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EDWARD ALBEE

HISTORIA DEL ZOO


(Estrenada en 1958)

(Versión de William Layton)

PERSONAJES

PETER.- En los cuarenta bajos, ni gordo ni flaco, ni guapo ni feo. Viste un traje de tweed,
fuma en pipa, lleva galas de concha. Aunque sea madurito, su traje y sus maneras sugieren
un hombre más joven..
JERRY.— En los treinta y tantos, no mal vestido pero descuidadamente. Debió tener un
cuerpo atlético que ahora empieza a engordar. Ya no es guapo, aunque es evidente que
antes lo fue. El que haya perdido la elegancia física no significa que se deba al libertinaje.
Lo que si padece es un enorme cansancio.

DECORADO
La acción se desarrolla en Central Park; durante la tarde de un domingo veraniego. Hay
dos bancos a cada lado del escenario, cara al público. Detrás de ellos, follaje, árboles y
cielo. Al principio Peter está sentado en uno de los bancos.

Peter, leyendo un libro, está sentado en el banco de la izquierda. Deja de leer, limpia sus
galas y vuelve a la lectura. Entra Jerry.

JERRY
He estado en el Zoo. (Peter no hace caso) Señor.
PETER
¿Eh?.. ¿Qué?.. Perdón, ¿se dirigía usted a mí?
JERRY
Fui al Zoo y después he andado hasta que llegué aquí. Estuve andando en dirección
¿norte?
PETER
(Perplejo) ¿Norte? Pues... yo... creo que sí. Déjeme ver.

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JERRY
(Señalando más allá del público) ¿Es aquella la Quinta Avenida?
PETER
Sí, sí, es ésa.
JERRY
¿Y cuál es la que va hacia allí, aquella a la derecha?
PETER
¿Aquélla? Ah, es la Setenta y cuatro.
JERRY
Y el Zoo viene a caer por la Sesenta y cinco; o sea, que he ido hacia el norte.
PETER
(Deseando volver a su lectura ) Sí, así parece.
JERRY
¡Viejo amigo norte!
PETER
(Risa forzada ) - ¡ja, ja!
JERRY
(Tras una breve pausa) Pero no es el norte exactamente.
PETER
Pues no, norte, norte, no lo es, pero lo llamamos norte. Dirección norte.
JERRY
(Vigilando a Peter mientras éste, deseando librarse de su presencia, prepara su pipa)
Bueno hombre, usted no pescará un cáncer de pulmón, ¿eh?
PETER
(Le mira un poco molesto. Después sonríe) ¿Con esto? ¡No señor!
JERRY
¡No señor! Probablemente lo que usted pescará es un cáncer de boca y entonces tendrá
que ponerse uno de esos aparatos que Freud llevó después de quitarse toda la mandíbula.
¿Cómo les llaman?
PETER
(Violento) ¿Una prótesis?
JERRY
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¡Justo, una prótesis! Es usted un hombre culto, ¿eh? ¿Médico quizás?
PETER
Que va, lo leí en una revista, creo que On Time. (Vuelve s su libro ).
JERRY
Bueno. Time no es precisamente para zoquetes.
PETER
No, supongo que no.
JERRY
(Después de una pausa) ¡Oiga?, me agrada que aquella sea la Quinta Avenida.
PETER
(Vagamente) Sí.
JERRY
No me gusta mucho la parte oeste del parque.
PETER
¿No? (Ahora, algo prudente, pero interesado ) ¿Por qué?
JERRY
(Ausente ) No lo sé.
PETER
Bueno. (Vuelve a la lectura ).
JERRY
(Se detiene unos segundos, observa a Peter. quien finalmente le devuelve la mirada
perplejo) ¿Le importa que hablemos?.
PETER
(Evidentemente molesto ) Pues no, no.
JERRY
Sí, sí le importa.
PETER
(Pone su libro a un lado, apaga m pipa y sonríe) No, sinceramente.
JERRY
Hace... hace buen tiempo.
PETER

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(Observando innecesariamente el cielo ) Sí. Sí, es verdad. Muy bueno.
JERRY
He estado en el Zoo.
PETER
Sí, ya lo dijo antes, ¿no?
JERRY
Lo leerá en los periódicos de mañana, si no lo ve esta noche en televisión. ¿Usted tiene
televisión, no?
PETER
Pues sí, tenemos dos. Una para los niños.
JERRY
¡Está casado!
PETER
(Con complacido énfasis ) Claro.
JERRY
¡No es una ley, demonios!
PETER
No, no, claro que no.
JERRY
Y tiene una mujer.
PETER
(Aturdido por la aparente falta de comunicación ) ¡Sí!
JERRY
Y tiene hijos.
PETER
Sí, dos.
JERRY
¿Chicos?
PETER
No, chicas... chicas las dos.
JERRY

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Pero usted quería un niño.
PETER
Bueno... naturalmente, todos los hombres desean un niño, (encogiéndose de hombros)
pero...
JERRY
Pero ¿qué?
PETER
El hombre propone y...
JERRY
(Mofándose ligeramente) El diablo hace de las suyas ¿eh?
PETER
(Molesto) Yo no iba a decir eso.
JERRY
Y no van a tener más hijos, ¿verdad?
PETER
(Soñador) No. Ninguno más. (Volviendo a la conversación, inquisitivo) ¿Por qué dijo
eso? ¿Cómo puede saberlo?
JERRY
Por el modo de cruzar las piernas, quizás; algo en el tono de su voz. O puede que sea una
idea mía. ¿Es su mujer la que...?
PETER
(Furioso) ¡No es asunto suyo! (Silencio) ¿Lo entiende? (Jerry asiente. Peter calla). Tiene
razón. No tendremos más niños.
JERRY
(Murmurando ) Y el diablo hace de las suyas.
PETER
(Perdonando ) Sí... eso parece
JERRY
Y ahora ¿qué más?
PETER
¿Qué decía del Zoo?.. ¿qué voy a leer algo, o ver...?
JERRY

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Ya se lo contaré, luego ¿Le importa si le hago algunas preguntas?
PETER
(Con una risita ) No, no mucho.
JERRY
Voy a decirle por qué lo hago. No hablo con mucha gente, sólo para decir "déme una
cerveza", o "¿dónde está el water?", o "¿a qué hora empieza la película?", o "vete a meter
mano a tu padre, chaval”. Ya sabe, cosas así.
PETER
Debo confesar que no...
JERRY
Pero de vez en cuando me gusta hablar con alguien, lo que se dice conversar. Me gusta
conocer a ese alguien, saberlo todo sobre él.
PETER
(Riendo forzado, todavía incómodo ) ¿Y yo soy el conejillo de indias de hoy?
JERRY
Sí. Ya me ha contado que está casado, con dos hijas y ... y ¿un perro? (Peter niega) ¿No?
¿Dos perros? (Peter niega otra vez) ¡Humm!, ¿ningún perro?, (Peter asiente tristemente)
¡Oh!, qué lástima! Pero tiene cara de ser amigo de los animales. ¿Gatos?. (Peter asiente
lastimosamente) ¡Gatos! Pero, eso no puede ser idea suya. ¡Imposible! ¿De su mujer y de
sus hijas? (Peter asiente) ¿Hay algo más que yo deba saber?
PETER
(Aclarándose la garganta) Hay... hay dos periquitos. Uno... uno para cada una de mis
hijas.
JERRY
Pájaros.
PETER
Mis hijas los tienen en una jaula en su dormitorio.
JERRY
¿Contagian alguna enfermedad? Los pájaros.
PETEP
No creo.
JERRY

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Es una lástima. Si fuera así, podría usted soltarlos por su casa y los gatos podrían
comérselos y morir, quizás. (Peter se lo imagina por un momento, después se ríe) ¿Cómo
se las arregla para mantener una familia tan numerosa?
PETER
Sueno, soy apoderado de una pequeña editorial. Nosotros... bueno... publicamos libros de
texto..
JERRY
Qué bonito, muy bonito. ¿Cuánto gana?
PETER
(Jovial aún) ¡Mira éste!
JERRY
Vamos hombre...¿será posible?
PETER
Bien, gano unos cincuenta mil dólares al año; pero nunca llevo encima más de cien, en el
caso de que usted sea un...atracador. ¡Ja, ja, |a!
JERRY
(Ignorando lo anterior) ¿Dónde vive? (Peter se resiste) Vamos, no voy a robarle, ni voy
a secuestrar a sus periquitos, a sus galos o a sus hijas.
PETER
(Demasiado alto) Vivo entre Lexington y la Tercera Avenida, en la calle Setenta y cuatro.
JERRY
No resultó tan difícil, ¿verdad?
PETER
Perdón... no era mi intención... mmm... ¡Es que usted no mantiene una conversación, sólo
hace preguntas! Yo soy... por lo general yo soy... (Buscando la palabra) Reservado.
(Pausa). ¿Por qué se queda ahí parado?
JERRY
Empezaré a dar vueltas a su alrededor dentro de un momento y al final me sentaré.
(Recordando) Espere a ver la expresión de su cara.
PETER
¿Qué? ¿Qué cara? Oiga, ¿tiene esto algo que ver con el Zoo?
JERRY
(Ausente) ¿Con qué?

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PETER
El Zoo. El Zoo. Algo sobre el Zoo.
JERRY
¿El Zoo?
PETER
Usted lo ha mencionado varias veces.
JERRY
(Todavía ausente, pero volviendo a la realidad bruscamente) ¿El Zoo?.. ¡Ah, sí el Zoo!
Estuve allí antes de venir aquí. Ya se lo dije. Oiga, ¿cuál es la línea divisoria entre la clase
media-media superior y la clase media-alta inferior?
PETER
Hijo mío...
JERRY
No me trate de "hijo mío".
PETER
(Lamentándolo) ¿Es presunción por mi parte? Creo que sí. Perdone. Es que, la verdad, su
pregunta sobre las clases me ha desconcertado.
JERRY
¿Y cuándo se desconcierta se pone paternal?
PETER
Yo... a veces, no consigo expresarme demasiado bien (Pretendiendo hacer una broma
consigo mismo) Soy editor, no escritor,
JERRY
(Divertido, aunque no por la broma) Dice bien. La verdad es que era yo quien presumía.
PETER
Vamos, no necesita decir eso...(En éste momento es cuando Jerry puede comenzar a
moverse por el escenario, aumentando poco a poco su determinación y autoridad,
conteniéndose, de forma que al llegar al monólogo sobre el perro, llegue al punto máximo
de la tensión contenida).
JERRY
Bueno, bueno..- ¿Quiénes son sus escritores favoritos? ¿Baudelaire y John Dos Passos?
PETER

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(Receloso) Bien, a mí me gustan varios escritores.Tengo un gusto muy amplio, si es que
puedo decirlo. Ambos son muy buenos, cada uno en su estilo. (Apasionándose)
Baudelaire, desde luego, es, a mucha distancia, el mejor de los dos; pero Dos Passos tiene
un lugar en... en nuestro...ámbito nacional...
JERRY
Vale, vale ya.
PETER
¿Cómo? ¿Perdone?
JERRY
Hoy subí andando toda la Quinta Avenida desde la Plaza de Washington, todo lo larga
que es.
PETER
(Esto parece aclarar todo a Peter) ¡Oh! ¡Vive usted en el Village!
JERRY
No, no vivo en el Village. Bajé en metro hasta el Village, para luego poder volver a subir
andando toda la Quinta Avenida hasta el Zoo. Es una de esas cosas que una persona tiene
que hacer. A veces, una persona tiene que dar un gran rodeo para poder andar una
distancia corta como es debido.
PETER
(Casi haciendo pucheros). Ya. ¡Creí que vivía en el Village.
JERRY
Pero ¿qué es lo que intenta? ¿Hacer que las cosas tengan algún sentido? ¿Poner orden?
¿La vieja comedia de encasillarlo todo? Bueno, eso es fácil; lo haré. Vivo en una casa de
huéspedes, de cuatro plantas y fachada vulgar, en la parte alta del lado Oeste, entre las
Avenidas de Columbus y Central Park. Vivo en el último piso, interior, dando al Oeste.
Es una pequeña habitación que da risa y una de mis paredes es un tabique de cartón; este
cartón separa mi habitación de otra pequeña habitación que también es de risa; por eso
supongo que los dos cuartos fueron antes una sola habitación que tal vez daría menos risa.
La habitación del otro lado de mi pared de cartón está ocupada por un marica de color
que siempre tiene la puerta abierta; bueno, no siempre, sino siempre que depila sus cejas,
lo que hace con concentración budista. Este negro tiene los dientes podridos, cosa rara, y
un quimono japonés, lo que también es raro. Anda con el quimono puesto cuando va o
viene del water, que está en el pasillo, lo que es bastante frecuente. Quiero decir que va
mucho al water. Nunca me molesta ni trae a nadie a su habitación. No hace más que
depilarse las cejas, ponerse el quimono e ir al water. Las dos habitaciones exteriores de
mi piso son un poco más grandes, supongo: aunque bastante pequeñas también. Hay una
familia portorriqueña en una de ellas; marido, mujer y niños; no sé cuántos. Estos tienen
muchas visitas. Y en la otra habitación exterior también vive alguien, pero no sé quién es.
No le he visto nunca... Nunca jamás.

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PETER
(Incómodo) ¿Por qué... por qué vive usted allí?
JERRY
(Ausente otra vez) No lo sé.
PETER
No parece que sea muy bonito el sitio en que vive.
JERRY
Pues no. no es un apartamento del lado Este. Ni tengo mujer, dos niñas, dos gatos y dos
periquitos. Lo que sí tengo es una bolsa de aseo; algo de ropa; un hornillo eléctrico sin
permiso de la patrona; un abrelatas de los de llave, ya sabe cómo; un cuchillo, dos
tenedores y dos cucharas, una pequeñas y otra grande; tres platos, una taza con su platillo,
un vaso; dos marcos de fotografía, vacíos los dos; ocho o nueve libros; una baraja
pornográfica corriente; una vieja máquina de escribir como las de los telégrafos, de esas
que marcan sólo mayúsculas, y una pequeña caja fuerte sin cebadura, que tiene dentro
¿qué? Piedras, algunos guijarros... piedras redondeadas por el mar que recogí cuando era
un muchacho... bajo las cuales hay varias cartas,., cartas de "por favor". "Por favor, ¿por
qué no hace esto? Y "por favor, ¿cuándo harás aquello?". Y cartas de "cuándo", también:
“¿Cuándo escribirás? ¿Cuándo vendrás? ¿Cuándo?". Estas son de tiempos más recientes.
PETER
(Clavando la vista displicentemente en sus zapatos) A propósito de esos marcos sin
fotos...
JERRY
No veo por qué necesitan alguna explicación. ¿No está claro? No tengo fotos de nadie
para llenarlos.
PETER
Sus padres... una novia quizás...
JERRY
Es usted un hombre muy amable y de una inocencia verdaderamente envidiable. Pero la
vieja mamá y el viejo papá están muertos, ¿sabe? Esto me hace polvo, créame. Lo digo
en serio; pero ahora, ese vodevil está de tournée por las nubes y no veo la razón de
contemplarles todos monos y enmarcados. Además, o mejor, para decir las cosas claras,
la vieja abandonó al viejo cuando yo tenía diez años y medio; se embarcó en una gira
adúltera por nuestros estados del sur... un viaje de un año de duración... y su compañero
más constante... entre otros... entre muchos otros... fue un tal señor Baco... Al menos, eso
fue lo que el viejo me dijo después de que se marchó... volvió... con su pobre cuerpo al
Norte. Entre Nochebuena y año Nuevo recibimos la noticia, ¿sabe?, de que la vieja había
entregado su alma en un pueblucho de Alabama. Y , sin alma, ella resultaba menos grata.
Quiero decir, ¿qué era ya? Un fiambre.

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Un fiambre del norte. De todas formas, el viejo celebró la Nochevieia durante un par de
semanas y entonces se pegó un tortazo de frente contra un autobús que marchaba bastante
rápido. Esto despejó en cierta forma el panorama familiar. Bueno, no. Quedaba la
hermana de mamá, que no era adicta ni al pecado ni al consuelo de la botella. Me metí en
su casa y el recuerdo que tengo de ella es muy borroso, salvo que solía hacer todas las
cosas lúgubremente: dormir, comer, trabajar, coser, rezar. Cayó muerta en las escaleras
de su casa, también la mía entonces, lúgubremente, la tarde de la ceremonia de entrega
de los títulos de bachillerato. Un chiste terriblemente centroeuropeo, digo yo.
PETER
Hay que ver, hay que ver.
JERRY
¿Ver qué?, pero todo pasó hace mucho tiempo y no me queda ningún sentamiento por
nada de eso; al menos, no lo admito. Sin embargo, tal vez pueda comprender por qué la
vieja y el viejo no están 'enmarcados". ¿Cómo se llama?
PETER
Peter.
JERRY
Olvidé preguntárselo. Yo me llamo Jerry.
PETER
(Con risa ligeramente nerviosa) Hola, Jerry.
JERRY
(Responde a su saludo inclinando la cabeza) Déjeme explicarte, Peter. ¿Cuál es el sentido
de tener el retrato de una muchacha, especialmente en dos marcos? Yo tengo dos marcos,
recuerde. Nunca estoy con la misma niña más de una vez y la mayoría de ellas no
acostumbran a dar fotos. Es raro y me pregunto si no es triste.
PETER
¿La vida de esas niñas?
JERRY
No. Me pregunto si no es triste que jamás esté con una de ellas más de una sola vez.
Nunca he sido capaz de tener relaciones sexuales o, ¿cómo se dice?, de hacer el amor con
alguien más de una sola vez. Una sola vez y adiós. ¡Ah!, espere; durante una semana y
media, cuando tenía quince años... y bajo la cabeza porque la pubertad me llegó tarde, fui
un ho-mo-se-xual. Quiero decir, un gay... (muy rápido)... gay, gay. gay. Viví en Sodoma,
¡vaya sodomita!, revoloteando como una mariposa. Y durante estos once días, me
encontré dos veces por día con el hijo del guarda del parque... Un muchacho griego cuyo
cumpleaños coincidía con el mío, pero él un año mayor. Creo que estuve muy enamorado.
Aunque tal vez era puro sexo. Pero aquello era bailar al son de un jazz muy especial. Y
ahora, ¡que si me gustan las chicas alegres!, las adoro. Una horita y punto.

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PETER
Bueno, la solución es bien sencilla...
JERRY (Enfadado) ¡Oiga! ¿Va usted a decirme que me case y tenga periquitos?
PETER
(Enfadado también) ¡Olvide los periquitos! Y siga soltero si le gusta. No es asunto mío.
Además, yo no empecé esta conversación y ...
JERRY
Bueno, bueno. Perdón... ¿Está bien? ¿No está enfadado?
PETER
(Sonriendo) No. No estoy enfadado.
JERRY
(Aliviado) Está bien. (Volviendo al tono anterior) Ha sido usted muy amable. ¡Me ha
preguntado por los marcos sin fotos! Otras personas me preguntan por las cartas
pornográficas, pero usted no.
PETER
(Con una sonrisa de entendimiento) ¡Ah! conozco esas cartas.
JERRY
No se trata de eso. (Ríe) Supongo que, cuando niño, usted y sus amiguetes se las pasaban
unos a otros, o quizás tuvo una baraja propia.
PETER
Creo que muchos de nosotros la tuvimos.
JERRY
Y usted las tiró justo antes de casarse.
PETER
¡Qué va, hombre! Mire, a mí no me hizo falta nada de eso desde que fui mayorcito.
JERRY
¿No?.. ¿No?
PETER
Preferiría no hablar de esas cosas.
JERRY
Entonces, déjelo. Además, yo no estaba tratando de sondear su vida sexual durante su
adolescencia y en años difíciles. Lo que si he querido aclarar es la diferencia de valor que
tienen las cartas pornográficas cuando se es niño y cuando se es mayor. Lo que pasa es
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que cuando se es niño, las pornográficas sustituyen a la experiencia real y cuando se es
mayor, la experiencia real tiene que sustituir a la fantasía. Pero me parece que usted
preferiría oír lo que pasó en el Zoo.
PETER
(Entusiasmado) ¡Ah, sí, el Zoo! (Violento) Es decir si usted...
JERRY
Permítame decirle por qué fui. Bueno, permítame decirle algunas cosas. Le he hablado
del cuarto piso de la casa de huéspedes donde vivo. Creo que las habitaciones son mejores
según se va bajando, piso por piso. Supongo que lo son. No lo sé. No conozco a nadie del
tercero ni del segundo. ¡Pero! Lo que sí sé es que hay una señora viviendo en el tercero
exterior. Lo sé porque siempre está llorando.
PETER
¡Ah, ah! ¡Cherchez la femme!
JERRY
Esta señora siempre está llorando. Cada vez que salgo o entro, cada vez que paso por
delante de su puerta, siempre la oigo llorar, sordamente, pero ... con mucha obstinación.
Con verdadera obstinación. Pero de quien pretendo hablar es del perro de la patrona. No
me gusta decir palabras que sean demasiado fuertes para describir a la gente. No me gusta.
Pero la patrona es gorda, fea, estúpida, soez, borracha, sucia como un cubo de basura. Y
puede que usted haya notado que yo pocas veces digo tacos; por eso no puedo describirla
como debiera.
PETER
Usted la describe... con propiedad.
JERRY
Bueno, gracias. De todos modos, ella tiene un perro... y ya le contaré lo del perro... Y ella
y su perro son los guardianes de mi morada. La mujer, como ya he dicho, es bastante
desagradable; se apoya descuidadamente por allí esperándome, para asegurarse que no
traigo nada ni a nadie y, cuando ha tomado su litro de ginebra con limón de la media
tarde, siempre me para en el vestíbulo y me sujeta por la chaqueta o por el brazo y aprieta
su nauseabundo cuerpo contra mí hasta acorralarme en un rincón para así poder hablarme.
El olor de su cuerpo y su aliento... No puede ni imaginárselo. Y en alguna parte de aquel
cerebro del tamaño de un guisante, un cerebro desarrollado sólo para permitirle comer,
beber y gruñir, existe una sucia parodia de deseo. Y yo, Peter, yo soy el objeto de su
sudorosa lujuria.
PETER
Es increíble... Encuentro difícil imaginar que gente como ésa exista realmente.
JERRY
(Mofándose un poco) Es de novela, ¿no?

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PETER
(Serio) Sí.
JERRY
La realidad desborda a la fantasía. Tiene razón, Peter. Bueno, lo que yo pretendía era
hablarle del perro. Ahora lo haré.
PETER
(Nervioso) ¡Ah!, sí, el perro.
JERRY
No se vaya. No pensara en marcharse, ¿eh?
PETER
Bueno... no. Creo que no.
JERRY
(Como a un niño) Porque después de que yo le hable del perro, ¿sabe lo que pasará
entonces? Entonces le contaré lo que pasó en el Zoo.
PETER
(Riendo ligeramente) ¡Lo que pasó en el Zoo!
JERRY
No tiene por qué escucharme. Nadie le sujeta aquí.
PETER
Ya lo sé.
JERRY
¿Está seguro?
Entonces, la historia de Jerry y el perro... Debo explicarle como es el perro de mi
patrona... y debo decirla que esta historia no sé lo que significa, pero sé que quiere decir
algo, hace tiempo que me ronda la cabeza y necesito toda su atención porque tal vez usted
pueda ayudarme a explicarla... El perro de mi patrona es un animal aproximadamente así
de alto y es muy delgado... es tan flaco que sólo tiene piel y costillas. ¡Ah!, tiene una
llaga en la pata de delante, en la derecha, así que la manera en que camina, el pobrecillo.
resulta bastante ridícula, sin embargo, esto no le impide correr... ¡Ah!, los ojos de este
animal son rojos como dos llamaradas profundas que penetran en el cerebro... Y los
colmillos, rojos también, los colmillos son como los de un cocodrilo y.., ah, sí... el pobre
monstruo casi siempre está empalmado, o como si... que es roja también. Bueno, todo
ocurrió... El primer día que yo entré en la pensión, el primer día... Yo había dejado la
bolsa con la ropa fuera, porque la patrona había dicho que subiera al cuarto interior
izquierda, que era mi habitación, para ver si me gustaba, así que abro la puerta... y a mí.
claro, lo que me interesaba era ver el ambiente de la casa y lo primero que llamó mi

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atención fueron unas luces que se reflejaban sobre aquella pared, rojas, azules, naranjas
y violetas, como las de las vidrieras de las iglesias; cosa que me pareció bastante rara en
una pensión del lado oeste, así que por un instinto natural, me doy la vuelta y.
evidentemente, ahí estaba la vidriera. Y justo en ese momento, estaba yo mirando para
arriba... cuando de pronto siento en la nuca una cosa así, ¡zas!, me vuelvo y ahí estaba él,
mirándome... Yo me digo, 'pero Jerry, que forma tan extraña de mirar tiene este perro’ y
enseguida pensé: "¡qué tontería!, es un perro que te está mirando, nada más". Total, que
doy un paso y en ese momento, sin dejar de mirarme, se pone a gruñir, pero no como un
perro normal, sino que se me queda mirando así y empieza a gruñirme, igrrrr... grrrl... Se
me heló la sangre en las venas. Debo decirle que a mí nunca me gruñen los perros,
tampoco andan lamiéndome las manos ni esas tonterías; pasan a mi lado, chan, chan,
chan, como si tal cosa, por eso me quedé muy asustado... Pero pensó: "¡Qué tontería Jerry!
Además, ya sabe usted que si uno tiene miedo de un animal la primera vez, ese animal
acaba por dominarlo a uno, por eso decidí pasar por delante de él y seguir hacia mi
habitación. Al pasar por su lado hice así, ¡uh! y él ni se movió. Empiezo a subir y ¡plaf!..
me mordió... Subí corriendo a la habitación y me puse a pensar que a lo mejor ese perro
tenía un asunto personal conmigo... Sí, porque mire, pensé que si en una pensión hay un
perro mordedor, la patrona lo tiene o con una cadena atadito o en otra habitación, porque
si no no habría ningún huésped o todos los huéspedes serían unos chiflados. De todas
formas me di cuenta que ése era un problema que debía resolver yo sólo y ahora mismo,
no sé por qué, de todos modos, no me podía quedar allí encerrado. Así que, ¡ánimo Jerry!,
abro la puerta y allí seguía él, que no se había movido, mirándome. Yo me puse a temblar,
me escocía mucho aquí, me había desgarrado todo el pantalón. Total que para que él no
se diera cuenta de que yo estaba temblando, apreté los puños con fuerza, pero luego pensé
que a lo mejor creía que le iba a dar con el puño en la cabeza, así que por eso me los puse
a la espalda... ¡Ah!, además recuerdo que decidí mirar para arriba, para que el creyese que
a mí no me importaba nada que él estuviese allí o no... así que seguí bajando y cuando
me faltan tres peldaños, noto que él estaba ahí, hace así; chas, chas, chas y se me pone
justo delante... Entonces yo pensé dar media vuelta y subir corriendo a mi cuarto, pero
pensé que en cuanto me diese la vuelta, ¡zas!, me mordía en el otro lado. Así que me dije:
"Jerry, baja los tres peldaños y luego le apartas con la mano y te vas a la calle". Bajo un
peldaño, dos y al llegar al tercero ¿sabe lo que hace él?, avanza, paf, paf, y me coloca el
hocico encima de los pies y empieza a hacer así: ¡grrrr! Yo miro a la puerta y me digo:
"este es el momento de pegar un salto y salir corriendo"; pero pensé: "éste me agarra un
pie y me lo destroza". Así que decidí darle una patada en el hocico y salir corriendo. No
hago nada más que levantar un poco el pie para pegarle cuando él hace tris, tris y me deja
un poco de sitio, yo inmediatamente aprovecho para meter la pierna y entonces empieza
a mirarme fijamente en el tobillo. Yo comienzo a caminar hacia la calle, hasta que de
pronto, cuando estaba a una distancia corta de la puerta, hace plaf, plaf, plaf y se mete
dentro de su casa. Yo me quedé algo aliviado porque pensé que se trataba de una broma
que me había gastado el animalito, ¡una maldita broma!, desde luego. Total, que subí,
metí la bolsa y fíjese, en vez de decírselo a la patrona, me callé. Al día siguiente, cuando
entré, el perro no estaba, porque estaba la patrona y cuando está la patrona, el perro nunca
está. Pero al tercer día voy a entrar y ahí que estaba otra vez el perro mirándome como el
primer día. Yo me pongo a temblar, pero ¿y si era una broma?, si era una broma... Y fíjese
qué ridículo, por lo menos para mí, que cuando la gente tiene miedo se pone a silbar...
Pues yo me puse a silbar mientras pensaba: es una broma, es una broma. Así que subo y
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¡paf!, me fui a mi habitación convencido de que no se trataba de una coincidencia ni de
una broma. El perro tenía un asunto personal conmigo. Por eso me di cuenta que debía
tomar una decisión: o conquistarle o marcharme; pero antes le di una última
oportunidad...y me volvió a morder. Otra decisión: Voy a probar a ser amable con él; para
mí ser amable no es fácil, para mí, no consiste en poner la cara así o ser simpático, sino
en hacerse digno de ser amado por un ser vivo. Sin embargo, reconocí que si esto no daba
resultado lo iba a matar. (Peter retrocede) No interrumpa, Peter, sólo escuche. Me fui a
la Avenida Columbus, que recuerdo que, por aquella época, estaba toda sembrada de
italianos que vendían hamburguesas y me acerco a un tío de los de las hamburguesas y le
digo: "dos hamburguesas, una muy hecha y otra poco hecha". La muy hecha me la como
yo y a la poco hecha le quito el pan y me quedo sólo con el trozo de carne que estaba casi
crudo. Me voy a casa y me pongo la mano con la hamburguesa detrás de la espalda. Lo
hice, ¿sabe?, porque pensé que él a lo mejor no había comido nunca carne, sólo comía
basura, y que si entraba con la mano por delante, quizás me la arrancaba. Entro y ahí
estaba, mirándome, con empalme y todo, como de costumbre. Saco la carne despacio, se
la paso así... y el tipo alarga el cuello y empieza a hacer así con le nariz. Yo pienso: ¿que
estará tramando éste? Cojo la carne, hago una pelotita y. despacio, para que no se ponga
nervioso, la tiro rodando... El empieza a caminar hacia la carne pero sin dejar de mirarme
a mí y se coloca justo detrás, momento en que yo aprovecho para ir hacia la escalera, sin
darle la espalda porque él de frente nunca me ataca ¿sabe? De modo que... i Ah!, ahora
comprendo, entonces no me di cuenta, pero ahora sí, recordaba que hubo unos momentos
agradables, pero no sabía por qué, verá lo que pasó. Él se puso a olisquear la carne y a
lametearla así... y luego, levantó la cabeza y sonrió... después se la comió y empezó a
relamerse, por eso debió ser que yo me levanté y pensé: bueno, ya está, me vuelvo y
¡chas!.. ¿Se da cuenta?.. ¡Ah!, entonces... es que no sonrió, sino que se rio de mí. Pensó:
"sí, tú dame carne que después te muerdo a ti”. Por lo menos, podía haber esperado unas
horas para morderme... no es mucho pedir... Yo estaba furioso y sobre todo muy
ofendido. Eran seis hamburguesas estupendas, sin suficiente cerdo en ellas como para
repugnar. Estaba ofendido, sí, pero decidí continuar unos días más. Pero siempre ocurrió
lo mismo: gruñido, olfateo, movimiento rápido, mira con fijeza, zampar, brrraaagghh.
risa, grrr... |bam! Ahora bien, por entonces la Avenida Columbus estaba sembrada de
panecillos de hamburguesas y yo estaba menos ofendido que disgustado. Por eso. decidí
matar al perro. (Peter levanta la mano en señal de protesta) ¡Oh, no se alarme Peter!
No lo conseguí. El día del intento compré lo que me parecía una ración homicida de
veneno de ratas. Por eso me fui a la Avenida Columbus y le dije al hombre de las
hamburguesas: "Quiero unas hamburguesas completamente crudas". Yo pensé que él me
iba a decir "aquí no se sirven hamburguesas crudas". Pero ¿sabe lo que me dijo?: "qué,
un bocado para un minino?". Yo estuve a punto de decirle; "¡qué, un bocado para mi
minino! Es parte de un plan para ajustar cuentas con un perro que conozco", pero usted
sabe que no se puede andar por ahí diciendo "para un perro que conozco". Así que sim-
plemente dije: "¡sí, un bocado para mi minino!". ¡Oiga!, en ese momento, toda la gente
que hay ahí en el puesto, levanta la cabeza y empieza a mirarme.
Siempre sucede que, cuando trato de simplificar las cosas, la gente levanta la vista. Pero
ésa es otra historia. Así que. de vuelta a casa, mezclé la hamburguesa y el veneno de ratas
con mis propias manos, sintiendo en ese momento tanta tristeza como asco. Abrí la puerta
que conduce al vestíbulo y allí estaba el monstruo, esperando la ofrenda pava después

16
saltar sobre mí. ¡Pobrecito! Nunca comprendió que los segundos que él empleaba para
sonreír yo los aprovechaba para ponerme fuera de su alcance. Pero allí estaba él, la maldad
empalmada, esperando. Puse en el suelo la albóndiga de veneno, me fui hacia la escalera
y vigilé. El pobre animal se zampó la comida como de costumbre, sonrió, lo que casi hizo
que me marease, y entonces ¡paf!.. Pero yo corrí rápidamente escaleras arriba, como
siempre. Y entonces sucedió que el animal cayó mortalmente enfermo. Lo supe porque
ya no me esperó más y porque la patrona dejó de emborracharse. Me detuvo en el
vestíbulo la misma tarde de la tentativa de asesinato y me confió la información de que
Dios había asestado a su cachorrito un golpe indudablemente fatal. Ella se había olvidado
de su lujuria salvaje y por primera vez sus ojos estaban abiertos de par en par. Se parecían
a los ojos del perro. Lloriqueaba y me imploraba que rezase por su animal. Me hubiera
gustado decirle: "Señora, tengo que rezar por mí mismo, por el negro afeminado, la
familia portorriqueña, la persona de la habitación de enfrente, a la que nunca he visto, la
mujer que llora obstinadamente detrás de su puerta y por el resto de la gente que vive en
todas las casas de huéspedes de todo el mundo. Además, señora, yo no sé rezar". Pero,
para simplificar las cosas, le dije que sí, que rezaría. Levantó la vista. Dijo que era un
embustero y que probablemente yo deseaba que el perro muriese. Le dije - y había tanta
verdad en esto-, le dije que no deseaba que el perro muriese. No lo deseaba y no solamente
porque le hubiera envenenado. Tengo que confesarle ahora, Peter, que deseaba que el
perro viviese para ver hasta dónde llegaba nuestra nueva relación. (Peter da muestras de
un descontento y antagonismo creciente) Por favor, comprenda Peter, este detalle es
importante. Tenemos que conocer el efecto de nuestros actos. (Un hondo suspiro) Bueno,
en cualquier caso, el perro se recuperó. No tengo idea del porqué, a menos que fuera un
descendiente del cachorro que guardaba las puertas del infierno o de un lugar de veraneo
parecido. No estoy muy fuerte en mitología. ¿Usted sí? (Peter se pone a pensar, pero
Jerry sigue) Ha fallado la pregunta de los ocho mil dólares, Peter; de todos modos, Peter,
el 'cancerbero" recobró la salud y la patrona su sed, de ninguna manera alterada por la
salvación del guau-guau.
Cuando volví a casa después de ver una película que ya había visto, después que la patrona
me dijo que el cachorrín estaba mejor, yo tenía la esperanza de que el perro estuviera
aguardándome. Yo estaba... bueno, ¿cómo expresarlo?.. ¿engatusado?, ¿fascinado? No,
no es eso... ¿Ansioso hasta destrozárseme el corazón? Eso es. Estaba ansioso hasta
destrozárseme el corazón por enfrentarme con mi amigo otra vez. (Reacciona con saña)
Sí. Peter, amigo: Esa es la única definición posible: yo estaba ansioso hasta… por
enfrentarme otra vez con mi amigo caninito. Entré por la puerta y avancé, intrépido, hasta
el centro del vestíbulo. El perro estaba allí... mirándome- Y fíjese, parecía mejorado a
causa de sus complicaciones con el más allá. Me detuve. Le miré. Me miró, creo que
permanecimos largo rato así... quietos, estatuas de piedra, mirándonos el uno al otro. Yo
miraba más a su cara que él a la mía. Quiero decir que yo puedo concentrarme más tiempo
en mirar a la cara de un perro que un perro puede concentrarse en mirar a la mía, o a la
cara de quien sea, si vamos al caso. Pero durante aquellos veinte segundos o dos horas
que nos miramos el uno al otro, establecimos contacto. Pues bien, eso es lo que yo deseaba
que sucediera; ahora, yo quería al perro y deseaba que él me quisiera. Yo había tratado
de querer y había tratado de matar y ambas cosas habían fracasado. Yo esperaba... yo no
sé realmente por qué esperaba que... el perro comprendiera algo... y mucho menos mis
motivos... Yo esperaba que el perro comprendiese... (Peter parece hipnotizado) Es que...

17
es que... es que si uno no puede entenderse con las personas hay que empezar con algo,
con animales'. (Más rápido, como un conspirador) ¿No lo comprende?, para una persona
debe existir algún medio de tratar con algo. Si no con la gente, con algo. Con una cama,
con una cucaracha, con un espejo... No, eso es demasiado difícil. Ese es uno de los últimos
pasos. Con una cucaracha, con... con... una alfombra, un rollo de papel higiénico ... no,
no, tampoco… también es como el espejo; siempre hay que comprobar si hay sangre o
no. Ya ve lo difícil que es pensar en cosas. Con la esquina de una calle mojada, demasiado
iluminada y la luz de las farolas bañándose en los charcos de gasolina... Con... un poco
de humo... un poco de humo... Con una baraja pornográfica, con una caja fuerte... sin
cerradura... Con el amor... Con el vómito... Con el grito, furioso porque las niñas alegres
no son tan alegres, con ganar dinero con el cuerpo, que es un acto de amor y yo puedo
probarlo, con el aullido por seguir vivo; con Dios. ¿Qué le parece? con Dios, que es un
marica de color que lleva kimono y depila sus cejas, que es una mujer que llora
obstinadamente detrás de una puerta cerrada... con Dios, que según me han contado,
volvió la espalda a todo este tinglado hace ya algún tiempo... con... algún día. con gente.
(Jerry pronuncia la siguiente palabra con un pesado suspiro) Gente. Con una idea; un
concepto. ¿Y dónde mejor, dígame, dónde mejor que en este mundo, que en eso
humillante pretexto de cárcel, dónde mejor paja comunicar una sola, simple idea que en
la entrada da una casa? ¿Dónde?
¿Por qué lo hice? Uno va por la calle, la gente pasa, pasa y pasa. Y las cosas, por ejemplo,
una moneda, si uno piensa de quién ha sido; quién ha comprado algo para alguien con esa
moneda... Y los ruidos, los ruidos de la ciudad... Por algún sitio hay que empezar, con un
ruido, con una moneda, con el espejo, no, el espejo es lo más difícil, así que con el perro.
¿Por qué no con el perro? ¿Y sabe lo que ha ocurrido? Hemos llegado a un acuerdo. Yo
me pongo al lado del perro y no pasa nada. absolutamente nada y, sí después de todo esto,
es posible una indiferencia tan grande, ¿por qué entonces hablan de amor y todo eso?
(Hay un silencio. Jerry se dirige al banco de Peter y se sienta a su lado. Es la primera
vez que Jerry se sienta). La historia de Jerry y el perro: fin. (Peter no dice nada) ¡Bueno.
Peter! (Jerry repentinamente se pone alegre) ¿Bueno, Peter? ¿Cree usted que yo podría
vender la historia a Selecciones y ganar un par de cientos de dólares para "Mi personaje
inolvidable"?, ¿eh? (Jerry se muestra muy animado, en cambio Peter muy turbado)
Ande, Peter, dígame lo que piensa.
PETER
(Agotado) No... no comprendo lo que... No creo que yo... (Ahora casi con lágrimas) ¿Por
qué me contó todo esto?
JERRY
¿Cómo por qué?
PETER
¡No comprendo!
JERRY
( Furioso pero persuasivo) ¡Mentira!

18
PETER
No. ¡No es mentira!
JERRY
Traté de explicárselo mientras fui contándolo. Fui despacio. Todo tiene que ver con...
PETER
No quiero oír más. Yo no le comprendo a usted, ni a su patrona, ni al perro de ella...
JERRY
¡De ella! Pensé que era mi perro... No. No, tiene usted razón. Es de ella, (Mira a Peter
intensamente, moviendo la cabeza) No sé lo que estaba pensando. Claro que usted no
comprende. (Monótono, cansado) Yo no vivo en su manzana; no estoy casado con tíos
periquitos o lo que sea. Soy un idiota que pasea por las calles de la mejor ciudad del
mundo, que es Nueva York. Amén.
PETER
Lo... lo siento. No era mi intención...
JERRY
¡Olvídelo!; supongo que usted no sabe exactamente qué opinar de mí, ¿eh?
PETER
(Bromeando) Por una editorial pasa cada tipo. (Ríe entre dientes)
JERRY
Es usted un hombre gracioso. (Forzando una sonrisa) ¿Lo sabe? Es una persona...
enormemente cómica.
PETER
(Molesto pero divertido) Bueno, no tanto (Sigue riendo entre dientes)
JERRY
Peter, ¿le molesto o incómodo?
PETER
(Irreflexivo) Debo confesar que no es ésta precisamente la clase de tarde que me había
imaginado.
JERRY
Quiere decir que no soy el caballero que esperaba.
PETER
No esperaba a nadie.
JERRY

19
¿No? Pero yo estoy aquí y no me voy a marchar.
PETER
(Mirando la hora) Bueno, puede que usted no, pero yo tengo que irme a casa.
JERRY
¡Por favor!, quédese un poco más.
PETER
Debo irme. Es que...
JERRY
(Haciendo cosquillas a Peter) Ande, por favor.
PETER
(Mientras Jerry continúa haciéndole cosquillas) ¡Ah. ji, ji, ji! Tengo que irme. Yo... ¡ji.ji,
ji! Después de todo, los periquitos estarán preparando la cena, ¡ji,ji,ji! Y los gatos están
poniendo la mesa. Pare, pare. Y... y... (Peter está fuera de sí) Y tenemos... ¡ji, ji, ji! ¡Uff!..
¡ Jo, jo, jo! (Jerry deja de hacer cosquillas a Peter, pero la combinación del cosquilleo y
su propia excitación han hecho que Peter ría casi histéricamente. Su risa continúa algún
tiempo. Después decrece. Jerry le observa con una curiosa sonrisa fija).
JERRY
¿Peter?
PETER
¡Ah. ja, ja, ja! ¡jo, jo, jo! ¿Qué? ¿Qué?
JERRY
Escúcheme.
PETER
¡Oh, jo. jo! ¿Qué pasa?, Jerry. ¡Oh, Dios mío!
JERRY
(Misterioso) Peter, ¿quiere usted saber lo que pasó en el Zoo?
PETER
¡Ah, ja, ja, ja! ¿El qué? Ah, sí. El Zoo. ¡Ah, Ja, ja, ja! Bueno, he tenido mi propio
Zoo hace un momento con... |ji, ji!.. los periquitos preparando la cena y el... ¡ja, ja!.. lo
que fuera. El...
JERRY
(Tranquilamente) Sí. fue muy divertido, Peter. No lo hubiera esperado. Pero, ¿quiere
oír lo que pasó en el Zoo?

20
PETER
Sí, sí, claro. Cuénteme lo que pasó en el zoo. ¡Caramba, no sé lo que me ha ocurrido!
JERRY
Ahora le voy a explicar lo que pasó en el Zoo. Pero antes debo decirle por qué fui al Zoo.
Fui al Zoo para saber algo más sobre el modo en que las personas conviven con los
animales y el modo con que los animales conviven entre sí y también con las personas,
Probablemente no era una prueba válida al estar separados unos de otros por los barrotes,
tanto la mayor parte de los animales entre sí como los animales de las personas. Pero si
es un Zoo tiene que ser así. (Golpea a Peter en el brazo) Córrase.
PETER
(Amistosamente) Lo siento, ¿no tiene bastante sitio? (Se corre un poco).
JERRY
(Sonriendo ligeramente) Bueno, todos los animales están allí y toda la gente está allí y
en domingo todos los niños están allí. (Golpea otra vez a Peter) Córrase.
PETER
(Paciente, todavía en broma) Muy bien. (Se corre un poco dejando bastante sitio a Jerry).
JERRY
Y es un día caluroso, así que todo lo inunda el hedor; también están los vendedores de
globos y todos los de helados, y todas las focas están gruñendo y todos los pájaros
chillando. (Empuja a Peter más fuerte) ¡Córrase!
PETER
(Empezando a molestarse) ¡Tiene usted sitio más que suficiente! (Pero se corre todavía
más hasta colocarse casi al borde del banco).
JERRY
Y yo estoy allí y es la hora de alimentar a los leones y el guardián de los leones entra en
la jaula del león, una de las jaulas, para alimentar a uno de los leones. (Golpea a Peter en
el brazo duramente) ¡Córrase!
PETER
(Muy molesto) No puedo correrme más y deje de golpearme, ¿qué le pasa a usted?
JERRY
¿Quiere oír la Historia? (Golpea a Peter en el brazo otra vez).
PETER
(Alucinando) |No estoy seguro! Pero sí lo estoy de que no quiero que me pegue en el
brazo.
JERRY

21
(Golpeándole de nuevo) ¿Así?
PETER
¡Basta! Pero ¿qué le pasa a usted?
JERRY
Que estoy loco, cabrón.
PETER
No tiene gracia.
JERRY
Escúcheme, Peter. Quiero este banco. Usted siéntese en el banco de allí y si es bueno le
contaré el resto de la historia.
PETER
(Aturdido) Pero... ¿Por qué? ¿Qué le pasa? Además, no veo la razón para dejarle este
banco. Me siento en él casi todos los domingos por la tarde, cuando hace buen tiempo. Es
un sitio apartado; nunca se sienta nadie aquí y así lo tengo todo para mí.
JERRY
(Suavemente) Fuera de este banco, Peter; lo quiero yo.
PETER
(Casi llorando) No.
JERRY
He dicho que quiero este banco y lo voy a tener, Ahora, váyase de aquí.
PETER
La gente no puede tener todo lo que quiere. Usted debe saberlo: es una norma; la gente
puede tener algunas da las cosas que quiere, pero no puede tenerlas todas.
JERRY (Ríe) ¡Imbécil! ¡Qué torpe es usted!
PETER ¡Basta!,
JERRY ¡Es como un vegetal ¡Váyase y túmbese en el suelo!
PETER
(Intenso) Ahora, escúcheme a mí. Le he aguantado toda la tarde.
JERRY No toda.
PETER
Lo bastante. Le he aguantado lo bastante. La he escuchado porque parecía... porque,
imbécil de mí, creía que necesitaba hablar con alguien.

22
JERRY
Se explica muy bien, sencillamente. Y, sin embargo. ... Ah, ¿cuál es la palabra que le hace
justicia?..¡Dios!, usted me enferma... fuera de aquí y déjeme mi banco.
PETER
¡Mi banco! ¡mío!
JERRY
(Empuja a Peter casi fuera del banco) Fuera de mi vista.
PETER
(Recuperando su posición) ¡Maldito sea! ¡Ya está bien! Estoy harto de usted. No le daré
el banco; no lo va a tener y se acabó. Ahora, váyase. (Jerry pega un bufido. pero no se
mueve) Fuera, he dicho. (Jerry no se mueve) Váyase de aquí. Si no se va... es usted un
gamberro. Eso es lo que es... Si no se mueve llamaré a un policía y lo echará de aquí.
(Jerry se ríe pero no se mueve) Se lo advierto; llamaré a un policía.
JERRY
(Suavemente) No encontrará uno solo por aquí. Están todos al otro lado del parque
cazando locas que trepan a los árboles o se esconden entre los arbustos. A eso se dedican.
Chille, chille hasta volverse loco, nadie va a oírle.
PETER
¡Policía! Se lo advierto, haré que lo detengan. ¡Policía! (Pausa) Me siento ridículo.
JERRY
Y lo es. Un adulto como usted llamando a voces a la policía en una luminosa tarde de
domingo, en el parque, sin que nadie la haga daño. Si por casualidad un policía pasara
por aquí le tomaría por chillado.
PETER
(Con disgusto e impotencia) ¡Santo Dios!, yo sólo vine para leer en paz y ahora quiere
usted que le deje mi banco. ¡Está loco!
JERRY
¡Eh!, tengo buenas nuevas para usted: Estoy en su precioso banco y no será suyo nunca
más.
PETER
(Furioso) Venga tú; tuera de mi banco. No me importa si esto tiene algún sentido o no.
Quiero este banco, es mío, y. ¡a ti fuera de él!
JERRY
(Irónico) ¡Ah!, mira cómo se enfada.
PETER

23
¡Fuera!
JERRY
No.
PETER
¡Se lo advierto!
JERRY
Si viera lo ridículo que se pone.
PETER
(La furia le ha poseído) No me importa. (A punto de llorar) ¡Fuera de mi banco!
JERRY
¿Por qué? Usted tiene todo a lo que en el mundo se puede aspirar; me ha hablado de su
hogar, de su familia y de su propio pequeño Zoo. Lo tiene todo y además quiere este
banco. ¿Son éstas las cosas por las que los hombres luchan? Dígame, Peter, ¿es este
banco, este pedazo de hierro y madera, en el que se basa su honor? ¿Es ésta la única cosa
en el mundo por la que usted lucharía? ¿Se le ocurre algo más absurdo?
PETER
¿Absurdo? Mire, yo no voy a discutir con usted sobre el honor, ni siquiera intentaré
explicárselo. Además, no se trata de una cuestión de honor; pero aunque lo fuera, usted
no lo entendería.
JERRY
(Despectivo) No sabe lo que dice, ¿no? Probablemente sea ésta la primera vez en su vida
que tiene algo más difícil de afrontar que cambiar el serrín donde mean gatos. ¡Estúpido!
¿No tiene ni idea, ni la más ligera, de lo que otra gente necesita?
PETER
¡Hombre! ¡Mira quién fue a hablar! Bueno, usted no necesita este banco. En absoluto.
JERRY
Sí, sí lo necesito.
PETER
(
Temblando de ira) He venido aquí durante años; he pasado horas de gran placer, de gran
satisfacción, justo aquí. Y eso es muy importante para un hombre. Soy un hombre
responsable, ya soy un adulto. Este es mi banco y usted no tiene ningún derecho para
quitármelo.
JERRY
Entonces luche por él. Defiéndase; defienda su precioso banco.

24
PETER
Usted me obliga a ello. Levántese y pelee.
JERRY
¿Cómo un hombre?
PETER
(Todavía furioso) Si, como un hombre, si usted insiste en burlarse de mí.
JERRY
Vegetal, lechuga, lechuguino miope...
PETER
¡Cállese!
JERRY
... Pero, la verdad, como repiten en la tele todos los días -la verdad- y lo digo en serio,
Peter, que posee usted una cierta dignidad, lo que me sorprende...
PETER
¡Basta!
JERRY
(Levantándose perezoso) Muy bien Peter. nos batiremos por el banco, pero será una lucha
desigual. (Saca y abre una navaja)...
PETER
(Dándose cuenta de la realidad de la situación) ¡Está loco! ¡Va a matarme!
JERRY
Un loco con una navaja. No tenemos las mismas armas (Tirando la navaja a los pies de
Peter). Ahí la tiene. Cójala, Será un combate más igualado.
PETER
(Horrorizado) ¡No!
JERRY
(Lanzándose sobre Peter le agarra por las solapas; Peter se levanta, sus caras casi se
tocan) Cójala y luche conmigo. Luche por su propio respeto; luche por ese maldito banco,
PETER
¡No!, ¡suélteme!, ¡suélteme! ¡socorro!
JERRY

25
(Abofeteando a Peter en cada "luche') Luche, hijo de puta; luche por su banco; luche por
sus periquitos; luche por sus gatos; luche por sus dos hijas; luche por su mujer; luche por
su hombría, patético y miserable lechuguino, (le escupe en la cara) que ni siquiera pudo
conseguir un varón de su mujer.
PETER
(Se zafa de Jerry, enfurecido) Es una cuestión de genes, no de hombría, usted... monstruo.
(Se abalanza sobre la navaja y la coge, retrocediendo unos pasos con respiración
fatigada) Le daré la última oportunidad. ¡Fuera de aquí y déjeme en paz! (Sostiene la
navaja con firmeza, pero lejos de él. no para atacar sino para defenderse).
JERRY
(Suspira pesadamente) ¡Así sea! (Jerry se precipita con ímpetu sobre Peter, clavándose
a propósito el propio Jerry la navaja. Por un momento, silencio completo, Jerry se clava
en la navaja hasta el fondo mientras todavía Peter la sujeta con mano firme. Después,
Peter grita y retrocede, dejando la navaja clavada en el cuerpo de Jerry que se queda
tieso. Después Jerry también chilla y su grito debe ser como el de un animal enloquecido,
herido mortalmente. Con la navaja clavada Jerry avanza dando traspiés hasta llegar al
banco, que Peter ha dejado libre. Se desmorona sobre él, queda sentado y se encara con
Peter, mostrando sus ojos salvajes por la agonía, la boca abierta).
PETER
(En un susurro) ¡Oh, Dios mío!, ¡oh, Dios, Dios mío..! (Él repite las mismas palabras
una y otra vez muy rápido.)
JERRY
(Se está muriendo, pero ahora su expresión parece cambiar. Sus facciones se relajan al
mismo tiempo que cambia su voz, a veces extraída con verdadero esfuerzo a causa del
dolor que él intenta dominar. Sonríe) Gracias Peter. Lo digo en serio. Muchas gracias.
(Peter se queda atónito. No puede moverse. Está ido) Ah. Peter, temí asustarle. (Procura
reírse) No sabes cuánto he temido que te fueras y me dejaras. Y ahora te diré lo que pasó
en el Zoo. Creo... creo que esto fue lo que pasó en el Zoo... creo. Esta mañana cuando me
levanté sabía que iba al Zoo. Creo que mientras estaba en el Zoo decidí que caminaría
hacia el norte... dirección norte, mejor dicho...caminaría hasta encontrarme contigo... o
con alguien... Y decidí que hablaría contigo... Que te contaría cosas,.. Y las cosas que yo
te contase te provocarían... Bueno, aquí estamos. ¿Lo ves? Aquí estamos. Pero... No sé...
¿planearía yo todo esto? No... no pude hacerlo. Pero creo que lo hice. Y ahora ya te he
dicho lo que querías saber, ¿no? Y ahora sabemos todo lo que pasó en el Zoo. Y ahora tú
sabes lo que verán en la tele y la cara de la que te hablé... mi cara, la cara que ves justo
ahora. Peter.,. ¿Peter?.. Peter... gracias. Yo vine a ti (se ríe, ya muy débil) y tú me has
confortado, querido Peter.
PETER
(Casi desmayado) ¡Oh. Dios mío!
JERRY

26
Será mejor que te vayas ahora. Alguien puede llegar y tú no debes estar aqotado cuando
alguien venga.
PETER
(Sin moverse, comienza a llorar) ¡Oh, Dios mío, oh, Dios mío!
JERRY
(Desfallecido, a punto de morir) Nunca más vuelvas aquí, Peter; tú has sido desposeído.
Has perdido tu banco aunque lo hayas defendido con honor. Y Peter, te diré algo ahora;
realmente no eres un vegetal; no te preocupes, eres un animal. Además eres un animal.
Pero ahora sería mejor que te dieras prisa, Peter. Corre, será mejor que te vayas...
¿comprendes? (Jerry saca un pañuelo y con enorme esfuerzo y dolor limpia las huellas
dactilares del mango de la navaja) Deprisa Peter. (Peter, tambaleándose, comienza a
alejarse) Espera,., espera, Peter. Coge tu libro... el libro. Aquí... a mi lado... en tu banco...
no, mi banco. Ven... coge tu libro. (Peter se abalanza por el libro, pero retrocede)
Deprisa... Peter. (Peter se la lanza al banco, agarra el libro y retrocede) Muy bien,
Peter... muy bien. Ahora vuela de aquí. (Peter duda por un momento, después huye,
saliendo por la izquierda del escenario) Vuela. (Cierra los ojos) Vuela, tus periquitos
preparan la cena... los gatos están poniendo la mesa...
PETER
(Fuera del escenario. Con un grito conmovedor) ¡Oh, Dios mío!
JERRY (Aún con los ojos cerrados, mueve la cabeza y habla con una combinación de
ironía y súplica) Oh... Dios….mío. (Muere).

TELÓN

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