiago, (1936-1940)
• Tierra, Santiago (1935-1937)
• Tribuna, Illapel (1936).
• Trinchera, Santiago (1939).
• Trinchera, Valparaíso (1932).
• Wiken, Santiago (1932-1934)

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• Nueva Acción Pública. 1932. Declaración de Principios y Estatuto Orgánico. Santiago:
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• Partido Socialista de Chile. 1937. Grove, el militar y el ciudadano. Santiago: Departamento
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Publicaciones del Partido Socialista.
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Departamento de Publicaciones del Partido Socialista.
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• Sociedad Cooperativa de Huertos Obreros José Maza Ltda. 1947. Huertos Obreros.
Santiago: s/e.
• Trotsky, León. 1930. El gran organizador de derrotas o, la Internacional Comunista desde
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• Vera, Tobías. 1940. Nuestra Escuela Rural. Valparaíso: Antares.
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