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En primer lugar, hay que decir que, aunque muchos no lo opinen, el zoológico se puede
ver de una forma negativa porque, entre otras cosas, hay muchos parques donde
residen animales donde los maltratan por puro espectáculo, ganando así ellos una
recompensa y esos seres vivos viviendo una mala vida. Otro aspecto negativo es el
hecho de que muchos de los animales que no sirven para el negocio, los venden o los
matan como si fuesen un objeto para manipular. También está el inconveniente de que
en la mayoría de los zoos viven en jaulas o en lugares encerrados, sin poder tener un
mínimo de libertad y de esta manera estar expuestos al público. Mi experiencia personal
ha sido el haber visitado este verano por segunda vez, uno de los únicos parques
naturales donde residen allí todo tipo de animales en terrenos libres. Un lugar donde no
están encerrados en jaulas y viven con los de su especie, y en el que también dan
espectáculos para que, de mientras que los animales como los leones marinos jueguen y
se diviertan con sus entrenadores, el público pueda conocer su historia y su manera de
relacionarse, haciendo de esta manera una gran convivencia.
En resumen, no pienso que no deberían de existir los zoológicos, sino que tendría que
haber más como el de Cabárceno, Cantabria. Sitios donde llene la paz entre los animales
que hay dentro y todos los humanos, con el único propósito de ayudarnos entre todos
nosotros y hacer un sitio donde todos podamos disfrutar. Porque digo yo, si existen los
derechos humanos, ¿habrá algún espacio para los de los animales no? De esta forma,
tratarlos a ellos como queremos que nos traten a nosotros, sin violencia, con libertad,
con respeto y con cariño.