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Introducción
Las instituciones educativas, han sido siempre objeto de muchos miramientos en diferentes
puntos de su estructura y función, en estos momentos que el sistema apunta hacia la conversión de
estas, en “empresas” que deben mostrar que pueden ser auto sostenibles y donde las políticas
externas del Banco Mundial entre otras, que dirigen los destinos de un país como Colombia en esta
materia, han venido recortando sustancialmente los presupuestos para la educación, se hace
necesario que se asuma por parte de los directivos docentes una actitud de liderazgo que propenda
por la conservación de la institución, para mantenerla y llevarla a alcanzar sus metas.
Este documento apunta a ver el líder que construye, que da pasos seguros para hacer crecer
las instituciones, para lograr transformaciones, no sólo en la institución financieramente hablando
sino en cada persona que la conforma, apuntado hacia una integralidad.
Se hace un recorrido por el papel del líder, el liderazgo, las cualidades que debe tener el líder
y termina con el educador como líder transformacional, en las circunstancias actuales de la
evaluación de desempeño en el marco del decreto 1278.
El Liderazgo que Transforma.
Las tendencias del liderazgo en la década de los noventa, hace un apunte importante hacia lo
que se denominó liderazgo transformador que fue trasladado desde el campo empresarial hacia el
educativo, este estilo de liderazgo manifiesta una inclinación acentuada a moverse fuera de modelos,
nociones preestablecidas y dirigirse a otras facetas relacionadas con lo cultural y moral, llevando al
líder a tener una visión que desde la organización se comunica o da a conocer a los demás logrando
el asentimiento y el compromiso y fin de cuentas un cambio en la cultura organizacional.
Para otros autores como Bass, el líder transformador se mide por la influencia de sobre sus
seguidores, por lo que el líder debe representar para ellos muchas cualidades positivas, deseables
para ellos de tal manera que se sientan hacia él, admiración, respeto, lealtad, siendo una herramienta
irrefutable el carisma, el intelecto, no en términos de sentirse superior, ni de serlo, si no en la medida
que su responsabilidad de líder le exige que debe tener dominio de su papel, buscando siempre
alternativas para el trabajo y oportunidades, haciendo frente a las amenazas que pueda proponer el
medio en cual se desenvuelve.
El Líder y Su Papel
Todo líder ha sido identificado con unas características especiales que le diferencian y le
permiten tener personas que le sigan y confíen en su labor, pero no solo esto, sino que su vocación y
capacidades le llevan a generar cambios y transformaciones en la organización y en todos
aquellos que de alguna manera demanden dichos cambios, es así como el líder debe ser un
impulsador de la innovación, ser un sujeto activo y proactivo abierto al cambio permanente para
aprovechar el recurso humano encaminarlo para lograr los objetivos propuestos, adaptándose a los
entornos cambiantes (Martins, Cammaroto, Neris y Canelón, 2009).
El centro de una organización sin mirar los aspectos financieros y materiales, se centra en la
cabeza visible, en el individuo que asume las riendas del poder para dirigirla y llevarla a alcanzar las
metas proyectas, no a mantenerse si no a ir más allá incluso de los pronósticos y objetivos
propuestos, ese es el líder, con la capacidad, la visión y las herramientas para lograr esta encomiable
misión.
Los lideres en forma general, no son “cortados con la misma tijera”, cada uno tiene un estilo,
unas características que lo identifican y lo distinguen del común, estas cualidades básicamente son la
planeación, organización, dirección y control aplicadas a todas las actividades inherentes a su
ejercicio, guiados por los planes de acción que se convierten en la carta de navegación para llevar
adelante cualquier organización.
Para que se logre un correcto engranaje entre las diferentes características que debe tener un
líder es muy importante el aspecto comunicacional, ya que este le permite entenderse, darse a
entender y hacer que su liderazgo sea participativo y distribuido, dejando de lado la concepción ya
considerada obsoleta en la que se plantea que el liderazgo reside en las posiciones formales y muy
particulares del líder (Salazar, 2006).
La necesidad del logro se orienta a la fuerza que debe imprimir el líder a su labor para
alcanzar sus metas personales como líder, ya que sus triunfos personales influyen directamente en su
gestión organizacional, el sentirse reconocido, satisfecho por la labor cumplida, por la orientación
correcta a determinadas situaciones y por qué no, por la adecuada promoción de otros confiando y
delegando su liderazgo para alcanzar su propia realización, es así como la necesidad propia del logro
debe estar siempre interrelacionada con el logro de la institución que dirige, sabiendo que en el
campo educativo la gestión enmarca un sinnúmero de variables, que en muchos casos no son
netamente relacionadas con la gestión misma, pero que de una u otra forma pueden incidir en su
gestión dentro de la institución.
La comunicación en sus niveles intrapersonal, interpersonal y social, es vital para lograr una
comunicación asertiva, el nivel intrapersonal facilita el encuentro de ámbitos íntimos, cercanos y
lejanos, de forma tal que la introspección pueda dar una imágen clara del mundo emocional del
líder (Smith, 2007); la comunicación interpersonal, que se da en el diálogo directo con el otro, de tu
a tu, que es sumamente importante para el ejercicio del liderazgo; finalmente la comunicación social
que es bastante cercana al docente con el manejo de sus aulas de clase y participaciones grupales.
Los tres niveles descritos anteriormente, conjugados de la manera correcta, representan para
un líder una herramienta de gran valor a la hora de dar a conocer sus metas, deseos y acciones para
lograr el éxito en cualquier institución, una mala comunicación propicia el fracaso de cualquier líder
con consecuencias devastadoras para la institución.
Hoy la educación se concibe como una empresa, como un negocio que debe ser viable, para
no entrar a discrepar con el ánimo de lucro, sin embargo este tipo de visión ha generado
controversia, pero el sistema ha venido de alguna manera imponiendo su posición y en cierta forma
ha ganado terreno, es así como surgen interrogantes como este: ¿se puede mirar la gestión de los
centros educativos con la misma lupa que se ven las empresas y organizaciones distintas al campo
de la educación?
Sin intentar resolver el interrogante anterior, se hablará de algunos aspectos que pueden
orientar al lector para que sea él quien pueda deducir o al menos quedar con la duda, para ello es
importante ver como las instituciones educativas públicas tienen al frente a personas muy
competentes, preparadas, sin embargo en algunos casos los Gerentes de esas instituciones, han
llegado a la dirección, sin formación en la parte gerencial, aun teniendo habilidades como líderes en
muchos campos.
En el contexto educativo los actores como tal son diversos, los docentes que vienen a
representar los colaboradores o seguidores directos, la comunidad que se podría llamar
colaboradores indirectos, los estudiantes, a los cuales no podemos llamar clientes, entre otros, dan a
la institución educativa pública un matiz diferente al de una empresa tradicional.
A partir del decreto 1278, donde la evaluación de desempeño anual es la que mide la gestión
del docente de aula y de los directivos docentes, hay componentes como el manejo de los recursos,
lo cual de alguna manera implica la capacidad para gestionarlos en caso de no tenerlos o el adecuado
manejo si se tienen, el prospecto de evaluación implica de alguna manera desde una percepción
externa y un tanto critica, la medición de la capacidad de liderazgo del docente, ya que el docente es
un líder, un modelo a seguir, en este sentido, se podría considerar un agente en el liderazgo
transformacional, donde las habilidades comunicativas, la empatía, capacidad para resolver
problemas, entre otras ubican al docente en esta corriente, por lo cual la evaluación es positiva si se
asume con la objetividad de mejorar y no con la óptica represiva, sin que ello implique estar de
acuerdo con directivas y decretos como el 1278.
Smith Saravia, Carlos (2007). Pedagogía de lo Humano: La magia de la Educación. Chile: Ril
Editores.
Anexo Mapa conceptual.