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MERCE VIDAL SOLÉ

APUNTE BIOGRÁFICO
PASCUAL MAISTERRA

Qu<J.an n¡;uros;unmrr rruhrbtJ.u, Stn b auronzaoon ncnr.a ck lo> nrubrn ckl "Copjnghr·, baJO
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mrdru o pnxrdrmrrnro, <ompm>Jrdos b rrprogr•f•• ). d rr.uamirnro mform•nco y b drstribuaón
Jr r~empbres dr dl.a mrdr.lnt< ¡)qwltt o p<bt.uno publtco.

© Editorial AUSA
Aparcado de Correos, 101 - 08280 SABADELL
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Imprime: TEO OGRAF. S.A.
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EDITORIAL
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AUSA
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ELISEO MEIFRÉN, HOMBRE DESCONOCIDO

Quien hoy intente acercarse al pinror Meifrén lo hallará


pronro, diríamos que inevitablemente, en las altas cotizaciones
de las subastas, en los muros de los principales museos y en los
pocos salones donde aún perviven la sensibilidad y el buen
gusro.

Meifrén sigue siendo referencia obligada en el mundo seleao


y reducido de los entendidos en arte y en el mundo más amplio
y confuso de los expertos en inversiones. La obra y la ftrma de
este gran pinror es hoy tan conocida como cotizada. Sin
embargo, pocas e inciertas son las noticias que de la vida del
artista se tienen y muy escasos y poco ftables son los intenros
biográficos que de Meifrén se han publicado.

Esro resulta tanro más paradójico cuanto la vida del ciuda-


dano Eliseo Meifrén y Roig es harto prolongada y, por lo que se
sabe, rica en aconteceres generales y particulares. Los ochenta
años cumplidos del pinror transcurren a caballo de los dos
últimos siglos, los más convulsos y decisivos de la hisroria
contemporánea.

Así, Meifrén nace en 185 7, cuando España vtve la mal


llamada era de la Unión Liberal de O 'Donell, y muere a inicios
de 1940 cuando en España se inicia la también mal llamada era
del general Franco. Mucho ha llovido durante tan largo
uempo.

Un largo tiempo ... Nuestro hombre ha sido testigo, más o menos interesado, de
algunos sucesos capitales. El destronamientO de Isabel II, la
monarquía fugaz del galante don Amadeo, el primer ensayo
republicano del 73, la Restauración de Sagunro, el reinado

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posromantlCO de Alfonso XII, la regencia prudente de María Ante sus ojos -parece que no demasiado atentos, la verdad-
Cristina, el largo estertor monárquico de Alfonso XIII (trufado estallan bombas anarquistas, luchan liberales y carlistas, se
por la diaadura de Primo de Rivera), la vida cona, azarosa y derrumban en Santiago y en Cavite los últimos restos del retórico
zarandeada de la II República, el drama cainita de nuestra Imperio Español, epidemias y pestes causan estragos, en las calles
guerra incivil. Bajo estas rúbricas, Meifrén ha visto - o a podido se alzan barricadas y en las esquinas se ventila a golpe de gatillo
ver- todos los cambios y desgarros que estas minucias lo que ya entonces se llama revolución social. Una revolución
conllevan. más entre otras revoluciones que apuntan en salones y exposi-
ciones, en laboratorios y fábricas, en salones, en cafés y en acade-
rruas.

No es poca tela, ciertamente, haber nacido con el último


Napoleón y haber muerto con un Hitler triunfante. Y no es poca
historia la que pasa por Frascuelo y Lagartijo, por Freud y Marx,
por los últimos esclavos liberados por Lincoln, por los asesinatos
- ya en casa- de Cánovas, Canalejas y Dato, por un apresurado
decir. No es poco argumento para un pintor ser contemporáneo
de un tal Toulouse-Lautrec, de un tal Van Gogh, de un tal
Signac y de otros maestros de parecida talla. No todo el mundo
ha podido ver pasar, tropezar y codearse con unos vecinos
llamados Bécquer, Zorrilla, Galdós o la gorda Pardo Bazán.

Pero si éste fue el ámbito de vida harto conocido del pintor


Meifrén, mucho menos es lo que sabemos del propio ciudadano
Elíseo Meifrén y Roig. Un ciudadano que además de la época
emocionante en que le tocó vivir, tampoco fue precisamente un
anacoreta contemplativo ni siquiera un buen burgués de vida
sedentaria y sosegada.

Y un ancho mundo Sabemos que Meifrén paseó su buen arre desde Buenos
Aires hasta Oslo y desde Venecia a Nueva York, lo que algo
En la NochebrterJa de 185 7 nace m significaba en un tiempo cuya más ambiciosa y lejana frontera
Barcelona, EliJeo Meifrén y Roig. estaba en París. Y sabemos que, paleta en mano, anduvo por los
Ftte bautizado en la Catedral en la
caminos difíciles de una España cuyo paisaje los hombres del 98
Nochevieja del mismo año.
empezaban a descubrir. En galeras y diligencias, en trenes
renqueantes y en cascarones de nuez, Meifrén viaja. Vive y pinta
Meifrén no asiste, ciertamente, a un programa aburrido del en Galicia, en Andalucía, en Aranjuez y en las entonces no
gran desconcierto mundial. Ve pasar y repasar, cruzarse y entre- próximas islas Canarias y Baleares. Y hasta una y otra vez
cruzarse hombres y teorías, filosofías, tonterías, tragedias y come- nuestro hombre cruza el gran charco.
dias, modas y modos que van a transformar decisivamente su
vida y nuestra vida. El chaqué y la aspirina, el telégrafo, el telé- Y no sólo viaja sino que trabaja, dos cosas poco frecuentes en
fono, el primer Reich alemán, la aviación, el miriñaque, el los españoles de su tiempo y hasta del nuestro. Vive con inten-
submarino de Isaac Peral, el Imperio austro-húngaro, la anes- sidad bastante para enriquecerse y arruinarse dos o tres veces,
tesia, el impresionismo, el modernismo y muchos ismos y cosas casarse una y otra vez y ganarse a pulso, junto a muchos amigos,
más desfilan ante sus ojos. infinidad de enemigos. Infmidad de enemigos porque don Elíseo

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además de ser un triunfador es hombre sin pelos en la lengua
que juega a ser sincero. Y además lo es con ironía no exenta de
sarcasmo. Don Eliseo -que adelantamos, nunca fue hombre de
demasiadas lecturas- ignora la sagaz advertencia de Osear
Wilde: «Un poco de sinceridad es cosa peligrosa; mucha since-
ridad es absolutamente fatal». Por eso, metido en juego nuestro
hombre lleva todas las de perder y, entre otras cosas, pierde
biógrafos, lo que bien mirado y para un artista es mucho
perder.

Ese talante individualista del pintor no permite concluir que


fuera criatura esquinada e insociable. Constan su jocundidad, su
participación en los cenáculos artísticos de la época y su relación
con otros pintores. En Els Quatre Gats comparte mesa con
Santiago Rusiñol, con Ramón Casas (que le dedicaran sendos
retratos), con Utrillo y compañía participa en las juergas del
primer Cau Ferrat de la calle Muntaner 38 y con Pellicer, Peyus
Gener y demás alegre tropa charla, discute, bebe y vive la
bohemia fmgida y obligada de la época.

Descubrimientos y Así, Meifrén -y éste es un dato que conviene divulgar- se


anticipaciones anticipa a Rusiñol en el descubrimiento de Sitges. Y es él quien
insta a Rusiñol para que le acompañe a visitar Vilanova y la
Geltrú de donde era natural la madre de Meifrén. Y es él, con
Rusiñol y Casas, quien viaja en la tartana que Rosendo Barrés y J LACROIX
otros pintores locales detienen a su paso por Sitges. Es Meifrén / ?hu1ographe
protagonista principal del tan famoso descubrimiento de Sitges ?t:e d Ccln •o .e

en ocrubre de 1891 , y él será también quien lo conftrme en ~~E/~J-


enero de 1892 y quien porte uno de los dos Grecos que en la '-- .
tercera fiesta modernista sitgetana de 1894 darán fama a la
blanca villa.

Pero hay más; no fue éste ni el único ni siquiera el primer


descubrimiento de Meifrén. Cinco años antes del viaje a Sitges,
en 1886, el pintor se enamoró con sagaz intuición de un lugar
Pompeyo Gener, el pintoresco y
entonces algo remoto e ignoto de la Costa Brava catalana: Cada- atrabiliario Peyus, amigo y compañero
qués. Y en Cadaqués -concretamente en Port-Lligat, donde años del jove Meifrén.
después residirá Salvador Dalí- vive y pinta Meifrén. El paisaje
sobrio y difícil de Cadaqués, su litoral quebrado, sus callejas
pizarrosas y la oscuridad verde de sus cipreses y olivos serán
motivo de inspiración para nuestro pintor. En los cuadros de
Meifrén que rondan por todas partes, Cadaqués asoma por vez
Al fin, al cabo de los aiios, Meifrén En Pel i Ploma de abril de 1902,
obt11vo calle en el Cadaqttés que él primera al mundo. Pero tampoco Meifrén capitalizará este feliz Ramón Casas vio así a m amigo
desc1tbrió. invento como supo hacerlo Rusiñol con Sitges. Al cabo de los Meifrén.

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años, le nombrarán hijo adoptivo del lugar y hasta bautizarán Pocos amigos Un crítico argentino, Eduardo Schiaffmo, señala con acieno
con su nombre una calle, bautismo que Pla y otros muchos cómo esa naturaleza agreste que el pintor refleja en su obra
reclamaron largo tiempo sin éxito. influye decisivamente hasta en su propio aspeao personal. «Una
)
frecuentación asidua del paisaje -dice- le ha dado una fisonomía
en cien o modo agreste, una franqueza pastoril y una indepen-
¡Difícil Meifrén! Pero, siquiera J osep Pla, cronista mayor de la Costa Brava y
de los homenots catalanes, guarda memoria breve de Meifrén. Los
J dencia de ideas y de gustos que sería montaraz si no estuviera
temperada por una jovialidad campechana.» Bernardino de
testigos de su tiempo apenas lo citan de pasada y siempre con Pantorba confirma esta impresión: «D urante muchos años, una
algunas reticencias. Es, como dijimos, el precio obligado de su barba larga y oscura, al uso del fmal del ochocientos, acentuó en
peculiar talante, de su rara mezcla de jovialidades y desdenes, de su rostro el aspecto selvático... era bajo de estatura, robusto de
su ingenuo afán en ser reconocido sin reconocer. complexión, muy nervioso y movido... los ojos vivos y chis-
peantes como dos puntos de luz, bajo la sombra de las cejas
U n periodista le pregunta datos de su vida. «Diga usted que espesas».
naá en Barcelona. Esto es cien o. Después añada usted lo que
quiera» , es su desdeñosa respuesta. Que Meifrén, aunque locuaz y jocundo en ocasiones, es
hombre hermético y ensimismado lo dirá y repetirá uno de sus
A otros les dice: «Aseguran que tengo mal genio. ¿Saben críticos más entusiastas y que gozó de su amistad: J oaquín
ustedes por qué? Por decir que dos y dos son cuatro». Meifrén
morirá sin enterarse de que, para muchos, dos y dos son tres o
) Ciervo. A él le confiesa un día el pintor, no sin ciena amargura,
que su experiencia le ha permitido conocer junto a «compañeros
son siete y que no siempre resulta prudente intentar desenga- envidiosos y despreciables» a amigos de verdad. Pero -concluye-
ñarles. «¡son tan pocos!».

Los colegas susceptibles fruncen el entrecejo al leer en una de Meifrén es, en defmitiva, hombre de pocos amigos en vida y
las pocas entrevistas que a la prensa concede: «¿Cuáles son sus de pocos biógrafos en muene. Pero es también -en vida y en
pintores preferidos?» «Y o... y algunos otros». muen e- uno de nuestros artistas más indiscutibles e indiscu-
tidos. Quiérese decir - y esto nos parece imponanásimo- que
Parvenus y clientes tacaños reciben respuestas tajantes: «Soy sobre la anécdota personal acaba primando la categoría de la
un pintor caro. Un Meifrén no se regatea. Prefiero destrUir un obra que, al fm y al cabo, es lo que cuenta en un artista. Un
cuadro antes que malvenderlo». anista hoy fam oso y un hombre hoy (todavía) desconocido.
Seguiremos intentado adivinar a estos dos Meifrén: al nombre y
El hombre, a veces, bebe. Y no agua, precisamente. al hombre, al maestro del oficio y al aprendiz de vida, al Meifrén
En tonces se encoleriza y pierde los estribos. Veinte años después que pasa y al Meifrén que queda. Intentaremos acercarnos al
de su muen e un viejo conserje del casino de Cadaqués le cuenta 1 Meifrén de mármol y al Meifrén de carne. T odo un poco
al periodista Miguel Ángel Castiella que un día, en uno de esos revuelto, como el cuerpo y su sombra, cuya relación varía según
violentos arrebatos, intentó romper los dibujos pintados con pinte el sol.
carbón y yeso que había donado al pueblo. Fue el propio
conserje quien logró salvarlos de la exaltación del anista.

Meifrén, trabajador infatigable, vive entregado a su obra y


deviene - como apuntan los pocos autores que intentan su De la cuna al pincel La partida de bautismo de Meifrén -un documento
biografía- en un solitario. Asistirá, claro está, a los homenajes elemental pero, que sepamos, hasta hoy no publicado- acredita
que con motivo de sus muchas exposiciones se le ofrezcan, pero que nuestro artista nació en Barcelona el 24 de diciembre de
su vida la plantará junto a su caballete al aire libre enfrentado 18 57 y no en 18 59 como afirman sus pocos biógrafos, incluido
con la naturaleza. Con la naturaleza casi siempre deshabitada sin Bernardino de Pantorba en la lujosa hagiografía que por encargo
más protagonistas que la tierra, el cielo y el mar. familiar publicó dos años después de la muen e del pintor.

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Meifrén, padre, Así, lo hallamos ahora en la Lonja, entonces Escuela de
modelado en t erracota Bellas Artes de Barcelona, donde es disápulo del ya afamado
por Enrique Clarasó.
maestro Antonio Caba Casamitjana. Caba, que años después
dirigiría la Escuela, era entonces profesor de Colorido y Compo-
sición y aunque de formación muy clásica y conservadora
-fueron sus maestros Lorenzale, Madraza y Delaroche- no en
balde fue compañero de Renoir, Monet y Sysley entre otros. Por
otra parte el maestro Caba -más tarde gran especialista del
retrato y académico de la Real- fue hombre abierto y compren-
sivo con los jóvenes que acudian a sus aulas, jóvenes los más de
ellos con afanes innovadores frente al arte oficial y convencional
del tiempo. Quiérese decir que aun no siendo aquí del caso
analizar con detalle las influencias que este primer maestro tuvo
en su alumno, cae fuera de toda duda que la pedagogía de
A nt onio Caba,
el maestro,
Antonio Caba constituyó una base imprescindible para el oficio
retrata a su joven alumno. de Meifrén. Un Meifrén que, como casi todos los triunfadores, se
vuelca como alumno adelantado, precoz.

El París inevitable Por añadidura se puede datar en 1879 la primera estancia de


Meifrén en París donde bullen las disensiones recientemente
Fue hijo primogénito del matrimonio formado por don J osé promovidas por el impresionismo. Puntillistas y divisionistas,
Meifrén, natural de Canet de Mar (no de Barcelona, como anota realistas y formalistas, discuten apasionadamente las teorías de
Pantorba) y de doña Elísea Roig, nacida en Vilanova y la G eltrú. Monet y esta encrespada polémica culminará poco después - en
Este matrimonio tendría más tarde tres hijos más, J osé, Clemen- marzo de 1882- en el fam oso Salón de los Independientes que
tina y Ricardo, de los que sólo José dejó algún rastro arústico. se celebra en la sala Duran-Ruel. Parece lógico suponer que
T odos ellos sobrevivieron a nuestro pintor. todas esas corrientes innovadoras causarían mella en nuestro
artista novel si bien, como ya apuntamos antes, tales influjos
Su padre, José Meifrén, ejerció, al igual que el abuelo, como nunca se los planteó nuestro hombre en el plano intelectual. Sus
dentista. Fue hombre culto y aficionado a las artes, afición que leauras fueron escasas, su ortografía fue siempre harto deficiente
inculcó a sus hijos aunque, en el orden práctico, su deseo fue que y de los pocos escritos que de él se conservan ninguno revela
Elíseo prosiguiera la profesión familiar de odontólogo. formulación teórica alguna. Meifrén se limita a pintar, a trabajar
incansablemente ante el caballete y parece que ni siquiera en sus
En el Archivo de la Universidad de Barcelona hemos tenido conversaciones (Meifrén fue hombre locuaz) le gustara hablar de
la suerte de hallar el expediente académico del joven Elíseo por el escuelas, estilos o maneras. Por eso, como veremos en su
que, en efeao, vemos que éste, tras terminar el bachillerato en momento, clasificarle resulta difícil y su obra rotal puede ser
los Escolapios de Matará en junio de 1872 y tras revalidar en considerada como ecléctica.
septiembre de ese mismo año tales estudios, siguió durante los
A los marcos isabelinos se asoman los tres cursos siguientes los estudios de practicante-dentista. El 2 5 Lo que sí sabemos de esa primera estancia suya en la meca
rostros de J osé y Etisa, padres del de septiembre de 187 4, contando 17 años, se matriculó en la arústica parisina es que, como casi todos sus compañeros, jugó
p intor.
Facultad de Medicina de Barcelona. Éste es el último dato más o menos a bohemio y vivió de la venta de pequeños cuadros
docente que consta, por lo que cabe deducir que a partir de estas y notas en los que ya apuntaba su preferencia por el paisaje si
J osé Meifrén, hermano menor de Etiseo,
fechas Elíseo abandona sus estudios y se dedica ya decididamente fue retratado así por el lápiz de
bien, en este tiempo, de tema urbano. Como anécdota cabe decir
al dibujo y la pintura. Ramón Casas. que su bondadoso padre le obsequió a su regreso con no pocas

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de aquellas obritas que por su expreso encargo le compraron y celebren. Esto le proporcionará, ciertamente, no pocas satisfac-
que el pintor vendía a muy bajo precio. ciones pero también no pocos desengaños. Y hasta tal vez, ¿por
qué no?, estos lauros se le suban demasiado a la cabeza al debu-
De ese tiempo también data su primera salida arusuca. tante que pronto advertirá que premios y distinciones, e incluso
Desde París participa en una modesta Exposición Regional de el favor del público, se inscriben en una compleja mecánica en la
Valencia a la que envía un cuadrito suyo titulado Paisaje de que no siempre privan la calidad y el méritO del artista. Por lo
Chreteille. El jurado distingue al joven autor con la medalla de pronto Meifrén participa en cuantas exposiciones se celebran.
oro. Con este motivo su nombre aparece por vez primera en
letras de imprenta. Esta primera cita se halla en el D iario de Así, al siguiente año, en abril de 1880, Meifrén cuelga un
Barcelona, del 24 de agosto de 1879. paisaje nevado en la prestigiosa Sala Parés, feudo de nombres
tales como Martí Alsina, Urgell, Reynés, los Masriera, Vayreda,
Un Meifrén veinteañero saltó al medo
artístico en rma exposición valenciana.
Tusquets y otras firmas reconocidas y a las que el año anterior se
Ganó srt primera medalla de oro. sumó la de Santiago Rusiñol. En 1881 participa con una marina
de las costas de Garraf y un rincón de Vilanova en la Exposición
de Bellas Artes de Madrid, certamen al que concurrirá habitual-
mente. En octubre de 1882 reincide en la Parés con seis paisajes
al óleo. En el 83, comparte catálogo en el Ateneo Barcelonés con
Armet, T amburini, Roig i Soler y otros pintores ya apreciados
S . .ill. EL REY (Ulr.. Y EN SU J'IObJ.BM
mientras se abren paso impetuoso Ramón Casas y su jovenásimo
LA JU:JJ'IA IU: C:EJU:t DEL JU.I fl O amigo Laureano Barrau. En 1884, en la Nacional de Madrid,
presenta Fin de fiesta, Asunto para un cuadro y En el café e
'('....J.-. ,~,._,.,_,¡-w,;, ··~ ~ ·,.,. insiste en la ya Sala Gran de can Parés. Y opta también, sin
_.-,,;.;]..,11 A. ~,..d:.....:,..,Jo.~­
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¡.~ ~ _,.._ • ..,.. ¿,¡_._.,;,.
- ' A 'f demasiado éxito, a la pensión Forruny en el concurso convocado
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pFD¡JlllSfa btl J RAOO ~ '- .. -...... ·~··· por el Ayuntamiento de Barcelona.
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La presencia de Meifrén es constante en los ambientes artís-


ticos de Barcelona. Lo encontramos como socio fundador del
El pintor lleva a la General de Bellas Centro de Acuarelistas, como expositOr habitual en la inevitable
Artes de Madrid el puerto de sala de la calle Petritxol y en las exposiciones nacionales de
Barcelona. Un paisaje y un tema en el Madrid. El temible e inasequible crítico de El Brusi, Miguel y
que reincidirá.
Badía, alaba uno de sus óleos, el titulado Puerto de Barcelona,
que tras ser expuesto en la Sala Parés consigue una tercera
medalla en la Nacional madrileña de 1887.
C.. l~KUT.uuo.

Y a dijimos que es por estas fechas cuando Meifrén descubre


Cadaqués no sólo como tema piaórico sino como lugar tranquilo
donde vivir y dedicarse a su pasión obsesiva: pintar, pintar sin
descanso. Parece que su primer domicilio estuvo en una casita de
Hacía la fama Este brillante inicio -no es frecuente alzarse con una medalla pescadores de Port-Lligat, lugar que muchos años más tarde
de oro en una primera exposición cuando apenas se alcanzan los cobraría fama gracias a otro pintor, Salvador Dalí. Después pasó
veintidós años- va a animar al artista. Meifrén repite suerte el a vivir en el mismo pueblo.
mismo año en otra exposición regional, la de Vilanova y la
Geltrú, donde obtiene un primer premio. Acaso estos dos
tempranos triunfos decidan al pintor a conairrir ya incansable- Nueva familia También datan de estos años las escasas noticias fehacientes
mente, a lo largo de su vida, a cuantos certámenes de pintura se que de su vida familiar se conocen. En 1883 se casó con Dolores

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Pajarín Valls, natural de Guadalajara, que murió en 1924 parece En el año 1888, crucial para Barcelona, Meifrén es miembro
que a causa de un cáncer. La pareja efectuó su viaje de bodas a del jurado de la Exposición Universal y en ella participó con
París y allí vivieron algún tiempo. Allí, al año siguiente, nació su varios cuadros. Citemos Cristo apaciguando las aguas, El
primera hija, Raquel, y allí retrató en el interior de su taller a estanque, su ya citado Puerto y Epílogo. El primero de estos
Dolores Pajarín en uno de los pocos retratos que de su esposa se La ~pintura de historia, todavla lienzos se halla en el Museo de Arte Moderno de Barcelona y el
conservan. alcanza al Meifrén de 1888. último, de grandes dimensiones, se conserva en el Museo Provin-

Con Doloru Pajarfn, su primera


mujer, en Las Planas, en los
alrededoru de Barcelona. Un año
desp11és de u ta foto morirá Doloru.
A la derecha, el matrimonio en horas
me;ores.

También en la Exposición Universal


de París Cllenta y pesa la obra de
n11estro artista.

En todo caso sabemos que en 1886 el pintor y su recten cial de Ponrevedra. El título de esta tela es adecuado a su tema,
formada familia residen en Barcelona, en la calle Balmes 63, profundamente desolado y cercano a los ambientes tristes de
donde en este año nacerá su segunda hija, Elisea, y catorce años Modesto Urgell. Los críticos consideran muy importante este año
después, en 1900, el único de sus hijos varones, Javier. De este en la valoración de Meifrén y no falta quien subraye cierto invo-
domicilio, donde el pintor tiene también su taller, partirá su lucionismo en su obra. Pero acaso sea más decisiva todavía la
entierro en febrero de 1940. labor de nuestro artista al siguiente año, 1889, en el que

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presenta en can Parés su primera exposición individual. Vive un Es en este año cuando en su nuevo viaje a París, donde resi-
tiempo en París donde obtiene una medalla de bronce en la dirá hasta 1893, frecuentaba el Moulin de la Galette donde sus
Exposición U niversal y viaja a Madrid desde donde se p ropone amigos Casas, Rusiñol, Utrillo, improvisan vida y obra.
iniciar un largo periplo por Francia, Italia, Suiza, Alemania,
Inglaterra y Estados U nidos. Con ellos volverá a entrar en contaao con las nuevas
corrientes que en la capital francesa imperan. Probablemente fue
De sala en sala De esta primera exposición individual en la Sala Parés nos éste un viaje decisivo a partir del cual se abre un nuevo período
da cuenta Juan Antonio Maragall en su imprescindible libro. La en su producción arústica. Al mismo tiempo, su estancia en París
noticia nos parece importante en cuanto confirma lo que le posibilita la asistencia a la exposición de la Société des Amis
llevamos dicho del carácter difícil y conflictivo de nuestro artista. des Arts, celebrada en Versalles, el año 1891, donde Meifrén es
En la primavera de este año presenta en el «olimpo» de la calle recompensado con un diploma de honor. A lo largo del mismo
Petritxol nada menos que sesenta cuadros, cantidad entonces año, nuestro pintor concurre a la Exposición de Bellas Artes
excepcional en muestras individuales. La crítica no le es adversa organizada en Barcelona, con dos obras que envió desde París.
pero las ventas son - o le parecen a Meifrén- escasas y decide T ambién se le otorgó un diploma de honor.
SICilt BlNIIU HJSIESOI(l81SE subastar su obra.
bfumll • a9'
~- Según las referencias que tenemos, parece que alrededor de
DlPlclME O' HONNEUR Aunque es cierro que en el extranjero existen algunos prece- 1891 se incrementan las relaciones de Meifrén con los artistas
¿,.,_ ... ¡¡r /.{~J/!.'(11, ta, ....
dentes, la decisión de Meifrén es mal acogida por galeristas, que entonces marcaban los caminos de la modernidad en el
pintores y críticos. J osé Masriera, entonces presidente del Círculo mundo artístico barcelonés, y especialmente con todo lo que
Artístico, y Santiago Rusiñol reciben el difícil encargo de actuar representaba San tiago Rusiñol. Q uizás ambos artistas coinci-
como peritos tasadores. La cosa termina mal, naturalmente. En el ámbito modernista del Círettlo
Artístico de Barcelona se consagra tm dieron en algunos aspectos de la interpretación de la pintura
Como terminará mal, ya lo veremos, otra exposición que en esta Meifrén ya reconocido. pero, evidentemente, el fondo de los planteamientos de uno y
misma sala celebrará Meifrén cuarenta años después. G enio y
El pirltot· siguió siempre fiel la
Francia desmbridora de stt juvmtttd. figura hasta la sepultura.

Pero por encima de estas incidencias lo cierro es que esta


primera muestra individual de Meifrén consolida su reconoci-
miento como paisajista. Rahola, desde La Vanguardia, pregona
sin rr>gateos la gran maestría que revelan las marinas del artista.
Y con la fama le llega a nuestro hombre una buena cantidad de
dinero que le permitirá recorrer parte de Europa trabajando y
exponiendo incansablemente.

En marzo de 1890 expone de nuevo en la Sala Parés


- como lo hará en noviembre- aporrando una serie de trabajos
realizados durante su viaje. La crítica destacará de nuevo sus
preciosas marinas. Se mencionan telas como las del lago Como,
paisajes napolitanos, un canal veneciano y algunos paisajes cata-
lanes, Orillas del río Ter, Vista de Sardanyola, etc.

Otras rutas, Ésta es una época fecundísima en la vida del pintor. Además
otras gentes de las exposiciones ya citadas cuelga su obra en salones de París y
Madrid, en cuya Exposición N acional obtiene, por unanimidad ,
una medalla de tercera clase. T ambién en Barcelona expone
Junto a Román Ribera, Roig i Soler y otros, en el H otel de
Ventas.

20 21
del otro eran muy diferentes, de manera que se puede afirmar
que las diferencias entre ellos fueron cada vez más acusadas. El
punto de coincidencia más interesante para nosotros se sitúa en el
foco de Sitges que, a partir del año 1891, se consolida en su gran
importancia. Como ya dijimos, la primera conexión que hubo
entre Sitges y Rusiñol se produjo cuando éste se detuvo en
aquella población en el curso de un viaje que haáa, acompañado
de Meifrén, a Vilanova y la Geltrú con el fm de visitar el Museo
Balaguer, que se había inaugurado pocos años antes. Recor-
demos que antes de esta fecha Meifrén ya había pintado algunos
cuadros de la zona de Garraf y de Vilanova y la Geltrú, pobla-
ción con la que estaba vinculado familiarmente. A pesar de que
tenemos un buen número de datos que permiten establecer unas
relaciones entre los pintores del grupo de Sitges y Meifrén, nos
parecen más bien unos lazos de carácter personal que una plena
identificación de propósitos en el terreno estético. El 24 de
agosto de 1892, coincidiendo con la Fiesta Mayor de Sitges, se
celebró una exposición que se consideraba como la primera
Fiesta Modernista, en la que Meifrén participó con seis marinas
pintadas en la villa o con otros temas relacionados con ella, tal
como exigían las bases del concurso. La exposición se celebró en
el Salón de Sesiones del Ayuntamiento y en ella participaron los
pintores Rusiñol, Mas i Fontdevila, Roig i Soler, J oaquim de
Miró y OtrOS.

En el mes de setiembre del mismo año, el diario barcelonés


La Vanguardia se haáa eco en su primera página de la exposi-
ción de pintura, escultura y dibujo que tenía lugar en el Salón de
su hogar. A pesar de nuestras investigaciones, no hemos podido
Con Casas, R.tuiñoL, Ciarasó y demás
encontrar otras noticias que ampliasen las que ya conocemos. No aLegre tropa, Meifrén participa en Las
sabemos a qué razón obedeáa aquella exposición a la que concu- fiestas modernistas.
rrieron artistas como los escultores Atché, Suñol, V allmitjana
padre e hijo; los pintores Casas, Rusiñol, Graner y un largo etcé-
tera. Meifrén presentó una obra titulada Migdia a Sitges, proba- Sitges con ocasión de la solemne entrada en la población de los
blemente una de las presentadas al concurso que se había dos óleos del Greco que hoy se encuentran en el Cau Ferrat.
celebrado en aquella ciudad el pasado mes de agosto. Además También participaron los artistas Pitxot, Clarasó y Casas, en una
participó en la Exposición Internacional de Madrid del mismo primera ocasión, y Pellicer, Tolosa, Brull y el escenógrafo Soler i
año con dos marinas que merecieron un gran eco en la prensa, en Rovirosa en una segunda.
la que se remarca la fluidez con que estaban tratadas las aguas y
la forma magistral con que el artista había sabido interpretar el Por el ancho mundo Al año siguiente Meifrén residía en París, en concreto en la
cielo. Como veremos, éstas serán las dos caraaerísticas más calle Hegesippe Moreau, según consta en el catálogo correspon-
sobresalientes de la obra posterior de Meifrén. diente al Salon de l'Academie donde presentó un cuadro.
Durante su estancia en el vecino país, Meifrén aprovechó para
Dos años después, el domingo 14 de noviembre de 1894, pintar un paisaje de Asniers y otro del Pont N euf de aquella
Meifrén intervino activamente en la tercera Fiesta Modernista de ciudad. Ambos fueron presentados en la Sala Parés y fueron

22 23
alabados por el cnnco Casellas, quien además reconoc1o a Otra referencia nos sitúa en este año, cuando Meifrén parti-
Meifrén como un innovador dentro de la monotonía progresiva cipó con un cuadro titulado Setiembre, que se comentó favora-
que se aprecia en las exposiciones organizadas en Barcelona, y blemente, en la 111 Exposició de Belles Arts i Indústries
que Casellas atribuye a la incorporación por parte del pintor de Arústiques de Barcelona y por el que obtuvo la primera medalla,
las técnicas y procedimientos más novedosos que Meifrén cono- a la vez que los pintores Mas i Fondevila, Rusiñol, Bilbao,
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cería perfectamente por sus viajes y estancias en el extranjero. Urgell, Simonet, Vancells, Occabianca, Cacciaro, Bartels y
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También comenta el cuadro Gente de Mar que fue galardonado Sruck. La Diputación Provincial de Barcelona donó 10.000
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€rrjv!W>O ·?~ con un diploma de honor y que creemos podría ser el que perte- pesetas para adquirir algunas de las obras premiadas, entre ellas
5" txPOSlOON . nece al Museo de Arte Moderno de Barcelona. Posiblemente su una de Meifrén y otra de Galofre.
BELLAS . ARTES pareja es un cuadro que se encuentra en el mismo museo y que
t

~IIR.Tlillc&a se titula Artigaires pero que podría ser el que en la misma expo-
!:).
eEliOf)C«!e .a r EXPOSITOR
..o ID•irr<n
sición llevaba el nombre de Gente de Tierra. Canarias Según nos dice Bernardino de Pantorba, en los últimos años del
)IS.€.S lJ.Iildf· d e 1~ d o..e Q siglo XIX, concretamente el año 1897, Meifrén se marchó a las
por eu obre bct Enturd
•%•pli•mlm:-T~Cl'-oj~,
También en este año participó en una exposición arusnca islas Canarias invitado por Eusebio Navarro Ruiz, al que había
organizada en Bilbao con cuadros pintados en Venecia y en 1~ Exposición Meifrén conocido en París y que en este año había sido elegido presidente
Francia. Por otra parte, en este momento pudo reunir un sufi- MADRID 1905
del Gabinete Literario, una de las instituciones culturales de más
ciente número de obras para la que creemos que sería su primera prestigio de la ciudad de Las Palmas. De esta amistad derivó la
exposición individual en Madrid. Se celebró en el Salón Amaré y invitación a Meifrén para que visitaSe aquellas islas, tan poco
se publicaron los correspondientes comentarios en la prestigiosa frecuentadas por nuestros artistaS. Se fue y estableció su residencia
revista Blanco y Negro. en la Playa de La Laja, muy cerca de Las Palmas.

Allí pintó el cuadro El Puerto de Refugio que fue adquirido


Según Fontbona, entre los años 1894 y 1897 Meifrén y el
por el partido liberal canario para regalarlo a su jefe, el señor
también pintor Félix Mestres fueron compañeros de Anglada
León y Castillo. La obra se expuso en los salones del Círculo
Camarasa en Arbúcies, aunque debió de ser a temporadas,
Liberal de Las Palmas. Parece que la estancia de Meifrén duró
Habitual de las Nacionales de Bellas
Artes, la pintrtra de Meifrén es
ampliamente reconocida .
puesto que nos consta un viaje de nuestro pintor a Venecia,
quizás en el año 1896, porque conocemos un cuadro suyo,
firmado y fechado en este año, con una vista de aquella hermosa
-
Salones Amaré
un tiempo, quizás algunos años, pintando marinas y paisajes.
Más tarde, en el año 1903, Meifrén volvió a las Canarias, y por
tanto es lógico suponer la existencia de diversos cuadros suyos en
ciudad.
aquellas islas, como los once paisajes que se encuentran en el
Nttestro artista sigue trittnfa ndo en Gabinete Literario del Casino de Las Palmas y otros en colec-
Madrid. La prensa recoge stt paso por ciones particulares.
el Salón Amaré.
En el año 1899 Meifrén residía en Canarias, pero esto no fue
obstáculo para seguir participando en exposiciones nacionales e
internacionales. Así cabe mencionar la Exposición Nacional de
Bellas Artes inaugurada en Madrid, el ocho de mayo, en la que
obtuvo una segunda medalla por su obra Natura. Una segunda
exhibición tuvo lugar en la Exposition Universelle de París en la
que fue galardonado con una medalla de bronce.

La valoración crítica de Meifrén se incrementa alrededor del


año 1902 como consecuencia de la exposición que celebró en el
Círculo Artístico de Barcelona, después de largas ausencias de la
capital. Presentó unas sesenta obras que recogían aspeaos muy
El 'hoteler~ Pere R()!neu, M eifrén y diversos del paisaje de Cataluña, de Mallorca o de Canarias, de
A nglada Camarasa captados por el
lápiz de Opisso.
Venecia, de N ápoles, de París y de la República Argentina.

24 25
Barcelona, Mallorca, Los periódicos de Barcelona se hicieron eco de esta gran en el mismo año Meifrén se traslada a Madrid en busca de
Madrid exposición y le dedicaron sus respeaivos comentarios. ] unyer nuevos horizontes. Allí pasó una larga temporada que aprovechó
Vidal en El Liberal; el Pinzell, que era el seudónimo de Miguel para presentar una exposición individual en el Salón Amaré,
Utrillo, en Pe/ i Ploma y Francisco Casanovas en la revista Álbum integrada por cuarenta piezas, algunas de las cuales tenían títulos
Salón. Todos coinciden en que Meifrén demostraba en esta expo- expresivos de su preocupación por la luz como Sol de tarde,
sición un indudable progreso. Sus cuadros se imponían, por la Mediodía, Creprísculo, etc. y otras haáan referencias a paisajes de
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fuerza del color, por la infinita variedad de los matices, por la un lugar concreto. Si hemos de hacer caso de los comentarios que
armonía del conjunto y por la orientación progresiva de los plan- _---
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,..,,... se escribían en aquellos momentos, Meifrén estaba inclinado a la


teamientos que en ellos desarrolla. Así se enlazaba a Meifrén con ._---4:,~ . . . .,. . .--.. . . ._
.... , __.. _ _ _·_...,::...,.J-,-- busca de ambientes paáficos, de sentimientos líricos, de sole-
...... --1"......._
los inicios de la renovación pictórica dentro de los ambientes 1'-':-"'J/.IJA~ ~ ._, dades expresivas, de silencios elocuentes.
----
P~- · ,J.~.~

barceloneses. Se analiza, sobre todo, la ya reconocida capacidad ~ -~"' • :S•.4.. ,_, .L


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del artista para reflejar los aspeaos cambiantes del mar y su Otras noticias hacen referencia al conjunto de cuadros que
habilidad para resolver las gradaciones de la luz y las sombras con el título genérico De la nostra costa de Llevant, expuso en la
bajo la espesa vegetación. Probablemente como consecuencia de Sala Parés después de una larga ausencia. E>-.'PUSO paisajes que
este éxito, al año siguiente expondrá de nuevo en el mismo podemos localizar en las costas y playas de Cadaqués, en las islas
Círculo Artístico con idénticos resultados. Canarias, en Mallorca; en fm, una variopinta muestra de los
Un honor merecido pero demasiado
burocrático para el inquieto pintor. lugares visitados recientemente por el artista.
-
De cara a la Exposición Nacional, que fue inaugurada en
1fl ):: ( ( kü (;(¡;(; ' y (
.. - Madrid el 16 de mayo de 1904, Meifrén había hecho un verda-
hh.u.a.tw ;..ts-...t.,wa-~,-- ,..u-.,Ltt...Stc... dero esfuerzo, puesto que envió un conjunto de quince cuadros:
·'P•• -=""'/" 11-1--......f-'-.YJ-1~(¡ § 1¡. Le fue concedida una segunda medalla por el titulado Casa Sisí Las Américas Es muy posible que el carácter inquieto y aventurero de
• J..._¿,.·¿_ .11111../,,.~ ., .. ~flriL ¿f"/¿J'~· ,.,~~~­
p,,~~r~6 t'•,-/--~·-.:..¿7 4,.., t'.,.. ... t'....,/·~r.. .c ...... de Vallvidrera, y algunos críticos como Ramiro de Maeztu consi- Meifrén le predispusiese a ir por primera vez a Sudamérica, en el
t.~.-~.. .z :J .¿ / /f::...__,/ ...... .., ..... ,... .e, ~/ ...-6 ¿;.,
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' ' t'1 /lr~J ~e;~~~~r 4 ¿. G-xfA~ Ú' t.~ deraban que Meifrén era merecedor de una primera medalla. En año 1899, aprovechando la circunstancia de que en Buenos
t. , ~.t...,~.... ..., :r -~.j1'~¿¿,# , • ._-;.,,., ,1"'.-: &7-...
/, ~.(-t,Qr,.,.._, t;.l'.o~ ~ / - ' ·.... /0. . ._. . . ,, :, e,~._/_ el cuadro pintado por Meifrén vuelve al tema, tratado unos años Aires y en Montevideo se organizaban sendas exposiciones de sus
,(¿. ;/1A '"'( / 4 ::U.? ,.ti!.#L ¿. /....cL·-r·-,-";A
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atrás, de un espacio embaldosado, cerrado por las paredes enca- obras. Meifrén inicia así un camino que posteriormente conti-
'Po, un-c.o, ! OM .,.,P. • 1# _,~,.k w,..._
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1.T tb lW h-I#"NJ ladas de una casa y por elementos vegetales, como una parra que nuaron nombres destacados de los ámbitos artísticos barcelo-
,..~.. , lt4J.J~rtu ••,.,..~.,.¡«'tJ#;JJttw ( '(, ,
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deja pasar la luz y provoca múltiples problemas cromáticos en neses. Recordemos que Ramón Casas también se fue en los años
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1900-1909 bajo la protección de Mr. Deering; que Sorolla lo
•t'llt HMlhrrwt.~ ~h.,.,_..., JJ --..-.,.-.,1/bw aquellas superficies. El resultado es un ámbito agradable, sencillo
,. , ~ JJ. ~ .¡,,,.,"" -,.u.."',.,,.,.~- tll. clut
Mf,Jl. ulMúnJ, 1"' ¡., JU~ fttt.tu, • a &. f'U ta f. ~
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en apariencia y de compleja ejecución que, más adelante, plan- hizo entre los años 1909 y 1911 y que disfrutó del mecenazgo
• N ..un~ ~"'",C.~ . ti ;./JtHI'.W ..,.¡,..¡, W &. ~ ! t. u~­
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¡,.jw k..J. t/tÑ,. t. .()(Aa- t«rtJ,_.Jl.t64; ,.._~u_,,..
~ .¡, ,., hUM k ~ ~ . , . _ .¡ t.tth.- ..
teará de manera similar en diversas ocasiones . de Mr. Huntington, fundador de la Hispanic Society de Nueva
~ t_. f # - J.t - tU,.
York, y donde Zuloaga expuso en 1909. Al mismo tiempo
/MI ,..,.
IWM. ,.,.. i!H .. , ¿, ://t;,.J' ",..

I
..., ~~<14

~ ~ conviene recordar que los buenos resultados económicos y de


Nuestro artista amplió su terreno de acción cuando en el año
l ila!•. ~ .f< /,. _e-'."'"" , ',-;,__,
1905 pasó a residir en la isla de Mallorca, donde llegó a ser
prestigio conseguidos por estos artistas, especialmente por los dos
~: / ' •; &.,(¿,' t' /,.~ .~ 3{,_¿-,nA primeros, estaban fundamentados en su habilidad como realiza-
ti e /",/¡•', .•rn. nombrado direaor de la Escuela de Bellas Artes, cargo en el que dores de retratos, agradables y bien pagados, y de grandes
Vei11ticinco años después del permaneció muy poco tiempo. Esta ampliación y diversidad de composiciones de temas folclóricos, bien aceptados en aquellos
descubrimiento artístico de Cadaqttés, panoramas, reflejados por los pinceles del artista, no significaba
Meijrér1 es nombrado hijo adoptivo de
momentos por una parte importante del coleccionismo interna-
que abandonase los paisajes de otras zonas que le habían inspi- cional. Meifrén no había podido ofrecer nada de todo esto, espe-
la villa.
rado desde bastantes años atrás, como lo demuestra la atención cializado como estaba en la pintura de paisaje; pero a pesar de
constante que dedicó a los alrededores de Cadaqués, villa que en todo lo intentó, sin que conozcamos los resultados concretos de
el año 1911 le nombró hijo adoptivo para agradecerle los veinti- la aventura, punteada por abundantes referencias a las exposi-
cinco años durante los que había divulgado la belleza de aque- ciones individuales o coleaivas en que participó y algunos
llos parajes por todo el mundo. paisajes que nos recuerdan diferentes lugares que visitó. Una
muestra de estos últimos son las dos obras que presentó en las
Su estancia en Palma no debió de ser muy larga, puesto que Exposiciones Nacionales de Madrid de los años 1901 y 1922.

26 27
En la primera ocasión se trataba de un paisaje de las Canarias Zuloaga y Meifrén. Nuevamente, en el año 1927, participaría
titulado La Barranca de la Virgen; en la segunda una obra en la exposición celebrada en la misma ciudad. Naturalmente,
ambientada en Nueva York que denominó Armonía Gris. más interés tienen las exposiciones individuales que nos pueden

VHITED STATES OF AMERJCA


PANAMA CAUFORtfiA INTEJUIATIOMAL EXPOSITIOH
SAII DIEGO MCMXVI
THf SVPI!RJOR... JVR:y O f AWA ~ S HAS COH P!~ D A
®'runa llfri%.e

En la colonial San Diego -allá en la


California española- rm Meifrén
artista y viajero cosecha premios.
Y dinero también.

dar una referencia del eco que su arre conseguía en aquellos


países. Según nuestros datos, hizo una exposición en Nueva
York en el año 1916, pero fue particularmente apreciado en
Buenos Aires, donde se organizaron diferentes exposiciones
exclusivamente de obras suyas -en los años 1900, 1902, 1903,
1907 y 1909-, y en Montevideo, donde expuso en la Sala
Maveroff en el año 1900. La consecuencia lógica de este hecho
es la abundancia de cuadros de Meifrén que, sin duda, debe de
haber esparcidos por museos y colecciones de aquellos países y
que convendría tenerlos presentes en un futuro catálogo exhaus-

~
tivo de su obra.

El pint()Y se trae de stts viajes Meifrén participó en muchas exposKlOnes organizadas en 1 Es fácil que los comentarios de la prensa en torno de los
estampas y anécdotas de unas
Canarias mtonces lejanas.
diferentes ciudades de N orreamérica, como las que se hicieron en excelentes resultados que obtuvieron los pintores que hemos
Chicago en el año 1893, en San Francisco, donde le fue conce- citado -Casas, Rusiñol, Sorolla y Zuloaga- por tierras ameri-
dida una Medalla de H onor (19 15), en San Diego (California), canas, animasen a Meifrén a emprender nuevamente otro viaje,
donde le galardonaron con el Gran Premio (1916) y en Nueva esta vez a los Estados Unidos. De todos estos acontecimientos
York (1919). En Sudamérica hemos de citar las que se cele- hemos podido recoger algunas referencias en publicaciones
braron en Santiago de Chile (1910) y particularmente en Buenos barcelonesas, como la noticia que publicó la revista Vell i Nou en
Aires, como la del año 1904, en que presentó trece obras la que se anuncia la marcha del artista a San Francisco, en julio
pintadas en la Argentina; o la del año 1910 en la que le fue de 1915, adonde llevaba una buena muestra de sus cuadros.
concedido el Gran Premio en la Exposición Internacional de Arte
del Centenario de Mayo. Acudieron a la muestra artistas rusos, Difícil N ueva York Pocas son las noticias que poseemos de esta estancia del
suecos, franceses, ingleses, alemanes, austríacos, etc. Se llevaron pintor en los Estados U nidos donde permaneció desde mediados
los máximos galardones tres españoles: Anglada Camarasa, de 1915 hasta el verano de 1917. Años ciertamente decisivos

28 29
para aquella gran nación y para el mundo entero. Los ecos de las artistas -entre otros de Ramón Casas- y fundador de la
grandes batallas que se libran en Europa - Verdún, J utlandia, Hispanic Sociery, y dice también que le escribe. El ilustre descu-
Somme-, los bombardeos de Londres, el inicio de la guerra bridor de las ruinas de Itálica, el traduaor y editor del Cantar
submarina y los grandes acontecimientos políticos de aquellos del Mío Cid, el impecable y bondadoso Archer Huntington no
años que culminarán el 6 de abril de 1917 con la entrada en contesta -o por lo menos Meifrén no recibe su respuesta- y una
guerra de los Estados Unidos, no parecen interesar lo más vez más, como tantas en su vida, resuelve de plano con «su
mínimo al artista que, como siempre, vive inmerso en su oficio. verdad» por delante. «Querida Lola -escribe el 6 de abril de
Eso parece deducirse de la escasa correspondencia privada que de 1916-: Todo sigue igual. Mr. Huntington ha resultado un óo
él se conserva. sin vergüenza(sic). Ni siquiera se ha dignado contestar mi carta.
Con Europa e11 guerra, el artista La salud espléndida. Elíseo.» Este Eliseo tan expeditivo poco
Meifrén vive en Nueva York, en un barrio burgués próximo trabaja incansable en Sil est11dio nene que ver, a nuestros ojos, con el delicado paisajista
al Central Park, en el 40 W est 57 Th. Street, donde establece su burg11és de N11eva Y ork. Meifrén.
estudio. Y allí expone en Wanamaker -una rara aunque presti-
giosa sala- paisajes del amplio mundo que ha recorrido: desde
Mallorca a Montevideo, desde Turín a Pontevedra, desde su
EXH IBITION o{ PAINTINGS entonces lejano Cadaqués hasta el vecino Houston, desde Sano-
E LISEO MEIFREN llana del Mar hasta el Gran Canal veneciano. Esta exposición la
clausura en la víspera misma de un día histórico: el 18 de
diciembre de 1916, fecha en la que el presidente Wilson dará a
S•"'•"" 11 u o.cr..ln 11
/916 conocer sus famosos puntos para la paz. Pero Meifrén no parece
enterarse. Otros son sus problemas.
AU QUATRIElll!
THI WA.~&D ITORI
¿Cuáles? Posiblemente nunca llegaremos a saberlo. Cabe
suponer -para variar- que son problemas derivados de su profe-
sión, de sus exposiciones y de sus cotizaciones. Porque el pintor
-lo había confesado- es hombre pendiente de su arte pero
E11 la W ademaker neoyorkina -tm pendiente también de su bolsillo, un bolsillo tan pródigo para
~dmgstore, adelantado-- el pintor
expone 11na antología de Stl! caminos y
arruinarse como avariento para enriquecerse. El caso es que
de s11 arte. Meifrén no parece pasarlo demasiado bien en la ciudad de los
rascacielos.

En la primavera nevada de 1916 escribe, día sí día no, a su


familia en Barcelona. Aquí se reproducen algunas de esas lacó-
nicas pero expresivas postales. Parece que algún marchante le
toma el pelo. Parece que espera algo y que espera a alguien.
Nuestro hombre se rodea de misterio. «No digáis nada a nadie,
absolutamente nada. ¡Ojo!» Y en un reverso: «A Javier que
espere que le avise pues si yo no voy, a la vuelta iremos juntos.
¡Ojo!». En otra: «El tiempo pasa y yo me pongo nervioso».

Efectivamente, el pintor se pone tan nervioso que ni una sola


vez atina a escribir correctamente la dirección de su propio domi-
cilio familiar. Dice que recibe carta de Mr. Huntington, nada
menos que del famoso multimillonario, arqueólogo, biblióflio,
humanista e hispanista, mecenas proteaor de tantos y tantos

30 31
S in barba, p ero igual A principios del verano de 1917 el anista regresa a España, sola: el Mundo». Esro, luego se verá (aún hoy lo estamos
y en Barcelona el Círculo Aróstico se apresura a ofrecerle un viendo), habrá gentes que no se lo perdonarán a don Elíseo
banquete en su honor que se celebra el 22 de julio en el restau- Meifrén y Roig aunque paguen cuanto se les pida por exhibir en
rante Manín. su casa una simple nota a lápiz firmada por el pinror Meifrén.

A poco de su regreso de América, Meifrén se rapa la barba. A rodo esro, desde 1910 se sucede un período de más de
La barba que durante roda su vida había constituido algo así veinticinco años que se extiende hasta 1936, en el que la acti-
como un signo muy propio, un tanto feroz y agreste, de su vidad del artista es muy intensa. Ya tenía más de cuarenta años
BANQUETE impetuosa personalidad. La barba negra de los caricaturistas de
en honor dd l.ull'Cado artista y su arre había conseguido una solidez de factura, una seguridad
D. ELISEO MEIFREN L'Esquella y Gedeón, la barba azul que vio el gran canelista de pincelada, un sentido del color y una clara definición de crite-
LA ESQUELLA
que d REAL CÍRCULO AR. Francisco de Ciclón, la barba antes apuntada y algo insolente y oc ...
rios que le permióan enfrentarse con roda clase de problemas
TÍSTICO le dedica, con motivo
de su regreso de New York ahora ya entrecana y venerable. Meifrén se afeita la barba jusro TORRATXA pictóricos. De aquella aaividad son una muestra las numerosas
Ptli0DICB SATlliCH
también cuando la calvicie inicia camino. Los espejos reflejan ftliO•Ifnca, a.:::tST'aAT T U1T.a.un
•wu D*m ...... ._IIRI.U exposiciones en que participó en rodo el mundo y las que fueron
10 c6u~ cad..o. .u'(u:a.•ro por tot Eapa.nya
otro Eliseo Meifrén. Pero no nos hagamos demasiadas ilusiones. x.:.-, ......... 10,""""-
organizadas para presentar exclusivamente su obra. Aquéllas son
M enu Pacer DI: toaoano16
_.,. ........... _...._.......,.• • _ _
Para bien y para mal nuestro anista mantendrá tercamente su
~&ootu-noLA....__-.:t•.trtM.•

Potare Sautú
Oollooo._ .... , - . , . .. •
más de sesenta, y las de carácter personal rozan la cuarentena.
Fllets de Soles sauce cr<vette
Pcrdruux Vinaigr<tte
manera difícil de andar por la vida.
Froid, P¿ruche Gdú
Poulude r&i cressons Es decir, que aparre de los cuadros de aquellas exposiciones
Parbil Prabues
CorbeUles de lruits
U no de sus más sagaces amigos, el periodista Rafael Dome- de carácter colectivo, hemos de subrayar el hecho de que p rácti-
Desscrts nech, crítico de arre de ABC, al tiempo que da cuenta del camente cada año presentaba sin dudar al público el resultado de
VINS cambio operado en la fisonomía del maestro, nos dice -dorando su trabajo entusiasta e infatigable. Entre el conjunto de las
c.,tdl dd Rco><r
Bc.ch Bb.DCO
Cb.1mparnc Codomiu Espumoeo
la píldora- que nada ha cambiado en el pintor. «El anista primeras tendríamos que destacar algunas, como es la constante
Cafl.s ct liqU(vn
.;
- escribe- persiste en su talante. N o importa que a lo mejor se participación en las Exposiciones Nacionales que se organizaban
exalte, chille y apure los adjetivos fuen es de la lengua castellana, en Madrid en los años 1912, 1920, 1922, 1924, 1926, 1930,
J\!STAURANT MARTIN catalana y hasta francesa, y brillen sus ojos con fulgores enér- 1932, 1934 y 1936; las de Barcelona de los años 1918, 1919,
gicos; es rodo juego de artificio, alegre, bello y bullanguero; 1921 y 1922, así como las de carácter internacional celebradas
Meifrén debería ser valenciano.» La implícita «greguería» de esta En el punzante avispero de L'Esquella en la misma ciudad en 1911 y 1929; la Universal de Bruselas de
A Meifrén no le faltan homenajes a stt última - y a nuestro juicio exaaa- afirmación, la dejamos a juicio de la Torrarxa, no puede faltar su
efigie en portada.
1910; la Internacional de Amsterdam (1912), la de arte español
regreso de las Américas.
de los leaores. en París (1919) , en Londres (1920) , y la de Oslo (1931); la
Hispanofrancesa de Zaragoza ( 1919), las Internacionales de
Venecia de los años 1924, 1926, 1928, 1930 y 1936, y algunas
Español y universal Digamos -al paso- que los nuevos aires del régimen de otras. Entre las exposiciones de obra exclusivamente suya nos
Primo de Rivera no afeaan a este gran catalán universal que es parecen significativas las realizadas en la Sala Parés, de Barce-
Meifrén, entre otras cosas porque él, como Ramón Casas, como lona, en los años 1912, 1929 y 1936; las del Salón Areñas, de
Rusiñol, como tantos y tantos anistas entregados, está por lo Barcelona, en los años 1924, 1926, 1927 y 1928; las de Gale-
suyo, que es pintar. Luego, en los tiempos cambiantes, unos y rías Layetanas, también de Barcelona, en 1931 , 1932 y 1935; la
otros entrarán a saco en esa gran independencia de nuestro del Círculo de Bellas Arres, de Madrid, en 1920, 1923 y 1936,
hombre y procurarán arrimar el ascua a su sardina. Meifrén le y otras que fueron organizadas en San Sebastián, en Palma de
dice con su proverbial sinceridad al pinror y crítico Pedro Mallorca y en Bilbao.
Cadmio en 1929 -agónica ya la diaadura y candente el tema
regionalista- que él no reniega de la región donde ha nacido,
«... pero me produce mal efeao eso de "artistas catalanes, anda- La «v erda d» por Por cieno que a raíz de muchas de estas exposiciones, de la
luces, gallegos, valencianos" etc. cuando hay una patria que se d elante actitud del público, de la crítica y de las entrevistas (muy pocas,
llama España y, a pesar de cuanros defea os quieran atribuirle, ya que Meifrén las rehúye sistemáticamente) que le hacen los
yo esroy orgulloso de haber nacido en ella». Y puntualiza: «El periodistas, sale a relucir una y otra vez el carácter fuene y esqui-
Arre no tiene patria. T ampoco debiera haber más patria que una nado del pinror. Recordemos como muestra el jaleo que organiza

32 33
Por añadidura, de los ochenta cuadros expuestos tan sólo
logra vender cinco. Esto le indigna tantO más al comparar tan
exiguo resultado con el éxitO alcanzado un mes antes, en la
misma sala, por un pintor secundario llamado Juan Colo m.
Meifrén no duda en arremeter contra lo que él considera «mal
gusro del público». Acaso le servirá de consuelo comprobar que
en la propia Sala Parés, al mes siguiente regalan, más que
venden, tan sólo un par de telas de la gran exposición póstuma
de Modesro y Ricardo Urgell. En rodo caso, la polémica está
servida durante largo tiempo y en ella tercia con un aróculo
memorable, publicado en La Veu de Cataftmya, Joaquín Folch y
Torres. Cuando esro ocurre Eliseo Meifrén cuenta ya 70 años.
Decididamente, genio y figura hasta la sepultura.

Durante estos años la perseverancia y el trabajo constantes


acreditan la figura del artista. Los catálogos de las exposiciones
mencionadas y de otras -cuya relación hallará el lector en el

- '~
As! veía el pintor a Los crfticos de srt
tiempo. Le costó caro.

A la derecha. Meifrétl ante s11 obra


en rma exposición en Palma
Los reyes, Alfonso XIII y de Mallorca.
M : Victoria, acompañan al artista en
la ina11g11ración de tma de sru anexo-, los premios obtenidos y los elogios unarumes que los
milestras.
cuando en diciembre de 1929 el pintOr celebra en la Parés la críticos le dedican, pese al distanciamientO entre tímido y
más importante de sus exposiciones. Nada menos que ochenta soberbio que con ellos mantiene el pinror, hablan bien a las
cuadros pertenecientes a muy distintas épocas de su ya larga claras de la bondad de su arre.
vida. Para empezar se niega - como es habitual en muestras
antOlógicas tan nutridas- a editar un catálogo cronológico de la Pero también durante esros años ocurren acontearmentos
obra expuesta. Esro, como es natural, indigna a los críticos. Pero importantes en la vida del artista. En 1924 muere Dolores
Meifrén no se amilana y arremete contra ellos al tiempo que no Pajarín, esposa del pintOr, y poco depués éste contrae nuevas
calla tampoco las opiniones que le merecen muchos de sus nupcias con Julia Marina, viuda de Rancé. La boda se celebra en
compañeros que aprovechan la ocasión -algunos por envidias y la iglesia de Belén, en la esquina de las Ramblas con la calle del
personalismos- para sumarse a la censura. «Me entusiasma tener Carmen, enfrente mismo de donde -según parece- un Meifrén
enemigos», proclama ante un periodista de El Día Gráfico. jovenásimo había tenido un estudio.

3-J 35
Otra f amilia más Julia Marina, viuda de Rancé, es treinta años más joven que se salvan a raíz del nacimiento de un nuevo niero del pinror. En
nuestro hombre que cuenta ya, al celebrarse este segundo matri- efecto; si su primogénita Raquel -que, por cierro, también tentó
monio, 67 años. Su nueva mujer, argentina de nacimientO, la pintura- se había casado con el súbdiro francés Etienne Marty
aporra al matrimonio la carga nada desdeñable de ocho hijos. Si con quien residieron en Perpignan, y su segunda hija Elisea casó
se tiene en cuenta que el pinror tenia ya dos hijas y un hijo, las con el noble italiano Angelo Chirelli, matrimonio éste que se
dos primeras ya casadas y con hijos también, es fácil suponer que domicilió en Palma de Mallorca, el menor de los hijos del artista,
el nuevo matrimonio proporcionaría algunas tensiones familiares. Javier Meifrén Pajarín, se casó en 1929 con Ana María Maroto,
Para aliviarlas y acaso también por simple cuestión de habitabi- de quien ruvo dos hijos: María Dolores Oiga e Isaac. De este
lidad, la nutrida familia de J ulia Marina vive en un piso vecino último niero fue padrino el artista y la ceremonia de este
al de Meifrén. N o obstante, como revela alguna correspondencia bautismo fue ocasión para que la familia se reconciliara.
particular, surgen diferencias entre el artista y su hijo J avier,
secundado por su hermana Elísea, diferencias que parece ser que En otro orden de cosas, es durante esros años, como ya
hemos dicho, cuando Meifrén recibe numerosas distinciones y
Una f oto inédita: EliJeo Meifrén jmllo
a Jll Jeg11nda m11jer, }11/ia Marina, honores. Así, en 192 5 es nombrado vicepresidente del Jurado de
Vda. de Rancé. la Gran Exposición Internacional de París; le ofrecen banquetes y
agasajos en Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca; es
nombrado, en agosro de 1926, Caballero de la Legión de Honor
Francia recompenJa con m mejor honor
al caballero y artista don EliJeo de Francia y su obra halla eco en los más prestigiosos medios
Meifrén y Roig. periodísticos nacionales e internacionales.

ORDH E N\TIO~ \L DE L \ LI~GIO N D'IIO NNEli H.

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¿,.@.y,....,,. .le. ~r.;,. uuila '* ¡'(7,..¡,. ~'*' ~ .11--

36 37
Independiente y ajeno a todo lo que no sea su trabajo, El {'pasodoble a tiros" Mientras en las calles de la capital España inicia su dramá-
incapaz de cualquier asomo de adulación a críticos, políticos y tico pasodoble a tiros, Meifrén está lejos de sospechar que aquella
mercaderes, aferrado a lo que él considera «SU verdad» que iba a ser la penúltima de sus exposiciones. El estallido de nuestra
proclama sin excesivos miramientos, Meifrén persiste en su feroz guerra le sorprende en Madrid y el artista regresa presuroso a su
individualismo durante los confusos años treinta. Barcelona de siempre. Allí también las cosas han cambiado. Han
cambiado tanto que Meifrén, siempre al ftlo de la vida, busca un
Todo se paga Tampoco la naciente e «intelectual» segunda República en refugio ignorado donde dedicarse a lo suyo. Y lo suyo es lo de
la que tanta gente confía como en «la niña bonita» desfacedora siempre: trabajar, trabajar frente al caballete, pintar, pintar aguas
de entuertos, colmará una de sus aspiraciones más hondas y y cielos aunque las aguas bajen ya ensangrentadas y los cielos
-hoy, con perspectiva, se ve claro- más legítimas: la concesión sean cielos incendiados. Meifrén se refugia en Manresa.
de la Medalla de Honor de Pintura. En demanda de este mere-
cido galardón para nuestro pintor se dirigen al gobierno diversas ¿Cómo transcurren esos años difíciles de la vida del pintor y
personalidades. Pero lo de siempre; Meifrén que es maestro de su numerosa y plural familia? ¿De qué vive, qué hace, qué
indiscutible en el arte de pintar sigue siendo un aprendiz en el piensa, con quién trata, cuáles son sus miedos y cuáles sus espe-
más difícil arte de vivir. El entonces ya decano de los paisajistas ranzas? Misterio. Otra vez la sombra, el anonimato constante en
españoles, este Meifrén que ha obtenido premios principales en la biografía del artista. Una biografía que se acorta porque
el mundo entero, morirá sin ver satisfecho este justo reconoci- nuestro hombre, no lo olvidemos, ronda ya esa edad epilogal de
miento nacional. En el 34 se lleva la medalla Marcelino Santa los ochenta años.
María y mendiga de Meifrén que retire su candidatura, cosa a la
que el pintor accede; en el 36 su competidor es Gonzalo Bilbao, Pero Meifrén parece seguir conservando el secreto de la
pero el estallido de la guerra deja el premio vacante. Decidida- eterna juventud. Y aún sabremos de él. Sabremos poco, como
mente, Elíseo Meifrén no habrá sido profeta en su tierra. En siempre. Sabremos que terminada la guerra se traslada en
1934, cuando ya triunfan nombres que biográfica y artística- compañía de su mujer, Julia Marina, a Mallorca donde residen
mente pueden considerarse nietos de Meifrén, nuestro pintor su hija Elísea y su marido Angelo Chirelli. Allí, en Valldemosa,
parece tener en sus manos un premio prestigioso: el N onell. Pero según parece, vive y trabaja todo el verano. Cuando en agosto se
algo falla, ese algo que siempre falla aquí cuando del reconoci- ciernen sobre Europa los negros nubarrones de la guerra, Julia
miento de nuestro artista se trata. Cierto es que el premio no Marina decide regresar a Barcelona mientras el pintor queda allí
recae en ningún segundón. Se lo lleva Manuel Humbert. Mientras España arde, Meifrén solo, plantado ante su inseparable caballete trabajando para no
Meifrén tendrá que esperar un año más. En 193 5 se alza con tan trabaja. Un Meifrén ya viejo, pero perder la costumbre. Trabajando lo encuentra un pintor entonces
animoso, planta m caballete en un
preciado galardón y con tal motivo se le organizan homenajes, se joven y recién casado que apunta ya como gran artista: José
refugio de Manresa. Allí qttedará tm
publican loas a nuestro ilustre pintor. Pero no falta tampoco secreto más de srt vida incógnita. Puigdengolas. Con el matrimonio Puigdengolas regresa Meifrén
algún currinche de turno que, aprovechando la oportunidad, a Barcelona en la víspera misma del estallido de la segunda
cuide de recordar aquellas sensatas manifestaciones que años guerra mundial. Será ésta la última guerra, el último susto de la
antes -en 1929- hizo nuestro artista a Pedro Cadmio reivindi- vida del pintor.
cando el universalismo del arte y rechazando campanarios regio-
nalistas o aldeanos. En Barcelona, en su domicilio-taller de la calle Balmes 63,
Meifrén prepara febrilmente una gran exposición que le ha
Así transcurren esos días agrios y prologales del desastre pedido la Sala Gaspar. Se inaugurará el 16 de diciembre de
nacional. En enero de 1936 la siempre puntual y atenta Sala 1939. Pero el oaogenario pintor no podrá asistir ni a su inaugu-
Parés celebra una exposición-homenaje conjunta a Elíseo Meifrén ración ni a su clausura con todas las obras ya vendidas. Se lo
y al escultor Casanovas, que habían obtenido el otro premio de impedirá una neumonía que luego se complicará -porque todas
la Generalitat Catalana, el Campeny. Cuarenta son las obras que las despedidas son complicadas- y acabará con la vida del pintor
aporta el pintor. En marzo del mismo año presenta una exposi- en la madrugada del 5 de febrero de 1940.
ción en el Salón de Arte de Bilbao, y de abril a mayo otra nueva
muestra en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

38 39
Final de trayecto En la fría tarde del manes 6 de febrero, se efectúa el entierro Algunos jóvenes que salen del Publi Cinema comentan el
de don Elíseo Meifrén y Roig. La comitiva fúnebre apenas ha de documental de la UFA mostrando la resistencia de Finlandia
recorrer unos metros ya que la iglesia parroquial de Nuestra ante el ataque soviético que acaba de producirse.
Señora de los Ángeles, donde se celebran las exequias, está en la
esquina misma de Balmes-Valencia. Pero es tal la asistencia que Un periodista de La Soli dice que entre los premios conse-
el duelo se despide dos manzanas más allá, en el Paseo de guidos por Meifrén cuenta el Premio de Honor de la Interna-
Gracia, frente al entonces Publi Cinema. cional de Panamá. El anciano enterado se sorprende. Pero no es
momenro de erudiciones.
Asisten pinrores, galeristas, periodistas, intelectuales, el
«rodo Barcelona», en ftn. El «todo Barcelona» de una Barcelona - Con quien se las ruvo un día fue con Peyus Gener -dice
que apenas comienza a despenar del gran trauma civil de un tipógrafo superviviente de Pe! i Ploma.
nuestra guerra incivil. ] un ro a ex cautivos y ex combatientes,
nuevos caballeros de industria; al lado de ilustres apellidos otros - ¡Hombre, y con Ramón Casas y con Utrillo y con todo
quidams que apuntan; codo a codo con gentes que todo lo quisque! La verdad es que Eliseo tenía un genio endemoniado.
perdieron otras que se apuntan a ganarlo rodo. El entierro de No había quien le llevara la contraria.
Meifrén -así lo dirán los periódicos- constituye «una imponente
manifestación de duelo» pero es también un confuso conejo de - Porque era un tipo íntegro y decente y cabal. No como
casacas y resacas, de hombres sabedores que lloran al muerto y otros que yo me sé.
de arribistas que sonríen a las autoridades que presiden el
luro. - En eso tiene usted razón.

Con fajín rojo y cara de circunstancias está el capitán general Meifrén recibe sepultura en el cementerio del Este cuando en
don Luis Orgaz; con camisa azul, como enronces está mandado, el Tibidabo se pone un frío sol.
el teniente alcalde de Cultura, presidente del Círculo Artístico y
barroco crítico de arte, don ] osé Bonet del Río en representación
del alcalde; un marqués que ostenta la ] efarura Superior de
Poliáa; otro señor camarada -porque la época es algo confusa en
tratamientOs- que representa a la Diputación, etc. Y otros
muchos representantes: de la Lonja, de la Universidad y hasta de
la industria, que ya es decir. Los entierros de los hombres
famosos son siempre impredecibles.

Los asistentes, en parejas o en pequeños grupos, elogian al


difunro, como es de rigor en esros casos. Alguien recuerda que
Meifrén, aunque sólo de oídas, es decir, sin idea alguna de
solfeo, cocaba el piano e incluso más, que había compuesto dos o
tres sardanas. Otro, anticuario él, aftrma el exquisitO gusto con
que el difunro amuebló su casa y sus talleres.

- De jovencitO -dice un anciano que parece enterado- pintó Detrás de la dureza


a su padre y a su hermano ] osé en un estudio que habitó en las aparente del hombre
La Barcelona de la inmediata Ramblas, en la casa donde estuvo la famosa relojería El Regu- habitaba la sensibilidad
postguerra asiste a 11110 de SIII primeros del artista.
lador. Por cierro -añade-, ] osé hubiera sido tan buen pintor
> más sen/idos enlierros: el de Eliseo He aquí dos aspectos
Meifrén. fu la tarde del 6 de febrero como Elíseo pero su hermano mayor fue mucho más trabajador de su bien decorada
de 1940. fu 1111 dla gris) frlo. y perseverante. intimidad.

-11
Lapidario y Al día siguiente los corifeos de costumbre inician sus loas.
postrimerías Junto a gacetillas que hablan de racionamiento, de detención de
estraperlistas, de concesiones de cupos y de inauguración de
comedores de Auxilio Social, los gacetilleros del tiempo
exprimen su repertorio de tópicos inamovibles. Ha muerto el
«maestro insuperable», el «paisajista insigne», el «preclaro intér-
prete de la naturaleza», el «catalán universal», el «aureolado
artista» y demás.

Alguien deja caer al paso, amablemente, porque el difunto ya


se ha incorporado a la galería de los hombres ilustres, que «su
trato fue a menudo difícil», «su genio exaltado», «Su carácter
-como el de los grandes artistas- individualista y arrebatado».
Es la vida; la vida que sigue.

Y llegan, claro está, las exposiciones póstumas, los home-


najes póstumos y los alardes más o menos eruditos (y póstumos
también) respecto a si el difunto fue en su día luminista o impre-
sionista, ecléctico o posromántico, competidor de Sorolla o
seguidor personalísimo de Vayreda, Marú Alsina y demás mono-
polistas del paisaje allá en Olor.

Pero todo eso ya es otro cantar. De puntillas intentaremos


acercarnos al artista famoso después de haber intentado adivinar
un poco al Meifrén desconocido.

PASCUAL MAJSTERRA
Mucha es la obra qrte de Eliseo
Meifrén queda, pero pocos los
testimonios que de su vida se
conservan. Estos s011 unos pocos.
..¡.6
50 51
MEIFRÉN, ARTISTA FAMOSO

Dentro de la producción de la obra pKronca de Meifrén


hemos establecido una división básica en tres etapas atendiendo
a las características derivadas de la propia pintura que realizaba
nuestro artista.

Una primera etapa de formación, que se extiende entre los


años 1875 y 1890; otra que se caracteriza por la plena madurez
de las posibilidades del artista, que podría situarse desde 1890
hasta 1905 aproximadamente, y la etapa final.

Período de formación.- (1875-1890). Un hecho que puede


servirnos para esta clasificación es el que corresponde a las
variantes apreciables en la forma adoptada por este pinror a la
hora de firmar sus obras. En aquella primera etapa, entre los
años 1875-1890, la firma está hecha en letras mayúsculas, muy
claras, y en la cual se distingue la M inicial por su aspecro carac-
terístico y por su mayor tamaño, que el artista remarca al
prolongar uno de sus extremos por debajo de las otras letras a
manera de rúbrica. Además, habitualmente esta firma va acom-
pañada de la fecha, muy clara y también reducida a las dos
últimas cifras. A partir de 1890 hay una doble alteración en este
aspecro, porque en los cuadros posteriores sólo observamos una
clara preocupación por destacar la firma, mientras que las refe-
rencias a la fecha son inexistentes. Daro curioso: Meifrén, desde-
ñoso con la ortografía, nunca acentuará sus firmas.

Creemos que en los cuadros de este período es perceptible


una progresiva eliminación de los elementOs compositivos que
ayudan al pinror a establecer la tercera dimensión, hecho que es
particularmente apreciable en los cuadros de rema marinero, que
muchas veces quedan reducidos a una amplia zona de agua, una

55
estrecha franja de tierra, alguna embarcación y mucho espacio ción de las nubes. Los cielos y las nubes llegarán a convertirse en
ocupado por el cielo con nubosidades tratadas delicadamente. una verdadera especialidad de este pintor. En unos casos serán
N os parece evidente el esfuerzo del artista por analizar y captar justo complemento para resaltar el dramatismo que se desprende
las infmitas matizaciones del agua y por resolver los problemas de un mar tempestuoso, y en otros dan el tono paáfico y plácido
cromáticos que esto le representa. Otra cosa que hay que tener en ámbitos muy diversos.
en cuenta es una cierta anécdota, con un contenido hasta senti-
mental, en sus telas como la que tituló Epílogo y que presentó en Con relación a la interpretación de la luz, Meifrén continúa
la Exposición de 1888. en buena parte las soluciones tradicionales propias de la pintura
de taller. Su óptica aún no estaba enfocada hacia una gama de
En principio, son bastantes las similitudes de sus cuadros con colores propia de la pintura al aire libre; su paleta no se había
las características dominantes en la Escuela de O lor, como es la liberado de los tonos grises que estaban muy alejados de la luz
presencia frecuente de agua embalsada en los primeros términos, intensa y de las tonalidades cálidas que predominan en los espa-
la cuidadosa realización de los árboles, o la relativa proximidad cios de ámbito mediterráneo. Probablemente, la razón estaba en
de los últimos términos. Sus paisajes de tierras del interior, el continuado uso de betún tradicional que era, entre otras cosas,
pintados alrededor de 1884, muestran una técnica minuciosa, la lo que provocaba las atmósferas misteriosas que respiraban los
más adecuada para un trabajo de intenso estudio que elimina la paisajes de esta época. También debemos tener en cuenta que,
espontaneidad. Más adelante creemos que es perceptible una en esta etapa, Meifrén no hace un estudio de las gradaciones
dirección renovadora de aquellos conceptos, y de manera especial cromáticas provocadas por la luz. El cielo y el mar serán, por
en las pinturas de ambiente marinero. De todos modos, un tanto, masas densas donde predomina la luz uniforme. H abrá
punto que le separa de los pintores del grupo de Olor es la que esperar unos cuantos años para poder apreciar que la renova-
Rerorno de la pesca
tendencia que Meifrén muestra a reducir la presencia humana o Óleo sobre tela. ción en el estilo de nuestro artista será más perceptible en este
de animales domésticos en sus cuadros; en los pocos casos en que Mtueo Arte Moderno Madrid apartado.
lo hace es más bien como elemento auxiliar que ayuda a una
mayor comprensión del espacio o como elemento comparativo a
fm de remarcar la grandeza del paisaje.
Meifrén y los Una cuestión importante que nos parece necesario plantear
p aisajistas europeos es la relativa a las relaciones que pueden establecerse entre la
El agua y el cielo Nos parece oportuno subrayar la riqueza y la originalidad de obra de Meifrén, que situamos como realizada en este período, y
los encuadres que selecciona. El sentimiento de admiración ante la diversidad de movimientos de modernización que podemos
el espeaáculo que cada día y en cada momento se ofrece a los apreciar en la pintura de paisaje tanto peninsular como europea
ojos del buen observador queda de manifiesto en la obra de este de este último cuarto de siglo. Recordemos que casi coincide con
período. Pero esta capacidad de captar los espacios ilimitados y la gran época del Impresionismo, pero también debemos tener
móviles del mar o del cielo no fue obstáculo para que el artista presente que en otros focos de nuestra península se desarrollan
pudiese captar los detalles que tenía más cerca de él, y así corrientes diversas orientadas hacia el mejoramiento de esta
podemos observar la atención con que cuida los primeros pintura de paisaje. Por una parte tenemos el núcleo cortesano
términos, tanto si se trata de unas hierbas como el agua quieta con Carlos de Haes y Aureliano de Beruete como máximos
de una ciénaga, las piedras de un río o la arena de una playa. representantes. Las influencias de estos pintores en Meifrén
parecen hasta dudosas. De Carlos de H aes poca cosa podía
Si el agua y sus reflejos gozan de una particular preferencia aprender, porque sus planteamientos coinciden en bastantes
por parte de Meifrén es porque deseaba llegar a dominar la vida puntos con aquello que Maní Alsina pintaba en Barcelona y
que muestra su incesante movimiento y fijarla mediante su buen evidentemente no era necesario que buscase fuera lo que tenía
oficio. También el cielo recibe de manera progresiva un trata- muy cerca de él. Además, las preferencias progresivas de nuestro
miento más delicado. Es considerable la parte ocupada por los pintor hacia los temas marinos no coinciden con aquellos artistas
Venecia
cielos en este primer período, cielos con unos tonos grisáceos, Óleo sobre tela. de Madrid, orientados casi exclusivamente hacia las tierras del
pero ya poco a poco vamos apreciando una progresiva amplia- Mweo Marítimo de Barcelona interior peninsular.

56 57
Seguramente nos darían resultados más positivos las investi-
gaciones orientadas hacia las posibles conexiones enae los
pintores integrantes del grupo de Barbizon y los elementos que
Meifrén incorpora en su obra en esta etapa inicial. Una atenta
observación de cuadros de Rousseau, de Jules Dupré, de Cons-
tant Troyon, de Díaz de la Peña, de Daubigny y hasta incluso
Corot, seguramente permitiría comprobar una frecuente utiliza-
ción de soluciones que fueron empleadas a menudo por pintores
de la Escuela de Olor y también por Meifrén en estos primeros
años. Disposiciones como la división del espacio en tercios; la
destacada atención que dedica a los primeros términos animados
por hierbas, rocas o pequeños embalses que determinan reflejos;
la manera frecuente de cerrar el espacio intermedio con algunas
casas rústicas o una cortina de árboles con o sin hojas, todo
bastante compacto, que peneaan en el tercio superior reservado
al cielo. Este seaor puede presentarse con una cierta unifor-
midad, pero preferentemente está ocupado por masas nubosas
pintadas con fluidez y energía al mismo tiempo. No escasean en
los cuadros de este grupo los ejemplos donde el artista se ha
situado en el interior de un bosque, con el espesor del follaje que
cierra la parte superior y los problemas de color derivados de la
luz que lo aaaviesa, expresados en el resto de la pintura e inci-
diendo de manera concreta en las zonas cenaal y baja con los
troncos de los árboles a conaaluz y sin olvidar un estudio deta-
llado y plenamente realista de las rocas o del matorral que
ocupan las incidencias del terreno.

Las sugestiones derivadas de estos pintores de Barbizon nos


parecen muy interesantes, pero debían de ser más intensas las que
procedían del grupo de los impresionistas. La aspiración renovadora
que representa esta nueva tendencia era muy rica y estaba plena-
mente consolidada en los años ochenta, por lo que son muy suge-
rentes las posibilidades de analizar los puntos y los niveles de
asimilación y la adaptación de todos aquellos principios a la pintura
catalana, concretamente por parte de Meifrén. Nos parece que su
adhesión se manifestó más en cuestiones de concepto que en
elementos concretos. Su temperamento, libre y de fuerte indepen-
dencia, no le permiáa sujetarse a normas y esquemas fijados previa-
mente, pero sí que debía de asimilar y adoptar con entusiasmo todo
aquello que correspondía al predominio del color, a la valoración de
la espontaneidad, al aprecio de la pintura rápida que permiáa
captar las mutaciones de todo aquello que representase movimiento
en elementos naturales, como el agua o las nubes. Como ya hemos Es el mismo Port-U igat pero es un
Cosca Mallorquina remarcado, es perceptible la penerración progresiva de aquellos distinto Meijré11 el que lo pinta. Cede
Óleo sobre tela. eTZ la aTZécdota pero gana la categoría.
criterios, asimilados por Meifrén, por ejemplo, en los numerosos

58
cuadros en que nos presentaba el tema de las rocas en medio de de intenso trabajo que Meifrén dedicó a la interpretación de las
las aguas inquietas del mar, sin añadir ninguna otra anécdota ni infinitas matizaciones que ofrecen el agua quieta de las ense-
problema compositivo. nadas, de los puertos y las playas, las casas de los barrios de
pescadores -sin que se olvidase de Port-Lligat, tan popularizado
Período de transición.- (1890-1905). Si consideramos los después-, las rocas erosionadas por las aguas y los vientos, rodo
diferentes aspeaos renovadores que se pueden remarcar en la sometido a la luz más diversa, desde la más intensa del mediodía
producción piaórica de Meifrén a partir del año 1890, creemos hasta las suavidades que provoca la luz de la luna.
que es aceptable la propuesta de utilizarlos como fundamento a
fm de establecer una división entre lo que había pintado desde
1875, momento en que el artista inicia su aaividad, hasta 1889. El ancho mundo En torno al año 1900, los horizontes piaóricos de Meifrén se
Es decir, un período de quince años ocupado por su formación amplían considerablemente porque, además de las cierras de la
artística, hasta que llegamos a la plena madurez de su persona- Península y de buena parte de Francia, conoció también las islas
lidad. Canarias y América meridional. Su espíritu inquiero reaccionó
positivamente ante las múltiples incitaciones que le ofrecían
Como es lógico, la renovación no se hace de forma brusca, por aquellas cierras y los numerosos problemas piaóricos que se
lo cual en los años 1890 y 1891 apreciamos aún la persistencia de planteaban.
soluciones de la etapa anterior. Consideramos de interés especial los
nuevos criterios que se advierten en la pintura de Meifrén alrededor Hemos de tener en cuenta esros episodios por el enriqueci-
del año 1892. Nos parece que hemos de tenerlos en cuenta como miento que representan para su arte, pero aún más por la
resultado del viaje que había realizado a París dos años antes y que influencia que su presencia ejerció sobre un grupo de jóvenes
le permitió entrar en contaao con el Impresionismo, así como su artistas canarios que tuvieron la posibilidad de conocer una inter-
relación con los pintores integrantes en el grupo que trabajaba en la pretación de las corrientes impresionistas. Entre ellos cabe
villa de Sitges. Su paleta cambia y se orienta hacia la incorporación destacar a Faustino Márquez, ] uan Rodríguez, Botas Ghirlanda,
de tonos blancos y azules, de ocres daros y dorados que corres- muy interesados por el color; Tomás Gómez Bosch, pintOr de
ponden a la luz singular de aquellos parajes que fueron tema para temas marineros; o Nésror Marún Fernández de la Torre, que
M.as i Fondevila y, particularmente, para Roig i Soler. Al mismo asimiló el estilo de Meifrén.
tiempo incluye elementos anecdóticos de caráaer popular aunque
sometidos a protagonismo secundario dentro de la composición Este período nos parece decisivo por lo que respeaa a su
general del paisaje. valoración del cromatismo, cosa que le sitúa en el centro de una
de las corrientes más activas de aquel momento. En los cuadros
Sin embargo, es interesante observar que aliado de aquella realizados en esta etapa se aprecian pinceladas seguras y deci-
aperrura de horizontes nuestro artista persistió, durante un didas, una independencia clara de cualquier recuerdo de los
tiempo, en la realización de cuadros que nos parece que no academicismos y, a la vez, un decidido propósitO de situar en los
estaban de acuerdo con su temperamento, como sucede con el aspeaos coloristas el centro de gravedad de su pintura.
dramatismo que desea transmitir en el complejo Nada! al Mar,
que se sitúa hacia 1893; en los titulados Gente de Mar o Arti- Se puede apreciar también con claridad el progresivo aleja-
gaires, en los que las concesiones a la anécdota humana son muy miento de nuestro artista de los convencionalismos que le habían
destacadas. Paralelamente nos ofrece numerosas visiones deli- ayudado sin duda a conseguir algunos de los preciados galar-
cadas y sensibles a través de paisajes donde no faltan el tema del dones que se concedían en las Exposiciones Nacionales, o quizás
agua o las vistas urbanas de París. En los años siguientes, hasta unos comentarios más favorables por parte de los críticos retró-
1899, la atracción que ejercieron Cadaqués y sus alrededores grados que publicaban sus comentarios en los diarios y revistas
sobre el artista se acentúa. Las singulares caraaerísticas de de la época. No podemos olvidar que ambas cosas contribuían a
aquella costa gerundense, recortada y abrupta, la convierten en crear un estado de opinión del que el artista dependía, porque,
un panorama muy diferente del que podían brindarle la unifor- La Cartuja de V alldemosa para sobrevivir, le era necesario vender aquello que pintaba.
midad y la luminosa atmósfera sitgetana. Se inician así los años Óleo sobre tela. A pesar de todo, Meifrén siguió su instinto y en ningún mo-

60 61
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mento se amoldó a los gustos de un público cuando él no los Período de eclosión.- (1905-1940). En esta última etapa de
compartía. la actividad artística de Meifrén, las líneas fundamentales de su
intepretación personal del hecho piaórico consiguen unos
Las instituciones de carácter oficial o particulares eran casi los niveles, una variedad de facetas, una riqueza de planteamientos
únicos clientes capacitados para adquirir y exponer debidamente y una seguridad técnica muy importantes. Creemos que en los
los cuadros de grandes dimensiones, aquellos que podemos cali- cuadros pintados durante estos años, desde 1906 hasta 1940, no
ficar como «de museo». Si observamos los hechos podremos se aprecia ningún signo de debilidad, no se ven indicios de deca-
percibir cómo, gradualmente, se imponen aquellos cuadros que dencia y hasta el último momento reflejan el frescor de su espí-
tienen dimensiones medianas, de temas agradables y de tonos ritu y la potencia de la inspiración que le animaba. Con el fin de
alegres, que podían contribuir con mucha eficacia a la decoración demostrarlo, creemos que lo más adecuado es una revisión total
interior de cualquier vivienda de la burguesía acomodada. Esto de las cualidades pictóricas de su trabajo, inquieto y constante-
concordaba ·perfeaamente con la espontaneidad de la pintura de mente renovador.
Meifrén, con las inquietudes que le llevaban a perseguir y captar
las incidencias múltiples que le ofrecía la sucesión de las horas Un primer punto que conviene tener presente es la diver-
del día sobre cualquier aspeao de la realidad, convertido en obra sidad de ámbitos que fueron analizados por Meifrén, con el
de arte. objeto de extraer las esencias de su realidad desde el punto de
Jardines de Aranjuez vista artístico. Es interesante observar cómo cada pintor con
En busca de un estilo La exposición que se organizó en 1902 en el Círculo Artís- Óleo sobt·e tela. personalidad sintoniza con un determinado tipo de paisaje; sería
tico de Barcelona es, sin duda, un hito importante en el proceso muy atractivo intentar establecer el porqué de estas preferencias
evolutivo de Meifrén. Podemos considerarla como una especie de y cómo se van modificando a lo largo de la vida de cada uno de
resumen de aquello que había pintado hasta entonces ya que ellos. Si establecemos los itinerarios de artistas más o menos
recoge cuadros correspondientes a estilos diferentes. Nos inte- contemporáneos de Meifrén e interesados también en la pintura
resan particularmente aquellos que abren vías hacia el futuro, los de paisajes como Mir, Rusiñol, Gimeno, Anglada Camarasa o
que permiten prever un desarrollo de posibilidades y que mante- Raurich, por ejemplo, y los comparamos con el itinerario que
nían un nivel y una orientación propios, al lado de los que siguió Meifrén, creemos que ninguno de ellos puede demostrar
estaban haciendo en aquellos momentos artistas nuestros muy un interés tan diverso y permanente, por lo que se refiere a los
destacados que eran coetáneos de Meifrén. Si Rusiñol había lugares geográficos donde trabajó y también por la manera como
iniciado ya el camino de la repetición y la decadencia, Gimeno y los interpretó.
Mir estaban en una fase de creatividad y, quizás, Meifrén se
sentía estimulado por lo que éstos perseguían y trataba de
mejorar lo que él ya dominaba de manera indiscutible, como las Otros caminos Aparte de los lugares que hemos visto que frecuentó en los
aguas en movimiento y las nubes incesantemente transformadas. dos períodos citados, es decir, desde 1875 a 1890 y de 1890 a
Así, gracias a su habilidad y sensibilidad que todos le reconocían, 1905, en esta última etapa continúa trabajando en alguno de
conseguía situar en cada uno de sus paisajes, tanto si eran de la ellos pero otros quedan prácticamente olvidados. Vuelve a las
Costa Brava como de las islas Canarias, el sello de su persona- tierras de Francia y a sus costas, tanto del Atlántico como del
lidad. Mediterráneo, mientras que abandonó las de Italia, que van
siendo olvidadas progresivamente. Intenta la aventura americana
Los años siguientes nos permiten apreciar que Meifrén y se dirige tanto hacia el sur, a Argentina o al Uruguay, como
continúa preocupado por la transcripción de la luz ftltrada por hacia el norte, y en todos esos países dejó abundantes obras, de
unos elementos vegetales. Si no rehuía enfrentarse con el sol manera que quizás sea el único de nuestros destacados paisajistas
resplandeciente de nuestros ámbitos mediterráneos, tampoco que puede lucir panorámicas de aquellos lugares en su catálogo,
rechazó seguir el difícil camino de las luces indireaas, suave- cosa que también sucede respecto a las islas Canarias. Si nos
mente matizadas de los patios y porches, de las pérgolas y de los limitamos a nuestra península, podemos apreciar que hay
emparrados, para conseguir pinturas llenas de recogimiento y de regiones muy representadas, como las de Canrabria y Galicia,
calma. pero otras quedan sin una plasmación concreta. Aparte del

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grupo de los jardines de Aranjuez, en Castilla, y algunos aislados circunstancias poco habituales, como días de nevada o una vista
de Ronda, en Andaluáa, no encontramos nada de aquello que noaurna, momentos que presentaban unos paniculares pro-
para Beruete, Sorolla y Zuloaga tenía una gran fuerza de atrac- blemas de color o de luz, o bien cuando un núcleo de constrUc-
ción. Como es lógico las preferencias de Meifrén iban dirigidas a ciones sirve como fondo del tema escogido sin entretenerse en
diferentes lugares de Cataluña, situados en las comarcas mari- reproducir los detalles. Una acritud paralela podemos apreciarla
neras de Barcelona hacia el none especialmente, las interpreta- en la manera como trata casi siempre aquello que podríamos
ciones de las tierras del interior de media altura y terreno considerar como monumentos arquitea ónicos. N o les da el
abrupto. Dejando aparre su permanente preferencia por Cada- protagonismo que les correspondería ni siquiera cuando son
qués, lo vemos interesado por captar las cualidades singulares de considerados tema básico del cuadro, quedando subordinados a
otros parajes de la Costa Brava, como Uoret, Uan~a o Port de la otros elementos.
Selva, pero no conocemos muestras de su inspiración ante otros Rincón pueblerino. Cadaqués
lugares de pintoresquismo tan reconocido como Tossa de Mar, Óleo sobre t ela . Conviene aquí dedicar un aparrado a todo lo referente a
Mttseo de Amsterdam
por ejemplo. Meifrén analizó como ningún otro de nuestros Cadaqués. Es fácil demostrar que de esta población marinera le
pintores las infmitas matizaciones de los cielos, nubosos o interesaba todo, y de una manera especial las calles irregulares,
serenos, y de las aguas agitadas o mansas de aquellas costas, perfeaamente adaptadas al terreno cercano al mar, calles que
aunque no se aventuró a hacerlo desde una embarcación situada pintó desde múltiples puntos de vista y a cualquier hora del día.
en alta mar, como había hecho unos años atrás y no tan sólo en Los huenos rústicos, los caminos, las casitas sencillas de los
el Mediterráneo, sino incluso en otros mares turbulentos como pescadores de Pon-Lligat, el conjunto del pueblo presidido por
los cercanos a la Bretaña o a la N ormandía. la iglesia, visto desde el mar o desde la carretera. Difícilmente
podríamos presentar, entre nuestros pueblos marineros, un caso
Es en este período cuando realiza las ilustrativas series de parecido al de Cadaqués, que encontró en la persona de Meifrén
cuadros localizables en lugares de un protagonismo tan escaso un sensible cronista gráfico, fiel y constante.
como podían serlo Montesquiu, Mura o el Valle de Arán; pero
es curioso observar que dentro de la variedad apreciable en los Si la sensibilidad del anista fue tan aguda que le permitió
panoramas respeaivos, el anista dedicó una especial atención a captar las múltiples matizaciones posibles de un término urbano
las viviendas que son propias de aquellos lugares, remarcando como el de Cadaqués, sin caer en la repetición formularía,
sus caraaerísticas y peculiaridades. Más rico es el repenorio que podríamos hacer una afirmación muy parecida si nos referimos a
despliega en los cuadros dedicados a reflejar los diferentes los cuadros dedicados como son los jardines o los huenos. Tanto
aspeaos de la isla de Mallorca, y particularmente de lugares si el pintor trabaja en los jardines de Aranjuez, de considerable
como Deia, Valldemosa o la ciudad de Palma, donde Meifrén Cadaqués
extensión, como si planta el caballete en el jardín de su casa,
tenía una casa. Quizás en este conjunto es donde podemos Óleo sobre tela . siempre da preferencia a lo que tiene más cerca.
advenir una mayor atención por las nubes, que ocupan la mayor
pane del cuadro en bastantes ejemplos, y también es fácil apre-
ciar el deseo de extraer el máximo de posibilidades que ofrece el Las costas y los ríos La observación de los temas preferidos por Meifrén en los
tema de los emparrados delante de las fachadas de las casas, años de este último período, nos permite llegar a la conclusión
punto de panida de atractivos problemas de luces y sombras, de que sólo incidentalmente pinta paisajes en que las montañas
aparre de los habituales esquemas que resuelven la perspectiva. tienen una imponancia destacada. Podríamos citar algunos ejem-
plos de entre los cuadros pintados en Mallorca o en Mura, en los
Frente a esta diversidad de soluciones respeao a la distribu- que siempre están simadas en un último término, de manera que
ción geográfica de los paisajes, hemos de subrayar la escasa incli- ni tan siquiera durante su estancia en el Valle de Arán sintió la
nación que sentía por interpretar los temas que recogían aspectos tentación de pintarlas de cerca. En cambio, es constante la atrac-
urbanos. Es muy escaso el número de cuadros con vistas de las ción que sintió por la costa abrupta del mar, por la playa y por
calles de Barcelona o de las plazas, de los suburbios de esta o las comarcas llanas atravesadas por un río de corriente tranquila.
cualquier otra ciudad de cierra imponancia, que habían sido Dentro de este abundante grupo podríamos entrever soluciones
interpretados por tantos y tantos pintores. Sólo le atrajeron en diversas a temas concretos o a esquemas compositivos que les

66 67
aplica. En unos casos s1ma en primer término la corriente del panoramas abiertos, en el mar o en la montaña; podemos añadir
agua, con todos los matices y reflejos provocados por los la diversa situación de la línea del horizonte, con la consecuente
elementos del otro lado; y en otros es la tierra, con piedras o con variación de la importancia concedida al seaor aéreo; la acentua-
plantas, la solución que le permite exhibir nuevas delicadezas de ción de las verticales del enmarcamiento con árboles o elementos
pincel. T ambién podemos apreciar cuando estos temas se plan- arquiteaónicos; el discreto uso de las diagonales para ayudar a la
tean en las playas, con el extenso arenal de gran suavidad cromá- penetración en el espacio; la sabia aplicación de las normas de la
tica, que habitualmente quedan animados por alguna barca perspeaiva aérea o la frecuente utilización de las gradaciones de
varada o por figur~ en movimiento, de proporciones reducidas y la luz y del color provocadas por un elemento vegetal, como
más como elementos complementarios que como protagonistas podría ser un emparrado, una masa de árboles o el ramaje más o
de una anécdota concreta. menos compaao que dejan pasar una luz fmamente matizada,
cosa que nos da una nueva demostración de la sensibilidad y de
Como hemos repetido, es constante la predilección que la excelente técnica del artista.
Meifrén muestra por recoger la fugacidad del tiempo, expresado
en la Naturaleza por dos elementos básicos: el agua y el aire en
movimiento incesante. Si para demostrar el del primero nada le Valoración estética de N os parece oportuno intentar una valoración de caráaer
fue más adecuado que desplegar todas las posibilidades que la obra de Meifrén estético de todo lo que hemos ido desarrollando con objeto de
ofrecía la pintura de las olas del mar, para dar una imagen bien compararlo con el trabajo de algunos otros pintores de nuestro
patente del segundo, el camino más idóneo correspondía a la país o de otros núcleos cercanos, que también contaron con exce-
transcripción de las nubes, de formas infinitas y fácilmente afec- lentes paisajistas y que eran contemporáneos de nuestro artista.
tadas por las matizaciones luminosas de cualquier instante del
día. Aprovechando las posibilidades que le eran ofrecidas por Debemos insistir en la inquietud permanente de Meifrén
una habilidad técnica excepcional y por una sorprendente capa- para profundizar en la visión analítica del paisaje y llegar así, de
cidad de análisis que le permitía sintetizar en unos cuantos una manera personal, a la esencia de su interpretación pictórica.
toques de pincel las más delicadas armonías, hemos podido Esta potencia de su personalidad y la necesidad de expresarla
observar en numerosas ocasiones el hecho de que en sus cuadros determina el hecho de que Meifrén mantenga conexiones
puede prescindir del tema, de la anécdota, que en su tiempo aún diversas con representantes del Impresionismo, con la llamada
era considerada como parte esencial de una pintura. Así pudo Escuela de Olor, con el grupo de Sitges o con diferentes artistas
presentar muchas composiciones que sólo daban soluciones a de otros núcleos peninsulares, pero sin integrarse plenamente en
problemas cromáticos, con una delicadeza y un acierto que muy ninguno de aquellos círculos.
pocos artistas podían igualar. Y si esto ya nos parece admirable,
aún nos lo parecerá más si observamos detalladamente el Quiso conocer cuanto se hacía en París hasta el momento en
conjunto de pinceladas que ha dispuesto para conseguirlo. Son que consideró que podía ayudarle a mejorar y ampliar sus cono-
unas breves manchas, elementales y nada sistemáticas, expuestas cimientos, pero cuando, desde comienzos de siglo, las corrientes
con un aparente desorden, pero que, vistas a la distancia que de vanguardia derivaron hacia el progresivo alejamiento de la
corresponde, se funden en un conjunto unitario que nos da una realidad con el fauvismo y el cubismo, se desentendió y progresi-
transcripción muy correaa de la realidad, captada en un instante vamente dejó de observar lo que hacían los otros para concen-
concreto. trarse en su propia interpretación de los lugares que le
interesaban.
Los colores derivados del color y de la pincelada son de un
nivel altísimo, pero también se podría plantear el estudio de los Observamos que estas actitudes de Meifrén fueron compar-
esquemas compositivos más habituales en aquellos cuadros. Nos tidas por otros pintores coetáneos, como Zuloaga, Rusiñol o
daríamos cuenta de que, en este concepto, es evidente una Casas. El ambiente de París ya no les interesa y nuestros repre-
amplitud de planteamientos de una riqueza similar. Y a hemos sentantes allá ya serán artistas de otra generación, como Picasso,
comentado la diversidad que advertíamos en cuanto al espacio, Cadaqués
Canals, Nonell o Anglada Camarasa. El primero fue uno de los
próximo en los huertos y jardines o en plena profundidad en los Óleo sobre tela. iniciadores de la renovación, a la que quedó integrado de manera

68 69
Tres ap11ntes de bolsillo.
\ \

.• .

- ....

Más fotos inéditas.


Meifrén en 111 est11dio.
Su caballete se desborda.

---
permanente. El resro, por unas razones u otras, participaron en agua en sus cuadros, el agua tranquila de riachuelo o de
alguno o algunos de los episodios de aquellos movimientos y, en ciénagas, que le proporcionan superficies para reflejar la luz
un momentO determinado, se desvincularon para seguir cada cambiante. También coinciden en la atención que dedican a los
cual el camino personal que consideró más apropiado a su árboles, a los bosques y a las arboledas, perfeaamenre caraaeri-
temperamento, enriquecido con lo que había visro y vivido en zados en su individualidad, y en el descuido que demuestran
aquella ciudad. respeao al «tema», actitud que ya es perceptible en obras de
Berga i Boix y que encontramos expresada ampliamente en la
Viajó por Francia y nos ofreció imágenes de las playas y de obra de nuestro artista. En cambio divergen claramente en el
las costas del norte o de las tierras del centro, y siguió las vías de papel que ororgan a la representación de animales domésticos
Italia, más atractivas para nuestros artistas, como Venecia y los como son los bueyes, las vacas o los corderos, que eran frecuentes
alrededores de Nápoles. Atravesó el Atlántico y añadió nuevos en los cuadros de Vayreda, por ejemplo, y que son casi inexis-
horizontes a su panorámica con los de las islas Canarias o de tentes en los de Meifrén. T ambién difieren en cuanro a la repre-
América, meridional y del norte, pero en esros viajes se interesó sentación del cielo y las nubes, que son objeto de una cuidadosa
antes por aspectOs que podríamos calificar como geográficos, por atención por parte de este artista mientras que aquéllos no les
las nuevas matizaciones que podrían ofrecerle como el tema prestaban excesiva atención.
pictórico, que por aquello que estuvieran haciendo los artistas
que trabajaban en aquellos lugares. Recorrió también la mayor
parte de nuestra península, y el resultado fue el mismo, porque El grupo de Sitges De una manera parecida, podríamos establecer conexiones y
ya no podía renunciar a rodo lo que era una trayeaoria artística divergencias de criterio entre los artistas del grupo de Sirges y
perfeaamente defmida que, con propósitOs de permanente nuestro pinror. Todos coinciden en la atención que conceden a
perfeccionamientO, mantuvo hasta los últimos años de su vida. algunos elemenros, como el paisaje urbano y la arquiteCtura
popular, así como, de una manera concreta, a los encalados de
Consideramos que este artista es una de las figuras funda- nuestros pueblos marineros, lo que permite la inclusión de
mentales de la pintura catalana a lo largo de medio siglo en seaores daros con delicadas matizaciones y vivas notas de color
cuantO al paisaje pero, para poder establecer con mayor claridad en las puertas y ventanas; por ejemplo: pueblos que están
su importancia, debemos compararle con las aportaciones de inmersos habitualmente en una atmósfera diáfana y luminosa
otros pinrores contemporáneos suyos, tanro en Cataluña como en que es la propia de nuestro litoral mediterráneo, al cual corres-
otros focos peninsulares y especialmente con los que trabajaban ponden también los ronos daros y dorados de la arena de la
en Madrid. playa, animados de vez en cuando por algunas barcas y pesca-
dores. De manera general podemos apreciar que rodos conceden
un protagonismo destacado a los primeros términos, tanto si son
de agua, con los correspondientes reflejos, o de tierra, con las
Meifrén y la Escuela Naturalmente, debemos iniciar este apartado con una revi- piedras, matOrrales, hojas y otros elementOs que, gracias a las
de Olot sión del posible punro de partida de Meifrén en Cataluña. irregularidades que presentan, pueden animar la superficie.
Creemos que pueden establecerse algunas conexiones con las
grandes figuras de Marú i Alsina y Forruny, y que por lo que a Coinciden, como veremos, en algunos aspeaos; pero las
pintura de paisaje se refiere tienen una manifestación concreta diferencias son muchas, muy sustanciales y se acentúan con el
-como ya apuntábamos- en la conocida Escuela de Olor y en el paso de los años, porque tal vez el ánimo de Meifrén era más
grupo de Sitges. Como los de Olor, Meifrén no tiene ningún inquiero y deseoso de explorar nuevos caminos que no el de los
deseo de incluir en sus paisajes elementOs demostrativos de un representantes de aquel grupo. También porque Roig i Soler
sentimientO dramático, de unas acritudes apasionadas de una murió muy prontO y Mas i Fondevila persistió en la soluciones
agitación anímica, ni en los componentes del cuadro ni en las establecidas sin romper los buenos esquemas conseguidos. Una
líneas esenciales del esquema compositivo, de tal manera que tan discrepancia fácilmente apreciable la encontramos en la manera
sólo algún ejemplo puede apartarse de esta línea. De la misma de inreprerar el mar, habitualmente tranquilo y azul, situado
manera, como ellos muestra una clara inclinación a incluir el como fondo de la composición y bajo un cielo sereno en los

73
pinrores de Sitges, mientras que para Meifrén es un elementO ráneo. Creemos que no ha de haber ninguna duda respecto a su
vivo, dinámico, exclusivo muchas veces, y tratado como un originalidad y personalidad.
seaor de riquísimas variantes de tOnalidad con predominio de
los verdes, azules y grises, que le permiten presentar frecuente-
mente cualidades sin par en sus celebradas marinas. El dina-
mismo de las aguas tiene su paralelo en el protagonismo que Casas, Rusiñol y Muy diferente es el caso de la relación de Meifrén con Casas
concede a las masas nubosas, activas en formas y ricas de color y Rusiñol. Ya hemos comentado la estrecha relación que en un
Soro/la
hasta el puntO de que hay cuadros de Meifrén que quedarían momentO dado hubo entre ellos, especialmente en su encuentro
reducidos a muy poca cosa si prescindiéramos de las nubes, en Sitges, pero después el alejamiento fue progresivo por la
mientras que no son elementOs de especial relevancia en las manera diferente de entender la pintura. En el caso de encontrar
pinturas del grupo con el que le comparamos. Lo mismo coincidencias, sería en algunos paisajes de faaura muy cuidada
podríamos decir si analizamos la pincelada de cada uno de ellos. de los años ochenta y en algún otro con inquietudes paralelas en
Indudablemente, la de Meifrén es mucho más diversa a lo largo el decenio de los noventa; recordemos que Casas dejó de pintar
de los años, y en las últimas etapas más decidida, segura, expre- paisajes en los años posteriores y que Rusiñol no dirigió nunca su
siva y cargada de intención que la de aquellos pintores. atención hacia los planteamientos dinámicos que tantO atrajeron
a Meifrén. Simplificando podemos afirmar que Casas y Rusiñol,
Cadaqués Podríamos entender que responde a una parecida manera de especialmente el primero, son pintores esencialmente urbanos e
Óleo sobre tela . concebir el paisaje la fuerte atracción que ejercieron los ambientes intimistas, frente a un Meifrén básicamente rural.
italianos, centrados particularmente en Venecia y en los alrede-
dores de N ápoles, tan estudiados por Forruny, sobre Roig i Soler En términos generales, quizás fuese más fácil encontrar coin-
y Mas i Fondevila. Esro lo hemos apreciado durante bastantes cidencias entre Meifrén y Mir. Éste es también casi íntegramente
años en la obra de Meifrén pero éste se alejó muy pronto, porque paisajista y se siente atraído por remas similares desde los
no daban suficiente satisfacción a sus anhelos. Tampoco se fue a primeros tiempos en que se relacionaron con los pintores de
Granada, otra etapa muy fecunda del periplo de Forruny y que Olor; conceden la atención a los primeros términos, al agua
fue también frecuentada por tantos pintores en aquellos años de como superficie rica en reflejos, sienten fascinación por las
fmales de siglo y de comienzos del XX, como Rusiñol y Casas, mismas cosas, las tierras y los jardines de Mallorca, pero el
sin ir más lejos. En cambio, estos pintores pronro dejaron de ir a sentido del color y de la forma es más independiente en Mir,
Cadaqués mientras que Meifrén se sentía cada vez más identifi- quien progresivamente se alejó de la pintura relacionada con el
cado e insistía una y otra vez en la interpretación de aquel mar, mar para dedicarse especialmente a la interpretación del paisaje
de aquellas casas que se reflejan en él, de aquella atmósfera que de las comarcas tarraconenses del interior, con predominio de
las envolvía, de los ronos ásperos de los alrededores, toda una gamas cálidas y un respeto por los esquemas compositivos habi-
serie de circunstancias que se puede apreciar perfectamente en el tuales.
numeroso repertorio de pinturas que dedicó a aquella población.
Aunque ya apuntamos antes las posibles coincidencias y
Si atendemos a los elementOs vegetales -imprescindibles en diferencias con los paisajistas de Valencia, de Madrid, etc., insis-
todo paisaje- nos daremos cuenta de que, para Meifrén, eran un timos otra vez. De Valencia, lo que más nos atrae, por las coinci-
tema de primer orden los árboles, aislados, constituyendo un dencias que presenta con Meifrén, es Pinazo, por el concepto
bosque o alineados en las orillas de un río, perfeaamente estu- piaórico que formula en unos cuadros en que prescinde del
diados en rodos sus elementos, mientras que para los pintores de dibujo previo, de acuerdo con la opinión según la cual la forma
Sirges eran un tema secundario y tampoco estaban interesados podía expresarse únicamente con el color, que aplicó con pince-
por los efeaos que ofreáan los contraluces, tan aprovechados por ladas largas y seguras, aparradas de cualquier sistematización
nuestro artista. Todo esto constituye un amplio repertorio de porque sólo responden al impulso de su sensibilidad. Es lógico,
punros de partida para profundizar en un posible análisis de las con esros planteamientos, que no concediese importancia al
Pacio de Casa W
Sisí" caraaerísticas de la pintura de Meifrén para situarlo como es «acabado» del cuadro, cosa que en el último tercio del siglo XIX
Óleo sobre tela. debido en el riquísimo panorama de nuestro arte contempo- era una fase indispensable. En cambio, nos parece ilógico que no

7-J 75
sintiese la necesidad de interpretar el dinamismo y las posibili- rente, como van a ser Darío de Regoyos e Ignacio Z uloaga. La
dades cromáticas de las aguas marinas, que tenía tan cerca. En visión de aquél, lírica, espiritualizada, se dirigió en especial hacia
cuantO a Sorolla, las posibles confluencias que podríamos encon- la interpretación del paisaje del norte de la Península, desde
trar con nuestro artista son muy superficiales porque casi las Asturias y el País Vasco hasta Cataluña, y para hacerlo adoptó
hemos de reducir al interés por el color y la luz o a la pincelada, soluciones técnicas cercanas al Impresionismo. Curiosamente,
libre y muy expresiva. Más allá de esros aspea os, su producción Zuloaga, hombre de tierras húmedas, se sintió seducido por la
acentúa las divergencias, porque orienta las innegables cuali- amplitud de los panoramas de las tierras de Castilla, de Navarra
dades que posee hacia cuadros, muy bien aceptados por aquellos y de Aragón, secas y con predominio de una gama donde los
lugares madrileños, en que multiplica los temas de barcas y verdes no tenían lugar. Los acompaña muy a menudo por unas
pescadores en la playa, justo en el rompiente de las olas; las nubes de fuerte expresividad y sigue un camino personal, con
vistas de ciudades castellanas monumentales, muy cerca del espí- frecuentes concesiones a la literatura. Es curioso que, como en
ritu de la generación del 98; paisajes de Granada o de las otros casos hemos comentado, después de unos momentos en
montañas del corazón de Castilla. Éstos son temas muy que estuvo muy conectado con la vanguardia, se mostró muy
frecuentes en su catálogo, donde queda muy de manifiesto el indiferente hacia la renovación que contemporáneamente se
interés que senúa por la luz, pero creemos correcta la opinión produjo en el panorama piaórico europeo.
que sostenía que tenía muy poco que ver con los impresionistas.
También creemos que eran muy pocas las coincidencias de crite-
rios y de objetivos entre su arre y el de Meifrén. Meifrén, punto final La conclusión general podría concretarse en algunos punros
que trataremos de establecer. En un período inical, Meifrén
observa, estudia, asimila rodo aquello que le parece positivo para
enriquecer su propia personalidad. Para hacerlo, extrae ele-
Madrileños y Si las diferencias entre Sorolla y Meifrén son considerables, mentos de aquello que hacían los pintores de O lor y de Sirges;
valencianos no son menos amplias si situam os los términos de comparación viaja por Italia, reside en París y amplia sus conocimientos hasta
entre nuestro pinror y los que hemos de tener en cuenta como que se siente correctamente orientado en cuanro a los criterios
específicos de Madrid. Allí los paisajistas eran muy pocos, quizás que ha de seguir para desarrollar perfectamente una integración
porque el ambiente era más favorable a otros géneros pictóricos, personal de la pintura de paisaje. Podemos observar cómo va
aunque los fundamentOs establecidos por H aes para conseguir la mejorando gradualmente sus medios de expresión pictórica;
renovación eran sólidos, éste dirigió la concepción realista espe- cómo domina las posibilidades del color y del pincel; cómo sabe
cialmente hacia las montañas. Recordemos que estuvo en alguna llegar a una síntesis que, empleando unos pocos elementos, le
oportunidad en Barcelona y que trabajó en tierras catalanas, pero permite decir muchas cosas de una manera fácil de comprender
creemos que una posible influencia sobre Meifrén debía de ser, para unos niveles muy amplios de público. Y con este bagaje
de cualquier manera, muy escasa. En nuestros esquemas hemos trabaja y trabaja, ilusionado e incansable, profundizando en la
de conceder mayor importancia a Beruete, que en aquel núcleo búsqueda de las cualidades intrínsecas de la Naturaleza que le
fue el verdadero renovador de la luz y el color en la pintura, así rodea, del mar o de la montaña, de la calle, del ámbito reducido
como a lo que hace referencia a los punros de vista y a la manera de un jardín o de un huerto, con un riquísimo repertorio de luces
de tratar los diferentes planos; algunos cuadros, como los que y sombras y según unos puntos de vista muy variados. Así llenó
giran en romo al agua tratada como superficie receprora de una larga vida y dejó una abundante obra de la cual hemos
reflejos muy diversos, coinciden con los que eran particularmente tratado de estudjar y de recoger una muestra en este libro. No
trabajados y queridos por Meifrén. pretendemos que sea definitivo, pero estamos seguros de que
ayudará a consolidar la consideración de gran pintor que Elíseo
Desde el punro de vista del paisajismo, son los dos pinrores Meifrén se merece y a definir mejor su vaüa dentro del panorama
más calificados en el ámbito valenciano y también los dos que lo artístico de la Cataluña contemporánea.
son en el núcleo de Castilla. Nos quedan dos más aún, muy
personales en su expresión, que proceden y representan el espí- MERCE VIDAL i SOLÉ
ritu de las tierras cercanas al Cantábrico de manera muy dife-

-:'6
INTIMAR! O

D e la vida recatada de Meifrén recupe-


ramos aquí algrmas muestras poco cono-
cidas de sus amistades y afectos. Así lo
vieron pasar.

S. Malilla
Ros y Giie/1
E. Galvey
Sainz y Sainz
B. Pantorba
Anteqrtera
Picaro/
J. Cruachs
J. Planellas
L. Oslé
L. Barrau

79
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·-ro--'-
~··--··-
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Salas d e subastas d o nde ha sal id o o bra d e Meifrén R elación d e notas y artículos p eriodísticos y d e catálogo sobre otros
artistas
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mayo-junio 1972. Sala Parés (enero)
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Sala Parés (junio)
Sala Parés (julio)
Sala Parés (noviembre)
Sala Parés (diciembre)
Exposición Universal

Año 1889 BARCELONA


Sala Parés (enero)
Participación de Elíseo Año 1879 VALENCIA Sala Parés (marzo)
Exposición de Bellas Artes (agosco) Niu Guerree (mayo)
Meifrén en las Año 1880 BARCELONA PARÍS
Exposicion Univecselle (ocrubre)
diversas exposiciones Sala Parés (abril)
Sala Parés (mayo)
Año 1890 BARCELONA
Sala Parés (ocrubre) Horel de Venras (marzo)
Sala Parés (noviembre) Sala Parés (marzo)
Sala Parés (diciembre) Horel de Ventas (abril)
Año 1881 BARCELONA Hoce! de Ventas (julio)
Sala Parés (enero) Sala Parés (julio)
Sala Parés (febrero) Sala Parés (agosro)
Aceneu Barcelones (abril) Sala Parés (noviembre)
MADRID MADRID
E:~~.-posición Nacional de Bellas Arces (marzo) &-posición Nacional de Bellas Artes (junio)

96 97
Año 1900 BARCELONA
Año 1891 BARCELONA
Exposició d' Are (junio) Sala Parés (enero)
SaJa Parés (diciembre) BUENOS AIRES
Aceneo (mayo)
MADRID
Exposición Nacional de Bellas Arces (junio) MONTEVIDEO
SaJa Maveroff (ocrubre)
PARÍS
Salón de París Ano 1901 BARCELONA
VERSALLES Sala Parés (enero)
Exposición ~<Sociecé des Amis des Ares)). MADRID
Exposición Nacional de Bellas Arces
Año 1892 BARCELONA
Sala Parés (enero) Año 1902 BARCELONA
Saló de La Vanguardia (setiembre) Sala Parés
SITGES Círculo Aróscico (abril)
Exposició de Selles Ares (agosco) Círculo Arósrico (diciembre)
MADRID BUENOS AIRES
Exposición Internacional de Bellas Arces Salón Wiccomb
Año 1893 BARCELONA Año 1903 BUENOS AIRES
SaJa Parés (enero) Salón Wiccomb (noviembre)
SaJa Parés (mayo)
Aceneu Barcelones (mayo) Año 1904 BARCELONA
Sala Parés (noviembre) Sala Parés (ocrubre)
Saló de La Vanguardia (diciembre) MADRID
SaJa Parés (diciembre) Exposición Nacional de Bellas Arces
CHICAGO BUENOS AIRES
Exposición Universal Salón Wiccomb

Año 1894 BARCELONA Año 1905 BARCELONA


SaJa Parés (mano) SaJa Parés (abril)
Sala Parés (junio) Esrablecimiencos CaJJís (Junio)
Exposició d 'Are (junio) MADRID
Sala Parés (agosco) Salón Amaré (febrero)
MADRID Año 1906 MADRID
Exposición Nacional de Bellas Arces Salón Amaré (febreco)
BILBAO Exposición Nacional de Bellas Arces
Exposición Aróscica (julio)
Año 1907 BARCELONA
Año 1895 BARCELONA V Exposición Inremacional de Bellas Arces
SaJa Parés (enero) l\fADRID
Sala Parés (febrero) Salón Irurrioz
Sala Parés (marzo) BUENOS AIRES
SaJa Parés (noviembre) Salón Wiccomb (seciembre)
SaJa Parés (diciembre)
l\fADRID Año 1908 MADRID
Exposición Nacional de Bellas Arces Exposición Nacional de Bellas Arces

Año 1896 BARCELONA Año 1909 BARCELONA


Sala Parés (enero) SaJa dels Fayans CaraJans (julio)
SaJa Parés (mano) BUENOS AIRES
Exposició d'Arc (abril) Salón Wiccomb
Tienda Cuspinera (noviembre)
Año l9l0 BUENOS AIRES
MADRID
Exposición Univecsal (setiembre)
E>.'j>OSición Nacional de Bellas Arces (abril)
BRUSELAS
Salón Murillo del Museo de Arce Contemporáneo (noviembre)
Exposition Universelle
Año 1897 BARCELONA SAl.'\lTIAGO DE CHILE
Sala Parés (enero) Año 1911 BARCELONA
l\fADRID VI Exposició Internacional d ' Are
Exposición Nacional de Bellas Arces
Año 1912 BARCELONA
Año 1898 BARCELONA SaJa Parés (noviembre)
IV Exposició d'Arc MADRID
SaJa Parés (enero) Exposición Nacional de Bellas Arces
AMSTERDAM
Año 1899 BARCELONA
Exposición lnremacional
SaJa Parés (enero)
Saló Rovira (enero) Año 1914 BARCELONA
Tienda Cuspinera (mano) Sala Parés (mayo)
MADRID BRIGHTON (lnglacerra) (agosco)
Exposición Nacional de Bellas Arces
PARÍS Año 1915 SAN FRANCiSCO (California}
Exposition Universelle Exposición internacional

9 99
Ailo 1916 NUEVA YORK Ailo 1928 BARCELONA
The Wanamaker Srore (noviembre-diciembre) Galena Arenyes (setiembre)
SAN DIEGO (California) Galeria Arenyes (noviembre)
MADRID
Ailo 1918 BARCELONA Salón Nancy (febrero-mano)
Saló Goya (febrero) VENECIA
Galeria Arenyes (diciembre) Exposición lnrernacional
Exposició d 'Arr HOLANDA
Exposición de Arre Español
Ailo 1919 BARCELONA
Saló Pracs Facxó (febrero) Año 1929 BARCELONA
NUEVA YORK Exposición Internacional
The Andecson Galleries (mayo) Sala Parés (diciembre)
PALMA DE MAllORCA
Año 1920 BARCELONA Galeries Cosra (enero)
Galeries Laieranes (enero) Círculo Mallorquín (enero)
Exposició d'Arr (abril)
Galeries Laieranes (mayo) Año 1930 MADRID
MADRID Exposición Nacional de BeUas Arres (enero)
VENECIA
Exposición Nacional de BeUas Arres (diciembre)
LONDRES Exposición Inremacional
The Royal Academy of Ares (noviembre-diciembre) Ailo 1931 BARCELONA
Galeries Laieranes (mano)
Año 1921 BARCELONA OSLO
Exposició d'Arr Exposición de Arre Español
MADRID
Salón de Oroño Año 1932 BARCELONA
Galeries Laieranes (mayo)
Año 1922 BARCELONA Galeria Emp(>rium (julio)
Sala Parés (febrero) Sala Gaspar (ocrubre)
El Siglo (mayo) MADRID
Exposició d. Arr Exposición Nacional de BeUas Arres
Galeries Laieranes, Concurs Plandiura (diciembre)
MADRID Año 1933 BARCELONA
Sala Gasparr (enero)
Exposición Nacional de BeUas Arres (mayo)
Galeries Emp(>rium (enero)
Año 1923 BARCELONA Galeries Laieranes (mano)
Galeries Laieranes, Concurs Plandiura (febrero) AMSTERDAM
Galeries El Siglo (mayo) Exposición de Arre Caralán Moderno
La Pinacoteca (mayo) Año 1934 BARCELONA
Galeria Arenyes (noviembre) Sala Busquecs (enero)
MADRID Sala Parés (enero)
Círculo de Bellas Arres (ocrubre) Exposición de Primavera (mayo-julio)
Sala Parés (noviembre)
Año 1924 BARCELONA Sala Gaspar (noviembre)
Galeria Arenyes (febrero) MADRID
El Siglo (abril) Exposición Nacional de BeUas Arres
MADRID
Exposición Nacional de Bellas Anes Año 1935 BARCELONA
Galeries Laieranes (mano)
Año 1925 BARCELONA Exposición de Primavera (mayo-julio)
Galería Arenyes (enero)
MADRID Año 1936 BARCELONA
Salón Nancy (mano) Sala Fortun)' (enero)
DON OSTI Sala Parés (enero)
Exposición del esrudio dd pinror I.agarde Sala Gaspar (febrero)
Sala Gaspar (febrero)
Mo 1926 BARCELONA Sala Gaspar (junio)
Galeria Arenyes (enero) Sala Capsir (junio)
Galeries Laieranes (abril) MADRID
MADRID Círculo de Bellas Artes
Exposición Nacional de Bellas Arres Exposición Nacional de BeUas Arres
VEl\TECIA BILBAO
Exposición lnrernacional Salón Arre (mano)
PARÍS
Año 1927 BARCELONA Exposición de Arre Español Contemporáneo
Galería Arenyes (enero) VENECIA
Galeria Arenyes (noviembre) Exposición lnrernacional
MADRID BARCELONA
Año 1937
Círculo de BeUas Arres la Pinacoreca (setiembre)
BUENOS AIRES Esrablecimienro de la calle Canuda (diciembre)
Salón Wircomb
Salones Chrisrofle Año 1939-40 Sala Gaspar (diciembre 1939- enero 1940)

100 101
LAMINAS
Torre de San Gervasio 48 X 32 cm. Óleo sobre tela.

105
El puence de madera ( 1879) 24 X 14 cm. Óleo sobre tabla.

Mi primer esrudio 56 X 45 cm. Óleo sobre tela.

106 JO'":
R ocas ( 1880) 29 X 48 cm. Óleo sobre tela.

10
Bosque de Bolonia, París (1883) 37 X 54 cm. Óleo sobre tela.

Estudio del pintor, en París, con su


primera esposa (1883)
98 X 54 cm. Óleo sobre tela.

110
Paisaje invernal ( 1886) 135 X 121 cm. Óleo sobre tela.

Crepúsculo 39 X 23 cm. Óleo sobre tela.


112 1/.1
Paisaje con rebaño (1885) 85 X 145 cm. Óleo sobre tela.
11-1
Marisma (1 888) 61 X 122 cm. Óleo sobre tela.

176 Jr:
R;flejos ( 1889) C>
70 X 118 cm. Oleo sobre tela.

Marina 22 X 14 cm. Óleo sobre tabla.

Puerto ( 1888)
69 X 96 cm. Óleo sobre tela. C>
M11seo Marítimo - Barcelona.

11
Figura femenina (1887) 35 X 25 cm. ACIIarela. Caballero (1887) 35 X 25 cm. Act~arela.

120 121
Soldado ( 1887) 35 X 25 cm. ACIIarela. Torero ( 1887) 35 X 25 cm. Ac11arela.

122 123
Marina (1887)
48 X 72 '5 cm. Óleo sobre tela.

124 125
Puesta de sol (1888) 60 X 120 cm. Óleo sobre tela.

126 12-:
Remando (1888) 65 X 120 cm. Óleo sobre tela.

Detalle del c11adro anterior

12 129
Barco a la deriva ( 1888) 73 X 116 cm. Óleo Jobre tela.

130 1.'31
Puerro de Barcelona (1889) 150 X 300 cm. Óleo sobre tela.

132 J,J.'j
En las marismas (1889) 71 X 122'5 cm. Óleo sobre tela.

13-J
Barca 7 X 20 cm. Óleo sobre tabla. La balsa (1 887) 55 X 75 cm. Óleo sobre tela.

136 13-:
Paisaje con río (1888) 120 X 2 26 cm. Óleo sobre tela.

13 139
Marina (1889) 54 X 81 cm. Óleo sobre tela.
1-10 J..¡f
'

Fiesra en el río con globos (1896) 107 X 128 cm. Óleo sobre tela.

, Marismas C>
100 X 70 cm. Oleo sobre tela.
1-12
Rompeolas 50 X 68 cm. Óleo sobre tela.

1-H
Paisaje con río
80 X 40 cm. Óleo sobre tela. 1>
Arboleda
102 X 68 cm. Óleo sobre tela. 1>

Paisaje
63 X 31 cm. Óleo sobre tela.
(. ,,, ~'""''"""',-----
Barcas 16'5 X 30 cm. Óleo Jobre tela.

PAGI'\A ANTERIOR

Atardecer Remolcando una barca


50 X 68 cm. Óleo 1obre tela. '
102 X 62 cm. Oleo 1obre tela.
1>

150
Fiesta en el jardín JO X 17 cm. Óleo sobre tabla.

Jardín 60 X 50 cm. Óleo sobre tela.

15.'3
Pueblo de la cosca 55 X 80 cm. Óleo sobre tela.

15-J 155
Alfarería en la playa 32'5 X 54'5 cm. Óleo Jobre tela.
Grises
10'4 X 15 '5 cm. Óleo sobre cartó11.

Retirando las cesras de la playa 27 X 40 cm. Óleo sobre tela.

Despedida 38'5 X 55 cm. Óleo sobrt ttla.


15
Boceto para el madro Mi esrudio 44 X 65 cm. Óleo sobre tela.

Naufragio [>
78 X 51 cm. Óleo sobre tela.

160
Gence de mar
152 x 200 cm. Óleo sobre tela.

162
Venecia 33 X 52 cm. Óleo sobre tela. Colección Banco Sabadell.
PÁGIN A ANTERIOR

<l Esperando la pesca 129 X 180 cm. Óleo sobre tela.


Venecia 33 X 52 cm. Óleo sobre tela. Colección Banco Sabadell.
PAGINA ANTERIOR

<l Esperando la pesca 129 X 180 cm. Óleo sobre tela.


Venecia 26 X 21 cm. Óleo sobre tela.

Venecia 43 X 30 cm. Óleo sobre tela.

16 169
Venecia 26 X 2 1 cm. Óleo sobre tela.

Venecia 32 X 23 cm. Óleo sobre tela.

r:o 1":'1
Mariscadoras 61 X 122 cm. Óleo sobre tela.

1-:2
1

-
Marismas 52 X 72 cm. Óleo sobre tela .

Verdes 35'5 X 52'5 cm. Óleo sobre tela.

PAGINA ANTERIOR

<J Mariscadoras 78 X 98 cm. Óleo sobre tela.

176 177
Claro de luna 22 X 36 cm. Óleo sobre tela.

D ía rormenroso 36'5 X 44 cm. Óleo sobre tela.

r: 179
Lavanderas en el río 60 X 117 cm. Óleo sobre tela.

PAGL.'-:A SIGUIE.'-:TE

Nubes y mar 108 X 149 cm. Óleo sobre tela. C>

1 o 1 1
Cadaqués 38 x 76 cm. Óleo sobre tela.
Puerto 80 x 175 cm. Óleo sobre tela. 1>

Marina 59 x 119 cm. Óleo sobre tela.

1 -1 Detalle del mismo madro 1>


Paisaje 87 X 107 cm. Óleo sobre tela.

Puesta de sol 66 X 44'5 cm. Óleo sobre tela. 1>


1 6

Día gris en el lago 65 X 75 cm. Óleo Jobre tela. 1 9


Paseando, París (1900)
44 X 59 cm. Óleo Jobre tela.

190 191
Invierno, Nueva York 46 X 55 cm. Óleo sobre tela.

192
Recraro, Nueva York (1916) JOB X 81 cm. Óleo sobre tela.
Flores 41 X 32 cm. Óleo sob1·e cartón.
Retrato de Miss Gercrie 85 '5 X 80'5 cm. Óleo sobre tela.

/9-f 195
Puesra de sol 27 X 45 cm. Óleo sobre tela.

Paisaje con figura 19 X 26 cm. Óleo sobre tabla.

PAGINA ANTERIOR

<l La Albufera 101 X 15 1 cm. Óleo sobre tela.

/9 199
Árboles secos 187 X 134 cm. Óleo sobre tela. Gabinete Literario Las Palmas (Canarias).
Remanso 187 X 134 cm. Óleo sobre tela. Gabinete Literario Las Palmas (Canarias).
Puesra de sol Reflejos
190 X 9 5 cm. Óleo sobre tela. 190 X 9 5 cm. Óleo sobre tela.
Gabinete Literario Las Palmas Gabinete Literatio Las Palmas
(Canarias). (Canarias).

202
Mar y montaña
48 X 65 cm. Óleo sobre tela.

20-J
Paisaje con figura Álamos en invierno
190 X 95 cm. Óleo sobre tela. 190 X 95 cm. Óleo sobre tela.
Gabinete Literario Las Palmas Gabi11ete Literario Las Palmas
(Canarias). (Canarias).

206
-

Rocas Marina
190 X 95 cm. Óleo sobre tela. 190 X 95 cm. Óleo sobre tela.
Gabinete Literario Las Palmas Gabinete Literario Las Palmas
(Canarias). (Canarias).

20
Rocas
190 X 95 cm. Óleo sobre tela.
Gabinete Literario Las Palmas
(Canarias) .

Atardecer 187 X 134 cm. Óleo sobre tela. Gabinete Literario Las Palmas (Canarias).
Playa Puerro Cruz, Orocava
49 X 65 cm. Óleo sobre tela.

212
-

Marina
187 X 134 cm. Óleo sobre tela.
Gabinete Literario Las Palmas
(Canarias).

Barcas 190 X 95 cm. Óleo sobre tela. Gabitlele Littr.Jrio Las Palmas (úmarias).
Parral, Premia 50 X 62 cm. Óleo sohre tela.

Patio imerior, Premia 1>


77'5 X 60 cm. Óleo sohre tela.

216
Pueblo
100 X 109 cm. Óleo sobre tela.

21
220

Maceras, Premia 58 X 75 cm. Óleo sobre tela.


Casas blancas 35 X 25 cm. Óleo sobre tela.

222 Rincón mediterráneo 53 '5 X 45 cm. Óleo sobre tela.


,\ 1
1'1 1'

'~ 1

Laguna 35 '5 X 44'5 cm. Óleo sobre tela.

París 1>
10 X 16'5 cm. Óleo sobre tabla.

22-1
Paisaje del Marne
50 X 92 cm. Óleo sobre tela.
Colección Banco Sabade/1.

Nubes Paisaje
10'5 X 14'5 cm. Óleo sobre cartón. 14 X 19 cm. Óleo sobre cartón.

226
En el lago
40 X 50 cm. Óleo sobre tela.

22
Paisaje 56 X 60 cm. Óleo sobre tela.

Paisaje 60'5 X 75 cm. Óleo sobre tela.

230 231
Paisaje fluvial 65 X 82 cm. Óleo sobre tela.

Embarcadero 54 X 65 cm. Óleo sobre tabla.

232
Esrudio de grises 29 X 45 cm. Óleo sobre cartón.

Atardecer 45 X 56 cm. Óleo sobre tela.

23..¡. 235
Visra del lago
55 X 65 cm. Óleo sobre tela.

236
H udson 51 X 60 cm. Óleo sobre tela. Hudson 56 X 60 cm. Óleo sobre tela.

23 239
Paisaje 68 X 82 cm. Óleo sobre tela. El Mam e 60'5 X 80 cm. Óleo sobre tela. Mrmo Arte Modemo de Barcelona.

2-J1
Mariscadores 16'5 X 24'5 cm. Óleo sobre tabla.

, Profundidad 1>
80 X 90 cm. Oleo sobre tela.
Mariscadores
78 X 98 cm. Óleo sobre tela.
Paisaje con río 19 X 24 cm. Óleo sobt·e tabla.

Marina, H olanda 19 X 24 cm. Óleo sobre cartón.

Paisaje 19 X 24 cm. Óleo sobre tabla. 247


Marina 14 X 19 cm. Óleo sobre tabla.

Deal Beach, Nueva J ersey 36 X 44'5 cm. Óleo sobre cartón.

Puerco de Marrigues, Provenza 9 '5 X 13'3 cm. Óleo sobre tabla.


Port Lligac 60 X 81 cm. Óleo sobre tela.
Paisaje 33 X 44'5 cm. Óleo sobre tela.

250 251
Reflejos
54 X 92 cm. Óleo .robre tela.

2.H
Calle de Cadaqués 46 X 35 cm. Óleo sobre tela.
La ventana 16'5 X 9'5 cm. Óleo sobre tabla.

I>AGINA A TERIOR

<l Ra~cón de Cada9ués


13 5 X 18 cm. Oleo sobre tabla.
Rincón del huerco 1>
Maceras
34'5 X 27 cm. Óleo sobre tela.
<1 13 '5 X 8'5 CIJi. Óleo sobre tabla.

256
Ocres
41 X 58'5 cm. Óleo sobre tela.

25
Cadaqués
60 X 81 cm. Óleo sobre tela.

260 261
Cememerio de Cadaqués 25 X 35 cm. Óleo sobre cartó11.
Desde la cosca 27 X 35 cm. Óleo sobre cartón.

262 26.'3
Cadaqués 13 '5 X 18 cm. Óleo sobre tabla.

Cadaqués C>
26 X 35 cm. Óleo sobre cartón.

26-1
Marina
130 X 148 cm. Óleo sobre tela.

266
Mar del Placa, Argencina
130 X 150 cm. Óleo sobre tela.

26
Mar del Placa, Argentina (wadt·o preparatorio del anterior) 74 X 100 cm. Óleo sobre tela.

Marina 38 X 46 cm. Óleo sobre tela.

2':"0 2':"1
Mariscadores 61 X 52 cm. Óleo sobre tela.

Mariscadores 66 x 48 cm. Óleo sobre tela.


2 -:"2
Puerto pesquero 54 X 65 cm. Óleo sobre tela.

Puerco del N orre


51 X 66 cm. Óleo sobre tela. 1>
$antillana
80 X 100 cm. Óleo sobre tela.
M11seo i\rte Moderno de Barcelona.

2":'6
La casa de Gil Bias, $antillana
80 X 100 cm. Óleo Jobre tela.
Carro 9'5 X 14'5 cm. Óleo sobre tabla.

Bosque 31'5 X 25'5 cm. ÓLeo sobre teLa.


Carro 9 X 13'5 cm. ÓLeo sobre cartón.

2 o 2 1
Monascerio de San Vicenre
de la Barquera
80 X 100 cm. Óleo sobre tela.

2 .'3
2 -J

Monascerio de San Vicence de la Barquera 80 X 100 cm. Óleo sobre tela.


El dauscro 25 X 35 cm. Óleo sobre cat·tón.

Nocrumo 44"5 X 55 "5 cm. Óleo sobre tela.

2 6 -? -(
Visra del puerto 14 X 19 cm. Óleo sobre cartón.

Cadaqués 54 X 65 cm. Óleo sobre tela.

Rocas 26 X 47'5 cm. Óleo sobre tela. 2 9


2
Cadaqués 25 x 35 cm. Óleo sobre cartón.

Jardín 90 x 80 cm. Óleo sobre tela.

290 291
El surcidor del monasterio,
San J erónimo de la Murcra
100'5 X 111 cm. Óleo sobre tela.

292 29.3
PÁGINA ANTERIOR

El surtidor del monasterio,


<l an Jerónimo de la Murrra San Jerónimo de la Murrra
100"5 X 111 cm. Óleo sobre tela. 80 X 85 cm. Óleo sobre tela.

29-J
1 1
Arcos de la Froncera 31 5 X 4 5 5 cm. Óleo sobre tela.

San Jerónimo de la Murrra 46 X 37'5 cm. Óleo sobre cartón.

296 29':'
Rincón de mi jardín 60 X 80 cm. Óleo sobre tela.

San Jerónimo, de la Murrra 1>


46 X 31 '5 cm. Oleo sobre tela.
29
Rincón de jardín
57 X 62 cm. Óleo sobre tela .

.'JOO
La Carpa, Cadaqués 30'5 X 3 7 cm. Óleo sobre tela.

Saliendo de la iglesia, Ibiza 54'5 X 65'5 cm. Óleo sobre tela.

302 303
Camino, Mallorca 38 X 46 cm. Óleo sobre tela. El olivo 38 X 46 cm. Óleo sobre tela.

30-J .J05
Mallorca 14 X 18 cm. Óleo sobre cartón.

Paisaje de monraña 36 X 43'5 cm. Óleo sobre tela.

Mallorca (1929) 13 X 18 cm. Óleo sobre cartón.

307
Palma de Mallorca
100 X 110 cm. Óleo sobre te/~1.

309
Vista de Palma desde la Bonanova 3 1'5 X 45'5 cm. Óleo sobre cartón.

Bahía de Palma 90 X 65 cm. Óleo sobt·e tela.

310 311
Marina 25 '5 X 34'5 cm. Óleo sobre tabla.
Olivos, Mallorca 35 X 45 '5 cm. Óleo sobre cartón.

312 313
Valldemosa 14 X 18 cm. Óleo sobre cartón.

Mallorca 15'5 X 19'5 cm. Óleo sob1·e tabla.

Peñasco 14 X 18 cm. Óleo sobre cartón.


315
Reverso del mismo c11adt·o.

uescro jardín en Palma


78 X 83 cm. Óleo sobre tela .

.1/6
Emparrado, Deia (Mallorca)
80 X 100 cm. Óleo sobre tela .

.1J S
Pajsaje de montaña 27 X 35 cm. Óleo sobre tela.

Paisaje de montaña 37 X 46 cm. Óleo sobrt tela .

.120 321
O livos, Mallorca 14 X 18 cm. Óleo sobre cartón.

La carruja de Valldemosa 35 X 45'5 cm. Óleo sobre cariÓtJ.


Contraluz
80 X 85 cm. Óleo sobre tela.
M11seo de Arte Modemo de Barcelona.

32-J
Poreal
79 X 100 cm. Óleo sobre tela.
Paisaje. Mallorca 35 X 46 cm. Óleo sobre cartón.

Desde la casa de Marquina t>


37 X 45 cm. Óleo sobre tabla.
Ruinas de Santa María
de Besalú
47 X 103 cm. Óleo sobre tela.
M11seo de Arte Modemo de Barcelona.

330 331
Silencio, ruinas de Sanca
María de Besalú
81 X 1O1 cm. Óleo sobre tela.

332
Cruz de término 33 '5 X 46 cm. Óleo sobre tela.

Esrudio de nubes 35 X 45 cm. Óleo sobre cartón.

Momesquiu 19 X 24 cm. Óleo sobre tabla.

33-J 335
Verdes y grises 23'5 x 33 cm. Dib11jo al pastel.
La cabaña del bosque 26'5 X 36 cm. Óleo sobre cartón.

336
San Bernard ino 25 X 39'5 cm. Óleo sobre cartón.

Enuada al jardín 25 X 35 cm. Óleo sobre cartón.

PÁGJ , A SIGUILNTL

Plaza de Cacaluña
60 X 73 cm. Óleo sobre tela. !>
M11seo de Arte Modemo de Barcelona.

33 339
3-+0 J.¡J
Paisaje de Moncesquiu 36 X 45 cm. Óleo sobre cartón.

Mura (1933) 54 X 64 cm. Óleo sobre tela.

3-13
3-12
Uansa ( 1935) 44 X 55 '5 cm. Óleo sobre tabla.

Cadaqués (1931) t>


24 X 19 cm. Óleo sobre tabla.

Cadaqués (1931) t>


24 X 19 cm. Óleo sobre tabla.

3-H
Puerro 45 X 85 cm. Óleo sobre tela.

Reflejos, Cadaqués 55 X 45 cm. Óleo sobre tela.


PÁGINA SIGUIENTE

3-16 , Cadaqués !>


60 X 80 cm. Oleo sobre tela.
3-J 3-J9
La Riba, Cadaqués 19 X 24 cm. Óleo sobre tabla.

Reflejos 25 X 35 cm. Óleo sobre cartón.


Cadaqués 73 X 60 cm. Óleo sobre tela.

351
Pueblo de pescadores 16 X 22 cm. Óleo sobre cartón.

Cadaqués 54 X 64 '5 cm. Óleo sobre tabla.

Pueblo de pescadores 16'5 X 22 cm. Óleo sobre tabla.

353
Cadaqués 15 X 19 cm. Óleo sobre cartó11.

Porc-Liigac 80 X 100 cm. Óleo sobre tabla.

Cadaqués 17 X 26'5 cm. Óleo sobre cartó11.

35-f
.'355
Reflejos
80 X 100 cm. Óleo sobre tela.

357
Cadaqués 37 X 48 cm. Óleo sobre cat·tón.

En la playa 60 X 81 cm. Óleo sobre tela.

35 359
Casa de pescadores 53 X 64 cm. Óleo Jobre tabla.
En la playa. D ilmir, EEUU 53 X 63 '5 cm. Óleo Job re cartón.

360 361
Cadaqués 37 X 48 cm. Óleo sobre cartón.

Cerámica junto a las barcas 68 X 67 cm. Óleo sobre tela.

36:2
Cadaqués (1936)
100 X 11 O cm. Óleo sobre tela.

365
Barcas de velas 15 X 22 cm. Amare/a.

Playa 27 X 35 cm. Óleo sobre tabla.

366 36-:
Cadaqués 13 X 18 cm. Óleo sobre tabla.

Pueblo pesquero 60 X 73 cm. Óleo sobre tela.

Cadaqués 13'5 X 18 cm. Óleo sobre tabla. 369


Cadaqués 13'5 X 18 cm. Óleo sobre tela.

Bañisras 36 X 43·5 cm. Óleo sobre tela.

PÁGINA SIGUIENTE

Acancilados
100 X 110 cm. Óleo sobre tela. [>
En la playa 19 X 27 cm. Óleo sobre tabla.

3':'0 37'1
Marina 13 '5 x 18'5 cm. Óleo sobre tabla.

Tossa de Mar 32 X 48 cm. Óleo sobre tabla.

375
374
Reflejos 17 X 22'5 cm. Óleo sobre tela.

Acantilados 1>
98 X 57 cm. Óleo sobre tela.
Cosra Brava 16 X 22 cm. Óleo sobre tabla.

Cala 44 X 36 cm. Óleo sobre tela.

Cadaqués 24 X 19 cm. Óleo sobre tabla.



•.).
Marina 37 X 58 cm. Dib11jo al pastel.

PAGH\A A TERIOR

<l Rocas blancas , Marina 99 X 88 cm. Óleo sobre tela.


202 X 250 cm. Oleo sobre tela.

3 2
Claro de luna, Cadaqués 52 X 67 cm. Óleo Jobre tela.

Acardecer en la playa 52 X 67 cm.

3 .¡ 3 5
Marina 27 X 33 cm. Óleo sobre tela. Cadaqués de noche 80 X 85 cm.

3 6 3 -
Noaumo, Cadaqués
98 X 108 cm. Óleo sobre tela.

3
Nocrurno 102 X 112 cm. Óleo sobre tela. Cadaqués de noche 74 X 84'5 cm. Óleo sobre tela. M11seo de Arte Modemo de Barcelona.

391
390
Cadaqués 16 X 22 cm. Óleo sobre tabla.

Cadaqués 18 X 24 cm. Óleo sobre cartó11.

Rocas 14 X 18 cm. Óleo sobre cartón.

393
Barcas 13'5 X 18 cm. Óleo sobre tabla.

R eparando las redes. Cadaqués 53 X 64 cm. Óleo sobre tela.

Estudio 8'5 X 12'5 cm. Óleo sobre tabla.

39-J 395
Cadaqués de noche
130 X 150 cm. Oleo sobre tela.
Aracdecer , Cadaqués
80 X 85 cm. Óleo sobre tabla.

.399
Cadaqués 18'5 X 24 cm. Óleo sobre cartón.

Cadaqués 100 X 111 cm. Óleo sobre tela.

Cadaques 16 X 22 cm. Óleo sobre tabla.


.¡(}J
Marina 19 X 24 cm. Óleo sobre cartón.

Pueblo 37 X 45 cm. Óleo sobre tabla.

PÁGINA SIGUIENTE

Mallorca t>
130 X 150 cm. Óleo sobre tela.

Barcas 19 X 24 cm. Óleo sobre tabla .


+05
Nubes 61 X 50 cm. Dibujo al carbón.

Árboles 58 X 33 cm. Dibujo al carbón. .¡(}(


Árboles 24'5 X 37'5 cm. Óleo sobre tela.

Paisaje nevado 61 X 52 cm. Óleo sobre tela.


Caballo en la p laya 19'5 X 27 cm. Dibujo al pastel. Mura 3 7 X 4 5 cm. Óleo sobre tabla.

.¡JO .¡JJ
Paisaje rural 108 X 150 cm. ÓLeo sobre teLa .
.¡J2
Valle de Arán 40 X 50 cm. Óleo sobre tela.

Pueblo del Valle de Arán 57 X 68 cm. Óleo sobre tela.

.lf..¡ +15
•••...

Salón de la sociedad '"L'Amistat" de Cadaq11és, donde se exponen pennanentemente los dib11jos q11e regaló Meifrén.

1 te.. l~ ~~.
~- ly~ 4. -w-

<

Antes de que Cadaqués existiera


1\Ieifrén ya la descubrió. Los
pescadores más viejos de Port-Liigat le
vieron -yeso y carbón- dibujar estos
cartones que hoy se conservan en la
Sociedad #L'f\mistat• de Cadaqués. Sttperficie de una mesa de cafeterla de
De esta obra espontánea > rev11elta mánnol blanco, dibujada al lápiz Conté t>
dejamos aqul constancia. sig11iendo el veteado del sopor·te.

-116
..¡fS
Rocas 13 7 X 78 cm. Dih11jo al carhón con toq11es de hla11co. Colección ·cAmistat". Cap de Creus 137 X 78 cm. Dih11jo al carhón con toq11es de hlanco. Colección ·cAmistal-.
Visra nocrurna de Cadaqués 137 X 198 cm.
Dib11jo al carbón con 1oq11es de blanco.
Colección "L "Amislat·.
Reflejos, Cadaqués 137 X 102 cm. Dib11jo al carbón con toq11es de blanco. Colección ·L'Amistat·. Cadaqués 137 X 102 cm. Dib11jo al carbón con toques de blanco. ColucióJI ·L'A•i.rhll·.
Marina 42 X 53 cm. Dib11jo al carbón con toqrm de bla11CO.

Marina 35 X 45 cm. Dib"jo al carbón con toq11es de blanco.


ARRIBA !J.

Marina 35 X 45 cm. Dibujo al ca1'bón con toqrtes de blanco.


A tardecer 109 X 149 cm. Dib11jo al carbón con toq11e1 de blanco.
-130 Mallorca 116 X 154 cm. Dib11jo al carbón con toq11es de blanco.
Marina 3 7 X 63 cm. Dib11jo al pastel.

Paisaje 74 X 47 cm. Dib11jo al pastel.


Árboles 53 X 89 cm. Dib11jo al carbón con toq11es de blanco.
(
'· ' .. :. . .
~· ·' ••¡-
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Agradecimientos FERNANDO ALBERICIO GIMÉNEZ


ALFONSO ALCOLEA GEA
SANTIAGO ALCOLEA GIL
RAMÓN CALVET
ALBERTO ESTRADA RIUS
GALERIA D'ART ORIOL
GABINETE LITERARIO - LAS PALMAS
GASULL
MANUEL MAYORAL
OLGA MEIFRÉN MAROTO
JAVIER MEIFRÉN PAJARÍN
JOSÉ MEIFRÉN QUERALPS
MUSEO DE ARTE MODERNO DE BARCELONA
MUSEO MARÍTIMO DE BARCELONA
FERNANDO PINÓS
ERNESTO PIRONTI DI CAMPAGNA
JOSÉ RANCÉ MARINA
ARTURO RAMÓN PICAS
SALA PARÉS
SOCIETAT ~L'AMISTAT"

Fotografías ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE MUSEOS- BARCELONA, págs. 62b, 24 1, 277, 33 1, 34 1, 39 1.


ARCHIVO MAS pág. 11b

El resto de las fotografías pertenecen aJ archivo de EDITORIAL AUSA.


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