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ASAMBLEA ECLESIAL DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE

SINTESIS TEMA JOVENES

MARCO GENERAL

Promover la participación de los laicos en espacios de transformación cultural, política,


social y eclesial. Escuchar el clamor de los pobres, excluidos y descartados. Promover y
defender la dignidad de la vida y de la persona humana desde su concepción hasta la
muerte natural. Incrementar la formación en la sinodalidad para erradicar el
clericalismo.

Reconocer y valorar el protagonismo de los jóvenes en la comunidad eclesial y en la


sociedad como agentes de transformación.

1° IDEA: Los jóvenes demandan una Iglesia que sea más transparente y coherente. Los jóvenes
buscan un sentido a la vida (ya sea dentro de la Iglesia o fuera y por no hallarlo caen en cosas
nocivas). Los jóvenes se hacen preguntas de diversos temas pero no se animan a buscar
respuestas dentro de los grupos de la Iglesia. Los temas que más interesan e interpelan a los
jóvenes son: Sexualidad/ideología de género, adicciones. Hablar de sexualidad, teología del
cuerpo. Diálogo entre los jóvenes, la fe y la cultura imperante. Cultivar la formación en la fe no
solo para vivirla al interior de la Iglesia sino también para realizar incidencia en espacios
públicos como lo es particularmente en la política y el diálogo sobre la transformación social

2° IDEA: La escucha activa a los jóvenes en las distintas instancias de la pastoral eclesial.
Espacios de escucha activa a jóvenes. Valorar la propia cultura y a partir de ello inculturar el
Evangelio. Generar espacios de encuentro personal con Cristo, la Iglesia, los jóvenes se quieren
encontrar con sus pastores, con su comunidad y con otros jóvenes que también hablen el
lenguaje del amor de Dios. Fomentar espacios de acogida, escucha y acompañamiento atento
a las realidades de gozo y alegrías, así como de dolores y angustias por las que atraviesan los
jóvenes. Espacios donde no se sientan discriminados. En el ámbito eclesial los y las jóvenes y
los adultos que trabajan con ellos, siguen reconociendo y manifestando que la comunidad
eclesial no escucha a los y las jóvenes. No hay espacios para su participación más allá de los
procesos de Pastoral Juvenil, esto ya se manifestó en la Consulta del XV Sínodo de los obispos,
pero se sigue manteniendo igual. Multiplicidad de espacios y/o experiencias que se puedan
abrir y poner a disposición de los jóvenes para que desde ahí puedan conocer a Cristo y su
Evangelio; dígase: arte, teatro, deporte, música, celebraciones, misiones, sacramentos,
comunidad, peregrinaciones, danza, conciertos, escuelas de formación, entre otros. Promover
lugares y experiencias donde los jóvenes puedan vivir el consuelo y la esperanza. Una Pastoral
Juvenil más encarnada y atenta a los jóvenes de hoy, con otro estilo, forma, modelo, lenguaje.
Protagonismo y promoción del liderazgo de los jóvenes. El joven necesita ser alentado y
motivado dentro de la Iglesia. Preocupación por el creciente ateísmo y alejamiento de los
jóvenes de la Iglesia.

3° IDEA: Formación integral a los jóvenes y los que lideran los distintos espacios de
participación de los jóvenes. Jóvenes protagonistas, sujetos activos en la Iglesia y no solo
objetos o “mano de obra barata”. A propósito de la pandemia cómo atender y apoyar a los
jóvenes en sus procesos de salud mental y en las nuevas formas de concebir el desarrollo de la
vida, de las relaciones humanas, del diálogo.
4° IDEA: Fomentar instancias donde se invite a los jóvenes a hacer algo por el otro,
especialmente por los que más sufren a causa de las injusticias sociales ya sea participar en
ollas comunes, trabajos solidarios, todo lo que tenga que ver con el cuidado del medio
ambiente, servicios sociales, voluntariados, entre otros. El compromiso post Confirmación. La
integración de los migrantes, jóvenes migrantes, en las distintas pastorales eclesiales.
Voluntariado juvenil eclesial.

5° IDEA: La mayoría de los adultos tiene una mirada prejuiciada sobre las juventudes, se les
mira como personas que están en desarrollo, como no han alcanzado la adultez aún no están
maduros, y con ello descartan sus aportes. Los clérigos, consagrados y consagradas, y los laicos
agentes pastorales no tienen un contacto real con la juventud, salvo excepciones. El
acompañamiento de los pastores, importante que clero camine con los jóvenes, que les
escuche y los acompañe. Formación sobre los jóvenes por parte del clero y de aquellos que
pertenecen a la vida consagrada. Esa formación lleva a repensar los procesos por ejemplo de
los seminaristas y sus escuelas. La falta de claridad en cuanto a temas como ideología de
género. Ausencia del clero en temas como oposición al aborto y defensa de la vida.
1. Lo que causa dolor y lo que da esperanza al Pueblo de Dios

¿Qué más nos duele de esta realidad que estamos viviendo con relación a esta temática
específica?

La Pandemia ha agravado múltiples factores de riesgo para la juventud, enfrentando


situaciones muy serias asociadas con la crisis económica, de salud, conflictos sociales
diversos, la falta de oportunidades, enorme incremento del desempleo para los jóvenes (lo
que ha producido aumento en la delincuencia juvenil), situaciones de abuso sexual o
psicológico, maltrato a las mujeres (incluyendo jóvenes y niñas), quebrantos psico-
afectivos por el confinamiento, aumento de migraciones causadas por la situación
económica como única opción para los jóvenes (incluyendo Menores No Acompañados),
crisis espirituales por falta de acompañamiento presencial, situaciones de consumo de
drogas que se han agravado o se han abierto en esta coyuntura de crisis profunda.

¿Qué es lo que nos da más esperanza en esta realidad que estamos viviendo con relación
a esta temática específica?

La juventud tiene una mirada mucho más reflexiva y libre sobre la cultura, los derechos y
deberes, y por eso han sido forjadores de nuevas realidades que nos permiten ver nuevos
horizontes en la sociedad y en la Iglesia.

Los jóvenes tienen una conciencia mucho más crítica que los vuelve buscadores de
verdades más profundas, y cuestionadores de algunos esquemas que no responden a su
realidad, a su necesidad y a los desafíos que viven diariamente.

2. Lo más presente y lo más ausente respecto a la temática específica

Presencias
Amplia participación de los jóvenes en diversas iniciativas parroquiales que sostienen la
vida e identidad de muchas Iglesias, sobre todo en entornos marginados donde hay mucho
espacio y necesidad para la misión.

Ausencias por parte de la iglesia


 Falta de creatividad para atender a esta población juvenil con otros modos pertinentes
en esta crisis, tales como los digitales.
 Falta de orientación en muchos ámbitos eclesiales, para ayudar a los jóvenes en su
búsqueda de sentido, en sus crisis de identidad, en la definición de quiénes son y sus
proyectos de vida, y en el reconocimiento y respeto de las diversidades.
 Falta de acogimiento y nuevas formas que atraigan a la juventud para una plena
participación. Falta protagonismo de los jóvenes y participación en la toma de
decisiones.

3. Propuestas en relación a la temática específica

 Una pastoral juvenil más abierta, activa, comprometida con la realidad e incluyente.
 Hacer una lectura de las transformaciones culturales desde la perspectiva de la
juventud.
 Espacios apropiados de escucha para la juventud, para a partir de ellos crear procesos
pastorales y de acción social apropiados.
 Promover plataformas, redes, y espacios de discusión sobre la realidad socio-política
ambiental-cultural-espiritual de ALyC para jóvenes y promover liderazgos con
inspiración cristiana.
 Acompañar iniciativas que promuevan otra Economía para y desde los jóvenes. Tomar
como referencia la “Economía de Francisco y Clara”.

4. Elementos de cuidado/ riesgos que nos desvían de la escucha al Pueblo de Dios

 Los jóvenes deben tener parte activa en la vida social, económica y política del país
porque pronto serán los principales responsables del bien común de la humanidad,
para que lo hagan desde una fe arraigada en Cristo y los valores de la Doctrina de la
Iglesia.

5. Voces del Pueblo de Dios (Perlas)

 “Nos hemos vuelto cómodos espectadores de las realidades que nos duelen, pero que
vemos pasar como ajenas. No hemos sabido llegar a los que más necesitan y por lo
tanto vemos que muchos se van. También vemos a los jóvenes indiferentes o
descreídos”.
 Los/as jóvenes tienen mucho que aportar, ahora el desafío de la Iglesia es saberlos
escuchar, saber dialogar y concretizar los sueños que van en la búsqueda de los
“ideales” de Jesucristo. No se trata de optar entre jóvenes y adultos, sino de un trabajo
compartido donde tradición y renovación entren en diálogo”.

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