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Inés Sotelo - Lucas Leserre

(compiladores)

Psicoanálisis orientación
lacaniana: recorrido
del goce en la enseñanza
de Jacques Lacan
Autores: Agostina De Luca, Daniela Fernández,
Lucas Leserre, Valeria Mazzia, Lucía Moavro,
Lucas Rodríguez, Paula Rodríguez Acquarone,
Débora Rabinovich, Diego Javier Santa Cruz,
Larisa Santimaría, Gustavo Sobel, Inés Sotelo,
Graciela Tustanoski, Laura Valcarce,
María Virginia Vázquez

Prólogo de Miquel Bassols


Índice

Prólogo por Miquel Bassols .............................................. 11

Es posible leer a Lacan ..................................................... 17


“La orientación lacaniana en el siglo: el psicoanálisis
en la ciudad, en el hospital, en la universidad”
Inés Sotelo ................................................................... 19
“Una puerta de entrada a Jacques Lacan”
Lucas Leserre .............................................................. 45

Los paradigmas del goce propuestos por


Jacques-Alain Miller: aproximación a una lógica interna
en la enseñanza de Lacan ................................................. 73

Paradigma uno: “El goce imaginario” ........................ 75


“El júbilo del yo”
Inés Sotelo ................................................................... 77
“Una para serfeliz”
Lucas Leserre .............................................................. 97
“Sesos frescos”
Gustavo Sobel .............................................................. 109

....... 123
“De lo imaginario a lo simbólico: esquemas y grafos”
Inés Sotelo ................................................................... 125
“Del deseo al goce: los límites del paradigma dos”
Lucas Leserre .............................................................. 143
“La Bella carnicera: la paradoja de la satisfacción”
Graciela Tustanoski .................................................... 167

Paradigma tres: “El goce real” ................................... 183


“El goce no es el placer”
Inés Sotelo ................................................................... 185
“El goce imposible”
Daniela Fernández ...................................................... 203
“Antígona: sublimación y pulsión de muerte”
Valeria Mazzia ............................................................ 221
Paradigma cuatro: “El goce fragmentado”................. 233 Anexos
“La excomunión de Lacan”
Lucas Leserre .............................................................. 235 A. “Las derivas en la traducción de Trieb (pulsión) y
“Libido, goce y objeto a” las homofonías de jouissance (goce)”
Débora Rabinovich ...................................................... 261 Lucas Leserre .............................................................. 415
“Un objeto novedoso en la enseñanza de Lacan: B. Lista de abreviaturas.................................................. 425
la construcción del objeto a en El seminario 10”
Larisa Santimaría ...................................................... 275

Paradigma cinco: “El goce discursivo” ....................... 289


“El goce en los cuatro discursos”
Inés Sotelo ................................................................... 291
“El campo del goce: los discursos y el objeto a
plus-de-gozar”
Paula Rodríguez Acquarone ....................................... 311
“La entropía del goce”
Lucas Rodríguez.......................................................... 327

Paradigma seis: “El goce-Uno” ................................... 341


“Demostración de lo incurable”
Daniela Fernández ...................................................... 343
“Interpretación y posición del analista a la luz del
paradigma seis”
Inés Sotelo ................................................................... 357

Laura Valcarce ............................................................ 363

Lo que los estudiantes interrogan… y producen ............. 377


“Antígona ideal”
Lucía Moavro .............................................................. 379
“La escritura y su función en Virginia Woolf”
M. Virginia Vázquez ................................................... 385
“La castración en el discurso capitalista”
Diego Javier Santa Cruz ............................................ 395
“Erró usted en el blanco”: Acting out en la
imaginarización del goce
Agostina De Luca ........................................................ 403
16 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Inés Sotelo. La orientación lacaniana en el siglo: el psicoanálisis en… 17

Freud, S. (1919) “Sobre la enseñanza del psicoanálisis en la


Universidad” en Obras Completas. Madrid. Biblioteca
Nueva. 1974.
Santa Teresa de Jesús (1565) “Libro de la Vida” en Obras
Completas. Salamanca. Ediciones Sígueme. 1997.

Miquel Bassols

Es posible leer a Lacan


44 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 45

Lacan, J. (1964b) “Acta de fundación” en Otros escritos. Bs. Una puerta de entrada a Lacan
As., Paidós. 2012, pp. 247-261.
Lacan, J. (1967a) “Proposición del 9 de octubre de 1967 (pri-
mera versión)” en Ornicar?, n. 1. Barcelona. Petrel. 1981, Lucas Leserre
pp. 11-31.
Lacan, J. (1967b) “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre
el psicoanalista de la Escuela” en Otros escritos. Buenos “La puerta es, por naturaleza, del orden simbólico,
Aires. Paidós. 2012., pp. 261-279. y se abre a algo que no sabemos demasiado si es
Lacan, J. (1972-73) El seminario, Libro 20, Aún10. Buenos lo real o lo imaginario, pero que es uno de los dos.
Aires. Paidós, 4ta. reimp., 1995. Hay disimetría entre la apertura y el cierre: si la
- apertura de la puerta regula el acceso, cerrada,
cierra el circuito. La puerta es un verdadero
cante” en Matemas II. Bs. As., Manantial, pp. 53-66.
símbolo, el símbolo por excelencia, aquel en el cual
Miller, J.-A. (1981) “Teoría de los goces” en Conferencias por-
siempre se reconocerá el paso del hombre a alguna
teñas, t. 1. Bs. As. Paidós. 2009, pp. 143-155. parte, por la cruz que ella traza, entrecruzando el
Miller, J.-A. (1998-99) La experiencia de lo real en la cura psi- acceso y el cierre”
coanalítica. Los cursos psicoanalíticos. Bs. As., Paidós, J. Lacan (1954-55, 446)
2003.
Miller, J.-A. (2010) “Vida de Lacan”, clase del 31 de marzo, “[a los pacientes] se trata de hacerlos entrar por la
inédito. puerta, que el análisis sea un umbral, que haya
Morin, E. (1999) Los siete saberes necesario para la educación para ellos una verdadera demanda.
del futuro. Bs. As., Santillana-Unesco. Esta demanda: ¿de qué quieren deshacerse? De un
síntoma”
Rimbaud. A. (1871) “Carta a P. Demeny del 15 de mayo 1871”
J. Lacan (1975, 21)
en Iluminaciones. Cartas del vidente. Bs. As., Hiperion.
1995, pp. 134-135.
Roudinesco, E. (1994) Lacan: esbozo de una vida, historia de

H
un sistema de pensamiento. Bs. As., Fondo de Cultura ay imágenes que cuesta que se borren, sin embargo en-
Económica. tre tantas que conservo, hay una en especial que cuando
la vi me dije “¡esto es lo simbólico!”. Se trata de una escena
Visacovsky, S. (2001) El Lanús. Memoria, política y psicoaná-
de la película Primavera, verano, otoño, invierno… y otra vez
. Bs. As. Alianza.
primavera del genial Kim Ki-duk11. En un templo budista, en
Vezzetti, H. (1985) La locura en la Argentina. Bs. As., Paidós.
una pequeña isla en el medio de un lago, conviven un maestro
y su discípulo. Lo llamativo es que en el interior del templo no
hay paredes pero… ¡sí puertas! Son las puertas las que hacen

10. Aunque la traducción del título de El seminario 20 es Aun (sin tilde), no


es lo que corresponde ya que su acepción en español es “hasta”, “incluso” o
“siquiera”, en cambio, cuando lleva tilde su acepción es “todavía”. Lacan lo
dice claramente: “Sin duda ello hace que, pese al tiempo, esté yo aún aquí,
y que lo estén ustedes también. Me asombra siempre… aún” (1972-73, 9) 11. Primera película del director coreano estrenada comercialmente en
[nota de los compiladores]. Argentina en 2003.
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existir las paredes o muros, cuya presencia tienen más peso todo está ahí.
que los ladrillos. Otra posibilidad podría ser empezar leyendo algún libro que
Si “El estilo es el hombre mismo”, el de Lacan no era, jus- me explique a Lacan, un libro que sea introductorio. De estos
tamente, el de la simpleza, no le gustaba la argumentación textos hay muchos y ciertamente muy pocos son buenos, como
lógica y la explicación: “[…] entrar en un texto de Lacan es el excelente y célebre Introducción a la lectura de Jacques La-
quedar expuesto al embate de un entrecruzamiento de tonos can de Oscar Masotta (1970), cuya lectura contemporánea a
y de jergas que obligan al lector a un trabajo de descifre. La Lacan resulta extraordinaria y convierte a la Argentina en
prosa de Lacan, a la vez coloquial y enrarecida por términos uno de los primeros países –por fuera de Francia– donde la
tomados de la fenomenología alemana, jamás se despliega de enseñanza de Lacan comenzó a transmitirse.
manera lineal, sino que en polémica casi constante con las po- Pero si queremos comenzar con la lectura de Lacan, él
siciones del culturalismo norteamericano y con algunos aspec- mismo nos da dos claves para saber por dónde hacerlo. Por
tos del psicoanálisis anglosajón, avanza como reptando, y tam- un lado, precisa el comienzo de su enseñanza en 1953 con su
bién a saltos, abandonando el plano expositivo para adoptar presentación, en el primer Congreso de la SFP, del conocido
repentinamente un estilo oblicuo y burlón, sin dejar en otros Discurso de Roma13. Por otro lado, en 1966, cuando publica
momentos de exponer las posiciones que rechaza al mismo ni- sus Escritos decide ubicar como primer escrito –por fuera del
vel y en el mismo tono con que expone las suyas propias. Una orden cronológico que tiene el resto del libro– “El seminario
sobre «La carta robada»” de 1956.
se puede acceder –pero que no se explica– por el triple marco

¿Por dónde comenzar con Jacques Lacan? En general, El comienzo de la enseñanza de Lacan
antes de acercarse a su lectura ya hay dos cosas que se tie-
nen claras, una que Lacan es difícil, y dos, que si se tiene ¿Por qué la llamamos “enseñanza de Lacan” y no “obra
un espíritu cronológico se debería empezar por sus primeros lacaniana”? Porque él mismo la nombra así: “No pienso darles
escritos, especialmente su tesis de doctorado: De las psico- mi enseñanza en forma de comprimido, me parece algo difícil.
sis paranoica y sus relaciones con la realidad (1932), cono- Quizás se haga esto más tarde, ya que la cosa siempre ter-
cida como el caso Aimée12. En cambio si se está preso de la
ilusión del progreso habría que comenzar por sus últimos tiempo, se reduce a tres líneas en los manuales –en lo que a
seminarios, por lo último que dijo o que escribió. ¿Para qué mí respecta, manuales no se sabe por otra parte de qué. Yo
perder tiempo con todo el recorrido si lo importante es lo no puedo anticipar en qué manuales seré incluido, porque no

Otra manera, que implica ahorrar tiempo y esfuerzo, y es decir, el psicoanálisis” (1967, 13). La idea de obra remite a
que evita hipotéticamente enfrentarse a no entender, sería
comenzar por los diccionarios de psicoanálisis. Se supone que

13. Del cual quedan dos textos la conferencia propiamente dicha “Discurso
de Roma” (1953b) y su posterior redacción y edición por parte de Lacan que
se transformó en el escrito “Función y campo de la palabra y el lenguaje en
12. Aimée, quiere decir amada en francés. psicoanálisis” (1953c).
48 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 49

completud, en cambio, una enseñanza deja lugar a una aber- Sin duda que 1953 no es el año que marca su encuentro
tura, a puntos de fuga14. con Freud; ya desde la publicación de su tesis en 1932 venía
Lacan sitúa el comienzo de su enseñanza en 1953 (16), a trabajando los textos freudianos y, además, ya había presen-
partir del Informe de Roma y propone su “retorno a Freud”15. tado su célebre estadio del espejo en el Congreso Internacional
Este “retorno” implica una operación política –como señala de la IPA de 1936 en Marienbad. Lo que sucede es que 1953
Jorge Luis Borges en “Kafka y sus precursores” publicado en es un año esencial en la vida institucional del psicoanálisis en
Otras inquisiciones: “Cada escritor crea sus propios precurso- Francia, es el año en que se produce la famosa escisión de la
SPP16 y la fundación de la nueva SFP en la que Lacan tuvo un
- papel fundamental.
dicar su precursor declara su intención de ubicarse en la mis- Las razones epistémicas también son variadas y múl-
ma serie. Esto tiene el efecto de borrar la reiterada pregunta tiples, indicaré al menos tres. En primer lugar, el auge del
tramposa de si se es freudiano o lacaniano. No hay tal posi- movimiento estructuralista en Francia, fundamentalmente a
bilidad, si se es lacaniano también se es freudiano. La ense- partir de la tesis de doctorado de C. Lévy-Strauss17, Las es-
ñanza de Lacan, sus cimientos, están constituidos por la obra tructuras elementales del parentesco,
freudiana, sin olvidar que retorna a Freud con todo el arsenal “[…] que la prohibición del incesto, en tanto regla universal,
teórico con el que contaba; el movimiento estructuralista, la implica un punto de pasaje entre dos órdenes radicalmente
diversos: el de la naturaleza y el de la cultura. Al mismo tiem-
G. F. Hegel, M. Heidegger, J.-P. Sartre, y G. Leibniz, entre po, esa prohibición –que regula las leyes de la alianza y or-
otros. dena las estructuras del parentesco– sirve de fundamento al
Se pueden atribuir diferentes razones por las que decidió intercambio social, al hacer posible la circulación de mujeres
situar en 1953 el comienzo de su enseñanza, señalaré dos: po- y bienes” (Dagfal, 2009, 199).
líticas y epistémicas. Un segundo motivo epistémico fue el desvío en el que ha-
bían incurrido los posfreudianos, adeptos al “Psicoanálisis del
yo”, cuyos máximos exponentes H. Hartmann, E. Kris y R.
Loeweinstein adherían a la línea de Anna Freud, en detri-
mento de la “escuela inglesa” representada en primer término
14. Lacan lo señala a sus 79 años: “Porque, desde luego, no les digo todo. Ese
es mi mérito” y agrega: “Ya está. Declaro abierto este Encuentro, que versa
sobre lo que enseñé. Quienes hacen que haya yo enseñado algo, son ustedes
con su presencia” (1980, 267).
15. En noviembre de 1955, en la ciudad de Freud, Viena, en la clínica neu- 16. Ver “Presentación” por I. Sotelo en este mismo libro. También se puede
ropsiquiátrica, Lacan da su conferencia “La cosa freudiana, o sentido del seguir la cronología de las actas, misivas, cartas y demás documentos en la
retorno a Freud en psicoanálisis”. El lugar y fecha no es un dato anecdótico. recopilación realizada por J.-A. Miller (1987, 5-107).
17. C. Lévi-Strauss venía, justamente, de formarse en la lingüística estruc-
nazismo, pasó a ser un Estado soberano, independiente y democrático. Ahí tural con Roman Jakobson en Estados Unidos, y fue él mismo quien los pre-
pronuncia Lacan: “El sentido de un retorno a Freud es un retorno al sentido sentó: “[a R. Jakobson] le hice conocer a Lacan, de quien yo era muy amigo.
de Freud. Y el sentido de lo que dijo Freud puede comunicarse a cualquiera Como era de esperar, Lacan quedó inmediatamente conquistado, y también
porque, incluso dirigido a todos, cada uno se interesará en él: bastará una su mujer, Sylvia. Tenían unos apartamentos medianeros en la calle de Lille
palabra para hacerlo sentir, el descubrimiento de Freud pone en tela de y aceptaron mi sugerencia de alojar a Jakobson cuando venía a París. Du-
juicio la verdad, y no hay nadie a quien la verdad no le incumba personal- rante varios años Jakobson tuvo de este modo «su cuarto» en casa de Sylvia
mente” (1955b, 382). Lacan” (Lévi-Strauss, 1988, 63).
50 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 51

por Melanie Klein. Para Lacan, los posfreudianos habían de- Así lo señala Lévi-Strauss: “Nos proponemos mostrar aquí
gradado el valor de la palabra en la experiencia analítica (el que la descripción que los observadores sobre el terreno (entre
concepto de contratransferencia es un ejemplo), y ubicaban al ellos, nosotros mismos) han ofrecido de las instituciones indí-
analista en el registro imaginario, ofreciéndose como mode- genas, coincide sin duda con la imagen que los indígenas se
forman de su propia sociedad, pero que esta imagen se reduce
una cura basada en el registro imaginario y constituida por
una técnica standard, con sesiones cronometradas de cuaren- cual es de naturaleza completamente distinta” (1949a, 155).
ta y cinco minutos, ni uno más ni uno menos: “Una técnica se Tenemos por un lado una imagen (o teoría) que es engañosa,
transmite allí, de un estilo macilento y aun reticente en su y por otro, la realidad que es de otra “naturaleza”. Con esta
opacidad […] tomando el giro de un formalismo llevado hasta -
el ceremonial” (1953c, 237). ca que regula las diferentes relaciones sociales y que otorga
Por último, la lógica misma, interna a los desarrollos teó- diferentes lugares y funciones simbólicas a los miembros.
ricos que venía realizando Lacan, lo obliga a tener que poner Para formalizar la estructura existente en la sociedad de los
sherentes18 utiliza el siguiente esquema19 (157):
salir de la agresividad, el transitivismo, la lucha por el puro
prestigio que el registro impone?
A estas tres razones epistémicas, Lacan responde en 1953 A B
promoviendo el valor fundamental de la palabra, inventando
el concepto de sujeto (diferente al yo), dividiendo la condición
humana en tres dimensiones: simbólico, imaginario y real, y
otorgando un peso fundamental a la estructura simbólica, al
lenguaje, en la formaciones del inconsciente: sueños, actos fa-
llidos, witz y síntomas.
c d

“Lo simbólico, lo imaginario y lo real”

Este es el título de la primera comunicación en julio de Se observa así en Lévi-Strauss una tripartición: la rea-
1953 que Lacan realiza en la recientemente fundada SFP lidad; la imagen que se tiene de esta y que es engañosa; y
(1953a). Luego de esta conferencia redacta el Informe de Roma una estructura simbólica que ordena y formaliza a la realidad,
que presentará, meses más tarde, en el primer Congreso de la donde “[…] los símbolos son más reales que lo que simboli-
SFP en Roma.
Lacan ya venía elaborando la tripartición simbólico, imagi- Strauss, 1950, 28).
nario, real, años antes, como él mismo lo indica (Lacan, 1953a,
14). Uno de sus antecedentes lo encontramos en el antropólogo
C. Lévi-Strauss (Miller, 2005, 105), más precisamente en sus
dos conocidos artículos de “El hechicero y su magia” (1949b) y
18. Población indígena del Brasil.
19. Cualquier semejanza con el esquema L de J. Lacan no es pura casualidad.
52 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 53

En su famosa comparación –incómoda para algunos ana- La relación entre ambos ha tenido varias idas y venidas, como
el apoyo explícito de Lévi-Strauss a Lacan, luego de su ex-
al inconsciente: “Entendemos por esto que el poder trauma- comunión, en 1964, cuando asiste a la primera clase de El
tizante de una situación cualquiera no puede resultar de sus seminario 11, aunque también, cuando le preguntan por los
caracteres intrínsecos, sino de la capacidad que poseen ciertos trabajos de Lacan dice: “Habría que comprenderlos. Y siempre
acontecimientos que surgen en un contexto psicológico, histó- he tenido la impresión de que, para sus fervientes admirado-
rico y social apropiado, de inducir una cristalización afectiva res, «comprender» no quería decir lo mismo que para mí. Yo
que tiene lugar en el molde de una estructura preexistente. habría necesitado cinco o seis lecturas” (1950, 104). Parecería
[…] Estas estructuras –o para ser más exactos, estas leyes de más bien que a Lévi-Strauss le molestaba lo que generaba La-
estructura– son verdaderamente intemporales […] El conjun- can, sus “fervientes admiradores” ¡tan fervientes que llegan a
to de estas estructuras formaría lo que llamamos el incons- leerlo cinco o seis veces!
ciente. […] El inconsciente deja de ser el refugio inefable de
particularidades individuales, el depositario de una historia
singular que hace de cada uno de nosotros un ser irreempla- Lo simbólico
zable. El inconsciente se reduce a un término por el cual de-
El armado del estructuralismo lacaniano sufre transfor-
humana, sin duda, pero que en todos los hombres se ejerce maciones y agregados, no se trata solamente del concepto de
según las mismas leyes; que se reduce, de hecho, al conjunto estructura en términos de Lévi-Strauss sino que lo conjuga
de estas leyes” (1949c, 225-6). con los aportes que toma de los desarrollos de Hegel sobre la
Lacan transforma la “función simbólica del inconsciente” función de la negatividad del lenguaje, y los provenientes de
en la “función de la palabra” y eso que Lévi-Strauss deja de F. de Saussure y R. Jakobson.
lado, el inconsciente como “depositario de una historia singu- Estos aportes no son simultáneos. Se nota por ejemplo en
lar” es lo que Lacan justamente incluye con la invención del
término de sujeto. con un año de diferencia.
Así la obra de Lévi-Strauss se vuelve un antecedente fun- En El seminario 2
damental en la enseñanza de Lacan20, de la cual él mismo da de Lévi-Strauss, y que en este libro muestra su fecundidad.
cuenta: “El Sr. Quine, con quien hablé de esto hace un rato, A partir de ella podemos formular la hipótesis de que el or-
me preguntó qué le debía a Claude Lévi-Strauss: le debo mu- den simbólico, por cuando se plantea siempre como un todo,
cho, sino todo. Lo que no impide que yo tenga una noción com- como algo que forma por sí solo un universo –y que incluso
pletamente diferente de la estructura a la suya” (1975, 25). constituye el universo como tal, en tanto que distinto del mun-
do–, debe estar igualmente estructurado como un todo, vale
decir que forma una estructura dialéctica acabada, completa”
(1954-55, 51-53). En esta ocasión, Lacan da la referencia ex-

20. Aunque sin tanto peso, Lévi-Strauss también cita –una vez– a Lacan: “es
el que nosotros llamamos sano de espíritu quien se aliena, ya que consiente

los demás”. Y aclara en nota al pie de página: “tal nos parece la conclusión
siguiente manera: “La estructura es primero un grupo de ele-
que se saca del profundo estudio del doctor Jacques Lacan «L’agressivité en mentos que forman un conjunto co-variante. Dije conjunto,
psychanalyse»” (1950, 20). no dije una totalidad. En efecto, la noción de estructura es
54 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 55

analítica. La estructura siempre se establece mediante la re- las formalizaciones que realiza a partir del juego par e impar
ferencia de algo que es coherente a alguna otra cosa” (Lacan, (o la tirada de la moneda en nuestra versión) y el modelo de
1956-57, 261-262). ¡Sorprendente giro en un año! una memoria cibernética y, dos, el ser-para-la-muerte de Hei-

campo analítico. Ya no se trata de un universo total sino de mismo modo que el automatismo de repetición […] no apunta
un conjunto (referencia a las matemáticas) conformado de ele- a otra cosa que a la temporalidad historizante de la experien-
mentos co-variantes (referencia a de Saussure). Lo que hace cia de la transferencia, de igual modo el instinto de muerte
a esta estructura “analítica” es lo que queda afuera de la es- expresa esencialmente el límite de la función histórica del su-
tructura: “la referencia de algo que es coherente a alguna otra jeto. Ese límite es la muerte, no como vencimiento eventual de
cosa”. La estructura es no-toda. la vida del individuo, ni como certidumbre empírica del sujeto,
Con todos estos aportes de otras disciplinas y con tres li- sino, según la fórmula que da Heidegger, como «posibilidad
bros freudianos –que en ese momento son de cabecera para absolutamente propia, incondicional, irrebasable, segura y
Lacan–: “La interpretación de los sueños”, “El chiste y su re- como tal indeterminada del sujeto», entendámoslo del sujeto
lación con el inconsciente” y “Psicopatología de la vida cotidia-
na” se arriba al famoso aforismo lacaniano: “el inconsciente En este mismo texto, unos párrafos más adelante, y a par-
está estructurado como un lenguaje”, que Lacan se encarga de tir del ¡Fort! ¡Da! donde “[…] el deseo de la cría del hombre
comentar en varias oportunidades: “Se elabora la gramática a -
partir de lo que funciona ya como palabra. Y eso no es lo más nición de lo simbólico a partir del concepto de muerte: “Así el
característico. Si he empleado el término: «el inconsciente está
estructurado como un lenguaje», es porque quiero sostener cosa, y esta muerte constituye en el sujeto la eternización de
que un lenguaje, no es el lenguaje. Hay algo en el lenguaje que
ya es demasiado general, demasiado lógico” (Lacan, 1975, 21). “muerte de la cosa” se funda en el par presencia-ausencia, ne-
Pasan los años pero el resaltado sobre lo singular en Lacan se cesitando de la ausencia para su surgimiento.
mantiene. La referencia esencial en relación a la función de la muer-

Kojève. Así en la página siguiente del Informe de Roma, situa-


El concepto de negatividad rá a la muerte junto a la libertad y a la historia (307).
Kojève lo expresa así: “La aceptación sin reservas del he-
El concepto de negatividad que Lacan toma de Hegel se -
ma, es la fuente última de todo el pensamiento hegeliano, que
no hace sino extraer todas las consecuencias, hasta las más
como su maestro. Este concepto lo articula con la pulsión de lejanas, de la existencia de ese hecho. Según este pensamiento
muerte freudiana y con el mecanismo de la negación. el Hombre aparece por primera vez en el Mundo natural, al
- aceptar voluntariamente el peligro de la muerte en una Lucha
ria, la agresividad en este caso, para así delimitar la estructu- por puro prestigio; resignándose a la muerte y revelándola por

En esta arquitectura de lo simbólico el concepto de muer- la Sabiduría y concluye así la Historia. Hegel parte de la idea
te ocupa un lugar central articulado desde dos perspectivas
distintas: una, la pulsión de muerte freudiana que culmina en
56 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 57

rostro del más “terrible mudo”, Harpo Marx, “marcado por esa
y que a veces dispone de ella a su arbitrio” (Kojève, 1982, 41). sonrisa, que no se sabe si es la de la más extrema perversidad
Y con relación a la libertad dice Kojève: “La muerte, entiénda- o la de la necedad más completa de Harpo Marx21” (71). Hacer
se la muerte voluntaria o aceptada con pleno conocimiento de silencio no es lo mismo que callarse. Sin embargo elige el tér-
causa, es la manifestación suprema de la libertad…” (81). mino en francés parole y no mot para referirse a la palabra, ya
El concepto de negatividad es un concepto complejo que que parole22 implica la dimensión de acto que puede tener la
- palabra, del compromiso subjetivo de quien la enuncia.
La palabra es el símbolo por excelencia, y por eso su pa-
antítesis: “La negatividad se halla en la base de la estructura pel en la experiencia analítica es fundamental: “De este modo
dialéctica del Ser y de lo Real” (18). La negatividad implica debe entenderse lo simbólico en juego en el intercambio ana-
“[…] que el Hombre dominado en su ser por la Negatividad lítico. Así se trate de síntomas reales, actos fallidos, y todo lo
no es Ser-estático-Dado [pérdida de la cosa en-sí], sino Acción, que se inscribe en lo que encontramos y reencontramos in-
o Acto de postularse o de crearse a sí mismo” (19). “Esta au- cesantemente […] se sigue tratando y se tratará siempre de
tocreación del Hombre se efectúa por la negación de lo dado símbolos organizados en el lenguaje que funcionan a partir de
(natural y humano). La realidad humana o el Yo no es pues -
una realidad natural o «inmediata» sino realidad dialéctica o valente de la estructura misma del lenguaje” (1953a, 28). Y es
«mediatizada»” (23-24). por eso que “[…] el estudio en el que el psicoanalista debería
Para Lacan, siguiendo a Hegel, “[…] la muerte nos aporta ser maestro, [es] el de la funciones de la palabra” (1953c, 237).
la cuestión de lo que niega el discurso, pero también la de sa- Asimismo Lacan nos recuerda algunas propiedades bási-
ber si es ella la que introduce en él la negación. Pues la nega-
tividad del discurso, en cuanto que hace ser en él lo que no es, “[…] ella permite trascender la relación agresiva fundamental
nos remite a la cuestión de saber lo que el no-ser, que se ma- en el espejismo del semejante” (1953a, 37), y su maravillosa
capacidad de creación: “[…] es cualquier cosa, lo que sea, pero,
(Lacan, 1954, 360). Para estos momentos de la enseñanza de a partir de allí, existe algo que antes no existía” (37). Esta
Lacan la muerte es el nombre que tiene la falta estructural.
e incluso de hacerlo existir ha hecho sacar canas a más de un
lógico que se pregunta si es válido preguntarse cosas del estilo
Función de la palabra ¿todos los unicornios tienen un solo cuerno?

En El seminario 7 La ética del psicoanálisis, en la clase


donde introduce das Ding, explica que en la lengua alemana
das Wort es a la vez la palabra (mot) y el habla (parole): “En 21. Uno de los cinco hermanos Marx, saltó a la fama por la interpretación de
francés la palabra mot tiene un peso y un sentido particular. un mudo provisto de una peluca naranja, en su autobiografía ¡Harpo habla!
Mot es esencialmente no hay respuesta. Mot, dice en algún escribe: “Si hay algo característico en mí, es la única cosa que el público no
lado La Fontaine, es lo que se calla, es justamente cuando conoce: mi voz” (Marx, 1961, 34).
ninguna palabra (mot) es pronunciada. Las cosas de las que 22. En francés parole
por ejemplo, dar la palabra, tomar la palabra, dirigir la palabra. Puede
se trata […] son las cosas en tanto que mudas. Cosas mudas ser traducida por “habla” pero no debe ser entendida como un vocablo. Mot
no son exactamente lo mismo que cosas que no tienen ninguna también se traduce por palabra pero en el sentido de vocablo o término. Por
relación con las palabras” (1959-60, 71). Y evoca la imagen del ejemplo, un mot de trois sylabes, una palabra de tres sílabas.
58 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 59

La palabra implica las dos cosas, por un lado “el asesina- Lo imaginario
to de la cosa”, y simultáneamente, su aspecto de creación, al
decir de Lacan: “[…] la palabra que es ya una presencia he- Una de las fuentes principales ajenas al psicoanálisis que
cha de ausencia, la ausencia misma viene a nombrarse en un Lacan toma para moldear el registro imaginario proviene de
momento original cuya recreación perpetua captó el genio de los estudios de la etología, fundamentalmente los desarrolla-
Freud en el juego del niño. Y de esta pareja modulada [fort- dos por K. Lorenz, quien demuestra que una imagen sirve en
da] de la presencia y de la ausencia […] nace el universo de los animales para desembocar en una conducta sexual o de
sentido de una lengua donde el universo de las cosas vendrá a alimentación: “los estudios de Lorenz sobre las funciones de la
ordenarse” (1953c, 266-267). Lacan ubica al comienzo el “na- imagen en el ciclo de la alimentación muestran que lo imagi-
cimiento de sentido” a partir de una “pareja modulada”, es nario desempeña allí un papel tan eminente como en el orden
decir, una alternancia, al menos dos. de los comportamientos sexuales” (1953a, 23).
Realzar la función e importancia de la palabra en psi- Lo imaginario23, en este momento de la enseñanza de La-
coanálisis respondía a que su uso se encontraba degradado. can, constituye el muro que lo simbólico tiene que perforar,
Basarse, por ejemplo, en la “realidad objetiva” o en los sen- un muro hecho de palabras vacías y cargado de objetos ima-
timientos que puede generar un paciente al analista (con- ginarios que brindan la ilusión de completud y alimentan las
tratransferencia) era y es frecuente: “Ya se dé por agente de fantasías. En el registro imaginario ubica al yo y al semejante.
curación, de formación o de sondeo, el psicoanálisis no tiene Para conceptualizar al yo (moi24) se apoya fundamentalmente
sentido sino un medium: la palabra del paciente. La evidencia en dos referencias freudianas. Por un lado, en el yo de “Intro-
del hecho no excusa que la desatienda. Ahora bien, toda pala- ducción del narcisismo” (Freud, 1914, 73), para así resaltar el
bra llama a una respuesta. Mostraremos que no hay palabra carácter libidinal de éste y su lugar equivalente a un objeto
sin respuesta, incluso si no encuentra más que el silencio, con en la economía libidinal; y por otro, en el yo de “La negación”,
tal que tenga un oyente, y que éste es el meollo de su función ese yo que puede enunciar: “«Usted pregunta quién puede ser
en el análisis” (240-241).
El lugar del analista es el del oyente que con su “poder Entonces es su madre” (Freud, 1925, 253). De lo que Lacan
discrecional” (Lacan, 1955a, 318) tiene que leer, pues el in-
consciente es un asunto de escritura: “[…] el inconsciente es
ese capítulo de mi historia que está marcado por un blanco
u ocupado por un embuste: es el capítulo censurado. Pero la 23. Ver el artículo de I. Sotelo “El júbilo del yo” en este mismo libro.
verdad puede volverse a encontrar; lo más a menudo ya está 24. Lacan se apoya en la diferencia gramatical que existe en la lengua fran-
escrita en otra parte” (1953c, 251). cesa para nombrar al yo: je y moi. Tienen usos distintos. El je es un pronom-
En este momento de la enseñanza de Lacan la cura analí- bre personal que se usa sólo acompañando al verbo en su función de sujeto
(sujet) de la oración (je marche: (yo) camino). En español el pronombre per-
tica se establece mediante la realización simbólica: “[…] la no- sonal yo, en su función de acompañar al verbo, se encuentra muchas veces
ción que tenemos del neurótico es que en sus síntomas mismos tácito: “(yo-je) camino por la vereda del sol”. En todos los otros casos se usa
yace una palabra amordazada, donde puede decirse que se ex- el pronombre personal moi.
presan algunas transgresiones […] Por no realizar el orden Es decir, el moi se usa cuando el yo no acompaña al verbo: Je suis prêt. Moi
del símbolo de una manera viva, el sujeto realiza imágenes aussi: Estoy listo. Yo también. El verbo es être (ser), aquí conjugado en pri-
mera persona del presente de indicativo: je suis, por eso va acompañado del
desordenadas que lo sustituyen” (1953a, 33). je. Otro ejemplo: Moi qui vous aime tant , yo que tanto le quiero. También se
usa moi como complemento: pour moi, para mí. El moi tiene muchos usos,
como aposición, objeto directo, objeto indirecto, etc..
60 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 61

extrae la función de méconnaissance del yo. Este término -


francés suele traducirse como desconocimiento y está íntima- tisfacción imaginaria solo puede encontrarse en los registros
mente ligado a la idea de brindar una ilusión, un espejismo. sexuales […] El término «libido» no hace en efecto más que
Estas dos características que Lacan resalta del yo: objeto expresar la reversibilidad que implica la noción de equivalen-
libidinal y su función de desconocimiento-ilusión, se contrapo- cia, cierto metabolismo de las imágenes” (1953a, 20-21).
nen a la concepción del yo de los posfreudianos, ya que la refe- Es tan fuerte el peso libidinal dado a este registro que lle-
rencia de ellos era el yo de “El yo y el ello” de Freud (1923). Su
apuesta consistía en constituir un yo fuerte que domine la pul- de una imagen sin una función simbólica: “Así, planteamos
sión y acepte la realidad objetiva. Heinz Hartmann plantea al que un comportamiento puede volverse imaginario cuando su
inicio de su libro sobre la psicología del yo que es indispensa- orientación hacia imágenes, y su propio valor de imagen para
otro sujeto, lo vuelven capaz de desplazarse fuera del ciclo que
1937, 17) que haga frente a las embestidas del ello para lograr asegura la satisfacción de una necesidad natural. […] No nos
la adaptación del individuo a su medio. La noción fundamen-
tal de esta concepción es la autonomía del yo que implica que […] se trata de uno de esos desplazamientos imaginarios tales
como los que encontramos realizados en el animal. Suponga-
que existe un factor independiente constitutivo en el desarro-
llo del yo. del órgano femenino” (24-25).
En “Función y campo de la palabra…” Lacan postula: “Este En cambio, existen fantasías que sí pueden tener valor
ego - simbólico y son las que intervienen en la transferencia: “In-
dad de sostener una frustración, es frustración en esencia. Es versamente, retomemos el caso de nuestro sujeto, preso de un
la frustración no de un deseo del sujeto, sino de un objeto don- fantasma25 de felación. Entonces se trata de otra cosa, tiene
de su deseo está alienado y que, cuanto más se elabora, tanto un sentido completamente distinto. Sin duda puede consi-
más se ahonda para el sujeto la alienación de su goce. Frus- derarse que este fantasma representa lo imaginario, cierta
tración pues de segundo grado, y tal que aun cuando el sujeto
en su discurso llevara su forma hasta la imagen pasivizante no diremos que este es un practicante constitucional de la
por la cual el sujeto se hace objeto en la ceremonia del espejo, felación. Entiendo por esto que el fantasma del que se tra-
no podría con ello satisfacerse, puesto que aun si alcanzase en ta, el elemento imaginario, solo posee estrictamente un valor
esa imagen su más perfecta similitud, seguiría siendo el goce simbólico que hemos de apreciar únicamente en función del
del otro lo que haría reconocer en ella” (1953c, 243). momento del análisis en que se inserta. […] Está hecho para
Lacan enlazará el registro imaginario al mundo ilusorio expresarse, para ser dicho, para simbolizar algo, y algo que
aportado por los objetos y el yo, en donde una satisfacción li- tiene un sentido completamente distinto según el momento
bidinal imaginaria se consume: “El sujeto alucina su mundo. del diálogo” (26).
Las satisfacciones ilusorias del sujeto son evidentemente de
un orden distinto del de sus satisfacciones, que encuentran su
objeto en lo real puro y simple. […] La reversibilidad misma
de los trastornos neuróticos supone que la economía de las sa-
25. El término original en francés es fantasme según el Petit Robert signi-
-
goría conceptual donde se inscribe este tipo de objetos, y que dominio de la realidad”.
62 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 63

El sujeto

Para ubicar la noción de sujeto voy a seguir la indicación -


explícita de Lacan al colocar en el primer lugar en la edición de sotta, 1971, 70). Barra que todavía no cae sobre el sujeto27
sus Escritos, al escrito “El seminario sobre «La carta robada»” dividiéndolo pero que unos años más adelante hará del sujeto
(1956), el resto, en cambio se encuentra ordenado cronológica- un bastardo28 por nacer del lenguaje.
mente: “[al lector] le facilitamos un escalón en nuestro estilo -
dando a «La carta robada» el privilegio de abrir su secuencia los e implica que no existe entre ellos una relación biunívoca,
[los Escritos] a despecho de la diacronía de ésta” (1966, 21). De
esto modo, Lacan abre –al menos explícitamente– dos puertas 1955-56, 261). Al modo del rebus,
de entrada diferentes a su enseñanza. La primera puerta la -
denominamos “Puerta de la palabra”, y a la segunda “Puerta
sino símbolo de una ausencia” (Lacan, 1956, 36). Y agrega más
por J.-A. Miller entre un primer momento que denomina “le- adelante: “[…] hay tan sólo aquí una vislumbre de la entrada
- del individuo en un orden cuya masa lo sostiene y lo acoge bajo
cante” (Miller, 1981-82). la forma del lenguaje, y sobreimprime en la diacronía como en
Entraremos entonces por esta segunda puerta, la del sig- -
- do” (56). Con diacronía y sincronía se adelanta a lo que luego
tra investigación nos ha llevado al punto de reconocer que el tomará de Jakobson (1956) como los dos modos de articulación
automatismo de repetición (Wiederholungszwang) toma su
principio en lo que hemos llamado insistencia de la cadena sig- la metonimia y la metáfora29, cuyo antecedente freudiano son
el desplazamiento y la condensación, mecanismos del proceso
como correlativa de la ex-sistencia (o sea: el lugar excéntrico) primario que intervienen en las formaciones del inconsciente.
donde debemos situar al sujeto del inconsciente, si hemos de Agrega más adelante “Esto es sin duda lo que sucede en
tomar en serio el descubrimiento de Freud” (Lacan, 1956, 23). el automatismo de repetición. Lo que Freud nos enseña en el

y de R. Jakobson era cada vez mayor, el lingüista ruso publi-


caba en el mismo año Los fundamentos del lenguaje (1956). a los sujetos en sus actos, en sus rechazos, en sus cegueras, en
La particular lectura del signo saussureano26 que realiza sus éxitos y en sus suerte, a despecho de los dotes innatas y de
Lacan se centra, como bien señala O. Masotta, en la separa-

puesto en la arbitrariedad, lo fuerte en Saussure, en efecto, es


el signo y no tanto el clivado (separación) interior que separa
27. El término original en francés es sujet
motivo; causa; asunto; tema; sujeto y persona entre otras acepciones. En
medicina se usa como paciente y también como cadáver; como adjetivo pue-

28. Una barra sobre los escudos de armas en el medioevo indicaban que se
26. En el artículo de este libro “El júbilo del yo” de I. Sotelo se encuentra trataban de bastardos.
desarrollado este punto. 29. Ver “Del deseo al goce: los límites del paradigma dos” en este mismo libro.
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su logro social, sin consideración del carácter o el sexo, que de vez que se tira la moneda la posibilidad es la misma, es total-
mente azaroso, contingente31.
Lacan traduce la “compulsión de repetición” freudiana Tiramos ocho veces la moneda y obtenemos lo siguiente:
(Freud, 1920, 19) en la insistencia del “automatismo de repeti-
Serie 1: + + - - + - - +

y a su vez acentúa el carácter simbólico del sujeto. De ahí la Ahora bien, tomemos de a dos las tiradas de la moneda,
comparación que Lacan realiza entre el orden simbólico y la por ejemplo, a los dos primeros de la Serie 1: + + y le asig-
máquina cibernética en El seminario 2 (Lacan, 1954-55, 263). namos una letra: A, continuamos y tenemos en total cuatro
posibilidades:

había resaltado con su nachträglich o a posteriori: “El muerto A: + + B: - - C: - + D: + -


se volvió aún más fuerte de lo que fuera en vida. […] Lo que
Traducimos la Serie 1 y tenemos la siguiente secuencia:
antes él había impedido con su existencia, ellos mismos se lo
prohibieron ahora en la situación psíquica de la «obediencia
Serie 2: A D B C D B D
de efecto retardado {nachträglich}»” (Freud, 1913, 145). Lacan
resalta tanto la función temporal de retroacción que implica la Es decir, que en cuanto juntamos dos valores y le asigna-
mos un función simbólica, surgen posibilidades e imposibili-
dades, es decir, leyes. Las posibilidades son las siguientes:
llama -
tructura temporal y es uno de los motivos que llevan a Lacan – luego de una A (+ +) solamente puede seguirle otra A
o una D (+ -)
cronometrado. – luego de una B (- -) solamente puede seguirle otra B o
Sin adentrarme en la precisa lectura que Lacan realiza una C (- +)
del espectacular cuento de Edgar Alan Poe, usaré una versión – luego de una C (- +) solamente puede seguirle una A o
una D
manera: “La simple connotación por (+) y (-) de una serie que – luego de una D (+ -) solamente puede seguirle una B o
juegue sobre la sola alternativa fundamental de la presencia una C
y ausencia permite demostrar cómo las más estrictas deter-
minaciones simbólicas se acomodan a una sucesión de tiradas Tanto las posibilidades e imposibilidades que la Serie 2
cuya realidad se reparte estrictamente «al azar»” (56). Si tira-
mos una moneda tenemos dos posibilidades, cara (+) o seca (-),
cincuenta por ciento de posibilidad para cada opción30, cada sujeto. Lacan lo explica de la siguiente manera: “En sí mis-
mo, el juego del símbolo representa y organiza […] ese algo

30. Salvo que suceda lo que le pasa a Felipe, personaje de la tira de Quino 31. “El verdadero real implica la ausencia de ley. Lo real no tiene orden”
Mafalda, y la moneda caiga sobre su canto y se quede quieta. dirá Lacan más adelante (1975-76, 135).
66 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 67

llamado sujeto. El sujeto humano no fomenta este juego: ocu-


pa en él su lugar y desempeña allí el papel de los pequeños que dice un paciente es verdadero o falso, si las inhibiciones,
más y los pequeños menos. El sujeto mismo es un elemento de los deseos, los recuerdos son exactos o no: “La ambigüedad
esa cadena que, tan pronto como es desplegada, se organiza de de la revelación histérica del pasado no proviene tanto del ti-
acuerdo a leyes. De modo que el sujeto se halla siempre en va- tubeo de su contenido entre lo imaginario y lo real, pues se
rios planos, apresado en redes que se entrecruzan. Siempre pue- sitúa en lo uno y en lo otro. No es tampoco que sea embus-
de salir cualquier cosa real. Pero una vez constituida la cadena tera. Es que nos presenta el nacimiento de la verdad en la
simbólica […] ya no puede salir cualquier cosa” (1954-55, 289). palabra, y que por eso tropezamos con la realidad de lo que
Esta simple esquematización muestra que si nos queda- no es verdadero ni falso. […] Seamos categóricos, no se trata
mos en el nivel de armar una serie contando las tiradas de en la anamnesis psicoanalítica de realidad, sino de verdad,
moneda de a uno, no se puede armar una ley, ni probabilida- porque es el efecto de una palabra plena reordenar las con-
des ni imposiblidades, ahora bien, cuando estamos en la Serie tingencias pasadas dándoles el sentido de las necesidades por
2, tomando al menos dos valores surge una ley. Para Lacan el venir, tales como las constituye la poca libertad por medio de
sujeto es efecto de la combinación, la articulación de al menos la cual el sujeto las hace presentes” (1953c, 249). La verdad
- es una verdad simbólica, una verdad que puede surgir como
nicamente, en el sentido freudiano del término, el sujeto del efecto de una palabra plena, una verdad que surge y desapa-
inconsciente, y por eso, en esencia, el sujeto que habla” (263). rece en un análisis al ir armando el relato de nuestra historia.
El analista que no tenga en cuenta esta dimensión simbólica
ya está advertido por Lacan: “Nada podría extraviar más al
Lo real psicoanalista que querer guiarse por un pretendido contacto
experimentado de la realidad del sujeto” (1953c, 245)
A pesar de que la conferencia inaugural en la SFP lleva -
por título “Lo simbólico, lo imaginario y lo real” (1953a), el mación en la conferencia inaugural: “[…] hay en los análisis
registro de lo real, en los primeros años de la enseñanza de una parte de real en nuestros sujetos que se nos escapa”
Lacan, puede confundirse con la realidad. Por ejemplo cuando (1953a, 15) que se convierte en un anticipo ya que lo real
se pregunta: “¿Qué se pone en juego en el análisis? ¿Esa rela- -
ción real con el sujeto, a saber, reconocer su realidad de cierto sorbido o simbolizado.
modo y según nuestros parámetros? ¿Eso es lo que debemos En los primeros años, lo real queda por fuera de la expe-
hacer en el análisis? Ciertamente no, se trata indudablemente riencia analítica que se encuentra centrada entre los registros:
de otra cosa” (1953a, 17). lo simbólico y lo imaginario, como queda claro en el esquema L
Lo que sí tiene claro Lacan es que el analista no es ningún que Lacan presenta en El seminario 233 (1954-55, 365). Justa-
guardián o garante de una realidad supuestamente objetiva y
compartida por todos. Su lectura crítica del caso del Hombre “lo que vuelve siempre al mismo lugar” (357), tomando como
de los sesos frescos32 del psicoanalista E. Kris es un testimonio modelo el movimiento planetario y ubicando que una vez que
de ello.

32. Ver artículo de G. Sobel “Sesos frescos” en este mismo libro. 33. Desarrollado en el artículo “El júbilo del yo” de I. Sotelo.
68 Psicoanálisis orientación lacaniana: recorrido del goce en la enseñanza de Jacques Lacan Lucas Leserre. Una puerta de entrada a Lacan 69

la ciencia estableció con sus diferentes leyes físicas la predic- 1969-79, 128). Es lo primero “[…] que puso al descubierto la
ción de su ubicación y recorrido se los ha hecho callar34 (356). experiencia analítica, que las vías de lo que hay que hacer
Se trata de un simbólico que se monta sobre lo real: “Se ve como hombre o como mujer pertenecen enteramente al drama,
así desprenderse de lo real una determinación simbólica que, a la trama, que se sitúa en el campo del Otro, el Edipo es pro-
piamente eso” (1964, 212).
no produce sino mejor las disparidades que aporta consigo”
(1956, 60).

todo lo real es simbolizable –ya que así tendríamos una unívo-


Borges, J. L. (1951) “Kafka y sus precursores” en Obras com-
real es capturado por lo simbólico –la efectividad de las leyes
pletas. Buenos Aires. Emecé. 1976, pp. 710-713.
físicas lo demuestran.
Dagfal, A. (2009) “Claude Lévi-Strauss en el psicoanálisis:
la cuestión del sujeto” en AAVV, Claude Lévi-Strauss en
estructura misma contiene viene con el sello de lo simbólico,
el pensamiento contemporáneo. Buenos Aires. Colihue,
el conocido y sencillo ejemplo de la biblioteca: basta comenzar
pp. 193-217.
a ordenar los libros por números o nombres que alguno puede
De Saussure, F. (1916) Curso de lingüística general. Buenos
faltar, en lo real no hay falta.
Estos tres registros de Lacan –y que no son los tres de Aires. Losada. 1945.
Freud35– a lo largo de su enseñanza van a ir teniendo diferen- Freud, S. (1913) “Tótem y tabú” en Tótem y tabú y otras obras.
tes articulaciones, prevalencias, dominancias, encadenamien- Obras completas, t. XIII. Buenos Aires. Amorrortu. 1991,
tos e interposiciones hasta llegar a una topología particular, pp. 7-165.
la del nudo borromeo. Freud, S. (1914) “Introducción del narcisismo” en Contribu-
Divina comedia de ción a la historia del movimiento psicoanalítico. Traba-
Dante Alighieri tenía la inscripción “abandona la esperanza si jos sobre metapsicología, y otras obras. Obras completas,
entras aquí”, las puertas que Lacan abrió con sus tres consti- t. XIV. Buenos Aires. Amorrortu. 1992, pp. 71-99.
tuyen la entrada a una zona, donde si el sujeto avanza, como Freud, S. (1920) “Más allá del principio de placer” en Más allá
al rey cojo, lo que va a suceder no es que se caen las ven- del principio de placer. Psicología de la masas y análisis
das de los ojos, sino que se caen los ojos como vendas (Lacan, del yo, y otras obras. Obras completas, t. XVIII. Buenos
Aires. Amorrortu. 1992. pp. 7-63.
Freud, S. (1923) “El yo y el ello” en El yo y el ello y otras obras.
Obras completas, t. XIX. Buenos Aires. Amorrortu. 1992,
pp. 13-67.
34. El auge –siempre actual– de las terapias astrológicas, la numerología y
demás esoterismos parecen contradecir a Lacan.
Freud, S. (1925) “La negación” en El yo y el ello y otras obras.
Obras completas, t. XIX. Buenos Aires. Amorrortu. 1992,
de lanzar mi Causa Freudiana. Como ven no me desprendo de este adjetivo. pp. 253-259.
Sean ustedes lacanianos, si quieren. Yo soy freudiano. Por eso creo adecua- Jakobson, R.; H. Morris (1956) Fundamentos del lenguaje.
do decirles algunas palabras del debate que mantengo con Freud, y que no Madrid. Ayuso. 1973.
es de ayer. Aquí está: mis tres no son los suyos. Mis tres son lo simbólico, lo
real y lo imaginario. Me vi llevado a situarlos en una topología, la del nudo,
Hartmann, H. (1937) La psicología del yo y el problema de la
llamado borromeo” (1980, 264). adaptación. Buenos Aires. Paidós. 1987.
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