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(compiladores)
Psicoanálisis orientación
lacaniana: recorrido
del goce en la enseñanza
de Jacques Lacan
Autores: Agostina De Luca, Daniela Fernández,
Lucas Leserre, Valeria Mazzia, Lucía Moavro,
Lucas Rodríguez, Paula Rodríguez Acquarone,
Débora Rabinovich, Diego Javier Santa Cruz,
Larisa Santimaría, Gustavo Sobel, Inés Sotelo,
Graciela Tustanoski, Laura Valcarce,
María Virginia Vázquez
....... 123
“De lo imaginario a lo simbólico: esquemas y grafos”
Inés Sotelo ................................................................... 125
“Del deseo al goce: los límites del paradigma dos”
Lucas Leserre .............................................................. 143
“La Bella carnicera: la paradoja de la satisfacción”
Graciela Tustanoski .................................................... 167
Miquel Bassols
Lacan, J. (1964b) “Acta de fundación” en Otros escritos. Bs. Una puerta de entrada a Lacan
As., Paidós. 2012, pp. 247-261.
Lacan, J. (1967a) “Proposición del 9 de octubre de 1967 (pri-
mera versión)” en Ornicar?, n. 1. Barcelona. Petrel. 1981, Lucas Leserre
pp. 11-31.
Lacan, J. (1967b) “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre
el psicoanalista de la Escuela” en Otros escritos. Buenos “La puerta es, por naturaleza, del orden simbólico,
Aires. Paidós. 2012., pp. 261-279. y se abre a algo que no sabemos demasiado si es
Lacan, J. (1972-73) El seminario, Libro 20, Aún10. Buenos lo real o lo imaginario, pero que es uno de los dos.
Aires. Paidós, 4ta. reimp., 1995. Hay disimetría entre la apertura y el cierre: si la
- apertura de la puerta regula el acceso, cerrada,
cierra el circuito. La puerta es un verdadero
cante” en Matemas II. Bs. As., Manantial, pp. 53-66.
símbolo, el símbolo por excelencia, aquel en el cual
Miller, J.-A. (1981) “Teoría de los goces” en Conferencias por-
siempre se reconocerá el paso del hombre a alguna
teñas, t. 1. Bs. As. Paidós. 2009, pp. 143-155. parte, por la cruz que ella traza, entrecruzando el
Miller, J.-A. (1998-99) La experiencia de lo real en la cura psi- acceso y el cierre”
coanalítica. Los cursos psicoanalíticos. Bs. As., Paidós, J. Lacan (1954-55, 446)
2003.
Miller, J.-A. (2010) “Vida de Lacan”, clase del 31 de marzo, “[a los pacientes] se trata de hacerlos entrar por la
inédito. puerta, que el análisis sea un umbral, que haya
Morin, E. (1999) Los siete saberes necesario para la educación para ellos una verdadera demanda.
del futuro. Bs. As., Santillana-Unesco. Esta demanda: ¿de qué quieren deshacerse? De un
síntoma”
Rimbaud. A. (1871) “Carta a P. Demeny del 15 de mayo 1871”
J. Lacan (1975, 21)
en Iluminaciones. Cartas del vidente. Bs. As., Hiperion.
1995, pp. 134-135.
Roudinesco, E. (1994) Lacan: esbozo de una vida, historia de
H
un sistema de pensamiento. Bs. As., Fondo de Cultura ay imágenes que cuesta que se borren, sin embargo en-
Económica. tre tantas que conservo, hay una en especial que cuando
la vi me dije “¡esto es lo simbólico!”. Se trata de una escena
Visacovsky, S. (2001) El Lanús. Memoria, política y psicoaná-
de la película Primavera, verano, otoño, invierno… y otra vez
. Bs. As. Alianza.
primavera del genial Kim Ki-duk11. En un templo budista, en
Vezzetti, H. (1985) La locura en la Argentina. Bs. As., Paidós.
una pequeña isla en el medio de un lago, conviven un maestro
y su discípulo. Lo llamativo es que en el interior del templo no
hay paredes pero… ¡sí puertas! Son las puertas las que hacen
existir las paredes o muros, cuya presencia tienen más peso todo está ahí.
que los ladrillos. Otra posibilidad podría ser empezar leyendo algún libro que
Si “El estilo es el hombre mismo”, el de Lacan no era, jus- me explique a Lacan, un libro que sea introductorio. De estos
tamente, el de la simpleza, no le gustaba la argumentación textos hay muchos y ciertamente muy pocos son buenos, como
lógica y la explicación: “[…] entrar en un texto de Lacan es el excelente y célebre Introducción a la lectura de Jacques La-
quedar expuesto al embate de un entrecruzamiento de tonos can de Oscar Masotta (1970), cuya lectura contemporánea a
y de jergas que obligan al lector a un trabajo de descifre. La Lacan resulta extraordinaria y convierte a la Argentina en
prosa de Lacan, a la vez coloquial y enrarecida por términos uno de los primeros países –por fuera de Francia– donde la
tomados de la fenomenología alemana, jamás se despliega de enseñanza de Lacan comenzó a transmitirse.
manera lineal, sino que en polémica casi constante con las po- Pero si queremos comenzar con la lectura de Lacan, él
siciones del culturalismo norteamericano y con algunos aspec- mismo nos da dos claves para saber por dónde hacerlo. Por
tos del psicoanálisis anglosajón, avanza como reptando, y tam- un lado, precisa el comienzo de su enseñanza en 1953 con su
bién a saltos, abandonando el plano expositivo para adoptar presentación, en el primer Congreso de la SFP, del conocido
repentinamente un estilo oblicuo y burlón, sin dejar en otros Discurso de Roma13. Por otro lado, en 1966, cuando publica
momentos de exponer las posiciones que rechaza al mismo ni- sus Escritos decide ubicar como primer escrito –por fuera del
vel y en el mismo tono con que expone las suyas propias. Una orden cronológico que tiene el resto del libro– “El seminario
sobre «La carta robada»” de 1956.
se puede acceder –pero que no se explica– por el triple marco
¿Por dónde comenzar con Jacques Lacan? En general, El comienzo de la enseñanza de Lacan
antes de acercarse a su lectura ya hay dos cosas que se tie-
nen claras, una que Lacan es difícil, y dos, que si se tiene ¿Por qué la llamamos “enseñanza de Lacan” y no “obra
un espíritu cronológico se debería empezar por sus primeros lacaniana”? Porque él mismo la nombra así: “No pienso darles
escritos, especialmente su tesis de doctorado: De las psico- mi enseñanza en forma de comprimido, me parece algo difícil.
sis paranoica y sus relaciones con la realidad (1932), cono- Quizás se haga esto más tarde, ya que la cosa siempre ter-
cida como el caso Aimée12. En cambio si se está preso de la
ilusión del progreso habría que comenzar por sus últimos tiempo, se reduce a tres líneas en los manuales –en lo que a
seminarios, por lo último que dijo o que escribió. ¿Para qué mí respecta, manuales no se sabe por otra parte de qué. Yo
perder tiempo con todo el recorrido si lo importante es lo no puedo anticipar en qué manuales seré incluido, porque no
Otra manera, que implica ahorrar tiempo y esfuerzo, y es decir, el psicoanálisis” (1967, 13). La idea de obra remite a
que evita hipotéticamente enfrentarse a no entender, sería
comenzar por los diccionarios de psicoanálisis. Se supone que
13. Del cual quedan dos textos la conferencia propiamente dicha “Discurso
de Roma” (1953b) y su posterior redacción y edición por parte de Lacan que
se transformó en el escrito “Función y campo de la palabra y el lenguaje en
12. Aimée, quiere decir amada en francés. psicoanálisis” (1953c).
48 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 49
completud, en cambio, una enseñanza deja lugar a una aber- Sin duda que 1953 no es el año que marca su encuentro
tura, a puntos de fuga14. con Freud; ya desde la publicación de su tesis en 1932 venía
Lacan sitúa el comienzo de su enseñanza en 1953 (16), a trabajando los textos freudianos y, además, ya había presen-
partir del Informe de Roma y propone su “retorno a Freud”15. tado su célebre estadio del espejo en el Congreso Internacional
Este “retorno” implica una operación política –como señala de la IPA de 1936 en Marienbad. Lo que sucede es que 1953
Jorge Luis Borges en “Kafka y sus precursores” publicado en es un año esencial en la vida institucional del psicoanálisis en
Otras inquisiciones: “Cada escritor crea sus propios precurso- Francia, es el año en que se produce la famosa escisión de la
SPP16 y la fundación de la nueva SFP en la que Lacan tuvo un
- papel fundamental.
dicar su precursor declara su intención de ubicarse en la mis- Las razones epistémicas también son variadas y múl-
ma serie. Esto tiene el efecto de borrar la reiterada pregunta tiples, indicaré al menos tres. En primer lugar, el auge del
tramposa de si se es freudiano o lacaniano. No hay tal posi- movimiento estructuralista en Francia, fundamentalmente a
bilidad, si se es lacaniano también se es freudiano. La ense- partir de la tesis de doctorado de C. Lévy-Strauss17, Las es-
ñanza de Lacan, sus cimientos, están constituidos por la obra tructuras elementales del parentesco,
freudiana, sin olvidar que retorna a Freud con todo el arsenal “[…] que la prohibición del incesto, en tanto regla universal,
teórico con el que contaba; el movimiento estructuralista, la implica un punto de pasaje entre dos órdenes radicalmente
diversos: el de la naturaleza y el de la cultura. Al mismo tiem-
G. F. Hegel, M. Heidegger, J.-P. Sartre, y G. Leibniz, entre po, esa prohibición –que regula las leyes de la alianza y or-
otros. dena las estructuras del parentesco– sirve de fundamento al
Se pueden atribuir diferentes razones por las que decidió intercambio social, al hacer posible la circulación de mujeres
situar en 1953 el comienzo de su enseñanza, señalaré dos: po- y bienes” (Dagfal, 2009, 199).
líticas y epistémicas. Un segundo motivo epistémico fue el desvío en el que ha-
bían incurrido los posfreudianos, adeptos al “Psicoanálisis del
yo”, cuyos máximos exponentes H. Hartmann, E. Kris y R.
Loeweinstein adherían a la línea de Anna Freud, en detri-
mento de la “escuela inglesa” representada en primer término
14. Lacan lo señala a sus 79 años: “Porque, desde luego, no les digo todo. Ese
es mi mérito” y agrega: “Ya está. Declaro abierto este Encuentro, que versa
sobre lo que enseñé. Quienes hacen que haya yo enseñado algo, son ustedes
con su presencia” (1980, 267).
15. En noviembre de 1955, en la ciudad de Freud, Viena, en la clínica neu- 16. Ver “Presentación” por I. Sotelo en este mismo libro. También se puede
ropsiquiátrica, Lacan da su conferencia “La cosa freudiana, o sentido del seguir la cronología de las actas, misivas, cartas y demás documentos en la
retorno a Freud en psicoanálisis”. El lugar y fecha no es un dato anecdótico. recopilación realizada por J.-A. Miller (1987, 5-107).
17. C. Lévi-Strauss venía, justamente, de formarse en la lingüística estruc-
nazismo, pasó a ser un Estado soberano, independiente y democrático. Ahí tural con Roman Jakobson en Estados Unidos, y fue él mismo quien los pre-
pronuncia Lacan: “El sentido de un retorno a Freud es un retorno al sentido sentó: “[a R. Jakobson] le hice conocer a Lacan, de quien yo era muy amigo.
de Freud. Y el sentido de lo que dijo Freud puede comunicarse a cualquiera Como era de esperar, Lacan quedó inmediatamente conquistado, y también
porque, incluso dirigido a todos, cada uno se interesará en él: bastará una su mujer, Sylvia. Tenían unos apartamentos medianeros en la calle de Lille
palabra para hacerlo sentir, el descubrimiento de Freud pone en tela de y aceptaron mi sugerencia de alojar a Jakobson cuando venía a París. Du-
juicio la verdad, y no hay nadie a quien la verdad no le incumba personal- rante varios años Jakobson tuvo de este modo «su cuarto» en casa de Sylvia
mente” (1955b, 382). Lacan” (Lévi-Strauss, 1988, 63).
50 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 51
por Melanie Klein. Para Lacan, los posfreudianos habían de- Así lo señala Lévi-Strauss: “Nos proponemos mostrar aquí
gradado el valor de la palabra en la experiencia analítica (el que la descripción que los observadores sobre el terreno (entre
concepto de contratransferencia es un ejemplo), y ubicaban al ellos, nosotros mismos) han ofrecido de las instituciones indí-
analista en el registro imaginario, ofreciéndose como mode- genas, coincide sin duda con la imagen que los indígenas se
forman de su propia sociedad, pero que esta imagen se reduce
una cura basada en el registro imaginario y constituida por
una técnica standard, con sesiones cronometradas de cuaren- cual es de naturaleza completamente distinta” (1949a, 155).
ta y cinco minutos, ni uno más ni uno menos: “Una técnica se Tenemos por un lado una imagen (o teoría) que es engañosa,
transmite allí, de un estilo macilento y aun reticente en su y por otro, la realidad que es de otra “naturaleza”. Con esta
opacidad […] tomando el giro de un formalismo llevado hasta -
el ceremonial” (1953c, 237). ca que regula las diferentes relaciones sociales y que otorga
Por último, la lógica misma, interna a los desarrollos teó- diferentes lugares y funciones simbólicas a los miembros.
ricos que venía realizando Lacan, lo obliga a tener que poner Para formalizar la estructura existente en la sociedad de los
sherentes18 utiliza el siguiente esquema19 (157):
salir de la agresividad, el transitivismo, la lucha por el puro
prestigio que el registro impone?
A estas tres razones epistémicas, Lacan responde en 1953 A B
promoviendo el valor fundamental de la palabra, inventando
el concepto de sujeto (diferente al yo), dividiendo la condición
humana en tres dimensiones: simbólico, imaginario y real, y
otorgando un peso fundamental a la estructura simbólica, al
lenguaje, en la formaciones del inconsciente: sueños, actos fa-
llidos, witz y síntomas.
c d
Este es el título de la primera comunicación en julio de Se observa así en Lévi-Strauss una tripartición: la rea-
1953 que Lacan realiza en la recientemente fundada SFP lidad; la imagen que se tiene de esta y que es engañosa; y
(1953a). Luego de esta conferencia redacta el Informe de Roma una estructura simbólica que ordena y formaliza a la realidad,
que presentará, meses más tarde, en el primer Congreso de la donde “[…] los símbolos son más reales que lo que simboli-
SFP en Roma.
Lacan ya venía elaborando la tripartición simbólico, imagi- Strauss, 1950, 28).
nario, real, años antes, como él mismo lo indica (Lacan, 1953a,
14). Uno de sus antecedentes lo encontramos en el antropólogo
C. Lévi-Strauss (Miller, 2005, 105), más precisamente en sus
dos conocidos artículos de “El hechicero y su magia” (1949b) y
18. Población indígena del Brasil.
19. Cualquier semejanza con el esquema L de J. Lacan no es pura casualidad.
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En su famosa comparación –incómoda para algunos ana- La relación entre ambos ha tenido varias idas y venidas, como
el apoyo explícito de Lévi-Strauss a Lacan, luego de su ex-
al inconsciente: “Entendemos por esto que el poder trauma- comunión, en 1964, cuando asiste a la primera clase de El
tizante de una situación cualquiera no puede resultar de sus seminario 11, aunque también, cuando le preguntan por los
caracteres intrínsecos, sino de la capacidad que poseen ciertos trabajos de Lacan dice: “Habría que comprenderlos. Y siempre
acontecimientos que surgen en un contexto psicológico, histó- he tenido la impresión de que, para sus fervientes admirado-
rico y social apropiado, de inducir una cristalización afectiva res, «comprender» no quería decir lo mismo que para mí. Yo
que tiene lugar en el molde de una estructura preexistente. habría necesitado cinco o seis lecturas” (1950, 104). Parecería
[…] Estas estructuras –o para ser más exactos, estas leyes de más bien que a Lévi-Strauss le molestaba lo que generaba La-
estructura– son verdaderamente intemporales […] El conjun- can, sus “fervientes admiradores” ¡tan fervientes que llegan a
to de estas estructuras formaría lo que llamamos el incons- leerlo cinco o seis veces!
ciente. […] El inconsciente deja de ser el refugio inefable de
particularidades individuales, el depositario de una historia
singular que hace de cada uno de nosotros un ser irreempla- Lo simbólico
zable. El inconsciente se reduce a un término por el cual de-
El armado del estructuralismo lacaniano sufre transfor-
humana, sin duda, pero que en todos los hombres se ejerce maciones y agregados, no se trata solamente del concepto de
según las mismas leyes; que se reduce, de hecho, al conjunto estructura en términos de Lévi-Strauss sino que lo conjuga
de estas leyes” (1949c, 225-6). con los aportes que toma de los desarrollos de Hegel sobre la
Lacan transforma la “función simbólica del inconsciente” función de la negatividad del lenguaje, y los provenientes de
en la “función de la palabra” y eso que Lévi-Strauss deja de F. de Saussure y R. Jakobson.
lado, el inconsciente como “depositario de una historia singu- Estos aportes no son simultáneos. Se nota por ejemplo en
lar” es lo que Lacan justamente incluye con la invención del
término de sujeto. con un año de diferencia.
Así la obra de Lévi-Strauss se vuelve un antecedente fun- En El seminario 2
damental en la enseñanza de Lacan20, de la cual él mismo da de Lévi-Strauss, y que en este libro muestra su fecundidad.
cuenta: “El Sr. Quine, con quien hablé de esto hace un rato, A partir de ella podemos formular la hipótesis de que el or-
me preguntó qué le debía a Claude Lévi-Strauss: le debo mu- den simbólico, por cuando se plantea siempre como un todo,
cho, sino todo. Lo que no impide que yo tenga una noción com- como algo que forma por sí solo un universo –y que incluso
pletamente diferente de la estructura a la suya” (1975, 25). constituye el universo como tal, en tanto que distinto del mun-
do–, debe estar igualmente estructurado como un todo, vale
decir que forma una estructura dialéctica acabada, completa”
(1954-55, 51-53). En esta ocasión, Lacan da la referencia ex-
20. Aunque sin tanto peso, Lévi-Strauss también cita –una vez– a Lacan: “es
el que nosotros llamamos sano de espíritu quien se aliena, ya que consiente
los demás”. Y aclara en nota al pie de página: “tal nos parece la conclusión
siguiente manera: “La estructura es primero un grupo de ele-
que se saca del profundo estudio del doctor Jacques Lacan «L’agressivité en mentos que forman un conjunto co-variante. Dije conjunto,
psychanalyse»” (1950, 20). no dije una totalidad. En efecto, la noción de estructura es
54 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 55
analítica. La estructura siempre se establece mediante la re- las formalizaciones que realiza a partir del juego par e impar
ferencia de algo que es coherente a alguna otra cosa” (Lacan, (o la tirada de la moneda en nuestra versión) y el modelo de
1956-57, 261-262). ¡Sorprendente giro en un año! una memoria cibernética y, dos, el ser-para-la-muerte de Hei-
campo analítico. Ya no se trata de un universo total sino de mismo modo que el automatismo de repetición […] no apunta
un conjunto (referencia a las matemáticas) conformado de ele- a otra cosa que a la temporalidad historizante de la experien-
mentos co-variantes (referencia a de Saussure). Lo que hace cia de la transferencia, de igual modo el instinto de muerte
a esta estructura “analítica” es lo que queda afuera de la es- expresa esencialmente el límite de la función histórica del su-
tructura: “la referencia de algo que es coherente a alguna otra jeto. Ese límite es la muerte, no como vencimiento eventual de
cosa”. La estructura es no-toda. la vida del individuo, ni como certidumbre empírica del sujeto,
Con todos estos aportes de otras disciplinas y con tres li- sino, según la fórmula que da Heidegger, como «posibilidad
bros freudianos –que en ese momento son de cabecera para absolutamente propia, incondicional, irrebasable, segura y
Lacan–: “La interpretación de los sueños”, “El chiste y su re- como tal indeterminada del sujeto», entendámoslo del sujeto
lación con el inconsciente” y “Psicopatología de la vida cotidia-
na” se arriba al famoso aforismo lacaniano: “el inconsciente En este mismo texto, unos párrafos más adelante, y a par-
está estructurado como un lenguaje”, que Lacan se encarga de tir del ¡Fort! ¡Da! donde “[…] el deseo de la cría del hombre
comentar en varias oportunidades: “Se elabora la gramática a -
partir de lo que funciona ya como palabra. Y eso no es lo más nición de lo simbólico a partir del concepto de muerte: “Así el
característico. Si he empleado el término: «el inconsciente está
estructurado como un lenguaje», es porque quiero sostener cosa, y esta muerte constituye en el sujeto la eternización de
que un lenguaje, no es el lenguaje. Hay algo en el lenguaje que
ya es demasiado general, demasiado lógico” (Lacan, 1975, 21). “muerte de la cosa” se funda en el par presencia-ausencia, ne-
Pasan los años pero el resaltado sobre lo singular en Lacan se cesitando de la ausencia para su surgimiento.
mantiene. La referencia esencial en relación a la función de la muer-
En esta arquitectura de lo simbólico el concepto de muer- la Sabiduría y concluye así la Historia. Hegel parte de la idea
te ocupa un lugar central articulado desde dos perspectivas
distintas: una, la pulsión de muerte freudiana que culmina en
56 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 57
rostro del más “terrible mudo”, Harpo Marx, “marcado por esa
y que a veces dispone de ella a su arbitrio” (Kojève, 1982, 41). sonrisa, que no se sabe si es la de la más extrema perversidad
Y con relación a la libertad dice Kojève: “La muerte, entiénda- o la de la necedad más completa de Harpo Marx21” (71). Hacer
se la muerte voluntaria o aceptada con pleno conocimiento de silencio no es lo mismo que callarse. Sin embargo elige el tér-
causa, es la manifestación suprema de la libertad…” (81). mino en francés parole y no mot para referirse a la palabra, ya
El concepto de negatividad es un concepto complejo que que parole22 implica la dimensión de acto que puede tener la
- palabra, del compromiso subjetivo de quien la enuncia.
La palabra es el símbolo por excelencia, y por eso su pa-
antítesis: “La negatividad se halla en la base de la estructura pel en la experiencia analítica es fundamental: “De este modo
dialéctica del Ser y de lo Real” (18). La negatividad implica debe entenderse lo simbólico en juego en el intercambio ana-
“[…] que el Hombre dominado en su ser por la Negatividad lítico. Así se trate de síntomas reales, actos fallidos, y todo lo
no es Ser-estático-Dado [pérdida de la cosa en-sí], sino Acción, que se inscribe en lo que encontramos y reencontramos in-
o Acto de postularse o de crearse a sí mismo” (19). “Esta au- cesantemente […] se sigue tratando y se tratará siempre de
tocreación del Hombre se efectúa por la negación de lo dado símbolos organizados en el lenguaje que funcionan a partir de
(natural y humano). La realidad humana o el Yo no es pues -
una realidad natural o «inmediata» sino realidad dialéctica o valente de la estructura misma del lenguaje” (1953a, 28). Y es
«mediatizada»” (23-24). por eso que “[…] el estudio en el que el psicoanalista debería
Para Lacan, siguiendo a Hegel, “[…] la muerte nos aporta ser maestro, [es] el de la funciones de la palabra” (1953c, 237).
la cuestión de lo que niega el discurso, pero también la de sa- Asimismo Lacan nos recuerda algunas propiedades bási-
ber si es ella la que introduce en él la negación. Pues la nega-
tividad del discurso, en cuanto que hace ser en él lo que no es, “[…] ella permite trascender la relación agresiva fundamental
nos remite a la cuestión de saber lo que el no-ser, que se ma- en el espejismo del semejante” (1953a, 37), y su maravillosa
capacidad de creación: “[…] es cualquier cosa, lo que sea, pero,
(Lacan, 1954, 360). Para estos momentos de la enseñanza de a partir de allí, existe algo que antes no existía” (37). Esta
Lacan la muerte es el nombre que tiene la falta estructural.
e incluso de hacerlo existir ha hecho sacar canas a más de un
lógico que se pregunta si es válido preguntarse cosas del estilo
Función de la palabra ¿todos los unicornios tienen un solo cuerno?
La palabra implica las dos cosas, por un lado “el asesina- Lo imaginario
to de la cosa”, y simultáneamente, su aspecto de creación, al
decir de Lacan: “[…] la palabra que es ya una presencia he- Una de las fuentes principales ajenas al psicoanálisis que
cha de ausencia, la ausencia misma viene a nombrarse en un Lacan toma para moldear el registro imaginario proviene de
momento original cuya recreación perpetua captó el genio de los estudios de la etología, fundamentalmente los desarrolla-
Freud en el juego del niño. Y de esta pareja modulada [fort- dos por K. Lorenz, quien demuestra que una imagen sirve en
da] de la presencia y de la ausencia […] nace el universo de los animales para desembocar en una conducta sexual o de
sentido de una lengua donde el universo de las cosas vendrá a alimentación: “los estudios de Lorenz sobre las funciones de la
ordenarse” (1953c, 266-267). Lacan ubica al comienzo el “na- imagen en el ciclo de la alimentación muestran que lo imagi-
cimiento de sentido” a partir de una “pareja modulada”, es nario desempeña allí un papel tan eminente como en el orden
decir, una alternancia, al menos dos. de los comportamientos sexuales” (1953a, 23).
Realzar la función e importancia de la palabra en psi- Lo imaginario23, en este momento de la enseñanza de La-
coanálisis respondía a que su uso se encontraba degradado. can, constituye el muro que lo simbólico tiene que perforar,
Basarse, por ejemplo, en la “realidad objetiva” o en los sen- un muro hecho de palabras vacías y cargado de objetos ima-
timientos que puede generar un paciente al analista (con- ginarios que brindan la ilusión de completud y alimentan las
tratransferencia) era y es frecuente: “Ya se dé por agente de fantasías. En el registro imaginario ubica al yo y al semejante.
curación, de formación o de sondeo, el psicoanálisis no tiene Para conceptualizar al yo (moi24) se apoya fundamentalmente
sentido sino un medium: la palabra del paciente. La evidencia en dos referencias freudianas. Por un lado, en el yo de “Intro-
del hecho no excusa que la desatienda. Ahora bien, toda pala- ducción del narcisismo” (Freud, 1914, 73), para así resaltar el
bra llama a una respuesta. Mostraremos que no hay palabra carácter libidinal de éste y su lugar equivalente a un objeto
sin respuesta, incluso si no encuentra más que el silencio, con en la economía libidinal; y por otro, en el yo de “La negación”,
tal que tenga un oyente, y que éste es el meollo de su función ese yo que puede enunciar: “«Usted pregunta quién puede ser
en el análisis” (240-241).
El lugar del analista es el del oyente que con su “poder Entonces es su madre” (Freud, 1925, 253). De lo que Lacan
discrecional” (Lacan, 1955a, 318) tiene que leer, pues el in-
consciente es un asunto de escritura: “[…] el inconsciente es
ese capítulo de mi historia que está marcado por un blanco
u ocupado por un embuste: es el capítulo censurado. Pero la 23. Ver el artículo de I. Sotelo “El júbilo del yo” en este mismo libro.
verdad puede volverse a encontrar; lo más a menudo ya está 24. Lacan se apoya en la diferencia gramatical que existe en la lengua fran-
escrita en otra parte” (1953c, 251). cesa para nombrar al yo: je y moi. Tienen usos distintos. El je es un pronom-
En este momento de la enseñanza de Lacan la cura analí- bre personal que se usa sólo acompañando al verbo en su función de sujeto
(sujet) de la oración (je marche: (yo) camino). En español el pronombre per-
tica se establece mediante la realización simbólica: “[…] la no- sonal yo, en su función de acompañar al verbo, se encuentra muchas veces
ción que tenemos del neurótico es que en sus síntomas mismos tácito: “(yo-je) camino por la vereda del sol”. En todos los otros casos se usa
yace una palabra amordazada, donde puede decirse que se ex- el pronombre personal moi.
presan algunas transgresiones […] Por no realizar el orden Es decir, el moi se usa cuando el yo no acompaña al verbo: Je suis prêt. Moi
del símbolo de una manera viva, el sujeto realiza imágenes aussi: Estoy listo. Yo también. El verbo es être (ser), aquí conjugado en pri-
mera persona del presente de indicativo: je suis, por eso va acompañado del
desordenadas que lo sustituyen” (1953a, 33). je. Otro ejemplo: Moi qui vous aime tant , yo que tanto le quiero. También se
usa moi como complemento: pour moi, para mí. El moi tiene muchos usos,
como aposición, objeto directo, objeto indirecto, etc..
60 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 61
El sujeto
28. Una barra sobre los escudos de armas en el medioevo indicaban que se
26. En el artículo de este libro “El júbilo del yo” de I. Sotelo se encuentra trataban de bastardos.
desarrollado este punto. 29. Ver “Del deseo al goce: los límites del paradigma dos” en este mismo libro.
64 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 65
su logro social, sin consideración del carácter o el sexo, que de vez que se tira la moneda la posibilidad es la misma, es total-
mente azaroso, contingente31.
Lacan traduce la “compulsión de repetición” freudiana Tiramos ocho veces la moneda y obtenemos lo siguiente:
(Freud, 1920, 19) en la insistencia del “automatismo de repeti-
Serie 1: + + - - + - - +
y a su vez acentúa el carácter simbólico del sujeto. De ahí la Ahora bien, tomemos de a dos las tiradas de la moneda,
comparación que Lacan realiza entre el orden simbólico y la por ejemplo, a los dos primeros de la Serie 1: + + y le asig-
máquina cibernética en El seminario 2 (Lacan, 1954-55, 263). namos una letra: A, continuamos y tenemos en total cuatro
posibilidades:
30. Salvo que suceda lo que le pasa a Felipe, personaje de la tira de Quino 31. “El verdadero real implica la ausencia de ley. Lo real no tiene orden”
Mafalda, y la moneda caiga sobre su canto y se quede quieta. dirá Lacan más adelante (1975-76, 135).
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32. Ver artículo de G. Sobel “Sesos frescos” en este mismo libro. 33. Desarrollado en el artículo “El júbilo del yo” de I. Sotelo.
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la ciencia estableció con sus diferentes leyes físicas la predic- 1969-79, 128). Es lo primero “[…] que puso al descubierto la
ción de su ubicación y recorrido se los ha hecho callar34 (356). experiencia analítica, que las vías de lo que hay que hacer
Se trata de un simbólico que se monta sobre lo real: “Se ve como hombre o como mujer pertenecen enteramente al drama,
así desprenderse de lo real una determinación simbólica que, a la trama, que se sitúa en el campo del Otro, el Edipo es pro-
piamente eso” (1964, 212).
no produce sino mejor las disparidades que aporta consigo”
(1956, 60).