Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tema 3 Sucesiones
Tema 3 Sucesiones
429-449)
1. Concepto y naturaleza jurídica.
2. Clases de partición.
3. Operaciones particionales. Efectos.
4. Nulidad, anulabilidad, rescisión y modificación de la partición
1. Concepto
La pluralidad de bienes, derechos y obligaciones que integran el objeto de la sucesión y
que se adquieren por ese título universal de herencia, puede combinarse con la vocación
de una pluralidad de herederos. Nace así la comunidad hereditaria que se mantiene
mientras la herencia esté indivisa.
La comunidad hereditaria termina normalmente con la partición, a través dela cual los
coherederos (y, en su caso, cesionarios y legatarios de parte alícuota) transforman la
cuota abstracta que tienen sobre la totalidad de los bienes que la integran en partes
concretas y determinadas que se adjudican finalmente a cada uno de ellos. No puede
considerarse, por tanto, como partición la liquidación dela herencia con un único
heredero.
No existirá comunidad hereditaria ni, por tanto, partición, si el testador ya la ha
realizado, ofreciendo a cada uno de los herederos bienes individualizados. Por otra
parte, la comunidad hereditaria puede concluir sin partición cuando todos los bienes
hereditarios pasan a ser de titularidad de un único heredero o de un tercero: renuncia
de todos los herederos a su cuota, menos uno; acrecimiento hereditario a favor de uno
solo; adquisición por uno de los coherederos o por un tercero de las cuotas hereditarias
de los demás, etc. También se disuelve la comunidad sin partición por consumirse todo
el activo al liquidarse el pasivo, quedando la herencia sin haber partible; si los herederos
la transforman en una comunidad de bienes, o en una sociedad a la que cada uno aporte
íntegramente la cuota que tiene en la comunidad.
La comunidad hereditaria recae sobre los bienes y derechos de la herencia, por lo que
la partición tiene por objeto la división de ese activo entre los coherederos. De forma
que, aunque para conocer el activo líquido a repartir, la partición comprende
normalmente la liquidación y la división y adjudicación, cabe la partición sin liquidación
de las deudas, asignando éstas para su pago a uno o a varios coherederos, sin perjuicio
de que éstos responden de todas frente a los acreedores. Podemos definir la partición
como un conjunto ordenado de operaciones, verificadas sobre ciertas bases o supuestos
de hecho y de derecho, y en el cual, después de determinarse el activo y el pasivo de la
masa hereditaria y de proceder a su avalúo y liquidación, se fija el haber de cada
partícipe, se divide el caudal partible y se adjudica cada lote de bienes formado a cada
heredero respectivo, provocando la transformación de las participaciones abstractas de
los coherederos sobre el patrimonio relicto (derecho hereditario) en titularidades
concretas sobre bienes y derechos determinados (dominio o propiedad exclusiva u
ordinaria).
a) Naturaleza jurídica
Las distintas formas en que la partición puede llevarse a efecto impiden una
naturaleza jurídica única de la misma. En ocasiones, la partición realizada por
testador o por contador partidor, es un acto unilateral; en otras, un acto
plurilateral (partición convencional); y en la partición judicial, un acto de
autoridad.
Dejando de un lado el tema de la forma de la partición, la doctrina se ha centrado
en tratar de explicar cuál es el mecanismo que opera en la misma, es decir, el
tránsito de la cuota abstracta que cada coheredero tiene sobre los bienes de la
comunidad hereditaria a la titularidad exclusiva de los que le son adjudicados.
En este sentido se han mantenido tres teorías, que afirman, respectivamente,
que la partición tiene naturaleza traslativa, declarativa, y determinativa,
especificativa o sustitutiva.
La doctrina mayoritaria considera que la partición tiene naturaleza
determinativa, especificativa o sustitutiva. Correspondiendo a cada uno de los
coherederos una cuota abstracta sobre los bienes que integran la comunidad
hereditaria, mediante la partición dicha cuota se sustituye por la titularidad de
los bienes concretos que se le adjudican. Como afirma ALBALADEJO, habrá
habido tres estadios en la pertenencia de los bienes y derechos hereditarios:
uno, antes de morir el causante, en el que todos eran, cada uno por entero, de
él; otro, desde su muerte a la partición, en que eran todos globalmente de todos
los coherederos; y un tercero en el que los diversos bienes singulares se agrupan
en distintas porciones, y los que se incluyen dentro de cada una pasan a
pertenecer por entero al coheredero al que se le adjudique ésa en pago de la
parte que le corresponde en la herencia, pero sin que haya transferencias
recíprocas entre unos coherederos y otros de cuotas de titularidad de bienes o
derechos singulares, que no puede haberlas porque ninguno de los bienes o
derechos hereditarios individualmente considerados pertenecía ni en todo ni en
parte alícuota a ningún coheredero.
2. Clases de partición.
Puede el testador, evitando la comunidad hereditaria, distribuir los bienes que
componen su herencia entre los herederos (partición hecha por el propio testador).
Siendo llamados a suceder varios herederos, es posible que el testador haya designado
a una persona para que realice la división y adjudicación de los bienes que componen el
caudal relicto (partición por comisario o contador partidor). Normalmente serán los
coherederos los que, mediante acuerdo, pongan fin a la comunidad, procediendo a la
distribución de los bienes hereditarios (partición convencional). Es posible que la
partición se realice, bien por disposición del testador, bien por acuerdo entre los
coherederos, por el procedimiento arbitral que regula la Ley 60/2003, de 23 de
diciembre, de Arbitraje (partición arbitral). Pero si los herederos no se ponen de acuerdo
para iniciar la partición o sobre el modo de llevarla a efecto, cabe que el disidente o
disidentes, mediante el ejercicio de la acción de petición de división, soliciten al Juez que
se lleve a efecto (partición judicial) o que pidan al Secretario judicial o el Notario
nombren un contador partidor dativo (partición por contador partidor dativo).
Por otra parte, no hay que desdeñar las posibilidades que ofrece, en este ámbito muy
dado a desacuerdos y conflictos familiares, el recurso a la mediación como medio
alternativo de resolución de conflictos, bien previendo el testador en una disposición
testamentaria su recurso, incluso señalando institución especializada que la realice, y
subsidiariamente, en caso de fracaso, el recurso al arbitraje; o bien directamente por los
mismos herederos (cfr. Ley 5/2012, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y
mercantiles). Como dice la sentencia del Tribunal Supremo de 20 de mayo de 2010: “En
todo caso, puede la mediación, como modalidad alternativa de solución de conflictos,
llegar a soluciones menos traumáticas que el dilatado tiempo que se invierte en el
proceso y el acuerdo a que se llega siempre será menos duro que la resolución judicial
que se apoya exclusivamente en la razonada aplicación de la norma jurídica”.
b) La partición realizada con omisión de algún coheredero. Dice el artículo 1080 Cc que
“La partición hecha con preterición de alguno de los herederos no se rescindirá a no ser
que se pruebe que hubo mala fe o dolo por parte de los otros interesados; pero éstos
tendrán la obligación de pagar al preterido la parte que proporcionalmente le
corresponda”. La omisión del heredero ha podido producirse de buena fe (por ejemplo,
creer que estaba muerto) o de mala fe (cuando intencionadamente se le ha excluido
dela partición). En el segundo caso, aunque el Código uso el término “rescisión”, esta
partición es nula (ALBALADEJO). Si la omisión ha sido de buena fe la partición es válida,
si bien, para satisfacer los derechos del omitido, el código ordena a los demás pagarle la
parte que proporcionalmente le corresponda.
B) Anulabilidad.
Será anulable cuando la partición adolezca de algún vicio de consentimiento o falta de
capacidad de alguno de los partícipes, aplicándose los artículos 1300a 1314 del Código
civil. Decretada la nulidad de la partición, los bienes siguen estando en comunidad, y
procede, en consecuencia, una nueva partición.
B. Rescisión.
A) Concepto
Si la nulidad o anulabilidad implica la invalidez inicial del acto o contrato a que están
referidas, la rescisión supone la existencia de un acto o contrato inicialmente válido,
pero que puede declararse ineficaz posteriormente si sus efectos son lesivos o
perjudiciales para una de las partes o para un tercero (cfr. art. 1290 Cc).Según el artículo
1073 Cc, las particiones pueden rescindirse por las mismas causas que las obligaciones,
por lo que una partición válida puede dejarse sin efecto por alguna de las causas
recogidas en el artículo 1291 CC. Para ALBALADEJO de dichas causas, la única que recoge
un verdadero supuesto de rescisión es cuando se produzca lesión. Las demás no son
casos de auténtica rescisión, sino de otro tipo de atacabilidad del contrato o del acto
que sea.
B) Rescisión por lesión de la partición
Los artículos 1074 y ss. Cc regulan la rescisión por lesión de la partición. Afirmando el
primero de ellos que “también podrán ser rescindidas las particiones por causa de lesión
en más de la cuarta parte, atendiendo al valor de las cosas cuando fueron adjudicadas”.
Por tanto, cualquier coheredero que, de acuerdo con el valor que tengan los bienes
adjudicados en el momento de la partición, haya recibido menos del 75 del ciento de lo
que realmente le correspondía por su haber, puede solicitar la rescisión de la partición,
siempre que carezca de otro recurso legal para obtener la reparación del perjuicio (cfr.
art. 1294 Cc). La acción de rescisión tiene siempre carácter subsidiario.
C) Modificación de la prestación
Junto a los supuestos comentados, regula el Código el de que la partición se haya
realizado sin tener en cuenta todos los bienes que componían la comunidad hereditaria,
bien porque no se hayan traído intelectualmente a la herencia las donaciones
colacionables, bien porque no se hayan incluido los bienes del causante procedentes de
la liquidación de la sociedad de gananciales, bien porque aparecen nuevos bienes cuya
existencia se desconocía en el momento de la partición, etc. Dispone el artículo 1079 Cc
que “La omisión de alguno o algunos objetos o valores de la herencia no da lugar a que
se rescinda la partición por lesión, sino a que se complete o adicione con los objetos o
valores omitidos”. El precepto se refiere a la omisión de “alguno o algunos objetos o
valores”, por lo que debe entenderse que los omitidos son de escasa importancia en
relación con la herencia; pero no engloba aquellos supuestos en los que los omitidos
sean de gran importancia con relación a la herencia entera. El complemento o adición
de la herencia (partición adicional) se produce, por tanto, en aquellos casos en los que
no se han tenido en cuenta para hacer la partición todos los bienes, pero los omitidos
son de escasa importancia compara dos con los que integran la comunidad hereditaria.
También puede darse cuando, siendo los bienes omitidos de mayor alcance, los
coherederos de común acuerdo optan por respetar la partición original, realizando una
nueva que la adicione; pero si, siendo los bienes omitidos de gran importancia, alguno
de los herederos no está de acuerdo en que se realice la partición adicional, puede
solicitar la anulación de la partición original.